LIBRO DEL APOCALIPSIS
CUARTA PARTE.LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS Y LAS ENCARNACIONES DEL DRAGÓN12-14Capítulo
12
El
Mesías y el Dragón
1-18
Apareció
en el cielo una señal grande, una Mujer envuelta en el sol, con la luna debajo
de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas, y, estando
encinta, gritaba con los dolores de parto y las ansias de parir.
Apareció
en el cielo otra señal, y vi un gran Dragón de color de fuego, que tenía siete
cabezas y diez cuernos, y sobre las cabezas siete coronas. Con su cola arrastró
la tercera parte de los astros del cielo y los arrojó a la tierra. Se paró el
Dragón delante de la mujer, que estaba a punto de parir, para tragarse a su
hijo en cuanto le pariese. Parió un varón, que ha de apacentar a todas las
naciones con vara de hierro, pero el Hijo fue arrebatado a Dios y a su trono. La
Mujer huyó al desierto, en donde tenía un lugar preparado por Dios, para que
allí la alimentasen durante mil doscientos sesenta días.
La
batalla en el cielo
Hubo una
batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban con el Dragón, y peleó el
Dragón y sus ángeles, y no pudieron triunfar ni fue hallado su lugar en el
cielo. Fue arrojado el Dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás,
que extravía a toda la redondez de la tierra, y fue precipitado en la tierra, y
sus ángeles fueron con él precipitados.
Oí una
gran voz en el cielo que decía: Ahora llega la salvación, el poder, el reino de
nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque fue precipitado el acusador de
nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios de día y de
noche. Pero ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de
su testimonio y menospreciaron su vida hasta morir. Por eso, regocijaos, cielos
y todos los que moráis en ellos. ¡Ay de la tierra y de la mar! porque descendió
el Diablo a vosotras animado de gran furor por cuanto sabe que le queda poco
tiempo.
El
Dragón persigue a la mujer
Cuando el
Dragón se vio precipitado en la tierra, se dio a perseguir a la mujer que había
parido al Hijo varón. Pero fuéronle dadas a la mujer
dos alas de águila grande para que volase al desierto, a su lugar, donde es
alimentada por un tiempo, y dos tiempos, y medio tiempo lejos de la vista de la
serpiente. La serpiente arrojó de su boca detrás de la Mujer como un río de
agua, para hacer que el río la arrastrase. Pero la tierra vino en ayuda de la
Mujer, y abrió la tierra su boca, y se tragó el río que el Dragón había
arrojado de su boca. Se enfureció el Dragón contra la Mujer y se fue a hacer la
guerra contra el resto de su descendencia, contra los que guardan los preceptos
de Dios y tienen el testimonio de Jesús.
Se apostó
sobre la playa del mar.
Capítulo
13
La
Bestia
1-18
Vi cómo
salía del mar una bestia, que tenía diez cuernos y siete cabezas, y sobre los
cuernos diez diademas, y sobre las cabezas nombres de blasfemia. Era la bestia
que yo vi semejante a una pantera, y sus pies eran como de oso, y su boca como
la boca de un león. Diole el Dragón su poder, su
trono y una autoridad muy grande. Vi a la primera de las cabezas como herida de
muerte, pero su llaga mortal fue curada. Toda la tierra seguía admirada de la
bestia. Adoraron al Dragón porque había dado el poder a la bestia, y adoraron a
la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia? ¿Quién podrá guerrear con ella? Diósele asimismo una boca, que profiere palabras llenas de
arrogancia y de blasfemia, y fuele concedida
autoridad para hacerlo durante cuarenta y dos meses. Abrió su boca en
blasfemias contra Dios, blasfemando de su nombre y de su tabernáculo, de los
que moran en el cielo. Fuele otorgado hacer la guerra
a los santos y vencerlos. Y le fue concedida autoridad sobre toda tribu, y
pueblo, y lengua, y nación. La adoraron todos los moradores de la tierra, cuyo
nombre no está escrito, desde el principio del mundo, en el libro de la vida
del Cordero degollado.
La
bestia segunda
Si alguno
tiene oídos, que oiga. Si alguno está destinado a la cautividad, a la
cautividad irá; si alguno mata por la espada, por la espada morirá. En esto
está la paciencia y la fe de los santos.
Vi otra
bestia que subía de la tierra y tenía dos cuernos semejantes a los de un
cordero, pero hablaba corno un dragón. Ejerció toda la autoridad de la primera
bestia en presencia de ella e hizo que la tierra y todos los moradores de ella
adorasen a la primera bestia, cuya llaga mortal había sido curada. Hizo grandes
señales, hasta hacer bajar fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Extravió
a los moradores de la tierra con señales que le fue dado ejecutar delante de la
bestia, diciendo a los moradores de la tierra que hiciesen una imagen en honor
de la bestia, que tiene una herida de espada y que ha revivido. Fuele dado infundir espíritu en la imagen de la bestia para
que hablase la imagen e hiciese morir a cuantos no se postrasen ante la imagen
de la bestia, e hizo que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y
siervos, se les imprimiese una marca en la mano derecha y en la frente, y que
nadie pudiese comprar o vender sino el que tuviera la marca, el nombre de la
bestia o el número de su nombre.
Aquí está
la sabiduría. El que tenga inteligencia calcule el número de la bestia, porque
es número de hombre. Su número es seiscientos sesenta y seis.
Capítulo
14
El
Cordero y su séquito
1-5
Vi, y he
aquí el Cordero, que estaba sobre el monte de Sión, y
con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que llevaban su nombre y el nombre de su
Padre escrito en sus frentes, y oí una voz del cielo, como voz de grandes
aguas, como voz de gran trueno; y la voz que oí era de citaristas que tocaban
sus cítaras y cantaban un cántico nuevo delante del trono y de los cuatro
vivientes y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino los ciento
cuarenta y cuatro mil, los que fueron rescatados de la tierra.
Estos son
los que no se mancharon con mujeres y son vírgenes. Estos son los que siguen al
Cordero adondequiera que va. Estos fueron rescatados de entre los hombres, como
primicias para Dios y para el Cordero, y en su boca no se halló mentira: son
inmaculados.
CONSTANTES
AMENAZAS CONTRA ROMA HASTA LA RUINA DE LA CIUDAD
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