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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

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CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

 
 

LA SAGRADA BIBLIA

PROVERBIOS

 

PARÁBOLAS DE SALOMÓN

SEGUNDA PARTE
Capítulo 10
1
El hijo sabio es la gloria de su padre; el hijo necio, la tristeza de su madre.
2
No aprovechan los tesoros mal adquiridos, mas la justicia salva de la muerte.
3
Yavé no dejará hambrear al justo, pero reprime la codicia del malvado.
4
La mano perezosa empobrece; la diligente, enriquece.
5
El que en estío recoge es hombre inteligente; el que duerme al tiempo de la siega, se deshonra.
6
Bendiciones sobre la cabeza del justo; pero la lengua del impío encubre violencias.
7
La memoria del justo será bendecida; el nombre del impío se pudrirá.
8
El hombre sensato acepta el mandamiento, pero el necio lenguaraz se derrumbará.
9
El que anda con integridad va confiado, pero el que tuerce sus caminos será descubierto.
10
El que guiña los ojos acarrea malaventura; el que mira francamente, sana.
 
 
El hablar del justo
 
11
Fuente de vida es la boca del justo, pero la boca del malvado encubre la violencia.
12
El odio enciende las contiendas, mientras que el amor encubre las faltas.
13
En los labios del prudente se halla la sabiduría; para las espaldas del falto de cordura es la vara.
14
El sabio esconde su ciencia, la boca del necio acerca la ruina,
15
La hacienda del rico es su fortaleza; pero la ruina del pobre es su indigencia.
16
La ganancia del justo es para la vida; la del impío, para pecado.
17
Va por senda de vida el que guarda la instrucción, mas el que abandona la corrección se extravía.
18
El de labios mendaces encubre el odio, el que esparce la difamación es un necio.
19
En el mucho charlar no falta el pecado, el que refrena sus labios es sabio.
20
Plata acrisolada es la boca del justo, mas el corazón del impío nada vale.
21
Los labios del justo nutren a muchos, mas el necio muere por falta de cordura.
 
 
La dicha del virtuoso
 
22
La bendición de Dios es lo que enriquece; nuestro afán no le añade nada.
23
Hacer el mal es para el necio cosa de juego, y lo es para el sensato ser sabio.
24
Sobre el impío vendrá lo que él se teme, mas el justo verá colmados sus deseos.
25
Como pasa el huracán, deja de ser el impío, mas el justo permanece para siempre.
26
Como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos, así es el haragán para quien le manda.
27
El temor de Yavé alarga la vida, mas los años del impío serán abreviados.
28
La esperanza del justo es objeto de alegría, pero se desvanecerá la del impío.
29
El camino de Yavé es la fortaleza del perfecto, pero es el terror de los malhechores.
30
El justo no vacilará jamás, pero el impío no habitará en la tierra.
31
En la boca del justo florece la sabiduría, pero la lengua del impío será cortada.
32
Los labios del justo destilan benevolencia; la boca del impío, perversidad.
   
Capítulo 11
1
La balanza falsa es abominable a Dios, mas la pesa cabal le agrada.
2
Detrás de la soberbia viene la deshonra, con la modestia va la sabiduría.
3
La integridad guía al hombre recto; la propia malicia es la ruina del pérfido.
4
De nada sirven las riquezas el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte.
5
La justicia del íntegro le allana el camino, el malvado cae por su misma malicia.
6
La justicia del justo le salva, mas los pérfidos son sorprendidos en su codicia.
7
A la muerte del impío perece su esperanza, y la expectación del malvado se desvanece.
8
El justo es librado de la tribulación, pero el impío entra en ella en vez de aquél.
 
 
El bien público
 
9
El impío con su boca arruina al prójimo, el justo con su sabiduría le salva.
10
La prosperidad del justo alegra la ciudad, y cuando perecen el impío hace fiesta.
11
La bendición del recto ensalza la ciudad, la boca del impío la abate.
12
El insensato desprecia al prójimo, pero el prudente se calla.
13
El chismoso descubre los secretos, el hombre fiel lo encubre todo.
14
Donde no hay gobierno va el pueblo a la ruina, en la abundancia del consejo está la salvación.
15
Sufrirá mucho daño el que sale fiador, mas el que aborrece comprometerse vivirá tranquilo.
16
La mujer agraciada es honra de su marido; trono de deshonra es la mujer que aborrece la justicia. Los perezosos carecen de bienes, mas los audaces adquieren riquezas.
 
