|
LA
BIBLIA
EPÍSTOLAS DE SAN PABLO
Carta
a los Romanos
Capítulo
1 |
|
INTRODUCCIÓN |
|
Saludo
a los fieles de Roma |
|
|
1 |
Pablo,
siervo de Cristo Jesús, llamado al apostolado, elegido para
predicar el evangelio de Dios, |
2 |
que
por sus profetas había prometido en las Santas Escrituras, |
3 |
acerca
de su Hijo, nacido de la descendencia de David, según la
carne, |
4 |
constituido Hijo de Dios, poderoso según el espíritu
de Santidad a partir de la resurrección de entre los muertos,
Jesucristo nuestro Señor, |
5 |
Por
el cual hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la
obediencia a la fe, para gloria de su nombre en todas las naciones, |
6 |
entre
los cuales os contáis también vosotros, los llamados
de Jesucristo; |
7 |
a
todos los amados de Dios, llamados santos, que estáis en
Roma, la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del
Señor Jesucristo. |
|
|
|
Pablo
deseó mucho venir a Roma |
|
|
8 |
Ante
todo doy gracias a mi Dios por Jesucristo, por todos vosotros, de
que vuestra fe es celebrada en todo el mundo. |
9 |
Testigo
me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu mediante la predicación
del Evangelio de su Hijo, que sin cesar hago memoria de vosotros, |
10 |
suplicándole
siempre en mis oraciones que por fin algún día, por
voluntad de Dios, se me allane el camino para ir hacia vosotros. |
11 |
Porque
a la verdad, deseo veros, para comunicaros algún don espiritual,
para confirmaros, |
12 |
es
decir, para consolarme con vosotros en la mutua comunicación
de nuestra fe. |
13 |
No
quiero que ignoréis, hermanos, que muchas veces me he propuesto
ir hacia vosotros -pero he sido impedido hasta el presente-, para
recoger algún fruto también entre vosotros, como entre
las demás gentes. |
14 |
Me
debo tanto a los griegos como a los bárbaros, tanto a los
sabios como a los ignorantes. |
15 |
Así
que en cuanto a mí está, pronto estoy a evangelizaros
también a vosotros los de Roma. |
|
|
|
Argumento
de la Epístola |
|
|
16 |
Pues
no me avergüenzo del Evangelio, que es poder de Dios para la
salud de todo el que cree, del judío primero, pero también
del griego |
17 |
Porque
en él se revela la justicia de Dios, pasando de una fe a
la otra, según está escrito: “El justo vive
de la fe”. |
|
|
Capítulo
1 |
|
La
gentilidad desconoció a Dios |
|
|
18 |
Pues
la ira de Dios se manifiesta desde el cielo sobre toda impiedad
e injusticia de los hombres, de los que en su justicia a aprisionan
la verdad con la injusticia.
|
19 |
en
efecto, lo cognoscible de Dios es manifiesto entre ellos, pues Dios
se lo manifestó; |
20 |
porque
desde la creación del mundo, lo invisible de Dios, su eterno
poder y divinidad, son conocidos mediante las obras. De manera que
son inexcusables, |
21 |
por
cuanto conociendo a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron
gracias, sino que se entontecieron en sus razonamientos, viniendo
a oscurecerse su insensato corazón; |
22 |
y
alardeando de sabios, se hicieron necios, |
23 |
y
trocaron la gloria del Dios incorruptible por la semejanza de la
imagen del hombre corruptible, y de aves, cuadrúpedos y reptiles. |
|
|
|
El
castigo de la gentilidad |
|
|
24 |
Por
esto los entregó Dios a los deseos de su corazón,
a la impureza con la que deshonran sus propios cuerpos, |
25 |
pues
trocaron la verdad de Dios por la mentira y adoraron a la criatura
en lugar del Criador, que es bendito por los siglos. Amén |
26 |
Por
lo cual los entregó Dios a las pasiones vergonzosas, pues
las mujeres mudaron el uso natural en uso contra naturaleza; |
27 |
E
igualmente los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrasaron
en la concupiscencia de unos por otros, los varones de los varones,
cometiendo torpezas y recibiendo en sí mismos el pago debido
a su extravío. |
28 |
Y
como no procuraron conocer a Dios, Dios los entregó a su
réprobo sentir. Que los lleva a cometer torpezas, |
29 |
Y
a llenarse de toda injusticia, malicia, avaricia, maldad; llenos
de envidia, dados al homicidio, a contiendas, a engaños,
a malignidad; chismosos |
30 |
o
calumniadores de Dios, ultrajadores, orgullosos, fanfarrones, inventores
de maldades, rebeldes a los padres, |
31 |
Insensatos,
desleales, desamorados, despiadados; |
32 |
los
cuales, conociendo la sentencia de Dios, que quienes tales cosas
hacen son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que aplauden
a quienes las hacen. |
|
|
Capítulo
2 |
|
Tampoco
los judíos están camino de la salvación |
|
|
1 |
Por
lo cual eres inexcusable, ¡oh hombre!, quienquiera que seas,
tú que juzgas; pues en lo mismo en que juzgas a otro, a tí
mismo te condenas, ya que haces eso mismo que condenas. |
2 |
Pues
sabemos que el juicio de Dios es, conforme a verdad, contra todos
los que cometen tales cosas. |
3 |
¡Oh
hombre ¡ ¿Y piensas tú, que condenas a los que
eso hacen, y con todo lo haces tú, que escaparás al
juicio de Dios? |
4 |
¿O
es que desprecias las riquezas de su bondad, paciencia y longanimidad,
desconociendo que la bondad de Dios te trae a penitencia? |
5 |
Pues
conforme a tu dureza y a la impenitencia de tu corazón, vas
atesorando ira para el día de la ira y de la revelación
del justo juicio de Dios, |
6 |
que
dará a cada uno según sus obras; |
7 |
A
los que con perseverancia en el bien obrar buscan la gloria, el
honor y la incorrupción, la vida eterna: |
8 |
pero
a los contumaces, rebeldes a la verdad, que obedecen a la injusticia,
ira e indignación. |
9 |
Tribulación
y angustia sobre todo el que hace el mal, primero sobre el judío,
luego sobre el gentil |
10 |
Pero
gloria, honor y paz para todo el que hace el bien, primero para
el judío, luego para el gentil, |
11 |
pues
en Dios no hay acepción de personas. |
|
|
|
La
ley de los gentiles |
|
|
12 |
Cuantos
hubiesen pecado sin Ley, sin Ley también perecerán;
y los que pecaron en la Ley, por la Ley serán juzgados; |
13 |
Porque
no son justos ante Dios los que oyen la Ley, sino los cumplidores
de la Ley; ésos serán declarados justos, |
14 |
En
verdad, cuando los gentiles, guiados por la razón natural,
sin Ley, cumplen los preceptos de la Ley, ellos mismos, sin tenerla,
son para sí mismos Ley. |
15 |
Y
con esto muestran que los preceptos de la Ley están escritos
en sus corazones, siendo testigos su conciencia y las sentencias
con que entre unos y otros se acusan o se excusan. |
16 |
Así
se verá el día que Dios por Jesucristo, según
mi evangelio, juzgará las acciones secretas de los hombres. |
|
|
|
El
judío violador de la Ley es más culpable |
|
|
17 |
Pero
si tú, que presumes de llamarte judío y descansas
en la Ley y te glorías en Dios, |
18 |
conoces
su voluntad, e instruido en la Ley, sabes estimar lo mejor, |
19 |
y
presumes de ser guía de ciegos, luz de los que viven en las
tinieblas, |
20 |
Preceptor
de rudos, maestro de niños, y tienes en la Ley la norma de
la ciencia y de la verdad; |
21 |
tú,
en suma, que enseñas a otros, ¿cómo no te enseñas
a ti mismo? Tú que predicas que no se debe robar, ¿robas? |
22 |
Tú,
que dices que no se debe adulterar, ¿adulteras? Tú
que abominas de los ídolos, ¿te apropias de los despojos
de los templos? |
23 |
Tú,
que te glorías en la Ley ¿deshonras a Dios traspasando
la Ley? |
24 |
Pues
escrito está: “Por vuestra causa es blasfemado entre
los gentiles el nombre de Dios” |
|
|
|
La
Verdadera Circuncisión |
|
|
25 |
Cierto
que la circuncisión es provechosa si guardas la Ley; pero
si la traspasas, tu circuncisión se hace prepucio. |
26 |
Mientras
que si el incircunciso guarda los preceptos de la Ley, ¿no
