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LA

LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

 

 

“EL HIJO DEL TRUENO”

APERTURA  UNIFICADORA DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

 

CRYS  

 

Primera Parte

LA DUDA Y EL ESPÍRITU DE INTELIGENCIA

 

Leemos en el primer párrafo del Autor la identidad del Destinatario de su Carta. Dice:

a las doce tribus de la dispersión, salud”.

Hijo de Abraham este Santiago y porque sabemos que las sinagogas del Imperio fueron las primeras plataformas de exposición del Evangelio, comprendiendo nosotros que el Mayor de los Hijos del Trueno entró en la Gloria del Paraíso de Dios en el 44, antes de la celebración del Concilio de Jerusalén, año 49, en el que la Apertura de la Fe al Mundo Gentil se formaliza, y se abandona la prioridad de la conversión de los Judíos, era natural que el Hijo del Trueno se dirigiese a los Cristianos Judíos de nacimiento, dispersos por el Imperio, para quienes  la glorificación de Jesucristo al Trono del Señor, bíblicamente  exclusivo de YAVÉ DIOS,  no habiendo oído jamás sus padres de este Hijo Unigénito, sobre cuya Existencia Moisés ni ningún Profeta les habló  directamente… La Revolución Teológica del Evangelio se ha producido. YAVÉ DIOS ha establecido la Conversión de la Creación entera a su REINO, en cuyo TRONO sienta a su Hijo Unigénito como SEÑOR de todos los Pueblos de su Paraíso, y quien no doble sus Rodillas, en Adoración Eterna declarándose Ciudadano del Reino de su Hijo, no entrará en su Paraíso, el que YAVÉ Dios, Señor de Moisés creó para Sí Mismo antes de la Creación del Nuevo Cosmos, Paraíso que con su Naturaleza sustenta las Raíces del Árbol de la Vida de los Mundos de la Creación, todos Ciudadanos del Reino de Dios, el SEÑOR JESUCRISTO, Su Hijo… Porque es evidente que la Corona pasa de padres a hijos, pero no pudiendo morir Dios, YAVÉ, Señor de Moisés, sienta a su Derecha a su Hijo Primogénito como Heredero VIVO:  Investido del Poder Natural a su Padre, Señor y Dios de toda la Creación… Esta Verdad “que no fue conocido por ningún príncipe del mundo” es la que se manifestó en la Resurrección y por esta Manifestación  el Hombre sabe que  el REY es DIOS y SEÑOR, con Vida en Sí Mismo, engendrado no de la Creación sino de la Misma Naturaleza Increada de su Dios: YAVÉ, Señor de Moisés… Este Evangelio del Señor JESUCRISTO es que los Cristianos Judíos deben anunciar a sus hermanos en Abraham… Y conociendo la respuesta de sus hermanos a esta Evangelio es natural que les pidiese Paciencia hacia ellos, diciendo:

 

Mas tenga obra perfecta la paciencia, para que seáis perfectos y cumplidos, sin faltar en cosa alguna.

La Paciencia que viene del Amor del Espíritu, pues a ellos, los hijos de Abraham, les tocó  la peor parte en la Tragedia del Género Humano, a saber, poner sus manos sobre ese Hijo de sus Entrañas que Dios ama más que a Sí Mismo. En este Caso los hijos tuvieron que pagar el Pecado de su padre Adán, por cuya Transgresión fue condenado todo el Mundo a vivir bajo el yugo de la Muerte, cuyo Fruto, la Guerra Santa, se expandió por todas las Regiones, transformando el paraíso del Edén en el infierno de la Tierra. Así, por su Maldición al tocar al Hijo de Dios, nuestro Creador, nos vino a todas las naciones la Bendición. O como dijo Pablo, “si por su Maldición hemos sido todos bendecidos, cuanto más su Conversión será gloria de Dios entre los pueblos”.

Difícil de penetrar la Mente del Espíritu que viniendo de Dios en forma de fuego, por ese Fuego, redujo a cenizas la Ignorancia y elevó  sobre  ellas  la Sabiduría del que vive en el Pensamiento de Cristo, cuya Fuente es el propio Dios. Más difícil todavía comunicar esta Esperanza de Vida Eterna a quienes  para justificar su Delito se arrojaron a la Negación de lo que vivieron con sus ojos: “Dios se hizo hombre y caminó  entre Nosotros”. Más tarde el Menor de los Hijos del Trueno escribiría esta misma Sentencia diciendo : “El Verbo se ha hecho carne”; dos formas distintas de decir lo mismo:

 

Si alguno de vosotros se halla falto de sabiduría, pídala a Dios, que a todos da largamente y sin reproche, y le será otorgada.

