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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

cristoraul.org

CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

LA SAGRADA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO - PENTATEUCO

 

DEUTERONOMIO

LAS TRES SOLEMNIDADES ANUALES

La Pascua

16

1. Guarda el mes de Abib, celebrando la Pascua de Yavé, tu Dios, porque precisamente en el mes de Abib te sacó Yavé, tu Dios, de Egipto, de noche.

2. Inmolarás la Pascua a Yavé, tu Dios, de las crías de las ovejas y de las vacas en el lugar que Yavé, tu Dios, haya elegido para poner en él su nombre;

3. no comerás con ella pan fermentado, sino que por siete días comerás pan ácimo, el pan de la aflicción, porque de prisa saliste de Egipto; para que así te acuerdes toda tu vida del día en que saliste de Egipto.

4. No se verá levadura esos siete días en toda la extensión de tu territorio y nada de la víctima que a la tarde inmolares quedará para la noche hasta la mañana siguiente.

5. No sacrificarás la Pascua en cualquiera de las ciudades que te dará Yavé, tu Dios;

6. sólo en el lugar que Yavé, tu Dios, elija para hacer habitar en él su nombre; sacrificarás la Pascua a la tarde, al ponerse el sol, al tiempo de tu salida de Egipto.

7. La asarás y la comerás en el lugar que Yavé, tu Dios, elija, y de allí te volverás a la mañana siguiente para irte a tus tiendas.

8. Durante seis días comerás pan ácimo, y el día séptimo será la solemnidad de Yavé, tu Dios, y no harás en él trabajo alguno.

 

Pentecostés

9. Contarás siete semanas; desde el día en que comienza a meterse la hoz en el trigo comenzarás a contar las siete semanas;

10. y celebrarás la fiesta de las Semanas en honor de Yavé, tu Dios, con ofrendas voluntarias, que harás conforme Yavé, tu Dios, te haya bendecido,.

11. Te regocijarás en la presencia de Yavé, tu Dios, en el lugar que elija para hacer habitar en él su nombre, tú y tu hijo, tu siervo, tu sierva, el levita que mora en tus ciudades, así como el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en medio de ti.

12. Acuérdate de que siervo fuiste en Egipto y cuida de poner en obra estos mandamientos.

 

La Fiesta de los Tabernáculos

 

13. Celebrarás la fiesta de los Tabernáculos durante siete días, una vez recogido el producto de tu era y de tu lagar;

14. te regocijarás en esta fiesta, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, así como el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en tu ciudad.

15. Celebrarás la fiesta en honor de Yavé, tu Dios, en el lugar que haya elegido, para que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus cosechas y en todo trabajo de tus manos, y te darás todo a la alegría.

16. Tres veces al año, todo varón de entre vosotros se presentará delante de Yavé, tu Dios, en el lugar que El haya elegido: en la festividad de los Ácimos, en la de las Semanas y en la de los Tabernáculos; y no se presentará ante Yavé con las manos vacías.

17. Cada cual hará sus ofrendas conforme a las bendiciones que Yavé, tu Dios, te haya otorgado.”

La Administración de justicia

18. Te constituirás jueces y escribas en todas las ciudades que Yavé, tu Dios, te dará según tribus, que juzguen al pueblo justamente.

19. No tuerzas el derecho, no hagas acepción de personas, no recibas regalos, porque los regalos ciegan los ojos de los sabios y corrompen las palabras de los justos.

20. Sigue estrictamente la justicia, para que vivas y poseas la tierra que te dará Yavé, tu Dios.

Represión de la apostasía

21. No plantarás árbol alguno a modo de asera junto al altar que elevares a Yavé, tu Dios;

22. ni alzarás cipos, que eso lo detesta Yavé, tu Dios.

 

17

1. No sacrificarás a Yavé, tu Dios, buey ni oveja que tenga defecto, porque es abominación ante Yavé, tu Dios.

2. Si en medio de ti, en alguna de las ciudades que Yavé, tu Dios, te dará, hubiere hombre o mujer que hiciere lo que es malo a los ojos de Yavé, tu Dios, traspasando su alianza,

3. yéndose tras otros dioses para servirles y postrarse ante ellos, ante el sol o la luna, o cualquier astro del ejército de los cielos, cosa que yo no he mandado;

4. cuando la cosa llegue a ti, harás una escrupulosa investigación; si el rumor es verdadero y el hecho cierto, si se cometió tal abominación en Israel,

5. llevarás a tus puertas al hombre o mujer que tal maldad ha cometido y los lapidarás hasta que mueran.

6. Sólo sobre la palabra de dos o tres testigos se condenará a muerte al que haya de ser condenado; no será condenado a muerte sobre la palabra de un solo testigo.

7. Las manos de los testigos se alzarán las primeras contra él para hacerlo morir y después seguirán las del pueblo. Has de extirpar el mal de en medio de él.

 

Diversas categorías de jueces

 

8. Si una causa te resultare difícil de resolver entre sangre y sangre, entre contestación y contestación, entre herida y herida, objeto de de litigio en tus puertas, te levantarás y subirás al lugar que Yavé, tu Dios, haya elegido,

9. y te irás a los sacerdotes, hijos de Leví, al juez entonces en funciones, y le consultarás; él te dirá la sentencia que haya de darse conforme a derecho.

10. Obrarás según la sentencia que te hayan dado en el lugar que haya elegido Yavé y pondrás cuidado en ajustarte a lo que ellos te hayan enseñado.

11. Obrarás conforme a la ley que ellos te enseñen y a la sentencia que te hayan dado, sin apartarte ni a la derecha ni a la izquierda de lo que te hayan dado a conocer.

12. El que, dejándose llevar de la soberbia, no escuchare al sacerdote que está allí para servir a Yavé, tu Dios, o no escuchare al juez, será condenado a muerte.

13. Así extirparás el mal de en medio de Israel, y tu pueblo, al saberlo, temerá y no se dejará llevar de la soberbia.

 

El rey

14. Cuando hayas entrado en la tierra que Yavé, tu Dios, te dará y te hayas posesionado de ella, y establecido en ella tu morada, si te dices: Voy a poner sobre mí un rey, como lo tienen todas las naciones que me rodean,

15. pondrás sobre ti al rey que Yavé, tu Dios, elija; uno de tus hermanos tomarás para hacerle rey sobre ti; no podrás darte por rey un extranjero que no sea tu hermano.

16. Pero que no tenga gran número de caballos ni pretenda volver al pueblo a Egipto, porque Yavé, tu Dios, ha dicho: No volváis nunca jamás por ese camino.

17. Que no tenga mujeres en gran número, para que no se desvíe su corazón; ni grandes cantidades de oro y plata.

18. En cuanto se siente en el trono de su realeza, escribirá para sí en un libro una copia de esta Ley, que se halla en poder de los sacerdotes levíticos.

19. La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Yavé, su Dios, y a guardar todas las palabras de esta Ley y todos estos mandamientos, y los ponga por obra,

20. para que no se alce su corazón sobre el de sus hermanos y no se aparte ni a la derecha ni a la izquierda, y así prolongue los días de su reinado, él y sus hijos, en medio de Israel.”

 

18

Los sacerdotes

1. Los sacerdotes levíticos, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con Israel; se mantendrán de los sacrificios de combustión a Yavé y la heredad de El comerán.

2. No tendrán heredad en medio de sus hermanos; Yavé es su heredad, como El se lo ha dicho.

3. Estos serán los derechos de los sacerdotes sobre el pueblo, sobre aquellos que ofrezcan en sacrificio un buey o una oveja; se dará al sacerdote la pierbna, las mandíbulas y el cuajar.

4. También le darás las primicias de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, y las primicias del esquileo de tus ovejas;

5. porque a él le ha elegido Yavé, tu Dios, de entre todas las tribus de Israel para estar ante El y ministrar en nombre de Yavé, él y sus hijos, por siempre.

6. Si un levita sale de alguna de tus ciudades de todo Israel, donde peregrinó para venir con todo el deseo de su alma al lugar que Yavé elegirá,

7. ministrará en nombre de Yavé, tu Dios, como todos sus hermanos los levitas que allí estén delante de Yavé,

8. y comerá una porción igual a la de los otros, excluyendo a los sacerdotes de los ídolos y a los magos.

 

Los profetas

9. Cuando hayas entrado en la tierra que Yavé, tu Dios, te dará, no imites las abominaciones de esas naciones,

10. y no haya en medio de ti quien haga pasar por el fuego a su hijo o a su hija, ni quien se dé a la adivinación, ni a la magia, ni a hechicerías

11. y encantamientos; ni quien consulte a encantadores, ni a espíritus, ni a adivinos, ni pregunte a los muertos.

12. Es abominación ante Yavé cualquiera que esto hace, y precisamente por tales abominaciones arrojará Yavé, tu Dios, de delante de ti a esas gentes.

