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EL
LIBRO DEL ECLESIASTICO
PRIMERA
PARTE
NATURALEZA
Y PRECEPTOS DE LA SABIDURÍA
SEGUNDA
PARTE
LA
SABIDURÍA EN LA NATURALEZA Y EN LA HISTORIA DE ISRAEL
Prólogo
del traductor griego |
...Grandes
y ricos tesoros de instrucción y sabiduría nos han sido transmitidos
en la Ley, en los Profetas y en los otros libros que les siguieron,
por los cuales merece Israel grandes alabanzas. Pues no solamente
los que pueden leerlos en la lengua original vendrán a ser
doctos; pero aun los extraños, deseosos de aprender, saldrán
aprovechados para hablar o escribir.
...Mi abuelo Jesús, habiéndose
dado mucho a la lección de la Ley, de los Profetas y de los
otros libros patrios, y habiendo adquirido en ellos gran competencia,
se propuso escribir alguna cosa de instrucción y doctrina
para quienes desearan aprenderla y, siguiéndola, aprovechar
mucho más, llevando una vida ajustada a la Ley. Os exhorto,
pues, a leer esto con benevolencia y aplicación y a tener
indulgencia por aquello en que, a pesar del esfuerzo puesto
en la traducción, no hemos logrado dar la debida expresión
a las palabras, pues las cosas dichas en hebreo no tienen
la misma fuerza cuando se traducen a otra lengua.
...No sólo este libro, sino aun
la misma Ley y los Profetas y los restantes libros traducidos,
difieren no poco comparados con el original.
...Llegado a Egipto el año treinta
y ocho del reinado de Evergetes, y habiendo permanecido allí
mucho tiempo, hallé una diferencia no pequeña en la doctrina.
Y así juzgué necesario poner alguna diligencia y trabajo en
traducir este libro. En este intervalo de tiempo trabajé y
velé mucho y puse toda mi suficiencia en llevar a buen término
la traducción del libro, para utilidad de los que en el destierro
quieren aprender y estén dispuestos a ajustar a la Ley sus
costumbres. |
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PRIMERA
PARTE |
NATURALEZA
Y PRECEPTOS DE LA SABIDURÍA |
Capítulo
1 |
Elogio
de la Sabiduría |
|
|
1 |
Toda
sabiduría viene del Señor, y con Él está siempre. |
2 |
Las
arenas del mar, las gotas de la lluvia y los días del pasado,
¿quién podrá contarlos? |
3 |
La
altura de los cielos, la anchura de la tierra, la profundidad
del abismo y la sabiduría, ¿quién podrá explorarlos? |
4 |
Antes
de todo fue creada la sabiduría, y la luz de la inteligencia
existe desde la eternidad. |
5 |
La
fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas,
y sus caminos, los mandatos eternos. |
6 |
¿A
quién fue dada a conocer la raíz de la sabiduría y quién conoció
sus artificios? |
7 |
¿A
quién le fue manifestada la ciencia de la sabiduría y quién
entendió sus planes? |
8 |
Sólo
uno es el sabio y el grandemente terrible, que se sienta sobre
su trono. |
9 |
Es
el Señor quien la creó y la vio y la distribuyó. |
10 |
La derramó sobre todas sus obras y sobre toda carne, según
la medida de su liberalidad, y la otorgó a los que le aman. |
|
|
|
El
temor de Dios, principio de la sabiduría |
|
|
11 |
El
temor del Señor es gloria y honor, prudencia y corona de gozo. |
12 |
El
temor del Señor regocija el corazón, da prudencia, alegría
y longevidad. |
13 |
Al
que teme al Señor le irá bien en sus postrimerías, y el día
de su fin hallará gracia. |
14 |
El
amor del Señor es gloriosa sabiduría; a quienes se presenta
les da parte en ella para su contemplación. |
15 |
El
principio de la sabiduría es temer a Dios, y se les comunica
a los fieles en el seno materno. |
16 |
Y
entre los hombres puso fundamento eterno, y será confiada
a la progenie de ellos |
17 |
La
