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PARALIPÓMENOS
O CRÓNICAS
PRIMERA
PARTE
- HISTORIA DEL REINADO DE SALOMÓN |
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Capítulo
1
Salomón pide y obtiene la sabiduría |
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1 |
Salomón,
hijo de David, se afirmó en su reino; Yavé, su Dios, estaba
con él y le engrandeció sobremanera. |
2 |
Y
dijo Salomón a todo Israel, a los jefes de millares y centenas,
a los jueces, a los príncipes de todo Israel, a los jefes de
las casas paternas; |
3 |
y
fue Salomón con toda la asamblea al alto de Gabaón, donde estaba
la tienda de la reunión de Dios, que Moisés, siervo de Yavé,
había fabricado en el desierto. |
4 |
El
arca de Dios había sido ya trasladada por David, de Quiriat-Yearim
al lugar que él le había preparado, pues había alzado para ella
una tienda en Jerusalén.
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5 |
Allí
estaba también ante el tabernáculo de Yavé el altar de bronce
que había hecho Besabel, hijo de Uri, hijo de Jur. |
6 |
Subió,
pues, Salomón allí, al altar de bronce, que estaba ante la tienda
de la reunión, y la asamblea adoraron a Yahvé, y ofreció en
sobre el altar mil holocaustos. |
7 |
Durante
la noche aparecióse Dios a Salomón y le dijo: “Pide lo que quieres
que te dé”; |
8 |
y
Salomón respondió a Dios: “Tú hiciste con David, mi padre, gran
misericordia, y a mí me has hecho reinar en su lugar. |
9 |
Ahora,
pues, ¡oh Yavé!, cumple tu palabra a David, mi padre, ya que
me has hecho rey de un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.
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10 |
Dame
la sabiduría y el entendimiento, para que pueda conducir a este
pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu gran pueblo?”. |
11 |
Dios
dijo a Salomón: “Pues que esto es lo que más deseas, y no me
has pedido riquezas, hacienda o gloria, ni la vida de tus enemigos,
ni muchedumbre de días, sino que me has pedido la sabiduría
y el entendimiento para gobernar a mi pueblo, cuyo rey te he
hecho, |
12 |
la
sabiduría y el entendimiento te doy; pero te daré también riquezas,
hacienda y gloria tales como no las tuvieron nunca los reyes
que te han precedido, ni las tendrán los que te sucedan.” |
13 |
Tornóse
Salomón a Jerusalén desde lo alto de Gabaón, de junto a la tienda
de la reunión, y reinó sobre Israel. |
Carros
y caballos de Salomón |
14 |
Salomón
juntó carros y caballería; tuvo mil cuatrocientos carros y doce
mil jinetes, que distribuyó entre las ciudades donde tenía los
carros, y en Jerusalén, cerca del rey. |
15 |
Hizo
la plata y el oro en Jerusalén tan comunes como las piedras,
y los cedros tan numerosos como los sicómoros, que se dan con
abundancia en los campos. |
16 |
De
Musri traía Salomón los caballos. Iban a buscarlos a Musri y
a Coa mercaderes del rey, que los compraban allí a un precio
determinado. |
17 |
Un
tiro de cuatro caballos costaba seiscientos siclos de plata,
y un caballo, ciento cincuenta, y los compraban también para
todos los reyes de los jeteos y para los de Siria. |
18 |
Resolvió,
pues, Salomón edificar una casa al nombre de Yavé y un palacio
real para sí. |
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Capítulo
2 Concierto
de Salomón con Hiram |
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1 |
Destinó
setenta mil hombres para transportar las cargas, ochenta mil
para los trabajos de las canteras en los montes y tres mil seiscientos
capataces para ello. |
2 |
Mandó
también decir a Hiram, rey de Tiro: “Lo que hiciste con David,
mi padre, mandándole madera de cedro para edificar el palacio
en que habitara, |
3 |
hazlo
también conmigo, para que pueda yo edificar un templo al nombre
de Yavé, mi Dios, y consagrarlo, para quemar incienso y aromas
delante de El, tener siempre ante El los panes de la proposición
y ofrecerle holocaustos mañana y tarde, así como también los
sábados, los novilunios y las otras solemnidades de Yavé, nuestro
Dios, por siempre, como El se lo ha mandado a Israel; |
4 |
pues
el templo que quiero edificar ha de ser grande, ya que grande
es nuestro Dios, más que todos los dioses; |
5 |
¿quién
se creerá capaz de edificar una casa digna de El? Si los cielos
y los cielos de los cielos no bastan a contenerle, ¿quién soy
yo para de edificarle una casa, si no es para quemar incienso
ante El? |
6 |
Envíame,
pues, un hombre hábil que sepa trabajar el oro, la plata, el
bronce, el hierro, la púrpura, la escarlata y el jacinto; que
sepa hacer toda suerte de cincelados, para que dirija a los
maestros que tengo yo en Judá y en Jerusalén, los cuales previno
ya David, mi padre.
