|
QUINTA
PARTE |
VATICINIOS
SOBRE LAS NACIONES
|
Capítulo 46 |
|
Contra
Egipto |
|
|
1 |
Palabra
de Yavé a Jeremías contra las gentes. |
2 |
Acerca
de Egipto: Contra el ejército del faraón Necao, rey
de Egipto, que estaba en Carquemis, junto al río Eufrates,
al que derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cuarto
año de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá. |
3 |
Preparad
escudo y broquel, avanzad hacia el combate, aparejad los caballos. |
4 |
A montar,
caballeros; formad, el casco en la cabeza; bruñid las lanzas,
ceñid la loriga. |
5 |
¿Qué
veo? Están consternados, vuelven la espalda. Batidos los
más valientes, han huido por completo, sin volverse. Terror
por doquier, oráculo de Yavé. |
6 |
No
escapará el más veloz, no escapará el más
aguerrido. Al norte, a orillas del Eufrates, resbalaron y cayeron. |
7 |
¿Quién
es ese que sube como el Nilo, cuyas aguas rugen como torrentes? |
8 |
Es
Egipto, que sube como el Nilo, cuyas aguas rugen como torrentes,
que dice: Subiré e inundaré la tierra, devastaré
las ciudades con sus moradores. |
9 |
¡Adelante
la caballería, avancen furiosos los carros, salgan los héroes!
¡Etíopes y libios, el escudo al brazo; lidios, los
que tensan el arco! |
10 |
Ese
día es el día del Señor, Yavé de los
ejércitos, día de venganza contra sus enemigos. La
espada devorará, se hartará, se embriagará
de su sangre. Día de sacrificio al Señor, Yavé
de los ejércitos, en tierras del norte, junto al río
Eufrates, |
11 |
¡Sube
a Galaad en busca de bálsamo, virgen hija de Egipto! En vano
multiplicarás los remedios, no hay cura para ti. |
12 |
Oyeron
las gentes tu ignominia, y tus alaridos llenaron la tierra. Tropezó
el héroe con el héroe, y ambos juntamente cayeron. |
13 |
Palabra
que dijo Yavé a Jeremías, profeta, sobre la venida
de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para batir al país de
Egipto: |
14 |
Anunciadlo
en Egipto, pregonadlo en Migdol, proclamadlo en Menfis y en Tafnis,
decid: ¡Arriba! ¡Preparaos!, porque la espada va a devorar
en tu alrededor. |
15 |
¿Cómo
ha huido Apis, tu toro? No ha aguantado, porque Yavé lo derribó. |
16 |
Muchos
han tropezado y aun han caído; dícense unos a otros:
¡Arriba!, volvámonos a nuestros pueblos, a la tierra
en que nacimos, ante la espada destructora. |
17 |
Llamad
al faraón, rey de Egipto, “Ruido a destiempo”.
Vivo yo, dice el rey; |
18 |
Yavé
de los ejércitos es su nombre. Como el Tabor entre los montes
y el Carmelo junto al mar vendrá. |
19 |
Lía
el hato del cautiverio, moradora hija de Egipto, pues Menfis se
convertirá en un desierto, devastada, sin habitantes. |
20 |
Es
Egipto una herniosa novilla; del norte ha venido el tábano
a picarla, |
21 |
Sus
mercenarios en medio de ella, eran como novillos cebados, pero también
ellos volvieron la espalda, huyeron todos y no resistieron cuando
les llegó el día de su infortunio, el día de
su cuenta. |
22 |
Su
voz es como (silbido de) serpiente que anda, pues vienen con gran
poderío, llegan a ella con hachas, como leñadores
de la selva. |
23 |
Talan
su bosque, oráculo de Yavé, porque es impenetrable,
pues son más numerosos que la langosta; nadie puede contarlos. |
24 |
Ha
sido confundida la hija de Egipto, entregada en manos del pueblo
del norte. |
25 |
Dice
Yavé de los ejércitos, Dios de Israel: Yo voy a castigar
a Amón de Tebas y al faraón y a los que en él
confían. |
26 |
Y los
entregaré en manos de los que buscan su vida, en manos de
Nabucodonosor, rey de Babel, y en manos de sus subditos, y después
de esto (Egipto) volverá a ser habitado como antes, palabra
de Yavé. |
27 |
Pero
tú, siervo mío, Jacob, no temas; no desmayes, Israel.
He aquí que yo te salvaré de tierra lejana, y libraré
a tu descendencia del país del destierro, y volverá
Jacob y descansará seguro y sin temor. |
28 |
No
temas, no, siervo mío, Jacob, palabra de Yavé, que
yo estoy contigo y destruiré a todas las naciones en que
te he dispersado, pero a ti no te exterminaré, sino que te
castigaré conforme a juicio y no te dejaré impune. |
|
|
Capítulo 47 |
|
Contra
los Filisteos |
|
|
1 |
Palabra
que dirigió Yavé a Jeremías sobre los filisteos
antes que el faraón tomara Gaza. |
2 |
Así
dice Yavé: He aquí que las aguas suben del norte,
son como torrente desbordado, inundan la tierra en toda su amplitud,
la ciudad y sus moradores. Lanzan gritos los hombres, y se lamentan
todos los habitantes de la tierra |
3 |
al
estrépito de los cascos de sus caballos, al estruendo de
los carros, al retumbar de sus ruedas. Los padres no cuidan de sus
hijos, se les debilitan los brazos. |
4 |
Es
que llega el día, el día de la ruina de los filisteos,
de arrancar a Tiro y a Sidón cuantos auxiliares le quedan.
