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SEGUNDA
PARTE |
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VATICINIOS
SOBRE LAS NACIONES |
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25 |
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Oráculo
contra Amón |
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1 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, tiende tu vista hacia Amón y profetiza contra él. |
3 |
Di
a los hijos de Amón: Oíd la palabra del Señor, Yavé. Así habla
el Señor, Yavé: Pues que tú dijiste “Bien” cuando era profanado
mi santuario y la tierra de Israel era asolada y llevada la
casa de Judá al cautiverio, |
4 |
por
eso yo te entregaré en poder de los hijos del Oriente, que pondrán
en ti su campamento y alzarán en ti sus tiendas, y comerán tus
cosechas y beberán tu leche. |
5 |
Y
haré de Rabá pastizal de camellos, y de las ciudades de Amón,
rediles de ovejas. Y sabréis que yo soy Yavé. |
6 |
Porque
así habla el Señor, Yavé: Pues que batiste palmas y pateaste
con los pies, y te regocijaste en el alma con desprecio para
la tierra de Israel, |
7 |
por
eso heme aquí, tenderé mi mano contra ti, y te daré en presa
a las gentes, y te extirparé de entre los pueblos de la tierra,
y te haré desaparecer del número de ellos. Te exterminaré y
sabrás que yo soy Yavé. |
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Oráculo
contra Moab |
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8 |
Así
dice Yavé: Puesto que Moab ha dicho: He aquí que la casa de
Judá es entre los pueblos uno de tantos, |
9 |
por
eso yo abriré el flanco de Moab desde las ciudades fronterizas,
gloria de la región, Bet-Yesimot, Maal-Meón y Quiryatayim. |
10 |
Doy
su tierra a los hijos del oriente para que no sean contados
más entre los pueblos. |
11 |
También haré justicia
en Moab. |
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Oráculo
contra Edom |
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12 |
Así
dice el Señor, Yavé: Por el comportamiento de Edom, que tomó
venganza de la casa de Judá y se manchó sobremanera vengándose
de ellos, |
13 |
por
eso, así dice el Señor, Yavé: También yo tenderé mi mano sobre
Edom, y exterminaré hombres y bestias, y lo reduciré a ruinas;
desde Temán hasta Dedán caerán a la espada. |
14 |
Y
pondré la venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel,
que tratará a Edom conforme al furor de mi ira, y sabrán que
yo soy Yavé y que es mía la venganza. Así dice el Señor, Yavé. |
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Oráculo
contra Filistea |
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15 |
Así
habla el Señor, Yavé: Por haber obrado vengativamente los filisteos
y haberse vengado con odio en el alma, exterminando con odio
secular, |
16 |
por
eso dice el Señor, Yavé: Yo tenderé mi mano contra los filisteos
y exterminaré a los cereteos. Haré perecer hasta los restos
de los habitantes de la orilla del mar. |
17 |
Haré
con ellos grandes venganzas, con furor los castigaré, y sabrán
que yo soy Yavé cuando haga en ellos mi venganza. |
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26 |
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Oráculo
contra Fenicia |
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1 |
El
año undécimo, el día primero del mes, me fue dirigida la palabra
de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, por haber dicho Tiro de Jerusalén: ¡Bien! Ha sido
rota la puerta de los pueblos, vendrán a mí, yo me llenaré,
y ella está desierta! |
3 |
Por
eso así dice el Señor, Yavé: Heme aquí contra ti, ¡oh Tiro!
Yo haré subir contra tí pueblos numerosos, como hace subir el
mar sus olas, |
4 |
y
destruirán las murallas de Tiro y abatirán sus torres. Y barreré
de ella hasta el polvo y haré de ella una desnuda roca. |
5 |
Será
en medio del mar tendedero de redes, porque yo he hablado, oráculo
de Yavé; será presa de las gentes, |
6 |
y
sus hijas, las que están en el campo, serán pasadas a cuchillo,
y sabrán que yo soy Yavé. |
7 |
Porque
así habla el Señor, Yavé: He aquí que yo enviaré desde el septentrión,
contra Tiro, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes,
con carros, caballos y jinetes, y gran muchedumbre de pueblo. |
8 |
Pasará
al filo de la espada a tus hijas del campo, pondrá contra ti
cerco, levantará baluartes y alzará, escudos. |
9 |
Pondrá
contra ti arietes, derrumbará tus murallas, y con sus ingenios
echará por el suelo tus torres. |
10 |
La
polvareda que levantarán sus caballos te cubrirá, y al estrépito
de sus caballeros, sus carros y sus ruedas retemblarán tus muros
cuando entre él por tus puertas como se entra en ciudad conquistada. |
11 |
Con
los cascos de sus caballos hollará todas tus calles, y pasará
a tu pueblo al filo de la espada, y caerán a tierra tus estelas
colosales. |
12 |
Darán
al saqueo todas tus riquezas, al pillaje todas tus mercancías.
