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LA CREACIÓN DEL UNIVERSOGÉNESISINTRODUCCIÓN A LA COSMOLOGÍA DEL SIGLO XXICRISTO RAÚL DE YAVÉ Y SIÓN
I La fuerza natural de la vida
inteligente por el Conocimiento de todas las cosas tiene su fuente en Dios. El Creador de los Cielos y de la Tierra
dirige el pensamiento de su Criatura hacia su propia Creación. La Criatura se
reconoce Creación, contempla en su
Creador a Dios.
Creado por Dios en Jesucristo, el Hombre se declara hijo de Dios a la imagen y
semejanza de su Hijo, en quien la existencia del Poder no está para servir a la
Muerte sino a la Vida. Lo vieron los ojos de nuestra Madre, la Iglesia Católica,
y por Ella y en Ella recibimos esa Impronta Divina que nos hace alzar la Voz y clamar : “Padre Nuestro que
estás en los Cielos, Tú : Jesucristo”.
¿No existen los Milagros? ¿Qué es lo que estáis viviendo pues? ¿Queréis negar el Milagro de la Multiplicación de las Lenguas desde una sola boca que tuvo lugar en Pentecostés? ¿Acaso no es escuchado el Mensaje de los Discípulos, en boca de Pedro, desde un confín al otro de la Tierra en la Lengua de todas las naciones? ¿Circunstancial cada capítulo del Nuevo Testamento? ¿Acaso habla Dios como los hombres? ¿No reservó Dios el mejor vino para el final de la Fiesta? ¿Cuál es ese vino que reservó Dios para el fin de los tiempos? Yo os digo que lo veréis con vuestros ojos, lo oiréis con vuestros oídos, lo gustareis con vuestros labios, y proclamareis la Gloria del Rey de los Cielos y de la Tierra con vuestros pensamientos, palabras y obras. ¡Gloria al Rey y a su Esposa! El Vino de la Sabiduría del Señor YAVÉ Dios llenará las copas de todos los invitados a este Fiesta Universal de celebración del Fin de la Presencia del Maligno entre nosotros. Pues así ha dicho Dios: “Unifíquense todas las iglesias en una sola y única”, y su Hijo, JESUCRISTO, el Rey, quien tiene en su Padre toda Omnisciencia y Todopoder, con la Unificación de todas las iglesias cerrará el Decreto de Destierro del príncipe de la Muerte de la Tierra. ¡Bendito sea Dios! Llenad las copas, hermanos, bebed de ellas, es el Vino de la Sabiduría Divina, no marea, no vuelve loco el cuerpo, mantiene clara la cabeza, levanta el alma, abre nuestra boca para declarar la Gloria del Rey y Señor, nuestro Padre que está en los cielos. Nuestra felicidad es infinita! Una sola palabra vive
en mi ser: VICTORIA, VICTORIA, VICTORIA,
la Victoria del Rey de la Vida sobre el
príncipe de la Muerte.
¿No existen los Milagros? ¿Quiénes ésos que niegan el Poder de Dios? Yo os lo diré, son todos aquéllos cuyo Poder tienen su fuente en Satanás, a cuya imagen y semejanza se entregaron, vendiendo al alma al Diablo. ¿El Poder…? Poder llaman a hacer todo lo contrario a lo que vio nuestra Madre la Iglesia católica en el Hijo de Dios, su Señor. El Poder Verdadero lo da todo, lo pone todo a la disposición del pueblo que ama, odia la violencia y la mentira, denuncia la corrupción y la sed de riquezas, detesta la necesidad de derramar sangre en nombre del Estado. El poder verdadero tiene su Origen en la sabiduría que baja del Creador, derrama su Pensamiento en todos los que aman sobre todas las cosas, adoran a su Hijo como se adora a Dios, su Padre, y tienen sus ojos en el Servicio al Rey, administrando las riquezas de su Espíritu entre las familias de la Tierra. ¿Quién nos dará mejor vino que éste que baja del Cielo? II Yo bendigo a Dios mi Creador, bendigo toda su Casa, y desde mi piel invoco su Victoria para que todas las naciones reconozcan que el Señor JESUCRISTO es nuestro REY por la Eternidad de las eternidades. ÉL es quien abriendo su boca dijo. HAYA LUZ, y el Espíritu Santo escribió: “… el Verbo se hizo carne, y hemos visto su gloria, la Gloria del Hijo Unigénito de Dios. ¿Y aun no creéis en su Poder infinito? Pedro se levantó para hablarle
a las multitudes venidas de todas las partes del mundo antiguo; cada oído oyó
en su Lengua Materna el Mensaje de la Resurrección: “YAVÉ DIOS vive, tiene un
HIJO de sus entrañas Increadas, JESUCRISTO, Unigénito y Primogénito, quien nos
ha comprado a todos para su Reino al precio de su sangre.” Esta Buena Nueva se
oyó en la plenitud de las naciones para alegría de todas las familias de la Tierra
y Felicidad de todos los Pueblos del
Reino de Dios, YAVÉ, Señor de los ejércitos, quien ha sentado a su HIJO JESÚS en el Trono del Rey Universal
Sempiterno”.
