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TERCERA
PARTE |
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VATICINIOS
CONSOLATORIOS SOBRE ISRAEL |
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33 |
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El
profeta, atalaya del pueblo |
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1 |
Fueme dirigida la palabra
de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, habla a los hijos de tu pueblo y diles: Si hiciera
yo venir la espada sobre una tierra, y la gente de la tierra
toma un hombre de su territorio y lo pone de atalaya, |
3 |
y
éste, viendo venir la espada sobre la tierra, toca la bocina
para dar al pueblo la alarma, |
4 |
si
el que oye el sonido de la bocina no se apercibe y, llegando
la espada, le hiere, su sangre será sobre su cabeza. |
5 |
Oyó
el sonido de la trompeta y no se apercibió; su sangre será sobre
él; si se hubiese apercibido, habría salvado su vida, |
6 |
Mas,
si el atalaya, por el contrario, viendo llegar la espada, no
toca la trompeta para que la gente se aperciba, y, llegando
la espada, hiere a alguno de ellos, éste quedará preso en su
propia culpa, pero yo demandaré su sangre al atalaya. |
7 |
Pues
a ti, hijo de hombre, te he constituido por atalaya de la casa
de Israel. Cuando oigas de mi boca la palabra, apercíbelos de
parte mía. |
8 |
Si
yo digo al impío: “¡Vas a morir!”; si tú no hablas al impío
para apercibirle de su mal camino, el impío morirá por su culpa,
pero de su sangre te pediré yo cuenta a ti. |
9 |
Pero,
si tú apercibiste al impío de su camino para que se apartase
de él, y él no se apartó, él morirá por su culpa, pero tú habrás
salvado tu alma. |
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La
salud por la penitencia |
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10 |
Di,
¡oh hijo de hombre!, a la casa de Israel: Vosotros decís: “Llevamos
sobre nosotros nuestros pecados y nuestras rebeliones, y por
eso nos vamos consumiendo; ¿cómo vamos a vivir?”
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11 |
Diles:
Por mi vida, dice el Señor, Yavé, que yo no me gozo en la muerte
del impío, sino en que se retraiga de su camino y viva. Volveos,
volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué os empeñáis en morir,
casa de Israel? |
12 |
Hijo
de hombre, dí también a los hijos de tu pueblo: La justicia
del justo no le salvará el día en que pecare, y la impiedad
del impío no le será estorbo el día en que se convierta de su
iniquidad, como no vivirá el justo por su justicia el día que
pecare. |
13 |
Diciendo
yo al justo: “De cierto vivirás”, si él, fiado en su justicia,
comete maldad, no serán traídas a la memoria todas sus justicias,
sino que por la iniquidad que cometió morirá. |
14 |
Y
diciendo yo al impío: “De cierto morirás”, si él se convirtiere
de su pecado e hiciere juicio y justicia, |
15 |
si
devolviere la prenda, restituyere lo robado y caminare por los
mandatos de la vida, no haciendo iniquidad, ciertamente vivirá,
no morirá. |
16 |
No
se recordará ninguno de los pecados que cometió; hizo juicio
y justicia, y de cierto vivirá. |
17 |
Y
dirán los hijos de tu pueblo: No es recta la vía del Señor.