Demolerán tus murallas y derribarán tus magníficos palacios;
hasta las piedras, las maderas y el escombro lo arrojarán al
mar. |
13 |
Haré
cesar el estrépito de tus cantares, no se oirá más el sonido
de las cítaras. |
14 |
Te
tornaré en desnuda roca, apta para tender en ella las redes,
y no serás jamás reconstruida, porque yo, Yavé, he hablado,
oráculo del Señor, Yavé. |
15 |
Así
ha hablado el Señor, Yavé, de Tiro: Al fragor de tu caída, al
gritar de tus heridos, a las matanzas que en tí harán, temblarán
las islas. |
16 |
Todos
los príncipes del mar bajarán de sus tronos, se despojarán de
sus mantos y de sus recamadas vestiduras, se vestirán de espantos
y se sentarán en tierra. Temblarán a cada momento y estarán
consternados ante ti. |
17 |
Cantarán
una elegía y te dirán: ¿Cómo has perecido tú, habitada por los
del mar, la ciudad tan celebrada, tan poderosa en el mar, ella
y sus moradores, los que infundían el terror a todo el continente? |
18 |
Ahora
estremeceránse las islas el día de tu caída, se espantarán de
tu fin las islas del mar. |
19 |
Pues
así dice el Señor, Yavé: Cuando yo te torne en ciudad desierta,
como las ciudades deshabitadas; cuando haga yo subir el abismo
contra ti y te cubra la inmensidad de las aguas, |
20 |
te
haré bajar con los que cayeron en la fosa, con los pueblos de
otros tiempos, y te pondré en las profundidades de la tierra,
en las eternas soledades, junto a los que bajaron a la fosa,
y no serás habitada jamás, y daré tu gloria a la tierra de los
vivientes. |
21 |
Te
reduciré a la nada, no serás ya más. Te buscarán, y nunca más
te hallarán, dice el Señor, Yavé. |
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27 |
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Contra
Tiro |
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1 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Tú,
hijo de hombre, compón a Tiro una elegía. |
3 |
Di
a Tiro: ¡Oh tú, la que te asientas a la entrada del mar, la
que comercias con los pueblos de numerosas islas! Así habla
el Señor, Yavé: Tiro, tú te decías: Yo soy (un navío) de perfecta
hermosura. |
4 |
En
el corazón de los mares están tus confines; los que te edificaron
te hicieron perfectamente hermosa; |
5 |
de
cipreses de Sanir hicieron tus quillas; de cedros de Líbano
tus mástiles; |
6 |
tus
remos, de encinas de Basán; tus bancos, de boj incrustado de
marfil, traído de las islas de Kittim. |
7 |
De
lino recamado de Egipto eran tus velas para servir de enseña;
de jacinto y púrpura de las islas de Elisa tus toldos. |
8 |
Los
habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros, y los más expertos
entre ti, ¡oh Tiro!, tus pilotos. |
9 |
Ancianos
de Guebal, con sus más hábiles obreros, calafateaban tus junturas.
