LA CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS |
SEPTIMA PARTECREACION DE LOS CIELOS
CAPÍTULO 24INGENIERÍA ASTROFÍSICA DE CREACIÓN
227. La Inteligencia Creadora se implicó a sí misma en
el juego de las acciones-reacciones al levantar un Universo pensado
para resistir el peso de las corrientes cosmológicas. Es decir,
Dios levantó el edificio universal dotado de todos los mecanismos
físicos necesarios para superar las consecuencias del terremoto
que su propia creación habría de provocar. Dios sabía también que
como soldados que caen en la vanguardia del combate muchos astros
del exterior de nuestro Universo habían de sucumbir bajo el empuje
de las corrientes intergalácticas. Lo que nosotros llamamos Novas
y Supernovas son esos guerreros que han caído en combate y se desintegran
en explosiones fabulosas, a su vez cuna de los cometas y meteoritos
que atraviesan los Cielos. Detengámonos pues un momento en el origen
de las Novas y Supernovas. Y desde la cantidad de energía física
que un núcleo duro es capaz de poner sobre el terreno, vista la
similitud entre el espacio cosmológico general y un acelerador de
partículas: si elevamos el proceso a la dimensión astrofísica y
aplicamos la ley de la influencia mutua entre campo y luz tenemos
que concluir diciendo que un campo galáctico reacciona a la acción
de curvatura de la trayectoria de las corrientes cósmicas acelerando
el ritmo de rotación de su cinturón estelar externo. Desarrollemos
este comportamiento.
228. Tal como vemos en la Creación de Dios todos los
sistemas de un cuerpo galáctico suman sus campos y crean un campo
general que reacciona como un todo frente al exterior. He comparado
antes este campo general con un océano partiendo de la Revelación.
Asumida esta similitud y desde la comparación del campo universal
con el volumen contenido en un vaso de agua, la acción de las corrientes
cósmicas sobre el campo gravitatorio se traduce en la reacción del
agua al movimiento de la mano que introduce su dedo y lo gira. Puesto
que todo cuerpo líquido tiene un movimiento propio, natural al cuerpo
que lo contiene, la aceleración desde el exterior ha de afectarle
a las zonas externas, desde donde se corre hacia el interior, si
procede.
229. Naturalmente todos los cuerpos de un sistema no
reaccionan de la misma manera frente a una fuerza externa. En el
caso de los sistemas estelares esta sencilla ley es el pan de cada
día. Y ya que la transformación de la gravedad en luz depende de
la velocidad de rotación del sistema, a la que le afecta el encuentro
con las corrientes cósmicas, los sistemas estelares externos al
quedar expuestos a la acción del dedo sobre el agua se ven constantemente
acelerados, reacción que unos astros llevan perfectamente y otros
no pueden soportar más allá de un límite crítico. Alcanzado éste
el freno sistemológico de seguridad se
rompe y el sistema escapa al control interno y se aboca a su destrucción.
El resultado es la explosión Nova. Hablando de un astro individual.
Y si el astro da lugar a una reacción en cadena que arrastra a todo
su sistema a la destrucción por el calor generado a raíz de la combustión
acelerada de la gravedad, hablaremos de Supernova.
230. La experiencia es la que habla. La foto, la que
demuestra. Y la realidad la que convence. Imaginemos que tenemos
una bola inmensa, queremos que dé vueltas empujándola y no podemos;
llamamos a más en nuestra ayuda y nos vamos sumando hasta obligarla
a darle vueltas. Una vez que esté dando vueltas la fuerza necesaria
para mantener su rotación constante será menor, de manera que el
efecto de la misma fuerza sobre la misma bola será mayor según crezca
su velocidad. Este sencillo juego lo elevamos en este momento a
la relación entre un astro y su campo de gravedad. Y convenimos
que la rotación de un campo gravitatorio es similar a la de un cuerpo
sólido en el que el astro ocupa el núcleo. Enseguida comparamos
la acción de la corriente cósmica sobre este cuerpo con la de la
fuerza de la mano sobre la bola. Y ya tenemos el efecto físico en
el origen de las Novas. Siempre conviniendo antes que la curvatura
de una corriente cósmica, como la de la luz, no tendría lugar si
esa corriente no tuviera masa. Si no tuviera masa no tendría peso,
y si no tuviera peso ni masa no podría existir el fenómeno de la
curvatura de la luz. Y es que desde el punto de vista de la óptica
se puede comparar la curvatura de la energía cósmica al entrar en
contacto con un campo gravitatorio con la refracción de la luz.
