LIBRO SEGUNDO
GÉNESIS DE LA ALIANZA DE LA PLENITUD DE LAS NACIONES.
En el
Nombre de Jesucristo, a todas las Naciones de la Tierra.
Una vez
abierto el Sello del Génesis, su Apertura a todos los hombres nos implica en el
acto de intelectualización del Acontecimiento que en sí mismo representa esta
Manifestación de la Omnisciencia y Presciencia del Autor del Génesis. Banalizar
la Revolución Biohistórica y Cosmológica de esta Apertura, en razón de ser Dios
quien creó el Sello, Dios quien da la Lave de David a quien Él mismo engendra
para proceder a su Apertura, acogerse a esta posición con el fin de mantenerse
en la dinámica de autodestrucción apocalíptica, a la que finalmente hemos
llegado, no es de seres inteligentes.
La Razón es
una propiedad animal, la Inteligencia le es natural exclusivamente a la Vida
creada a Imagen y a semejanza de su Creador. Por la Razón toda vida animal
superior se sitúa entre el Instinto y la Inteligencia. El Instinto es un código
natural a cuyas líneas biológicas se sujetan todas las especies. La Razón es
una propiedad biológicamente más avanzada, sin perder su conexión con el
instinto, por la que la especie puede desarrollar mecanismos de supervivencia
autónomos. La Inteligencia es la Potencia de Análisis del Espacio y el Tiempo
en el que el Individuo, como ser, nace; el crecimiento en este Potencia le da
el Poder de transformar el mundo en el que ha nacido y crecido.
Qué es
Razón y qué es Inteligencia en el ser humano es la diana hacia la que debemos
dirigir nuestro Pensamiento. La Razón se centra en el individuo como especie,
la Inteligencia en el Individuo como Ser Universal. Trasladado esto a la
realidad se entiende que la Razón hace del Nacionalismo una especie animal
autóctona, como tal se declara enfrentada, incluso a muerte, con los demás
seres humanos, y como animal reacciona como una bestia que defiende su
territorio a fuego y sangre si lo entendiese necesario.
Esta
regresión a una época de cavernas en la que el Nacionalismo se refugia, desde
esta caverna invocando la existencia de la Humanidad como el enemigo a
destruir, hace de la nación una bestia que niega en su especie la Identidad
Humana Universal natural a la Creación del Hombre a la Imagen y Semejanza de
Dios. El cultivo de esta Razón Animal conduce a la degeneración de esa especie
nacional-cavernícola en una bestia que en su demencia acude al terror contra el
enemigo que en su locura se ha creado.
Lejos, muy
lejos de la Omnisciencia Creadora haber dibujado en su Proyecto de Creación del
Hombre esta situación de bestialismo nacional-cavernícola cuando, desde el
Principio, dispuso el Salto de la Razón Animal a la Inteligencia Divina,
engendrando en el Hombre un Ser Universal sin fronteras ni límites, abierto a
un Mundo creado para subsistir durante la Eternidad y extenderse hasta el
Infinito. La especie nacional-cavernícola al levantarse contra este Hombre-hijo
de Dios hace de la Fraternidad Universal su enemigo, y por consiguiente se levanta
en Guerra contra Dios.
La demencia
esquizoide de quien siendo hombre se comporta como una bestia tiene por lógica
que conducir a la Locura del Terror como Heroicidad suprema. Como quien hace
del Diablo su héroe y del Infierno su Nación, la bestia nacional-cavernícola al
hacer del Poder su Patria y de la Destrucción su Fuerza, aunque se ponga la
máscara de santidad, se declara en Guerra contra Dios.
Y aquí es
donde empezamos. La sola Idea de mover un pie adelante hacia un enfrentamiento
con el Creador del Cosmos es Demencia Absoluta. La sola palabra de amenaza
contra la Creación de Dios, es de por sí en y en sí una sentencia de autodestrucción.
