LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO | cristoraul.org |
CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS |
ANTIGUO TESTAMENTO - PENTATEUCO
SEGUNDO DISCURSOProemio5
El Decálogo
6
El amor de Dios y la observancia de la Ley
7
Conducta que habrán de seguir con los cananeos y su culto
Agradecimiento
a Dios por los beneficios recibidos
9
10
Las tablas de
la Ley
Exhortación a la observancia. Promesas y amenazas11
Sanciones de la Ley
LEYES ACERCA DEL CULTO 12 El santuario único
1. He aquí, pues, las leyes y preceptos que cuidaréis de poner por obra en
la tierra que Yavé, Dios de vuestros padres, os dará en posesión
todo el tiempo que viváis sobre la tierra.
2. Destruiréis enteramente todos los lugares donde las gentes que vais a desposeer
han dado culto a sus dioses sobre los altos montes, sobre los
collados y bajo todo árbol frondoso;
3. abatiréis sus altares, romperéis sus cipos, destruiréis sus aseras,
quemaréis sus imágenes talladas y sus dioses y haréis desaparecer
de la memoria sus nombres.
4. No haréis así cuanto a Yavé, vuestro Dios,
5. sino que le buscaréis en el lugar que él elija entre todas las tribus,
para poner en él su santo nombre y hacer en él su morada; allá
iréis;
6. allí le presentaréis vuestros holocaustos y sacrificios, vuestras décimas,
vuestras primicias y la ofrenda alzada de vuestras manos, vuestros
votos y oblaciones voluntarias, y los primogénitos de vuestras
vacas y ovejas.
7. Allí comeréis delante de Yavé, vuestro Dios, y os regocijaréis vosotros
y vuestras familias, gozando de los bienes que vuestras manos
adquieran y con que Yavé, tu Dios, te bendiga.
8. No haréis cada uno como bien le parezca, como lo hacemos nosotros aquí
ahora,
9. porque no habéis llegado todavía al descanso y a la heredad que Yavé, tu
Dios, te da.
10. Mas pasaréis el Jordán y habitaréis en la tierra que Yavé, vuestro Dios,
os dará en heredad; y entonces os dará reposo contra todos vuestros
enemigos que os rodean y habitaréis en seguridad,
11. Entonces, en el lugar que Yavé, vuestro Dios, elija para que en él more
su santo nombre, allá llevaréis todo lo que yo os mando: vuestros
holocaustos, vuestros sacrificios, vuestras décimas, las ofrendas
elevadas de vuestras manos y las ofrendas escogidas de vuestros
votos a Yavé.
12. Allí os regocijaréis en la presencia de Yavé, vuestro Dios; vosotros, vuestros
hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas,
y el levita que está dentro de vuestras puertas, ya que éste
no ha recibido parte y heredad con vosotros.
13. Guárdate de ofrecer holocaustos en cualquier lugar a que llegues;
14. los ofrecerás en el lugar que Yavé haya elegido en una de tus tribus; allí
harás todo lo que yo te mando.
15. Pero cuando quieras podrás matar y comer la carne en todas tus ciudades,
conforme a la bendición que Yavé, tu Dios, te haya otorgado.
Podrán comerla lo mismo el impío que el puro, como se hace con
la gacela y el ciervo;
16. mas no comerás sangre; la derramarás sobre la tierra como el agua.
17. No podrás comer en cualquiera de tus ciudades las décimas de tu trigo,
de tu mosto y de tu aceite, ni los primogénitos de tus vacas
y tus ovejas, ni nada de cuanto ofrezcas en cumplimiento de
un voto; ni tus ofrendas voluntarias, ni las oblaciones de la
elevación.
18. Delante de Yavé, tu Dios, en el lugar que Yavé, tu Dios, elija, las comerás,
tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva y el levita que
more en tus ciudades; allí te regocijarás ante Yavé, tu Dios,
disfrutando de los bienes que adquiera tu mano.