 
Beneficencia
 
17
El misericordioso se hace bien a sí mismo; el de corazón duro a sí mismo se perjudica.
18
El impío hace ganancias engañosas; el que siembra justicia, ése de verdad gana,
19
El que sigue la justicia va a la vida, el que va tras el mal corre a la muerte.
20
Los de corazón malo son abominables a Yavé, los de perfectos caminos le son gratos.
21
Más pronto o más tarde no quedará impune el malvado, pero la prole del justo escapará.
22
Anillo de oro en jeta de puerco es la mujer bella, pero sin seso.
23
El deseo del justo es lo bueno, pero el impío no puede esperar más que ira.
24
Hay quien derrama y siempre tiene más, otro que ahorra más de lo justo y empobrece.
25
El benéfico se sacia, y el que riega, será regado.
26
Al que acapara el trigo le maldice el pueblo; sobre la cabeza del que lo vende caen bendiciones.
27
El que hace el bien, busca la benevolencia; al que busca el mal le vendrá el mal.
28
El que en sus riquezas confía, caerá; los justos reverdecerán como follaje.
29
El que perturba su casa recogerá viento y el necio será siervo del sensato.
30
El fruto del justo es árbol de vida, y el sabio conquista las personas.
31
Si el justo tiene en la tierra su paga, ¡cuánto más el impío y el pecador!
   
Capítulo 12
1
El que ama la corrección ama la ciencia; el que odia la corrección es estúpido.
2
El bueno alcanza el favor de Yavé, que condena al de mala vida.
3
No se afirma el hombre por la impiedad; la raíz del justo no será conmovida.
4
La mujer virtuosa es la corona del marido; la desvergonzada es carcoma de sus huesos.
5
Los designios del justo son rectos; las maquinaciones del impío, fraudulentas.
6
Las palabras del impío son para acechar la sangre; la boca del justo la salva.
7
Son trastornados los impíos y dejan de ser, pero la casa del justo queda en pie.
8
Cada uno es alabado según su prudencias, pero el de perverso corazón es menospreciado.
9
Mejor está el hombre oscuro que se sirve a sí mismo que el presuntuoso que carece de pan.
10
El justo provee a las necesidades de sus bestias, pero el corazón del impío es despiadado.
11
El que cultiva su tierra tendrá pan a saciedad, pero el que se va tras las cosas vanas está falto de cordura.
12
El deseo del impío es una red de males, la raíz del justo es fructífera.
 
 
La lengua
 
13
El malvado se enreda en pecados de lengua, el justo se libra de ellos.
14
De los frutos de la boca se sacia el hombre, y la paga de las obras de sus manos a él revierte.
15
Al necio le parece derecho su camino, mas el que escucha el consejo es sabio.
16
El necio luego al punto descubre su cólera, el sensato sabe disimular una afrenta.
17
El que habla verdad declara lo justo, pero el testigo falso lo disfraza.
18
Hay quien al hablar da tantas estocadas como palabras, pero la lengua del sabio sirve de medicina.
19
El labio veraz se mantiene siempre; mas la lengua mentirosa, sólo por un momento.
20
El engaño está en el corazón de los que maquinan el mal, pero con los que aconsejan la paz está la alegría.
21
Sobre el justo no vendrá la adversidad, mas para los impíos todo serán males.
22
Los labios mentirosos los aborrece Yavé; se agrada de los que proceden sinceramente.
23
El cauto encubre el saber; mas el corazón del necio pregona su necedad.
 
 
Laboriosidad
 
24
La mano laboriosa señorea; la perezosa se hace tributaria.
25
La angustia del corazón deprime al hombre, mas una palabra buena le alegra.
26
El justo aventaja a su prójimo; mas el camino del impío le extravía.
27
El indolente no asa su pieza, pero fortuna preciosa es el diligente.
28
En el camino de la justicia está la vida; el camino tortuoso lleva a la muerte.
Capítulo 13
1
El hijo sabio ama la corrección, pero el petulante no escucha la reprensión.
2
Del fruto de su rectitud comerá el hombre de bien, mas el deseo de los pérfidos es la violencia.
3
El que guarda su boca, guarda su vida; el que mucho abre sus labios, busca su ruina.
4
Desea el haragán, pero no logra nada; mas el alma del diligente se saciará.
5
Odia el justo toda palabra mentirosa; pero el impío se deshonra y cubre de vergüenza.
6
La justicia conserva íntegro al hombre; el pecado subvierte al pecador.
 