En este orden la bestia racional nacional-cavernícola no solo hace de su
caverna nacional una prisión, además conduce a todos los que la habitan al
suicidio colectivo en nombre de quien tiene las llaves de esa cárcel para
animales que, entre la Razón y la Inteligencia, prefieren ser individuos de una
especie animal autóctona con identidad clónica, única y propia, a ser
Ciudadanos de la Creación Universal de Dios, Ciudadanía que al otorgar el
Derecho de hijos de Dios hace de facto al Individuo un Ser con vida en sí mismo
a la Imagen y Semejanza del Hijo de Dios.
NO podemos,
pues, dejarnos llevar por el discurso de esa bestia nacional-cavernícola, no
importa donde sea que se halle su hábitat ni la fuerza de destrucción masiva
que la Ciencia Animal haya puesto en sus manos para defenderse su Locura. Nadie
ni nada puede permanecer de pie contra el Creador del Universo cuando Dios se
levanta y avanza para defender su Creación. Hasta Hoy, Dios se ha mantenido en
calma.
La Causa de
este "mantenerse en calma", se nos anunció cuando Dios le dijo a su
Hijo:
Siéntate a
mi Diestra hasta que ponga a tus enemigos a tus pies.
Por qué
Dios determinó sentar a su Hijo, limitando el Poder de su Corona, en lugar de
Liberar su Gloria para que extendiese su Reino por las naciones, ya lo he
descrito en la HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO. NO voy a repetirme. El Libro está
abierto. La Lectura es libre.
Del propio
Decreto se entiende que esta Liberación de la Gloria del Rey Divino sería un
Acontecimiento Histórico en alguna parte del Futuro. Nadie, excepto el Padre,
conocía la Fecha de ese Acontecimiento. Pero que habría de sucederse, el
Espíritu Santo lo dejó escrito cuando dijo:
La creación
entera espera con el corazón en el puño la Libertad de la Gloria del Hijo de
Dios.
El Dilema
es siempre la Espera. Porque a quien espera en condiciones óptimas de
existencia el tiempo se le pasa agradable; mas a quien
espera mientras el terror de perder la vida lo rodea y le acosa, la Espera pasa
a una nueva fase, que llamamos Confusión.
Dos
realidades tenemos delante de nosotros. Por una parte, la Promesa, y por otra
parte la Confusión derivada del Cumplimiento de una Promesa que parece haber
sido dada para hacer perecer en el desierto a quien se acogió a esa Palabra
como quien se abrazó a la Gloria del Trono de Dios.
La
Necesidad de la Muerte de Cristo implicó la extensión de esta Confusión. Y sin
embargo, a pesar de la Confusión que cayó sobre las naciones, y parece al
presente por fin alcanzar su objetivo, la Destrucción del Espíritu Cristiano en
el Hombre, la Promesa se ha mantenido Viva. Recordemos la serie de fuerzas
todopoderosas que se alzaron contra la Gloria de la Palabra Divina.
Primero fue
el Imperio Romano, la Gran Babilonia del Apocalipsis. La Ferocidad con la que
durante cuatro siglos y medio la Fuerza del Brazo del Imperio Romano cayó sobre
los Cristianos y la Iglesia está ampliamente documentada.
Ya desde
los principios del Cristianismo los Caínes no
faltaron. La batalla del Arrianismo contra el Catolicismo, una continuación de
la batalla del Gnosticismo Maniqueo contra los Padres de la Teología, también
están escritas. Al igual que están escritas las Batallas de la Guerra de los
Bárbaros contra la Civilización Cristiana.
Apenas alzó
la cabeza la Casa edificada por el Hijo de Dios en Europa sus muros fueron
atacados por el ejército de la Muerte, el Islam, cuya bandera fue la
destrucción de todos los infieles, las crónicas de cuyas guerras nos hablan de
millones de cadáveres desde la ciudad francesa Tours hasta las profundidades de
la India.
