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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

cristoraul.org

CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS

LA SAGRADA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO. PENTATEUCO

GENESIS

PRIMERA PARTE

HISTORIA DEL GÉNERO HUMANO

 

Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David,

que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre

 

Capítulo 1

La Creación del Universo

 

1 Al principio creó Dios los Cielos y la Tierra.

2 La Tierra estaba confusa y vacía, y las Tinieblas cubrían la haz del Abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las Aguas.

3 Dijo Dios: “Haya Luz,” y hubo Luz.

4 y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las Tinieblas;

5 y a la Luz llamó día y a las Tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero.

6 Dijo luego Dios: “Haya Firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras”; y así fue.

7 E hizo Dios el Firmamento, separando aguas de aguas, las aguas que estaban debajo del Firmamento de las que estaban sobre el firmamento. Y vio Dios ser bueno.

8 Llamó Dios al Firmamento cielo, y hubo tarde y mañana, día segundo.

9 Dijo luego: “Júntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco.” Así se hizo,

10 y se juntaron las aguas de debajo de los cielos en sus lugares y apareció lo seco; y a lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión de las aguas, mares. Y vio Dios ser bueno.

11 Dijo luego: “Haga brotar la tierra hierba verde, hierba con semilla y árboles frutales, cada uno con su fruto según su especie y con su simiente, sobre la tierra.” Y así fue.

12 Y produjo la tierra hierba verde, hierba con semilla, y árboles frutales, con su semilla cada uno. Vio Dios ser bueno;

13 y hubo tarde y mañana, día tercero.

14 Dijo luego Dios: “Haya en el Firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche y servir de señales a estaciones, días y años;

15 y luzcan en el Firmamento de los cielos, para alumbrar la Tierra.” Y así fue.

16 Hizo Dios los dos grandes luminares, el mayor para presidir el día, y el menor para presidir la noche, y las estrellas;

17 y los puso en el Firmamento de los cielos para alumbrar la Tierra,

18 y presidir el día y la noche, y separar la Luz de las Tinieblas. Y vio Dios ser bueno,

19 y hubo tarde y mañana, día cuarto.

20 Dijo luego Dios: “Hiervan de animales las aguas y vuelen sobre la tierra las aves bajo el Firmamento de los Cielos.” Y así fue.

21 Y creó Dios los grandes monstruos del agua y todos los animales que bullen en ella, según su especie, y todas las aves aladas, según su especie. Y vio Dios ser bueno,

22 y los bendijo diciendo: “Procread y multiplicaos, y henchid las aguas del mar, y multiplíquense sobre la tierra las aves.”

23 Y hubo tarde y mañana, día quinto.

24 Dijo luego Dios: “Brote la tierra seres animados según su especie, ganados, reptiles, bestias de la tierra según su especie.” Y así fue.

25 Hizo Dios todas las bestias de la tierra según su especie, los ganados según su especie y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios ser bueno.

26 Díjose entonces Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre las bestias de la tierra, y sobre cuantos animales se mueven sobre ella.”

27 Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios le creó, y los creó macho y hembra;

28 y los bendijo Dios, diciéndoles: “Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados, y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra.”

29 Dijo también Dios: “Ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay sobre la haz de la tierra, y cuantos árboles producen fruto de simiente, para que todos os sirvan de alimento.

30 También a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos los vivientes que sobre la tierra están y se mueven, les doy por comida cuanto de verde hierba la tierra produce.” Y así fue.

31 Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho, y hubo tarde y mañana, día sexto.

 

Capítulo 2

El Paraíso del Edén

 

1. Así fueron acabados los Cielos, y la Tierra, y todo su cortejo.

2. Y, rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el día séptimo de cuanto hiciera;

3. y bendijo el día séptimo y lo santificó, porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho.

4. Este es el origen de los Cielos y la Tierra cuando fueron creados.

 

5 Al tiempo de hacer Yavé los Cielos y la Tierra, no había aún arbusto alguno en el campo, ni germinaba la tierra hierbas, por no haber todavía llovido Yavé Dios sobre la tierra ni haber todavía hombre que la labrase,

6 y sacase agua de la tierra para regar toda la superficie del suelo.

7 Formó Yavé Dios al hombre del polvo de la tierra y le inspiró en el rostro aliento de vida, y fue así el hombre ser animado.

8 Plantó luego Yavé Dios un jardín en Edén, al oriente, y allí puso al hombre a quien formara.

9 Hizo Yavé Dios brotar en él de la tierra toda clase de árboles hermosos a la vista y sabrosos al paladar, y en el medio del jardín el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

10 Salía del Edén un río que regaba el jardín, y de allí se partía en cuatro brazos.

11 El primero se llamaba Pisón, y es el que rodea toda la tierra de Evila, donde abunda el oro,

12 un oro muy fino, y a más también bedelio y ágata;

13 y el segundo se llama Guijón, y es el que rodea toda la tierra de Cus;

14 el tercero se llama Tigris, y corre al oriente de Asiria; el cuarto es el Éufrates.

15 Tomó, pues, Yavé Dios al hombre y le puso en el jardín del Edén para que lo cultivase y guardase,

16 y le dio este mandato: “De todos los árboles del paraíso puedes comer,

17 pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

18 Y se dijo Yavé Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda proporcionada a él.”

19 Y Yavé Dios trajo ante el hombre todos cuantos animales del campo y cuantas aves del cielo formó de la tierra, para que viese cómo los llamaría, y fuese el nombre de todos los vivientes el que él les diera.

20 Y dio el hombre nombre a todos los ganados, y a todas las aves del cielo, y a todas las bestias del campo; pero entre todos ellos no había para el hombre ayuda semejante a él.

21 Hizo, pues, Yavé Dios caer sobre el hombre un profundo sopor, y, dormido, tomó una de sus costillas, cerrando en su lugar con carne,

22 y de la costilla que del hombre tomara, formó Yavé Dios a la mujer, y se la presentó al hombre.

23 El hombre exclamó: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta se llamará varona, porque del varón ha sido tomada”.

24 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre; y se adherirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne.

25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, sin avergonzarse de ello.

CAPÍTULO 3

Tentación, caída y primera promesa de redención

I

1 Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yavé Dios, dijo a la mujer: “¿Conque os ha mandado Dios que no comáis de los árboles todos del paraíso?”

2 Y respondió la mujer a la serpiente: “Del fruto de los árboles del paraíso comemos,

3  pero del fruto del que está en medio del paraíso nos ha dicho Dios: “No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, no vayáis a morir”

4 Y dijo la serpiente a la mujer: “No, no moriréis;

5 es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal”

6 Vio, pues, la mujer que el árbol era bueno para comerse, hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él la sabiduría, y tomó de su fruto y comió, y dio de él también a su marido, que también con ella comió.

7 Abriéronse los ojos de ambos, y, viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores.

8 Oyeron a Yavé Dios que se paseaba por el jardín al fresco del día, y se escondieron de Yavé Dios el hombre y su mujer, en medio de la arboleda del jardín.

9 Pero llamó Yavé Dios al hombre, diciendo: “¿Dónde estás?”

10 Y éste contestó: “Te he oído en el jardín, y, temeroso porque estaba desnudo, me escondí”

11 “¿Y quién, le dijo, te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol de que te prohibí comer?”

12 Y dijo el hombre: “La mujer que me diste por compañera me dio de él y comí”

13 Dijo, pues, Yavé Dios a la mujer: “¿Por qué has hecho eso?” Y contestó la mujer: “La serpiente me engañó y comí”

14 Dijo, pues, Yavé Dios a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida.

15 Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”

16 A la mujer le dijo: “Multiplicaré los trabajos de tus preñeces; parirás con dolor los hijos y buscarás con ardor a tu marido, que te dominará”

17 Al hombre le dijo: “Por haber escuchado a tu mujer, comiendo del árbol de que te prohibí comer, diciéndote no comas de él: Por ti será maldita la tierra; con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida;

18 te dará espinas y abrojos y comerás de las hierbas del campo.

19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella has sido tomado, ya que polvo eres y al polvo volverás”

20 El hombre llamó Eva a su mujer, por ser la madre de todos los vivientes.

21 Hízoles Yavé Dios al hombre y su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

22 Díjose Yavé Dios: “He ahí al hombre hecho como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; que no vaya ahora a tender su mano al árbol de la vida y, comiendo de él, viva para siempre.

23 Y le arrojó Yavé Dios del jardín de Edén, a labrar la tierra de que había sido tomado.

24 Expulsó al hombre y puso delante del jardín de Edén un querubín que blandía flameante espada para guardar el camino del árbol de la vida

 

Capítulo 4

CAÍN Y ABEL

 

1 Conoció Adán a su mujer, que concibió y parió a Caín, diciendo: “He adquirido de Yavé un varón.”

2 Volvió a parir y tuvo a Abel, su hermano. Fue Abel pastor, y Caín labrador.

3 Y al cabo de tiempo hizo Caín ofrenda a Yavé de los frutos de la tierra,

4 y se lo hizo también Abel de los primogénitos de sus ganados, de lo mejor de ellos; agradóse Yavé de Abel y su ofrenda

5 pero no de Caín y de la suya. Se enfureció Caín y andaba cabizbajo;

6 y Yavé le dijo: “¿Por qué estás enfurecido y por qué andas cabizbajo?

7 ¿No es verdad que, si obraras bien, andarías erguido, mientras que, si no obras bien, estará el pecado a la puerta? Y siente apego a ti, y tú debes dominarle.”

8 Dijo Caín a Abel, su hermano: “Vamos al campo.” Y, cuando estuvieron en el campo, se alzó Caín contra Abel, su hermano, y le mató.

9 Preguntó Yavé a Caín: “¿Dónde está Abel, tu hermano?”

10 Contestóle: “No sé; ¿soy acaso el guardián de mi hermano?” “¿Qué has hecho? — le dijo Él —. La voz de la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra.

11 Ahora, pues, maldito serás de la tierra, que abrió su boca para recibir de mano tuya la sangre de tu hermano.

12 Cuando la labres, no te dará sus frutos, y andarás por ella fugitivo y errante”

13 Dijo Caín a Yavé: “Demasiado grande es mi castigo para soportarlo. 

14 Puesto que me arrojas hoy de la tierra cultivable; oculto a tu rostro habré de andar fugitivo y errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará”.

15 Pero Yavé le dijo: “Si alguien matare a Caín, será siete veces vengado”. Puso, pues, Yavé a Caín una señal, para que nadie que le encontrase le hiriera.

16 Caín, alejándose de la presencia de Yavé, habitó la tierra de Nod, al oriente de Edén.

La Descendencia de Caín

17 Conoció Caín a su mujer, que concibió y parió a Enoc. Púsose aquél a edificar una ciudad, a la que dio el nombre de Enoc, su hijo.

18 A Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mejuyael; Mejuyael a Matusael, y Matusael a Lamec.

19 Lamec tomó dos mujeres, una de nombre Ada, otra de nombre Sela.

20 Ada parió a Jabel, que fue el padre de los que habitan tiendas y pastorean.

21 El nombre de su hermano fue Jubal, el padre de cuantos tocan la cítara y la flauta. 

22 También Sela tuvo un hijo, Tubalcaín, forjador de instrumentos cortantes de bronce y de hierro. Hermana de Tubalcaín fue Noema.

23 Dijo, pues, Lamec a sus mujeres: “Ada y Sela, oíd mi voz; mujeres de Lamec, dad oídos a mis palabras. Por una herida mataré a un hombre, y a un joven por un cardenal.

24 Si Caín sería vengado siete veces, Lamec lo será setenta veces siete”

Set y su Descendencia

25 Conoció de nuevo Adán a su mujer, que parió un hijo, a quien puso por nombre Set, diciendo: “Hame dado Yavé otro descendiente por Abel, a quien mató Caín”.

26 También a Set le nació un hijo, al que llamó Enós; este comenzó a invocar el nombre de Yavé.

 

Capítulo 5

DESCENDENCIA DE ADÁN; GENEALOGÌA DE CRISTO

 

1 Este es el libro de la descendencia de Adán. Cuando creó Dios al hombre, le hizo a imagen suya.

2 Hízolos macho y hembra, y los bendijo, y les dio, al crearlos, el nombre de Adán.

3 Tenía Adán ciento treinta años cuando engendró un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set;

4 vivió Adán, después de engendrar a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

5 Fueron todos los días de la vida de Adán novecientos treinta años, y murió.

6 Era Set de ciento cinco años cuando engendró a Enós;

7 vivió después de engendrar a Enós ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas.

8 Fueron los días todos de su vida novecientos doce años, y murió.

9 Era Enós de noventa años cuando engendró a Cainán;

10 vivió, después de engendrar a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas.

11 Fueron todos los días de la vida de Enós novecientos cinco años, y murió.

12 Era Cainán de setenta años cuando engendró a Mahaleel;

13 vivió, después de engendrar a Mahaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas.

14 Fueron todos los días de su vida novecientos diez años, y murió.

15 Era Mahaleel de sesenta y cinco años cuando engendró a Jared.

16 Vivió después de engendrar a Jared ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

17 Fueron todos los días de su vida ochocientos noventa años, y murió.

18 Era Jared de ciento sesenta y dos años cuando engendró a Enoc;

19 vivió después de engendrar a Enoc ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

20 Fueron todos los días de su vida novecientos sesenta y dos años, y murió.

21 Era Enoc de sesenta y cinco años cuando engendró a Matusalén.

22 Anduvo Enoc en la presencia de Dios, después de engendrar a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.

23 Fueron todos los días de la vida de Enoc trescientos sesenta y cinco años,

24 b y anduvo constantemente en la presencia de Dios, y desapareció, pues se lo llevó Dios.

25 Era Matusalén de ciento ochenta y siete años cuando engendró a Lamec;

26 vivió después de engendrar a Lamec setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas.

27 Fueron todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años, y murió.

28 Era Lamec de ciento ochenta y dos años cuando engendró un hijo,

29 al que puso por nombre Noé, diciendo: “Este nos consolará de nuestros quebrantos y del trabajo de nuestras manos por la tierra que maldijo Yavé.”

30 Vivió Lamec después de engendrar a Noé quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas.

31 Fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años, y murió.

32Era Noé de quinientos años, y engendró a Sem, Cam y Jafet.

 

Capítulo 6

El Diluvio decretado por Dios.

 

1 Cuando comenzaron a multiplicarse los hombres sobre la tierra y tuvieron hijas,

2 viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron de entre ellas por mujeres las que bien quisieron.

3 Y dijo Yavé: “No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne. Ciento veinte años serán sus días”.  

4 Existían entonces los gigantes en la tierra, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres y les engendraron hijos: estos son los héroes de muy antiguo.

5 Viendo Yavé cuánto había crecido la maldad del hombre sobre la tierra y que su corazón no tramaba sino aviesos designios todo el día,

6 se arrepintió de haber hecho al hombre en la tierra, doliéndose grandemente en su corazón,

7 y dijo: “Voy a exterminar al hombre que creé de sobre la haz de la tierra; y con el hombre , a los ganados, reptiles y hasta las aves del cielo, pues me pesa haberlos hecho”.

8 Pero Noé halló gracia a los ojos de Yavé

 

Noé dispone el Arca

9 Esta es la historia de Noé. Noé era varón justo y perfecto entre sus contemporáneos, y siempre anduvo con Dios.

10 Engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet.

11 La tierra estaba corrompida ante Dios y llena toda de violencia.

12 Viendo, pues, Dios que todo en la tierra era corrupción, pues toda carne había corrompido su camino sobre la tierra,

13 dijo Dios a Noé: “El fin de toda carne ha llegado a mi presencia, pues está llena la tierra de violencia a causa de los hombres, y voy a exterminarlos de la tierra.

14 Hazte un arca de maderas resinosas, divídela en compartimientos, y la calafateas con pez por dentro y por fuera.

15 Hazla así: trescientos codos de largo, cincuenta de ancho y treinta de alto;

16 harás en ella un tragaluz, y a un codo sobre éste acabarás el arca por arriba; la puerta la harás a un costado; harás en ella un primero, un segundo y un tercer piso.

17 Voy a arrojar sobre la tierra un diluvio de aguas que exterminará toda carne que bajo el cielo tiene hálito de vida. Cuanto hay en la tierra perecerá.

18 Pero contigo haré yo mi alianza; y entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo.

19 De todo viviente y de toda carne meterás en el arca parejas para que vivan contigo; macho y hembra serán.

20 De cada especie de aves, de ganados y de reptiles vendrá a ti por parejas para que conserven la vida.

21 Recoge alimentos de toda clase, para que a ti y a ellos os sirvan de comida”

22 Hizo, pues, Noé en todo como Dios se lo mandó.

 

Capítulo 7

Entra Noé en el Arca

 

1 Después dijo Yavé a Noé: “Entra en el arca tú y toda tu casa, pues sólo tú has sido hallado justo en esta generación.

2 De todos los animales puros toma dos setenas, machos y hembras, y de los impuros dos parejas, machos y hembras.

3  También de las aves del cielo, dos setenas, machos y hembras, para que viva la raza sobre la haz de la tierra,

4 porque dentro de siete días voy a hacer llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de la tierra cuanto hice.”

5 Hizo Noé cuanto Dios le mandara.

6 Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio inundó la tierra.

7 Y para librarse de las aguas del diluvio entró en el arca con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos.

8 Y de los animales puros e impuros, de las aves y de cuanto se arrastra sobre la tierra, entraron con Noé en parejas, machos y hembras,

9 según se lo había ordenado Dios a Noé.

10 Pasados los siete días, las aguas del diluvio cubrieron la tierra.

11 A los seiscientos años de la vida de Noé, el segundo mes, el día diecisiete de él, se rompieron todas las fuentes del abismo, se abrieron las cataratas del cielo,

12 y estuvo lloviendo sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches.

13 Aquel mismo día entraron en el arca Noé y sus hijos, Sem, Cam y Jafet; su mujer y las mujeres de sus tres hijos,

14 y con ellos todos los vivientes según su especie; toda clase de ganados, de reptiles que se arrastran sobre la tierra; toda ave según su especie, y todo pájaro.

15 Entraron con Noé en el arca, de dos en dos, de toda carne que tiene hálito de vida.

16 De toda carne entraron macho y hembra, como se lo había mandado Dios, y tras él cerró Yavé la puerta.

La inundación

17 Diluvió durante cuarenta días sobre la tierra, crecieron las aguas y levantaron el arca, que se alzó sobre la tierra.

18 Siguieron creciendo, creciendo las aguas sobre la tierra, y el arca flotaba sobre la superficie de las aguas.

19 Tanto crecieron las aguas, que cubrieron los altos montes de debajo del cielo.

20 Quince codos subieron las aguas por encima de ellos.

21 Pereció toda carne que se arrastra sobre la tierra; las aves, las bestias, los vivientes que pupulan sobre la tierra y todos los hombres.

22 Todo cuanto tenía hálito de vida en sus narices y todo cuanto había sobre la tierra seca murió.

23 Y exterminó a todos los seres que había sobre la superficie de la tierra, desde el hombre a la bestia; y los reptiles y las aves fueron exterminados de la tierra, quedando sólo Noé y los que con él estaban en el arca.

24 Ciento cincuenta días estuvieron altas las aguas sobre la tierra.

 

Capítulo 8

Cesa el Diluvio

 

1 Acordóse Dios de Noé y de todos los vivientes, de todas las bestias que con él estaban en el arca; e hizo pasar un viento sobre la tierra y comenzaron a menguar las aguas.

2 Cerráronse las fuentes del abismo y las cataratas del cielo, cesó de llover,

3 y las aguas iban menguando poco a poco sobre la haz de la tierra. Comenzaron a bajar al cabo de ciento cincuenta días.

4 El día veintisiete del séptimo mes se asentó el arca sobre los montes de Ararat.

5 Siguieron menguando las aguas hasta el mes décimo, y el día primero de este mes aparecieron las cumbres de los montes.

6 Pasados cuarenta días más, abrió Noé la ventana que había hecho en el arca,

7 y para ver cuánto habían menguado las aguas soltó un cuervo, que volando iba y venía mientras se secaban las aguas sobre la tierra.

8 Siete días después, para ver si se habían secado ya las aguas sobre la haz de la tierra, soltó una paloma,

9 que, como no hallase dónde posar el pie, se volvió a Noé, al arca, porque las aguas cubrían todavía la superficie de la tierra. Sacó él la mano y tomándola la metió en el arca.

10 Esperó otros siete días, y al cabo de ellos soltó otra vez la paloma,

11 que volvió a él a la tarde, trayendo en el pico una ramita de olivo. Conoció Noé que habían disminuído las aguas sobre la tierra;

12 pero todavía esperó otros siete días, y volvió a soltar la paloma, que no volvió más a él.

13 El año seiscientos uno, en el primer mes, el día primero de él, se secaron las aguas sobre la tierra, y, abriendo Noé el techo del arca, vio que estaba seca la superficie de la tierra.

14 El día veintisiete del segundo mes estaba ya seca la tierra.

 

Noé fuera del Arca

 

15 Habló, pues, Dios a Noé, y le dijo:

16 “Sal del arca tú y tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo.

17 Saca también contigo a todo viviente, y a toda carne; aves, bestias y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra; llenad la tierra, procread y multiplicaos sobre ella”.

18 Salió, pues, Noé con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos,

19 y salieron también todas las fieras, ganados, aves y reptiles que se arrastran sobre la tierra, según sus especies.

20 Alzó Noé un altar a Yavé, y tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras, ofreció sobre el altar un holocausto.

21  Y aspiró Yavé el suave olor, y se dijo en su corazón: “No volveré ya más a maldecir a la tierra por el hombre, pues los deseos del corazón humano, desde la adolescencia, tienden al mal; no volveré ya a exterminar todo viviente, como acabo de hacer.

22 Mientras dure la tierra habrá sementera y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche”.

Capítulo 9

Alianza de Dios con Noé

 

1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, diciéndoles: “Procread y multiplicaos y llenad la tierra;

2 que os teman y de vosotros se espanten todas las fieras de la tierra, y todos los ganados, y todas las aves del cielo; todo cuanto sobre la tierra se arrastra, y todos los peces del mar, los pongo todos en vuestro poder.

3 Cuanto vive y se mueve os servirá de comida; y asimismo os entrego toda verdura.

4 Solamente os abstendréis de comer carne con su alma, es decir, su sangre.

5  Y ciertamente os demandaré vuestra sangre, que es vuestra vida: de mano de cualquier viviente la reclamaré, como la demandaré de mano del hombre, extraño o deudo, pidiendo cuentas d ela vida humana.

6 El que derramare la sangre humana, por mano de hombre será derramada la suya; porque el hombre ha sido hecho a imagen de Dios.

7  Vosotros, pues, cread y multiplicaos y henchid la tierra y dominadla.”

8 Dijo también Dios a Noé y a sus hijos:

9 “Ved, yo voy a establecer mi alianza con vosotros y con vuestra descendencia después de vosotros;

10 y con todo ser viviente que está con vosotros, aves, ganados y fieras de la tierra, todos los salidos con vosotros del arca.

11 Hago pacto con vosotros de no volver a exterminar a todo viviente por las aguas de un diluvio y de que no habrá ya más un diluvio que destruya la tierra,”

12 Y añadió Dios: “Ved aquí la señal del pacto que establezco entre mí y vosotros, y cuantos vivientes están con vosotros, por generaciones sempiternas:

13 pongo mi arco en las nubes para señal de mi pacto con la tierra,

14 y cuando cubriere yo de nubes la tierra, aparecerá el arco,

15 y me acordaré de mi pacto con vosotros, y con todo viviente, y con toda carne, y no volverán más las aguas del diluvio a destruir toda carne.

16  Estará el arco en las nubes, y yo lo veré, para acordarme de mi pacto eterno entre Dios y toda alma viviente y toda carne que hay sobre la tierra.”

17 “Esta es -dijo Dios a Noé- la señal del pacto que establezco entre mí y toda carne que está sobre la tierra.”

Los Hijos de Noé

18 Fueron los hijos de Noé salidos del arca Sem, Cam y Jafet; Cam era padre de Canán.

19 Estos tres eran los hijos de Noé, y de ellos se pobló toda la tierra.

20 Noé, agricultor, comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña.

21 Bebió de su vino, y se embriagó, y quedó desnudo en medio de su tienda.

22 Vio Cam, el padre de Canán, la desnudez de su padre, y fue a decírselo a sus hermanos, que estaban fuera;

23 y, tomando Sem y Jafet el manto, se lo pusieron sobre los hombros, y yendo de espaldas, vuelto el rostro, cubrieron, sin verla, la desnudez de su padre.

24 Despierto Noé de su embriaguez, supo lo que había hecho el más pequeño de sus hijos,

25 y dijo: “Maldito Canán, siervo de los siervos de sus hermanos será.”

26 Y añadió: “Bendito Yavé, Dios de Sem. Y sea Canán siervo suyo.

27 Dilate Dios a Jafet. "Y habite éste en las tiendas de Sem, y sea Canán su siervo.”

28 Vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años,

29 siendo todos los días de su vida novecientos cincuenta años, y murió.

 

Capítulo 10

Los pueblos descendientes de Noé

 

1 Esta es la descendencia de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.

2 Hijos de Jafet fueron: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mosoc y Tiras;

3 hijos de Gomer: Asquenaz, Rifat y Togorma;

4 hijos de Javán: Elisa y Tarsis, Quitim y Rodani.

5 De éstos se poblaron las islas de las gentes en sus tierras, según sus lenguas, familias y naciones.

6 Hijos de Cam fueron: Cus, Misraim, Put y Canán.

7 Hijos de Cus: Seba, Evila, Sabta, Rama y Sabteca. Hijos de Rama: Seba y Dadán.

8 Cus engendró a Nemrod, que fue quien comenzó a dominar sobre la tierra,

9 pues era un robusto cazador ante Yavé, y de ahí se dijo: “Como Nemrod, robusto cazador ante Yavé.”

10 Fue el comienzo de su reino Babel, Ereq, Acad y Calne, en tierra de Senaar.

11 De esta tierra salió Asur, y edificó Nínive, Rejobothir, Calaj

12 y Resen, entre Nínive y Calaj; ésta fue la ciudad grande.

13 Misraim engendró a los Ludim, los Anamim, los Leabim y los Naftujim,

14 los Petrusim y los Caslujim y los Caftorim, de los cuales salieron los Pilistim.

15 Canán engendró a Sidón, su primogénito, y a Jet,

16 al jebuseo, al amorreo, al guergueseo,

17  al jeveo, al araqueo, al sineo,

18 al arvadeo, al semareo y al jamateo, de los que descendieron después las familias del cananeo.

19 Los límites del cananeo eran desde Sidón, viniendo hacia Guerar, hasta Gaza, y viniendo hacia Sodoma, Gomorra, Adama y Seboím, hasta Lesa.

20 Estos son los hijos de Cam, según sus familias, lenguas, regiones y naciones.

21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Bene Heber y hermano mayor de Jafet.

22 Son hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud, Aram y Cainán.

23 Hijos de Aram: Uz, Jul, Gueter y Mas.

24 Arfaxad engendró a Salaj, y Salaj a Heber.

25 A Heber le nacieron dos hijos; el uno se llamó Paleg, porque en su tiempo se dividió la tierra; su hermano se llamó Joctán.

26 Joctán engendró a Almodad, Selef, Jasarmavet, Jaraj, Adoram, Uzal, Diclá, Obal, Abimael, a Seba,

29 Ofir, Evila y Jobab. Todos éstos son hijos de Joctán,

30 y habitaron desde Mesa, según se va a Sefar, el monte oriental.

31 Estos son los hijos de Sem, según sus familias, lenguas, regiones y naciones.

32 Estas las familias de los hijos de Noé, según sus generaciones y naciones. De éstos se dividieron los pueblos en la tierra después del diluvio.

 

Capítulo 11

La Confusión de las Lenguas

 

1  Era la tierra toda de una sola lengua y de unas mismas palabras.

2 En su marcha desde Oriente hallaron una llanura en la tierra de Senaar, y se establecieron allí.

3 Dijéronse unos a otros: “Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego.” Y se sirvieron de los ladrillos como de piedra, y el betún les sirvió de cemento;

4 y dijeron: “Vamos a edificarnos una ciudad y una torre, cuya cúspide toque a los cielos y nos haga famosos, por si tenemos que dividirnos por la haz de la tierra.”

5 Bajó Yavé a ver la ciudad y la torre que estaban haciendo los hijos de los hombres,

6 y se dijo: “He aquí un pueblo uno, pues tienen todos una lengua sola. Se han propuesto esto, y nada les impedirá llevarlo a cabo.

7 Bajemos, pues, y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros.”

8 Y los dispersó de allí Yavé por toda la haz de la tierra, y así cesaron de edificar la ciudad.

9 Por eso se llamó Babel, porque allí confundió Yavé las lenguas de la tierra toda, y de allí los dispersó por la haz de toda la tierra.

 

Genealogía de Abraham

 

10 Esta es la descendencia de Sem: era Sem de cien años cuando engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio,

11 Vivió Sem después de engendrar a Arfaxad quinientos años, y engendró hijos e hijas.

12 Vivió Arfaxad treinta y cinco años, y engendró a Sale;

13 vivió después de engendrar a Sale trescientos años, y engendró hijos e hijas.

14 Vivió Sale treinta años, y engendró a Heber;

15 vivió después de engendrar a Heber cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

16 Vivió Heber treinta y cuatro años, y engendró a Paleq;

17 vivió después de engendrar a Paleq cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

18 Vivió Paleq treinta años, y engendró a Reu;

19 vivió después que engendró a Reu doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas.

20 Vivió Reu treinta y dos años, y engendró a Sarug;

21 vivió después de engendrar a Sarug doscientos siete años, y engendró hijos e hijas.

22 Vivió Sarug treinta años, y engendró a Najor;

23 vivió después de engendrar a Najor doscientos años, y engendró hijos e hijas.

24 Vivió Najor veintinueve años, y engendró a Teraj;

25 vivió después de engendrar a Teraj ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas.

26 Vivió Teraj setenta años, y engendró a Abram, a Najor y a Aram.

 

Emigración de Abraham a Palestina

 

27 Estas son las generaciones de Teraj: Teraj engendró a Abram, Najor y Aram. Aram engendró a Lot,

28 y murió antes de su padre Teraj en su país natal, en Ur de los Caldeos.

29 Tomaron Abram y Najor mujer cada uno; el nombre de la de Abram, Sarai, y el de la de Najor, Melca, hija de Aram, el padre de Milcá y de Jesca.

30 Era Sarai estéril y no tenía hijos.

31 Tomó, pues, Teraj a Abram, su hijo; a Lot, el hijo de Aram, hijo de su hijo, y a Sarai, su nuera, la mujer de su hijo Abram, y los sacó de Ur Casdim para dirigirse a la tierra de Canán, y, llegados a Jarán, se quedaron allí.

32 Siendo Teraj de doscientos cinco años, murió en Jarán.

 

 

SEGUNDA PARTE

HISTORIA DE ABRAHAM

 

C.R.Y&S

LA SAGRADA BIBLIA