Todas las naves del mar, con sus navegantes, estaban dentro
de ti para cambiar tus mercancías.
|
10 |
De
Paras, de Lud y de Put eran los soldados de tu ejército, tus
hombres de guerra. Suspendían en medio de tí escudos y yelmos,
dándote esplendor. |
11 |
Hijos
de Arvad y de Jelec guarnecían tus murallas, y los Gammadim
tus torres; todos en torno, en tus murallas colgaban sus escudos,
coronando tu belleza. |
12 |
Los
de Tarsis traficaban contigo en gran abundancia de productos
de toda suerte: en plata, hierro, estaño y plomo te pagaban
tus mercancías. |
13 |
Javán,
Túbal y Mesec comerciaban también contigo y cambiaban tus mercaderías
por esclavos y objetos de bronce. |
14 |
Los
de la casa de Togorma pagaban sus mercancías con caballos de
tiro, corceles y mulos. |
15 |
Los
hijos de Dedán traficaban contigo; el comercio de numerosas
islas estaba en tus manos, y te pagaban con colmillos de marfil
y con ébano. |
16 |
Edom
cambiaba contigo sus muchos productos, y te pagaba con malaquita,
púrpura, recamados, lino, coral y rubíes. |
17 |
Contigo
comerciaban Judá y la tierra de Israel, y te daban como precio
el trigo de Minnit, perfumes, miel, aceite y bálsamo. |
18 |
Traficaba
contigo Damasco, pagándote con sus muchos productos y sus bienes
de toda suerte, vino de Jelbón y lana de Sajar. |
19 |
Los
de Vedaán y Yaván de Uzal te pagaban con hierro elaborado, casia
y caña aromática. |
20 |
Dedán
traficaba contigo en sillas de cuero para monturas. |
21 |
La
Arabia y los príncipes de Cedar eran tus proveedores y comerciaban
con corderos, carneros y machos cabríos. |
22 |
Los
mercaderes de Sebá y de Regma comerciaban contigo, cambiaban
tus mercancías por los más exquisitos aromas, piedras preciosas
y oro. |
23 |
Jarán,
Canne y Edén, Asiria y Kilmad traficaban contigo. |
24 |
Negociaban
contigo en muchas cosas, vestidos preciosos, mantos de jacinto
recamado, tapices tejidos en varios colores, fuertes y retorcidas
cuerdas. |
25 |
Las
naves de Tarsis eran las caravanas que traían tus mercancías. |
26 |
Así
llegaste a ser opulenta y muy rica en el corazón de los mares. |
27 |
Pero
en las grandes aguas, adonde te conducían tus remeros, el viento
solano te precipitará al seno del mar. |
28 |
Tus
riquezas, tus mercancías, tu tráfico, tus marineros, pilotos
y calafates, los mercaderes de tu tráfico, todos los guerreros
que en ti hay, con toda la muchedumbre que te llena, caerán
en el corazón del mar el día de tu ruina. |
29 |
Al
estrépito de los gritos de tus marineros temblarán las costas. |
30 |
Bajarán
de tus naves cuantos manejan el remo, y todos, marineros y pilotos
del mar, se quedarán en tierra. |
31 |
Alzarán
a ti sus clamores y darán amargos gritos, echarán polvo sobre
sus cabezas y se revolcarán en la tierra. |
32 |
Se
raerán por ti los cabellos en torno y se vestirán de saco; te
llorarán en la amargura de su alma con acerba aflicción; |
33 |
te
lamentarán con elegías, y dirán de ti: ¿Quién había que fuera
como Tiro, ahora silenciosa en medio del mar? Con las mercancías
que tú sacabas de los mares, tú saciabas a numerosos pueblos;
con la muchedumbre de tus riquezas y de tu comercio enriquecías
a los reyes de la tierra, |
34 |
y
yaces ahora sepultada en el mar, en lo profundo de las aguas,
y contigo cayeron tu tráfico y toda la gran muchedumbre. |
35 |
Quedáronse
atónitos sobre ti los habitantes de las islas, y los reyes de
ellas están temblando de espanto, demudado el rostro. |
36 |
Los mercaderes de los pueblos silban contra ti; has venido a
ser objeto de espanto, ya no serás más por los siglos.
