cristoraul.org//El Vencedor Ediciones/

LA

LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

 

“EL HIJO DEL TRUENO”

APERTURA  UNIFICADORA DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

 

PARTE TERCERA

EL JUICIO DE DIOS SOBRE LA OBEDIENCIA A SU VOLUNTAD Y LA REBELIÓN CONTRA SU REINO

 

No sólo glorificó JESUCRISTO a YAVÉ DIOS,  su Padre, rechazando el Argumento de Satanás sobre  la Implicación de la Omnisciencia Creadora en  la Caída; Argumento Maligno que la Rebelión llamada Reforma Protestante hizo suya en boca de Calvino, y la iglesia Anglicana y sus ramas americanas, australianas y sudafricanas hicieron propia. No sólo JESUCRISTO fundamentó la Transgresión de ADÁN en su Ignorancia sobre la Naturaleza de la Ciencia del Bien y del Mal, Ignorancia que le impidió ver a la Serpiente que Satanás llevaba en su Interior, por cuyo Veneno fue seducida EVA. En la Cruz de Cristo, Jesús dio a conocer a toda la Casa de  YAVÉ DIOS su RESPUESTA  a la Tentación que Satanás y sus  aliados pusieron sobre la mesa delante de todos los hijos de Dios: ¿Qué pasaría si el “NIÑO de su PADRE”  ante el despliegue de la Ciencia Prohibida  se apuntaba a la Fiesta de la Guerra?, ¿ abandonaría YAVÉ DIOS, por AMOR A SU NIÑO, su NEGATIVA a dar su Bendición al Gobierno Progresista de SATANÁS y sus SOCIOS pidiendo la Renovación de la Constitución del Imperio Divino con objeto de que los Gobernantes quedasen blindados contra la Ley y la Justicia, haciendo de la Corte del Cielo un Olimpo de dioses más allá del Bien y del Mal?

Fue el Reto que decidió a Satanás  y sus Socios a lanzarse a la Rebelión de la Reforma Maligna de la que esperaron, hundiendo al Hombre,  “GANAR” para su Guerra cobtra el Espíritu Santo: al “HIJO DE YAVÉ DIOS, JESÚS, SU NIÑO”,  y gracias a esa conquista obligar a Dios “por AMOR A SU NIÑO” a derrocar la Ley por la que la Guerra queda prohibida bajo pena de Muerte, o lo que es lo mismo DESTIERRO ETERNO DE LA CREACIÓN.

La RESPUESTA DE JESÚS al Pensamiento Maligno de Satanás y sus Socios fue la CRUZ; es decir : “Antes Muerto que  vivir bajo una Creación sujeta a un Gobierno de dioses fratricidas más allá del Bien y del Mal”.

De nuevo, desde la CRUZ, el HIJO glorificaba a su PADRE, por los Hechos dando VIDA desde la CRUZ a la VERDAD ETERNA manifestada por la Boca de su Esposa, la IGLESIA CATÓLICA, delante de todas las Naciones : JESUCRISTO ES EL HIJO DE DIOS VIVO,  DIOS VERDADERO DE DIOS VERDADERO.

Esta es la FE que Cristo Jesús volcó en el Templo de sus Discípulos:

“Quien Glorificó fue Glorificado.  Vino a la Tierra como Rey de reyes y Señor de Señores del Imperio de Dios, y regresó a su Mundo entrando en su Casa como Rey Universal Todopoderoso en cuyas Manos Dios ha puesto la Vida y la Muerte de la Plenitud de las Naciones de su Reino, Tú Dios, JESUCRISTO”.

Todo Poder fue derribado, todo Trono quedó fulminado, todo el Poder fue establecido sobre el Trono del Hijo de Dios. Toda la Creación de YAVÉ DIOS, los “Hermanos de Yavé”, “los hijos de Yavé y Sión, hijos de Dios”, desde el más grande de su Casa hasta el más pequeño de su Paraíso, todo ser quedó constituido como Ciudadano del Reino de su Hijo, Señor de todos los Pueblos y sus Gentes, Rey y Juez Universal.  

¿Quién podría detener esa tsunamis de Sabiduría, ese volcán de  Gloria, aquel terremoto de Fe que comenzó a extender su Espíritu por todas las naciones del Imperio de Roma?

Nada ni nadie.

Ni Romanos, ni Bárbaros, ni Herejes, ni Musulmanes, ni Emperadores Alemanes, ni Rebeldes Protestantes, ni Socialismo ni Comunismo, ni Nazismo ni Ateísmo, nada ni nadie ha podido  frenar la expansión de aquella OLA de Gloria que desde Jerusalén a los confines de la Tierra ha extendido sus Ramas por todas las naciones del Género Humano.

Y aún hay quienes sueñan con poder  talar este Árbol de la Vida de las Naciones y prenderle Fuego a sus raíces...

La FE es el Fruto del Árbol de la Vida Eterna. El que no coma, morirá.

 Es la FE con la que  Pedro y sus Hermanos en el Espíritu se lanzaron a la Conquista del Mundo. “El Imperio ha muerto, Viva el Reino de Dios” fue el Grito de Victoria de quienes “hablaron una Sabiduría escondida, predestinada a Ellos por el Dios de los Siglos”...

Santiago, hijo de Cleofás, hermano menor de María, la MADRE, hijo de Dios, era uno de  los hijos de YAVÉ DIOS llamados a sentarse alrededor del REY DIVINO.

¿Rechazar sus palabras,  robarle su  Gloria, manchar su Túnica Blanca, hacer callar a Dios? ¿Acaso no entendieron los omniscientes y todopoderosos Rebeldes Protestantes que el Espíritu Santo tomó forma humana y elevando con ÉL a su Gloria a los Hermanos de Cristo los hizo  SU TEMPLO VIVO entre todos los Pueblos de la Creación?

¿Quién fue Lutero sino un perro muerto de miedo, en su cobarde locura  entregado a Satanás, ese Dios Oculto de la Reforma que acusó a YAVÉ DIOS de ser el Autor Intelectual detrás de la Caída? ¿Qué fue Calvino sino una encarnación del Argumento que Satanás expuso  delante de la Casa de Dios en el Día de su Juicio Apocalíptico en el que se firmó su Sentencia de Destierro Eterno de la Creación? ¿Quién fue Enrique VIII sino el nuevo Anticristo?

Y ésos Títeres del Diablo  osaron arrancar del Libro de Dios las palabras de su Siervo.

¿Cuál de sus frases son palabras del Maligno?

 

No tengáis la fe de nuestro glorioso Jesucristo guardando acepción de personas. Porque si, entrando en vuestra asamblea un hombre con anillos de oro en los dedos, en traje magnífico, y entrando asimismo un pobre con traje raído, fijáis la atención en el que lleva el traje magnífico y le decís: Tú siéntate aquí honrosamente; y al pobre le decís: Tú quédate ahí en pie o siéntate bajo mi escabel, ¿no juzgáis por vosotros mismos y venís a ser jueces de perversos pensamientos?

 

Tendríamos aquí que invocar la Guerra de los Campesinos, o  la bajeza moral e intelectual del Lutero llamando en su socorro a los enjoyados jefes de Alemania a quienes  ordenó “matar como a perros rabiosos a todos los Campesinos”.

NO MATARÁS, dice Dios, mas esta Ley no es para Satanás y sus siervos: LUTERO, CALVINO, Y ENRIQUE VIII hicieron de la Palabra de Dios una farsa. Donde ÉL dice NO MATARÁS ellos hicieron del MATAR su Ley y su estrella infernal.