plenitud de la sabiduría es temer al Señor; embriaga con sus
frutos a quien la tiene |
18 |
Llena
sus casas de bienes, y de sus frutos hinche sus graneros. |
19 |
El
temor del Señor es la corona de la sabiduría y hace florecer
la paz y la salud. |
20 |
La
una y la otra son don de Dios y el Señor las ve y las distribuye. |
21 |
Como
lluvia derrama El la ciencia, el conocimiento y la inteligencia,
y levanta la gloria de los que la poseen. |
22 |
La
raíz de la sabiduría es temer al Señor; y sus ramas, la longevidad. |
23 |
El
temor del Señor aleja los pecados, y quien no teme no podrá
justificarse. |
24 |
El
violento arrebato no tiene disculpa, la cólera furiosa lleva
a la ruina. |
25 |
El
hombre magnánimo espera su tiempo, pero al fin se le reparte
alegría. |
26 |
Retiene
la palabra hasta que llega su tiempo, y los labios de los
fieles celebran su prudencia. |
27 |
En
los tesoros de la sabiduría hay sabias sentencias, pero la
piedad para con Dios es execrable al pecador. |
28 |
¿Deseas
la sabiduría? Guarda los mandamientos y el Señor te la otorgará, |
29 |
pues
la sabiduría y la disciplina son el temor de Dios; y su complacencia,
la fe y la mansedumbre. |
30 |
No
seas rebelde al temor de Dios, y no te llegues a El con corazón
doble. |
31 |
No
seas hipócrita delante de los hombres y pon atención a tus
labios. |
32 |
No
te engrías, pues caerás y echarás sobre ti la infamia; |
33 |
y
el Señor descubrirá tus secretos y te derribará en medio de
la asamblea |
34 |
por
no haberte dado al temor del Señor y estar tu corazón lleno
de engaño. |
|
|
Capítulo
2 |
Perseverancia
en medio de la tentación |
|
|
1 |
Hijo
mío, si te das al servicio de Dios, prepara tu ánimo a la
tentación. |
2 |
Ten
recto corazón y muéstrate firme, y no te dejes arrastrar al
tiempo de la adversidad. |
3 |
Adhiérete
a El y no te separes, para que tengas buen éxito en tus postrimerías. |
4 |
Recibe
todo lo que te sobrevenga, y ten buen ánimo en las vicisitudes
de tu humillación. |
5 |
Pues
el oro se prueba en el fuego, y los hombres gratos a Dios,
en el crisol de la humillación. |
6 |
Confíate a El y te acogerá, endereza tus caminos y espera
en El. |
|
|
|
Confianza
en el Señor |
|
|
7 |
Los
que teméis al Señor esperad en su misericordia y no os descarriéis,
pues vendríais a caer. |
8 |
Los
que teméis al Señor confiad en El y no quedaréis defraudados
de vuestra recompensa. |
9 |
Los
que teméis al Señor esperad la dicha, el gozo eterno y la
misericordia. |
10 |
Considerad
las generaciones antiguas y ved: ¿Quién confió en el Señor
que fuese confundido, |
11 |
o
quién perseveró en su temor y fue abandonado, o quién le invocó
y se sintió defraudado? |
12 |
Porque
piadoso y compasivo es el Señor, perdona los pecados y salva
en el tiempo de la tribulación. |
|
|
|
¡Ay
de los cobardes! |
|
|
13 |
¡Ay
de los corazones tímidos y de las manos flojas, y del pecador
que va por doble camino! |
14 |
¡Ay
del corazón cobarde! Porque no tiene fe, por eso no hallará
defensa. |
15 |
¡Ay
de vosotros los impacientes! |
16 |
Pues
¿qué haréis cuando el Señor os visite? |
17 |
Los
que temen al Señor no desconfiéis de sus palabras; los que
le amáis, seguid sus caminos. |
18 |
Los
que teméis al Señor procuran agradarle; los que le amáis,
complaceos en su Ley. |
19 |
Los
que teméis al Señor tienen preparad el corazón y humillaos
ante El. |
20 |
Caigamos
en las manos del Señor y no en las manos de los hombres; |
21 |
pues
cuanta es su grandeza, tanta es su misericordia. |
|
|
Capítulo
3 |
Deberes
para con los padres |
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|
1 |
Escuchad,