Decidme, vosotros que sois sabios
en la sabiduría de la Muerte. ¿En qué nación no se ha oído el Evangelio de San
Pedro? ¿En qué Lengua no está escrita la Palabra del Hijo de Dios?
¿NO fue la Escena Pública de Pentecostés, Pedro hablándole a las multitudes, la
Visión de la Victoria de Dios, Padre e Hijo, sobre las fuerzas de la Muerte? ¿Quién
hubiese apostado entonces, en aquel día, por la Victoria del Señor Dios sobre
las fuerzas de su enemigo?
Desde el Principio estaba escrito el Fin, pues el Fin vive en el Principio. Cuando en la Fiesta de Canaán los convidados empezaron a sufrir dolor de cabeza, mal cuerpo, y subir de tono sus voces, el Hijo de Dios estableció para el Fin el nacimiento de una generación de hombres, nacidos de las entrañas de su Esposa, la Iglesia Católica, cuya Sabiduría le será a todas las naciones de la Tierra olor del vino más dulce jamás producido en la Tierra: Vino de la Viña del Señor. “Yo soy la Viña y mi Padre es el Viñador”. Bendito sea nuestro Dios y Rey porque el Vino producido somos nosotros, sus hijos, Familia del Rey, miembros legítimos de la Casa del Rey, Ciudadanos de su Reino, todos hijos de Dios. No pasarán dos mil años hasta que este Milagro se vea con los ojos, se oiga con los oídos y se toque con las manos. Convertíos
todos al Rey de los Cielos y de la Tierra y vivid, porque quien no doble las
rodillas ante el Rey que Dios le ha dado a su Creación, no vivirá. ¿Acaso nos ha
dado Dios por Rey un déspota a imagen y semejanza de Satanás? NO, en absoluto,
esa Imagen y Semejanza se hizo Hombre: “Hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza”. Ese
Hombre es JESUCRISTO. Quien no vive en su Imagen y Semejanza vive en la del
Maligno, el enemigo del Hombre.
Gloria al REY JESUCRISTO por la Eternidad. SU Corona es nuestra Vida; SU Trono es nuestra Gloria; SU Cetro es nuestra Felicidad. Alegría sin límites rebosa cada gota de este Vino de la Viña del Señor: “YO soy la Viña mi Padre es el Viñador, vosotros sois las cepas de las que la Sabiduría extrae el Vino de la Omnisciencia de su Señor: YAVÉ DIOS, Creador del Cosmos, Dios de todos los Pueblos del Reino de su Hijo AMADO”. A nosotros los hombres nos ha dado YAVÉ DIOS por Dios a su Hijo, Templo y Palacio en el que la Gloria del Hijo Unigénito de Dios vivirá sempiternamente para la Alegría de la Creación entera. ¿Quién se atreverá a Dudar de la Veracidad de nuestro Rey y Padre, el SEÑOR JESÚS? SU Gloria vive en nuestro Ser por la Eternidad. ¿Qué Pueblo de la creación ha vivido en sus carnes el Horror de la Desnudez absoluta frente a las fuerzas de la Muerte y sus ejércitos malignos? La Historia del Horror de la Duda sobre la Veracidad INCREADA del Rey Divino está escrita en nuestras almas, y para que no se nos olvide de esa semilla maligna nacieron las Dos Guerras Mundiales que asolaron el Siglo XX. ¡Bebamos pues el Vino que la Sabiduría Creadora escancia en nuestras copas, en breve se oirá entre los convidados: Gloria al Hijo de MARÍA, nuestra MADRE en Dios! III Creer que se puede acceder a la
Sabiduría, llegar a ser sabio, accediendo a Ella sin necesidad de ÉL, YAVÉ
DIOS, es un absurdo. Tan absurdo como
creer que se puede llegar a YAVÉ DIOS sin contar con su HIJO.
