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EL POLITIKOM

 

 

CAPÍTULO OCTAVO

ONTOLOGÍA DE LA FAMILIA

I

Aproximación al problema

 

La naturaleza de la relación entre el hombre y la mujer tiene dos enfoques. Por el primero, el uso del otro y el disfrute del individuo sobre la importancia del otro, éste otro relegado a una mera función de manipulación por el que la persona deviene una cosa, y la relación humana se transforma, en este orden, en la manipulación de un objeto cualquiera con funciones específicas, y por este tipo de relación el hombre y la mujer devienen simples mecanismos de satisfacción de un instinto desprovisto de todo tipo de ley natural y no sujeto a ninguna razón social fuera de la inmanente a la satisfacción personal del instinto bajo cuya ley vive el individuo, sea hombre o mujer. El adolescente se mueve sobre esta línea de comportamiento, aunque sin conocimiento de causa y efecto, y sujeto su comportamiento a la evolución de la personalidad, aún no consumada, en orden a cuyo crecimiento los valores del efecto de la relación entre el hombre y la mujer no se dan en su plenitud.

En la adolescencia al amor es un juego no establecido sobre una relación dada y sujeta a ley, no hay Derecho y Deber. Durante esta etapa de crecimiento físico terminal y de desarrollo intelectual en evolución germinal la naturaleza de la relación entre él y ella se ajusta a un modelo u otro de comportamiento acorde el patrón social determinativo de la familia de la que proceden. Y el derecho y el deber a que se somete la relación entre ellos durante la adolescencia queda establecido por las leyes sociales reguladora de los límites de la libertad individual y patrocinadora del respeto entre los individuos, hombre y mujer. El término de esta fase de desarrollo del individuo en tanto que ser no se produce al pie de una única puerta, sino que tiene varias: 1.-el celibato sacerdotal, 2.-el celibato no sacerdotal, y 3.-el matrimonio.

 

Fenomenología de la cuestión

 

Digamos pues, una vez dentro, que son muchas las causas determinantes de la transformación de dos personas maravillosas a sus ojos un día, en dos puros monstruos. Este será el otro tipo de enfoque desde el que debe procederse al estudio de la naturaleza de la relación sexual entre la pareja humana.

Por regla general, y sin detenernos en las excepciones, mirando más al futuro que al pasado, pero tomando el pasado como lección y materia desde la que extraer las conclusiones pertinentes y necesarias para aplicar al presente, la relación sexual ha sido establecida por la Naturaleza del Universo con un sentido teleológico definido y específico, a saber, la procreación de la especie humana en el seno de una organización familiar no creada por la especie y sí dada por las leyes de la Naturaleza creadora del Hombre. Aquí podemos criticar la sabiduría de la ley natural para inmiscuirse en la vida humana y mandar la Naturaleza al cuerno. ¡La demencia tiene muchas formas y sus ramificaciones llegan hasta los congresos, las academias, y por todas las esferas de la sociedad planta trono y cátedra¡

En esta sección la crítica no es nada y sí el fenómeno consumado de la existencia de una ley natural cuyas implicaciones extiende el universo de sus consecuencias sobre todas las especies de la Tierra, sujetando la reproducción de toda clase de vida a su ley y mandato. Creer que el hombre en tanto que especie viviente está fuera de la ley universal natural es, en sus raíces, tronco y ramificaciones, el principio de una demencia, y su efecto: establecer una ley que anule la ley natural, es el imperio de esa demencia sobre el individuo, él y ella.

La trascendencia del conocimiento de esta ley natural cuyo gobierno sobre la vida en la Tierra desde el principio de la Historia hasta nuestros días es una corona de éxitos, es de una importancia histórica incalificable, y su ignorancia una de las causas por las que esas dos personas maravillosas en su día, al siguiente se transforman en monstruos para sí mismos. No en vano ni con ánimo de sentar sabiduría vuelvo a esta Cuestión del Divorcio, enfocando su fenomenología desde el principio, pues para que exista divorcio debe darse primero un Matrimonio. Y será sobre éste donde deba ejercerse cualquier estudio que conduzca a la estructura cardiaca del Divorcio como puerta de salida a una situación cuyo control escapó a los dos individuos y se abrió a una psicopatología cultivadora del monstruo en el ser, que, dando fruto, llega al terrorismo de género.

El Divorcio, en definitiva, como una puerta a la luz después de una relación basada en sus orígenes en el amor, y no al infierno de quien se ve o se sabe impotente para no poner el pie jamás al otro lado de esa puerta de tinieblas tras la que el individuo no puede controlar el odio y procede a cultivar en su corazón el monstruo, es el punto de vista desde el que se contempla este estudio.

