CAPÍTULO
TERCERO
SOBRE
LA VIDA Y LA MUERTE
I
No fue en
vano mi Introducción, ni mucho menos, aunque pareciera curiosa, respecto a la
estructura filogenética de la naturaleza humana contemplada desde una posición
más bien filosófica. La estructura de la Sociedad en grupos naturales y la
distribución del trabajo tienen en una realidad universal su roca de fundación,
fundamento contra el que se levantara el Comunismo, y el Socialismo del Siglo
XXI pretende reabrir las puertas a semejante infierno.
El error
tremendo del materialismo marxista, matriz de todos los tipos de socialismos
políticos, consiste en suplantar la distribución genética de la actividad
social humana por la teoría de la lucha de clases; fallo técnico que había de
conducir a una conclusión totalitaria, demente, absurda, a saber, la
desaparición de “las clases sociales”.
Al poner
“clases” sociales donde la Naturaleza pone “participación en la actividad
universal”, siendo el individuo una parte del todo, y pretender destruir los
grupos sociales como panacea milagrosa y fin de todos los males; al pretender
contra natura este derrumbe el materialismo marxista se levantó para imponerle
a la Naturaleza del Universo, en virtud de Poder Totalitario contra Humanidad,
la abolición de la actividad social distributiva que le es innata al Ser Humano
en cuanto Árbol de Vida en crecimiento en el Tiempo.
La solución
marxista: “Todos proletarios, todos obreros”, es la respuesta de un Ignorante
que niega que por naturaleza, y dada la complejidad de la Sociedad Humana, el
trabajo de mantenimiento del Género Humano y desarrollo de su Civilización esté
fundamentado en una concepción multifacética del individuo humano, siendo así
que por naturaleza cada individuo hereda unas disposiciones sociales
desarrollando las cuales se realiza en cuanto persona, desarrollo que tiene
lugar dentro de la Civilización.
La
totalización marxista, y su transformación en la retórica homogeneizadora
pluralista del socialismo del XXI, parte de esa misma confusión entre
Naturaleza y Sociedad, y vuelve a poner en circulación el mismo error que
condujera a la URSS a la ruina y a los pueblos comunistas a vivir esclavizados
bajo el terror al yugo absolutista de los grupos antinaturales castristas.
No se puede
corregir los errores sociales mediante la destrucción de las leyes naturales,
sino que se le debe dar luz verde a las fuerzas naturales a fin de que por sí
mismas rectifiquen los pasos de la sociedad histórica y encaminen el futuro de
la Humanidad acorde a la lógica universal.
Será pues
mirando los errores históricos que debemos buscar las soluciones que nos lleven
a las respuestas exactas desde las que legar a nuestros hijos y sus hijos un
mundo fundado en la ley natural sobre cuya roca Dios creó la Sociedad Humana.
Los mismo la
teoría de clases como la dogmática de castas son fenómenos pasajeros que deben
enseñarnos a no dirigir jamás, bajo ningún concepto, nuestros pasos hacia esos
dos agujeros infernales. Quiero decir, estando la respuesta sobre la mesa lo
que debemos hacer es aplicarla.
La
Naturaleza opera libremente y acorde a la necesidad del Género en tanto que “el
Hombre” y desde esta necesidad genera al Individuo.
No voy a
sumirme en el ejemplo de las especies sociales inferiores pero sí exponer su
existencia a fin de que, sin olvidar el abismo que separa a la sociedad humana
de la de las abejas, partir de esta realidad para entroncar la existencia del
hombre en cuanto Género en este modelo social de distribución innata del
trabajo colectivo.
La dogmática
de las castas presupone que los individuos nacen a imagen y semejanza de las
especies inferiores sociales, tipo abejas y hormigas, y tal como nacen deben
morir. Inútil decir el delito contra humanidad que esta dogmática criminal
representa, y no porque esté en vigencia en una gran parte de planeta deja de
ser la naturaleza criminal de dicha dogmática menos delito contra la
Civilización. Que toda una religión como el hinduismo y sus pares aledaños
defiendan esta división asesina no es criterio que nos sirva para anular esta
declaración de necesidad de destierro de esa dogmática homicida de la sociedad
del futuro.
La
estructura de la Humanidad en clases sociales, tipo occidental del XIX, contra
la que el XX se levantó con la fuerza de un fantasma, y con toda la razón del
mundo, pero con una respuesta equivocada, que al final se revolvió contra los
mismos defensores de la necesidad de destruir esa relación entre clases
sociales tipo castas, pero más flexibles por en cuanto un pobre podía llegar a
ser rico y un rico a ser pobre, no es menos delito contra la Humanidad y en
razón de esta verdad la Historia dictó sentencia y ejecutó veredicto. Nada hay
que decir contra lo que se hizo sobre derecho, pero sí sobre lo que actúa
contra natura.
El mundo de
los zares y el mundo de los mandarines era el mundo de las castas
hindúes-budistas proyectado hacia fuera de la India, y en tanto que mundos
criminales no porque el movimiento echase mano de un error final, como es la
transformación de todo individuo en un obrero, la ejecución comunista fue menos
legítima. Lo que no es legítimo es la perpetuación de dicho error en base a
que, aun siendo una teoría social coyuntural basada en el efecto de dichos
regímenes delictivos, y llevó a los pueblos bajo aquellas leyes criminales a la
victoria contra aquellos gobiernos homicidas, su acción deba permanecer viva
todavía cuando la lucha entre clases sociales haya llegado a su término.
Hoy, desde
un nuevo principio, debemos aprender del pasado para evitar refundar la
Sociedad sobre los errores en el origen de tantas catástrofes internacionales.
Máxime cuando tenemos sobre la mesa todos los medios para redirigir los pasos
de nuestro Género hacia un nuevo horizonte de Justicia, Paz y Libertad
Universal.
La Sociedad
es un hecho vivo cuya matriz es la Naturaleza. Nosotros podemos actuar en la
Sociedad y somos sus actores, pero la Naturaleza es un terreno reservado a
Dios, cuya Sabiduría gobierna desde el Origen el Futuro de su Creación. No
podemos, en consecuencia, repetir los errores de nuestros antepasados y
delimitar el futuro del individuo en función de su nacimiento. Al contrario,
tenemos que abrir todas las puertas a fin de que la fuerza social que le es
propia a cada individuo encuentre su sitio en la Sociedad.
