LA CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS |
PRIMERA PARTE CREACION DE LA LUZ DEL GÉNESIS
CAPÍTULO 4
35. Tenemos, pues, dos realidades: la Tierra de un lado,
y del otro tenemos a Dios. Aquí se trata de saber, cómo partiendo
de aquella plataforma geológica, “vacía”, creó Dios la Biosfera.
Dije antes que esta pregunta nos la podríamos hacer a nosotros mismos.
Pues conocedores de las ciencias de la materia y su comportamiento
siempre podríamos poner sobre la mesa una secuencia geofísica que
se aproxime lo más posible al modelo histórico real. Y lo dije porque
este es el mismo problema al que se enfrentó Dios y debería resolver.
Y resolvió. Sobre lo cual no es necesario explayarse ni machacar
más de la cuenta. Los resultados saltan a la vista y llenan todo
lo que contiene la Tierra.
36. El hecho es que “Él conocía la respuesta”
y porque la conocía Dios resolvió el problema de la creación de la Biosfera partiendo
de aquella estructura geológica en apariencia informe. Y Él conocía
la respuesta porque Dios conocía todas las igualdades que las ecuaciones
geofísicas le ponen sobre la mesa. Perfecto conocedor de esas
ecuaciones y sus soluciones, Dios se levantó, subió al escenario,
abrió su boca y dio a conocer su Verbo: “Haya Luz”.
37. Hablamos de la Fusión del cuerpo geofísico externo.
Y aquí podríamos lanzarnos a la redacción de una fusión por fuego
desde el exterior, o bien traer a estrado una fusión causada por
una compresión desde afuera hacia adentro, tal cual si el campo
gravitatorio se colapsase en sí mismo hasta reducir su radio a la
mínima expresión posible. De mantenernos la Ignorancia esclavizados
al Muro de la Muerte la elección estaría abierta. No es este el
caso, y en consecuencia paso al grano.
38. El primer paso que Dios dio para proceder a
la fusión del cuerpo geofísico fue “la elevación de la densidad
por unidad cúbica astrofísica del campo gravitatorio terrestre”.
El efecto inmediato fue el que sigue: Enseguida la Tierra comenzó
a girar sobre su eje a velocidad cada vez más alta. Bajo la presión
gravitatoria generada, como una ráfaga de viento le comunica a todo
lo que está en los bordes de su trayectoria un movimiento acelerado,
el Globo terrestre comenzó a rotar sobre su eje a velocidades cada
vez más elevadas. Este fue el primer efecto.
39. En lo que se refiere a los fundamentos de esta Naturaleza de los campos gravitatorios implicados en un espacio tridimensional específico, tal que la densidad puede elevarse, o reducirse acorde a la ley de la transformación de la energía, estando esta Naturaleza de los Campos en la raíz de la relación entre la energía universal y la materia astrofísica, la Creación no hubiera podido tener nacimiento sin ser Dios un Conocedor hasta el infinito de esta Relación Cosmológica en la base de la Expansión del Cosmos y de la Construcción de Universos. La transformación de la energía gravitatoria en fuerzas físicas
materiales: Campos eléctricos, luz, energía cósmica, etcétera, es,
en efecto, el puntal maestro sobre el que todo el edificio de la
Creación basa su estructura. Ya se verá en lo que viene lo que esta
Relación implica y significa. Pero sigamos.
40. Por consiguiente, de rotación cero, cual le es natural
a todo cuerpo astrofísico cuyo Núcleo se halla al borde del colapso,
la Tierra comenzó a girar sobre su eje a velocidad cada vez mayor.
Velocidad de rotación que Dios calculó acorde a la necesidad. La
elevación cinética del cuerpo de la Tierra debía estar en correspondencia
con la densidad gravitatoria por unidad cúbica astrofísica que la
había de producir. Esta correspondencia entre densidad gravitatoria
de un campo y los parámetros termodinámicos de los cuerpos astrofísicos
es una de las leyes fundamentales del comportamiento de la Materia
Astrofísica.
41. Este fue, pues, el primer tramo de la secuencia geohistórica en el Origen de nuestra Biosfera. Y es que el efecto de Fusión del cuerpo geofísico externo: Manto y Corteza, en respuesta a la Activación del Núcleo Astrofísico de la Tierra, no se hizo esperar. Veamos si podemos entrar en el cuadro y desde el interior del lienzo sentir el Movimiento que por ser Memoria se encuentra como objeto de decoración colgado en la Pared de nuestra Historia Universal. Dado que sabemos que la Materia que reacciona
a la Gravedad de forma directa es la Materia Astrofísica, y por
los efectos llegando a la causa comprendemos que los parámetros
cinéticos de un cuerpo estelar proceden de esta relación de correspondencia
con las propiedades del campo gravitatorio en que se ubica, podemos
abrir nuestra inteligencia a la aceleración rotativa del Núcleo
de la Tierra como efecto de la elevación de la Densidad del Campo
Gravitatorio de la Tierra que Dios creó.
42. Creada esta Activación del Núcleo Astrofísico de
la Tierra por la que el Transformador Geo-Nuclear se dio a la producción
de Fuerzas Físicas Naturales a su Cuerpo, a saber, fuerzas electromagnéticas
y calor, el pulso sismológico de la estructura geofísica interna
se disparó, viviendo en el Acto tanto el Manto como la Corteza de
la Tierra el efecto natural a su sujeción al proceso de expansión
del Núcleo físico desatado por Dios, de un lado, y su elevación
térmica, del otro.
43. Como el rugir del rey de la selva cuando se despierta, como los ecos de los primeros rayos de la tormenta, como una estrella en el día de su Implosión, como un terremoto de proporciones astronómicas sacudiendo el Manto bajo el que el Núcleo había estado durmiendo, ambos, Manto y Corteza, comenzaron a calentarse y a crujir bajo una sinfonía de terremotos y volcanes. El espectáculo del despertar de aquél gigante que yacía dormido en el corazón de la Tierra transformó la superficie terrestre en un mar de lava viva sacudida por un proceso vulcanológico de indescriptible poder y belleza. Como el soldado que obedece a su rey y señor y a la orden de batalla pega un brinco, agarra la espada y el escudo y sin pensárselo se lanza al combate rugiendo con la voz de un volcán, y con el poder de unas piernas que levantan terremotos hace crujir el suelo bajo sus pies, de esta manera maravillosa, en unas horas geológicas aquella Tierra “confusa y vacía” se convirtió en un océano de lava viva, bajo cuyas corrientes pareciera moverse un ejército de volcanes luchando contra las olas magmáticas de un Manto que había roto los diques exteriores y campeaba alegre por la superficie de la Tierra. Maremotos, gigantescos tsunamis
de lava sacudieron la superficie terráquea; de sus crestas salieron
despedidos a la estratosfera islas de magma, que, enfriándose, se
convirtieron en roca y volvieron a caer al océano de fuego con el
estruendo del meteorito, del cometa.
CAPÍTULO 5
FUSIÓN DE LA
CORTEZA
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LA CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS |