Cristo Raúl de Yavé y Sión.
PRIMERA PARTE.
LA HISTORIA DE SATÁN
SEGUNDA PARTE .
LA JHISTORIA DE LOS PAPAS
CAPÍTULO DOS
.- SEGUNDA NEGACIÓN DE CRISTO
Siglo X ,Primera Pornocracia Vaticana
CAPÍTULO TERCERO.-
TERCERA NEGACIÓN DE CRISTO : Siglo XV , Segunda Pornocracia Vaticana
TERCERA PARTE
LA VICTORIA DEL HIJO DE DIOS, JESUCRISTO, FUENTE DE LA INVENCIBILIDAD DE SU CASA
En el Nombre de Jesucristo :
"QUE NO SE HALLADO LUGAR PARA SATÁN EN LA TIERRA
PRIMERA PARTE.
LA HISTORIA DE SATÁN
Al tratar esta
Historia de Satán, comúnmente llamado el Diablo, el Maligno, príncipe de las
tinieblas… bajo ningún concepto me pararé en los fundamentos de su
trono infernal. Mi pensamiento se dirige a la necesidad
de desenmascarar a aquel hijo de Dios que por razones personales se
levantó para usar como hacha de guerra contra Dios a su hermano
menor, Adán.
Con objeto
de traer a luz pública la Verdad que ha permanecida en el Silencio
por las causas ya definidas en la HISTORIA DIVINA, para que todos los
Cristianos de todas las iglesias, pues que nunca pudieron ponerse de acuerdo en
lo que se refiere a la verdadera Naturaleza del Hijo de
Dios, encuentren en la de su Enemigo el puente de encuentro y
partida hacia el Origen de la Tragedia del Género Humano, me atengo a lo que mi
Creador, Jesucristo, me inspira, pues ÉL dispone de mí plenamente. Si yo
escribiera de mí mismo mi palabra no valdría nada, pero siendo el Rey y Señor
Jesucristo quien como Creador dispone de su Creación con plena libertad, este escrito
contiene y despliega la verdadera naturaleza de los Acontecimientos
que ha vivido el Hombre desde el principio de su Creación hasta
nuestros días.
No voy a polemizar.
No he sido creado para discutir la “Verdad”. Mi Verdad es Jesucristo. Discutir
su Identidad Divina por su Santa Esposa, la Iglesia
Católica, revelada en el Concilio de Nicea y defendida desde
entonces hasta nuestros días contra todo ataque externo e interno, está en el
origen de todos los males que ha sufrido el Cristianismo. La Duda sobre Su
Identidad Divina, bajo el subterfugio de “su Naturaleza”, hunde sus
raíces en la Eternidad anterior a la Creación de la Tierra. El
primero de los hijos de Dios que puso en Duda la Veracidad Divina del Hijo de
Dios fue Satán. Y poniendo en Duda la Veracidad del Hijo puso en Duda la del
Padre… Pero esto es adelantar acontecimientos. Comenzaré por la base.
La Cuestión de la
Vida en el Universo, hablando del Cosmos, tiene su raíz en la ignorancia del
ser humano. Encerrado el hombre en la Tierra como prisionero vigilado
cuya fuga es imposible, su pensamiento, sujeto a estas condiciones de
movimiento, por lógica había de hundirse en la oscuridad, creando
para sí mismo un universo imaginario en el que su ser encontrase
la satisfacción que su Condenación le niega; dentro de estas
condiciones penitenciaras la angustia letal procedente de haber sido creado
para crecer en la Inteligencia sin límites natural a su
Creador, y deber arrastrarse por el suelo como una bestia, debía
generar, y ha generado, esa psicología de satisfacción subjetiva sin contacto
con la realidad Universal que llamamos Ateísmo Científico.
La Vida en el Cosmos
existe desde la Eternidad. El número de Mundos que Dios ha conocido antes de
devenir Él mismo Creador de Mundos, es infinito. En La HISTORIA DIVINA toqué
este asunto. Creer que estamos solos, o somos la única vida en el Universo,
entendido como Cosmos, fue el producto de la transformación de la Tierra en una
Prisión. Imposibilitado el ser humano para crecer en la dirección de los
Cielos, condenado a descender al Polvo, si existe vida o no existe vida más
allá del Sol ¿qué? Al preso condenado a muerte, que vive sus días encerrado
entre cuatro paredes sin ninguna posibilidad de sobrevivir ¿qué le importa lo
que existe fuera?; sea que el mundo se hunda o deje de existir, ¿a él, qué?
Esta es
la realidad psicológica bajo cuyos impulsos nuestro mundo se ha
movido dentro de los Muros del Aislamiento Total del resto de la Vida en el
Universo a que fuera condenado; situación que estimuló su instinto de
supervivencia y lo arrastró a crearse modelos de universos imaginarios en los
que hacer llevadera su existencia. La trascendencia de esta
necesidad de hallar su lugar en el universo se verá en breve.
La Vida existe desde
la Eternidad. El Cosmos existe desde la Eternidad igualmente. Es este Escenario
de espacios infinitos en el que Dios existe. Durante la Increación, los Mundos
nacían y morían. La Vida y la Muerte eran las dos caras de la misma
moneda. No quiero repetirme importando a esta página el texto ya
escrito en la HISTORIA DIVINA. Dios, el Cosmos, la Vida y la Muerte tienen su
Origen en el Principio sin principio de la Increación. Hablar de Principio sin
principio no es ninguna incoherencia; es simplemente satisfacer la necesidad de
expresar en palabras la naturaleza de la Eternidad: “No tiene Principio, no
tiene Fin”. Dios vive este Principio sin principio. Formando la Vida y la
Muerte parte del Sistema del Cosmos Increado no hubo durante la Eternidad del
Cosmos Increado Batalla alguna entre ambas Fuerzas: hasta que Dios
concibió la Idea de la Vida a su Imagen y Semejanza.
La realización de
esta Idea implicaba causar una Ruptura entre ambas Fuerzas. Ruptura que
requeriría la Existencia de un Nuevo Sistema de relaciones entre el Cosmos y
Dios. Vida a Imagen y Semejanza de Dios significa Vida Inmortal,
Indestructible, es decir: Vida Eterna a imagen y semejanza de la Divina. ¿Qué
pasaría entonces con la Muerte?
Dios no se planteó
este Dilema. Su Fuerza de Voluntad es Invencible. Crear ese Nuevo Sistema, la
Creación, en el que la Vida surge para participar de la Vida Eterna de su
Creador marcó su Futuro. De las Galaxias a las Células la Ciencia de la
Creación se le abrió a Dios en toda su Extensión, y con la Eternidad a su favor
y el Infinito como Campo de Experimentación, aquel Ser Divino devino el Creador
de su propio Universo.
Negar la existencia
de Dios es Negar la existencia de Vida en el Cosmos. ÉL es el Creador, es el
Alfa y la Omega de los Mundos que vienen a luz en la Creación.
La Transfiguración,
llamémosla así, de Dios en el Creador del Nuevo Sistema Cosmológico marcó un
Acontecimiento Absoluto en la Eternidad y el Infinito. La Vida surge de Dios. Y
sin Dios no hay Vida.
Ese Acontecimiento
que llamamos “Big Bang”, Origen del Cosmos tal
cual existe en la actualidad, sucedió no hace mucho, siempre hablando en
términos de la Línea del Tiempo natural a la Eternidad. En la HISTORIA DIVINA
están descritos los sucesos anteriores e inmediatamente posteriores a la
Creación de este Nuevo Cosmos. No me pararé a reescribir lo escrito. Lo
importante es que una vez que el Sistema de la Creación fue
levantado y fundado sobre la Roca de la Omnisciencia Creadora, Dios comenzó a
cultivar el Árbol de la Vida de los Mundos. ÉL es el Principio y el Fin de la
Vida.
Cuando Dios crea
nuestro Mundo el Árbol de la Vida ya tenía Ramas. EL Hombre es una Rama Nueva
que Dios engendra en el Tronco Universal del Árbol de la Vida de los Mundos.
Cuando el Hombre es creado, la Vida Extraterrestre es un Hecho, y la Libertad
de Movimiento de esos hijos de Dios, entre quienes Dios distribuye las Familias
de la Tierra, para que las condujesen a la Civilización, acelerando los tiempos
de Crecimiento del Género Humano y su formación como Reino, creado para unirse
a su Imperio Universal; tanto esa Vida como esa Libertad eran una Realidad
Natural.
