TEMAS DEL SIGLO XXI |
El calentamiento del globo terráqueo y la descongelación de los casquetes polaresSección 1El "4 Universal" y la Presión termostática de los Océanos sobre la Corteza Externa de la Tierra como factor de Cambio del Clima de la EcosferaSección 2El mundo de efectos especiales provocados en el cuerpo de la Ecosfera por la Edad AtómicaSección 3Lista
vulcanológica del siglo XX y Orígenes del Calentamiento Global
INTRO
Cuando empecé a escribir esta sección el foco de inspiración tenía en la Ecuación del Sustrato Ecosférico Autónomo su núcleo básico. El modelo de Ecosfera del que parto se basa en la Arquitectura Geofísica que he presentado en la Cosmología del Siglo XXI. La cuestión del desplazamiento de masa pentacontinental sobre un hemisferio del Globo como factor decisivo de caída angular del eje de rotación de la Tierra, y la función termorrefrigeradora del hemisferio oceánico comportándose respecto a la litosfera externa al igual que lo hacen las aguas de un río respecto al reactor de una central nuclear, estas dos imágenes, fruto del desarrollo de la Geofísica CSXXI, cuya Dinámica procede de un Núcleo activo en continua mecánica de generación de calor, me condujeron a estudiar los cambios que una alteración de este equilibrio pondría sobre el escenario ecosférico en un plazo corto o medio dependiendo del valor físico de la alteración. Por los síntomas que estamos ya contemplando se puede decir que un cierto tipo de alteración se ha producido, y está ya desequilibrando la ecuación geofísica que durante eras geológicas ha mantenido la presión oceánica sobre la litosfera externa dentro de una franja termodinámica estable. Así, de golpe, he de imaginar que poner sobre la mesa un escenario totalmente nuevo, salido como del espacio etéreo, pues que el problema del Calentamiento Global no ha pasado aún de la esfera de los mitos y leyendas para parvulitos no aptos para comprender la verdadera estructura de su mundo en tanto que parte de un edificio sistemológico alzado sobre unas matemáticas de ingeniería astrofísica cuya perfección hace que cualquier variación no computable pueda producir unos efectos de proporciones astronómicas; así, de golpe y porrazo, venir con el cuento de los efectos que la alteración termodinámica de trasvase de calor y frío entre el hemisferio oceánico y la litosfera externa, pueda tener, ha de sonar a blues de Marte. Pero sólo ha de sonar así en las orejas de aquéllos cuyos ojos no han comprendido aún la relación entre la carga de materia pentacontinental sobre un hemisferio y el ángulo de rotación de la Tierra, de un sitio, y la constancia de la temperatura del cuerpo geofísico externo como derivada de la presión hidrostática del hemisferio acuático sobre la litosfera, del otro; derivada que, a su vez tiene su raíz en la masa de los casquetes polares, cuya descongelación masiva rompería la ecuación hidrostática, supondría un calentamiento acelerado de la litosfera externa y, por consiguiente, una periodo de vulcanología global cuyos efectos habrían de cambiar la faz de nuestro planeta, con la dessaparición de multitud de especies no humanas y muchedumbres humanas. Veamos por qué. Se habla mucho del calentamiento del Globo. Parece que el Planeta entra en calor. Las causas de esta elevación cuasi instantánea del termómetro geofísico tienen la pregunta en el cielo mientras la respuesta anda por los suelos. Obviando lo obvio sería improcedente, por petulante, tratar de dar del tirón con la clave del jeroglífico climático que a todos nos trae locos, máxime cuando aquéllos que debieran sumar dos y dos afirman sobre sus cátedras que 2x2 no son cinco. Conclusión alucinante que suena a bofetón rotundo contra la lógica más elemental que Newton se echara a la cara y Einstein se permitiera, tirando de la cadena, arrojar a la cloaca donde el sentido común fue desterrado por el famoso siglo XX. Ciertamente
dos y dos serán cuatro depende en qué universo esté el sumante tratando
de limarle los cuernos al diablo. La culpa del cambio climático, a fin
de cuentas, la tienen los aerosoles, la desforestación y cuatro tornillos
más que la civilización le ha aflojado al sistema. Al menos es lo que
cuentan. Pero la verdad es que hay más de lo que cuentan. De una forma
abstracta, mentando el pecado pero no el pecador, digamos que los intereses
de unos pocos se han unido a la ignorancia de los muchos otros y entre
todos juntos se han convencido de la indudable certeza encerrada entre
pecho y espalda de una relación causa-efecto que prima lo absurdo y
oculta lo prioritario. La relación entre la carrera atómica de la segunda
mitad del siglo XX y el calentamiento del Globo terráqueo, por ejemplo,
no coinciden en ninguna plataforma de discusión. Para nada.
Yo
me temo que la Ciencia Atómica del Siglo XX haya metido la pata y provocado
un giro de tuerca en el Sustrato Ecosférico que le sirve de plataforma
al Plano Biosférico sobre cuyas columnas se mantiene el Clima de la
Tierra. Traigo las listas desde sus respectivos portales y las abro
a fin de que las conclusiones encuentren en las comparaciones su nexo
lógico.
La
lista que os sirvo sobre los volcanes en activo al día presente habla
por sí sola. Los científicos atómicos debieran explicarnos cómo es posible
que unas 60.000 bombas atómicas tipo Hiroshima y Nagasaki no tengan
que ver absolutamente nada con el Calentamiento del Globo terráqueo
y sí, por ejemplo, los aerosoles y demás artilugios caseros, culpándonos
de esta manera a los pobres de geocidio, mientras ellos se lavan las
manos en la toalla de la Guerra Fría.
La
razón del silencio político-científico sobre el tema es evidente. La
relación entre la carrera atómica de la segunda mitad del siglo XX y
el calentamiento del Globo terráqueo es tan estrecha que, de no ser
porque ellos mismos ignoraron los efectos que estaban creando, habría
que hablar de geocidio frustrado contra el Género Humano, con la excusa
de la Guerra Fría, por parte de las superpotencias de aquel siglo.
Como
se deduce de la CSXXI,
la destrucción de un equivalente en gravedad a unos 600 megatones de
energía termonuclear ha producido un desequilibrio en la corriente de
trasvase de energía desde el astro central a nuestro planeta mediante
la variación matemática entre el punto de partida y el de llegada. Todo
el mundo sabe que entre dos puntos la corriente va del foco mayor al
menor, y que mientras mayor sea el diámetro de la compuerta del punto
menor mayor será la cantidad de energía trasvasada a su sistema desde
el punto mayor. Si ahora donde ponemos menor ponemos Tierra y donde
hemos puesto mayor ponemos Sol, se comprende que, aunque no salgamos
del mundo de la microastrofísica, que la equivalencia de 600 megatones
en energía gravitatoria ha actuado, mediante la reducción de energía
del punto de llegada, variando el equilibrio que le ha servido de plataforma
al cuerpo geofísico. Obviamente esta diferencia en el aumento de flujo
de energía del Sol a la Tierra no es algo que veamos con los ojos, y
sólo podemos determinar por sus efectos. Lo cual nos planta delante
de una cuestión filosófica muy grande, a saber, la relación entre el
universo y la inteligencia; discusión necesaria en razón de la animalización
del intelecto humano que acometiera el salvajismo científico de los
últimos siglos del segundo milenio; punto que dejaremos para otro momento,
aunque la necesidad imponga su ley y nos veamos obligados, por esa misma
reducción, a denunciar la animalización de la ideología científica como
uno de los puntales sobre los que se hace imposible tomar cualquier
medida a favor de la paliación de los efectos globales causados por
la conducta geocida de la comunidad científica del siglo XX. Así que
volvamos al tema.
Roto
el valor geohistórico del campo gravitatorio terrestre por destrucción
de parte de su volumen en beneficio de la necesidad de la Guerra Fría
y su imperio atómico, al servicio de cuyo imperio la comunidad científica
atómica reventó contra la atmósfera, los océanos y la tierra unas 60.000
bombas H, en lo que podríamos calificar de guerra alienígena contra
el Hábitat del Hombre; dada esta destrucción del volumen del campo gravitatorio
terrestre-punto de llegada- el comportamiento de esta avalancha de trasvase
de energía desde el Sol-punto de salida-había de reactivar el transformador
geonuclear del Planeta, y provocar el calentamiento del Manto como consecuencia
de la presión electromagnética derivada.
La
reactivación en bloque del Anillo de Fuego a la que estamos asistiendo,
dando lugar a verdaderas tormentas sísmicas a nivel planetario, ponen
de manifiesto que la variación entre los focos de origen y llegada se
ha producido. Y que, de reabrirse la Carrera Atómica, el peligro de
destrucción de grandes zonas de la litosfera externa mediante un recrudecimiento
incontrolado de la actividad sismológica, es inmenso.
Pero
observemos que la descongelación del casquete polar ártico aparece por
fin en su verdadero contexto si puntuamos en el Hemisferio Norte la
mayor parte de la actividad volcánica que se está produciendo en nuestro
siglo. No relacionar esta subida de temperatura litosférica que subyace
en el origen de la actividad vulcanológica con la descongelación acelerada
del sistema ártico es un ejercicio de ignorancia descomunal por el que,
más tarde o más temprano, los institutos de geofísica y oceanografía
tendrán que pasar a recoger sus notas. El suspenso está garantizado.