Es Yavé, que va a destruir a los filisteos, a los restos
de la isla de Caftor; |
5 |
Gaza
ha sido rasurada, Ascalón ha enmudecido; resto de los Anaqim,
¿hasta cuándo te harás incisiones? |
6 |
¡Ay
espada de Yavé!, ¿hasta cuándo no tendrás
reposo? ¡Vuelve a tu vaina, descansa y reposa! |
7 |
¿Cómo
va a cesar, si es Yavé quien la manda? Contra Ascalón
y la costa del mar ha sido dirigida. |
|
|
Capítulo 48 |
|
Contra
Moab |
|
|
1 |
Sobre
Moab. Así habla Yavé de los ejércitos, Dios
de Israel: ¡Ay de Nebo! Está devastada. Confundida
y conquistada está Quiriatayim, confundida y derruida la
ciudadela. |
2 |
¡No
existe ya la gloria de Moab! ¡En Hesebón se trama su
mal! “¡Ea! ¡Borrémosla de entre los pueblos!”
¡También tú, Madmen, sucumbirás! ¡Tras
ti caminará la espada! |
3 |
Gritos
se oyen de Joronáyim, devastación, ruina inmensa. |
4 |
Moab
está quebrantada, los alaridos se oyen hasta Segor. |
5 |
Por
la subida de Lujit se sube con llanto, por la bajada de Joronáyim
se oyen gritos de angustia. |
6 |
Huid,
salvaos, sed como el onagro en el desierto. |
7 |
Por
haber puesto tu confianza en tus obras y tus tesoros, también
tú serás tomada. Saldrá Camos para el destierro,
y con él sus sacerdotes y sus magnates. |
8 |
Entrará
el devastador en todas las ciudades, ninguna se salvará.
El valle será arrasado; el llano, devastado. ¡Yavé
lo ha dicho! |
9 |
Dad
alas a Moab para que emprenda el vuelo. Sus ciudades se convertirán
en desierto, sin que haya quien las habite. |
10 |
¡Maldito
el que ejecute negligentemente la obra de Yavé, y maldito
quien retraiga la espada de la sangre! |
11 |
Tranquilo
estuvo Moab desde su adolescencia, reposado sobre sus heces; no
había sido trasegado de tinaja en tinaja, llevado al destierro.
Por eso conservó su gusto y no se disipó su aroma. |
12 |
Por
eso ahora vienen días, dice Yavé, en que yo le mandaré
trasegadores que le trasegarán, que vaciarán sus tinajas
y las romperán. |
13 |
Y se
avergonzará Moab de Camos como la casa de Israel se avergonzó
de Betel, su confianza. |
14 |
¿Cómo
decíais: Somos valientes, hombres fuertes para la lucha? |
15 |
El
devastador de Moab sube contra tus ciudades, la flor de su juventud
baja para la matanza. Oráculo del Rey, Yavé de los
ejércitos es su nombre. |
16 |
Ya
se acerca la ruina de Moab, y su mal corre velozmente. |
17 |
Lloradle
todos sus vecinos; todos los que por la fama le conocéis,
decid: ¿Cómo ha sido roto el cetro poderoso, el báculo
glorioso? |
18 |
Desciende
de tu magnificencia y siéntate en el cieno, moradora hija
de Dibón, que ya sube contra ti el devastador de Moab, que
arrasará tus fortalezas. |
19 |
¡Sal
al camino y atalaya, habitante de Aroer!; pregunta a los huidos,
a los que se han salvado; diles: “¿Qué pasó?” |
20 |
Avergonzado
está Moab, ha sido derrotado. Clamad, gritad. Anunciadlo
en el Arnón: ¡Moab está devastado! |
21 |
Ha
venido el juicio sobre el país de la meseta, sobre Jolón,
sobre Yahasa, y sobre Mefaat, |
22 |
y sobre
Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-Diblataim, |
23 |
sobre
Quiriat-Yearim, sobre Bat-Gamul, sobre Bet-Mehón, |
24 |
sobre
Queriot y sobre Bosra, y sobre todas las ciudades de la tierra de
Moab, cercanas y lejanas. |
25 |
El
cuerno de Moab ha sido abatido, roto ha sido su brazo, oráculo
de Yavé. |
26 |
Emborrachadle,
pues se alzó contra Yavé. Y Moab se revolcará
en su vómito, convirtiéndose en objeto de burla. |
27 |
¿No
te burlabas de Israel? ¿Ha sido acaso sorprendido entre ladrones
para que al hablar de él muevas la cabeza ? |
28 |
Abandonad
las ciudades y habitad en las rocas, habitantes de Moab, y sed como
la paloma que anida al borde de los precipicios. |
29 |
Hemos
oído de la soberbia de Moab, jactanciosa sobremanera; de
su orgullo, su altanería, su arrogancia, de la altivez de
su corazón. |
30 |
Yo
conozco su jactancia — oráculo de Yavé —,
sus vanas bravatas, sus fútiles obras. |
31 |
Por
eso me lamento por Moab, y clamo por Moab todo, y gimo por las gentes
de Quir-Jeres; |
32 |
más
que por Yaser, lloro por ti, viña de Sibma. Tus sarmientos
atravesaron el mar y se extendían hasta Yaser. Sobre tu cosecha
y tu vendimia ha caído el devastador. |
33 |
Huyeron
el regocijo y la alegría de los vergeles y campiña
de Moab. Yo he vaciado el vino de tus tinajas; no pisará
ya más el lagarero. La canción ya no es canción. |
34 |
Los
alaridos de Hesebón llegan hasta Elalé, hasta Yahsa
lanzan su voz, desde Soar hasta Joronáyim, hasta Eglat-Selisiya,