¡Las suyas sí que no son rectas |
18 |
Si
el justo se aparta de su justicia y hace iniquidad, morirá por
ésta; |
19 |
y
si el impío se aparta de su iniquidad y hace juicio y justicia,
por eso vivirá. |
20 |
Y
decís: “¡No es recta la vía del Señor!” Yo os juzgaré, ¡oh casa
de Israel! a cada uno conforme a sus caminos. |
21 |
El
año duodécimo de nuestro cautiverio, el mes décimo, a cinco
del mes, vino a mí un escapado de Jerusalén, diciendo: “La ciudad
ha sido tomada”. |
22 |
La
tarde anterior, antes que llegase el fugitivo, había sido sobre
mí la mano de Yavé, que abrió mi boca a la llegada del fugitivo,
a la mañana; abrióse mi boca, y en lo sucesivo ya no estuve
mudo. |
23 |
Y
me fue dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
24 |
Hijo
de hombre, los que en la tierra de Israel moran, en aquellas
ruinas andan diciendo: Abraham era él solo, y poseyó la tierra;
pues nosotros somos muchos, poseeremos la tierra. |
25 |
Diles,
pues; así habla el Señor, Yavé: Vosotros banqueteáis por los
montes, alzáis los ojos a vuestros ídolos, derramáis la sangre,
y ¿vais a poseer la tierra? |
26 |
Vosotros
os apoyáis sobre vuestras espadas, hacéis abominaciones, y cada
cual contamina a la mujer de su prójimo, y ¿vais a poseer la
tierra? |
27 |
Diles:
Esto dice el Señor, Yavé: Por mi vida que los que moran entre
las ruinas perecerán a la espada, y los que están en campo abierto
los daré en pasto a las fieras, y los que se esconden en las
rocas y en las cuevas morirán de peste. |
28 |
Y
desolaré la tierra hasta destruir su soberbia y su fortaleza,
y los montes de Israel serán asolados, sin que haya quien por
ellos pase, |
29 |
y
sabrán que yo soy Yavé cuando convierta la tierra en un desierto
por todas las abominaciones que han cometido. |
30 |
Y
tú, hijo de hombre, mira que los hijos de tu pueblo se burlan
de ti junto a las paredes y a las puertas de sus casas, y hablan
los unos con los otros, cada uno a su prójimo, diciendo: ¡Ea,
vamos a oír qué palabra sale de Yavé! |
31 |
Y
vienen a ti como en las asambleas del pueblo, y se sientan delante
de ti los de mi pueblo para escuchar tus palabras, pero luego
no las ponen por obra, y, mientras halagan con su boca, se va
su corazón tras su avaricia. |
32 |
Eres
para ellos como una canción de amor (cantada) con hermosa voz
y agradable instrumento; oyen tus palabras, pero de ponerlas
por obra, nada. |
33 |
Mas,
cuando ello viniere, y viene ya, sabrán que hubo entre ellos
un profeta. |
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34 |
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Los
malos pastores |
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1 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza
diciéndoles: Así habla el Señor, Yavé: ¡Ay de los pastores de
Israel que se apacientan a sí mismos! Los pastores ¿no son para
apacentar el rebaño? |
3 |
Pero
vosotros coméis la leche, os vestís de su lana, matáis las cebadas,
no apacentáis a las ovejas. |
4 |
No
confortasteis a las flacas, no curasteis a las enfermas, no
vendasteis a las heridas, no redujisteis a las descarriadas,
no buscasteis a las perdidas, sino que las dominabais con violencia
y con dureza. |
5 |
Y
así andan perdidas mis ovejas por falta de pastor, siendo presa
de todas las fieras del campo. |
6 |
Andan
errantes por montes y collados, derramadas por toda la haz de
la tierra, sin que haya quien las busque y las congregue. |
7 |
Oíd,
pues, pastores de Israel, la palabra de Yavé: |
8 |
Por
mi vida, dice Yavé, que, pues mi rebaño ha sido depredado y
han sido presa mis ovejas de todas las fieras del campo por
falta de pastor, pues no iban mis pastores en pos de mi rebaño,
sino que lo abandonaron, apacentándose a sí mismos, no a mi
grey; |
9 |
oíd,
por tanto, ¡oh pastores!, la palabra de Yavé: |
10 |
Así habla el Señor, Yavé: Heme aquí contra los pastores para
requerir de su mano mis ovejas. No les dejaré ya rebaño que
apacienten, no serán más pastores que a sí mismos se apacienten.
Les arrancaré de su boca mis ovejas, no serán ya más pasto suyo. |
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11 |
Porque
así dice el Señor, Yavé: Yo mismo iré a buscar a mis ovejas
y las reuniré. |
12 |
Como
recuenta el pastor a sus ovejas el día en que la tormenta dispersa
la grey, así recontaré yo mis ovejas, y las pondré en salvo
en todos los lugares en que fueron dispersadas el día del nublado
y de la tiniebla, |
13 |
y
las retraeré de en medio de las gentes, y las reuniré en todas
las tierras, y las llevaré a su tierra, y las apacentaré sobre
los montes de Israel, en los valles y en todas las regiones
del país. |
14 |
Las
apacentaré en pastos pingües y tendrán su ovil en las altas
cimas de Israel. Allí tendrán cómoda majada y pingües pastos
en los montes de Israel. |
15 |
Yo
mismo apacentaré a mis ovejas y yo mismo las llevaré a la majada,
dice el Señor, Yavé. |
16 |
Buscaré
la oveja perdida, traeré la extraviada, vendaré la perniquebrada
y curaré la enferma, y guardaré las gordas y robustas, apacentaré
con justicia. |
17 |
Y
tú, rebaño mío, así dice el Señor, Yavé: Yo mismo juzgaré entre
oveja y oveja y entre carneros y machos cabríos. |
18 |
¿No
os bastaba a vosotros apacentaros en lo mejor de los pastos,
que pisoteabais además con vuestras pezuñas el resto del pasto?
