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PROVERBIOS
TERCERA
PARTE
SENTENCIAS
DE LOS SABIOS
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17 |
Inclina
tu oído y escucha las palabras del sabio, y aplica tu corazón
para entenderlas, |
18 |
pues
te será agradable conservarla en tu interior y tenerlas aseguradas
en tus labios. |
19 |
Para
que pongas en Yavé tu confianza, te señalo hoy tus caminos. |
20 |
¿No
te he escrito treinta ya treinta sentencias para darte consejo
y enseñanza? |
21 |
¿Palabras
sinceras para enseñarte verdad, para que sepas responder a quien
te pregunte? |
22 |
No
robes al pobre porque es pobre, ni quebrantes en las puertas
al desvalido. |
23 |
Porque
Yavé defenderá su causa y despojará a los que le despojan. |
24 |
No
te acompañes del iracundo ni te vayas con el colérico, |
25 |
para
que no aprendas sus manejos y no pongas lazos a tu vida. |
26 |
No
seas de los que dan la mano y salen fiadores de un deudor; |
27 |
de
otro modo, si no tienes con qué pagar, te quitarán de debajo
de ti la cama. |
28 |
No
traslades los linderos antiguos que pusieron tus padres. |
29 |
¿Has
visto a uno solícito en sus cosas? Pues ante los reyes estará,
no quedará entre gente oscura.
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Capítulo
23 |
A
la mesa |
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1 |
Cuando
te sientes a la mesa de un señor, mira bien a quién tienes delante. |
2 |
Y
pon un cuchillo a tu garganta si sientes mucho apetito. |
3 |
No
codicies sus manjares delicados, porque es pan engañoso. |
4 |
No
te empeñes en hacerte rico, pon coto a tu ambición. |
5 |
Pones
en ello tus ojos y desaparece luego, porque luego se hace alas
y, como águila remonta el vuelo hacia el cielo. |
6 |
No
comas con el envidioso ni codicies sus manjares. |
7 |
Porque
será como un torbellino en su alma. “Come y bebe,” te dirá;
pero su corazón no está contigo. |
8 |
Y
vomitarás el bocado que comiste y habrás perdido tus blandas
palabras. |
9 |
No
hables a oídos del necio, que despreciará tus sensatas razones. |
10 |
No
traslades los antiguos linderos ni te metas en la heredad de
los huérfanos, |
11 |
porque su defensor es fuerte, que sentenciará por ellos contra
ti. |
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Docilidad |
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12 |
Aplica
tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras de los
sabios. |
13 |
No
ahorres a tu hijo la corrección, que porque le castigues con
la vara no morirá. |
14 |
Hiriéndole
con la vara librarás su alma del sepulcro. |
15 |
Hijo
mío, si eres sabio, se alegrará mi corazón. |
16 |
Y
se alegrarán mis entrañas si tus labios hablan cosas rectas. |
17 |
No
envidies a los pecadores, antes persevera siempre en el temor
de Yavé; |
18 |
porque
ciertamente tendrás un porvenir; no verás defraudada tu esperanza. |
19 |
Óyeme,
hijo mío, y sé sabio, y endereza tu corazón por buen camino. |
20 |
No
te vayas con los bebedores de vino ni con los comedores de carne. |
21 |
Porque
el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir
andrajos. |
22 |
Escucha
a tu padre, al que te engendró, y cuando envejeciere tu madre
no la desprecies. |
23 |
Compra
verdad y no la vendas, sabiduría, enseñanza e inteligencia. |
24 |
Mucho
se alegrará el padre del justo y el que engendró a un sabio
se gozará en él. |
25 |
Alégrense,
pues, tu padre y tu madre y gócese la que te engendró. |
26 |
Dame,
hijo mío, tu corazón y pon tus ojos en mis caminos. |
27 |
Sima
profunda es la ramera, y pozo estrecho la extraña. |
28 |
También
ella, como el ladrón, está al acecho y multiplica entre los
hombres los prevaricadores. |
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El
borracho |
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29 |
¿A
quién los ayes, a quién los lamentos, a quién las contiendas,
a quién las quejas, a quién las heridas sin causa, a quién los
negrales en los ojos? |
30 |
A
quien se para mucho ante el vino, a los que se van en busca
de la mixtura. |
31 |
No
mires mucho al vino cuando rojea y cuando espuma en el vaso; |
32 |
entra
suavemente, pero al fin muerde como sierpe y pica como áspid. |
33 |
Y
tus ojos verán cosas extrañas y hablarás sin concierto; |
34 |
Te
parecerá estar acostado en medio del mar y estar durmiendo en
la punta de un mástil. |
35 |
“Me han pegado, y no me ha dolido; me han tundido, y no lo he
sentido; cuando me despierte, volveré a buscarlo.”
