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CAPÍTULO 85.

EL GOBIERNO SE DECLARA BELIGERANTE CONTRA EL FASCISMO

 

El nuevo Gobierno se presenta a las Cortes el 19 de mayo. El Presi­dente Casares Quiroga hace la declaración ministerial, «abrumado por la terrible carga que el destino ha puesto sobre mis hombros». «¿Qué programa puedo presentar, que no sea el del Frente Popular? La diferencia que me separa de la figura ingente de mi antecesor en este puesto, sólo la puedo salvar con una aceleración de ritmo y un ímpetu que responda exactamente al ímpetu del Frente Popular que me apoya.» Todas las fuerzas republicanas del Frente Popular están representadas en el banco azul. Mi gratitud a aquellos que me han prestado su colaboración para subir esta amarga y terrible cuesta que es el ejercicio del Poder en estos momentos. Y a aquellos que por motivos personales muy respetables han decidido sustituir su colaboración directa por la no menos apreciada en los escaños de la mayoría. Ratifico cuanto aquí dijo el señor Azaña en la sesión del 15 de abril. El problema de la reforma del Reglamento de la Cámara debe ser afrontado con urgencia. Necesario es también proceder enérgicamente a la defensa de la República. «Al cabo de cinco años, la República necesita todavía defenderse de sus enemigos. ¿Hasta cuándo va a durar esto? Estando yo en la cabecera de este banco azul, prometo que durará lo menos posible. La táctica de la simple defensa no basta. Es más eficaz la táctica del ataque a fondo. Se han acabado las contemplaciones con los enemigos abiertos o enmascarados de la República. Al enemigo declarado lo aplastaremos, y a los enemigos embozados los buscaremos para también aplastarlos. No puedo presenciar tranquilo cómo, cuando esos enemigos se alzan contra la República y son llevados a los Tribunales, algunos de estos Tribunales perdonan sus culpas y los absuelven. Hemos de pensar en aquellas leyes que hayamos de traer a la Cámara para cortar este abuso radicalmente. Porque los enemigos crecen. Y yo os digo; amigos: cabalguemos; pero a galope y a pasarlos por encima.»

«He dicho y repito que no estoy dispuesto a tolerar una guerra civil en España. Lo reitero ahora. Y digo que cuando se trata del fascismo, yo no sé permanecer al margen de esas luchas y os manifiesto que contra el fascismo el Gobierno es beligerante.» Todas estas expresiones de carácter belicoso son subrayadas con grandes aplausos de la mayoría.

La preocupación del Gobierno se centra en combatir el paro, en la re­forma agraria y en restaurar la legislación social abolida. «En los problemas fundamentales del Gobierno, o tengo el apoyo del Frente Popular, o ha terminado mi misión. El apoyo que solicito de los partidos del Frente Popular, lo necesito para hacer la tranquilidad y la paz fecunda de España. Hagamos un máximo esfuerzo para que se desarrolle la lucha económica de todas clases dentro de la más absoluta legalidad republicana. Fuera de ella no se puede pretender que el Gobierno trabaje coaccionado, y mucho menos dirigido desde abajo. No puedo admitir que para las conquistas que crean precisas para sus reivindicaciones de clase las masas proletarias o republicanas se impongan huelgas políticas fuera de la ley, incautaciones que no pueden ser permitidas y actos de violencia que son un trágala o una coacción. El Gobierno por dignidad no puede trabajar en estas condiciones. Apelo a todos vosotros para que me ayudéis en colaboración leal y cordial.»

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El orador deja los ánimos de la mayoría tensos y prontos a deflagrar. Por eso, cuando se levanta Gil Robles se enfrenta a un auditorio convulso y crispado. Pronto surgen las interrupciones. Al solucionar el Presidente de la República su primera crisis, dice el orador, ha encontrado mediatizadas sus facultades de libre designación por la negativa de grupos integrantes del Frente Popular a formar parte del Gobierno. La solución fue impuesta en un momento dado con conminaciones que tenían carácter de amenaza; se ha dado en perjuicio de los grupos republicanos de izquierda representados en el Gobierno y los beneficios van a recogerlos, ahora y en el futuro, los grupos obreristas vinculados al Frente Popular.