será tenido por circuncidado? |
27 |
Por
tanto, el incircunciso natural que cumple la Ley te juzgará
a tí, que, a pesar de tener la letra y la circuncisión,
traspasas la Ley |
28 |
Porque
no es judío el que lo es en lo exterior, ni es circuncisión
la circuncisión exterior de la carne; |
29 |
Sino
que es judío el que lo es en lo interior, y es circuncisión
la del corazón, según el espíritu, no según
la letra. La alabanza de éste no es de los hombres, sino
de Dios. |
|
|
Capítulo
3 |
|
Los
judíos reos ante el tribunal de Dios |
|
|
1 |
¿En
qué, pues, aventaja el judío o de qué aprovecha
la circuncisión? |
2 |
Mucho
en todos los aspectos, porque primeramente les ha sido confiada
la palabra de Dios. |
3 |
¡Pues
qué! Si algunos han sido incrédulos, ¿acaso
va a anular su infidelidad la fidelidad de Dios? |
4 |
No
ciertamente. Quede asentado que Dios es veraz, y todo hombre falaz,
según está escrito: "Para que seas reconocido
justo en tus palabras y triunfes cuando fueres juzgado". |
5 |
Pero
si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué
diremos? ¿No es Dios injusto en desfogar su ira? (hablando
a la humano). |
6 |
De
ninguna manera. Si así fuese, ¿cómo podría
Dios juzgar al mundo? |
7 |
Pero
si la veracidad de Dios resalta más por mi mendacidad, para
gloria suya, ¿por qué voy a ser juzgado yo pecador? |
8 |
¿Y
por qué no decir lo que algunos calumniosamente nos atribuyen:
Hagamos el mal para que venga el bien? La condenación de
ésos es justa. |
9 |
¿Qué,
pues, diremos? ¿Los aventajamos? No en todo. Pues ya hemos
probado que judíos y gentiles nos hallamos todos bajo el
pecado, |
10 |
según
está escrito: "No hay justo, ni siquiera uno, |
11 |
no
hay uno sabio, no hay quien busque a Dios. |
12 |
Todos
se han extraviado, todos están corrompidos;no hay quien haga
bien, no hay ni siquiera uno". |
13 |
"Sepulcro
abierto es su garganta, con sus lenguas urden engaños; veneno
de áspides hay bajo sus labios, |
14 |
su
boca rebosa maldicion y amargura, |
15 |
veloces
son sus pies para derramar sangre, |
16 |
calamidad
y miseria abundan en sus caminos, |
17 |
y la senda de la paz no la conocieron; |
18 |
no hay temor de Dios ante sus ojos". |
19 |
Ahora
bien, sabemos que cuanto dice la Ley lo dice a los que viven bajo
la Ley, para tapar toda boca y que todo el mundo se confiese reo
ante Dios. |
20 |
De
aquí que por las obras de la Ley nadie será reconocido
justo ante El, pues de la Ley sólo nos viene el conocimiento
del pecado. |
|
|
|
Dios
ha otorgado a la humanidad la salud por Cristo |
|
|
21 |
Pero
ahora, sin la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios atestiguada
por la Ley y los Profetas; |
22 |
la
justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen,
sin distinción; |
23 |
pues
todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios; |
24 |
siendo
justificados donosamente por su gracia mediante la Redención
que se realizó en Cristo Jesús, |
25 |
a
quien ha puesto Dios como sacrificio de propiciación, mediante
la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, por
la tolerancia de los pecados pasados, |
26 |
en
la paciencia de Dios para manifestar su justicia en el tiempo presente
y para probar que es justo y que justifica a todo el que cree en
Jesús. |
|
|
|
Toda
gloria humana queda excluída |
|
|
27 |
¿Dónde
está, pues, tu jactancia? Ha quedado excluida. ¿Por
qué ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley
de la fe, |
28 |
pues
sostenemos que el hombre es justificado por la fe sin las obras
de la ley |
29 |
¿O
acaso Dios es sólo Dios de los Judíos? ¿No
lo es también de los gentiles? Sí, también
lo es de los gentiles, |
30 |
puesto
que no hay más que un sólo Dios, que justifica a la
circuncisión por la fe, y al prepucio por la fe. |
31 |
¿Anulamos,
pues, la Ley con la fe? No ciertamente, antes la confirmamos. |
|
|
Capítulo
3 |
|
Los
judíos reos ante el tribunal de Dios |
|
|
1 |
¿En
qué, pues, aventaja el judío o de qué aprovecha
la circuncisión? |
2 |
Mucho
en todos los aspectos, porque primeramente les ha sido confiada
la palabra de Dios. |
3 |
¡Pues
qué! Si algunos han sido incrédulos, ¿acaso
va a anular su infidelidad la fidelidad de Dios? |
4 |
No
ciertamente. Quede asentado que Dios es veraz, y todo hombre falaz,
según está escrito: "Para que seas reconocido
justo en tus palabras y triunfes cuando fueres juzgado". |
5 |
Pero
si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué
diremos? ¿No es Dios injusto en desfogar su ira? (hablando
a la humano). |
6 |
De
ninguna manera. Si así fuese, ¿cómo podría
Dios juzgar al mundo? |
7 |
Pero
si la veracidad de Dios resalta más por mi mendacidad, para
gloria suya, ¿por qué voy a ser juzgado yo pecador? |
8 |
¿Y
por qué no decir lo que algunos calumniosamente nos atribuyen:
Hagamos el mal para que venga el bien? La condenación de
ésos es justa. |
9 |
¿Qué,
pues, diremos? ¿Los aventajamos? No en todo. Pues ya hemos
probado que judíos y gentiles nos hallamos todos bajo el
pecado, |
10 |
según
está escrito: "No hay justo, ni siquiera uno, |
11 |
no
hay uno sabio, no hay quien busque a Dios. |
12 |
Todos
se han extraviado, todos están corrompidos;no hay quien haga
bien, no hay ni siquiera uno". |
13 |
"Sepulcro
abierto es su garganta, con sus lenguas urden engaños; veneno
de áspides hay bajo sus labios, |
14 |
su
boca rebosa maldicion y amargura, |
15 |
veloces
son sus pies para derramar sangre, |
16 |
calamidad
y miseria abundan en sus caminos, |
17 |
y la senda de la paz no la conocieron; |
18 |
no hay temor de Dios ante sus ojos". |
19 |
Ahora
bien, sabemos que cuanto dice la Ley lo dice a los que viven bajo
la Ley, para tapar toda boca y que todo el mundo se confiese reo
ante Dios. |
20 |
De
aquí que por las obras de la Ley nadie será reconocido
justo ante El, pues de la Ley sólo nos viene el conocimiento
del pecado. |
|
|
|
Dios
ha otorgado a la humanidad la salud por Cristo |
|
|
21 |
Pero
ahora, sin la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios atestiguada
por la Ley y los Profetas; |
22 |
la
justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen,
sin distinción; |
23 |
pues
todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios; |
24 |
siendo
justificados donosamente por su gracia mediante la Redención
que se realizó en Cristo Jesús, |
25 |
a
quien ha puesto Dios como sacrificio de propiciación, mediante
la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, por
la tolerancia de los pecados pasados, |
26 |
en
la paciencia de Dios para manifestar su justicia en el tiempo presente
y para probar que es justo y que justifica a todo el que cree en
Jesús. |
|
|
|
Toda
gloria humana queda excluída |
|
|
27 |
¿Dónde
está, pues, tu jactancia? Ha quedado excluida. ¿Por
qué ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley
de la fe, |
28 |
pues
sostenemos que el hombre es justificado por la fe sin las obras
de la ley |
29 |
¿O
acaso Dios es sólo Dios de los Judíos? ¿No
lo es también de los gentiles? Sí, también
lo es de los gentiles, |
30 |
puesto
que no hay más que un sólo Dios, que justifica a la
circuncisión por la fe, y al prepucio por la fe. |
31 |
¿Anulamos,
pues, la Ley con la fe? No ciertamente, antes la confirmamos. |
|
|
Capítulo
4 |
|
La
justificación de Abraham |
|
|
1 |
¿Qué
diremos, pues, haber obtenido de Abraham, nuestro padre según
la carne? |
2 |
Porque
si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse,
pero no delante de Dios |
3 |
Pero
¿qué dice la Escritura? "Abraham Creyó
en Dios, y le fue computado a justicia". |
4 |
Ahora