hijos míos, que soy vuestro padre, |
2 |
y
obrad de modo que alcancéis la salud. |
3 |
Pues
Dios honra al padre en los hijos y confirma en ellos el juicio
de la madre. |
4 |
El
que honra al padre expía sus pecados. |
5 |
Y
como el que atesora es el que honra a su madre. |
6 |
El
que honra a su padre se regocijará en sus hijos y será escuchado
en el día de su oración. |
7 |
El
que honra a su padre tendrá larga vida. Y el que obedece al
Señor es consuelo de su madre. |
8 |
El
que teme al Señor honra a su padre y sirve como a señores
a los que le engendraron. |
9 |
De
obra y de palabra honra a tu padre, |
10 |
para
que venga sobre ti su bendición; |
11 |
porque
bendición de padre afianza la casa del hijo, y maldición de
madre la destruye desde sus cimientos. |
12 |
No
te gloríes con la deshonra de tu padre, que no es gloria tuya
su deshonra; |
13 |
porque
la gloria del hombre procede de la honra de su padre, y es
infamia de los hijos la madre deshonrada. |
14 |
Hijo,
acoge a tu padre en su ancianidad y no le des pesares en su
vida. |
15 |
Si
llega a perder la razón, muéstrate con él indulgente y no
le afrentes porque estés tú en la plenitud de tu fuerza; que
la piedad con el padre no será echada en olvido. |
16 |
Y
en vez del castigo por los pecados tendrás prosperidad. |
17 |
En
el día de la tribulación, el Señor se acordará de tí, y como
se derrite el hielo en día templado, así se derretirán tus
pecados. |
18 |
Como un blasfemo es quien abandona a su padre, y será maldito
del Señor quien irrita a su madre. |
|
|
|
Modestia
y misericordia |
|
|
19 |
Hijo
mío, pórtate con modestia, y serás amado más que el dadivoso. |
20 |
Cuanto
más grande seas, humíllate más, y hallarás gracia ante el
Señor; |
21 |
porque
grande es el poder del Señor, y es glorificado en los humildes. |
22 |
Lo
que está sobre tí no lo busques y lo que está sobre tus fuerzas
no lo procures. |
23 |
Ejerce
tu espíritu en lo que te ha sido asignado, pues no necesitas
de las cosas ocultas. |
24 |
No
te obstines en hacer lo que no puedes, |
25 |
pues mucho es ya lo que ante tí está que podrás entender. |
26 |
A
muchos extravió su temeridad, y la presunción pervirtió su
pensamiento. |
27 |
El
que ama el peligro caerá en él, y el corazón duro parará al
fin en la desgracia. |
28 |
El
corazón duro se verá aplanado, y el obstinado añadirá pecados
a pecados. |
29 |
La
desgracia del soberbio no tiene remedio, porque arraigó en
él la maldad. |
30 |
El
corazón del discreto medita sentencias y un oído que escucha
es el deseo del sabio. |
31 |
El
agua apaga la ardiente llama, y la limosna expía los pecados. |
32 |
El
que agradece los beneficios se prepara otros nuevos y en el
día de la caída hallará apoyo. |
|
|
Capítulo
4 |
Deberes
para con los pobres |
|
|
1 |
Hijo
mío, no rehúses el sostén del pobre ni hagas languidecer los
ojos necesitados. |
2 |
No
causes tristeza al alma hambrienta ni exasperes al hombre
en su indigencia. |
3 |
No
irrites al corazón ya irritado y no difieras socorrer al menesteroso. |
4 |
No
desdeñes al suplicante atribulado y no vuelvas el rostro al
pobre. |
5 |
No
apartes los ojos del necesitado y no des al hombre ocasión
de maldecirte: |
6 |
pues
si te maldice en la amargura de su alma, su Hacedor escuchará
su oración. |
7 |
Muéstrate
afable con la congregación y humilla tu cabeza al potentado. |
8 |
Inclina
al pobre tu oído y con mansedumbre respóndele palabras amables. |
9 |
Arranca
al oprimido del poder de su opresor y no te acobardes al hacer
justicia. |
10 |
Muéstrate
padre para los huérfanos, cual marido para la madre de éstos. |