La acción
histórica, sufrida la experiencia totalitaria, nos implica en una esperanza
viva acorde a la cual las transformaciones del edificio histórico exigen una
apertura en el tiempo, tal que el totalitarismo igualitario sea derrumbado sin
concesiones y los decretos homicidas por los que todo individuo debe
encajonarse entre los límites de un patrón de comportamiento físico y psíquico:
sean declarados fuera de lugar y, en último extremo, delitos contra la
Humanidad.
La Sociedad
hacia la que encaminamos a nuestros hijos debe partir de un hecho universal,
indisociable de la propia individualidad, y que nos es a todos innata, a saber:
unos jóvenes se desarrollan antes, sea física sea psíquicamente, y otros lo
hacen con más tiempo. En nada perturba esta flexibilidad generacional la
existencia y el progreso de la Civilización.
El
totalitarismo psiquiátrico del que se sirviera el siglo XX para crear en serie
un modelo de humano -totalmente antihumano- presupuso que todos los individuos
debían ser ahogados entre los mismos patrones de comportamiento y cualquiera
que se saliese de esa normalidad fuese considerado anormal. Estructura
totalitarista que condenó a muchos a los loqueros y a ser tratados como chicos
especiales, una forma humana de bendecir el antihumanismo que les causara el problema de adaptación a un sistema social que trataba de
imponerle reglas nuevas a la propia Madre Naturaleza.
Vemos, pues,
que debemos empezar por la estructura de la propia Escuela a fin de alterar sus
fundamentos en base a la revolución histórica que estamos viviendo, y está
rompiendo los moldes antinaturales sobre los que se pretendiera hacer del
individuo un clon de un prototipo obrero fabricado en serie por la Fábrica del
Estado. Los acontecimientos internacionales de rebelión generacional que hemos
vivido a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI fueron
una prueba de fuerza contra la aplicación de semejantes horizontes de
identidad. El Ser Humano no es un número, es un Nombre.
Así pues, no
debemos esperar a que la necesidad imponga su ley. Debemos adelantarnos a la
necesidad y evitar los conflictos futuros mediante la aplicación de las
respuestas que estamos viendo que se necesitarán en el futuro y el futuro
aplicaría, de nuevo y como ha hecho siempre, actuando como un “fantasma”.
Lo cierto,
el hecho es que la apertura de la esperanza de media de vida extiende sobre el
futuro la necesidad de adaptar todas las estructuras sociales a esta ley. No se
puede seguir manteniendo para las generaciones del futuro un sistema
legislativo preconcebido para humanos cuya esperanza de vida acababa más allá o
menos acá del medio siglo.
Y que el
concepto de mayoría de edad es un anacronismo que surgiera en su momento en
defensa de la juventud contra el modelo heredado de las sociedades posmedievales, y que luego aprovechó el sistema para
hacerse con la juventud y acabar sometiéndola al comportamiento animal, no por
coacción sino libremente, dirigiéndola a satisfacer la necesidad de una mano de
obra que fija la realización del individuo en la Fuerza Bruta, física o
racional, y jamás en la Plenitud Intelectual del espíritu del Hombre.
En este
orden, la Propiedad, en tanto que recurso natural a esta realización Espiritual
del Ser, es un Deber que ha de estar garantizado por la Sociedad, de manera que
el Individuo busque a través de la Experiencia en la Vida su verdadera
Identidad en el universo de la Civilización.
Se entiende
que fuera de esta Realidad Universal que es la Civilización, fruto de la
actividad participativa de las naciones en su Creación, una Sociedad como
Nación excluyente de la Identidad Universal deviene un enemigo de la Historia
del Género Humano en tanto que su transformación en Nacionalismo aísla entre
muros psicóticos a su grupo, lo encamina hacia su involución al estado
prehistórico de “una tribu” y levanta sobre esos fundamento psicóticos una
estructura contra natura y humanidad cuya futuro, partiendo de la experiencia
histórica universal, es la ruina de esa sociedad como producto final de su
Caída en una concepción de ese grupo tribal como Raza Superior.
Ahora bien,
hemos observado también que la Sociedad Racional, en su negación de la
Civilización basada en la Concepción del Hombre como Espíritu Universal, tiende
a preparar al individuo para el trabajo y confundir Fuerza con Conocimiento,
abortando así la Personalidad del Hombre mediante el artilugio de su acceso a
la Propiedad en función de esa Fuerza y no a partir del Derecho.
La cobertura
de la Necesidad de la Propiedad como Recurso Natural inherente a la Realización
del Espíritu Humano en cuanto Persona, implica:
A) flexibilización
del modelo de educación y su extensión en el tiempo;
B) ruptura
de todos los patrones generales heredados del XX desde los que medir la
inteligencia y la personalidad individual;
C) apoyo
constante durante todo el recorrido y libertad para salir y volver según lo
determine la naturaleza en desarrollo del propio hombre.
Efectos que
únicamente podemos alcanzar aboliendo la necesidad animal desde la que la
Escuela, los Institutos y las Universidades adaptaron su Objetivo al mundo del
Trabajo y desde esta satisfacción social enfocaron su estructura.
El objetivo
de la Enseñanza es;
1) la
realización del Espíritu en el Hombre en tanto que Ser Universal,
2) conducir
al individuo al conocimiento de sí mismo y del Universo,
3) desarrollar
su personalidad intelectual mediante una libertad social que le garantiza el
Derecho a la Propiedad desde su Nacimiento, y pone en sus manos todos los
Recursos Naturales necesarios para participar en la Sociedad acorde a sus
fuerzas innatas, sin precondiciones ni límites finales a su movimiento y
comportamiento en el seno de la Historia, en la que él, como individuo,
participa plenamente no importa qué haga en un momento de su biografía; sea
haciendo el pan como escribiendo un libro el individuo es una realidad
histórica, intransferible en cuanto “él es el que es”, y su Ser es parte
indivisible de una Civilización que se rige por la Ley Universal, cuyos
principios y fines proceden de Dios, Creador de todas las cosas.