Pero antes de seguir más adelante presentemos los hechos.
(El
Nacimiento de una isla volcán Es interesante esta link-puerta porque
pone de relieve hasta qué punto el transformador geonuclear está realizando
su trabajo).
Tengamos
en cuenta que al transformar la energía gravitatoria el Planeta equilibra
su Razón Geofísica a fin de restaurar la Ecuación Ecosférica. Una nueva
perturbación de este equilibrio, ya tocado por la carrera atómica del
siglo XX, como efecto de una reapertura de la carrera atómica, significaría
una nueva perturbación cuyas derivaciones abriría el diámetro de la
compuerta reguladora del flujo gravitatorio desde el Sol a la Tierra,
efecto final que escaparía a cualquier previsión, por en cuanto, para
equilibrar la descompensación, el transformador geofísico aceleraría
su ritmo de trabajo más allá de la Ecuación Ecosférica, causando en
la composición química de la atmósfera una revolución igual a la que
causó la muerte del Mundo de los Dinosaurios por sustitución del carbono
por el oxígeno como componente principal de la biosfera. Perturbación
que podría destruir toda la flora, y en consecuencia toda la vida sobre
la Tierra.
Seguiremos
tocando este tema. Abajo una lista de los volcanes activos en nuestros
días. Aunque la actividad de algunos a la fecha se encuentre bajo el
umbral de peligrosidad física para las poblaciones estacionadas dentro
de su área de explosión, el fenómeno de multiplicación del número de
volcanes activos pone de manifiesto que la Litosfera ha entrado en una
etapa de calentamiemnto global, efecto de la hiperactividad geonuclear
que está experimentando el Manto, a su vez efecto de la elevación de
los parámetros entre cuyos límites trabaja el transformador geofísico,
elevación de las revoluciones de trabajo a la que suele trabajar el
Núcleo derivada de la destrucción de la pérdida de volumen de energía
del campo gravitatorio terrestre, -pérdida causada por la Carrera Atómica
del siglo XX-, y la entrada en tromba del flujo de energía que obtiene
la Tierra del Sol en respuesta. A un nivel astrofísico más avanzado
digamos que esta descompensación, a la alta en lugar de a la baja, da
lugar a la explosión de las estrellas.
Sección 1 El "4 Universal" y la Presión termostática de los Océanos sobre la Corteza Externa de la Tierra como factor de Cambio del Clima de la Ecosfera La temperatura del fondo oceánico es universal. Todo el mundo sabe que los océanos pisan directamente sobre la corteza terrestre con una temperatura universal de 4 grados celsius. Pero resulta que lo que al ciego le es un milagro a quien ve el sol todos los días su contemplación le acaba siendo algo trivial, sin más importancia que la necesidad de ponerse en verano unas gafas de sol. Será desde esta obviedad, de la que no se puede culpar a nadie, pero que sí se puede usar contra los expertos en geofísica y oceanografía, que, a la hora de predecir y calcular los efectos geohistóricos de la ruptura de dicha temperatura universal por obra y gracia de la descongelación de los casquetes polares, este "4 Universal" no haya entrado jamás, al menos todavía, en los cálculos de los omniscientes cerebros profesionalizados en el estudio y comportamiento de las ciencias de la Tierra. El hecho es que la constancia de la temperatura de los pies oceánicos del planeta Tierra y el nivel de liberación de la energía térmica almacenada en el Manto de su cuerpo geofísico se han regido durante las diferentes eras geológicas por el cuadro de una ecuación ecosférica perfecta, sin fallas ni agujeros negros en ninguna de sus incógnitas. Hubieran debido ser los profesionales de las ciencias de la Tierra quienes a estas alturas estuvieran firmando estas líneas. Desgraciadamente los grandes amantes de la Naturaleza se dedicaron a filmar sus criaturas, abandonando la cuestión de la arquitectura de su mundo en manos de quienes tenían sus manos al servicio de las grandes empresas faraónicas geocidas del siglo XX. Dicho esto, discutir con uno sólo de los promotores del geocidio a que estamos asistiendo, por activa o por pasiva, geocidio en el origen del desequilibrio de la ecuación ecosférica que le sirve de base a la descongelación de los casquetes polares, especialmente el del hemisfero norte, cualquier discusión con tales cerebros carcomidos por la ignorancia de sus cátedras y sus títulos, decía, y repito, la dejaré para los asnos, sin ninguna duda sus semejantes en coeficiente intelectual. Lo que es hablando entre nosotros, perfectos desconocidos de la verdadera naturaleza y constitución de nuestro Planeta, coincidamos en afirmar que el dibujito que nos envían sus eminencias sobre la estructura del Globo es un cuadro incompleto, básico, infantil, ni pueril siquiera, que sólo puede satisfacer la curiosidad de