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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

cristoraul.org

CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS

LA SAGRADA BIBLIA

 

GÉNESIS DE LA SALVACIÓN DE LA PLENITUD DE LAS NACIONES. ENSAYO BÍBLICO

 

Capítulo 1

CREACIÓN DEL UNIVERSO

 

Al principio creó Dios los Cielos y la Tierra. La Tierra estaba confusa y vacía, y las Tinieblas cubrían la haz del Abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las Aguas. Dijo Dios: “Haya Luz,” y hubo Luz; y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las Tinieblas; y a la Luz llamó día y a las Tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero…..

 

 

 

En la Creación del Universo según el Génesis he desplegado el Contenido, el Tesoro Científico que durante 3.500 años, aun estando delante de los ojos de todos los hombres de todas las condiciones intelectuales y espirituales, tan lejos como está el Cielo de la Tierra, ha permanecido lejos de todos.

Dios es el Autor de este Relato sobre la Creación del Universo, un Librito que todos los teólogos de todas las iglesias han venido calificando, en su Ignorancia, pues todos fueron encerradas en la Ignorancia en lo que a las cosas de la Inteligencia de la CREACIÓN se refiere, y desde esa Ignorancia, incapaces de salvar la humildad, en su orgullo afirmaron del Libro de Dios ser obra de hombres bajo la Inspiración del Espíritu Santo, hasta  el punto de  emparentar “la inspiración del Espíritu Santo” con una metáfora, de esa manera emparentando el Relato de la Creación del Universo con el grupo de las Mitologías Antiguas, cuentos de viejas agradables al oído pero de ningún valor científico.

Nadie pretende, y yo menos que nadie, acusar a quienes han defendido el Libro de Dios con su propia sangre, del ataque consensuado y premeditado contra  la Omnisciencia Creadora de su Autor. La Sabiduría Divina desplegó sus brazos en los Apóstoles, como  bien leemos en sus escritos cuando afirmaron que “hablaban una sabiduría predestinada para ellos desde el principio de los siglos”, y si predestinada para Ellos una vez idos Ellos, los Apóstoles, esa Sabiduría “predestinada para ellos desde el principio de los siglos” habría de replegar de nuevo sus brazos hasta  que la Omnisciencia de su Señor la dispusiese en una nueva forma, pudiendo decir nosotros Hoy que “Dios nos ha predestinado para ser el recipiente de una Sabiduría Creadora que ha permanecido inalcanzable para todas las generaciones que nos han precedido”.

No por nuestra grandeza sino por disposición Divina, para glorificación de su Hijo, hemos sido engendrados desde, por y en el espíritu de Inteligencia para  desplegar esta Sabiduría Creadora por todas las naciones del Género Humano. Pues nadie debe creer que habiendo Dios sellado la Historia de la Creación de nuestro Universo, y habiendo su Hijo escrito su Testamento, ese Sello fuese a permanecer cerrado por los siglos de los siglos. Pues, como ya he dicho, la Sabiduría predestinada para los Apóstoles avanzó en sus Escritos la naturaleza de la Sabiduría Predestinada para los Herederos del Testamento de Cristo : “El espíritu de Inteligencia” a la Imagen y Semejanza de  quien  fue el Testador, el Hijo Unigénito de Dios, Aquel Dios quien con su Todopoderosa Palabra abriendo su boca, dijo : “HAYA LUZ”, escribiéndose inmediatamente, “y hubo Luz”. 

La expectación angustiosa de la Creación ha permanecido durante dos mil años esperando el Nacimiento “de la Gloria de la Libertad de los hijos de Dios”, Herederos de Cristo Jesús, según  su Palabra : “La Verdad os hará Libres”.

Imposible por tanto que  la Creación se mantuviese en angustia por la eternidad. Lo cual no quiere decir que fuese menos angustiosa la Expectación. Pero la Confianza de toda la Casa de Dios estuvo depositada en la Veracidad de su Palabra, manifestada en este Capítulo y sellada por San Juan, en nombre de sus hermanos,  los Apóstoles, cuando escribió : “La Palabra es el Verbo, y el Verbo es Dios”.

No importa el tiempo que pase ni cómo venga a suceder, “Dios dice, y así se hace”.

La Confianza en la Palabra de Dios es Absoluta. Dios no traiciona jamás su Palabra. Su Palabra es Dios, Dios vive en su Palabra, Dios y su Palabra son una sola Realidad.

 “El Verbo es Dios”. Es de esta forma que irrumpe Dios en la Historia del Género Humano después de la Caída.