El sustrato de las
Mitologías es real. Al principio existieron los dioses. Y uno de
ellos se llamaba Satán. Esos dioses eran Vida Extraterrestre.
C1.
1
La Ingeniería
Maligna de la que surgió la Traición del Judas Celeste y la Caída de
Adán, padre de Cristo, está escrita. Aquí salto desde el HIJO DEL TRUENO, que a
su vez saltó de la HISTORIA DIVINA.
La declaración de
Guerra a la Ley contra la Ciencia del Bien y del Mal : “Si comes, morirás”,
determinó la Batalla en la que Satán y sus sicarios homicidas expusieron su
existencia a Vida o Muerte. Retar a Dios a un Duelo es una Locura.
Sobre semejante Locura depositó Satán su Futuro. Su Decisión Final fue
absoluta: Antes el Infierno que el Paraíso. El Imperio Divino debía ser
constitucionalmente transformado en un Olimpo de dioses más allá del Bien y del
Mal; en caso negativo, mejor vivir el Infierno del Destierro en las Tinieblas
Exteriores a que fuera reducido el Cosmos Increado.
Después de todo la
Victoria del Traidor sobre el Verbo Divino dependería de la Ley, y pues que por
esa Ley su Enemigo debería ser un hijo de aquel Adán, destrozando al padre
¡cómo no iba a destrozar a su hijo!
Pero si durante el
tiempo de la espera del Nacimiento de ese Campeón Divino nacido para Vengar a
su padre, lograba Satán extirpar de la faz de la Tierra a la Descendencia de
ese Adán, la Ley se vería burlada y Dios tendría que reconocer su Fracaso.
Vencido el Campeón Divino por Ausencia de Descendencia: el vencedor se salvaría
de esa Condena de Destierro al Infierno del que por la Eternidad ya nunca
regresaría al Universo.
En el Antiguo
Testamento vemos la salvación a la que se agarró Satán. Tan confiado estaba de
aplastar al Vengador de Adán, hijo de Eva, que seguía presentándose delante de
Dios como quien no ha hecho nada por lo que debiera temblar. La continua Caída
de los hijos de Abraham en la Corrupción y la Apostasía fueron la consecuencia
de la Manipulación a que sujetaba Satán, “rey del Mundo”, al pueblo de Israel.
Al cabo de los siglos
y viendo Satán que exterminar a esa Descendencia de la que habría de Nacer el
Vengador de la sangre de Adán era más que imposible, movió los hilos para
producir la Solución Final Antijudía, al filo del precipicio durante los días
de la Reina Ester, y después durante los días de Antíoco IV Epífanes.
Dos intentos y dos nuevos fracasos. El Nacimiento de ese Vengador de la Sangre
de Adán era inevitable. El Duelo a Muerte entre el hijo del Hombre y Satán
tendría lugar.
Satán, condenado a
arrastrarse por el polvo, acabó siendo la Bestia que llevaba dentro. Porque la
misma Ley que daba por sentado que un hijo de Eva sería el Elegido
para el “Día de la Venganza de Yavé”, según los
Profetas llamaban ese Acontecimiento, por esa misma Ley
se entendía que de la muerte de un hijo de Dios cualquiera de sus hermanos
podía ser llamado para Vengar la Muerte de Adán.
Obviamente, sin dejar
de ser cierto, la verdad era que siendo todos los hijos de Dios, no de nuestro
Mundo, de carne y hueso como todos los seres de la Creación, la Elección de
cualquiera de los todopoderosos hijos de Dios del Imperio del Paraíso de Dios
como el Vengador de Adán se prometía imposible.
Así que interpretando
carnalmente la Ley, “el hijo del Hombre” sería un hijo de Israel por parte de
padre y madre. Y habiendo acabado Satán con el hombre más poderoso que jamás
existió en la Historia del Género Humano, criado por el propio Dios, Satán se
burlaba del problema que iba a tener a la hora de deshacerse de “ese Vengador,
Redentor y Salvador del Género Humano”, hombre como todos los hombres, carne y
sangre de la carne y la sangre de Adán y Eva, otro mono desnudo como el que
más.
Antes de nacer ya se
podía el hijo del Hombre dar por muerto.
Sucedió entonces que
Dios ordenó la Expulsión de su Mundo, que nosotros llamamos “el Cielo”, de
Satán. “El Día de Yavé”, día de venganza y retribución, día de justicio y
juicio, el Día de la Batalla a muerte entre el hijo del Hombre y Satán
… había amanecido.
Todos, tanto los
hijos de Jerusalén, como Satán, esperaban el Nacimiento del hijo de David, hijo
de Jacob, hijo de Abraham, hijo de Noé, hijo de Adán, un Niño nacido para
portar sobre sus hombros la Soberanía y sobre su Cabeza la Corona perdida de su
padre. En definitiva, un Niño nacido de hombre y mujer.
2
Dios no quebró la Ley
al Elegir a su Unigénito como Campeón y Vengador de la Sangre de Adán. La Ley
es clara, “de la sangre de un hombre cualquier otro hombre sería llamado para
reclamar su sangre”.
Ergo, de la sangre de
un hijo de Dios cualquier otro hijo de Dios podía ser elegido por su Padre para
vengar la muerte de su hijo asesinado.
Imposibilitada por la
propia Ley la elección de uno de los hijos de Dios, “no de nuestro Mundo”, ya
que la Ley exigía que el Vengador fuese hijo de Eva, la única opción que la Ley
ponía sobre la mesa de la Redención era la Elección de un hijo, hermano del
asesinado. Es decir, la Encarnación del Unigénito y Primogénito de Dios, pues
la Ley ordenaba que el hijo del Hombre fuese hijo de Eva,
pero no estipulaba que lo fuese de Adán. Dios ya lo anunció: “Una
Virgen dará a Luz y el Niño será llamado Dios con Nosotros”.
Siendo todos los
hijos de Dios “Vida Extraterrestre”, y por consiguiente de carne y
hueso, únicamente “Vida Divina” podía Nacer de esa Virgen, cumpliéndose así la
Ley: El Campeón del Género Humano y Vengador de la sangre de Adán sería hijo de
EVA, hijo de MARÍA.
3
La Veracidad de la
Casa de los hijos de Dios quedó en la Encarnación establecida sobre la Roca de
Su Amor de Padre hacia todos ellos. Pues si por la Unigenitura Jesucristo
es Único en “VIDA DIVINA”, por la Primogenitura, base de su Elección, el Padre
y el Hijo establecieron por la Eternidad el Amor que Dios vive hacia todos sus
hijos, revelándose como Padre Verdadero de todos. A la vez por su Encarnación
el Hijo estableció su Amor de Hermano hacia todos los hijos de su Padre,
viviendo este Amor con la Intensidad Natural a la Declaración Eterna “DIOS ES
AMOR”.
Elevado el AMOR a la
Naturaleza Divina, la Casa entera del Creador quedó establecida por la
eternidad en la Veracidad. “Dios no es Padre por capricho, ni su Hijo es
Hermano por contingencia”. En Absoluto, en la Encarnación y por la
Encarnación selló Dios por la Eternidad ese Amor que vive Él con Fuego
Infinito. YAVÉ DSOS es PADRE VERDADERO; su HIJO JESUCRISTO es HERMANO VERDADERO
de todos los hijos de Dios, su Padre .
4
La Espada Invencible
del Vengador era Su AMOR por Dios y el Hombre.
Una palabra suya
“VADE RETRO”, y Satán quedó petrificado y listo para sentencia en el Juicio que
se celebraría tras la Resurrección.
Los Profetas de
Israel estuvieron al tanto del Maravilloso Plan de la Salvación por Dios
establecido en Bien de la Creación entera, y en el Nombre del Dios
de Abraham anunciaron este Acontecimiento Eterno que revolucionaría
los cimientos de la Creación. … “Nos nacerá un NIÑO que será llamado
DIOS CON NOSOTROS”… “ Y se llorará por Él como se llora por Unigénito…. y se
lamentarán por ÉL como se lamenta por primogénito”… “He aquí que una Virgen da
a Luz”.
La Elección del Dios
que dijo “HAYA LUZ”, y la Luz se hizo; HAYA FIRMAMENTO EN MEDIO DE LAS AGUAS…”,
y hubo Firmamento; “Haya Estrellas en los Cielos que separen la Luz de las
Tinieblas”… ese Dios, el Verbo Vivo del Creador, TÚ DIOS: JESUCRISTO, era el
Elegido de Dios, Su Padre, para Vengar la Muerte de su hijo pequeño Adán.