¿Beber el agua clara y no enturbiar con vuestras pisadas la
que queda? |
19 |
¿Mis
ovejas van a tener que comer lo que vosotros hollasteis con
los pies, y beber lo que con ellos enturbiasteis? |
21 |
Por eso así dice el
Señor, Yavé: Yo juzgaré entre la oveja gorda y la flaca. |
22 |
Y
como empujáis con el flanco y las espaldas y acorneáis con los
cuernos a las débiles, hasta que las echáis y las hacéis descarriar, |
23 |
yo protegeré a mis ovejas para que no se descarríen, y yo juzgaré
entre oveja y oveja. |
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Pastor
único, el nuevo David |
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24 |
Suscitaré
para ellas un pastor único, que las apacentará. Mi siervo David,
él las apacentará, él será su pastor. |
25 |
Yo,
Yavé, seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio
de ellas. Yo, Yavé, lo he dicho. |
26 |
Haré
con ellas alianza de paz, haré desaparecer de la tierra las
fieras, y andarán tranquilas por el desierto y se reposarán
en la selva. |
27 |
Haré
de ellas y de los alrededores de mi collado una bendición. Mandaré
a su tiempo las lluvias, lluvias de bendición. |
28 |
Darán
sus frutos los árboles del campo, y la tierra los suyos. Habitarán
en su tierra en seguridad, y sabrán que yo soy Yavé cuando rompa
las coyundas de su yugo y las arranque de las manos de los que
las esclavizaron. |
29 |
No
serán ya más presa de las gentes, no las devorarán las fieras
del campo, sino que habitarán en seguridad, sin que nadie las
espante. |
30 |
Les
suscitaré una prole de renombre; no los consumirá ya más el
hambre ni serán más el escarnio de las gentes. |
31 |
Conocerán
entonces que yo, Yavé, soy su Dios, y que ellos, la casa de
Israel, son mi pueblo, dice el Señor, Yavé. |
32 |
Rebaño
mío, vosotros sois las ovejas de mi grey, y yo soy vuestro Dios,
dice el Señor, Yavé. |
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35 |
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Oráculo
Contra Edom |
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1 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, vuelve tu rostro hacia el monte Seir y profetiza
contra él. |
3 |
Dile:
Así habla el Señor, Yavé: Heme aquí contra tí, ¡oh monte Seir!
También sobre tí tenderé mi mano, |
4 |
y
te tornaré en desierto, reduciendo a ruinas tus ciudades. Serás
asolado y sabrás que yo soy Yavé. |
5 |
Porque
en tu secular enemiga contra Israel pasaste a sus hijos a la
espada el día fatal de la desventura, cuando llegó a su término
la iniquidad. |
6 |
Por
mi vida, dice el Señor, Yavé, por haber pecado contra la sangre,
la sangre te perseguirá, |
7 |
y
haré del monte Seir desierto y soledad, sin que haya quien por
él vaya ni venga, |
8 |
y
henchiré de muertos tus colinas; en tus montes y en tus valles,
en el lecho de todos tus torrentes, yacerán los muertos a la
espada. |
9 |
Te
reduciré a eterna soledad; no serán ya habitadas tus ciudades,
y sabrás que yo soy Yavé, |
10 |
pues
que te dijiste: Míos serán ambos pueblos y ambas tierras, nosotros
los poseeremos, aunque allí esté Yavé. |
11 |
Por
mi vida, dice el Señor, Yavé, que te trataré conforme a tu ira
y al furor con que en tu odio los trataste. |
12 |
Y
sabrás que yo soy Yavé cuando te juzgue. He oído todas las injurias
que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: “¡Destruidos!