bien, al que trabaja no se le computa el salario como gracia, sino
como deuda. |
5 |
Mas
al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al impío,
la fe le es computada por justicia. |
6 |
Así
es como David proclama bienaventurado al hombre a quien Dios imputa
la justicia sin las obras: |
7 |
"Bienaventurados
aquellos cuyas iniquidades han sido perdonadas y cuyos pecados han
sido velados. |
8 |
Venturoso
el varón a quien no tomó el Señor cuenta de
su pecado". |
9 |
Ahora
bien, esta bienaventuranza ¿es sólo de los circuncidados
o también de los Incircuncisos? Porque decimos que a Abraham
le fue contada su fe por justicia. |
10 |
¿Pero
cuándo le fue computada? ¿Cuando ya se había
circuncidado o antes? No después de la Circuncisión,
sino antes. |
11 |
Y
recibió la señal de la circuncisión como sello
de la justicia de la fe, que obtuvo aún siendo incircunciso,
para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, de
forma que también a ellos les fuera atribuída la justicia; |
12 |
y
padre de los circuncidados, pero no de los que son solamente de
la circuncisión, sino de los que siguen también las
pasos de la fe de nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. |
|
|
|
La
promesa de Abraham |
|
|
13 |
Pues
a Abraham y a su posteridad no le vino por la Ley la promesa de
que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la
fe. |
14 |
Pues
si los hijos de la Ley son los herederos, quedó anulada la
fe y abrogada la promesa; |
15 |
porque
la Ley trae consigo la ira, ya que donde no hay ley no hay transgresión. |
16 |
Por
consigueinte, la promesa viene de la fe, para que en virtud de la
gracia sea firme la promesa hecha a toda la descendencia, no sólo
a los hijos de la Ley, sino a los hijos de la fe de Abraham, padre
de todos nosotros, |
17 |
según
está escrito: Te he puesto por padre de muchas naciones,
ante aquél en quien creyó, Dios, que da vida a ls
muertos y llama a lo que es lo mismo que a lo que no es. |
18 |
Abraham,
contra toda esperanza, creyó que había de ser padre
de muchas naciones, según el dicho: Así será
tu descendencia, |
19 |
y
no flaqueó en la fe al considerar su cuerpo medio muerto,
pues ya era casi centenario y estaba ya amortiguada la matriz de
Sara; |
20 |
sino
que ante la promesa de Dios no vaciló, dejándose llevar
de la imcredulidad; antes, fortalecido por la fe dio gloria a Dios, |
21 |
convencido
de que Dios era poderoso para cumplir lo que había prometido; |
22 |
y
por esto le fue computado a justicia. |
23 |
Y
no sólo por él está escrito que le fue computado,
sino también por nosotros, a quienes debe computarse; a los
que creemos en el que resucitó de entre los muertos, nuestro
Señor Jesús, |
24 |
que
fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuesra justificación. |
|
|
Capítulo
5 |
|
La
justificación, prenda de la salud eterna |
|
|
1 |
Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz con Dios por mediación de nuestro
Señor Jesucristo, |
2 |
por
quien en virtud de la fe hemos obtenido también el acceso
a esta gracia en que nos mantenemos y nos gloriamos, en la esperanza
y la gloria de Dios. |
3 |
Y
no sólo eso, sino que nos gloriamos hasta en las tribulaciones,
sabedores de que la tribulación produce la paciencia; |
4 |
la
paciencia, una virtud probada, y la virtud probada, la esperanza. |
5 |
Y
la esperanza no quedará confundida, pues el amor de Dios
se ha derramado en nuestros corazones por virtud del Espíritu
Santo, que nos ha sido dado. |
6 |
Porque
cuando todavía éramos débiles, Cristo, a su
tiempo, murió por los impíos. |
7 |
En
verdad apenas habrá quien muera por un justo; sin embargo,
pudiera ser que muriera alguno por uno bueno; |
8 |
pero
Dios probó su amor hacia nosotros en que, siendo pecadores,
murió Cristo por nosotros. |
9 |
Con
mayor razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos
por El salvos de la ira; |
10 |
porque
si siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de
su Hijo, mucho más, reconciliados ya, seremos salvos en su
vida. |
11 |
Y
no sólo reconciliados, sino que nos gloriamos en Dos por
nuestro Señor Jesucristo, por quien recibimos ahora la reconciliación. |
|
|
|
La
obra de Adán y la de Jesucristo |
|
|
12 |
Así
pues, como por un hombre entró el pecado en el mundo, y por
el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos
los hombres, por cuanto todos habían pecado... |
13 |
Porque
antes de la Ley había ya pecado en el mundo, pero el pecado
no es imputable si no existe la Ley. |
14 |
Pero
la muerte reinó desde Adán hasta Moisés aún
sobre aquellos que no habían pecado, a semejanza de la transgresión
de Adán, que es el tipo del que había de venir. |
15 |
Mas
no es el don como fue la transgresión. Pues si por la transgresión
de uno mueren muchos, cuanto más la gracia de Dios y el don
gratuito conferidos por la gracia de un solo hombre, Jesucristo,
ha abundado en beneficio de muchos. |
16 |
Y
no fue el don como la transgresión de un solo pecador, pues
el juicio proveniente de uno solo llevó a la condenación,
mas el otro, después de muchas transgresiones, acabó
en la justificación. |
17 |
Pues
como por la transgresión de uno, esto es, por obra de uno
solo reinó la muerte, mucho más los que reciben la
abundancia de la gracia y el don de la justicia reinarán
en la vida por medio de uno solo, Jesucristo. |
18 |
Por
consiguiente como por la transgresión de uno solo llegó
la condenación a todos, así también por la
justicia de uno solo llega a todos la justificación de la
vida. |
19 |
Pues
como por la desobediencia de un solo hombre muchos se constituyeron
en pecadores, así tambien por la obediencia de uno muchos
se constituyeron en justos. |
20 |
Se
introdujo la Ley para que abundase el pecado; pero donde abundó
el pecado sobreabundó la gracia, |
21 |
para que, como reinó el pecado por la muerte, así
también reine la gracia por la justicia para la vida eterna
por nuestro Señor Jesucristo. |
|
|
Capítulo
6 |
|
El
cristiano, unido a Cristo por el bautismo |
|
|
1 |
¿Qué
diremos, pues? ¿Permaneceremos en el pecado para que abunde
la gracia? |
2 |
De
ningún modo. Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo
vivir todavía en él? |
3 |
¿O
ignoráis que cuantos hemos sido bautizados en Cristo Jesús
fuimos bautizados para participar en su muerte? |
4 |
Con
El hemos sido sepultados por el bautismo para participar en su muerte,
para que como El resucitó de entre los muertos por la Gloria
del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. |
5 |
Porque
si hemos sido injertados en El por la semejanza de su muerte, también
los seremos por la de su resurrección. |
6 |
Pues
sabemos que nuestro hombre viejo ha sido crucificado para que fuera
destruido el cuerpo del pecado y ya no sirvamos al pecado. |
7 |
En
efecto, el que muere queda absuelto de su pecado. |
8 |
Si
hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos en
El; |
9 |
Pues
sabemos que Cristo, resucitado de entre los muertos, ya no muere,
la muerte no tiene ya dominio sobre El. |
10 |
Porque
muriendo, murió al pecado una vez para siempre; pero viviendo,
vive para Dios. |
11 |
Así,
pues, haced cuenta de que estáis muertos al pecado, pero
vivos para Dios en Cristo Jesús. |
|
|
|
El
servicio del pecado y el de Dios |
|
|
12 |
Que
no reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, obedeciendo
a sus concupiscencias; |
13 |
ni
deis vuestros miembros como armas de iniquidad al pecado, sino ofrecéos
más bien a Dios como quienes, muertos, han vuelto a la vida,