mentes en pleno estado de alucinamiento sapiens al cuadrado con aspiraciones al cubo en el que una vez juraron poder meter el océano. Mas siendo el trabajo límite al que su deficiente coeficiente intelectual los ha arrastrado, y de aquí que no puedan más, nos toca a nosotros recoger la antorcha, excusando el estallido de nuestra seriedad contra sus autores en razón de las consecuencias que su odio contra la Fe despertó entre las naciones donde precisamente la Razón echó raíces después de haberse probado que sólo entre nosotros era posible el milagro del crecimiento del Pensamiento Científico. Así que entremos en materia, y ya que las causas puestas en marcha durante este periodo de transformación del cambio termodinámico de la Ecosfera son irreversibles al menos sepamos cuáles son los efectos procedentes y determinemos sus dimensiones en el espacio y el tiempo. Si observais bien el ojazo que nos dibujan los colegas lo primero que notareis serán dos cosas. La primera que en ninguna de las representaciones pictóricas de la geofísica se puede hallar relación alguna entre la irregularidad geoidal terráquea y la estructura geológica del cuerpo de nuestro planeta. La segunda que no se traza ninguna relación efectiva entre el volumen oceánico universal y la temperatura del anillo litosférico. Ahora bien, sobre esta segunda, es evidente, incluso para un cerebro sin mucho coeficiente que, siendo el anillo litosférico de unos 100 kms de espesor la presión hidrostática se comporta, mediante su constancia térmica, equilibrando la temperatura entre el Manto Superior, la Astenosfera, y la Litosfera Externa, manteniendo el termómetro de la Corteza dentro de una franja térmica concreta. Yo no soy matemático. No puedo pararme a dibujar las ecuaciones necesarias que regulan la relación entre la Temperatura del Manto Superior y la Presión Termostática del Volumen Oceánico del Planeta sobre la Estructura del Anillo Litosférico. Lo que sí es inequívocadamente cierto es que esta relación no sólo existe sino que es el Sistema de Regulación gracias al cual el Creador de la Arquitectura Geofísica se las arregló para mantener en equilibrio Termodinámico el Cuerpo de la Ecosfera. Pero tratemos de llegar a un acuerdo con nosotros mismos sobre las verdaderas dimensiones de las diferentes partes del edificio geofísico. Lo que dije en el Mundo de los Cúmulos Estelares, tratando el tema de las distancias del Sol a los demás sistemas de nuestro universo, variando la medida en más o menos dígitos según quién las haya hecho, eso mismo pasa con la radiografía de la Tierra; digamos en descargo que siendo nuestro planeta un microcuerpo astrofísico a la hora del día a día puede que esas variaciones no representen una descoordinación científica garrafal tal que debamos tirarnos al suelo y partirnos las quijadas de risa; pero a la hora de los números esas variaciones sí pueden suponer una catástrofe en la resolución de las incógnitas y materialización de la Ecuación del Sustrato Ecosférico Autónomo sobre el que se basa el comportamiento de la Biosfera. Al fin y al cabo puede que sea nuestra ignorancia la que levante terremotos en nuestras mandíbulas y despierte erupciones de carcajadas en nuestras caras duras. Al loro, comparemos y juzguemos por nosotros mismos:
Sección 2 El mundo de efectos especiales provocados en el cuerpo de la Ecosfera por la Edad Atómica Las matemáticas parten de la lógica natural, de la que son su expresión en términos universales. El problema de fondo en la raiz de la perturbación ideológica de la comunidad científica del siglo XX surgió cuando las matemáticas se abstrayeron de la realidad natural y pasaron a convertirse en su modelo creador teórico. Cualquiera puede ver que semejante acto de abstracción y elevación del sistema matemático a laboratorio creador del universo supone un golpe de estado contra la Lógica Natural, desbancando sus principios e imponiendo una estructura ideológica antinatural que, desde la psicología, podemos diagnosticar en tanto en cuanto desarrollo esquizoide producido por una cepa psicopática durante el proceso de recreación abstractiva de la Naturaleza y el Universo. Podemos, terminando, conceptuar los procesos naturales sin necesidad de un modelo matemático referido única y exclusivamente a las necesidades coyunturales puramente científicas. Nos es suficiente el conocimiento físico del comportamiento de la materia y la energía para dibujar el desarrollo de una conducta concreta entre dos objetos específicos. En este caso los dos objetos son el agua y la tierra. Digamos, pues, volviendo al tema de la relación entre la temperatura universal de los fondos oceánicos y el anillo litosférico, que el trasvase de energía calorífica entre dos cuerpos con distintas temperaturas