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PREHISTORIA
Y FUNDACIÓN DEL REINO DE DIOS
CR
Y&S
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1 ORÍGENES
CAPÍTULO 2 CREACIÓN DE LOS CIELOS
CAPÍTULO 3 DE NOÉ A ABRAHAM
CAPÍTULO 4 DE ABRAHAM A DAVID
CAPÍTULO 5 DE DAVID A CIRO EL
GRANDE
CAPÍTULO 6 CIRO EL GRANDE
CAPÍTULO 7 DE CIRO A CRISTO
EPÍLOGO
PRÓLOGO
La Historia es Universal, o no
existe. Y si existiera fuera de su universalidad sería a la manera de un
miembro arrancado del cuerpo, y arrojado a la Muerte.
Es necesario afirmar que fuera
del Universo por Dios creado nada puede existir indefinidamente. Un hombre
puede crearse una burbuja, darle materia, encerrarse en ella, encerrarse en sí
mismo, creerse un dios por un día dentro de las paredes de un destino creado
por él mismo para avanzar al encuentro de su muerte. ¡Demencia! ¡Simple
demencia! Y nada más que demencia. Ignorancia la llamaríamos si desconociésemos
las causas y las consecuencias de un tal comportamiento. Afortunadamente
gracias a JESUCRISTO REY y a YAVÉ DIOS, su Padre, conocemos el Origen del
Universo. (Leer La Creación del Universo según el Génesis. Introducción de
Cristo Raúl a la Cosmología del Siglo XXI”). Este Conocimiento nos lleva a todos,
dirige nuestra inteligencia a la Necesidad de entender que la Verdad Universal
es una sola y única. No podemos aislarnos de todo, y de todos, darle la espalda al Hecho Incontestable de la
Naturaleza Social de la Vida Inteligente.
La Vida existe desde la
Eternidad, la Vida desplegó su Árbol Cosmológico por todo el Infinito antes de
producirse la Revolución Divina que dejo atrás la Muerte y elevó la Vida Creada
a la Inmortalidad Natural a nuestro Creador.
La serie de indagaciones sin fundamentos del Ateísmo Científico sobre la
soledad del Hombre en el Universo es un proceso terminal esquizoide fratricida
que impuso su Quijada de Asno en las universidades del Siglo XX, imponiéndole
a la Bestia Política su Ley el Derecho y el Deber de aplastar toda oposición a
su Necesidad Individual. ¿Resultado?: Las Guerras Mundiales.
La Historia Política del Género
Humano no miente. Muchas son las lecciones que deducimos, inferimos y extraemos de sus leyes. Entre ellas el atentado
contra el Futuro de la Humanidad que la transformación de la Ciencia Histórica
en Memoria Democrática, no importa su naturaleza política, representa,
presupone un ataque directo, frontal,
fratricida-suicida contra la Salud Mental e Intelectual del Ser Humano;
atentado que vivieron las generaciones de la primera mitad del Siglo XX en su
forma más infernal imaginable. Porque cuando la Verdad Universal no se tiene,
ni se quiere, el recurso a las Armas de Destrucción Masiva es la garantía
que ilumina el cerebro de la Bestia
Política Humana y le hace entender su superioridad sobre la Muerte de las
clases débiles.
Muchas son las formas y métodos
que en la batalla por abrazar la Sabiduría y vivir en el
Conocimiento de todas las cosas, los pueblos, cerrado el acceso a la Plenitud
del Conocimiento de la Vida en el Universo, se abandonaron a una fuerza animal,
no existente en el mundo de las especies no humanas, basada en la muerte del
hermano, del vecino, del prójimo, y por extensión, en la destrucción de todas
las especies, animales y vegetales, tal cual estamos viviendo en nuestros Siglo
XXI, heredero de Siglo XX, encaminado a
la destrucción de toda vida en la Tierra. Es decir, siendo la inteligencia la
que determina la estructura de la Mente, la pregunta es: ¿Cómo puede disfrutar de una mente plenamente sana quien
tiene una inteligencia enferma? ¿O acaso la Ignorancia no es una Enfermedad del
Intelecto? ¿Hubiera podido darse Redención del Alma humana de no ser la
Ignorancia la raíz de la Patología Intelectual que arrastró a Caín a matar a su
hermano Abel?
En su día un hombre eligió dejar
de caminar de la Mano de Dios, eligió buscar la Sabiduría por sí mismo. Desde
entonces, como quien ha perdido la cabeza, las Milenios anduvieron mirando al
suelo queriendo encontrar en la Tierra lo que gratuitamente le diera el Cielo.
¿Orgullo? ¿Error? ¿Locura? ¿Cómo pudo sobrevivir el Homo Sapiens al mundo de
bestias gigantes de no haberse reconocido su Humanidad en todas y cada una de
las familias humanas? Humanidad y Sapiens vinieron unidas. ¿Qué fue primero la
Humanidad o la Sabiduría? Si la Humanidad fue primero entonces la Sabiduría es
un invento humano; pero si la Sabiduría fue primero la Humanidad es la cualidad
de lo Humano; de manera que donde no se halla esta cualidad no vive el Ser
Humano. Y siendo la Sabiduría el Origen de la Naturaleza de todos los seres el
Hombre, teniendo en su Intelecto su fuerza, y en la Palabra su Poder, nuestra
Vida y Existencia depende de la dimensión Universal integrada en nuestra
Alma, exclusiva del Ser Humano, que se sobrepone a la Individualidad para
transformar los logros de cada hombre en una victoria de toda su Sociedad. El
Hecho de la disolución de esta Sociedad Universal que comprende en su Edificio a todos los seres, es innegable.
Arrojados al infierno del dominio del hombre sobre el hombre, a la imagen y
semejanza de Caín sobre Abel, la Fuerza de la Bestia impuso su ley criminal
contra la Naturaleza de nuestra Inteligencia.
La Historia es una Ciencia y como
tal sus leyes son determinantes y determinativas de comportamientos pasados, presentes
y futuros. Heretizarla, exorcizarla, amputarla asta reducirla a una
Memoria Temporal Limitada o Democrática, esclavizada a los intereses de
organizaciones de Partidos Políticos Animales es, como se entiende, un Atentado
Criminal contra el Género Humano, a quien, un vez, extraído de su ser la Inteligencia Natural a la Imagen y
Semejanza de la Divina, se le priva de la Humanidad que hizo del Sapiens el
Hombre.
No hay en todo el Universo
Justicia con Poder legítimo que bendiga semejante reducción del Hombre a la
condición de las bestias, ni con Poder suficiente para impedir el Levantamiento
de los pueblos contra los intereses de seres animales que renunciando a la
Humanidad enterraron en ellos al Hombre. De donde se deduce y se infiere
que no hay Humanidad donde no hay
Sabiduría, y no habiendo Humanidad no existe el Hombre. Realidad final de la
que es testigo el Libro de la Historia
Universal del Género Humano, escrito con sangre sobre un papel creado con la
piel de las naciones.
Aquí entra la cuestión, ¿quién
tiene la Sabiduría: El Cristianismo, el Islam, el Ateísmo Científico, el
Hinduismo….? Que precede interrogantes tan esenciales para nuestra Civilización
en el Tiempo tal cuales:
¿Por qué no nos reconocemos una
Rama del Árbol de la Vida en el Cosmos por Dios creado?
¿Qué nos ha hecho Dios para
cerrarle el acceso a nuestra Alma e Inteligencia?
¿Qué Argumento puede legitimar la
Invasión Pro-Genocidio de un pueblo pacífico delante de la Inteligencia de los
Pueblos y de la Justicia Universal?
En definitiva: ¿Qué es la Verdad?
¿La Verdad es lo que se nos dice, o lo que se nos oculta? ¿La Verdad es la
enemiga número uno de los intereses del Poder del Individuo o es la raíz del
Edificio de la Vida Universal? ¿Vida a imagen y semejanza de las bestias
políticas racionales creadoras de guerras mundiales, pandemias masivas,
hambrunas internacionales, genocidios raciales… o vida a imagen y semejanza del
Hijo de Dios? La Lectura es libre: “Hagamos al Hombre a nuestra imagen y a
nuestra semejanza”; e inmediatamente en la Eternidad: “El Verbo se hizo carne”.
SÍ: quien abrió la boca para hacer del Hombre un hijo de Dios : se hizo Hombre.
TÚ :“Dios con Nosotros”, JESÚS. ECCE HOMO; “he aquí al Hombre”: CRISTO. Lo
tomas o lo dejas. Tu Vida en la Eternidad está en juego. ¿Quieres vivir o no
quieres existir para siempre? Decisión personal. Regresar al polvo o permanecer
como hijos de Dios en el Cosmos. Hay una tercera opción: Ser desterrado de la
Vida, entregado a la Muerte, existencia en un mundo llamado el Infierno. Esta
es la elección que consciente y en uso de sus plenas facultades mentales e
intelectuales quiso para sí un hijo de
Dios llamado Satanás, porque cuando se odia con todas las fuerzas del Alma la
Cualidad que hace de todo ser vivo inteligente un ser especial delante de los
ojos Dios: Amor a la Justicia, a la Paz, a la Libertad, a la Ciencia, a la
Sabiduría, a la Creación, al Reino de su Hijo… una vez perdida esta pasión por
la Verdad Universal Divina no queda otra cosa que un Demonio inmundo, una Bestia
abominable cuya pasión es la Guerra Fratricida, el Poder Absoluto, la
Corrupción Universal.
¿Cristianismo, Islam, Hinduismo,
Ateísmo Científico?
Respuesta: La Verdad Universal
vive en Dios, Padre de Jesucristo, y viviendo el Hombre en el Universo: desde
el momento que su verdad entra en contradicción con la Verdad Universal la
verdad humana abandona su naturaleza divina para transmutarse en semilla de
locura.
¿Pruebas sobre la Veracidad
Universal de la verdad Jesucristiana? O dicho de otro
modo: ¿Se inventó Jesucristo su Verdad?
A estas alturas de la Historia
del Cristianismo únicamente el Amor a la Vida de nuestros semejantes humanos
nos pide olvidarnos del cansancio que toda discusión socrática implica y poner sobre la mesa los
testimonios de los Dos milenios pasados a favor de la Naturaleza Divina, por Jesucristiana, de la Iglesia y su Fe. Pero primero habrá
que levantar la mesa y llamar a Diálogo
a quienes encadenados al Muro de las tradiciones religiosas y científicas de
sus pueblos se ven imposibilitados para encontrar la puerta de la
libertad. Recordando siempre que sin Verdad no hay Libertad.
Nadie puede negar, y no seré yo
quien lo haga, que la Libertad que viene de la Verdad trae consigo el Poder de
rechazar el Fruto de la Revolución Universal que el SEÑOR YAVÉ DIOS CREADOR
abrió en el Cosmos. De hecho, la Traición, relatada en el Episodio de la Caída
del Primer Rey de Mesopotamia, Adán, tuvo su raíz en el rechazo de una parte de
la Casa de los hijos de Dios al Modelo de Civilización que el Creador de sus
universos de origen le levantó a su UNIGÉNITO y PRIMOGÉNITO.
El Espíritu de la Ley, sujeto a
la VERDAD de YAVÉ DIOS, que es la Verdad de su HIJO JESUCRISTO, de aquí que la
Verdad Jesucristiano sea la Verdad Divina, realidad todopoderosa que le lleva a
decir: YO SOY LA VERDAD. Pero aquí abajo en la Tierra como allí Arriba en los
Cielos. La Creación entera existe en la Verdad Jesucristiana Divina. La Cualidad por la que el ser humano recibe la Humanidad en su Ser
tiene su Origen en Dios nuestro Creador. El amor a la Paz, al Derecho, a las
Artes, a la Ciencia, a la Civilización, a todo lo que le es bueno y bello a la
Inteligencia nace en la Verdad de Jesucristo. El Cosmos entero existe en la
Verdad del Creador; la Eternidad y el Infinito viven en la Verdad de Dios, Padre de Jesucristo. El Rechazo a la Verdad
del Espíritu Creador estuvo en la cuna
de la Caída del Primer Hombre que llamó Padre a Dios.
Arrojados de la Verdad Universal
“por el delito de un único hombre”, los pueblos buscaron la Sabiduría en la
Ignorancia sobre la Causa que determinó aquella Caída desde la edad de oro de
un Paraíso perdido hasta las profundidades más tenebrosas de un infierno que
nunca buscamos pero que nos encontramos sin haberlo cocinado ni aliñado. Imposibilitados
para alcanzar la Verdad tras aquella Sentencia tan abrumadoramente terrible
contra todas las naciones, “por el pecado de una sola y única generación
humana”, la ignorancia sobre la razón por la que un Padre, de quien se dice
“Dios es Amor”, le dio la espalda a su hijo pequeño, vino a envolver a todos
los siglos en un océano de sangre y fuego de cuyo abismo de tinieblas
infernales nos disponemos a salir, de una vez y para siempre. Lo intentaron los
Primeros filósofos, correr tras aquella Sabiduría en cuyo pecho encerró Dio la
respuesta a aquel misterioso “¿Por qué me has abandonado Dios mío?” que emergió
de la boca de Adán, padre de Cristo, y su hijo, el hijo del Hombre, rescató
para todos, llamando a los sabios del futuro a abrir el Sello con el que Dios, su Padre y Él, su Hijo, cerraron la
Respuesta a las generaciones que le sucederían a la primera generación de los
hijos de Dios, de la Casa de Abraham, hasta que naciese la Segunda Generación
de hijos de Dios, de la Casa de Cristo.
¿Quién abrirá si Dios cierra”
¿Quién cerrara si Dios abre?
Cual venía sucediendo antes del
Nacimiento de nuestra Era, obligados a vivir en la ignorancia sobre la Plenitud
del Conocimiento, los pueblos se crearon burbujas en las que preservar sus
vidas a costa de la muerte de los demás. Como en la Antigüedad a fin de
justificar sus crímenes los pueblos encontraron refugio contra sus delitos en
religiones zoomórficas, primero, y antropomórficas, finalmente, para hacer el
pan de cada día de los pueblos de la Antigüedad la Guerra, la masacre de tribus
y pueblos, el genocidio de reinos y ciudades enteras; sumidos de nuevo en la
Ignorancia tras la salida de los hijos de Dios de la Casa de Abraham, el Futuro
se descubrió frente a un Dilema Sobrenatural: Creer sin Ver.
La Historia del Género Humano,
por consiguiente, forma parte de la HISTORIA UNIVERSAL DIVINA, seno del que nace el Cristianismo. Creado el
Cristianismo en la dimensión de la Guerra entre Dios y la Muerte, y abandonado
nuestro Mundo a la Ignorancia, esta Ignorancia permaneció hasta la Venida del
hijo del Hombre, el hijo de Eva, quien, recogiendo el Hacha con la que se le
declaró la Guerra al Reino del Hijo de Dios, nos trajo la Sabiduría, esa misma Sabiduría tras
la que corrieron los sabios de la Antigüedad, sin alcanzarla, y que nos vino en
la Fe, como se ve en los Hechos de los Apóstoles. Como Madre que acoge con los
brazos abiertos a los hijos que creyó perdidos, unos pescadores y algún
recaudador de impuestos se encontraron con la Sabiduría que a los sabios les
negó sus secretos. ¡Obra Divina, obra excelsa!
Sabios por la Fe, pero ignorantes
en la Ciencia, la Inteligencia de los hombres ha ido creciendo por etapas. Las
diferentes Edades del Cristianismo se corresponden al Crecimiento de un Hombre
Universal que nace, tiene Infancia, Adolescencia y Madurez. Durante los Dos Mil
años de Edad del Hombre Cristiano sus batallas, gestas, evoluciones, guerras
internas y externas han escrito un Libro de proporciones épicas cuyo
Conocimiento es tan vital para todos los hombres como lo es la Memoria para
cada individuo en particular. Aunque formamos parte del mismo Árbol de la Vida
del Género Humano, siendo, y porque lo es, cada persona es un ente vivo completo: la Memoria de los hechos de cada
ser es vital para el desarrollo de su cuerpo y de su mente.
El estudio de la Historia de las
Religiones nos previene: En CRISTO tenemos encarnada la Imagen y Semejanza a la
que fue llamado el Hombre. Separarse de esta Imagen y Semejanza es abrir la marcha hacia el Suicidio.
Quiere decir esto que Dios no nos
desterró de su Vida, sino que castigados por un Delito que extendió su efecto
sobre la Creación entera, una vez consumada la Victoria de Cristo contra su
Enemigo nuestra Historia y la Suya volverían a ser Restauradas para la Gloria
del Rey y de Dios, su Padre.
Es verdad, no miento, las miles
de religiones que la Caída diluvió sobre todos los pueblos del mundo nos
enseñan algo vital: la Verdad de Jesucristo, de aquí lo de Jesucristiana,
y la Verdad Del Hombre son una sola y única Realidad Cosmológica. Desterrar la
Historia de la Biblia de la Historia Universal es romper con Dios y aliarse con
la Muerte; realidad que vivimos durante el Siglo XX.
Mientras más se aleja el hombre
de Dios más se acerca a la Muerte; mientras más aborrece el hombre la Imagen de
Dios en Jesucristo, con más fuerza emerge en él la Bestia.
La Ciencia del Siglo XIX no sólo
aborreció a Jesucristo, además de declararle la Guerra a la Fe y llamar
Neuróticos a todos los Cristianos, hundió al ser humano en los estratos más bajos de las bestias. A tal
punto el Ateísmo Científico del XIX hizo descender al XX a los infiernos de aquellas
dos bestias diabólicas, Gog y Magog = Stalin y Hitler, que incluso la
existencia de una rata tiene en el XXI más valor que la vida de un hombre.
No satisfecho con semejante
perversión de la Naturaleza del Universo y del Hombre el Fantasma del Comunismo
ha regresado de la tumba para hacer que
el Derecho de las bestias sea consagrado sobre el derecho de los hombres.
Reducidos a la igualdad con las bestias, la libertad para devorarnos se impone como Progreso. Así que
no nos queda más que darle la Bienvenida al Regreso, animado por el espíritu
del Diablo, al Fantasma del Comunismo. Y
es así como se cumple la Ley del Bien y del Mal : “Quiero el bien, pero es el
mal el que se me apega”. Planta rosas y criarás cardos.
Desterrar la Historia Universal
del Género Humano de la Biblia fue el
Principio de todos los males del Siglo XX. Traer de vuelta a la Ciencia al
Universo de la Sabiduría Jesucristiana es uno de los
frentes sobre los que la Inteligencia de nuestra Generación proyectará todo su
Poder, en razón del Deber, eliminando la Ley del bien y del mal de las
generaciones futuras.
En lo que se refiere a la
Historia como Sabiduría Viva, siempre que el pensamiento desee viajar libre a los siglos pasados y entrar en los
secretos de los acontecimientos, el Pensador debe tener delante de sus ojos la máxima por excelencia
“la historia la escriben los vencedores”. ¿Ejemplos? ¿Son necesarios? El archiasesino Enrique VIII de Inglaterra, por ejemplo,
impuso su ley de hierro al cuello contra todos los historiadores, universidades
y teólogos, si es que hubo teólogos en Inglaterra durante su reinado, de manera
que ni sus crímenes fueron crímenes ni fueron tantos como en el día a día semejante abominación de hombre ejecutó a la salud de su divinidad; tal cual; Enrique VIII, para
todos los historiadores ingleses, fue y sigue siendo un santo. Quienes no somos
ingleses nos quedamos alucinados frente a quienes acusando al Papa de actuar como un dios en la
Tierra acabarojn doblando sus rodillas ante
quien no se comportó “!como un dios”
sino que actuó como como Dios: Cabeza de la iglesia de Inglaterra.
Quiero
decir, un Historiador que le da la espalda a la máxima suprema de la ciencia histórica:
“los vencedores escriben la historia del Pasado a fin de ocultarle al Futuro
sus crímenes”, puede que sea un historiador según las universidades que formaron
su mente para desterrar el Pensamiento
Libre Investigador de su frente, pero delante de la Verdad ese individuo no es más
que un defensor del Crimen de su amo. Todos confiamos en que la Palabra se haga
carne y “todo lo oculto venga a conocerse”. Sobre este campo se mueven mis manos.
Abrirle a la Historia la Puerta del Pasado desde los Orígenes de la Creación de
los Cielos y la Tierra choca con unas conclusiones establecidas sobre errores
infalibles, a quienes se les dio la apariencia de omnipotencia y omnisciencia con
el objetivo siniestro de legitimar la conducta y comportamiento de las naciones,
tal cual. Incapaz el Ateísmo Científico de reconocer su falibilidad,
precisamente ellos, los mismos que se rebelaron contra la infalibilidad de la Doctrina
Católica, curiosamente ellos, siguiendo al Fantasma del Comunismo, copiaron el
Modelo Divino dado por Dios a su Iglesia en la fe de levantar una Cosmología Global
en la que ni Dios, ni el Hombre, una vez reducido a la naturaleza de las bestias
salvajes gobernadas por la ley del Imperio más poderoso, encontrásemos espacio en
el Universo. De aquí la famosa y terrible Guerra que la Razón le declaró a la
Fe. Siguiendo la máxima histórica, y creyendo haber vencido a la Iglesia, la Ciencia
comenzó a escribir una Historia cuya grandeza residió en la maravilla de haber
creado un castillo en el aire, un castillo llamado Cosmología del Siglo XX.
Echada esta plancha no dudaron en levantar columnas, cerrar las paredes, y ponerle
un techo al cielo. Hablando en cristiano, la Lengua de Dios: “el cielo dejó de
ser el techo”. Todo el que no viva bajo este falso techo y se niegue a adorar
el castillo en el aire de una Cosmología Maligna, Madre de Dos Guerras Mundiales,
es un hereje. Sellados por ese mundo de hipocresía y falsedad, quienes le declararon
la Guerra a la Iglesia bendijeron el Genocidio, la Guerra y la Masacre del Débil
por el Fuerte, no dudaron en vender su alma al Poder del más fuerte, trabajando
lo mismo para amigos y enemigos, una vez la conciencia cristiana desterrada de
sus mentes.
Venir Hoy
con la Verdad en el Ser, rechazando cualquier sumisión a reyes, científicos y políticos
enemigos de la Libertad de Pensamiento, establecidos sobre una falacia maligna
creadora de las guerras mundiales del Siglo XX, y porque la Libertad obliga a
alzarse hasta lo más alto: “La imagen y semejanza del Hijo de Dios en el Hombre”;
venir y poner la Verdad sobre la mesa por lógica implica un contraataque sin tregua
ni cuartel contra los creadores de aquella Cosmología Genocida en la que se fundieron Biología y Astronomía,
y abriendo sus brazos asesinos acogieron en sus pechos benignos tanto a Stalin
como a Hitler. Así que si “por las obras
nos conocemos” de nuestros manos una única frase para la eternidad emerge: “VADE
RETRO SATANÁS”. Caiga la Cosmología del Siglo XX, sea estudiada por las generaciones
futuras como quien disecciona un veneno maligno buscando para hacer imposible el
Regreso del Fantasma del Diablo, vestido de Ciencia, a los próximos siglos.
CAPÍTULO PRIMERO
1
Orígenes.
Así pues, todas las cosas que nos
afectan y componen la Historia de la Plenitud de las Naciones tuvo su principio
en otro Mundo, en otro lugar del Cosmos, en un Mundo situado más allá de las
estrellas de nuestros Cielos, justo en el corazón del reino de las galaxias.
Allí justamente en el centro de su Creación se creó Dios para sí mismo un
Mundo; el Mundo desde el que bajó su Hijo al nuestro, y al que regresó tras su
Resurrección.
Muchas veces lo dijo el Hijo de
Dios, pero sus palabras no encontraron oídos que le prestaran atención ni
inteligencias que comprendiera su mensaje. Una de las veces que con más
claridad habló sobre su Mundo de procedencia lo hizo en presencia de sus
jueces: “Mi Reino no es de este Mundo, si de este mundo fuese mi Reino mis
ministros habrían luchado para que no fuera entregado a los judíos, pero mi
Reino no es de aquí”.
En otras ocasiones Jesucristo volvió
al tema de su Procedencia y no dudó en dejar claro que Él no era de nuestro
Mundo, que dejó su Mundo y bajó al nuestro para liberarnos de la Ignorancia y
conducirnos a la Verdad. Sin la Verdad Universal el juicio critico de la inteligencia
no tiene el Poder de abrirse un Futuro en un mundo sujeto a la Ley de la Muerte.
La Libertad únicamente se ejerce cuando el Pensamiento, con pleno conocimiento
de causa y en plena posesión de las facultades intelectual y mentales, tiene el
Poder de juzgar y elegir la dirección de movimiento siguiendo la cual su Vida evitará
la Muerte. Sin esta Verdad Universal el futuro de la Vida se deja al azar, a
las circunstancias, a las coincidencias, al karma, al caos creador de la perfección
Suprema, o sea, la falacia de las falacias en el mundo de las quimeras. ¿Su
autor? ¡El Ateísmo de la Ciencia!
2
La Verdad Universal es Divina tanto porque Dios la ha hecho Suya, se ha hecho una cosa con la Verdad, cuanto porque es Universal en sí misma. “Polvo eres y al polvo volverás” fue la Ley del Cosmos durante la Eternidad de las eternidades. La Vida y la Muerte fueron las dos caras de esa Realidad Cosmológica que llamamos “La Increación”. El salto del Ser Divino Increado de ser la Causa Metafísica del Movimiento Cósmico a ser Causa Física del Universo, su Creador, abrió la Revolución en la Eternidad y el Infinito que en el Tercer Capítulo del Corazón de María desplegué. La Increación pasó, la Creación se hizo. La Muerte y la Vida fueron separadas. La Vida fue elevada a la Naturaleza Existencial del Creador. Dios no sólo se hizo una sola realidad con la Verdad Universal, acogió también en su seno a la Vida, de manera que siendo engendrada en su Ser los Mundos surgimos para gozar de la vida eterna. Es Su Gloria, Su Libertad Creadora no tiene techo, su Omnisciencia eleva SU Fuerza hasta el Todopoder y la Omnipotencia. Porque como todos sabemos el Poder que nace de la fuerza sin la intervención de la Inteligencia concluye su existencia en la línea de la destrucción. De lo cual somos testigos absolutamente todos. La bestia encuentra su Humanidad en la Guerra y Masacre de las demás especies humanas, de las que, bajo la máscara de las razas, o de la religión, se presupone la Raza Superior, el pueblo elegido, el Caín bendecido por el Patriarca que se lanza contra su hermano Abel, ejemplo vivo: Rusia Versus Ucrania. No solamente Dios, en el espacio infinito de su eternidad, por su Fuerza
Natural Increada, Indestructible, viajó hasta el núcleo de las estrellas, de las
galaxias, de la Vida y de la Muerte, creciendo en todas las ciencias, deviniendo
Omnisciente. El paso último que consagró a YAVÉ DIOS como EL CREADOR, Causa Física
del Nuevo Cosmos, fue el hacerse una sola cosa con la Sabiduría Creadora de todos
los Mundos que fueron durante la Increación. La misma Fuerza que puede reducir
galaxias a polvo puede transformarse en Poder Creador de Universos. La Sabiduría
vino a ser su Esposa. Y de Ella tuvo un Hijo. Y ese Hijo fue quien vino de su Mundo al nuestro para dándonos a
conocer la Verdad engendrar en nosotros el todopoderoso Deseo de la Libertad.
En la Historia Universal Divina
de Jesucristo desplegué el tema del
Origen de ese Mundo del que vino el Hijo de Dios. Intenté traer a la memoria en
la medida de lo posible sus Crónicas y le seguí la pista a sus Guerras hasta el
punto que nos afecta directamente a nosotros.
Creo haber dicho entonces que
Dios creó el Mundo desde el que nos enviara a su Hijo para ser su Casa, su
Patria, su País, su Propiedad, su Paraíso. Y lo creó en todo a su medida. Por
fronteras le dio el Orto que vuela sobre las alas del Infinito, por futuro le
dio la Mañana que siempre amanece y vive para siempre en los ojos de la
Eternidad. Es decir, lo creó a imagen y semejanza de la Idea que bullía en su
Mente sobre la Naturaleza y Constitución del Nuevo Cosmos que se dispuso a
levantar inmediatamente después de finalizar la creación de su Casa.