 

Filogénesis de la Reproducción y Origen de la Familia Sapiens

 

La primera causa determinante de la sustitución de la reproducción de la especie, base de la existencia, por la reproducción del divorcio, agente destructor de la propia especie en su razón de sus efectos psicopatológicos sobre la progenie, la tenemos en la ausencia total de una Educación sobre el significado de la Reproducción de la especie humana dentro del marco de la Naturaleza.

En una sociedad gobernada por los principios de la razón del animal político, tal cual tenemos como hábitat natural al alba de este Siglo y Milenio, no sólo el comportamiento sexual de la especie humana se establece sobre una alienación respecto a la ley natural a la que obedecen todas las bestias, sino que se rompe el modelo natural animal y se interpone uno nacido de la esclavitud y la servidumbre del hombre al hombre, bajo cuyo imperio el monstruosismo de las clases monárquicas y teocráticas de la Antigüedad humillaron al hombre y a la mujer mediante la desposesión de todos sus valores naturales y ontológicos, transformando el ser humano en un simple objeto sin individualidad, personalidad, derecho ni existencia consciente acorde a la ley de la Libertad Universal.

Subyugado el ser humano por el monstruosismo teocrático de las monarquías de la Antigüedad, y el salvajismo inherente a la pasión bélica de sus dinastías, en perpetuo estado de delito contra la humanidad, el comportamiento sexual de la especie humana acabó asumiendo lo que en su día fue una humillación y un delito contra la Naturaleza como un comportamiento social, procediendo el monstruosismo monárquico y teocrático a crear el Tercer Sexo.

Fueron, pues, las clases monárquicas y teocráticas de la Antigüedad, que persistieron en su existencia hasta nuestros días, las que, con su degeneracionismo de clase, impusieron un Modelo Sexual no Natural en el que la Ley del Universo fue desterrada de la Sociedad Humana y vino a ser sustituida por una ley antinatural que le impone a la Reproducción de la Especie un Modelo no escrito en la filogénesis de la Humanidad.

Las consecuencias de una ley basada en un delito contra la Humanidad se manifiestan en la reproducción del fracaso, a escala universal, de la Familia, creación natural del Universo, estructura espacio-temporal en cuya materia la Vida echó sus raíces en la búsqueda de la Creación de la Inteligencia, la dinámica de cuyo proceso de búsqueda llevaba en su filogénesis ese Modelo de Reproducción que llamamos la Familia. Es este Modelo de Familia Natural el que ha sido atacado y está siendo demolido por aquélla Ley nacida de un Delito contra la Humanidad, que las dinastías y las teocracias persistentes en la Tierra patrocinan y defienden en base a la necesidad de mantener su status quo, “más allá de la Ley”, sobre el que deben responder ante el tribunal de la Historia.

La Reproducción del Género Humano, pues, se basa en el principio de la evolución de la Inteligencia de la Vida sobre una plataforma de generaciones en el Tiempo, al servicio de cuya Ley la Naturaleza trajo a luz la Familia Sapiens. La creación de este Modelo implicaba una Filogénesis Antropológica del comportamiento reproductor del Hombre, fruto de la cual vino a ser el Modelo de Sociedad Nuclear en cuyo seno se realiza la Herencia de la Inteligencia Adquirida de una generación a otra, sobre esta Dinámica Universal levantando la Sabiduría Creadora ese maravilloso edificio que es la Civilización. Este Modelo Antropológico sobre el que la Inteligencia Sapiens fue posible y desde cuyo suelo emergió en la Historia la Primera Civilización, base de la etapa final de la Consciencia y la Memoria de la Humanidad, fue el Modelo contra el que las clases monárquicas y teocráticas de la Antigüedad se lanzaron sin piedad ni misericordia, declarándose fuera de la Ley, y en estado existencial perpetuo de Delito contra la Humanidad.

Fue en aquella tierra delictiva donde surgió el Tercer Sexo, producto de la esclavitud, el imperio y el terror de las dinastías bélicas, y un modelo de familia no filogenético, alienado de una base antropológica, impuesto por el terror, cuyas manifestaciones fueron:

1.-la poligamia,

2.-el sacrificio humano de los hijos a los dioses de la Guerra,

3.-el machismo monárquico,

4.-la hembra putativa aristocrática, 

5.-y la prostitución teocrática connatural al paganismo.