Cuando Satán lo comprendió
ya era demasiado tarde. La Encarnación y la Resurrección ya habían
sido establecidas. En la Cruz moría el Imperio Divino, pero
resucitaba como Reino de Dios.
El Rey de reyes y
Señor de señores del Imperio Divino ponía su Corona a los pies de su Padre, y
Dios lo coronaba con una Corona infinitamente más gloriosa, la Corona del Rey
Universal y Señor Sempiterno de todos los Pueblos de su Creación, en cuyas
Manos era depositada la Vida y la Muerte de todos los Ciudadanos de su Reino.
5
¿Cómo puede una
criatura retar a su Creador? ¿En qué cabeza cabe que un trozo de barro en el
que Dios inspira aliento de vida eterna se atreva a creerse Igual e
incluso Superior a su Creador?
Lo dijo Dios, y su
Palabra es Dios: “Te aplastará la Cabeza”, y así fue; el hijo del Hombre
levantó la maza de su Puño Todopoderoso y redujo a
escombros la esperanza de victoria del enemigo del Espíritu Santo de la Ley.
Dos Personas, un solo
y único Espíritu. Quien se rebela contra Dios Padre se rebela contra Dios Hijo.
Quien no adora al
Hijo no adora a Dios, su Padre.
Todo lo que el Hombre
tiene lo recibe del Hijo. Quien niega que el Espíritu viene del Hijo, niega a
Dios.
Dios y su Hijo son
una sola Realidad. El Mismo Espíritu Santo que vive en el Padre vive
en el Hijo.
Por esto la
Iglesia Ortodoxa Bizantina sufrió el destino del Templo de Jerusalén, porque en
su orgullo se creyó Santísima para acercarse a Dios sin pasar por la
Puerta, quitando de en medio al Sumo Sacerdote Divino, Cristo Jesús, el Único
que se mantiene de pie delante del Altísimo y habla con Dios cara a cara.
“Nada recibe la
Creación si no es del Hijo”. Quien niega esto: niega que el Hijo sea
Dios. Sin el Hijo no habría Creación. Ni nada existiría. Sin el Hijo no viviría
el Padre. Y sin el Padre no viviría el Creador.
El Hijo es la Vida
del Padre, la Fuente Inmaculada, Imperecedera e Incorruptible que
hace que el Corazón de Dios rebose de alegría Infinita.
Y de su Corazón se
derrama su Alma Creadora, la Fuerza de cuyo Amor que eleva su Sabiduría, se
entrega a su inspiración para seguir levantando este Nuevo Cosmos sobre las
ruinas del Antiguo.
6
La Alegría de la Casa
de YAVÉ DIOS al regreso de este Hijo, Cordero Inmaculado en cuya Sangre el Amor
del Creador por su Creación se había hecho Estrella de Luz, Infinita y Eterna,
está descrita en la Revelación. Toda la Casa de Dios se arrodilló delante de
este Hijo Amado en cuyas manos puso Su Padre toda la Gloria y todo el
Poder.
Alegría para unos,
Juicio para otros. El Mundo Antiguo fue llamado a Juicio. Asiria, Babilonia,
Persia, Israel, Siria, Egipto, etc. “Era la Primera Muerte”.
YAVÉ DIOS se sentó en
el Trono del Juicio de las naciones del Mundo Antiguo, según
ya profetizaron sus siervos los Profetas.
El Juicio acabado,
todos las almas fueron expuestas al Sueño de las Almas hasta la Hora
del Juicio Final, en el que la Sentencia Universal será dada por el Juez
Divino, Señor y Rey Jesucristo. Los que hayan sido juzgados
inocentes, se levantarán sin Temor y no sufrirán Miedo ante la Segunda Muerte.
Los otros han quedado expuestos a la Segunda Muerte acorde a la Palabra de
quien ha recibido de su Padre todo Poder de Juzgar.
7
Desde el momento que
Adán perdió su Reino y Dios condenó al Género Humano a vivir
bajo la ley de la Muerte, Satán y sus huestes entraron en posesión
del Reino de la Tierra. La Destrucción absoluta del
Género Humano era el objetivo que se plantearon. Ahora bien, nadie
puede destruir lo que Dios ha creado excepto el propio Creador. De aquí que
conociendo a Dios, esos dioses, “seres de otros mundos, vida
extraterrestre”, se pusieron como meta hacer de la Criatura humana
una abominación a los ojos de su Creador.
Del Fratricidio, de
Caín contra Abel, a Sodoma y Gomorra, y de Sodoma y Gomorra a las
guerras anteriores al Diluvio, el objetivo creció hasta hacerse
real. Los “dioses” satánicos se cruzaron con las hembras humanas, crearon a los
Héroes de las Leyendas y Mitos, seres violentos que aspirando a la Inmortalidad,
que por sus genes corría, hicieron del Sacrificio Humano su Pan
Nuestro de Cada Día.
Satán y sus huestes
malignas sembraron las Religiones Antiguas, todas establecidas sobre la Guerra
Santa y el Sacrificio Humano como Altar de sus Templos Malditos; lenta pero sin
pausa, arrastraron a los pueblos a las antípodas del Amor del
Creador por su Creación.
Y sin embargo quienes
vieron al Verbo de Dios en Vivo no parecieron comprender nada, porque cuando el
Odio ciega la inteligencia es la Razón de las bestias la que deviene fuente del
pensamiento. De otro modo hubieran entendido que siendo el Verbo ¡DIOS!, nada
ni nadie podía absolver al Asesino del Hombre del Juicio pronunciado contra su
Existencia. No importa hacia qué profundo abismo condujera Satán a las familias
de la Tierra, la Palabra de Dios es DIOS; así se escribe, así se cumple.
La Bestia que llevaba
dentro el Homicida se hundía cada vez más en las Tinieblas. Tan hundido estaba
en la obscuridad irracional propia de las bestias asesinas que teniendo delante
al hijo del Hombre no comprendió que ese Jesús era el Unigénito de Dios … hasta
que ya era demasiado tarde. “Satán entró en Judas” es la forma que tiene Dios
de descubrirnos la naturaleza de la Bestia en que, quien fuera hijo suyo, Satán
se había convertido.
Dios dice, y Dios
hace. Nada ni nadie puede detener el Movimiento entre la Palabra y su
Consumación. “Todo está Consumado”, y el Hijo de Dios expiró.
Satán fue juzgado y
encerrado en Prisión.
8
Nace el Cristianismo.
El Espíritu Santo, hecho Hombre en el Hijo, viene de Dios y hace de sus
Discípulos su Cuerpo. Es el principio de la Edad Apostólica. Doce hijos de Dios
le da Abraham a YAVÉ, su Señor. ¿Quién podría detener la Expansión
del Reino de Dios hasta los confines de la Tierra? El árbol pequeñito, un
matojo entre la hierba, se levantaría hasta el cielo y con sus ramas cubriría
la Plenitud de las naciones de la Tierra. Era Palabra de Dios.
Dios dice, y así se
hace. Pero entre la Palabra y su Consumación hay un Tiempo. Este Tiempo es la
Historia del Cristianismo. Nacido para integrar en su Árbol de Vida
a todas las familias del Género Humano, y hacerlo en y contra las tinieblas de
la Ignorancia, aun y a pesar de la FE QUE SE CORROMPE : ¿Quién podría, o puede
cerrarle el paso al Verbo de Dios?
“¡EL VERBO ES DIOS!”
Pero aquí el punto
reside en la LIBERACIÓN DEL DIABLO. ¿Qué sentido tenía Liberar a la Bestia de
su Prisión? Desterrada del Cielo, su Liberación recaería en la Tierra, que
habría de sufrir una vez más a su Enemigo, y esta vez, condenado en firme a
Destierro Eterno no importa lo que hiciese, encendido en fuego de Odio sin
límites contra su Enemigo y Vencedor, se arrojaría contra su Obra, la Iglesia
Católica, cuya Destrucción por División le era condición sine qua non para
arrastrar a las naciones al Campo Fratricida de las Guerras Mundiales.
Condenado al Destierro Eterno se llevaría al Infierno el mayor número posible
de pueblos y naciones del Género Humano.