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7 |
Envíame
también maderas de cedro, de ciprés y de sándalo del Líbano,
pues yo sé que tus siervos entienden de cortar los árboles del
Líbano; y los míos estarán con los tuyos |
8 |
para
preparar gran cantidad de madera, pues la casa que yo deseo
construir ha de ser grande y magnífica. |
9 |
Yo
daré a los siervos tuyos que se ocupen de cortar y derribar
los árboles veinte mil coros de trigo y otro tanto de cebada,
veinte mil batos de vino y veinte mil de aceite". |
10 |
Hiram,
rey de Tiro, respondió en un escrito que dirigió a Salomón:
“Porque ama Yavé a su pueblo, te ha hecho rey de él”.
|
11 |
Y
decía también: “Bendito Yavé, Dios de Israel, que ha hecho los
cielos y la tierra y ha dado al rey David un hijo sabio, entendido,
cuerdo y prudente, que edifique casa a Yavé y casa real.
|
12 |
Yo,
pues, te envío un hombre hábil y entendido, a Hiram-Abi, |
13 |
hijo
de una mujer de las hijas de Dan, pero cuyo padre era de Tiro,
que sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la
piedra, la madera, la púrpura, el jacinto, el lino y la escarlata,
y grabar toda suerte de figuras; y es ingenioso en inventar
cuanto se necesita para toda clase de obras. El trabajará con
tus obreros y con los de David, mi señor, tu padre. |
14 |
Manda
tú, pues, mi señor, a tus siervos el trigo y la cebada, el aceite
y el vino que has ofrecido. |
15 |
Nosotros
cortaremos en el Líbano toda la madera que necesites y la pondremos
en balsas, para llevarla por mar hasta Jope, y tú la harás llevar
de allí a Jerusalén.” |
16 |
Salomón
hizo el censo de todos los extranjeros que había en la tierra
de Israel, después del hecho por David, su padre, y fueron hallados
ciento cincuenta y tres mil seiscientos. |
17 |
Destinó
de ellos setenta mil para los transportes, y ochenta mil para
las canteras en los montes, y tres mil seiscientos capataces
para vigilar a los obreros. |
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Capítulo
3
Construcción del templo |
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1 |
Comenzó,
pues, Salomón a edificar la casa en Jerusalén, en el monte Moria,
que había sido mostrado a David, su padre; en el lugar que David
había dispuesto en la era de Ornán, jebuseo. |
2 |
Comenzó
la edificación a dos días del mes segundo del año cuarto de
su reinado. |
3 |
He
aquí el plano seguido por Salomón para la construcción de la
casa de Yavé: el largo era de sesenta codos, según la medida
antigua; el ancho, de veinte codos. |
4 |
El
vestíbulo (ulam), que iba delante, tenía un largo correspondiente
al ancho de la casa de veinte codos, y su anchura era de diez
codos y ciento veinte de alto; lo recubrió interiormente de
oro puro. |
5 |
Revistió
la parte mayor de la casa (hecal) de madera de ciprés
y la recubrió de oro puro, haciendo grabar en ella palmas y
cadenetas que se enlazaban unas con otras. |
6 |
Recubrió,
además, la casa con piedras preciosas de adorno; y el oro era
de Paravaim. |
7 |
Igualmente
revistió de oro la casa, alas vigas, los dinteles, las paredes
y las puertas; esculpió querubines sobre las paredes. |
8 |
Hizo
también la casa del santísimo (debir), cuyo largo,
que correspondía a la anchura de la casa, era de veinte codos,
y su ancho, igualmente de veinte codos; y lo recubrió todo de
oro, que venía a pesar seiscientos talentos.
|
9 |
Los
clavos pesaban cicuenta siclos de oro. Revistió también de oro
las cámaras superiores.