pues también las aguas de Nimrim se convierten en desolación. |
35 |
Yo
haré desaparecer de Moab — oráculo de Yavé
— al que sube al lugar alto a ofrecer incienso a sus dioses. |
36 |
Por
eso mi corazón suspira como una flauta por Moab, por las
gentes de Quir-Jeres, por la pérdida de cuantos bienes habían
adquirido. |
37 |
Toda
cabeza ha sido rapada, toda barba rasurada; sobre todas las manos
hay incisiones, y sobre los lomos sacos. |
38 |
Sobre
todos los terrados de Moab y en sus plazas no hay más que
llantos, porque he roto a Moab como se rompe un cacharro enojoso,
oráculo de Yavé. |
39 |
¡Cómo
ha sido quebrantado! ¡Lamentaos! ¡Cómo volvió
Moab las espaldas vergonzosamente! Se convertirá en objeto
de burla y de espanto para cuantos le rodean. |
40 |
Pues
así habla Yavé: He aquí que viene volando como
el águila y extiende sobre Moab sus alas. |
41 |
Las
ciudades han sido tornadas, asaltadas sus fortalezas, y entonces
el corazón de los guerreros de Moab será aquel día
como el corazón de mujer en parto. |
42 |
Y dejará
Moab de ser una nación por haberse alzado contra Yavé. |
43 |
Terror,
hoya y red contra ti, moradora de Moab, oráculo de Yavé. |
44 |
El
que escape al terror, caerá en la hoya; el que se libre de
la hoya, será cogido en la red. Yo haré venir todo
esto contra Moab el año de su castigo, oráculo de
Yavé. |
45 |
Se
detienen a la sombra de Jesebón, extenuados por la fuga;
pues fuego sale de Jesebón, y llamas de en medio de Sijón,
y devora las sienes de Moab, la coronilla de los tumultuosos. |
46 |
¡Ay
de ti, Moab! Perdido estás, pueblo de Camos. Tus hijos han
sido tomados cautivos, y tus hijas en cautiverio. |
47 |
Pero
al fin de los días yo haré volver a los cautivos de
Moab, oráculo de Yavé. Hasta aquí el juicio
de Moab. |
|
|
Capítulo 49 |
|
Contra
Ammón |
|
|
1 |
Sobre
los hijos de Ammón. Así habla Yavé: ¿Por
ventura no tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por
qué, pues, Milcom ha heredado a Gad, y su pueblo ocupa sus
ciudades? |
2 |
Por
eso he aquí que vienen días — oráculo
de Yavé — en que yo haré oír contra Rabat,
de los hijos de Ammón, el grito de guerra: quedará
convertido en montón de ruinas, y sus hijas serán
quemadas. Y heredará Israel a sus herederos — oráculo
de Yavé. |
3 |
¡Grita
Jesebón Ha sido devastada Hai. Gritad, hijas de Rabat; ceñíos
cilicios y llorad, porque Milcom será llevado cautivo juntamente
con sus sacerdotes y magnates. |
4 |
¿Por
qué te glorías de los valles, de tu valle fértil,
oh hija rebelde? Confiada en tus tesoros (decías): ¿Quién
vendrá contra mí? |
5 |
He
aquí que yo traeré sobre ti el terror, oráculo
del Señor, Yavé de los ejércitos, y os dispersaréis
cada uno de su lado, y no habrá quien reúna a los
huidos. |
6 |
Y
después de esto yo haré volver la cautividad de los
hijos de Ammón, oráculo de Yavé. |
|
|
|
Contra
Edom |
|
|
7 |
Así
dice Yavé de los ejércitos: ¿No hay sabiduría
en Temán? ¿Ha desaparecido el consejo de los inteligentes?
¿Se ha desvanecido su sabiduría? |
8 |
Huid,
volved las espaldas, buscad refugios profundos, habitantes de Dedán,
porque voy a traer la ruina de Esaú, el tiempo de su castigo. |
9 |
Cuando
vengan sobre ti los viñadores, no dejarán rebusco.
Cuando de noche te asalten los ladrones, saquearán a su gusto. |
10 |
Soy
yo quien despoja a Esaú, yo descubriré sus escondites,
no podrá ocultarse. Su descendencia será destruida;
sus hermanos y sus vecinos dejarán de ser. |
11 |
¡Deja
a tus huérfanos, que yo los criaré; que cuenten conmigo
tus viudas! |
12 |
Porque
así dice Yavé: He aquí que los que no hubieran
debido beber el cáliz, han tenido que beberlo, y ¿vas
a quedar tú impune? No quedarás, no, lo beberás. |
13 |
Porque
he jurado por mí mismo, oráculo de Yavé, que
desolación, objeto de oprobio y de maldición será
Bosra, y sus ciudades ruinas por siempre. |
14 |
He
recibido de Yahvé una noticia, ha sido enviado un heraldo
por los pueblos: Reunios y marchad contra él, alzaos para
la guerra. |
15 |
Porque
he aquí que te he hecho pequeño entre los pueblos,
desprecio de los hombres. |
16 |
Te
ha engañado la altanería de tu corazón, tú
que habitas en los huecos de las rocas y escalas las crestas de
los montes. Aunque pongas tan alto como el águila tu nido,
de allí te haré bajar — oráculo de Yavé
—. |
17 |
Edom
vendrá a ser objeto de horror; el viandante se quedará
estupefacto, y contemplará sus ruinas silbando burlonamente. |
18 |
Destruido
como Sodoma y Gomorra, con sus ciudades vecinas, dice Yavé.