 
Pobreza y riqueza
 
7
Hay quien se las da de rico y no tiene nada, y quien, teniendo mucho, se hace el pobre
8
El rico, con sus riquezas, puede rescatar la vida; pero el pobre no tiene con qué rescatarse.
9
La luz del justo alegra; pero la luz del impío se extinguirá.
10
La soberbia sólo contiendas ocasiona; pero es sabio quien toma consejo.
11
Riqueza hecha de prisa, se va; el que poco a poco allega, crece.
12
Esperanza que se dilata, aflige el corazón; deseo satisfecho es árbol de vida.
 
 
Docilidad
 
13
El que menosprecia el mandato perecerá por ello; el que lo respeta tendrá su recompensa.
14
La enseñanza del sabio es fuente de vida para huir los lazos de la muerte.
15
La cortesía concilia la gracia; los modos de los soberbios son ásperos.
16
El cuerdo todo lo hace con conocimiento; el necio va derramando su necedad.
17
Un mal consejero precipita en la desgracia; el mensajero fiel es remedio saludable.
18
Miseria y vergüenza para el que desdeña la corrección, más el que la guarda será honrado.
19
El deseo cumplido es deleite del alma; pero apartarse del mal es abominación para el necio.
20
Ve con los sabios, y te harás sabio; al que a necios se allega le alcanzará la desdicha.
 
 
El premio de los justos
 
21
Al pecador le persigue la desventura, pero el justo será bien retribuido.
22
El hombre de bien será heredado por los hijos de sus hijos; la hacienda del pecador está reservada para el justo.
23
Lo que rotura el pobre da pan en abundancia; pero por falta de equidad sobreviene la ruina.
24
El que ahorra la vara odia a su hijo; mas el que le ama se apresura a corregirle.
25
El justo come hasta saciarse; pero el vientre del impío sufrirá escasez.
   
Capítulo 14
1
La mujer prudente edifica la casa; la necia, con sus manos la destruye.
2
El que anda en rectitud teme a Yavé; el que va por sendas tortuosas le desprecia.
3
En la boca del necio está la vara de la soberbia, mas los labios del sabio son su guarda.
4
Sin bueyes, el granero está vacío; mas con toro vigoroso, cosecha abundante.
5
El testigo fiel no miente; el testigo falso profiere mentiras.
6
Busca el petulante la sabiduría, pero nada; mas para el prudente es fácil alcanzarla.
7
Apártate del necio, pues no hallarás labios sabios.
8
La ciencia del astuto está en conocer su camino; pero la estupidez de los necios es un engaño.
9
Los necios se burlan del pecado; mas entre los rectos está la complacencia.
10
El corazón conoce sus amarguras, pero en sus alegrías no tiene parte el extraño.
11
La casa del malvado será asolada, mas la tienda del recto florecerá.
12
Hay caminos que nos parecen rectos al hombre, pero al fin son caminos de muerte.
13
Aun en la risa hay aflicción de corazón, y a la alegría sucede la congoja.
14
El de corazón infiel se saciará de su conducta, y el hombre bueno, de la suya.
 
 
Prudencia
 
15
El simple todo lo cree, mas el sagaz pone atención a sus pasos.
16
El sabio teme y se aparta del mal; el necio se enciende en cólera y está confiado.
17
El que presto se enoja hará locuras; pero el hombre reflexivo soporta.
18
Los necios heredarán la estupidez, mas los sagaces se coronan de saber.
19
Los malos se inclinarán delante de los buenos, y los impíos ante la puerta del justo.
20
Aun al amigo resulta odioso el pobre; mas el rico tiene muchos amigos.
21
El que desprecia a su prójimo, peca; bienaventurado el que tiene misericordia de los pobres.
22
¿No yerra el que maquina el mal? Pero el que obra el bien tendrá misericordia y fidelidad.
23
En toda labor hay fruto, pero la charlatanería empobrece.
24
La cordura del sabio es su corona; la necedad es el collar de los necios.
25
Salva las vidas el testigo veraz; mas el doloso profiere mentiras.
 
