|
LIBRO
DE JOB
|
Capítulo
1 Job, Varón Recto y Justo |
|
Había
en tierra de Hus un varón llamado Job, hombre íntegro y recto,
temeroso de Dios y apartado del mal. Naciéronle siete hijos
y tres hijas; y
era su hacienda de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas
yuntas de bueyes, quinientas asnas, y siervos en gran número,
siendo grande aquel varón entre todos los orientales. Acostumbraban sus hijos a tener banquetes en sus casas, cada
uno en su día, invitando a sus tres hermanas a comer y beber
con ellos. Cuando
se completaba el ciclo de los días de convite, los convocaba
para purificarlos; y levantándose de madrugada, ofrecía por
ellos holocaustos, según el número de todos ellos, pues decía
Job: “No
sea que hayan pecado mis hijos y hayan maldecido a Dios en su
corazón.” Así hacía Job siempre. |
|
Job
probado en la adversidad |
|
Sucedió
un día que los hijos de Dios fueron a presentarse ante Yavé,
y vino también entre ellos Satán. Y dijo Yavé a Satán: “¿De dónde vienes?” Respondió
Satán: “De dar una vuelta por la tierra y pasearme por
ella.” Y
dijo Yavé a Satán: “¿Has reparado en mi siervo Job, pues
no lo hay como él en la tierra, varón íntegro y recto, temeroso
de Dios y apartado del mal?” Pero respondió Satán a Yavé diciendo: “¿Acaso teme Job
a Dios en balde?” ¿No
le has rodeado de un vallado protector a él, a su casa y a todo
cuanto tiene? Has bendecido el trabajo de sus manos, y sus ganados
se esparcen por el país. Pero extiende tu mano y tócale en lo suyo, (veremos) si no te
maldice en tu rostro. Entonces
dijo Yavé a Satán: “Mira, todo cuanto tiene lo dejo en
tu mano, pero a él no le toques.” Y salió Satán de la
presencia de Yavé. Y
sucedió un día en que estaban sus hijos y sus hijas comiendo
y bebiendo vino en casa de su hermano primogénito, que
llegó un mensajero a Job y le dijo: “Estaban arando lo
bueyes y pacían cerca de ellos las asnas, y
se echaron sobre ellos los sabeos y los tomaron hiriendo a los
siervos a filo de la espada. Yo solo he podido escapar para
darte la noticia.” Todavía estaba éste hablando, cuando llegó otro, que dijo: “Ha
caído del cielo fuego de Dios, que abrasó a las ovejas y a los
mozos, consumiéndolos. Sólo he escapado yo para darte la noticia.” Todavía
estaba éste hablando, cuando vino otro, que dijo: “Los
caldeos, divididos en tres tropeles, han dado sobre los camellos,
apoderándose de ellos, y a los siervos los hirieron a filo de
la espada. Yo solo he podido escapar para traerte la noticia.”Mientras
hablaba éste todavía, llegó otro, que dijo: “Estaban tus
hijos y tus hijas comiendo y bebiendo vino en la casa de su
hermano, el primogénito,y
vino del otro lado del desierto un torbellino y conmovió las
cuatro esquinas de la casa, que cayó sobre los jóvenes, y han
muerto. Yo solo he escapado para darte la noticia.” |
|
Fidelidad
de Job |
|
Levantóse
entonces Job, rasgó sus vestiduras, rasuró su cabeza y, echándose
en tierra, adoró, diciendo:
“Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo tornaré
allá. Yavé lo dio, Yavé lo ha quitado. ¡Bendito sea el nombre
de Yavé! En todo
esto no pecó Job ni atribuyó a Dios insipiencia. |
|
Capítulo
2 Mayores
pruebas |
|
Y
sucedió que vinieron (otro) día los hijos de Dios a presentarse
ante Yavé, y vino también Satán entre ellos, presentándose ante
Yavé. Y
dijo Yavé a Satán: “¿De dónde vienes?” Respondió
Satán a Yavé: “De dar una vuelta por la tierra y pasearme
por ella.” Y
dijo Yavé a Satán: “¿Has reparado en mi siervo Job, que
no hay como él en la tierra, varón íntegro y justo, temeroso
de Dios y apartado del mal, y que aún persevera en su perfección
a pesar de que me incitaste contra él para que sin razón lo
arruinara?” Respondióle
Satán a Yavé, diciendo “¡Piel por piel! Y todo cuanto
el hombre tiene lo dará gustoso por su vida. Si
extendieses tu mano y tocaras su hueso y su carne, (veríamos)
si no maldeciría tu rostro.” Yavé
replicó entonces a Satán: “Ahí lo tienes a tu disposición,
pero guarda su vida.” Salió
Satán de la presencia de Yavé e hirió a Job con una úlcera maligna
desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. Rascábase con un tejón y estaba sentado sobre la ceniza. Díjole
entonces su mujer: “¿Aún sigues tú aferrado a tu integridad?
¡Maldice a Dios y muérete!” Pero
él le replicó: “Como mujer necia has hablado. Si recibimos
de Dios los bienes, ¿por qué no también los males?” En
todo esto no pecó Job con sus labios. |
|
Vienen
a consolar a Job tres de sus amigos |
|
Tres
amigos de Job se enteraron de todas las desgracias que le habían
sobrevenido, y se llegaron cada uno de su lugar — Elifaz,
de Teman; Bildad, de Suaj, y Sofar, de Naamat —, que se
habían convenido juntarse para darle el pésame y consolarle.Ya
de lejos alzaron sus ojos, sin reconocerle, y, levantando su
voz, empezaron a llorar a voz en grito, al par que rasgaban
sus vestiduras y esparcían al aire polvo sobre sus cabezas. Estuvieron
con él sentados en tierra siete días y siete noches, y ninguno
habló palabra viendo cuan grande era su dolor. |
|
Capítulo
3 Lamentos de Job |
|
Después
de esto abrió Job su boca para maldecir su día, y,
tomando la palabra, dijo: Perezca
el día en que nací y la noche en que se dijo: “¡Ha sido
concebido un varón!” Conviértase
ese día en tiniebla, no se cuide Dios de él desde lo alto, no
resplandezca sobre él un rayo de luz. Apodérese de él oscuridad y sombras de muerte; encobe sobre
él negra nube, llénelo de terrores la negrura del día. Hagan
presa de aquella noche las tinieblas, no se junte a los días
del año ni entre en el cómputo de los meses. Sea
noche de tristeza, no haya en ella regocijos. Maldíganla
los que saben maldecir el día, los que saben despertar al Leviatán. Háganse tinieblas
las estrellas de su alborada; que espere luz y no le venga,
y no vea los parpadeos de la aurora, por
no haberme cerrado las puertas del seno materno y no haber sustraído
a mis ojos tanta miseria. ¿Por qué no morí al salir del seno y no expiré al salir del
vientre? ¿Por
qué hallé rodillas que me acogieron y pechos que me amamantaron?Pues
ahora descansaría tranquilo y dormiría en reposo con
los reyes y los magnates de la tierra, que se construyen mausoleos, o con príncipes
ricos en oro, que llenan de plata sus moradas. O ni hubiera existido, como aborto secreto o como los niños
que no vieron la luz. Allí
cesan de perturbar los impíos y descansan los extenuados. Allí
están tranquilos los cautivos y no oyen la voz del capataz. Allí son iguales
grandes y pequeños, y el esclavo está libre de su amo. ¿A
qué dar la luz al desdichado, dar la vida al amargado de alma, a los que esperan
la muerte y no les llega, y la buscan más que exploradores de
tesoros; los
que saltarían de júbilo y se llenarían de alegría si hallasen
un sepulcro; al
varón cuya ruta está oculta y a quien cierra Dios (toda salida)? Son los suspiros mi comida y se derraman como aguas mis rugidos. Lo que temo, eso me llega; y lo que me atemoriza, eso me coge. No tengo tranquilidad
ni descanso; se ha adueñado de mí la turbación. |
|
Capítulo
4 Reproches
de Elifaz |
|
Tomó
la palabra Elifaz, de Temán, y dijo: ¿Te
molestará que te dirijamos la palabra? pero ¿quién es capaz
de guardar silencio? He
aquí que enseñaste a muchos, confortaste muchas manos débiles. Con tu palabra
sostuviste a los vacilantes y fortaleciste a rodillas que se
doblaban. Pero
ahora, que ha venido sobre ti, ¿decaes? Cuando te ha tocado,
¿te turbas? ¿No
es ya tu piedad tu confianza? ¿No es la rectitud de los caminos
la esperanza tuya? Recuerda
bien: ¿Qué inocente pereció? ¿Qué justos fueron exterminados? Por lo que siempre vi, los que aran la iniquidad y siembran
la desventura, la cosechan. Bajo
el aliento de Dios perecen, desaparecen al soplo de su nariz. Los rugidos del
león, los bramidos de la fiera, los dientes de los cachorros
de león, son quebrantados. Perece
el león falto de presa, y se dispersan los cachorros de la leona. |
|
Aparición
nocturna |
|
Llegóme calladamente un hablar; mis orejas percibieron sólo
un murmullo, al
tiempo en que agitan el alma las visiones nocturnas, cuando
duermen los hombres profundo sueño. Apoderóse
de mí el terror y el espanto, temblaron todos mis huesos; un viento azotó mi rostro, erizó el pelo de mi carne. Se
paró (ante mí), pero no reconocí su semblante; estaba ante mis
ojos un fantasma, y oí una voz que tenuemente murmuraba: ¿Podrá
el hombre presentarse como justo ante Dios? ¿Será puro el varón
ante su Hacedor? Mira: aun a sus ministros no se confía, aun en sus ángeles halla
tacha. ¡Cuánto
más los que habitan moradas de barro y del polvo traen su origen!