Nos los dan para que los devoremos” |
13 |
Y
os insolentasteis de boca contra mí, y multiplicasteis, oyéndolas
yo, vuestras palabras contra mí. |
14 |
Así
dice el Señor, Yavé: Alegrándose la tierra toda, a ti te tornaré
en desierto. |
15 |
Como te gozaste en la desolación de la heredad de la casa de
Israel, asimismo haré yo contigo; os tornaréis en desierto,
¡oh montes de Seir!, y con vosotros Idumea toda entera, y se
sabrá que yo soy Yavé.
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36 |
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La
vuelta de Israel a su tierra por pura misericordia de Dios |
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1 |
Y
ahora, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel y dí:
Oíd, montes de Israel, la palabra de Yavé: |
2 |
Así
habla el Señor, Yavé: Pues que el enemigo dijo de vosotros:
¡Ea! Son ruinas perpetuas, se nos dan en posesión a nosotros. |
3 |
Habla
y dí: Así habla el Señor, Yavé: Por eso, porque os asolaron
y tragaron de todas las partes, dándoos por heredad a las gentes
y haciéndoos objeto de habladurías y de escarnios, |
4 |
por
eso, ¡oh montes de Israel!, oíd la palabra de Yavé: Así dice
el Señor, Yavé, a los montes y a los collados, a los lechos
de los torrentes y a los valles, a las ruinas desoladas y a
las ciudades desiertas que fueron la presa y el sarcasmo de
los que de los pueblos circunvecinos quedaban. |
5 |
Por
eso, así habla el Señor, Yavé: Sí, en mi celo y en mi furor
hablé contra los escapados de los pueblos, y contra Idumea toda
entera, que se apropiaron mi tierra con corazón alegre y el
desprecio en el alma para despoblarla y depredarla. |
6 |
Por
eso, profetiza a la tierra de Israel, y di a los montes y a
los collados, a los lechos de los torrentes y a los valles:
Así habla el Señor, Yavé: Heme aquí, en mi celo y en mi furor
lo digo: Ya que habéis soportado el escarnio de las gentes, |
7 |
así
habla el Señor, Yavé: Alzo mi mano y juro que las gentes que
os rodean soportarán vuestro escarnio, |
8 |
y
vosotros, montes de Israel, germinaréis, daréis ramas y frutos
a mi pueblo Israel, que va a volver. |
9 |
Porque
heme aquí, a vosotros me acerco, a vosotros me vuelvo. Todavía
seréis labrados y sembrados, |
10 |
multiplicaré
en vosotros a los hombres, la casa de Israel toda entera, y
serán repobladas las ciudades y reconstruidas las ruinas. |
11 |
Multiplicaré en vosotros a los hombres, y se multiplicarán los
ganados, y estaréis poblados como antiguamente, y más todavía
que al principio, y sabréis que yo soy Yavé. |
12 |
Haré
volver a vosotros a los hombres, mi pueblo Israel, que os poseerá,
y les seréis en heredad, y no volveréis a devorarlos. |
13 |
Así
dice Yavé: Pues que andan diciendo de ti: Eres una devoradora
de hombres y has privado a tu nación de tus hijos, |
14 |
no
devorarás ya más a los hombres, ni a tu nación privarás de hijos,
dice el Señor, Yavé, |
15 |
y
nunca más te haré oír los insultos de las gentes, ni tendrás
que oír los escarnios de los pueblos, y no quedarán los tuyos
privados de hijos, dice el Señor, Yavé. |
16 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
17 |
Hijo
de hombre, cuando moró en su tierra la casa de Israel, la contaminaron
con sus malas obras y sus pecados. Su obrar ante mí fue como