El Gobierno va a encontrarse frente a problemas pavorosos, casi insolubles, como el económico, cuyos caracteres de catástrofe quizá no se hayan dado en la historia de nuestro país. Esos grupos que no han querido participar en el Gobierno os han dejado íntegra la responsabilidad de dirigir los destinos del país, porque saben que inevitablemente vais al fracaso. Cuando éste llegue, pedirán que les deis paso para llevar al poder la revolución anunciada todos los días de modo descarado.

En relación con el problema del fascismo, el Presidente ha dicho que el Gobierno será beligerante. «El partido en cuyo nombre hablo —afirma Gil Robles— no siente entusiasmo ni tiene concomitancias con la ideología fascista.» Ciertas teorías fascistas están empapadas de un panteísmo filosófico y político que pugna con nuestras doctrinas: rechazamos en el fascismo todo lo que tiene de socialismo del Estado absorbente, que tiende a la anulación de cuanto de noble y espiritual existe en la personalidad humana.» Sin embargo, «¿se puede negar que existe hoy en España un ambiente difuso que quizá sin llegar a la entraña y esencia de la doctrina, va creciendo y ganando sectores inmensos de la opinión española? Las causas de ello es que en España está en crisis el concepto de democracia, como por desgracia ocurre en gran parte del mundo. Cuando al llegar unas elecciones como las del 16 de febrero, lanzando a la calle a las masas se les arrebata a los partidos unas cuantas actas; cuando otras son anuladas contra toda razón en el Parlamento; cuando se repite la elección en circunstancias vergonzosas en Granada y Cuenca; cuando se va a la máxima ficción en las elecciones de compromisarios, ¿cómo le vamos a pedir a nuestra opinión, a la masa de España que crea en esa democracia que habéis destrozado en pedazos? Los mayores propagandistas del fascismo sois los gobernantes con vuestras persecuciones, detenciones y arbitrariedades. Con masas de perseguidos y castigados injustamente, se nutren esas tendencias fascistas, y la mayor tragedia que se puede presentar a quienes estamos al frente de partidos que actúan dentro de la legalidad es tener que decir a los que nos demandan amparo que no podemos prestárselo, porque es el Gobierno el primero que ha prescindido de las normas legales. Y cuando desde las altas esferas de la Administración se pierde el respeto a la ley, no pidáis a los ciudadanos que no deriven por cauces de violencia para defenderse. En esas tendencias lla­madas fascistas, late muchas veces un sentido de amor patrio, quizá mal enfocado, pero profundamente dolorido, al ver que la inspiración de la política nacional procede de Moscú; y por ello sois servidores y ejecutores de consignas extrañas.

»Si el Poder público se inclina sólo al lado del rencor y de la venganza, tened la seguridad de que ese movimiento crecerá, mañana será más concreto y encontrará el hombre, la organización, el móvil sentimental que lo impulse y entonces será difícil que se contenga con la política represiva del Gobierno. (Un diputado: ¡Qué miedo!). Yo no pretendo poner miedo a nadie y menos a vosotros, feroces revolucionarios que no hacéis más que hablar. Si no existe esa política de justicia, ese movimiento crecerá y llevará a España a una situación de guerra civil, en la cual todos aquellos partidos que se mueven dentro de la órbita legal, no tendrán nada que hacer. ¡Triste situación la de un Gobierno que en una interinidad que está en la misma naturaleza de las cosas, va a ser testigo impotente de esta guerra civil que se prepara!»

Gil Robles termina: «Nosotros no vamos por caminos de violencia; pero cuando esas fuerzas que claramente preparan la revolución rebasen al Gobierno y lo arrollen, como todos los días dicen, habrá una fuerza social que sin ánimo de violencia estará al lado de la autoridad para cumplir su deber, y si la autoridad falta, para poder dar a su Patria el sacrificio último que se puede pedir a un ciudadano.»