13. Sé puro ante Yavé, tu Dios.

14. Esas gentes que vas a desposeer consultan a hechiceros y adivinos; pero a ti nada de eso te permite Yavé, tu Dios.

15. Yavé, tu Dios, te suscitará de en medio de ti, de entre tus hermanos, un profeta como yo; a él le oirás,

16. precisamente como a Yavé, tu Dios, pediste en Horeb el día de la asamblea, diciendo: Que no oiga yo la voz de Yavé, mi Dios, y no vea este gran fuego para no morir.

17. Entonces me dijo Yavé: Dices bien hablando así.

18. Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta como tú; pondré en su boca mis palabras, y él les comunicará cuanto yo le mande.

19. A quien no escuchare las palabras que él dirá en mi nombre, yo le pediré cuenta.

20. Pero el profeta que ose decir en nombre mío lo que yo le haya mandado decir o hable en nombre de otros dioses, debe morir.

21. Y si te dices en tu corazón: ¿Cómo voy a conocer yo la palabra que no ha dicho Yavé?

22. Cuando un profeta te hable en nombre de Yavé, si lo que dijo no se cumple, no se realiza, es cosa que no ha dicho Yavé; en su presunción habló el profeta; no le temas.

 

19

Ciudades de refugio

1. Cuando Yavé, tu Dios, haya exterminado las naciones cuya tierra te dará, y las hayas desposeído, y habites en sus ciudades y en sus casas,

2. te separarás tres ciudades de en medio de la tierra que Yavé, tu Dios, te dará en posesión;

3. allanarás los caminos y dividirás en tres regiones el territorio que Yavé, tu Dios, te dará en heredad, para que todo homicida pueda refugiarse en esas ciudades.

4. He aquí el caso en que el homicida que allí se refugie tendrá salva la vida: si mató a su prójimo sin querer, sin que antes fuera enemigo suyo ni ayer ni anteayer.

5. Así, si uno va a cortar leña en el bosque con otro y, mientras maneja con fuerza el hacha para derribar el árbol, salta del mango el hierro y da a su prójimo y le mata, ése huirá a una de las ciudades, y tendrá salva la vida.

6. Si no, el vengador de la sangre persiguirá en su furor al homicida, y, si el camino era demasiado largo, le alcanzaría y le heriría de muerte; y, sin embargo, ese hombre no merecía la muerte, pues que ni de ayer ni de anteayer tenía odio.

7. Por eso te doy este mandato: Separa tres ciudades;

8. y si Yavé, tu Dios, ensancha tus fronteras, como a tus padres se lo ha jurado, y te da toda la tierra que a tus padres juró darte,

9. siempre que guardes y pongas por obra todos los mandamientos que te prescribo hoy, amando a Yavé, tu Dios, y siguiendo todos sus caminos añadirás a esas tres otras ciudades,

10. para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Yavé, tu Dios, te dará por heredad y no caiga sangre sobre ti.

11. Pero si uno que odiara a su prójimo le acechare, se echare sobre él y le hiriere mortalmente, y huyera a una de esas ciudades,

12. los ancianos de la ciudad le mandarán prender y le entregarán en manos del vengador de la sangre para que muera.

13. No tendréis piedad de él; quitarás de Israel sangre inocente y prosperarás.

14. No moverás los términos de tu prójimo de donde los pusieron los antepasados en la heredad de tu propiedad, en la tierra que Yavé, tu Dios, va a darte en posesión.

 

La prueba testifical

15. Un solo testigo no vale contra uno en cualquier delito o en cualquier pecado, cualquiera que sea el pecado. En la palabra de dos o tres testigos se apoyará la sentencia.

16. Si surgiere contra uno un testigo malo, acusándole de un delito,

17. los dos interesados en la causa se presentarán ante Yavé, ante los sacerdotes y los jueces en funciones en ese tiempo,

18. quienes si, después de una escrupulosa investigación, averiguan que el testigo, mintiendo, había dado falso testimonio contra su hermano,

19. le castigarán, haciéndole a él lo que él pretendía se hiciera con su hermano; así quitarás el mal de en medio de Israel.

20. Los otros, al saberlo, temerán y no cometerán esa mala acción en medio de ti;

21. no tendrá tu ojo piedad; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

 

20

La guerra

1. Cuando vayas a hacer la guerra a tus enemigos, al ver los caballos y los carros de un pueblo más poderoso que tú, no los temerás, porque Yavé, tu Dios, que te sacó de Egipto, está contigo.