|
10 |
Hizo
también para la casa del santísimo dos querubines tallados,
que cubrió de oro. |
11 |
El
largo de las alas de los querubines era de veinte codos, pues
era cada uno de cinco codos, y la una toca ba al muro de la
casa y la otra llegaba hasta el ala del otro querubín; |
12 |
y
de igual modo las del otro querubín, de cinco codos de largo,
tocaba la una al muro, y la otra a la del otro querubín. |
13 |
Las
alas de ambos querubines estaban desplegadas y tenían en todo
veinte codos de largo. Estaban en pie y con los rostros vueltos
a la entrada de la casa. |
14 |
Hizo
también el velo, de jacinto, de púrpura, de escarlata y de lino,
en el cual hizo dibujar querubines.
|
15 |
Hizo,
además, ante la puerta del templo, dos columnas de treinta y
cinco codos de altura, con sus capiteles, cada uno de los cuales
tenía cinco codos de alto. |
16 |
Hizo
también en ellos cadenetas, como las del santuario (debir),
y las puso en los capiteles, y con ellas se enlazaron cien granadas. |
17 |
Alzó
las columnas en el vestíbulo del templo, la una a la derecha
y la otra a la izquierda. A la que estaba a la derecha la llamó
Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz. |
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Capítulo
4 El
altar de bronce, el mar de bronce y
otros utensilios |
1 |
Hizo,
además, el altar de bronce, de veinte codos de largo, y veinte
de ancho, y diez de alto. |
2 |
También
hizo un mar de fundición, que tenía diez codos del uno al otro
borde, enteramente redondo; su altura era de cinco codos, y
un cordón de treinta codos lo ceñía en derredor. |
3 |
Había
debajo de él figuras de toros, y estaba todo en derredor adornado
de dos filas de figuras de toros, diez por cada codo, todo en
torno, y todo de la misma fundición. |
4 |
El
mar descansaba sobre doce toros, de los cuales tres miraban
al norte, tres al occidente, tres al mediodía y tres al oriente,
el mar estaba encima de ellos, y todas sus partes traseras estaban
hacia adentro. |
|
El
grueso de este vaso era de un palmo y su borde era como el de
una copa o como el de un lirio abierto; hacía tres mil batos. |
5 |
Hizo
igualmente diez fuentes y puso cinco de ellas a la derecha y
cinco a la izquierda, para lavar allí lo que había de ser ofrecido
en holocausto. Los sacerdotes se lavaban en el mar. |
6 |
Hizo
diez candeleros de oro de la forma que se le había ordenado,
y los puso en el templo (hecal), cinco a un lado y
cinco al otro. |
7 |
Igualmente
diez mesas, y las puso en el templo (hecal), cinco
a la derecha y cinco a la izquierda, y cien tazas de oro. |
8 |
Hizo
a más el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las puertas
del mismo, que cubrió de bronce.
|
9 |
Asentó
el mar al lado derecho, al sudeste. |
10 |
Hizo
también Hiram las calderas, las palas y las tazas, y acabó toda
la obra que había emprendido para el rey Salomón en la casa
de Dios, es decir, |
11 |
las
dos columnas, los entrelazados, los dos capiteles que la coronaban
y entrelazados con las granadas que los cubrían.
|
12 |
Hizo
cuatrocientas granadas y dos retículas, de modo que había dos
filas de granadas unidas a cada una de estas retículas, que
cubrían los capiteles de las columnas. |
13 |
Hizo
también basas, sobre las que asentó las fuentes, |
14 |
y
el mar; los doce toros sobre los que se asentaban, |
15 |
las
calderas, las palas, los tenedores; todos los enseres se los
hizo Hiram-Abi al rey Salomón para la casa de Yavé del bronce
mejor. |
16 |
Hízolos
fundir el rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa,
entre Sucot y Sereda. |
17 |
La
muchedumbre de estos utensilios era grande y no pudo saberse
su peso en bronce. |
18 |
Hizo,
pues, Salomón de oro todos los utensilios del templo de Yavé,
con el altar y las mesas de los panes de la proposición. |
19 |
Hizo
también de un oro purísimo los candeleros con sus lámparas,
para que ardieran delante del oráculo (debir) según
costumbre; |
20 |
las
flores, las lamparillas y las despabiladeras, todo de oro purísimo. |
21 |
Igualmente
las jofainas, las cucharillas y los incensarios, de oro puro.