 
Religión y Estado
 
26
El temor de Yavé es la confianza del fuerte, y sus hijos en él hallarán refugio.
27
El temor de Yavé es fuente de vida que aleja de los lazos de la muerte.
28
El pueblo numeroso es el orgullo del rey; en la falta del pueblo está la ruina del príncipe.
29
Es tardo a la ira el prudente, el pronto a la ira hará muchas locuras.
30
Corazón apacible es vida del cuerpo, y la envidia es la caries de los huesos.
31
El que maltrata al pobre, injuria a su Hacedor; el que tiene piedad del pobre le honra.
32
El impío es arrastrado en su maldad; el justo hallará refugio en su inocencia.
33
En el corazón del cuerdo reposa la sabiduría, que se hace sentir aun entre necios.
34
La justicia engrandece a las naciones; el pecado es la decadencia de los pueblos.
35
Al ministro inteligente da el rey su favor; al inepto, su desprecio.
   
Capítulo 15
La mansedumbre
   
1
Una respuesta blanda calma la ira; una palabra áspera enciende la cólera.
2
La lengua del sabio hace estimable la doctrina; la boca del necio no dice más que sandeces.
3
Los ojos de Yavé están en todas partes observando a los malos y a los buenos.
4
La lengua blanda es árbol de vida; mas la perversa quiebra el ánimo.
5
El insensato desprecia la corrección paterna; obra prudentemente el que la atiende.
6
En la casa del justo reina la abundancia; en las rentas del impío, la turbación.
7
Los labios del sabio derraman ciencia, no así el corazón del necio.
8
Yavé abomina el sacrificio del impío, pero se agrada en la oración del justo.
9
Aborrece Yavé el camino del impío, pero ama al que sigue la justicia.
10
Molesta la corrección al que va por mal camino, pero el que aborrece la corrección morirá.
11
Están delante de Yavé el seol y el averno, ¡cuánto más los corazones de los hombres!
12
El petulante no quiere que le corrijan; por eso no va con los sabios.
 
 
La felicidad
 
13
Corazón alegre hace buena cara, pero la pena del corazón abate el alma.
14
El corazón prudente busca la sabiduría, pero la boca del necio se apacienta de necedad.
15
Los días del pobre todos son malos, pero la alegría del corazón es un perenne banquete.
16
Mejor es poco en el temor de Yavé que muchos tesoros en la turbación.
17
Mejor comer legumbres donde hay amor que comer buey cebado donde hay odio.
18
El iracundo promueve contiendas, el que tarde se enoja aplaca las rencillas.
19
El camino del perezoso es seto de espinas, el sendero de los rectos es llano.
20
El hijo sabio alegra a su padre; mas el necio menosprecia a su madre.
21
Al falto de sentido le agrada la necedad, pero el hombre prudente endereza sus caminos.
22
Frústranse los planes donde no hay consejo, pero se logran por el consejo de muchos.
23
Gusta saber qué responder, y la palabra dicha a tiempo, ¡cuánto bien hace!
24
El inteligente va hacia arriba por el camino de la vida, para apartarse del sepulcro abajo.
 
 
Odiosos y caros a Dios
 
25
Asola Yavé la casa del soberbio y afirma los linderos de la viuda.
26
Son abominables a Yavé los pensamientos del malo, pero son puros los dichos placenteros.
27
Perturba su casa el codicioso, pero el que aborrece las dádivas vivirá.
28
El corazón del justo medita la respuesta, pero la boca del impío echa fuera su maldad.
29
Lejos de los impíos está Yavé, mas oye la oración del justo.
30
El brillo de los ojos alegra el corazón, y una buena nueva engorda los huesos.
31
Oreja que escucha la corrección saludable tendrá su puesto entre los sabios.
32
El que tiene en poco la corrección menosprecia su alma, mas el que la escucha adquiere entendimiento.
33
El temor de Yavé es enseñanza de sabiduría, y a la honra precede la sumisión.
   
Capítulo 16
La providencia
   
1
Al hombre tocan los proyectos del corazón, pero es Yavé quien da la respuesta de la lengua.
2
Al hombre le parecen buenos todos sus caminos, pero es Yavé quien pesa las almas.
3
Encomienda a Yavé todas tus obras y se te lograrán tus pensamientos.
4
Todo lo ha hecho Yavé para sus fines, aun al impío para el día malo,
5
Aborrece Yavé al de altivo corazón; pronto o tarde, no quedará sin castigo.
6
Con misericordia y verdad se repara el pecado, con el temor de Yavé se aparta el hombre del mal.
7
Cuando los caminos del hombre son gratos a Yavé, aun a los enemigos se concilia.
8
Mejor es poco en justicia que muchas rentas en injusticia.
9
Traza el corazón del hombre sus caminos, pero es Yavé quien dirige sus pasos.
 