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28 |
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Oráculos
contra el rey de Tiro |
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1 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, di al príncipe de Tiro: Así habla el Señor, Yavé:
Por cuanto se ensoberbeció tu corazón y dijiste: “Soy un dios,
habito en la morada de Dios, en el corazón de los mares”, y
siendo tú un hombre, no un dios, igualaste tu corazón al corazón
de Dios, |
3 |
y
creyéndote más sabio que Daniel; que ningún secreto se te ocultaba; |
4 |
que
con tu sabiduría y tu prudencia creaste tu poderío y acumulaste
el oro y la plata en tus tesoros, |
5 |
y
con tu gran sabiduría y tu comercio acrecentaste tu poder y
en tu potencia se ensoberbeció tu corazón, |
6 |
Por
eso así dice el Señor, Yavé: Pues que hiciste tu corazón igual
al corazón de Dios, |
7 |
yo
traeré contra ti a extranjeros, a los más feroces de los pueblos,
que desenvainarán la espada contra la belleza de tu sabiduría
y profanarán tu esplendor. |
8 |
Te
harán bajar a la huesa, y morirás con la muerte de los que mueren
en medio de los mares. |
9 |
¿Dirás
ya ante tu matador: Yo soy un dios? Hombre eres, no eres dios
en las manos de tu matador. |
10 |
Morirás la muerte de los incircuncisos, a manos de extranjeros,
porque he hablado yo, dice el Señor, Yavé. |
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Elegía
al rey de Tiro |
|
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11 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
12 |
Hijo
de hombre, canta una elegía al príncipe de Tiro y dile: Así
habla el Señor, Yavé: Eras el sello de la perfección, lleno
de sabiduría y acabado en belleza. |
13 |
Habitabas
en el Edén, en el jardín de Dios, vestido de todas las preciosidades:
el rubí, el topacio, el diamante, el crisólito, el ónice, el
berilo, el zafiro, el carbunclo, la esmeralda y el oro te cubrían;
llenaste tus tesoros y tus almacenes. El día en que fuiste creado, |
14 |
te
pusiste junto al querube, colocado en el monte santo de Dios,
y andabas en medio de piedras de fuego. |
15 |
Fuiste
perfecto en tus caminos desde que fuiste creado hasta el día
en que fue hallada en ti la iniquidad. |
16 |
Por
la muchedumbre de tus contrataciones se llenaron tus estancias
de rapiñas, y pecaste, y te arrojé del monte santo y te eché
de en medio de las piedras de fuego, ¡oh querube protector! |
17 |
Ensobercióse
tu corazón de tu hermosura y se corrompió tu sabiduría por tu
esplendor; por tierra te he derribado, ante los reyes te he
colocado, y te entregué en espectáculo a los reyes |
18 |
por
la muchedumbre de tus iniquidades; en la injusticia de tu comercio,
profanaste tus santuarios, y yo haré salir de en medio de tí
un fuego devorador y te reduciré a cenizas sobre la tierra a
los ojos de cuantos te miran. |
19 |
Todos
cuantos de entre los pueblos te conocían se asombrarán de ti.
Serás el espanto de todos y dejarás de existir para siempre. |
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Oráculo
contra Sidón |
|
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20 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
21 |
Hijo
de hombre, vuélvete de cara a Sidón y profetiza contra ella. |
22 |
Di:
Así habla el Señor, Yavé: Heme aquí contra ti, Sidón. Yo seré
glorificado en medio de ti, y sabrán que yo soy Yahvé cuando
la juzgue y yo me santifique en ella. |
23 |
Mandaré
contra ella la peste y sangre en sus calles, y yacerán heridos
de muerte en medio de ella por la espada, que les rodeará por
doquier, y sabrán que yo soy Yavé. |
24 |
Y
no será ya para la casa de Israel un aguijón punzante, un espino
desgarrador en medio de cuantos la rodean y la aborrecen, y
sabrán que yo soy Yavé. |
25 |
Así
dice el Señor, Yavé: Cuando reúna yo a la casa de Israel de
en medio de todos los pueblos en que se dispersó, yo me glorificaré
ante las gentes, y habitarán en la tierra que di a mi siervo
Jacob; |
26 |
habitarán
en ella seguros, y construirán en ella casas y plantarán viñas;
habitarán en seguridad cuando haga yo justicia en todos aquellos
que en torno a ella le aborrecen, y sabrán que yo, Yavé, soy
su Dios. |
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29 |
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ORÁCULOS
CONTRA EGIPTO |
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Primer
oráculo |
1 |
El
año décimo, el décimo mes, a doce del mes, fue me dirigida la
palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, vuelve tu rostro hacia el faraón, rey de Egipto,
y profetiza contra él y contra Egipto entero; |
3 |
habla
y di: Así dice el Señor, Yavé: Heme aquí contra ti, ¡oh faraón!,
rey de Egipto. Cocodrilo gigantesco echado en medio de tus ríos,
te dijiste: Míos son los ríos, yo mismo los he excavado. |
4 |
Yo
pondré un aro en tus quijadas, y pegaré los peces de tus ríos
a tus escamas, y te sacaré de en medio de tus ríos con los peces
de tus ríos adheridos a tus escamas, |
5 |
y
te arrojaré al desierto a tí y a todos los peces de tus ríos,
y caerás en la superficie del campo; no serás recogido ni sepultado,
y te daré en pasto a las fieras de la tierra y a las aves del
cielo. |
6 |
Y
todos los habitantes de Egipto sabrán que yo soy Yavé, por haber
sido báculo de caña para la casa de Israel, |
7 |
que
te quebraste cuando te tomaron con la mano, traspasando su costado.