Superado el
Asedio, el Diablo parió al Caín del Siglo XVI, un monstruo de cuatro cabezas,
escupiendo fuego por la boca que le abrió al Anticristo la puerta al Imperio.
Dios defendió los Muros de la Casa de su Hijo primero con la Creación del
primer reino que se constituyó en Europa, Francia, la primogénita de las
naciones cristianas según la Iglesia; después contra el asedio a muerte
absoluta que vino de nuevo desde el Islam, Dios levantó un imperio aún más
poderoso para defender la Casa de su Hijo, el Imperio de España, la nación que
es a su rostro la niña de sus ojos.
La batalla
de Gog y Magog anunciada desde el Principio, contra el nuevo imperio que la
Muerte le levantó a su Rey en el Norte, Dios levantó al Occidente a la hija de
Europa, los Estados Unidos de América y puso en sus manos Poder sin límites
para vencer a quien escondía en su lengua la miel del veneno más infernal, el
Comunismo de la Unión Soviética. Contra aquel peligro Europa se levantó en la
que fue la Última Cruzada: el mundo libre contra el mundo de los esclavos. Pero
como todo lo que hacen los hombres está sujeto a la ley de San Pablo:
Busco el
Bien pero es el Mal el que se me apega,
por esta
regla la barrera que se creó contra Moscú acabó pariendo en Berlín un monstruo
tan peligroso como el que debía combatir.
Podríamos
seguir recordando los terremotos, las lluvias, los maremotos, las fuerzas que
la Muerte, el Diablo y el mundo durante dos mil años desataron contra la Casa
edificada por el Hijo de Dios, y que, según su propia Palabra, sería sometida a
toda clase de pruebas en orden de la Necesidad que dictó la Muerte de Cristo.
De no haber existido esta Necesidad no se hubiera sucedido esta Historia.
Aquella Necesidad sin embargo fue todopoderosa, pues en la Cruz no únicamente
encontró la Salvación nuestro Mundo sino la Creación entera.
Es lógico,
el Pasado pertenece a los libros. El Presente es lo que nos concierne. Y en
este Presente estamos nosotros. Este Presente es el Mañana de la Escritura, el
Hoy que anuncia el Fin de la Espera, y se abre al Día en el que la Libertad de
la Gloria del Hijo de Dios se levanta para extender su Corona sobre la Plenitud
de las Naciones de la Tierra.
Obligado
decirlo, la necesidad implica la repetición. El Hijo de Dios es Rey
Todopoderoso; si he querido resumir las batallas de la Muerte, el Diablo y el
mundo contra su Casa es a fin de demostrar la Veracidad de su Palabra. En ÉL
vive el Verbo de Dios, su Padre. Su Sabiduría es la Sabiduría de su Padre.
Ergo: Nada ni nadie puede detener la integración de la Plenitud de las naciones
de la Tierra en su Reino.
Al igual
que el Cielo entero lo aclamó por su Rey, así será en la Tierra.
Es Dios
quien lo dispuso desde el Principio, y así será en nuestro Siglo.
El Ayer ha
dado paso al Hoy. La Espera de la creación entera con el corazón en un puño, ha
terminado. La Confusión por lo que parecía una Noche eterna, se disipa. La Luz
de la estrella de la mañana se levanta, extiende su luz sobre todas las
tierras, el Fin de la Noche ha llegado. Bendito sea Dios.
Nadie ni
nada puede impedir que Dios entre en la Historia de su Creación en la Plenitud
de su Poder, levantando a su criatura del polvo, engendrando en nosotros
Ciudadanos del Reino de su Hijo, nacidos para vivir eternamente y gozar de la
Plenitud del Derecho de quien es hijo de Dios: La Paz, la Libertad, la
Justicia, la Fraternidad, la Felicidad, la Igualdad, la Amistad, todo lo bueno
es nuestro Derecho.
Todos
vosotros que tenéis en la Fuerza de Destrucción vuestra gloria, abandonad pues
todos vuestros proyectos de Nuevo Orden Mundial y Guerras de Control de
Multiplicación de los pueblos y seres humanos. Vosotros mismos escribís contra
vuestras cabezas vuestra propia sentencia de muerte.
Dios es la
Fuente de la Sabiduría y Vida de todo Mundo, su Bendición es el Origen de la
Alegría y Felicidad de todos los pueblos:
“Procread y
multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla y dominad sobre los peces del mar,
sobre las aves del cielo y sobre los ganados, y sobre todo cuanto vive y se
mueve sobre la tierra.”
Vuestra
Guerra contra Su Bendición hace de vuestras naciones objeto de Maldición.
Deponed
todas las armas. La Paz hace al hombre hijo de Dios; la Guerra le engendra
hijos a Satán.
NO seais suicidas. El Decreto de Dios a su Hijo es firme:
“Que no sea
hallado lugar para Satán en la Tierra.”
El Rey se
levanta en la Plenitud de la Gloria de su Libertad de quien es Dios Hijo para
desterrar de la Tierra y de los Cielos al Enemigo del Hombre y de su Reino.
¿Quiénes son éstos que se han levantado contra el Hombre que Dios ha creado a
su imagen y semejanza y le quiere dar al mundo la imagen de Satán por modelo?
Abandonad
los campos de Guerra, desterraros de los tronos de Poder a imagen de Caín y
Satán, porque si no lo hacéis os declaráis enemigos de Dios, y el Rey os
apartará de su camino como viento que sirviendo a su Señor sacude el polvo de
sus pies.
Hay Hoy;
hubo Ayer. Y porque hay Hoy, habrá Mañana.
La Maldición
que sobre nuestra Memoria cayó por la Caída del Primer Hombre son como
cataratas que os impide ver la belleza del Horizonte que nos invita a ponernos
en marcha hacia el siglo XXII. Queriendo batir este obstáculo, habiéndome Dios
inspirado en el rostro aliento de vida para hacerlo así, una vez abierta la
Puerta de la Creación del Universo, os invito a recuperar esa Memoria cuyo
acceso fue, querubín con espada de fuego mediante, prohibido a todos los
hombres de todos los tiempos. La Prohibición de acceso al Árbol de la vida
levantada, nos acercaremos a su fruto con la Consciencia de quien siendo hijo
de Dios ve la Verdad con los ojos de su Padre, y siendo hijo de la Verdad ni
quiere ni puede mentir.
Este
Ensayo, por consiguiente, sigue la regla de oro del espíritu Santo que en la
Biblia escribe:
El hombre
debe combatir en nombre de la salvación la confusión que por la falta de
inteligencia pueda impedirle a los demás hombres alcanzar el Conocimiento
Verdadero del Hijo de Dios.
Pues en
verdad son muchos los que durante los siglos han venido diciendo que conocen a
Dios, pero a la hora de conocer a su Hijo cada cual se ha inventado un ídolo,
unos de letras, otros de barro cubierto de oro y plata, otros vistiendo su ser
con gloria pero desvistiéndole de su Divinidad, y así las iglesias le dieron la
espalda a su Palabra como si la Unidad pedida a todos no fuera con ellas, ni
quien hablase fuese el mismo Todopoderoso hijo de Dios que creó la Luz, el
Firmamento, y todo lo que existe en la Tierra, acontecimientos que no vimos, y
porque privado de este testimonio de los ojos, quiso Dios mostrarnos su
Divinidad haciéndole Hombre, para que por los ojos, viendo su Poder sobre la
Vida y la Muerte, entendiésemos que Jesús es TÚ-DIOS, Dios con Nosotros, y este
Rey Todopoderoso y Omnisciente es quien HOY, satisfaciendo la Voz de su Esposa,
"VEN, Señor Jesús", viene Hoy para liberar al Hombre que el creó del
Poder de la Muerte.
Cómo y por
qué cayo el Hombre a los pies de la Muerte, es el asunto de este Ensayo
Bíblico.
C.R.Y&S
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