¿Por qué entonces su
Liberación?
9
La primera respuesta
dada en la HISTORIA DIVINA se refiere a hacer de esa Liberación un acelerador
de los ACONTECIMIENTOS QUE ACORTASE la Historia del cristianismo en
su Ruta hacia la Conversión Plenitud de las Naciones.
En un segundo punto
dije que era Necesario que la Creación entera viese que ni aún sujeto a Condena
Eterna la Bestia que llevaba dentro el Traidor a su Casa y a su
Creador bajaría su orgullo y se arrodillaría a clamar Misericordia. La Maldad
que lo arrastró a alzarse contra Dios y el Hombre en el Edén permanecía viva.
Absolverlo en base a lo que implica un Destierro Eterno de la Creación
significaría que esa Bestia volvería a alzar el Fuego de la Guerra entre los
hijos de Dios. Por ese Camino Maligno sería Dios en Persona quien un día en la
Eternidad se alzaría para destruir toda su Casa. Su Hijo ya lo dijo : Antes
muerto que vivir bajo la Ley de la Guerra.
Todo es cierto. Pero
una Razón más tuvo Dios para decretar la Prisión de Satán por Mil Años. Y su
Liberación por otros Mil, años antes de ser la Tierra liberada de su Presencia
y la Creación de su Existencia.
C2.
10
La existencia de la
Vida Divina está más allá de toda Duda.
Desde el Origen del
Hombre el Instinto Racional, primero, y la Inteligencia Viva,
después, sintieron y comprendieron la Existencia de la Vida como la
Creación de ese Ser Divino, origen de la Civilización. La Corrupción posterior
del Conocimiento del Ser Creador procedió de la Caída y el Abandono del Fruto
del Género Humano en las manos de aquellos hijos de Dios que tras
haber sido los Tutores de las Primeras Familias de las Naciones
se aparearon con las Mujeres para engendrar una raza de semidioses
el tormento de cuyas mentes condujo a las Religiones a los Sacrificios Humanos.
La Guerra devino el medio de secuestrar vidas humanas para satisfacer la sed de
sangre de esos seres legendarios que atormentados por su mente, atrapados entre
la inmortalidad y la muerte llenaron el mundo con sus locuras
asesinas. Caín y Abel se repitió en la guerra de los Upanishad. El Fratricidio
se convirtió en puerta a la vida eterna.
Nada tiene de raro.
El Proyecto Adán, por el Dios de los dioses de los primeras familias de las
naciones abierto, se hundió en el infierno del fratricidio global. Donde antes
reinó la Ley, y a su luz las primeras familias humanas avanzaron del
Neolítico al Reino de Dios, reinó entonces el Caos; las tinieblas de la
Ignorancia, ¿por qué Dios había abandonado al Hombre, su Creación?, fue
respondida por el Enemigo del Hombre con aquellas religiones sangrientas,
fundadas por aquellos Héroes de la Antigüedad, mitad humanos mitad
extraterrestres, sus hijos, algunas de cuyas religiones aún persisten.
La Ignorancia fue
universal. La Necesidad de saber el por qué, igualmente.
El Hombre había sido
sacado de las Cavernas, conducido de la mano de “los hijos de Dios
no de nuestro mundo” a la revolución del Neolítico, elevado a la Idea del Reino
de Dios, cuya Corona bajaría del Cielo y sentaría a un hombre en el
Trono del Reino de la Tierra, y de la noche a la mañana el Caos, el
Fratricidio, la Guerra, la Esclavitud, los Sacrificios Humanos,
el Comportamiento Contra Naturaleza: La Prostitución, la Pedofilia
Violenta, la Homosexualidad Homicida, la Poligamia, el Adulterio, la Reducción
del hombre y de la mujer a la condición de las bestias domésticas, el
endiosamiento de los fratricidas…
Las Tinieblas
de la Ignorancia extendieron sus redes hasta hacer lo que parecía
imposible, que el Creador abominase de su Creación, esa no era su
Criatura, aquél no era su Hombre.
Era la Victoria de
Satán. El Creador se alzaba contra su Criatura. Dejando de existir descendencia
de Eva dejaría de venir a vida el hijo que habría de aplastarle la cabeza. El
Diluvio era su Victoria. Satán se había erigido Príncipe de la
Muerte. El Proyecto Adán … caso cerrado. La Vida en la Tierra volvería al Polvo
del que había sido creada y la Historia de la Eternidad recogería su Curso : La
Vida y la Muerte volverían a ser las dos caras de la misma moneda, fuerzas
naturales de la Creación, y los más fuertes alcanzarían el status de los
dioses.
Dios callaba. Su
Pensamiento era otro. La Muerte había descubierto su rostro. Esa criatura,
Satán, a quien un día ÉL llamó hijo, había perdido el juicio; intervenir entre
Fuerzas Increadas librando una Batalla Final cuya Guerra comenzó en la
Eternidad era su locura.
Por mucho que el
Señor del Infinito y de la Eternidad, Creador del Cosmos, Dios de la Vida,
intentó corregir su demencia como lo hace un padre con su hijo, Satán había
hecho su Elección; entre ser hijo de Dios o Príncipe de la Muerte había elegido
esta última opción. El Homicidio contra Adán había sido una Traición a Dios.
En su demencia Satán
se creyó Igual a Dios. ¿Desde cuándo ser Semejante implica ser Igual?
YAVÉ DIOS sólo tiene
un Igual, su HIJO JESUCRISTO, todos los demás Miembros de su Casa somos Su
Creación, engendrados del Barro de la Vida para ser su Familia. En el Amor,
Dios se entrega a toda su Casa hasta el infinito; ama como Hermano y Padre
Verdadero a todos los Miembros de su casa; es Rey Verdadero de todos los
Pueblos de su Creación, en cuya Ciudadanía tenemos todos la Eternidad a
nuestros pies. Por Amor, la Puerta de la Inteligencia sin límites nos está
abierta sin condiciones a su Omnisciencia y Sabiduría Creadora. El Amor a la
Vida es la Llave que abre el Corazón de Dios.
En el Amor…
En el Odio, el
Creador del Cosmos, aquel Dios que en su Hora de Dolor redujo a Polvo galaxias
sin número, en el Odio se levanta el Guerrero, en un Brazo el Todopoder, en el Otro la Omnipotencia, y ay de aquél que
ose creerse Igual a su Creador.
Despertar en Dios el
Odio, Éste fue el Pecado sin Perdón de Satán y sus hermanos en el Homicidio del
“Rey cuya Corona bajó del Cielo”.
El Pensamiento de
Dios está más allá de cualquier criatura.
El Diluvio cayó, pero
su Verbo permaneció. Por el Oeste las Columnas de Hércules se abrieron y la
Tsunamis Atlántica enterró bajo sus aguas aquella Civilización. Destruir es
cuestión de minutos. Crear… es un trabajo de Milenios. Por el
Este el Océano creó el Mar Rojo y el Golfo Pérsico. Toda vida
pereció en las Cuatro Regiones del Reino del Edén. Toda vida, excepto la
Descendencia de Eva. Y a ella le volvió YAVÉ DIOS a reiterar su Verbo: un hijo
de sus entrañas heredaría la Corona Perdida de su padre Adán.
Quien creyó haber
vencido a Dios se encontró de repente expuesto a Perdición.
11
Inútil, aunque
siempre vivificante, recordar las diferentes Edades por las que
Israel como nación atravesó desde la Recuperación de las Cuatro Regiones
Mesopotámicas al Nacimiento de ese Campeón y Vengador, Redentor del
Género Humano y Salvador de la Creación entera. Las conexiones entre Hebreos,
Sumerios, Acadios, Egipcios, Asirios, Medos, Persas, Caldeos, Griegos y Romanos
no es nada nuevo. Con todo, el hecho es que la Revolución
Arqueológica de finales del XIX y principios del XX puso patas
arriba una negación antibíblica que se hacía patológica. La euforia probíblica fue contrarrestada por las escuelas
académicas con una manipulación de la línea del tiempo.
Imposible meter en
una mismo saco temporal al hijo de Ramsés II, el supuesto faraón de Moisés, y
la Caída de Troya con el consecuente movimiento de los Filisteos hacia el reino
de Saúl. Los Historiadores Antibíblicos no sintieron ninguna vergüenza y
tuvieron menos dignidad a la hora de separar estos acontecimientos aún a
sabiendas que eso era negarle a la Historia Universal relevancia alguna en los
Libros de la Memoria del Género Humano. Con esa manipulación tan vergonzosa
quedó constancia que la Historia Universal no es “Memoria Histórica”, sino que
la Memoria se formatea acorde a la patología intelectual de los historiadores
del momento.