A
El
Aborto y la ley Natural
Conocimiento
es una palabra que traduce la imagen de la realidad tal cual el Universo existe
sin que su existencia esté precondicionada por el
Hombre. Es este universo el que condiciona la Existencia del hombre y no el
hombre quien condiciona la existencia del Universo.
Independientemente
de que en el S.XX la alianza Ciencia-Poder-Riquezas prefabricara una imagen del
universo a la medida de su tendencia excluyente, consistente en hacer del
Conocimiento una fuente de dominio del hombre sobre el Hombre y la Naturaleza,
la verdad permanece inalterable a la espera siempre de que la Civilización
llegue a articularse no por la ley del hombre sino por la ley de la Naturaleza.
(Cuando hablamos de Naturaleza y Hombre entendemos no al hombre salvaje sino al
hombre a la imagen y semejanza de Dios, es decir, un hijo de Dios).
La ley de la
Naturaleza cuenta su éxito por millones de Siglos y la prueba es la misma
existencia del Hombre. La ley del hombre presupone que el Hombre se ha hecho a
sí mismo a lo largo de las edades prehistóricas, y de aquí que tenga potestad
para regir su Sociedad acorde a leyes propias.
Nada hay más
propio de un ignorante con brotes psicóticos que esta afirmación que, sin ser
declarada, rige el comportamiento de la comunidad político-científica.
Era de
esperar, y siempre el efecto de la violación de la ley ha de llegar a este
término, que en una sociedad donde el aborto es ley la descompensación del
equilibrio que procede de la violación de la ley natural derive en un aumento
de la criminalidad social sujeta a dicha ley homicida. Efecto que se ve, a
escala macrosocial, en algunas partes del tercer mundo donde la violación de la
ley natural que es el aborto procede de la propia miseria.
Ahora bien,
la ley natural es un sistema cerrado perfectamente articulado que funciona
automáticamente. Y de aquí que la descompensación crezca en función de la
propia imposibilidad de la ley natural para reconfigurarse acorde a la ley
humana.
A la manera
que un programa genético una vez activado actúa sin aceptar órdenes externas,
rigiéndose exclusivamente por las leyes sobre las que está configurada su
estructura, la Naturaleza se comporta siguiendo unas leyes autónomas, cuyo
éxito viene determinado por las pruebas, y dejada libremente continúa
cosechando más victorias, pero que alterada es incapaz de corregirse a sí
misma. Es decir, la ley natural se rige por leyes sobre las que ni el hombre ni
nadie, exceptuando Dios, la fuente de su código cerrado, tiene poder.
Si las
llamadas catástrofes no bastan para ver que la Naturaleza tiene una entidad
propia desde la que se comporta como un ser vivo, cuya ley interna no se
relaciona con el hombre ni con ninguna especie en la medida que su
configuración dependa de lo humano, entonces cualquier discurso es un intento
de comunicación entre especies procedentes de diferentes ramas del árbol de las
especies.
Es la ley
natural la que siguiendo su estructura divina articula el equilibrio social.
Pero esta ley opera, como hemos visto, en función de un sistema cerrado cuya
mecánica el hombre no puede alterar.
Habiendo
dirigido la Naturaleza la creación del hombre desde las raíces celulares más
básicas, la ley natural traduce la estructura de la sociedad humana en un
código universal, y es con este código con el que la Naturaleza se relaciona.
Es decir, la Naturaleza actúa sobre el hombre en cuanto Género, jamás con el
hombre en cuanto individuo. Quien actúa sobre el Individuo es Dios. Es su
Derecho en cuanto Creador, y es su Deber en tanto que Padre del Hombre.
Así pues, el
crecimiento de la biomasa humana, por emplear palabras dulces de moda en la
comunidad científica del XX, está regido por una ley natural que equilibra la
reproducción mediante la compensación sexual. El aborto -independientemente
ahora de sus causas sociológicos- es un ataque masivo de la sociedad tribal
(hoy llamada global) contra la ley natural. Sin embargo, al alterar una
compensación universal que la Naturaleza no asume y, en razón de la
imposibilidad de actuar mediante patrones homínidos, la ley continúa actuando
ajena a esta destrucción de su ley por el hombre.
Pongamos un
ejemplo constructivo. Imaginemos que existen unos planos, o código cerrado,
acorde al cual debe construirse un edificio cualquiera. Este edificio implica
igualmente un tiempo de construcción. En función de estos parámetros: espacio,
materia y tiempo, contratamos más o menos personal. Creamos un sistema de
contratación por el que el trabajo permanece constante de manera que todas las
partes del edificio evolucionen en armonía, y no suceda que un ala esté acabada
mientras otra ni siquiera ha sido levantada a la mitad de la altura a alcanzar.
Ahora
imaginemos que dejamos actuar este programa automáticamente y nos desentendemos
de su funcionamiento. De no interrumpir este proceso ningún agente externo
cuando regresemos acorde al tiempo estipulado tendremos el edificio terminado.
Pero imaginemos que durante el proceso se producen alteraciones, tal que,
aunque la agencia de contratación hace su trabajo los empleados contratados
para esta parte o la otra, no llegan jamás a su destino. Tendremos el efecto
con el que mediante la ley intentamos prevenir, es decir, que todas las partes
del edificio no crecieran armónicamente. ¿Por qué?
Pues que la
ley natural, es decir, el programa de contratación, es autónomo y su cobertura
se limita a la contratación, que la parte contratada llegue a su destino o no,
al no pertenecer a su área de gobierno, no es de su incumbencia; y la
edificación continúa sujeta a la alteración expuesta. De aquí que al regresar
nos encontremos con que la parte que ha acabado su trabajo esté inactiva por en
cuanto no puede continuar, dado que las otras partes no han hecho el suyo,
resultando de aquí el caos debido a una construcción donde la parte activa está
inactiva y la actividad retrasada adelanta a una velocidad fuera de la ley
acorde a la cual se estipuló el tiempo.