 
El rey
 
10
Un oráculo son los labios del rey; no falle, pues, el juicio de su boca.
11
Peso justo y balanza justa son de Yavé, y obra suya son las pesas de la bolsa
12
Abominable es que los reyes hagan impiedad, pues por la justicia se afirman los tronos.
13
Agradan al rey los labios justos y ama al que habla rectamente.
14
La cólera del rey es heraldo de la muerte; el hombre sabio la aplacará.
15
En la alegría del rostro del rey está la vida; su favor es como nube preñada de lluvia primaveral.
 
 
Sabiduría y modestia
 
16
Mejor adquirir sabiduría que adquirir oro, tener inteligencia vale más que tener plata.
17
El camino derecho es apartarse del mal, guarda su alma el que guarda su camino.
18
La soberbia es heraldo de la ruina, y la altivez de corazón, de la caída.
19
Mejor es humillar el espíritu con los humildes que partir con los soberbios los despojos.
20
El que pone atención a la palabra hallará el bien, y quien confía en Yavé es bienaventurado.
21
El sabio de corazón es tenido por sensato, y la blandura de los labios hace eficaz la doctrina.
22
Fuente de vida es la sabiduría para el que la tiene, y es castigo del necio la necedad.
 
 
El don de la palabra
 
23
El corazón del sabio hace prudente su boca, y sobre sus labios crece la persuasión.
24
Panal de miel son sus suaves sentencias, dulzura del alma y medicina de los huesos.
25
Hay caminos que al hombre le parecen derechos, pero a su fin son caminos de muerte.
26
El apetito del trabajador para él trabaja, y su boca le estimula.
27
El perverso excala maldad, y hay en sus labios como fuego ardiente.
28
El perverso excita contiendas, y el chismoso aparta a los amigos.
29
El hombre violento seduce a su prójimo y le lleva por caminos no buenos.
30
El que hace guiños con los ojos maquina intrigas, y el que muerde los labios ha consumado ya el mal.
31
Gloriosa corona es la canicie, se halla en el camino de la justicia.
32
Mejor que valiente es el que aguanta, y el que sabe dominarse vale más que el que expugna una ciudad.
33
En el seno se echan las suertes, pero es Yavé quien da la decisión.
   
Capítulo 17
Bondad para con el prójimo
   
1
Mejor es un pedazo de pan seco en paz que la casa llena de carne de víctimas y de contiendas.
2
El siervo inteligente se impondrá al hijo deshonroso y heredará con sus hermanos.
3
El crisol para la plata, la hornaza para el oro, mas los corazones los prueba Yavé.
4
El malo está atento al de labios mendaces, y el mentiroso da oídos a la lengua perniciosa.
5
El que insulta al pobre insulta a su Hacedor y el que se goza del mal ajeno no quedará impune.
6
Corona del anciano son los nietos, y la gloria de los hijos son sus padres.
7
No está bien al necio la grandilocuencia, ¡cuánto menos al príncipe la mentira!
8
Piedra de encanto es el cohecho para el que lo recibe; adondequiera que se vuelva, cree tener buen éxito.
9
El que quiere amistad encubre las faltas; el que las repite de palabra se enajena a un amigo.
10
Más efecto le hace al sensato un reproche que cien azotes al necio.
11
El malvado no busca más que la rebelión, mas recibirá un cruel mensaje.
12
Mejor es dar con una osa a quien han arrebatado la cría, que con un necio en el frenesí de su necedad.
13
El que devuelve mal por bien no verá alejarse la desventura de su casa.
14
Comenzar un pleito es dar suelta a las aguas; deja la porfía antes que se entable.
 