La Idea del Cosmos que Dios tuvo
en Mente antes de meterle mano a la Realidad Universal podemos definirla
mediante dos notas principales. Una, expansión ad infinitum de sus fronteras; y
dos, evolución ad eternum de su futuro.
Decidido a ser el Origen de esta
Nueva Realidad Universal, fruto de la fusión del Espacio y el Tiempo en un
Núcleo material, centro geográfico del Nuevo Cosmos, Dios le dio a ese Núcleo
un cuerpo, lo dotó de una naturaleza propia, con su propia especificidad
singular, única e irrepetible.
Nacido para ser el corazón
geográfico de su Creación, el punto de intersección entre los dos vectores
increados, Infinito y Eternidad, Dios materializó su existencia y dotó a su
cuerpo de la Indestructibilidad natural a su propio Ser. También de la
capacidad de crecimiento material connatural al Espacio y al Tiempo. Aquel
Mundo iba ser su Mundo, su Casa, su Patria, su Paraíso, su Propiedad, su País,
su Tierra, su Todo, lo que ÉL nunca tuvo. Dios fue siempre un nómada en la
Eternidad, un aventurero en el Infinito. Ahora se iba a crear lo que nunca
tuvo, su Casa, su Mundo, y lo iba a crear sin límites de medios ni falta de
imaginación.
La
Historia es Universal, o no existe. Y si existiera fuera de su universalidad sería
a la manera de un miembro arrancado del cuerpo, y arrojado a la Muerte.
Es
necesario afirmar que fuera del Universo creado por Dios nada puede existir
indefinidamente. Un hombre puede crearse una burbuja, darle materia, encerrarse
en ella, encerrarse en si mismo, creerse un dios por un día dentro de las
paredes de un destino creado por él mismo para avanzar al encuentro de su
muerte. ¡Demencia! ¡Simple demencia! Y nada más que demencia. Ignorancia la
llamaríamos si desconociésemos las causas y las consecuencias de un tal
comportamiento. Afortunadamente gracias a JESUCRISTO REY y a YAVÉ DIOS, su
Padre, conocemos el Origen del Universo. (Leer La Creación del Universo según
el Génesis. Introducción de Cristo Raúl a la Cosmología del Siglo XXI”). Este
Conocimiento nos lleva a todos, dirige nuestra inteligencia a la Necesidad de entender
que la Verdad Universal es una sola y única. No podemos aislarnos de todo, de
todos, y darle la espalda al Hecho
Incontestable de la Naturaleza Social de la Vida. La Vida existe desde la
Eternidad, la Vida desplegó su Árbol Cosmológico por todo el Infinito antes de
producirse la Revolución Divina que dejo atrás la Muerte y elevó la Vida Creada
a la Inmortalidad Natural a nuestro Creador. La serie de indagaciones sin fundamentos del Ateísmo Científico sobre la
soledad del Hombre en el Universo es un proceso terminal esquizoide fratricida
que impuso su Quijada de Asno en las universidades del Siglo XX, imponiéndole a
la Bestia Política su Ley el Derecho y el Deber de aplastar toda oposición a su
Necesidad Individual. ¿Resultado?: Las Guerras Mundiales.
La
Historia Política del Género Humano no miente. Muchas son las lecciones
que deducimos, inferimos y extraemos de
sus leyes. Entre ellas el atentado contra el Futuro de la Humanidad que la traducción
de la Ciencia Histórica en Memoria, no importa su naturaleza política, representa,
presupone un ataque directo, frontal,
fratricida-suicida contra la Salud Mental e Intelectual del Ser Humano;
atentado que vivieron las generaciones de la primera mitad del Siglo XX en su
forma más infernal imaginable. Porque cuando la Verdad Universal no se tiene,
ni se quiere, el recurso a las Armas de Destrucción Masiva es la garantía
que ilumina el cerebro de la Bestia
Política Humana y le hace entender su superioridad sobre la Muerte de las
clases débiles.
Muchas
son las formas y métodos que en la
batalla por abrazar la Sabiduría y vivir
en el Conocimiento de todas las cosas, los pueblos, cerrado el acceso a la Plenitud
del Conocimiento de la Vida en el Universo, se abandonaron a una fuerza animal,
no existente en el mundo de las especies no humanas, basada en la muerte del hermano,
del vecino, del prójimo, y por extensión, en la destrucción de todas las
especies, animales y vegetales, tal cual estamos viviendo en nuestros Siglo
XXI, heredero del Siglo XX, encaminado a
la destrucción de toda vida en la Tierra. Es decir, siendo la inteligencia la
que determina la estructura de la Mente, la pregunta es: ¿Cómo puede disfrutar de una mente plenamente sana quien
tiene una inteligencia enferma? ¿O acaso la Ignorancia no es una Enfermedad del
Intelecto? ¿Hubiera podido darse Redención del Alma humana de no ser la Ignorancia
la raíz de la Patología Intelectual que arrastró a Caín a matar a su hermano
Abel? En su día un hombre eligió dejar de ir de la Mano de Dios, eligió buscar
la Sabiduría por sí mismo. Desde entonces, como quien ha perdido la cabeza, las
Milenios anduvieron mirando al suelo queriendo encontrar en la Tierra lo que gratuitamente
le diera el Cielo. ¿Orgullo? ¿Error? ¿Locura? ¿Cómo pudo sobrevivir el Homo
Sapiens al mundo de bestias gigantes de no haberse reconocido su Humanidad en todas
y cada una de las familias humanas? Humanidad
y Sapiens vinieron unidas. ¿Qué fue primero la Humanidad o la Sabiduría? Si la
Humanidad fue primero entonces la Sabiduría es un invento humano; pero si la Sabiduría
fue primero la Humanidad es la cualidad de lo Humano; de manera que donde no se
halla esta cualidad no vive el Ser Humano. Y siendo la Sabiduría el Origen de
la Naturaleza de todos los seres el Hombre, teniendo en su Intelecto su fuerza,
y en la Palabra su Poder, nuestra Vida y Existencia depende de la dimensión
Universal integrada en nuestra Alma, exclusiva del Ser Humano, que se sobrepone
a la Individualidad para transformar los logros de cada hombre en una victoria
de toda su Sociedad. El Hecho de la disolución de esta Sociedad Universal que comprende
en su Edificio a todos los seres, es innegable.
Arrojados al infierno del dominio del hombre sobre el hombre, a la imagen y
semejanza de Caín sobre Abel, la Fuerza de la Bestia impuso su ley criminal contra
la Naturaleza de nuestra Inteligencia.
La
Historia es una Ciencia y como tal sus leyes son determinantes y determinativas
de comportamientos pasados, presentes y futuros. Heretizarla, exorcizarla, amputarla hasta reducirla a una
Memoria Temporal Limitada o Democrática, esclavizada a los intereses de
organizaciones de Partidos Políticos Animales es, como se entiende, un Atentado
Criminal contra el Género Humano, a quien,
un vez, extraído de su ser la Inteligencia Natural a la Imagen y Semejanza de
la Divina, se le priva de la Humanidad que hizo del Sapiens el Hombre.
No hay en
todo el Universo Justicia con Poder legítimo que bendiga semejante reducción
del Hombre a la condición de las bestias, ni con Poder suficiente para impedir
el Levantamiento de los pueblos contra los intereses de seres animales que
renunciando a la Humanidad enterraron en ellos al Hombre. De donde se deduce y
se infiere que no hay Humanidad donde no
hay Sabiduría, y no habiendo Humanidad no existe el Hombre. Realidad final de
la que es testigo el Libro de la
Historia Universal del Género Humano, escrito con sangre sobre un papel creado
con la piel de las naciones.
Aquí entra
la cuestión, ¿quién tiene la Sabiduría: El Cristianismo, el Islam, el Ateísmo Científico,
el Hinduismo….? Que precede interrogantes tan esenciales para nuestra Civilización
en el Tiempo tal cuales:
¿Por qué no
nos reconocemos una Rama del Árbol de la Vida en el Cosmos por Dios creado?
¿Qué nos
ha hecho Dios para cerrarle el acceso a nuestra Alma e Inteligencia?
¿Qué Argumento
puede legitimar la Invasión Pro-Genocidio de un pueblo pacífico delante de la Inteligencia
de los Pueblos y de la Justicia Universal?
En
definitiva: ¿Qué es la Verdad? ¿La Verdad es lo que se nos dice, o lo que se nos
oculta? ¿La Verdad es la enemiga número uno de los intereses del Poder del Individuo
o es la raíz del Edificio de la Vida Universal? ¿Vida a imagen y semejanza de
las bestias políticas racionales creadoras de guerras mundiales, pandemias
masivas, hambrunas internacionales, genocidios raciales… o vida a imagen y
semejanza del Hijo de Dios? La Lectura es libre: “Hagamos al Hombre a nuestra imagen
y a nuestra semejanza”; e inmediatamente en la Eternidad: “El Verbo se hizo
carne”. SÍ: quien abrió la boca para hacer del Hombre un hijo de Dios : se hizo
Hombre. TÚ :“Dios con Nosotros”, JESÚS. ECCE HOMO; “he aquí al Hombre”: CRISTO.
Lo tomas o lo dejas. Tu Vida en la Eternidad está en juego. ¿Quieres vivir o no
quieres existir para siempre? Decisión personal. Regresar al polvo o permanecer
como hijos de Dios en el Cosmos. Hay una tercera opción: Ser desterrado de la Vida,
entregado a la Muerte, existencia en un mundo llamado el Infierno. Esta es la elección
que consciente y en uso de sus plenas facultades mentales e intelectuales quiso
para sí un hijo de Dios llamado Satanás,
porque cuando se odia con todas las fuerzas del Alma la Cualidad que hace de
todo ser vivo inteligente un ser especial delante de los ojos Dios: Amor a la Justicia,
a la Paz, a la Libertad, a la Ciencia, a la Sabiduría, a la Creación, al Reino
de su Hijo… una vez perdida esta pasión por la Verdad Universal Divina no queda
otra cosa que un Demonio inmundo, una Bestia abominable cuya pasión es la
Guerra Fratricida, el Poder Absoluto, la Corrupción Universal.
¿Cristianismo,
Islam, Hinduismo, Ateísmo Científico?
Respuesta:
La Verdad Universal vive en Dios, Padre de Jesucristo, y viviendo el Hombre en
el Universo: desde el momento que su verdad entra en contradicción con la
Verdad Universal la verdad humana abandona su naturaleza divina para
transmutarse en semilla de locura.
¿Pruebas sobre
la Veracidad Universal de la verdad Jesucristiana? O
dicho de otro modo: ¿Se inventó Jesucristo su Verdad?
A estas alturas
de la Historia del Cristianismo únicamente el Amor a la Vida de nuestros
semejantes humanos nos pide olvidarnos del cansancio que toda discusión socrática implica y poner sobre la mesa los
testimonios de los Dos milenios pasados a favor de la Naturaleza Divina, por Jesucristiana, de la Iglesia y su Fe. Pero primero habrá
que levantar la mesa y llamar a Diálogo a
quienes encadenados al Muro de las tradiciones religiosas y científicas de sus pueblos
se ven imposibilitados para encontrar la
puerta de la libertad. Recordando
siempre que sin Verdad no hay Libertad.
Nadie
puede negar, y no seré yo quien lo haga, que la Libertad que viene de la Verdad
trae consigo el Poder de rechazar el Fruto de la Revolución Universal que el
SEÑOR YAVÉ DIOS CREADOR abrió en el Cosmos. De hecho, la Traición, relatada en
el Episodio de la Caída del Primer Rey de Mesopotamia, Adán, tuvo su raíz en el
rechazo de una parte de la Casa de los hijos de Dios al Modelo de Civilización
que el Creador de sus universos de origen le levantó a su UNIGÉNITO y
PRIMOGÉNITO.
El
Espíritu de la Ley, sujeto a la VERDAD de YAVÉ DIOS, que es la Verdad de su
HIJO JESUCRISTO, de aquí que la Verdad Jesucristiano sea la Verdad Divina,
realidad todopoderosa que le lleva a decir: YO SOY LA VERDAD. Pero aquí abajo
en la Tierra como allí Arriba en los Cielos. La Creación entera existe en la
Verdad Jesucristiana Divina. La Cualidad por la que
el ser humano recibe la Humanidad en su Ser tiene su Origen en Dios nuestro
Creador. El amor a la Paz, al Derecho, a las Artes, a la Ciencia, a la Civilización,
a todo lo que le es bueno y bello a la Inteligencia nace en la Verdad de Jesucristo.
El Cosmos entero existe en la Verdad del Creador; la Eternidad y el
Infinito viven en la Verdad de Dios,
Padre de Jesucristo. El Rechazo a la Verdad del Espíritu Creador estuvo en
la cuna de la Caída del Primer Hombre
que llamó Padre a Dios.
Arrojados
de la Verdad Universal “por el delito de un único hombre”, los pueblos buscaron
la Sabiduría en la Ignorancia sobre la Causa que determinó aquella Caída desde
la edad de oro de un Paraíso perdido hasta las profundidades más tenebrosas de
un infierno que nunca buscamos pero que nos encontramos sin haberlo cocinado ni
aliñado. Imposibilitados para alcanzar la Verdad tras aquella Sentencia tan abrumadoramente terrible contra todas las naciones, “por el
pecado de una sola y única generación humana”, la ignorancia sobre la razón por
la que un Padre, de quien se dice “Dios es Amor”, le dio la espalda a su hijo pequeño,
vino a envolver a todos los siglos en un océano de sangre y fuego de cuyo
abismo de tinieblas infernales nos disponemos a salir, de una vez y para
siempre. Lo intentaron los Primeros filósofos, correr tras aquella Sabiduría en
cuyo pecho encerró Dio la respuesta a aquel misterioso “¿Por qué me has abandonado
Dios mío?” que emergió de la boca de Adán, padre de Cristo, y su hijo, el hijo
del Hombre, rescató para todos, llamando a los sabios del futuro a abrir el Sello con el que Dios, su Padre y Él,
su Hijo, cerraron la Respuesta a las generaciones que le sucederían a la
primera generación de los hijos de Dios, de la Casa de Abraham, hasta que naciese
la Segunda Generación de hijos de Dios, de la Casa de Cristo.
¿Quién abrirá
si Dios cierra” ¿Quién cerrara si Dios abre?
Cual venía
sucediendo antes del Nacimiento de nuestra Era, obligados a vivir en la ignorancia
sobre la Plenitud del Conocimiento, los pueblos se crearon burbujas en las que
preservar sus vidas a costa de la muerte de los demás. Como en la Antigüedad a
fin de justificar sus crímenes los pueblos encontraron refugio contra sus
delitos en religiones zoomórficas, primero, y antropomórficas, finalmente, para
hacer el pan de cada día de los pueblos de la Antigüedad la Guerra, la masacre
de tribus y pueblos, el genocidio de reinos y ciudades enteras; sumidos de
nuevo en la Ignorancia tras la salida de los hijos de Dios de la Casa de
Abraham, el Futuro se descubrió frente a un Dilema Sobrenatural: Creer sin Ver.
La
Historia del Género Humano, por consiguiente, forma parte de la HISTORIA UNIVERSAL DIVINA, seno del que nace
el Cristianismo. Creado el Cristianismo en la dimensión de la Guerra entre Dios
y la Muerte, y abandonado nuestro Mundo a la Ignorancia, esta Ignorancia
permaneció hasta la Venida del hijo del Hombre, el hijo de Eva, quien,
recogiendo el Hacha con la que se le declaró la Guerra al Reino del Hijo de
Dios, nos trajo la Sabiduría, esa misma
Sabiduría tras la que corrieron los sabios de la Antigüedad, sin alcanzarla, y
que nos vino en la Fe, como se ve en los Hechos de los Apóstoles. Como Madre
que acoge con los brazos abiertos a los hijos que creyó perdidos, unos
pescadores y algún recaudador de impuestos se encontraron con la Sabiduría que
a los sabios les negó sus secretos. ¡Obra Divina, obra excelsa!
Sabios
por la Fe, pero ignorantes en la Ciencia, la Inteligencia de los hombres ha ido
creciendo por etapas. Las diferentes Edades del Cristianismo se corresponden al
Crecimiento de un Hombre Universal que nace, tiene Infancia, Adolescencia y
Madurez. Durante los Dos Mil años de Edad del Hombre Cristiano sus batallas,
gestas, evoluciones, guerras internas y externas han escrito un Libro de
proporciones épicas cuyo Conocimiento es tan vital para todos los hombres como
lo es la Memoria para cada individuo en particular. Aunque formamos parte del
mismo Árbol de la Vida del Género Humano, siendo, y porque lo es, cada persona
es un ente vivo completo: la Memoria de
los hechos de cada ser es vital para el desarrollo de su cuerpo y de su mente.
El
estudio de la Historia de las Religiones nos previene: En CRISTO tenemos
encarnada la Imagen y Semejanza a la que fue llamado el Hombre. Separarse de
esta Imagen y Semejanza es abrir la
marcha hacia el Suicidio.
Quiere
decir esto que Dios no nos desterró de su Vida, sino que castigados por un
Delito que extendió su efecto sobre la Creación entera, una vez consumada la
Victoria de Cristo contra su Enemigo nuestra Historia y la Suya volverían a ser
Restauradas para la Gloria del Rey y de Dios, su Padre.
Es
verdad, no miento, las miles de religiones que la Caída diluvió sobre todos los
pueblos del mundo nos enseñan algo vital: la Verdad de Jesucristo, de aquí lo
de Jesucristiana, y la Verdad Del Hombre son una sola
y única Realidad Cosmológica. Desterrar la Historia de la Biblia de la Historia
Universal es romper con Dios y aliarse con la Muerte; realidad que vivimos
durante el Siglo XX.
Mientras
más se aleja el hombre de Dios más se acerca a la Muerte; mientras más aborrece
el hombre la Imagen de Dios en Jesucristo, con más fuerza emerge en él la
Bestia.
La
Ciencia del Siglo XIX no sólo aborreció a Jesucristo, además de declararle la
Guerra a la Fe y llamar Neuróticos a todos los Cristianos, hundió al ser humano
en los estratos más bajos de las bestias.
A tal punto el Ateísmo Científico del XIX hizo descender al XX a los infiernos
de aquellas dos bestias diabólicas, Gog y Magog = Stalin y Hitler, que incluso
la existencia de una rata tiene en el XXI más valor que la vida de un hombre.
No
satisfecho con semejante perversión de la Naturaleza del Universo y del Hombre
el Fantasma del Comunismo ha regresado de la tumba para hacer que el Derecho de las bestias sea consagrado
sobre el derecho de los hombres. Reducidos a la igualdad con las bestias, la
libertad para devorarnos se impone como
Progreso. Así que no nos queda más que darle la Bienvenida al Regreso, animado
por el espíritu del Diablo, al Fantasma del Comunismo. Y es así como se cumple la Ley del Bien y del Mal :
“Quiero el bien, pero es el mal el que se me apega”. Planta rosas y criarás
cardos.
Desterrar
la Historia Universal del Género Humano de la Biblia fue el Principio de todos los males del Siglo XX. Traer de
vuelta a la Ciencia al Universo de la Sabiduría Jesucristiana es uno de los frentes sobre los que la Inteligencia de nuestra Generación
proyectará todo su Poder, en razón del Deber, eliminando la Ley del bien y del
mal de las generaciones futuras.
CAPÍTULO 1
1
Orígenes.
Así pues,
todas las cosas que nos afectan y componen la Historia de la Plenitud de las
Naciones tuvo su principio en otro Mundo, en otro lugar del Universo, en un
Mundo situado más allá de las estrellas de nuestros Cielos, justo en el corazón
del reino de las galaxias. Allí justamente en el centro de su Creación se creó
Dios a sí mismo un Mundo; el Mundo desde el que bajó su Hijo al nuestro, y al
que regresó tras su Resurrección.
Muchas
veces lo dijo el Hijo de Dios, pero sus palabras no encontraron oídos que le
prestaran atención ni inteligencias que comprendieras su mensaje. Una de las
veces que con más claridad habló sobre su Mundo de procedencia lo hizo en
presencia de sus jueces: “Mi Reino no es de este Mundo, si de este mundo fuese
mi Reino mis ministros habrían luchado para que no fuera entregado a los
judíos, pero mi Reino no es de aquí”.
En otras
ocasiones Jesucristo volvió al tema de su Procedencia y no dudó en dejar claro
que Él no es de nuestro Mundo, que dejó su Mundo y bajó al nuestro para
liberarnos de la Ignorancia y conducirnos a la Sabiduría.
En el
Tercer Capítulo del Corazón de María toqué el tema del Origen del Cielo, ese
Mundo del que viniera el Hijo de Dios. Intenté traer a la memoria en la medida
de lo posible sus Crónicas y le seguí la pista a sus Guerras hasta el punto que
nos afecta directamente a nosotros.
Creo
haber dicho entonces que Dios creó el Mundo desde el que nos enviara a su Hijo
para ser su Casa, su Patria, su País, su Propiedad, su Paraíso. Y lo creó en
todo a su medida. Por fronteras le dio el Orto que vuela sobre las alas del
Infinito, por futuro le dio la Mañana que siempre amanece y vive para siempre
en los ojos de la Eternidad. Es decir, lo creó a imagen y semejanza de la Idea
que bullía en su Mente sobre la Naturaleza y Constitución del Nuevo Cosmos que
se dispuso a levantar inmediatamente después de finalizar la creación de su Casa.
La Idea
del Cosmos que Dios tuvo en Mente antes de meterle mano a la Realidad Universal
podemos definirla mediante dos notas principales. Una, expansión ad infinitum
de sus fronteras; y dos, evolución ad eternum de su
futuro.
Decidido
a ser el Origen de esta Nueva Realidad Universal, fruto de la fusión del
Espacio y el Tiempo en un Núcleo material, centro geográfico del Nuevo Cosmos,
Dios le dio a ese Núcleo un cuerpo, lo dotó de una naturaleza propia, con su
propia especificidad singular, única e irrepetible.
Nacido
para ser el corazón geográfico de su Creación, el punto de intersección entre
los dos vectores increados, Infinito y Eternidad, Dios materializó su
existencia y dotó a su cuerpo de la Indestructibilidad natural a su propio Ser.
También de la capacidad de crecimiento material connatural al Espacio y al
Tiempo. Aquel Mundo iba ser su Mundo, su Casa, su Patria, su Paraíso, su
Propiedad, su País, su Tierra, su Todo, lo que ÉL nunca tuvo. Dios fue siempre
un nómada en la Eternidad, un aventurero en el Infinito. Ahora se iba a crear
lo que nunca tuvo, su Casa, su Mundo, y lo iba a crear sin límites de medios ni
falta de imaginación.
2
Y así se
hizo.
Cómo creó
Dios su Mundo no importa. En el caso de
la creación de nuestro Universo, el “cómo” sí importa. En la Introducción a la
Cosmología del siglo XXI toqué este tema. En la Historia de Jesucristo dije que
ya tendremos la vida eterna entera para conocer este Mundo sobre cuyo Origen
estamos tratando. Lo cual me lleva a declarar lo que ya declaré antes en alguna
otra parte, que hay cosas que están dentro de nuestra esfera de conocimiento y
otras, como el Nacimiento del Hijo, la creación de este Mundo nacido para ser
la Patria de su Creador… que escapan a la comprensión de nuestra inteligencia.
Afirmar
al estilo de los antiguos, aunque ellos prefirieron que los llamasen modernos,
que lo que no podemos comprender no existe, es una declaración de guerra a la
Verdad.
Somos
criaturas, animadas con inteligencia en razón de la Inteligencia de quien nos
creó, y a pesar de haberle dado nuestro Creador por límite a nuestra
inteligencia su Omnisciencia no debemos olvidar que hay cosas que están más
allá del dominio de las ciencias físicas, que únicamente a la experiencia vital
le corresponde su existencia. En este caso hablamos de Sabiduría. El error,
principio de la locura de los antiguos, por mucho que ellos exigiesen que se
les llamase modernos, fue querer poner de rodillas a la Sabiduría delante de la
Ciencia.
Entonces,
y para no perdernos, levantó Dios en el corazón de su Mundo un Monte. Y en su
cumbre levantó una Ciudad. Pero sabiendo que no son doce muros los que hacen
una Casa, sino los que viven dentro, soñó con Hermanos, Amigos, Hijos. Tal es
el origen de los dioses del Cielo.
3
Creación
del Cosmos
Acercando
a la velocidad infinito el tiempo de existencia de las galaxias que rodeaban su
Mundo, redujo YAVÉ DIOS las galaxias a energía luminosa, creando una explosión
de fuegos artificiales de naturaleza cósmica, que hemos convenido en llamar Big Bang por razones de sencillez comunicativa.
Comparemos esta conversión, la reducción de
galaxias en luz, a la transformación de
una galaxia en un cañón de haces de
energía cuántica atravesando campos “eternos” a velocidad “infinito”.
La diferencia entre la velocidad de partida, igual a la de la luz, y la
velocidad infinito, hacia la que es derivada en un campo de espacio-tiempo,
transforma esta diferencia en masa.
La
permanencia de la velocidad luz durante
el proceso de transformación de la energía en masa astrofísica, en respuesta al
volumen global de los haces cósmicos
creados por la reducción de la materia astrofísica a energía cósmica, crea un Big Bang de salida extendiendo sobre el Espacio
Infinito una multiplicación ad eternum del número de
galaxias presentes en el Nuevo Cosmos. Proceso de producción de haces cósmicos,
y su consiguiente trasformación en estrellas y galaxias, que, habiendo YAVÉ
DIOS importado el Infinito y la Eternidad en los campos de energía que rodean
esta Creación, expande sus dimensiones absorbiendo en su cuerpo las
tinieblas a que fuera reducido el Cosmos
Antiguo Increado.
Evidentemente
la transformación de la energía cósmica en materia estelar no se extiende hasta
el infinito en razón del limite de Implosión Astrofísica Natural a este proceso
cosmológico de creación de Materia a partir de la Energía creada por la propia
Materia.
La
Omnisciencia Creadora se hizo una sola cosa con la Sabiduría Increadora mediante la integración del Infinito y la
Eternidad en un campo gravitatorio,
haciendo así posible que la Creación de
galaxias partiendo de una sola no requiera el espacio infinito abierto y un
tiempo eterno para ser alcanzada la velocidad infinito a partir de la cual la energía cinética se transforma en masa.
Hubo un
Big Bang Original, de entrada y otro de salida,
(reducción de la materia astrofísica a energía cósmica, y transformación de la
energía cósmica creada en materia astrofísica). Y este proceso creador se
repite en las fronteras del Cosmos, de aquí que los astrofísicos sigan
descubriendo continuamente nuevas galas y cúmulos galácticos. La Expansión del
Cosmos, por Dios Creado en el seno del Cosmos Increado Antiguo, es una Realidad
Universal Eterna.
YAVÉ DIOS
tiene Testigos de esta Creación. También de la Destrucción del Cosmos Antiguo
sus Hermanos, los dioses, son sus Testigos. Pero este Tema ha sido relatado en
la HISTORIA UNIVERSAL DIVINA DE JESUCRISTO.
4.
Los
dioses antiguos
Conforme
el tiempo fue pasando el Cielo se transformó en un Reino, el Reino se
transformó en Imperio. La Casa de Dios se llenó de hijos, todos hermosos, todos
príncipes, cada uno de ellos rey de su Pueblo. Pues creado el Universo, Dios
sembró la semilla del Árbol de la Vida en sus aguas, y de sus profundidades
constelacionales la Vida le concibió un Mundo, dos Mundos, tres Mundos, cuatro
Mundos, y hasta Cinco fueron los Mundos creados antes del Sexto Día de la
Primera semana de la Creación. Al Sexto creó Dios al Hombre.
Este es
el origen de los hijos de Dios, los dioses de muy antiguo.