Efectos monstruosos que heredó el Ateísmo y mediante la Ciencia le dio forma a lo que fue, a los ojos de la Naturaleza Creadora y del Creador del Universo, un Delito, naciendo de esta manera el Ateísmo Científico, es decir, el monstruosismo como Modelo de Comportamiento Sexual-Social.

Tales son los orígenes en la Formación de la Inteligencia Humana de la ausencia total y absoluta de cualquier referencia a una Educación Sexual basada en una Filogénesis de la Reproducción del Género Humano y una Antropología de la Familia Sapiens, sustituyendo esta carencia, los unos mediante la teoría de la semilla que se posa en el pico de una cigüeña, y los otros mediante la programación política de la Sexualidad Humana. Si los primeros basan su inocencia en que hasta las ratas saben cómo se mete y se saca, los otros hacen basar su adopción del monstruosismo legado por la Antigüedad en razones de libertades políticas, siendo los primeros más buenos y los segundos más malos, pero ambos sin entrar en el problema de la Familia como Modelo Sapiens no creado por el Hombre y única estructura válida ante la Naturaleza, cuyo transgresión implica, efectivamente, la extinción de la especie, de aquí que el Creador del Universo le anunciara al Primer Hombre que se levantó contra la Ley Natural las consecuencias de su delito, diciendo: “Polvo eres y al polvo volverás”.

Este Modelo Natural basado en la Filogénesis de la Reproducción Sapiens es el que heredó la Familia Cristiana, si bien, como efecto de la pervivencia en el Cristianismo de las Monarquías y su modelo delictivo de comportamiento sexual, quedó sujeto a las perturbaciones connaturales a la delictividad extemporánea de las dinastías europeas.

 

La Educación Sexual

 

Tenemos, pues, que para establecer una ciencia del comportamiento sexual dentro de una Sociedad sujeta a Ley, debemos basar sus principios en la Naturaleza y no en los efectos sobre el cuerpo de la Civilización del imperio fratricida que ejercieron las dinastías de la Antigüedad y sumiera al Mundo en el infierno de una Guerra Civil Perpetua.

Pero si al Conocimiento científico del Origen de la Sexualidad Reproductora Específica y la Adopción por el Cristianismo del Modelo de Familia Sapiens no le sumamos la Consciencia de la estructura de la Ley que rige los Deberes y derechos de los miembros de la Familia, incluyendo la propia ley del Divorcio, provocamos una situación de esperpento. Vemos en el día a día que la juventud sale de la escuela con mucha experiencia sobre el mete y saca y ninguna sobre la definición de las complicaciones ulteriores a que se expone por el Matrimonio, llegando a las puertas del Divorcio sin conocimiento de sus secuelas, razones, batallas y provocaciones criminales a que da lugar la contienda.

NO vamos a decir que el legislador y el educador se confabularon para bendecir el infierno y arrojar a la juventud en las manos del demonio del odio predecesor del divorcio. La estructura de la Formación Humana, aun cuando hemos dejado atrás la Edad Atómica, sigue anclada en la estructura medieval, que no rompió la Edad Moderna, limitándose ésta a sumarle al Quadrivium las nuevas ciencias, sin entrar jamás en el Problema de la Familia como Núcleo sin el cual la existencia de la especie humana se hunde en el proceso de su extinción, por un medio o por otro. Al muerto, una vez muerto, lo mismo le da si lo mataron con veneno anti ratas o con veneno contra reyes. No es cuestión, pues, de perderse en buscar culpables. Pues en el matrimonio, como en la vida, no hay un único culpable.

Desgraciadamente y he aquí el origen del terrorismo de género, o violencia de género, según quien la ejecute se llama, la culpabilidad de la ruptura del matrimonio recae exclusiva, total y absolutamente en él. De aquí que la injusticia, investida de justicia, actúe como una máquina y viole el espíritu de la Ley al preestablecer un juicio deliberado sobre una situación sujeta a los tribunales. Porque como bien sabe hasta el más asesino un juicio cuyo tribunal ya está preestablecido en su sentencia no es justicia, es una farsa y en el mundo real esta farsa consta como terrible delito. Terriblemente lo que en el mundo real es un delito en el mundo del divorcio es ley. Y de aquí su consecuencia, el terrorismo de género.

El fin metafísico de la Educación Sexual comienza en la Formación de la Personalidad del Individuo, pero el principio de ésta exige la abrogación de semejante ley criminal impuesta a la Civilización por las dinastías delictivas que desde la Antigüedad han impuesto a la Civilización un Modelo de Comportamiento Sexual y Familiar en esencia y sustancia demoledor del Modelo Sapiens que la Naturaleza trajo a luz, fruto de una evolución creadora, germen de la Vida Inteligente sobre la Tierra.