es dinámico y va del uno al otro en razón de diferentes factores. De entrada el calor impera sobre el frío, se dice. Lo cierto es que dependiendo de la cantidad de fuego y el volumen de agua el frío puede hacer cesar el calor. En el caso que nos ocupa tenemos un fenómeno maravilloso, a saber, un flujo continuo de calor desde el Anillo Litosférico hacia los océanos y un constante estacionamiento de la temperatura abisal oceánica en aquellos 4 grados celsius en la causa del estado de admiración que nos ocupa. Esta fenomenología debe tener unas causas operativas concretas. Y de hecho las tiene. La base natural de la anulación del aumento de calor del cuerpo abisal oceánico debemos verla en el constante aporte de corrientes frías desde los casquetes polares. Tengamos en cuenta que el flujo termodinámico no es desde los océanos hacia la litosfera. En absoluto. Es al revés. Lo contrario sería grotesco, no que así fuera, sino el hecho de que un demente así lo mantuviera. En otra sección abriremos la puerta al salón de la oceanografía vulcanológica a fin de probar con los hechos lo que exigir con números es propio de discusión en patio de locos. Es más, y pues que soy un bioprograma de este universo en el que navegais podeis sumergiros por vosotros mismos en las profundidades de la Red y ver con vuestros propios ojos lo que los míos están cansados de ver. De hecho la actividad vulcanológica terrestre es infinitamente inferior, en tanto que esporádica, frente a la constante actividad vulcanológica contra la que el cuerpo abisal oceánico ha mantenido una batalla intensa desde los primeros días de la creación de la ecosfera. Tenemos, entonces, de un sitio, que el estacionamiento físico del cuerpo abisal oceánico ha tenido en los focos termorrefrigeradores polares sus centros de mantenimiento geohistórico. (La perfecta distribución de focos termorrefrigeradores de superficie, hablando de las altas cordilleras, aunque este tema permanezca más al ámbito del cuerpo biosférico, y su relación con la temperatura del cuerpo oceánico externo es evidente; esta conjunción -casquetes polares, altas cordilleras- es la causa del estacionamiento maravilloso del cuerpo abisal oceánico en 4 grados celsius durante eras geológicas completas). Y del otro tenemos la presión hidrostática. Es decir, no sólo tenemos que ver la constancia térmica del cuerpo abisal, sino que debemos fijar nuestra atención en su volumen. Quiero decir, una barra de hielo aplicada a un muro ardiente puede frenar el paso del calor del muro al exterior por un tiempo equis, dando por sentado que el calor del muro permanece. Pero para que se mantenga esta acción de frenado el sistema debe estar dotar de un medio de recuperación de la parte de la barra de hielo que el muro derrite. Sin ir más lejos esta dinámica de calentamiento del cuerpo abisal profundo y la recuperación de su volumen total por enfriamiento del cuerpo oceánico abisal superior, enfriamiento producido por la fenomenología ecosférica bipolar, está en la base de la Dinámica Oceanográfica. Como he dicho al entrar y mantengo durante, el Poder de la Inteligencia para desarrollar en el cerebro un proceso natural es infinitamente más garante de recreación de la realidad que cualquier instrumento creado para su comunicación virtual entre mentes diferenciadas. Cuando el Poder diferenciado falla el recurso a esos instrmentos son necesarios, pero solamente entonces. No creo que a este nivel la diferencia entre el que lee y el que escribe haga necesario este recurso. Sigamos. Tenemos un cuerpo oceánico con diferentes zonas. Entre las que prioritariamente diferenciamos una región abisal y una región trófica. Cada región a su vez con sus subpartes. La región abisal es la que está en contacto con el Anillo Litosférico y es por tanto la que hace de barra de hielo contra el muro candente del ejemplo anterior. Tenemos que considerar otro efecto de la constancia térmica del cuerpo abisal. Y es la profundidad dentro del cuerpo del Anillo litosférico sobre la que su acción de frenado opera. Digamos, y no es por decir algo, que el peso producto de la transformación del volumen del cuerpo abisal en masa y de esta en energía actúa sobre la rigidez del Anillo litosférico impidiendo que su cuerpo se caliente en curva ascendente como consecuencia de la actividad cíclica del Manto. Concluyendo, el cuerpo abisal actúa de termostato, regulando las subidas y bajadas de temperatura del cuerpo litosférico volcánico. Ahora pasemos al grano. Es este sistema de regulación termostática del cuerpo litosférico volcánico la parte del Globo que hemos tocado. No directamente claro. Pero sí mediante la perturbación del Sustrato Ecosférico causado por la Edad Atómica. En esto como en todo lo propio sería contar con la colaboración de un científico atómico, y no de un tonto cualquiera, sino de uno de los que sobre el terreno midieron la relación entre gravedad y liberación nuclear. Lejos en la distancia esta posibilidad tenemos por ahora que centrarnos en los efectos, dejando la causa para otro momento. El efecto, en efecto, -¿redundancia?