No habrá quien la habite, ni hijo de hombre que en ella more. |
19 |
He
aquí que como un león subirá desde los boscajes
del Jordán a los pastos siempre verdes. En un momento los
arrojaré de ellos y estableceré sobre ella a quien
me plazca; pues ¿quién como yo? ¿Quién
me pedirá cuentas? ¿Quién es pastor que me
hará frente? |
20 |
Oíd,
pues, los designios de Yavé contra Edom, los planes que traza
contra Temán: En verdad que serán conducidos por lo
más ruin del rebaño, y a su vista se espantarán
los pastizales. |
21 |
Temblará
la tierra al fragor de su ruina, y se oirán sus alaridos
en el mar Rojo. |
22 |
He
aquí que como águila subirá y volará,
y extenderá sus alas sobre Bosra, y el corazón de
los guerreros de Edom será entonces como el corazón
de mujer en parto. |
|
|
|
Contra
Damasco |
|
|
23 |
Sobre
Damasco. Jamat y Arpad están cubiertas de vergüenza,
les ha llegado una mala nueva, se conturbaron y se agitan como el
mar, y no hallan descanso. |
24 |
Damasco,
acobardado, se dispone a la fuga, es presa del terror, siente angustias
y terrores como de parturienta. |
25 |
¡Ha
sido abandonada la ciudad gloriosa, la ciudad de la alegría! |
26 |
Por
eso caerá en sus plazas su juventud, y todos sus hombres
de guerra perecerán en aquel día, oráculo de
Yavé de los ejércitos. |
27 |
Yo
pegaré fuego a los muros de Damasco y consumirá los
palacios de Ben-Hadad. |
|
|
|
Contra
los árabes |
|
|
28 |
Contra
Cedar y los reinos de Jasor, que batió Nabucodosor, rey de
Babilonia. Así dice Yavé: Levantaos, subid contra
Cedar y devastad a los hijos de Oriente. |
29 |
Apodérense
de sus tiendas y de sus ganados, de sus pabellones y de todos sus
utensilios, apropíense de sus camellos, gritando: “¡Terror
por doquier!” |
30 |
Huid,
escapad a toda prisa, buscad profundos refugios, habitantes de Jasor,
oráculo de Yavé. Porque Nabucodonosor, rey de Babilonia,
ha trazado contra vosotros sus designios y está maquinando
contra vosotros un plan. |
31 |
Alzaos,
marchad contra una gente tranquila, que mora confiada — oráculo
de Yavé—, que no tiene puertas ni cerrojosy habita
aislada. |
32 |
Serán
vuestro botín sus camellos, y vuestra presa la multitud de
sus ganados. Yo dispersaré a todos los vientos a esas sienes
rapadas, y de todos los confines haré venir la ruina —
oráculo de Yavé—. |
33 |
Y se
convertirá Jasor en guarida de chacales, por siempre desierta.
No morará en ella nadie ni la habitará hijo de hombre. |
|
|
|
Contra
Elam |
|
|
34 |
Palabra
de Yavé a Jeremías, profeta, acerca de Elam, que le
fue dirigida al co-mienzo del reinado de Sedecías, rey de
Judá. |
35 |
Así
dice Yavé de los ejércitos: He aquí que yo
romperé el arco de Elam, el fundamento de su fuerza. |
36 |
Yo
desencadenaré contra Elam los cuatro vientos, de los cuatro
confines del cielo. A todos estos vientos los dispersaré,
y no habrá nación adonde no lleguen los fugitivos
de Elam. |
37 |
Yo
haré temblar a Elam ante sus enemigos, ante los que buscan
su vida. Yo haré venir sobre ellos el mal, el furor de mi
cólera — oráculo de Yavé—. Yo mandaré
en su persecución la espada, hasta destruirlos. |
38 |
Yo
pondré mi trono sobre Elam y haré perecer al rey y
a sus grandes, oráculo de Yavé. |
39 |
Pero
al fin de los días haré volver a los cautivos de Elam,
oráculo de Yavé. |
|
|
Capítulo 50 |
|
Contra
Babel |
|
|
1 |
Palabras
que dirigió Yavé a Jeremías, profeta, acerca
de Babilonia y de la tierra de los caldeos: |
2 |
Anunciadlo
a las gentes, pregonadlo, alzad bandera, publicadlo, no lo calléis,
decid: “Babilonia ha sido tornada, avergonzado Bel, vencido
está Marduk, confundidos sus ídolos, abatidos sus
dioses”. |
3 |
Pues
del septentrión avanza contra ella un pueblo que hará
de su tierra soledad, en que no habitará nadie; hombres y
ganados huyeron, desaparecieron. |
4 |
Entonces,
en aquellos días, vendrán los hijos de Israel, y con
ellos los hijos de Judá. Seguirán su camino llorando
y buscarán a Yavé, su Dios. |
5 |
Preguntarán
por el camino de Sión, vuelto hacia ella su rostro: “¡Venid
y liguémonos con Yavé con pacto eterno, que no se
olvide jamás!” |
6 |
Rebaño
descarriado ha venido a ser mi pueblo. Sus pastores le extraviaron
y le hicieron vagar por los montes. Anduvieron de monte en collado,
se olvidaron del aprisco. |
7 |
Cuantos
los hallaron los devoraban, y se decían sus enemigos: No
hay delito en ello, porque han pecado contra Yavé, sede de
la justicia y esperanza de sus padres, Yavé. |
8 |
Huid
de en medio de Babilonia, de la tierra de los caldeos salid. Sed
como machos cabríos a la cabeza del ganado, |
9 |
porque
he aquí que voy a suscitar y lanzar contra Babel un conglomerado
de grandes naciones procedentes del norte, que se aprestarán
contra ella, y desde allí será conquistada. Sus saetas,
como de guerreros adiestrados, no volverán de vacío. |
10 |
Y será
dada Caldea al pillaje, y se hartarán todos sus despojadores,
oráculo de Yavé. |
11 |
Aunque
os alegréis y os regocijéis, despojadores de mi heredad;