11 |
Y
serás como hijo del Altísimo y te amará más que tu madre. |
|
|
|
Las
ventajas de la Sabiduría |
|
|
12 |
La
sabiduría exalta a sus hijos y acoge a los que la buscan. |
13 |
El
que la ama, ama la vida, y los que madrugan para salir a su
encuentro, serán llenos de alegría. |
14 |
El
que la abraza heredará la gloria, y por donde vaya le bendecirá
el Señor. |
15 |
Los
que la sirven, sirven al Santo, y el Señor ama a los que la
aman. |
16 |
El
que la escucha juzgará a las naciones, y el que se allega
a ella habitará confiado. |
17 |
Si
te confías a ella, la tendrás por heredad, y tus descendientes
la poseerán; |
18 |
pues
caminará con él de través y estará con él entre los primeros |
19 |
Traerá
sobre él el miedo y el temor, en su infancia le azotará hasta
que se le confíe y le pruebe en sus preceptos. |
20 |
Pero
de nuevo se volverá a él y le alegrará. |
21 |
Y
le revelará sus secretos. |
22 |
Mas si se extraviase, le abandonará y le entregará a la ruina. |
|
|
|
La
buena y la mala confusión |
|
|
23 |
Espera
tu tiempo y guárdate del mal. |
24 |
Y
no tendrás que avergonzarte de tí mismo. |
25 |
Pues
hay una vergüenza que eleva al pecado y una vergüenza que
es gloria y gracia. |
26 |
No
tengas respetos que sean en perjuicio de tu alma. |
27 |
Y
no te avergüences en perjuicio tuyo. |
28 |
No
retengas la palabra salvadora y no ocultes tu sabiduría; |
29 |
pues
en el hablar se da a conocer la sabiduría, y la doctrina en
las palabras de la lengua. |
30 |
No
contradigas a la verdad, pero avergüénzate en tu falta de
instrucción. |
31 |
No
te avergüences de confesar tus pecados, y no nades contra
la corriente. |
32 |
No
te sometas al hombre necio y no tengas acepción por la persona
del poderoso. |
33 |
Lucha
por la verdad hasta la muerte, y el Señor Dios combatirá por
tí. |
34 |
No
seas áspero en tu lengua ni remiso ni perezoso en tus obras. |
35 |
No
seas como león en tu casa ni te muestres caprichoso con tus
servidores. |
36 |
No
sea tu mano abierta para recibir ni cerrada para dar. |
|
|
Capítulo
5 |
La
falsa seguridad |
|
|
1 |
No
te apoyes sobre las riquezas y no digas: “Me basto a mí mismo.” |
2 |
No
te apoyes en tí mismo y en tu fuerza para vivir según los
deseos de tu corazón. |
3 |
No
digas: “¿Quién me dominará?”. Porque sin duda te castigará
el Señor. |
4 |
No
digas: “He pecado, ¿y qué me ha sucedido?”. Porque el Señor
es paciente. |
5 |
Aun
del pecado expiado no vivas sin temor, y no añadas pecados
a pecados. |
6 |
Y
no digas: “Grande es su misericordia; El perdonará mis muchos
pecados.” |
7 |
Porque
en El hay misericordia y cólera y sobre los pecadores desahogará
su furor. |
8 |
No
difieras convertirte al Señor y no lo dejes de un día para
otro; |
9 |
porque
de repente se desfoga su ira, y en el día de la venganza perecerás. |
10 |
No te apoyes en las riquezas mal adquiridas, porque nada te
aprovecharán en el día de la ira. |
|
|
|
Moderación
de la lengua |
|
|
11 |
No
te dejes llevar de todo viento y no camines por una senda
cualquiera, que así es como obra el pecador de doble corazón. |
12 |
Sé
firme en tus juicios y no tengas más que una palabra. |
13 |
Sé
pronto para oír y lento para responder. |
14 |
Si
tienes que responder, responde; si no, pon la mano a la boca. |
15 |
En
el hablar está la gloria o la deshonra, y la lengua del hombre
es su ruina. |
16 |
Que nadie te llame chismoso y no tiendas lazos con tu lengua, |
17 |
porque
sobre el ladrón vendrá la confusión, y la condenación sobre
el de corazón doble. |
18 |
No ofendas a nadie ni en mucho ni en poco. |
|
|
Capítulo
6 |
|
|
1 |