y dad vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. |
14 |
Porque
el pecado no tendrá ya dominio sobre vosotros, pues que no
estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia. |
15 |
¡Pues
qué! ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino
bajo la gracia? De ningún modo. |
16 |
¿No
sabéis que, ofreciéndoos a uno para obedecerle, os
hacéis esclavo de aquél a quien os sujetáis,
sea del pecado para la muerte, sea de la obediencia para la justicia? |
17 |
Pero
gracias sean dadas a Dios, porque, siendo esclavos del pecado, obedecisteis
de corazón a la norma de doctrina que os disteis,y, libres
ya del pecado, habeis venido a ser siervos de la justicia. |
18 |
Os
hablo al modo humano en atención a la flaqueza de vuestra
carne. Pues bien, como pusisteis vuestros miembros al servicio de
la impureza y de la iniquidad, así entregad vuestros miembros
al servicio de la justicia para la santificación. |
19 |
Pues
cuando erais esclavos del pecado, estabais libres respecto a la
justicia. |
20 |
¿Y
qué fruto obtuvisteis entonces? Aquellos de que ahora os
avergonzáis, porque su fruto es la muerte. |
21 |
Pero
ahora, libres del pecado y siervos de Dios, tenéis por fruto
la santificación y por fin la vida eterna. |
22 |
Pues
la soldada del pecado es la muerte; pero el don de Dios es la vida
eterna en nuestro Señor Jesucristo. |
|
|
Capítulo
7 |
|
Los
cristianos, libres de la Ley |
|
|
1 |
¿O
ignoráis, hermanos, -hablo a los que saben de leyes-, que
la Ley domina al hombre todo el tiempo que éste vive? |
2 |
Por
tanto, la mujer casada está ligada al hombre mientras éste
vive; pero, muerto el marido, queda desligada de la ley del marido. |
3 |
Por
consiguiente, viviendo el marido será tenida por adúltera
si se uniere a otro marido; pero si el marido muere queda libre
de la Ley, y no será adúltera si se une a otro marido. |
4 |
Asi
que, hermanos míos, vosotros habéis muerto también
a la Ley por el cuerpo de Cristo, para ser de otro que resucitó
de entre los muertos, a fin de que deis frutos para Dios. |
5 |
Pues
cuando estábamos en la carne, las pasiones, vigorizadas por
la Ley, obraban en nuestros miembros y daban frutos de muerte; |
6 |
mas
ahora, desligados de la Ley, estamos muertos a lo que nos sujetaba,
de manera que sirvamos en espíritu nuevo, no en la letra
vieja. |
|
|
|
La
Ley y el Pecado |
|
|
7 |
¿Qué
diremos entonces? ¿Que la Ley es pecado? De ningún
modo. Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley. Pues yo
no conocería la codicia si la Ley no dijera: "No codiciarás". |
8 |
Mas
tomando ocasión el pecado por medio del precepto, activó
en mí toda concupiscencia, porque sin la Ley el pecado está
muerto. |
9 |
Y
yo viví algún tiempo sin Ley; pero sobreviniendo el
precepto, revivió el pecado |
10 |
y
yo quedé muerto, y hallé que el precepto que era para
vida, fue para muerte. |
11 |
Pues
el pecado, con ocasión del precepto, me sedujo y por él
me mató. |
12 |
En
suma que la Ley es santa, y el precepto santo, y justo y bueno. |
|
|
|
La
potencia maligna del pecado |
|
|
13 |
Luego
¿lo bueno me ha sido muerte? Nada de eso; pero el pecado,
para mostrar toda su malicia, por lo bueno me dio la muerte, haciéndose
por el precepto sobremanera pecaminoso. |
14 |
Porque
sabemos que la Ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido por
esclavo al pecado. |
15 |
Porque
no sé lo que hago; pues no pongo por obra lo que no quiero,
sino lo que aborrezco, eso hago. |
16 |
Si,
pues hago lo que no quiero, reconozco que la Ley es buena. |
17 |
Pero
entonces ya no soy yo quien obra esto, sino el pecado, que mora
en mí. |
18 |
Pues
yo sé que no hay en mí, esto es, en mi carne, cosa
buena. Porque el querer hacer el bien está en mí,
pero el hacerlo, no. |
19 |
En
efecto, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. |
20 |
Pero
si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado,
que habita en mí. |
21 |
Por
consiguiente tengo en mí esta ley: que, queriendo hacer el
bien, es el mal el que se me apega; |
22 |
porque
me deleito en la Ley de Dios según el hombre interior, |
23 |
pero
siento otra ley en mis miembros que repugna la ley de mi mente y
me encadena a la ley del pecado, que está en mis miembros. |
24 |
¡Desdichado
de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo
de muerte? |
25 |
Gracias
a Dios, por Jesucristo nuestro Señor.Así, pues,
yo mismo, que con la mente sirvo a la Ley de Dios, sirvo con la
carne a la ley del pecado. |
|
|
Capítulo
8 |
|
La
Vida del espíritu |
|
|
1 |
No
hay , pues, ya condenación alguna para los que son de Cristo
Jesús, |
2 |
porque
la ley de vida en el espíritu de Cristo Jesús me libró
de la ley del pecado y de la muerte. |
3 |
Pues
lo que a la Ley le era imposible, por ser débil a causa de
la carne, Dios, enviando a su propio Hijo en carne semejante a la
del pecado y por el pecado, condenó al pecado en la carne, |
4 |
para
que la justicia se cumpliese en nosotros, los que no andamos según
la carne, sino según el espíritu. |
5 |
Los
que son según la carne sienten las cosas carnales; los que
son según el espíritu sienten las cosas espirituales. |
6 |
Porque
el apetito de la carne es muerte, pero el apetito del espíritu
es vida y paz. |
7 |
Por
lo cual el apetito de la carne es enemistad con Dios y no se sujeta
ni puede sujetarse a la Ley de Dios. |
|
|
|
Los
que caminan según la carne |
|
|
8 |
Los
que viven según la carne no pueden agradar a Dios; |
9 |
pero
vosotros no vivís según la carne, sino según
el espíritu, si es que de verdad el espíritu de Dios
habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, éste no es de Cristo. |
10 |
Mas
si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto
para el pecado, pero el espíritu vive por la justicia. |
11 |
Y
si el espíritu de aquél que resucitó a Jesús
de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó
a Cristo Jesús de entre los muertos dará también
vida a vuestros cuerpos mortales por virtud de su Espíritu,
que habita en vosotros. |
12 |
Así
pues, hermanos, no somos deudores de la carne para vivir según
la carne, |
13 |
que
si vivís según la carne, moriréis; mas, si
con el espíritu mortificáis las obras del cuerpo,
viviréis. |
|
|
|
El
cristiano, hijo de Dios |
|
|
14 |
Porque
los que son movidos por el Espíritu de Dios, éstos
son hijos de Dios. |
15 |
Que
no habéis recibido el espíritu de siervos para recaer
en el temor, antes habéis recibido el espíritu de
adopción, por el que clamamos: ¡Abba! ¡Padre! |
16 |
El
Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos
hijos de Dios, |
17 |
y
si hijos, también herederos; herederos de Dios, coherederos
de Cristo, supuesto que padezcamos con El para ser con El glorificados. |
|
|
|
Los
sufrimientos presentes comparados con la gloria futura |
|
|
18 |
Tengo
por cierto que los padecimientos del tiempo presente no son nada
en comparación con la gloria que ha de manifestarse en nosotros; |
19 |
porque
la expectación ansiosa de la creación está
esperando la manifestación de los hijos de Dios, |
20 |
pues
las criaturas están sujetas a la vanidad, no de grado, sino
por razón de quien las sujeta |
21 |
con
la esperanza de que también ellas serán liberadas
de la servidumbre de la corrupción para participar en la
libertad de la gloria de los hijos de Dios. |
22 |
Pues
sabemos que la creación entera hasta ahora gime y siente
dolores de parto, |
23 |
y
no sólo ella, sino también nosotros, que tenemos las
primicias del Espíritu, gemimos de nosotros mismos suspirando
por la adopción, por la redención de nuestro cuerpo. |
24 |