Las puertas del templo interior, del santísimo, así como las
del templo exterior (hecal), eran de oro. |
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Capítulo
5 Traslado
del arca al santuario |
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|
1 |
Así
terminó Salomón todo lo que había determinado hacer para la
casa de Yavé. Salomón hizo traer al templo todo cuanto su padre
había consagrado, y puso la plata, el oro y todos los vasos
en el tesoro de la casa de Dios. |
2 |
Después
convocó a Jerusalén a todos los ancianos de Israel, a todos
los príncipes de las tribus y a los jefes de familias de los
hijos de Israel; para trasladar el arca de la alianza de Yavé
de la ciudad de David, que es Sión. |
3 |
Así
se reunió todo Israel en torno del rey el día de la solemnidad
del séptimo mes; |
4 |
y
cuando hubieron venido todos los ancianos de Israel, tomaron
los levitas el arca |
5 |
y
la llevaron al templo, con el tabernáculo de la reunión y todos
los utensilios del tabernáculo. Los sacerdotes y los levitas
llevaron todos los vasos del santuario que había en el tabernáculo. |
6 |
El
rey Salomón y todo el pueblo, cuantos se habían reunido, iban
delante del arca, e inmolaron carneros y bueyes sin número;
tanta fue la muchedumbre de las víctimas. |
7 |
Los
sacerdotes pusieron el arca de la alianza de Yavé en el lugar
para ella destinado; es decir, en el oráculo (debir)
del templo, en el santísimo, bajo las alas de los querubines; |
8 |
de
modo que los querubines cubrían con sus alas el lugar en que
había sido puesta, así como las barras; |
9 |
y
como las barras con que había sido trasladada eran un poco largas,
salían las cabezas de ellas un poco fuera del santuario, pero
no se veían desde fuera. Allí ha estado siempre el arca hasta
hoy. |
10 |
No
había en el arca más que las dos tablas que en ella fueron puestas
por Moisés en Horeb cuando Yavé dio su ley a los hijos de Israel
a su salida de Egipto. |
11 |
Cuando
los sacerdotes salieron del santuario, pues todos los sacerdotes
que allí se encontraban fueron santificados, sin observar la
distribución de los servicios, |
12 |
los
levitas cantores, los de Asaf, de Hernán y Jedutún, con sus
hijos y hermanos, vestidos de lino fino, hacían resonar los
címbalos, los salterios y las cítaras, puestas al oriente del
altar, con ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas. |
13 |
Todos
al mismo tiempo cantaban a una, entre el sonar de las trompetas,
los címbalos y los otros instrumentos músicos, y alababan y
confesaban a Yavé: “Porque es bueno, porque su misericordia
es eterna.” La casa de Yavé se llenó de una nube; |
14 |
y no pudieron ya estar allí los sacerdotes para ministrar por
causa de la nube, porque la gloria de Yavé llenaba la casa de
Dios. |
|
Capítulo
6
Plegaria de Salomón en la dedicación del templo |
|
1 |
Entonces
dijo Salomón: “Yavé ha dicho que habitaría en la oscuridad, |
2 |
y
yo he edificado una casa de morada para que El la habite para
siempre”. |
3 |
Luego
el rey, volviéndose a toda la asamblea, la bendijo, estando
toda en pie;
|
4 |
y
prosiguió:“Bendito Yavé, Dios de Israel, que ha cumplido lo
que por su boca prometió a David, mi padre, diciendo:
|
5 |
Desde
que saqué de Egipto a mi pueblo, ninguna ciudad elegí de las
tribus de Israel para edificar casa donde estuviese mi nombre,
ni elegí varón que fuese príncipe de mi pueblo, Israel; |
6 |
pero
elegí a Jerusalén para que en ella esté mi nombre, y elegí a
David para que esté a la cabeza de mi pueblo Israel. |
7 |
David,
mi padre, tuvo el propósito de edificar casa al nombre de Yavé,
Dios de Israel; |
8 |
pero
Yavé dijo a David, mi padre: Bien has hecho en querer edificar
casa a mi nombre; bueno ha sido este propósito, |
9 |
pero
no serás tú quien edifique la casa, sino tu hijo, salido de
tus entrañas; ése será quien edificará casa a mi nombre. |
10 |
Yavé
ha cumplido lo que dijo, pues me levanté yo en lugar de David,
mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Yavé había
dicho, y he edificado casa al nombre de Yavé, Dios de Israel,
|
11 |
y
he puesto en ella el arca, en la cual está el pacto de Yavé
concertado con los hijos de Israel.” |
12 |
Púsose
luego Salomón delante del altar de Yavé, en presencia de toda
la asamblea de Israel; y tendiendo sus manos — |
13 |
pues
había hecho un estrado de bronce de cinco codos de largo, otro
tanto de ancho y tres de alto, que había mandado poner en medio
del templo — y puesto en pie, arrodillándose luego, vuelto a
toda la muchedumbre y alzando las manos al cielo, dijo: |
14 |
“Yavé,
Dios de Israel, no hay Dios semej ante a ti ni en el cielo ni
en la tierra; tú guardas la alianza y la misericordia a tus
siervos que andan delante de ti con todo su corazón;
|
15 |
otorgaste
a David, mi padre, todo cuanto le prometiste, y has puesto por
obra cuanto de palabra dijiste, como lo vemos hoy.