Y cuando en tí se apoyaron te quebraste, deslomándolos enteramente. |
8 |
Por
eso así dice el Señor, Yavé: Yo haré venir la espada sobre tí
y exterminaré hombres y bestias, |
9 |
y
la tierra de Egipto se tornará soledad y desierto, y sabrán
que yo soy Yavé. Por haber dicho: Míos son los ríos, yo los
he excavado, |
10 |
por
eso heme aquí contra tí y contra tus ríos, y yo haré de Egipto
desierto y soledad desde Migdol hasta Siene, hasta las fronteras
de Etiopía. |
11 |
No
pasará por él pie de hombre, ni pie de animal pasará por allí,
y quedará por cuarenta años deshabitado. |
12 |
Yo
haré de Egipto tierra desierta entre las desiertas, y serán
sus ciudades entre las ciudades desiertas durante cuarenta años,
y diseminaré a los egipcios entre las naciones y los dispersaré
por las tierras. |
13 |
Así
dice el Señor, Yavé: Al cabo de cuarenta años reuniré a Egipto
entre los pueblos a que le había dispersado, |
14 |
y
mudaré la suerte de Egipto, y le llevaré a la tierra de Patros,
a la tierra de sus orígenes, y allí formará un modesto reino; |
15 |
será
el más humilde de los reinos y no volverá a lanzarse sobre las
naciones. Le disminuiré para que no pueda enseñorearse de las
gentes. |
16 |
No será ya este reino para Israel apoyo de confianza, sugestión
de iniquidad, a la cual se vuelva, y sabrán que yo soy Yavé. |
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|
Segundo
oráculo |
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17 |
El
año veintisiete, el primer mes, en el primer día del mes, me
fue dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
18 |
Hijo
de hombre, el rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha hecho
prestar a su ejército un largo servicio contra Tiro. Encalveciéronse
todas las cabezas, todos los hombres quedaron molidos, y no
hubo ni para él ni para su ejército paga de Tiro por el servicio
prestado contra ella. |
19 |
Por
tanto, así dice el Señor, Yavé: Doy a Nabucodonosor, rey de
Babilonia, la tierra de Egipto; él tomará sus riquezas y tomará
sus despojos. Pillará su botín, y ésta será la paga para su
ejército. |
20 |
En
pago del servicio prestado contra Tiro, yo le doy Egipto, porque
fue para mí para quien trabajaron, dice el Señor, Yavé. |
21 |
En
ese día yo haré nacer un cuerno a la casa de Israel. Y abriré
en medio de ellos tu boca, y sabrán que yo soy Yavé. |
|
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30 |
|
Tercer
oráculo |
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1 |
Fueme
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, profetiza y di: Así habla el Señor, Yavé: Vocifera:
¡Desdichado día!, |
3 |
porque
se acerca el día de Yavé, día tenebroso; llega la hora de las
gentes. |
4 |
Vendrá
la espada sobre Egipto, y la angustia sobre Etiopía, cuando
caigan los muertos de Egipto y sean apresadas sus riquezas y
destruidos sus cimientos. |
5 |
Los
de Etiopía, los de Put, de Lud, toda suerte de pueblos, las
gentes de Cub y los hijos de los países aliados caerán con ellos
a la espada. |
6 |
Así
dice Yavé: Caerán los apoyos de Egipto, se desvanecerá la altivez
de su poderío. Desde Migdol hasta Siene caerán a la espada,
dice el Señor, Yavé. |
7 |
Quedará
desolado entre las tierras desoladas, y sus ciudades entre las
ciudades en ruina. |
8 |
Se
sabrá entonces que yo soy Yavé, cuando pegue fuego a Egipto
y quebrante todos sus apoyos. |
9 |
Aquel
día partirán mensajeros en navíos de mi parte, que irán a esparcir
el terror en la confiada Etiopía, y serán presa de la angustia
cuando venga a Egipto su día. |
10 |
Así
dice el Señor, Yavé: Haré cesar el tumultuar de Egipto por mano
de Nabucodonosor, rey de Babilonia |
11 |
El
y sus gentes, los más violentos entre los pueblos, serán llevados
a devastar la tierra, y desenvainarán su espada contra Egipto,
y llenarán de muertos su tierra, |
12 |
y
secaré sus ríos, venderé esa tierra a gentes feroces y devastaré
su tierra y cuanto en ella hay por mano de extranjeros; yo,
Yavé, lo digo. |
13 |
Así
dice el Señor, Yavé: Haré desaparecer los falsos dioses de Menfis,
y no se alzará ya príncipe alguno en la tierra de Egipto. |
14 |
Echaré
el terror sobre la tierra de Egipto, devastaré a Patros, pegaré
fuego a Tanis, haré justicia en Tebas, |
15 |
derramaré
mi ira sobre Sin, el baluarte de Egipto, y exterminaré a la
muchedumbre de Tebas. |
16 |
Pondré
fuego a Egipto, Sin se dolerá sobremanera, se abrirá brecha
en Tebas, y Menfis será presa de enemigos diurnos. |
17 |
Las
juventudes de Heliópolis y de Bubastis caerán a la espada, y
sus mujeres irán al cautiverio. |
18 |
En
Tafnis se oscurecerá el día, cuando destroce los cetros de Egipto
y aniquile el orgullo de su fuerza. Quedará envuelto en tinieblas,
y sus hijas serán llevadas cautivas. |
19 |
Haré
justicia en Egipto, y sabrá que yo soy Yavé. |
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|
Cuarto
oráculo |
|
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20 |
El
año undécimo, el primer mes, el día siete del mes, me fue dirigida
la palabra de Yavé, diciendo: |
21 |
Hijo
de hombre, yo he roto el brazo del faraón, rey de Egipto, y
no le ha sido vendado, ni fajado, ni entablillado para soldar
la rotura y que pueda manejar la espada. |
22 |
Por
tanto, así dice el Señor, Yavé: Heme aquí contra el faraón,
rey de Egipto. Yo le romperé los dos brazos, el sano y el quebrado,
y haré que la espada se le caiga de la mano, |
23 |
y
diseminaré a los egipcios entre las gentes y los aventaré por
las tierras, |
24 |
y
fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y pondré mi espada
en su mano; pero quebraré los brazos del faraón, que delante
de aquél gemirá con gemidos de muerte. |
25 |
Fortaleceré
los brazos del rey de Babilonia, y se caerán los brazos del
faraón, y sabrán que yo soy Yavé, cuando ponga mi espada en
mano del rey de Babilonia y la esgrima él contra la tierra de
Egipto. |
26 |
Esparciré
a los egipcios entre las gentes y los aventaré por las tierras,
y sabrán que yo soy Yavé. |
|
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31 |
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Quinto
oráculo |
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1 |
El
año undécimo, el tercer mes, el primero del mes, fueme dirigida
la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, di al faraón, rey de Egipto, y a su multitud: ¿A
quién te igualaste en tu grandeza? |
3 |
He
aquí que Asur era un cedro del Líbano de bello ramaje, frondoso
y de sublime estatura, que mecía su copa entre las nubes. |
4 |
Las
aguas le hicieron crecer, el abismo le encumbró; hizo correr
ríos en torno al lugar en que estaba plantado, y mandaba sus
acequias a todos los árboles del campo. |
5 |
Por
eso se encumbró sobre todos los árboles del campo y se multiplicaron
sus ramas, y su fronda se extendió por la abundancia de aguas. |
6 |
Anidaban
en sus ramas todas las aves del cielo, y parían bajo su copa
