LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO |
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CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS |
LA SAGRADA BIBLIA |
ANTIGUO TESTAMENTO. PENTATEUCOPRIMERA PARTEHISTORIA DEL GÉNERO HUMANOEsto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David,que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre
Capítulo 1 La Creación del Universo
1
Al principio creó Dios los Cielos y la Tierra.
2
La Tierra estaba confusa y vacía, y las Tinieblas cubrían la haz del Abismo,
pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las Aguas.
3
Dijo Dios: “Haya Luz,” y hubo Luz.
4
y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las Tinieblas;
5
y a la Luz llamó día y a las Tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día
primero.
6
Dijo luego Dios: “Haya Firmamento en medio de las aguas, que separe unas de
otras”; y así fue.
7
E hizo Dios el Firmamento, separando aguas de aguas, las aguas que estaban
debajo del Firmamento de las que estaban sobre el firmamento. Y vio Dios ser
bueno.
8
Llamó Dios al Firmamento cielo, y hubo tarde y mañana, día segundo.
9
Dijo luego: “Júntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos y aparezca
lo seco.” Así se hizo,
10
y se juntaron las aguas de debajo de los cielos en sus lugares y apareció lo
seco; y a lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión de las aguas, mares. Y vio
Dios ser bueno.
11
Dijo luego: “Haga brotar la tierra hierba verde, hierba con semilla y árboles
frutales, cada uno con su fruto según su especie y con su simiente, sobre la
tierra.” Y así fue.
12
Y produjo la tierra hierba verde, hierba con semilla, y árboles frutales, con
su semilla cada uno. Vio Dios ser bueno;
13
y hubo tarde y mañana, día tercero.
14
Dijo luego Dios: “Haya en el Firmamento de los cielos lumbreras para separar el
día de la noche y servir de señales a estaciones, días y años;
15
y luzcan en el Firmamento de los cielos, para alumbrar la Tierra.” Y así fue.
16
Hizo Dios los dos grandes luminares, el mayor para presidir el día, y el menor
para presidir la noche, y las estrellas;
17
y los puso en el Firmamento de los cielos para alumbrar la Tierra,
18
y presidir el día y la noche, y separar la Luz de las Tinieblas. Y vio Dios ser
bueno,
19
y hubo tarde y mañana, día cuarto.
20
Dijo luego Dios: “Hiervan de animales las aguas y vuelen sobre la tierra las
aves bajo el Firmamento de los Cielos.” Y así fue.
21
Y creó Dios los grandes monstruos del agua y todos los animales que bullen en
ella, según su especie, y todas las aves aladas, según su especie. Y vio Dios
ser bueno,
22
y los bendijo diciendo: “Procread y multiplicaos, y henchid las aguas del mar,
y multiplíquense sobre la tierra las aves.”
23
Y hubo tarde y mañana, día quinto.
24
Dijo luego Dios: “Brote la tierra seres animados según su especie, ganados,
reptiles, bestias de la tierra según su especie.” Y así fue.
25
Hizo Dios todas las bestias de la tierra según su especie, los ganados según su
especie y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios ser
bueno.
26 Díjose entonces Dios: “Hagamos al hombre a nuestra
imagen y semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del
cielo, sobre los ganados y sobre las bestias de la tierra, y sobre cuantos
animales se mueven sobre ella.”
27
Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios le creó, y los creó macho
y hembra;
28
y los bendijo Dios, diciéndoles: “Procread y multiplicaos, y henchid la tierra;
sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre
los ganados, y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra.”
29
Dijo también Dios: “Ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay sobre la haz de
la tierra, y cuantos árboles producen fruto de simiente, para que todos os
sirvan de alimento.
30
También a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a
todos los vivientes que sobre la tierra están y se mueven, les doy por comida
cuanto de verde hierba la tierra produce.” Y así fue.
31
Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho, y hubo tarde y mañana, día sexto.
Capítulo 2El Paraíso del Edén
1.
Así fueron acabados los Cielos, y la Tierra, y todo su cortejo.
2.
Y, rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el día
séptimo de cuanto hiciera;
3.
y bendijo el día séptimo y lo santificó, porque en él descansó Dios de cuanto
había creado y hecho.
4.
Este es el origen de los Cielos y la Tierra cuando fueron creados.
5
Al tiempo de hacer Yavé los Cielos y la Tierra, no había aún arbusto
alguno en el campo, ni germinaba la tierra hierbas, por no haber todavía
llovido Yavé Dios sobre la tierra ni haber todavía hombre que la labrase,
6
y sacase agua de la tierra para regar toda la superficie del suelo.
7
Formó Yavé Dios al hombre del polvo de la tierra y le inspiró en el rostro
aliento de vida, y fue así el hombre ser animado.
8
Plantó luego Yavé Dios un jardín en Edén, al oriente, y allí puso al hombre a
quien formara.