-, lo tenemos sobre la mesa. El Foco Termorrefrigerador Ártico ha entrado en su descongelación masiva. ¿Qué supone esto? Bueno, expuesto lo dicho las consecuencias de la caída en picado del sistema de mantenimiento de la temperatura del cuerpo oceánico abisal y el calentamiento progresivo del Anillo Litosférico dice, hasta nueva orden, que la Dinámica Oceanográfica ha entrado en una fase de perturbación irreversible. La consecuencia inmediata será una alteración de las corrientes oceánicas clásicas por elevación de la mecánica de evaporación del cuerpo abisal profundo. Que, al no contar con un sistema de mantenimiento geofísico sujeto a un equilibrio perfecto, cual así ha venido siendo durante infinitas edades geológicas, irá a mayores, causando una aceleración de los ritmos de trasvase del agua caliente abisal a la superficie. Esta consecuencia es ireversible. Quiere decir esto que a menor volumen de masa polar se corresponderá un decrecimiento del cuerpo abisal profundo, lo que da lugar a una reducción en la acción de frenado termostático que la presión hidrostática viene produciendo desde los albores de la evolución de la vida en la Tierra. Esta reducción de frenado termostático implica el crecimiento de la temperatura del anillo litosférico volcánico, lo que, en términos diarios, viene a decir, que crecerá la actividad sismológica en la zona abisal. En definitiva, durante este siglo los maremotos serán más continuos y su poder destructor irán de más a mayor. A no ser, se entiende, que los mismos que han causado la perturbación del cuerpo ecosférico gobal sean capaces de frenar la descongelación de los casquetes polares, este primer fenómeno, evidente desde el principio de milenio y siglo, es irreversible. De hecho están naciendo islas, de poco calado, pero que vendrán seguidas de otras, que a su vez marcarán el fin de otras que ya existen. Ha sido así desde siempre, pero lo que diferencia este periodo de sus anteriores es que los otros obedecieron a causas controlables por la propia estructura del cuerpo geológico, mientras que las que vienen y están ya en activo han sido provocadas por una fuerza externa al propio sistema geofísico. La alteración de las corrientes oceánicas, algo que ya se venía observando durante el último cuarto del último siglo de la Edad Atómica, mediante la parada de delfines y ballenas en las playas, en lo que se creyó un suicidio colectivo, aplicándole la idiotez humana a la razón perfecta de las criaturas marinas su propio esquema de estupidez soberana; el baradero de delfines, ballenas y otras criaturas, ha de afectarle, como le está afectando ya, a los ecosistemas marinos, provocando, por falta de tiempo adaptativo en cuanto a que la causa del cambio no es natural, la extinción acelerada de infinitas especies clásicas y típicas de la cadena alimenticia humanoide. Si la descongelación de los casquetes implica una elevación del nivel de las aguas sobre el nivel del mar, -¿nueva redundancia?- dándose ya por cohecho la desaparición de ciudades costeras por inundación, la alteración de la relación geohistórica entre el cuerpo abisal y el Anillo litosférico tiende a sumarse a esa desaparición multiplicando el efecto de elevación tranquila: para transformar el entierro en destrucción por maremotos cada vez más continuos y cada vez más poderosos. Mi consejo, abandonen las ciudades costeras. Esto hablando en relación a los efectos sobre la tierra del calentamiento del Globo en el origen de la descongelación de los casquetes polares.
Sección 3
Lista
vulcanológica del siglo XX y Orígenes del Calentamiento Global
Como
ya he dicho en alguna otra parte y mantengo siempre el Modelo de la
CSXXI no miente. La Arquitectura Geofísica de nuestro Planeta es tan
perfecta que cualquier desviación crítica puede llevar al Sustrato
Ecosférico Autónomo a su desequilibrio astrofísico, caída en picado
del Plano Biosférico de Interrelación y aniquilación del Hombre y
su mundo. La
Tabla que os sirvo abajo es un registro de la actividad vulcanológica
durante el siglo XX. Y su importancia, aunque en esta página no voy
a desbrozar todos sus espacios, es tan grande que salta a la vista.
Evidentemente hablo para quien tenga ojos. Y quien los tenga cerrado
es hora de que los abra. El Punto de Partida -1900- registra 33-34
erupciones en todo el Globo. El Punto de Salida -2000- registra el
doble exactamente. Y no entro en la calidad y me atengo sólo a la
cantidad.