En este orden también
intervino el chovinismo europeo clásico al no querer relacionar la Caída del
Imperio Hitita, su capital Troya, con la Invasión de los Bárbaros Helenos,
quienes tras la Caída de la Legendaria Troya devinieron, a los ojos
del Israel Bíblico, los Filisteos.
La Batalla de Qadesh
en el 1274 entre Egipto y el Hitita a la vez que detuvo la expansión
de Troya hacia el Oriente Palestiniense dejó
al descubierto la debilidad del Imperio Hitita, cuya capital, cayó una veintena
de años más tarde bajo la avalancha Helena. Para negar esta afirmación
historiadores antibíblicos volvieron a invocar a las fuerzas de la
Naturaleza, como hicieron ya antes con la destrucción de los muros de Jericó,
de esta falsa manera desconectando la Caída de Troya con la Invasión de los
Bárbaros Helenos. Bárbaros que bajo el conocido nombre de Filisteos entraron en
posesión del territorio Hitita. Sobre lo cual es necesario decir que
únicamente un discapacitad intelectual puede creer que tras la
Conquista de la Capital Militar del Imperio Hitita los Bárbaros Helenos renunciaron
a continuar su expansión conquistadora hacia el Medio Oriente.
Las fechas de esta
expansión de los Pueblos del Mar, los Filisteos, no otros que los Helenos del
Egeo retratados en la Ilíada, y sus luchas contra los reinos
palestinos hasta tocar el Egipto llenaron todo el Siglo XII. Parece por
consiguiente un ejercicio de absoluta discapacitación intelectual querer hundir
en el mismo saco el Éxodo, la Caída del Imperio Hitita Troyano y el Imperio de
los Filisteos.
Sin embargo este
ejercicio de discapacitación intelectual es el que pusieron sobre la mesa de
las Universidades aquella escuela de historiadores contra-revolucionarios negando
lo que la revolución Arqueológica trajo a luz, la resurrección del Mundo
Perdido de la Biblia. Pero, en fin, este es un Episodio de la Historia
Universal que requiere de un libro para sí solo. Así que dejémoslo estar y
pasemos al siguiente episodio.
12
Se ha querido siempre
acusar al Pueblo Judío de ser el inventor del Capitalismo. Otra gran mentira.
El Capitalismo es aquel sistema por el que un individuo, un clan o una familia,
unidos por un grupo de intereses, expropia a los demás seres humanos de la
región de todos sus derechos divinos a la Vida en condiciones de libertad
natural: bajo pena de muerte en caso de no ceder a la presión.
El Capitalismo, pues,
fue instaurado por los primeros reyes de la Antigüedad. Sus coronas
fueron establecidas sobre el genocidio, el crimen y la tiranía; y
nunca jamás, excepto bajo la Ley del cristianismo, las coronas del mundo aceptaron
su sujeción a un Derecho Divino que limitaba su conducta Homicida.
El Caso más flagrante
de esta revolución cristiana contra los fundadores del Capitalismo fue el
episodio conocido con el Nombre de la Lucha de las
Investiduras entre el Pontífice Romano Gregorio VII y el emperador
alemán Enrique IV. No es de extrañar que los historiadores cainitas de las
escuelas anglosajonas condenasen la victoria del Derecho Católico
Romano sobre el intento fallido de las Coronas Neo-bárbaras de
establecer sus tronos sobre la divinidad del rey.
Ya observamos esta
demencia en las coronas del Milenios Tercero anterior a nuestra Era,
específicamente hablando tenemos como ejemplo la UR de la que Abraham se exilió
en respuesta a la divinización de la casa de Nammu. Esta
demencia regresó de su tumba con la Dinastía de los Cesares. Fue abolida por la
Iglesia Católica, y preservada en el Cesaropapismo de Bizancio por la Iglesia
Ortodoxa, causa final de su ruina moral y física.
La sujeción de los
Reino Pos-Bárbaros a la Sede de San Pedro implicó
el reconocimiento de la Renovación de los Tronos bajo la Corona del Rey Dios
Jesucristo, en cuyo nombre administraban las naciones
cristianas. Lógicamente el Neo-Barbarismo
Alemán, genéticamente establecido en su mente genocida criminal, no
podía aceptar sobre su Corona ni a Dios ni a su Hijo. Acorde a
aquella teoría política del Neo-Barbarismo Alemán el rey Alemán era dios en la
Tierra y la Iglesia Católica… su concubina.
El regreso a las
edades precristianas no podía ser más dantesco y satánico; de aquí que Dios
levantase a Gregorio VII, y por la mano de su Siervo la excomunión de
semejante teoría cainita.
Más tarde esta teoría
fratricida regresó de la tumba y se sentó en los tronos protestantes. Desde la
Divinidad conferida a sus Siervos, Satán decretó Guerra a Muerte a la Iglesia
Católica, “la INFAME”, en palabras de los enemigos que la Ciencia le
engendraría su nuevo Ídolo, el Diablo.
Pero este es otro
episodio que merece su propio libro. Así que regresemos al reino del Israel
bíblico.
13
Parece más que
evidente que el Reino de David tuvo en su mano el Imperio. Egipto yacía de
rodillas, los Filisteos habían sucumbido, Siria y Fenicia rendían homenaje al
Héroe Divino. ¿Qué esperaba ese hijo de Adán para reclamar el trono de su padre
y extender sus fronteras a las Cuatro Regiones? ¿Acaso esperaba que Dios
tumbase su Ley: “NO cruzarás el Jordán”?
Nadie es perfecto, y
menos un rey, por muy David que fuese.
Contra toda
expectativa, David no Transgredió la Ley de su Dios. Su ejército era el más poderoso
del momento. El oro que su hijo Salomón acumuló se hizo legendario.
Oro y Guerreros, la combinación explosiva creadora de imperios. Una sola palaba
de Salomón y sus ejércitos se hubiesen desparramado por todo el
Oriente Próximo imponiendo su ley y religión. ¿Qué rey hubiese podido soportar
semejante presión “Imperial”?
Salomón, criado por
la Sabiduría de su padre David, podía hacerlo. Muerto el padre tal vez el hijo,
libre de su tutela, se dejase llevar por la ambición de gloria y poder
imperial. Sus ejércitos dominaban el Comercio entre Oriente y Occidente por las
dos rutas clásicas. ¿Qué rey de su época no hubiese elevado su trono a la
gloria del rey de reyes?
Otro hijo de Adán
que se mantuvo Fiel a la Ley: “No cruzarás el Jordán”.
Heredero de un tesoro
más mítico que el del rey Midas y el ejército más poderoso del momento, el hijo
de Salomón cayo en la tentación. “Mi dedo meñique es más gordo que el puño de
mi padre”. Y con la Tentación, vino la Caída.
El Reino de David y
Salomón cayó, como en su día los hijos de Adán, en el fratricidio. “Polvo eres
y al polvo volverás”.
Primero cayó Samaria
la Blanca en el polvo; al poco la siguió su hermana Jerusalén la Santa.
Una vez más la verdad
se hizo : “Dios dice, y así se hace”. En palabras del Evangelio: “La Palabra de
Dios es Dios”.
14
Mas la ruina que
Satán desplegaba contra el Género Humano, hundiendo a las naciones antiguas en
la Idolatría de los Sacrificios Humanos, la Tiranía de los Imperios y Reyes, el
Genocidio y la Guerra el pan de cada día, volvía a chocar una vez y otra contra
el Muro de la Ley Divina: “El hijo de Eva te apastará la cabeza”.
No había forma de
consumar la extinción absoluta y definitiva de la Descendencia de Adán, de
hundir en el polvo a la Casa de Abraham, de secar el rio de la vida de la
Sangre de David. Cuando ya parecía todo consumado apareció en Babilonia el
heredero de la Corona de Judá, Zorobabel.
Protegido por el
Imperio de Ciro el Persa, Zorobabel reedificó Jerusalén.
Ajeno a las Guerras
de los Persas y Helenos, Jerusalén siguió su curso. El Traspaso de la Vara de
Hierro del Imperio del Persa al Macedonio dejó a Jerusalén intacta.
Bajo el Imperio de
los Seleúcidas y los Ptolomeos los hijos de Abraham de la Tribu de Judá hicieron
pacíficamente suya la tierra de sus padres. La solución Final Antijudía de
Antíoco IV no solucionó nada. O sí. La provincia se convirtió en Reino.
Bajo la corona de los
Asmoneos el Segundo Reino de Jerusalén su hizo. Una vez más la
batalla de Satán contra la Casa de Adán cayó en vacío.
Verdad es también que
la sangre de Caín y Abel recorría esa Casa, y como era de esperar los hermanos
se enfrentaron a muerte arrastrando a la Guerra Civil al reino que sus padres
habían conquistado con tanto esfuerzo, sudor y sangre. Para la salvación de
Jerusalén había Dios levantado un poder en el mundo cuya fuerza
imperial vibraba bajo la máscara de la República. Roma
detuvo el penúltimo Fratricidio entre los hijos de Adán. ¡El Último estaba por
llegar!
El movimiento de
desplazamiento de los Asmoneos por la dinastía Herodiana unió el destino del
Tercer Reino de Israel al Imperio Romano. Era la Hora del Duelo a Muerte entre
el hijo del Hombre y aquel hijo de Dios que osó retar a Dios a cumplir su
Palabra.
La Victoria del
Campeón de Dios y Vengador del Hombre, Redentor del Género Humano y Salvador de
la Creación entera está escrita en los Evangelios, y descrita en la HISTORIA
DIVINA. En su Grito de Alegría, Juan, el Menor de los Discípulos, el Último de
los Apóstoles, dejó escrito su Canto :
El Verbo es Dios,
el Verbo se ha hecho
Nombre,
su Nombre es
JESUCRISTO.
Satán recibió su
merecido. Jue juzgado y condenado a Destierro Eterno. Los hijos de Dios y la
Casa entera de Yavé y Sión firmaron la Sentencia de Destierro del
Paraíso de Dios. ¿Qué harían los hijos de Dios de la Casa de Cristo
: Se compadecerían del enemigo del Género Humano y de la Creación de Dios o se
levantarían pidiendo su Destierro de la Tierra como había sido desterrado del
Cielo?
En vista de esto,
Dios decretó la Prisión por Mil años de Satán y su liberación por otros Mil
años en la Tierra. Y aquí recogemos la gran Cuestión: Mediante esa Liberación
¿qué esperaba Dios que su Casa viese?
C3
15
En este mundo nada es
lo que parece. Desde que contra natura y ley un hermano mató al otro en aras
de ser él el más fuerte, el único , obligando a Dios a ser él el
elegido, desde entonces la historia del mundo es la crónica de una guerra mundial
fratricida anunciada, con desenlace en la extinción de la Vida en la Tierra.
Los Milenios lo demuestran. La Línea de la Guerra por
todo el planea lo manifiesta. Los Siglos han sido una travesía por un mar de
sangre violenta perpetuamente convulsionado por los fuegos del infierno del
Odio, de la Ambición, de la Locura del “YO, YO, YO Y NADIE MÁS QUE YO”.
La Verdad Divina,
raíz de la Existencia del mismo Universo, fue enterrada en la
Ignorancia de Caín. Dios no habla como Hombre. Su Palabra no puede ser
interpretada por los hombres “con la RAZÓN SOLA”. Caín mató a su hermano Abel
precisamente por eso, porque se igualó a Dios. La Criatura, encerrada entre las
cuatro paredes de la prisión de su Ignorancia, quiso ponerse a la altura de la
Inteligencia de su Creador. Nadie puede elevarse a la Altura del
Pensamiento Divino si no es Su Espíritu el que desciende y hace del Hombre su
Morada. A esto lo llamamos REVELACIÓN. Razón por la que el Apóstol dice,
hablando en nombre de todos sus Hermanos en el Espíritu : “NOSOTROS TENEMOS EL
PENSAMIENTO DE CRISTO”, es decir, DE DIOS. Y no porque fuesen genios
superiores, cerebros privilegiados, sabios encumbrados únicos dignos de la
Razón Divina. Para nada. La OBRA de Dios, sobre la que ÉL dijo antes de
realizarla : “SI OS LA CONTARA, NO LA CREERIAIS”, tuvo por Actores
estelares no a sabios de cuna, no a genios
de fama reconocida y poderosos varones de gloria establecida. Para
Nada. Pescadores fueron sus elegidos. Hombres sin cultura de Filosofía y
Ciencias; mentes silvestres incultivadas en las leyes del
Pensamiento. Doce varones sin gloria ni fama en el mundo de las letras
y las ciencias fueron elevados al PENSAMIENTO DIVINO
mientras sabios y genios seguían chapoteando en el mar de tinieblas
y sangre entre cuyas corrientes las civilizaciones y las naciones desaparecían
y seguirían desapareciendo.
De todos los
historiadores y pensadores hábiles, y libres de prejuicios, es reconocido que
el Advenimiento del Reino de Dios fue precedido de una Obra de Formación de la
Inteligencia del Hombre en los Fundamentos del Pensamiento.
Que, recogidos por el Cristianismo, y puestos al servicio de su
Civilización, dio origen al Pensamiento Lógico de una Teología
Filosofía sobre cuyas bases posteriormente surgió el Árbol de las Ciencias.
Y sin embargo el
Hecho permanece.
Lo demuestra la
conducta de la Edad Moderna. No por tener más conocimiento y dominar más
ciencias puede la Criatura ponerse a la Altura de su Creador. El Siglo XX es la
prueba irrefutable de esta realidad.
Los sabios se transformaron
en demonios susurrando al oído de las naciones “MUERTE; MUERTE,
MUERTE”.
Y la MUERTE campeó
todopoderosa por todo el Mundo arrastrando a todas las naciones al
Fratricidio Universal. Esto es lo que fue el Siglo XX , el Caso Caín y Abel
elevado a las cuatro esquinas de la Tierra.
La diferencia
de Conocimiento los Milenios antes del Diluvio y el del Siglo XX no
es necesario recalcarla. Con todo, el hombre seguía siendo la misma bestia, con
diferente vestido, con diferente arma de muerte en las manos, pero la misma
bestia fratricida. El Fruto del Árbol de las Ciencias no hizo mejor al hombre,
simplemente hijo mejor, más poderosa y extensiva la Quijada de Asno
con la que matar a sus hermanos.
El Siglo XVI fue a
Europa lo que el Siglo XX al Mundo. Pero no adelantemos acontecimientos.
16
Dios dice, y así se
hace. ¿Puede ser de otra forma? Esa Persona Divina que tiene en una Mano
el Todopoder que procede de su Fuerza
Divina, y en la otra Mano la Omnipotencia que viene de la Omnisciencia
Infinita, con cuyos Brazos redujo a Polvo un Cosmos y trajo a Luz
uno nuevo, ¿puede ser resistida esa Persona cuando avanza? ¿Quién puede
penetrar Su Pensamiento? Si el Hijo de sus Entrañas Increadas no pudo, entrando
en la Tierra como Guerrero Invencible que venía a declararse rey y crear
Imperio, ¡cómo hubiera podido hacerlo hombre alguno!
“Hagamos al Hombre a
nuestra Imagen y a nuestra Semejanza” dijo Dios. Ergo, hijo de Dios.
Esta Obra Universal
no se consumó. El Reino de Adán no había extendido sus fronteras a todas las
Regiones de la Tierra. Satán, hijo de Dios, no de nuestro mundo, se
alzó contra esta Consumación. La Integración del Reino del Hombre en el Imperio
del Hijo de Dios consumaría la Revolución Cósmica que Dios inauguró al Abrir la
Creación a todos sus hijos. El Hombre había sido engendrado en la Mente Divina
para ser la Encarnación de su Alma entre los Pueblos de Su Creación,
su Pensamiento Vivo, la Expresión de su Amor de Padre sin Fronteras, hermanando
en su Verdad, encarnación de la Verdad Divina, a todos los Pueblos del Reino de
Dios.
A los ojos de
Satán esto equivalía a entregar el Poder al Hombre. Cierto, los Príncipes
gobernarían sus reinos en el seno del Imperio del Hijo de Dios, pero el Alma de
todos los Pueblos, impenetrada por el Pensamiento del Hombre, Encarnación Viva
del Pensamiento del Creador sobre su Creación y concepción de Su Reino, estaría
unida al Pensamiento del Hombre. En definitiva, Dios entregaba la Obediencia
debida al Poder de los Príncipes al Hombre, y esta Obediencia sujeta al trono
del Hijo de Dios, Cabeza Intelectual del Hombre, el Corazón desde el que el
Pulso del suyo cobra vida.