 
La justicia
 
15
Quien absuelve al reo y quien condena al inocente, ambos son abominables a Yavé.
16
¿De qué sirve el oro en manos del necio? ¿Podrá comprar la sabiduría? No tiene sentido.
17
El amigo ama en todo tiempo; es un hermano en el día de la desventura.
18
Es hombre sin cordura el que estrecha la mano empeñándose por otro.
19
Ama el delito quien ama las riñas; el que alza su puerta busca su ruina.
20
El de perverso corazón no hallará bien, y el versátil de lengua caerá en el mal.
21
El que engendra a un necio, para su mal le engendra; el padre del estulto no gozará de alegría.
22
Corazón alegre es buen remedio;mas el espíritu abatido seca los huesos.
23
El inicuo acepta dádivas del seno para torcer las vías del derecho.
24
Delante del cuerdo está la sabiduría; los ojos del necio se van hasta los confines de la tierra.
25
El hijo necio es la pesadumbre de su padre y la amargura de la que le engendró.
26
No está bien multar al justo; pero golpear a los nobles está sobre lo recto
 
 
Sabiduría práctica
 
27
Es parco en palabras quien tiene la sabiduría; y el de ánimo pacato es hombre inteligente.
28
Aun el necio, si calla, pasará por sabio, y por inteligente si cierra los labios.
   
Capítulo 18
1
Busca pretextos el que se desvía, y por cualquier cosa se enfurece.
2
Al necio no le agrada la prudencia, sino el manifestar su corazón.
3
Con la impiedad viene el desprecio; con la deshonra, la vergüenza.
4
Aguas profundas son las palabras del hombre; arroyo desbordado, fuente de la sabiduría.
5
No está bien tener acepción del rostro del impío para dar de lado al justo en el juicio.
 
 
Hablar necio
 
6
Los labios del necio mueven contiendas, y su boca llama a los golpes.
7
La boca del necio es su ruina, y sus labios, lazo para su vida.
8
Las palabras del chismoso parecen dulces y llegan hasta lo más hondo de las entrañas.
9
El que es negligente en su labor es hermano del derrochador.
10
Torre fuerte es el nombre de Yavé; a ella se acogerá el justo y estará seguro.
11
La riqueza es para el rico fuerte ciudadela; le parece una alta muralla.
12
Antes de la caída se exalta el corazón del hombre, y a la gloria precede la humillación.
13
El que antes de haber escuchado responde, es tenido por fatuo para oprobio suyo.
14
El ánimo del hombre le sostiene en su aflicción; pero ¿quién sostendrá el ánimo abatido?
15
El corazón del sensato adquiere sabiduría, y la oreja del sabio busca la enseñanza.
 
 
Tribunales y pleitos
 
16
Las dádivas abren camino al hombre y le dan entrada a los grandes.
17
Parece tener razón el que primero expone su causa, pero viene su adversario y le somete a examen.
18
La suerte pone fin a los pleitos y decide entre los grandes.
19
Hermano ofendido es una ciudad fuerte y sus litigios son cerrojos de fortaleza.
20
Cada uno llena el vientre de los frutos de su boca y se saca del fruto de sus labios.
21
La muerte y la vida están en poder de la lengua; los que la aman comerán su fruto.
22
El que halla mujer encuentra la ventura, y ha recibido un favor de Yavé.
23
El pobre habla suplicante, el rico responde duramente.
 
 
El verdadero amigo
 
24
Hay amigos que sólo son para ruina, pero los hay más afectos que un hermano.
   
Capítulo 19
1
Mejor es el pobre que anda integridad que el de labios perversos y fatuo.
2
Sin ciencia, ni el celo es bueno, y el de pies presuroso peca.
3
La necedad del hombre tuerce sus caminos y contra Yavé, se irrita su corazón.
4
La riqueza allega muchos amigos, pero al pobre sus amigos le abandonan.
5
Testigo falso no quedará sin castigo, y el que esparce la mentira no escapará.
6
Muchos halagan al príncipe; todos son amigos del munífico.
7
Al pobre aun sus hermanos le aborrecen, ¡cuánto más le dejarán los amigos! El que persigue palabras no las alcanzará.
 
 
El prudente y el necio
 
8
El que adquiere cordura se ama a sí mismo; el que guarda el entendimiento hallará bien.
9
El que en falso atestigua no quedará impune, y el que esparce la mentira perecerá.
10
No están bien al necio los deleites; ¡cuánto menos a un esclavo mandar a príncipes!
11
La cordura del hombre detiene su cólera, y es honroso disimular una ofensa.
12
Rugido de león es la ira del rey; su favor, como rocío sobre la hierba.
13
El hijo necio es el tormento de su padre, y gotera continua la mujer quisquillosa.
14
Casa y hacienda, herencia son de los padres, pero una mujer prudente es don de Yavé.
15
La pereza trae el sueño, y el haragán hambreará.
 