aunque saltéis como novilla sobre la hierba y relinchéis
como sementales, |
12 |
grande
será la confusión de vuestra madre, la vergüenza
de la que os engendró. Será la última de las
naciones, desierto, aridez y estepa. |
13 |
La
ira de Yavé la dejará deshabitada, la convertirá
en soledad; cuantos pasen por Babel se espantarán, y silbarán
por todas las magullaciones. |
14 |
Aprestaos
contra Babel en sus contornos cuantos tendéis el arco. Combatidla,
no escatiméis las saetas, porque pecó contra Yavé. |
15 |
Lanzad
gritos contra ella alrededor; entrega su mano, caen sus pilares,
han sido arrasados sus muros. Es la venganza de Yavé. Véngaos
de ella, haced con ella como ella hizo. |
16 |
Exterminad
de Babel al sembrador, al que empuña la hoz en tiempo de
siega: Ante la espada devastadora, cada uno se volverá a
su pueblo, cada uno huirá a su tierra. |
17 |
Israel
es una oveja dispersa; leones la dispersaron. Primero la devoró
el rey de Asiria; luego Nabucodonosor, rey de Babilonia, le quebró
los huesos. |
18 |
Por
eso así dice Yavé de los ejércitos, Dios de
Israel: He aquí que castigaré al rey de Babel y a
su tierra, como castigué al rey de Asiria. |
19 |
Y haré
volver a Israel a sus pastizales, y se apacentará en el Carmelo
y en Basán, se saciará en el monte de Efraím
y de Galaad. |
20 |
Entonces,
en aquellos días — oráculo de Yavé —
se buscará la iniquidad de Israel, y no se hallará;
los pecados de Judá, y no se encontrarán, porque yo
seré propicio a los que queden. |
21 |
Sube
contra la tierra de Meratáyim y contra los habitantes de
Pecod. ¡Mata a espada y extermínalos, oráculo
de Yavé, y haz cuanto yo te he mandado! |
22 |
Estruendo
de guerra en la tierra, inmensa ruina. |
23 |
¡Cómo
ha sido roto en pedazos el martillo de toda la tierra! ¡Cómo
ha venido a ser Babel horror entre las gentes! |
24 |
Soy
yo quien te ha tendido la red, y has quedado presa, ¡oh Babel!,
sin que te dieses cuenta. Estás tomada, has sido apresada,
porque provocaste a Yavé. |
25 |
Yavé
abrió sus arsenales, ha sacado las armas de su cólera,
porque tenía un quehacer el Señor, Yavé de
los ejércitos, en la tierra de los caldeos. |
26 |
Venid
desde los últimos confines contra ella, abrid sus graneros,
haced de ella montones como de gavillas y destruid, que no quede
nada. |
27 |
Matad
todos sus toros, que vayan al matadero. ¡Ay de ellos!, les
llegó su día, el tiempo de su castigo. |
28 |
Rumor
de tumulto de los fugitivos, de los que escapan de la tierra de
Babel, anunciando en Sión la venganza de Yavé, nuestro
Dios; la venganza de su templo. |
29 |
Convocad
contra Babel a los arqueros, a cuantos entesan el arco; cercadla,
que no escape nadie; retribuidla según sus obras, haced con
ella como ella hizo, pues se irguió contra Yavé, contra
el Santo de Israel. |
30 |
Por
eso caerán sus jóvenes en sus plazas, y todos sus
hombres de guerra perecerán aquel día. |
31 |
Heme
aquí contra ti, insolente, oráculo del Señor,
Dios de los ejércitos. Ha llegado tu día, el día
de tu castigo. |
32 |
Vacila
la insolente, caerá, y nadie podrá levantarla. Yo
pegaré fuego a sus ciudades, que consumirá todos sus
alrededores. |
33 |
Así dice Yavé
de los ejércitos: Los hijos de Israel viven en la opresión,
y con ellos los hijos de Judá. Cuantos los hicieron esclavos,
los retienen, y rehúsan soltarlos.
|
34 |
Pero
su redentor es fuerte; su nombre es Yavé de los ejércitos.
El sabrá defender su causa, para dar reposo a la tierra y
confusión a los habitantes de Babilonia. |
35 |
¡Espada
contra los caldeos — oráculo de Yavé —
y contra los moradores de Babel, contra sus grandes y contra sus
sabios! |
36 |
¡Espada
contra sus mentirosos adivinos, que serán tenidos por necios!
¡Espada contra sus hombres de guerra, que se llenarán
de pavor! |
37 |
¡Espada
contra sus caballos, y contra sus carros, y contra todas sus tropas
auxiliares, que están en medio de ella, que se harán
como mujeres! ¡Espada contra sus tesoros, que serán
saqueados! |
38 |
¡Espada
contra sus aguas, que se secarán! Porque es tierra de ídolos
y se glorían por sus espantajos. |
39 |
Por
eso se convertirá en cubil de fieras y chacales, en morada
de avestruces. Y no será más habitada, ni poblada
por siglos. |
40 |
Como
destruyó Yavé a Sodoma, a Gomorra y a las ciudades
vecinas, no habitará hombre en ella, ni morará en
ella hijo de hombre. |
41 |
Ya
viene del norte un pueblo, una nación grande; muchos reyes
se alzan de los confines de la tierra. |
42 |
Empuñan
el arco y el venablo, son crueles y sin piedad. Su estrépito
es como el mugido del mar; montan caballos, vienen con todos los
pertrechos de guerra contra ti, hija de Babel. |
43 |
El
rey de Babel ha recibido la noticia, se le han caído los
brazos, es presa de la angustia y de dolores, como de mujer en parto. |
44 |
Vedlos,
se lanzan como leones que suben de los boscajes del Jordán
a los pastos siempre verdes. En un momento los hago partir y establezco
allí a quien me place. ¿Pues quién como yo?