todas las bestias del campo, y eran muchos los pueblos que habitaban
a su sombra. |
7 |
Era
hermoso por su grandeza, por la extensión de sus ramas, por
tener sus raíces metidas en abundantes aguas. |
8 |
No
le sobrepujaban los cedros del jardín de Dios, no se le asemejaban
en la fronda los cipreses, no eran los plátanos comparables
en su fronda, ningún árbol del jardín de Dios le igualaba en
hermosura. |
9 |
Yo
le había hecho hermoso y frondoso, y todos los árboles del Edén
que había en el jardín de Dios le miraban con envidia. |
10 |
Por
eso, así dice el Señor, Yavé: Ya que por ser encumbrado en altura,
alzando su cima hasta las nubes, se embriagó su corazón de la
propia alteza, |
11 |
le
he dado yo en las manos de un fuerte de las gentes, que le tratará
según su maldad; le he desechado por su impiedad. |
12 |
Extranjeros,
los más feroces de los pueblos, le abatieron; cayeron sus ramas
por los montes y por todos los valles, quedó destrozada su fronda
por todas las pendientes de la tierra, y, esquivando su sombra,
todos los pueblos de la tierra le abandonaron. |
13 |
Posáronse
sobre sus restos todas las aves del cielo, y en sus ramas hicieron
sus yacijas todas las bestias del campo, |
14 |
para
que no se exalten todos los árboles de junto a las aguas, y
no lancen su cima hasta las nubes, y no confíen en su altura
cuantos son regados por las aguas, porque todos están destinados
a morir, a ir a la morada subterránea entre los hijos de los
hombres que bajan a la fosa. |
15 |
Así
dice el Señor, Yavé: El día en que bajó al seol enluté
el abismo, retuve el curso de los ríos y se estancaron las aguas
caudalosas; entristecí al Líbano por él y se secaron todos los
árboles del campo. |
16 |
Con
fragor de su ruina hice temblar a las gentes. Cuando le hice
bajar al seol entre aquellos que bajan a la fosa, se
consolaron en la morada subterránea todos los árboles del Edén,
y los más hermosos y selectos del Líbano, todos regados por
las aguas. |
17 |
También
bajaron ellos al seol junto a los muertos a la espada,
los que fueron su brazo y se acogieron a su sombra en medio
de las gentes. |
18 |
¿A
quién te asemejas tú por gloria y por grandeza entre los árboles
del Edén? Pues también serás llevado con los árboles del Edén
a la morada subterránea. Yacerás entre los incircuncisos, con
los traspasados por la espada. Eso será del faraón y de toda
su gente, dice el Señor, Yavé. |
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32 |
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Elegía
de la ruina de Egipto |
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1 |
El
año duodécimo, el duodécimo del mes, el día primero del mes,
me fue dirigida la palabra de Yavé, diciendo: |
2 |
Hijo
de hombre, canta una elegía al faraón, rey de Egipto, y di:
Eras como el león de las gentes, eras como el cocodrilo de los
mares; con tus narices hacías hervir las aguas y las enturbiabas
con tus patas, y hollabas sus canales. |
3 |
Así
dice el Señor, Yavé: Yo te tenderé la red con una turba de pueblos
que te subirán en mi esparavel, |
4 |
y
te echaré en tierra seca, y te dejaré en medio del campo. Haré
venir sobre ti todas las aves del cielo y saciaré de ti a todas
las bestias de la tierra. |
5 |
Esparciré
tus carnes por los montes y llenaré de tu carroña los valles. |
6 |
Regaré
con tu sangre la tierra sobre los montes y de ella se llenarán
los torrentes. |
7 |
Al
apagar tu luz, velaré los cielos y oscureceré las estrellas.