 
El temor de Dios
 
16
El que guarda la Ley, a sí mismo se guarda; el que menosprecia sus caminos morirá.
17
A Yavé presta el que da al pobre; El le dará su recompensa.
18
Castiga a tu hijo, que siempre hay esperanza; pero no te excites hasta destruirle.
19
El que mucho se aíra pagará la pena; pero, si lo salvas, lo aumentarás.
20
Escucha el consejo y acoge la corrección, para hacerte así sabio en lo futuro.
21
Muchos proyectos hay en la mente del hombre, pero es el consejo de Yavé el que permanece.
22
El deseo del hombre es su piedad, y mejor es ser pobre que mentiroso.
23
El temor de Yavé lleva a la vida; el que de El está lleno no será visitado por la desventura.
 
Corrección y holgazanería
 
24
Esconde el perezoso su mano en el plato, y ni siquiera la vuelve a la boca.
25
Castiga al petulante, y se hará cuerdo el necio; reprende al sensato, y ganará en saber.
26
El que maltrata a su padre y ahuyenta a su madre es un hijo infame y deshonroso.
27
Cesa, hijo mío, de oir la instrucción para andar errante lejos de las palabras de ciencia.
28
El testigo perverso se burla de la justicia, la boca del impío se traga la iniquidad.
29
Los castigos son para los petulantes, y los azotes para las espaldas de los necios.
   
Capítulo 20
1
El vino es petulante, y los licores, alborotadores; el que se extravía no es sabio.
2
La cólera del rey es el rugido de un cachorro de león; el que la provoca peca contra su vida.
3
Es honor para el hombre esquivar las contiendas,; el insensato se mete en ellas.
4
El perezoso no ara en invierno; va luego en busca de la cosecha, y nada halla.
5
Aguas profundas son los consejos en el corazón del hombre, pero el cuerdo sabe sacarlas fuera.
6
Muchos son los que proclaman su piedad, pero ¿quién hallará el amigo fiel?
 
 
Rectitud
 
7
El justo camina en su integridad; bienaventurados sus hijos después de él.
8
El rey sentado en su tribunal, con su mirar disipa el mal.
9
¿Quién puede decir: "He limpiado mi corazón, estoy limpio de pecado"?
10
Peso falso y falsa medida son abominables a Yavé.
11
Aun el niño da a conocer por sus acciones si su obra será luego recta y justa.
12
El oído que oye y el ojo que ve son ambos obra de Yavé.
13
No ames el sueño, por que no te empobrezcas; abre el ojo y tendrás pan en abundancia.
14
“Malo, malo,” dice el que compra; mas en apartándose, se alaba.
15
Hay oro, hay piedras preciosas; los labios del sabio son vaso precioso.
 
 
Buenas y malas adquisiciones.
 
16
Quítale la ropa al que salió fiador por un extraño, retén la prenda del que a extraños fió.
17
Es sabroso al hombre el pan mal adquirido, pero después se halla la boca llena de cascajo.
18
Asegura tus designios con el consejo y haz la guerra con mucha reflexión.
19
El chismoso no guarda los secretos; no te entremetas con el suelto de lengua.
20
El que maldice a su padre o a su madre verá extinguirse su lámpara en oscuridad tenebrosa.
21
Lo pronto y aprisa adquirido no será después bendecido.
22
No digas: “Devolveré mal por mal”; confía en Yavé, que El te salvará.
23
Peso falso es abominable a Yavé, y falsa balanza no está bien.
24
De Yavé son los pasos del hombre. ¿Qué puede saber el hombre de su camino?
25
Lazo es al hombre decir luego: “Consagrado,” para andar después pesquisando sobre el voto.
 
 
Rey y gobierno
 
26
El rey sabio disipa a los impíos y hace tornar sobre ellos la maldad.
27
Candela de Yavé es el espíritu del hombre que escudriña los escondrijos de las entrañas.
28
Bondad y fidelidad guardan al rey, y la clemencia sostiene los tronos.
29
La fortaleza es la gloria de los jóvenes; el ornamento de los ancianos, la canicie.
30
Las señales del azote son medicina contra el mal, y sus llagas llegan a lo más íntimo del corazón.
   