El remate de los remates fue la Conclusión final del Abogado Suizo del Diablo afirmando que por las joyas y el oro se identifican a los Verdaderos Creyentes. La Religión Maligna del Hinduismo y Budismo justificando la Pobreza y la Miseria Extrema del Pueblo en los Pecados de vidas anteriores, el Suizo la  importó a Europa, a la inversa, justificando las Riquezas como bendición Divina a sus fieles. ¿A quién le extraña que Suiza se haya convertido en la BANCA DE SANGRE en la que se ahogarán sus gentes en el día del juicio que se acerca?

Parece evidente el porqué quien escribió la siguiente sentencia fuese  declarado ENEMIGO DE LA REFORMA:   

 

Escuchad, hermanos míos carísimos: ¿No escogió Dios a los pobres según el mundo para enriquecerlos en la fe y hacerlos herederos del reino que tiene prometido a los que le aman? Y vosotros afrentáis al pobre. ¿No son los ricos los que os oprimen y os arrastran ante los tribunales? ¿No son ellos los que blasfeman el buen nombre invocado sobre nosotros? Si en verdad cumplís la ley regia de la Escritura: Amarás al prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si obráis con acepción de personas, cometéis pecado, y la Ley os argüirá de transgresores. Porque quien observe toda la Ley, pero quebrante un solo precepto, viene a ser reo de todos; pues el mismo que dijo: No adulterarás, dijo también: No matarás. Y si no adulteras, pero si matas, te has hecho transgresor de la Ley. Hablad y juzgad como quienes han de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque sin misericordia será juzgado el que no hace misericordia. La misericordia aventaja al juicio.

 

¿De quién tuvo misericordia Enrique VIII, o aquellos Divinos de Westminster que se atrevieron a usar la sangre de sus espadas sangrientas COMO TINTA con la que escribir aquel Manifiesto en el que Derrocaron a JESUCRISTO y proclamaron como Rey Dios de la COMMONWEALTH BRITÁNICA a la hija del Anticristo?

¿De quiénes tuvo Misericordia el “Santísimo” Lutero que  condenó a Muerte a todos los Católicos de Europa y se lanzó como “león hambriento de carne y sangre” contra los Campesinos de Alemania?

¿De quién tuvo Misericordia aquel Calvino que sentenció a muerte a todos sus críticos?

Temblad de espanto, hijos de la Reforma, mientras estáis en vida rezad porque la Absolución del Juez Universal sea conquistada por las generaciones presentes y futuras, porque ay de quienes tras una Piedad  Santísima condujeron al Mundo a su Ruina, y permanecen en su Maldad invocando al Dios OCULTO, Satanás, como su Rey de la Eternidad; en ese Día en el Infierno bailareis la Danza de los Malditos.

No por las Palabras, sino por las Obras conquistó el Hijo de Dios a sus Discípulos. Y vosotros, pueblo de Satanás,  decís que por las Obras no viene la Fe de aquellos  que sin Fe buscan la Luz de la Vida eterna.

Habla el Espíritu Santo, SILENCIO:

 

La Fe y las Obras

¿Qué le aprovecha, hermanos míos, a uno decir: Yo tengo fe, si no tiene obras? ¿Podrá salvarle la fe? Si el hermano o la hermana están desnudos y carecen de alimento cotidiano, y alguno de vosotros les dijere: Id en paz, que podáis calentaros y hartaros, pero no les diereis con qué satisfacer la necesidad de su cuerpo, ¿qué provecho les vendría? Así también la fe, si no tiene obras, es de suyo muerta”. Mas dirá alguno: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame sin las obras tu fe, que yo por mis obras te mostraré la fe. ¿Tú crees que Dios es uno? Haces bien. Mas también los demonios creen y tiemblan” ¿Quieres saber, hombre vano, que es estéril la fe sin las obras?