Porque
en esperanza estamos salvos; que la esperanza que se ve, ya no es
esperanza. Porque lo que uno ve, ¿cómo esperarlo?; |
25 |
pero
si esperamos lo que no vemos, en paciencia esperamos. |
|
|
|
El
Espíritu ora en nosotros |
|
|
26 |
Y
asímismo, también el Espíritu viene en ayuda
de nuestra flaqueza, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos
conviene; mas el mismo Espíritu aboga por nosotros con gemidos
inenarrables, |
27 |
y
el que escudriña los corazones conoce cuál es el deseo
del Espíritu, porque intercede por los santos según
Dios |
|
|
|
El
plan de Dios sobre los elegidos |
|
|
28 |
Ahora
bien: sabemos que Dios hace concurrir todas las cosas para el bien
de los que le aman, de los que según sus designios son llamados. |
29 |
Porque
a los que de antes conoció, a ésos los predestinó
a ser conforme a la imagen de su Hijo, para que éste sea
el primogénito entre muchos hermanos; |
30 |
y
a los que predestinó, a ésos también llamó;
y a los que llamó, a ésos los jutificó; y a
los que justificó, a ésos también los glorificó. |
31 |
¿Qué
diremos, pues, a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién
contra nosotros? |
32 |
El
que no perdonó a su propio Hijo, antes le entregó
por todos nosotros, ¿cómo no ha de darnos con El todas
las cosas? |
33 |
¿Quién
acusará a los elegidos de Dios? Siendo Dios quien justifica,
¿quién condenará? |
34 |
Cristo
Jesús, el que murió, aún más, el que
resucitó, el que está a la diestra de Dios, es quien
intercede por nosotros. |
35 |
¿Quién
nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación,
la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro,
la espada? |
36 |
Según
está escrito: Por tu causa somos entregados a la muerte todo
el día, somos mirados como ovejas de degüello. |
37 |
Mas
en todas estas cosas vencemos por aquel que nos amó. |
38 |
Porque
persuadido estoy que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles,
ni los principados, ni lo presente, ni lo futuro, ni las potestades, |
39 |
ni
la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra criatura podrá
separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús,
nuestro Señor. |
|
|
Capítulo
9 |
|
Sentimientos
del Apóstol por los judíos |
|
|
1 |
Os
digo la verdad en Cristo, no miento y conmigo da testimonio mi conciencia
en el Espíritu Santo, |
2 |
que
siento una gran tristeza y un dolor continuo en mi corazón |
3 |
porque
desearía ser yo mismo anatema de Cristo por mis hermanos,
mis deudos según la carne, |
4 |
los
israelitas, cuya es la adopción, y la gloria, y las alianzas,
y la legislación, y el culto, y las promesas; |
5 |
cuyos
son los patriarcas y de quienes según la carne procede Cristo,
que está por encima de todas las cosas, Dios bendito por
los siglos. Amén. |
6 |
Y
no es que la palabra de Dios haya caído vacía, pues
no todos los de Israel son de Israel, |
7 |
ni
todos los descendientes de Abraham son hijos de Abraham, sino que
por Isaac será nombrada tu descendencia. |
8 |
Esto
es, no los hijos de la carne son hijos de Dios, sino los hijos de
la promesa son tenidos por descendencia. |
9 |
Los
términos de la promesa son estos: Por este tiempo volveré
y Sara tendrá un hijo. |
10 |
Ni
es sólo esto: también Rebeca concibió de un
sólo varón, nuestro padre Isaac. Pues bien, |
11 |
cuando
aún no había nacido ni había hecho aún
bien ni mal, para que el propósito de Dios, conforme a la
elección, no por las obras, sino por el que llama, permaneciese, |
12 |
le
fue a ella dicho: el mayor servirá al menor |
13 |
según
lo que está escrito: "Amé a Jacob y odié
a Esaú". |
|
|
|
La
justicia de Dios para con los gentiles y los judíos |
|
|
14 |
¿Qué
diremos, pues? ¿Que hay injusticia en Dios? No, |
15 |
pues
a Moisés le dijo: “Tendré misericordia de quien
tenga misericordia, y tendré compasión de quien tenga
compasión”. |
16 |
Por
consiguiente, no es del que quiere ni del que corre, sino de Dios,
de quien tiene misericordia. |
17 |
Porque
dice la escritura al faraón: “Precisamente para esto
te he levantado, para mostrar en tí mi poder y para dar a
conocer mi nombre en toda la tierra”. |
18 |
Así
que tiene misericordia de quien quiere y a quien quiere le endurece. |
19 |
Pero
me dirás: Entonces, ¿por qué reprende? Porque
¿quién puede resistir su voluntad? |
20 |
¡Oh
hombre! ¿Quién eres tú para pedir cuentas a
Dios? ¿Acaso dice el alfarero: Porqué me has hecho
así? |
21 |
¿O
es que no puede el alfarero hacer del mismo barro un vaso para usos
honorables y otros para usos viles? |
22 |
Pues
si para mostrar Dios su ira y dar a conocer su poder soportó
con mucha longanimidad a los vasos de ira, maduros para la perdición, |
23 |
Y
al contrario, quiso hacer ostentación de la riqueza de su
Gloria sobre los vasos de su misericordia, que El preparó
para la Gloria, |
24 |
Es
decir, sobre nosotros, los que El llamó no solo de los judíos,
sino también de los gentiles… |
25 |
Como
dice en Oseas:”Al que no es mi pueblo llamaré mi pueblo,
y a lo que no es mi amada, mi amada”. |
26 |
Y
donde fue dicho: “No sois mi pueblo”, allí serán
llamados hijos de Dios vivo. |
27 |
E
Isaías clama de Israel: “Aunque fuera el número
de los hijos de Israel como las arenas del mar, sólo un resto
sera salvo, |
28 |
Porque
el Señor realizará sobre la tierra su palabra cumplidamente
y pronto”. |
29 |
Y
según predijo Isaías: “Si el Señor de
los ejércitos no nos dejara un renuevo como Sodoma hubiéramos
venido a ser y a Gomorra nos asemejaríamos” |
|
|
|
Por
qué los judíos no admitieron la fe |
|
|
30 |
Pues
¿qué diremos? Que los gentiles, que no perseguían
la justicia, alcanzaron la justicia, es decir la justicia por la
fe, |
31 |
mientras
que Israel, siguiendo la ley de la justicia no alcanzó la
Ley. |
32 |
¿Y
por qué? Porque no fue por el camino de la fe, sino por el
de las obras. Tropezaron con la piedra de escándalo, |
33 |
según
está escrito: "He aquí que pongo en Sión
una piedra de tropiezo, una piedra de escándalo, y el que
creyere en El no será confundido". |
|
|
Capítulo
10 |
|
|
1 |
Hermanos,
a ellos va el afecto de mi corazón y por ellos se dirigen
mis súplicas, para que sean salvos. |
2 |
Yo
declaro en favor suyo que tienen celo por Dios, pero no según
la ciencia; |
3 |
porque
ignorando la justicia de Dios y buscando afirmar la propia no se
sometieron a la justicia de Dios, |
4 |
porque
el fin de la Ley es Cristo, para la justificación de todo
el que cree. |
|
|
|
Las
dos justicias |
|
|
5 |
Pues
Moisés escribe que el hombre que cumpliere la justicia de
la Ley vivirá en ella. |
6 |
Pero
la justicia que viene de la fe dice así: No digas en tu corazón:
"¿Quién subirá al cielo?", esto es,
para bajar a Cristo; |
7 |
o:
"¿Quién bajará al abismo?", esto
es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos. |
8 |
Pero
¿qué dice? "Cerca de tí está la
palabra, en tu boca, en tu corazón", esto es, la palabra
de la fe que predicamos. |
9 |
Porque
si confesares con tu boca al Señor Jesús y creyeres
en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos,
serás salvo. |
10 |
Porque
con el corazón se cree para la justicia, y con la boca se
confiesa para la salud. |
11 |
Pues
la Escritura dice: "Todo el que creyere en El no será
confundido". |
12 |
No
hay distinción entre el judío y el gentil. Uno mismo
es el Señor de todos, rico para todos los que le invocan, |
13 |
pues
todo el que invocare el nombre del Señor será salvo. |
|
|
|
El
Evangelio, predicado a los judíos y desechado por ellos |
|
|
14 |
Pero
¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído?