19. Guárdate de desamparar al levita en todo el tiempo que vivas sobre tu tierra.
20. Cuando Yavé tu Dios, haya extendido tus fronteras, como te lo ha prometido,
y digas: Quiero comer carne, porque siente deseo de ella mi
alma, podrás comerla cuantas veces quieras.
21. Si el lugar que Yavé, tu Dios, elija para poner en él su nombre está lejano,
podrás matar tu ganado mayor y menor que Yavé te dé, según lo
que te ha prescrito, y comerlo en tu ciudad a tu deseo.
22. Lo comerás como se come la gacela y el ciervo; el puro y el impuro podrán
comerlo uno y otro,
23. pero atente siempre a la prohibición de comer sangre; es la vida, y no
debes comer la vida de la carne;
24. no la comerás; la derramarás sobre la tierra, como el agua;
25. no la comerás, para que seas dichoso tú y tus hijos después de ti, haciendo
lo que es recto a los ojos de Yavé.
26. Pero las ofrendas sagradas que se te imponen y las que tú hagas en cumplimiento
de un voto, ésas tómalas y ve al lugar que Yavé elija;
27. y allí ofrecerás tus holocaustos, carne y sangre, en el altar de Yavé,
tu Dios; en los sacrificios, la sangre será derramada en el
altar de Yavé, tu Dios, y la carne la comerás tú.
28. Escucha y guarda todo esto que yo te mando, para que seas dichoso, tú y
tus hijos después de ti por siempre, haciendo lo que es recto
a los ojos de Yavé, tu Dios.”
Contra los ritos gentiles29. Cuando Yavé, tu Dios, haya exterminado a los pueblos que de delante de
ti va a arrojar y ya los hayas destruido y habites en la tierra,
30. guárdate de imitarlos, cayendo en una trampa, después de haberlos exterminado
de delante de ti y de indagar acerca de sus dioses, diciendo:
¿Cómo acostumbraban esas gentes a servir a sus dioses? Voy a
hacer yo también como ellos hacían.
31. No obres así con Yavé, tu Dios, porque cuanto hay de aborrecible y abominable
a Yavé, lo hacían ellos para sus dioses, hasta quemar en el
fuego a sus hijos y a sus hijas en honor suyo.
32. Todo lo que yo te mando, guárdalo diligentemente, sin añadir ni quitar
nada.
13 Prevenciones contra la apostasía
1. Si se alzare en medio de ti un profeta o un soñador que te anuncia una
señal o un prodigio,
2. aunque se cumpliere la señal o prodigio de que te habló, diciendo: Vamos
tras de otros dioses — dioses que tú no conoces — sirvámosles;
3. no escuches las palabras de ese profeta o ese soñador, porque te prueba
Yavé, tu Dios, para saber si amáis a Yavé, vuestro Dios, con
todo vuestro corazón y toda vuestra alma.
4. Tras de Yavé, vuestro Dios, habéis de ir; a El habéis de temer, guardar
sus mandamientos, obedecer su voz, servirle y allegaros a Él.
5. Y ese profeta o soñador será condenado a muerte por haber aconsejado la
rebelión contra Yavé, vuestro Dios, que os sacó de Egipto y
os libró de la casa de la servidumbre para apartaros del camino
por donde Yavé, tu Dios, te ha mandado ir. Así harás desaparecer
la maldad de en medio de ti.
6. Si tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo o tu hija, o la mujer que descansa
en tu regazo, o tu amigo, aunque le quieras como a tu propia
alma, te incitare en secreto, diciendo: Vamos a servir a otros
dioses — dioses que no conociste ni tú ni tus padres,
7. de entre los dioses de los pueblos que os rodean, cercanos o lejanos, del
uno al otro cabo de la tierra —,
8. no asientas ni le escuches, ni tenga tu ojo piedad de él, ni le tengas
compasión ni le encubras;
9. denúnciale irremisiblemente y sea tu mano la primera que contra él se alce
para matarle, siguiendo después las de todo el pueblo;
10. le lapidaréis hasta que muera por haber buscado apartarte de Yavé, tu Dios,
que te sacó de Egipto, de la casa de la servidumbre.