La trayectoria de los cometas a su paso por el Sol nos sirve para
descubrir la estructura óptica de la curvatura que describe la energía
cósmica a su paso por un campo gravitatorio. Pero si a diferencia
de la energía cósmica su curvatura no se toca, en el caso de los
cometas sí tenemos la respuesta que transforma el campo gravitatorio
en una realidad que se comporta a efectos físicos como un cuerpo.
Y como tal rota con el astro al que pertenece.
231. Sabido que la edad de las estrellas se mide por
el tiempo que tardan en consumir la energía de su campo gravitatorio,
proceso de consumo sujeto a la velocidad de trabajo del transformador,
la lógica nos lleva a creer en la existencia de una ley reguladora
entre las revoluciones de trabajo y el tiempo de vida del sistema.
La cuestión que aquí nos ocupa es cómo acelerar las revoluciones
de trabajo del transformador astrofísico hasta ese punto de reducción
de su vida al mínimo tiempo posible. La lógica nos dice que sólo
existe una forma, y es haciendo que el campo sea excitado hasta
el infinito de la manera que se desborda el líquido contenido en
un recipiente por una acción centrifugadora. ¿No es esta la acción
acumulativa de fuerzas frente a la gran bola de la que hablábamos?
Pues que hablamos de corrientes que se mueven respondiendo a los
estímulos de los campos galácticos y de la excitación de los mismos
bajo esas respuestas: del nivel de excitación provocado hablará
la intensificación de la producción de luz. A mayor excitación mayor
intensidad de producción y menor tiempo de vida del sistema. Los
fenómenos de intensificación cíclica y atípica de los sistemas estelares
debemos relacionarlos con este comportamiento universal.
232. Resumiendo: En el caso de las Novas y Supernovas
la excitación se refiere a la elevación de la velocidad de trasformación
al infinito. Fuera de control los mecanismos de frenado naturales
a los sistemas gravitatorios la rotación del astro y del campo se
disparan y se interaccionan hasta consumirse, quedando una cantidad
de millones de años reducidos a cuestión de segundos. Si se habla
de un sistema astrofísico simple hablaremos de Novas. Y si es todo
un sistema múltiple el que cae en esta dinámica hablaremos de Supernovas.
Tanto las unas como las otras tienen lugar en los cinturones constelacionales externos, que son los más expuestos a las corrientes intergalácticas.
Estas Novas y Supernovas en el origen de los cometas, los cometas
son proyectados como proyectiles de cañón que crecen en poder destructor
a medida que acumulan espacio recorrido.
233. Y concluyendo: Estos tres frentes de acción en mente
-Nebulosas, Novas y Cometas- Dios estructuró la distribución constelacional alrededor del Sistema Solar simulando una red
cristalina gravitatoria contra cuya solidez desintegrar el peligro
de interrupción de la Evolución del Árbol de la vida en la Tierra.
Los maravillosos resultados positivos a la vista la realidad no
debe empañarnos los ojos de nuestra inteligencia a la hora de ver
que acorde a las dimensiones astronómicas trazó Dios aquel Círculo
sobre la Faz del Abismo del que nos habló Salomón en su Sabiduría.
Lo que el rey sabio y pacífico por excelencia viera con los ojos
de su Sabiduría nosotros, gracias a Dios, lo vemos con los ojos
de nuestra cara. Cúmulos y supercúmulos en el cinturón externo,
y cúmulos abiertos y sistemas múltiples en el interno, combinan
esta red cristalina gravitatoria constelacional sobre la que todavía hay tanto que decir. Empecemos
resolviendo el misterio del Origen de los Cielos.
CAPÍTULO 25
ORIGEN Y CONSTITUCIÓN DE LOS CIELOS
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LA CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS |