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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

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CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

LA SAGRADA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO - PENTATEUCO

 

DEUTERONOMIO

 

SEGUNDO DISCURSO

Proemio

44. Esta es la Ley que Moisés puso ante los ojos de los hijos de Israel.

45. Estos son los estatutos, leyes y mandamientos que Moisés había dado a los hijos de Israel, a su salida de Egipto,

46. al otro lado del Jordán, en el valle que hay frente a Bet-Fogor, en la tierra de Seón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón y había sido derrotado por Moisés y los hijos de Israel a su salida de Egipto.

47. Se apoderaron de su tierra y de la de Og, rey de Basán, dos de los reyes de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, al oriente;

48. su territorio se extendía desde Aroer, a orillas del torrente del Arnón,

49. con todo el Arabá al otro lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, al pie del Pasga

 

1. Moisés convocó a todo Israel y les dijo.

5

El Decálogo

“Oye, Israel, las leyes y los mandamientos que hoy voy a hacer resonar en tus oídos; apréndetelos y pon mucho cuidado en guardarlos.

2. Yavé, nuestro Dios, hizo con vosotros una alianza en Horeb.

3. No hizo Yavé esta alianza con nuestros padres; la hizo con nosotros, que hoy vivimos todavía todos.

4. Yavé nos habló cara a cara sobre la montaña, en medio del fuego.

5. Yo estaba entonces entre Yavé y vosotros, para traeros sus palabras, pues vosotros teníais miedo del fuego, y no subisteis a la cumbre de la montaña. El dijo:

6. “Yo soy Yavé, tu Dios, que te ha sacado de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre.

7. No tendrás más Dios que a mí.

8. No te harás imagen esculpida de cuanto hay arriba en los cielos, ni abajo sobre la tierra, ni de cuanto hay en las aguas, abajo de la tierra.

9. No las adorarás ni las darás culto, porque yo, Yavé, tu Dios, soy tu Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

10. y hago misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.

11. No tomarás el nombre de Yavé, tu Dios, en falso, porque Yavé no dejará impune al que tome en falso su nombre.

12. Guarda el sábado para santificarlo, como te lo ha mandado Yavé, tu Dios.

13. Seis días trabajarás y harás tus obras,

14. pero el séptimo es sábado de Yavé, tu Dios. No harás en él trabajo alguno ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de tus bestias, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que tu siervo y tu sierva descansen como descansas tú.

15. Acuérdate de que siervo fuiste en la tierra de Egipto, y de que Yavé, tu Dios, te sacó de allí con mano fuerte y brazo tendido; y por eso, Yavé, tu Dios, te manda guardar el sábado.

16. Honra a tu padre y a tu madre, como Yavé, tu Dios, te lo ha mandado, para que vivas largos años y seas feliz en la tierra que Yavé, tu Dios, te dará.

17. No matarás.

18. No adulterarás.

19. No robarás.

20. No dirás falso testimonio contra tu prójimo.

21. No desearás a la mujer de tu prójimo, ni desearás su casa, ni su campo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada de cuanto a tu prójimo pertenece.”

22. Estas son las palabras que Yavé dirigió a toda vuestra comunidad desde la montaña, en medio de fuego, de nube y de tinieblas, con fuerte voz, y no añadió más. Las escribió sobre dos tablas ¿le piedra que él me dio.

23. Cuando oísteis su voz de en medio de las tinieblas estando la montaña toda en fuego, os acercasteis luego a mí todos los jefes de las tribus y todos los ancianos

24. y me dijisteis: Yavé, nuestro Dios, nos ha hecho ver su gloria y su grandeza, y oír su voz en medio del fuego; hoy hemos visto a Dios hablar al hombre y quedar éste con vida.

25. ¿Por qué, pues, morir devorados por ese gran fuego si seguimos oyendo la voz de Yavé, nuestro Dios?

26. Porque de toda carne, ¿quién como nosotros ha oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego y ha quedado con vida?

27. Acércate tú y oye lo que te diga Yavé, nuestro Dios, y transmítenos a nosotros cuanto Yavé, nuestro Dios, te diga, y nosotros le escucharemos y lo haremos.

28. Yavé escuchó vuestras palabras cuando me hablabais y me dijo: “He oído las palabras que el pueblo te ha dirigido; está bien lo que dicen.

29. ¡Oh si tuvieran siempre ese mismo corazón y siempre me temieran y guardaran mis mandamientos para ser por siempre felices, ellos y sus hijos!

30. Ve y diles: Volveos a vuestras tiendas.

31. Pero tú quédate aquí conmigo, y yo te diré todas las leyes, mandamientos y preceptos que tú les has de enseñar para que los pongan por obra en la tierra que yo les voy a dar en posesión.

32. Poned, pues, mucho cuidado en hacer cuanto Yavé, vuestro Dios, os manda;

33. seguid en todo los caminos que Yavé, vuestro Dios, os prescribe, para que viváis y seáis dichosos y duréis largos años en la tierra que vais a poseer.”

 

6

El amor de Dios y la observancia de la Ley

1. Estos son los mandamientos, los preceptos y los juicios que Yavé, vuestro Dios, me mandó que os enseñase, para que la cumpláis en la tierra en que vais a entrar y vais a poseer,

2. para que temas a Yavé, tu Dios, tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, y, guardes todos los días de tu vida todas sus leyes y todos sus mandamientos que yo te inculco, y vivas largos años.