 Abraham, nuestro padre, ¿no fue justificado por las obras cuando ofreció sobre el altar a Isaac, su hijo? ¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y que por las obras se hizo perfecta la fe? Y cumplióse la Escritura, que dice: Pero Abraham creyó a Dios, y le fue imputado a justicia, y fue llamado amigo de Dios Ved, pues, cómo por las obras y no por la fe solamente se justifica el hombre. Y, asimismo, Rahab la meretriz, ¿no se justificó por las obras, recibiendo a los mensajeros y despidiéndolos por otro camino?

Pues como el cuerpo sin el espíritu es muerto, así también es muerta la fe sin las obras.

 

¡¿Cómo puede Satanás bendecir la  Sabiduría del Espíritu Santo?! ¿Acaso no sabéis que sin Dios la creación se muere? ¿No fue acaso la Ausencia de Dios entre sus Criaturas la Causa que condujo a su Casa a la Guerra  Fratricida que convulsionó su Imperio antes de la Creación de la Tierra y finalmente  hizo de nuestro Mundo su campo de Batalla Final? Por esto Dios le dio un Cuerpo Vivo Visible a su Espíritu, de manea que estando por siempre entre los Pueblos de su Reino esa Ausencia fuese  respondida mediante la “PRESENCIA DE DIOS CON NOSOTROS: EL ESPÍRITU SANTO HECHO HOMBRE”.

¿Acaso sois tan sabios que no sabéis leer? Un Único Dios, TRES PERSONAS. La Tercera Persona es Cristo, cuya Cabeza es Jesús, en quien viven el Padre y el Hijo, y esta Tercera Persona permanece por siempre en el Paraíso, “DIOS CON NOSOTROS”.

¿Y se atreve alguno a poner su Mano sobre el Libro de Dios? ¿Y lo que es más  letal : Ponerle el Dedo en la Boca a Dios?

Así cada cual se juzga a sí mismo. La Obra de Dios es hacer Su Voluntad.  Quien tiene Misericordia de sí mismo, Obedece su Voluntad, prefiere a Dios a la sangre y la carne y Obra acorde a su Palabra: Unifíquense todas las iglesias en una sola y única. Pero quien no tiene Misericordia de sí mismo por su crueldad  será juzgado. Pues quien no tiene Misericordia de sí mismo, ¿cómo la tendrá de sus semejantes?

Y sin embargo la Obra de Cristo Jesús tiene en la Salvación de toda la Creación su Espíritu. De manera que rota la UNIDAD por la Reforma producida por el Diablo la Caída en la Guerra Fratricida de los Treinta Años  era una consecuencia natural, reproducción de la Historia de Caín y Abel; y por el ahondamiento en esa Ruptura  su desembocadura en las Guerras Mundiales era una crónica anunciada, ya profetizada por Dios en su Libro  desde los días de San Juan.

Conociendo la Necesidad de la Muerte de Cristo, y de la Liberación del Diablo como agente de aceleración de los Siglos, desde sus Parábolas Dios anunció la Siembra de la División de las iglesias por el Maligno, en razón de estas necesidades  dejando su Hijo un Testamento para sus hijos en el Espíritu, cuya Apertura vendría con la Lectura de la unificación de todas las iglesias, y  el Conocimiento de la Esperanza de Salvación Universal del Género Humano en aras de la cual  los Apóstoles y sus discípulos entregaron sus vidas.

NO hay otra Puerta a la Victoria que las Obras de Cristo, porque como dice  el Espíritu Santo, la Fe sin las Obras es fe muerta, ¿o acaso no sabe Satanás que Jesús es el Señor? Mas este Conocimiento “de la Razón clara” es palabra muerta si no va vivificada por las Obras de Cristo , la Suprema de todas : Hacer la Voluntad de Dios.

Este Hacer o no Hacer es el Abismo que separa a Cristo de Satanás.