 

Aquí hablamos de esa Sabiduría que mira a la  Eternidad y no tiene que ver nada con lo Temporal. Porque en verdad el Capítulo del rey Salomón induce a pensar en “pedir la Sabiduría como medio de hacerse  de oro”. Nada más lejos de la Realidad. La Sabiduría no hizo a los Apóstoles más ricos que Salomón, pero, evidentemente, sí más  Grandes a los ojos de Dios, para quien devinieron sus Hijos, y por Amor a los cuales se levantó para reducir a escombros la gloria de todos sus Perseguidores, lo mismo Gentiles que Judíos, que si la Antigua Jerusalén fue reducida a escombros no menos lo fue la Antigua Roma, como bien se ve por sus Ruinas. Al contrario, viendo cuál fue el Destino Final de quienes se convirtieron en Templos Vivos de la Sabiduría, hay que preguntarse: ¿Quién la quiere, sabiendo que  la Pobreza será su trono y el Martirio su corona?  La respuesta de las generaciones futuras devendría antológica: “Mejor ignorantes que sabios”. Y sin embargo, si la Sabiduría hiciese del Género Humano su Hogar, como fue el Mundo de Adán antes de la Caída su Casa, no habiendo quien se declare Caín todos disfrutaremos de la Riqueza Infinita del Árbol de las Ciencias de la Creación. Pues el Hombre que vemos en Cristo Jesús es el Hombre del Futuro; ese Hombre que vive en Nosotros, y con su Despliegue dejará la Muerte de gobernar nuestro Mundo. Es la Falta de Sabiduría el talón de Aquiles de la Humanidad. Por su falta los hombres siguen alargando sus manos al Árbol de la ciencia del bien y del mal, y alimentados por su Fruto se convierten en el Cuerpo de la Guerra Fratricida Mundial en la que  hemos vivido durante los últimos seis mil años. Dejan de ser humanos para convertirse en el brazo destructor de la Muerte.

 

Pero pida con fe, sin vacilar en nada, que quien vacila es semejante a las olas del mar, movidas por el viento y llevadas de una parte a otra.

 

No se puede combatir la Muerte con la muerte, la Violencia con la violencia, el Odio con el odio… La Victoria del Genero Humano contra  los efectos malignos del  Fruto de la ciencia del bien únicamente puede ser conquistada con ese Espíritu que viniendo de Dios eleva la Inteligencia y el Entendimiento del Hombre a la Sabiduría Omnisciente del propio Creador del Universo. Tal es la Naturaleza de la Puerta que condujo al Siglo de Cristo a su Victoria y en el nuestro nos conducirá a la Victoria Final sobre la Muerte y su fruto: la Guerra. Para vivir en este Espíritu de Inteligencia  fue creado el Hombre: Espíritu  inmunizado contra la Mentira, inmarcesible a la Manipulación de los poderes, incorruptible frente a los Intereses  de quienes tienen en sí mismos el norte y el sur de sus acciones; hijo de la Verdad, adorador de la Libertad, enamorado de la Vida, defensor de la Paz, por siempre Ciudadano del Reino del Señor Jesucristo, quien siendo Señor del Paraíso de Dios por Voluntad de Dios su Padre: es Dios. Quien no tiene esta Fe ¡cómo  pedirá sin Duda, más allá de la Duda, consciente de que para Dos no hay nada Imposible, y que más imposible que  hacer de un pedazo de barro su Semejante, un hijo de Dios!