Por las interrupciones colectivas y la gritería, incesantes durante el discurso de Gil Robles, las Cortes adquieren el aspecto de asamblea de gente procaz y amotinada. Habla a continuación Calvo Sotelo y recuerda las dos bajas que se han producido en el Gobierno: la de Azaña, que se ha retirado «al monte Palatino» y la del que fue ministro de Hacienda, Gabriel Franco, al que la censura prohibió la publicación de la nota en la que explicaba su negativa a continuar en su cargo. El Presidente no ha querido referirse a estos hechos y ha aludido a la política de gastos con relación al paro forzoso. Soy un convencido de la necesidad de que el Estado, ahora como hace diez años, desarrolle una política de gastos reproductivos. Pero no habrá manera de cohonestar una política estatal de gran gasto con otra política que prohijé la anarquía y fomente la disminución de rendimientos. La política económica está dirigida y controlada por el marxismo. El decreto fundamental de esa política fue el de readmisión de los represaliados. ¿Cómo ejercen las organizaciones marxistas el control sobre la política del Gobierno? Con el monopolio de la mano de obra. El marxismo no permite que se trabaje más que a través de la asociación a un sindicato de clase. En Madrid hay una huelga de camareros, porque algunos patronos admitieron trabajadores no sindicados. Por esta misma razón, la Compañía de ferrocarriles M. Z. A. se ha visto obligada a expulsar a 300 obreros y el Ayuntamiento de Madrid a más de 1.000. La Sociedad Euskalduna, las Forjas de Alcalá, Experiencias Industriales de Aranjuez se encuentran en el mismo caso. Treinta obreros de los fuertes militares de la Coruña han estado sitiados cuatro días, porque las organizaciones marxistas no les permitían regresar a sus hogares. ¿Cómo no va a temblar una parte de la sociedad española ante la hipótesis de que el marxismo llegue a adueñarse de las palancas del Poder? Por otra parte, el proletariado desarrolla una política antieconómica porque se inspira únicamente en el interés de clase, de espaldas y a veces en contra del interés económico total. Hay dos maneras de hacer la revolución desde el punto de vista marxista: una en la calle, con la fuerza de las armas; otra, en el seno de la economía, desarrollando la lucha contra todas las fórmulas de la riqueza, hasta aniquilar los órganos del régimen social vigente. Esta táctica desarrollan las fuerzas sociales marxistas. Cuando hayáis matado el beneficio del capital, ¿qué es lo que vais a socializar? Y no digamos en la agricultura: en muchos sitios los propietarios ofrecen tierras y los obreros contestan: dadnos jornales y no tierra.

El Gobierno se ha declarado beligerante frente al fascismo, cuando lo que debe hacer es aplicar la ley inexorablemente. En el aspecto económico el fascismo representa un movimiento de integración que se opone al socialismo en cuanto suprime la libertad individual al abolir la propiedad y al capitalismo en cuanto corrige sus excesos y abusos. «Me interesa dejar constancia de esta evidente conformidad mía con el fascismo en el aspecto económico y en cuanto pudiera decir en el político me callo. Interrumpe el socialista Bruno Alonso: (Ya sabemos que es fascista S. S.; pero no tiene el valor de declararlo públicamente). Yo tengo el valor de decir lo que pienso y S. S. menos que nadie puede prohibirme la expresión legítima de mi pensamiento. S. S. es una pequeñez, un pigmeo. Alonso González: (Yo soy tanto como S. S. aquí y en la calle. Vamos fuera a verlo). El Presidente reclama orden. El socialista insiste: («S. S. es un chulo»). Aumenta el alboroto. Se gritan insultos. Bruno Alonso vocifera: (Yo voy solo a todas partes y S. S. lleva pistoleros). Tras de grandes esfuerzos, el Presidente logra restablecer la calma, después de llamar al orden al interruptor.

Calvo Sotelo prosigue: «Hoy el principio de autoridad está a los pies de los enemigos jurados del Estado español. Millones de españoles viven sojuzgados por unos déspotas rurales, monterillas de aldea que cachean, registran, multan, se incautan de fincas, parcelan y dividen la tierra. Los casos que puedo citar son innúmeros. Ved uno como ejemplo: en Pinos Puente, pueblo de la provincia de Granada, muere de muerte natural un guardia civil y los sepultureros, por orden de los dirigentes marxistas se niegan a enterrarlo y los compañeros del guardia tienen que cavar la fosa»