El aborto
-aplicando esta situación a la estructura existente entre el Hombre en cuanto
Género y la Naturaleza en cuanto Materia, sin la cual no puede darse Historia-
es la interrupción de esta ley por la que la Naturaleza articula la
reproducción de la biomasa humana acorde a un Proyecto Universal.
Independientemente
de la sociedad humana la ley natural sigue haciendo su trabajo, y puesto que su
contrato está limitado en el tiempo: el fin de una organización viva sujeta a
la violación de la ley de la reproducción natural es el derrumbe de todo el edificio
social una vez cumplido el tiempo y la imposibilidad de cumplimiento de
contrato que al término del vencimiento se ha manifestado consumada.
Basta mirar
el derrumbe de sociedades históricas para ver que la ley natural es ajena a la
ley humana y se rige por unos principios en cuya configuración el hombre no
tuvo parte porque el hombre no existía, y, en consecuencia, contra la locura de
la alianza entre Poder y Ciencia, el Hombre no puede intervenir para
reconfigurar la ley por la que se rige la Naturaleza.
La única
corrección que la Naturaleza admite es la obediencia de la Sociedad a su ley.
En consecuencia, el aborto debe ser legislado en función de esta criminalidad
contra el futuro de la Civilización que su acción representa, y desde esta
declaración universal desterrar de todos los hospitales esta práctica,
persiguiendo el legislador con leyes, y los cuerpos de la ley con sus medidas,
cualquier práctica privada.
Ahora bien,
no debemos olvidar las causas sociales de esta práctica homicida.
El consejo
del Poder, del hombre en cuanto animal político, no es luchar contra el mal
sino dejar que el mal se desarrolle libremente a fin de que por la libertad
aprenda el mal a convivir con el bien. Sobran las palabras. San Francisco,
dicen, hablaba con las bestias. Desgraciadamente nosotros no hemos sido dotados
de ese poder para hablar con la bestia política y debemos dirigir nuestros ojos
y nuestra acción a la erradicación del mal, en todas sus formas, del cuerpo
social.
Si la lucha
contra la pobreza es un determinante, la formación de la paternidad y la
maternidad en las escuelas, que el animal político quiere reducir a educación
sexual, como si las ratas pasasen por escuelas para aprender a reproducirse, es
de una necesidad imperiosa a fin de que el ser humano, teniendo el modelo en su
casa, adquiera desde la adolescencia: perfecta consciencia de la importancia de
la paternidad y de la maternidad.
La ausencia
de esta formación es, sin duda, uno de los determinantes que están en las
raíces del fracaso en masa de las uniones matrimoniales, y es causa, por esta
ignorancia, del comportamiento sexual que actúa ajeno a la ley de la
reproducción humana, apareándose la juventud como miembros de especies sin
responsabilidad de ninguna clase sobre la progenie procreada. El efecto es el
aborto.
No basta,
pues, actuar contra la pobreza, porque vemos que en las sociedades opulentas el
aborto y la destrucción de la familia crece con el tiempo, minando su sociedad
futura en razón de la satisfacción del presente.
Acabar con
la miseria es el primer paso;
el segundo:
formar al hombre ya la mujer, antes de que alcancen su plenitud sexual, acorde
a los patrones de la reproducción natural específica del Género Humano, patrón
con el que se relaciona la Naturaleza y acorde al cual rige el equilibrio de su
biomasa en el tiempo.
El tercer
paso:
pasar del
Derecho al Deber desde el momento en que se forma una Familia Humana.
La Sociedad
debe adoptar por Deber la cobertura automática de todas las necesidades básicas
de la familia desde el momento en que se forma, asumiendo este Deber referente
a casa, comida, ropa y escuela.
Los lujos y
los gustos es cosa del hombre y la mujer en tanto que Individuo. La Sociedad no
puede asumir por Deber el mundo personal del Individuo. Pero esto es algo que
se entiende por lógica. Al violinista su violín, como dice el proverbio, y a
cada cual las herramientas de su trabajo; lo que haga con su arte y su ciencia
cada cual es cosa de cada cual.
El hecho es
que nos encontramos en el decisivo momento de dar el paso del Derecho al Deber,
que algunas sociedades, tipo Alemania, han asumido, pero que otras, tipo
España, no sólo no han asumido, sino que la parte que había sido asumida ha
sido totalmente abolida.
Es decir,
unas naciones marchan hacia adelante, y otras marchan hacia atrás.
Otras, sin
embargo, no tienen esta posibilidad y, tipo India, viven el efecto de la
violación de la ley natural en su estado salvaje más puro.
En otras
como China, la violación es sistemática, y aunque la apariencia de fuerza
ciegue la vista, la descompensación enorme vaticina el derrumbe.
Por último,
comprobada la fuerza innovadora y revolucionaria -en el sentido más positivo-
de la juventud, los grupos de Poder deben combatir esta fuerza asesinándola en
la matriz. Cosa que hacen. De aquí la complacencia progresista del Poder para
bendecir el aborto y destruir la Familia Natural. Ahora bien, destruida la
Familia Natural la ley de la Naturaleza es despedida y, su consecuencia, siendo
inmutable su ley, es la Caída de esa Sociedad.
Obviamente
todas las sociedades tienden inexorablemente a creerse eternas. Creencia de
donde resulta que la Historia es un montón de mentiras, porque es imposible que
siendo todas eternas el número de las sociedades caídas sea tan grande como
desconocido.
¿Se ha
quejado la Naturaleza por la desaparición de Hititas, Asirios, Medos, Mayas,
Incas...?
¿Se ha
quejado porque haya desaparecido la sociedad soviética?
¿Se quejará
porque desaparezca la sociedad socialista?
En efecto,
antiguamente eran sociedades tribales devenidas en naciones, al presente las
sociedades son ideológicas y religiosas, pero las unas como las otras todas las
que se sitúan al margen de la Ley de la Naturaleza, inscrita por su Creador
desde el principio de nuestro Mundo, sufren el efecto de quien despide a los
trabajadores que no se atuvieron al tiempo de contrato y contrata a un nuevo
equipo para terminar su obra.