O sea, que, según
Satán y los suyos, Dios no solo no aceptó la transformación progresiva de la
Casa de sus hijos en un Olimpo de dioses blindados contra la
Justicia, sino que además impenetraba el Pensamiento de todos los Mundos con su
Sabiduría, a la que le daba un Cuerpo de Hombre.
Antes el Destierro
bajo la Ley de la Muerte que vivir por la Eternidad bajo la Paz de la Sabiduría.
Y la Rebelión se hizo. Su consecuencia fue la Caída del Reino de Adán.
Un contratiempo en el
Orden de la Formación del Género Humano a la Imagen y Semejanza de los Mundos
ya existentes. Un contratiempo, pero nunca una Abolición, o Abrogación, de la
Voluntad del Creador de nuestro Universo. Lo que ya estaba en marcha debía ser
conducido a su meta. El Principio se dirige a su Fin. Y nada ni
nadie puede impedir que Dios alcance ese Fin.
Pensar que habiendo
hablado Dios pueda ser detenida la Acción es negar su Verbo. Creer
que Dios puede ser obligado a detener su Movimiento es caer en la demencia
absoluta. ¿Quién es quién para ponerse delante del Creador del Nuevo Cosmos,
Señor de Galaxias sin número, a quien las infinitas estrellas que llenan el
Universo de universos le pertenece? ¿Puede el Amor de Padre ser
usado contra Dios? ¿Qué locura es esta? ¿Quién es el siervo para alzarse contra
su Señor e imponerle su malignidad usando su Palabra como arma de doble filo?
Somos Polvo de
estrellas animados de Eternidad por Amor del Creador a la Vida. Pero no sólo
nosotros. Desde el Miembro más elevado de la Casa de Dios al más pequeño entre
los Ciudadanos de su Reino, todos somos polvo de estrellas; un viento y el
Polvo regresa al Polvo.
¿Qué Fuerza
impenetró el pensamiento de Satán para creerse que era
algo más que Polvo? ¿Qué Fuerza demenció su
mente hasta el punto de hacerle creer que una Criatura, un trozo de
barro animado de vida por Dios, puede retar al Creador del Cosmos?
Dios tenía Necesidad
de que el Hijo de sus Entrañas Increadas, sin cuyo Vida la Suya está vacía,
viera con sus ojos esa Fuerza. Su Hijo Amado tenía que ver con sus ojos a la
MUERTE. Y la única forma de abrirle los ojos era enfrentándole a la
MUERTE. Su Hijo tenía que ver desde dentro la Rebelión de quien fuera su
hermano, Satán, y descubrir la Verdadera Naturaleza de la Fuerza
actuando en la Casa de Dios desde el Principio de la Creación.
La Muerte no
es un proceso de disolución de la Materia. La MUERTE es una Fuerza
Increada, natural al Cosmos Antiguo; la MUERTE y la VIDA fueron las dos caras
de una misma Realidad. Elevando la Vida a su Naturaleza Divina, Dios partió
aquella Realidad, pero la Muerte seguía existiendo. Fuerza Increada,
no puede ser Destruida; debe ser Desterrada de la Creación mediante la
Impenetración del Espíritu Santo en el Árbol de la Vida.
El Hijo de Dios,
hecho Hombre, comprendió, vio y se hizo una sola cosa con su Padre.
Pero los hombres no
lo entendieron. Y quienes fueron impenetrados por el Pensamiento de Cristo recibieron
la Ley de Guardar Silencio. Pues hay realidades que solo se comprenden mediante
la experiencia viva, hechos reales que las palabras no pueden definir,
realidades que únicamente mediante el argumento de los hechos se hace visible a
los ojos de la Inteligencia.
C4
17
La negación de la
teología de todas las iglesias sobre la Realidad del Milenarismo procede de la
necesidad de autoexculparse de sus
crímenes. No se trata exclusivamente de los teólogos católicos,
lavando los crímenes cometidos por Papas y Cardenales, leyendas horribilis que llenaron algunos siglos de la
visión infernal de todo lo contrario que es la Iglesia, y arrojaron contra el
Rostro de Cristo todo tipo de inmundicias.
Conste
que todos los hijos de Dios sabemos diferenciar entre los
siervos del Señor y el Cuerpo Místico de su Esposa. Dicho lo cual,
la teoría anticristiana, herética, de aquellos teólogos que convinieron en
santificar el crimen en razón del hábito, se enfrentarán al Señor en Juicio Eterno,
ambos, el teólogo y el habitante del hábito, sea obispo de Roma
o patriarca de Moscú, etcétera. Todo siervo está sujeto a
la Ley de su Oficio, y caso de ser usado el Oficio por blindaje para sus
crímenes, su escuela es la de Satán, quien usó su condición de hijo
de Dios para entregarse AL CRIMEN. El efecto lo conocemos: “Destierro
por la Eternidad de los límites de la Creación”, y si al alguno le parece dura
la Sentencia es libre para consolarle acompañándole al Infierno.
La Negación del
Milenarismo, pues, Niega la Revelación del Hijo de Dios, quien desde su Gloria
Todopoderosa le descubrió a su Esposa la Sentencia sellada contra el Enemigo de
Dios y de su Creación: Prisión por Mil años, liberación por otros
Mil en la Tierra, y, finalmente, Ejecución de la Sentencia. Que este Día Final
ya ha llegado está escrito en la HISTORIA DIVINA; donde se lee :
Este es el Decreto
del Señor Dios: “Que no sea hallado para el Diablo lugar en la Tierra”.
Como en el Cielo, así
en la Tierra. Amén.
Como iba diciendo, la
negación le era necesaria a todas las iglesias para no emparentar sus delitos
con ese Satán. Y sin embargo Dios y su Hijo anunciaron la Siembra Maligna de la
División de las iglesias en la Parábola correspondiente, antes de que se
produjese. Y revelando la Sentencia contra Satán de Prisión por Mil años y su
Liberación en la Tierra finalizado el primer Milenio de nuestra Era, con este
Anuncio el Señor le comunicaba a todos sus Siervos cuándo su Enemigo comenzaría
esa Siembra de Cizaña Maligna.
Los Acontecimientos
son claros. En el 1054 se produce el Cisma de Oriente.
Apenas superado este
Cisma la corrupción en las iglesias se hizo endémica.
Se sucede el Cisma de
Occidente.
Se salda en falso, e
inmediatamente la División Fratricida Europea de las Guerras de
Religión sumerge al mundo europeo en un monstruoso diluvio de sangre.
Satán liberado era el
“Dios Oculto” sembrando la Cizaña de la División de las iglesias, la puerta abierta
que le permitiría conducir a las naciones al campo de las guerras mundiales.
El Plan Satánico se
había cocido durante un Milenio entre rejas. El Odio a muerte contra la Esposa
de su Enemigo era puro fuego en sus venas.
Se entiende, pues,
que todas las iglesias, aunque anegadas en ese Odio, coincidiesen en
desconectar sus guerras odiosas con ese Odio del Sembrador Maligno que Apenas
Liberado comenzó su Obra.
La Iglesia Ortodoxa
no quería conectar a su adorado Miguel Cerulario con
su verdadero Señor, el Diablo.
Los Papas y sus
Cardenales de las edades anteriores y posteriores a la llamada “Cautividad
Babilónica de la Iglesia” tampoco querían que sus crímenes y sus abominables
pasiones fuesen conectados con el Enemigo del Esposo y Señor de la Iglesia
Católica.
Los Reformadores
tampoco querían conectar a sus ídolos, Lutero, Calvino, Enrique VIII, y socios,
con el Diablo, su “Dios Oculto.
Ergo, todos
convinieron que JESUCRISTO fue un MENTIROSO , que su REVELACIÓN fue
una Mentira, que jamás hubo Siembra Maligna ni Liberación del Diablo.
Ergo: que el
Apocalipsis fue un libro humano, integrado en la Biblia exclusivamente porque
llevaba el nombre de San Juan.
Ahora bien, esa
Negación del Apocalipsis y de la Siembra Maligna procede de ese Satán.
Pero como todo tiene
una causa psicológica, veamos cuál fuera la que hizo de motor de
esta Negación de la Divinidad del Señor Jesús.