Sin esta Inteligencia que viene del Espíritu de la Fe la Humanidad no hace sino acercarse cada vez más al abismo de su autodestrucción. Realidad que se ha visto en los dos últimos siglos, cuando se ha comprobado que a medida que se alejaba la Civilización Europea de sus Raíces Cristianas más  se acercaba el Mundo a las Guerras Mundiales. Pero es  de los señores de la Guerra, hijos de la ignorancia de sus padres, alejarse de la sabiduría, no ya de la Divina, sino de la que viene de la Experiencia Viva, y apenas la Memoria transformada en ritual de Calendario comienzan  a cultivar el campo de la Destrucción, siempre en la creencia patológica de que ellos sobrevivirán al Apocalipsis de la ruina global: ¡son dioses! Permanecen en el Pecado Original: Ser dioses… borrar las leyes de la Naturaleza del Universo… darle a la Vida del Hombre un Nuevo Código Genético… alterar la Estructura de la Biosfera para que responda a sus Intereses … resetear el Edificio de la Civilización y finalmente ser encumbrados como los dioses que por sus riquezas y sus poderes  merecen ser…

 

Hombre semejante no piense que recibirá nada de Dios.

 

La Fe está en Guerra Perpetua contra la Muerte. Y por la Vida. ECCE HOMO. No hay otro Hombre. “Ese Hombre” es el Modelo a cuya Imagen y Semejanza  ha sido creada toda Vida Inteligente en el Universo. La No aceptación de ese Modelo, el Rechazo a esta Imagen fue la Causa de la Rebelión de la parte de la Casa de los hijos de Dios, creados, no de nuestro Mundo. Exportaron su rechazo en forma de Transgresión a nuestro Mundo, y desde entonces vivimos en campo de batalla abierta, guerreros de vanguardia en una Guerra que no era nuestra, expuestos a una ley que no invocamos. Esta no es una Guerra que se gane con armas  de hierro ni de fuego. La Victoria es referida a la Esperanza de Salvación Universal del Género Humano. El Hijo de Dios no vino a salvarse a sí mismo. No fue elevado al Trono del Rey del Universo  para  situarse más allá de toda Ley. Su Corona es la Estrella de la Invencibilidad de quien es Todopoderoso y tiene en su Dios la Fuente de su Sabiduría. Esa Invencibilidad es nuestra por la Fe. El Futuro es nuestro porque la Tierra le pertenece. La Tierra es nuestra porque somos su Pueblo. El Dia de la Duda ha muerto. La Hora de las Tinieblas ha pasado. El Rey que estaba sentado, está de pie. Toda la Casa de Dios está a Su Servicio; Su Dios, YAVÉ, Señor del Infinito y de la Eternidad, es su Fuerza, su Gloria. ¿Quién podrá detener a este Rey? El Mileno de las Tinieblas pasó; ha nacido la Edad de los hijos de Dios. No hay Duda; quien Duda se queda con la boca abierta y las manos vacías.

 

Es varón indeciso e inconstante en todos sus caminos.

 

El Camino lo conocemos: “No hay vida en este mundo fuera de la Salvación del Género Humano”. En otras palabras, el Bien Universal está sobre el Individual. Todas nuestras acciones, pensamientos y hechos tienen repercusión en el Género Humano; en consonancia con esta Realidad debemos  dirigir nuestro comportamiento. En el campo de batalla toda acción mira a la Victoria. Cualquiera que sea la posición todo el pensamiento tiene en la Victoria su  horizonte. No cabe indecisión ni inconstancia, la Victoria no es una esperanza aleatoria, no es un juego de dados, es el  Bien Universal en cuyos brazos se deposita la Fuerza de Dios y del Hombre unidos en una misma Acción Creadora de Liberación de la ley de la Guerra y su Infierno a que fuimos arrojados en nuestra Adolescencia Ontogénica. ¿Cuántos diluvios de sangre han  ahogado el grito de los pueblos durante los últimos milenios? Y aún quieren  provocar un diluvio más, después del cual  las aguas volverán a sus cauces, sobre su superficie ellos andarán como dioses más allá del bien y del mal! El Alma de la Humanidad es un campo de cicatrices cuya visión produce horror y espanto.  Tantas son las cicatrices, tantas la guerras santas, genocidios, masacres, fratricidios, epidemias, plagas, pandemias… No hay otro Camino a la Salida de este Infierno que el Espíritu de YAVÉ: espíritu de Sabiduría e Inteligencia, de Entendimiento y Fortaleza, Consejo y Temor de Dios. Cualquier otra opción es un paso adelante hacia el Precipicio de la Condenación. Por esto:

 

Gloríese el hermano pobre en su exaltación,

 