2. Cuando se vaya a dar la batalla, avanzará el sacerdote y hablará al pueblo,

3. y le dirá: ¡Oye, Israel! Hoy vais a dar la batalla a vuestros enemigos; que no desfallezca vuestro corazón; no temáis, no os asustéis ni os aterréis ante ellos,

4. porque Yavé, vuestro Dios, marcha con vosotros para combatir con vosotros contra vuestros enemigos, y Él os salvará.

5. Luego hablarán al pueblo los escribas, diciendo: ¿Quién ha construido una casa nueva y no la ha estrenado? Que se vaya y vuelva a su casa, no muera en la batalla y sea otro el que la estrene.

6. ¿Quién ha plantado una viña y no la ha vendimiado todavía? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y la vendimie otro.

7. ¿Quién se ha desposado con una mujer y todavía no la ha tomado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y la tome otro.

8. Los escribas seguirán hablando al pueblo y le dirán: ¿Quién tiene miedo y siente desfallecer su corazón? Que se vaya y vuelva a su casa, para que no desfallezca, como el suyo, el corazón de sus hermanos.

9. Cuando los escribas hayan acabado de hablar al pueblo, los jefes de las tropas se colocarán a la cabeza del ejército.

10. Cuando te acercares a una ciudad para atacarla, le brindarás la paz.

11. Si la acepta la gente de ella y te abre, será hecha tributaria y te servirá.

12. Si en vez de hacer paces contigo quiere la guerra, la sitiarás;

13. y cuando Yavé, tu Dios, la pusiere en tus manos, pasarás a todos los varones al filo de la espada;

14. pero las mujeres, y los niños, y los ganados, y cuanto haya en la ciudad, todo su botín, lo tomarás para ti, y podrás comer los despojos de tus enemigos que Yavé, tu Dios, te dará.

15. Así harás con todas las ciudades situadas lejos de ti que no sean de las ciudades de estas gentes.

16. Pero en las ciudades de las gentes que Yavé, tu Dios, te dará por heredad, no dejarás con vida a nada cuanto respira;

17. darás al anatema esos pueblos: a los jeteos, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos, como Yavé, tu Dios, te lo ha mandado,

18. para que no aprendáis a imitar las abominaciones a que esas gentes se entregan para con sus dioses y no pequéis contra Yavé, vuestro Dios.

19. Si para apoderarte de una ciudad enemiga tienes que hacer un largo asedio, no destruyas la arboleda metiendo en ella el hacha; come sus frutos y no los tales, que no es un hombre el árbol del campo para que pueda reforzar la defensa contra ti.

20. Los árboles que veas que no son de fruto, podrás destruirlos y derribarlos, para hacer ingenios con que combatir a la ciudad en guerra contigo hasta que caiga.

 

21

Expiación del homicidio cometido por mano desconocida

1. Si en la tierra que Yavé, tu Dios, te dará en posesión fuere encontrado un hombre muerto en el campo sin que se sepa quién le mató,

2. tus ancianos y los jueces irán a medir las distancias del lugar donde está el cadáver hasta las ciudades del contorno.

3. Los ancianos de la ciudad más cercana al lugar del cadáver tomarán una becerra que no haya trabajado, que no haya llevado sobre sí el yugo,

4. y la llevarán a un valle inculto, que nunca haya sido arado ni sembrado; y allí, en el valle, la desnucarán.

5. Entonces vendrán los sacerdotes, hijos de Leví, porque a ellos los eligió Yavé, tu Dios, para que le sirvan y para bendecir el nombre de Yavé, y por su palabra ha de decidirse toda contestación y toda percusión.

6. Y se llegarán todos los ancianos de la ciudad que esté más cerca del muerto y lavarán sus manos sobre la becerra degollada en el valle,

7. y responderán diciendo: No han derramado nuestras manos esta sangre ni lo han visto nuestros ojos;

8. expía a tu pueblo Israel, a quien redimiste, ¡oh Yavé!, y no imputes la sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada.

9. Así quitarás de en medio de ti la sangre inocente y harás lo que es recto a los ojos de Yavé.”

 

Las mujeres apresadas en la guerra

10. Cuando hagas la guerra a los pueblos enemigos, y Yavé, tu Dios, te los dé en tus manos y hagas cautivos,

11. si entre ellos vieres a una mujer hermosa y la deseas, la tomarás por mujer,

12. la entrarás en tu casa, y ella se raerá la cabeza y se cortará las uñas,

13. y, quitándose los vestidos de su cautividad, quedará en tu casa; llorará a su padre y a su madre por tiempo de un mes; después entrarás a ella y serás su marido, y ella será tu mujer.

14. Si después te desagradare, le darás la libertad y no la venderás por dinero ni la maltratarás, pues tú la humillaste.

Derechos del primogérmito

 

15. Cuando un hombre tenga dos mujeres, la una amada, la otra aborrecida, si la amada y la aborrecida le dieran hijos y el primogénito fuera de la aborrecida,

16. el día en que distribuya sus bienes entre sus hijos no podrá dar a los hijos de la amada el derecho de primogenitura con preferencia al de la aborrecida si éste es el primogénito;

17. mas habrá de reconocer por primogénito al hijo de la aborrecida, dándole de sus bienes dos tantos, porque es el primogénito de su robustez, y suyo es el derecho de la primogenitura.

El hijo rebelde

 

18. Cuando uno tenga un hijo indócil y rebelde que no obedece a la voz de su padre ni a la de su madre, y aun castigándole no los obedece,

19. lo tomarán su padre y su madre y lo llevarán a los ancianos de su ciudad; y a la puerta de ella

20. dirán a los ancianos de la ciudad: Este hijo nuestro es indócil y rebelde y no obedece a nuestra voz; es un desenfrenado y un borracho;

21. y le lapidarán todos los hombres de la ciudad. Así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel, al saberlo, temerá.

 

El cadáver del ajusticiado

 

22. Cuando uno que cometió un delito digno de la muerte sea colgado de un madero,

23. su cadáver no quedará en la noche, no dejarás de enterrarlo el mismo día, porque el ahorcado es maldición de Dios, y no has de manchar la tierra que Yavé, tu Dios, te dará en heredad.

 

Las cosas perdidas

22

1. Si encuentras perdidos el buey o la oveja de tu hermano, no te retires de ellos; llévaselos a tu hermano.

2. Si tu hermano habita lejos de ti y no le conoces, recoge el animal en tu casa y tenlo contigo hasta que tu hermano venga a buscarlo y devuélveselo.

3. Lo mismo harás con su asno, con su manto y con todo cuanto perdido encontrares.

4. Si ves el asno de tu hermano o su buey caído en el camino, no te desentiendas; ayúdale a levantarlos.

 

Prohibición de ciertos usos

 

5. No llevará la mujer vestidos de hombre, ni el hombre vestidos de mujer, porque el que tal hace es abominación a Yavé, tu Dios.

6. Si en tus caminos encuentras un nido de pájaros, o en un árbol o en tierra, con pollos o con huevos, y la madre sobre ellos, no cojas la madre con los pollos;

7. deja libre a la madre y no cojas más que los pollos, para que seas dichoso y vivas largos años.

8. Cuando construyas una casa nueva, pondrás un pretil en derredor de tu terrado; no eches sangre sobre tu casa si alguien se cayera de él.

Mezcolanzas prohibidas

 

9. No plantes en tu viña una segunda simiente, porque todo sería declarado cosa santa, lo sembrado y el producto de la viña.

10. No ares con buey y asno uncidos juntos.

11. No lleves vestido tejido de lana y de lino juntamente.

12. Te harás borlas en las cuatro puntas del vestido con que te cubras.

 

Delitos de los cónyugues y sus penas

13. Si un hombre, después de haber tornado mujer y haber entrado a ella, la aborreciere

14. y la imputare falsamente delitos y la difamase, diciendo: He tomado a ésta por mujer y cuando a ella entré no la hallé virgen,

15. el padre y la madre de ella tomarán las pruebas de su virginidad y las presentarán a los ancianos de la ciudad en las puertas.

16. El padre de la joven dirá: Yo he dado por mujer mi hija a este hombre, y él, habiéndola aborrecido, le imputa cosas deshonrosas,

17. diciendo: No la he hallado virgen. Ahí están las pruebas de la virginidad de mi hija, y desplegarán la sábana ante los ancianos de la ciudad.

18. Éstos tomarán al hombre y le castigarán;

19. le impondrán una multa de cien siclos de plata, que entregarán al padre de la joven por haber esparcido la difamación de una virgen de Israel; tendrá que tomarla por mujer y nunca en la vida podrá repudiarla.

20. Pero si la acusación fuese verdadera, habiéndose hallado no ser virgen la joven,

21. la llevará a la entrada de la casa de su padre, y las gentes de la ciudad la lapidarán hasta matarla, por haber cometido una infamia en Israel, prostituyéndose en la casa paterna; así quitarás el mal de en medio de ti.

22. Si un hombre fuere sorprendido yaciendo con una mujer casada, serán muertos los dos, el hombre que yació con la mujer y la mujer. Así quitarás el mal de en medio de Israel.