Y
qué tiene que ver esta diferencia, os preguntareis, con el calentamiento
del Globo. Bueno, si no habeis entrado en la
CSXXI, ahora mismo no voy a entrar en este aspecto
tampoco. Únicamente pretendo hacer resaltar cuándo comienza esta diferencia
geotérmica que le afecta a todo el Globo a producirse. Ved que se
produce en el punto intermedio 1945. Ved que en la primera mitad del
siglo XX el ciclo geotérmico del cuerpo geofísico oscila entre las
30 y las 50 erupciones por periodo anual. A partir de la Edad Atómica
el ciclo se rompe y se dispara, para acabar al final del siglo deviniendo
el máximo anterior, las 50 erupciones por año: el mínimo actual.
Y elevándose el máximo a la puerta del 70 - efecto lógico- que el
nuevo siglo busca desesperadamente: hacer de ese 70 su media geofísica
anual.
La coletilla, los años 2001,2,3,4, y 5 de nuestro Siglo son el exponente más visible del efecto geocida provocado por la carrera Armamentística Atómica durante la segunda mitad del XX. No olvidemos que la constancia del número de erupciones por año durante la primera mitad del XXI, si comparada frente a la línea dinámica de los principios del XX pone de relieve que, con independencia de factores externos, la línea termodinámica terrestre obedece a una respuesta natural de la Tierra al ciclo del Sol, cada 11 años subiendo y bajando su pulso termodinámico, lo que llamamos el ciclo solar.
Por
lógica, digo, el ciclo solar ha de influir en el pulso de la Tierra,
determinando las bajas y subidas que observamos en la Lista de las
erupciones de la primera mitad del siglo XX, siempre oscilando entre
las 30 y las 50 erupciones durante toda la primera mitad del siglo
pasado. Es una lógica física y su relación es tan obvia como se puede
entender tomando como premisa el Sol como fuente externa de calor
cuya producción, en forma de energía solar, le afecta a la Tierra.
Es más, podemos seguir por nosotros mismos cómo la curva solar incide
en la temperatura anual de nuestra biosfera. Basta saber en qué momento
del ciclo solar nos encontramos, comparar la incidencia de la bajada
y la subida solar con la subida y la bajada de la actividad geofísica,
y, sin ser un genio, ni necesidad de estudiar geofísica ni astrofísica,
ser tan sabios como el que más, pues en este terreno, como en otros
muchos, la ciencia sóo sirve de referencia y la experiencia lo es
todo. Siguiendo
esta línea y una vez al tanto del punto en que se encuentra el ciclo
solar se observará que durante las crestas del máximo de actividad
cromosférica se suceden olas de calor de intensidad creciente según
el Sol se acerca a la cresta de la ola, y viceversa, la Tierra experimenta
sucesivas olas de frío intensos durante los días en que el Sol desciende
su actividad a la parte más baja de la ola. Esta relación Tierra-Sol
es un elemento regulador de la temperatura geofísica que lleva dándose
desde que existe la relación Sol-Tierra. No hay nada de lo que extrañarse.
Ni tampoco respecto al hecho de la intensificación de estos procesos
a medida que la edad respectiva de la Tierra ha estado conduciendo
a la ecosfera a su alienación de su naturaleza biosférica. Es el punto
en el futuro astrofísico al que el movimiento la conduce y sólo un
memo se escandalizaría de la temporalidad del sistema ecosférico.
Quiere decir esto que de aspirar el hombre en tanto que ser a su subsistencia
en el universo, si dejado a sus solos medios, su objetivo trascendental
supremo sería la navegación espacial. O en caso contrario ser enterrado
bajo los escombros de la ecosfera cuando la biosfera se hunda. Hablando
sobre este punto los sabios de la Academia juran que esto sólo tendrá
lugar dentro de unos miles de millones de eones. Y bueno, hay que
estar un poco tonto para, los hechos a la vista, mientras se hunde
el cielo y la tierra se conmueve debajo de nuestros pies dedicarse,
como dice el Otro, a beber, regalarse en bodas y seguir como si nada
estuviera pasando: El consejo de tales sabios es el del loco. Puede
que estemos o no estemos tan cerca del hundimiento final de la Ecosfera,
pero independientemente de la seguridad científica al respecto, el
futuro del Género Humano dependerá, dado el caso, en abandonarlo todo
y dedicarse a buscar la forma de aprovechar las Fuerzas que mueven
el Universo y adelantar la tecnología necesaria para una navegación
interestelar de profundidad. Ahora bien, mientras el barbarismo inherente
al uso del petróleo y el consiguiente bestialismo que implica la energía
nuclear sigan siendo los ejes de la Política del interés privado que
se esconde tras las pantallas de las democracias y las teocracias
heredadas del siglo XX, el futuro del siglo XXII se irá diluyendo
en la oscuridad de la hecatombe a que la lucha entre esos intereses
conduce. El siglo XX vivió el encuentro de los intereses del XIX y
su dilucidación fue el infierno. De producirse un encuentro final
entre los intereses legados por el Siglo XX: del próximo infierno
no habría escapatoria para la humanidad. De aquí que el primer y más
urgente objetivo de las generaciones políticas que han de coger el
Poder en este Siglo sea no recoger el legado del XX, desterrar el
petróleo y la energía nuclear de la faz de la Civilización, darle
prioridad trascendente a la energía solar y avanzar la investigación
sobre el campo electromagnético terrestre como fuente de energía de
desplazamiento de masas sólidas, y creación de pilas solares capaces
de mover mega-máquinas, y por esta vía hacia donde el horizonte lleve.