Dos, por consiguiente, son las grandes esferas que debe cubrir una Educación Sexual del Individuo. La primera el Conocimiento científico de la Filogénesis del Sapiens y su Modelo Natural de Reproducción. Y la segunda el Matrimonio como Ley. Y una tercera en la que no hemos entrado aún, la Ontología del Ser, tanto en lo que concierne al Desarrollo de la Personalidad del Individuo dentro del Matrimonio como en lo que concierne a la Psicología de la Formación del ser dentro de la Familia. Área ésta que si, hablando de las dos primeras observamos el mutis, sobre ésta tercera es la Nada la que predomina. De tal manera que no sólo se adentra el individuo en el matrimonio sin conocimiento de la naturaleza del proceso del divorcio, sino lo que es más terrible y trágico, sin conocimiento de ninguna clase sobre lo que es el Ser, la Formación del Ser y la Psicología de la Familia, tomando como núcleos de ciencia el padre, la madre y los hijos.

¿A quién le extraña que dada la complejidad de la Inteligencia y la absoluta carencia de una Ciencia de la Familia el fracaso del Matrimonio no sea una cuestión sino un Problema?

 

Dios y la Ciencia del bien y del mal.

 

El asco, la repugnancia, el odio, el desprecio total, el rechazo absoluto, la indignación suprema invencible, el juicio de Dios contra la Ciencia del bien y del mal, es decir, la ley por la que la injusticia de sociedades privadas y secretas se alzan como poder legislativo, administrativo y ejecutivo, la corrupción como modus vivendi político, el poder sobre la vida y la muerte como privilegio fundamental de la clase dirigente, y en fin, todo lo que le es natural al sistema bajo cuyas ruedas delictivas el Género Humano ha hecho su camino desde Adán a nuestros días; ése odio invencible de Dios contra dicha ley asesina, maligna, en base a la cual unos pocos se visten de justicia y verdad para con su mentira y su injusticia llevar a todo un mundo al status quo de Guerra permanente como medio perfecto de asentar su dominación per seculam seculorum; ese asco, indignación, repugnancia de Dios hacia una ley que consagra en el orden natural el derecho de esa clase a aplastar, pisar, demoler, arruinar, masacrar impunemente; este odio Divino es el espíritu santo que rige el futuro del Universo, y ante la obstinación suicida de su criatura, incapaz de comprender de dónde le viene a Dios ese odio tan definitivo, concreto, arrollador, invencible, tan grande que no perdonó ni a su mismo Adán cuando transgredió la Ley, y porque la necesidad de poner sobre la mesa la causa y el origen de esta imposible convivencia del espíritu de Dios con la Ciencia del bien y del mal, determinó el Juicio por el que la Creación viviría en la carne del Género Humano esa causa que encontró en Dios tierra buena y dio por fruto un amor incontrolable hacia la Verdad como principio y fundamento de la convivencia entre seres inteligentes, una pasión salvaje por la Justicia como núcleo indestructible de toda Civilización nacida para crecer eternamente, un sentido cósmico de la Paz como fuerza basada en un Derecho Universal al disfrute de la Libertad y la Vida.

Y puesto a elegir entre ambas opciones, la de devenir la Cabeza de una estructura social maligna gobernada por una cúpula más allá del bien y del mal, o ser la Cabeza de una Civilización gobernada por una Ley Todopoderosa que somete a todo individuo, sea el que sea, a su Justicia, Dios eligió la segunda opción con la fuerza invencible de quien su odio hacia la opción de la Ciencia del bien y del mal es irreconciliable, en lo absoluto, con su amor hacia el Derecho a la Libertad de todos los seres, en lo perfecto. Y su opción devino tan categórica que al mismo que castigó acorde a la Ley de su pueblo, porque siguió la Ley hasta las últimas consecuencias, lo elevó a la Cabeza de esa Civilización en razón de la cual El abrió la Creación a la Vida Inteligente a su Imagen y Semejanza, pues siendo todopoderoso para vencer a todos sus enemigos y alzarse sobre la Ley, por amor a la Ley puso el sumun de su fuerza a los pies de la Ley… ¿Pero adónde nos conduce todo esto, que es doctrina vieja de cristianos antiguos?

Nos conduce al término del Juicio por el que nuestro Género devino el espectáculo del universo, o sea: a emitir nuestro Juicio sobre la Ciencia maldita que Dios quiso ocultarle a su Creación entera, y en razón de cuya Ignorancia una criatura repugnante y asquerosa se creyó tan astuta como para hacer que el Hombre, ignorante de la existencia de esta Ley asesina, cayera.