|
16 |
Cumple,
pues, ahora, Yavé, Dios de Israel, todo cuanto a David, mi padre,
tu siervo, prometiste, diciendo: No faltará de ti varón delante
de mí que se siente en el trono de Israel, siempre que tus hijos
guarden sus caminos, andando en mi Ley, como has andado tú delante
de mí. |
17 |
Ahora,
pues, ¡oh Yavé, Dios de Israel!, que se cumpla la palabra dada
a tu siervo David. |
18 |
Pero
¿en verdad habitará Dios con el hombre en la tierra? Los cielos
y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos
esta casa que yo he edificado! |
19 |
Pero
atiende, ¡oh Yavé, mi Dios!, a la oración de tu siervo y a su
súplica; oye el clamor y la oración con que tu siervo ora delante
de ti, |
20 |
y
que tus ojos estén siempre abiertos sobre esta casa día y noche,
sobre este lugar de que has dicho: Allí estará mi nombre;
|
21 |
y
que oigas la oración que en este lugar ora tu siervo. Oye asimismo
el ruego de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este
lugar; oye tú desde lo alto de los cielos, desde el lugar de
tu morada; oye y perdona. |
22 |
Si
alguno pecare contra su prójimo, y él le pidiere que jure con
juramento, y vinieren a jurar ante tu altar en esta casa, |
23 |
óyele
desde los cielos, y obra y juzga a tus siervos, dando su merecido
al impío, haciendo recaer su impiedad sobre su cabeza, y justifica
al justo, retribuyéndole según su justicia. |
24 |
Cuando
tu pueblo Israel cayere delante de sus enemigos por haber prevaricado
contra ti, y, convirtiéndose, confesaren tu nombre y rogaren
delante de ti en esta casa, |
25 |
óyelos
desde los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y
vuélvelos a la tierra que a ellos y a sus padres diste. |
26 |
Si
se cerraren los cielos y no hubiere lluvias, por haber pecado
contra ti, y oraren a ti en este lugar, y confesaren tu nombre,
convirtiéndose de sus pecados al afligirlos tú,
|
27 |
oye
en los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo
Israel, y enséñales el buen camino, para que anden por él, y
dales la lluvia sobre tu tierra, la que por heredad diste a
tu pueblo. |
28 |
Si
hubiera hambre en la tierra, o pestilencia, o tizón, o añublo,
o langosta, o pulgón, o el enemigo los cercare en su tierra,
en sus ciudades, o hubiere otra cualquiera plaga o enfermedad; |
29 |
si
un hombre, o todo Israel, hace oraciones y súplicas y, reconociendo
su llaga y su dolor, tendiere sus manos hacia esta casa, |
30 |
óyele
desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdona y da
a cada uno conforme a sus caminos, según su corazón; pues sólo
tú conoces el corazón de los hijos de los hombres, |
31 |
para
que te teman y anden por tus caminos todos los días de su vida
en la tierra que diste a nuestros padres. |
32 |
Cuando
el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, venido de lejanas
tierras por la fama de tu nombre y de tu fuerte mano y tu tendido
brazo, viniere a orar en esa casa, |
33 |
óyele
tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y haz lo que
con clamores te pida el extranjero, para que todos los pueblos
de la tierra conozcan tu nombre y te teman, como tu pueblo Israel,
y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo te
he edificado. |
34 |
Si
saliere tu pueblo a la guerra contra sus enemigos, por el camino
que les señales, y oraren a ti, hacia esta ciudad que tú has
elegido, hacia la casa que a tu nombre he edificado,
|
35 |
oye
tú desde los cielos su oración, su ruego, y ampara su derecho.