Dando a conocer su Voluntad Presente Dios extiende su Misericordia a todas las iglesias  que nacieron de las divisiones entre las iglesias que el Diablo, Liberado,  produjo. Tanto Ortodoxos como Protestantes de todas las confesiones fuisteis arrastrados a la División por el mismo Poder que  vistiéndose de ángel de luz sedujo a Eva y  engañó a Adán. En la Obediencia Dios lo  olvida todo, todo lo perdona; por la Contumacia cada cual se define, si contra Cristo o con el Diablo.

Dios dice, y así se hace. NADIE LO DUDE. El Árbol que ha sido Dividido  volverá a ser Unido, la Cuestión es si las Ramas serán taladas o uniéndose al tronco serán sanadas por la Obediencia. Las que sean taladas serán apiladas para ser quemadas en el Fuego. La Ley es Divina: Si tu brazo te escandaliza, córtatelo. Mas a todas se les da a conocer la Voluntad Unificadora para que todas sean sujetos de Misericordia.

Y amando Dios su Creación ha dispuesto que un hijo suyo se acerque a las vírgenes necias para llenarles  los candiles de aceite, sigan a sus hermanas prudentes y se abstengan de ir a comprarlo, firmando así su sentencia de muerte.

Por lo demás, a todos los que jamás leísteis esta Epístola, juzgad por vosotros mismos si es Palabra de Dios, Espíritu Santo,  y si quienes os prohibieron leerlas vinieron de Cristo o del Diablo

 

Pecados de la lengua

 

1 Hermanos míos, no queráis muchos pretender haceros maestros, sabiendo que seremos juzgados más severamente,

2 porque todos delinquimos en muchas cosas. Si alguno no peca de palabra, es varón perfecto, capaz de gobernar con el freno todo su cuerpo.

3 A los caballos les ponemos freno en la boca para que nos obedezcan, y así gobernarnos todo su cuerpo.

4 Ved también las naves, que, con ser tan grandes y ser empujadas por vientos impetuosos, se gobiernan por un minúsculo timón a donde quiera que el impulso lo dirige.

5 Así también la lengua, con ser un miembro pequeño, se gloría de grandes cosas. Ved que un poco de fuego basta para quemar todo un gran bosque.

6 También la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. Colocada entre nuestros miembros, la lengua contamina todo el cuerpo, e, inflamada por el infierno, inflama a su vez toda nuestra vida.

7 Todo género de fieras, de aves, de reptiles y animales marinos es domable y ha sido domado por el hombre;

8 pero a la lengua nadie es capaz de domarla; es un mal turbulento y está llena de mortífero veneno.

9 Con ella bendecimos al Señor y Padre nuestro y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a imagen de Dios.

10 De la misma boca proceden la bendición y la maldición. Y esto, hermanos míos, no debe ser así.

11 ¿Acaso la fuente echa por el mismo caño agua dulce y amarga?

12 ¿Puede acaso, hermanos míos, la higuera producir aceitunas, o higos la vid? Y tampoco un manantial puede dar agua salada y agua dulce.

La sabiduría

13 ¿Quién de entre vosotros es sabio experimentado? Pues muestre con buena conducta sus obras realizadas con sabia mansedumbre.

14 Pero, si tenéis en vuestro corazón sólo celos amargos y rencillas, no os gloriéis ni mintáis contra la verdad;

15 que no será sabiduría que desciende de arriba la vuestra, sino sabiduría terrena, animal, demoníaca.

16 Porque donde hay envidias y rencillas, allí hay desorden y todo género de vilezas.

17 Mas la sabiduría de arriba es primeramente pura; luego pacífica, indulgente, dócil, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sin hipocresía,

18 y el fruto de la justicia se siembra en la paz para aquellos que obran la paz.

 

Los enemigos de la concordia

 

1 ¿Y de dónde entre vosotros tantas guerras y contiendas? ¿No procede de vuestras voluptuosidades, que luchan en vuestros miembros?

2 Codiciáis, y no tenéis; matáis, ardéis en envidia, y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra, y no tenéis porque no pedís;

3 pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.