¿Qué orgullo hay en medir fuerzas con un niño? ¿Y qué ciencia hay en creerse capaz de retar a Dios a un duelo a muerte? La locura es el núcleo en el que tiene su irradiación criminal la mente que ama lo que Dios odia y desprecia lo que Dios ama. Y al afirmar esto no lo hago como quien tiene la caca en las piernas y se muere de terror ante el Poder de Dios. La Verdad es Verdad con Dios y sin Dios, pero con Dios se ha hecho invencible y elevado a la Gloria de lo que nace para ser eterno.

La abstracción del Hecho es, por consiguiente, de necesidad, a fin de siendo nuestra carne la que ha sufrido el terrible dilema final en el que Dios y su Creación fueron atrapados, nosotros, en cuanto espíritus inteligentes, observemos la Historia de nuestro Mundo como quienes también hemos sido puestos, como si no la hubiésemos vivido en nuestra carne, alrededor de la mesa a fin de elegir entre la Ley como Fundamento de la Civilización o la Fuerza que procede de un Grupo de Poder cuyo principio es el dominio del mundo, y tiene en la Guerra su ley. La elección es cosa de cada cual.

Nadie puede decir que ignora qué sea la Ciencia del bien y del mal. Nadie puede decir que ignora el contenido y la forma de una ley que establece el derecho de unos pocos a aplastar y esclavizar al universo entero en base a un cierto derecho natural. La elección es cosa de cada cual.

Sin ir más lejos y dejarnos de demonologías para idiotas, una parte de la Casa del propio Dios rechazó la Ley del Espíritu Creador y abogó por la transformación de la Cúpula Dirigente del Reino de Dios en un Olimpo de dioses todos y cada uno de ellos más allá del bien y del mal, inmunes ante la Ley y responsables solo ante Dios. Discurso que pretendió matar al Juez en Dios y suplantarlo por el Padre. La respuesta de Dios a esta inmensa manipulación de su Verdad está escrita con la sangre de Cristo en las Crónicas de la Historia del Género Humano. Nada hay que añadir o quitar al respecto; lo que cabe y se nos deja es sacar las conclusiones, tomar una decisión final y poner sobre la mesa nuestra elección entre la Ley de la Vida y la Ley de la Muerte.

Y desde esta elección final es natural que quien elige la opción del Diablo actúe en consecuencia, y busque la instauración de un modelo de Sociedad de Poder en la cúpula de una Civilización Mundial dominada por la ley de su imperio, donde el derecho tiene por núcleo la voluntad de ese grupo.

Creado el Hombre a imagen y semejanza de Dios se supone que el Hombre debe quitar la Voluntad de Dios y poner la suya. Tarde o temprano, por imposición o alegremente, la esclavitud, patrocinada por este Neo-Imperio, lenta pero inexorablemente, y utilizando la Guerra como catalizador acelerante del proceso de toma del Poder Mundial, tiene que forjar su Imperio Global mediante la destrucción de la fuerza oponente y la asimilación de las fuerzas competentes. Es la conclusión lógica a la que llega toda inteligencia que adopte la defensa de sus privilegios e intereses como origen de su ley y rechace por enemiga de sus intereses y privilegios la Ley Universal del Universo.

Pero esto no es nada nuevo, esto es lo que el Diablo y su Infierno buscaron y no obtuvieron de Dios y condujo a la Creación a los pies de la Cruz de Cristo Jesús. Es más, yo diría que hay que ser un poco tarado para, teniendo delante la Historia de nuestro Mundo, creer que esta tendencia es algo Nuevo, o, yéndonos al otro extremo, esta tendencia sea una paranoia de ciertos intelectuales de nuestros días. Digamos que lo que diferencia a la tendencia actual de las fuerzas que buscaron lo mismo en otros tiempos es la necesidad de moverse en la oscuridad.

Antiguamente el dominio universal se buscaba a la luz del día y nadie ocultaba que el imperio era su objetivo. Hoy día esta manifestación a las orejas de todos los que no están sordos es imposible, tanto más cuanto hasta los sordos de hoy saben leer los labios.

Ahora bien, tampoco decimos nada nuevo cuando simplemente nos limitamos a constatar la existencia de una realidad que hunde sus raíces en los milenios. Lo que diferencia nuestra posición de las posiciones que tuvieron las generaciones de los otros siglos no es la realidad, sino el conocimiento de la realidad. Y lo que nos hace encrucijada histórica es que se ha dejado en nuestra boca la decisión final hacia la que ha tendido la Historia de la Humanidad en los últimos seis milenios. O sea: Con Dios, o contra Dios y con el Diablo.