|
36 |
Si
pecaren contra ti - pues no hay hombre que no peque-, y, airado
contra ellos, los entregares a sus enemigos, que los lleven
cautivos a tierra enemiga, lejana o cercana |
37 |
y
ellos, volviendo en sí en la tierra adonde fueren llevados cautivos,
se convirtieren y oraren a ti en la tierra de su cautividad
y dijeren: Hemos pecado, hemos obrado inicua e impíamente; |
38 |
si
se convirtieren a ti de todo corazón y con toda su alma en la
tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado cautivos,
y oraren hacia su tierra, la que diste a sus padres, hacia la
ciudad que tú has elegido y hacia esta casa que yo he edificado
a tu nombre, |
39 |
oye
tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración
y su ruego, y perdona a tu pueblo, que pecó contra ti. |
40 |
Ten,
pues, ¡oh Dios mío!, abiertos tus ojos y atentos tus oídos a
la oración hecha en este lugar. |
41 |
¡Oh
Yavé, Dios! Levántate y ven a tu lugar de reposo, tú y el arca
de tu majestad. Que tus sacerdotes, Yavé, Dios, se revistan
de salud, y tus santosgocen de tus bienes. |
42 |
¡Yavé
Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate de tu misericordia
con David, tu siervo!” |
|
Capítulo
7 |
|
1 |
Cuando
Salomón acabó de orar, descendió del cielo fuego, que consumió
los holocaustos y las víctimas, y la gloria de Yavé llenó la
casa. |
2 |
No podían los sacerdotes estar en la casa de Yavé, porque la
gloria de Yavé llenaba la casa de Yavé.
|
3 |
Al
ver los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Yavé
sobre la casa, cayeron a tierra sobre sus rostros en el pavimento
y adoraron y confesaron a Yavé: “Porque es bueno, porque es
eterna su misericordia.” |
4 |
Entonces
el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante de Yavé, |
5 |
y
ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes y
ciento veinte mil ovejas, y así fue dedicada la casa de Dios
por el rey y todo el pueblo. |
6 |
Los sacerdotes asistían en su ministerio, y los levitas, con
los instrumentos de música de Yavé, que había hecho el rey David
para alabar a Yavé, “cuya misericordia es eterna,” y con los
que le alababa también David. Asimismo, los sacerdotes tocaban
trompetas delante de ellos, y todo el pueblo estaba en pie.
|
7 |
También
santificó Salomón el atrio que estaba delante de la casa de
Yavé, ofreciendo allí los holocaustos y el sebo de las víctimas,
por ser el altar de bronce que Salomón había hecho insuficiente
para tantos holocaustos, la ofrenda y el sebo. |
8 |
Hizo
Salomón fiesta con todo Israel por siete días, reuniéndose una
gran muchedumbre desde la entrada de Jamat hasta el torrente
de Egipto. |
9 |
Al
octavo día celebraron asamblea santa, pues habían hecho la dedicación
del altar durante siete días y celebrado por siete días la solemnidad.
|
10 |
A
veintitrés del séptimo mes envió al pueblo a sus estancias,
alegres y gozosos en su corazón por los beneficios que Yavé
había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel. |
Respuesta
de Yavé a la plegaria de Salomón |
11 |
Acabó,
pues, Salomón la casa de Yavé y la casa del rey; y todo cuanto
se había propuesto hacer en la casa de Yavé y en su casa lo
consiguió. |
12 |
Entonces
se le apareció Yavé durante la noche y le dijo: “He oído tu
plegaria y he elegido este lugar como la casa en que se me habrán
de ofrecer sacrificios. |
13 |
Cuando
yo cierre el cielo y no haya lluvia, cuando mande a la langosta
devorar la tierra, cuando mande la peste entre mi pueblo, |
14 |
si
mi pueblo, sobre el que se invoca mi nombre, se humilla, ruega
y me busca la cara, si se aparta de sus malos caminos, yo oiré
desde los cielos y le perdonaré su pecado y curaré a la tierra.