Capítulo 21
1
Arroyo de agua es el corazón del rey en mano de Yavé, que El dirige a donde le place.
2
Al hombre siempre le parecen buenos sus caminos, pero es Yavé quien pesa los corazones.
3
Haz justicia y juicio, que eso es más grato a Yavé que el sacrificio.
4
Ojos altivos, corazón soberbio, luz de los impíos, son pecado.
5
Los designios del diligente prosperan, más para el precipitado todo son pérdidas.
 
 
Malicia inútil
 
6
Allegar tesoros con lengua mentirosa es una desatentada vanidad y lazo mortal.
7
La rapiña del impío será su destrucción por no haber querido hacer justicia.
8
El camino del perverso es tortuoso y desviado, pero el del inocente es recto.
9
Mejor es vivir en un rincón del desván que tener casa común con mujer quisquillosa.
10
El alma del impío desea hacer el mal, y a sus ojos no encuentra gracia su prójimo.
11
Por el castigo del petulante aprende el inexperto; el sabio de la corrección saca ciencia.
12
El justo considera la caída del impío y precipita a los impíos en la desventura.
 
 
Caridad y justicia
 
13
El que cierra sus oídos al clamor del pobre, tampoco cuando él clame hallará respuesta.
14
El presente en secreto aplaca el furor, y el don en el seno la fuerte ira.
15
Alegra al justo que se haga justicia, pero al malhechor le aterra.
16
El que se aparta del camino de la sabiduría vendrá a parar en la compañía de los muertos.
17
Vendrá a parar en la miseria el que ama los deleites, y el que ama el vino y los perfumes no se enriquecerá.
18
El rescate del justo es el impío; el de los rectos, el prevaricador.
19
Mejor es vivir en un desierto que con mujer rencillosa e iracunda.
20
Codiciable y pingüe tesoro hay en la casa del sabio, pero el necio lo disipa.
21
El que va tras la justicia y la piedad hallará vida, justicia y honor.
22
El sabio escala la ciuidad de los héroes y abate el bastión en el que confiaban.
23
El que guarda su boca y su lengua se preserva de la angustia.
24
El soberbio y presuntuoso se llama petulante y obra con arrogante insolencia.
25
Los deseos matan al haragán, porque sus manos no quieren trabajar.
26
Hay quien está siempre codiciando, pero el justo da con largueza.
27
Abominable es el sacrificio del impío, sobre todo si lo ofrece con mala intención.
28
El testigo falso perecerá; mas el hombre que escucha hablará siempre.
29
El impío hace cara dura, pero el recto conoce su camino.
 
 
El poder de Dios
 
30
No hay sabiduría, no hay cordura, no hay consejo contra Yavé.
31
Apréstase el caballo para el día del combate, pero la victoria es de Yavé.
   
Capítulo 22
1
Más que las riquezas vale el buen nombre; más que la plata y el oro, la buena gracia.
2
El rico y el pobre se encuentran, pero al uno y al otro los hizo Yavé.
3
El cuerdo ve el peligro y se esconde, pero el necio sigue adelante y la paga.
4
Riquezas, honra y vida son premio de la humildad y del temor de Yavé.
5
Espinas y lazos hay en el camino del impío; el que guarda su alma se aleja de él.
6
Instruye al niño en su camino, que aun de viejo no se apartará de él.
7
El rico señorea sobre el pobre, y el que toma prestado es siervo del que le presta.
8
El que siembra iniquidad cosecha desventura, y la vara de su ira lo consumirá.
9
El de mirada bondadosa es bendecido, porque da al pobre de su pan.
10
Arroja al petulante, y se acabará la contienda, y cesará el pleito y la afrenta.
11
Ama Yavé a los de puro corazón, y agrada al rey la gracia en el decir.
12
Los ojos de Yavé protegen la ciencia y trastornan los planes del pérfido.
13
Dice el perezoso: “Fuera hay un león; voy a ser despedazado en medio de la plaza.”
14
Sima profunda es la boca de la extraña; aquel que es odioso a Yavé cae en ella.
15
La necedad se esconde en el corazón del niño, la vara de la corrección le hace salir de él.
16
Oprimir al pobre es para provecho suyo, dar al rico es tirarlo.
   

 

TERCERA PARTE

SENTENCIAS DE LOS SABIOS

 

C.R.Y&S