El XXII será sobre estas premisas o no será de ninguna manera. Y no
porque yo lo diga sino porque resulta de las causas que están en juego
sobre la Tierra y están devorando sus recursos en razón de la necesidad
de alimentar a semejantes monstruos. Pero regresemos al origen del
calentamiento global de la Litosfera.
Observamos
en la Tabla (abajo) del registro anual de la línea termodinámica del
cuerpo terrestre, por consiguiente, que el ciclo geofísico-solar se
rompe durante la segunda mitad del siglo XX y el pulso de la Tierra,
sin que el del Sol experimente ninguna anomalía, se eleva nada más
empezar la segunda parte del siglo XX, hasta acabar poniendo sobre
escena el doble de pulsaciones vulcanológicas con las que empezara
la Tierra su andadura por el XX.
Alguna
sugerencia sobre una relación cualquiera entre la intensidad creciente
de la Carrera Atómica - que podemos seguir en la Lista
de Explosiones Nucleares que he importado a esta
Sección - y el fenómeno de ruptura de la dependencia de la Tierra
del Sol como factor de regulación de su temperatura biosférica, poniendo
en escena, comparada con la actividad natural bajo cuyo ritmo iniciara
su carrera, el doble de actividad sismológica al final del siglo?
Si después de esta tabla alguno se pregunta aún qué relación tiene que ver la descongelación del Ártico con este aumento al doble de la vulcanología, y la descongelación del Artico con el Calentamiento del Globo, bueno, mejor que vaya a un psiquiatra a que le practiquen una "lobo". El
resumen final de toda esta serie de "relaciones CSXXI" conduce a la
necesidad de detener la carrera atómica de las naciones que la están
exigiendo, hablamos de Irán y Corea del Norte, y llevar ante Pakistán
e Irán la Necesidad de alejar sus manos de la Caja Atómica de Pandora,
de manera que o cesan todas sus pruebas nucleares o la Plenitud de
las Naciones haga lo que tenga que hacer para hacer que así sea. Os
dejo con la Tabla del Siglo XX y sacad por vosotros mismos las primeras
consecuencias.
Pero
no quería dejar pasar de largo la ocasión de importar aquí
el mapa vulcanológico global y la posición del "ring of fire", no
porque no lo conozcais, sino porque puede que algunos no lo conozcan
y al oir hablar de él se quede en babia, y no es bueno que la inteligencia
se quede a medias. Y también porque desde esta disposición se puede
seguir, una vez conocida la linea termodinámica del cuerpo geofísico
durante esta década, comprender de donde viene el calentamiento de
la Ecosfera y en qué relación se halla la Litosfera con el Calentamiento
Global de la Biosfera que estamos pasando.
Ahora, si relacionamos el calentamiento de este Anillo de fuego con la zona donde se está produciendo la intensificación del vulcanologismo no dependiente del ciclo solar la respuesta al por qué se está derritiendo el Artico ya la teneis dada. (En la Tabla de abajo he importado y enriquecido la línea anual durante esta primera década de siglo, traduciendo del Inglés los registros existentes). Así que una vez conocida la relación entre descongelación del Artico e intensificación de la vulcanología geofísica la respuesta al Origen del Calentamiento Global es tan evidente que sería por mi parte un desprecio hacia la inteligencia de quien lee estas cosas machacar su naturaleza. El punto en cuestión es el Origen de este Calentamiento intensificado no solar del Anillo de Fuego, que no se limita exclusivamente al hemisferio Norte, pero que se suele sacar como bandera ante la evidencia de su desarrollo. Evidentemente el seguimiento de la Descongelación de los hemisferios polares -partiendo de esta fecha, principios del 0007- ha de ser un método de constatación de los hechos que se presentan en esta sección y emparentan la Carrera Atómica con el Calentamiento de la Geosfera.
Lista de los Volcanes Activos en la Actualidad (Siglo XXI- Década Primera)
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