de inmundicia de menstruada. |
18 |
Por
eso descargué yo mi ira sobre ellos, por la sangre que derramaban
en la tierra y por los ídolos con que la contaminaron. |
19 |
Y
los he dispersado entre las gentes y han sido esparcidos por
todas las tierras, juzgándolos conforme a sus caminos y a sus
obras, |
20 |
y,
llegados a las gentes a donde fueron, éstas profanaron mi santo
nombre, diciendo de ellos: “Estos son el pueblo de Yavé, han
sido echados de su tierra.” |
21 |
Pero
he tenido lástima de ellos al ver mi santo nombre profanado,
por causa de la casa de Israel, entre las gentes a las que han
sido llevados. |
22 |
Di,
pues, a la casa de Israel: Así habla el Señor, Yavé: No lo hago
por vosotros, casa de Israel, sino más bien por el honor de
mi nombre, profanado por causa vuestra entre las gentes a que
habéis ido. |
23 |
Yo
santificaré mi nombre grande, profanado entre las gentes a causa
de vosotros en medio de ellas, y sabrán las gentes que yo soy
Yavé, dice el Señor, Yavé, cuando yo me santificare en vosotros
a sus ojos. |
24 |
Yo
os tomaré de entre las gentes, y os reuniré de todas las tierras,
y os conduciré a vuestra tierra. |
25 |
Y
os aspergeré con aguas puras y os purificaré de todas vuestras
impurezas, de todas vuestras idolatrías. |
26 |
Os
daré un corazón nuevo y pondré en vosotros un espíritu nuevo;
os arrancaré ese corazón de piedra y os daré un corazón de carne. |
27 |
Pondré
dentro de vosotros mi espíritu y os haré ir por mis mandamientos
y observar mis preceptos y ponerlos por obra. |
28 |
Entonces
habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres, y seréis mi
pueblo, y yo seré vuestro Dios. |
29 |
Os
libraré de todas vuestras impurezas, y llamaré al trigo y lo
multiplicaré, y no tendréis hambre. |
30 |
Multiplicaré
los frutos de los árboles y el de los campos, para que nunca
más os escarnezcan las gentes porque padezcáis hambre. |
31 |
Vosotros,
por vuestra parte, os acordaréis de vuestros malos caminos,
de vuestras obras, que no fueron buenas, y sentiréis vergüenza
de vosotros mismos por vuestras iniquidades y vuestras abominaciones. |
32 |
No
lo hago por vosotros, dice el Señor, Yavé; sabedlo, confundios
y avergonzaos de vuestras obras, ¡oh casa de Israel! |
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Prosperidad
del nuevo reino |
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33 |
Así
habla el Señor, Yavé: El día en que os habré purificado de todas
vuestras iniquidades, repoblaré las ciudades y reconstruiré
las ruinas. |
34 |
La
tierra desolada en que el caminante no ve más que desolación,
volverá a ser labrada, |
35 |
y
se dirá: Aquella tierra inculta se ha convertido en jardín de
Edén; las ciudades arruinadas, asoladas y desiertas están fortificadas
y pobladas, |
36 |
y
los pueblos que en torno vuestro han sido dejados, sabrán que
yo, Yavé, he edificado vuestras derribadas ruinas y he repoblado
de árboles la tierra devastada. Yo, Yavé, lo he dicho y lo haré. |
37 |
Así
dice el Señor, Yavé: Aun a esto más me dejaré inducir a realizar
por la casa de Israel: Multiplicaré los hombres como se multiplican
los rebaños; |
38 |
a
modo de ovejas consagradas, de ovejas de Jerusalén, en sus solemnidades,
así serán las ciudades arruinadas, llenas de rebaños humanos,
y sabrán que yo soy Yavé.