 

Punto Primero

Si con Dios:

abolición de todas las sociedades secretas privadas, desmantelación de toda organización estatal con poder para matar que tiene en la violación de la Ley y del Derecho su principio de existencia. Puesto que su origen es un fin criminal, justificado en la antigua divinidad de los monarcas, doctrina en boga hasta nuestros días y a cuyo compendio se le ha sacrificado miles de millones de vidas, la necesidad es obvia y su aplicación requiere de una actuación inmediata, porque siendo el instrumento armado de quienes jamás pondrán sus privilegios y sus intereses al Bien de la Humanidad, por naturaleza de su decisión criminal tienen que usar ese brazo para destruir a cualquiera que se les oponga, necesidad que sólo puede prosperar mediante el enfrentamiento a muerte entre el Pueblo y la clase dirigente. Ahora bien, si la parte del pueblo es la del cobarde, ¿quién impedirá que la lógica alcance su fin?

Si con el Diablo:

 

Toda Inmunidad para el Crimen debe serle otorgada a los cuerpos secretos del Estado a fin de por la Muerte conjurar la ruina del Derecho en la nación y en el mundo e instaurar una Civilización fundada en la superioridad de clase de su cúpula dirigente.

La coherencia con el propio espíritu es una lógica natural que debe aplicarse a sí y a su colectivo quien y quienes quieran tomar la decisión de impedir que el Supremo Acto al que ha tendido la Historia del Género Humano en los últimos milenios alcance su Escena Final. Nada hay más lógico para cualquier Grupo que pretenda implantar su Voluntad a nivel Mundial que la limitación de los Derechos Civiles, la absolutización del Derecho Universal y la extensión del Poder para Matar selectivamente y a discreción mediante dichos cuerpos secretos estatales.

Que quienes opten por la elección del Diablo actúen en consecuencia es tan natural como que caiga la nieve en invierno. La tendencia inercial de quienes creen ser semilla de dioses nacidos para dominar es la del Imperio. No es nada nuevo, basta abrir el Libro de la Historia Universal para verlo. No es acusar a nadie el sacar de la Ciencia del bien y del mal las conclusiones y principios sobre cuyos mecanismos se mueve la máquina de su infierno.

Que cada cual se mire al espejo y vea en qué lugar se ha situado, pues como el Diablo supo engañar al Hombre más grande de su tiempo, y desde entonces se viste de toda clase de luces, puede que uno, creyendo que está por la Ley de Dios, resulte que es un puro instrumento del Diablo. El Juicio Final no se ha dado aún, porque para que se dé debe darse Elección consciente. Nadie se equivoque pues. Una vez terminado el “Curso de Ciencia del bien y del mal”, el Creador regresa para retomar lo que estaba haciendo, ¿y quién podrá resistir su Omnisciencia?

 

Punto Segundo.

Si con Dios:

Abolición de toda Inmunidad para todo individuo, bajo toda circunstancia, y sujeción de todo hombre a la Ley de Responsabilidad sobre sus actos, sea quien sea, ocupe el cargo que ocupe.

La Justicia es todopoderosa y a su llamada desde el hombre más poderoso de una nación hasta el más humilde de esa misma nación acuden, ambos sujetos a las mismos deberes y derechos. Cualquier excepcionalidad que prive a la Justicia de su todopoder es un golpe de Estado contra la Ley y el Derecho.

El Futuro tiene por norma el crecimiento del Bien y la consecuente potencialización de todos los sistemas internos de protección de la Vida; la Inmunidad, creando islas de salvación donde los ladrones de las Riquezas de las Naciones se refugian, es una aberración contra la Justicia, y su efecto, la ceguera, es la tiniebla que inundando los Parlamentos los convierten en guaridas de los más temibles delincuentes.

La decisión es de cada cual. Dios tomó la suya y abominó de esta Excepcionalidad que es la Inmunidad del Sujeto frente a la Justicia que le reclama responsabilidad sobre sus actos. No hay mayor derecho de propiedad intelectual que el que une al Hombre y sus Actos, Pensamientos y palabras.