Y
no te hagas enemigo para con el amigo, porque mala fama trae
como herencia vergüenza y oprobio; tal es lo que le espera
al pecador de doble lengua. |
|
|
|
El
orgullo |
|
|
2 |
No
te engrías en en el consejo de tu alma, no sea que te destroce
como toro. |
3 |
Si
devores las hojas para echar a perder tus frutos, pues te
quedarás como leño seco. |
4 |
El
alma perversa se pierde a sí misma y será el ludibrio de sus
enemigos. |
5 |
La
palabra suave multiplica los amigos, la lengua bien hablada
es rica en afabilidad. |
|
|
|
Los
amigos |
|
|
6 |
Si
tuvieres muchos amigos, uno entre mil sea tu consejero. |
7 |
Si
tienes un amigo, pónle a prueba y no te confíes a él tan fácilmente; |
8 |
porque
hay amigos de ocasión, que no son fieles en el día de la tribulación. |
9 |
Hay
amigo que se torna en enemigo y que descubrirá tu querella
ignomisiosa. |
10 |
Hay
amigos que sólo son compañeros de mesa, y no te serán fieles
en el día de la tribulación. |
11 |
En
tus días felices será otro tú y hablará afablemente de los
tuyos; |
12 |
pero
si te viere humillado, se volverá contra tí y te ocultará
su rostro. |
13 |
Apártate
de tus enemigos y guárdate de tus amigos. |
14 |
Un
amigo fiel es poderoso protector; el que le encuentra halla
un tesoro. |
15 |
Nada
vale tanto como un amigo fiel; su precio es incalculable. |
16 |
Un
amigo fiel es remedio saludable; los que temen al Señor lo
encontrarán. |
17 |
El
que teme al Señor es fiel a la amistad, y como fiel es él,
así lo será su amigo. |
|
|
|
Ventajas
de la sabiduría |
|
|
18 |
Hijo
mío, desde tu mocedad date a la doctrina, y hasta tu ancianidad
hallarás sabiduría. |
19 |
Allégate
a ella como ara y siembra el labrador, y espera buenos frutos; |
20 |
porque
el trabajo te fatigará un poco, pero pronto comerás de sus
frutos. |
21 |
Es
muy duro para los indisciplinados, y el insensato no permanecerá
en él. |
22 |
Pesará
sobre él como pesada piedra de prueba, y no tardará en arrojarla
de sí. |
23 |
Porque
la sabiduría es conforme a su nombre y no se manifiesta a
muchos. |
24 |
Escucha,
hijo mío, y recibe mis avisos y no rehúyas mis consejos. |
25 |
Da
tus pies a sus cepos, y tu cuello a su argolla; |
26 |
Dale
tu hombro y no te molesten sus ataduras. |
27 |
Allégate
a ella con toda tu alma, y con todas tus fuerzas sigue sus
caminos. |
28 |
Sigue
su rastro, búscala y se te dará a conocer, y una vez apresada
no la sueltes; |
29 |
porque
al fin hallarás en ella tu descanso y gozo. |
30 |
Y
serán para tí sus cepos defensa poderosa, y su argolla túnica
de gloria. |
31 |
Su
yugo es ornamento de oro, y sus ataduras son cordón de jacinto. |
32 |
Te
la vestirás como túnica de gloria y te la ceñirás como corona
de exaltación. |
33 |
Si
quisieres, hijo mío, adquirir la doctrina, y si te entregas
a ella, serás avisado. |
34 |
Si
con gusto la oyes, la tendrás; si inclinas a ella tu oído,
serás sabio. |
35 |
Busca
la compañía de los ancianos, y si hallas algún sabio, allégate
a él. Toda conversación acerca de Dios escúchala con gusto
y no rehúyas las sentencias de la sabiduría. |
36 |
Si
ves hombre discreto, apresúrate a unirte a él, y frecuenten
tus pies la escalera de su puerta. |
37 |
Medita
en los preceptos del Señor y ejercítate siempre en sus mandatos;
El confirmará tu corazón y te dará la sabiduría a tu deseo. |
|
|
Capítulo
7 |
Sentencias
varias |
|
|
1 |
No
hagas el mal y no te alcanzará lo malo |
2 |
Apártate
del injusto y se alejará de tí. |
3 |
Hijo,
no siembres en surcos de injusticia y no la cosecharás al
séptuplo. |
4 |
No
pidas al Señor un puesto de gobierno, ni al rey una silla
de honor. |
5 |
No
te justifiques ante el Señor y no alardees de sabio ante el
rey. |
6 |
No
busques ser hecho juez, no sea que no tengas fuerzas para
reprimir la iniquidad, no sea que te acobardes en presencia
del poderoso y tropiece en él tu rectitud. |
7 |
No
te hagas culpable frente a la muchedumbre de la ciudad ni
te degrades ante el pueblo. |
8 |
No
te ates dos veces con el pecado, porque ya de la primera vez
no saldrás impune. |
9 |
No
seas impaciente en tu oración |
10 |
ni
tardo en hacer limosna. |
11 |
No
digas: “Dios mirará mis muchas ofrendas, y cuando yo ofrezca
sacrificios al Dios altísimo, El los aceptará.” |
12 |
No
te burles del afligido, porque hay uno que humilla y ensalza. |
13 |
No
levantes falso testimonio a tu hermano, ni lo hagas tampoco
a tu amigo. |
14 |
Guárdate
de mentir y de añadir mentiras a mentiras, que eso no acaba
en bien, |
15 |
No
seas hablador en asamblea de ancianos ni multipliques en tu
oración las palabras. |
16 |
No
aborrezcas la labor por trabajosa ni la agricultura, que es
cosa del Altísimo. |
17 |
No
te juntes con pecadores. |
18 |
Acuérdate
de que la cólera no tarda. |
19 |
Humilla mucho tu alma, porque el castigo del impío será el
fuego y el gusano. |
|
|
|
La
vida familiar |
|
|
20 |
No
cambies un amigo por dinero, ni un hermano querido por el
oro de Ofir. |
21 |
No
te apartes de la mujer discreta y buena, porque vale su gracia
más que el oro. |
22 |
No
maltrates al criado que trabaja de verdad ni al jornalero
que se entrega servicialmente. |
23 |
Ama
al siervo inteligente, no le niegues la libertad. |
24 |
¿Tienes
rebaños? Cuida de ellos. Pues te son útiles, guárdalos. |
25 |
¿Tienes
hijos? Instrúyelos, doblega desde la juventud su cuello. |
26 |
¿Tienes
hijas? Vela por sus cuerpos y no les muestres un rostro demasiado
jovial. |
27 |
Casa
a tu hija y habrás hecho un gran bien dándole un marido sensato. |
28 |
¿Tienes
mujer según tu corazón? No la repudies dándote a una odiosa
rival. |
29 |
De
todo corazón honra a tu padre y no olvides los dolores de
tu madre. |
30 |
Acuérdate de que les debes la vida. ¿Cómo podrás pagarles
lo que han hecho por ti? |
|
|
|
Honor
al sacerdote |
|
|
31 |
Con
toda tu alma honra al Señor y reverencia a los sacerdotes. |
32 |
Con
todas tus fuerzas ama a tu Hacedor y no abandones a sus ministros. |
33 |
Teme
al Señor y honra al sacerdote. |
34 |
Y
dale la porción que te está mandada; las primicias y la ofrenda
por el pecado. |
35 |
La
espalda reservada, el sacrificio expiatorio y las primicias
consagradas. |
36 |
Alarga
al pobre tu mano, para que seas cumplidamente bendecido. |
37 |
Haz
gracia ante todo viviente, y al muerto no le niegues tu benevolencia. |
38 |
No
te muestres remiso con los que lloran, sino que haz duelo
con los afligidos. |
39 |
No
seas perezoso en visitar a los enfermos, pues serás amado
de ellos. |
40 |
En
todas tus obras acuérdate de tus postrimerías y no pecarás
jamás. |
|
|
Capítulo
8 |
Normas
de buena sociedad |
|
|
1 |
No
disputes con poderoso, no vayas a caer en sus manos. |
2 |
No
contiendas con rico, no eche sobre tí todo su peso; |
3 |
que
el oro perdió a muchos y pervirtió el corazón de los reyes. |
4 |
No
disputes con hombre lenguaraz, que sería amontonar leña sobre
el fuego. |
5 |
No
bromees con indisciplinado, no maldiga a tus progenitores. |
6 |
No
ultrajes a quien se aparta del pecado; ten en cuenta que todos
somos reos de castigo. |
7 |
No
deshonres al hombre en su senectud, porque también nosotros
nos haremos viejos. |
8 |
No
te alegres de la muerte de uno; acuérdate de que todos moriremos. |