5.
La Cuna
del Hombre.
Fueron
Cinco los mundos que creó Dios y trasladó, de sus lugares de origen en el
Universo, a su Mundo, a su Paraíso. El Hombre no había sido aún creado. Ni
estaba aún en la Mente del Creador la idea del Hombre.
A quienes
se preguntan si hay vida en el Universo le diremos que sí; estamos nosotros. A
quienes se preguntan si hubo vida antes de nosotros, les diremos igual, sí, no
hemos sido los primeros ni seremos los últimos. Si entonces nos preguntan en
qué estrella, en qué parte de los Cielos moran esos otros Pueblos del Universo,
les diremos que tienen sus Moradas en el Mundo que Dios se construyó para sí,
el que está Arriba y en el Centro de su Creación. También nosotros tendremos
nuestra Morada en ese Mundo, indestructible, y allí Arriba nos veremos todos y
compartiremos la vida eterna para la que fuimos creados. Sin embargo noticias
obligan, así que del Futuro volveremos al Pasado, a los Días cuando el Infierno
sembró la semilla de la Guerra en el Paraíso.
Fueron
dos las Guerras Universales que arrasaron el Paraíso, mas el Cielo nunca fue
conquistado. Las grandes batallas por el Trono del Rey de reyes y Señor de
señores están escritas en el Libro de la Vida; en sus páginas se describen cómo
los Hermanos y los Hijos de Dios e se mantuvieron fieles a la Corona del
Unigénito, destrozaron la fuerza del Eje de los Rebeldes, abrieron el Sello de
la Fidelidad y los mismísimos elementos de la Naturaleza se pusieron al
servicio de sus Brazos, bellos, invencibles, sabios y fuertes. Como quien le
toma prestado al relámpago el resplandor y con sus destellos en los ojos avanza
contra las tinieblas, o como quien al trueno le da por tienda su garganta y
convierte el cielo de su boca en el firmamento por el que corre el caballo de
los vientos, o como quien por látigo le pide prestado al rayo su misterio y con
sus cuerdas eléctricas golpea el lomo de la Bestia, así, así fue el
contraataque masivo y fulminante de los Príncipes del Cielo contra las huestes
del Infierno que, en ausencia de Dios, se habían alzado contra su Imperio.
Dos veces
el Dragón fue reducido y capturado; y otras tantas fueron perdonados los
Rebeldes. Pues en su amor de Padre creyó Dios que con el tiempo sus hijos
rebeldes cambiarían y conforme crecieran y maduraran esa tendencia a hacer la
guerra se apagaría. Mas viendo que los hechos ocurridos urgían de Él una toma
de decisiones revolucionarias: al Sexto Día de la Primera Semana de la Creación
del Universo concibió Dios en Su mente al Hombre.
CAPÍTULO 2
6
CREACIÓN
DE LOS CIELOS
Pasó
luego que Dios engendró de su Ser; y en la Paternidad halló su mente y su
corazón la felicidad perfecta. Presentó su Hijo a los dioses, y éstos le
adoraron.
Al cabo
comenzó Dios a crear nuestro Universo. Las Galaxias pusieron sus campos de
estrellas al servicio de su Señor, desde las cumbres de sus cordilleras ríos de
soles se abrieron paso por las llanuras siderales. Como quien al caudal
impetuoso, fresco y alegre le da por cabeza de máquina un frente de onda
gravitatoria aquellos lechos luminosos comenzaron a bajar desde las alturas de
las galaxias del Cúmulo local.
Este es
el origen del Universo. Como cuerdas gravitatorias arrastrando un tren de
soles, de todas las magnitudes y colores, aquellos ríos de estrellas
desembocaron en el océano de las constelaciones de los Cielos. Así fue nuestro
Universo creado.
Comparemos las galaxias con altas cordilleras contra
cuyas cumbres un cañón gigantesco dispara obuses colosales hasta hacer que de
sus profundidades surjan ríos de agua luminosa. Ahora dirigimos esos ríos hacia
un lecho marina creado para embolsar ese volumen de agua procedente de
diferentes galaxias. Este proceso es el acontecimiento que los hijos de Dios
vivieron durante la Creación de nuestros
Cielos. Si comparamos ahora las galaxias con globos calientes que al ser
pinchados disparan parte de su aire, y mezclamos los procesos obtenemos cuerdas
gravitatorios haciendo de lechos de ríos de estrellas desembocando en el Lecho Gravitatorio de antemano dispuesto para albergar en
su área esos ríos de estrellas. YAVÉ
DIOS crea el Lecho Gravitatorio y pincha las galaxias de las que emergen los
ríos de estrellas que crujan los espacios y van a desembocar en el Mar de
Energía Gravitatoria de la que se alimentará por la eternidad, si recordamos que la Revolución Cosmológica consumada
por YAVÉ DIOS fue integrar en el Proceso de Creación de Materia Astrofísica el
Infinito en el Campo Gravitatorio Universal. Espectáculo Maravilloso, nunca
visto por criatura alguna, espectáculo divino al que hemos sido invitados por
YAVÉ DIOS, según leemos en el Evangelio
de su Hijo: “Y creará mayores obras que esta, de suerte que vosotros quedéis
maravillados”.
7
Creación
de la Tierra
En cuanto
Padre consideró YAVÉ DIOS que de no abrirle la Creación a sus hijos con el paso
del Tiempo éstos podrían creer que su Paraíso no es más que un Zoológico en el
que ellos son una especie más, especie inteligente pero especie animal al fin y
al cabo. Encerrados entre los límites del Mundo de los Hermanos de YAVÉ DIOS
desde la creación de sus pueblos, y al parecer encerrados entre esos muros por la eternidad, Dios quiso desterrar del pensamiento de sus
hijos semejante futuro infernal. Así que YAVÉ DIOS revolucionó su propio Mundo
abriendo el Acto de la Creación de Mundos y Universos, reservado hasta entonces
para su HIJO JESÚS, a todos sus hijos.
El
Espectáculo de la Creación siguió su curso. Creados nuestros Cielos abrió Dios la Navegación a través del Océano
de las Galaxias. Lo que es imposible a la Criatura, navegar por el bosque de
las galaxias, la aproximación a sus cuerpos a la velocidad Divina reduce
millones de años a minutos, creando un Bosque donde los árboles se abren para
dejar paso y se cierran una vez el navegante sigue su camino. Únicamente el Ser Divino Increado para quien el
Infinito es su Universo tiene el Poder de alcanzar las fronteras del Cosmos y
regresar al punto de partida sin perderse por el trayecto de ida y vuelta.
Galaxias que corren, vuelan, se reúnen, se separan… Espectáculo maravilloso,
indescriptible, inolvidable. Y al final
de este Viaje: “las Tinieblas que cubren
la haz del Abismo”, cuya existencia conocían por la boca de los dioses.
Los
Hermanos de YAVÉ DIOS les habían dicho a los hijos de Dios que una vez creado
el Big Bang Original y haber levantado un Muro
Transformador de la Energía Cósmica en Materia Astrofísica, el Primogénito de
los dioses destruyó el Cosmos Antiguo, lo redujo a polvo, a Tinieblas cubriendo
un Abismo que se extiende por los
espacios infinitos, desde entonces privados de la energía necesaria para la
Conversión de la materia en energía y la transformación de la energía en
materia. Es sobre ese Abismo que el Nuevo Cosmos se expande hasta el Infinito
por las Eternidad absorbiendo toda la materia nebular procedente de la
destrucción del Cosmos Antiguo. Visión sobrecogedora para los ojos para
quien de pronto se figura siendo arrojado
a sus profundidades sin fondo: he ahí el Infierno, “donde habrá llantos y
crujir de dientes”.
YAVÉ DIOS
siguió adentrándose en aquellas Tinieblas hasta donde el Nuevo Cosmos se
transforma en un Océano saliéndose de
madre por sus cuatro costados. Fue entonces cuando dirigiendo un haz de energía
luminosa hacia el campo creador por ÉL mismo generado comenzó el viaje de la
energía a la materia, producto final del cual fue la Implosión Astrofísica que dio origen al Sol y los planetas y
satélites que contiene su Sistema. Maravilla para los ojos y gozo para la
inteligencia. Lección de Omnisciencia Creadora y Revelación en vivo de la
Naturaleza del Creador Divino para no ser olvidada jamás. Pues como dije en la
HISTORIA UNIVERSAL DIVINA quiso Dios mostrarles el Origen de la Creación cuanto
el lugar de Destierro al que serían arrojados quienes volviesen a incendiar con el fuego de la
Guerra su Mundo.
Esto
hecho, el Sistema Solar creado, YAVÉ DIOS apartó un planeta de su familia, lo
abandonó en las Tinieblas como quien se deshace de un cuerpo sin futuro, y
trasladó el Sol y su Sistema a los
Cielos. Aquí, en medio de un medio
astrofísico aun sin carta de navegación interestelar, le abrió al Sistema Solar
su propio campo de movimiento relativo dentro de un cúmulo estelar abierto. Su
localización en aquel cúmulo globular cerrado parecía un imposible una vez fuera de los Cielos. Esto es lo que de pronto
hizo YAVÉ DIOS. Abrió Dios de nuevo la Navegación por el Bosque de las Galaxias
en dirección al Abismo Exterior en el que abandonó a aquel planeta, en
principio un desecho, como aborto producido durante la gestación del Sistema
Solar.
8.
La Luz.
Creó Dios
nuestro mundo haciendo emerger del seno de las aguas del océano estelar los
Cielos. Luego creó la Tierra. Pero primero fue la Idea.
En su
Omnisciencia el Creador no hace nada sin tejer antes en su Inteligencia el
Edificio a construir. Primero planea, resuelve, tira líneas, calcula, supera
problemas, despeja incógnitas, ve en movimiento virtual el fin al que tiende su
proyecto, se deja llevar por su Sabiduría y luego pasa a la acción. Confía en
su experiencia para mantener bajo control todos los procesos. Si sobre la
marcha algún elemento parece que se le escapa de las manos actúa en
consecuencia, improvisa, toma las decisiones al caso y, sin desfigurar la Idea,
mantiene el movimiento en la dirección original establecida.
Así pues,
creó la Tierra en las fronteras del Cosmos, lejos del Cielo y de los Cielos, en
las Tinieblas. Le dio a la Tierra por esposo el Sol y por hermanos y hermanas
los Planetas.
Sol,
Tierra y Luna, y toda la familia planetaria, fueron creados de un único núcleo.
Creada la
familia solar abandonó Dios la Tierra en las Tinieblas a aquella soledad tan
total y absoluta que la causara sentirse “confusa y vacía”, según nos lo cuenta
en su Libro. Pues pasó que, contra toda expectativa, cuando fue a la Tierra a
la que le hizo todas las promesas de futuro, su matrimonio con el Sol firmado
desde el mismo Origen, sellado con besos en la Cuna, Dios se llevó a toda su
familia lejos, muy lejos del Abismo cubierto por las Tinieblas, y la abandonó a
ella, la Tierra, a merced de las fuerzas del Abismo. La oscuridad gélida de una
soledad invencible se le metió a la Tierra en los huesos, y de frío los dientes
le castañearon.
Ay la
Tierra, nacida entre promesas de maternidad a la luz de risas, aplausos y
exclamaciones de los hijos de Dios. Bella en su desnudez, hermosa en su
pequeñez. Ay el sueño concebido para ella, como el del niño que vive del sueño
de su madre mientras se tejen sus huesos y su carne. Ay del sueño aquél. El
frío le helaba los huesos, los vientos que recorren las Tinieblas sacudían su
carne trémula. Ay mi sueño, ay mi vida, que se me ha ido mi Dios y me ha
abandonado en las Tinieblas sin nadie que me defienda. ¿Por qué me has
abandonado, Dios mío? ¿Por qué me prometiste el océano, porqué me hiciste soñar
con el Este, el Oeste, el Norte y el Sur, porqué me soñaste madre de tantos
hijos, mis manos con alas, mis cabellos coronados por diadema de nubes preñadas
de vida, mis pies de nieve respirando primavera sobre verdes valles, porqué me
alimentaste con miel si me tenías destinado por alimento este veneno agrio y
espeso? Ay que me muero, ay que prefiero la muerte a vivir sin tu sueño.
Así que
cuando su Gran Espíritu regresó a buscarla “la Tierra estaba confusa y vacía”
porque su Creador no aparecía por ninguna parte. Cuando regresó, la Luz se
hizo. Fue así.
Extendió
Dios un campo de fuerzas que rodeó la Tierra y su superficie se transformó en
un mar de lava viva. Estamos hablando de la Fusión de la Corteza Primaria de
nuestro planeta. De las entrañas de aquel mar de lava viva surgió la Atmósfera
Primigenia. Al cabo la corteza terrestre se enfrió y aquella atmósfera se
convirtió en un Manto de Hielos que cubrió la esfericidad entera de nuestro
planeta de polo norte a polo sur. Tal Manto de Hielos es “la luz”.
Este es
el origen de la escalera de los elementos naturales. (En la Introducción a la
Cosmología del siglo XXI el tema de la Física Creadora de la Biosfera se toca
con la profundidad debida). Esta es la Historia de la Tierra.
9.
El
Firmamento.
El abrazo
del Omnipotente. Oh, el cálido abrazo del Omnipotente. El calor de tus
músculos, oh Dios, es el calor del primer beso entre los esposos vírgenes, el
calor de la primera palabra del padre a su bebé; envuélveme en tu aliento, Dios
mío… Ay la Tierra, cuántos versos, cuántas líneas escribió en su soledad, cada
una una paloma blanca cruzando las aguas en busca de
la ramita de olivo que le mantuviera viva a Noé la esperanza. ¡Su alegría, su
corazón desbocado, su pulso desatado, sus nervios vibrantes el día que la luz
del Gran Espíritu de su Creador brilló fulgurante, atravesando el campo de las
galaxias a la velocidad de Su pensamiento! Su Voz cálida, su Verbo tierno, ay
hermanos y hermanas, me muero por rociar mis orejas con el bálsamo del eco de
sus cuerdas, cuando su Palabra rompa el Silencio.
Y así
fue. El Gran Espíritu regresó, la abrazó, se la comió a besos, le habló, y su
Confusión desapareció al momento.
Envuelta
en aquel Manto de Hielo forjado a temperaturas bajo ceros absolutos, Manto de
Hielos producto de la Fusión de la Corteza Primaria y Sublimación de la
consecuente Atmósfera Primigenia, separó Dios a la Tierra de las Tinieblas y la
introdujo en los Cielos. La condujo al encuentro del Sol y los Planetas. En el
calor del encuentro el hielo se derritió y se transformó en Aire y Agua. Bajo
el Firmamento que separó Aguas de Aguas, los dos bloques de hielo comenzaron su
repliegue hacia los polos Norte y Sur. Y desde entonces el Firmamento sigue
ahí, separando las Aguas de los mares de todos los días de las Aguas
gravitatorias que llenan el espacio exterior.
El
Firmamento en el Verbo del Génesis es la Atmósfera resultante de esta manera
creada. Firmamento al que llamó también “cielo”, el cielo de todos los días,
azul, rojo, blanco, amarillo, naranja, violeta, púrpura. Firmamento sobre cuya
arquitectura ya tendremos tiempo de entrar, y hablando de la cual tocamos su
génesis, dejando para otro sitio los fundamentos de la Biosfera, fundamentos
que han de conducirnos a la definición de los elementos constitutivos de la
Ecosfera.
10.
La Mano
de Dios.
Siguieron
bajo el Sol bajando las aguas del océano madre. Y continuaron bajando hasta
alcanzar el nivel de los mares. Entonces, cuando las aguas se retiraron para
dejar que la Vida siguiera su curso, la huella de la Mano Creadora quedó
grabada en la piedra de las dorsales oceánicas, y sobre la superficie de la
huella de sus cinco dedos el árbol de las especies echó sus raíces.
Este es
el origen de la vida en la Tierra.
11.
El mundo
de las aves.
Los mares
se llenaron de criaturas, tantas que no cabían en la inmensidad de aquéllas
aguas que le dieron la vuelta al mundo.
El nivel
de las Aguas que están debajo del Firmamento siguió bajando y por tanto la
presión subiendo. Entonces el Árbol de la vida atravesó la frontera entre el
agua y el aire y el firmamento de los cielos se llenó de criaturas con alas y
picos.
Otras
ramas tocaron tierra firme directamente del agua a la tierra; pero el mundo era
de las aves, que ponían sus huevos en tierra y se extendían tierra adentro
hasta los confines de las cordilleras. Así que cuando los anfibios comenzaron a
internarse más allá de las orillas y se dieron por alimento huevos de aves
prehistóricas la necesidad de vigilar la propiedad generó la transformación
revolucionaria de las alas en brazos.
Este es
el origen de todas las bestias que paren.
12.
Los hijos
de Dios.
Vive que
evolucionando crecieron los hombres y sus familias en los bosques, desde cuyas
fronteras con el mundo de los Dinosaurios vieron bajar del cielo a los dioses.
Los hijos de Dios se distinguían de las demás criaturas porque caminaban sobre
sus piernas. Y el poder que su palabra ejercía sobre todas las bestias era muy
grande. Se despertó entonces en los hombres un instinto sui géneris, el de la
inteligencia, y encontraron en la capacidad natural para imitar a los dioses el
camino hacia el dominio del mundo. Fue por entonces cuando los hijos de Dios
adoptaron a los hombres como discípulos.
13.
Mesopotamia.
La tierra del paraíso terrenal.
Dios le
dio a cada uno de sus hijos una zona de influencia en la Tierra. Según el Sello
que cada pueblo hubiera recibido de su preceptor la Formación de los Cinco
Pueblos originales de los que procede todo el género humano daría lógico lugar
a cinco culturas diferentes. El Proyecto Divino era unificar esas cinco
culturas en una sola, de la que emergería la concepción de un reino mundial,
patria original de todos los pueblos futuros del género humano. La corona de
ese reino se la daría Dios al Primer Hombre que lo llamaría Padre, y nadie
podría otorgarse este poder.
Así que
este proceso de formación de los pueblos de la Tierra en marcha, viniendo de
diferentes lugares se encontraron en Mesopotamia, llámese Irak en los días
corrientes, un número indeterminado de familias. Crearon sociedad, levantaron
ciudades, establecieron constitución social. Pero jamás se otorgaron el poder
de elegirse un rey y comenzar por ellos mismos la obra de unificación de todos
los pueblos de la Tierra en un gran reino. Dios daría.
14.
Adán y
Eva.
Y dio.
Movido por el Dios de los dioses abandonó su casa y su familia un joven
ciudadano de aquella Primera Mesopotamia. Acabó su andadura en un rincón virgen
de aquélla tierra regada por cuatro ríos.
Dios le
dio un nombre nuevo a su elegido: Adán. Y estando allí le descubrió el Futuro
de la Humanidad según en su Presciencia la había tejido en Su Mente.
Fuera del
Edén la voz del Gran Espíritu había extendido el mensaje. La elección divina se
había producido. La entrada del rey en escena era una visión en verdad para
corto tiempo. Un grupo de jóvenes dejó sus hogares y salió a buscarle. Entre
aquéllos se halló Eva.
Este es
el origen de Abraham, padre de Israel.
15.
El talón
de Aquiles de Adán.
La
sociedad original humana no había sido establecida sobre la propiedad, la
mentira, o la conquista del Poder. Todo le pertenecía a Dios y sus sacerdotes
almacenaban el fruto del trabajo en el Templo para su distribución según las
necesidades de las familias.
La
palabra de un hombre era ley. El hombre, a imagen y semejanza de su Creador, no
hablaba jamás en vano.
Aquí era
donde residía la fuerza del Hombre a los ojos de su Creador, en esa inocencia
que lo empujaba a creer en la palabra de su prójimo como si fuera la suya
propia. Hasta que llegó el hijo de la perdición y convirtió esa fuerza en diana
para la certera flecha de su traición.
16.
Más dura
sería la venganza.
¡Ay! Ay
de la Serpiente cuando el Padre de aquel niño volviera. El Dragón sería
desterrado de los límites de la Creación donde el no-ser vive una muerte que
nunca llega, ni se va. Sus planes para obligar al Gran Espíritu a convertir el
paraíso en un mundo de dioses más allá del bien y del mal estaban condenados al
fracaso más absoluto.
En Dios
el Padre y el Juez son un todo indivisible. Justicia y Amor son los dos Brazos
de su Gran Espíritu. ¡Al Infierno quien ama el Infierno! Bendito sea Dios y su
santo espíritu de justicia. Él no puede soportar la visión de todo lo que hemos
visto y oído, y por eso la Creación entera ha estado expectante soñando con el
Día de la gloria de la libertad de sus hijos, cuando al frente de su Casa el
Rey del Paraíso se alce contra lo que el Infierno sembró entre los hijos de la
Tierra.
Bailad,
guerreros, la danza de la victoria en honor del Invencible. Batid palmas
vientos del Norte, recorred los mares con la noticia vientos del Oeste,
llevadle el grito de la esperanza a los que viven en las sombras del Este:
Viene el Rey, lo rodean príncipes que brillan como soles, el ejército del
paraíso de los Buenos vuelve a cantar al término de la Noche.
Sí, hijos
de la Tierra, ¡ay! de los Rebeldes por tercera vez, porque colmaron el vaso de
la paciencia divina; en su locura quisieron transformar el agua no en vino sino
en veneno. Juró entonces el Gran Espíritu que no retiraría su espada hasta que
su hoja cayera sobre la cabeza del asesino y sus cómplices malditos. Juró por
su honor y su gloria que un niño nacido de aquella Eva heredaría su espada, la
del Gran Espíritu, y con ella se cumpliría la Palabra de Dios: “Él te aplastará
la cabeza”.
¿No veis
hijos del Gran Espíritu la visión que el Guerrero Eterno tuvo? ¿Qué brazo
surgido del barro podría levantar con su puño la espada del Héroe de las
galaxias que recorren alegres el infinito? La respuesta está en vosotros porque
estuvo entre nosotros: El Brazo de Dios, el Brazo de su Hijo, el Brazo de Yavé.
Viendo la
visión de su Padre, Adán se levantó del suelo y bailó sobre los restos de su
desesperación la danza de los héroes en honor del Campeón que el Gran Espíritu
les había elegido a los hijos de la Tierra.
Este es
el origen de Cristo.
17.
Al Este
del Edén.
En la
amargura de la desesperación que le rajó el alma y le desgarró la mente, Adán
vio la historia de la humanidad desde el fratricidio a la última bomba que
reventó la Tierra y la redujo a montañas de piedra desvaneciéndose en el humo
de las estrellas. Los horrores que vio le espantaron de tal manera que se le
hizo imposible creer que su Dios y Padre fuera a permitir semejante tragedia.
Pasó
entonces que Adán no se equivocó.
Dios
sintió la traición de Satanás cual puñalada en la espalda, como un lanzazo en
pleno corazón. Muerto su elegido la Tierra quedaba a merced de un Dragón loco
por imponer su imperio desde un confín al otro del mundo, pero por su
Omnisciencia y Todopoder que la Serpiente Antigua acababa de firmar su
sentencia de destierro ad eternum del
Cielo, de la Tierra y del Cosmos entero. Por su salud que un hijo de ese mismo
Adán se levantaría hasta las nubes, alzaría su brazo y dejaría caer el Martillo
de la Venganza sobre la cabeza del asesino de Adán.
Adán y
Eva también fueron desterrados lejos de su patria. Adonde nadie pudiera
encontrarlos y mataran al Niño de la Profecía. Fue como si se los hubiera
tragado la tierra. Los escondió Dios de la cólera de sus hermanos entre los
pueblos de las montañas, moradores de cuevas, los montañeses cazadores de
pieles del Este.
Este es
el árbol genealógico de los hijos de Noé.
18.
La
primera guerra civil mesopotámica.
Inmediatamente
después de la Caída las Ciudades de muy antiguo, Ur,
Lagash, Kish, Umma... los hombres se dieron reyes y
cada rey se lanzó a hacer realidad la utopía del reino universal empleando la
fuerza.
Los
ángeles rebeldes abrieron la Caja de Pandora, le dieron nuestro mundo por campo
de acción, y la larga mano de sus tentáculos alcanzó a todas las naciones.
Alcanzó también a Caín, que mató a Abel en un intento desesperado de obligar a
Dios a entregarle la gloria del príncipe de los vengadores.
Consolados
por la Sabiduría, Adán y Eva educaron a Set en la Doctrina Mesiánica de los
Patriarcas. Nadie excepto el propio Dios conocía el tiempo del Nacimiento del
hijo de Eva.
Cuando
terminaron aquellas primeras guerras fratricidas los hijos de Set regresaron a
la patria perdida y aprendieron a convivir con las demás familias en igualdad,
sin olvidar jamás la situación de guerra declarada entre el Cielo y el
Infierno, y la parte que se les había asignado en el encuentro.
El Primer
Hombre que llamó Padre a Dios fue Adán; pero de ninguna manera Adán iba a ser
el último a quien Dios llamaría Hijo delante de su creación entera.
Este es
el origen mitológico del rey David
19.
Hacia el
diluvio universal.
Las
crónicas conocidas para el periodo de la Caída de las Ciudades-Estado y la Era
antes del Diluvio nos vienen dadas de una forma arcana en los archivos
descubiertos en los yacimientos arqueológicos del Oriente Medio. Hablan de
crónicas reales, del origen divino de la realeza. Coinciden con el Génesis
Hebreo en el acontecimiento del Diluvio.
Según se
deduce de la historia de aquel mundo de mitos y héroes, las Ciudades-Estado
compraron la paz a un precio muy alto. La No-Ley por Ley, uniendo el ser y el
no-ser en una bomba le entregó al imperio de los dioses antiguos el cetro de
las Cuatro Regiones. Estos, los dioses malvados y malditos que sembraron la
cizaña de sus mentiras de un confín al otro del mundo, sin miedo ni honor ni
vergüenza en sus entrañas, no habiéndoles bastado con haberle declarado la
guerra al que aún seguían llamando Padre, le ofendieron hasta el infinito
pisando una ley sagrada, inviolable, contra cuyo delito insoportable su Gran
Espíritu sufrió en silencio lo indecible. Pero tragándose su orgullo,
quemándole la sangre, aguantó el Divino Guerrero el sufrimiento, almacenando en
su alma el fuego en el que se quemarían eternamente aquellos demonios perversos
y malditos.
Porque si
un padre por amor a un hijo permite que ese hijo mate a sus demás hermanos, ese
padre es el demonio malvado y perverso de cuyo seno surgiera tal malvado hijo. ¡Lejos
de la Paternidad Divina semejante conducta criminal!
Callado,
con los dientes apretados, los nervios en tensión, Dios sufrió lo indecible el
día que pisaron su ley sagrada sobre la prohibición del cruce de razas
cósmicas. Uniéndose Satán y sus hermanos malditos a las hembras humanas
parieron de ellas criaturas medio hombre medio demonios que, arrasadas sus
entrañas por una inmortalidad que se les negaba, sembraron el mundo de
destrucción, convirtiendo las tierras en un campo de devastación donde obtener
de sus padres demoníacos, a base de sacrificios humanos, la inmortalidad que se
les negaba.
Ellos,
los héroes de muy antiguo, fueron los fundadores de las religiones sangrientas
que asolaron las tierras y compararon a nuestros padres con las bestias, y los
sacrificaron en el altar de sus pasiones imposibles tras la búsqueda de la
fuente de la juventud eterna. Enloquecidos por su condición ni divina ni humana
sembraron el mundo de aquellas guerras y violencias gratuitas que en sus
cuentos y leyendas recogieron los Antiguos, cuando por el amor de una hembra un
hombre era capaz de meterle fuego a toda una ciudad, como si en el mundo
aquella Helena hubiera sido la última mujer sobre la faz de la tierra.
Salvajes, monstruos paridos de semillas malditas, los héroes de muy antiguo
nacieron para morir arrastrando con ellos a la tumba a todos los que le rodeaban,
como se manifiesta en las tumbas de los Ra y los Amones del Egipto.
