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PARALIPÓMENOS
O CRÓNICAS
Capítulo
28 |
Ajaz, rey de Judá |
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1 |
Veinte
años tenía Ajaz cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años
en Jerusalén. No hizo lo recto a los ojos de Yavé, como lo hizo
David, su padre.
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2 |
Marchó
por los caminos de los reyes de Israel, y aun se hizo imágenes
fundidas de Baal, |
3 |
y
quemó perfumes en el valle de los hijos de Hinón, y pasó a sus
hijos por el fuego, según las abominaciones de las gentes que
Yavé había arrojado ante los hijos de Israel.
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4 |
Ofrecía
sacrificios y perfumes en los altos, sobre los collados y bajo
todo árbol frondoso. |
5 |
Yavé,
su Dios, le entregó en manos del rey de Siria, y los sirios
le derrotaron, haciéndole gran número de prisioneros, que se
llevaron a Damasco. Fue entregado también en manos del rey de
Israel, que le hizo experimentar una gran derrota. |
6 |
Pecaj,
hijo de Romelía, mató en un solo día en Judá a ciento veinte
mil hombres, todos valientes, porque habían dejado a Yavé, Dios
de sus padres. |
7 |
Zicri,
guerrero de Efraím, mató a Maseya, hijo del rey; a Azricam,
jefe de la casa del rey, y a Elcana, segundo después del rey. |
8 |
Los hijos de Israel hicieron entre sus hermanos doscientos mil
prisioneros, mujeres, hijos e hijas, y les hicieron mucho botín,
que se llevaron a Samaria. |
9 |
Había
un profeta de Yavé llamado Oded, que fue al encuentro del ejército
que volvía a Samaria y les dijo: “Yavé, Dios de vuestros padres,
en su cólera contra Judá, los ha entregado en vuestras manos,
y vosotros los habéis matado con furor, que ha subido hasta
el cielo. |
10 |
Ahora
queréis hacer de los hijos de Judá y de Jerusalén vuestros esclavos
y vuestras esclavas. Pero vosotros, ¿no sois culpables contra
Yavé, vuestro Dios? |
11 |
Oídme,
pues, y devolved esos cautivos que habéis hecho entre vuestros
hermanos, porque os amenaza la cólera encendida de Yavé”.
|
12 |
Algunos
de entre los jefes de Efraím: Azarías, hijo de Jojanán; Berequías,
hijo de Meselimot; Ezequías, hijo de Salum, y Amasa, hijo de
Jadlaí, se opusieron a los que venían en el ejército, |
13 |
y
les dijeron: “No entréis con esos cautivos, porque sería añadir
pecados sobre pecados a los que nosotros hemos cometido contra
Yavé. Demasiado culpables somos ya y la cólera encendida de
Yavé está sobre Israel”. |
14 |
Los
soldados abandonaron los cautivos y el botín ante los jefes
y ante toda la asamblea, |
15 |
y
los hombres de que se ha hecho mención tomaron los cautivos,
empleando el botín en vestir a los desnudos; les dieron vestidos
y calzado, les dieron de comer y de beber, los ungieron; y montando
en asnos a los que estaban fatigados, los condujeron a Jericó,
la ciudad de las palmas, a sus hermanos, y luego se volvieron
a Samaria. |
16 |
En
aquel tiempo, el rey Ajaz mandó a pedir socorros al rey de Asiria. |
17 |
Los
edomitas volvieron otra vez y derrotaron a Judá, llevándose
cautivos. |
18 |
Los
filisteos invadieron las ciudades del llano y del mediodía de
Judá, tomaron a Betsames, Ayalón, Guederot, Soco y las ciudades
de su dependencia, Timna y las ciudades de su dependencia, y
se establecieron en ellas.
|
19 |
Así
humillaba Yavé a Judá por causa de Ajaz, rey de Judá, que había
arrojado la disolución en Judá y pecado contra Yavé. |
20 |
Teglatfalasar, rey de Asiria, vino contra él y le estrechó sin
darle respiro. |
21 |
Ajaz
despojó la casa de Yavé, la del rey y las de los príncipes,
para hacer un presente al rey de Asiria; pero no le sirvió de
nada. |
22 |
A
pesar de verse en gran aprieto, el rey Ajaz seguía pecando contra
Yavé;
|
23 |
sacrificaba
a los dioses de Damasco, que le habían herido, diciéndose: “Puesto
que los dioses de los reyes de Siria los ayudan, voy a sacrificarles
para que me socorran a mí.” Pero fueron la ocasión de su ruina
y de la de todo Israel. |
24 |
Ajaz
reunió los utensilios de la casa de Dios y los hizo pedazos;
cerró las puertas de la casa de Yavé, se hizo altares en todos
los rincones de Jerusalén, |
25 |
y
levantó altos en todas las ciudades de Judá, para ofrecer allí
perfumes a otros dioses, irritando así a Yavé, Dios de sus padres. |
26 |
El
resto de sus hechos, todos sus caminos, los primeros y los postreros,
está escrito en el libro de los reyes de Judá y de Israel. |
27 |
Ajaz
se durmió con sus padres y fue sepultado en la ciudad de Jerusalén,
pues no se le sepultó en los sepulcros de los reyes de Judá.
Le sucedió Ezequías, su hijo. |
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Capítulo
29
Ezequías, rey de Judá |
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1 |
Veinticinco
años tenía Ezequías cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve
años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abiyá, hija de Zacarías.
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2 |
Hizo
lo recto a los ojos de Yavé, enteramente como lo había hecho
David, su padre. |
3 |
En
el primer año de su reinado, el mes primero, abrió las puertas
de la casa de Yavé y las reparó. |
4 |
Hizo
venir a los sacerdotes y levitas, que reunió en el atrio oriental, |
5 |
y
les dijo: “Oídme, levitas: santifícaos y santificad la casa
de Yavé, el Dios de vuestros padres, y echad la impureza del
santuario. |
6 |
Porque
han pecado nuestros padres y han hecho el mal a los ojos de
Yavé, nuestro Dios; le han abandonado, han apartado sus ojos
del tabernáculo de Yavé y le han vuelto las espaldas.
|
7 |
Hasta
cerraron las puertas del pórtico, apagaron las lámparas y dejaron
de ofrecer a Yavé, Dios de Israel, perfumes y holocaustos en
el santuario. |
8 |
Por
eso la cólera de Yavé pesa sobre Judá y sobre Jerusalén, y los
ha entregado a la confusión, a la desolación y a la burla, como
lo estáis viendo con vuestros ojos. |
9 |
Ya
veis que por eso han caído nuestros padres por la espada, y
nuestros hijos y nuestras hijas están en cautividad.
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10 |
Yo
quiero que hagamos alianza con Yavé, Dios de Israel, para que
se aparte de nosotros su encendida cólera. |
11 |
Ahora,
pues, hijos míos, basta de negligencias, pues habéis sido elegidos
por Yavé para ministrar ante El en su servicio, para ser sus
servidores y ofrecerle perfumes.” |
Reforma
religiosa |
12 |
Levantáronse
los levitas: Macat, hijo de Amasaí; Joel, hijo de Azarías, de
los hijos de Caat; y de los de Merarí, Quis, hijo de Abdí; Azarías,
hijo de Jelaleel; y de los gersonitas, Joaj, hijo de Simma;
Edén, hijo de Joaj; |
13 |
y
de los hijos de Elisafán, Simrí y Jehiel; y de los hijos de
Asaf, Zacarías y Matanías; |
14 |
y
de los hijos de Hemán, Jejiel y Simeí; y de los hijos de Jedetún,
Semeyas y Uziel. |
15 |
Reunieron
a sus hermanos y después de santificarse ellos, vinieron a purificar
la casa de Yavé, según las órdenes del rey y según las palabras
de Yavé.