Y ¿cómo creerán sin haber oído? |
15 |
Y
¿cómo predicarán si no son enviados? Según
está escrito: "¡Cuán hermosos los pies
de los que anuncian el bien!". |
16 |
Pero
no todos obedecen al Evangelio. Porque Isaías dice: "Señor,
¿quién creyó nuestro mensaje?" |
17 |
Luego
la fe viene de la audición, y la audición, por la
palabra de Cristo. |
18 |
Pero
digo yo: ¿Es que no han oído? Cierto que sí.
"Por toda la tierra se difundió su voz, y hasta los
confines del orbe habitado sus palabras". |
19 |
Pero
¿acaso Israel no conoció? Es Moisés el primero
que dice: "Yo os provocaré a celos de uno que no es
pueblo, os provocaré a cólera por un pueblo insensato". |
20 |
E
Isaías se atreve a decir: "Fuí hallado de los
que no me buscaban, me dejé ver de los que no preguntaban
por mí". |
21 |
Pero
a Israel le dice: "Todo el día extendí mis manos
hacia el pueblo incrédulo y rebelde". |
|
|
Capítulo
11 |
|
La
reprobación de los judíos no es total |
|
|
1 |
Según
esto, pregunto yo: ¿es que Dios ha rechazado a su pueblo?
No, cierto. Que yo soy israelita, del linaje de Abraham, de la tribu
de Benjamín. |
2 |
No
ha rechazado Dios a su pueblo, a quien de antemano conoció.
¿O es que no sabéis lo que en Elías dice la
Escritura, cómo ante Dios acusa a Israel? |
3 |
"Señor,
han dado muerte a tus profetas, han arrasado tus altares, he quedado
yo solo, y aun atentan contra mi vida". |
4 |
Pero
¿qué le contesta el oráculo: "Me he reservado
siete mil varones que no han doblado la rodilla ante Baal" |
5 |
Pues
así también en el Presente tiempo ha quedado un resto
en virtud de una elección graciosa |
6 |
Pero
si por gracia, ya no es por las obras, que entonces la gracia ya
no sería gracia. |
7 |
¿Qué,
pues? Que Israel no logró lo que buscaba, pero los elegidos
lo lograron. Cuanto a los demás, se han encallecido. |
8 |
Según
está escrito: "Dióles Dios un espíritu de aturdimiento,
ojos para no ver y oídos para no oir, hasta el día
de hoy". |
9 |
Y
David dice: "Vuélvase su mesa un lazo, y una trampa,
y un tropiezo, en su justa paga; |
10 |
oscurézcanse
sus ojos para que no vean y doblegue siempre su cerviz" |
|
|
|
La
reprobación de Israel |
|
|
11 |
Pero
digo yo: ¿Han tropezado para que cayesen? No ciertamente.
Pues gracias a su transgresión obtuvieron la salvación
los gentiles para excitarlos a emulación. |
12 |
Y
si su caída es la riqueza del mundo, y su menoscabo la riqueza
de los gentiles, ¡cuánto más lo será
su plenitud! |
13 |
Y
a vosotros los gentiles os digo que mientras sea apóstol
de los gentiles haré honor a mi ministerio, |
14 |
por
ver si despierto la emulación de los de mi linaje y salvo
a alguno de ellos. |
15 |
Porque
si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué
será su reintegración sino una resurrrección
de entre los muertos? |
16 |
Que
si las primicias son santas, también la masa; si la raiz
es santa, también las ramas. |
17 |
Y
si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo acebuche,
fuiste injertado en ella y hecho partícipe de la raiz, es
decir, de la pinguosidad del olivo, no te engrías contras
las ramas. |
18 |
Y
si te engríes, ten en cuenta que no sustentas tú a
la raiz.sino la raiz a tí. |
19 |
Pero
dirás: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. |
20 |
Bien,
por su incredulidad fueron desgajadas, y tú por la fe estás
en pie. No te engrías, antes teme. |
21 |
Porque
si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a tí
te perdonará. |
22 |
Considera,
pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad para con los
caídos, para contigo la bondad, si permaneces en la bondad,
que de otro modo también tú serás desgajado. |
23 |
Mas
ellos, de no perseverar en su incredulidad, serán injertados,
que poderoso es Dios para injertaros de nuevo. |
24 |
Porque
si tú fuiste cortado de un olivo silvestre y contra naturaleza
injertado en un olivo legítimo, ¡cuánto más
éstos, los naturales, podrán ser injertados en el
propio olivo! |
25 |
Porque
no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que
no presumáis de vosotros mismos: que el endurecimiento vino
a una parte de Israel hasta que entrase la plenitud de las naciones; |
26 |
y
entonces todo Israel será salvo, según está
escrito: "Vendrá de Sión el libertador para alejar
de Jacob las impiedades. |
27 |
Y
ésta será mi alianza con ellos cuando borre sus pecados". |
28 |
Por
lo que toca al Evangelio, son enemigos a causa de vosotros; mas
según la elección, son amados a causa de los padres, |
29 |
pues
los dones y la vocación de Dios son sin arrepentimiento. |
30 |
Pues
así como vosotros algún tiempo fuisteis desobedientes
a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por su desobediencia, |
31 |
así
también ellos, que ahora se niegan a obedecer para dar lugar
a la misericordia a vosotros concedida, alcanzarán a su vez
misericordia. |
32 |
Pues
Dios nos encerró a todos en la desobediencia para tener de
todos misericordia. |
33 |
¡Oh
profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables
sus caminos! |
34 |
Porque
"¿quién conoció el pensamiento del Señor?