23. Si una joven virgen se desposó a un hombre y, encontrándola en tanto otro en la ciudad, yace con ella,

24. los llevaréis a los dos a la puerta de la ciudad y los lapidaréis hasta matarlos; a la joven, por no haber gritado en la ciudad; al hombre, por haber deshonrado a la mujer de su prójimo.

25. Pero, si fue en el campo donde el hombre encontró a la joven desposada y, haciéndola violencia, yació con ella, será sólo el hombre el que muera.

26. A ella nada le harás; no hay en ella reato de muerte, porque es como si un hombre se arroja sobre otro y le mata; el caso es igual.

27. Cogida en el campo, la joven gritó, pero no había nadie que la socorriese.

28. Si un hombre encuentra una joven virgen, no desposada, la toma y yace con ella y fueren sorprendidos,

29. el hombre que yació con ella dará al padre de la joven cincuenta siclos de plata, y ella será su mujer, por haberla él deshonrado, y no podrá repudiarla en su vida.

30. Nadie tomará la mujer de su padre ni levantará la cubierta del lecho paterno.”

23

Inclusión y exclusión de la comunidad de Israel

1. No será admitido en la asamblea de Yavé aquel cuyos órganos genitales hayan sido aplastados o amputados.

2.  El fruto de una unión ilícita no será admitido en la asamblea de Yavé; ni aun a la décima generación entrará.

3.  Amonitas y moabitas no serán admitidos ni aun a la décima generación; no entrarán jamás,

4. porque no vinieron a vuestro encuentro con el pan y el agua en el camino cuando salisteis de Egipto y porque trajeron contra ti a Balam, hijo de Beor, de Petur, de Aram Naharaím, para que te maldijera;

5. aunque Yavé, tu Dios, no quiso oír a Balam y mudó su maldición en bendición, porque Yavé, tu Dios, te ama.

6. No buscarás su amistad ni cuidarás de su bienestar jamás en los días de tu vida.

7. No detestes al edomita, porque es hermano tuyo; no detestes al egipcio, porque extranjero fuiste en su tierra;

8. sus hijos a la tercera generación, podrán ser admitidos en la asamblea de Yavé.

 

Limpieza de los campamentos

9. Cuando salgas en guerra contra tus enemigos, guárdate de toda cosa mala.

10. Si hubiera alguno impuro por accidente nocturno, sálgase fuera del campamento

11. y no entre hasta que, al caer de la tarde, se bañe en agua. A la puesta del sol podrá entrar en el campamento.

12. Tendrás fuera del campamento un lugar donde agacharte para hacer tus necesidades,

13. llevando, a más de las armas, un palo; con el que harás un hoyo para agacharte; y, después de haberte agachado, taparás tus excrementos;

14. porque Yavé, tu Dios, anda en medio de tu campamento para protegerte y entregar en tu poder a tus enemigos, y tu campamento debe ser santo, para que Yavé no vea en ti nada de indecente y no aparte de ti sus ojos.

Humanidad

15. No entregarás a su amo un esclavo huido que se haya refugiado en tu casa.

16.Tenle contigo en medio de tu tierra, en el lugar que él elija, en una de tus ciudades, donde bien le viniera, sin causarle molestias.

17. Que no haya prostituta de entre las hijas de Israel, ni prostituto de entre los hijos de Israel.

18. No lleves a la casa de Yavé ni la merced de una ramera ni el precio de un perro para cumplir un voto, que lo uno y lo otro es abominación para Yavé, tu Dios.

19. No exijas de tus hermanos interés alguno ni por dinero, ni por víveres, ni por nada de lo que con usura suele prestarse.

20. Puedes exigírselo al extranjero, pero no a tu hermano, para que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas en la tierra que vas a entrar para poseerla.

21. Cuando hicieres un voto a Yavé, tu Dios, no retardes el cumplimiento, pues Yavé, tu Dios, de cierto te pedirá cuenta de ellos, y cargarías con un pecado.

22. Si no haces voto, no cometes pecado;

23. pero la palabra salida de tus labios la mantendrás y la cumplirás conforme al voto libremente hecho a Yavé, tu Dios, que tu boca pronunció.

24. Si entras en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciar tu apetito, pero no guardarlas en tu zurrón.

25. Si entras en la mies de tu prójimo, podrás tomar unas espigas con la mano, pero no meter la hoz en la mies de tu prójimo.