9
Hizo Yavé Dios brotar en él de la tierra toda clase de árboles hermosos a la
vista y sabrosos al paladar, y en el medio del jardín el árbol de la vida y el
árbol de la ciencia del bien y del mal.
10
Salía del Edén un río que regaba el jardín, y de allí se partía en cuatro
brazos.
11
El primero se llamaba Pisón, y es el que rodea toda la tierra de Evila, donde abunda el oro,
12
un oro muy fino, y a más también bedelio y ágata;
13
y el segundo se llama Guijón, y es el que rodea toda la tierra de Cus;
14
el tercero se llama Tigris, y corre al oriente de Asiria; el cuarto es el Éufrates.
15
Tomó, pues, Yavé Dios al hombre y le puso en el jardín del Edén para que lo
cultivase y guardase,
16
y le dio este mandato: “De todos los árboles del paraíso puedes comer,
17
pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, porque el día que de
él comieres, ciertamente morirás.”
18
Y se dijo Yavé Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una
ayuda proporcionada a él.”
19
Y Yavé Dios trajo ante el hombre todos cuantos animales del campo y cuantas
aves del cielo formó de la tierra, para que viese cómo los llamaría, y fuese el
nombre de todos los vivientes el que él les diera.
20
Y dio el hombre nombre a todos los ganados, y a todas las aves del cielo, y a
todas las bestias del campo; pero entre todos ellos no había para el hombre
ayuda semejante a él.
21
Hizo, pues, Yavé Dios caer sobre el hombre un profundo sopor, y, dormido, tomó
una de sus costillas, cerrando en su lugar con carne,
22
y de la costilla que del hombre tomara, formó Yavé Dios a la mujer, y se la
presentó al hombre.
23
El hombre exclamó: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne.
Esta se llamará varona, porque del varón ha sido tomada”.
24
Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre; y se adherirá a su mujer; y
vendrán a ser los dos una sola carne.
25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, sin avergonzarse de ello. CAPÍTULO 3 Tentación, caída y primera promesa de redenciónI
1
Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yavé
Dios, dijo a la mujer: “¿Conque os ha mandado Dios que no comáis de los árboles
todos del paraíso?”
2
Y respondió la mujer a la serpiente: “Del fruto de los árboles del paraíso
comemos,
3 pero del fruto del que está en medio del
paraíso nos ha dicho Dios: “No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, no vayáis
a morir”
4
Y dijo la serpiente a la mujer: “No, no moriréis;
5
es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis
como Dios, conocedores del bien y del mal”
6
Vio, pues, la mujer que el árbol era bueno para comerse, hermoso a la vista y
deseable para alcanzar por él la sabiduría, y tomó de su fruto y comió, y dio
de él también a su marido, que también con ella comió.
7 Abriéronse los ojos de ambos, y, viendo que estaban
desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores.
8
Oyeron a Yavé Dios que se paseaba por el jardín al fresco del día, y se
escondieron de Yavé Dios el hombre y su mujer, en medio de la arboleda del
jardín.
9
Pero llamó Yavé Dios al hombre, diciendo: “¿Dónde estás?”
10
Y éste contestó: “Te he oído en el jardín, y, temeroso porque estaba desnudo,
me escondí”
11
“¿Y quién, le dijo, te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Es que has comido
del árbol de que te prohibí comer?”
12
Y dijo el hombre: “La mujer que me diste por compañera me dio de él y comí”
13
Dijo, pues, Yavé Dios a la mujer: “¿Por qué has hecho eso?” Y contestó la
mujer: “La serpiente me engañó y comí”
14
Dijo, pues, Yavé Dios a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita serás
entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás
sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida.
15
Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste
te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”
16
A la mujer le dijo: “Multiplicaré los trabajos de tus preñeces; parirás con
dolor los hijos y buscarás con ardor a tu marido, que te dominará”
17
Al hombre le dijo: “Por haber escuchado a tu mujer, comiendo del árbol de que
te prohibí comer, diciéndote no comas de él: Por ti será maldita la tierra; con
trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida;
18
te dará espinas y abrojos y comerás de las hierbas del campo.
19
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de
ella has sido tomado, ya que polvo eres y al polvo volverás”
20
El hombre llamó Eva a su mujer, por ser la madre de todos los vivientes.
21 Hízoles Yavé Dios al hombre y su mujer túnicas
de pieles, y los vistió.
22 Díjose Yavé Dios: “He ahí al hombre hecho como uno de
nosotros, conocedor del bien y del mal; que no vaya ahora a tender su mano al
árbol de la vida y, comiendo de él, viva para siempre.
23
Y le arrojó Yavé Dios del jardín de Edén, a labrar la tierra de que había sido
tomado.
24
Expulsó al hombre y puso delante del jardín de Edén un querubín que blandía
flameante espada para guardar el camino del árbol de la vida
C.R.Y&S |
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