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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

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CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

LA SAGRADA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO - PENTATEUCO

EL LEVÍTICO

CUARTA PARTE

 

 CÓDIGO DE SANTIDAD

 

Capítulo 17

Ley acerca del lugar del sacrificio

 

1. Yavé habló a Moisés, diciendo:

2. “Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: He aquí lo que ha mandado Yavé:

3. A todo hombre de la casa de Israel que en el campamento o fuera del campamento degüelle un buey, una oveja o una cabra,

4. sin haberla llevado a la entrada del tabernáculo de la reunión para presentarlo en ofrenda a Yavé ante el santuario, le será imputada la sangre; ha derramado sangre, y será borrado de en medio de su pueblo.

5. Por tanto, los hijos de Israel, en vez de inmolar sus víctimas en el campo, las traerán al sacerdote ante Yavé a la entrada del tabernáculo de la reunión, y las ofrecerán a Yavé en sacrificio pacífico;

6. el sacerdote derramará la sangre en el altar de Yavé a la entrada del tabernáculo de la reunión, y quemará el sebo en olor de suavidad a Yavé.

7. Así no ofrecerán sus sacrificios a los sátiros, con los cuales se prostituyen. Esta será para ellos ley perpetua de generación en generación.

8. Diles, pues: Todo hombre de la casa de Israel o de los extranjeros que habitan en medio de ellos que ofrezca un holocausto o un sacrificio,

9. y no llevare la víctima a la entrada del tabernáculo de la reunión para ser sacrificada a Yavé, será borrado de en medio del pueblo.

 

Prohibición de comer sangre, animal mortecino o ahogado

 

10. Todo hombre de la casa de Israel o de los extranjeros que habitan en medio de ellos que coma sangre de un animal cualquiera, yo me volveré contra el que la coma y le borraré de en medio de mi pueblo,

11. porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os he mandado ponerla sobre el altar para expiación de vuestras personas, y la sangre expía por ser vida.

12. Por eso he mandado a los hijos de Israel: Nadie de entre vosotros ni de los extranjeros que habiten en medio de vosotros comerá sangre.

13. Todo hombre de entre los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan en medio de ellos, que cazare un animal o un ave puros, verterá la sangre o la cubrirá de tierra;

14. porque la vida de toda carne está en la sangre; en la sangre está la vida. Por eso he mandado yo a los hijos de Israel: no comeréis la sangre de carne alguna, porque la vida de toda carne está en la sangre; quien la comiere será borrado.

15. Todo indígena o extranjero que comiere carne mortecina o desgarrada lavará sus vestidos, se bañará en agua y será impuro hasta la tarde; después será puro.

16. Si no lava sus vestidos y su cuerpo, contraerá reato.”

 

 

Capítulo 18

Uniones ilícitas y pecados contra naturaleza

 

1. Yavé habló a Moisés, diciendo:

2. “Habla a los hijos de Israel y diles:

3. Yo soy Yavé, vuestro Dios. No haréis lo que se hace en la tierra de Egipto, donde habéis morado, ni haréis lo que se hace en la tierra de Canaán, adonde yo os llevo; no seguiréis sus costumbres.

4. Practicaréis mis mandamientos y cumpliréis mis leyes; las seguiréis. Yo, Yavé, vuestro Dios.

5. Guardaréis mis leyes y mis mandamientos; el que los cumpliere vivirá por ellos. Yo, Yavé.

6. Ninguno de vosotros se acercará a una consanguínea suya para descubrir su desnudez. Yo, Yavé.

7. No descubrirás la desnudez de tu padre ni la de tu madre; es tu madre; no descubrirás su desnudez.

8. No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre; es la desnudez de tu padre.

9. No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre; nacida en la casa o fuera de ella, no descubrirás su desnudez.

10. No descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu hija, porque es tu propia desnudez.

11. No descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, nacida de tu padre; es tu hermana.

12. No descubrirás la desnudez de la hermana de tu padre; es la carne de tu padre.

13. No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre; es la carne de tu madre.

14. No descubrirás la desnudez del hermano de tu padre acercándote a su mujer; es tu tía,

15. No descubrirás la desnudez de tu nuera; es la mujer de tu hijo; no descubrirás su desnudez.

16. No descubrirás la desnudez de la mujer de tu hermano; es la desnudez de tu hermano

17. No descubrirás la desnudez de una mujer y de su hija, ni tomarás a la hija de su hijo, ni a la hija de su hija para descubrir su desnudez; son parientes; es una infamia.

18. No tomarás a la hermana de tu mujer para hacer de ella una rival suya descubriendo su desnudez con la de tu mujer en vida de ésta.

19. No te acercarás a una mujer durante el tiempo de su impureza para descubrir su desnudez.

20. No tendrás comercio con la mujer de tu prójimo, manchándote con ella.

21. No darás hijo tuyo para ser pasado en honor de Moloc; no profanarás el nombre de tu Dios. Yo, Yavé.

22. No te ayuntarás con hombre como con mujer; es una abominación.

23. No te ayuntarás con bestia, manchándote con ella. La mujer no se pondrá ante una bestia, prostituyéndose ante ella; es una perversidad.

24. No os manchéis con ninguna de estas cosas, pues con ellas se han manchado los pueblos que yo voy a arrojar delante de vosotros.

25. Han manchado la tierra; yo castigaré sus maldades, y la tierra vomitará a sus habitantes.

26. Pero vosotros guardad mis leyes y mis mandamientos, no cometáis ninguna de esas abominaciones, ni indígena ni extranjero de los que habitan en medio de vosotros.

27. Porque todas estas abominaciones son las que han cometido los hombres de esa tierra que la habitaron antes de vosotros, y la tierra se ha manchado.

28. Que no os vomite la tierra por haberos manchado, como vomitó a los pueblos que antes de vosotros la habitaron;

29. porque cualquiera que cometa una de esas abominaciones será borrado de en medio de mi pueblo.

30. Guardad mis mandamientos, no practicando ninguna de esas prácticas abominables que se practicaban antes de vosotros, y no os manchéis con ellas. Yo, Yavé, vuestro Dios.”

 

Capítulo 19

 

Leyes de santidad y de justicia

 

1. Yavé habló a Moisés, diciendo:

2. “Habla a toda la asamblea de los hijos de Israel y diles:

3. Sed santos, porque yo soy santo, Yavé, vuestro Dios.

4. Terna cada uno a su padre y a su madre y guardad mis sábados. Yo, Yavé, vuestro Dios.”

5. Cuando ofrezcáis a Yavé un sacrificio pacífico, ofrecedlo de manera que sea aceptable.

6. La víctima será comida el día de su inmolación o al día siguiente; lo que quedare para el día tercero será quemado por el fuego.

7. Si alguno comiere de ellos al tercer día, es abominación; el sacrificio no será aceptable.

8. El que lo haga contraerá reato, porque profana lo consagrado a Yavé, y será borrado de en medio de su pueblo.

9. Cuando hagáis la recolección de vuestra tierra, no segarás hasta el límite extremo de tu campo, ni recogerás las espigas caídas,

10. ni harás el rebusco de tus viñas y olivares, ni recogerás las frutas caídas de los frutales; lo dejarás para el pobre y el extranjero. Yo Yavé, tu Dios.

11. No hurtaréis ni os haréis engaño y mentira unos a otros.

12. No jures en falso por mi nombre; es profanar el nombre de Dios. Yo, Yavé.

13. No oprimas a tu prójimo ni le despojes violentamente. No quede en tu mano hasta el siguiente día el salario del jornalero.

14. No profieras maldición contra el sordo ni pongas ante el ciego tropiezos para hacerle caer; has de temer a tu Dios. Yo, Yavé.

15. No hagas injusticia en tus juicios, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al poderoso; juzga a tu prójimo según justicia.

16. No vayas sembrando entre el pueblo la difamación; no depongas contra la sangre de tu prójimo. Yo, Yavé.

17. No odies en tu corazón a tu hermano, pero repréndele para no cargarte tú por él con un pecado.

18. No te vengues y no guardes rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Yavé.

19. Guardad mis mandamientos: “No aparearás bestias de diversa especie, ni sembrarás en tu campo simiente de dos especies, ni llevarás vestido tejido de dos especies de lino.”

20. Si alguno yaciera con mujer esclava, desposada de otro, no rescatada ni puesta en libertad, castígueseles, no con la muerte, pues ella no era libre.

21. Ofrecerá por su pecado el hombre ante Yavé, a la entrada del tabernáculo de la reunión, un carnero en sacrificio de expiación;

22. el sacerdote hará por él la expiación ante Yavé, con el carnero del sacrificio expiatorio por el pecado cometido, y le será perdonado.

23. Cuando hubiereis entrado en la tierra y plantareis árboles frutales de cualquier especie, sus frutos los miraréis como incircuncisos; durante tres años serán para vosotros incircuncisos y no los comeréis.

24. Al cuarto año, todos sus frutos serán consagrados a Yavé.

25. Al quinto año comeréis ya sus frutos, y el árbol aumentará vuestras utilidades. Yo, Yavé, vuestro Dios.

26. No comeréis carne con sangre ni practicaréis la adivinación ni la magia.

27. No raparéis en redondo la cabeza ni raeréis los lados de vuestra barba.

28. No os haréis incisiones en vuestra carne por un muerto ni imprimiréis en ella figura alguna. Yo, Yavé.

29. No profanes a tu hija, prostituyéndola, que no se entregue la tierra a la prostitución y se llene de crímenes.

30. Observad mis sábados y reverenciad mi santuario.

31. No acudáis a los que evocan a los muertos ni a los adivinos, ni los consultéis, para no mancharos con su trato. Yo, Yavé, vuestro Dios.

32. Álzate ante una cabeza blanca y honra la persona del anciano. Teme a tu Dios. Yo, Yavé.

33. Si viene un extranjero para habitar en vuestra tierra, no le oprimáis;

34. tratad al extranjero que habita en medio de vosotros como al indígena de entre vosotros; ámale como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. Yo, Yavé, vuestro Dios.

35. No hagáis injusticia, ni en los juicios, ni en las medidas de longitud, ni en los pesos, ni en las medidas de capacidad.

36. Tened balanzas justas, pesos justos, un “efá” justo y un “hin” justo. Yo, Yavé, vuestro Dios, que os he sacado de la tierra de Egipto.

37. Guardad todas mis leyes y mandamientos y practicadlos. Yo, Yavé.”

 

Capítulo 20

Algunas leyes penales

 

1. Yavé habló a Moisés, diciendo:

2. “Di a los hijos de Israel: Quienquiera que de entre los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan en Israel, ofrezca a Moloc un hijo suyo, será castigado con la muerte; el pueblo le lapidará.

3. Yo me volveré contra ese hombre y le exterminaré de en medio de su pueblo por haber entregado a Moloc a uno de sus hijos, manchando mi santuario y profanando mi santo nombre.

4. Si el pueblo cerrase los ojos respecto de este hombre que ofreció a Moloc a uno de sus hijos, y no le diera muerte,

5. yo me volveré contra él y contra su parentela, y le exterminaré de en medio de su pueblo y a cuantos como él se prostituyan ante Moloc.

6. Si alguno acudiera a los que evocan a los muertos y a los que adivinan, prostituyéndose ante ellos, yo me volveré contra él y le exterminaré de en medio de su pueblo.

7. Santificaos y sed santos, porque yo soy Yavé, vuestro Dios.

8. Guardad mis leyes y practicadlas. Yo, Yavé, que os santifica.

9. Quien maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte; caiga su sangre sobre él.

10. Si adultera un hombre con la mujer de su prójimo, hombre y mujer adúlteros serán castigados con la muerte.

11. Si uno se acuesta con la mujer de su padre, descubriendo así la desnudez de su padre, los dos serán castigados con la muerte; caiga sobre ellos su sangre.

12. Si uno se acuesta con su nuera, ambos serán castigados con la muerte; han cometido un crimen vergonzoso; caiga su sangre sobre ellos.

13. Si uno se acuesta con otro como se hace con una mujer, ambos hacen cosa abominable, y serán castigados con la muerte. Caiga su sangre sobre ellos.

14. Si uno toma por mujeres la hija y la madre, es un crimen abominable; serán quemados él y ellas, para que no se dé entre vosotros crimen semejante.

15. El que tenga comercio con una bestia será castigado con la muerte, y la bestia la mataréis.

16. Si una mujer se acerca a una bestia, prostituyéndose ante ella, matarás a la mujer y a la bestia; ambas serán muertas; caiga sobre ellas su sangre.

17. Si uno toma a su hermana, hija de su padre o de su madre, viendo él la desnudez de ella, y ella la desnudez de él, es un crimen, y los dos serán borrados de su pueblo a la vista de los hijos de su pueblo; él ha descubierto la desnudez de su hermana; lleve sobre sí su iniquidad.

18. Si uno se acuesta con mujer mientras ésta tiene el flujo menstrual y descubre su desnudez su flujo, y ella descubre el flujo de su sangre, serán ambos borrados de en medio de su pueblo.

19. No descubras la desnudez de la hermana de tu madre ni la de la hermana de tu padre, porque es descubrir tu propia carne. Llevarán sobre sí su iniquidad.

20. Si uno se acuesta con su tía, descubre la desnudez de su tía. Llevarán sobre sí la iniquidad; no tendrán hijos.

21. Si uno toma mujer de su hermano, es una inmundicia. Descubrió la desnudez de su hermano. No tendrán hijos.

22. Guardad todas mis leyes y todos mis mandamientos y ponedlos por obra, para que no os vomite la tierra adonde os llevo.

23. No imitéis las costumbres de las gentes que yo voy a arrojar de delante de vosotros; ellos hacían estas maldades, y yo los aborrecí.

24. Yo os he dicho: vosotros poseeréis esa tierra, yo os la daré en posesión; es una tierra que mana leche y miel. Yo, Yavé, vuestro Dios, que os he separado de las gentes.

25. Distinguid entre animales puros e impuros, entre aves puras e impuras, y no os hagáis abominables por los animales, por las aves ni por cuanto repta sobre la tierra, que yo os he enseñado a tener por impuro.

26. Sed santos para mí, porque yo, Yavé, soy santo, y os he separado de las gentes para que seáis míos.

27. Todo hombre o mujer que evoque a los muertos y se dé a la adivinación será muerto, lapidado; caiga sobre ellos su sangre.”

 

Capítulo 21

Leyes acerca de la pureza habitual de los sacerdotes

 

1. Yavé dijo a Moisés: “Habla a los sacerdotes hijos de Aarón y diles

2. que ninguno se contamine por un muerto de los de su pueblo, a no ser por próximo consanguíneo, por su madre, por su padre, por su hijo, por su hija, por su hermano,

3. por su hermana virgen que viva con él y no se hubiere casado; por ésa puede contaminarse.

4. Pero no por sus otros parientes, profanándose.

5. No se raerán la cabeza ni los lados de la barba, ni se harán incisiones en la carne.

6. Serán santos para su Dios y no profanarán su nombre, pues son ellos los que ofrecen las combustiones de Yavé, pan de su Dios, y han de ser santos.

7. No tomarán mujer prostituida o deshonrada, ni desposada, ni mujer repudiada por su marido, porque el sacerdote está consagrado a su Dios.

8. Por santo le tendrás, pues él ofrece el pan de tu Dios, y será santo para ti, porque santo soy yo, Yavé, que lo santifico.

9. Si la hija de un sacerdote se profana prostituyéndose, profana a su padre y será quemada en el fuego.

10. El sumo sacerdote, de entre sus hermanos, sobre cuya cabeza se derramó el óleo de la unción, a quien se le llenó la mano para vestirse las vestiduras sagradas, no desnudará su cabeza, no rasgará su vestido,

11. ni se acercará a ningún muerto, ni se contaminará ni por su padre ni por su madre.

12. No se saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios, pues el óleo de la unción de su Dios es corona suya. Yo, Yavé.

13. Tomará virgen por mujer,

14. no viuda, ni repudiada, ni desflorada, ni prostituida. Tomará una virgen de las de su pueblo,

15. y no deshonrará su descendencia en medio de su pueblo, porque yo soy Yavé, quien le santifico.”

16. Yavé habló a Moisés, diciendo:

17. “Habla a Aarón y dile: Ninguno de tu estirpe, según sus generaciones, que tenga una deformidad corporal, se acercará a ofrecer el pan de su Dios.

18. Ningún deforme se acercará, ni ciego, ni cojo, ni mutilado, ni monstruoso,

19. ni quebrado de pie o mano,

20. ni jorobado, ni enano, ni bisojo, ni sarnoso, ni tiñoso, ni hermoso.

21. Ninguno de la estirpe de Aarón que tenga una deformidad corporal se acercará para ofrecer las combustiones de Yavé; es defectuoso, no se acercará a ofrecer el pan de su Dios;

22. podrá comer el pan de su Dios, lo santísimo y lo santo,

23. mas no entrar detrás del velo ni acercarse al altar, porque tiene defecto y no debe contaminar mi santuario. Yo, Yavé, que los santifico.”

24. Así habló Moisés a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel.

 

Capítulo 22

Santidad de las ofrendas

 

1. Habló Yavé a Moisés, diciendo:

2. “Habla a Aarón y a sus hijos para que respeten las cosas santas que me consagran los hijos de Israel, y no profanen mi santo nombre. Yo, Yavé.

3. Diles: Cualquiera de vuestra estirpe de vuestras generaciones que tenga sobre sí alguna impureza, guárdese de acercarse a las cosas santas que los hijos de Israel ofrecen a Yavé; si lo hiciere, será borrado de ante mí. Yo, Yavé.

4. El que de la estirpe de Aarón tuviere lepra o flujo, no comerá de las cosas santas hasta no quedar puro.

5. Lo mismo el que haya tocado a un inmundo manchado por el contacto de un cadáver, o que haya derramado el semen, o que haya tocado un reptil que le contaminó, o que esté contaminado por haber tocado a un impuro que le transmitió su impureza, cualquiera que ésta sea.

6. Quien tocare algo de eso será impuro hasta la tarde, y no comerá cosa santa; se bañará en agua,

7. y después de la puesta del sol será puro, y podrá comer cosas santas, pues son su comida.

8. No comerá de animal mortecino ni desgarrado, manchándose con ello. Yo, Yavé.

9. Que guarden todos mis mandamientos, no sea que por algo de esto incurran en pecado y mueran por haber profanado las cosas santas. Yo, Yavé, que los santifico.

10. Ningún extraño comerá las cosas santas, ni el que habite en la casa del sacerdote ni el mercenario las comerán;

11. pero el esclavo comprado a precio por el sacerdote y el nacido en su casa podrán comerlas, pues son su alimento.

12. La hija de un sacerdote casada con un extraño no podrá comer de las cosas santas;

13. pero, si enviudare o fuese repudiada sin tener hijos y vuelve a la casa de su padre, como estaba en ella en su juventud, podrá comer de lo que come su padre; mas ningún extraño lo comerá.

14. Quien por inadvertencia comiere una cosa santa, la restituirá al sacerdote con un quinto de más.

15. No profanen los sacerdotes las cosas santas de los hijos de Israel, lo reservado a Yavé,

16. y se carguen la fealdad del delito cuando coman las cosas santas. Yo, Yavé, que los santifico.”

 

Las víctimas para los sacrificios han de ser sin defecto

 

17. Yavé habló a Moisés diciendo:

18. “Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: Quienquiera de la casa de Israel o de los extranjeros que presente su ofrenda, sea en cumplimiento de un voto, sea como ofrenda voluntaria, si lo que ofrece a Yavé es holocausto,

19. para que sea aceptable, la víctima ha de ser sin defecto de entre los bueyes, las ovejas o las cabras.

20. No ofreceréis nada defectuoso, pues no sería aceptable.

21. Cuando uno ofrezca a Yavé ganado mayor o ganado menor en sacrificio pacífico, sea para cumplir un voto, sea como ofrenda voluntaria, la víctima, para ser aceptable, ha de ser perfecta, sin defecto.

22. Un animal ciego, cojo o mutilado, ulcerado, sarnoso o tiñoso no se lo ofreceréis a Yhvé, ni quemaréis nada de él en el altar a Yavé.

23. Podrás inmolar como ofrenda voluntaria un buey o una oveja que tenga un miembro demasiado largo o demasiado corto, pero esa víctima no sería aceptable para el cumplimiento de un voto.

24. No ofreceréis a Yavé un animal que tenga los testículos aplastados, hundidos, cortados o arrancados; no lo ofreceréis a Yavé; eso no lo haréis nunca en vuestra tierra.

25. Ni de la mano de un extranjero recibiréis tales víctimas para ofrecerlas como alimento de vuestro Dios, pues están corrompidas y manchadas y no serían aceptables.”

26. Yavé dijo a Moisés:

27. “Al nacer un becerro, un cordero o un cabrito, quedarán siete días a la ubre de la madre; a partir del día octavo serán en adelante agradables para ser ofrecidos a Yavé en sacrificio por el fuego;'

28. sea buey o cordero, no inmoléis en el mismo día el animal y su cría.

29. Cuando ofrezcáis a Yavé un sacrificio de acción de gracias, lo ofreceréis de manera que sea aceptable;

30. la víctima será comida el día mismo, sin dejar nada para el día siguiente. Yo, Yavé.”

31. Guardad mis mandamientos y ponedlos por obra; yo, Yavé.

32. No profanéis mi santo nombre; sea yo santificado en medio de los hijos de Israel. Yo, Yavé, que os santifico

33. y os he sacado de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios. Yo, Yavé.”

 

Capítulo 23

Las solemnidades. El sábado

 

1. Yavé habló a Moisés, diciendo:

2. “Habla a los hijos de Israel y diles: Estas son las solemnidades, asambleas santas, que convocaréis.

3. Seis días trabajaréis, pero el séptimo, que es sábado, es santo, día de descanso y de santa asamblea. No haréis en él trabajo alguno. Es el descanso consagrado a Yavé dondequiera que habitéis.

4. Estas son las fiestas de Yavé, las asambleas santas que convocaréis a su tiempo.

 

La Pascua

 

5. El mes primero, el día catorce del mes, entre dos luces, es la pascua de Yavé.

6. El quince del mes es la fiesta de los ázimos de Yavé. Durante siete días comeréis pan sin levadura.

7. El primer día convocaréis asamblea santa, y no haréis ningún trabajo servil.

8. Ofreceréis a Yavé por siete días consecutivos sacrificios por el fuego. El séptimo día convocaréis asamblea santa y no haréis en él ningún trabajo servil.”

 

Las primicias

 

9. Yavé habló a Moisés, diciendo:

10. “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os daré y hagáis en ella la recolección, llevaréis al sacerdote una gavilla de espigas, primicias de vuestra recolección;

11. y él agitará la gavilla ante Yavé para que os sea propicio; el sacerdote la agitará al día siguiente al sábado,

12. y el día que ofrezcáis la gavilla, sacrificaréis en holocausto a Yavé un cordero primal sin defecto,

13. acompañaréis la oblación de dos décimas de flor de harina, como ofrenda de combustión de olor suave a Yavé; la libación será de vino, un cuarto de “hin.”

14. No comeréis ni pan, ni trigo tostado, ni espigas frescas de lo nuevo hasta el día en que llevéis la ofrenda a vuestro Dios. Es ley perpetua para vuestros descendientes dondequiera que habitéis.

 

Pentecostés

 

15. A partir del día siguiente al sábado, del día en que traigáis la gavilla de espigas, contaréis siete semanas completas.

16. Contados así cincuenta días hasta el día siguiente del séptimo sábado, ofreceréis a Yavé una nueva oblación.

17. Llevaréis de vuestra casa, para agitarlos, dos panes hechos con dos décimas de flor de harina y cocidos con levadura. Son las primicias de Yavé.

18. Con estos panes ofreceréis en holocausto a Yavé siete corderos primales sin defecto, un novillo y dos carneros, acompañando la ofrenda y la libación, en sacrificio de combustión de suave olor a Yavé.

19. Inmolaréis también un macho cabrío en sacrificio por el pecado y dos corderos primales en sacrificio pacífico.

20. El sacerdote los mecerá con los panes de las primicias, en ofrenda mecida ante Yavé; y los panes, lo mismo que los dos corderos consagrados a Yavé, serán para el sacerdote.

21. Ese mismo día convocaréis asamblea santa, y no haréis en él ningún trabajo servil. Es ley perpetua para vuestros descendientes dondequiera que habitéis.

22. Cuando hagáis la recolección en vuestra tierra, no segarás hasta el límite extremo del campo ni recogerás lo que queda para espigar; lo dejarás para el pobre y el extranjero. Yo, Yavé, vuestro Dios.

 

Año nuevo

 

23. Yavé habló a Moisés, diciendo:

24. “Habla a los hijos de Israel y diles: Al séptimo mes, el día primero del mes tendréis fiesta solemne, anunciada a son de trompeta, asamblea santa.

25. No haréis en él ningún trabajo servil y ofreceréis a Yavé sacrificios de combustión.

 

La expiación

 

26. Yavé habló así a Moisés:

27. “El día décimo del séptimo mes es el día de la expiación; tendréis asamblea santa, os mortificaréis, y ofreceréis a Yavé sacrificios de combustión.

28. No haréis en ese día ningún trabajo servil, porque es día de expiación y se ha de hacer la expiación por vosotros ante Yavé, vuestro Dios.

29. Todo el que en ese día no se afligiere, será borrado de en medio de su pueblo;

30. y todo el que en ese día haga un trabajo cualquiera, yo le exterminaré de en medio de su pueblo.

31. No haréis trabajo alguno. Es ley perpetua para vuestros descendientes dondequiera que habitéis.

32. Será para vosotros sábado, día de reposo, de ofrenda mecida, y os afligiréis; el noveno día del mes, desde la tarde hasta la tarde siguiente, guardaréis vuestro sábado.”

 

Fiesta de los Tabernáculos

 

33. Yavé habló a Moisés, diciendo:

34. “Habla a los hijos de Israel y diles: El día quince de este séptimo mes es la fiesta de los Tabernáculos, durante siete días, en honor de Yavé.

35. El día primero, asamblea santa; no haréis en él ningún trabajo servil.

36. Durante siete días ofreceréis a Yavé sacrificios de combustión. El día octavo, asamblea santa, y ofreceréis a Yavé sacrificios de combustión. Es asamblea santa; no haréis en él ningún trabajo servil.

37. Estas son las fiestas de Yavé que convocaréis para tener en ellas asamblea santa y ofrecer a Yavé sacrificios de combustión, holocaustos y oblaciones, víctimas y libaciones, cada día lo que corresponda,

38. además de los sábados de Yavé, de vuestros dones, de vuestros votos y de todas las ofrendas voluntarias que presentéis a Yavé.

39. El día quince del séptimo mes, cuando hayáis recogido los frutos de la tierra, celebraréis la fiesta de Yavé durante siete días. El primer día será de descanso, e igualmente el octavo.

40. El primer día tomaréis gajos de frutales hermosos, ramos de palmera, ramas de árboles frondosos, de sauces de ribera, y os regocijaréis ante Yavé, vuestro Dios, durante siete días.

41. Celebraréis esta fiesta durante siete días cada año. Es ley perpetua para vuestros descendientes, y la celebraréis el séptimo mes.

42. Moraréis los siete días en cabañas; todo indígena de Israel morará en cabañas,

43. para que sepan sus descendientes que yo hice habitar en tiendas a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo, Yavé, vuestro Dios.

44. Moisés promulgó las fiestas de Yavé a los hijos de Israel.

 

Capítulo 24

Las lámparas del santuario

 

1. Yavé habló a Moisés, diciendo:

2. “Manda a los hijos de Israel que te traigan para el candelabro aceite puro de olivas molidas, para alimentar continuamente las lámparas.

3. Por defuera del velo que está delante del testimonio, en el tabernáculo de la reunión, Aarón las preparará para que ardan continuamente, de la tarde a la mañana, en presencia de Yavé. Es ley perpetua para vuestros descendientes.

4. Dispondrás siempre las lámparas en el candelabro de oro puro, para que ardan continuamente ante Yavé.


El pan de la proposición

 

5. Tomarás flor de harina y cocerás doce panes de dos décimas cada uno,

6. y los colocarás, en dos rimeros de seis cada uno, sobre la mesa de oro delante de Yavé.

7. Pondrás incienso puro sobre cada rimero, que sea para el pan perfume de combustión a Yavé.

8. Cada sábado, de continuo, lo dispondrás así ante Yavé, de parte de los hijos de Israel, en perpetua alianza.

9. Serán para Aarón y sus hijos, que los comerán en lugar santo, porque es para ellos cosa santísima entre las ofrendas de combustión hechas a Yavé. Es ley perpetua.

 

Castigo del blasfemo

 

10. El hijo de una mujer israelita, pero de padre egipcio, que habitaba entre los hijos de Israel, riñó en el campo con el hijo de una mujer israelita y de un padre israelita;

11. y profirió el nombre de Yavé y le maldijo. Su madre se llamaba Sulamit, hija de Dabri, de la tribu de Dan.

12. Le encarcelaron hasta que Moisés pronunciase de parte de Yavé lo que había de hacerse;

13. y Yavé habló a Moisés, diciendo:

14. “Saca del campo al blasfemo; que cuantos le han oído le pongan su mano sobre la cabeza y que toda la asamblea le lapide.

15. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Quienquiera que maldijere a su Dios llevará sobre sí su iniquidad;

16. y quien blasfemare el nombre de Yavé será castigado con la muerte; toda la asamblea le lapidará. Extranjero o indígena, quien blasfemare de Yavé, morirá.

17. Quien hiera a otro mortalmente, morirá.

18. Quien hiera mortalmente una bestia, restituirá bestia por bestia.

19. Al que maltrata a su prójimo se le hará como él ha hecho:

20. fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le hará la misma herida que él haya hecho a su prójimo.

21. Quien matare una bestia, páguela; pero quien matare a un hombre, será muerto.

22. una sola ley tendréis para el extranjero, igual que para el indígena, porque yo soy Yavé, vuestro Dios.”

23. Moisés se lo comunicó a los hijos de Israel, y conducido el blasfemo fuera del campamento, le lapidaron, haciendo lo que Yavé había mandado a Moisés.

 

Capítulo 25

El año sabático

 

1. Yavé habló a Moisés en el monte Sinaí, diciendo:

2. “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra que Yavé os da, descansará la tierra; será un descanso en honor de Yavé.

3. Seis años sembrarás tu campo y seis años vendimiarás tu viña y recogerás sus productos;

4. pero el séptimo será un sábado de descanso para la tierra, sábado en honor de Yavé. Ni sembrarás en él tu campo, ni podarás tu viña,

5. ni recogerás lo que de sí dieren; ni el trigo que dé tu campo ni las uvas que dé tu viña las vendimiarás; será para la tierra año de descanso.

6. Lo que la tierra diere de sí os servirá de comida a ti, a tu siervo y a tu sierva, a tu jornalero y al extranjero que habita contigo,

7. a tus bestias y a los animales de tu tierra; todo su producto os servirá de alimento.

El año jubilar

 

8. Contarás siete semanas de años, siete veces siete años, viniendo a ser el tiempo de las siete semanas de cuarenta y nueve años.

9. El día décimo del séptimo mes harás que resuene el sonido de la trompeta, el sonido de la expiación; haréis resonar el sonido de la trompeta por toda vuestra tierra,

10. y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis la libertad por toda la tierra para todos los habitantes de ella. Será para vosotros jubileo, y cada uno de vosotros recobrará su propiedad, volverá a su familia.

11. El año cincuenta será para vosotros jubileo; no sembraréis ni recogeréis lo que de sí diere la tierra, ni vendimiaréis la viña no podada;

12. porque es el jubileo, que será sagrado para vosotros. Comeréis el fruto que de sí dieren los campos.

13. En este año jubilar volverá cada uno a su posesión.

14. Si vendéis a vuestro prójimo o le compráis alguna cosa, que nadie perjudique a su hermano.

15. Comprarás a tu prójimo conforme al número de años transcurridos después del jubileo, y conforme al número de años de cosecha te venderá él a ti.

16. Cuantos más años queden, tanto más aumentarás el precio; cuantos menos queden, tanto más lo bajarás, porque es el número de las cosechas lo que se vende.

17. Que nadie de vosotros defraude a su hermano; teme a tu Dios, porque yo soy Yavé, vuestro Dios.

18. Cumplid mis leyes y poned por obra mis mandamientos, guardadlos y viviréis seguros en la tierra.

19. La tierra dará sus frutos, comeréis a saciedad y habitaréis en ella en seguridad.

20. Si preguntáis: ¿Qué comeremos el año séptimo, pues que no sembramos ni cosechamos nuestros frutos?,

21. yo os mandaré mi bendición el año sexto, y producirá frutos para tres años.

22. Sembraréis el año octavo y comeréis de la cosecha añeja; hasta la cosecha del año venidero comeréis frutos añejos.


El rescate de las propiedades y los siervos

 

23. Las tierras no se venderán a perpetuidad, porque la tierra es mía, y vosotros sois en lo mío peregrinos y extranjeros.

24. En todo el territorio de vuestra posesión daréis derecho a redimir la tierra.

25. Si tu hermano empobreciere y vendiere algo de su propiedad, vendrá el que tenga derecho, su pariente más próximo, y rescatará lo vendido por su hermano.

26. Si no tuviere rescatador, que busque él con qué hacer el rescate;

27. entonces descontará los años desde la venta y pagará al comprador lo que reste, volviendo a su propiedad.

28. Si no halla de qué pagar el resto, lo vendido quedará en poder del comprador hasta el año del jubileo, y entonces será libre, y el vendedor tornará a entrar en su propiedad.

29. Si vendiere uno una casa en ciudad amurallada, tendrá derecho al rescate durante un año a partir de la venta; su derecho al rescate durará un año entero.

30. Si la casa situada en una ciudad amurallada no es rescatada dentro del año completo, será por siempre del que la compró y de sus descendientes; no quedará libre el año del jubileo.

31. Las casas de los pueblos no amurallados serán tenidas como feudo de la tierra, podrán ser rescatadas y serán liberadas el año del jubileo.

32. Por lo que hace a las ciudades de los levitas, las casas que en ellas tengan los levitas serán perpetuamente rescatables.

33. Cuando la casa de un levita no fuere rescatada, la casa vendida en ciudad, de las que les han sido dadas, quedará liberada en el jubileo, porque las casas de los levitas en sus ciudades son su posesión en medio de los hijos de Israel.

34. Los campos situados en derredor de las ciudades de los levitas no podrán venderse, pues son su posesión a perpetuidad.

35. Si empobreciere tu hermano y te tendiere su mano, acógele y viva contigo como extranjero y peregrino;

36. no le darás tu dinero a usura ni de tus bienes a ganancia. Teme a tu Dios y viva contigo tu hermano.

37. No le prestes tu dinero a usura ni tus víveres a ganancia.

38. Yo, Yavé, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para daros la tierra de Canaán para ser vuestro Dios.

39. Si empobreciere tu hermano cerca de ti y se te vende, no le trates como siervo;

40. sea para ti como mercenario; te servirá hasta el año del jubileo.

41. Saldrá de tu casa él y sus hijos con él, y volverá a su familia, entrando de nuevo en la propiedad de sus padres.

42. Porque son siervos míos que saqué yo de la tierra de Egipto y no han de ser vendidos como esclavos.

43. No los dominarás duramente, sino que temerás a Yavé, tu Dios.

44. Los esclavos o esclavas que tengas, tomadlos de las gentes que están en derredor vuestro; de ellos compraréis siervos y siervas.

45. También podréis comprar de entre los hijos de los extranjeros que viven con vosotros y de entre los que de su linaje han nacido en medio de vosotros, y serán propiedad vuestra.

46. Se los dejaréis en herencia a vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria, sirviéndoos de ellos siempre; pero de vuestros hermanos, los hijos de Israel, ninguno de vosotros será para su hermano un amo duro.

47. Si el extranjero o peregrino que vive en medio de vosotros se enriqueciere, y un hermano tuyo cerca de él empobreciere, y se vendiere al extranjero que vive contigo o a uno de su linaje,

48. tendrá derecho a su rescate después de haberse vendido; cualquiera de sus hermanos podrá redimirle;

49. su tío, o el hijo de su tío, o un pariente próximo podrá redimirle; o si él ganare con qué, él mismo se redimirá.

50. Contará al que le compró los años desde su venta al año del jubileo, y el precio de venta se computará según el número de años, valorando sus jornadas de trabajo como las de un jornalero.

51. Si quedan todavía muchos años, pagará su rescate conforme al número de esos años, pagará el precio en que se vendió;

52. si quedan pocos años hasta el día del jubileo, hará la cuenta, y conforme al número de esos años pagará su rescate.

53. Le tratará como a un ajustado por año, y no consentirás que a tus ojos le trate su amo con dureza.

54. Si no es rescatado por sus parientes, quedará libre el año del jubileo, él y sus hijos consigo.

55. Porque son míos los hijos de Israel, son siervos míos, que saqué yo de la tierra de Egipto. Yo, Yavé, vuestro Dios.

 

Capítulo 26

El culto del verdadero Dios

 

1. No os hagáis ídolos, ni os alcéis cipos, ni pongáis en vuestra tierra piedras esculpidas para prosternaros ante ellos, porque soy yo, Yavé, vuestro Dios.

2. Guardad mis sábados y reverenciad mi santuario. Yo, Yavé.


Promesas a los fieles

 

3. Si cumplís mis leyes, si guardáis mis mandamientos y los ponéis por obra,

4. yo mandaré las lluvias a su tiempo, la tierra dará sus frutos, y los árboles del campo darán los suyos.

5. La trilla se prolongará entre vosotros hasta la vendimia, y la vendimia hasta la sementera, y comeréis vuestro pan a saciedad y habitaréis en seguridad en vuestra tierra.

6. Daré paz a la tierra; nadie turbará vuestro sueño, y dormiréis sin que nadie os espante. Haré desaparecer de vuestra tierra los animales dañinos, y no pasará por vuestro país la espada.

7. Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada.

8. Cinco de vosotros perseguirán a ciento, ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán ante vosotros al filo de la espada.

9. Yo volveré a vosotros mi rostro, y os haré fecundos y os multiplicaré, y yo mantendré mi alianza con vosotros.

10. Comeréis lo añejo, y habréis de sacar fuera lo añejo para encerrar lo nuevo

11. Estableceré mi morada entre vosotros y no os abominará mi alma.

12. Marcharé en medio de vosotros y seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.

13. Yo, Yavé, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis esclavos en ella, rompí las coyundas de vuestro yugo y hago que podáis andar erguida la cabeza.


Amenazas contra los infieles

 

14. Pero, si no me escucháis y no ponéis por obra mis mandamientos, si desdeñáis mis leyes,

15. menospreciáis mis mandamientos y no los ponéis por obra, y rompéis mi alianza,

16. ved lo que también yo haré con vosotros: echaré sobre vosotros el espanto, la consunción y la calentura, que debilitan los ojos y consumen la vida; sembraréis en vano vuestra simiente, pues serán los enemigos los que la comerán;

17. me volveré airado contra vosotros y seréis derrotados por vuestros enemigos; os dominarán los que os aborrecen, y huiréis sin que os persiga nadie.

18. Si después de esto no me obedecéis todavía, echaré sobre vosotros plagas siete veces mayores por vuestros pecados;

19. quebrantaré la fuerza de vuestro orgullo; haré como de hierro vuestro cielo y como de bronce vuestra tierra.

20. Serán vanas vuestras fatigas, pues no os dará la tierra sus productos, ni los árboles de ella sus frutos.

21. Y si todavía os oponéis a mí y no queréis obedecerme, os castigaré otras siete veces más por vuestros pecados;

22. lanzaré contra vosotros fieras que devoren vuestros hijos, destrocen vuestro ganado y os reduzcan a escaso número, de modo que queden desiertos vuestros caminos.

23. Si con tales castigos no os convertís a mí y seguís marchando contra mí,

24. yo a mi vez marcharé contra vosotros y os rechazaré, y os heriré también siete veces más por vuestros pecados;

25. esgrimiré contra vosotros la espada vengadora de mi alianza; os refugiaréis en vuestras ciudades, y yo mandaré en medio de vosotros la peste y os entregaré en manos de vuestros enemigos,

26. quebrantando todo vuestro sostén de pan; diez mujeres bastarán para cocer el pan en un solo horno y os lo darán tasado; comeréis y no os hartaréis.

27. Si todavía no me obedecéis y seguís oponiéndoos a mí,

28. yo me opondré a vosotros con furor y os castigaré siete veces por vuestros pecados.

29. Comeréis las carnes de vuestros hijos, comeréis las carnes de vuestras hijas;

30. destruiré vuestros lugares excelsos, abatiré vuestras estelas consagradas al sol; amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y mi alma os abominará.

31. Convertiré vuestras ciudades en desiertos, saquearé vuestros santuarios y no aspiraré ya más el suave olor de vuestros perfumes.

32. Devastaré la tierra, y vuestros enemigos, que serán los que la habiten, quedarán pasmados;

33. y a vosotros os dispersaré yo entre las gentes y os perseguiré con la espada desenvainada en pos de vosotros; vuestra tierra será devastada, y vuestras ciudades quedarán desiertas.

34. Entonces disfrutará la tierra de sus sábados, durante todo el tiempo que durare la soledad y estéis vosotros en la tierra de vuestros enemigos. Entonces descansará la tierra y gozará de sus sábados.

35. Todo el tiempo que quedará devastada, tendrá el descanso que no tuvo en vuestros sábados, cuando erais vosotros los que la habitabais.

36. A los que de vosotros sobrevivan, yo les infundiré espanto tal en sus corazones, en la tierra de sus enemigos, que el moverse de una hoja los sobresaltará y los hará huir como se huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga;

37. y tropezarán los unos con los otros, como si huyeran delante de la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir ante vuestros enemigos;

38. y pereceréis entre las gentes, y la tierra de vuestros enemigos os devorará.

39. Los que sobrevivan serán consumidos por sus iniquidades en la tierra enemiga, y consumidos por las iniquidades de sus padres.

40. Confesarán sus iniquidades y las de sus padres por las prevaricaciones con que contra mí prevaricaron,

41. y que, por habérseme opuesto a mí, me opuse yo a ellos y los eché a tierra de enemigos. Humillarán su corazón incircunciso y reconocerán sus iniquidades;

42. y yo entonces me acordaré de mi alianza con Jacob, de mi alianza con Isaac, de mi alianza con Abraham, y me acordaré de su tierra.

43. Ellos tendrán que abandonar la tierra, que gozará de sus sábados, yerma, lejos de ellos. Serán sometidos al castigo de sus iniquidades por haber menospreciado mis mandamientos y haber aborrecido mis leyes.

44. Pero, aun con todo esto, cuando estén en tierra enemiga, yo no los rechazaré, ni abominaré de ellos hasta consumirlos del todo, ni romperé mi alianza con ellos, porque yo soy Yahvé, su Dios.

45. Me acordaré por ellos de mi alianza antigua, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las gentes para ser su Dios. Yo, Yavé.”

46. Estos son los mandamientos, estatutos y leyes que Yavé estableció entre sí y los hijos de Israel, en el monte Sinaí, por medio de Moisés.

 

Capítulo 27

Votos

 

1. Yavé habló a Moisés, diciendo:

2. “Habla a los hijos de Israel y diles: Si uno hace voto a Yavé, se estimarán para Yavé las personas, como las estimas tú.

3. Un hombre de veinte a sesenta años lo estimarás en cincuenta siclos de plata, según el peso del siclo del santuario.

4. Una mujer la estimarás en treinta siclos.

5. De los cinco a los veinte años” estimarás un mozo en veinte siclos, y una moza en diez.

6. De un mes a cinco años, estimarás en cinco siclos un niño y en tres siclos una niña.

7. De sesenta años para arriba, estimarás en quince siclos un hombre y en diez una mujer.

8. Si el que hizo el voto es demasiado pobre para pagar el valor de tu estimación, será presentado al sacerdote, que fijará el precio según los recursos del hombre aquel.”

9. Si el voto es de animales de los que se ofrecen a Yavé, cuanto así se ofrece en don a Yavé será cosa santa.

10. No será mudado, no se pondrá uno malo en vez de uno bueno, ni uno bueno en vez de uno malo; si se permutare un animal por otro, ambos serán cosa santa.

11. Si es de animal impuro, de los que no pueden ofrecerse a Yavé en sacrificio, se le presentará al sacerdote,

12. que lo estimará según sea de bueno o de malo, y se estará a la estimación del sacerdote.

13. Si se le quiere rescatar, se añadirá un quinto a su valor.

14. Si uno santifica a su casa, consagrándola a Yavé, el sacerdote hará la estimación de ella, según que sea de buena o de mala, y se estará a la estimación del sacerdote.

15. Si se la quisiere rescatar, se añadirá un quinto al precio de tu estimación y será suya.

16. Si uno santifica parte de la tierra de su propiedad, tu estimación será conforme a su sembradura, a razón de cincuenta siclos por cada “jómer” de cebada de sembradura.

17. Si la santifica antes del año de jubileo, habrá de atenerse a tu estimación;

18. pero, si es después del jubileo cuando santifica su campo, el sacerdote lo estimará según el número de años que quedan para el jubileo, haciendo la rebaja de tu estimación.

19. Si el que santificó el campo quiere rescatarlo, añadirá un quinto al precio de tu estimación, y el campo quedará suyo.

20. Si no los rescata o lo vende a uno de otra familia, el campo no podrá ser rescatado más;

21. y cuando al jubileo quede libre, será consagrado a Yavé, como campo de voto, y pasará a ser propiedad del sacerdote.

22. Si uno consagra a Yavé un campo comprado por él, que no es parte de su heredad,

23. el sacerdote calculará el valor según tu estimación y los años que falten para el jubileo, y el hombre pagará aquel mismo día lo fijado, como cosa consagrada a Yavé.

24. El año del jubileo, el campo volverá a quien lo había vendido y de cuya heredad era parte.

25. Toda estimación se hará según el siclo del santuario, que es de veinte “guerras.”

26. Nadie, sin embargo, podrá consagrar el primogénito de su ganado, que, como primogénito, pertenece a Yavé; buey u oveja, de Yavé es.

27. Si se tratare de animal impuro, será redimido conforme a tu estimación, añadiendo sobre ella un quinto, y si no lo redimieres, será vendido conforme a tu estimación.

28. Nada de aquello que se consagre a Yavé con anatema, sea hombre o animal o campo de su propiedad, podrá ser vendido ni rescatado; cuanto se consagra a Yavé con anatema es cosa santísima.

29. Nada consagrado con anatema podrá ser rescatado; habrá de ser muerto.

30. Todo diezmo de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los árboles, es de Yavé, es cosa consagrada a Yavé.

31. Si alguno quisiere rescatar parte de su diezmo, habrá de añadir el quinto.

32. Los diezmos del ganado mayor o menor, de todo cuanto pasa bajo el cayado, son de Yavé,

33. No se mirará si es bueno o si es malo, ni se trocará; y si se trocare, el animal y su trueque serán ambos cosa santa, y no podrán ser rescatados.

34. Estos son los mandamientos que dio Yavé a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí.

 

C.R.Y&S

LA SAGRADA BIBLIA