 

Repudio

24

1. Si un hombre toma una mujer y es su marido y ésta luego no le agrada porque ha notado en ella algo torpe, le escribirá el libelo de repudio y, poniéndoselo en la mano, la mandará a su casa.

2. Una vez que de la casa de él salió, podrá ella ser mujer de otro hombre.

3. Si también el segundo marido la aborrece y le escribe el libelo de repudio y, poniéndoselo en la mano, la manda a su casa, o si el segundo marido que la tomó por mujer muere,

4. no podrá el primer marido volver a tomarla por mujer después de haberse ella marchado, porque esto es una abominación para Yavé, y no has de llevar el pecado a la tierra que Yavé, tu Dios, te dará en heredad.

5. Cuando un hombre sea recién casado, no irá a la guerra, ni se le ocupará en cosa alguna; quede libre en su casa durante un año para contentar a la mujer que tomó.

 

Equidad, humanidad y moderación

 

6. No tomarás en prenda las dos piedras de una muela, ni la piedra de encima, porque es tomar la vida en prenda.

7. Si se descubriere que alguno secuestró a su hermano de entre los hijos de Israel para hacerle esclavo o que le vendió, el ladrón será condenado a muerte. Quitarás el mal de en medio de ti.

8. Ten cuidado con la plaga de la lepra, guardando escrupulosamente y cumpliendo cuanto te digan los sacerdotes levitas; todo cuanto yo les he prescrito lo pondréis escrupulosamente por obra.

9. Acuérdate de lo que con María hizo Yavé, tu Dios, durante el camino, a la salida de Egipto

10. Si prestas algo a tu prójimo, no entrarás en su casa para tomar prenda;

11. esperarás fuera de ella a que el prestatario te saque fuera la prenda.

12. Si éste es pobre, no te acostarás sobre la prenda;

13. se la devolverás al ponerse el sol, para que él se acueste sobre su vestido y te bendiga, y esto será para ti justicia ante Yavé, tu Dios.

14. No oprimas al mercenario pobre e indigente, sea uno de tus hermanos o uno de los extranjeros que moran en tu tierra, en tus ciudades.

15. Dale cada día su salario, sin dejar pasar sobre esta deuda la puesta del sol, porque es pobre y lo necesita. De otro modo, clamaría a Yavé contra ti y tú cargarías con un pecado.

16. No morirán los padres por la culpa de los hijos, ni los hijos por la culpa de los padres; cada uno sea condenado a muerte por sus pecados.

17. No hagas injusticia al extranjero ni al huérfano, ni tornes en prenda las ropas de la viuda.

18. Acuérdate de que esclavo fuiste en Egipto y de que Yavé, tu Dios, te libró; por eso te mando hacer así.

19. Cuando en tu campo siegues tu mies, si olvidas alguna gavilla, no vuelvas a buscarla; déjala para el extranjero, el huérfano y la viuda, para que te bendiga Yavé, tu Dios, en todo trabajo de tus manos.

20. Cuando sacudas tus olivos, no hagas tras de ti rebusco en sus ramas; déjalo para el extranjero, el huérfano y la viuda.

21. Cuando vendimies tu viña, no hagas en ella rebusco; déjalo para el extranjero, el huérfano y la viuda.

22. Acuérdate de que esclavo fuiste en Egipto, y por eso te mando hacer así.

25

1. Si, cuando entre algunos hubiera pleito y, llegado el juicio, absolviendo los jueces al justo y condenando al reo,

2. fuere el delincuente condenado a la pena de azotes, el juez le hará echarse en tierra y le hará azotar conforme a su delito, llevando cuenta de los azotes;

3. pero no le hará dar más de cuarenta, no sea que, pasando mucho de este número, quede tu hermano afrentado ante ti.

4. ¡No pongas bozal al buey que trilla!

 

Ley del levirato

 

5. Cuando dos hermanos habitan uno junto al otro y uno de los dos muere sin dejar hijos, la esposa del muerto no se casará fuera con un extraño; su cuñado irá a ella y la tomará por mujer,

6. y el primogénito que de ella tenga se alzará en nombre del hermano muerto, para que su nombre no desaparezca de Israel.

7. Si el hermano se negase a tomar por mujer a su cuñada, subirá ésta a la puerta, a los ancianos, y les dirá: Mi cuñado se niega a suscitar en Israel el nombre de su hermano; no quiere cumplir su obligación de cuñado tomándome por mujer.

8. Los ancianos de la ciudad le harán venir y le hablarán. Si persiste en la negativa y dice: “No me agrada tomarla por mujer,”

9. su cuñada se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará del pie un zapato y le escupirá en la cara, diciendo: “Esto se hace con el hombre que no edifica la casa de su hermano.”