3. Escúchalos, Israel, y ten sumo cuidado en ponerlos por obra, para que seas dichoso y os multipliquéis grandemente, según lo que ha dicho Yavé, el Dios de tus padres, de darles la tierra que mana leche y miel.

4. Oye, Israel: Yavé, nuestro Dios, Yavé es único.

5. Amarás a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu poder,

6. y llevarás muy dentro del corazón todos estos mandamientos que yo te doy.

7. Incúlcaselos a tus hijos, y, cuando estés en tu casa, cuando viajes, cuando te acuestes, cuando te levantes, habla siempre de ellos.

8. Átatelos a tus manos para que te sirvan de señal; póntelos en la frente, entre tus ojos;

9. escríbelos en los postes de tu casa y en tus puertas.

10. Cuando Yavé, tu Dios, te introduzca en la tierra que a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, juró darte, ciudades grandes y hermosas que tú no has edificado,

11. casas llenas de toda suerte de bienes que tú no has llenado, cisternas que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado; cuando comas y te hartes,

12. guárdate de olvidarte de Yavé, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre.

13. Teme a Yavé, tu Dios; sírvele a él y jura por su nombre.

14. No te vayas tras otros dioses, de los dioses de los pueblos que te rodean;

15. porque Yavé, tu Dios, que está en medio de ti, es un Dios celoso, y la cólera de Yavé, tu Dios, se encendería contra ti y te exterminaría de sobre la tierra.

16. No tentéis a Yavé, vuestro Dios, como le tentasteis en Masá.

17. Guardad con gran cuidado los mandamientos de Yavé, vuestro Dios; los preceptos y las leyes que él os da.

18. Haz lo que es recto y bueno a los ojos de Yavé, para que seas dichoso

19. y entres, para poseerla, en la buena tierra que Yavé con juramento prometió a tus padres, cuando ante ti arrojé a todos tus enemigos, como El lo ha dicho.

20. Cuando un día te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué son estos mandamientos, estas leyes y preceptos que Yavé, nuestro Dios, os ha prescrito?,

21. tú responderás a tu hijo: Nosotros éramos en Egipto esclavos del faraón, y Yavé nos sacó de allí con su potente mano.

22. Yavé hizo a nuestros ojos grandes milagros y prodigios terribles contra Egipto, contra el faraón y contra toda su casa,

23. y nos sacó de allí para conducirnos a la tierra que con juramento había prometido a nuestros padres.

24. Yavé nos ha mandado poner por obra sus leyes y temer a Yavé, nuestro Dios, para que seamos dichosos siempre y El nos conserve la vida, como hasta ahora ha hecho;

25. y es para nosotros la justicia guardar sus mandamientos y ponerlos por obra ante Yavé, nuestro Dios, como El nos lo ha mandado.

 

7

Conducta que habrán de seguir con los cananeos y su culto

1. Cuando Yavé, tu Dios, te introduzca en la tierra que vas a poseer y arroje delante de ti a muchos pueblos, a jeteos, guergueseos, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos, siete naciones más numerosas y poderosas que tú;

2. y Yavé, tu Dios, te las entregue, y tú las derrotes, las darás al anatema, no harás pactos con ellas ni les harás gracia.

3. No contraigas matrimonios con ellas, no des tus hijas a sus hijos ni tomes sus hijas para tus hijos,

4. porque ellas desviarían a tus hijos de en pos de mí y los arrastrarían a servir a otros dioses, y la ira de Yavé se encendería contra vosotros y os destruiría prontamente.

5. Así, por el contrario, habrás de hacer con ellos: derribaréis sus altares, romperéis sus cipos, abatiréis sus aseras y daréis al fuego sus imágenes talladas;

6. porque eres un pueblo santo para Yavé, tu Dios. Yavé, tu Dios, te ha elegido para ser el pueblo de su porción entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra.

7. Si Yavé se ha ligado con vosotros y os ha elegido, no es por ser vosotros los más en número entre todos los pueblos, pues sois el más pequeño de todos.

8. Porque Yavé os amó, y porque ha querido cumplir el juramento que hizo a vuestros padres, os ha sacado de Egipto Yavé con mano poderosa, redimiéndoos de la casa de la servidumbre, de la mano del faraón, rey de Egipto.

9. Has de saber, pues, que Yavé, tu Dios, es Dios fiel, que guarda la alianza y la misericordia hasta mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos;

10. pero retribuye en cara al que le aborrece, destruyéndole; no tarda en darle en cara su merecido.

11. Guarda, pues, tú sus mandamientos, las leyes y estatutos que te prescribe hoy, poniéndolos por obra.

12. Si escucháis sus mandatos y los guardáis y los ponéis por obra, en retorno Yavé, tu Dios, te guardará su alianza y la misericordia que a tus padres juró.

13. Te amará, te bendecirá y te multiplicará; bendecirá el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo: tu trigo, tu mosto, tu aceite, las crías de tus vacas y las crías de tus ovejas, en la tierra que a tus padres juró darte.

14. Serás bendito sobre todos los pueblos, no habrá estériles en ti ni en tus ganados.

15. Yavé alejará de ti las enfermedades, no mandará sobre ti ninguna de las plagas malignas de Egipto, que tú conoces, y afligirá con ellas a los que te odian.

16. Devorarás a todos los pueblos que Yavé, tu Dios, va a entregarte; tus ojos no los perdonarán, y no servirás a sus dioses, porque eso sería para ti la ruina.

17. Y si se te ocurriere decir: ¿Cómo voy a poder expulsar a esas naciones, que son más numerosas que yo?

18. No las temas; acuérdate de lo que Yavé, tu Dios, hizo con el faraón y con todo Egipto,

19. las grandes pruebas que vieron tus ojos, los portentos y prodigios, la mano fuerte y el brazo tendido con que Yavé, tu Dios, te sacó; así hará también Yavé, tu Dios, con todos los pueblos que tú temes.

20. Aun tábanos mandará Yavé, tu Dios, contra ellos hasta hacer perecer a los supervivientes o a los que se escondiesen.

21. No los temas, porque en medio de ti está Yavé, tu Dios, el Dios grande y terrible.

22. Yavé, tu Dios, expulsará a esas naciones poco a poco; no podrás exterminarlas en un día, no sea que las fieras salvajes se multipliquen contra ti.

23. Yavé, tu Dios, te los entregará y los conturbará con gran conturbación hasta que desaparezcan;

24. entregará en tus manos sus reyes y harás desaparecer sus nombres de debajo de los cielos; nadie podrá resistirle hasta que los hayas destruido.

25. Consumirás por el fuego las imágenes esculpidas de sus dioses; no codicies la plata ni el oro que haya sobre ellas, apropiándotelo, y cayendo en una trampa, porque es abominación de Yavé, tu Dios,

26. y no has de introducir en tu casa abominación para no hacerte como ello es, anatema. Detéstalo y abomínalo como abominación por ser cosa dada al anatema.”

 

8

Agradecimiento a Dios por los beneficios recibidos

1. Tened gran cuidado de poner por obra los mandamientos que os prescribo hoy, para que viváis y os multipliquéis y entréis, para poseerla, en la tierra que Yavé juró dar a vuestros padres.

2. Acuérdate de todo el camino que Yavé, tu Dios, te ha hecho andar todos estos cuarenta años por el desierto para castigarte y probarte, para conocer los sentimientos de tu corazón y saber si guardas o no sus mandamientos.

3. El te afligió, te hizo pasar hambre y te alimentó con el maná, que no conocieron tus padres, para que aprendieras que no sólo de pan vive el hombre, sino de cuanto procede de la boca de Yavé.

4. Tus vestidos no se envejecieron sobre ti, ni se hincharon tus pies durante esos cuarenta años,

5. para que reconocieras en tu corazón que Yavé, tu Dios, te instruye como instruye un hombre a su hijo;

6. y guardarás los mandamientos de Yavé, tu Dios, marchando por sus caminos y temiéndole.

7. Ahora, Yavé, tu Dios, va a introducirte en una buena tierra; tierra de torrentes, de fuentes, de aguas profundas que brotan en los valles y en los montes;

8. tierra de trigo, de cebada, de viñas, de higueras y de granados; tierra de olivos, de aceite y de miel;

9. tierra donde comerás tu pan con abundancia y no carecerás de nada; tierra cuyas piedras son hierro y de cuyas montañas sale el bronce.

10. Comerás y te hartarás; bendice, pues, a Yavé por la buena tierra que te ha dado.

11. Guárdate bien de olvidarte de Yavé, tu Dios, dejando de observar sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos que hoy te prescribo yo;

12. no sea que, cuando comas y te hartes, cuando edifiques y habites hermosas casas,

13. y veas multiplicarse tus bueyes y tus ovejas, y acrecentarse tu plata, tu oro y todos tus bienes,

14. te ensoberbezcas en tu corazón y te olvides de Yavé, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre,

15. y te ha conducido a través de vasto y horrible desierto, de serpientes de fuego y escorpiones, tierra árida y sin aguas; que hizo brotar para ti agua de la roca pedernaliza ,

16. y te ha dado a comer en el desierto el maná, que tus padres no conocieron, castigándote y probándote para a la postre hacerte bien,

17. no dijeras: Mi fuerza y el poder de mi mano me ha dado esta riqueza.”

18. Acuérdate, pues, de Yavé, tu Dios, que es quien te da poder para adquirirla, cumpliendo como hoy la alianza que a tus padres juró.

19. Si olvidándote de Yavé te llegaras a ir tras de otros dioses y les sirvieras y te prosternaras ante ellos, yo doy testimonio hoy contra vosotros de que con toda certeza pereceréis;

20. como las naciones que Yavé hace perecer ante vosotros, así vosotros pereceréis por no haber escuchado la voz de Yavé, vuestro Dios.

 

9

1. ¡Escucha, Israel! Estáis hoy para pasar el Jordán y marchar a la conquista de naciones más numerosas y más poderosas que tú; de grandes ciudades, cuyas murallas se levantan hasta el cielo;

2. de un pueblo numeroso, de elevada estatura, los hijos de Enac, que ya conoces y de quienes has oído hablar. ¿Quién podrá resistir contra estos hijos de Enac?

3. Has de saber desde hoy que Yavé, tu Dios, irá El mismo delante de ti como fuego devorador, que los destruirá, los humillará ante ti, y tú los arrojarás y los destruirás pronto, como te lo ha dicho Yavé.