Resumiendo:
El Aborto es
un ataque contra la Multiplicación de la Fuerza Social que la Naturaleza pone
en escena como Plataforma del Crecimiento Continuo de la Civilización. Habiendo
demostrado ya la Juventud el poder revolucionario que en su sangre porta, el
Poder establecido ha tenido por Deber suyo reducir al máximo posible ese Poder
Natural, sea mediante agentes destructores de su salud, sea como agente
indirecto de la aniquilación de esa Fuerza desde la matriz.
La Política
del Aborto, por tanto, y aunque se manifieste un contrasentido, es impuesta y
defendida por gobiernos y partidos ultrafascistas que, bajo la máscara del progreso, tienen por fin la Manipulación de las Masas
y su Dominación por la Clase Política a la que ellos naturalmente representan.
El Aborto es
un ataque masivo y controlado contra la Fuerza Revolucionaria de la Juventud,
entendiendo aquí Revolución como Movimiento Histórico Natural.
El
abortista, en consecuencia, es el mayor enemigo de la Civilización por en
cuanto cree, dejándose llevar por la locura de los reyes soles, que el Hombre
puede controlar y someter a la Naturaleza. La Historia ya ha demostrado que, a
falta de la Fuerza Humana Natural sobre la que mover pacíficamente sus páginas,
la Naturaleza se levanta en oleadas sangrientas para eliminar de su camino a
quienes, creyéndose que pueden enfrentarse a su Paso, se mantienen de pie ante
su Avance.
Las medidas
legales contra el Aborto como Causa de futuras revoluciones sangrientas tienen
su comienzo en el destierro de todo la Tierra de su Legalización y Práctica.
Esto no es un avance hacia el pasado. Cuando el Pasado avanza contra el Futuro,
el Presente debe alzarse para frenar los efectos que el Pasado pusiera en
movimiento y ocasionarían en el Futuro un cataclismo sangriento de proporciones
devastadoras.
Escribir una
Victoria Antiabortista Universal sin inmunizar el campo donde se sembrara esa
mala hierba es dejar que vuelva a crecer en el Futuro. La Educación Moral del
Ser Humano, cuya destrucción es connatural al programa Abortista de los
Gobiernos ultrafascistas -entiéndase progresistas,
izquierdistas, liberales, socialistas- debe ser rescatada de la cueva donde eso
que llaman “Ética” quiso enterrar el Código con el que la Naturaleza se
relaciona directamente con el Hombre y no acepta ninguna interrelación en su
Movimiento con eso que la Ética sea, y que no es en el fondo más que una Moral
subordinada al Poder.
La Moral, en
definitiva, es el campo en el que el Individuo y la Naturaleza se relacionan
directamente, y ambas con su Creador.
La Ética es
el campo en el que el Poder, sustituyendo a la Naturaleza, se relaciona con el
Individuo no en cuanto Ser sino en cuanto esclavo del Poder.
La Ética, al
final, no es sino la subversión de la Libertad del Individuo en razón de la
necesidad del Poder de mantener bajo control a la Sociedad. Y busca la
esclavitud del Individuo a los Intereses del Poder.
La Moral, en
cambio, siendo el fruto de la Ley Natural, y viniendo determinada esta Ley por
el Creador de la propia Naturaleza, es la Libertad del Ser acorde a la Ley
Universal.
La Ética no
hace hombres libres, hace esclavos del Poder.
Pero la
Libertad del Hombre es un Hecho Natural. Y esta realidad es la que determina la
Moral, que es defendida por el Cristianismo y atacada por todo sistema político
basado en la reducción del hombre a votante, privado de toda propiedad natural
al elector, en defensa de cuya alienación tiene que desterrar la Moral
Cristiana, o Natural, de la Formación del Intelecto Humano.
El fin de la
Política en cuanto Ciencia es la Formación del Ser en tanto que elector.
El objetivo
de la política en cuanto arte del Poder es la eliminación de este Fin y el
mantenimiento del Individuo en las condiciones infrahumanas -desde el punto de
vista de la Ciencia en tanto que Arte Política- que caracterizaron al Votante
del Siglo XX.
Moral y
Poder, dado que la Moral se ha hecho Cristiana, y el Poder se ha hecho Ética,
eran incompatibles en la estructura de la Civilización del Siglo XX. El
resultado se tradujo en una aptitud genocida contra la Humanidad en su
conjunto, que a su vez se tradujo en la habilidad del Poder para aprovecharse
en su propio interés de la reducción del Individuo a la condición animal de
supervivencia.
Incapaz el
Individuo del Siglo XX para tener una ley propia sin necesidad de una
imposición externa, el Aborto fue una de las consecuencias que esta
animalización de su Ser puso en escena.
Y que esta
puerta es el acceso a una nazificación de la vida humana, a un desprecio total
hacia el valor de la vida del hombre, establecido el cual las barreras hacia
una Dictadura caen sin oposición manifiesta, se ve en la Práctica abortista
generalizada, en unos casos aislados sacados a luz, en cuyo ejercicio se
emplean para la eliminación de la vida en gestación los mecanismos que se
utilizan para la eliminación de la basura.
¿Si pues la
vida es basura en la matriz, qué hace diferente a la vida humana en sus dos
piernas?
B
MANIFIESTO
JESUCRISTIANO
Contra
la Pornocracia Global
Al año más
de un 1.000.ooo de seres humanos son esclavizados por la Mayor Organización
Criminal que existe en la Tierra: La Prostitución.
Más de 3.000
son los focos en la Red desde los que se expande este Delito.
Contra ese
Millón Plus, y en constante crecimiento anual, y esas 3.000 Plus, en continua
expansión diaria, la Plenitud de las Naciones Cristianas nos comprometemos:
A cerrar
todos los Prostíbulos de la Tierra
A elevar a
Cadena Perpetua el Delito de Proxenetismo y Trata de Blancas
A prohibir
la Venta y Alquiler de DVD dedicados a la Pornografía a lo largo y ancho del
Mundo Cristiano
A cerrar
todas las WWWs con material Pornográfico
A penalizar
la Posesión y Distribución de Material Pornográfico en TV, Tienda, Red y
Mercados
A cerrar
todas las Salas de Proyección X
A devolver a
las mujeres ejercitando la Prostitución en Clubs, Calles y Carreteras a sus
naciones y familias de origen
A desterrar
la Prostitución de los Oficios
A Prohibir
el Contacto Cliente-Prostitut@ a través de los Media.
A catalogar
la Pederastia, la Pedofilia, la Zoofilia y el Sadomasoquismo como Demencia en
Primer Grado
A legislar
contra Policías, Políticos y Jueces hallados en las Redes de esta Demencia
A la
expulsión del Estado de todo funcionario hallado en la Prostitución como
cliente
A darle todo
el Poder a la Ley para llevar la Victoria de la Justicia a sus últimas
consecuencias, lo que implica:
-Abolición
del status de Inmunidad Parlamentaria para todo político y jefe de Estado
- Abrogación
del status de Inmunidad Diplomática en caso de Conexión con el Crimen
-
Penalización de las Vacaciones Sexuales
- Cierre de
todo tipo de local en el que la Mujer use su cuerpo desnudo como condición de
trabajo
Y a la
adopción de todas las Medidas que desde la Ley y la Justicia se reclamen
conforme se avanza en la Victoria de la Vida sobre los que han hecho de la
Muerte del Ser, físico o moral, su Patria y Bandera
Declaración
Final: toda compra-venta del Acto Sexual es un Delito contra la Dignidad
Humana.
Definiendo
términos:
Pornocracia es aquel sistema en el
que quien gobierna hace todo lo contrario de lo que la ley decreta.
Pornocracia es aquel sistema social
en el que el delincuente tiene el poder y dicta la ley.
Y se le
llama así en honor del sistema papal que gobernara la iglesia romana durante
varios periodos de la Historia de la Iglesia Católica.
(Aquí no
confundir jamás- para evitar malos entendidos- no confundir jamás iglesia
romana con Iglesia Católica)
La Barbarie
del Poder, independientemente ahora de quien lo ejerza, tiene un sueño
universal, estándar y totalitario, y es, que el gobernado sea no oveja sino
borrego, o lo que es lo mismo, que sea un verdadero idiota feliz.
El mundo
anda como anda no tanto por quien tiene el Poder sino porque el nivel de
inteligencia de los pueblos ha descendido a un punto mínimo crítico más abajo
del cual ya no hay hombres sino animales racionales domésticos.
Creer que el
crecimiento del ser humano en el espíritu de Inteligencia depende del Estado -y
aquí no confundir jamás inteligencia con ciencia- es un autolavado de memoria
del que siendo enemigo, en lo que le toca a la mía, por nada del mundo quisiera
que otros la practicasen con los míos.
El hecho es
que la manipulación del Estado por los Gobiernos tiene una incidencia
fundamental en esa idea sobre que un pueblo inteligente es ingobernable. En
efecto, el espíritu tiene unos principios y unas leyes propias que son
infinitamente más perfectas que las leyes sociales impulsadas por los
Parlamentos al servicio del Poder.
Yo, siendo
una persona espiritual sólo puedo ser un delincuente tomando como punto de
referencia la norma delictiva que desde el Parlamento se me impone a fin de
hacer de todo ciudadano un delincuente en potencia, siempre al filo del acto
delictivo en razón de los miles de decretos que se le pone en el camino, cuya
finalidad es precisamente tener a todo el cuerpo nacional bailando al filo del
delito.
Pornocracia -decía- es aquel sistema
en el que el Gobierno se apodera del Estado para ponerse al margen de la Ley, y
sin embargo imponerle su ley.
Y dije que
se llamó así a este tipo de gobierno desde la experiencia que representó la
iglesia romana en varios periodos concretos de su historia particular, el
periodo del siglo XV su exponente más clásico, y Alejandro VI su ejemplo más
universal.
Vemos en
este ejemplo cómo el anticristianismo de unas familias sacerdotales se apoderó
del Estado de la iglesia romana y poniéndose fuera de la Ley -de Cristo en este
caso- impuso su ley propia. Alejandro VI mató, asesinó, robó, expolió, quemó,
destruyó, destrozó, violó, fornicó, pisó la Ley de Cristo desde la A a la Z e impuso desde el Estado del que se había apoderado
su ley -en este caso de terror y abominación.
Ahora bien,
todo Gobierno con aspiraciones vitalicias de Poder tiende por principio a
ponerse al margen de la Ley, a vestirse de Inviolabilidad, y desde esta
asunción de divinidad por un día imponer su ley a la nación, sirviéndose para
esto de algo que le pertenece exclusivamente a la Nación: el Estado.
Esta
asunción del Estado por el Gobierno le es vital a todo Poder que quiera
imponerle a la Sociedad sus propias normas de juego -y aquí es necesario
entender juego por Política, y Política no como ciencia sino como ejecución de
unas normas por decreto de ese Poder que se sirve del Gobierno para que el
Parlamento firme sus normas.
En efecto,
la lección del Siglo XX sobre Política de las Naciones nos ha enseñado que el
político es un criado al servicio de quien le paga su carrera, y a su amo sirve
durante su paso por el Gobierno, de aquí la corrupción generalizada y la
imposibilidad de avanzar en la dirección que la Inteligencia sugiere. Resueltos
los Parlamentos como abrevadero donde todos los criados de sus amos se reúnen
para hacer que se cumpla la Ley del esclavizaje del
Estado al Poder, la esperanza de que un Gobierno cumpla con la Ley, para con la
Ley en la mano atacar el Mal en todas sus formas, es la esperanza de un borrego
que vota a su partido aunque el Partido esté compuesto por verdaderos asesinos.
El
crecimiento de la Corrupción que vimos aterrizar en nuestras naciones durante
la segunda mitad del siglo XX procedía de esta acción de quien aparenta poner
el Estado al servicio de la Ley del Bien, cuando en realidad tras esa pantalla
para tontos y borregos el Partido en el Gobierno se dedicaba a servir a sus
amos y de camino pervertir la Naturaleza del Estado.
Ya hemos
visto la tremenda Bondad que le ha representado a la Civilización la Separación
entre Iglesia y Estado. Uno de los puntales vitales sobre los que dejará caer
este Siglo su peso será por la Separación de Estado y Gobierno.