Que son aplastados como polilla, de la mañana a la tarde son pulverizados, desaparecen para siempre
por falta de salvador. ¿No
es arrancada la cuerda (de su tienda)? Mueren faltos de sabiduría. |
|
Capítulo
5 La justicia de Dios |
Ya
puedes gritar. ¿Habrá quien te responda? ¿A cuál de los santos
vas a apelar? Porque
al insensato le mata el enojo, y al necio la cólera. Vi
al insensato echar raíces, pero al instante maldije su morada: "¡Que sus hijos
sean privados de salvación y sean aplastados en la puerta sin
(que tengan) defensor!" Devoran
los hambrientos sus cosechas, y aun entre las espinas las recogen,
y el sediento chupa su jugo. Que
no brota del polvo la iniquidad, ni es el suelo el que produce
el infortunio. Pues
es el hombre quien engendra la desventura, los hijos del relámpago
levantan el vuelo. |
Yo
que tú me volvería a Dios y en Dios pondría mi causa.El
que hace cosas tan grandes e insondables, maravillas sin número;que
derrama la lluvia sobre la tierra y manda las aguas sobre los
campos.Ensalza
a los humildes, hace prosperar a los afligidos.Aventa
las tramas del astuto para que sus manos no realicen sus cálculos.Sorprende
a los sabios en su astucia y frustra los designios del malvado. De día tropiezan
con tinieblas, y van a tientas en pleno día, como si fuera de
noche. Y salva
al arruinado de su boca, y de la mano del prepotente al necesitado, y sostiene la
esperanza del desdichado, teniendo que cerrar su boca la injusticia. |
|
La
felicidad está en Dios |
|
¡Dichoso
el hombre a quien corrige Dios! No desdeñes, pues, la corrección
del Omnipotente.Pues
El es quien hace la herida y la venda, el que hiere y la cura
con su mano. De
seis tribulaciones te salvará, y a la séptima no te alcanzará
el mal. En (tiempos
de) hambre te redimirá de la muerte, y en (tiempos de) guerra,
del poder de la espada. Te
preservará del azote de la lengua, no temerás la desventura
si viniere. Te
reirás de la devastación y del hambre, no temerás a las bestias
de la tierra. Harás
alianza con las piedras del campo, y paces con las fieras salvajes. Probarás la paz
de tu tienda; nada echarás de menos al inspeccionar tu morada. Sabrás que tu
posteridad es numerosa, y tus retoños (brotarán) como hierba
de la tierra. Llegarás
en madurez al sepulcro, como a su tiempo se recogen las gavillas. Mira: esto es
lo que he observado. ¡Así es! ¡Atiende y sábelo (para tu bien)!" |
|
Capítulo
6 Respuesta de Job a Elifaz |
|
Entonces
replicó, diciendo: "¡Oh
si mis quejas pudieran pesarse y a un tiempo se pusiera mi desdicha
en una balanza! ¡Luego
ésta pesaría más que las arenas del mar! Por eso han sido destempladas
mis palabras, pues se han clavado en mí las saetas del Omnipotente, cuyo veneno
bebe mi espíritu. Los terrores de Dios están alineados contra
mí. ¿Rebuzna
el onagro junto a la hierba? ¿Muge el buey ante su pesebre? ¿Se come lo insípido
sin sal? ¿Sabe bien la clara de huevo? Lo
que ni tocar quiere mi alma, eso se ha convertido en mi alimento. ¡Quién me diera
se cumpliese mi petición y que Dios me otorgara lo que espero, y se dignara Dios aplastarme, soltando su mano para acabar conmigo! Ese sería luego
mi consuelo; me alegraría en la amargura, por no haber ocultado
los secretos del Santo. ¿Cuál
es mi fortaleza para esperar todavía? ¿Cuál mi fin para aliviar
mi alma? ¿Es
mi fortaleza la de las piedras, o es de bronce mi carne? No hay para mí ayuda alguna; todo socorro me ha sido negado. Rehusar la piedad
a su prójimo es rechazar el temor del Omnipotente. Mis
hermanos me han decepcionado como arroyo (seco), cual lecho
de torrentes que pasan.Estaban
cubiertos de hielo, sobre ellos se acumulaba la nieve; pero
apenas viene el calor, se derriten, a los primeros ardores se
extinguen en su lugar. Desvían
las caravanas su ruta, avanzan por el desierto y se extravían. Divísanlas las
caravanas de Tema, las comitivas de Saba suspiran por ellos;pero
quedan avergonzadas de haber confiado, y confusas al llegar
hasta ellos. Así sois ahora vosotros para mí: al verme, os espantáis y sois
sobrecogidos de temor. ¿Os he dicho yo: Dadme, y de vuestra hacienda haced soborno
en mi favor, y libradme de la mano del opresor, y rescatadme de las manos
del tirano?Enseñadme
vosotros, y yo me callaré; y si he errado, hacédmelo ver. ¡Cuán
persuasivas son las palabras de rectitud! Mas ¿qué prueba vuestra
alegación? ¿Pretendéis
censurar mis palabras, siendo puro viento los dichos del desesperado? Hasta sobre un
huérfano echáis suertes y traficáis sobre vuestro amigo. ¡Y
ahora dignaos volveros hacia mí, pues no puedo mentiros a vuestra
cara! ¡Volveos,
y no seáis injustos; volveos, pues la justicia está conmigo! ¿Hay en mi lengua
iniquidad? ¿Es que mi paladar no sabe discernir el infortunio? |
|
Capítulo
7 |
|
¿No
es milicia la vida del hombre sobre la tierra, y son como los
del jornalero sus días? Como
el siervo anhelando la sombra, como el jornalero esperando su
salario, así
he pasado yo meses de desencanto y me han tocado noches llenas
de dolor.Si
me acuesto, digo: ¿Cuándo me levantaré? Si me levanto: ¿Cuándo
llegará la tarde? Y me harto de divagar hasta el crepúsculo. Mi
carne está cubierta de gusanos y de escamas terrosas, mi piel
se arruga y se deshace supurando; mis
días corrieron más rápidos que la lanzadera, pasaron sin dejar
esperanza. Acuérdate
de que mi vida es un soplo, mis ojos no volverán a ver más la
felicidad. No
me verán más ojos (de hombre); me mirarán tus ojos, y ya no
seré. Como se deshace una nube y se va, así el que baja al seol no sube más; no
vuelve más a su casa y no le reconoce ya su lugar. Por
eso no reprimiré yo mi boca, hablaré en la angustia de mi espíritu,
me quejaré en la amargura de mi alma, ¿Soy yo el mar o un monstruo marino para que me hayas puesto
guardia? Cuando
me digo: “En mi cama hallaré consuelo, el lecho aliviará
mis dolores”, tú me aterras con sueños, me espantas con visiones. Por
eso preferiría ser estrangulado, la muerte a estos tormentos. Me
consumo. No viviré eternamente. Déjame, que mi vida es un soplo. ¿Qué
es el hombre para que en tanto le tengas y pongas en él tu atención, para
que le visites cada mañana y a cada momento le pruebes? ¿Hasta
cuándo no apartarás de mí tu mirada sin dejarme tragar mi saliva? Si
pequé, ¿qué daño te inferí, oh protector de los hombres? ¿Por
qué me haces blanco tuyo, cuando ni a mí mismo puedo soportarme? ¿Por
qué no perdonar mi transgresión y pasar por alto mi culpa? Pues
pronto descansaré en el polvo, y si me buscas, ya no existiré. |
|
Capítulo
8 Discurso de Bildad |
|
Tomó
la palabra Bildad, suhita, diciendo: "¿Hasta
cuándo vas a hablar así y serán las palabras de tu boca cual
viento impetuoso? ¿Acaso
tuerce Dios el derecho? ¿Puede el Omnipotente pervertir la justicia? Si pecaron tus
hijos contra El, ya han pagado por sus faltas. Pero tú, si recurres a Dios e imploras al Omnipotente, si fueres puro y recto, desde ahora velará sobre ti, y restaurará
la morada de tu justicia, y
la anterior fortuna resultará pequeña, pues grande ha de ser
tu futuro. Pregunta,
si no, a las generaciones precedentes, atiende a la experiencia
de los padres. Nosotros somos de ayer y no sabemos nada, porque son una sombra
nuestros días sobre la tierra. ¿No
te enseñarán ellos, no te hablarán y de su corazón sacarán palabras? ¿Puede crecer
el papiro fuera de las lagunas? ¿Puede el junco prosperar donde
no hay agua? Verde
aún, sin que nadie le corte, se seca antes que cualquier otra
hierba. Tal es
la suerte de los que se olvidan de Dios, y la esperanza del
impío se desvanecerá. Su
confianza no es más que un hilo, y tela de araña su seguridad. Se apoya sobre
una casa que no se sostiene, se agarra a ella, sin que tenga
consistencia. Por
lleno de jugo que estuviere a la faz del sol, extendiendo sus
retoños en el huerto, y
sus raíces entrelazadas sobre un montón de piedras, viviendo
en una casa de piedra, en
cuanto se le arranca de su sitio, éste le renegará: “¡Nunca
te vi!” Helo
aquí podrido sobre el camino, mientras otros brotan en su lugar. Así, pues, Dios
no rechaza al íntegro ni toma de la mano a los malvados. Aún
llenará tu boca de sonrisas y de júbilo tus labios. Cubriránse
de confusión tus enemigos, y no subsistirá la tienda de los
malos". |
|
Capítulo
9 Respuesta
de Job |
|
Respondió
Job, diciendo: En verdad, yo sé que es así: ¿Cómo justificarse
un hombre frente a Dios? Si quisiera contender con El, de mil
cargos no podría responder a uno. El es sabio de corazón y robusto
de fuerza: ¿Quién se le opondrá y saldrá ileso? El desplaza
los montes sin que se den cuenta, y en su ira los trastorna.
El sacude la tierra en su sitio, estremécense sus columnas.
El manda al sol, y éste no brilla, y guarda bajo sello las estrellas.
El solo tiende los cielos y camina sobre las crestas del mar.
El creó la Osa, el Orion y las Pléyades y las cámaras del cielo
austral. El obra cosas grandes e insondables, maravillas sin
cuento. Si pasa ante mí, yo no le veo; se desliza, y yo no lo
advierto. Si coge una presa, ¿quién se la arrebatará? ¿Quién
podrá decirle: Qué es lo que haces? Dios no reprime su cólera:
bajo El se encorvaron los auxiiares de Rahab. ¡Cuánto menos
podría yo responderle y rebuscar razones contra El! Aun
teniendo razón, no podría responderle, y habría de implorar
gracia para mi causa. Y aunque le hablara yo y El me respondiese,
no osaría creer que había oído mi voz. El es quien por un cabello
me aplasta y multiplica sin motivo mis heridas; que ni respirar
me deja y me harta de amarguras. Si quisiera acudir a la fuerza,
el robusto es El; si al juicio, ¿quién podrá emplazarle? Si
soy justo, mi boca me condena; si me creo inocente, me declara
perverso. Si me declaro inocente, es que no me conozco. Yo desprecio
mi vida. ¡Todo es uno! Por eso digo: “¡Consume al íntegro
y al culpable!” Cuando de repente una plaga trae la muerte,
El se ríe de la desesperación de los inocentes. La tierra es entregada a las manos de los impíos, y vela el
rostro de sus jueces. Si no es El, ¿quién va a ser? Mis
días pasaron más veloces que un correo, huyeron sin ver la felicidad. Se han deslizado como lancha de papiro, como águila que se lanza
sobre la presa. Si
me digo: “Voy a olvidar mis cuitas, cambiaré mi semblante
y me pondré alegre”, temo todos mis
dolores, sabiendo que tú no me declaras inocente. Si
soy culpable, ¿a qué fatigarme en vano? Aunque