11. Así, todo Israel lo sabrá y temerá hacer más una semejante maldad en medio
de ti.
12. Si de una de las ciudades que Yavé, tu Dios, te ha dado por morada oyeres
decir:
13. Gentes malvadas, salidas de en medio de ti, andan seduciendo a los habitantes
de la ciudad, diciendo: Vamos a servir a otros dioses, dioses
que no has conocido,
14. inquirirás, examinarás y preguntarás cuidadosamente; si el rumor es verdadero
y cierto el hecho, si se ha cometido en medio de ti tal abominación,
15. entonces, dando al anatema esa ciudad con todo cuanto hay en ella y sus
ganados, no dejes de pasarla a filo de la espada;
16. y, reuniendo todo su botín en medio de la plaza, quemarás completamente
la ciudad con su botín para Yavé, tu Dios; sea para siempre
un montón de ruinas y no vuelva a ser edificada.
17. Que no se te pegue a las manos nada de cuanto fue dado al anatema, para
que se vuelva Yavé del furor de su ira, y te haga gracia y misericordia,
y te multiplique, como a tus padres se lo juró,
18. si oyes la voz de Yavé, tu Dios, y guardas todos sus mandamientos que yo
hoy te prescribo, haciendo lo que es recto a los ojos de Yavé,
tu Dios.
14
Animales puros
y animales impuros
1. Vosotros sois hijos de Yavé, vuestro Dios. No os hagáis incisiones ni os
decalvéis entre los ojos por un muerto.
2. Porque tú eres un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios, y te ha elegido Yavé,
tu Dios, para que seas su pueblo singular de entre todos los
pueblos que hay sobre la haz de la tierra.
3. No comas abominación alguna.
4. He aquí los animales que comeréis: el buey, la oveja y la cabra;
5. el ciervo, la gacela y el corzo; la cabra montés, el antílope, el búfalo,
la gamuza;
6. todo animal que tenga la pezuña dividida, el pie hendido y rumie;
7. pero no comeréis los que solamente rumian ni los que solamente tienen la
pezuña dividida y el pie hendido; el camello, la liebre, el
conejo, rumian, pero no tienen la pezuña hendida; son inmundos
para vosotros;
8. el puerco, que tiene la pezuña hendida, pero no rumia, es inmundo para
vosotros. No comeréis sus carnes ni tocaréis sus cadáveres.
9. De los animales que viven en el agua comeréis los que tienen aletas y escamas;
10. pero cuantos no tienen aletas y escamas no los comeréis; son para vosotros
inmundos.
11. Comeréis toda ave pura.
12. He aquí los que no comeréis: el águila, el quebrantahuesos, el buitre,
13. el milano y toda suerte de halcones;
14. toda suerte de cuervos;
15. el avestruz, el mochuelo, la lechuza;
16. el ibis, el búho y el pelícano;
17. la cerceta, el mergo, la cigüeña;
18. la garza de todas clases, la abubilla y el murciélago.
19. Tendréis también por inmundo todo insecto alado; no lo comeréis.
20. Comeréis los volátiles puros.
21. No comeréis mortecino de ningún animal; podrás dárselo al extranjero que
reside en tus ciudades o vendérselo; vosotros sois un pueblo
consagrado a Yavé, tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche
de su madre.”
Décimas
22. Diezmarás todo producto de tus sementeras, de lo que dé tu campo cada año;
23. y comerás delante de Yavé, tu Dios, en el lugar que El elija para hacer
habitar en él su nombre, el diezmo de tu trigo, de tu mosto
y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y ovejas, para
que aprendas a temer siempre a Yavé, tu Dios;
24. pero si el camino fuere largo para poder llevarlos allá, por estar tú demasiado
lejos del lugar que elija Yavé para hacer habitar en él su nombre,
cuando Yavé te bendecirá,
25. lo venderás; y, tomando el dinero en tus manos, irás con él al lugar que
Yavé, tu Dios, elija.
26. Allí comprarás con dinero lo que desees: bueyes, ovejas, vino u otro licor
fermentado, lo que quieras; y comerás allí, delante de Yavé,
y te regocijarás tú y tu casa.