La
Separación de Gobierno y Estado es vital si se quiere combatir el Mal en todas
sus formas. Mientras el Estado es indestructible el Gobierno que lo manipula es
pasajero, y de aquí que ningún Gobierno pueda tener acceso a su estructura para
ponerla al servicio de sus intereses particulares de Partido, que no es otro
que la perpetuación de su status político.
Separar
Justicia, Educación, Defensa y Tesoro de las manos del Gobierno es el principio
existencial sobre el que la Salud de las naciones ha de fundar los cuatro
pilares de su Futuro.
El Gobierno
tiene la función política de ejecutar las medidas que los nuevos problemas que
surgen en el tiempo piden. Es la propia ley de crecimiento en el tiempo la que
hace surgir nuevos y constantes problemas, que exigen sus soluciones y la
ejecución de esas respuestas al cuerpo social a fin de que la Salud de la
nación no se resienta. La función del Gobierno es aplicar estas medidas,
ejecutarlas. La respuesta le pertenece a la Sociedad en su conjunto, y puesto
que un problema tiene una sola solución, pero muchas alternativas, el Gobierno
es aquel órgano político de la Sociedad que adopta la debida y la ejecuta.
Caminamos,
pues, inevitablemente, aunque los gallos canten por la tarde, hacia un nuevo
status de relación entre Sociedad y Hombre. El futuro, siendo Historia en
Movimiento, no admite peros, camina inexorablemente hacia el Fin Universal que
implica su dirección por la Inteligencia Creadora que le abriera al ser humano
Camino en el Tiempo. En su Ignorancia el Hombre, y por defecto en su Maldad, el
Poder tiende, por haber sido expuesta la Civilización del Género Humano a la
Ciencia del Bien y del Mal, a buscar el control de esta Fuerza Divina que
dirige la Historia Universal contra, precisamente, esos intentos de posesión y
propiedad sobre su Movimiento.
Y es que hay
cosas que pueden ser y cosas que no pueden ser. La búsqueda de la palanca para
mover el universo dirigió el curso de la ciencia por la senda de la locura que
en la actualidad notamos en su degeneración más activa en su esclavitud al
servicio de la transgenia, la clonación y la
reproducción en vitro de una estrella (ITER).
Será contra
esto que no puede ser, a saber, que el Hombre dirija el curso en el Tiempo del
Género Humano, que el Mal en todas sus formas se ha extendido mediante las
mutaciones debidas y, adelantándose al Bien, ha hecho de la tecnología su mejor
arma de dominio de las naciones. Caminamos, pues, hacia el día de la
desintegración de la Red de las fuerzas masivas que desde milenios ha hecho del
hombre y la mujer en cuanto ser: un objeto de uso por parte del Poder.
La invasión
del Mal, en su forma de
1,
Corrupción de Menores,
2, Apología
de la Pedofilia y la Zoofilia,
3, el
Sadismo y la Delincuencia Criminal de Trata de Blancas,
que en la
vida real son actos perseguidos por la Ley, contra la Ley y por el Poder, se ha
colado en nuestras casas, en nuestras familias y sociedades, haciendo de
nuestros hijos su campo de cultivo y de nuestro futuro su propiedad. El
crecimiento exponencial que está realizando esta invasión de nuestras casas y
familias por la Delincuencia más abyecta, bendecida desde el Poder, siguiendo
la teoría de que un pueblo inteligente es ingobernable, y por tanto es
necesario mantenerlo siempre en estado animal, estado patético y deprimente
sobre cuya conciencia de ignorancia que trae la felicidad basa el criado
político la esperanza de alcanzar el Gobierno; dicho crecimiento hace necesaria
y concentra las fuerzas de toda persona inteligente contra la perpetuación de
este sistema de Apología de la Delincuencia en función de la libertad inherente
a la responsabilidad individual.
En la lucha
y desintegración de este sistema de Apología, contra el que el Poder lucha
sirviéndonos ésa llave de pega que es el Filtro Anti XXX, el Futuro camina con
la mente puesta en la Hora en que la Ley extenderá su Norma por la Red, y los
Operadores deberán eliminar de la Red, por Ley, todos los frentes malignos por
el que el comportamiento de nuestros hijos e hijas está seriamente amenazado
por la Pornocracia del Siglo XX, que quiere
perpetuarse en este Nuevo Siglo, y pretende imponérsenos por la Fuerza que
procede de los Parlamentos.
La Ley es el
caballo sobre el que el Futuro recorre los campos milenarios y aunque la Muerte
es su enemigo y acorde a los siglos cambia de armas y de ropas de combate, y
por inercia propia tiende a la destrucción de la Ley, es decir, del cuerpo
social, y por tanto del Género Humano, la Ley, según hemos visto después de
milenios de combate a muerte, sigue imparable su marcha tras la búsqueda de la
Sociedad cuyos principios motores sean la Verdad, la Justicia y la Paz.
Nada hay más
contrario al espíritu del Poder que esta Sociedad en cuyos fundamentos la
Igualdad, la Fraternidad y la Libertad vienen asumidos por el primero de los
tres pilares divinos expuestos: la Verdad. Y precisamente porque se ha quedado
la Sociedad en este primer principio y a duras penas concede paso al Segundo:
la Justicia, nos encontramos donde ahora nos vemos, nadando en un mar de
corrupción social generalizada cuya marea nos traga y se lleva al fondo de su
abismo la esperanza de victoria sobre esta negación a seguir avanzando y que,
además, quiere destruir el principio de la Justicia: La Verdad.
Es un
fenómeno, por tanto, que el Gobierno Global nos convierta a todos en
delincuentes por compartir y usar el Universo de las 3W, que alivia y compensa
las diferencias entre los que tenemos más con los que tienen menos, y sin
embargo haga nada absolutamente nada contra la Apología de la Delincuencia que
en la Red realizan las organizaciones criminales dedicadas a la Trata de Blancas
y la Apología pro-Prostitución que la Pornocracia del
Dinero ha instituido como natural al ejercicio libre del Cuerpo Humano en
cuanto Propiedad del Individuo.