4 Adúlteros, ¿no sabéis que el amor del mundo es enemigo de Dios? Quien pretende ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

5 ¿O pensáis que sin causa dice la Escritura: El Espíritu que mora en vosotros se deja llevar de la envidia?

6 Al contrario, El da mayor gracia. Por lo cual dice: Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes da la gracia

7 Someteos, pues, a Dios y resistid al diablo, y huirá de vosotros.

8 Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Lavaos las manos, pecadores, y purificad vuestros corazones, almas dobles.

9 Sentid vuestras miserias, llorad y lamentaos; conviértase en llanto vuestra risa, y vuestra alegría en tristeza.

10 Humillaos delante del Señor y Él os ensalzará.

11 No murmuréis unos de otros, hermanos; el que murmura de su hermano o juzga a su hermano, murmura de la Ley, juzga la Ley. Y si juzgas la Ley, no eres ya cumplidor de ella, sino juez.

12 Uno solo es el legislador y el juez, que puede salvar y perder. Pero tú, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?

 

A los comerciantes y a los ricos

 

13 Y vosotros los que decís: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, y pasaremos allí el año, y negociaremos, lograremos buenas ganancias,

14 no sabéis cuál será vuestra vida de mañana, pues sois humo, que aparece un momento y al punto se disipa.

15 En vez de esto debíais decir: Si el Señor quiere y vivimos, haremos esto o aquello.

16 Pero de otro modo os jactáis fanfarronamente, y esa jactancia es mala.

17 Pues al que sabe hacer el bien y no lo hace, se le imputa a pecado.

 

1 Y vosotros los ricos, llorad a gritos por las desventuras que os van a sobrevenir.

2 Vuestra riqueza está podrida; vuestros vestidos, consumidos por la polilla;

3 vuestro oro y vuestra plata, comidos del orín, y el orín será testigo contra vosotros y roerá vuestras carnes como fuego. Habéis atesorado para los últimos días

4 El jornal de los obreros que han segado vuestros campos, defraudado por vosotros, clama, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos.

5 Habéis vivido en molicie sobre la tierra, entregados a los placeres, y habéis engordado para el día de la matanza.

6 Habéis condenado al justo, le habéis dado muerte sin que él os resistiera.

 

De la paciencia

 

7 Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Ved cómo el labrador, con la esperanza de los preciosos frutos de la tierra, aguarda con paciencia las lluvias tempranas y las tardías.

8 Aguardad también vosotros con paciencia, fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cercana.

9 No os quejéis, hermanos, murmurando unos de otros, para que no incurráis en juicio; mirad que el Juez está a las puertas.

10 Tomad, hermanos, por modelo de tolerancia y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor,

11 Ved cómo ahora aclamamos bienaventurados a los que padecieron. Sabéis la paciencia de Job, el fin que el Señor le otorgó, porque el Señor es compasivo y misericordioso.

 

Juramento

 

12 Pero ante todo, hermanos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con otra especie de juramento; que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para no incurrir en juicio.

 

Oración

 

13 ¿Está afligido alguno entre vosotros? Ore. ¿Está de buen ánimo? Salmodie.

14 ¿Alguno entre vosotros enferma? Haga llamar a los presbíteros de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole con óleo en el nombre del Señor,

15 y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor le hará levantarse, y los pecados que hubiere cometido le serán perdonados.

16 Confesaos, pues, mutuamente vuestras faltas y orad unos por otros para que seáis curados. Mucho puede la oración fervorosa del justo.

17 Elías hombre era, semejante a nosotros, y oró para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses;

18 y de nuevo oró, y envió el cielo la lluvia, y produjo la tierra sus frutos.

19 Hermanos míos, si alguno de vosotros se extravía de la verdad y otro logra reducirle,

20 sepa que quien convierte a un pecador de su errado camino salvará su alma de la muerte y cubrirá la muchedumbre de sus pecados.