4. No digas luego en tu corazón, cuando Yavé, tu Dios, los arroje de delante de ti: Por mi justicia me ha puesto Yavé en posesión de esta tierra. Por la iniquidad de esos pueblos, Yavé los arrojará de ante ti.

5. No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón vas a entrar en posesión de esa tierra, sino por la maldad de esas naciones los expulsa Yavé de delante de ti; para cumplir la palabra que con juramento dio a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.

6. Entiende que no por tu justicia te da Yavé, tu Dios, la posesión de esa buena tierra; porque eres pueblo de dura cerviz.

 

Las infidelidades de Israel

7. Acuérdate, no olvides cuánto has irritado a Yavé, tu Dios, en el desierto; desde el día en que salisteis de la tierra de Egipto hasta que habéis llegado a este lugar, habéis sido rebeldes a Yavé.

8. Ya en Horeb provocasteis la ira de Yavé, y Yavé se irritó contra vosotros hasta querer destruiros.

9. Cuando subí yo a la cumbre de la montaña para recibir las tablas de la alianza que Yavé hacía con vosotros, y estuve allí cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua,

10. y me dio Yavé las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios, que contenían todas las palabras que El os había dicho en la montaña, en medio del fuego, el día de la congregación;

11. al cabo de los cuarenta días y cuarenta noches me dio Yavé las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza,

12. y me dijo entonces: “Anda, baja presto de aquí, porque tu pueblo, el que has sacado de Egipto, se ha corrompido; pronto se ha apartado del camino que yo le mandé y se han hecho una imagen fundida.”

13. Y me dijo Yavé: “Ya veo que este pueblo es un pueblo de cerviz dura;

14. déjame que le destruya y que borre su nombre de debajo de los cielos, y te haré a ti una nación más poderosa y más numerosa que ese pueblo.”

15. Yo me volví y bajé de la montaña, que estaba toda en fuego, trayendo en mis manos las dos tablas de la alianza;

16. miré y vi que habíais pecado contra Yavé, vuestro Dios; os habíais hecho un becerro fundido, apartándoos bien pronto del camino que Yahvé os había prescrito;

17. tomé entonces las dos tablas y con mis manos las tiré, rompiéndolas ante vuestros ojos.

18. Luego me postré en la presencia de Yavé, como la primera vez, durante cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan y sin beber agua, por todos los pecados que vosotros habíais cometido, haciendo lo malo a los ojos de Yavé, irritándole.

19. Yo estaba espantado de ver la cólera y el furor con que Yavé estaba enojado contra vosotros, hasta querer destruiros; pero todavía esta vez me escuchó Yavé.

20. Estaba Yavé también fuertemente irritado contra Arón, hasta el punto de querer hacerle perecer, y yo intercedí entonces por Arón;

21. y tomé vuestro pecado, el que os habíais hecho, y lo arrojé al fuego, y desmenuzándolo bien hasta reducirlo a polvo, eché el polvo en el torrente que baja de la montaña.

22. En Taberá, en Masá y en Quibrot-at-tava excitasteis también la cólera de Yavé;

23. y cuando Yavé os hizo subir de Cadesbarne, diciendo: “Subid y tomad posesión de la tierra que os doy,” fuisteis rebeldes a las órdenes de Yavé, vuestro Dios; no tuvisteis confianza en El y no obedecisteis a su voz.

24. Habéis sido rebeldes a Yavé desde el día en que El comenzó a poner en vosotros sus ojos.

25. Yo me postré ante Yavé aquellos cuarenta días y cuarenta noches que estuve postrado, porque Yavé hablaba de destruiros,

26. y le rogué, diciendo: ¡Señor, Yavé, no destruyas a tu pueblo, a tu heredad, redimida por tu grandeza, sacándolo de Egipto con tu mano poderosa!

27. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza, de este pueblo, a su perversidad y a su pecado;

28. que no puedan decir los de la tierra de que nos has sacado: Por no poder Yavé hacerlos entrar en la tierra que les había prometido y porque los odiaba, los ha sacado fuera para hacerlos morir en el desierto.

29. Son tu pueblo, tu heredad, que con tu gran poder y brazo tendido has sacado fuera.

 

10

Las tablas de la Ley

1. Entonces me dijo Yavé: “Hazte dos tablas de piedra como las primeras y sube a mí a la montaña; haz también un arca de madera;

2. yo escribiré sobre estas tablas las palabras que estaban escritas sobre las primeras que tú rompiste, y las guardarás en el arca.”

3. Hice, pues, un arca de madera de acacia, y, habiendo cortado dos tablas de piedra como las primeras, subí con ellas a la montaña.

4. El escribió sobre estas tablas lo que estaba escrito en las primeras, los diez mandamientos que Yavé os había dicho en la montaña de en medio del fuego el día de la congregación, y me las dio.

5. Yo me volví y, bajando de la montaña, puse las tablas en el arca que había hecho, y allí han quedado, como Yavé me lo mandó.

6. Los hijos de Israel partieron de Berot-Bene Jacan para Moserá. Allí murió Arón y allí fue enterrado. Eleazar, su hijo, fue sacerdote en su lugar.

7. De allí partieron para Gadgad, y de Gadgad para Jetebata, región rica en aguas.

8. En ese tiempo separó Yavé la tribu de Leví para llevar el arca de la alianza de Yavé, para que estuvieran en su presencia y le sirvieran y bendijeran su nombre, como hasta hoy.

9. Por eso Leví no tiene parte ni heredad entre sus hermanos, porque es Yavé su heredad, como Yavé te lo ha dicho.

10. Yo me estuve en la montaña como anteriormente, cuarenta días y cuarenta noches; y Yavé me escuchó esta vez también y no quiso ya destruiros.

11. Me dijo Yavé: “Levántate y ve a ponerte a la cabeza del pueblo para que entren y se posesionen de la tierra que a sus padres juré darles.”

 

Exhortación a la observancia. Promesas y amenazas

12. Ahora, pues, Israel, ¿qué es lo que de ti exige Yavé, tu Dios, sino que temas a Yavé, tu Dios, siguiendo por todos sus caminos, amando y sirviendo a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma,

13. y guardando los mandamientos de Yavé y sus leyes, que hoy te prescribo yo, para que seas dichoso?

14. Mira: De Yavé, tu Dios, son los cielos de los cielos, la tierra y todo cuando en ella se contiene.

15. Y sólo con tus padres se ligó amándolos, y a su descendencia después de ellos, a vosotros, os ha elegido de entre todos los pueblos, como hoy.

16. Circuncidad, pues, vuestros corazones y no endurezcáis más vuestra cerviz;

17. porque Yavé, vuestro Dios, es el Dios de dioses, el Señor de los señores, el Dios grande, fuerte y terrible, que no hace acepción de personas ni recibe regalos,

18. hace justicia al huérfano y a la viuda,

19. ama al extranjero y le alimenta y le viste. Amad también vosotros al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.

20. Teme a Yavé, tu Dios; sírvele, apégate a Él y jura por su nombre.

21. Él es tu gloria, Él es tu Dios, que por ti ha hecho cosas grandes y terribles que con tus mismos ojos has visto.

22. Tus padres bajaron a Egipto en número de setenta personas, y ahora Yavé, tu Dios, ha hecho de ti una muchedumbre como las estrellas del cielo.

 

11

1. Ama, pues, a tu Dios y cumple lo que de ti demanda: sus leyes y sus preceptos, sus mandamientos.

2. Reconoced hoy, pues no hablo ahora a vuestros hijos, que no saben y no vieron la enseñanza de Yavé, vuestro Dios; su grandeza, su mano fuerte y su brazo tendido;

3. los prodigios y portentos que en medio de Egipto obró contra el faraón, rey de Egipto, y contra toda su tierra;

4. lo que hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y sus carros, arrojando sobre ellos las aguas del mar Rojo cuando os perseguían y destruyéndolos hasta hoy;

5. lo que por vosotros ha hecho en el desierto hasta que habéis llegado a este lugar;

6. lo que hizo con Datan y Abirón, hijos de Eliab, hijo de Rubén, cuando, abriendo la tierra su boca, se los tragó con sus casas, sus tiendas y todos sus secuaces en medio de todo Israel.

7. Porque con vuestros ojos habéis visto todos los grandes prodigios que ha hecho Yavé.

8. Guardad, pues, todos sus mandamientos que hoy os prescribo yo, para que seáis fuertes, y entréis y os adueñéis de la tierra a que vais a pasar para tomar posesión de ella,

9. y para que se dilaten vuestros días sobre la tierra que Yavé juró dar a vuestros padres, a ellos y a su descendencia; la tierra que mana leche y miel.

10. Porque la tierra en que vais a entrar para poseerla no es como la de Egipto, de donde habéis salido, donde echabas tu simiente y la regabas con tu pie como se riega una huerta.

11. La tierra en que vais a entrar para poseerla es una tierra de montes y valles que riega la lluvia del cielo;

12. es una tierra de que cuida Yavé, tu Dios, y sobre la cual tiene siempre puestos sus ojos desde el comienzo del año hasta el fin.

13. Si vosotros obedecéis los mandatos que os prescribo, amando a Yavé, vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,

14. yo daré a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, la temprana y la tardía; y tú cosecharás tu trigo, tu mosto y tu aceite;

15. yo daré también hierba en tus campos para tus ganados, y de ellos comerás y te saciarás.

16. Pero cuidad mucho de que no se deje seducir vuestro corazón y, desviándoos, sirváis a otros dioses y os prosternéis ante ellos;

17. porque la cólera de Yavé se encendería contra vosotros y cerraría el cielo, y no habría más lluvia, y la tierra no daría más su frutos, y desaparecerías presto de la buena tierra que Yavé os da.

18. Poned, pues, en vuestro corazón y en vuestra alma las palabras que yo os digo; atadlas por recuerdo a vuestras manos y ponedlas como frontal entre vuestros ojos.

19. Enseñádselas a vuestros hijos, habladles de ellas, ya cuando estés en tu casa, ya cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte.

20. Escríbelas en los postes de tu casa y en tus puertas,

21. para que vuestros días y los días de vuestros hijos sobre la tierra que a vuestros padres Yavé juró darles sean tan numerosos como los días de los cielos sobre la tierra.

 

Sanciones de la Ley

 

22. Porque, si cuidadosamente guardáis estos mandamientos que yo os prescribo, amando a vuestro Dios, marchando siempre por sus sendas y adhiriéndoos a Él,

23. Yavé arrojará de ante vosotros a todos los pueblos más numerosos y más poderosos que vosotros;

24. cuanto pise la planta de vuestros pies, vuestro será, y vuestras fronteras se extenderán desde el desierto al Líbano, desde el río Eufraes hasta el mar occidental; todo será dominio vuestro.