Cubriré de nubes el sol, y la luna no resplandecerá. |
8 |
Todos
los astros que brillan en los cielos los vestiré de luto por
ti, y cubriré de tinieblas la tierra, dice el Señor, Yavé. |
9 |
Y
llenaré de horror el corazón de muchos pueblos cuando lleve
al cautiverio a los tuyos, a tierras que no conocen. |
10 |
Dejaré
por ti atónitos a muchos pueblos y a sus reyes, que temerán
por ti cuando yo blanda mi espada ante ellos el día de tu ruina. |
11 |
Porque
así dice el Señor, Yavé: La espada del rey de Babilonia te alcanzará. |
12 |
Yo
haré caer a tu multitud con la espada de los valientes, todos
ellos los más violentos de los pueblos, que destruirán la soberbia
de Egipto, y todas sus muchedumbres quedarán deshechas. |
13 |
Y
haré perecer todos tus ganados de sobre las muchas aguas, que
no enturbiará ya más pie de hombre ni pezuña de bestia. |
14 |
Entonces
haré que se limpien sus aguas y que se deslicen sus canales
como aceite, dice el Señor, Yavé. |
15 |
Cuando
tornare en desierto la tierra en Egipto y asolare cuanto la
llena, cuando hiriere a cuantos la habitan, entonces sabrán
que yo soy Yavé. |
16 |
Esta es la elegía que cantarán: la cantarán las hijas de las
gentes, la cantarán sobre Egipto y sobre toda su muchedumbre,
dice el Señor, Yavé. |
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Otra
elegía a Egipto |
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17 |
El
año duodécimo, el quince del mes, fueme dirigida la palabra
de Yavé, diciendo: |
18 |
Hijo
de hombre, compón un canto lúgubre a la muchedumbre de Egipto.
Precipítale a él y a las hijas de las gentes fuertes a las profundidades
de la tierra, con los que bajan a la fosa. |
19 |
¿Conque
nos sobrepasabas por belleza? Baja, baja a la fosa y yace entre
los incircuncisos. |
20 |
Cae
en medio de los muertos a la espada, que la espada ya ha sido
entregada; traedlo con toda su pompa. |
21 |
En
el seol se dirigirán a él los valientes, diciéndole
a él y a sus auxiliares: Han bajado a la fosa y yacen entre
los incircuncisos, entre los muertos a la espada. |
22 |
Allí
está Asur con todos sus ejércitos, cuyos sepulcros están en
torno de él. |
23 |
Están
sepultados en lo profundo de la fosa, rodeándole en torno, todos
traspasados por la espada, los que sembraron el terror en la
tierra de los vivos. |
24 |
Allí
está Elam con todas sus mesnadas en torno de su sepulcro; todos
los muertos a la espada cayeron, y bajaron incircuncisos a lo
profundo de la fosa. Los que esparcieron el terror en la tierra
de los vivos, trajeron su ignominia a lo profundo de la fosa. |
25 |
En
medio de los muertos pusieron su lecho para él y sus muchedumbres.
Sus sepulcros lo rodean, todos incircuncisos, muertos a la espada.
Sembraron el espanto en la tierra de los vivos, pero vinieron
con su ignominia a unirse con los que bajaron al seol y yacen en medio de los muertos. |
26 |
Allí
Mesec y Tubal, con todos sus ejércitos, cuyos sepulcros le rodean;
todos incircuncisos, muertos a la espada, los que aterrorizaban
a la tierra de los vivos. |
27 |
No
yacen con los héroes los caídos de antiguo, que descendieron
a la morada de los muertos con sus armas de guerra, la espada
bajo sus cabezas y el escudo sobre sus huesos, con haber sido
el terror de los guerreros en la tierra de los vivos. |
28 |
También
tú serás quebrantado entre los incircuncisos y yacerás con los
muertos a la espada. |
29 |
Allí
está Edom, sus reyes y sus príncipes todos, que, a pesar de
su valor, yacen entre los muertos a la espada y duermen con
los incircuncisos, con los que bajaron a la fosa. |
30 |
Allí
están todos los príncipes del septentrión y todos los sidonios,
que con su ignominia descendieron a los muertos a pesar del
terror que inspiraba su valor. Incircuncisos se acostaron con
los muertos a la espada, y comparten su ignominia con los que
bajan a la fosa. |
31 |
El
faraón los verá y se consolará de su muchedumbre, de los suyos
muertos a la espada y de todo su ejército, dice el Señor, Yavé. |
32 |
Porque
yo sembraré mi terror en la tierra de los vivos, y se acostarán
en medio de los incircuncisos, con los muertos a la espada,
el faraón y toda su muchedumbre, dice el Señor, Yavé. |
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C.R.Y&S
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