me lavase con agua de nieve y purificase mis manos con lejía, todavía me hundirás
en el lodo, y mis vestidos me aborrecerían. Que no es hombre como yo para responderle: ¡Vamos juntos a juicio! No hay entre
nosotros arbitro que ponga su mano entre ambos. Que
retire su vara de sobre mí, que no me espante su terror. Yo hablaré sin temor, porque no soy tal a mis ojos. |
|
Capítulo
10 |
|
¡Estoy
hastiado de mi vida! Voy a dar curso libre a mis quejas, a hablar
con la amargura de mi alma .Quiero
decir a Dios: “¡No me condenes, dame a saber por qué te
querellas de mí!” ¿Es
decoroso para ti hacer violencia, desdeñar la obra de tus manos
y complacerte en los consejos de los malvados? ¿Tienes tú acaso ojos de carne y miras como mira el hombre? ¿Son tus días
los de un mortal, son tus años los años del nombre, para
que tengas que inquirir mi culpa y andar rebuscando mi pecado, cuando sabes
que no soy culpable y nadie puede librarme de tus manos? Tus manos me hicieron y me formaron, ¿y vas a aniquilarme después? Acuérdate que me modelaste como el barro, ¿y vas a tornarme
al polvo? ¿No
me exprimiste como leche, no me cuajaste como queso? Me
revestiste de piel y de carne, y con huesos y músculos me consolidaste. Me diste vida
y me favoreciste y tu solicitud guardó mi espíritu. ¿Y
me guardabas esto en tu corazón? Bien veo que esto entraba en
tus designios.Si
peco, tú me vigilas, y de mi falta no me disculparás. Si
prevarico, ¡ay de mí! Si soy inocente, no podré levantar la
cabeza, harto de ignominia y ebrio de penas. Y
si la levanto, tú me cazarás como león, y contra mí vuelves
a hacer ostentación de tu poder. Renovarás tus pruebas contra mí como tropas de refresco. ¿Por qué me sacaste del vientre de mi madre? Muriera yo sin
que ojos me vieran. Fuera
como si nunca hubiera existido, llevado del vientre al sepulcro. ¿No son pocos los días de mi existencia? Retírate de mí para
que pueda alegrarme un poco antes
de que me vaya, para no volver, a la tierra de tinieblas y de
sombras, tierra
de negrura y desorden, en la que la claridad es como la oscuridad". |
|
Capítulo
11 Discurso
de Sofar |
|
Replicó
Sofar de Naamat, diciendo: La
multitud de las palabras ¿no va a tener respuesta? ¿Va a ser
el hombre verboso el que tenga razón? Tus
charlatanerías ¿van a hacer callar a los hombres? ¿Vas a burlarte
sin que nadie te confunda? Tú
dices: “Mi doctrina es pura y estoy limpio a tus ojos”.¡Ojalá
hablara Dios y abriera sus labios contigo para
descubrirte los secretos de la sabiduría (pues son ambiguos
para el entendimiento), y conocerías que Dios te ha condonado
parte de tus culpas! ¿Podrás descubrir tú el misterio de Dios? ¿Llegarás hasta la
perfección del Omnipotente? Es
más alto que los cielos. ¿Qué harás? Es más profundo que el seol. ¿Qué entenderás? Es
más extenso que la tierra, más ancho que el mar. Si
pasa, aprisiona y cita a juicio, ¿quién podrá contrarrestarle? Pues conoce a
los hombres falaces y ve la iniquidad sin mucho reflexionar. Así, el necio se hace discreto, y como pollino de onagro nace
el hombre. Si
tú dispusieras tu corazón y extendieras a El sus manos; si
alejaras de tus manos la maldad y no dieras acogida en tu tienda
a la iniquidad,alzarías
ciertamente tu rostro sin tacha, te sentirías seguro y no temerías. Te olvidarías entonces de las penas, o, si de ellas te acordaras,
sería como de agua que pasó. Y
más radiosa que el mediodía surgiría tu existencia, y la oscuridad
sería como la mañana, y
vivirías confiado de lo que te esperaba, y, sintiéndote protegido,
te acostarías tranquilo.Reposarías
sin que nadie te inquietase, y muchos adularían tu rostro.Pero
los ojos de los malvados se consumirán, faltándoles el refugio,
y su esperanza será el último suspiro. |
|
Capítulo
12 Respuesta
de Job a Sofar |
|
Respondió
Job, diciendo: Cierto
que sois vosotros la humanidad toda, y con vosotros va a morir
todo el saber. También
tengo, como vosotros, algún seso, y no cedo ante vosotros. Esas
cosas, ¿quién las ignora? Ludibrio
para su amigo soy yo, que clamo a Dios para que me oiga. ¡Objeto
de mofa es el justo y el íntegro! ¡Desprecio al desgraciado! Así piensa el dichoso. ¡Una zancadilla
para aquel cuyos pies están para resbalar! Paz
gozan las tiendas de los devastadores, y están seguros los que
provocan a Dios, como si todo lo hubiera puesto Dios en su mano. Pregunta a las
bestias, y te instruirán; a las aves del cielo, y te lo comunicarán; a los reptiles
de la tierra, y te enseñarán, y te lo harán saber los peces
del mar. ¿Quién
no ve en todo esto que es la mano de Yavé quien lo hace, de
cuya mano depende el alma de todos los vivientes y el espíritu
de todos los hombres? ¿No distingue el oído las palabras, como el paladar gusta la
comida? En los
ancianos está el saber y en la longevidad la sensatez.Pero
en El están la sabiduría y el poder; suyo es el consejo, suya
la prudencia.Lo
que Él destruye no puede reconstruirse; al que El aprisiona
nadie le liberta. Si retiene las aguas, todo se seca; si las da suelta, devastan
la tierra. En
El están la fuerza y la sabiduría, de El son el engañado y el
engañador; El
hace andar descalzos a los consejeros, y a los jueces los hace
necios; desciñe
la cadena de los reyes y les ata una cuerda a su cintura; hace
andar descalzos a los sacerdotes y abate a los poderosos; quita el habla a los sinceros y priva a los ancianos del discernimiento; arroja sobre
los nobles el desprecio y suelta el cinturón de los fuertes; despoja a las
profundidades de sus tinieblas y saca a luz la sombra; eleva
a las naciones y las arruina, dilata a los pueblos y los suprime; quita el sentido
a los gobernantes del país y los hace errar en un desierto sin
caminos; caminan
a tientas en las tinieblas sin luz, y hace que como beodos vacilen. |
|
Capítulo
13 |
|
Ciertamente
todo esto lo han visto mis ojos, lo ha oído mi oído y lo entendió.Lo
que vosotros sabéis lo sé yo también, no soy menos que vosotros. Pero yo quisiera hablar al Omnipotente y venir a cuentas con
Dios; pues vosotros
sois inventores de falacias, sois médicos que nada curáis. ¡Quién
diera que al menos callarais por completo; sería para vosotros
contado como acto de sabiduría! Oíd,
pues, os ruego, mi querella, atended a las razones de mi defensa. ¿Queréis, para justificar a Dios, usar de falsedad, defenderle
con mentiras?¿Queréis
mostraros como parciales suyos, ser los abogados de su causa? Sería bueno que
Ellos sondease. ¿Queréis poder engañarle como se engaña a un
hombre? El ciertamente
os reprendería con severidad, si secretamente pretendéis aparecer
como parciales suyos. Su
majestad, ¿no os aterrará, no os llenará de espanto? Vuestros
apotegmas son verdades de polvo, vuestras réplicas son respuestas
de barro. Callad
y dejadme que hable yo, ¡y venga sobre mí lo que viniere! ¡Yo
tomo mi carne en mis dientes y coloco mi vida en las palmas
de mis manos! Aunque
El me matara, no me dolería, con tal de defender ante El mi
conducta. Y esto
me servirá de salvación, pues el impío no se atrevería a comparecer
en su presencia.¡Oíd
atentamente mis palabras, prestad oído a mi razonamiento! He aquí que he preparado mi proceso, consciente de que he de
tener razón. ¿Quién pretende litigar conmigo? Porque si, resignado, callara,
moriría. Sólo
dos cosas no hagas conmigo, y entonces no me esconderé de tu
presencia. Aleja
de mí tu mano y no me espante tu terror. Después convoca (al debate), y yo responderé, o hablaré yo y
tú me replicarás. ¿Cuántos
son mis delitos y pecados? Dame a conocer mi transgresión y
mi ofensa. ¿Por
qué esconderme tu rostro y tenerme por enemigo tuyo? ¿A
una hoja que arrebata el viento infundes terror y a una paja
seca persigues, dictando
contra mí sentencias de amargura e imputándome las faltas de
mi mocedad? Pones
en el cepo mis pies, acechas todos mis pasos, señalas las huellas
de mis pies. Me
deshago como leño carcomido, como vestido que roe la polilla. |
|
Capítulo
14 |
|
El
hombre, nacido de mujer, corto de días y harto de inquietudes, brota como una
flor y se marchita, huye como sombra sin pararse. ¿Y sobre un tal abres tus ojos y le citas a juicio contigo? ¿Quién podrá sacar pureza de lo impuro? Nadie. Si sus días están determinados, si es conocido de ti el número
de sus meses, si fijaste su límite, que no ha de traspasar,aparta
de él tu mirada y déjale hasta que como mercenario cumpla su
jornada.Porque
para el árbol hay esperanza: cortado, puede retoñar, sin que
cesen sus renuevos; aunque
haya envejecido su raíz en la tierra y haya muerto en el suelo
su tronco, al
olor del agua rebrota y echa follaje como planta nueva. Pero
el hombre, en muriendo, queda inerte, y expirando, ¿dónde está? Se agotarán las
aguas en el mar, secaráse un río y se consumirá; pero
el hombre, una vez que se acuesta, no se levantará jamás. Hasta
la consumación de los cielos no se despertará, no surgirá de
su sueño. ¡Quién
me diera que me escondieses en el seol y allí me ocultaras
hasta que se aplacara tu ira, fijando un término para volver
a acordarte de mí! Si,
muerto, el hombre reviviera, esperaría que pasara el tiempo
de mi milicia hasta que llegara la hora del relevo. Llamaríasme
entonces, y yo te respondería, y te mostrarías propicio a la
obra de tus manos.Y,
en vez de contar, como ahora, mis pasos, no espiarías más mis
pecados. Sellarías
como en un saco mi transgresión y borrarías mi iniquidad.Pero
¡ay!, que el monte se desmorona, y se remueve de su lugar la
roca,y el agua
corroe las piedras, y se lleva la inundación los terrones, y
por modo semejante destruyes la esperanza del hombre.Tú
le asaltas, y se va para siempre; cambia su rostro, y lo despachas.Tengan
honores sus hijos, él no lo sabe; sean despreciados, él no lo
advierte; sólo
él siente los dolores de su carne, sólo sobre sí llora su alma". |
|
Capítulo
15 Segundo Discurso de Elifaz |
|
Entonces
replicó Elifaz de Teman, diciendo: "¿Es de sabios responder
con vanos razonamientos y llenar su vientre de viento solano,
arguyendo con palabras vanas y con razones inconsistentes? Pero
es más: tú destruyes la piedad y socavas la meditación ante
Dios. Pues tu falta inspira a tu boca, y adoptas el lenguaje
de los astutos. Es tu boca, no soy yo, quien te condena; son
tus labios los que atestiguan contra ti. ¿Eres tú por ventura
el primer nacido? ¿Has sido concebido antes que las colinas?
¿Has oído las confidencias de Dios, y acaparas para ti la sabiduría?
¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos? ¿Qué entiendes tú que
no entendamos nosotros? También hay entre nosotros ancianos
encanecidos de más edad aún que tu padre. ¿Tienes en poco los
consuelos de Dios y las blandas palabras que te dirigimos? ¿Cómo
te arrastra tu corazón y por qué centellean tus ojos? Pues vuelvese
contra Dios, y salen de tu boca injurias contra El. ¿Qué
es el hombre para creerse puro, para decirse justo el nacido
de mujer? Si
ni en sus santos se confía ni los cielos son bastante puros
a sus ojos, ¡cuánto
menos un ser abominable y corrompido, el hombre, que se bebe
como agua la impiedad! Voy a explicarte, escúchame, y voy a contarte lo que vi, lo
que enseñaron los sabios, lo que no ocultaron (recibido) de
sus padres, aquellos
a quienes sólo fue dada la tierra, sin que pasara el extranjero
por medio de ellos. Todos
los días sufre tormento el perverso, y están contados los años
reservados al tirano. Suenan
a sus oídos gritos de espanto, en tiempo de paz se ve asaltado
por el devastador. No
confía escapar de las tinieblas, y (se considera) destinado
a la espada. Es
dado en pasto a los buitres, sabe que su ruina es inminente. El día tenebroso
le aterra, la ansiedad y la angustia le acometen como rey pronto
al asalto, porque
extendió su mano contra Dios, y se hizo fuerte contra el Omnipotente, y corrió contra
El con erguida cerviz, protegido por sus espesos escudos. Porque
tenía su rostro abotagado de gordura, y de grosura sus lomos; y habitaba ciudades
derribadas, casas deshabitadas, destinadas al montón de ruinas. No se enriquecerá
ni se mantendrá su opulencia, ni su sombra se extenderá sobre
la tierra. No
escapará a las tinieblas; sus renuevos los desecará la llama,
y su flor será arrebatada por el viento. No
se fíe de su tallo elevado, pues sabemos que es vanidad; antes
de tiempo se marchitarán sus sarmientos, y su ramaje no reverdecerá. Dejará caer, como la viña, su agraz, y, como el olivo, dejará
caer sus flores. Pues
la casta de los impíos es estéril, y el fuego devora las tiendas
del soborno. Concibe
maldad y engendra desventura, y nutre en su seno el desengaño". |
|
Capítulo
16 Respuesta de Job a Elifaz |
|
Respondió
Job, diciendo: "¡He
oído ya muchos discursos semejantes! ¡Funestos consoladores
sois todos vosotros! ¿Tendrán
término los vanos discursos, o qué es lo que a responder así
te incita? También
podría yo hablar con vosotros, si vosotros estuvierais en mi
lugar. Podría hilvanar palabras a costa vuestra y mover mi cabeza
sobre vosotros. Os
alentaría con mi boca y daría rienda suelta a mis labios. Si hablo, no se calma mi dolor; si callo, ¡qué se va a apartar
de mí! Ciertamente
ahora la malquerencia me ha extenuado, toda su banda se apodera
de mí. Se levanta
contra mí como testigo de cargo y depone contra mí con calumnias. Su furor desgarra
y me persigue, rechinando contra mí sus dientes. Mi adversario
aguza sus ojos contra mi. Abren
su boca contra mí, abofetean con afrenta mis mejillas, todos
a una se apretujan contra mí. Dios
me entrega a los impíos, me arroja en manos de los perversos. Estaba yo tranquilo, y El me sacudió, me tomo por el cuello
y me estrelló. Púsome por blanco suyo. Cércanme sus proyectiles, me traspasa mis ríñones sin piedad,
derrama por tierra mi hiel.Abre
en mí brecha sobre brecha y corre contra mí como un guerrero. He cosido un saco sobre mi piel, he revuelto mi frente en la
ceniza; está
mi rostro enrojecido por el llanto, y sobre mis párpados hay
un velo sombrío, aunque
no hubo violencia en mis manos y fue pura mi oración.No
cubras, ¡oh tierra! mi sangre, y no haya lugar para mi clamor. Ahora, pues,
en los cielos está mi testigo, y allá arriba está mi fiador.Mi
clamor ha llegado hasta Dios, las lágrimas de mis ojos corren
ante El. ¡Oh
si hubiera arbitro entre Dios y el hombre, como lo hay entre
el hombre y su prójimo! Pues
están contados los años que me restan, y es sin vuelta el camino
por donde voy. |
|
Capítulo
17 |
|
Mi
espíritu se extingue, mis días se acaban, sólo me queda el sepulcro. ¿No soy objeto
de mofa, y mis ojos no pasan entre amarguras la noche? Depositada,
pues, mi fianza junto a ti, ¿quién entonces habría de tocar
mi mano? Has
cerrado su mente al conocimiento, pero no dejarás que prevalezcan.¡Invita
uno a sus amigos a la presa mientras desfallecen los ojos de
sus hijos! Me
ha hecho la fábula de las gentes, soy como aquel a quien se
le escupe en la cara. Mis ojos se consumen de tristeza, y mis miembros se desvanecen
como la sombra. Y
pásmanse de ello los rectos, y los inocentes se indignan contra
el perverso; pero el justo persevera en su camino, y el que tiene las manos
limpias redobla su energía. Pero
vosotros todos volved y llegaos, que no hallaré un sabio entre
vosotros. Pasaron
mis días, se desvanecieron mis proyectos, los deseos de mi corazón. La noche me la
convierten en día, y de las tinieblas (prometen) próxima luz. ¿Qué puedo yo
esperar? El sepulcro será mi morada, en las tinieblas he extendido
mi lecho. A la
fosa grité: “¡Tú eres mi padre!” Y a los gusanos:
“¡Mi madre y mis hermanos!” ¿Dónde está mi esperanza? Y mi dicha, ¿quién la divisa? ¿Van
a bajar a mi lado al sepulcro? ¿Nos vamos a hundir juntos en
el polvo?" |
|
Capítulo
18 Segundo Discurso de Bildad |
|
Replicó
Bildad, suhita, diciendo: "¿Hasta
cuándo pondréis trabas a las palabras? Reflexionad, y después
hablaremos. ¿Por
qué nos tomas como bestias, pasamos a tus ojos por estúpidos? Tú que en tu
furor te desgarras a ti mismo, ¿acaso por ti será abandonada
la tierra y se trasladarán las rocas de su lugar? Sí,
se apagará la luz de los perversos, no brillará su ardiente
llama. La luz
se apagará en su tienda, y su lámpara se extinguirá encima de
él. Se recortan
sus pasos vigorosos, y su propio consejo le hará tropezar; pues
ha sido arrojado por sus pies a la red, y caminará sobre una
trampa; un lazo
le atará los tobillos y le aprisionará el cepo; oculta
está en la tierra su cuerda, y su trampa sobre el sendero. De
todas partes le asaltarán terrores, le seguirán, pisando los
talones. Su opulencia
se tornará en hambre, y la desgracia está presta a su lado. La enfermedad
roerá su piel, y devorará sus miembros el primogénito de la
muerte. Será
arrancado de su tienda, en la que se sentía seguro, y tú puedes
conducirle al rey de los terrores. Podrás habitar en su tienda, ya no suya; se esparcirá azufre
sobre su morada. Secaránse
sus raíces por debajo, se marchitará por arriba su ramaje. Desaparecerá de la tierra su recuerdo, y no tendrá ya nombre
sobre la faz del desierto; se
le empujará de la luz a las tinieblas, y se le expulsará del
mundo; no tendrá
familia ni parentela en su pueblo, ni sobreviviente en sus moradas. De su destino se asombrarán los occidentales y se horrorizarán
los orientales. ¡Esta
es la suerte del malvado, y éste el lugar del que no reconoce
a Dios!" |
|
Capítulo
19 Respuesta
de Job a Bildad |
|
Respondió
Job, diciendo: "¿Hasta cuándo afligiréis mi alma y me majaréis
con vanos discursos? Ya me habéis afrentado diez veces, y me
maltratáis sin avergonzaros. Aun siendo verdad que yo haya errado,
sobre mí recaería mi yerro. ¿Es bien cierto que os insolentáis
contra mí y que me reprocháis mi oprobio? Sabed, pues, que es
Dios quien me ha oprimido y me ha envuelto en sus redes. Si
grito: “¡Violencia!”, no obtengo respuesta; aunque
clame, no hay equidad. Ha vallado mi camino y no puedo pasar,
y sobre mis senderos ha puesto tinieblas. Me ha despojado de
mi gloria y arrancó de mi cabeza la corona. Me ha demolido en
derredor, y perezco, y descuajó como árbol mi esperanza.Encendióse
contra mí su cólera y me contó entre sus enemigos. A una llegaron
sus milicias, se atrincheraron contra mí en su camino y han
acampado en torno de mi tienda. Alejáronse
de mí mis hermanos, y mis conocidos se me han hecho extraños.
Desaparecieron mis allegados, me han olvidado mis familiares.
Los huéspedes de mi casa y mis criados me consideran como extraño;
soy a sus ojos un forastero. Llamo a mi siervo, y no me responde,
y tengo que suplicarle con mi boca. Hízose mi aliento repugnante
a mi mujer, y yo soy fétido a los hijos de mis entrañas. Hasta
los niños me desdeñan, y murmuran contra mí cuando intento levantarme.
Me han aborrecido todos mis confidentes, los más caros amigos
se vuelven contra mí. Péganse a mi piel y a mi carne mis huesos,
y apenas si conservo la piel junto a mis dientes. ¡Apiadaos,
apiadaos de mí siquiera vosotros, mis amigos, porque me ha herido
la mano de Dios! ¿Por
qué, como Dios, me perseguís vosotros también, y no os hartáis
de mis carnes? ¡Quién me diera que se escribiesen mis palabras y se consignaran
en un libro, que
con punzón de hierro y de plomo se esculpiesen para siempre
en la roca! Porque
yo sé que mi Redentor vive, y al fin se erguirá como fiador
sobre el polvo; y
detrás de mi piel yo me mantendré erguido, y desde mi carne
yo veré a Dios. ¡Al
cual yo le veré, veránle mis ojos, y no otros! ¡Se consumen
mis riñones en mi interior! Si decís:
“¿Cómo le perseguiremos y qué pretexto encontraremos para
acusarle?”,temed
por vosotros mismos ante la espada, cuando la cólera se inflamará
contra las faltas, para que sepáis que hay un juicio". |
|
Capítulo
20 Réplica de Sofar |
|
Replicó
Sofar de Naamat, diciendo: "Por
esto me hacen responder mis pensamientos, a causa de la impaciencia
que siento en mí.Yo
he oído una reprensión afrentosa para mí, y un soplo salido
de mi inteligencia me hace responder: ¿No
sabes ya de siempre, desde que el hombre fue puesto sobre la
tierra, que es
breve la exultación del malvado y dura un instante la alegría
de los perversos? Si
hasta el cielo subiere su arrogancia y tocare en las nubes su
cabeza, cual
un fantasma desaparece para siempre; y los que le vieron dirán:
“¿Dónde está?” Volará
como un sueño, y no le hallarán; huirá como visión nocturna. Los ojos que
le vieron no le verán más, su morada no le percibirá ya más. Sus hijos indemnizarán
a los pobres, sus propias manos restituirán su riqueza. Sus
huesos, llenos aún de juvenil vigor, yacerán con él en el polvo. Aunque la maldad
fuera dulce a su boca y la ocultara bajo su lengua, aunque
la conservara y no la soltara, reteniéndola en su paladar, su
comida en sus entrañas se corrompería, siendo como hiél de áspides
en su interior.Devoró
riquezas, pero las vomitará, de su vientre se las sacará Dios.Chupa
veneno de áspides, y la lengua de víbora le matará. No
verá los arroyos de aceite reciente, los torrentes de miel y
leche cuajada. Devolverá
su ganancia sin tragarla, ni gozará del fruto de su comercio, pues oprimió y desamparó a los pobres, robando casas que no
construyó; puesto
que no conoció hartura en su vientre, no salvará lo que tanto
codició. Nadie
escapaba a su voracidad; por eso su bienestar no será durable. En el colmo de la abundancia, todo le es poco; le alcanzarán
desventuras de toda suerte. Cuando
está para henchir su vientre, mandará Dios contra él el ardor
de su cólera, haciendo llover contra su carne sus proyectiles.Si
escapa al arma de hierro, lo traspasará el arco de bronce,y
un dardo sale de su espalda, cual rayo de sus entrañas, llevando
terrores sobre él.Toda
suerte de tinieblas le están reservadas; le devorará un fuego
no encendido (por hombre), que consumirá lo que reste en su
tienda.Los cielos
revelarán su impiedad, y la tierra contra él se alzará.Una
inundación arrastrará su casa: (aguas) derramadas en el día
de su furor.Esta
es la suerte que al perverso (reserva) Dios, y ésta es la dote
que Dios le adjudica". |
|
|
Capítulo
21 Respuesta de Job a Sofar |
|
Respondió
Job, diciendo: "¡Escuchad atentamente mis palabras, dadme siquiera este consuelo! Tolerad que hable, y después que haya hablado, burlaos. ¿Es
de un hombre de quien yo me quejo? ¿Por qué no habré de impacientarme? Volveos hacia
mí y asombraos, poniendo la mano sobre la boca. Yo, al acordarme, me horrorizo, y mis carnes sienten escalofríos. ¿Cómo es que
viven los impíos, envejecen y se acrecienta su fortuna? Su
prole persiste con ellos a su presencia, y tienen ante sus ojos
a sus retoños. Sus
casas son paz, no hay en ellas temor y no (cae) sobre ellos
la vara de Dios. Sus
toros fecundan y no retroceden, y sus vacas paren y no abortan. Sueltan a sus
pequeños cual rebaño, y sus niños saltan contentos .Cantan
al son de adufes y cítaras y se divierten al son de la flauta.Acaban
sus días placenteramente, y en un momento bajan al seol. Y eso que decían
a Dios: “Apártate de nosotros, no queremos saber de tus
caminos. ¿Qué
es el Omnipotente para que le sirvamos, y qué provecho sacamos
de rogarle?” ¿No
está en manos de ellos su ventura? y el consejo de los malvados,
¿no está lejos de El? Pero ¿cuántas veces se apaga la lámpara de los perversos, y
viene sobre ellos su desventura, y les reparte suertes en su
furor? ¿Son como
paja arrastrada por el viento y como tamo que se lleva el torbellino?¿Reserva
Dios el castigo para sus hijos? Déle a él su merecido para que
aprenda; que
vean sus propios ojos su ruina y beba el furor del Omnipotente. Pues ¿qué le
importa a él de su casa después de él, cuando fuere cortado
el número de sus meses? ¿Se
pueden dar lecciones de ciencia a Dios, a El, que juzga a los
más elevados? Muere
éste en su plena integridad, cuando todo florecía y estaba en
seguro, cuando
estaban sus lomos cubiertos de grosura y bien regada la médula
de sus huesos. Muere
aquél en medio de la amargura de su alma, sin haber gozado de
bien alguno. Juntos
yacerán en el polvo y a uno y a otro los recubren los gusanos. Sí, yo conozco vuestros pensamientos y las maquinaciones que
sobre mí forjáis. Pues vosotros decís: “¿Dónde está la casa del noble y
dónde la tienda en la que moraban los impíos? ¿No
se lo habéis preguntado a los caminantes y no habéis reconocido
sus señales? Que en el día del infortunio es preservado el malo y es sustraído
en el día de la ira. ¿Quién
le echa en cara su conducta? ¿Quién le da su merecido por sus
obras? Y cuando
es llevado al cementerio, vela sobre su túmulo; dulces le son los terrones del torrente y todo el mundo marcha
tras él, (yendo) delante de él gente sin número. ¿A qué, pues, me dais tan vanos consuelos, si de vuestras respuestas
no queda más que falacia?". |
|
Capítulo
22 Réplica de Elifaz |
|
Repuso
Elifaz de Temán, y dijo: "¿Acaso
puede ser útil a Dios el hombre? Más bien, a sí mismo aprovecha
la sensatez. ¿Tiene
algún interés el Omnipotente en que tú seas justo? ¿Gana algo
en que sean íntegros tus caminos? ¿Será
por tu piedad por lo que El te corrige y entra en juicio contigo? ¿No es más bien por tu gran malicia y por tus faltas sin número?Pues
exigías sin razón prenda a tus hermanos, despojabas de sus ropas
a los harapientos, no
dabas de beber al sediento, y al hambriento le negabas el pan. Y de quien tiene
mano fuerte, suya es la tierra; y el favorito se instala en
ella. Despedías
a las viudas con las manos vacías y quebrantabas los brazos
de los huérfanos. Por
eso te rodean los lazos y te sorprende de improviso el terror; y la luz se ha
oscurecido y no ves, y te inundan aguas desbordadas. ¿No
está Dios en lo alto de los cielos? Mira la cúspide de las estrellas,
¡qué altas están! Y
tú dijiste: “¿Qué sabe Dios? ¿Puede juzgar a través de
las nubes? Las
nubes le cubren como velo, y no ve; se pasea por la bóveda de
los cielos”. ¿Quieres
guardar el antiguo sendero, por donde caminaron los hombres
inicuos, que
fueron arrebatados antes de tiempo, y un río inundó sus cimientos? Los que decían
a Dios: “Apártate de nosotros. ¿Qué puede hacernos el
Omnipotente?” Y
El llenaba su casa de riquezas, pero el consejo de los impíos
estaba lejos de El. Viéronlo
los justos y se alegraron, y los inocentes se rieron de ellos. “¿No ha sido
aniquilada su fortuna? Y sus residuos, ¿ no los ha devorado
un fuego?”Reconcilíate,
pues, con El y haz la paz, y de ello te vendrá bien. Recibe
la ley de su boca, pon sus preceptos en tu corazón. Si
humillándote te vuelves al Omnipotente
y alejas de tu tienda la iniquidad, tendrás
el oro como polvo, y como chinarros del torrente el Ofir; será
el Omnipotente tu tesoro, y plata a montones para ti. Pues hallarás en el Omnipotente tus delicias, alzarás tu rostro
hacia Dios. Le
invocarás y te escuchará, y tú cumplirás tus votos.Decidirás
una cosa y te saldrá bien, y sobre tus caminos brillará la luz.Pues
El humilla la altivez (de los soberbios), pero salva al que
baja los ojos. Será
libertado el inocente, y tú serás libertado por la pureza, de
tus manos". |
|
Capítulo
23 Respuesta
de Job |
|
Pero
Job respondió, diciendo: "Cierto
que son hoy acerbas mis quejas; su mano es más pesada que mis
gemidos. ¡Quién
me diera saber dónde hallarlo y llegar hasta su morada! Expondría
ante El mi causa, tendría la boca llena de recriminaciones. Conocería las palabras que me respondiera y comprendería lo
que me dijese. ¿Contendería conmigo alegando su gran poder? Seguro que no.