25. Nadie podrá resistir ante vosotros; Yavé, vuestro Dios, esparcirá ante vosotros, como os lo ha dicho, el miedo y el terror sobre toda tierra donde pongáis vuestro pie.

26. Ved, yo os pongo hoy delante bendición y maldición;

27. la bendición, si cumplís los mandamientos de Yavé, vuestro Dios, que yo os prescribo hoy;

28. la maldición, si no cumplís los mandamientos de Yavé vuestro Dios, y, apartándoos del camino que yo os prescribo hoy, os vais tras otros dioses que no habéis conocido

29. Y cuando Yavé, vuestro Dios, te haya hecho entrar en la. tierra de que vas a tomar posesión, pronunciarás la bendición sobre el Garizim, y la maldición sobre el monte Ebal;

30. esas montañas del otro lado del Jordán, detrás del camino de occidente en la tierra de los cananeos que habitan en el Arabá, frente a Galgal, junto al encinar de Moré.

31. Porque vais a pasar el Jordán y a posesionaros de la tierra que Yavé, vuestro Dios, os da, y la poseeréis y habitaréis en ella.

32. Tened, pues, gran cuidado de cumplir todos los mandamientos que hoy os propongo.

LEYES ACERCA DEL CULTO

12

El santuario único

1. He aquí, pues, las leyes y preceptos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Yavé, Dios de vuestros padres, os dará en posesión todo el tiempo que viváis sobre la tierra.

2. Destruiréis enteramente todos los lugares donde las gentes que vais a desposeer han dado culto a sus dioses sobre los altos montes, sobre los collados y bajo todo árbol frondoso;

3. abatiréis sus altares, romperéis sus cipos, destruiréis sus aseras, quemaréis sus imágenes talladas y sus dioses y haréis desaparecer de la memoria sus nombres.

4. No haréis así cuanto a Yavé, vuestro Dios,

5. sino que le buscaréis en el lugar que él elija entre todas las tribus, para poner en él su santo nombre y hacer en él su morada; allá iréis;

6. allí le presentaréis vuestros holocaustos y sacrificios, vuestras décimas, vuestras primicias y la ofrenda alzada de vuestras manos, vuestros votos y oblaciones voluntarias, y los primogénitos de vuestras vacas y ovejas.

7. Allí comeréis delante de Yavé, vuestro Dios, y os regocijaréis vosotros y vuestras familias, gozando de los bienes que vuestras manos adquieran y con que Yavé, tu Dios, te bendiga.

8. No haréis cada uno como bien le parezca, como lo hacemos nosotros aquí ahora,

9. porque no habéis llegado todavía al descanso y a la heredad que Yavé, tu Dios, te da.

10. Mas pasaréis el Jordán y habitaréis en la tierra que Yavé, vuestro Dios, os dará en heredad; y entonces os dará reposo contra todos vuestros enemigos que os rodean y habitaréis en seguridad,

11. Entonces, en el lugar que Yavé, vuestro Dios, elija para que en él more su santo nombre, allá llevaréis todo lo que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestras décimas, las ofrendas elevadas de vuestras manos y las ofrendas escogidas de vuestros votos a Yavé.

12. Allí os regocijaréis en la presencia de Yavé, vuestro Dios; vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que está dentro de vuestras puertas, ya que éste no ha recibido parte y heredad con vosotros.

13. Guárdate de ofrecer holocaustos en cualquier lugar a que llegues;

14. los ofrecerás en el lugar que Yavé haya elegido en una de tus tribus; allí harás todo lo que yo te mando.

15. Pero cuando quieras podrás matar y comer la carne en todas tus ciudades, conforme a la bendición que Yavé, tu Dios, te haya otorgado. Podrán comerla lo mismo el impío que el puro, como se hace con la gacela y el ciervo;

16. mas no comerás sangre; la derramarás sobre la tierra como el agua.

17. No podrás comer en cualquiera de tus ciudades las décimas de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, ni los primogénitos de tus vacas y tus ovejas, ni nada de cuanto ofrezcas en cumplimiento de un voto; ni tus ofrendas voluntarias, ni las oblaciones de la elevación.

18. Delante de Yavé, tu Dios, en el lugar que Yavé, tu Dios, elija, las comerás, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva y el levita que more en tus ciudades; allí te regocijarás ante Yavé, tu Dios, disfrutando de los bienes que adquiera tu mano.

19. Guárdate de desamparar al levita en todo el tiempo que vivas sobre tu tierra.

20. Cuando Yavé tu Dios, haya extendido tus fronteras, como te lo ha prometido, y digas: Quiero comer carne, porque siente deseo de ella mi alma, podrás comerla cuantas veces quieras.

21. Si el lugar que Yavé, tu Dios, elija para poner en él su nombre está lejano, podrás matar tu ganado mayor y menor que Yavé te dé, según lo que te ha prescrito, y comerlo en tu ciudad a tu deseo.

22. Lo comerás como se come la gacela y el ciervo; el puro y el impuro podrán comerlo uno y otro,

23. pero atente siempre a la prohibición de comer sangre; es la vida, y no debes comer la vida de la carne;

24. no la comerás; la derramarás sobre la tierra, como el agua;

25. no la comerás, para que seas dichoso tú y tus hijos después de ti, haciendo lo que es recto a los ojos de Yavé.