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37 |
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Los
huesos secos |
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|
1 |
Fue
sobre mí la mano de Yavé, y llevóme Yavé fuera y me puso en
medio de un campo que estaba lleno de huesos. |
2 |
Hízome
pasar por cerca de ellos todo en derredor, y vi que eran sobremanera
numerosos sobre la haz del campo y enteramente secos. |
3 |
Y
me dijo: Hijo de hombre, ¿revivirán estos huesos? Y yo respondí:
Señor, Yavé, tú lo sabes. |
4 |
Y
él me dijo: Hijo de hombre, profetiza sobre estos huesos y diles:
Huesos secos, oíd la palabra de Yavé. |
5 |
Así
dice el Señor, Yavé, a estos huesos: Voy a hacer entrar en vosotros
el espíritu y viviréis, |
6 |
y
pondré sobre vosotros nervios, y os cubriré de carne, y extenderé
sobre vosotros piel, y os infundiré espíritu, y viviréis y sabréis
que yo soy Yavé. |
7 |
Entonces
profeticé yo como me mandaba, y a mi profetizar se oyó un ruido,
y hubo un agitarse y un acercarse huesos a huesos. |
8 |
Miré
y ví que vinieron nervios sobre ellos, y creció la carne y los
cubrió la piel, pero no había en ellos espíritu. |
9 |
Díjome
entonces: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre,
y di al espíritu: Así habla el Señor, Yavé: Ven, ¡oh espíritu!,
ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos muertos,
y vivirán. |
10 |
Profeticé
yo como se me mandaba, y entró en ellos el espíritu, y revivieron
y se pusieron en pie, un ejército grande en extremo. |
11 |
Díjome
entonces: Hijo de hombre, esos huesos son la entera casa de
Israel. Andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, ha fallado
nuestra esperanza, estamos perdidos. |
12 |
Por
eso profetiza y diles: Así habla el Señor, Yavé: Yo abriré vuestros
sepulcros y os sacaré de vuestras sepulturas, pueblo mío, y
os llevaré a la tierra de Israel, |
13 |
y
sabréis que yo soy Yavé cuando abra vuestros sepulcros y os
saque de vuestras sepulturas, pueblo mío, |
14 |
y
ponga en vosotros mi espíritu y viváis, y os dé reposo en vuestra
tierra, y sabréis que yo soy Yavé, lo dije y lo hice, oráculo
de Yavé. |
|
|
|
Un
solo reino bajo el cetro único del nuevo David |
|
|
15 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
16 |
Hijo
de hombre, toma un palo y escribe en él: “Judá y los hijos de
Israel que le están unidos.” Toma luego otro y escribe en él:
“José, el báculo de Efraím y de toda la casa de Israel que le
está unida.” |
17 |
Júntalos
luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y uno solo
hagan en tu mano. |
18 |
Y
cuando te pregunten los hijos de Israel: ¿No nos enseñarás qué
es eso? |
19 |
Diles:
Así habla el Señor, Yavé: He aquí que yo tomaré el báculo de
José, que está en manos de Efraím y de las tribus de Israel
que le están unidas, y lo pondré sobre el báculo de Judá, haciendo
un solo báculo, y será uno solo en mi mano. |
20 |
Que
estén a sus ojos los palos en que escribas, y diles: |
21 |
Así
dice el Señor, Yavé: He aquí que yo tomaré a los hijos de Israel
de entre las gentes a que han ido, juntándolos de todas las
partes, y los traeré a su tierra. |
22 |
Y
haré de ellos en la tierra, en los montes de Israel, un solo
pueblo, y todos tendrán un solo rey; nunca más serán dos naciones,
nunca más estarán divididos en dos reinos, |
23 |
nunca
más se contaminarán con sus ídolos; los libraré de todas las
rebeliones con que pecaron y los purificaré, y serán mi pueblo,
y yo seré su Dios. |
24 |
Mi
siervo David será su rey, y tendrán todos un solo pastor, y
caminarán por las sendas de mis mandamientos, y guardarán mis
preceptos, poniéndolos por obra. |
25 |
Y
habitarán la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en que habitaron
vuestros padres. Ellos la habitarán y los hijos de sus hijos
por los siglos de los siglos, y por los siglos será su príncipe
David, mi siervo. |
26 |
Estableceré
con ellos un pacto de paz que será pacto eterno; los asentaré,
los acrecentaré y pondré mi santuario en medio de ellos por
los siglos. |
27 |
Pondré
en medio de ellos mi morada, y yo seré su Dios, y ellos serán
mi pueblo. |
28 |
Y
sabrán las gentes que yo, Yavé, santifico a Israel, cuando esté
mi santuario en medio de ellos por los siglos. |