|
16 |
Entraron
los sacerdotes en el interior de la casa de Yavé para purificarla;
sacaron todas las impurezas que hallaron en el templo de Yavé
y las arrojaron al atrio de la casa de Yavé, donde las recibieron
los levitas para llevarlas fuera, al valle del Cedrón”. |
17 |
Comenzaron
las purificaciones el día primero del primer mes; el octavo
día del mismo mes entraron en el pórtico del templo de Yavé,
y emplearon ocho días en purificar el templo de Yavé; el día
dieciséis del mismo mes acabaron lo que habían comenzado. |
18 |
Fueron
luego al rey Ezequías y le dijeron: “Hemos purificado toda la
casa de Yavé, el altar de los holocaustos y todos sus utensilios,
y la mesa de los panes de la proposición. |
19 |
Y todos sus utensilios, que el rey Ajaz profanó durante su reinado
con sus transgresiones, están ya reparados y purificados y ante
el altar de Yavé.” |
20 |
El
rey Ezequías se levantó bien de mañana, reunió a los jefes de
la ciudad y subió a la casa de Yavé. |
21 |
Ofrecieron
siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos
cabríos en sacrificio expiatorio por el reino, por el santuario
y por Judá. El rey mandó a los sacerdotes hijos de Arón que
los ofreciesen en el altar de Yavé. |
22 |
Los
sacerdotes inmolaron los novillos, recibieron su sangre y la
derramaron en torno al altar; inmolaron los carneros y derramaron
su sangre en el altar.
|
23 |
Presentaron
luego los machos cabríos expiatorios ante el rey y ante la asamblea,
que pusieron sus manos sobre ellos, |
24 |
y
los sacerdotes los inmolaron y derramaron la sangre al pie del
altar, en expiación por los pecados de todo Israel, pues por
todo Israel había ordenado el rey el holocausto y el sacrificio
expiatorio. |
25 |
Hizo
que los levitas se pusieran en la casa de Yavé con címbalos,
salterios y arpas, según la ordenación de David, de Gad, vidente
del rey, y de Natán, profeta, porque tal era la orden de Yavé,
transmitida por medio de sus profetas. |
26 |
Los
levitas ocuparon su sitio con los instrumentos de David, y los
sacerdotes el suyo con las trompetas. |
27 |
Ezequías
mandó ofrecer el holocausto sobre el altar; y en cuanto comenzó
el holocausto, comenzó también el canto de Yavé al son de las
trompetas y con el acompañamiento de los instrumentos de David,
rey de Israel. |
28 |
Prosternóse
toda la asamblea, se cantó el canto y se tocaron las trompetas,
todo hasta que el holocausto se terminó. |
29 |
Cuando
se hubo acabado de ofrecer el holocausto, el rey con toda la
asamblea doblaron las rodillas y se prosternaron. |
30 |
Después
el rey Ezequías y los jefes dijeron a los levitas que alabasen
a Dios con palabras de David y de Asaf, vidente, y ellos lo
hicieron con gran júbilo, e inclinándose, adoraron. |
31 |
Luego
dijo Ezequías: “Vosotros habéis llenado seguramente vuestras
manos para Yavé. Llegaos, pues, a ofrecer víctimas y sacrificios
eucarísticos en la casa de Yavé.” Y así toda aquella muchedumbre
ofreció hostias, sacrificios eucarísticos y holocaustos con
gran piedad y liberalidad. |
32 |
Los
holocaustos que ofreció la asamblea fueron setenta novillos,
cien carneros y doscientos corderos, todo en holocausto a Yavé.
|
33 |
Consagraron
también a Yavé seiscientos bueyes y tres mil ovejas. |
34 |
Como
los sacerdotes eran pocos y no bastaban para desollar las víctimas
destinadas al holocausto, ayudáronlos sus hermanos los levitas
hasta acabar y hasta que se hubieron purificado los sacerdotes,
pues los levitas se mostraban con corazón dispuestos a purificarse
más que los sacerdotes. |
35 |
Ofreciéronse,
pues, muchos holocaustos, muchos sebos de sacrificios eucarísticos,
quedando enteramente restablecido el culto de la casa de Yavé. |
36 |
Ezequías,
lo mismo que todo el pueblo, dieron muestras de gran júbilo
por haber Yavé dispuesto al pueblo al restablecimiento, pues
la resolución de hacerlo había sido tomada de pronto. |
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Capítulo
30
Solemne celebración de la pascua |
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1 |
Mandó
el rey Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a
Efraím y Manasés para que viniesen a la casa de Yavé a celebrar
la pascua de Yavé, Dios de Israel. |
2 |
Habíase
aconsejado el rey de los príncipes y de toda la asamblea en
Jerusalén para celebrar solemnemente la pascua en el mes segundo,
|
3 |
pues
no había podido celebrarla antes la otra vez por no haberse
santificado muchos sacerdotes y no haberse reunido el pueblo
en Jerusalén. |
4 |
Agradó
esto al rey y a toda la asamblea, |
5 |
y
determinaron hacer publicar por todo Israel, desde Berseba hasta
Dan, que viniesen a Jerusalén a celebrar la pascua de Yavé,
porque en mucho tiempo no lo habían celebrado al modo prescrito.