Si con el Diablo:

La absolutización de la Inmunidad del Individuo ante la Ley, y consagración del derecho al delito y el crimen de ese individuo o grupo mediante la alienación de su persona o colectivo del deber de responder de sus actos ante la Justicia, y la extensión de esta excepcionalidad, en sus días monárquica, es la consecuencia natural de quien elige la existencia en un sistema social basado en la ley para todos y el delito para unos pocos como medio de vida. Es más, lo contrario, que se extienda la Impunidad-Inmunidad y no se extienda con él la corrupción, el delito y el crimen es una parodia de la inteligencia política, que únicamente un idiota integral puede asumir como realidad necesaria y connatural al sistema democrático por el que se bendice en unos pocos lo que en todos es castigado con las penas más severas.

Ahora bien, lo natural a quien aboga por el privilegio al delito para la clase dirigente y defiende este privilegio como signo de clase dirigente, lo natural es que no sólo defienda y abogue por este delito contra la Naturaleza de la Ciencia Política sino que irrumpa en todos los estratos de la Justicia y desplace la oposición mediante la suplantación en sus cúpulas de peones esclavos perfectamente lobotomizados para elevar a categoría de institución natural el delito que representa semejante Artículo Constitucional sobre la Inmunidad de Reyes, Presidentes, Parlamentos y Diplomáticos. Y lo contrario, que quien se decide por un modelo social basado en el Poder en cuanto Juego democrático, actúe dejando a la Justicia lo que es de la Justicia es, por incongruente, la estupidez más grande concebible. Mientras más firme es la decisión de integrarse en esa clase privilegiada sujeta al “derecho de los dioses” más contundente es la irrupción de dicho partido en la esfera de la Justicia, derrumbando todos los soportes de la legalidad independiente y anatematizando toda oposición a su fuerza. Es cosa de lógica. Lo contrario sería una aberración de inconsecuencia con la propia política de excepcionalidad establecida por la cúpula dirigente del Partido.

“Por las obras pues los conoceréis”. Según sea el gato será rana o sapo. Si esa demolición de la independencia de los cuerpos de la Justicia se produce, sabemos que la irrupción de un Grupo Absolutista totalitario y con fines delictivos se ha introducido en el Estado y pretende formalizar un golpe mediante la perversión de la propia estructura del Derecho. ¿Por qué un Partido irrumpe en la Justicia sino promover el Delito como ley natural de la clase política? La elección es cosa de cada cual. El Curso de Ciencia del bien y del mal ha llegado a su término.

 

Punto Tercero.

Si con Dios:

Abolición del Poder de la Guerra y la Paz en manos de un único individuo y su grupo dirigente exclusivo, y sujeción de este Poder a la Nación, a cuya Ley y sólo a su Voz se debe sujetar el Movimiento de las Fuerzas de Defensa de la Nación. ¿No es esta la tendencia histórica que ha escrito sus páginas en nuestra carne? ¿En qué ha cambiado si el Poder de la Guerra y la Paz pasa de una cabeza a otra?

Al abolir toda Corona y poner sobre la de su Hijo la Corona Universal, Dios le arrancó a todos los Gobiernos de su Reino este Poder, limitando su Acto a la Defensa. El Poder de la Guerra y la Paz en manos de un hombre o de un grupo es un delito contra el Futuro de la Humanidad. Y en consecuencia quien está por la Ley tiene en la abrogación de dicho Poder su objetivo necesario y su meta inmediata.

Prohibimos la Guerra mediante la prohibición a nosotros mismos de llevar adelante cualquier tipo de Violencia contra nuestros vecinos, sean amigos o enemigos.

El derecho a la Defensa, en su forma de Deber, es el Poder que Dios ha puesto en manos de las Naciones, a su vez alienando el movimiento de los Ejércitos al servicio del interés de un grupo, sea el que sea, componente de una Nación. La Prohibición de la Guerra es, en consecuencia, su derivación natural.

La Prohibición que Dios decretara sobre el Árbol de la Ciencia del bien y del mal iba dirigida contra la Guerra, su fruto.

Si con el Diablo:

Consagración del Poder de la Guerra y la Paz en las manos de un individuo y su colectivo, abandonando la Paz de la Nación y del Género Humano a los pies de los intereses del colectivo que representa ese individuo, cuyo poder lo elevó a esa posición a fin de servir los intereses malignos de ese colectivo. ¡Qué más lógico! El que odia la Paz y pone sobre la Libertad los intereses en los que se basan sus privilegios de clase, debe, por lógica, hacer de la Guerra su modus vivendi, su instrumento de imperio, su sistema de defensa mediante el ataque contra los hijos de Dios, según lo que está escrito: Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Lo otro, esperar que quien despreciando la Ley de la Libertad y de la Vida pone sus privilegios de clase sobre la Ley, y se dedique a hacer lo contrario de lo que por inercia hace, sembrando guerra como medio de mantener sus privilegios y camino hacia su imperio, es de una incoherencia tal que habría que estar discurseando con un verdadero idiota para siquiera meterse uno en una mala película de réplica y contrarréplica.