|
15 |
Mis
ojos estarán siempre abiertos, y atentos mis oídos a su plegaria
hecha en este lugar. |
16 |
Yo
elijo y santifico esta casa para que en ella sea invocado mi
nombre y para morar en ella por siempre, y la tendré siempre
ante mis ojos y en mi corazón. |
17 |
Y
tú, si andas en mi presencia como anduvo David, tu padre, haciendo
todo cuanto yo he mandado, y guardas mis leyes y mis preceptos, |
18 |
yo
afirmaré el trono de tu reino, como se lo prometí a David, tu
padre, diciendo: No faltará jamás un hijo tuyo que reine en
Israel. |
19 |
Pero
si os volvéis y dejáis los mandamientos y preceptos que yo os
he prescrito y os vais a servir a dioses ajenos, adorándolos, |
20 |
yo
os arrancaré de mi tierra, que os he dado; y esta casa que a
mi nombre he santificado, la rechazaré de ante mí y será la
burla y el escarnio de todas las gentes; |
21 |
y
por ilustre que haya sido, será el espanto de cuantos cerca
de ella pasen, que dirán: ¿Por qué ha hecho Yavé así con esta
tierra y esta casa? |
22 |
Y
se responderán: Porque dejaron a Yavé, Dios de sus padres, que
los había sacado de la tierra de Egipto, y se adhirieron a dioses
ajenos y los adoraron y los sirvieron; por eso ha traído El
sobre ellos todos estos males.” |
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Capítulo
8
Otras construcciones de Salomón |
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1 |
Al
cabo de veinte años, en los que edificó Salomón la casa de Yavé
y su propia casa, |
2 |
reconstruyó
las ciudades que le había dado Hiram, y estableció en ellas
a los hijos de Israel. |
3 |
Después
marchó Salomón contra Jamat de Soba y la tomó. |
4 |
Edificó
a Tadmor, en el desierto, y todas las ciudades de municiones en
Jamat. |
5 |
Edificó
Bethorón, el alto y el bajo, ciudades fuertes, amuralladas, con
puertas y barras; |
6 |
Balat
y todas las ciudades de munición que le pertenecían, y las ciudades
de los carros y de la caballería, y todo lo que quiso edificar
en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio.
|
7 |
Todo
el pueblo que había quedado de los jeteos, amorreos, fereceos
jeveos y jebuseos, que no era parte de Israel; |
8 |
sus
descendientes, que habían quedado con ellos en la tierra y no
habían exterminado los hijos de Israel, los hizo servir en los
trabajos, y así se sigue haciendo hasta hoy. |
9 |
No
empleó Salomón como esclavos para sus trabajos a ningún hijo
de Israel, pues éstos eran hombres de guerra, jefes, oficiales,
comandantes de los carros y de la caballería. |
10 |
Los
jefes puestos por Salomón a la cabeza del pueblo y encargados
de la vigilancia eran doscientos cincuenta.
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11 |
Salomón
subió a la hija del Faraón, de la ciudad de David, a la casa
que para ella había edificado, pues dijo: “Mi mujer no ha de
habitar en la casa de David, rey de Israel, porque los lugares
en que ha estado el arca de Yavé son sagrados.” |
12 |
Entonces
ofreció Salomón a Yavé holocaustos en el altar de Yavé que había
alzado delante del pórtico, |
13 |
ofreciendo
lo que para cada día prescribió Moisés, para los sábados, los
novilunios y las tres solemnidades del año: la de los ácimos,
la de las semanas y la de los tabernáculos. |
14 |
Estableció
en sus funciones, como las había determinado David, su padre,
a los sacerdotes según su oficio, a los levitas según su cargo
de alabar a Yavé y servir cada día a los sacerdotes en el ministerio,
e igualmente a los porteros asignados a cada puerta, según sus
clases, como lo había ordenado David, hombre de Dios. |
15 |
Nada
escapó a la ordenación del rey en cuanto a los sacerdotes y levitas
ni en cuanto a cosa alguna tocante a los tesoros. |
16 |
Así fue dirigida toda la obra de Salomón desde el día en que
se pusieron los cimientos de la casa de Yavé hasta el día en
que fue terminada. Acabóse, pues, la casa de Yavé. |
17 |
Entonces
partió Salomón para Asióngaeber y Elat, a orillas del mar, en
tierra de Edom,
|
18 |
pues
Hiram, por medio de sus siervos, le había enviado navíos y marineros
diestros, conocedores del mar. Fueron éstos con los siervos
de Salomón a Ofir, y trajeron de allí cuatrocientos cincuenta
talentos de oro, que entregaron a Salomón. |
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Capítulo
9
La reina de Saba en Jerusalén |
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1 |
Llegó
a la reina de Saba la fama de Salomón; y vino a Jerusalén para
probarle con enigmas, acompañada de muy gran séquito de camellos,
cargados de aromas y oro en abundancia y piedras preciosas. Vino
a Salomón y le dijo cuanto se le ocurrió, |
2 |
y
Salomón respondió a todas sus preguntas, sin que hubiera nada
que él no pudiera explicarle. |
3 |
La
reina de Saba, viendo la sabiduría de Salomón, la casa que había
construido, |
4 |
los
manjares de su mesa, el asiento de sus servidores, el porte y
los vestidos de la servidumbre y la subida a la casa de Yavé, |
5 |
fuera
de sí dijo al rey: “Verdad es cuanto de tu estado y tu sabiduría
había oído en mi tierra. |
6 |
No
lo creía hasta que he venido y lo he visto con mis ojos; y hallo
ahora que no me habían dicho ni la mitad de tu grandeza, de tu
sabiduría, pues sobrepujas la fama que a mí había llegado. |
7 |
Dichosas
tus gentes, dichosos tus servidores, que continuamente están delante
de ti y oyen tu sabiduría. |
8 |
Bendito
Yavé, tu Dios, que te ha hecho la gracia de ponerte sobre su
trono, por rey para Yavé, tu Dios. Por amor de Yavé a su pueblo
y por querer que por siempre subsista, te ha hecho rey de él
para que le hagas derecho y justicia.” |
9 |
Dio
al rey ciento veinte talentos de oro, gran cantidad de aromas
y de piedras preciosas, y no hubo nunca aromas como los que
la reina de Saba dio a Salomón. |
10 |
También
los siervos de Hiram y los de Salomón, que habían traído el
oro de Ofir, trajeron madera de sándalo y piedras preciosas.