Pues Dios no creó el mundo para traer a luz a un hombre condenado desde la eternidad, su pobreza el símbolo de su condenación, y a otro para ser salvado, su riqueza el sello de su salvación. ¡El Señor juzgará al Abogado del Diablo que sembró esta Cizaña Maligna mientras los Obispos dormían con la severidad de quien le escupe a Dios en el rostro! Temblad todos los que  para justificar vuestros crímenes traspasáis vuestros delitos a Dios. ¿A cuál de sus hijos, comenzando por Cristo Jesús, visteis cubiertos de oro y diamantes, sentados en sillones de marfil y  platino? Ha exaltado Dios al débil y ha puesto bajo su puño al fuerte. Ha llamado Dios a su mesa a Lázaro y ha arrojado de su Presencia a Epulón. ¿Y creéis que podéis comprar vuestra absolución arrojando las migajas que les sobran a vuestros perros al hombre que creó Dios, por el que levantó Cielos y Tierra?

 

el rico en su humillación, porque como la flor del heno pasará,

 

¿Qué es toda vuestra riqueza, comparada con la estrella más pequeña de los Cielos? ¿Cuál de vuestras mansiones y palacios en los que reunís a los hombres como esclavos podrá compararse al más pequeño de los planetas? Vuestra gloria de dioses del Metal y del Fuego ha llegado a su fin; no vale a los ojos del Creador de los Cielos y la Tierra lo que vale un grano de arena. Amasáis para vuestra perdición. Os eleváis para caer más profundo. El Abismo en el que Satanás y sus sicarios han sido desterrados será vuestra Morada eterna; allí habrá crujir de dientes. De allí no volveréis. Vuestras lagrimas se hundirán en las Tinieblas. Desapareceréis de la Mente de la Creación como lo hace una Pesadilla al salir el Sol.

 

Se levantó el sol con sus ardores, secóse el heno y se perdió la belleza de su aspecto. Así también el rico se marchitará en sus empresas.

 

Se os ha dicho y no habéis querido entender. Aún una vez más alza Dios su Voz para llamaros a su Reino. Sabedlo, vuestra visión de una Humanidad esclavizada  a vuestros intereses, de una Tierra sujeta a vuestras leyes, de un Universo de rodillas ante vuestra ciencia de destrucción, os devorará. La Creación entera se ha arrancado el corazón y lo ha puesto en las manos de su Creador. El Dolor era ya insoportable. El grito, incontenible. Ha oído Dos y ha tenido Misericordia de sus hijos.  No sufrirán más esta Tragedia. Consolará sus ojos, pues El nos dirigirá a la Victoria. Será desterrado el príncipe de las Tinieblas y el Género Humano liberado de la Ley de la Muerte. El Hacha puesta contra el tronco del Árbol de la ciencia del bien y del mal será empuñada, el Brazo Divino caerá sobre su madera. Serán descuartizadas sus ramas, se les prenderá fuego y hasta sus raíces llegará el exterminio. A su alrededor se creará un círculo y todo el que intente pasarlo será llamado maldito. Por eso el Cielo ríe, y mi alma exulta. Soy como ave que se entrega al fuego. Ceniza a las cenizas.

 

Bienaventurado el varón que soporta la tentación, porque, probado, recibirá la corona de la vida que Dios prometió a los que le aman.

 

¿No sabéis leer y sabéis interpretar la Palabra del Creador del Cosmos cuya Inteligencia es infinita? La sabiduría Increadora de Mundos y Universos sin número, la hija del Infinito y de la Eternidad, vio a Dios en su Infancia y se enamoró de su Juventud  con una Pasión para vivir más allá de la Muerte. Se hizo una sola cosa con ÉL, lo llamó su Señor, y juntos levantaron un Nuevo Cosmos en el que la Vida se levanta a la Imagen y Semejanza de YAVÉ, su Amado Esposo. ¿Y creéis vosotros que  podéis entender esta Unión del Infinito y la Eternidad con Dios, sellada en Santo Matrimonio y Bendecida con un HIJO? : “TÚ DIOS, JESÚS. MI HIJO AMADO”. ¿Sois hojas de otoño que el viento del invierno barre y pulveriza ,y os atrevéis a jugar a ser dioses por un día cuando se os da la Vida Eterna para vivir en Libertad el fruto de la Paz que viene de la Ley del Reino de Dios? ¿Os retiráis del campo de batalla por miedo al enemigo despreciando la armadura invencible de la FE que revestida del Todopoder del Hijo de Dios está a disposición de todos sus hijos? ¿No Creéis en la Victoria? ¿Creéis que es Imposible que este Mundo, bajo el yugo de la Ley de la Muerte pueda vencer al Destino escrito para vosotros por poderes inmundos? ¿Creéis que vale más el oro que la vida eterna? ¿creéis que uniendo vuestros poderes a los del Enemigo del Hombre y de Dios podréis poner de rodillas al Rey de los Cielos? Cejad en la Tentación. No hay más Dios que YAVÉ Y su Hijo JESUCRISTO. Convertíos o pereceréis.