|
6 |
Fueron,
pues, emisarios con letras de mano del rey y de los príncipes
por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, en que
se decía: “¡Hijos de Israel.” volveos a Yavé, Dios de Abraham,
de Isaac y de Israel, y El se volverá a las reliquias que os
han quedado de la mano de los reyes de Asiria. |
7 |
No
seáis como vuestros padres y corno vuestros hermanos, que se
rebelaron contra Yavé, Dios de sus padres, por lo que los entregó
El a la desolación, como estái viendo.
|
8 |
No
endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz, como vuestros padres.
Dad vuestras manos a Yavé y venid a su santuario, que El ha
santificado para siempre, y servid a Yavé, vuestro Dios, y la
ira de su furor se apartará de vosotros. |
9 |
Porque,
si os volvéis a Yavé, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán
misericordia ante los que los tienen cautivos y volverán a esta
tierra; pues Yavé, vuestro Dios, es clemente y misericordioso
y no apartará de vosotros su rostro si vosotros os volvéis a
El.” |
10 |
Fueron,
pues, los emisarios de ciudad en ciudad por tierra de Efraím
y de Manasés, hasta Zabulón; pero las gentes se reían y se burlaban
de ellos.
|
11 |
Con
todo, muchos de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron
y vinieron a Jerusalén. |
12 |
También
en Judá la mano de Dios se dejó sentir sobre ellos, dándoles
corazón pronto y dispuesto a cumplir el mensaje del rey y de
los príncipes, conforme a la palabra de Yavé.
|
13 |
Juntóse
mucha gente en Jerusalén para celebrar la solemnidad de los
ácimos en el segundo mes: una gran muchedumbre. |
14 |
Levantáronse
y quitaron los altares que había en Jerusalén, también los altares
de perfumes, y los echaron al torrente de Cedrón. |
15 |
Sacrificaron
la pascua el día catorce del mes segundo; y los sacerdotes y
levitas, que, llenos de confusión, se santificaron por fin,
ofrecieron holocaustos en la casa de Yavé |
16 |
y
se dispusieron por sus clases, según la ordenación y la Ley
de Moisés, hombre de Dios. Los sacerdotes recibían de manos
de los levitas la sangre que había de derramarse; |
17 |
y
como muchos del pueblo no se habían santificado todavía, los
levitas inmolaron la pascua por los que no habían tenido el
cuidado de santificarse para Yavé. |
18 |
Una
gran parte del pueblo de Efraím, de Manasés, de Isacar y de
Zabulón, que no se había purificado, comió la pascua sin ajustarse
a lo prescrito; pero Ezequías rogó por ellos, diciendo: “Quiera
Yavé, que es bueno, perdonar a todos aquellos que de todo corazón |
19 |
buscan
a
Yavé, Dios de sus padres; no les impute el no estar suficientemente
purificados”. |
20 |
Escuchó
Yavé a Ezequías y perdonó al pueblo. |
21 |
Así
celebraron los hijos de Israel que se hallaron en Jerusalén
la solemnidad de los ácimos durante siete días, con gran gozo,
cantando todos los días las alabanzas de Yavé y tocando los
levitas y los sacerdotes los instrumentos con toda fuerza a
Yavé. |
22 |
Ezequías
habló con bondad a los levitas que conocían mejor el culto de
Yavé, y éstos comieron las víctimas durante los siete días que
duró la solemnidad, inmolando hostias pacíficas y alabando a
Yavé, Dios de sus padres. |
23 |
También
la muchedumbre decidió alegremente celebrar la fiesta otros
siete días, haciéndolo con gran regocijo, |
24 |
pues
había regalado Ezequías al pueblo mil toros y siete mil ovejas;
y también los príncipes, por su parte, dieron al pueblo mil
bueyes y diez mil ovejas. Hubo, pues, gran número de sacerdotes
que se habían santificado.