18
Acontecimientos en
marcha una vez impenetrados de la energía autónoma necesaria permanecen en la
dirección determinada. El Imperio Romano, como todos los imperios que le
sucedieron y le sucederían, tenía los días contados cuando el Hijo de
Dios cogió la línea del Tiempo de la Historia de la Tierra y la
dirigió hacia nosotros, su Descendencia en el Espíritu.
Dios camina sobre la
Eternidad, sus ojos y su mente cubren Milenios. Penetrar en la Mente
de Jesucristo y moverse como hombre en su Seno es negar su Naturaleza Divina.
El ser humano únicamente puede relacionarse con la Mente de su Creador vaciando
todo su pensamiento, desnudándose delante de su Creador.
El SER que se Encarnó
en la VIRGEN era el HIJO DE DIOS. Su Naturaleza era la de su PADRE. Su
Pensamiento miraba a los Milenios. Pero ÉL mismo tuvo que vaciar su
Pensamiento delante de YAVÉ Dios, quedarse desnudo ante la Omnisciencia del
Creador del Cosmos, su Dios y Padre. De la Mano de su Padre vio el Futuro del
Género, cogió la Historia en su Puño y dirigió su Camino hacia nosotros.
Cualquier ora forma
de acercarse a Dios es suicidio.
La Parábola de la
Cizaña Maligna de la División de las iglesias, y la Revelación
Apocalíptica en la mesa no quedaba más que prepararse para al llegar
el Año MIL de nuestra Era estar vestido, de pie y alerta. Y sin embargo, los
obispos estaban todos dormidos. Abrieron los ojos, vieron la División entre el
Catolicismo Ortodoxo y el Catolicismo Romano y se volvieron a echar a dormir.
La Palabra de su Señor no les decía nada.
¡Lógico!
No tan lógico. Pero
lógico.
La cizaña de la
división interna entre los cristianos comenzó desde el primer momento en que se
fue el Señor. Desde Simón el Mago hasta Ario la larga lista de desviaciones
de la verdadera doctrina reclamando para sí ser “la verdadera
doctrina”… había llenado páginas de la historia de la Iglesia y del
Cristianismo.
Los Tres Siglos de
Persecución incesante contra la Iglesia y los Cristianos no le habían permitido
a la Inteligencia sino desarrollarse sobre la línea de la Dialéctica
Apologética. No había espacio ni tiempo para una Metafísica de la Historia
Universal. La paz entre las persecuciones era un descanso sobre olas. Nunca se
sabía cuándo los vientos agitarían el mar anticristiano y la tormenta volvería
a estrellar la ola contra las rocas.
No olvidemos también
que la Biblia tal como la conocemos era un tesoro en posesión de muy pocas
personas. No existía la Imprenta. Y para cuando la Revelación
Apocalíptica llegó a las iglesias la mente ya se había instalado en la
presencia del Diablo como motor de las Persecuciones y de las
Herejías.
La Lectura de la
Biblia, que a nosotros nos parece hoy nuestro pan de cada día, es un Herencia
de aquellos Siglos de Batalla contra la Muerte. De no haber vencido las
iglesias de aquéllos Tres Siglos su Batalla por la Supervivencia del
cristianismo ninguno de nosotros estaría aquí. Y sin embargo la sola idea del
Fracaso era una Negación de la Divinidad del Señor de la Iglesia Católica
Romana. La Victoria llegaría.
La Victoria llegó. Y
fue sellada en el Concilio de Nicea del 325.
En fin la Historia de
la Iglesia y del Cristianismo durante aquellos Tres Siglos está escrita, y sus
pormenores descritos. Así que no importaré a este
capítulo una línea de sucesos abierta a todos y de conocimiento general. Aquí
de lo que se trata es de establecer la Naturaleza de la Psicología de los
hombres alrededor del “Concilio de la Victoria”.
Todos esos hombres veían
al Hijo de Dios. Y sellaron la Visión proclamándole de la misma Naturaleza de
su Padre Eterno:
“Dios Verdadero de
Dios Verdadero,
Luz de Luz,
engendrado por Obra y
Gracia del Espíritu Santo de la Naturaleza Increada del Padre, no creado…”.
Pero… la dureza de la
Batalla y la Alegría de la Victoria contra el Diablo, “que rondaba como león
hambriento” en palabras de los Apóstoles, cerró los ojos a la Necesidad que el
Hombre tenía de ver a su Verdadero Enemigo, ese “último enemigo” : LA MUERTE.
La MUERTE fue la
madre de Satán. La MUERTE crió a Satán con
la Leche de su INFIERNO hasta transformarlo en el DIABLO. Pero una
vez liberada la Tierra del Príncipe de las Tinieblas, la MUERTE
seguía arrastrando al Mundo a su Destrucción.
Sentado el Hijo de
Dios en su Trono, “hasta que Dios pusiese sus enemigos a sus pies” y encadenado
en Prisión el Diablo “por Mil Años”, la Fuerza desencadenada de los Siglos
seguía su curso ciclónico acorde a la naturaleza de la MUERTE “que entró en la
Tierra por la puerta del Pecado del Primer Hombre”. Instalados todas las
naciones en el Pecado la MUERTE era el Motor de todos los acontecimientos
desarrollándose en la Historia Universal.
Fuerza Increada, una
vez que entra en un Mundo, hace lo que le es natural: conducir al Polvo toda
vida.
En el Edén Dios no
condenó al Hombre a su Extinción. Le comunicó lo que le sucede a todo Mundo que
le abre la Puerta a la MUERTE.
Dios había visto en
el Cosmos ese proceso infinitas veces. La Vida y la Muerte se sucedían con la
naturalidad que las galaxias y las estrellas surgen y desaparecen. Precisamente
este Movimiento es el que ÉL había Revolucionado con su CREACIÓN. Al tener la
VIDA su Origen en Dios aquel Movimiento Increado cesó.
Revestida de la
Naturaleza de su CREADOR, la Vida abandona el Camino de la MUERTE
para moverse en el de la VIDA eterna.
Pero Dios no es un
cualquiera. “YO SOY EL QUE SOY”.
El Amor de Dios por
su Creación, por la VIDA Creada, es tan fuerte como su ODIO por la Ciencia del
bien y del Mal; el fruto de esta Ciencia, la GUERRA, le es una Abominación
insoportable. Su raíz es la MUERTE. Y habiendo revolucionado Dios el Cosmos
Increado a fin de elevar la VIDA a su Naturaleza, la sola Idea de abrirle
espacio en su Creación a ese Árbol le es Imposible de aceptar.
Obligar a Dios, por
Amor a sus hijos, a aceptar esa Integración del Infierno de la Guerra de los
dioses en su paraíso fue la Raíz de la Rebelión de esa parte de los hijos de
Dios, liderados por Satán, que le abrieron la Puerta de la Tierra a la MUERTE.
De no haber sido
tentado, el Hombre jamás hubiera transgredido, y no pecando, es decir, no
pisando la LEY, la MUERTE no hubiese encontrado en la Tierra campo
para cultivar su Cizaña Maldita.
La Necesidad que Dios
tuvo de abrirle los ojos a su Hijo, el Hijo de sus Entrañas Increadas,
JESUCRISTO, a la Existencia de esta Fuerza Increada, la MUERTE, se extendió a
toda su Creación. Ahora es el Ser Humano quien debe abrir los ojos y ver a su
Último Enemigo: la MUERTE.
Porque si el DECRETO
DE DIOS ES FIRME : “Que no sea hallado lugar en la Tierra para el Diablo”,
mientras permanezca el Pecado en el Hombre permanecerá la MUERTE arrastrando a
la Vida en la Tierra al Polvo.
Hubo Prisión, hubo
Liberación, y consumados los Dos Mil años, decretada la Liberación
de la Tierra y expulsión del Diablo de la creación, nos enfrentamos al ÚLTIMO
ENEMIGO : LA MUERTE.
Batalla
ya predicha por el Espíritu Santo en los Apóstoles, hacia cuyo Campo
ha sido dirigida toda la Historia del cristianismo y de la Plenitud de las Naciones,
Campo de Batalla Final en el que los hijos de Dios nos hallamos en la primera
línea de fuego, la Confianza puesta en la Victoria Final, porque Nuestro Rey es
“DIOS CON NOSOTROS”
SEGUNDA PARTE