Este
concepto del Cuerpo como propiedad es demostrativo de la estupidez que el Poder
le crea al Votante y en el que se quiere cultivar su estupidez en aumento. ¿Si
no me pertenece a mí mi cuerpo a quién le va a pertenecer? Concepto que, sin
embargo, a la hora del Aborto por ejemplo, es anulado cuando uno de los dos
cuerpos procreadores es apartado de la toma de decisión sobre lo que es suyo,
el cuerpo procreado, aunque sea en un cincuenta por ciento. Y la Ley vuelve a
demostrar que el concepto del cuerpo como propiedad es una entelequia fabricada
para el Votante en tanto que Esclavo del Poder, cuando el nacimiento de un ser
no querido por la parte autora del cincuenta por ciento no es obligado, por
Ley, a ser asumido y a asumir su existencia como real y automáticamente sujeta
a todos los derechos inherentes a la vida humana. Es decir, la Ley del Poder es
criminal y propone el crimen como elemento natural de su existencia.
Ahora bien,
la Ley no puede ser Universal si permanece al margen de su dimensión entidades
particularizadas que se sirven del Poder para hacer de la Justicia una ciega
que no ve nada, no sabe nada y se limita a pasar el platillo. La Ley Universal
contra la Delincuencia que se aplica a la Sociedad no limita por todos lados
con el Universo de la Red en el que la Sociedad está inmersa, cuando desde ésta
salta al Universo de la Red: la Delincuencia. Los Servidores, por tanto, están
bajo el Mandato de la Ley.
El Poder
tiende a criminalizarnos a todos, pero la Ley Universal se refiere a la Lucha
contra el Crimen, Organizado o Individual, y no tiene fronteras limitativas.
Deberíamos
definir en este asunto, antes de nada, qué es el Crimen, qué es el Delito.
Mientras no tengamos claro qué sea el crimen no podremos definir los límites de
la Ley, y si dejamos que nos los definan somos carnes de cañón, o mejor dicho,
carne de borrego de cuyas grasas y lanas bandas organizadas de ladrones, desde
el Poder, se alimentan.
Tal vez
también tendríamos que definir qué es el Hombre y qué es el Género Humano.
Tomando una idea superficial podríamos hacer dos conexiones: Hombre-Crimen,
Delito-Humanidad.
El Crimen es
algo que le afecta al Individuo, y el Delito al conjunto de individuos; de aquí
que hablar de Crimen contra la Humanidad sea impropio y se diga Delito contra
la Humanidad. El Crimen es algo instantáneo y el Delito extiende sus efectos en
el tiempo. De manera que por sus efectos podemos definir mejor la diferencia
entre ambos: Delito y Crimen.
El Crimen no
incide en la Humanidad en tanto que tal. Pero el Delito sí en tanto que sus
efectos atentan a largo plazo contra el Género.
Siguiendo
esta norma no se considera el Aborto un Crimen, sino un Delito, porque no
habiendo vida consumada se entiende que sus efectos proceden no sobre el
individuo sino sobre el Género.
Una
actuación que sobre el Individuo no cause un mal mortal pero que pone en activo
unos efectos que a la larga incidirán sobre la Humanidad, es un Delito.
Y si la Ley
mira lo mismo al delito que al crimen, dejando para la Justicia determinar el
Castigo, la Ley tiene que perseguir la Apología de la Prostitución, la
Pedofilia y las Perversiones del Comportamiento sexual de la Humanidad que las
Industrias dedicadas a la Prostitución, la Trata de Blancas, la Pedofilia, la
Violación y el Asesinato en directo con fines Sexuales de la Infancia ha puesto
en la Red.
Esto lo
llamamos Pornografía Delictiva Global, de la que todos somos testigos, y la
cual la Pornocracia Global, es decir, la alianza del
Crimen Organizado con el Poder, ha extendido ante nuestros ojos con el
agravante de Sumisión de la Ley a dicha Alianza del Poder con el Crimen
Organizado
¿Pero por
qué cuando hablamos de Delito contra la Humanidad se habla de Organizaciones
criminales?
Es evidente
que este Delito se basa en el crimen particularizado de aquéllos que son
esclavizados, directa, con dinero, o indirectamente, por influencias
psicosociales, para sumarse a esta Delincuencia Global: Liberada de la Ley por
el Poder.
¿No habéis
notado una desaparición masiva de niños en todas las naciones? ¿De mujeres que
aparecen asesinadas por todas partes? ¿De una extensión imparable de la Trata
de Mujeres?
¿De dónde
creéis que procede esto?
¿De Edenlandia?
La extensión
de la demencia sexual que tiene en la Pedofilia y la Violación con asesinato su
mercado, habiendo encontrado un Sistema de Distribución Global, utiliza la vida
real para llevar a la vida virtual su horror.
Detrás de la
Industria del Porno se esconde una red criminal que utiliza nuestra anulación
política para la creación de fortunas inmensas con las que financiar la
conquista del Poder, y obtener del Poder que “la Ciega” siga siendo ciega.
Concluyendo,
el Poder que está en nosotros es el Poder del Elector. Y con este Poder debemos
firmar en Referéndum Universal la Ley por la que todos los servidores rompan
automáticamente contratos y desintegren de sus sistemas todas las páginas
dedicadas a la Apología de la Delincuencia Sexual, en todas sus formas, desde
la que se anuncian para servicios por “telepatía virtual” a la que simplemente
le dedica espacio a tales asociaciones delictivas.
Este es el
Futuro. Todo lo que no sea caminar hacia este horizonte es caminar hacia el
abismo. La decisión está en nuestras manos y el principio de la acción en
nuestras propias casas, educando a nuestros hijos en su relación con el PC tal
que vean en este maravilloso instrumento una herramienta de trabajo y
comunicación, jamás un juguete.
La
Tecnología no es un juguete. Las organizaciones criminales han hecho de este
“juguete” su arma criminal más preciosa. La Ley tiene que tener los brazos
abiertos al Bien y las piernas totalmente clavadas en el suelo contra el Mal.
¿Pero cómo podrá la Ley distinguir entre el Bien y el Mal si la Justicia tiene
los ojos vendados?