26. Pero las ofrendas sagradas que se te imponen y las que tú hagas en cumplimiento de un voto, ésas tómalas y ve al lugar que Yavé elija;

27. y allí ofrecerás tus holocaustos, carne y sangre, en el altar de Yavé, tu Dios; en los sacrificios, la sangre será derramada en el altar de Yavé, tu Dios, y la carne la comerás tú.

28. Escucha y guarda todo esto que yo te mando, para que seas dichoso, tú y tus hijos después de ti por siempre, haciendo lo que es recto a los ojos de Yavé, tu Dios.”

 

Contra los ritos gentiles

29. Cuando Yavé, tu Dios, haya exterminado a los pueblos que de delante de ti va a arrojar y ya los hayas destruido y habites en la tierra,

30. guárdate de imitarlos, cayendo en una trampa, después de haberlos exterminado de delante de ti y de indagar acerca de sus dioses, diciendo: ¿Cómo acostumbraban esas gentes a servir a sus dioses? Voy a hacer yo también como ellos hacían.

31. No obres así con Yavé, tu Dios, porque cuanto hay de aborrecible y abominable a Yavé, lo hacían ellos para sus dioses, hasta quemar en el fuego a sus hijos y a sus hijas en honor suyo.

32. Todo lo que yo te mando, guárdalo diligentemente, sin añadir ni quitar nada.

 

13

Prevenciones contra la apostasía

1. Si se alzare en medio de ti un profeta o un soñador que te anuncia una señal o un prodigio,

2. aunque se cumpliere la señal o prodigio de que te habló, diciendo: Vamos tras de otros dioses — dioses que tú no conoces — sirvámosles;

3. no escuches las palabras de ese profeta o ese soñador, porque te prueba Yavé, tu Dios, para saber si amáis a Yavé, vuestro Dios, con todo vuestro corazón y toda vuestra alma.

4. Tras de Yavé, vuestro Dios, habéis de ir; a El habéis de temer, guardar sus mandamientos, obedecer su voz, servirle y allegaros a Él.

5. Y ese profeta o soñador será condenado a muerte por haber aconsejado la rebelión contra Yavé, vuestro Dios, que os sacó de Egipto y os libró de la casa de la servidumbre para apartaros del camino por donde Yavé, tu Dios, te ha mandado ir. Así harás desaparecer la maldad de en medio de ti.

6. Si tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo o tu hija, o la mujer que descansa en tu regazo, o tu amigo, aunque le quieras como a tu propia alma, te incitare en secreto, diciendo: Vamos a servir a otros dioses — dioses que no conociste ni tú ni tus padres,

7. de entre los dioses de los pueblos que os rodean, cercanos o lejanos, del uno al otro cabo de la tierra —,

8. no asientas ni le escuches, ni tenga tu ojo piedad de él, ni le tengas compasión ni le encubras;

9. denúnciale irremisiblemente y sea tu mano la primera que contra él se alce para matarle, siguiendo después las de todo el pueblo;

10. le lapidaréis hasta que muera por haber buscado apartarte de Yavé, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la casa de la servidumbre.

11. Así, todo Israel lo sabrá y temerá hacer más una semejante maldad en medio de ti.

12. Si de una de las ciudades que Yavé, tu Dios, te ha dado por morada oyeres decir:

13. Gentes malvadas, salidas de en medio de ti, andan seduciendo a los habitantes de la ciudad, diciendo: Vamos a servir a otros dioses, dioses que no has conocido,

14. inquirirás, examinarás y preguntarás cuidadosamente; si el rumor es verdadero y cierto el hecho, si se ha cometido en medio de ti tal abominación,

15. entonces, dando al anatema esa ciudad con todo cuanto hay en ella y sus ganados, no dejes de pasarla a filo de la espada;

16. y, reuniendo todo su botín en medio de la plaza, quemarás completamente la ciudad con su botín para Yavé, tu Dios; sea para siempre un montón de ruinas y no vuelva a ser edificada.

17. Que no se te pegue a las manos nada de cuanto fue dado al anatema, para que se vuelva Yavé del furor de su ira, y te haga gracia y misericordia, y te multiplique, como a tus padres se lo juró,

18. si oyes la voz de Yavé, tu Dios, y guardas todos sus mandamientos que yo hoy te prescribo, haciendo lo que es recto a los ojos de Yavé, tu Dios.

 

14

Animales puros y animales impuros

 

1. Vosotros sois hijos de Yavé, vuestro Dios. No os hagáis incisiones ni os decalvéis entre los ojos por un muerto.

2. Porque tú eres un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios, y te ha elegido Yavé, tu Dios, para que seas su pueblo singular de entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra.

3. No comas abominación alguna.

4. He aquí los animales que comeréis: el buey, la oveja y la cabra;

5. el ciervo, la gacela y el corzo; la cabra montés, el antílope, el búfalo, la gamuza;

6. todo animal que tenga la pezuña dividida, el pie hendido y rumie;

7. pero no comeréis los que solamente rumian ni los que solamente tienen la pezuña dividida y el pie hendido; el camello, la liebre, el conejo, rumian, pero no tienen la pezuña hendida; son inmundos para vosotros;

8. el puerco, que tiene la pezuña hendida, pero no rumia, es inmundo para vosotros. No comeréis sus carnes ni tocaréis sus cadáveres.