|
25 |
Todo
el pueblo de Judá estaba rebosando de alegría, lo mismo sacerdotes
y levitas, que la muchedumbre venida de Israel, que los extranjeros
que habían venido de la tierra de Israel o habitaban en Judá. |
26 |
Fue
grande la solemnidad celebrada en Jerusalén, tal cual nunca
la hubo desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel. |
27 |
Levantáronse después los sacerdotes y levitas y bendijeron al
pueblo, y fue oída su voz, y llegó su oración al santuario de
los cielos. |
|
|
Capítulo
31
Ordenación del culto |
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1 |
Después
de todo esto, los de Israel que habían venido fueron por las
ciudades de Judá y destrozaron los cipos, abatieron las aseras
y derribaron del todo los altos y los altares de todo Judá y
Benjamín y en Efraím y Manasés. Luego todos los hijos de Israel
se volvieron a sus ciudades, cada uno a su posesión. |
2 |
Ezequías
restableció las clases de los sacerdotes y de los levitas, según
sus divisiones, cada uno según sus funciones, sacerdotes y levitas,
para los holocaustos y los sacrificios eucarísticos, para el
servicio, para los cantos y alabanzas, y las puertas de la casa
de Yavé. |
3 |
El
rey dio una parte de sus bienes para los holocaustos; para los
holocaustos de la mañana y de la tarde, para los holocaustos
de los sábados, de los novilunios y de las fiestas, como están
prescritos en la Ley de Yavé. |
4 |
Mandó
al pueblo y a los habitantes de Jerusalén que dieran su porción
a los sacerdotes y a los levitas, para que éstos observasen
fielmente la Ley de Yavé. |
5 |
Cuando
esta disposición se divulgó, los israelitas fueron aumentando
las primicias del trigo, del mosto, del aceite, de la miel y
de todos los productos del campo, y trajeron también en abundancia
el diezmo de todo. |
6 |
Igualmente,
los hijos de Israel y de Judá que habitaban en las ciudades
de Judá dieron el diezmo del ganado mayor y menor y el diezmo
de las cosas santas que eran consagradas a Yavé, su Dios, y
de que se hicieron muchos montones.
|
7 |
Comenzó
a hacerse el cúmulo el tercer mes y se acabó el mes séptimo.
|
8 |
Ezequías
y los jefes vinieron a ver los montones y bendijeron a Yavé
y a su pueblo, Israel. |
9 |
Preguntó
Ezequías a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones, |
10 |
y
el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le respondió:
“Desde que se ha comenzado a traer ofrendas a la casa de Yavé
hemos comido, nos hemos saciado y hemos dejado mucho de sobra,
porque Yavé ha bendecido a su pueblo, y he aquí la gran cantidad
que todavía queda”. |
11 |
Ezequías
dio orden de preparar las cámaras de la casa de Yavé, y se prepararon.
|
12 |
Lleváronse
a ellas fielmente las ofrendas, el diezmo y las cosas consagradas.