27. No dejarás de lado al levita que mora en tu ciudad, porque él no tiene
parte ni heredad contigo.
28. Al fin de cada tercer año separarás todos los diezmos de los productos
de aquel año y los depositarás en tu ciudad;
29. allá vendrá el levita que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero,
el huérfano y la viuda que haya en tus ciudades, y comerán y
se saciarán, para que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas las
obras de tus manos.”
15
El año de la remisión
1. Cada séptimo año harás la remisión.
2. He aquí cómo se ha de hacer la remisión: Todo acreedor que haya prestado
condonará al deudor lo prestado; no lo exigirá ya más a su prójimo
una vez publicada la remisión de Yavé;
3. podrás exigirlo del extranjero, pero no de tu hermano, al que harás la
remisión ,
4. para que no haya entre ti pobres; porque Yavé te bendecirá seguramente
en la tierra que Yavé, tu Dios, te ha dado en heredad para que
la poseas,
5. siempre que oigas la voz de Yavé, tu Dios, poniendo por obra cuidadosamente
todos sus mandatos que yo hoy te prescribo.
6. Porque Yavé, tu Dios, te bendecirá, como él te lo ha dicho, y prestarás
a muchos pueblos, y no tendrás que tomar prestado de nadie;
dominarás a muchas naciones, y ellas no te dominarán a ti.
Los pobres y los
esclavos
7. Si hubiere en medio de ti un necesitado de entre tus hermanos, en tus ciudades,
en la tierra que Yavé, tu Dios, te dará, no endurecerás tu corazón
ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre,
8. sino que le abrirás tu mano y le prestarás con qué poder satisfacer sus
necesidades, según lo que necesite.
9. Guárdate de que se alce en tu corazón este bajo pensamiento: Está ya cercano
el año séptimo, el año de la remisión; y de mirar con malos
ojos a tu hermano pobre y no darle nada, no sea que él clame
a Yavé contra ti y te cargues con un pecado.
10. Debes darle, sin que al darle se entristezca tu corazón; porque por ello
Yavé, tu Dios, te bendecirá en todos tus trabajos y en todas
tus empresas.
11. Nunca dejará de haber pobres en la tierra; por eso te doy este mandamiento:
abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre de tu
tierra.
12. Si uno de tus hermanos, un hebreo o una hebrea, se te vende, te servirá
seis años; pero el séptimo le despedirás libre de tu casa;
13. y al despedirle libre de tu casa no le mandarás vacío,
14. sino que le darás algo de tu ganado, de tu era y de tu lagar, haciéndole
partícipe de los bienes con que Yavé, tu Dios, te bendice a
ti.
15. Acuérdate de que esclavo fuiste en la tierra de Egipto y de que Yavé, tu
Dios, te libertó; por eso te doy yo este mandato.
16. Y si tu esclavo te dice: No quiero salir de tu casa, porque te amo a ti
y a tu casa, y se halla bien contigo,
17. entonces, tomando un punzón, le agujerearás la oreja junto a la puerta,
y será esclavo tuyo para siempre; lo mismo harás con tu sierva.
18. Que no te pese darle por libre, porque sirviéndote seis años te ha valido
el doble del salario de un jornalero, y Yavé, tu Dios, te bendecirá
en cuanto hagas.
Los primogénitos
19. Consagrarás a Yavé, tu Dios, todos los primogénitos, todo primogénito macho
de tus vacas y ovejas; no harás trabajar al primogénito de tu
vaca ni esquilarás al primogénito de tus ovejas,
20. sino que lo comerás cada año tú y tu familia, delante de Yavé, tu Dios,
en el lugar que El elija.
21. Pero si es defectuoso, si ciego o cojo o con otro defecto, no se lo ofrecerás
en sacrificio a Yavé, tu Dios.
22. Lo comerás en tus ciudades como se come la gacela o el ciervo; lo comerá
el puro y el impuro;
23. pero no comerás la sangre; la derramarás sobre la tierra, como el agua.
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