9 |
No
desprecies los discursos de los sabios y sigue sus máximas, |
10 |
porque de ellos aprenderás la doctrina y a servir bien a los
grandes. |
11 |
No
desprecies las sentencias de los ancianos, que de sus antepasados
las aprendieron ellos; |
12 |
porque
así aprenderás doctrina y sabrás responder al tiempo oportuno. |
13 |
No
atices los carbones del pecador, no sea que te abrases en
el fuego de su lengua. |
14 |
No
te enfrentes con el insolente, para que no se te ponga como
una emboscada en tu boca. |
15 |
No
prestes a quien puede más que tú, y si le prestas, dalo por
perdido. |
16 |
No
prestes fianzas sobre tus facultades, y si diste fianza, piensa
cómo pagar. |
17 |
No
tengas litigios con el juez, porque por su dignidad juzgará
a favor suyo. |
18 |
No
vayas de camino con el temerario, no pesen sus temeridades
sobre tí, pues él hará según su capricho, y por su imprudencia
perecerías con él. |
19 |
No
te pelees con el iracundo y no atravieses con él el desierto,
porque nada es la sangre a sus ojos y te derribará donde no
tengas quién te socorra. |
20 |
Con
el necio no tengas consejo, porque no podrá callar lo que
hayas dicho. |
21 |
Ante
un extraño no hagas cosa que quieras secreta, porque no sabes
lo que dará de sí. |
22 |
No descubras a cualquiera tu corazón, no te arrebate tu bien. |
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Capítulo
9 |
El
trato con las mujeres |
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1 |
No
seas celoso de tu mujer, no la vayas a maliciar en daño tuyo, |
2 |
No
te dejes dominar de tu mujer, no se alce sobre tí. |
3 |
Huye
de la cortesana, no caigas en sus lazos. |
4 |
No
te entretengas con la cantadora, no sea que te enrede en sus
artimañas. |
5 |
No
fijes tu atención en doncella, no vayas a incurrir en castigo
por su menoscabo. |
6 |
No
te entregues a las meretrices, no vengan a perder tu hacienda. |
7 |
No
pasees tus ojos por las calles de la ciudad ni andes rondando
por sitios solitarios. |
8 |
Aparta
tus ojos de la mujer muy compuesta y no fijes la vista en
la hermosura ajena. |
9 |
Por
la hermosura de la mujer muchos se extraviaron, y con eso
se enciende como fuego la pasión. |
10 |
No
te sientes nunca junto a mujer casada ni te recuestes con
ella a la mesa. |
11 |
Ni
bebas con ella vino en los banquetes, no se incline hacia
ella tu corazón y seas arrastrado a la perdición. |
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|
|
El
trato con los hombres |
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12 |
No
abandones al amigo antiguo, que el nuevo no valdrá lo que
él. |
13 |
Vino
nuevo el amigo nuevo; cuando envejece es cuando se bebe con
placer. |
14 |
No
envidies la gloria del pecador, porque no sabes cuál será
su suerte. |
15 |
No
te complazcas en el aplauso de los impíos; acuérdate que ya
antes del hades no quedarán impunes. |
16 |
Aléjate
del hombre que tiene poder para matar, y no tendrás que temer
la muerte. |
17 |
Si
te acercas a él, no cometas falta alguna, no vaya a quitarte
la vida. |
18 |
Considera
que caminas en medio de lazos y que te paseas en medio de
redes. |
19 |
Trata
de conocer a tus prójimos cuanto te sea posible y aconséjate
de los sabios |
20 |
Los
justos sean tus comensales y no te gloríes sino en el temor
del Señor. |
21 |
Sea
con los discretos tu trato, tu conversación toda según la
ley del Altísimo. |
22 |
La
mano del artífice se alaba por su obra, y la sabiduría del
príncipe del pueblo por su palabra. |
23 |
Terrible
es en la ciudad el hombre lenguaraz, y el precipitado en hablar
se hará aborrecer. |