El levita Cananías tuvo la intendencia de ellas, y su hermano
Simeí era su segundo. |
13 |
Jejiel,
Azarías, Najat, Asael, Jerimot, Jozabal, Eliel, Jismaquía, Majat
y Benaya estaban empleados bajo la dirección de Gañanías y de
su hermano Simeí, según las órdenes del rey Ezequías y las de
Azarías, jefe de la casa de Dios. |
14 |
El
levita Coré, hijo de Jimna, portero de la puerta de oriente,
tenía la intendencia de las donaciones voluntarias hechas a
Dios, para distribuir lo que se presentaba a Yavé por elevación
y las cosas santísimas. |
15 |
En
las ciudades sacerdotales, Eden, Minyamín, Jesúa, Semeyas, Amarías
y Secamías estaban a sus órdenes para hacer fielmente las distribuciones
a sus hermanos, grandes o pequeños, según lo que les correspondía; |
16 |
a
los varones registrados de tres años arriba, y a todos los que
diariamente entraban en la casa de Yavé para hacer su servicio
según sus funciones y según sus divisiones,
|
17 |
y
a los sacerdotes registrados según sus casas paternas, y a los
levitas de veinte años arriba, según sus funciones y según sus
divisiones; |
18 |
y
a los de toda la congregación registrados con todos sus niños,
sus mujeres, sus hijos y sus hijas, porque se consagraban fielmente
al servicio del santuario. |
19 |
Y
para los hijos de Arón, los sacerdotes, que habitaban en los
campos, en los suburbios de sus ciudades, había en cada ciudad
hombres nominalmente designados para distribuirles sus porciones
a todos los varones de los sacerdotes y a todos los levitas
registrados. |
20 |
Esto
hizo Ezequías en todo Judá; hizo lo bueno y lo recto y lo verdadero
ante Yavé, su Dios. Obraba con toda la rectitud de su corazón,
|
21 |
y
prosperó en cuanto emprendió, buscando a su Dios, para el servicio
de la casa de Dios, por la Ley y los mandamientos. |
|
|
Capítulo
32
Invasión de Senaquerib, rey de Asiria |
|
1 |
Después
de estas cosas y de estos actos de fidelidad, vino Senaquerib,
rey de Asiria, que invadió Judá y puso sitio a las ciudades
fuertes para apoderarse de ellas. |
2 |
Ezequías,
viendo que había venido Senaquerib y que se proponía atacar
Jerusalén, |
3 |
tuvo
consejo con los príncipes y los más valerosos de los oficiales,
proponiendo si se cegarían las fuentes de aguas que había fuera
de la ciudad, y ellos le apoyaron. |
4 |
Una gran muchedumbre se reunió, y cegaron todas las fuentes
y el arroyo que corría por el medio del territorio, diciendo:
“¿Por qué habrán de hallar los reyes de Asiria, cuando vengan,
provisión de agua?” |
5 |
Ezequías
cobró ánimo y reparó también con gran cuidado todas las murallas
que habían sido derribadas, alzó en ellas torres y una antemuralla;
reparó el terraplén de la ciudad de David e hizo armas de toda
suerte y escudos.
|
6 |
Nombró
jefes para mandar el ejército y, reuniendo luego atodo el mundo
en la plaza de la puerta de la ciudad, les habló al corazón,
diciendo: |
7 |
“Esforzaos
y confortaos; no temáis; no os dé miedo el rey de Asiria y toda
esa muchedumbre que trae, porque más son los que con nosotros
están que los que están con él. |
8 |
El
tiene el brazo de carne; pero con nosotros está Yavé, nuestro
Dios, para ayudarnos y combatir nuestros combates.” El pueblo
cobró valor con las palabras de Ezequías, rey de Judá. |
9 |
Después
de esto, Senaquerib, rey de Asiria, que combatía a Laquis con
todo su poder, mandó emisarios a Jerusalén para decir a Ezequías,
rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén:
|
10 |
“Así
dice Senaquerib, rey de Asiria: ¿En quién confiáis vosotros
para estaros quietos, cercados en Jerusalén? |
11 |
¿No
os engaña Ezequías para entregaros a la muerte, al hambre, a
la sed, diciendo: Yavé, nuestro Dios, nos librará de la mano
del rey de Asiria? |
12 |
¿No
es Ezequías el que ha hecho desaparecer sus altos y sus altares,
diciendo a Judá y a Jerusalén: Sólo ante este altar adoraréis
y quemaréis perfumes? |
13 |
¿No
sabéis lo que yo y mis padres hemos hecho con todos los pueblos