Me atendería. Entonces
el justo podría disputar con El, y me libraría para siempre
de mi Juez. Si
voy al oriente, no está allí; si a occidente, no lo distingo.
Si le busco al norte, no lo hallo; si vuelvo al mediodía, no
lo veo. Pues
que El conoce mi camino, que me pruebe al crisol: saldré como
el oro. A su
paso se adaptó siempre mi pie, guardando su camino sin apartarme. No me desvié del mandato de sus labios, oculté en mi seno las
palabras de su boca. Pero,
cuando El decide una cosa, ¿quién podrá disuadirle? Lo que quiere,
eso hace. Porque
El cumplirá su decreto, ¡como tantos otros de El! Por eso me estremezco ante El; si reflexiono, tengo pavor de
El. Dios ha debiitado
mi corazón, y el Omnipotente me aterra. Pues
no he perecido ante las tinieblas, ni la oscuridad ha cubierto
mi rostro. |
|
Capítulo
24 |
|
¿Por
qué el Omnipotente no señala los tiempos, y los que le reconocen
no ven sus días? Los impíos retrasan los lindes, roban los ganados
con su pastor; se llevan el asno del huérfano y toman en prenda
el buey de la viuda; los pobres se apartan del camino, y se
esconden al mismo tiempo los humildes campesinos. Como onagros
en el desierto salen a su trabajo, en búsqueda de la presa.
La estepa les proporciona pan para sus niños. Durante la noche
recolectan los campos y vendimian la viña del malvado. Pasan
las noches desnudos, sin ropa, sin abrigo contra el frío. Se
mojan con los aguaceros de los montes, sin más asilo que las
rocas.Arrancan de los pechos al huérfano y toman en prenda al
pequeñuelo del pobre; van desnudos, sin vestidos, y, hambrientos,
acarrean las gavillas. Entre dos muelas exprimen el aceite,
y, sedientos, pisan las uvas. Desde
la ciudad, los moribundos se lamentan; clama socorro el alma
de los vejados, y Dios no atiende a estos clamores. Forman
parte de los rebeldes a la luz: no han conocido los caminos
y no se volvieron por sus senderos. Al
amanecer se levanta el asesino para matar al desvalido y al
necesitado. De noche anda el salteador. Espía
la oscuridad el ojo del adúltero, diciendo: “Nadie me
verá,” y se pone un velo a su rostro. En
las tinieblas perforan las casas, de día se ocultan, sin conocer
la luz. Para
ellos el alba es la sombra, el clarear del día les aterra. Huye
rápido sobre la superficie de las aguas; maldita es su posesión
sobre la tierra; no se vuelve a pisar el fruto de su viña. La sequía y el calor llevan las aguas de la nieve, y el seol al pecador. Le
olvida el seno materno, le chupan los gusanos; ni se menciona
su nombre. ¡Y, como árbol, es arrancada la injusticia! Maltrataba
a la estéril sin hijos y no trataba bien a la viuda. Pero
el que sujeta con su fuerza a los poderosos se levanta y le
quita la confianza en la vida. Le
permite apoyarse con seguridad, pero sus ojos están sobre sus
caminos. Están
en auge un poco de tiempo, pero desaparecen, se inclinan como
hierba que se recoge, y se mustian como cabezas de espiga. Si
no es así, ¿quién me desmentirá y reducirá mis discursos a la
nada?" |
|
Capítulo
25 Tercera
Réplica de Bildad |
|
Y replicó Bildad de
Suaj, diciendo: "Suyos son el poder y la majestad, y establece
la paz en sus alturas. ¿Tienen número sus tropas? ¿Sobre quién
no surge su emboscada? ¿Cómo, pues, justificarse el hombre ante
El? ¿Cómo ser puro el nacido de mujer? La luna misma no brilla,
ni son bastante puras las estrellas a sus ojos. ¡Cuánto menos
el hombre, un gusano; el hijo del hombre, un gusanillo!" |
|
Capítulo
26 |
|
Respondió
Job, diciendo: "¡Qué
ayuda das al desvalido, qué socorro al brazo desmayado! ¡Qué
bien has aconsejado al ignorante y qué profundo saber has manifestado! ¿A quién has
manifestado las palabras? Qué espíritu ha salido de tu boca? Hasta los manes
tiemblan debajo de las aguas y sus habitantes. El seol está desnudo ante El, y sin velos el abaddón.El
tendió el septentrión sobre el vacío, El colgó la tierra sobre
la nada. Encierra
las aguas en las nubes, y las nubes no se rasgan bajo ellas. El vela la faz
de su trono, extendiendo su nube sobre él. Trazó
sobre los mares un círculo, hasta los confines entre la luz
y las tinieblas. Las columnas del cielo se tambalean y se estremecen a una amenaza
suya. El que
con pujanza hiende los mares y con su inteligencia hirió a Rahab. A su soplo brillan
los cielos; su mano traspasó a la serpiente huidiza. Y
esto es sólo la orla de sus obras.¡Cuán poca cosa hemos oído
de El! Y el trueno de su poder, ¿quién lo podrá entender?". |
|
Capítulo
27 Respuesta
de Job a Bildad |
|
Tomó
de nuevo Job la palabra y en forma de sentencia dijo: "¡Vive
Dios, que me rehusa justicia, y el Omnipotente, que me ha colmado
de amargura, que,
mientras en mí quede un soplo de vida y el hálito de Dios aliente
en mis narices, jamás
mis labios proferirán falsedad, ni mi lengua musitará una mentira! Lejos
de mí daros la razón; hasta que expire no dejaré que me arranquen
mi inocencia. Me aferraré a mi justicia y no la negaré; no me arguye mi conciencia
por uno de mis días. Que mi enemigo tenga la suerte del impío, y mi adversario la
del injusto! ¿En
qué podrá esperar el malvado cuando muera, cuando Dios le reclame
su vida? ¿Escuchará
Dios sus gritos cuando le llegue la angustia? ¿Podrá
complacerse en el Omnipotente, podrá jamás invocar a Dios? Os
mostraré la mano de Dios; no os celaré los designios del Omnipotente. Si
vosotros mismos lo habéis observado, ¿por qué, pues, perderos
en vanas ilusiones?". |
|
Tercera
réplica de Sofar |
|
"He
aquí la suerte que Dios reserva al hombre culpable, la porción
que del Omnipotente reciben los violentos: si
tiene muchos hijos, destínanse a la espada; su prole no se hartará
de pan. A
sus supervivientes los enterrará la mortandad; sus viudas no
los llorarán. Aunque
acumule la plata como polvo, aunque amontone como el lodo los
vestidos, los
prepara él, pero los vestirá el justo, y su plata la heredará
el inocente. Edificó
su casa como un nido, como cabaña de guarda. Se
acuesta rico, pero será por última vez; en un abrir de ojos
ya no existe. Terrores le asaltan en pleno día, de noche le arrebata un torbellino. Le
arrebata el viento solano y se lo lleva, y le arranca de su
lugar. Se le echa encima sin piedad, tratando de huir de la mano que
le hiere. Batirán
palmas contra él y le silbarán desde su propio lugar. |
|
Capítulo
28 |
|
Tiene
la plata sus veneros, y el oro lugar en que se acrisola. Se
extrae el hierro del suelo, y de la roca fundida sale el cobre. Se pone fin a
las tinieblas, se escudriña hasta el límite extremo la piedra
oscura y sombría. Se perforan galerías olvidadas del pie; se suspenden y balancean
lejos de los hombres. La
tierra que produce el pan está debajo trastornada como fuego; sus rocas son
la morada del zafiro, y sus terrones contienen oro. Por
caminos desconocidos por las aves de presa, impenetrables al
ojo del buitre, no pisados por las fieras, inaccesibles al leopardo. Mete
su mano en el pedernal y subvierte los montes de raíz. Abre
Nilos en las rocas y descubren sus ojos todo cuanto hay de precioso. Explora las filtraciones de los ríos y saca a luz los tesoros. Pero la sabiduría,
¿dónde hallarla?; ¿dónde está el lugar del entendimiento? No
conoce el hombre su senda, ni se halla en la tierra de los vivientes. El abismo dice:
“No está en mí,” y el mar: “Dentro de mí no
se halla.” No
se cambia por oro macizo, ni se pesa plata para comprarla. No
se pone en balanza con el oro de Ofir, ni con la cornalina preciosa
o el zafiro. No
se compara al oro ni al cristal, ni se cambia por vasos de oro
fino. No cuentan
a su lado corales ni cristales; vale más que las perlas. No puede comparársele al topacio de Etiopía, no entra en balanza
ni con el oro más puro. ¿De
dónde, pues, viene la sabiduría y dónde hallar la inteligencia? Se oculta a los ojos de todos los vivientes, y aun a las aves
del cielo está vedada. El
abaddón y la muerte dicen: "Sólo de oídas nos ha llegado
su fama". Dios
es el que conoce sus caminos, El sabe su morada.Porque
con su mirada abarca los confines de la tierra y ve cuanto hay
bajo la bóveda del cielo. Cuando
dio peso al viento y dispuso las aguas con medida, cuando
dio la ley a la lluvia y camino al fragor del trueno, entonces
la vio y la evaluó, la fundó y la conoció a fondo; y
dijo al hombre: “El temor de Dios, ésa es la sabiduría;
apartarse del mal, ésa es la inteligencia”. |
|
Capítulo
29 |
|
Y
volvió Job a hablar en sentencias, diciendo:"¡Quién
me diera volver a los meses de antaño, a los días en que Dios
me protegía! Cuando resplandecía su lámpara sobre mi cabeza y a su luz marchaba
en las tinieblas. A
lo que fui en mis días otoñales, cuando Dios protegía mi tienda; cuando el Omnipotente
era conmigo y me rodeaban mis niños; cuando
lavaba en leche mis pies y me daba la piedra arroyos de aceite; cuando salía a la puerta alta de la ciudad y en la plaza se
alzaba mi silla. Los
jóvenes, al verme, se escondían, y los viejos se alzaban en
pie; los príncipes
contenían las palabras y ponían su palma en la boca, y enmudecía la voz de los caudillos y se pegaba su lengua al
paladar. El oído
que me oía me llamaba feliz, y los ojos que me veían se declaraban
en mi favor; porque
libraba al pobre que clamaba y al huérfano que no tenía valedor. La bendición
del desgraciado llegaba a mí, y el corazón de la viuda se llenaba
de gozo. Vestíame
de justicia, y ella me rodeaba como vestido, me era mi derecho
por manto y turbante. Yo
era ojos para el ciego, era para el cojo pies, era
el padre de los pobres, y examinaba la causa del desconocido; quebrantaba las muelas del injusto, y de sus dientes le arrancaba
la presa. Decíame
yo: “Moriré viejo, multiplicaré cual la arena los días; mis raíces tendrán
acceso a las aguas, y caerá de noche sobre mis ramas el rocío. Renovaráse conmigo mi gloria, y mi arco se fortalecerá en mis
manos.” Para
escucharme esperaban, y callaban hasta oír mi opinión. Nadie
replicaba a mis palabras; y sobre ellos gota a gota (caía) mi
palabra. Me esperaban
como se espera la lluvia, y abrían su boca como al agua tardía. Si les sonreía, no osaban
creerlo, y no desperdiciaban la luz de mi rostro. Yo
les escogía su camino y me sentaba en cabeza, y moraba entre
ellos como rey entre sus huestes, y se dejaban llevar a donde
yo los conducía.
|
|
Capítulo
30 |
|
Y
ahora ríense de mí los más mozos que yo, a cuyos padres hubiera
desdeñado yo de contar entre los perros de mi ganado. Aun la
fuerza de sus manos, ¿de qué podía servirme? Su vigor había
perecido enteramente. Extenuados por la miseria y por el hambre,
roían las raíces de la estepa; el desierto y el yermo eran su
nodriza. Recogían bledo entre la maleza, alimentándose de raíces
de retama. Expulsados de la sociedad, perseguidos a gritos como
a ladrones,habitaban en lo escarpado de los torrentes, en cuevas
y entre rocas,rugiendo entre la maleza y reuniéndose entre la
enramada. Gente innoble, pueblo sin nombre, arrojados del país.
¡Y ahora a éstos les sirvo de canción y soy objeto de burla!
Abominan de mí, me esquivan y no se retraen de escupirme a la
cara.El que ha soltado su cuerda me maltrata, y el que de su
rostro ha rechazado el freno. A mi derecha se alza el populacho,
me lanza piedras como proyectiles, y preparan contra mí sus
caminos perniciosos. Destruyen mis sendas para mi desgracia,
cooperan a mi infortunio, sin que nadie me ayude contra ellos.
Irrumpen como por ancha brecha, se revuelven debajo de las ruinas.
Se han vuelto contra mí terrores; persiguen, como viento, mi
dignidad, y como nube pasó mi ventura. Y ahora se derrama sobre
mí mi alma y me agarran días de aflicción; de noche mis huesos
son taladrados y no descansan mis venas. Con gran fuerza agarra
mi vestido, me ciñe como la orla de mi túnica. Me ha arrojado
al fango, y he venido a ser como el polvo y la ceniza. ¡Clamo
a ti, y tú no me respondes; permanezco en pie, y no me haces
caso! Te has
vuelto cruel para mi y con todo el vigor de tu mano me persigues; me alzas en alto
y me haces cabalgar sobre el viento, y una tormenta me deshace
en agua. Bien
sé que me llevas a la muerte, a la casa de reunión de todos
los vivientes. Sin
embargo, yo no alcé la mano contra el pobre cuando en su infortunio
gritaba hacia mí. ¿No lloraba yo con el afligido? ¿No se llenaba mi alma de tristeza
por el pobre? Y
cuando esperaba el bien, sobrevino el mal; cuando esperaba la
luz, vino la oscuridad. Mis entrañas se agitan sin descanso, han venido sobre mí días
de aflicción. Ando
en torrno enlutado, sin consuelo, y me levanto en la asamblea
para gritar. ¡He
venido a ser hermano de los chacales y compañero de los avestruces! Mi piel se ha
ennegrecido sobre mí, y mis huesos queman por la fiebre. Hase trocado en duelo mi cítara, y mi flauta en voz de plañideras. |
|
Capítulo
31 |
|
Había yo hecho pacto con mis ojos de no prestar atención a la
virgen. Pero
¿cuál es la porción de Dios reservada desde arriba y la heredad
del Omnipotente desde las alturas?¿No
es la desgracia para el inicuo, y el infortunio para los obradores
de iniquidad? ¿No
está El mirando mis caminos y contando todos mis pasos? ¿He
caminado fraudulentamente o corrieron mis pies tras el engaño? ¡Péseme Dios
en balanza justa, y Dios reconocerá mi integridad! Si
se apartaban mis pasos de tus sendas y tras mis ojos se fue
mi corazón, o si se pegó algo a mis manos, ¡siembre
yo y cómalo otro, y sean desarraigados mis retoños! Si
mi corazón se dejó seducir por mujer y estuve al acecho a la
puerta de mi prójimo, ¡muela
para otro mi mujer y sea entregada a brazos ajenos!, pues
maldad grande es ésta, es un gran crimen, fuego
que devora hasta el abaddón y consumiría toda mi hacienda. Si desdeñé el derecho de mi siervo y el de mi sierva cuando
se querellaron contra mí, ¿qué
haría cuando se alzara Dios para juzgar? Cuando me pidiera cuentas,
¿qué respondería? El
que me hizo a mí en el materno seno, ¿no lo hizo también a él?¿No
fue él mismo el que nos formó en el vientre? Si
negué a los pobres lo que deseaban y dejé desfallecer los ojos
de la viuda, si comí solo mi bocado, sin dar de comer de él al huérfano, antes bien, desde
mi infancia le criaba como un padre y desde el seno materno
le guiaba; si
vi al miserable sin vestido y al pobre sin ropas, y
si no me bendijeron sus carnes y no se calentaron con el vellón
de mis corderos; si alcé mi mano contra el huérfano, por ver en la puerta mi
apoyo,¡despréndase
mi espalda de su nuca y arranqúese del hombro mi brazo! Pues
el terror de Dios me invadía, y no podía resistir a su majestad. ¿Puse en el oro mi confianza y dije al oro fino: “Tú eres
mi seguridad”? ¿Me
gocé en mis muchos bienes y en que mi mano mucho atesoraba? Mirando al sol
cuando brilla o a la luna al caminar resplandeciente, ¿fue
seducido secretamente mi corazón, y les lancé con la mano el
beso de mi boca, que
es también criminal delito, pues habría negado al Dios de lo
alto? ¿Me alegré
del infortunio de mi enemigo y me gocé en que le sobreviniera
la desgracia? Pues
no di mi lengua al pecado ni conjuré al seol contra
su alma. ¿No
decían las gentes de mi tienda: “Quién habrá que no se
haya saciado de su carne”? No
pasaba la noche fuera el extranjero, pues abría mis puertas
al viandante. ¿Encubrí
como hombre mi pecado, ocultando en mi seno mi maldad? Porque
habría temido de la muchedumbre, me habría aterrado el desprecio
de las familias y, callado, no saldría a la puerta. ¡Quién
me diera que se me escuchase! ¡Ahí va mi firma! ¡Respóndame
el Todopoderoso! ¡Ahí está el libelo de acusación escrito por
mi adversario! Ciertamente
lo llevaré sobre mis hombros, me lo ceñiré como corona, le
daré a conocer el número de mis pasos y me acercaré a él como
un príncipe. Si
clamó la tierra contra mí, si a una lloraban sus surcos, si
comí su hacienda sin pagarla, si he hecho exhalar el alma de
su dueño, ¡názcanme
cardos en vez de trigo, y cizaña en vez de cebada!" (Se
terminaron las palabras de Job.) |
|
Capítulo
32 Intervención de Elihú |
|
Dejaron
aquellos tres hombres de replicar a Job, pues se declaraba inocente
a sus ojos; pero
Elihú, hijo de Barakel, buzita, de la familia de Ram, se encendió
en cólera contra Job porque se declaraba justo ante Dios. También
contra los tres amigos ardió su cólera, porque no hallaban qué
responder a Job, y, a pesar de eso, le condenaban. Había
esperado Elihú mientras hablaban con Job, porque ellos eran
más entrados en días que él; mas
al ver Elihú que no había respuesta en la boca de los tres hombres,
se encendió su cólera. Replicó, pues, Elihú, hijo de Barakel el buzita, y dijo: "Yo
soy joven, y vosotros ancianos; por eso temía y sentía miedo
a exponeros mi pensamiento. Me decía: “Hablarán
los días, y los muchos años darán a conocer la sabiduría”; pero ésta es
en el hombre una inspiración, y es el soplo del Omnipotente
el que enseña. No
son los ancianos los sabios, ni los viejos los que comprenden
lo que es justo. Por
eso me atrevo a decir: Oídme y daré yo también mi parecer. He
aquí que he estado esperando vuestros discursos y escuchando
vuestras razones; mientras buscabais palabras, en
vosotros ponía mi atención. Pero he aquí que nadie puede convencer
a Job, no hay entre vosotros quien responda a sus dichos. Para que no digáis: “Hemos hallado sabiduría; es Dios,
no el hombre, quien nos adoctrina”. El
no me ha dirigido sus palabras ni voy a responderle con vuestros
argumentos. Están
desconcertados, no responden ya, les faltan las palabras. Comenzaré yo, pues, ya que no hablan ellos, pues se están ahí
sin responder. Replicaré
yo también por mi parte, también yo expondré mi parecer. Pues
me siento lleno de palabras y me insta el espíritu que hay dentro
de mí. He aquí
que mi interior está como vino sin escape, que hace reventar
los odres nuevos. Hablaré, pues, para desahogarme y abriré mis labios para responder. No haré acepción
de personas ni adularé a nadie, porque
yo no sé adular, y me soportará por un poco mi Hacedor. |
|
Capítulo
33 Reproches
a Job |
|
Oye,
pues, ¡oh Job!, mis palabras y apresta el oído a todos mis discursos: He aquí que yo
abro la boca, mi lengua articula palabras en mi paladar. Mi
recto corazón dicta palabras sabias, y mis labios hablarán claramente. El espíritu de
Dios me hizo, y el soplo del Todopoderoso me da vida. Respóndeme, si puedes. ¡Disponte ante mí y mantente firme! También
yo soy lo que tú ante Dios; también yo fui formado del barro. Mira, nada tienes
que temer de mí, ni mi mano pesará sobre ti. Ciertamente has dicho a mis oídos, y escuché el sonido de las
palabras: “Puro
soy, sin pecado; limpio estoy; no hay culpa en mí. Mas El inventa pretextos contra mí y me toma por enemigo suyo. Pone mis pies
en el cepo y espía todas mis sendas.” Mira,
en esto no tienes razón. Yo te respondo que Dios es más grande
que el hombre. ¿A
qué querellarte con El porque no responde a todas tus palabras? Pues habla una
vez, y dos no lo repite. En
sueños, en visión nocturna, cuando desciende sobre los hombres
el sopor, mientras duermen en el lecho, entonces
abre el oído de los hombres y les aterra con apariciones para
retraerles del mal y apartar al hombre del orgullo; para
librar su alma del sepulcro, y su vida de atravesar el canal. Le corrige con dolores en su lecho y con el continuo temblor
de sus huesos; su
vida tiene asco del pan, y su alma del manjar más exquisito, y se consume
su carne hasta desaparecer, y se trasparentan los huesos, que
no se veían. Está
su alma próxima al sepulcro, su vida junto a los muertos. Pero si para él hay un ángel, un intérprete de entre mil, que
haga ver al hombre su deber, y
que tenga piedad de él y le diga: “Líbralo de descender
a la fosa; yo hallé el rescate de su vida”. Reverdecerá su carne más que en su juventud, volverá a los días
de su adolescencia.Suplicará
a Dios, y éste se complacerá en él, y verá su rostro con júbilo,
y volverá al hombre su justicia.El
entonces repetirá y dirá a los hombres: “Había pecado
y torcido el derecho, pero El no me ha tratado conforme a mi
falta.Ha liberado
mi alma de pasar por el canal, y mi vida ve la luz”. Mira,
todo esto lo hace Dios dos y tres veces con el hombre para retraer su alma de la tumba, para alumbrarle con la luz
de los vivientes. Atiende,
Job; escúchame; calla mientras hablo yo. O,
si tienes que replicar, respóndeme; habla, que yo deseo que
te justifiques. Si
no, haz por escucharme; calla, y te enseñaré sabiduría. |
|
Capítulo
34 Segundo Discurso de Elihú |
|
Prosiguió
Elihú hablando así: "Oíd,
sabios, mis palabras; prestadme, hombres doctos, vuestro oído, pues el oído
discierne las palabras, como prueba los manjares el paladar. Examinemos por
nosotros lo que es justo, conozcamos entre nosotros lo que es
bueno.Puesto
que Job dice: “Yo soy justo, pero Dios me niega mi derecho, y contra mi derecho El miente; mi llaga es incurable, aunque
yo no tengo pecado”. ¿Qué
hombre hay como Job, que bebe la burla como agua, y
se va en compañía de los obradores de maldad, y camina con los
hombres perversos? Puesto
que ha dicho: “No aprovecha al hombre estar a bien con
Dios”.Por
eso, oídme, cuerdos varones: ¡Lejos de Dios la maldad, y del
Omnipotente la injusticia! Pues
retribuye al hombre según sus obras, y según su conducta le
trata. No, cierto,
Dios no obra mal, y el Todopoderoso no tuerce el derecho. ¿Quién le confió la tierra y quién le ha encargado del universo
entero? Si El
volviera a sí su soplo y retrajera a sí su aliento, expiraría