¿Dónde está la autoridad? El hecho de que el señor Casares Quiroga haya ido al Ministerio de la Guerra me ha hecho pensar en los motivos que justifiquen esa determinación. ¿Para qué va S. S. al Ministerio de la Guerra? ¿Para actuar como cirujano en el seno del Ejército o para actuar como cirujano con el Ejército en el seno de la sociedad? Lo que más falta ahora es el ejercicio del principio de autoridad. ¿Dónde está la autoridad? El Ayuntamiento de Bilbao acuerda quitar el nombre de España a una plaza. En Peñarroya cinco ingenieros han vivido varios días secuestrados en el fondo de una mina. En Turón el delegado gubernativo es un condenado a muerte por los sucesos de Octubre, y entre los que ha detenido figura el hijo mayor de los diez hermanos huérfanos de José Gómez, empleado de la Hullera, asesinado, y que por éste y otros crímenes fue condenado a muerte el hoy delegado con otros compañeros. ¿Dónde está la autoridad? «Las perspectivas que yo veo son: en el orden económico depauperación; en el espiritual, odio; en el moral, indisciplina; en el político, esterilidad; en el nacional disgregación. Yo no veo un horizonte más risueño y compadezco a S. S. por la empresa que tiene sobre sus hombros.»

Calvo Sotelo ha hablado entre granizadas de interrupciones, insultos y frases soeces, que partían especialmente de los escaños comunistas, sin que el orador perdiera su ecuanimidad. A continuación el diputado catalán Ventosa se lamenta del tono de las palabras de Casares Quiroga, en las que advierte parcialidad manifiesta, incompatible con la actitud de un Gobierno: «En el fondo palpitaba algo que yo creo constituye una lacra de la sociedad española: el espíritu persecutorio; el espíritu inquisitorial ha quedado entre nosotros.» Defensa de la República, sí, pero yo creo que los enemigos de la República son todos aquellos que provocan diariamente los desórdenes públicos que determinan ese estado de anarquía en que se está consumiendo España. En todos los países donde se ha instaurado el fascismo precedieron a éste desórdenes y persecuciones como los que vienen sucediendo en España. «Yo os llamo la atención sobre la evidente similitud que existe entre la situación política en que se encontraba Italia en los años 20 y 21, y de Alemania en años anteriores. Si por el restablecimiento de la confianza pública no se consigue una reanudación de las actividades económicas, serán inútiles los esfuerzos para solucionar el pavoroso problema del paro.» «El Frente Popular pudo ser un instrumento de gran eficacia, pero ya no es apto para gobernar, porque no es posible una coalición entre aquellos que desean destruir la sociedad burguesa y establecer la dictadura del proletariado y vosotros, los que queréis mantener la Constitución y la República y el orden de civilización en que vivimos. Y, o bien el Gobierno cede a las exigencias de los elementos extremistas del Frente Popular, o éstos renuncian a la ejecución inmediata de aquella parte de su programa que no está contenida en dicho Frente.»

También los agrarios, según declara el diputado Cid, sienten vergüenza e indignación «por los hechos bochornosos realizados por turbas que no tienen de humano más que la figura», y no votarán la confianza al Gobierno. En cambio, contará con el apoyo de los centristas de Pórtela. Dice éste: «La situación es de tal gravedad que hay que pensar que salven a España los que tienen el deber y la posibilidad de salvarla, no regateándoles esfuerzo y concurso para que la nación no se derrumbe, como está amenazada si no se pone coto a la marcha de los sucesos.» Por 217 votos contra 61 se otorga la confianza al Gobierno. El partido comunista, por la voz del diputado Uribe, promete el apoyo para la defensa de la República, no sólo contra sus enemigos declarados, «sino contra los organismos del Estado, que hay que limpiarlos de la carroña que llevan». «Todavía no se ve la justicia democrática. Los tribunales ponen en libertad a los fascistas. Hay que cambiar fundamentalmente la composición de esos Tribunales para que hagan justicia en beneficio del pueblo, que es el único que tiene derecho.»

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La discusión planteada con motivo del dictamen de la Comisión de Trabajo que derogaba la ley de Jurados mixtos de 16 de julio de 1935 y restablecía la de 27 de noviembre de 1931 motiva una intervención del cedista Madariaga (20 de mayo) en defensa de la legislación del ministro de Trabajo, Salmón, y una réplica del sindicalista Pestaña, resumida en estas palabras: «La política hoy en España no es más que la fuerza. La vida en España desde hace muchos años se desliza por cauces que no son los de la equidad y el respeto. Ésta es una lucha a muerte.»