9. De los animales que viven en el agua comeréis los que tienen aletas y escamas;

10. pero cuantos no tienen aletas y escamas no los comeréis; son para vosotros inmundos.

11. Comeréis toda ave pura.

12. He aquí los que no comeréis: el águila, el quebrantahuesos, el buitre,

13. el milano y toda suerte de halcones;

14. toda suerte de cuervos;

15. el avestruz, el mochuelo, la lechuza;

16. el ibis, el búho y el pelícano;

17. la cerceta, el mergo, la cigüeña;

18. la garza de todas clases, la abubilla y el murciélago.

19. Tendréis también por inmundo todo insecto alado; no lo comeréis.

20. Comeréis los volátiles puros.

21. No comeréis mortecino de ningún animal; podrás dárselo al extranjero que reside en tus ciudades o vendérselo; vosotros sois un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.”

Décimas

22. Diezmarás todo producto de tus sementeras, de lo que dé tu campo cada año;

23. y comerás delante de Yavé, tu Dios, en el lugar que El elija para hacer habitar en él su nombre, el diezmo de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y ovejas, para que aprendas a temer siempre a Yavé, tu Dios;

24. pero si el camino fuere largo para poder llevarlos allá, por estar tú demasiado lejos del lugar que elija Yavé para hacer habitar en él su nombre, cuando Yavé te bendecirá,

25. lo venderás; y, tomando el dinero en tus manos, irás con él al lugar que Yavé, tu Dios, elija.

26. Allí comprarás con dinero lo que desees: bueyes, ovejas, vino u otro licor fermentado, lo que quieras; y comerás allí, delante de Yavé, y te regocijarás tú y tu casa.

27. No dejarás de lado al levita que mora en tu ciudad, porque él no tiene parte ni heredad contigo.

28. Al fin de cada tercer año separarás todos los diezmos de los productos de aquel año y los depositarás en tu ciudad;

29. allá vendrá el levita que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que haya en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas las obras de tus manos.”

 

15

El año de la remisión

1. Cada séptimo año harás la remisión.

2. He aquí cómo se ha de hacer la remisión: Todo acreedor que haya prestado condonará al deudor lo prestado; no lo exigirá ya más a su prójimo una vez publicada la remisión de Yavé;

3. podrás exigirlo del extranjero, pero no de tu hermano, al que harás la remisión ,

4. para que no haya entre ti pobres; porque Yavé te bendecirá seguramente en la tierra que Yavé, tu Dios, te ha dado en heredad para que la poseas,

5. siempre que oigas la voz de Yavé, tu Dios, poniendo por obra cuidadosamente todos sus mandatos que yo hoy te prescribo.

6. Porque Yavé, tu Dios, te bendecirá, como él te lo ha dicho, y prestarás a muchos pueblos, y no tendrás que tomar prestado de nadie; dominarás a muchas naciones, y ellas no te dominarán a ti.

 

Los pobres y los esclavos

7. Si hubiere en medio de ti un necesitado de entre tus hermanos, en tus ciudades, en la tierra que Yavé, tu Dios, te dará, no endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre,

8. sino que le abrirás tu mano y le prestarás con qué poder satisfacer sus necesidades, según lo que necesite.

9. Guárdate de que se alce en tu corazón este bajo pensamiento: Está ya cercano el año séptimo, el año de la remisión; y de mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada, no sea que él clame a Yavé contra ti y te cargues con un pecado.

10. Debes darle, sin que al darle se entristezca tu corazón; porque por ello Yavé, tu Dios, te bendecirá en todos tus trabajos y en todas tus empresas.

11. Nunca dejará de haber pobres en la tierra; por eso te doy este mandamiento: abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre de tu tierra.

12. Si uno de tus hermanos, un hebreo o una hebrea, se te vende, te servirá seis años; pero el séptimo le despedirás libre de tu casa;

13. y al despedirle libre de tu casa no le mandarás vacío,

14. sino que le darás algo de tu ganado, de tu era y de tu lagar, haciéndole partícipe de los bienes con que Yavé, tu Dios, te bendice a ti.

15. Acuérdate de que esclavo fuiste en la tierra de Egipto y de que Yavé, tu Dios, te libertó; por eso te doy yo este mandato.

16. Y si tu esclavo te dice: No quiero salir de tu casa, porque te amo a ti y a tu casa, y se halla bien contigo,

17. entonces, tomando un punzón, le agujerearás la oreja junto a la puerta, y será esclavo tuyo para siempre; lo mismo harás con tu sierva.

18. Que no te pese darle por libre, porque sirviéndote seis años te ha valido el doble del salario de un jornalero, y Yavé, tu Dios, te bendecirá en cuanto hagas.

Los primogénitos

19. Consagrarás a Yavé, tu Dios, todos los primogénitos, todo primogénito macho de tus vacas y ovejas; no harás trabajar al primogénito de tu vaca ni esquilarás al primogénito de tus ovejas,

20. sino que lo comerás cada año tú y tu familia, delante de Yavé, tu Dios, en el lugar que El elija.

21. Pero si es defectuoso, si ciego o cojo o con otro defecto, no se lo ofrecerás en sacrificio a Yavé, tu Dios.

22. Lo comerás en tus ciudades como se come la gacela o el ciervo; lo comerá el puro y el impuro;

23. pero no comerás la sangre; la derramarás sobre la tierra, como el agua.

C.R.Y&S