¿Quién me pedirá cuentas? ¿Quién
es el pastor que podrá oponérseme? |
45 |
Oíd,
pues, los designios de Yavé contra Babel, sus planes contra
Caldea. Irán conducidos por lo más ruin del rebaño,
y a su vista los pastizales se asombrarán. |
46 |
Al
rumor de la conquista de Babel temblará la tierra; sus ecos
repercutirán en las naciones. |
|
|
Capítulo 51 |
|
|
1 |
Así
dice Yavé: He aquí que voy a suscitar contra Babel
y contra los habitantes de Leb-Qamay un espíritu exterminador, |
2 |
y mandaré
contra Babel bieldadores que la bielden, que harán evacuar
su tierra, y vendrán de todas partes contra ella el día
de su desventura. |
3 |
No
deje, pues, el arquero su arco de la mano ni se desciña la
malla. No perdonéis a su juventud, exterminad todo su ejército. |
4 |
Que
caigan muertos en la tierra de Caldea, traspasados en sus plazas. |
5 |
No
son ya Israel ni Judá viudas de su Dios, Yavé de los
ejércitos. Porque su tierra está llena de crímenes
ante el Santo de Israel. |
6 |
Huid
de Babel; salve cada uno su vida, no perezcáis por su iniquidad.
Es el tiempo de la venganza de Yavé, va a darle según
su merecido. |
7 |
Era
Babel como copa de oro en manos de Yavé, sirvió para
embriagar a toda la tierra. Las naciones bebieron de su vino; por
eso enloquecieron. |
8 |
De
repente Babel ha caído y se ha roto; gemid por ella. Id en
busca del bálsamo para su herida, a ver si sana. |
9 |
Hemos
querido curar a Babilonia, pero no se ha curado; dejémosla,
vamonos cada uno a nuestra tierra, porque sube su maldad hasta los
cielos y se eleva hasta las nubes. |
10 |
Yavé
ha hecho justicia a nuestra causa; venid, anunciemos en Sión
la obra de Yavé, nuestro Dios. |
11 |
¡Afilad
las saetas, llenad las aljabas! Yavé ha excitado el espíritu
de los reyes de Media. Tiene contra Babel un proyecto: destruirla.
Es la venganza de Yavé, la venganza de su templo. |
12 |
Alzad
las banderas sobre los muros de Babel, esforzad la guardia, preparad
emboscadas. Porque Yavé hará, como lo pensó,
todo cuanto ha dicho contra los habitantes de Babel. |
13 |
Tú
que moras junto a aguas abundantes, rica de tesoros, ha llegado
tu fin, el término de tu destino. |
14 |
Por
sí mismo lo juró Yavé de los ejércitos:
te inundaré de hombres como de langostas, y lanzarán
contra ti gritos de triunfo. |
15 |
El
con su poder ha hecho la tierra, con su sabiduría cimentó
el orbe y con su inteligencia tendió los cielos. |
16 |
A su
voz se congregan las aguas en el cielo. El hace subir las nubes
desde los confines de la tierra, hace brillar el rayo entre la lluvia
y saca los vientos de sus escondrijos. |
17 |
Embrutecióse
el hombre sin conocimiento, los orífices se cubrieron de
ignominia por sus ídolos, pues no funden sino vanidades,
que no tienen vida. |
18 |
Son
cosa vana, ridícula; el día de la cuenta perecerán. |
19 |
No
es ésta la herencia de Jacob, que El es el Hacedor de todo,
e Israel es la tribu de su heredad; su nombre es Yavé de
los ejércitos. |
20 |
Tú
me fuiste martillo y maza de guerra; contigo aplasté pueblos,
contigo quebranté reinos, |
21 |
contigo
derribé caballo y caballero, contigo aplasté al carro
y al conductor, |
22 |
contigo
aplasté hombres y mujeres, contigo aplasté viejos
y niños, contigo aplasté mozos y doncellas, |
23 |
contigo
aplasté al pastor y a su rebaño, contigo aplasté
al labrador y a su yunta, contigo aplasté gobernantes y jueces. |
24 |
Pero
yo devolveré a Babel y a todos los habitantes de Caldea todo
el mal que a vuestros ojos hicieron ellos a Sión, oráculo
de Yavé. |
25 |
Heme
aquí contra ti, ¡monte de destrucción —
oráculo de Yavé — que destruyó la tierra!
Yo extenderé mi mano sobre ti y te haré rodar desde
lo alto de las rocas, y haré de ti mi horno encendido. |
26 |
No
se sacará más de ti una piedra angular, ni una piedra
de cimiento. Serás perpetua ruina, oráculo de Yavé. |
27 |
Alzad
bandera en la tierra, tocad las trompetas en las naciones, santificad
(para la guerra) contra ella las gentes, convocad contra ella los
reinos de Ararat, de Minni y Askenaz. Instituid contra ella oficiales,
lanzad contra ella los caballos como langostas hirsutas. |
28 |
Santificad
(para la guerra) contra ella a las naciones, a los reyes de Media,
a sus jefes, a todos sus sátrapas y a toda la tierra de su
jurisdicción. |
29 |
La
tierra tiembla y se estremece, porque va a cumplirse el designio
de Yavé contra Babel, para hacer de la tierra de Babel un
desierto inhabitable. |
30 |
Los
guerreros de Babel han cesado de combatir, permanecen en las fortalezas.
Han perdido su valor, se han vuelto mujeres. |
31 |
Corren
los correos uno al encuentro del otro, y unos mensajeros al encuentro
de otros mensajeros, para anunciar al rey de Babel que su ciudad
ha sido tomada del uno al otro extremo. |
32 |
Los
vados, ocupados; las defensas, ardiendo, y los hombres de guerra,
abatidos. |
33 |
Porque
así dice Yavé de los ejércitos, Dios de Israel:
La hija de Babel es como una era al tiempo de ser apisonada; bien
pronto le llegará a ella el tiempo de la recolección. |
34 |
El
rey de Babilonia, Nabucodonosor, me devoró, me consumió,
me dejó como vasija vacía, me tragó como dragón,
y llenó su vientre de mis bocados más suculentos. |
35 |
Sean
sobre Babel mi violencia (sufrida) y mis carnes, dice la moradora
de Sión, y mi sangre sobre los habitantes de Caldea, dice
Jerusalén. |
36 |
Por
eso dice Yavé: He aquí que yo tomaré por mi
cuenta tu causa; yo te vengaré, yo secaré su mar y
cegaré sus manantiales, |
37 |
y se
convertirá Babel en un montón de ruinas, en guarida
de chacales, objeto de horror y de sarcasmo, sin habitantes. |
38 |
Todos
a una rugen como leones, gruñen como cachorros de leona. |
39 |
En
su fiebre, yo les prepararé la bebida, los embriagaré
para que se adormilen y duerman el sueño eterno, del que
no despertarán, oráculo de Yavé. |
40 |
Yo
los llevaré al degüello como corderos, como carneros
y chivos. |
41 |
¡Cómo
ha sido tomada “Sheshak”! ¡Cómo ha sido
conquistada la gloria de toda la tierra! ¡Cómo ha venido
a ser Babel objeto de horror entre las naciones! |
42 |
Ha
subido el mar contra Babel, la ha sumergido bajo el cúmulo
de sus olas. |
43 |
Sus
ciudades se han convertido en desolación: tierra árida
y desierta, que nadie habitará ni por la que pasará
hijo de hombre. |
44 |
Yo
me ensañaré contra Bel en Babilonia, yo le haré
vomitar por la boca cuanto engulló; ya no concurrirán
más a él las gentes; caerán también
las murallas de Babel. |
45 |
Sal
de ella, pueblo mío; salve cada cual su vida ante el furor
de la cólera de Yavé. |
46 |
No
se turbe vuestro corazón ni temáis por el rumor que
se ha oído en la tierra, pues un año correrá
un rumor, y el otro otro; habrá violencia en la tierra, un
tirano contra otro tirano. |
47 |
Por
eso vienen días en que yo me ensañaré contra
los ídolos de Babel, y toda su tierra se cubrirá de
vergüenza, y todos sus muertos yacerán sobre ella. |
48 |
Cielos
y tierra y cuanto hay en ella se alegrarán por Babilonia,
pues del norte vendrán contra ella los devastadores, oráculo
de Yavé. |
49 |
Por
los muertos de Israel caerá Babel, como por Babel cayeron
los muertos de toda la tierra. |
50 |
Los
que hayáis escapado de la espada, partid, no os detengáis.
Desde lejos acordaos de Yavé, y que vuelva Jerusalén
a vuestra memoria. |
51 |
Estamos
llenos de vergüenza, hemos sido ultrajados; nuestro rostro
se cubre de confusión, pues entraron extranjeros en el santuario
de la casa de Yavé. |
52 |
Por
eso vienen días — oráculo de Yavé —
en que yo visitaré a sus ídolos, y por toda su tierra
se oirá el gemir de los heridos. |
53 |
Aunque
se alzase Babel hasta el cielo e hiciera inaccesibles por los altos
sus baluartes, vendrán contra ella devastadores de mi parte,
oráculo de Yavé. |
54 |
Oyense
los alaridos de Babel, ruina grande en la tierra de los caldeos. |
55 |
Porque
devasta Yavé a Babel y pone fin a su gran jactancia, y braman
sus olas como aguas desbordadas, retumban con estruendo, |
56 |
porque
ha venido contra Babel el devastador. Son apresados sus guerreros,
rotos sus arcos, porque es Yavé Dios de retribuciones y les
da según su merecido. |
57 |
Y emborracharé
a sus grandes, a sus sabios, a sus jefes, a sus magistrados, a sus
guerreros, y dormirán un sueño eterno, del que no
despertarán, oráculo del Rey, cuyo nombre es Yavé
de los ejércitos. |
58 |
Así
dice Yavé de los ejércitos: La ancha muralla de Babel
será enteramente arrasada; sus altas puertas, quemadas. Trabajaron
en vano los pueblos, y las naciones para el fuego se han cansado. |
59 |
Misión
que encomendó Jeremías, profeta, a Saraya, hijo de
Nerías, hijo de Maasías, al ir éste a Babilonia
con el rey Sedecías el cuarto año de su reinado. Saraya
era entonces gran intendente. |
60 |
Escribió
Jeremías en un volumen todo el mal que había de venir
contra Babilonia, cuanto había escrito sobre Babilonia. |
61 |
Y dijo
Jeremías a Saraya: Cuando llegues a Babilonia, lee en voz
alta todo esto, |
62 |
y dirás:
Yavé, tú has hablado de destruir este lugar, sin que
haya ni hombre ni ganado que lo habite, hecho perpetua soledad. |
63 |
Cuando
hayas acabado de leerlo, le atarás una piedra y lo arrojarás
en medio del Eufrates, |
64 |
diciendo:
Así se hundirá Babilonia, sin alzarse ya más
del estrago y de la destrucción que yo traeré sobre
ella. Hasta aquí las palabras de Jeremías. |
|
|
APÉNDICE
HISTÓRICO |
Capítulo 52 |
|
Cumplimiento
de la profecía de Jeremías contra Jerusalén |