De que es así lo certifica un escrito leído en la Cámara por el diputado de Bloque Nacional Andrés Amado, con las palabras textuales pronunciadas por el gobernador de Teruel al inaugurar un grupo escolar: «En los pueblos, dijo, a todo el que estorbe si es de derechas, hay que quitarlo, metiéndolo en la cárcel, y si no se puede, haciéndolo desaparecer.»

Al proyecto de ley sobre desahucio de fincas rústicas (21 de mayo) la minoría cedista presenta numerosas enmiendas, lo que motiva repetidas intervenciones de Giménez Fernández, conforme con el espíritu de la ley y opuesto a la forma, porque va a ser origen de muchos abusos y persecuciones. «No me mueve un espíritu de obstrucción, sino, por el contrario, de leal colaboración.» «Yo, que amo a la República, que lo único que me une a ella es la creencia de que en la República se puede conseguir la justicia social que la Monarquía no quiso conceder porque no le dio la gana; quiero que ya que en nuestras manos la República no fue lo que debió de ser, lo sea en las vuestras, pero no lo va a ser tampoco.» No obstante, esta buena disposición del diputado, no prospera ninguno de sus votos particulares, inspirados en el deseo de perfeccionar el proyecto.

La ley de jurados mixtos de 27 de noviembre de 1931 queda restable­cida (26 de mayo) por 204 votos. Terminada la discusión del dictamen acerca del proyecto de ley sobre revisión de desahucios de fincas rústicas, comienza el examen (27 de mayo) de otro proyecto de ley derogando la de Reforma Agraria de 1 de agosto de 1935 y poniendo en vigor la de 15 de septiembre de 1932. Las enmiendas de la C. E. D. A. se referían especialmente a la incorporación a la ley de los principios de acceso a la propiedad y de patrimonio familiar. Giménez Fernández multiplica sus intervenciones no como impugnador, sino con un espíritu de colaboración, pues en líneas generales las leyes del Frente Popular «le parecían bien», pero estimaba que «la adopción de determinados criterios puede producir efectos desastrosos». La ley sobre revisión de desahucios de fincas rústicas es aprobada (28 de mayo) por 216 votos.

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La angustiosa situación financiera motiva unos proyectos de ley del ministro de Hacienda, leídos a las Cortes (29 de mayo). En virtud de uno de ellos autoriza al Gobierno para obtener del Banco de España, con destino a la intervención en los cambios, la suma de 25.200.000 pesetas oro, sin interés alguno; por otro que examina Ventosa, el Gobierno reduce a 500 pesetas la cantidad que puede sacar el español que realice un viaje al extranjero. En futuros viajes sólo podrá sacar 100 pesetas. El oro del Banco de España se utiliza sin tener una política definida de cambios. «Actualmente existe en España una anarquía y una ausencia de autoridad que no tiene en mi recuerdo —afirma Ventosa— precedentes en ningún país europeo. Una situación así, y una política como la que aquí rige es incompatible con una política de cambios. Si se utiliza el oro del Banco de España, el oro se pierde; será imposible obtener un crédito en el extranjero, y no habrá normalidad económica en el país. España tiene posibilidades para ser una nación de prosperidad extraordinaria y única, excepcional en el momento actual. Para ello se necesitan dos cosas: un Gobierno que inspire confianza y una política consciente y coordinada.» Para mí, afirma el cedista Villalonga, la situación de la Hacienda se ha agravado en los últimos meses por la anarquía y la guerra civil en que vive el país. Si este proyecto sirve para traer a la reflexión al Gobierno y a la mayoría y para que se haga un alto en tantos desmanes, se podrá decir que el sacrificio no habrá sido estéril... Calvo Sotelo profundiza en el análisis de los proyectos respecto a la exportación de oro y recargos arancelarios: «Pero todo esto que aquí discutimos con aparente frialdad académica me parece grotesco y absurdo, me subleva contra mí mismo y no obraría de acuerdo con los dictámenes de mi conciencia si no dijera claramente que la causa principal de la gravísima situación económica de España es de orden político y estriba en la ausencia de un Estado. Un Estado es la paz, la paz es la autoridad, la autoridad es el prestigio y el prestigio es el decoro político. Pero en España el Estado se halla degradado por la implantación que de sus mismas esencias realizan elementos ajenos a la organización estatal, que están corroyendo las bases de la vida española y preparan un mañana pavoroso si Dios no lo remedia, que sí lo remediará. Por algo soy creyente y lo espero así.»

