LA CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS |
SEPTIMA PARTECREACION DE LOS CIELOS
CAPÍTULO 23EL ESPACIO COSMOLÓGICO GENERAL
216. La creación de galaxias como fenomenología autónoma,
activada por Dios mediante la alimentación constante del campo transformador
de la energía cósmica en materia astrofísica, nos conduce directamente
a descubrir el Cosmos como un campo de materia prima del que Dios
extrae la materia necesaria para levantar sus Obras. Entre las que
nuestro Universo es una de ellas. No ha sido la primera, ni será
la última. La palabra de Dios al respecto es firme: “En verdad,
en verdad os digo que no puede el Hijo hacer nada por sí mismo,
sino lo que ve hacer al Padre; porque lo que esta hace lo hace igualmente
el Hijo. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El
hace, y le mostrará aún mayores obras que éstas, de suerte que vosotros
quedéis maravillados”. Las derivaciones teológicas no pueden ser
más claras.
217. ¿Pero por qué un haz de energía cósmica no crece
hasta el infinito una vez barrido el límite de la velocidad de la
luz? Estando el origen de la materia astrofísica en el salto de
la energía cósmica y este salto condicionado por la transformación
de la energía cinética en masa, ¿por qué una vez que se ha creado
una pista de vuelo que simula el vacío la transformación no continúa
hasta el infinito? ¿Un proyectil disparado en el vacío no tiende
a adquirir la velocidad infinito si el tiempo que se le da es eterno?
¿Por qué no existe entonces un cuerpo oscuro de masa infinita? En
definitiva: ¿Qué tipo de mecanismo de seguridad es el que le pone
límites al salto de la energía cósmica a la materia astrofísica?
218. La respuesta la pone la experiencia. El salto hasta
el infinito choca con el punto crítico de crecimiento, o Punto de
Implosión Astrofísica, a partir del cual el cuerpo estelar transforma
la energía que absorbe en luz. De esta manera, aunque el sistema
materia-energía tuviera vía libre el propio peso dinámico del proceso
creador lo conduce a un punto en el que la transformación en masa
deja paso a la trasformación en luz. Y sigue el ciclo. Este punto
crítico, pues, está en la naturaleza de la materia general y se
conserva en todo el recorrido del salto, tanto de la cuántica a
la sideral como de la astrofísica a la cósmica. Otra cosa será determinar
cómo este núcleo duro, el verdadero actor del salto interdimensional,
trabaja y en qué medida sus revoluciones de trabajo se aceleran
o desaceleran. Y así otras preguntas que tienen que ver con el salto
creador en sí. Como por ejemplo qué sucede cuando la masa galáctica
creada ha consumido la energía del campo de espacio-tiempo. Y otras
cosas más. También observamos en el Espacio Cósmico General cómo
las galaxias siguen el patrón natural a una corriente que sale por
la boca de un reloj de arena en movimiento sobre su eje. Comparados
los brazos espirales con chorros de energía astrofísica lanzados
por fuerzas centrífugas al Espacio Cósmico General la gama de galaxias
se abre a la cantidad de energía concentrada en un momento por un
campo de transformación. Es más, si comparamos estos campos con
redes en los que la energía cósmica cae en corrientes alternativas
la gama anterior se nos abre en abanico
y lo que hemos visto hasta ahora no es sino una muestra de lo que
se ve venir. Las especies galácticas crecen en la eternidad hasta
el infinito.
219. ¿Y una vez creadas cómo se comportan las galaxias?
¿Cómo crecen, cuál es la regla que les da forma a su ente, cómo
conservan la energía cinética, cuál es su relación con el campo
trasformador, y cuál la relación entre este campo y el campo gravitatorio
astrofísico? ¿Podremos deducir de lo que vemos algunas leyes que
nos ayuden a entender la naturaleza de ese árbol de criaturas estelares
que es el reino de las galaxias? ¿Estamos capacitados para mediante
la conjugación de las leyes físicas locales recrear las grandes
leyes que rigen el movimiento en el Espacio Cósmico General? ¿Por
qué no obedecen las galaxias a la famosa ley de la gravedad universal?