Ciertamente la Confusión cayó como un diluvio  sobre el futuro de nuestro mundo, porque habiendo dicho “Hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza”, teniendo delante a reyes, sacerdotes y héroes antiguos, representantes de la Divinidad, la conclusión a extraer del día a día era que o bien Dios fracasó o bien el pensamiento que nos elevó a Dios fue una neurosis que se negaba a aceptar lo que los sentidos estaban viviendo.

Evidentemente, ni lo uno ni lo otro. En el Libro Primero de la Historia Divina de Jesucristo, hablando sobre la Creación y la Increación, he tocado este Tema de las Causas en la raíz de esta Confusión. Puesto que su Lectura es libre y está abierta no  importaré a esta página sus líneas maestras.

El Caso es que la Necesidad que impuso la Muerte de Cristo en bien de la Salvación de la Creación entera, impuso la Necesidad del Silencio bajo Sello que Dios desplegó sobre la CREACIÓN DEL UNIVERSO, cuyo Texto está expuesto arriba. La existencia misma de este Jeroglífico por Dios  creado era Promesa del nacimiento de un Día en el que la Llave que abre este Sello le sería dada al Heredero, en el espíritu de Inteligencia de Aquel mismo que dijo “HAYA LUZ”.

Así pues, los comentarios escritos durante estos 3.500 años sobre el Contenido y el Autor de este Jeroglífico tienen su origen en la Imposibilidad de abrir el Sello con el que Dios Padre cerró su Apertura. La fuerza misma que mueve el pensamiento del ser humano debía por lógica intentarlo una vez y otra, hasta finalmente renunciar a su apertura. La actitud frente a esta imposibilidad no admitía más que dos  posturas :  La Fe, y el Ateísmo; es decir, la Humildad de espíritu contra el Orgullo de la Ciencia.  

La “Humildad de espíritu” se refiere a la posición de quien teniendo delante a Dios vive  la  reacción de Job : Mano a la boca.

Pretender ponerse a la Altura de la Inteligencia del Señor y Creador del Espacio, el Tiempo y la Materia del Cosmos no es un ejercicio de Vanidad, es locura. Querer entrar en la Sabiduría de este Ser Creador que con su Omnisciencia Infinita ha revolucionado la Estructura de la Eternidad, creando un Nuevo Cosmos en el que la Vida tiene por  Cuna la Inmortalidad a Imagen y Semejanza de su Creador, y hacerlo como quien asalta una fortaleza para apoderarse de sus riquezas: no es Orgullo, es demencia.

Por fuerza el crecimiento en esta demencia había de conducir a las naciones gobernadas por el Ateísmo Científico a la locura de las guerras mundiales. Dios comienza su Libro por la Creación del Universo y la Historia del Género Humano y lo cierra hablando de la Destrucción Apocalíptica en la que se consumaría esa Historia, consumación que, como vemos actualmente, ha entrado en su fase final sin retorno.

NO por el Agua sino por el Fuego; no por Dios, sino por el hombre mismo, el Género Humano se dispone a vivir su Apocalipsis.

NO es necesario decir que quien desde el Principio de su Libro vio el fin de su Creación en la Tierra, nosotros, el Género Humano, por Amor a su Criatura dispusiese las medidas necesarias para  evitar ese la Consumación de dicho Apocalipsis. Es acorde a esta Sabiduría que el Sello del Génesis ha sido abierto por quien ha recibido la Lave de David, a fin de que leyendo todos los hombres os desnudéis de vuestro Orgullo y vistiéndoos de Humildad, la que le corresponde a quien es creación de un Creador Divino, Omnisciente y Todopoderoso, dejando  el camino hacia la destrucción emprendáis  el camino de la Creación, con acceso libre a la Omnisciencia Creadora de quien es nuestro Creador, JESUCRISTO.

Grosso modo, introduciéndoos a la CREACIÓN DEL UNIVERSO según el Génesis, estas son los Actos que Dios, Padre e Hijo, llevaron  a  cabo en esta Semana de la Creación:

DÍA PRIMERO

1: Multiplicación Controlada de la densidad por unidad cúbica astrofísica del campo gravitatorio terrestre. El origen de esta Multiplicación Controlada está en la Naturaleza del Ser Divino.

2: Aceleración vertical de las revoluciones de trabajo del transformador geonuclear de la Tierra. De la que se derivó la aceleración rotatoria del Globo sobre su eje, y la implosión astrofísica del Núcleo en el origen del calor del Planeta.

3: Elevación termodinámica global del cuerpo geofísico, que desde el Manto se extendió hasta la superficie y produjo la Fusión de la Corteza Primaria.

4: Licuación de la Corteza Primaria bajo los efectos de la Fusión del Globo externo y producción de la Atmósfera Primigenia.

5: Una vez concluida la transformación en calor del combustible gravitatorio, la Tierra volvió a las manos de la Naturaleza, ajustándose sus nuevos cambios a la ley de la Inercia:

a. Desaceleración de las revoluciones de trabajo del transformador geonuclear.

b. Caída de la velocidad de rotación del Planeta.

Y c. Descenso de la temperatura del Globo.

Estos fueron los tres primeros efectos visibles. Siguiendo con el resumen de la Secuencia Geohistórica desarrollada en la INTRODUCCIÓN A LA COSMOLOGÍA DEL SIGLO XXI, el paso siguiente fue este:

6: El descenso continuo de la temperatura del cuerpo geofísico a su antiguo estado de partida, que ya nunca alcanzaría, provocó la solidificación de la Corteza Secundaria, como he dicho, y la creación del anillo litosférico. La Arquitectura Geofísica siguió completando su cuerpo con el nacimiento del segundo anillo, el Manto, cuyo enfriamiento cerraría la fuente de calor de la que hasta entonces se había estado suministrando la Atmósfera Primigenia para conservar su estado natural.

El enfriamiento de fuera hacia el interior del Globo por lógica tenía que convertir el anillo litosférico en un muro de anulación de trasvase del calor del Núcleo a la Atmósfera. Así que, térmicamente aislada del Núcleo, la temperatura de la Atmósfera cayó en picado a la velocidad vertiginosa que el aislamiento impuso. Su volumen se congeló. El resultado fue la transformación de la Atmósfera en el Manto de Hielo que cubrió la esfericidad del Planeta de polo norte a polo sur durante la Tarde del Día Primero. Este Manto de Hielo es la LUZ en el Verbo del Primer Día

La sucesión de Acontecimientos que tuvieron lugar en los siguientes Días está escrita en el libro de La Creación del Universo según el Génesis.

Salto al Cuarto Día:

El Día Cuarto es el Día de la Maravilla de las maravillas. Dice el Texto:

“Creó Dios las estrellas para separar la Luz de las Tinieblas”. Y dice también que “creada la Luz la separó de las Tinieblas”. Es decir, que Dios creó la Tierra al otro lado de las Estrellas, y una vez que la vistió con su Manto de Hielos le dio en el Sistema Solar su lugar.

Veamos:  durante el Día Segundo Día los acontecimientos descritos en la CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GENESIS son :

reactivación del Núcleo de la Tierra,

Sublimación de la Capa externa del Manto de Hielos,

su Ruptura en Dos Bloques,

y la creación del Océano Madre producto de la Descongelación a raíz de la elevación de la Temperatura Interna del Planeta.

El fruto de este Día fue la Creación de la Atmósfera Secundaria, “que separa las aguas que están debajo del Firmamento de las aguas que están encima del Firmamento”.

En el Día Tercero se produce la elevación final de las plataformas continentales y la colonización de sus tierras por el Reino Vegetal, cuyas raíces se hallaban en el lecho del Océano Madre. La Evolución del árbol de la vida de las especies parecía ya encaminada cuando, de nuevo, el Hijo de Dios se adelanta, y delante de toda su Casa dice:

“Haya estrellas en el Firmamento de los Cielos que separen la Luz de las Tinieblas”.

Los Cielos, al Sonido de su Verbo, se expanden y toman la Configuración Constelacional que desde entonces hasta Hoy han tenido. Ergo, si a alguno de entre los hijos de Dios le dolía aún la Duda sobre la Veracidad Increada del Primogénito de Dios, “Dios Verdadero de Dios Verdadero, engendrado de la misma naturaleza increada del Padre”, ante semejante despliegue de Todopoder esta Duda quedaba para siempre totalmente despejada.

 Las consecuencias astrofísicas derivadas de dicha Expansión Configuracional de nuestros Cielos se estudian en La Creación del Universo según el Génesis, Libro Tercero de la Historia Divina de Jesucristo. Aquello que se refiere al Árbol de las especies se ve desplegado en su CONTINUACIÓN, El Árbol de la Vida

Así pues, el Sello con el que Dios cerró su Jeroglífico ha sido abierto. La Estrella de la Mañana de ese Día en el que la  libertad de la gloria de los hijos de Dios inundaría la Tierra de Inteligencia, a Imagen y Semejanza de la de su Padre Divino, JESUCRISTO, ha nacido. El Libro de Dios se transfigura; de ser cuento de viejas, colección de leyendas y mitos antiguos, deviene el Origen y la Verdad de la Realidad que vive el Género Humano, desde su Creación a la Caída, y desde la Caída a nosotros, hijos del Testamento de Cristo.