a una toda carne y el hombre volvería al polvo. Si
entiendes, oye esto y apresta el oído al son de mis palabras. ¿Podrá gobernar
un enemigo del derecho? ¿Y quieres tú condenar al justo supremo
,al que puede
decir al rey: “¡Malvado!” y a los nobles: “¡Perversos!”? ¿Al que no adula
a los príncipes ni prefiere el rico al pobre, porque todos son
hechura suya? Mueren
de improviso y pasan, en medio de la noche se insurrecciona
el pueblo y depone al poderoso sin esfuerzo, pues
sus ojos (están fijos) sobre los caminos del hombre y contempla
todos sus pasos. No
hay oscuridad ni sombra donde puedan esconderse los malhechores. Porque El no impone al hombre un plazo para presentarse al tribunal
de Dios. Quebranta
a los grandes sin andar en averiguaciones y pone a otros en
su lugar. Conocedor
de sus acciones, los derriba en una noche y quedan aplastados. Los abofetea
como a perversos en un lugar en que los ven. Porque
se apartaron de seguirle y no entendieron todos sus caminos, hasta hacer llegar
a El el grito del desvalido, haciéndole oír el clamor de los
pobres. Si El
cesa de obrar, ¿quién le excitará? Si esconde el rostro, ¿quién
le verá? Pues El vigila sobre los pueblos y los hombres para
que no reine el hombre perverso, que constituye un lazo para
el pueblo. Si
alguno dice a Dios: “He sido seducido; no haré el mal; si he pecado,
adoctríname; si he hecho el mal, no volveré a hacerlo más”. ¿Es que El ha
de retribuir según tu parecer? Ya que has despreciado (mi juicio),
ya que eres tú quien eliges y no yo, di tú lo que sepas. Hablen
los hombres sensatos y escúchenme los varones sabios: No
habló Job cuerdamente, y sus palabras están fuera de razón. Pero Job será examinado hasta el final por las respuestas de
hombre inicuo, pues
a su pecado añade la rebelión, bate palmas entre nosotros y
multiplica sus dichos contra Dios". |
|
Capítulo
35 Tercer
Discurso de Elihú |
|
Tomó
Elihú la palabra y dijo: "¿Te
parece juicioso decir: “Tengo razón contra Dios”? Pues dices: “¿De
qué me sirve, qué ventaja he tenido por no haber pecado?” Voy a responderte,
y a tus amigos contigo. Contempla
el cielo y mira; considera las nubes; son más altas que tú.Si
pecas tú, ¿qué le haces? Si se multiplican tus pecados, ¿qué
(mal) le causas? Y
con ser justo, ¿qué le das o qué recibe El de tu mano? A
un hombre como tú (afecta) tu maldad, y a un hijo de hombre
tu justicia. Gritan
por las muchas opresiones, claman (oprimidos) por el brazo de
los grandes; pero
nadie dice: “¿Dónde está el Dios que nos hizo, que da
en la noche cantares de júbilo, que
nos instruye más que a las bestias de la tierra y nos hace más
sabios que las aves del cielo?” Entonces,
aunque griten, El no responde, a causa del orgullo de los malvados. Es inútil ciertamente: Dios no oye, y el Todopoderoso no lo
percibe.Menos todavía cuando tú dices que no lo ves, que el
proceso está delante de El y que tú esperas, y
ahora (al afirmar) que no es su ira la que castiga y que no
conoce bien la transgresión. Job, pues, abre vanamente su boca y multiplica insensatamente
las palabras". |
|
Capítulo
36 Cuarto
Discurso de Elihu |
|
Y
prosiguió Elihú diciendo: "Espérame un poco y te enseñaré; todavía
hay más razones en favor de Dios. Sacaré de lejos mi saber y
vindicaré la justicia de mi Hacedor. Cierto, no son falaces
mis razones, te habla un perfecto conocedor. Mira, Dios es poderoso
y no desprecia al puro de corazón. No deja vivir al impío y
hace justicia al desvalido. No quita al justo su derecho. Puso
a los reyes sobre el trono y los hace sentar para siempre. Pero
se engrieron. Entonces son aprisionados con grilletes y cogidos
con lazos de miseria. Después les revela sus obras y transgresiones
por haberse insolentado. Y se revela a sus oídos, amonestándoles
y diciéndoles que se aparten del mal. Si le oyen y se le someten,
terminarán felizmente sus días, y sus años dichosamente. Pero,
si no le oyen, pasarán por el canal y expirarán insensatamente.
Los de corazón protervo, que guardan rencor y no claman a Dios
cuando los encadena, morirán en plena juventud, y su vida entre
los infames. Salva al pobre por su pobreza y con la tribulación
abre sus oídos. También a ti te apartará de las fauces de la
angustia, a lugar holgado, sin estrecheces, en vez de ésta;
a mesa llena de suculentos manjares. Pero tú estás
lleno del juicio del malvado; el juicio y la justicia te tienen
agarrado. Cuida
de que no te seduzca la riqueza y no te haga desviar la cuantía
del rescate. ¿Puede
acaso sacarte de la angustia tu clamor y todos tus vigorosos
esfuerzos? No
anheles, pues, la noche para que suban los pueblos en vez de
ellos. Guárdate
de volverte hacia la iniquidad, pues por ésta has sido probado
por la aflicción.Mira,
Dios es sublime en su poder. ¿Qué maestro puede comparársele? ¿Quién le ha
impuesto su conducta? ¿Quién le ha dicho: “Has cometido
injusticia?” Acuérdate que debes ensalzar su obra, de tantos hombres celebrada. Todos los hombres la contemplan y todos la miran de lejos. Mira,
Dios es grande, y no lo sabemos; el número de sus años es insondable. El atrae las gotas de agua y diluye la lluvia en vapores que
destilan las nubes, vertiéndola sobre el hombre a raudales. ¿Quién será capaz
de conocer las extensiones de las nubes, los fragores de su
pabellón? He
aquí que ha desplegado su vapor y ha cubierto las profundidades
del mar, pues
por ellas alimenta a los pueblos y da de comer abundantemente. Toma el rayo
en sus manos y le ordena dar en el blanco; el
trueno le anuncia, y el ganado siente la amenaza de la tormenta. |
|
Capítulo
37 |
|
Esto
hace palpitar mi corazón y le hace saltar fuera de su sitio. Oíd, oíd el estrépito
de su voz, el estampido que sale de su boca. Se
extiende por todos los ámbitos del cielo y llega su fulgor hasta
los confines de la tierra. Y después de él resuena el trueno; brama con voz majestuosa,
y nada puede retener el rayo cuando se oye su voz. Truena
Dios portentosamente con su voz; hace cosas grandes, que no
comprendemos. Pues
dice a la nieve: “¡Cae a tierra!”; y a las lluvias
copiosas: “Abundad”. Sobre todo hombre pone un sello para que todos reconozcan que
es obra de El. Las
fieras se meten en su cubil y se quedan en sus guaridas. Del
austro viene el huracán, viene del septentrión el frío. Al
soplo de Dios se forma el hielo y se solidifica la extensión
de las aguas. El
carga de rayos las nubes, y difunde la nube su fulgor, que
va todo en torno según sus designios para hacer cuanto El les
ordena sobre la superficie del orbe terráqueo, ya
para castigar los pueblos de la tierra, ya
para mostrar piedad le hace alcanzar su fin. ¡Presta
oídos a esto, Job, y detente a considerar las maravillas de
Dios! ¿Sabes
tú los designios de Dios sobre ellas? ¿Sabes por qué hace brillar
el relámpago en sus nubes? ¿Conoces
los balanceos de las nubes, los prodigios del que todo lo sabe? Tú, cuyos vestidos
están cálidos cuando el viento solano abochorna la tierra, ¿extenderás tú con El las nubes sólidas como espejo de metal
fundido?Enséñanos
lo que hemos de decirle, pues nosotros no dispondremos de más
argumentos a causa de las tinieblas. ¿Quién irá a darle cuenta si hablare yo? Cuando un hombre habla,
¿acaso está informado? Ahora
no puede verse la luz, que está oscurecida por las nubes; de
pronto pasa el viento y las barre; viene
del septentrión áureo resplandor, y se reviste Dios de terrible
majestad. Al
Omnipotente no le alcanzamos; grande es su poder y su juicio;
es mucha su justicia; no oprime a nadie. Por eso han de temerle los hombres, y no mira El al que se cree
sabio". |
|
Capítulo
38 Intervención de Dios |
|
Y
respondió Yavé a Job de en medio del torbellino, diciendo: "¿Quién
es este que empaña mi providencia con insensatos discursos? Cíñete, pues,
como varón tus lomos. Voy a preguntarte para que me instruyas. ¿Dónde estabas
al fundar yo la tierra? Indícamelo, si tanto sabes. ¿Quién
determinó, si lo sabes, sus dimensiones? ¿Quién tendió sobre
ella la regla? ¿Sobre qué descansan sus cimientos o quién asentó su piedra
angular entre
las aclamaciones de los astros matutinos y los aplausos de todos
los hijos de Dios? ¿Quién
cerró con puertas el mar cuando, impetuoso, salía del seno, dándole yo las
nubes por mantillas, y los densos nublados por pañales; dándole
yo la ley y poniéndole puertas y cerrojos, diciéndole: “Hasta aquí llegarás y no pasarás, ahí se
romperá la soberbia de tus olas?” ¿Acaso has mandado tú en tu vida a la mañana y has enseñado
su lugar a la aurora para
que ocupe los extremos de la tierra y eche fuera a los malhechores, modelándose entonces
la tierra como el barro bajo el sello y apareciendo vestida, privando a los malvados de su luz y rompiendo el brazo de los
soberbios? ¿Has
llegado tú hasta las fuentes del mar, te has paseado por las
profundidades del abismo? ¿Se te han abierto las puertas de la muerte? ¿Has visto las
puertas de la región tenebrosa? ¿Abarcas la inmensidad de la tierra? Dilo, si sabes todo esto. ¿Cuál es el camino para las moradas de la luz?; y de las tinieblas,
¿cuál es su sitio para conducirlas a sus dominios y enseñarles los senderos de
su casa? ¡Seguro
lo sabrás, pues ya habías nacido y era ya grande el número de
tus días! ¿Has
ido a los escondrijos de la nieve? ¿Has visto los almacenes
de granizo, que
guardo yo para los tiempos de la angustia, para el día de la
guerra y de la batalla? ¿Cuál es el camino por donde se difunde la niebla, por donde
se echa sobre la tierra el viento solano? ¿Quién
abre el camino a la inundación, y la senda al rayo tronante, para hacer llover sobre tierra inhabitada, sobre desierto en
que no hay hombres; para
empapar las áridas llanuras y hacer brotar la verde hierba? ¿Tiene padre
la lluvia? ¿Quién engendra las gotas de rocío? ¿De
qué seno sale el hielo?; y la escarcha del cielo, ¿quién la
engendra? Se
endurecen las aguas como piedra y se congela la superficie del
abismo. ¿Has
atado tú los lazos de las Pléyades o puedes soltar las ataduras
del Orion? ¿Eres
tú el que a su tiempo hace salir las constelaciones y quien
guía a la Osa con sus hijos? ¿Has
enseñado tú a los cielos su ley y determinado su influjo sobre
la tierra? ¿Alzas
tu voz hasta las nubes para que te cubran de copiosas aguas? ¿Mandas tú a
los relámpagos, y van ellos, diciéndote: Henos aquí? ¿Quién puso sabiduría en el ibis, y al gallo quién le dio inteligencia? ¿Quién puede
contar las nubes con sabiduría, y quién derrama los odres de
los cielos cuando
se hace una masa el polvo y se pegan unos a otros los terrones? ¿Eres tú quien
proporcionas su presa a la leona y sacias el apetito de los
leoncillos cuando
están agazapados en sus cubiles o se ponen en acecho en la espesura? ¿Quién prepara su alimento al cuervo cuando sus polluelos gritan
a Dios y andan errantes por falta de comida? |
|
Capítulo
39 |
|
¿Sabes
tú el tiempo en que paren las gamuzas? ¿Asististe al parto de
las ciervas? ¿Contaste los meses de su preñez o conoces el tiempo
de su parto? Se encorvan, echan su cría y depositan sus carnadas
.Se hacen grandes sus crías, crecen en el desierto, salen y
no vuelven más a ellas. ¿Quién da libertad al asno salvaje?