No
pudiendo soportar más la presencia de aquel mundo donde el bestialismo impuso
su norma, optó Dios por dar por finalizada aquella obra, echarla abajo y
empezar una nueva. Si afectó el Diluvio a todos los continentes de la misma
manera y en el mismo momento es un cantar de otra materia. Si fue así cada
pueblo lo sufrió a su manera.
CAPÍTULO
3
20
De Noé a
Abraham.
Las
pruebas del carbono dicen que la fecha del Diluvio debemos situarla hacia el
principio del tercero y finales del cuarto milenio antes de Cristo. La
reconstrucción de la historia desde la arqueología se suma al testimonio.
Se
salvaron muchos del desastre y volvieron a empezar de cero. Durante aquel
proceso de reconstrucción internacional los hijos de Noé tuvieron la parte del
guerrero que baja de las montañas al anfiteatro de las vanidades babilonias. La
estructura del Mito Acadio una copia de la estructura del Mito Hebreo, no es en
vano que muchos historiadores hayan creído descubrir en el Gilgamesh del Mito
sumerio la Conexión Judía.
Recordemos
que Dios les prometió a los hijos de Noé la invencibilidad por norma.
“Se
apoderará tu descendencia de las puertas del Infierno”, les dijo. Promesa
maravillosa y fantástica en la que el Padre de Adán se ratificaba en su
juramento de venganza contra los príncipes del averno.
Estaban
ya los demonios malditos que un día fueran ángeles benditos celebrando la
destrucción del mundo, y se festejaban ya con la victoria final sobre el “hijo
de Eva”, del que ya se reían antes de ver su Nacimiento, cuando Aquél Rey
silencioso y desconocido, cuyo Gran Espíritu no demostraba sentimiento de
fracaso alguno, levantó la cabeza y abriendo su boca, para vergüenza y
confusión de quienes ya celebraban la victoria no conseguida, repitió su
juramente bendito: “El hijo del Hombre te aplastará la cabeza; baila mientras
puedas, maldito”.
Noé y sus
hijos bajaron de las Montañas del Este en formación de ejército. (No olvidemos
que al guerrero de los guerreros, Gilgamesh, se le adjudica un origen montañés
en los textos cuneiformes). Los hijos de Noé vivieron en las ciudades, crecieron
y se multiplicaron. El clan original se expandió por las ciudades de Nippur,
Uruk, Ebla, Kish, Lagash, Umma, Ur.
En esta Ur de la III dinastía vivían los padres de Abraham cuando
la locura ególatra arrastró al rey de Ur a otorgarse
la inmunidad constitucional que se les suponía a los dioses. Pero
reconfiguremos en líneas maestras la sucesión de aquellos acontecimientos.
Según los
elementos arqueológicos a nuestra disposición podemos situar la fecha del
Diluvio a finales del Cuarto Milenio y principios del Tercero. El llamado
Periodo Protodinástico sitúa su origen en el 2.900. Esta ubicación obliga a
situar entre la catástrofe y el renacimiento de las poblaciones un par de
siglos por medio.
La ciudad
de Kish fue la primera en salir de las aguas y darse
un rey. Al poco la ciudad de Uruk entró en la dinámica, aportando a la historia
las aventuras de su héroe y rey, Gilgamesh.
Tras la
muerte de Gilgamesh la ciudad de Kish volvió a
recoger la Vara del Imperio, actuando su rey entre las ciudades vecinas como
árbitro y juez de sus disputas. Poder que pasó a Ur,
y después a la ciudad de Lagash, situándonos así en el siglo XXV a.C. Para
finalmente caer en manos de la ciudad de Umma, cuyo rey héroe reclamó para sí
el imperio del Edén.
Imperio
que le duraría a Umma poco tiempo. Se lo arrancó de las manos el joven Sargón,
copero del rey de Kish. Sargón se rebeló contra su
rey, se fundó su propia ciudad imperial, Acad, y desde Acad salió a conquistar
el mundo.
Lo
conquistó.
Sus hijos
reinaron desde el 2278 hasta el 2193 aproximadamente, cuando los Primeros
Bárbaros cayeron sobre el imperio del Edén y extendieron su anarquía desde un
extremo al otro de las Cuatro Regiones.
La caída
del imperio de Acad le devolvió el protagonismo a las ciudades clásicas, entre
las que Lagash volvió a saltar a primer plano bajo la jefatura del famoso y
legendario Gudea. Pero no fue este Gudea quien liberó al País del imperio de
los Bárbaros sino la coalición de las ciudades del Sur lideradas por el rey de
Uruk, bajo cuya bandera debemos situar a los abuelos de Abraham.
Pasó,
pues, que tras la derrota de los Bárbaros Gutis, el
jefe Utukhegal quiso proclamarse emperador, lo que al
jefe Nammu y su consejo de príncipes de Ur no les gustó nada, y le declararon la lógica guerra de
independencia. Bajo esta bandera, en efecto, podemos situar a los padres de Abraham.
Nos
hallamos en la frontera entre los dos milenios, Tercero y Segundo a.C.
Observemos,
sin embargo, que antes del descubrimiento de las Ciudades Perdidas Sumerias, en
la segunda parte del siglo XIX, hablando de Nínive, Ur, Kish, Akkad, Lagash,
etcétera, estas Ciudades y su Mundo, que forman parte del Mundo
Profético-veterotestamentario, esas ciudades y su mundo, en opinión de la
Ciencia del XVIII y principios del XIX, jamás existieron, siendo el Génesis de
Moisés y los libros de los Profetas, tratando desde Nabucodonosor hacia atrás,
pura invención literaria, un cuento de viejas mitológicas que los Israelitas se
habían sacado de la manga, y los Cristianos habían rescatado a fin de mantener
en las tinieblas a las naciones, de las cuales la Ciencia las iban a sacar a
todas, especialmente a las alturas del siglo XX, fecha que los científicos
firmaron como la fecha de la muerte del Cristianismo.
Pero por
uno de esos acontecimientos que jamás debieran producirse, pero que se
producen, una generación de científicos locos, como investidos del poder de
Jesucristo para resucitar muertos, se pusieron a resucitar las Ciudades
Perdidas de Sumeria que, hasta entonces, fueron sólo cuentos de viejas.
Los Sayce, Maspero, Rawlingson, etc, reventaron la
dialéctica del materialismo histórico del siglo XIX con la Nueva Ciencia de la
Interpretación de las Lenguas rescatadas de la Tumba: El Sumerio, el Hitita... donde
descansaron Nínive, Ur, Kish,
Lagash, Acad, etc, etc, las
ciudades protagonistas de la Lista Real Sumeria. La relación entre los años de
vida de las Genealogías Bíblicas y los años de vida de los reyes de esta Lista
fue y sigue siendo uno de esos fenómenos que dejan con la boca abierta.
Recordemos:
LISTA
REAL SUMERIA
La corona
descendió del Cielo. Eridú fue la ciudad real elegida
por los dioses.
Alulim, (Adán),
el primero de los reyes de la Tierra, reinó durante 28.800 años.
Alalyar, el
segundo de los reyes de la Tierra, reinó durante 36.000 años.
En total
estos 2 reyes reinaron durante 64.800 años.
Recordemos
que el ciclo hindú y la tradición precolombina le da 65.000 años al llamado
“día del Sol”. Se lee esto:
El manvântara está equiparado a 2 veces y media la
precesión de los equinoccios, que posee 25.920 años (64.800 años), o en números
redondos, por ejemplo en la Tradición Precolombina, 65.000 años, o sea,
también, 5 periodos de 13.000 años, e igualmente se le suele llamar un día del
sol.
De donde
se debe deducir quela Edad Bíblica de los Patriarcas, y de los reyes de la
Lista Sumeria tiene conexión con el día
del Sol.
Rescatada
la Lista Sumeria de los hipogeos de la Historia la coincidencia de la cifra
sumeria, 64.800 años, con los tiempos
astronómicos nos abre una puerta hacia una Civilización Prediluvial plenamente establecidas en el conocimiento del Universo, transmitido oralmente,
y perdido una vez que aquella civilización fue arrojada a los hipogeos de la
Historia.
La
coincidencia sobrenatural de la tradición precolombina y la Lista Sumeria,
dando 64.800 años, nos deja perplejos a la vez que admirados. Encerrados en su
ateísmo anticristiano absoluto los sabios de finales del XIX y principios del
XX le volvieron la espalda a este hecho
y prefirieron ignorar cualquier coincidencia entre el ciclo hindú, la tradición precolombina y
los años de la vida de Adán, (Alulim) y su sucesor en
el trono del Edén. Nosotros no podemos
ignorar esta conexión, si bien su interpretación no está a nuestro alcance
actualmente. De cualquier forma y siguiendo los hechos:
Al cabo
Eridu cayó y la corona pasó a Bar Tibirá.
Aquí Enmenluana reinó por 43.200 años.
Enmengalanna lo
hizo después por otros 28.800 años.
Dumuzi el
Pastor, durante 36.000.
Estos 3
reyes sumaron un total de 108.000 años. Cuando Bar Tibirá cayó la corona pasó a Larsa.
Ensipadzidana reinó
en Larsa durante 28.800 años. Enseguida Larsa cayó y cogió el relevo
Sippar
Enmendurana se
alzó con la corona y reinó durante durante 21.000 años.
Sippar cayó a su vez y Churrupag le sucedió.
Ubar Tutu reinó en Churrupag durante 18.600 años.
8
reyes para cinco ciudades durante un periodo de 241.200 años.
Inmediatamente el Diluvio Universal los borró del mapa.
Volviendo
al tema del descubrimiento de esta Lista real Sumeria es necesario decir,
tratando el tema de la Recreación de los tiempos históricos derivados de la
Revolución Arqueológica de finales del siglo XIX, revolución con mucha
diferencia más grande que la Darwinista, por centrar el tema, de cuyo campo
vendría a luz el Nazismo Ideológico, del que surgirían el Nacionalsocialismo
Hitleriano y el Socialismo Stalinista como sus dos
hijos putativos más dignos de la estructura guerracivilesca a nivel de especie global que el Darwinismo ideológico portó en su formulación
extra científica; Revolución Arqueológica que precisamente los dos monstruos
hijos del Darwinismo, sin quererlo, pero haciéndolo, enterraron en el silencio
bajo el estruendo de las dos guerras mundiales que sacudieron el cuerpo del Siglo
XX, y precisamente por ese silencio a que se vio sometida la Arqueología : la
Continuación de aquella Revolución de finales del Siglo XX quedó en manos de
una escuela cuyos prejuicios quedaron en evidencia, uno de ellos durante la
última de las dos guerras, cuyas propiedades podemos enumerarlas en una palabra
clave: Antisemitismo, y el otro que venía operando en la escuela
germano-anglosajona desde la Reforma: el Anticatolicismo; prejuicios que
condujeron a la admisión de errores fundamentales que debieron haber sido
corregidos, pero que, gracias al interregno de las guerras mundiales, no sólo
no lo fueron sino que además fueron apuntalados a nivel de Universidades. Bajo
esta ley de antisemitismo toda línea de investigación que condujese a una
relación Hebraico-Mesopotámica fue condenada al exilio en razón de su
derivación argumentativa a favor del Catolicismo. Siguiendo esta línea
anticientífica los sucesores de la escuela arqueológica decimonónica cerraron
los ojos a todos los datos abiertos a la conexión Hebraico-Mesopotámica, en su
irracionalidad invirtiendo los presupuestos, tal que no fueron los otros
pueblos los que derivaron sus tradiciones de la Memoria Hebrea sino que serían
los Hebreos los que construyeron sus Mitos a partir del sustrato
mesopotámico-babilónico.
El caso
del Diluvio es el ejemplo más patético servido. No sólo negaron, y siguen
negando la existencia de semejante Catástrofe, aun cuando su memoria sea
corroborada por fuentes extrabíblicas, sino que haciendo gala de una capacidad
nula para el genio anularon el testimonio de esas fuentes corroboradoras de la
Biblia aduciendo que la Biblia se basó en esa Mitología Sumeria, de esta manera
pervirtiendo el significado y la naturaleza de la Metodología Científica. En
lugar de servirse de ambas fuentes como jambas de la puerta por donde entrar y
abrirse paso hacia el interregno entre el Primer Reino Mesopotámico, fundado
por la Generación de Adán, el Alulim de la Lista real
Sumeria, la Nueva Escuela Histórica surgida de las Dos Grandes Guerras
Mundiales se limitó a dar por bueno el Error de sus maestros, asumiendo como
agujero negro y laguna insondable el Milenio que fue desde la Caída del Reino
de los Cuatro Ríos al Primer Reino de las Cuatro Regiones.
En cuanto
a la identificación de la Caída del Adán bíblico con la Guerra Civil en que se
enzarzó el Primer Reino Mesopotámico no se puede decir más de lo que se deriva
de la relación Biblia-Arqueología por en cuanto la Escuela Germano-Anglosajona,
negándose a querer ver relación alguna entre el Mundo Bíblico y la Mesopotamia
Neolítica, que deriva en la Edad de Oro de la que surge la Concepción de la
Civilización como un proyecto de Futuro, a edificar sobre la estructura de un
Reino, que sería el primer Reino Mesopotámico, cuyo rey sería el Alulim de la Lista Real Sumeria; y porque no quiso y sigue
negándose a reunir las dos partes del Enigma, las pruebas materiales que
proceden a la Identificación de ambos sujetos Alulim-Adán,
y conllevan a la recreación Interpretativa de la Biblia desde la Historia
Universal, limitando la teología a las cosas de la Doctrina de la Iglesia, no
se ha producido todavía.
Ahora
bien, se entiende, desde la Historia Universal, que el crecimiento de la
Humanidad desde el genio Mediterráneo Ibérico-Galo que se observa en Las Cuevas
y sus Monumentos Megalíticos, es el que desemboca en Mesopotamia, y deja sus
huellas desde Andalucía hasta el sur de Turquía, para finalmente, integrando su
genio con el que procede de Asia y África, dar lugar a la Creación de una Población
Interracial Abierta que adquiere Consciencia del Ser y se proyecta al Futuro
mediante la Fundación de un Reino, cuyo Rey, Adán o Alulim,
según las Listas, se hundiría en el Delito contra la Humanidad que, habiéndose
introducido como norma en su Mundo, lo conduce a la Política de Expansión de su
Corona mediante la Guerra. Es esta Política la que Dios juzga de acuerdo a la
Ley Eterna y procede al abandono del Género Humano a sus propias fuerzas, que,
andando el tiempo, y de acuerdo a la Ley, se hunde en el Diluvio que entierra
las Ciudades Perdidas de Sumeria, y desentierra la Revolución Arqueológica del
XIX de debajo del mar de lodo del Diluvio.
Ésta
debiera haber sido la base desde la que, debiendo haber adoptado la Lista Real
Sumeria como Testigo de y no como Fuente de la Biblia, la Recreación de la
Historia Antigua del Milenio IV antes de Cristo hubiera debido abrirse paso
hacia la Edad de Oro del Neolítico Sumerio.
No sólo
no se hizo, sino que se adoptó por método borrar de la Investigación cualquier
huella que pudiera conducir a una relación de los Héroes Bíblicos con los
Héroes Sumerios. El caso más patético es el del egiptólogo Breadsted cuando afirma que Moisés se sirvió de la línea monoteísta del Faraón Hereje
para crear su Religión. Entre el genio y el loco ha habido siempre una línea
muy estrecha, en este caso pisada, borrada y activada en beneficio del loco,
bajo cuya esfera el genio se transformó en un discapacitado intelectual, sin
poder existencial para seguir haciendo uso de la Palabra en el Ágora de la
Sabiduría.
En
descargo de las Ciencias Históricas digamos que la obsoleta incapacidad de la
Teología, encerrada en sus dogmas de la Creación del Hombre desde una pareja y
ella desde la costilla de él, para dar paso a una investigación propia sobre
las descubrimientos desde el que combatir el anticristianismo, hizo imposible
dicha apertura de la Historia a la Biblia.
Este
Siglo verá la Corrección de los errores pasados y pondrá a cada cual en su
sitio. Mientras tanto observemos cómo cuando los hombres comenzaron a
multiplicarse de nuevo los mismos males que condujeron a las Ciudades Estados
Sumerias a la Guerra Civil y finalmente a su destrucción, volvieron a resurgir.
Enseguida
tenemos el Primer Periodo de los Grandes Jefes. Es decir, los hombres vuelven a
enfrentarse y se dan Jefes Militares con los que atacarse y defenderse. Este
Periodo culmina con la fundación del primero de los reinados, sujetos a
continuas revoluciones palaciegas, pasando la corona de una familia a la otra,
siguiéndose en esto la ley más general de la Historia, el despotismo da lugar
al absolutismo, el absolutismo a la revolución. Vuelve el despotismo, vuelve el
absolutismo, y así hasta que la Guerra deviene el modus vivendi de las clases
aristocráticas que se van creando durante las vueltas del tiempo. En términos
concretos el primero de los sujetos historizados es Enmenbaragesi, del cuarto periodo monárquico, rey de Kish, situado hacia el 2700 A.C., derrocado por Dumizid el Pescador, sucesor de Lugalbanda el Pastor.
Primer
Período Monárquico:
En E-ana el hijo de Utu, Meskiacgacer, se proclamó señor y rey y gobernó
por 324 años. Meskiajgacer desapareció al
otro lado del mar.
Enmerkar, su
hijo, rey de Uruk, que construyó Uruk, se coronó rey en lugar de su padre Meskiacgacer, y reinó por 420 años. La dinastía
de Meskacgacer reinó durante 745 años.
Período
de Grandes Jefes:
Lugalbanda el
Pastor lo hizo durante 1.200 años.
Dumuzid el
Pescador, de la ciudad de Kuara, reinó
durante 100 años. El solo capturó a Enmebaregesi.
Segundo
Periodo Monárquico:
Gilgamés, cuyo
padre fue un fantasma, señor de Kulaba, reinó
durante 126 años.
Ur Nungal, hijo de Gilgamesh, durante 30.
Udul kalama, hijo de Ur Nungal, por 15 años.
Labacum, 9 años.
Ennuntarahana, 8 años.
Meche el
Herrero, lo hizo 36 años.
Melenana,
6.
Lugalkitun, 36.
En
total 12 reyes; que reinaron por un periodo de 2.310 años. Por
aquel entonces la ciudad de Uruk fue destruida y la corona pasó a Ur (Primera Dinastía).
En la
ciudad de Ur reinó por 80 años Mesannepada.
Meskiac Nanna, hijo de Mesannepada,
gobernó la ciudad 36 años.
Elulu, 25.
Balulu, 36.
4
reyes en total, 171 años su tiempo. La ciudad de Ur fue tomada y el reino pasó a la ciudad de Awan.
En Awan 3 reyes gobernaron durante 356 años. Al
cabo Awan fue vencida y el reino volvió a la ciudad
de Kish.
Segundo
Período de Grandes Jefes:
En kish reinó durante 201 años Susuda el Tramposo.
Dadasig, 81 años.
Período
Monárquico:
Mamagal el
Barquero, 360 años.
Kalbum el
hijo de Mamagal, 195 años.
Tuge, 360. Mennuna, hijo de Tuge, 180.
Tercer
Período de Grandes Jefes:
Ibbi-Ea,
reinó 290.
Lugalju, 360.
8
reyes en total para un periodo de 3.915 años. Entonces Kish fue vencida y la corona pasó a la ciudad de Hamazi.
En Hamazi reinó durante 360 años Hadanish. Al cabo Hamazi fue
vencida y la corona volvió a Uruk.
En Uruk
gobernó durante 60 años Enshakanshanna.
Lugalure lo
hizo por 120 años. Argandea por 7.
En
total 3 reyes para 197 años. Uruk fue vencida y el reino
volvió a Ur.
UR (
Segunda
Dinastía)
Nani gobernó Ur por 120 años.
Meshkiac Nanna, el hijo de Nani, lo hizo durante 48 años.
Su hijo, 2.
3
reyes durante 170 años. Al cabo Ur fue vencida y
el reino pasó a la ciudad de Adab.
Lugal Anemundu reinó en Adab durante 90 años y
después el reino pasó a la ciudad de Mari.
En Mari
gobernó por 30 años Anbu.
Anba, el hijo
de Anbu, lo hizo por 17 años.
Bazi el
Batanero, fue rey 30 años.
Zizi el
Tramposo, 20.
Limer el
Sacerdote Gudu, 30.
Charrumiter, 9.
En
total 6 reyes en un periodo de 136 años. Mari cayó y el
poder pasó a Kish.
Ku Bau la
Tabernera gobernó Kish durante 100 años. La ciudad fue vencida y el poder pasó a Akchak.
Aquí Unzi se coronó y reinó
durante 30 años.
Undalulu durante 6. Urur otros 6.
Puzur Nirac, 20.
Ishu Il, 24.
Chu Sin,
hijo de Ishu Il, 7.
6
reyes durante 99 años. Akchak fue vencida y
el reino regresó a Kish.
Puzur-Sin, el
hijo de Ku Bau la Tabernera se coronó rey de Kish y la gobernó por 25 años.
Ur-Zababa, el hijo
de Puzur Sin, reinó por 400.
131 fueron
los años de la dinastía de Ku Bau.
Simudarra reinó 30.
Usiwatar hijo
de Simudarra, 7.
Ishtar Muti, 11.
Ichme-Chamas , 15.
Naniya el
Cantero, 7.
7
reyes en total para 491 años. Al cabo la corona pasó de Kish a Uruk.
Lugalzagesi reinó
en Uruk por 25 años. Fue vencido y el trono pasó a Acad
Sargón,
cuyo padre fue jardinero, y él mismo fue copero de Ur Zababa, rey de Kish, se
independizó y fundó Acad, desde donde reinó por 56 años.
Rimush, su
hijo, lo hizo durante 9.
Manitushu, su
hermano mayor, reinó después durante 15.
Naran Sin,
hijo de Manitushu, reinó otros 56.
Sharkalisharri, hijo de Naram Sin, 25.
El total
de años de la dinastía de Sargón, 157.
¿Quién
fue rey después?
Irgigi era rey, Imi era rey, Nanum era rey, Ilulu era rey y los cuatro reinaron 3 años en
total.
Dudu lo
hizo durante 21.
Shu Dudul, su hijo, 15.
Fueron 11
reyes, 181 años el total. Al cabo Acad fue destruida y el poder pasó
a Uruk.
En Uruk
fue rey Ur Nijin por 7 años.
Ur Gigir, su hijo, por 6.
Kuda,
otros 6.
Puzurili, 5.
Ur Utu, 6.
5
reyes, 30 años. Uruk fue destruida y el poder pasó a los Gutis.
LOS GUTIS
Entre los Gutis no había reyes, tenían sus jefes por 3
años.
Imta fue
rey por 3 años.
Inkishush por 6.
Sarlabag por
otros 6.
Shulme, 6 también.
Silulumesh otros 6.
Inimbakesh, 5.
Duga e Igeshaush, 6 años cada uno.
Iarlagab, 15.
Ibate,
sólo 3.
Iarla otros 3.
Kurum sólo 1 año.
Apil kin, 3.
Laerabum, 2.
Irarum, 2.
Ibranum, 1.
Hablum, 2.
Puzur Sin,
hijo de Hablum, 7.
Iarlaganda, 7.
Tiriga, 40
días.
21
reyes; 124 años y 40 días. Los Gutis fueron
vencidos y el poder pasó a Uruk.
En
Uruk, Utukhegal reinó por 7 años,
6 mesess y 15 días. Al cabo fue vencido y el reino
pasó a Ur.
UR
(Tercera Dinastía)
En Ur, Ur Nammu reinó
por 18 años.
Shulgi, su
hijo, por 46 años.
Amar Sin,
su hijo, 9 años.
Shu Sin,
otros 9.
Ibbi Sin, 24.
4
reyes, 108 años. Al cabo Ur fue destruida, los
cimientos de Sumer temblaron y la corona pasó a Isín.
Ishbi Erra reinó en Isín por 33 años.
Shu Ilishu por 20.
Iddin Dagan, 21.
Ishme Dagan, 20.
Lipit Istar, 11.
Ur Ninurta, 28 años.
Bur Sin, 5.
Lipit-Enlil, 5.
Erra Imitti, 8.
Enlil Bani, 24.
Zambiya, 3.
Iter Pisha, 4.
Urdul kuga, 4.
Sin Magir, 11.
14
reyes, 203 años.
Un total
de 39 reyes para 14.409 años, 3 meses y 3 días y medio, 4 veces
en Kish.
Un total
de 22 reyes para 2.610 años, 6 meses y 15 días, 5 veces en Uruk.
Un total
de 12 reyes para 396 años, 3 veces en Ur.
Un total
de 3 reyes para 356 años una sola vez en Awan.
Un total
de 1 rey para 420 años una sola vez en Hamazi.
Un total
de 12 reyes para 197 años, de una vez en Acad.
Un total
de 21 rey para 125 años y 40 días entre los Gutis.
Un total
de 11 reyes para 159 años en Isín.
Fueron 11
las ciudades reales.
Un total
de 134 reyes para 28.876 años.
CAPÍTULO
4
21.
Abraham.
La
estructura de los hechos nos permite creer que Najor,
abuelo de Abrám, fue uno de los jefes de Ur que bajo la jefatura de Utukhegal de Uruk liberaron al País de la anarquía en la que lo sumieron los Bárbaros.
Pero
detengamos esta relación para destacar el fenómeno del tiempo. Se habla de
miles de años para una dinastía y reinado. Es el mismo fenómeno que observamos
en las genealogías bíblicas de los Patriarcas antes de Noé.
Fenómeno
que nos muestra dos cosas; la primera, que el método de contar el tiempo de
aquellas generaciones del Cuarto Milenio y Quinto Milenio a.C. no es el Método
que durante el Tercer Milenio y en adelante hemos conocido, y bajo el que nos
regimos actualmente.
Y la
segunda cosa es: que derivando de esta conexión se comprende que el Primer
Reino que conoce nuestro Mundo, cuya corona se posó en Adán, el Alulim sumerio, padre de Noé, y los Sumerios fueron el
mismo Pueblo, del que la Descendencia de Noé se desgajó hasta crear su propia
Nación.
Dicho
esto, regresamos a la línea del Tiempo.
Derrotados
los Gutis por la coalición dirigida por Utukhegal, Teraj, padre de Abrám, siguiendo esta línea, participó en la coalición de
los príncipes de Ur que bajo la jefatura de Nammu se alzó contra la tiranía a la que después Utukhegal se abandonó.
La
victoria de la coalición de Ur les permitió a los
hijos de Nammu alzarse con la corona. Una corona que
no tardó en sucumbir al paroxismo de la perversidad cuando su sucesor, Shulgi, declaró ser dios en la tierra.
Digamos
que se regresó de repente a los días anteriores al Diluvio, cuando los héroes
de muy antiguo proclamaron ser auténticos y genuinos hijos de los dioses y
reclamaron para sí todos los derechos de la divinidad. ¿No fueron sus
religiones y sus hazañas las que condujeron a las naciones a la ruina?
Bajo el
reinado de los hijos de Nammu, reinando en Ur Shulgi y sus hermanos nuestro
Abraham abandonó su ciudad natal. No pudiendo soportar por más tiempo aquella
egolatría Abraham abandonó Ur. Curiosamente sin
encontrar resistencia.
Poco
espacio para la duda dejan los hechos. Por la fuerza que posteriormente
demostró el ejército de soldados ganaderos al mando de Abraham, todo indica que
el hijo de Teraj estuvo en el ojo del huracán de la
guerra civil que la divinización de Shulgi puso sobre
la mesa. De no haber mediado su Dios el hijo de Teraj seguramente hubiera liderado el golpe de Estado contra el hijo de Nammu. Otro gallo habría contado entonces en Ur. El ejército del hijo de Teraj habría decidido la suerte de la ciudad.
Cuando
por tanto Abraham abandonó Ur el hijo de Nammu vio partir a su enemigo más peligroso. El destierro
voluntario del hijo de Teraj reducía la oposición a
su dinastía a la mínima expresión posible.