¿O quién fue su consejero? |
35 |
o
¿quién le dio primero para tener derecho a retribución? |
36 |
Porque
de El, y por El, y para El son todas las cosas. A El la gloria por
los siglos. Amén. |
|
|
Capítulo
12 |
|
La
vida nueva |
|
|
1 |
Os
ruego, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis
vuestros cuerpos como hostia viva, santa, grata a Dios; éste
es vuestro culto racional. |
2 |
Que
no os conforméis a este siglo, sino que os transforméis
por la renovación de la mente, para que sepáis discernr
cuál es la voluntad de Dios, buena, grata y perfecta. |
|
|
|
Sentimientos
de modestia |
|
|
3 |
Por
la gracia que me ha sido dada, os digo a todos y a cada uno de vosotros:
No os sobreestiméis más de lo que conviene estimaros,
sino estimaos moderadamente, cada uno según Dios le repartió
la medida de la fe. |
4 |
Pues
a la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y todos
los miembros no tienen la misma función, |
5 |
así
nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada
miembro está al servicio de los otros miembros. |
6 |
Así
todo tenemos dones diferentes, según la gracia que nos fue
dada; ya sea la profecía, según la medida de la fe; |
7 |
ya
sea el ministerio para servir; en que enseña en la enseñanza; |
8 |
el
que exhorta, para exhortar; el que da, con sencillez; quien preside,
presida con solicitud; quien practica la misericordia, hágalo
con alegría. |
9 |
Vuestra
caridad sea sincera, aborreciendo el mal, adhiriéndoos al
bien, |
10 |
amándoos
los unos a los otros con amor fraternal, honrándoos a porfía
unos a otros. |
11 |
Sed
diligentes sin flojedad, fervorosos de espíritu, como quienes
sirven al Señor. |
12 |
Vivid
alegres con la esperanza, pacientes en la tribulación, perseverantes
en la oración; |
13 |
subvenid
a las necesidades de los santos, sed solícitos en la hospitalidad. |
14 |
Bendecid
a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis. |
15 |
Alegraos
con los que se alegran, llorad con los que lloran. |
16 |
Procurad
tener unanimidad de sentimientos unos para con otros; no seáis
altivos, mas allanaos a los humildes. No seáis prudentes
en vuestra apreciación. |
17 |
No
volváis mal por mal; procurad el bien a los ojos de todos
los hombres. |
18 |
A
ser posible y cuanto de vosotros depende, tened paz con todos. |
19 |
No
os tomeis la justicia por vosotros mismos, amadísimos, antes
dad lugar a la ira de Dios; pues escrito está: "A mí
la venganza, yo haré justicia, dice el Señor". |
20 |
Por
lo contrario, "si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si
tiene sed, dale de beber; que haciendo así amontonáis
carbones encendidos sobre su cabeza". |
21 |
No
te dejes vencer del mal, antes vence al mal con el bien. |
|
|
Capítulo
13 |
|
Obediencia
a los poderes públicos |
|
|
1 |
Todos
han de estar sometidos a las autoridades superiores, pues no hay
autoridad sino bajo Dios; y las que hay, por Dios han sido establecidas, |
2 |
de
suerte que quien resiste a la autoridad, resiste a la disposición
de Dios, y los que la resisten se atraen sobre sí la condenación. |
3 |
Porque
los magistrados no son de temer para los que obra bien, sino para
los que obran mal. ¿Quieres vivir sin temor a la autoridad?
Haz el bien y tendrás su aprobación, |
4 |
porque
es ministro de Dios para el bien, pero si haces el mal, teme, que
no en vano lleva la espada. Es ministro de Dios, vengador para castigo
del que obra el mal. |
5 |
Es
preciso someterse no sólo por temor del castigo, sino por
conciencia. |
6 |
Por
tanto, pagadles los tributos, que son ministros de Dios ocupados
en eso. |
7 |
Pagad
a todos lo que debáis; a quien tributo, tributo; a quien
aduana, aduana; a quien temor, temor; a quien honor, honor. |
|
|
|
La
perfección del amor |
|
|
8 |
No
estéis en deuda con nadie, a no ser en el amaros unos a otros,
porque quien ama al prójimo ha cumplido la ley. |
9 |
Pues
"no adulterarás, no matarás, no robarás,
no codiciarás", o cualquier otro precepto, en esta sentencia
se resume: "Amarás al prójimo como a tí
mismo" |
10 |
El
amor no obra el mal del prójimo, pues el amor es la plenitud
de la ley. |
|
|
|
El
día de la salud está próximo |
|
|
11 |
Y
ya conocéis el tiempo y que ya es hora de levantaros del
sueño, pues nuestra salud está más cercana
que cuando creimos. |
12 |
La
noche va muy avanzada y se acerca ya el día. Despojémonos,
pues, de las obras de las tinieblas y vistamos las armas de la luz. |
13 |
Andemos
decentemente y como de día, no viviendo en comilonas y borracheras,
no en amancebamiento y en libertinajes, no en querellas y envidias, |
14 |
Antes
vestíos del Señor Jesucristo, y no os deis a la carne
para satisfacer sus concupiscencias. |
|
|
Capítulo
14 |
|
Los
fuertes y los débiles en la fe |
|
|
1 |
Acoged
al flaco en la fe, sin entrar en disputas de opiniones. |
2 |
Hay
quien cree poder comer de todo; otro, flaco, tiene que contentarse
con verduras. |
3 |
El
que come no deprecie al que no come, y el que no come no juzgue
al que come, porque Dios le acogió. |
4 |
¿Quién
eres tú para juzgar al criado ajeno? Para su amo está
en pie o cae, pero se mantendrá en pie, que poderoso es el
Señor para sostenerle. |
5 |
Hay
quien distingue un día de otro y hay quien juzga iguales
todos los días; cada uno proceda según su sentir. |
6 |
El
que distingue los días, por el Señor los distingue;
y el que come, por el Señor come, dando gracias a Dios; y
el que no come, por el Señor no come, dando gracias a Dios. |
7 |
Porque
ninguno de nosotros para sí mismo vive y ninguno para sí
mismo muere; |
8 |
Pues
si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos para el Señor
morimos. En fin, sea que vivamos, sea que muramos, del Señor
somos. |
9 |
Que
por esto murió Cristo y resucitó, para dominar sobre
vivos y muertos. |
10 |
¿Y
tú, cómo juzgas a tu hermano?, o ¿por qué
desprecias a tu hermano? Pues todos hemos de comparecer ante el
tribunal de Dios. |
11 |
Porque
escrito está: "Vivo yo, dice el Señor, que a
mí se doblará toda rodilla, y toda lengua rendirá
homenaje a Dios". |
12 |
Por
consiguiente, cada uno dará cuentas a Dios de sí. |
13 |
No
nos juzguemos, pues, ya más los unos a los otros y mirad
sobre todo que no pongáis tropiezo o escándalo al
hermano. |
14 |
Yo
sé y confío en el Señor Jesús que nada
hay de suyo impuro; mas para el que juzga que algo es impuro, para
ése lo es. |
15 |
Si
por tu comida tu hermano se entristece, ya no andas en caridad.