|
|
1 |
A la
edad de veintiún años comenzó a reinar Sedecías,
y reinó once años en Jerusalén. Su madre fue
Jamital, hija de Jeremías, de Libna. |
2 |
Hizo
mal a los ojos de Yavé, como lo había hecho Joaquim, |
3 |
encendiendo
la cólera de Yavé contra Jerusalén y contra
Judá, hasta hacer que los arrojase de su presencia. Sedecías
se rebeló contra el rey de Babilonia. |
4 |
Y sucedió
que el año nono de su reinado, el décimo mes, el diez
del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército
contra Jerusalén, la cercó, levantó fortificaciones
contra ella en derredor, |
5 |
y estuvo
sitiada la ciudad hasta el año undécimo del rey Sedecías. |
6 |
El
mes cuarto, el nueve del mes, se apoderó el hambre de la
ciudad, y no había en ella nada que comer. |
7 |
Abrieron
brecha en los muros, y todos los hombres de guerra huyeron, saliendo
de la ciudad de noche, por el camino de la puerta entre ambos muros,
que está junto a los jardines reales, mientras los caldeos
rodeaban la ciudad. Tomaron el camino que conduce al Arabá. |
8 |
El
ejército caldeo persiguió al rey, dándole alcance
en los llanos de Jericó, y todas sus tropas le abandonaron
y se dispersaron. |
9 |
Apresaron
al rey y le llevaron ante el rey de Babilonia, en Ribla, en la tierra
de Jamat, donde le juzgó. |
10 |
El
rey de Babel hizo degollar a los hijos de Sedecías a la vista
de éste, e igualmente a los grandes de Judá, en Ribla. |
11 |
A
Sedecías le hizo sacar los ojos y le cargó de cadenas
de bronce para conducirle a Babilonia, donde le tuvo encarcelado
hasta el día de su muerte. |
12 |
El
quinto mes, el día diez del mes, el año decimonono
de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino Nabuzardán, jefe
de la guardia real, ministro del rey de Babilonia, a Jerusalén, |
13 |
y puso
fuego al templo, y al palacio del rey, y a todas las casas de Jerusalén,
quemando principalmente todas las casas grandes, |
14 |
y el
ejército de los caldeos que estaba con el jefe de la guardia
arrasó toda la muralla que rodeaba a Jerusalén. |
15 |
El
resto del pueblo que había quedado en la ciudad, los prófugos
que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de los
artesanos los llevó Nabuzardán, jefe de la guardia, |
16 |
dejando
sólo los pobres de la tierra, viñadores y labradores. |
17 |
Rompieron
también las columnas de bronce que había en el templo
de Yavé, las basas y el mar de bronce del templo, y se llevaron
todo el bronce a Babilonia. |
18 |
Se
apoderaron los caldeos de las palas, los cuchillos, las copas, las
cucharas y todos los utensilios del culto. |
19 |
Igualmente
tomó el jefe de la guardia los pilones, los braseros, las
copas, las calderas, los candelabros, las cucharas y los platos;
todo cuanto era de oro, por oro; lo de plata, por plata; |
20 |
las
dos columnas, el mar de bronce y los doce toros de bronce y las
basas que había hecho el rey Salomón para el templo,
de un peso incalculable. |
21 |
Las
columnas eran de dieciocho codos de altura; rodeábalas un
cordón de doce codos y tenían cuatro dedos de grueso,
pues eran huecas por dentro. |
22 |
Tenía
cada columna su capitel de bronce, de cinco codos de alto; todo
en torno de los capiteles había un entretejido con granadas,
todo de bronce. Lo mismo la otra columna. |
23 |
Eran
noventa y seis las granadas, pendientes, ciento entre todas, sobre
el entretejido en derredor. |
24 |
Y
se llevó el jefe de la guardia a Saraya, sumo sacerdote,
y a Sofonías, el segundo, y a los tres prefectos del vestíbulo. |
25 |
De
la ciudad llevó a un eunuco intendente de las gentes de guerra,
a siete de los consejeros íntimos del rey, que estaban en
la ciudad; el secretario del jefe del ejército, encargado
de la recluta, y sesenta más del pueblo, que se hallaban
en la ciudad. |
26 |
Y los
llevó Nabuzardán, jefe de la guardia, ante el rey
de Babilonia, en Ribla. |
27 |
Y el
rey de Babilonia los hizo matar en Ribla, en tierra de Jamat, y
Judá fue deportado de su tierra. |
28 |
Estos
son los que deportó Nabucodonosor: El año séptimo
de su reinado, tres mil veintitrés judíos; |
29 |
el
año dieciocho, ochocientas treinta y dos almas; |
30 |
el
año veintitrés de Nabucodonosor deportó Nabuzardán,
jefe de la guardia, setecientas cuarenta y cinco almas; entre todos,
pues, cuatro mil seiscientas almas. |
31 |
Y sucedió
que en el año treinta y siete de la deportación de
Joaquim, rey de Judá, en el duodécimo mes, el día
veinticinco de él, Evil-Merodac, rey de Babilonia, el año
del comienzo de su reinado, hizo gracia a Joaquín, rey de
Judá, y le sacó de la prisión. |
32 |
Le
habló benévolamente y puso su silla sobre las de los
otros reyes que estaban con él en Babilonia. |
33 |
Dejó
sus vestidos de preso, y comió ya siempre a la mesa del rey
por todos los días de su vida. |
34 |
Todo
cuanto necesitaba para su mantenimiento se lo dio día por
día hasta el de su muerte. |
|
|
|
|