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Capítulo
10 |
Los
gobernantes |
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1 |
El
juez sabio instruye a su pueblo, y el gobierno del discreto
es ordenado. |
2 |
Según
el juez del pueblo, así son sus ministros, y según el que
regidor de la ciudad, así sus moradores. |
3 |
El
rey ignorante pierde a su pueblo, y la ciudad prospera por
la sensatez de sus príncipes. |
4 |
En
manos del Señor está el señorío de la tierra, y a su tiempo
hace surgir al que le conviene. |
5 |
En
la mano del Señor está la fortuna del hombre; es El quien
hace brillar el rostro del escriba. |
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|
El
orgullo |
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6 |
No
guardes rencor al prójimo por injusticia alguna, ni hagas
nada con orgullo. |
7 |
La
soberbia es odiosa al Señor y a los hombres, y contra ambos
peca quien comete injusticia. |
8 |
El
imperio pasa de unas naciones a otras por las injusticias,
la ambición y la avaricia. |
9 |
¿De
qué te ensoberbeces, polvo y ceniza? Ya en vida vomitas las
entrañas. |
10 |
Nada
más inicuo que el ávaro, pues es capaz de venderse a sí mismo. |
11 |
Una
ligera enfermedad, el médico sonríe; |
12 |
pero
hoy rey, mañana muerto. |
13 |
Al
morir el hombre, su herencia serán las sabandijas, las fieras
y los gusanos. |
14 |
El
principio de la soberbia es apartarse de Dios y alejar de
su Hacedor su corazón. |
15 |
Porque
el pecado es el principio de la soberbia, y el que se entrega
a ella esparce abominación. |
16 |
Por
esto el Señor manda tremendos castigos y los extermina de
raíz. |
17 |
Los
tronos de los príncipes derriba el Señor, y en su lugar asienta
a los mansos. |
18 |
El
Señor arranca de raíz a los soberbios, y planta en su lugar
a los humildes. |
19 |
Las
tierras de las naciones destruye el Señor y las arrasa hasta
los cimientos. |
20 |
Ya
ha destruido y desarraigado algunas y borró de la tierra su
memoria. |
21 |
No
es propio de hombres la soberbia, |
22 |
ni la cólera furiosa de los nacidos de mujer. |
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|
La
verdadera gloria |
|
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23 |
¿Cuál
es la progenie honrada? La progenie humana. ¿Cuál es la progenie
honrada? La de los que temen al Señor. ¿Cuál es la progenie
infame? La progenie humana. ¿Cuál es la progenie infame? La
de los que quebrantan los preceptos. |
24 |
Entre
sus hermanos es honrado el jefe, pero los que temen al Señor
son más que él. |
25 |
Rico,
noble o pobre, su gloria estará en el temor del Señor. |
26 |
No
es justo afrentar al pobre discreto ni conviene honrar al
hombre pecador. |
27 |
El
grande, el juez y el poderoso son glorificados, pero ninguno
de éstos es mayor que el que teme al Señor. |
28 |
Al
siervo sabio le servirán los libres, y el varón docto no se
queja. |
29 |
No
alardees de sabio al hacer tus obras y no te gloríes al tiempo
de la angustia. |
30 |
Mejor
es quien trabaja y abunda en bienes que el pretencioso que
carece de pan. |
31 |
Hijo
mío, honra tu alma con la modestia y dale el honor de que
es digna. |
32 |
¿Quién
justificará al que peca contra su alma y quién honrará al
que a sí mismo se deshonra? |
33 |
Hay
pobres que son honrados por su prudencia y hay quien sólo
es honrado por su riqueza. |
34 |
Y quien es honrado en la pobreza, ¡cuánto más lo será en la
riqueza! Y el que es deshonrado en la riqueza, ¡cuánto más
lo será en la pobreza! |
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C.R.Y&S |
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