|
11 |
Con la madera de sándalo hizo el rey las gradas de la casa de
Yavé y las de la casa del rey, e hizo también de ella arpas y
salterios para los cantores. Nunca en tierra de Judá se había
visto semejante. |
12 |
El
rey Salomón dio a la reina de Saba cuanto ella quiso y pidió,
más que lo que ella había traído al rey. Después volvióse ella
a su tierra con sus siervos. |
Riquezas,
magnificencia y gloria de Salomón |
13 |
El
peso del oro que cada año llegaba a Salomón era de seiscientos
sesenta y seis talentos de oro, |
14 |
fuera
del que recibía de negociantes y comerciantes, de todos los
reyes de Arabia y de los gobernadores de la tierra, que recaudaban
oro y plata para Salomón. |
15 |
Hizo
el rey Salomón doscientos grandes escudos de oro batido, para
cada uno de los cuales empleó seiscientos siclos de oro; |
16 |
y
otros trescientos escudos de oro batido, para cada uno de los
cuales empleó trescientos siclos de oro, y los puso en la casa
“Bosque del Líbano.” |
17 |
Hizo
un gran trono de marfil, que recubrió de oro puro. |
18 |
Tenía
el trono seis gradas y un escabel de oro. Tenía brazos a uno
y otro lado de la silla, y cerca de los brazos dos leones,
|
19 |
y
otros doce leones sobre las seis gradas, de una y otra parte.
Para ningún rey se hizo cosa semejante. |
20 |
Todos
los vasos del rey Salomón eran de oro, y toda la vajilla de
la casa “Bosque del Líbano” era de oro puro. Nada de plata.
No se hacía de ella estima alguna en tiempo de Salomón, |
22 |
pues
tenía el rey naves de Tarsis que navegaban con las de los siervos
de Hiram; y llegaban cada tres años las naves de Tarsis, trayendo
oro, plata, marfil, monos y pavos reales. |
22 |
Fue
el rey Salomón más grande que todos los reyes de la tierra por
riquezas y por sabiduría. |
23 |
Todos
los reyes de la tierra buscaban ver a Salomón, para oír la sabiduría
que había puesto Dios en su corazón, |
24 |
y cada uno le traía su presente, objetos de plata, de oro, vestidos,
armas aromas, caballos y mulos. Y así cada año. |
25 |
Tenía
Salomón cuatro mil troncos de caballos, y los carros y doce
mil jinetes que puso en las ciudades de los carros y cerca de
sí en Jerusalén. |
26 |
Se
extendió su dominio sobre todos los reyes desde el río hasta
la tierra de los filisteos y hasta las fronteras de Egipto.
|
27 |
Hizo
que la plata fuera en Jerusalén tan común como las piedras y
que los cedros fuesen tantos como los sicómoros, que se dan
en el llano. |
28 |
Traíanle
los caballos de Musur y de todas partes. |
29 |
El
resto de los hechos de Salomón, los primeros y los postreros,
¿no está escrito en los libros de Natán, profeta; en el de Ajías,
silonita, y en las profecías de Ido, vidente, contra Jeroboam,
hijo de Nabat? |
30 |
Reinó
Salomón en Jerusalén, sobre todo Israel, cuarenta años. |
31 |
Se
durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David,
su padre. Le sucedió Roboam, su hijo. |
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