Y así fue
cómo al frente de un poderoso ejército de guerreros-pastores Abraham subió por
las orillas del río Occidental sin nadie que le osara hacerle frente. Entró en
Siria por el Norte, tierra de nadie abierta al pastoreo y al bandidaje.
Dice la
Biblia que guerreó Abraham hasta contra cinco reyes juntos. Y siempre triunfó.
Y siguió triunfando. Tampoco el Faraón se atrevió a consumar su audacia. ¿En
qué se quedó su anunciada boda con la mujer del Hijo de Noé? Un ejército de
hombres curtidos en el campo de batalla que se mueve al sonido de la palabra de
un solo hombre ¿de cuándo fue lo que se dice un enemigo fácil.
En cuanto
a la fecha aproximada del peregrinaje de Abraham y su hijo Isaac por las
tierras del Oriente Medio, las hambrunas de las que habla la Biblia y las
hambrunas que asolaron el reinado de los hijos de Nammu,
especialmente durante el reinado de Ibbi Sin, entre
el 2028 y el 2004, nos sirven de punto de su localización en la línea del
tiempo.
La
presencia de Abraham y su hijo entre los Amorreos, pueblo enemigo de Ur, con los que las relaciones de Abraham fueron las
típicas del enemigo de mi enemigo es mi amigo, nos abre los ojos a la situación
geopolítica en la que se movió el padre de Isaac. Amén de confirmarnos en los
límites cronológicos entre los cuales hemos situado a Abraham y su hijo.
22.
Israel.
Incomprensible
una decisión que pudo haberle manchado su reputación con la fama de los
cobardes, Abraham prefirió la sabiduría de su Dios a la de los hombres. Su
posición teológica no admitía mutilaciones ni revisiones. El tiempo del hijo de
Eva no había llegado. Esta era su verdad. Lo otro, creer que la historia del
Paraíso Perdido era sólo eso, una historia de viejas, fue para Abraham una
tentación de Satanás.
En
efecto, la impaciencia fue la madre del pecado del Caín. La ignorancia, no la
sabiduría, fue el motor de su delito. Quien juró venganza se conservó el
derecho de ponerle número al día del combate a muerte entre el hijo de Eva y
Satanás. A Dios le tocaba decir el cuándo y el cómo. Él dice y la creación
entera escribe: “Y así se hizo.” En su palabra está la vida.
“Cuenta
las estrellas del cielo si puedes, así de numerosa haré que sea tu
descendencia”.
¿Dónde
están los descendientes de la Casa de Nammu?
Después
de la muerte de Isaac, en vida de Jacob, padre de José, la hambruna volvió a
golpear las tierras del Oriente Próximo Antiguo. Durante aquellas hambrunas que
asolaron el universo conocido nos ha sido descubierto en los papiros el
asentamiento de un poderoso Clan Hebreo en el Nilo.
La
Conexión Judía introduce a José en los movimientos sociales que las hambrunas
causaron en la Corte del Faraón.
Con José
entró en Egipto la Providencia. Se entiende que en agradecimiento el Faraón y
su Corte les permitiesen a los hermanos de la Providencia instalarse en la
orilla del Nilo que más les gustase.
Con la
Providencia en casa adiós a los malos tiempos.
23.
Moisés.
Hemos
localizado el periodo abrahámico durante la III Dinastía de Ur,
entre los dos puntos extremos del siglo XXI. Y hemos visto cómo en los
registros faraónicos del Imperio Medio, en el reinado de Amenemhat II, entre el
1929 y el 1895, las tribus asiáticas empezaron a internarse en el Egipto,
desplazándose cada vez más hacia el sur.
Fue en
las crónicas de Sesostris II, sucesor del anterior, que ya queda constancia
firme de esta inmigración de tribus asiáticas en el imperio. Pero el punto de
interés que atrae nuestra atención son las hambrunas que asolaron el Egipto
durante el reinado de Mentuhotep III. Hambrunas que
nos conectan con la Historia de José, permitiéndonos situar la entrada de los
hebreos en el País del Nilo al principio del Segundo Milenio.
La
importancia de esta conexión radica en la respuesta que exige el acontecimiento
del asentamiento de tribus ganaderas en el reino de los faraones, agricultores.
El hecho de la ruptura con la cultura tradicional faraónica, de rechazo hacia
los pueblos nómadas, ganaderos, nos abre los ojos a un cambio que sólo se
explica por la revolución que supuso la presencia de José en la Corte del
Faraón. Sin ir más lejos será durante este periodo cuando el Faraón adquirirá
todas las notas clásicas, tan típicas a las estructuras imperialistas asiáticas
Es de
comprender, pues, que hasta que no llegó aquel faraón que no conoció a José,
los Hebreos disfrutaron de una política de amistad privilegiada, disfrutando de
la cual al crecer extendieron sus asentamientos más al sur, al precio, claro
está, de abandonar la tradición ganadera de sus padres.
¡Qué
pronto, pues, se olvidan los malos tiempos! Al volver la esquina los hijos de
los salvadores se convirtieron en los padres de los esclavos que hicieron
grande al Imperio del Faraón, y, con el paso del tiempo y otras vueltas de
esquina, le acabó significando a los egipcios su ruina. Pero vayamos por
partes.
La
política de amistad hacia las tribus del Oriente Próximo que los faraones de
las dinastías XII y XIII ejercieron atrajo a su imperio a otro pueblo. Estamos
hablando de los Hicsos. Y será en el golpe de Estado que estos Hicsos dieron
donde debemos buscar al faraón que no conoció a José, y que les pagó a los
hebreos su negativa a secundar el asalto al Poder ¡con la esclavitud!.
La
decadencia que experimentó la corte faraónica durante la dinastía XIV le abrió
las puertas al poder al pueblo que se hallaba entre ellos, los Hicsos, poder
que no recuperarían los egipcios sino después de perecer el ejército hicso
ahogado en las aguas del mar Rojo.
De esta
forma mirada la línea del tiempo si la entrada de los Hebreos la hemos situado
en alguna parte del siglo XX, su salida, cuatro siglos más tarde, la situaremos
hacia la mitad del siglo XVI, fecha, precisamente, en la que se produjo la
Caída de los Hicsos y la conquista del trono perdido por los Ramsés.
24.
Josué.
La
inocencia, digámoslo todo, no fue el talón de Aquiles de Josué. Como en la Edad
del Bronce los metales eran los que hablaban, conocedor perfecto de la lengua
de las armas, Josué dirigió la Conquista de la Tierra Prometida de victoria en
victoria.
-En ese
espacio de tiempo, siglos XVI y XV a.C., una marea de pueblos en movimiento
revolucionó el status quo del Oriente Próximo Precristiano -con sus
palabras, con su forma de negar sin dejar de afirmar, de afirmar negando, nos
dice la Historia Oficial Moderna.
Lo que
pasó fue que Josué y sus hebreos arrasaron. La Conquista de Palestina Bíblica
por una marea de guerreros-esclavos hubo por necesidad de desatar el terror que
precedió a la estampida.
La
noticia de la Liberación de los Hebreos había de extender y extendió el terror
al Oeste del Jordán.
Desde
nuestra cómoda posición, tres mil quinientos años después, resumimos la noticia
diciendo que los esclavos egipcios se habían rebelado contra el Faraón, se
habían vengado de la muerte de sus niños y habían derrotado a las orillas del
mar Rojo a los ejércitos del señor del Nilo. Habían pasado a este lado del
Sinaí y venían a la conquista de las tierras del Jordán dirigidos por un Jefe
militar que no conocía la misericordia. Su mensaje para todas las
Ciudades-Estados al Oeste del Jordán era inequívoco: Huir o ser destruido.
Esto
desde nuestra óptica. Pero desde la mentalidad de aquellos pueblos de la
Palestina Bíblica las noticias fueron otras.
Como si
se tratasen de los descendientes de la Desaparecida Atlántida un Pueblo había
salido de las profundidades del mar. Aquellos hijos del océano habían acabado
con el imperio de los faraones hicsos y ahora se habían dado la vuelta y
dirigían su conquista hacia el Este con un único propósito: Destruir por
destruir. ¿Pues quién es el que vence a un ejército imperial y en lugar de
apoderarse de su reino se da la vuelta? Habían cruzado el Sinaí para arrasar,
destruir y devastar.
Entonces,
la marea conquistadora hebrea transformada en el impacto de la roca sobre las
aguas, de sus profundidades emergieron los Filisteos. Sin embargo la entrada de
los Filisteos en el escenario no se produciría sino al final de la leyenda,
cuando por fin los pueblos medio asiáticos descubrieron que los hebreos no eran
monstruos hijos de la Atlántida sino hombres como todos los demás.
Recapitulemos
cómo estaba el mundo cinco siglos después de Abraham.
El
hundimiento de la Dinastía de Nammu, IIIª de Ur, dejó la Vara del
Imperio a merced del aventurero más osado. Mientras José revolucionaba las
estructuras estatales egipcias, al otro lado del Sinaí, en la ciudad de Larsa,
su rey Gungunum se puso a la cabeza de los Estados
mesopotámicos, dominando su figura el último tercio del siglo XIX.
Su muerte
les dio alas a los reyes de Isín, que vieron fracasar su intento de recuperar
la hegemonía perdida y tuvieron que sufrir la divinización de los hijos de Gungunum. Teocracia sui géneris, tan típica de las edades
mesopotámicas, que acabaría por conducir al primer plano a la Babilonia de
Hammurabi.
Durante
un tiempo, siempre en el siglo XVIII, la Asiria de Shamsi Adad, la Larsa de Rim Sin y
la Babilonia de Hammurabi guerrearon entre ellas y con el resto del mundo por
el Imperio. Al alcanzar la mitad de siglo Hammurabi impuso su ley, y de nuevo
el País del Edén estuvo en el puño de un solo hombre. Dominio imperial de breve
extensión numérica, ya que en el 1595 la dinastía de Hammurabi pasó a mejor
vida y el País regresó a la anarquía que le era tan típica.
La
sucesión de un nuevo pueblo en el Poder, los Cassitas,
nos sirve para abrir el horizonte y ver en la escena geopolítica la existencia
de un reino fuerte, el Hitita, que junto al Mitannio y al Egipcio se repartirán los papeles que hasta entonces habían estado
interpretando las Ciudades Estados.
El
detalle que nos llama la atención y nos da cuenta de la importancia de la
Conquista de la Tierra Prometida nos lo prueba el hecho de no haber podido
cruzar ninguno de estos tres reinos las fronteras trazadas por Josué. De hecho,
los famosos “Hapirus”, o hebreos, se ganaron la fama
de terribles adversarios en las fronteras del reino Mitannio.
Situación que cambiaría con la avalancha filistea, que no sólo reventó los
muros del reino Hitita y echó abajo las lindes del desaparecido reino de
Mitanni, sino que fueron los primeros ejércitos conocidos en plantarse delante
de los Hebreos con la esperanza en la victoria.
Los
ejércitos del famoso rey asirio Tiglat Pileser I, aun llegando a las costas fenicias, tampoco se
atrevieron, o no pudieron conseguir traspasar las Lindes de Josué. Sería en el
siglo XI cuando, destruidos los reinos clásicos de esta segunda mitad del
segundo milenio, esas lindes serían pisoteadas y el propio pueblo Hebreo puesto
al borde de su destrucción por los mismos destructores de los Hititas. La
natural intención filistea de apoderarse del tercer reino del momento, el
Egipcio, tenía que pasar por el cadáver de los Hebreos. Cosa difícil de hacer
mientras el Dios de Moisés estuviese con ellos.
Si en su
día los hebreos liberaron a los egipcios de los Hicsos, ahora los salvarían de
los Filisteos.
CONCORDANCIA
ENTRE LOS ACONTECIMIENTOS DEL PRÓXIMO ORIENTE DURANTE LA SEGUNDA PARTE DEL
SEGUNDO MILENIO A.C., A FAVOR DEL EXODO EN EL SIGLO XVI A.C.
1750. los
hicsos conquistan Avaris
1595. fin
de la primera dinastía de babilonia. Murshilish I, nieto de Khattushilish I, destruye Aleppo y Babilonia en este año
1573-1550 .
los egipcios expulsan a los hicsos, Éxodo y Caída de Jericó
La
Cronología final de la época Medio-Oriental en relación a la Historia de la
Biblia nos permite dibujar los Acontecimientos desde una nueva perspectiva. La
desmembración de la Cronología del cuerpo de la Arqueología en orden a apartar
a la Historia Universal de la Historia Divina causó a finales del XIX d.C. un
desplazamiento de los Hechos que condujo a situar el Éxodo en el siglo XIII
a.C.
La
imposibilidad de armonizar los acontecimientos relatados en la Biblia y nuestro
conocimiento de la Civilización y Cultura Monárquica Egipcia nos aparta de
darle viso de trascendencia histórica a una cronología oficial cuyo origen es
antibíblico por el mero hecho de ser sus autores antieclesiásticos.
El primer
factor que anula semejante desplazamiento del nacimiento de Moisés al siglo
XIII a.C. tiene en la Endogamia Monolítica de la Casa Faraónica su llave
maestra. Creer que una Dinastía Imperial fundada en la Endogamia ultra cerrada
de la Familia Faraónica pudiese admitir en su seno al hijo de una esclava, caso
Moisés, es proceder a una lobotomización del
intelecto, es negar todos los conocimientos almacenados sobre la Mentalidad de
la Dinastía Faraónica.
Los
románticos, en desprecio a la verdad histórica, pueden llamar a su favor las
telenovelas de nuestro tiempo de la misma manera que los románticos entre los
arqueólogos invocaron los derechos humanos para defender una barbaridad tan
grande como es la adopción del hijo de una esclava por una princesa
de sangre faraónica.
En verdad
que hay que tener los pies bien hundidos en el anticristianismo más feroz para
contra la propia inteligencia cegarse los ojos y pasar por alto semejante
barbarismo.
Inútil
sería meterse en una reconstrucción de la mentalidad endogámica faraónica que
vimos en su aspecto más brutal en la historia de Cleopatra VII.
El
Racismo es cosa nueva. Los pueblos antiguos no entendían de racismo tal cual
nosotros lo entendemos. Se ve en las Artes Escultóricas y Pictóricas de los
Monumentos Egipcios que el fenotipo del Egipto faraónico y el fenotipo del
Israelita Hebreo eran realidades que puestas delante de un espejo únicamente un
ciego podía asimilar el original y su reflejo en tanto que las dos caras del
mismo sujeto.
Creer que
un Israelita Hebreo, hijo de esclavos, podía ser adoptado, en pleno siglo XIII a.C, por la Casa Faraónica como príncipe es en verdad
exigirnos que nos cortemos la cabeza o que nos desprendamos del cerebro.
La
diferencia de fenotipo entre el Egipcio Faraónico y el Israelita Hebreo, amén
de que a la mentalidad imperial dinástica dicha adopción le resultaba una
abominación impensable de ser acometida, por príncipe o princesa de la época,
hecho que jamás se registró en los Anales, Crónicas o Historias Fabulosas del
Imperio de los Faraones; dicho fenotipo hubiese delatado al niño salvado de las
aguas delante de la Corte apenas la princesa hubiese intentado colarle al
Faraón y a sus hijos tal abominación.
Bajo la
naturaleza endogámica faraónica que permanecería vigente durante la era
ptolemaica hasta dar su último coletazo en Cleopatra VII, no cabe abrirle al
Moisés del Éxodo las puertas de la Corte del Faraón. Así que bajar el Éxodo del
siglo XVI al siglo XIII de los Ramsésidas es retornar
a la petición de dejarnos arrancar el cerebro. O bien se le niega Realidad
alguna a la Historia de este Héroe Bíblico, o se niega la Cronología Oficial
para el Éxodo que sitúa el Paso del Mar Rojo en algún punto del Siglo XIII.
Frente a
la Mentalidad Endogámica Faraónica no cabe otra elección.
Un Hecho
semejante, la adopción de un esclavo por una princesa faraónica únicamente
podía caber en la Corte de los Faraones Hicsos. Procedentes ambos, el Israelita
Hebreo y el Pueblo de los Hicsos del mismo Tronco, dos ramas del mismo
fenotipo, la adopción por una princesa hicsa del hijo de una esclava israelita
venía a quedar al nivel de una española en plena adopción de un niño francés o
italiano.
Del otro
lado, la Endogamia de la dinastía hicsa se reducía al carácter militar típico
de todo acto de invasión y conquista. Aquella reacción del poder hicso al
crecimiento de la población israelita no fue registrada jamás, en ninguna
época, como propia de la corte egipcia nativa; y no existen registros de
semejante medida, en general, y en especial contra los Israelitas, por la
sencilla razón de que no le cabía al Egipcio semejante barbarismo. Únicamente
una corte no nativa, la Hicsa, que se sentía invasora y siempre alerta de que
el golpe de Estado que dieron contra sus anfitriones, los Egipcios, se les
volviera como boomerang de mano de los Israelitas, podía dar su bendición a
semejante Medida genocida.
Esto de
un sitio.
Del otro,
regresemos al Golpe de Estado que los Hicsos dieron contra sus anfitriones, los
Egipcios, en el 1750 a. C.
Desde
este año, 1750, hasta el año de su Caída, allá por el 1550, década arriba o
década abajo está en el aire, los Hicsos tienen dos siglos de dominio absoluto
durante los cuales los Egipcios se retiraron al Sur y desde el Sur esperaron su
momento. ¿Qué acontecimiento les permitió de golpe y porrazo lanzarse contra un
Invasor que durante dos siglos habían impuesto su ley en el Nilo? Las fuerzas
militares egipcias durante el periodo anterior a la Caída de los Hicsos se nos
descubre nula.
También
está Jericó, la ciudad amurallada que no pudo resistir el asedio de las
trompetas de Josué. Los Arqueólogos reconocen que en fue en esa fecha que sus murallas
cayeron … pero que lo hicieron por efecto de un terremoto.
No
sabemos en qué data se basan para decir que la región sufrió un terremoto. A
menos que el terremoto se centrara exclusivamente bajo los pies de Jericó es de
creer que el prejuicio antibíblico cegó el pensamiento de los Padres de la
Arqueología del Próximo Oriente Antiguo, y, aun teniendo la concordancia de las
fechas, anclados en el antibiblicismo se negaron a
relacionar entre sí los acontecimientos.
Primero :
en el
1750, aproximadamente, entra en Egipto el pueblo que no conoció a José, los
Hicsos.
Durante
otros dos siglos, hasta el 1550, aproximadamente, con lo que van cuatro los
siglos desde José a Moisés, los Hicsos dominan todopoderosos el Imperio de los
Faraones.
En este
mismo siglo, el XVI a. C., los Hititas se rearman y se lanzan a la conquista de
Siria y Babilonia.
Políticamente
hablando el Faraón Hicso tenía que enfrentarse a este problema de expansión del
imperio Hitita. De hecho, una vez caído el Poder Hicso, el Faraón Egipcio
entabló relaciones con el Nuevo Poder del Norte.
Quiero
decir, los Israelitas fueron una población esclava que hubiese podido ser
utilizada como caballo de Troya por los Hititas. Una población de esclavos
suspirando por la Libertad es siempre un peligro interno predispuesto a la
revolución, si cuenta con apoyo externo. El Faraón Hicso no podía lanzarse a la
guerra con el Rey Hitita dejando a sus espaldas este ejército de esclavos. El
Decreto de Asesinato de todos los niños hebreos venía a hundir el dedo en la
llaga sangrante del peso de la esclavitud, y a la vez marcaba cualquier
insurrección con el hierro del exterminio. De hecho los Hititas no cruzaron la
Línea Roja de Influencia Hicsa sobre las ciudades estados de la Palestina
Bíblica.
Los
Egipcios estaban a la expectativa. El ascenso del Poder Hitita podía ser usado
por el Egipcio contra el Poder Hicso. Atrapado entre el Norte y el Sur quedaba
en medio un ejército de esclavos a la espera de un Libertador por su Dios
enviado para conducirlos a la tierra de sus padres.
El
Infanticidio en masa sería una buena medida política en aras de mantener a raya
a ese ejército de esclavos forjados en el trabajo desde la cuna a la tumba. Es
de creer, tomando como termómetro el parón de los Hititas y el silencio de
los Egipcios, que el Hicso supo frenar la amenaza y crear una nueva balanza de
poder internacional.
Fue
precisamente entonces, cuando el Hicso se encontraba afianzado en su trono,
que, sin venir a cuento, sale de la nada aquel niño salvado de las aguas, en
mala hora, se diría el Hicso, para pagarle al Hicso con la moneda que el Hicso
le había pagado al Hebreo : la muerte de todos los primogénitos hicsos.
Dios hizo
lo que le es natural a Dios cuando Dios quiere mostrarse como Dios, hundió
hasta el abismo el trono Hicso y regresó a la Corte al Egipcio.
Ahora
empieza el problema. ¿Cayó Jericó por un terremoto aislado en el espacio, que
no dejó sentir sus ondas sino exclusivamente sobre las murallas de Jericó?
La
Concordancia Cronológica no puede ser más firme.
En el
Siglo XX-XIX a.C., aproximadamente, José es Virrey del Faraón.
Dos
siglos más tarde, XVIII, los Hicsos conquistan el trono de los Faraones.
Dos
siglos después, XVI, Moisés libera a los Hebreos y le pasa el mando a Josué.
Mientras
éste abre la Conquista de la Palestina, el Egipcio regresa a su Casa. Un regalo
del Cielo, una Gracia del Dios de Moisés.
Jericó se
hunde en el 1550 aproximadamente. El Terror se apodera de todos los reinos de
la Palestina. Comienza una reestructuración del Mundo Antiguo en dirección a la
Venida del Redentor, cuyos principales actores serán David, Salomón,
Nabucodonosor y Ciro el Grande, Alejandro Magno y Octavio Augusto.
Regresaremos
a esta Concordancia en otra fecha
Pero en
esto como en tantas cosas otras se trata de ir contando gotas del océano. Sin
ir más lejos vemos cómo las zonas de influencia entre el Hicso y el Hitita,
establecidas a raíz de la conquista de Aleppo y
Babilonia por el Hitita, es respetada por el Hebreo. Josué extiende la
expansión de las tribus dentro de ese marco geopolítico. Poniendo el Jordán
como frontera nacional Josué impide una confrontación directa con un reino
hitita en su momento imperial más dulce. No se puede olvidar que en la ciencia
de la guerra de campos de batalla el Hebreo, que acababa de salir de cuatro
siglos de aislamiento, era un guerrero bisoño. Un enfrentamiento directo con el
reino Hitita era lo último que podía regalarse Josué.
Quiero
decir, la estructura geopolítica de la región y la conquista de Palestina por
los Hebreos concuerdan en el Tiempo con una precisión que no deja lugar a dudas
a la hora de enmarcar este Acontecimiento, de carácter y valor universal del
siglo XVI antes de Cristo. Primero provoca la Caída de la Dinastía Hicsa en
Egipto y la Restauración de la Dinastía Faraónica Nativa; y después deviene el
epicentro causante del terremoto que hundió las Murallas de Jericó y expansión
del terror entre las ciudades estados a este lado del Jordán.
Observamos
además que los Hititas respetaron el marco geopolítico establecido tras su
conquista de Aleppo y Babilonia, una conquista que le
preparó al Hebreo su entrada en la Tierra Prometida, y nosotros vemos como la
acción Divina preparatoria del Éxodo. Absurdo es creer, conociendo el hambre de
imperio de la Babilonia de aquellos tiempos, que de no haberle dado fin el
Hitita a su reino, Babilonia se hubiese mantenido con los brazos cruzados ante
las consecuencias del Éxodo.
Si al
contrario se nos quiere hacer creer en un asunto de coincidencias, nuestra
respuesta no puede ser sino la que le conviene a quien se ha arrancado los ojos
de la inteligencia y sólo ve en las tinieblas lo que imagina ver. El hecho es
que entre la imaginación subjetiva y la realidad objetiva existe una muralla a
un lado de la cual está la ignorancia y al otro lado la locura. En este siglo
las ciencias históricas, al igual que el conjunto de las ramas del Árbol de las
ciencias tendrán que elegir a qué lado se sitúan; dependiendo de esa decisión
se tomarán las medidas correspondientes y necesarias para situar ese Árbol en
el Jardín que por naturaleza le pertenece : el Jardín de la Verdad.
25.
Jueces.
Con el
asentamiento en la Tierra Prometida nacieron en las tribus hebreas los males
del sedentarismo antiguo. “Repítemelo otra vez abuelo”. ¡Las escrituras
sagradas, siempre las escrituras sagradas!
“Pregúntaselo
a los ancianos y te lo dirán”. “Escucha Israel…”
Con el
tiempo los oídos se cansaron de oír la misma historia contada mil veces.
Que sí.
Que ya está. Adán y la manzana prohibida, Noé y el Diluvio, Abraham e Isaac,
José y sus hermanos…
Las
generaciones futuras hebreas se amoldaron a lo que había, sus vecinos, el
progreso. Cada vez que lo hacían las cosas se les ponían cuesta abajo. La
Excepción de Moisés. Pero no aprendían.
Así que
cuando aquella fe que movía montañas llegó al ring de Goliat, la verdad sea
dicha, ya no movía nada, ni siquiera sus piernas, de miedo clavadas en el suelo
viviendo sus últimas horas de vida, de libertad en el mejor caso.
La manera
que tenían los Filisteos de tratar a los vencidos les ponía los pelos de punta
a todo el mundo. Y encima aquel Goliat poniéndolo bonito. Muerte o esclavitud,
¿o es que ya no se acordaban de cuando los echaron a todos de su tierra al
grito de Huida o Muerte?
Ahí es
donde se equivocó el faraón. Muerto el perro se acabó la rabia - se burló
Goliat en sus caras.
CAPÍTULO
5
26.
David.
¿A Josué
le iba a hablar un hombre en la manera que lo hizo Goliat a Saúl? Los de Jericó
se escondieron detrás de muros altos y gordos como una Muralla China. ¿De qué
les sirvió? ¿Cuánto tiempo decían que podrían resistir? ¿Hasta que les saliera
barbas a los que estaban amamantando? Jajaja.
¿No
produjo Dios un milagro cuando los sacó de Egipto? ¿Por qué no iba a hacer
ahora otro?
“Salvarte
la vida, por ejemplo” - graznó Goliat cuando descubrió la estatura del que
había soltado aquellas paridas, propias de un niño chico.
Le habían
elegido por aspirante al título a un mocoso larguirucho, una fregona de pie
pegando botes entre el gigante y la primera línea enemiga. ¿No era para reírse?
Jo jo jo.
“Calla,
perro pagano. No sabes nada. Eres tonto cual inmenso eres. Dios va a hacer una
obra tan grande como aquélla. Quienes la escuchen no se lo creerán. Se dirán
los unos a los otros: ¿Has oído el último chiste hebreo?:
Va un
pastorcillo de tres al cuarto con su rebaño por el monte y le sale al encuentro
un gigante armado cual Hércules redivivo, de tres metros por lo menos. Todo
hambriento, el gigante va y le mete mano a una oveja rolliza. El pastorcillo lo
coge in fraganti. ¿Qué crees que le dijo el pastorcillo al gigante?.
Esto será
lo increíble. Tú tampoco te lo creerás.
El
pastorcillo era un león encantado por un brujo. No hablaba, rugía. No rugía
como un cachorrillo, rugía como el mismísimo rey de la selva.
El
pastorcillo encantado siguió dando vueltas y más vueltas alrededor del gigante
de hierro al ritmo de los tambores de guerra. Sobre su cabeza una honda con su
chinarro giró a velocidad vertiginosa. Los enemigos jadearon a su perro de
pelea y se echaron para atrás cuando el brujo corría hacia la línea del frente
filisteo clavándoles en el cerebro aquél rugido embrujado que les desgarraba
los sentidos.
Desesperado,
harto de ver a aquél payaso bailar como una estúpida marioneta, Goliat comete
el imperdonable error de arrancarse el casco y espachurrarlo contra el suelo.