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|
38 |
|
Gog |
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1 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, vuelve tu rostro a Gog, de la tierra de Magog, príncipe
soberano de Mesec, de Tubal, y profetiza contra él, |
3 |
y
di: Así habla el Señor, Yavé: Heme aquí contra ti, príncipe
soberano de Mesec y Tubal; |
4 |
yo
te atraeré y pondré freno en tus mandíbulas, y te sacaré a ti
y a todos tus ejércitos, caballos y jinetes, de todo en todo
equipados; muy gran muchedumbre con rodelas y escudos, todos
con espada. |
5 |
Paras,
Etiopía y Put los acompañan, todos con escudo y yelmo. |
6 |
Gomer
y todas sus mesnadas, la casa de Togorma, los extremos confines
septentrionales y todas sus hordas, pueblos innumerables, contigo. |
|
|
|
La
invasión |
|
|
7 |
Prepárate,
apréstate tú y toda la innumerable muchedumbre reunida en torno
tuyo: sé su jefe. |
8 |
De
aquí a muchos días te será dada la orden. Al cabo de años vendrás
a la tierra salvada de la espada, recogida de entre muchos pueblos,
sobre los montes de Israel, que habían sido reducidos a eternas
ruinas. Ha sido sacada de entre las gentes y habita confiadamente. |
9 |
Tú
la invadirás, llegando allí como un torbellino; como tormenta
que envolverá la tierra serás tú, con todos tus ejércitos y
los innumerables pueblos que están contigo. |
10 |
Así
dice el Señor, Yavé: En aquellos días se alzarán en tu corazón
los pensamientos y concebirás malvados designios, |
11 |
Tú
dirás: Voy a subir contra una tierra indefensa, iré contra gentes
tranquilas que habitan confiadamente, todas sin murallas, sin
puertas ni cerrojos, |
12 |
a
robar, a saquear, a poner tus manos sobre ruinas repobladas,
sobre un pueblo reunido de entre las gentes, que tiene ganados
y propiedades y habita en el ombligo de la tierra. |
13 |
Sebá
y Dedán y los mercaderes de Tarsis y todos sus jóvenes leones
te dirán: ¿Vienes en busca de botín? ¿Has reunido toda esa muchedumbre
para saquear, en busca de plata y de oro, para robar ganados
y riquezas, para hacer gran botín? |
14 |
Por
tanto, profetiza, hijo de hombre, y di a Gog: Así habla el Señor,
Yavé: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habite confiadamente,
¿te pondrás en camino? |
15 |
Y
vendrás desde tus moradas, desde las extremas regiones del septentrión,
tú, y contigo numerosos pueblos, todos a caballo, una inmensa
muchedumbre, un ejército poderoso, |
16 |
que
avanzará contra mi pueblo, Israel, como nublado que va a cubrir
la tierra. Al cabo de los días yo te haré marchar contra mi
tierra, para que me conozcan los pueblos, cuando a sus ojos
en ti, oh Gog!, seré santificado. |
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La
destrucción del invasor |
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17 |
Así
habla el Señor, Yavé: ¿No eres tú aquel de quien hablé yo en
tiempos pasados por medio de mis siervos los profetas de Israel,
que desde años profetizaron que yo te traería contra ellos? |
18 |
En
aquel día, cuando marche Gog contra la tierra de Israel, dice
el Señor, Yavé, subirá la ira a mis narices, |
19 |
y
en mi celo, en el incendio de mi furor, juro que habrá aquel
día gran temblor en la tierra de Israel. |
20 |
Y
temblarán ante mí los peces del mar y las aves del cielo, los
animales del campo y todos los reptiles que se arrastran por
la tierra, y los hombres que hay en la tierra. Y los montes
se desmoronarán, y caerán las rocas, y todos los muros se vendrán
al suelo. |
21 |
Y
llamaré contra él la espada por todos sus montes, dice el Señor,
Yavé, y la espada de cada uno será contra su hermano. |
22 |
Y
haré justicia en él con peste y con sangre y lloveré contra
él y contra los numerosos pueblos que le acompañan lluvia torrencial
piedras de granizo, fuego y azufre, |
23 |
y
me magnificaré y haré muestra de mi santidad, y me daré a conocer
a pueblos numerosos, que sabrán que yo soy Yavé. |
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39 |
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1 |
Tú,
pues, hijo de hombre, profetiza contra Gog y di: Así habla el
Señor, Yavé: Heme aquí contra tí, ¡oh Gog!. príncipe soberano
de Mesec y Tubal; |
2 |
yo
te atraeré, yo te guiaré y te haré subir de los confines del