de la tierra? ¿Pudieron acaso los dioses de esas gentes librar
sus tierras de mis manos? |
14 |
¿Qué
dios de entre los dioses de esas gentes que destruyeron mis
padres pudo salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo, pues, va
a poder vuestro Dios libraros de mi mano? |
15 |
Que
no os engañe, pues, Ezequías; cuando tal cosa quiera persuadiros,
no le creáis; que si ningún dios de los de todas esas naciones
y reinos pudo librar a sus pueblos de mis manos y de las manos
de mis padres, ¡cuánto menos podrá vuestro Dios libraros de
mis manos!”. |
16 |
Otras
cosas más añadieron los emisarios de Senaquerib contra Yavé
y contra Ezequías, su siervo. |
17 |
Escribió,
además, cartas en que blasfemaba de Yavé, Dios de Israel, y
hablaba contra El, diciendo: “Lo mismo que los dioses de las
gentes de las tierras no pudieron librar a sus pueblos de mis
manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos”. |
18 |
Y
hablaban en voz muy alta, en judío, al pueblo de Jerusalén que
se hallaba en las murallas, para asustarlos y hacerlos entrar
en temor, para apoderarse de la ciudad. |
19 |
Hablaron
contra el Dios de Jerusalén, lo mismo que contra los dioses
de las gentes de la tierra, obra de manos de hombres. |
20 |
Pero
el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, opusieron
sus oraciones a estas blasfemias y clamaron al cielo; |
21 |
y
Yavé envió un ángel, que mató a cuantos fuertes y valerosos
había en el ejército del rey de los asirios y al jefe que los
mandaba; y Senaquerib se volvió con afrenta a su tierra, y allí,
entrando en el templo de su dios, hijos suyos, que de él habían
salido, le mataron a espada. |
22 |
Así
libró Yavé a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de la mano
de Senaquerib, rey de los asirios, y de las manos de todos,
y les dio la paz con todos sus reinos. |
23 |
Muchos
de éstos aún trajeron a Jerusalén víctimas para ofrecer allí
sacrificios a Yavé y presentes a Ezequías, rey de Judá, cuya
fama fue luego muy grande entre todas las naciones. |
24 |
Por
aquel entonces cayó enfermo de muerte Ezequías y rogó a Yavé,
que le escuchó, dándole una señal de su curación. |
25 |
Pero
no correspondió Ezequías al bien que le había sido hecho; antes
se ensoberbeció su corazón, y se encendió la ira de Yavé contra
él y contra Judá y Jerusalén. |
26 |
Pero
Ezequías, después de haberse engreído su corazón, se humilló,
y se humillaron con él los moradores de Jerusalén, y no vino
sobre ellos la ira de Yavé en los días de Ezequías. |
27 |
Tuvo
Ezequías riquezas y gloria sobremanera, y reunió tesoros de
plata y oro, de piedras preciosas, de aromas, de escudos y de
cuantas alhajas son de desear. |
28 |
Asimismo
tuvo depósitos para almacenar las rentas de trigo, vino y aceite,
y establos para las bestias y apriscos para sus ganados. |
29 |
Hízose
también ciudades para él, pues tenía una gran muchedumbre de
rebaños, de ovejas y de toda suerte de ganado mayor, por haberle
dado Dios mucha hacienda. |
30 |
Este
mismo Ezequías fue el que cubrió los manantiales de las aguas
de Guijón de Arriba, y condujo las aguas bajo tierra a occidente
de la ciudad de David, y salió con cuanto emprendió. |
31 |
Dios,
sin embargo, para probarle y para que descubriese lo que tenía
en su corazón, le dejó en lo de los embajadores de los príncipes
de Babilonia, que vinieron a él para informarse del prodigio
que había acaecido en la tierra. |
32 |
El
resto de los hechos de Ezequías, de todas sus buenas obras,
escrito está en las profecías de Isaías, profeta, hijo de Amós,
y en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
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33 |
Durmióse
Ezequías con sus padres, y fue sepultado en un lugar más eminente
que los sepulcros de los reyes, hijos de David, y todo Judá
y Jerusalén celebraron sus funerales. Le sucedió Manasés, su
hijo. |
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