 

(Y) Nadie en la tentación diga: “Soy tentado por Dios”. Porque Dios ni puede ser tentado al mal ni tienta a nadie.

Hermosa es la Fruta de la Muerte: Mata y reina. Aplasta y  glorifícate, dictador. El Poder es dios. Entrónate masacre mediante. Sé igual a los dioses del Infierno… ¿Tentó Dios a Adán, como juraron Lutero, Calvino y Enrique VIII sobre la sangre de las guerras religiosas de Francia y la Guerra de los 30 Años? La Acusación ha sido Maligna, el Pecado es Terrible. Dios no olvida. Convertíos, dad Obediencia al Verbo Unificador Divino. La Guerra es una Abominación a los ojos de Dios, ¿bajo qué presupuesto iba Dios a ofrecer  esa Fruta Venenosa, Maldita, a su hijo pequeño: el Hombre? Ya lo dice el Espíritu Santo en el Hijo del Trueno:   

 

Cada uno es tentado por sus propias concupiscencias, que le atraen y seducen.

 

La Tentación del Poder, de las Riquezas, el ser más que el prójimo, delinquir teniendo por  cómplice a la justicia,  matar teniendo por brazo asesino el brazo de la Ley, amos de esclavos bajo el yugo de la pena de muerte por desobediencia a la tiranía, caminar sobre un mar de sangre y sudores como quien marcha sobre roca, ahora aplasto un cráneo,  ahora pisoteo a un pueblo entero, un dios, ser un dios, decretar pandemias, declarar guerras, abrir crisis,  entregar a la miseria y la ruina a naciones enteras, prender la mecha de la guerra civil… Hombres y mujeres, todos muñecos de paja en las manos de los dioses ala imagen y semejanza de los dioses del Infierno.

 

Luego la concupiscencia, cuando ha concebido, pare el pecado, y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte.

 

Y esa Muerte devorará a sus adoradores. Porque Esperanza hay, pero como dijo  Pablo : “Esperanza que se ve no es esperanza”.

 

No os engañéis, hermanos míos carísimos.

 

Quienes crean que la Victoria ya ha sido conquistada porque quien tiene esa esperanza en su Boca es el mismo Jesucristo que por Amor a esa Esperanza se entregó a la Cruz; quien crea esto… que despierte. El Hombre no es Dios, ni Dios es Hombre. La Sabiduría Omnisciente del Juez Universal, Jesucristo Rey y Señor, está más allá de nuestro juicio. Por la Fe estamos limpios y nuestra Consciencia de hijos de Dios nos mantiene libres del terror a la Condenación; pero porque somos hijos de Dios mientras estamos en  la Tierra participamos del espíritu de Salvación Universal, y una vez  terminado nuestro Día el Juicio queda en los Labios de quien es Dios y Rey. Echarse a dormir es cosa de suicidas. ¿Pues quién es el que en el fragor del campo de batalla se echa una siesta?  

 

Todo buen don y toda dádiva perfecta viene de arriba, desciende del Padre de las luces, en el cual no se da mudanza ni sombra de alteración.

 

Así pues, Ayer como Hoy : Dios es el que es. “El que era, el que es” dice de Sí Mismo Jesucristo. ¿Qué son dos mil años en la Eternidad? ¿Acaso no ha sido formada esa Personalidad que dice de Sí Misma :  “Yo soy el que soy”,  en los fuegos de la Eternidad? Ayer como Hoy, Dios es Padre y  viste a sus hijos con el Amor de un padre verdadero amantísimo de sus hijos.

 

De su propia voluntad nos engendró por la palabra de la verdad, para que seamos como primicias de sus criaturas.

En efecto, y así sigue siendo. Ellos fueron las primicias de su siglo, nosotros somos las primicias del nuestro.