Que no se pierda por tu comida aquél por quien Cristo murió. |
16 |
No
sea, pues, vuestra buena obra materia de maledicencia |
17 |
Porque
el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, y paz, y
gozo en el Espíritu Santo. |
18 |
Pues
el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a los hombres. |
19 |
Por
tanto trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación. |
20 |
No
destruyas por amor de la comida la obra de Dios. Todas las cosas
son puras, pero es malo para el hombre comer escandalizando. |
21 |
Bueno
es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada que en que tu hermano
tropiece, o se escandalize o flaquee. |
22 |
La
convicción que tú tienes guárdala para ti y
para Dios. Dichoso el que a si mismo no tenga que reprocharse lo
que siente. |
23 |
El
que, dudando, come, se condena, porque no obra según la fe;
y todo lo que no viene de la fe es pecado. |
|
|
Capítulo
15 |
|
|
1 |
Los
fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles,
sin complacernos en nosotros mismos. |
2 |
Que
cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, buscando
su edificación; |
3 |
que
Cristo no buscó su propia complacencia, según está
escrito: "Sobre mí cayeron los ultrajes de quienes me
ultrajaban". |
4 |
Pues
todo cuanto está escrito, para nuestra enseñanza fue
escrito, a fin de que por la paciencia y por la consolación
de las Escrituras estemos firmes en la esperanza. |
5 |
Que
el Dios paciente y consolador os dé unanime sentir de unos
para con otros en Cristo Jesús, |
6 |
para
que unánimes, a una sola voz, glorifiquéis al Dios
y Padre de nuestro Señor Jesucristo. |
7 |
Por
lo cual acogeos mutuamente, según como Cristo nos acogió
a nosotros para gloria de Dios. |
8 |
Os
digo que Cristo fue ministro de la circuncisión en honor
de la veracidad de Dios para mantener firmes las promesas hechas
a los padres, |
9 |
y
mientras que los gentiles glorifican a Dios por su misericordia,
según está escrito: " Por eso te alabaré
entre los gentes y salmodiaré a tu nombre". |
10 |
Y
otra vez dice: "Regocijaos gentes con su pueblo"; |
11 |
y
de nuevo: " Alabad al Señor todas las gentes y ensalzadle
los pueblos todos". |
12 |
Y
otra vez dice Isaías: " Aparecerá la raiz de
Jesé y el que se levanta para mandar a las naciones; en El
esperarán las naciones". |
13 |
Que
el Dios de la esperanza os llene de cumplida alegría y paz
en la fe para que abundéis en esperanza por la virtud del
Espíritu Santo. |
|
|
Capítulo
15 |
|
EPÍLOGO |
|
|
1 |
Bien
persuadido estoy yo mismo, hermanos míos, de que vosotros
estáis llenos de toda ciencia, para poder amonestaros unos
a otros; |
2 |
sin
embargo, os he escrito con más atrevimiento, en parte para
despertar vuestra memoria, en virtud de la gracia, que por Dios
me fue dada, |
3 |
de
ser ministro de Jesucristo entre los gentiles, encargado de un ministerio
sagrado en el evangelio de Dios, para procurar que la oblación
de los gentiles sea acepta, santificada por el espíritu Santo. |
4 |
Tengo,
pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús por lo que
respecta a Dios; |
5 |
porque
no me atreveré a hablar de cosa que Cristo no haya obrado
en mí para la obediencia de los gentiles, de obra o de palabra,
mediante el poder de milagros y prodigios y el poder del Espíritu
Santo. |
6 |
De
suerte que desde Jerusalén hasta la Iliria y en todas direcciones
lo he llenado todo del Evangelio de Cristo. |
7 |
Sobre
todo, me he impuesto el honor de predicar el Evangelio donde Cristo
no había sido nombrado, para no edificar sobre fundamentos
ajenos, |
8 |
sino
según lo que está escrito: "Le verán aquellos
a quienes no fue anunciado, y los que no han oído entenderán". |
9 |
Por
lo cual me he visto me he visto impedido muchas veces de llegar
hasta vosotros; |
10 |
pero
ahora no teniendo ya campo en estas regiones y deseando ir hacia
vosotros desde hace bastantes años, |
11 |
Espero
veros al pasar, cuando vaya a España, y ser allá encaminado
por vosotros después de haberme llenado primero un poco de
vosotros. |
12 |
Mas
ahora parto para Jerusalén en servicio de los santos, |
13 |
porque
Macedonia y Acaya han tenido a bien hacer una colecta en beneficio
de los pobres de entre los santos de Jerusalén. |
14 |
Y
lo han querido así considerándose deudores suyos,
ya que, si los gentiles comunican en los bienes espirituales de
ellos, deben ellos servirles con los bienes materiales. |
15 |
Una
vez cumplido esto, cuando les entregue este fruto, pasando por vosotros,
me encaminaré a España, |
16 |
y
sé que yendo a vosotros iré con la plenitud de la
bendición de Cristo. |
17 |
Os
exhorto, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por la
caridad del Espíritu, a que me ayudéis en esta lucha
mediante vuestras oraciones a Dios por mí, |
18 |
para
que me libre de los incrédulos en Judea y que el servicio
que me lleva a Jerusalén sea bien recibido de los santos, |
19 |
para
que, llegando con gozo a vosotros por la voluntad de Dios, me recree
en vuestra compañía. |
20 |
El
Dios de la paz sea con vosotros. Amén. |
|
|
Capítulo
16 |
|
Recomendaciones |
|
|
1 |
Os
recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencres, |
2 |
para
que la recibáis en el Señor de manera digna de los
santos y la asistáis en todo lo que necesitare de vosotros,
pues ella ha favorecido a muchos y a mí mismo. |
3 |
Saludad
a Prisca y a Aquila, mis cooperadores en Cristo Jesús, |
4 |
los
cuales, por salvar mi vida, expusieron su cabeza; a quienes no sólo
estoy agradecido yo, sino todas las iglesias de la gentilidad. |
5 |
Saludad
también a la iglesia de su casa. Saludad a mi amado Epéneto,
las primicias de Cristo en Asia. |
6 |
Saludad
a María, que soportó muchas penas por vosotros. |
7 |
Saludad
a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros
de cautiverio, que son muy estimados entre los apóstoles
y fueron en Cristo antes que yo. |
8 |
Saludad
a Ampliato, a quien amo en el Señor. |
9 |
Saludad
a Urbano, nuestro cooperador en Cristo, y a Estaquis, mi amado. |
10 |
Saludad
a Apeles, que ha dado buenas ruebas de sí en Cristo. Saludad
a los de la casa de Aristóbulo. |
11 |
Saludad
a Herodiano, mi pariente. Saludad a los de Narciso, los que son
del Señor. |
12 |
Saludad
a Trifena y a Trifosa, que han pasado muchas penas en el Señor.
Saludad a Pérsida, muy amada, que sufrió muchas penas
en el Señor. |
13 |
Saludad
a Rufo, el elegido del Señor, y a su madre, que lo es también
mía. |
14 |
Saludad
a Asíncrito y Flegón, Hermes, Patroba, Hermas y a
los hermanos que viven con ellos. |
15 |
Saludad
a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, y a Olimpia
y a todos los hermanos que viven con ellos. |
16 |
Saludaos
unos a otros con el ósculo santo. Os saludan todas las iglesias
de Cristo. |
17 |
Os
recomiendo, hermanos, que estéis atentos a los que producen
divisiones y escándalos al margen de la doctrina que habéis
aprendido y que os apartéis de ellos, |
18 |
porque
ésos no sirven a nuestro Señor Cristo, sino a su vientre,
y con discursos y lisonjas seducen los corazones de los incautos. |
19 |
Vuestra
conversión ha llegado a noticia de todos; me alegro, pues,
en vosotros, y quiero que seáis sabios para el bien y cándidos
para el mal, |
20 |
y
el Dios de la paz aplastará pronto a Satanás bajo
vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea
con vosotros. |
21 |
Os
saluda Timoteo, mi colaborador, y Lucio, y Jasón, y Sosípatro,
mis parientes. |
22 |
Os
saludo yo, Tercio, que escribo esta epístola, en el Señor. |
23 |
Os
saluda Gayo, huésped mío y de toda la iglesia. |
24 |
Os
saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto. |
|
|
|
Doxología |
|
|
25 |
Al
que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación
de Jesucristo -según la revelación del misterio, tenido
secreto en los tiempos eternos, |
26 |
pero
manifestado ahora mediante los escritos proféticas, conforme
a la disposición de Dios eterno, que se dio a conocer a las
gentes para que obedezcan a la fe-, |
27 |
al
Dios sólo sabio, sea por Jesucristo la gloria por los siglos
de los siglos Amén. |
|
|
www.cristoraul.org |
|