¿Quién rompe las ataduras al onagro, al que por casa di el desierto,
y por guarida las estériles estepas? Se ríe del estrépito de
la ciudad y no oye los gritos del arriero; vaga por los montes
al pasto, se va tras de toda hierba verde. ¿Consentirá el búfalo
en servirte y en pasar la noche a tu pesebre? ¿Podrás atarle
el yugo con tus coyundas y hacerle rastrillar los surcos detrás
de ti?¿Contarás con él por su gran fuerza y le encomendarás
tus labores? ¿Le fiarás la recogida de tu grano y el amontonamiento
de tus mieses? Agítase bulliciosa el ala del avestruz, pero
¿es acaso pluma piadosa y voladora? Pues abandona sus huevos
a la tierra y los deja que se calienten sobre el suelo, olvidando
que un pie puede pisotearlos, puede aplastarlos un animal salvaje.
Es cruel con sus hijos, como si no fueran suyos, y no se cuida
de que sea vana su fatiga, porque le negó Dios la sabiduría
y no le dio parte en la inteligencia; pero al tiempo de levantarse
se ríe del caballo y del jinete. ¿Das tú al caballo la fuerza,
revistes su cuello de ondulantes crines? ¿Le enseñas tú a saltar
como la langosta, a resoplar fiera y terriblemente? Piafa en
el valle y alégrase briosamente, sale al encuentro de las armas,
ríese del miedo, no se empavorece, no retrocede ante la espada;
cruje sobre él la aljaba, la llama de la lanza y la saeta; con
estrépito y resoplido sorbe la tierra, no se contiene al sonido
del clarín; cuando resuena la trompeta, dice: “¡Ea!”;
y huele de lejos la batalla,el clamor de los jinetes y el tumulto.
¿Se alza el azor por tu inteligencia, tendiendo sus alas hacia
el mediodía? ¿Se remonta por orden tuya el águila y hace su
nido en las alturas?Habita en las rocas y allí pasa la noche,
en la cresta de las rocas, en lo más abrupto, acecha desde allí
la presa, que de muy lejos descubren sus ojos; sorbetean
la sangre sus polluelos, y donde hubiere cadáveres, allí está
ella. |
Y
apostrofó Yavé a Job, diciendo: ¿Querrá
el censor contender todavía con el Omnipotente? El que pretende
enmendar la plana a Dios, responda". |
|
Respuesta
de Job |
|
y
Job respondió a Yavé, diciendo: "He
hablado a la ligera. ¿Qué te voy a responder? Pondré mano a
mi boca. Una
vez hablé; no responderé más; dos veces, y no añadiré (palabra)". |
|
Capítulo
40 Prosigue Yavé |
|
Replicó
Yavé a Job desde el torbellino, diciendo: "Cíñete, cual varón,
tus lomos; yo te preguntaré, enséñame tú. ¿Aún pretendes menoscabar
mi juicio? ¿Me condenarás a mí para justificarte tú? ¿Tienes
tú brazos como los de Dios y puedes tronar con voz semejante
a la suya? Adórnate, pues, de gloria y majestad, revístete de
magnificencia y esplendor.Distribuye a torrentes tu ira y humilla
al soberbio sólo con mirarle. Mira al orgulloso y abátele, y
aplasta a los malvados en su sitio. Ocúltalos a una en el polvo,
encarcela a sus personas en la prisión, y entonces también te
alabaré, porque tu diestra te dio la salvación. He ahí al hipopótamo,
creado por mí, como lo fuiste tú, que se apacienta de hierba
como el buey. Mírale: su fuerza está en sus lomos, y su vigor
en los músculos de su vientre.Endereza su cola como un cedro;
los nervios de sus muslos se entrelazan. Sus huesos son como
tubos de bronce; sus costillas son como palancas de hierro.
Es la obra maestra de Dios; a él le entregó la espada su Hacedor.
Los montes le ofrecen su tributo, mientras retozan allí todas
las bestias del campo. Echase debajo de los lotos, en los escondrijos
y cañaverales del pantano; los arbustos le dan sombra, le rodean
las mimbreras del torrente. Crezca el río: él no se espanta,
está seguro, aunque le llegue un Jordán al hocico. ¿Le capturarán a sus ojos? ¿Taladrará nadie con el anillo su
nariz? ¿Puedes
tú agarrar con anzuelo al cocodrilo y atarle una cuerda a la
lengua? ¿Le meterás
un junco por la nariz y atravesarás con el anillo sus mandíbulas? ¿Te dirigirá
ruegos suplicantes o te lisonjeará con palabras? ¿Hará
pacto contigo? ¿Lo tomarás a tu servicio? ¿Jugarás
con él como con un pájaro, le atarás para juguete de tus niñas? ¿Traficarán con él los (pescadores) asociados, se lo repartirán
los mercaderes? ¿Llenarás
de flechas su piel y le hundirás el arpón en la cabeza? Ponle encima la mano; te quedará recuerdo de la riña y no volverás. He
aquí que su esperanza queda frustrada; a su sola vista quedan
aterrados. |
|
Capítulo
41 |
|
Nadie se atreve a despertarle, ni puede siquiera estar a pie
firme delante de él. ¿Quién jamás le asaltó y quedó salvo? No
lo hay debajo del cielo. No callaré (la forma de) sus miembros;
declararé su fuerza incomparable. ¿Quién ha descubierto la parte
anterior de su vestido, quién penetró en el reverso de su coraza?
¿Quién abrió las puertas de su boca? El círculo de sus dientes
infunde terror. Su dorso está armado de láminas, de escudos,
compactas y cerradas como un guijarro; únese una a la otra sin
quedar resquicio, y un soplo no entra por ellas; están pegadas
una con otra; bien trabadas, no pueden separarse,sus estornudos
son llamaradas, sus ojos son como los párpados de la aurora; de su boca salen
llamas, se escapan centellas de fuego; sale
de sus narices humo, como de olla al fuego, hirviente; su
aliento enciende los carbones, saltan llamas de su boca; en
su cuello está su fuerza, y ante él tiemblan de horror. Las
papadas de su carne son duras, apretadas, no se mueven. Su
corazón es duro como el pedernal, duro como la piedra inferior
de la muela. De
su majestad temen las olas, las ondas del mar se retiran; la
espada que le toca no se fija, ni la lanza, ni el dardo, ni
el venablo; para
él el hierro es como paja, y el bronce, cual madera carcomida. El hijo del arco
no le hace huir, las piedras de la honda son para él estopas; la maza le es
como paja, y se burla del vibrar del venablo. Debajo lleva agudos tejos, que arrastra como un trillo sobre
el cieno. Hace
hervir el abismo como olla y espumar como vasija de ungüentos. Deja en pos de
sí brillante su camino, cual si fuera el abismo una cana cabellera. No hay en la
tierra semejante a él, hecho para no tener miedo! Mira
a todo lo altivo, ¡es el rey de todos los feroces!" |
|
Capítulo
42 Respuesta
de Job |
|
Respondió
Job diciendo: "Sé que lo puedes todo y que no hay nada que te
cohiba. ¿Quién es este que empaña la Providencia sin saber?
Por eso proferí lo que no sabía, cosas admirables para mí, que
no conocía. Escucha,
pues, y yo hablaré, yo te preguntaré y me adoctrinarás. Sólo
de oídas te conocía; mas ahora te han visto mis ojos.¡Por eso
me retracto y hago penitencia sobre polvo y ceniza!" |
|
Epílogo |
|
Después
de haber hablado Yavé a Job estas palabras, dijo Yavé a Elifaz,
temanita: "Se ha encendido mi ira contra ti y contra tus dos
compañeros, porque no hablasteis de mí rectamente, como mi siervo
Job. Así, pues,
tomad siete becerros y siete carneros e id a mi siervo Job y
ofreced por vosotros sacrificios; y Job, mi siervo, rogará por
vosotros, y en atención a él no os haré mal, pues no hablasteis
de mí rectamente, como mi siervo Job. Vinieron,
pues, Elifaz, temanita; Bildad, suhita, y Sofar, namatita, e
hicieron lo que les mandara Yavé, y Yavé atendió a los ruegos
de Job. Yavé
restableció a Job en su estado, después de haber rogado él por
sus amigos, y acrecentó Yavé hasta el duplo todo cuanto antes
poseyera. Vinieron
a él todos sus hermanos y hermanas y todos sus conocidos de
antaño, y comieron con él en su casa, se condolieron y le consolaron
por todo el mal que sobre él hiciera venir Yavé, y le regalaron
cada uno una moneda y un anillo de oro. Yavé
bendijo las postrimerías de Job más que sus principios, y llegó
a poseer Job catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas
de bueyes y mil asnas. Tuvo
catorce hijos y tres hijas; a
la primera le puso por nombre Yeminá (Palomita); a la segunda,
Quesiah (Casia), y a la tercera, Queren-Happuj (Cuerno de afeites). No había en toda
aquella tierra mujeres más hermosas que las hijas de Job, y
su padre les dio herencia entre sus hermanos. Vivió Job después de esto ciento cuarenta años, y vio a sus
hijos y a los hijos de sus hijos hasta la cuarta generación, y murió Job anciano
y colmado de días. |
|
|