Iba a
hablar, quiso decir algo, abrió la boca para decir algo. Pero no le dio tiempo
para más. El enano soltó el misil. Bingo. Diana perfecta. Entre los ojos. Un
visto y no visto. Como un saco de patatas el gigante cayó para atrás.
“Esto es
lo que hará el hijo de Adán con el Diablo. Observad, guerreros. Alzará la
espada y le cortará la cabeza de un tajo”- gritó triunfante David.
Un pastorcete de nada se enfrentó a aquel bocazas y le cortó
la cabeza de un tajo. ¿No es gracioso?
27.
La Corte
del Rey Profeta.
Saúl
reinó del 1025 al 1010. David desde el 1010 al 955.
La
coronación de Saúl nos abre los ojos a la anarquía en la que sumieron el mundo
los filisteos. Hititas, Mitannios, Asirios,
Babilonios, sombras de lo que fueron, el futuro de la Civilización quedó en
manos de los Hebreos. Quienes tampoco hubieran podido resistir su hundimiento
de no haber mediado el Dios de David, el verdadero artífice de la victoria
hebrea frente a los ejércitos que el Infierno se había suscitado en su
particular Guerra contra el Cielo. Pero no nos detengamos en lo que es Historia
Divina.
Durante
el transcurso de su reinado conoció David qué pasó en el Edén. También le
descubrió Dios su Plan de Salvación Universal.
Viendo en
espíritu el final de la batalla entre el Hijo de Dios y la Bestia el rey David
saltó de alegría. No era él hombre de confesarse todos los días sin embargo, y
entre que él era puro secreto y su Dios lo tenía entre unos que querían matarlo
y otros que lo buscaban para quitarle la vida, David calló todo lo que había
conocido, y publicó lo que su Dios le inspiró para ser leído.
La idea
del rey Mesías caló pronto en el espíritu bélico de los jóvenes. Y no paró de
crecer hasta encontrar en Absalón su príncipe valiente.
Absalón
no podía ni iba a permitir que el partido de Salomón se aprovechase de la vejez
del rey en beneficio de la concesión de los derechos de la primogenitura a la
marioneta que se habían creado. Así que se impuso como top priority matar a Salomón
28.
Salomón.
“El
primer pensamiento no es siempre el último; por el contrario casi siempre suele
ser el primer eslabón de una arquitectura de sucesos.
La
sabiduría nunca exige la vejez como condición sine qua non para dejarse
alcanzar.
La última
palabra no la tiene el más viejo, sino el más sabio. Pero hasta los sabios
desconfían de la omnipotencia de su razón.
El rey
tiene en Dios su pensamiento, y en Su voluntad tiene su fuerza.
El
pensamiento del hombre es bruma en las tinieblas; el espíritu de la Sabiduría
es el que anima la inteligencia y la eleva hasta la respuesta del que conoce
todas las cosas porque Dios se las mostró.
Dios dice
y Dios hace; aquí tiene el hombre el principio de su inteligencia”.
Salomón
se crió bajo una lluvia de palabras de este género.
En la corte de su padre Dios había difundido su espíritu. El profeta Natán por
ejemplo, entraba y salía del palacio del rey más custodiado del mundo como si
fuese su propia casa. La verdad es que si Natán se hubiese callado nadie
hubiera descubierto el delito tan grande que cometió David matando al marido
para quedarse con la viuda.
Natán se
presentó en palacio como si se tratase del mismísimo Moisés entrando en el
salón del trono de Egipto. No había en el mundo hombre capaz de cruzar sin
permiso las siete murallas de guerreros invencibles que protegían al rey de
Jerusalén ¿Entrar en pleno salón del Trono de Israel persona non-grata? ¿De
qué, cómo y cuándo?
Natán
irrumpió en la casa del rey dominado por el vértigo que le provocó el
conocimiento del delito. El hombre que tenía a sus órdenes las mujeres más
bellas del universo se había dejado llevar por la pasión más juvenil y la había
llevado a sus últimas consecuencias.
El hecho
de matar a un hombre para robarle es delito suficiente para pagar vida por
vida; el robo de la mujer de tu prójimo al precio de la sangre de tu hermano,
¿qué será?- le preguntó Natán al rey de los profetas.
El rey
había pecado tanto más cuanto que al haber sido ungido por Dios le hacía más
difícil a Dios cobrar venganza de la sangre derramada ¿Había atrapado David a
Dios en el dilema de Satán? ¿Condenaría Dios a todo el pueblo por el pecado de
un sólo hombre?
¿Qué
hombre de la Corte del rey David se hubiera atrevido a levantarse como profeta
delante del rey profeta de no haber sido su propio hijo? ¿A qué profeta le
hubiera aceptado David que le dirigiera la palabra sino a un hijo nacido de sus
entrañas?
Su Dios,
que tanto lo amaba tanto lo conocía, le sacó de su muslo un hijo nacido para
atarle la lengua.
29.
El
Nacimiento del Judaísmo.
“Él da
las órdenes, hijo mío, le decía Salomón a su hijo Roboam. Sus ejércitos se
mueven a la voz de su Verbo. Ningún jefe de su pueblo debe asumir las
competencias del Señor de los ejércitos; Él nunca está ausente. Él no deja a
sus ejércitos solos a la derrota. Él conoce el cuándo y el cómo. El Rey mira
por la paz y el bien de su pueblo; el pueblo del Señor Dios es su creación
entera. En su omnisciencia Él dirige el curso de la historia de las naciones.
Suya es la victoria; Él elige a los jefes de su pueblo desde el vientre de sus
madres. Sé sabio, hijo mío.”
¡Lo que
el viento se llevó!
A
espaldas de su padre Roboam se pasó al Judaísmo.
La tribu
de Judá se había conjurado para abrir la era mesiánica el día después de la
muerte de Salomón; tras la muerte de Salomón las demás tribus aceptarían
consumado el hecho y se unirían al proyecto.
“Hijo
mío, no te dejes halagar por los que se sientan a la mesa del rey, porque
hablan sus intereses no la sabiduría de Dios por sus bocas.
¿De qué
vale anillo de oro en hocico de puerco?; ¿no será la codicia la ruina del
avaricioso?”
¡Qué
padre aquél si hubiera tenido un buen hijo!
Detrás de
las lindes salomónicas el cocodrilo del Nilo estaba al acecho. Al otro lado de
los grandes ríos el oso asirio empezaba a salir de su letargo.
“No seas
loco, hijo mío…”
¡Palabras
de sabio en orejas de borrico!
A la
muerte del Rey Sabio el Cocodrilo del Nilo invadió Jerusalén, le arrancó las
piedras de plata a sus calles, desmanteló las tejas de oro de sus palacios, el
marfil de sus cúpulas, y se dejó atrás al hijo del rey Sabio llorando como una
mujer lo que no supo defender como un hombre. Esto pasó en el 930
aproximadamente.
Pero
recordemos:
La
verdadera ruptura determinante de una alienación del Judío frente al Hebreo
tuvo su origen inmediatamente después de la muerte del rey Salomón. Si nosotros
tomamos a los Hebreos como un único ser en tanto que fruto de las carnes de
Abraham, entonces tenemos que decir que la ruptura entre Judíos y
Galileos-Hebreos abrió un proceso de esquizofrenia violenta, incurable, el
progreso de cuya patología no podía ser otro que la destrucción del cuerpo
nacional. En efecto, en el 722 Sargón II destruye el reino de Israel, es decir,
la Galilea y la Samaria, y en el 607 Nabucodonosor hace lo mismo con el reino
de Judá. Ni Dios, podemos nosotros afirmar, puede hacer nada cuando la locura
es abandonada a sus propias fuerzas. Sin embargo más que satirizar sobre procesos
que son cosas de libro lo que aquí nos interesa es a cuento de qué los Hebreos
de David y Salomón rompieron el Pacto de Unidad entre las Tribus de Israel,
provocando el principio del fin de los Hebreos como Nación y Pueblo, que ya
jamás volvería a la escena, ocupando en lo sucesivo su lugar los Judíos.
A raíz de
la lectura de los libros históricos de la Biblia se ve que el choque de fuerzas
entre Judá y el resto de las tribus de Israel vino como consecuencia del mismo
error que arrastró a Caín a matar a su hermano Abel. Caín se dejó llevar por el
deseo de venganza y restauración del destino divino de su padre Adán. Y pues
que el único que se interponía entre Dios y su deseo era su hermano Abel la
respuesta era elemental; una vez muerto Abel y habiendo Dios determinado que
uno de los hijos de Adán vengaría su Caída y heredaría su Gloria perdida, una
vez muerto Abel y no teniendo más hijos Adán, Caín obligaba a Dios a ungirle
como su campeón y heredero de la corona perdida de Adán. El error de Caín
estaba en sus músculos. No pensaba con la cabeza, pensaba con los biceps. No veía a Dios como Dios se ve a sí mismo. Y desde
este error, viendo a Dios como un hombre mira a otro hombre, creyó que su
pensamiento y el de Dios tenían el mismo fin y principio.
En el
caso Judío el error tuvo el mismo esquema de raciocinio. Dios le había
prometido a un hijo de David el reino universal y sempiterno (pues que somos
ciudadanos de la civilización cristiana y estamos al corriente de la existencia
de los Salmos de David no tengo necesidad de importar aquí el maremágnum de
profecías al respecto).
Traducida
esta promesa a la mentalidad del siglo de Salomón, la Profecía venía a decir
que Dios le había prometido a los Judíos el Imperio. Amén, Aleluya, Dios es
Grande. El próximo Imperio en extender su bandera sobre Mesopotamia, y desde
aquí a los confines de la Tierra sería el Imperio de los Judíos. La lógica de
los hechos así lo decía. Con David los Hebreos habían levantado el mayor
ejército del momento. Con Salomón el reino de los judíos había almacenado lo
que es más necesario para llevar adelante una Guerra de Conquista, oro y plata
en cantidades infinitas. El heredero de este ejército y tesoro sería el primer
rey Mesías, el heredero de la Promesa del reino universal, cuya descendencia se
alzaría como Dinastía hasta el fin del mundo, y su reino se extendería sobre la
superficie de toda la Tierra.
Jeroboam
sólo tenía que seguir este argumento lógico para abrir la Guerra por el
Imperio, sacar los ejércitos de sus cuarteles, desparramarlos sobre Egipto,
Asiria, Babilonia, Fenicia, y sus hijos se encargarían de Creta, Chipre,
Grecia, Italia, Libia, Media, Persia, y sus nietos en el futuro de la India,
Escitia, Iberia, Abisinia, Arabia... El sueño del Imperio de los Judíos que aún
en nuestros días suena en la cabeza de un resto de los locos de Jeroboam, y
que, como se ve en la propia Red, la esquizofrenia paranoide belicista es
idéntica a la que provocara la ruptura de las Doce Tribus, quedándose solas las
de Judá y Benjamín con su sueño de dominio universal.
La
Galilea, por aquel entonces parte del reino salomónico, comprendió que Judá, es
decir, los Judíos, tras la muerte del rey Salomón habían perdido el juicio y
cometían el mismo error de Caín, no ver a Dios como el que es, y caer en el
error de creer que es Dios quien sirve al hombre, que Dios está para hacer la
voluntad del hombre. ¿Acaso el grandísimo rey Salomón, dotado de toda sabiduría
y fuerza, no hubiera podido abrir la marcha de haber considerado que la
Profecía se refería a él, el hijo de David?
Para
detener el proceso de destrucción del cuerpo nacional hebreo hubiera bastado
que Jeroboam hubiese seguido el consejo de los ancianos. Pero el consejo de los
Judíos le pareció mejor; él mismo se había criado mamando esa leche, y,
tropezando en la piedra de Caín, levantó su brazo contra Abel creyendo que el
miedo a la destrucción que la división levantaría en el horizonte obligaría a
los todos los Hebreos a aceptar la política de hechos consumados que pretendía
imponerles la Corte de los Judíos. Error que les costaría a unos y otros acabar
como acabaron.
Si pues
los Judíos culparon de su suerte a las demás tribus de Israel, la relación con
las cuales fue de odio hasta la Caída de Jerusalén, haciéndolas culpables de su
suerte. Las tribus del reino de Israel les devolvieron la gracia a los judíos
en forma de guerras constantes y continuas. Durante tres siglos largos los
Judíos y los Hebreos-Galileos tuvieron tiempo de abrir entre ellos un muro de
enemistad tal que ya jamás volvería a desaparecer de la estructura mental
judía, siendo desde este lado del odio que los judíos miraron con el desprecio
que se merecía un Hebreo -por ser Galileo- al Jesús de nuestra Historia Divina.
Escupitajo en rostro por ser Galileo del que, por supuesto, San Pedro no se
libró y sufrió hasta el fin de sus días. Y esto aun siendo lo mismo San Pedro
que nuestro Jesús de la sangre de David, es decir, por la sangre más judíos que
la mismísima Jerusalén.
30
La Caída
de Samaria la Blanca.
Si el
reino del Norte disfrutó viendo cómo era saqueada Jerusalén, el precio de la
división del reino de David no tardaría en cobrarlo Samaria de manos del rey de
Nínive. Cosa que sucedió en el 721. Pero veamos antes cómo pudo Nínive elevarse
a tal altura sobre las ciudades clásicas de las Edades del Bronce y del Hierro.
El reino Mitannio desapareció de la escena geopolítica en el 1350 a
consecuencia de la pinza entre hititas y asirios.
Para
mejor entendernos digamos que los hititas reinaban sobre Turquía Occidental;
los mitanios sobre el norte de Siria, y los asirios
sobre el norte de Irak.
La
destrucción de Mitanni vino en mal momento. Al poco los Filisteos -
posiblemente los Griegos Antiguos que después de caer sobre el Imperio de Troya
siguieron camino abajo - derrumbaron el reino hitita y frenaron la expansión
asiria hacia el Oeste.
En un
apartado anterior dejamos a los Cassitas reinar sobre
las ruinas del imperio de Hammurabi. Cassitas y
asirios en guerra, el control sobre la región del Sur del Edén se le fue yendo
a Babilonia de las manos, hasta que en el 1310, aproximadamente, los antiguos
persas -los elamitas- se independizaron y se pusieron a la altura de sus
vecinos.
Hundida
posteriormente Babilonia por el asirio Tukulti Ninurta I, éste extendió su poder hacia el Elam, pero sólo esporádicamente, pues al rayar el 1215 Susa
se independizó y se alzó como potencia militar. Su rey aprovechó entonces las
circunstancias de la entrada de los Filisteos para sustraerle a Nínive el
control de Babilonia, que cayó en el 1159 y arrastró en su caída al último rey
de los Cassitas.
Desatada
la guerra por el control del antiguo reino cassita entre asirios y elamitas, el final alcanzó un rumbo inesperado cuando un tal
Nabucodonosor I se alzó como rey de Babilonia y liberó a su país de los dos
enemigos clásicos de su nación. Cosa que sucedió en el 1110. Y mantuvo la
cuestión entre babilonios y asirios en la guerra de desgaste que diera como
resultado final la hegemonía de Nínive. Hegemonía relativa sin más fuerza en la
estructura geopolítica impuesta por la invasión de los Filisteos que la de
mantener viva en Nínive sus aspiraciones imperialistas. Que, si en un principio
se vio frenada por los Bárbaros del Oeste, después fue contenida entre las
fronteras del actual Irak gracias a la expansión del reino de Salomón por todo
el Oriente Próximo.
Al
dividirse el reino salomónico y venirse abajo toda la infraestructura sobre la
que edificó su Paz Internacional el rey sabio, Nínive aprovechó el vacío de
poder al Oeste del Jordán para crear su imperio. Si en un principio Adad Nirari I dirigió sus
ejércitos contra Babilonia, sus sucesores, comprendiendo la pérdida de esfuerzo
que estaban haciendo, abrieron el frente Norte, conquistando la Media. Cambio
de rumbo que con Salmanasar III fijó su objetivo en el Oeste, donde la división
del reino de Salomón dejó la Siria a merced de su ejército.
La
entrada a este lado del Jordán no se produciría sino después de un proceso de
desestabilización interna. Que, cerrada por el legendario Tiglat-Pileser III, invade Babilonia, la somete, y vuelve sus ojos hacia el Oeste, adonde
llegan los ejércitos de Nínive bajo Salmanasar V.
El
encuentro con el reino de Israel redujo a escombros el orgullo de los
Israelitas, Samaria la Blanca, como la llamaban. Lo que sucedió en el año 721.
31
La Caída
de Jerusalén la Santa.
Ahora, si
el reino de los judíos disfrutó conociendo la noticia de la destrucción del
reino de sus hermanos, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que, pronunciado el
decreto contra la división del reino, Jerusalén no se salvaría de vivir el
mismo destino que su hermana Samaria.
No fueron
en esta ocasión los asirios, sino los Caldeos de Babilonia, destructores de
Nínive, quienes le dieron a Jerusalén la paga.
Los
acontecimientos generales fueron los siguientes:
Los reyes
de Nínive abrieron su imperio al Norte y al Sur, conquistando la Media y la
Babilonia.
Salmanasar
III, Adad Nirari III, Tiglat-Pileser III y Sargón II, Senaquerib y Assurbanipal sus reyes más sonados, el odio que sembraron
al Norte y al Sur del Edén se volvió contra ellos cuando Nabopolasar,
padre de Nabucodonosor II, rey de Babilonia, y Ciaxares,
padre de Fraortes II, rey de Ecbatana, capital de
Media, se unieron para destruir al rey de Nínive, objetivo que alcanzaron en el
612.
La
repartición del mundo que hicieron dejó las tierras del Oeste en las manos de
Babilonia. Al llegar al trono el hijo de Nabopolasar,
Nabucodonosor II cruzó el Jordán y destruyó Jerusalén en el 587. Hechos todos
descritos en el Antiguo Testamento.
Destruidas
Jerusalén y Samaria, el decreto divino: “Todo reino en sí dividido será
destruido”, se cumplió, quedando su juicio como ejemplo para todo reino que en
el futuro pretendiese sortear su destino.
32
El
Maligno.
La
Serpiente Antigua pegó botes de alegría entre los muros de su silencio cuando
cayó Jerusalén. ¿En qué cabeza puede caber que Dios necesite gafas de rayos X
para radiografiar de una mirada el interior de, ¡Señor!, sus propias criaturas?
La Caída
de Jerusalén fue otro tanto a favor de los que abogaban por la destrucción del
Hombre y creían que el Mesías de las profecías lo tenía todo de antemano
perdido. Dios debía aceptar de una vez los hechos, creando al hombre se le
torcieron las cosas.
El género
humano no franquearía ya jamás la frontera entre las bestias y los hijos de
Dios; demostraba una tendencia instintiva tan lógica en su especie que la sola
idea de ver al hijo de un hombre retando a duelo a muerte al Jefe de los
Rebeldes podía tomarse por una ofensa si no fuera por lo ridículo de la idea.
33
Las Tres
Columnas del Mundo.
Durante
aquellos días, en la Babilonia de los Caldeos, cinco siglos antes del
Nacimiento, vivieron tres niños prodigiosos.
El
primero nació para ser profeta y dejar boquiabierto a todo el mundo. Lo
llamaron sus padres Daniel, pero Nabucodonosor le dio otro nombre.
La
doctrina mesiánica de Daniel les cortó la risa a los judíos ortodoxos que
seguían creyendo en el advenimiento inmediato del Mesías. Según Daniel, el
Profeta-Mago, la profecía era para largo incluso cinco siglos después de haber
sido escrita por el rey David.
34
Zorobabel.
El
segundo niño nació para liderar la caravana de la libertad, conducir a su
pueblo a la Patria Perdida, resucitar a Jerusalén de las cenizas de la Historia
y levantarle a la Sabiduría un Templo. Sus amigos lo llamaban Zoro, pero el rey de Babilonia lo llamaba de otra forma. Zoro era el príncipe heredero de la corona de Judá.
CAPÍTULO
6
35
Ciro el
Grande.
El tercer
niño se llamaba Ciro. Este Ciro fue el hijo de la princesa meda casada por Herodoto con el príncipe de los persas. Herodoto no pudo resolver el enigma del origen de Ciro por escasez de conocimiento sobre
las estructuras sucesorias de las monarquías mesopotámicas.
Gracias a
nuestro conocimiento actual de las estructuras de poder clásicas durante la Era
Precristiana nosotros estamos en posición de reconstruir la arquitectura de las
relaciones internacionales típicas de la época neobabilónica.
La verdad que brilla al fondo del túnel nos ilumina el camino al encuentro de
los dispositivos imperiales que se debieron adoptar para llevar al Trono
Imperial al Príncipe Ciro.
La mujer
de Nabucodonosor fue la hija de Ciaxares, rey de los
Medos. Este Ciaxares fue el aliado de Nabopolasar, padre del príncipe Nabuco. Ciaxares y Nabopolasar encerraron al rey de Nínive en su palacio y lo enterraron bajo los escombros de
su imperio. Para felicitarse por la gran victoria casaron a sus hijos. Ciaxares le dio su hija al hijo del rey de los Caldeos; y
éste le dio su hijo a la hija del rey de los Medos.
El
hermano de la mujer de Nabuco heredó el trono de
Media y casó a su hija con el príncipe de Persia, padre de Ciro. Ciaxares fue, según esto, el bisabuelo materno de Ciro, y
Nabucodonosor su tito abuelo -el tito de la madre es tito abuelo para sus
hijos.
Si
Nabucodonosor era yerno de Ciaxares, Fraortes y él eran cuñados. Y si cuñado del hijo de Ciaxares, Nabucodonosor era tito de la madre de Ciro.
Conclusión:
Ciro fue sobrino nieto del rey de Babilonia, y nieto del rey de Media.
Un juego
de probabilidades gordianas de esta naturaleza llevó a Carlos V al trono de
Alemania.
Un
príncipe persa podía aspirar a unir en sus manos las tres coronas “cuando las
gallinas paran perras” - decía el proverbio popular babilónico.
Tenían
que coincidir muchos cálculos para que la posibilidad cobrase forma. O podía
suceder que fuera invitado a formar parte de un proyecto de unificación del
mundo en una corona única y…
Redifinamos:
A la luz
de las conclusiones que se han ido elaborando a partir de las traducciones de
las Bibliotecas desenterradas del Oriente Medio Precristiano, sabemos
positivamente, y desde este conocimiento podemos recrear la verdadera
estructura de las relaciones internacionales que le permitieron a Ciro el Persa
conquistar un imperio. Las Historias de Herodoto, sin
quitarle por ello su valor, fueron escritas desde la ignorancia de la
importancia del elemento Bíblico en el desarrollo de los acontecimientos
mundiales del momento. Es hasta cierto punto gracioso ver cómo aquéllos que a
sí mismos se han llamado historiadores, cegados por su odio antisemita y sus
prejuicios anticatólicos, fueron incapaces de penetrar tras la tela de fábulas
que Herodoto recogió como norma de verdad y
transmitió al futuro envuelta en el paño de oro de la Edad Clásica. No siendo
un Historiador de nuestros días, sino sólo eso, un escritor de su tiempo, no se
le puede pedir al autor de las Historias otra cosa que reflejar en sus escritos
la ignorancia en curso en su día sobre las cosas del Pasado. Desde nuestro
conocimiento del Poder y de la Historia, es necesario decirlo, a estas alturas
hay que ser un perfecto memo para creerse que el general en jefe de las fuerzas
militares del reino de Media le entregó la corona de Ecbatana al rey de Persia,
hasta entonces un reino de segunda importancia en el juego político, por
su cara bonita, la de Ciro.
Y desde
la luz del conocimiento sobre la mesa hay que ser algo más que un memo para
creer que el rey de Babilonia, la superpotencia del momento, se mantuvo al
margen del paseo triunfal del Persa, con su inactividad regalándole el Imperio
a quien hasta entonces era su vasallo, por la cara guapa de Ciro. En un mundo
donde el hierro era la ley y la verdad la tenía la fuerza, las tonterías que
escribiera Herodoto sobre el ascenso al poder de Ciro
sólo podían tener sitio en la mente de un pastor analfabeto, lo que, a la
postre, bien pensado, era la inmensa mayoría del mundo, un pueblo analfabeto,
su analfabetismo más referido al conocimiento de las leyes del Poder que al de
las letras que componen el abecedario. Fue contando con este analfabetismo del
pueblo sobre las leyes del Poder que Herodoto escribió la sarta de tonterías que, en lo referente a Ciro, llamó él
“Historias”.
Los
hechos son los que ponen sobre la mesa su testimonio y borran la escritura en
la pared por sabios de la condición de Herodoto grabada en nuestra memoria. Sabemos positivamente que en los días de Nabónido las ciudades imperiales de las fronteras del reino
de Babilonia de los Caldeos estaban en manos de oficiales judíos. Cualquier
historiador profesional puede avalar esta información, que, si dicha por un
amante de la verdad es una simple suposición, en las manos de un mercenario de
la información histórica suena a eso, a conocimiento. Pero lo que se hace
del todo increíble es que estos mercenarios al servicio del Poder no le hayan
dedicado jamás una sola línea al fenómeno tan singular que ante nuestros ojos
se presenta cuando se nos descubre que un pueblo de esclavos se levanta hasta
tener las llaves del reino de su amo y señor.
El
culpable de esta situación tan atípica y fenomenológica, sin duda alguna, el
profeta Daniel, Jefe del Consejo Privado de Nabucodonosor. Mas lo que a mí
personalmente me fascina es ver cómo los expertos en estructura imperial, el
pueblo británico, siendo uno de los artífices del desenterramiento de las
Bibliotecas del Oriente Medio Antiguo, estos expertos se hayan comportado como
pastores analfabetos sobre lo que es un Imperio y la serie de fuerzas
estructurales que mueven, ellos que tuvieron en sus manos el Imperio más grande
que jamás haya conmovido la Tierra durante más tiempo que jamás nación alguna
lo haya tenido en sus manos. Suena a payasada, por tanto, que precisamente los
imperialistas por excelencia, el pueblo británico, ante la sarta de memeces de Herodoto sobre el ascenso de Ciro el Persa haya reaccionado
como el pastor de la fábula.
El hecho
de que los ejércitos de las fronteras del reino de los Caldeos estuviesen en
las manos de generales judíos sólo se explica partiendo de la Biblia.
Unificando la cual con la Historia Verdadera del Reino de los Caldeos se ve que
el golpe de Estado que llevó a Nabónido al poder,
tuvo lugar inmediatamente tras la orgía de Baltasar, golpe de Estado liderado
por Daniel, profeta y jefe de los Magos de Babilonia, golpe de Estado que venía
cociéndose desde hacía un tiempo y al que le sirvió de señal de partida el
famoso relato de la escritura en la pared.
Observamos
en la historia del reino de Nabónido que este delegó
todas las funciones imperiales en su corte, dedicándose él, en cuanto rey
títere, a desenterrar ciudades perdidas en el desierto. Sería bajo esta corte,
dominada por el jefe del Consejo Privado de Nabucodonosor, que los hasta
entonces esclavos saltarían a la dirección de los ejércitos de las fronteras,
que más tarde les abrirían las puertas a Ciro, conquista pacífica que el nuevo
rey de Babilonia pagaría, no con oro, sino con la libertad, como bien se ve del
famosísimo, pero desconocido a nivel histórico internacional, Edicto de
Libertad Religiosa de Ciro, cuyo contenido traduciré a lo largo de esta
sección.
Crónicas
Medas
Observemos
cómo el odio antisemita de los historiadores de la Edad Moderna y su fanatismo
anti eclesiástico tararon sus inteligencias hasta el punto de cegar sus ojos
cuando ante lo increíble, que el general en jefe de la segunda superpotencia
del momento, Media, le entregara la corona de su rey y señor a un príncipe
vasallo, y esto sin mediar una sola batalla, se limitaron a decir: Amén. Sería
la primera vez en la historia de la humanidad que un ejército superior se rinde
a otro inferior por la cara bonita del enemigo asaltante, en este caso Ciro el
Persa. Herodoto, siendo lo que fue, un hombre de su
tiempo, en ningún caso un historiador de nuestros días, se limitó a escribir la
sarta de memeces que corría en sus días sobre el ascenso de un príncipe de
segundo rango a la cumbre del imperio, fenómeno inexplicable que únicamente
desde una perspectiva mítica era capaz de entender el pueblo, y que él, un
simple escritor, se limitó a reflejar años pasados de los sucesos,
demostrando tener poca madera de historiador y sí mucha de lo que fue, eso, un
escritor.