Ni que decir tiene que traducir al lenguaje de la Criatura la Sabiduría del Creador de nuestro Universo en particular, y del Cosmos en general, resumiendo en breves capítulo la riqueza de la profundidad y extensión de las Ciencias necesarias para devenir el Origen de la Creación y el Brazo del que se alimenta su Crecimiento obliga a hacerlo en el seno de una INTRODUCCIÓN, dejando a otros trabajar en este Campo Divino parta el Bien de todos, que no es otro que la Salvación de la Plenitud de las naciones.

Desde la primera Letra a la última Dios escribió su Libro pensando en todos nosotros. Obviamente, Dios no es Hombre, y aunque creados para ser su Familia, Ciudadanos del Reino de su Hijo, nadie debe olvidarse que la Inteligencia viene de ÉL, y toda Ciencia que tiene en la Creación su Fuente tiene en su Sabiduría su Origen.

Nadie es más sabio que su prójimo. Todos somos Libros vivos con páginas escritas por Él mirando al crecimiento de todos en la Sabiduría de quien Miles de años antes de que este Día amaneciese en su Presciencia determinó nuestra Existencia, no para enriquecimiento individual propio sino para hacer de todos un mismo Ser cuyo Pensamiento tiene en Dios su estrella, magnífica, eterna, que nos comunica a todos vida, fortaleciendo nuestras mentes con su Omnisciencia, haciéndonos nacer de nuevo del Espíritu de su Hijo, para formar unidos una constelación de sabios, enlazados a un mismo Pensamiento, y este Pensamiento tiene en el Amor al Creador y a su Salvación su gloria más excelsa.

Dios quiso que su Palabra permaneciese Bajo Sello, pero visible a todos los sabios de todos los tiempos y épocas, a fin de que viviendo el fracaso de penetrar en su Mente, todos reconocieran que sin su espíritu de Inteligencia toda Ciencia abandona su camino, se pervierte, y acaba creando no Civilización de Vida y Cultura de Paz, sino Cultura de Guerra y Civilización de Muerte.

Los 3.500 años que este Jeroglífico sobre la Creación del Universo ha visto caer a sus pies sabios de todos los tiempos y pueblos, así lo demuestran. Amén de que no aceptando, por orgullo, ser incapaces para con la Razón Humana Sola ponerse a la altura del Padre del Árbol de las ciencias ni los unos ni los otros bajaron la cabeza, ni doblaron sus rodillas poniendo a los pies de Dios esa Razón; al contrario, unos por santos y otros por pecadores, los unos y los otros, lo mismo teólogos que científicos, confesaron ser este jeroglífico un cuento de viejas, fábula llena de gracia a oídos de los niños, pero de ninguna trascendencia a los ojos de la mente de los sabios de la Tierra.

Negar a Dios, a fin de ocultar la incapacidad para penetrar eu Mente y descubrir su Inteligencia, es el principio de todos los males.

Quien busca Inteligencia la encuentra en quien es el Padre de todas las ciencias; pero rechazar el Agua que baja de la Montaña de su Sabiduría es afirmarse en el Orgullo.

Quien busca en ÉL el secreto de la ciencia tras la que corre, cuando esta ciencia es de vida y no de muerte, Dios mismo se adelanta para poner en sus manos la corona de la victoria tras la que fue corriendo. ¡Qué otra cosa puede querer el Creador, como Padre, sino que su Criatura, busque la Sabiduría que hace fuerte a la Vida y conduce a la Libertad!

LA LUZ SE HIZO HOMBRE. En esta sencilla Declaración se encuentra la Vida del Género Humano. La Luz es Inteligencia Creadora a la Imagen y Semejanza de quien con su Todopoderosa Palabra nos sacó de las Tinieblas de la Ignorancia y levantó entre su Luz y las Tinieblas la constelación de estrellas que desde San Pablo a Juan Pablo II ha mantenido viva la FE en nosotros. Ellos murieron para que nosotros vivamos, y tengamos vida abundante.

 

 

Capítulo 2

EL PARAÍSO

 

C.R.Y&S

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