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Capítulo
24 |
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1 |
No
tengas envidia del malvado ni desees estar con ellos, |
2 |
porque
su corazón maquina la ruina y sus labios no hablan más que para
dañar. |
3 |
Con
la sabiduría se edifica la casa y con la prudencia se afirma. |
4 |
Con
la ciencia se llenan las cámaras de todo lo más preciado y deleitoso. |
5 |
Hace
más el sabio que el valiente, el hombre de ciencia más que el
fuerte; |
6 |
porque
con estratagemas se hace la guerra, y la victoria está en la
muchedumbre de los consejeros. |
7 |
Demasiado
sublime es para el necio la sabiduría; no abrirá su boca en
las puertas. |
8 |
El
que maquina el mal será llamado hombre de malos pensamientos. |
9 |
El
pensamiento del necio es el pecado, y es abominable a los hombres
el petulante. |
10 |
Si eres flojo en el tiempo bueno, ¿qué fuerza tendrás en el
día de la desventura? |
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Deberes
para con el prójimo |
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11 |
Libra
al que es llevado a la muerte; al que está en peligro de muerte,
reténlo. |
12 |
Que
si luego dijeres: “No lo sabía,” ¿no lo sabrá el que pesa los
corazones? Bien lo sabe el que vela por tu vida y dará a cada
uno según sus obras. |
13 |
Come
miel, hijo mío, que es buena, y el panal es muy dulce al paladar. |
14 |
Así
es, sábelo, la sabiduría para tu alma; si la encuentras, tendrás
buen porvenir, y tu esperanza no quedará incumplida. |
15 |
No
aceches, ¡oh impío!, la morada del justo, no saquees su casa. |
16 |
Porque
el justo, siete veces cae y se levanta; pero el impío sucumbirá
en la desventura. |
17 |
No
te goces en la caída de tu enemigo, no se alegre tu corazón
al verle resbalar. |
18 |
No
lo vea Dios y le desagrade y aparte de sobre él su ira. |
19 |
No
te encolerices con los perversos, no tengas envidia del impío. |
20 |
Porque
el impío no tendrá buen fin, y la lámpara del malvado será apagada. |
21 |
Teme,
hijo mío, a Yavé y al rey, y no te mezcles con los rebeldes; |
22 |
porque de improviso viene sobre ellos la perdición, y la calamidad
de entrambos, ¿quién la conoce? |
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Nuevos
proverbios de los sabios |
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23 |
También
éstas son sentencias de los sabios. No está bien tener acepción
de personas en el juicio. |
24 |
Al
que dice al culpable: “Tú tienes la razón,” le detesta el pueblo
y le maldicen las gentes; |
25 |
pero
al que rectamente juzga todo le va bien y sobre él desciende
fausta bendición. |
26 |
Da
un beso en los labios quien da una buena respuesta. |
27 |
Dispón
tu obra de fuera y prepáratela en el campo; luego la edificarás
tu casa. |
28 |
No
testifiques de ligero contra el prójimo; ¿quieres acaso engañar
con tus labios? |
29 |
No
digas: “Como me ha tratado a mí, le trataré yo a él, y le devolveré
a cada uno según sus obras.” |
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El
perezoso |
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30 |
Pasé
junto al campo del perezoso y junto a la viña del insensato. |
31 |
Y
todo eran cardos y ortigas que habían cubierto su haz; y su
albarrada estaba destruida. |
32 |
A
su vista me puse a reflexionar; aquello fue para mí una lección. |
33 |
Un
poco dormir, un poco adormilarse, un poco cruzar las manos descansando. |
34 |
Y
sobreviene como vagabundo la miseria, y como hombre armado tu
indigencia.
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CUARTA
PARTE
PARÁBOLAS DE SALOMÓN RECOGIDAS POR LOS SABIOS DE EZEQUÍAS
C.R.Y&S |
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