El problema que ahora preocupa es éste: el Centro de Contratación de Moneda se encuentra con una petición abrumadora de divisas de unos 1.500 millones de francos y con exigua disponibilidad para contrapesarlas, pues no llegan a 30 ó a 50 millones; una insignificancia. Hay una manera de salir del paso: poner en circulación los bonos oro al 4 por 100 emitidos por el señor Chapaprieta. Estos bonos u otros similares entregados a los extranjeros que venden sus mercancías a comerciantes españoles podrían saldar las deudas comerciales. Pero esto no es factible, porque se ha perdido la confianza financiera en el Estado español y no se recuperará hasta que no sea restablecido el principio de autoridad.

Estos días, refiere Calvo Sotelo, he hablado con unas personalidades extranjeras que han venido a Madrid y me contaron su odisea. «Viajan los unos en automóvil y en dos sitios tienen que pagar la alcabala para el Socorro Rojo que les reclaman unos milicianos uniformados con brazaletes rojos; vienen otros por ferrocarril y al pasar por Miranda tienen que soportar una parada de horas a consecuencia de conflictos sociales; llegan a Madrid, se instalan en un hotel y una huelga les obliga a trasladarse a otro; en este segundo hotel aquella noche estallan dos bombas; emigran a otro y allí les alojan en un quinto piso, pero se encuentran sin ascensor. Como es natural, están deseando marcharse de España.» Recuerdo una frase de Tardieu: «Si queréis sanar la Patria y conservar la libertad, restableced la autoridad.» «Restableced la autoridad, señores del Gobierno.»

Somos los hombres de izquierda, replica el ministro de Hacienda, los que arreglamos las cosas desbaratadas o desordenadas en materia financiera por los gobiernos de derechas. «Si hubo orden durante el tiempo en que los hombres de la C. E. D. A. colaboraron en el Gobierno, ¿cómo la situación, lejos de mejorar, se ha agravado? Tranquilícense los alarmados. Aparte de las disposiciones sometidas al Parlamento, se preparan otras hasta completar el plan de conjunto que este Gobierno tiene para resolver los problemas financieros y económicos.»

 

CAPÍTULO 86.

TODAS LAS REGIONES RECLAMAN LA AUTONOMÍA

 

AGRESIONES, AFRENTAS Y SANCIONES CONTRA LOS GUARDIAS DE ASALTO EN OVIEDO. — UN CHOQUE EN YESTE (ALBACETE) ENTRE LA GUARDIA CIVIL LOS VECINOS SUBLEVADOS OCASIONA VEINTE MUERTOS Y MUCHOS HERIDOS. — «EL PORVENIR POLÍTICO DE ESPAÑA ESTÁ PENDIENTE DE UN HILO: LA POLÍTICA AGRARIA QUE SE ESTÁ REALIZANDO ES UNA LOCURA» (PRIETO). — FRENESÍ HUELGUÍSTICO, CON INCAUTACIONES DE FÁBRICAS Y TALLERES Y DESÓRDENES EN MUCHAS LOCALIDADES. — LA C. N. T. IMPONE EN MADRID SU DICTADURA TERRORÍFICA. — «POR EL CAMINO QUE VAN LAS COSAS NO HABRÁ EN ESPAÑA MÁS FASCIO QUE EL ENGENDRADO POR EL FRENTE POPULAR» (OSSORIO Y GALLARDO). — DESAFORADAS APOLOGÍAS DE LA U. R. S. S. DE LAS EXCELENCIAS DE LA VIDA SOVIÉTICA. — INTENSO ALISTAMIENTO E INSTRUCCIÓN DE LAS MILICIAS MARXISTAS. — NUEVO GOBIERNO DE LA GENERALIDAD. — EL «ESTAT CATALÁ» CONTRA LA ESQUERRA. — LOS NACIONALISTAS VASCOS PRESENTAN A LAS CORTES SU PROYECTO DE ESTATUTO. — EL PROCESO DE FRAGMENTACIÓN DE ESPAÑA ENTRA EN UNA FASE VIRULENTA.