Era
imposible que el príncipe de Persia no hubiese estado sujeto a vasallaje en la
corte de Babilonia. Recordemos que tras el reparto del mundo por Ciaxares y Nabopolasar, fruto de
la destrucción del imperio de Nínive, Persia quedó relegada a lo que había
venido siendo, una potencia oscura, con la diferencia que esta vez a su
alrededor, Norte y Oeste, se habían alzados dos reinos fuertes, frente a
los cuales sólo le cabía al príncipe de Susa el vasallaje.
Es cierto
que por convenio Ciaxares sujetó Persia a la
influencia de su cetro y que Nabopolasar cedió esta
influencia a cambio de la frontera occidental, más rica, y más necesitada de su
atención si tenemos en cuenta que al otro lado del Jordán y al oeste del Sinaí
se hallaba Egipto. Pero no es menos cierto que Media y su rey tenían en su
frontera occidental otro enemigo potencial de mucha altura en los pueblos
helenísticos.
Persia
quedó relegada en el trastero del imperio, en teoría dependiente del rey de
Media pero en la práctica expuesta a los pies del rey de Babilonia. Si le es
respetada a Persia la independencia es debido a un acuerdo entre vencedores que
sirve de símbolo de amistad perpetua entre Ecbatana y Babilonia. Cualquier
levantamiento militar por la independencia real de Susa podía ser aplastada en
cualquier momento, lo mismo por el Caldeo que por el Medo. De aquí que si
Ecbatana buscaba alianza con Susa para mantener sobre Babilonia cerrada la
frontera, Susa buscaba la alianza con Babilonia a fin de mantener su autonomía
frente a Ecbatana, cosa que se firmaba, como era normal en esos días, mediante
la entrega, en calidad de “huésped-rehén” de un heredero de la corona, en este
caso Ciro.
Tenemos
pues que Astiages el Gordo, heredero de Ciaxares y
rey de Ecbatana, casa a una de sus hijas con el padre de Ciro, en alianza
contra Babilonia, que Susa toma como garantía de autonomía frente a la corte de
Nabucodonosor. Y a su vez el padre de Ciro entrega en “rehenato”
un hijo suyo al rey de Babilonia en gesto de sumisión a la corona de
Nabucodonosor, obligando a Babilonia a servirle de muro frente a cualquier
invasión de las competencias firmadas entre Ciaxares y Nabopolasar sobre el status de Persia.
A fin de
ocultar la tela de relaciones que hicieron posible el ascenso del príncipe
persa al trono imperial y que desentrañaremos hasta el final, se expandió el
cuento para niños de la persecución del hijo de la princesa meda entregada por
esposa al padre de Ciro, la salvación mítica de su hijo por un pastor, y la
conquista prodigiosa de Media y Babilonia sin librar siquiera, o al menos, una
batalla. ¡Qué menos que una batalla! Pero no, ninguna. Y lo más curioso,
asombroso y fascinante no es que un escritor de las cosas fantásticas de su
tiempo no se extrañase ante el cuento, lo más alucinante de todo es que los
mismos que pretenden darnos lecciones de Historia Universal se hayan tragado
esta bola. Y lo que más risa produce es ver que esas gargantas tan
profundas fueran capaces de afirmar las Historias y negar la Historia:
afirmando en el Siglo de las Luces, Dios nos libre de sus luces, de no haber
existido jamás una Nínive, ni una Troya. Afirmaciones para tarados que si bajo
las Luces de la Edad Moderna fueron tomadas en el XVIII como palabra de Dios,
en el XIX Dios hundió sus manos en el barro y le refregó a tales genios Nínive
por la cara. No es ninguna acusación, y sí quitarles la máscara de
infalibilidad que reclamaron para sí los Historiadores del XX.
Los
hechos cantan. Primero Media. El general en jefe del reino de los Medos se baja
de su caballo y pone sus fuerzas militares a las órdenes del príncipe de un
reino vasallo. ¡Por la cara! Acto increíble que la leyenda firmada por Herodoto establece en los celos del general en jefe de las
fuerzas medas, quien, despechado porque la madre de Ciro, un día su prometida,
le fuera arrebatada por su rey y suegro en potencia para ser entregada por
esposa al rey de Persia, bla bla bla...una historia
propia de los cuentos de una Noche de verano de Shakespeare ... porque el rey
Astiages tuvo un sueño en el que veía rota su dinastía por el fruto de su hija
con el jefe de sus ejércitos, ¡oh la la!, y
aterrorizado la da su hija, la prometida del jefe de sus ejércitos, por mujer
al rey de Susa, alejando el peligro de Ecbatana, pelota que con el tiempo
regresaría a su tejado para hundir todo el edificio ... Pues eso, ¡por la
cara!, después de entregarle el reino a un príncipe vasallo, también Babilonia
entera le abre las puertas a este mismo príncipe de segunda... ¡por la cara! En
verdad hay que ser un tarado para escuchar este cuento y darle la atención que
se merece tales Crónicas de la Verdadera Historia de la Humanidad.
Y todo
esto de arriba después de haber contenido Babilonia a Egipto, cerrándole al
faraón el camino a Lidia; un faraón quien, aun estando en las antípodas de
estos sucesos, se había levantado y le metía caña al rey de Babilonia para
levantarse y hacer algo, unirse a Creso y devolverle a Astiages el trono que su
criado le había robado para Ciro, ¡por la cara!
Creo yo
que hay que ser un verdadero tarado para no ver, en aquél paseo triunfal de un
príncipe de segunda clase en las relaciones del Poder del momento, una tela de
fuerzas internacionales unidas por una misma razón, núcleo pensante y
dirigente de las acciones de todos los que le entregaron a Ciro el Imperio, que
él pagó con el Edicto de Libertad, que se alza como nuestra Prueba principal y
más poderosa sobre la Conexión del mundo judío con el cambio trascendental que
la Civilización entera dio a raíz de la ascensión al trono imperial de Ciro.
El
Misterio de Dioces el Medo
Otra de
las Historias que los eminentes Historiadores de la Edad Moderna recogieron sin
inmutarse, es decir, sin deseo alguno y menos capacidad todavía para
desentrañar, se refiere al misterio de la milagrosa formación del reino de los
Medos. La leyenda vuelve otra vez a elevarse a los altares de la Historia y
deja el misterioso viaje del Dioces fundador del
reino de los Medos, tras el que regresó con las llaves de la que sería luego
Ecbatana, su capital, en las nieblas del suculento universo de los Mitos.
La
estructura histórica es inequívoca y no se presta a fábulas. Pero no olvidemos
que si Herodoto no tenía ni idea de la existencia de
la Biblia, los historiadores modernos, cegados por sus prejuicios antisemitas,
hicieron mutis total sobre la revolución que hizo posible el salto de una
nación compuesta por tribus en estado bárbaro a una sociedad sujeta a
estructura monárquica. Y hacen el mutis porque esta revolución tuvo lugar a
raíz de la deportación de los Israelitas a las Montañas del Este.
Desde los
días de Tiglat-Pileser I, allá en el siglo
XII a.C., los Asirios ya conocían la existencia de los pueblos
bárbaros del Norte. Pero no sería hasta los días de Salmanasar III, en el
IX, que la confrontación con estos bárbaros de las montañas al norte de
Asiria devendría periódica. Salmanasar encontró un conjunto de unas 27 tribus
sujeta cada una a su propio príncipe, y cuya estructura militar y social era la
típica de todas las naciones indoeuropeas en sus principios, es decir,
anárquica, fruto de la teoría de la libertad que le ha sido siempre natural a
todos los bárbaros.
Que
aquéllas 27 tribus del Norte procedían de otros lugares del mundo y que entre
ellos se encontraba el pueblo de los Medos, a su vez dividido en tribus, es
cosa molida. El problema es que los historiadores modernos tendieron a moldear
todos los datos con objeto de regalarse una Historia a la medida de su
mentalidad: que, sin embargo, siendo su escuela de mentalidad imperial
dicha reconstrucción no obedeció en ningún caso a la Ley del Poder. De
todos modos hay datos que les era imposible sortear y, mal que les pesara,
debían dar por hechos. La conexión entre Medos y Persas, reflejada en las
relaciones comerciales entre esos pueblos del Norte y las naciones al sur de
Asiria, es uno de ésos datos molestos que evitaron en la medida de lo posible a
fin de no corregir las Historias de su maestro.
El hecho
es que durante los días de Salmanasar III los Medos seguían siendo tan salvajes
como lo fueron durante los días de Tiglat-Pileser I,
dos y tres siglos antes. Entendiendo por salvajes en este caso el no saber
estructurar un Estado ni proceder a definir una Civilización propia. Samshi Adad IV y Adad Nirari III - siempre en el
siglo IX - impusieron tributo a los Medos y pueblos aliados de las montañas,
pero sin lograr jamás ni reducirlos al yugo de Asiria ni conquistarlos para su
civilización. La ley de la libertad de los bárbaros era preferible a la ley de
la esclavitud que imperaba desde Nínive. Y bajo esa ley siguieron
multiplicándose y creciendo.
Tanto que
cuando Tiglat-Pileser III, a mediados del
VIII, se lanzó a la conquista de gloria y fama para la eternidad, e
irrumpió en el país del Norte, se enfrentó a los caudillos bárbaros, y los
derrotó uno por uno: condujo de regreso a Asiria una caravana de esclavos que
se contó por decenas de miles de cabeza. Un poco más adelante la
generación siguiente se rebeló contra el yugo asirio, pero sin más consecuencia
que el aplastamiento de la revuelta y la aniquilación de una población ya
diezmada por la primera guerra contra Tiglat-pileser III.
Así pues,
cuando Sargón II, en el 722, arrasó el reino de Israel, y destruyó Samaria la
Blanca, cuyas cúpulas de marfil brillaron al sol de los siglos, para
desesperación del Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que viera hundirse en la
idolatría al pueblo elegido, cosas ya descritas en la Biblia, y deportó a los
supervivientes de Israel a la tierra de los Medos, la nación de los bárbaros
del Norte experimentó una transfusión de sangre guerrera, bajo cuya presión, ya
caliente por el deseo de venganza de la nación que recibiera este nuevo
aliento, se alzó en rebelión contra el enemigo común, viviendo juntos la
derrota y el destierro del líder de la revuelta, el misterioso y enigmático Dioces de la Leyenda.
Debemos
computar a la vergüenza de los historiadores del Próximo Oriente Medio Antiguo
no haber querido jamás abrir los ojos a este encuentro de dos pueblos en un
mismo tiempo y lugar, el uno altamente evolucionado, el Israelita, cuyo origen
como Reino y Estado se remontaba a los días de David y Salomón, y el otro en su
estado más salvaje, ambos sujetos al mismo despotismo imperial, y que cierran
su unión mediante la sangre que derraman en la revuelta de la que Dioces fuera el caudillo. Tales historiadores de la escuela
de Herodoto, enemigos por sistema de la todopoderosa
influencia del elemento semita en la Historia de la Civilización, por en cuanto
el semita es el judío, cierran el capítulo de la confluencia de estos dos
pueblos, el Israelita y el Medo en la revuelta contra el enemigo común, Sargón
II, diciendo que las tribus bárbaras volvieron a poner su cabeza bajo el yugo,
enterrando así sus eminencias en el olvido la Conexión Israelita.
Esta
Conexión Israelita en el futuro del Pueblo Medo llegó a ser tan decisiva y
trascendental que lo imposible hasta entonces, hacer de todas las tribus una
sola nación, se hizo realidad y de la noche a la mañana los bárbaros se dieron
un rey, se construyeron una capital y se organizaron bajo la estructura de un
Estado. Ahora bien, la explicación de la creación de un Estado de la noche
a la mañana tiene dos salidas. Una es para inteligencias taradas, la otra es la
expresión de la realidad. La Edad Moderna prefirió la primera. La realidad es
que la evolución durante el curso de una generación, la de Dioces, del paso de una estructura bárbara a otra estatal,
implicaba una verdadera revolución. Y para que ésta se consumara la misma debía
contar con expertos en la materia, un pueblo altamente civilizado, criado en la
estructura de Poder que representa la formación de un Reino.
Esta
revolución se produjo justamente cuando el Pueblo Israelita entró en la Media.
Y cualquier explicación de este paso revolucionario por el que un pueblo de
muchas tribus bárbaras, en estado anárquico durante siglos, se funde en una
Corona y Estado protoimperial que no pase por esta
Conexión da por resultado una Historia para pastores analfabetos, que sería la
historia que Herodoto recogiera hablando de Ciro.
La
formación del Imperio de Ecbatana tenía un único fin, la destrucción de Nínive.
Fue bajo la fuerza de la venganza perpetua, sellada con sangre durante la
revuelta que ahogara Sargón II entre Israelitas y Medos, que el nieto de Dioces, el Ciaxares de la
Historia Universal, y padre de la que sería esposa de Nabucodonosor, que la
nueva nación producto de la unión del Pueblo Israelita con la Nación de los
Medos se lanzaría contra Asiria y arrancaría de cuajo Nínive de la superficie
de la Tierra.
Caída de
Nínive
En
aquella revolución madre en el origen de la formación del reino Medo, y como es
de entender desde la lógica del Poder, para darle cohesión a su corona militar Dioces cerró el cuadro de su estado mayor con el
elemento Israelita, ahora una tribu unida por la sangre a la Nación de los
Medos y por el Estado a la Corona del rey de Ecbatana. Era el establecimiento
de una monarquía civilizada sobre un sustrato bárbaro, en el que la jefatura
era conservada por el elemento bárbaro, y su consistencia se apoyaba sobre el
elemento extranjero, altamente evolucionado, pero por su condición de nueva
tribu imposibilitada para ceñirse la corona. Y esta estructura de obediencia al
monarca, en el elemento Israelita algo natural, pero ajena a la sangre bárbara,
sería la columna fundamental sobre la que la dinastía de Dioces basó su poder militar.
Que la
sed de venganza movía a ambos pueblos, el Israelita y el Medo, y fue el seno en
el que ambas sangres se unieron para concebir la Corona de Ecbatana, se ve en
la fogosidad con la que el heredero de Dioces, Fraortes el Chico, se lanzó contra el enemigo común. La
culpa como siempre, el Asirio.
Durante
el reinado de Senaquerib el Bibliotecario, el yugo de Nínive pesó criminalmente
sobre todas las naciones al Oeste del Eufrates.
Preocupado con ahogar en sangre el grito de libertad de los pueblos al Oeste
del Eufrates, Senaquerib se despreocupó de los
bárbaros del Norte, y Dioces aprovechó esta
despreocupación para consolidar su revolución y legar a su dinastía un
ejército fuerte preparado para saciar la sed de venganza de la Nueva
Nación. Gracias a la aventura de Senaquerib en el Oeste, Dioces extendió su influencia a las espaldas de
Nínive, cerrando con el pueblo de los Persas la alianza típica entre
amigos por enemistad hacia un enemigo común.
Muertos
Senaquerib y Dioces los hijos de ambos se enfrentaron
en el campo de batalla. Pero Asurbanipal demostró ser un rival demasiado
fuerte para Fraortes el Chico, cuyo reino aún no
había madurado lo suficiente para equiparar su estructura a la propia de un
imperio. Así que su sucesor, Ciaxares, se replegó
sobre su reino a fin de darle el último toque. Que como todos sabemos
alcanzó su apoteosis en el 606, el año en que la sed de venganza de la Nación
del Norte se emborrachó de sangre del enemigo odiado, el Asirio, cuya capital
fue arrancada de la superficie de la Tierra para no volver a ser habitada por
los siglos de los siglos, según lo anunciara Dios en su Libro.
Entre la
ascensión de Ciaxares al trono y la destrucción de
Nínive tenemos la invasión de la Media por los bárbaros de las estepas
siberianas, que retrasó la Hora Final, pero que no pudo impedir que el designio
divino se cumpliera a rajatabla. En el fragor de aquel grito de victoria
quien tiene oídos para oír oye la lengua del Hebreo alzarse junto a la del
Medo, ambas almas ebrias del placer de los dioses, a una alzando a sus dioses
la misma acción de gracias.
No
tenemos que olvidar que Herodoto, un Griego,
desconocía la Biblia, y por tanto su capacidad para descubrir la existencia del
elemento Israelita en el Origen de la Revolución Meda queda ampliamente
justificada; ni tampoco debemos dejar de ver que los historiadores
modernos, conociendo la Biblia y la Historia del Oriente Medio Precristiano, se
taparon las orejas y se arrancaron los ojos antes que reconocer el poder de la
influencia del elemento semita, encarnado en el Pueblo Israelita, hablando de
la irrupción en la Historia Universal del reino de los Medos. Será desde esta
Conexión que se explique cómo un estado mayor, compuesto por el elemento
Israelita, dispuso el traspaso de la corona, que creara, de las manos de la
casa de Dioces a la de la casa de Ciro. Razón que se
explicará siguiendo esta misma estructura de razonamiento.
Crónicas
Babilonias
Pero si
el Asirio sembró en el Norte la semilla de un odio todopoderoso que a su
tiempo daría su fruto, al sur de Nínive ese odio era ya un hecho que, agazapado
como la leona que contempla sentada a su víctima, el gobernador de
Babilonia esperaba su momento. Este momento le llegaría a Babilonia con Nabopolasar.
Al tanto
del avance del rey de Ecbatana, Nabopolasar se lanzó
contra el rey de Nínive, empleando con el rey de Nínive la misma ley que
éste le aplicara a todas las naciones. Aplastado el Imperio Asirio, Nabopolasar subió al trono, cerrando entre él y Ciaxares una alianza de paz mutua, sellada con la boda
entre la hija del rey del Norte y el hijo del rey del Sur.
Y
enseguida el reparto del mundo.
El rey de
Babilonia se quedó con el mundo al sur de los Montes Tauros,
dejando todo el norte, y desde ahí hasta los confines del Oeste Anatólico, al rey de Media. El rey de Media le dejaba al
rey de Babilonia el mundo al sur de los Tauros, y
desde ahí hasta los confines de Palestina, Arabia y Egipto. A las espaldas de
ambos reinos quedaba Persia, región autónoma sujeta en principio al vasallaje
de la corona de Ecbatana, pero sujeta a la influencia política de Babilonia.
Persia, región sin verdadero ejército ni fuerza estatal unificada propia, su
poder como enemigo quedaba reducido al de una provincia fronteriza al servicio
de los intereses mutuos de ambos reinos. Por la alianza matrimonial entre
Ecbatana y Babilonia cualquier revuelta de Susa chocaría contra un muro
imposible de traspasar. Ahora bien, cualquier traspaso de los límites de
influencia sobre Persia dictados por ambas potencias podría decantar la
relación de fuerzas y pasar la dependencia de Susa de una corona a otra.
Desequilibrio que no le interesaba ni a las coronas aliadas, ambas lanzadas a
las conquistas del Oeste, una por el Norte y otra por el Sur, ni a la propia
corona de Persia, demasiado débil para resistir un ataque conjunto de las
fuerzas de Ecbatana y Babilonia.
Por el
Norte Ciaxares llegó hasta el reino de Lidia, cuya
conquista no se consumó, y por el sur el rey de Babilonia llegó hasta el Mar
Grande, donde el hijo de Nabopolasar destruyó el
reino de Judá, según está escrito.
Al igual
que antes el reino de Israel había sido borrado de la faz de la Historia, ahora
le tocó el turno al reino de Judá. Y al igual que antes el Asirio deportó la
crema de la juventud israelita superviviente a tierra extranjera, pensando en
humillar su orgullo y abatir para siempre el peligro de una revuelta, ahora
Nabucodonosor hacía otro tanto con los supervivientes de Jerusalén y su reino,
deportando a la tierra de los Caldeos la crema y nata de la nación
superviviente.
Si en el
primer caso la deportación no significó esclavitud, y sí compartir el mismo
odio y deseo de venganza con la población de la tierra a la que los israelitas
fueron deportados, uniéndose a la cual, de la fusión vino a luz una Nueva
Nación, con capital en Ecbatana, en este caso la deportación de los judíos
significó esclavitud en el seno de la tierra de los mismos que destruyeron su
reino.
¡Qué
revolución podía llevar al Poder a este pueblo de esclavos cuyo amo tenía tanta
y más experiencia que el propio pueblo judío en la naturaleza estructural de un
Estado e Imperio! Ninguna. A no ser que… En efecto, Dios elevase un judío
a la cabeza suprema del Consejo Privado del rey de Babilonia. Y aun así y sólo
si este hombre de Dios lograse superar todas las intrigas contra su persona que
habían de plantarle en el camino los miembros del Consejo privado del rey.
Los
historiadores de la Edad Moderna, más preocupados en tocarles las narices a la
Iglesia Católica que en penetrar en las estructuras del Pasado, se
despreocuparon de la Influencia y Poder de los Magos en la Corte de
Nabucodonosor. El odio al elemento semita, por ser judío, se manifestó siempre
más fuerte que su sentido de la verdad y donde vieron cualquier posible
Conexión Hebreo-Judía se dieron la vuelta y pasaron olímpicamente de hacer
Historia, limitándose a hacer periodismo del Pasado: Año tal, rey tal, guerra
tal. Punto y muerto.
Pero que
a la altura del gobierno de Nabónido, el último de
los Caldeos, de origen asirio para más inri, las llaves de las grandes ciudades
fronterizas estuviesen en manos de generales judíos, dato que cualquier
historiador puede confirmar, pone de relieve que el poder del jefe de Consejo
Privado del rey, y Jefe de los Magos de Babilonia, fue de un alcance
extraordinario. Tanto más extenso cuanto más poderosa fuera la figura del
momento. En el caso del profeta Daniel este poder debemos multiplicarlo a
su potencia máxima si tenemos en cuenta su supervivencia tras la muerte de
Nabucodonosor y su presencia en el complot que derrocó su dinastía y le entregó
la corona a un príncipe extranjero, el Nabónido de la
Historia. ¿O acaso se produce un cambio dinástico sin revolución mediante? La
inocencia de los historiadores modernos para no ver revolución alguna en un
cambio de dinastía es tan grande como su perversidad para darle la espalda a la
verdad si con ello satisfacían la pasión que los llevaba a tocarles las narices
a la Iglesia con tal de demostrar que ellos y no Dios son los verdaderos
artífices de la Historia, si no de la que es al menos sí de la que fue.
De manera
que tenemos dos elementos de un mismo cuerpo tocándose al final del extremo
para darle la Corona del Imperio a un desconocido, nuestro Ciro. De un lado el
elemento Israelita en el Origen de la Corona de Ecbatana, y del otro el
elemento Judío al frente de las ciudades fronterizas del reino de Babilonia.
Nos queda
definir la naturaleza de la revolución que condujo a Nabónido al poder, a Ciro al Imperio y a Zorobabel al regreso a la Patria Perdida.
Crónicas
Persas
Podríamos
dar curso libre a todo un libro enciclopédico tratando este tema de la
ascensión de Ciro al Imperio y su Edicto de Libertad Religiosa. Los ángulos son
tan ricos en suculentos misterios que apenas se podría dar de lado una nueva
versión, haciendo de espejo de la Historia. Primero por la serie de
imposibilidades anteriormente expuestas, saltándose las cuales un príncipe de
segunda se enfrenta a las tres superpotencias del momento y triunfa,
escribiendo lo que el Julio de la Casa del César firmara: Vini, vidi, vincit, pero este Julio de la Casa de los Aqueménidas
sin tener que librar una batalla que se mereciera este nombre, excepto la que
lidiara con Creso el Lidio; y segundo, porque ¡de cuándo en la Cultura de la
Nación de los Persas, figuró la libertad religiosa como emblema! Aún en
nuestros días la genética traiciona a los que se proclaman sucesores de aquel
Ciro defensor de las libertades religiosas y que, diciéndose sucesores suyos,
entienden por libertad religiosa la destrucción de todos los infieles,
especialmente si son judíos.
En aquel
juego de fuerzas entre superpotencias del momento era natural que las alianzas
matrimoniales abriesen y cerrasen direcciones. Desde esta razón que el
hijo de Ciaxares, Astiages el Gordo, casare una hija
de su barriga con el príncipe de Persia no implicaba ningún derecho de Susa a
la Corona de Ecbatana, a la manera que la boda entre la hija de Ciaxares y el hijo de Nabopolasar no entregaba derecho alguno al rey de Ecbatana sobre la corona de Babilonia.
Absolviendo a Herodoto por su ignorancia, cualquier
historiador sabe que la princesa entregada en matrimonio de alianza pasaba
directamente a vivir bajo la corona del príncipe consorte. La fábula del
príncipe Ciro, hijo de este matrimonio, siendo expuesto a decreto de muerte y
salvado por un pastor, no tiene ningún valor, excepto el de querer salvar de
alguna forma el derecho de Ciro al trono de Media y revestir su increíble
ascenso al Imperio con el manto de la providencia de los dioses. Era imposible
que un príncipe de segunda, como dije antes, soñase con la conquista de todas
las coronas de las superpotencias del momento, y lo que es más fantástico, sin
ni siquiera tener que librar una sola batalla. ¡Oh la la!
Superando
pues a Herodoto volvemos a la realidad. Y la realidad
es que si Astiages casó una hija de entre sus hijas con el príncipe heredero de
Persia, como suele suceder en todo matrimonio de esta clase: esta alianza tenía
por fin mantener la autonomía de Susa frente a Babilonia, recordándole
Ecbatana a Babilonia que cualquier adhesión que superase su influencia política
sobre Susa daría origen a una guerra legitimada por la sangre entre las
coronas.
Por la
parte de Susa, mientras el rey de los Persas se aseguraba el apoyo del rey de
los Medos gracias a la boda entre su heredero y la princesa de Ecbatana,
jugando a dos bandas, ¡cosas del Poder!, el rey de los Persas mantenía su
independencia política frente al rey de Ecbatana: vasallaje mediante al rey de
Babilonia, firmando con el Caldeo el clásico rehenato de su heredero, por el cual el primero, un reino de segunda fila, obtenía del
segundo, un reino de primera magnitud, cobertura y asistencia al fuero de su
independencia respecto al rey de los Medos. Sería en esta Corte, y no en la
choza de pastor alguno, donde se criaría Ciro.
Recordemos
que para las fechas cuando Ciro hubo de ser entregado - y de aquí la leyenda de
su desaparición de la vista de Ecbatana y Susa - en las manos de la Corte
Caldea, la Jefatura de la Casa de los Magos, y Jefe del Consejo Privado del Rey
de Babilonia, y por tanto al mando de los rehenes reales, este Poder estaba en
manos de un Judío llamado Daniel.
Observemos
además que el mismo proceso que Nabucodonosor realizó con Jerusalén,
destruyendo la ciudad y llevándose con él a sus príncipes supervivientes, este
mismo proceso fue el que realizó su padre, Nabopolasar,
con Nínive, destruyendo la ciudad y deportando a su reino sus príncipes
supervivientes, de los cuales, a la manera que de los judíos supervivientes
saldría el príncipe Zorobabel, ambos criados en la corte de Nabuco bajo la mano del mismo Jefe de la casa del rey, Mago y profeta Daniel, saldría
luego Nabónido, el futuro rey tras el golpe de Estado
que derrocó a la dinastía de Nabuco.
Ciro,
cerrando esta incursión, estaba emparentado por su madre con la corona de los
Medos, y por su abuelo materno, al mismísimo Astiages, hijo de Ciaxares. Astiages, hermano de la mujer de Nabucodonosor,
siendo el abuelo materno de Ciro, emparentaba a su nieto, sin quererlo, con la
Corona de Babilonia. La oportunidad de unir estas tres coronas, la Persa, la
Caldea y la Meda en una misma cabeza era extraordinaria.