Lo lógico en el Diablo es sembrar en el infierno, y no hay nada malo en ello, Dios no ve malo en ello, simplemente que se vaya al Infierno y allí siembre tantas como se le antoje. Tiene la eternidad para plantar tantas como produzca. ¿No es Dios consecuente consigo mismo?

 

Punto Cuarto

Si con Dios:

Abolición de la Pena de Muerte y abrogación del Poder de la Vida en las manos de un individuo. El Poder sobre la Vida y la Muerte sólo le corresponde a Dios.

Si con el Diablo:

Absolutización del Poder sobre la Vida y la Muerte en las manos del Poder dirigente y sus miembros, y extensión de la Pena de muerte a los delitos indicados por ese grupo de intereses, sean religiosos, económicos o políticos.

 

Punto Quinto

Si con Dios:

Separación de Gobierno y Justicia en el seno del Estado. ¿Pues cómo perseguirá la Ley al criminal si éste se esconde en el Gobierno, siendo el Gobierno el verdadero amo de la Justicia?

Si con el Diablo:

Sujeción de la Ley y la Justicia al Gobierno, ¿pues cómo si no podrían el criminal y el delincuente burlar la responsabilidad debida a sus actos si no existiera un Parlamento dentro de cuyas puertas la Ley no tiene jurisdicción?

 

Punto Séptimo

Si con Dios:

Limitación de los poderes del Gobierno en el Estado en razón de los Deberes administrativos y sólo en torno a los Derechos que adquiere en función de su naturaleza administrativa del Estado, siendo uno el administrador y otro el dueño de aquello que es administrado. El dueño del Estado es la Nación, y el Administrador es el Gobierno. Es por tanto el Dueño quien formula las funciones del Administrador, y no al contrario, pues si el Gobierno deviene dueño absoluto de la propiedad de la Nación, por este hecho es expropiado el Pueblo de la Nación de sus derechos.

Si con el Diablo:

Poder absoluto al Gobierno de la Nación para expropiar al Pueblo de su derecho sobre el Estado, y usar el Poder del Estado para imponer la ley de ese Gobierno con total y absoluta impunidad, el crimen por ley, y el pueblo por enemigo sobre el que descargar el delito de apropiación del Estado por ese Gobierno.

 

Conclusión

La experiencia es la madre de la ciencia, y en verdad que lo es. Y el conocimiento el padre de la inteligencia, tan verdad ésta como la otra. Y de aquí que todo Gobierno fundado en la opción de la Ciencia del bien y del mal tienda a limitar la experiencia del hombre a los clásicos y estúpidos elementos de “alcohol, sexo y drogas”, y podar el cúmulo de conocimiento que un hombre puede absorber mediante la manipulación de todos los estados de enseñanza, cuyo supremo estado final es la conversión de la Formación de la Inteligencia humana en un proceso de aprendizaje profesional, cualificado o no, es absolutamente igual.

La primera de las funciones de la Pedagogía es el cultivo de la Inteligencia humana y su fruto el amor del Hombre por el Conocimiento. Pero seguir esta ley Divina significaría poner delante de la urna un votante con personalidad intelectual propia, inmanipulable por los mass media, libre de toda obediencia a cualquier organización política, dotado de un juicio cuya base es la Historia Universal como Memoria Crítica, de una Inteligencia activa y dinámica que se mueve dentro de unos horizontes abiertos a los límites naturales que le impone a nuestro conocimiento la eventualidad del tiempo; y éste tipo de votante, por reflejo animal, es el enemigo número uno de cualquier Poder que tenga en la Ley de la selva política su hábitat y su status quo. Mas este es el fin natural de la Enseñanza, y de aquí que todos los Gobiernos busquen la demolición de este Método y lo suplante con reformas de enseñanza cuyo objetivo es la búsqueda y crianza de un votante superidiotizado por los mass media, absolutamente lobotomizado por una experiencia cuyo horizonte es el alcohol, el sexo, las drogas, cualquiera sea el muro que sirva para apartar al Hombre de su verdadero Valor Universal: La Inteligencia.

 

CAPÍTULO NOVENO

EL FUTURO DE LA LEY INTERNACIONAL

 

 

 

 

 

EL POLITIKOM

 

 

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