¿Por qué se comportan mejor como enjambres de criaturas exóticas
volando sin dirección aparente, por norte el que el viento les describa
como trayectoria? ¿Del movimiento browniano que demuestran poseer
se puede o no se puede proceder a la aplicación de las leyes de
la electrodinámica a las galaxias, en virtud de cuyas leyes se rechazan,
chocan, se mezclan, se dividen, su multiplican y permanecen siempre
en movimiento? ¿El Movimiento Cosmológico General no ignora la naturaleza
neutra del campo gravitatorio universal? Y este movimiento constante
de esas criaturas enormes que se desplazan a velocidades fantásticas
por un Cosmos con vocación eterna ¿qué tipo de corrientes y de vientos
intergalácticos no producirán? ¿No son las tormentas nebulares que
arrollan a su paso a nuestro Universo Galaxia prueba de la existencia
de esas corrientes intergalácticas que, levantadas por el Movimiento
Cosmológico General llevan, de un lado para otro, masas de materia
cósmica, causadas tanto por la combustión de sistemas enteros como
por su existencia antes de la creación del Principio Cosmológico
General? (En fin, tratando este tema las preguntas podrían amontonarse
las unas sobre las otras hasta crear una montaña. Que la Cosmología
del siglo XX fuera omnisciente y descubriendo una nueva galaxia
con su topoderoroso genio ya pudiese adjudicarle
naturaleza, edad y distancia es una de esas maravillas de la naturaleza
que debemos sujetar a análisis, examen y juicio crítico. Pero no
en este libro).
220. Aquí conviene afirmar que la Idea del Universo fue
primero que el Universo. No se trata de dogmatizar ni de filosofar.
No es mi intención. Se trata únicamente de poner sobre la mesa una
realidad tan natural como que el estudio del terreno es necesario
antes de levantar cualquier obra de ingeniería. Y es que conociendo
Dios las leyes de su Creación, sus dimensiones, su fenomenología
y su naturaleza es lógico y natural que al plantearse levantar una
Obra tire líneas y haga cálculos pensando en la influencia del terreno
sobre el futuro del edificio, en este caso astrofísico. Mejor que
yo quien puede precisar este proceso de estudio y reflexión anterior
al Acto Creador es el propio Dios que le inspirara a Salomón estas
palabras sobre su Sabiduría: “Yavé me poseyó al principio de sus
caminos, antes de sus obras, desde antiguo. Desde la eternidad fui
yo establecida; desde los orígenes, antes que la tierra fuese. Antes
que los abismos, fui engendrada yo; antes que fuesen las fuentes
de abundantes aguas; antes que los montes fuesen cimentados, antes
que los collados, fui yo concebida. Antes que hiciese la tierra,
ni los campos, ni el polvo primero de la tierra. Cuando afirmó los
cielos; cuando trazó un círculo sobre la faz del Abismo. Cuando
condensó las nubes en lo alto, cuando daba fuerza a las fuentes
del abismo. Cuando fijó sus términos al mar para que las aguas no
traspasasen sus linderos. Cuando echó los cimientos de la tierra
estaba yo con El como arquitecto, siendo siempre su delicia; solazándome
ante El en todo tiempo”.
221. La Idea en Mente, todos los cálculos resueltos,
Dios mete mano a la Obra. En el caso de los Cielos lo primero que
hizo fue -según Salomón: “trazar un círculo sobre el haz del abismo”.
Esto es, marcar el territorio, señalar el perímetro dentro de cuyos
diámetros crearía los Cielos. Que es decir especificar las dimensiones
del edificio material por el perímetro que se le asigna en el Espacio.
El radio y el diámetro de ese Círculo dentro de cuyo perímetro pensó
crear los Cielos no es un número que nos sea desconocido. La razón
de este Número, desde el conocimiento de la naturaleza del terreno
cósmico, se entiende perfectamente; máxime teniendo delante de nuestros
ojos el álbum de fotos que el Hubble nos regala gratuitamente. No
olvidemos que aunque la foto astronómica se limita a ofrecernos
una congelación puntual de la materia en el tiempo los fenómenos
que producen son de tal punto parecidos a los fenómenos que observamos
en el mundo físico local que por lógica tenemos que deducir de lo
conocido lo que está por conocer. ¿No se parecen las nebulosas a
tormentas atmosféricas? ¿Y no parece como si olas gigantes de energía
las levantaran y las lanzaran contra los sistemas estelares de nuestro
Universo?
222. Ya hemos entrado en el problema. Las galaxias levantan
en el Espacio Cosmológico General poderosas corrientes y vientos.
Estos se desplazan y siguen las direcciones que les marcan las propias
galaxias. Pero no sólo de materia nebular estamos hablando. Aquí
hay que conjugar la ley de la curvatura de la luz con el vuelo de
la energía cósmica. Mejor pongámoslo de otro modo. Partamos de una
imagen más llana. Transformemos las galaxias en cañones creadores
de energía cósmica. A la par que la crean la disparan al Espacio
Cosmológico General. No abolimos la velocidad de la luz dentro del
campo galáctico; al contrario, mantenemos su límite. Y mientras
hace su camino, conforme da vueltas buscando su camino al exterior
de la galaxia el chorro de energía de una estrella se suma a la
de la otra, dando como resultado al final la proyección al Espacio
Cosmológico General, no de haces, sino de corrientes de energía.
223. Este fenómeno de multiplicación y concentración
de la masa de un haz de partículas, creando una corriente que se
comporta como un núcleo duro se ha observado en los aceleradores
de partículas. Se ha visto que la multiplicación cuántica de la
materia por la aceleración de la velocidad del haz inicial no crea
nuevos haces dispersos, tal que cada cual sigue su propia trayectoria.
224. Fuera del campo gravitatorio galáctico la aceleración
de las corrientes de energía liberadas por la galaxia tiende a elevarse
a medida que se alejan de su influencia, y a seguir creciendo a
medida que se acercan a la próxima galaxia. En este sentido la fuente
de origen, la galaxia, se comporta como el cañón en el que el haz
recibe su energía inicial de vuelo cósmico, y el Espacio Cosmológico
General como el acelerador en el que el haz se multiplica y genera
los núcleos duros creadores de las corrientes intergalácticas en
el origen de los desplazamientos de materia cósmica nebular de un
lado para otro. Estas corrientes se mueven en el Espacio Cosmológico
General a la manera que los ríos hacen sus lechos sorteando los
pies de las cordilleras y se lanzan en línea recta cuando lo permite
el terreno. De nuestro conocimiento Hubbleliano del Cosmos podemos deducir el número y la variedad de corrientes
que se mueven en el espacio intergaláctico, la cantidad de energía
que transportan y las consecuencias sobre cualquier sistema que
se cruzara en su camino sin protección contra su frente de onda.
225. La Creación de Dios de esta forma dinámica estructurada,
el Espacio Cosmológico General transformado en una superficie sobre
la que poderosos ríos de energía cósmica pintan sus lechos, ¡el
final del trayecto de estas corrientes es el Océano! Y este Océano
¿qué otra cosa puede ser sino el campo creador externo en cuyo seno
se produce la transformación de la energía cósmica en materia astrofísica?
Pero antes de alcanzar su destino, durante el trayecto desde sus
fuentes-cañones de origen al Océano transformador de las corrientes
cósmicas en materia astrofísica estas corrientes cósmicas se comportan
como verdaderos ciclones. Como el río en cuya corriente cae un árbol
viejo y es arrastrado lecho abajo, de la misma manera las corrientes
cósmicas mueven de un sitio para otro la materia nebular intergaláctica.
Y de la misma forma que el viento sigue su curso al acercarse a
la montaña, pero descarga sobre ella su carga de esta misma manera
los ríos de energía cósmica hacen lo propio sobre las galaxias que
bordean. Obviamente nosotros no podemos detectar esas corrientes,
pero sí podemos deducirlas de nuestro conocimiento de la materia
y de lo que vemos con los ojos del Hubble.
226. Nuestro Universo-Galaxia, la Vía Láctea, se relaciona
con el resto de la Creación siguiendo los parámetros de este Movimiento
Cosmológico General. Visto desde el exterior, nuestro universo se
comporta como la montaña sobre la que descarga el cosmos sus nubes
y de cuyas entrañas mana una nueva fuente de agua electromagnética
que extiende sobre el campo cósmico su lecho, adquiere sus afluentes
intergalácticos y avanza entre las galaxias hasta alcanzar su destino.
El origen de las Nebulosas está en este juego de interacción frente
al cual y pensando en sus dimensiones le diera Dios a nuestro Universo
las suyas.
CAPÍTULO 24INGENIERÍA ASTROFÍSICA DE CREACIÓN
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