JESUCRISTO es la PUERTA. Nadie llega a Dios sino pasando por su HIJO. Cuestión que nos lleva directamente a aquella iglesia bizantina que impuso lo contrario. Llegar a Dios Padre sin
necesidad de Dios Hijo.
La propia existencia de la Iglesia en tanto que Templo edificado a la imagen y semejanza del Templo Original, el de Jerusalén, nos dice que nadie excepto el Sumo Pontífice puede presentarse y mantenerse de pie delante Dios. ¿Quién excepto su propio Hijo puede asumir por la Eternidad esta Prerrogativa Sagrada? Todo lo que viene de Dios nos viene por su
Hijo, y nadie recibe de Dios nada sino es dado por su Hijo. Él es la Puerta a
Dios, su Padre.
Afirmar que el Espíritu viene de Dios Padre sin necesidad de Dios Hijo es negar a Cristo; “porque si ÉL no se hubiese ido no hubiera venido el Espíritu sobre sus Discípulos”. “YO soy la Puerta”. “Quien entra por la ventana es un ladrón de almas”.
Aquéllos en quienes el Espíritu hizo su Templo
dejaron testimonio escrito sobre la Realidad que vivieron: JESUCRISTO es el
Sumo Pontífice, el único y verdadero Señor de la Iglesia, a quien sus siervos se
dirigen para ser escuchados por Dios Padre. Creer que se puede acceder a Dios Padre pasando “por el cadáver del Sumo
Pontífice” es negar a Cristo. Y quien niega a Cristo es el Anticristo.
Así pues, nadie puede acceder a la Sabiduría de Dios sin
la bendición de su Hijo.
¿No fue justa la Destrucción de
la Iglesia ortodoxa Bizantina? Quien entró en la Casa de Dios apartando a su Hijo
lo hizo entrando por la ventana, como un ladrón de almas. Tal ladrón obtuvo su
recompensa: Ser destruido, él y su imperio.
La Historia está para
servirnos de lección y no caer en el abismo en el que cayeron otros. Quien
quiera Sabiduría, Inteligencia, Entendimiento, Fortaleza, Consejo y Temor de
YAVÉ DIOS, que pegue en la Puerta.
Invocar al Hijo de Dios es
pegar en la Puerta, y Él le abre a quien le llama. ÉL es Veraz; no miente.
Creer en su Palabra es el Principio de la Sabiduría.
IV He aquí el secreto mejor
guardado del mundo. Durante los 3.500 años que han pasado desde Moisés a Cristo
Raúl a ningún ser humano se le permitió abrir el Sello con el que YAVÉ DIOS
dispuso que la Historia de la Creación de los Cielos y de la Tierra permaneciese
fuera del alcance de la inteligencia de los milenios; hasta el Día en su
Presciencia fijado, se entiende.
Abierto este Sello, expuesto el
Jeroglífico escrito por Moisés a la lectura delante de todas las naciones, la
Inteligencia de YAVÉ DIOS CREADOR, queda magnificada hasta el infinito, tanto
más cuanto que los sabios y genios de todos los siglos intentaron abrir este
Sello, leer su Contenido, y no pudieron. La Inteligencia de YAVÉ DIOS CREADOR
queda tanto más alta e inaccesible cuando se ve que el hombre a quien se le ha
dado la gloria de abrir este Sello y leer su Contenido a todas las naciones no
es sino un varón sin más estudios que los elementales naturales a su época y
pueblo.
Obviamente la fuerza a vencer
por esta Introducción se multiplica por ese número de hombres que, frustrados
por su incapacidad para abrir el Sello del Génesis, convinieron consigo mismos
en proceder dicha imposibilidad del hecho de no ser otra cosa el Relato bíblico
del Génesis más que “una metáfora sin ningún contenido científico”.
Creada la inteligencia humana
para elevarse a la imagen de la inteligencia divina, según se lee, “hagamos al
hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza”, esa frustración no podía sino
traer a luz una visión sobre el origen del Universo nacida para ahogar la
ignorancia humana y mantener a flote “el todopoder de
la Razón científica”. El fruto de esta dualidad emocional trajo al mundo una
cosmología sin Dios, defensiva en primera instancia, y ofensiva, es
decir, anti-creacionista, más tarde, con el
objeto de salvar la grandeza humana sobre “la muerte de Dios”.
Ahora bien, Dios no miente; no
en vano dijo de Sí mismo: “Yo soy la Verdad”. Así que habiendo Él escrito en
forma de Jeroglífico la Memoria de la Creación de nuestro Universo, en la misma
razón de Imposibilidad de penetrar en su Texto, sin contar con la Mano de su
Autor, y porque la Imposibilidad se manifiesta en la Caída de la Ciencia del
Siglo XX en los abismos del Nazismo y del Estalinismo, esta Imposibilidad vino
a convertirse en Promesa de Apertura, a cumplirse, gracias a Cristo, en fecha
conocida exclusivamente por Él.
En suma, que el Sello había de
abrirse y el Misterio de su Contenido venir a luz.
GÉNESIS
Al Principio
creó Dios los Cielos y la Tierra.
Dijo Dios: “Haya Luz”, y hubo Luz, y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las Tinieblas;y a la Luz llamó día y a las Tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero. Dijo luego Dios: “Haya Firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras”; y así fue. E hizo Dios el Firmamento, separando aguas de aguas, las aguas que estaban debajo del Firmamento de las que estaban sobre el firmamento. Y vio Dios ser bueno. Llamó Dios al Firmamento cielo, y hubo tarde y mañana, día segundo. Dijo luego: “Júntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco.” Así se hizo, y se juntaron las aguas de debajo de los cielos en sus lugares y apareció lo seco; y a lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión de las aguas, mares. Y vio Dios ser bueno. Dijo luego: “Haga brotar la tierra hierba verde, hierba con semilla y árboles frutales, cada uno con su fruto según su especie y con su simiente, sobre la tierra.” Y así fue. Y produjo la tierra hierba verde, hierba con semilla, y árboles frutales, con su semilla cada uno. Vio Dios ser bueno; y hubo tarde y mañana, día tercero. Dijo luego Dios: “Haya en el Firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche y servir de señales a estaciones, días y años; y luzcan en el Firmamento de los cielos, para alumbrar la Tierra.” Y así fue. Hizo Dios los dos grandes luminares, el mayor para presidir el día, y el menor para presidir la noche, y las estrellas; y los puso en el Firmamento de los cielos para alumbrar la Tierra, y presidir el día y la noche, y separar la Luz de las Tinieblas. Y vio Dios ser bueno, y hubo tarde y mañana, día cuarto. Dijo luego Dios: “Hiervan de animales las aguas y vuelen sobre la tierra las aves bajo el Firmamento de los Cielos.” Y así fue. Y creó Dios los grandes monstruos del agua y todos los animales que bullen en ella, según su especie, y todas las aves aladas, según su especie. Y vio Dios ser bueno, y los bendijo diciendo: “Procread y multiplicaos, y henchid las aguas del mar, y multiplíquense sobre la tierra las aves.” Y hubo tarde y mañana, día quinto. Dijo luego Dios: “Brote la tierra seres animados según su especie, ganados, reptiles, bestias de la tierra según su especie.” Y así fue. Hizo Dios todas las bestias de la tierra según su especie, los ganados según su especie y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios ser bueno. Díjose entonces Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre las bestias de la tierra, y sobre cuantos animales se mueven sobre ella.” Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios le creó, y los creó macho y hembra; y los bendijo Dios, diciéndoles: “Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados, y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra.” Dijo también Dios: “Ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay sobre la haz de la tierra, y cuantos árboles producen fruto de simiente, para que todos os sirvan de alimento. También a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos los vivientes que sobre la tierra están y se mueven, les doy por comida cuanto de verde hierba la tierra produce.” Y así fue. Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho, y hubo tarde y mañana, día sexto. Así fueron acabados los Cielos, y la Tierra, y todo su cortejo.
Y, rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el día séptimo de cuanto hiciera;
y bendijo el día séptimo y lo santificó, porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho.
Este es el origen de los Cielos y la Tierra cuando fueron creados.
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ASTRONOMIA"DE YAVE" / ASTRONOMIA GENERAL DE LA CREACION Bienvenidos a las Puertas del Universo//Welcome to the Doors of the Universe |
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