septentrión y te llevaré a los montes de Israel, |
3 |
y
romperé en tu mano izquierda el arco y haré caer de tu diestra
las saetas. |
4 |
Caerás
en los montes de Israel con todos los ejércitos y todos los
pueblos que contigo estén. Te destino para pasto de aves rapaces
de todo plumaje, de las fieras del campo. |
5 |
Serás
abatido sobre la haz del campo, porque lo digo yo, dice el Señor,
Yavé. |
6 |
Y
encenderé en Magog un fuego y en las islas que habitan confiadamente,
y sabrán que yo soy Yavé. |
7 |
Haré
notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, no dejaré
más que sea profanado mi santo nombre, y sabrán las gentes que
yo soy Yavé, el Santo de Israel. |
8 |
Y
llegarán estas cosas, vendrán, diré el Señor, Yavé: Es el día
de que he hablado yo. |
9 |
Y
saldrán fuera los habitantes de las ciudades de Israel, y darán
al fuego y quemarán armas, escudos y paveses, arcos y flechas,
mazas y lanzas, y harán lumbre con ellas por siete años. |
10 |
No tendrán que traer leña del campo ni cortarla en los montes;
harán el fuego con las armas, y expoliarán a sus expoliadores,
y depredarán a sus depredadores, dice el Señor, Yavé. |
11 |
Aquel
día daré yo a Gog un lugar de sepultura en Israel: el valle
de los Abarim, al oriente del mar; allí será sepultado Gog con
todas sus muchedumbres, y se llamará el valle de Amón-Gog. |
12 |
Le
dará sepultura la casa de Israel, para purificar la tierra,
y estará sepultándolos durante siete meses. |
13 |
Los
sepultará todo el pueblo de la tierra, y quedará famoso para
ellos el día en que yo seré glorificado, dice el Señor, Yavé. |
14 |
Designarán
hombres que vayan por la tierra continuamente reconociéndola,
para dar sepultura a los invasores, enterrando a los que quedan
sobre la haz de la tierra; la recorrerán buscando por espacio
de siete meses, |
15 |
y
cuando al recorrerla vean osamentas humanas, tendrán alzada
junto a ellas una señal, hasta que los enterradores las sepulten
en el valle de Amón-Gog. |
16 |
Así
purificarán la tierra. |
17 |
Y
tú, hijo de hombre, así habla el Señor, Yavé: Di a las aves
de toda especie y a todas las bestias del campo: Reunios y venid.
Juntaos de todas partes para comer las víctimas que yo inmolo
para vosotras, sacrificio inmenso, sobre los montes de Israel.
Comeréis las carnes y beberéis la sangre, |
18 |
comeréis
carne de héroes, beberéis sangre de príncipes de la tierra;
carneros, corderos, machos cabríos y toros gordos como los de
Basán. |
19 |
Comeréis
gordura hasta saciaros, beberéis sangre hasta embriagaros de
las víctimas que para vosotras inmolaré. |
20 |
Os
saturaréis a mi mesa de caballos y jinetes, de héroes y guerreros
de toda suerte, dice el Señor, Yavé. |
21 |
Haré
ante las gentes muestra de mi gloria, y todas verán las justicias
que yo hago y los castigos con que hiere mi mano. |
22 |
La
casa de Israel sabrá para adelante que yo soy Yavé, su Dios. |
23 |
Y
las gentes conocerán que por sus iniquidades fue llevada la
casa de Israel al cautiverio, porque se había rebelado contra
mí, y yo escondí de ella mi rostro y la entregué en manos de
sus enemigos, para que todos juntos cayesen a la espada, |
24 |
tratándolos
segtin sus inmundicias y sus transgresiones y escondiendo de
ellos mi rostro. |
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Porvenir
pacífico y glorioso de Israel |
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25 |
Por
tanto, dice el Señor, Yavé: Ahora voy a hacer volver la cautividad
de Jacob, y tendré misericordia de la casa de Israel, velando
por mi santo nombre. |
26 |
Y
ellos olvidarán los oprobios sufridos y sus rebeldías contra
mí, cuando habiten seguros en su suelo, sin que nadie los perturbe; |
27 |
cuando
los saque de entre las gentes y los reúna de las tierras de
sus enemigos y me santifique a los ojos de las gentes: |
28 |
sabrán
que yo soy Yavé, su Dios, lo mismo cuando los llevé al cautiverio
entre las gentes que cuando los reuní en su tierra. No dejaré
allí ni uno solo, |
29 |
ni
les esconderé mi rostro, porque habré derramado mi espíritu
sobre la casa de Israel, dice el Señor, Yavé. |
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C.R.Y&S
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