Ciro
tenía derechos legítimos de sangre sobre las tres coronas del
momento. Obviamente para esto había que derrocar a la dinastía de Nabuco, poner en el trono un rey títere, Nabónido, sujetar las ciudades fronterizas a hombres fieles
al Mago de Babilonia, judíos como él mismo, y superar el enfrentamiento con el
rey de Ecbatana. Cosa no muy difícil de hacer si el Gran Mago de Oriente tenía
en cuenta que el cuadro del Estado Mayor de la Corona Meda estaba en manos de
descendientes de Israelitas, hijos todos del mismo Abraham, en cuyas orejas la
Voluntad de Dios, que había dispuesto la ascensión al trono de rey de reyes de
Ciro el persa, encontraría un alma bien dispuesta.
¿El
precio que pagaría Ciro?
¡La
Libertad!
Crónicas
Judías
No es oro
todo lo que reluce. Y en la envoltura de la imagen arquetípica antisemita
haciendo del judío el clásico avaro, miserable criatura reptando entre los
estratos del poder, el oro no sólo no reluce sino que es pura pintura. No sería
sino tras la destrucción romana de Jerusalén y la convivencia del judío en el
Islam y contra el cristianismo que esta pintura comenzó a fabricarse y se
completó, deviniendo el judío la clase más abyecta de gusano, sin lealtad hacia
nadie y capaz de traicionar al amigo de hoy si el enemigo de ayer llega al
poder y su supervivencia en el mañana depende de la del enemigo de hoy, que fue
el amigo de ayer. Mas en lo que respecta al Hebreo, Israelita o Judío, de los
tiempos anteriores a Cristo, y especialmente durante los siglos del XVI al VI,
es decir, todo un Milenio, el Hebreo fue un Guerrero nato forjado en el campo
de batalla, cuya fama se consolidó a título mundial durante los días de David.
Pero
creer que un guerrero nato es aplastado mientras el pecho tiene vida es un
error, que al cabo del tiempo a Nínive le costó la existencia. Un guerrero sólo
deja de existir, muerto. El mismo espíritu de Libertad opuso el reino de Judá
al imperio de Babilonia. La imagen que el mundo de entonces tenía del Judío era
la de un soldado valiente y bravo. Verdad que pone de relieve la puerta que se
le abrió a la libertad mediante su entrada en el ejército babilonio, sirviendo
en los cuales llegaron sus jefes a alcanzar los más altos puestos en las
ciudades de las fronteras del reino. ¿Con la ayuda del jefe de los Magos? Pues
sí, siempre: pero ninguna influencia tiene peso cuando de lo que se trata es de
defender a cobardes, que, de haberlos sido, ni por diez como Daniel, el rey de
Babilonia hubiera aceptado sus nombramientos para guardias de las Puertas del
Reino.
El Edicto
de Libertad que firmó Ciro al entrar en Babilonia fue redactado hacía mucho
tiempo atrás y el Nuevo rey de Babilonia se limitó a poner su Sello. Este
Edicto es la clave que abre la puerta a todo el Misterio de aquel Siglo: la
ascensión de Ciro, la caída de Babilonia y Ecbatana, la complicidad de
Babilonia frente a la Caída del reino de Lidia y su negativa a unirse a Egipto
para apoyar a Lidia y detener la fundación del imperio de Ciro. Y a la par nos
permite ver la naturaleza de la Caravana que lideró el príncipe Zorobabel desde
Babilonia a Jerusalén.
Quiero
decir, Zorobabel condujo un ejército armado, enriquecido por los tesoros de la
Comunidad de la Gran Sinagoga del Oriente y exaltado por la tribu sacerdotal,
pero ante todo y sobre todo Zorobabel era príncipe y quienes le acompañaron
fueron los mismos generales y soldados que les abrieran las Puertas del Reino a
Ciro, de los que felizmente Ciro se desembarazó pensando que tal cual habían
desertado de su antiguo amo podían desertar del nuevo señor, y a su Imperio más
le valía tener a tales siervos, leales sólo a su Dios, fuera del ejército que
dentro del ejército.
El relato
bíblico es suficiente prueba a la hora de confirmar la veracidad de la
naturaleza armada de la Caravana del heredero de la corona de Salomón. Ya digo,
la imagen arquetípica sobre el judío instalada en nuestra memoria durante los
últimos siglos no puede ser exportada a los tiempos que estamos tratando.
Zorobabel dirige un ejército de ocupación con plenos poderes de defensa armada
frente a los ocupantes de la Patria Perdida. Que, como se lee, no tardaron en
intentar destruirlos. Cosa que no consiguieron porque aquellos colonos
albañiles, carpinteros y demás, bajo la capa de trabajo llevaban la espada del
soldado. Y tenían permiso de Ciro para defenderse y hacer valer sus vidas. ¡Qué
es la Libertad sin el derecho a la defensa!
Se
sobreentiende de su Edicto que Ciro no les otorgó a los Judíos a una Libertad
para invadir el País y hacer Zorobabel de Josué en plena Reconquista. Del
Edicto se entiende que los Judíos compraron su Libertad para regresar a su
Patria e instalarse en la tierra siguiendo las leyes del establecimiento
pacífico, y sujeción de las nuevas poblaciones a los deberes imperiales. Bajo
estas premisas, como vemos en el relato Bíblico, Zorobabel y sus hombres
reconstruyeron Jerusalén, se instalaron y comenzaron a expandirse por la
Heredad de los Hebreos.
He aquí el famoso Edicto de Ciro
A.- Yo
soy Ciro, Rey del Mundo, rey grande, rey poderoso, rey de Babilonia, rey de las
tierras de Sumeria y Acad, rey de las Cuatro Regiones, hijo de Cambises, gran
rey, rey de Ansán, nieto de Ciro, gran rey, rey de Ansán, descendiente de Teispes,
gran rey, rey de Ansán, descendiente de una línea
real sin término, cuya ley Bel y Nabu bendicen, cuyo
reinado hace la complacencia de los dioses.
Cuando me
hallé preparado, entré en Babilonia, y asenté mi reino en el palacio de los
reyes entre el júbilo y la alegría. Marduk, el Dios Altísimo, dispuso el
corazón de los habitantes de Babilonia hacia mí, y yo le adoraré todos los
días.
Y
continúa:
B.-Por
mis actos Marduk, el Señor Todopoderoso, se alegró y a mí, Ciro, el rey que le
rinde adoración, y a Cambises, mi hijo, la fuerza de mis muslos, y a todas mis
tropas Él ha bendecido, y por esto con espíritu de gracia glorificamos en
excelsitud su Altísima Divinidad.
Todos los
reyes que se sientan en sus tronos desde un rincón al otro de las Cuatro
regiones, desde el Mar del Norte al del Sur, que moran en ... todos los reyes
del Occidente que habitan en tiendas, me rindieron tributo y vinieron a besarme
los pies sobre Babilonia. Desde ... a las ciudades de Assur,
Susa, Acad y Eshunna, las ciudades de Zamban, Meurnu, Der, hasta los
confines de la tierra de los Gutis, yo hice volver
los dioses a sus lugares de culto desde muy antiguo, a sus ciudades sagradas en
ruina desde tiempos lejanos.
Reuní
todos sus habitantes y restauré sus ciudades. Los dioses de Sumeria y Acad, que Nabónido, contra la cólera de los dioses, trajo a
Babilonia, Yo, por la voluntad de Marduk, el Señor Dios, hice retornar a sus
ciudades de culto.
Quieran
todos los dioses rogar por mí delante de Bel y Nabu por todos los días de mi vida, y digan a mi Señor, Marduk: “Que Ciro, el rey,
tu siervo, y Cambises, su hijo...”
Y
concluye así:
C.- Ahora
que soy rey de Persia, Babilonia y las naciones de las Cuatro Regiones con la
ayuda de Marduk, declaro que respetaré las tradiciones, costumbres y religiones
de las naciones de mi imperio, y no permitiré, mientras yo viva, que gobernador
alguno bajo mi mando las insulte.
Desde
ahora para siempre, mientras Marduk disponga el reino a mi favor, no impondré
mi religión a nación alguna. Cada nación es libre para aceptarla, y si alguna
la rechaza Yo jamás me alzaré contra su libertad para imponerle mi Creencia.
Mientras Yo sea el rey de Persia y Babilonia, y de las Cuatro Regiones, Yo no
permitiré la opresión religiosa de una nación sobre otra, y si ocurriera Yo
castigaré al opresor y devolveré su derecho al oprimido.
Mientras
Yo sea rey no permitiré a nadie tomar posesión y realizar expropiación de los
bienes ajenos en razón de la fuerza o sin compensación. Mientras yo viva,
prescribo el trabajo en condiciones de esclavitud.
Hoy, Yo
declaro: que todo el mundo es libre para elegir su Religión; que todo el mundo
es libre para elegir su sitio de morada, entendiendo que este derecho no anula
el deber hacia la ley del prójimo; que Nadie podrá ser culpado por los delitos
o faltas de sus familiares.
Prescribo
la esclavitud y mis gobernadores tienen el deber de prohibir el cambio de
personas por cosas dentro de sus dominios. Tal costumbre debe ser exterminada
de la faz del mundo.
Ruego a
Marduk que me conceda cumplir con mis obligaciones hacia las naciones de
Persia, Babilonia y las demás de las Cuatro Regiones.
CAPÍTULO 7
36
El Cuarto
Hombre.
¿Y qué
diría el Príncipe Asirio Nabónido sobre la cesión del
imperio de las manos del Caldeo a la del Persa?
¿Se
apuntaría al bombardeo desde dentro de la fortaleza del enemigo?
¿Aceptaría Nabónido ser un peón en el Ajedrez del Profeta-Mago?
¿Qué
podría ofrecerles Nabónido a cambio de la posibilidad
de reconstruir Nínive en alguna parte del Sur? ¿Les daría a los Magos de Daniel
las Llaves del Reino?
Nabónido movió la
cabeza.
“Te
retirarás a la Ciudad que elijas lejos de mí” - lo tranquilizó riendo Ciro.
Sabio,
digno discípulo del Jefe de los Magos, Nabo se construyó su Ciudad en un oasis
perdido en el corazón de un Edén sembrado por él mismo. Ciro se echó a reir. A Zoro no le cogió por
sorpresa la astucia del Cuarto Hombre.
El
misterio que viene a cuento es descubrir cómo un príncipe asirio se las apañó
para subir al trono de Babilonia. Misterio cuyo secreto lo podemos deducir de
la Caída de la dinastía de Nabucodonosor en los días de Baltasar. Aquel golpe
maestro de estado que elevo a Nabónido al poder
descubre la identidad asiria del peón movido por Daniel en la dirección del
traspaso final del imperio a las manos de Ciro, cuando aquel peón se limitó a
entregarle Babilonia al nuevo rey del mundo. Entrega que dejó en manos de su
padrino hebreo desde el principio mismo de su reinado, y se tradujo al final
del mismo en el hecho de hallarse los ejércitos babilonios en las manos de los
judíos. Bien pudo Daniel haber usado el entramado que levantara para dar otro
golpe de estado y poner en el trono al heredero de Judá. Pero no lo hizo.
37
La Reconquista
del Reino Perdido.
La
doctrina profética de Daniel encontró en Zorobabel una estrella llena de vida.
Se trataba de reconstruir Jerusalén, poner la primera piedra del Templo y
comprar pacíficamente la tierra de Judá. Jerusalén haría de funciones de
colonia madre. El gobernador de la Ciudad sería el jefe supremo de la Colonia;
a su mandato los grupos elegidos se moverían hacia donde se hubiera dispuesto
por el consejo de los sabios.
La
segunda fase profética decía que en un par de siglos a lo sumo el rey de Grecia
entraría en Asia y echaría abajo el Imperio de Ciro. La Conquista de Babilonia
por Occidente iría seguida por la división del imperio del conquistador griego
en cuatro reinos. Al poco nacería un reino que se extendería por todo el mundo
y derrotaría a los cuatro reinos. En esos días el ángel de la libertad tocaría
la trompeta y las colonias judías se levantarían en estado de guerra de
independencia. Hasta entonces cada hijo de Israel debía atenerse al proyecto
original.
38
Bajo el
Yugo de los Helenos.
Entre los
historiadores del XX se impuso la teoría de la creación a posteriori de los
libros bíblicos. Desde la óptica del ateísmo Alejandro Magno no conquistó el
Asia después, sino que los judíos escribieron lo que pasó después de la muerte
del griego.
Ajenos a
las opiniones de todo el mundo, desde su torre en Seleucia del Tigris los Magos
de Oriente siguieron el curso de los acontecimientos. Las sinagogas de todo el
mundo les enviaban noticias de los lugares donde vivían, quiénes gobernaban,
qué sistema político tenían, cambios de dinastía.
“Los
problemas entre persas y griegos han comenzado. El rey del Norte, Filipo, ha
sometido a toda la Grecia. El día de la Venganza por los hombres de Leónidas en
las Termópilas empieza a alborear” - trajo en su pata a Seleucia del Tigris una
paloma blanca.
La
respuesta llegó rápida a Jerusalén. Decía:” Todos los hijos de Abraham deben
prepararse para recibir al Conquistador con palmas y vítores. En breve, a la
muerte del hijo de Filipo, su reino se hundirá en una guerra civil larga.
Sobrevivirá a su destrucción dividiéndose en cuatro reinos.”
Y así
fue.
No se
había enfriado el cadáver de Alejandro sus generales ya se estaban matando. Al
cabo le vieron los cuernos al diablo y dejaron de comerse vivos.
Fue
Seleuco I el Invencible quien se quedó con el imperio de Ciro, más lo que
Alejandro conquistó a este lado del río Indo. No reconstruyó Babilonia; en su
lugar creó una ciudad nueva a orillas del Tigres. La llamó Seleucia del Tigres.
Seleucia
del Tigris fue concebida para hacer las funciones de puerto comercial interior
entre el Extremo Oriente y Occidente. No olvidemos que en su sabiduría para
controlar el paso de caravanas y barcos del Oriente al Occidente tuvo sus Minas
el rey Salomón.
39
Jerusalén
grita Libertad.
La parte
del cocodrilo se la llevó Ptolomeo. Desde que vio los planos de Alejandro Magno
para Alejandría del Nilo se apoderó del joven Ptolomeo la pasión por aquella
Nueva Atenas que el hijo de Filipo pensaba construirse en las costas de Egipto.
Certero y
silencioso como el cocodrilo cuando ataca, con los ojillos a los dos lados del
hocico, avanzando por el agua sin soltar aire, sin mover un párpado, más tieso
que un tronco, adelantó sus posiciones el joven Ptolomeo el día antes del
entierro de su Héroe. Primero se proclamó dueño y amo del Egipto; después los
dioses dirían.
40
La codicia
de los reyes.
La
ambición sin límites de Seleuco fue el fantasma personal de la casa de los
Seleúcidas. Se murió el hombre con el dolor de haber perdido Jerusalén en una
apuesta de lagartos. Y su familia sin saber aceptar la derrota ante las fuerzas
de los ptolomeos egipcios. Las guerras
heleno-egipcias por la posesión de Jerusalén fueron la constante vital del
Oriente Próximo desde la muerte de Alejandro al reinado de los hijos de los
Macabeos.
El
zarandeo, hoy tengo por ama a Antioquia, mañana tengo a Alejandría, le afectó a
Jerusalén. Sus hijos, cansados, se echaron a dormir en los laureles del que ha
conseguido desprenderse de sus fantasmas mesiánicos. Al despertar se
encontraron atrapados en las garras de una solución final, que no fue la
primera ni sería la última.
41
El
Segundo Reino de Israel.
Jerusalén
vivió alucinada la persecución religiosa de Antíoco IV. Era algo que jamás se
le había ocurrido pensar que pudiera pasarle. Las Escrituras decían que después
de los cuatro reinos, la Libertad. Se quedaron de piedra tal como les cogió
sentados la noticia. ¿En qué habían estado pensando? ¿En el nacimiento de un
niño bajado del cielo que venía y les arreglaba todos los problemas?
¡Comerían
perdices y serían felices!
De hecho
algunos se las comían todas y los demás se las apañaban con gallinas. Por esto
cuando Judas Macabeo volvió a su patria y se puso al frente de la resistencia
con su escuadrón de desertores se unieron a él todos los que no tenían nada que
perder y todo que ganar.
La línea
del tiempo desde los Macabeos al Nacimiento fue la siguiente:
Judas
Macabeo gobernó desde el 166 al 161. Judas dirigió por tanto los ejércitos del
Señor de victoria en victoria durante cinco años. No se sabe muy bien o nunca
se ha escrito la verdad sobre el origen de la formación militar de este
caudillo. Es más que probable que, conociendo la estructura de los ejércitos
imperiales seleúcidas, este Judas fuera el jefe del Escuadrón Judío, al frente
del cual desertó al conocer los planes asesinos del rey, quien al partir para
la gran aventura de la conquista del Asia perdida le ordenó al regente de su
reino la solución final antijudía en el origen de la rebelión en curso.
Tal vez
no sea fácil recrear la vida de Judas antes de su aparición como encarnación
del Martillo de Dios. Pero como ya he dicho la estructura militar del imperio
se basaba en el reclutamiento de Escuadrones de todas las provincias bajo la
corona del rey. Entre ellos hubo de existir un Escuadrón Judío, que, sin
ninguna duda, sirvió bajo la bandera imperial hasta que a su regreso de su
frustrada invasión de Egipto el rey dejara correr su impotencia contra
Jerusalén. Escandalizado el Escuadrón Judío por aquella acción es de creer que
la deserción ya estaba servida, y se consumó cuando al dirigirse hacia
Babilonia pretendió llevárselo consigo, dejando a merced de Lisias y sus
generales la solución final judía.
Al
corriente de lo que pretendía el rey, Judas, jefe del Escuadrón Judío, desertó
con sus hombres. Llegado a la Judea se encontró con la matanza y, huyendo con
su padre y sus hermanos, le declaró la guerra de guerrillas al Imperio. Cuando
Apolonio, el general designado por Lisias para solucionar el problema judío,
alcanzó la Judea se enfrentó a un caudillo que conocía perfectamente las
tácticas y las estrategias militares del ejército imperial bajo cuya bandera el
Macabeo sirviera toda su vida.
En el 161
sin embargo, abandonado por los suyos al frente de sus 800 Bravos, Judas cayó
como vivió, vendiendo cara su vida. Las restantes hazañas bélicas de Judas
están escritas en la Biblia.
Le
sucedió en la jefatura militar de los ejércitos del Señor su hermano Jonatán.
Jonatán gobernó el país desde el 161 al 143. Las aventuras militares de Jonatán
también están escritas en la Biblia. Cómo recibió el sumo sacerdocio de las
manos del rey Alejandro Balas, cómo se las apañó para prosperar jugando a dos
bandas y cómo, finalmente, fue atrapado a traición y condenado a muerte.
Le
sucedió en la jefatura del país su hermano Simón. Este gobernó desde el 143 al
135. Simón fue quien de verdad conquistó la Independencia. En recompensa por la
cual los judíos en pleno le concedieron a sus herederos el gobierno a
perpetuidad. Arrepentido el rey de Antioquia por la pérdida de la Judea le
ordenó a su general Cendebeo reconquistarla. Simón y
sus hijos, Judas y Juan, vencieron al invasor. La libertad no salvó a Simón de
caer a traición como su hermano Jonatán.
Tras la
muerte de Simón subió al Poder su hijo Juan. Juan Hircano I reinó desde el 135
al 105 (siempre a.C.). Si en un principio pareció que la invasión por la Judea
del rey de Siria iba a acabar con todo lo conquistado por los Macabeos, el
primero de los Asmoneos se las arregló para salir triunfante y además
conquistar la Samaria, la Idumea y territorios al Este del Jordán incluso. Fue
este Juan Hircano I quien al obligar a todos los no judíos de su reino a
circuncidarse le preparó el camino al trono a Herodes.
Le
sucedió su hijo Aristóbulo I, “el rey loco”. En un principio su padre le legó
sólo el sumo sacerdocio, reservando el Gobierno para su madre. Juan se volvió
loco, encarceló a su madre y a sus hermanos y se declaró rey. Al año murió.
De las
profundidades de la tierra tomó Jerusalén rey. Se llamaba Alejandro. Reinó
desde el 104 al 78. Bajo su reinado la sangre llovió a cántaros sobre
Jerusalén. Fue durante su reinado que las estrellas de Abías, padre de
Zacarías, esposo de Isabel, y tito abuelo de María, madre de Jesús, y Simeón el
Babilonio, padre del Simeón que recogió en sus brazos al Niño en su
presentación al Templo, los Semayas y Abtalión de la historia oficial judía, brillaron en todo su
esplendor.
A la
muerte del Asmoneo le sucedió su mujer Alejandra, llamada también la reina
Salomé. Desde el 76 al 69 la reina Alejandra dirigió la paz del reino. Ella
reinstauró el Sanedrín y fue durante su reinado que tuvo lugar la búsqueda
secreta del Heredero de la corona de Salomón.
A su
muerte sus hijos Hircano II y Aristóbulo II se declararon aquella guerra que en
el 63 fuera atajada por Pompeyo el Grande. Hircano II quedó como etnarca
durante todos los días de la vida de Pompeyo, y Antípatro,
padre de Herodes, Idumeo de nacimiento, como general de los ejércitos de la
Judea hasta su muerte. Fueron los partidarios de Pompeyo quienes asesinaron en
Roma a Aristóbulo II, en el 49, y en el mismo año su hijo Alejandro lo fue en
Antioquía por orden del propio Pompeyo. Durante estos años tuvo lugar el
ascenso a la cumbre de los Archivos del Templo de Zacarías, hijo de Abías.
Por
aquellos días los Partos invadieron la Judea y coronaron rey al otro hijo de
Aristóbulo II, al que llamaban Antígono. Este le cortó la nariz y las orejas a
su tío Hircano II y le desterró a la Nueva Babilonia. Con este aliado
circunstancial de Zacarías y su Saga, en la Gran Sinagoga de los Magos de
Oriente los correos entre los Magos y Zacarías y sus hombres aceleraron sus
idas y venidas.
De todos
modos eran malos tiempos para los Asmoneos. Aprovechando las guerras civiles
romanas Herodes derrotó a Antígono, hijo de Aristóbulo II, sobrino de Hircano
II, y lo decapitó (año 37).
La
tragedia de los Asmoneos no había terminado aún. Sediento de sangre el rey
Herodes asesinó al nieto de Aristóbulo II y al propio Hircano II, al que
llamara de Babilonia con promesas de paz y salud. También asesinó a las
asmoneas Alejandra y Mariana, la reina Mariana. Y finalmente a sus hijos
Alejandro y Aristóbulo, hijos de la reina Mariana.
En el año
7 a.C. toda la estirpe del Asmoneo, según se lo profetizara Abías, había sido
eliminada de la faz de la tierra. Herodes quedó como único dueño y señor de
Jerusalén. Herodes fue el primer y el último rey que conoció el II Reino de
Israel.
42
El Rey
Mesías.
José y
María, padres de Jesús, nacieron durante los primeros años del reinado de
Herodes. José debía tener unos cuarenta años cuando tuvo a su primogénito, y
María unos pocos menos cuando dio a luz a su unigénito. Según este cómputo José
murió a los sesenta años, aproximadamente, y María debía tener los mismos más
los debidos durante los días de la Resurrección. A qué edad, según cuenta la
leyenda, ascendió al Cielo en la Ciudad de Zaragoza la Madre, nadie lo sabe a
ciencia cierta. El hecho es que las miserias que Herodes les hizo tragar a los
judíos alimentaron en el pueblo oprimido el sueño del rey Mesías. Que como todo
sueño nunca se haría realidad, por lo menos mientras estuviese en las manos de
Herodes y sus hijos impedirlo. Sin embargo el rey Mesías vino a nacer lejos de
la vista de la Corte, en un pesebre.
Avisados
por “la paloma muda de las lejanías” los Magos salieron de su Torre de Oriente
y corrieron a poner a los pies de la Sagrada Familia sus riquezas y su ciencia.
¿Precedieron
a la Sagrada Familia al Egipto, financiaron la Carpintería del Judío y murieron
viendo crecer al Niño?
43
El
Nacimiento de Cristo.
Estaba en
el Niño. Pero el Niño no lo sabía. Lo descubriría entre los Doctores del
Templo, a la edad de doce años aproximadamente.
Allí,
entre los Doctores, a la edad de doce años, Jesús volvió a nacer. Dios le dio
un nombre nuevo, Cristo, y su nombre, Yavé, y el nombre de la ciudad de su
Dios, Sión. Él era Cristo Jesús De Yavé y Sión. Él era el Cordero que su Padre ofrecería por la
expiación de los delitos de todo el mundo.
44
La
juventud del Mesías.
Una
pregunta sin respuesta se llevó del Templo consigo el Niño a Nazaret. ¿Por qué
su Dios lo iba a abandonar a merced de los enemigos de Cristo? ¿Cómo podría
salvar al mundo de las garras del Infierno desde la Cruz que los romanos les
reservaban a los malditos? ¿Qué esperaba conseguir Dios de acontecimiento tan
trágico? ¿Por qué iba a convertirlo en piedra de escándalo para sus hermanos y
sus amigos?
Durante
toda su juventud Cristo Jesús no cesó de buscar la respuesta a este enigma:
Dios iba a establecer la victoria del hijo de Eva sobre la sangre del hijo de
David. ¿Por qué?
45
La
Doctrina del Reino de los Cielos.
La
respuesta que encontró Cristo Jesús fue ésta. Dios abolía el Imperio y en su
lugar fundaba un Reino Universal. Y les concedía a todas las criaturas la
libertad para unirse o rechazar la adhesión ad eternum a
su Reino. La Corona de ese único Reino se la daba a su Hijo Amado, Cristo Jesús
De Yavé y Sión.
Quien
cree en su Hijo es declarado ciudadano de su Reino aquí y ahora, y quien
rechaza esta Revolución Divina queda sujeto al Juicio Final.
De todas
las medidas que, a raíz de la Tercera Guerra Universal Dios adoptó contra el
Infierno, ésta es la Piedra Angular. Las otras medidas se deducen de la propia
Historia del Cristianismo.
EPÍLOGO
Así pues,
Dios y la Ley son una Realidad Indivisible, Incorruptible.
Antes de
establecer la Pena de Muerte, igual a Destierro de la Creación, quiso YAVÉ DIOS
PADRE darles a conocer a sus hijos la Naturaleza del Infierno al que serían
arrojados de volver a declararse una
Guerra entre hermanos. Elevando la Ley a la Naturaleza Divina creyó YAVÉ DIOS
hacer más fuertes a sus hijos frente a la Muerte. Nadie puede olvidar que ÉL es
el Único Ser Increado que conocieron la Eternidad y el Infinito antes de la
Creación del Nuevo Cosmos. Nadie debe olvidar que Su Personalidad ha sido forjada
en los Fuegos de la Ciencia del Bien y del Mal, frente a la Muerte, y haciendo
su camino de la mano de la Sabiduría.
Su Deseo
de Creación de Vida a su Imagen y Semejanza fue el Principio de la revolución
que le condujo a ser el Creador de Galaxias, Universos y Mundos. Nadie puede
olvidar que ÉL es el Señor del Infinito y la Eternidad; nadie debe permitir que
el Amor del Creador por su Creación ciegue los ojos de quien siendo adoptado
por hijo se cree con el derecho de ser un dios “a la imagen y semejanza” de su
propio concepto de lo que es ser un hijo de Dios.
Abrirles
a sus hijos el Cosmos, ver al Creador, PADRE e HIJO, en acción, tuvo además el
sentido de abrirles los ojos a todos sobre la Naturaleza de su Unigénito, JESÚS,
sobre cuya Naturaleza Divina se había levantado la Duda entre los hijos de
Dios, Duda que debía ser callada viendo a Dios en su Hijo. “Dios Verdadero de
Dios Verdadero” es la Confesión de la Creación entera, registrada por la
Iglesia Católica Romana, nacida para ser el Templo en quien esta Verdad vive
por la Eternidad.
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