10. Y su casa será llamada en Israel la casa del descalzado.

 

Honestidad

 

11. Si mientras riñen dos hombres, uno con otro, la mujer del uno, interviniendo para librar a su marido de las manos del que le golpea, agarrara a éste por las partes vergonzosas,

12. le cortarás las manos sin piedad.

13. “No tendrás en tu bolso pesa grande y pesa chica.

14. No tendrás en tu casa dos efás, uno grande y otro chico.

15. Tendrás pesas cabales y justas, y efás cabales y justos, para que se alarguen tus días sobre la tierra que Yavé, tu Dios, te dará.

16. Porque es abominación para Yavé, tu Dios, quien eso hace, cometiendo una iniquidad.

17. Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino, a la salida de Egipto;

18. cómo, sin temor de Dios, te asaltó en el camino y cayó sobre los rezagados que venían detrás de ti cuando ibas tú cansado y fatigado.

19. Cuando Yavé, tu Dios, te dé el reposo, librándote de todos tus enemigos en derredor, en la tierra que Él te dará en heredad para que la poseas, extinguirás la memoria de Amalee de debajo del cielo; no lo olvides.”

 

26

Primicias y décimas

1. Cuando hubieres entrado en la tierra que Yavé, tu Dios, te dará en heredad y tornares posesión de ella y te establecieres,

2. tomarás una parte de las primicias de todos los productos de tu suelo que coseches en la tierra que Yavé, tu Dios, te dará y, poniéndola en una cesta, irás al lugar que Yavé, tu Dios, haya elegido para establecer en él su nombre.

3. Te presentarás al sacerdote entonces en funciones y le dirás: “Yo reconozco hoy ante Yavé, tu Dios, que he entrado en la tierra que Yavé juró a nuestros padres darnos.”

4. El sacerdote recibirá de tu mano la cesta y la pondrá delante del altar de Yavé, tu Dios;

5. y, tomando de nuevo la palabra, dirás: “Un arameo errante fue mi padre, y bajó a Egipto en corto número para morar allí como forastero, y creció hasta hacerse gran muchedumbre, de mucha y robusta gente.

6. Afligiéronnos los egipcios y nos persiguieron, imponiéndonos rudísimas cargas;

7. y clamamos a Yavé Dios de nuestros padres, que nos oyó y miró nuestra humillación, nuestro trabajo y nuestra angustia,

8. y nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo tendido, en medio de gran pavor, prodigios y portentos;

9. y nos introdujo en este lugar, dándonos una tierra que mana leche y miel.

10. Por eso ofrezco ahora las primicias de la tierra que Yavé me ha dado”. Y las dejarás ante Yavé, tu Dios; y, adorado Yavé, tu Dios.

11. te regocijarás con los bienes que Yavé, tu Dios, te ha dado a ti y a tu casa, tú el levita y el peregrino que mora en medio de ti.

12. Cuando hubieras acabado de separar la décima de los frutos de tus campos, el año tercero, año del diezmo, darás de ella al levita, al peregrino, al huérfano y a la viuda para que coman y se sacien en tu ciudad,

13. y dirás ante Yavé, tu Dios: “He tomado de mi casa lo santo y se lo he dado al levita, al peregrino, al huérfano y a la viuda, conforme a lo que me has mandado; no he traspasado tus mandatos ni los he olvidado,

14. no he comido nada de ello en mi luto, no he consumido nada en estado de impureza, no lo he dado a los muertos, he obedecido a la voz de Yavé, mi Dios, y en todo he hecho lo que tú me has mandado;

15. mira desde tu santa morada, desde los cielos, y bendice a tu pueblo Israel y la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, la tierra que mana leche y miel.”

16. Hoy Yavé, tu Dios, te manda que pongas por obra estos preceptos y mandatos, que los guardes y practiques con todo tu corazón y toda tu alma.

17. Hoy has hecho que Yavé te diga que él será tu Dios; y has prometido seguir sus caminos, guardar sus leyes, sus mandamientos y sus preceptos, y obedecer a su voz.

18. Yavé te ha dicho hoy que serás para él un pueblo singular, como ya te lo había dicho antes, guardando todos sus mandamientos.

19. y dándote el Altísimo, sobre todas las naciones que Él ha hecho, la superioridad y la gloria, en fama y en esplendor, para que vengas a ser un pueblo santo para Yavé, tu Dios, como Él te lo ha dicho.

 

C.R.Y&S