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EL VENCEDOR EDICIONES

EVANGELIO DE SAN LUCAS

 

 

CUARTA PARTE

MINISTERIO DE JESÚS EN JERUSALÉN

 

Capítulo 19 (cont.)
 

Entrada triunfal en Jerusalén

 
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29
Al acercarse a Betfagé y Betania, en el monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos,
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diciéndoles: Id a la aldea de enfrente, y, entrando en ella, hallaréis un pollino atado, que todavía no ha sido montado por nadie; desatadlo y traedlo.
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Y si alguno os dijere: ¿Por qué lo soltáis? diréis así: El Señor tiene de él necesidad.
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Fueron los enviados y lo hallaron así como les había dicho.
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Desatando ellos el pollino, les dijeron sus amos: ¿Por qué desatáis el pollino?
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Les respondieron: El Señor tiene necesidad de él.
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Lo llevaron a Jesús, y, echando sus mantos sobre el pollino, montaron a Jesús.
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Según El iba, extendían sus vestidos en el camino.
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Cuando ya se acercaba a la bajada del monte de los Olivos, comenzó la muchedumbre de los discípulos a alabar alegres a Dios a grandes voces por todos los milagros que habían visto,
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diciendo: ¡Bendito el que viene, el Rey, en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
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Algunos fariseos de entre la muchedumbre le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
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El contestó y dijo: Os digo que, si ellos callasen, gritarían las piedras.
   
 
El llanto sobre Jerusalén
   
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Así que estuvo cerca, al ver la ciudad, lloró sobre ella, diciendo:
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¡Si al menos en este día conocieras lo que hace a la paz tuya! Pero ahora está oculto a tus ojos.
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Porque días vendrán sobre ti, y te rodearán de trincheras tus enemigos, y te cercarán, y te estrecharán por todas partes,
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y te abatirán al suelo a ti y a los hijos que tienes dentro, y no dejarán en ti piedra sobre piedra por no haber conocido el tiempo de tu visitación.
   
 
Expulsión de los vendedores
   
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Entrando en el templo, comenzó a echar a los vendedores,
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diciéndoles: Escrito está: Y será mi casa casa de oración; perovosotros la habéis convertido en cueva de ladrones.
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Enseñaba cada día en el templo; pero los príncipes de los sacerdotes y los escribas, así como los primates del pueblo, buscaban prenderle,
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y no sabían qué hacer, porque el pueblo todo estaba pendiente de El escuchándole.
   
Capítulo 20
 
Origen de los poderes de Jesús
 
1
Aconteció uno de aquellos días que, enseñando El al pueblo en el templo y evangelizándolo, se presentaron los príncipes de los sacerdotes y los escribas con los ancianos,
2
y le dirigieron la palabra, diciendo: Dinos con qué poder haces estas cosas o quién te ha dado ese poder.
3
Tomando la palabra, les dijo: También quiero yohaceros una pregunta; decidme, pues:
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El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de los hombres?
5
Ellos comenzaron a cavilar entre sí, diciéndose: Si decimos: Del cielo, dirá: ¿Por qué no habéis creído en él?
6
Si decimos: De los hombres, todo el pueblo nos apedreará, porque está persuadido de que Juan era un profeta.
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Así, respondieron que no sabían de dónde procedía.
8
Jesús les dijo: Pues tampoco os digo yo con qué poder hago estas cosas.
   
 
Parábola de los viñadores
   
9
Y comenzó a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña y la arrendó a unos viñadores y se partió de viaje para largo tiempo.
10
Al tiempo oportuno envió un siervo a los viñadores para que le diesen de los frutos de la viña; pero los viñadores le azotaron y le despidieron con las manos vacías.
11
Volvió a enviarles otro siervo, y a éste también le azotaron, le ultrajaron y le despacharon de vacío.
12
Aún les envió un tercero. Y también a éste le echaron fuera después de haberle herido.
13
Dijo entonces el amo de la viña: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; a lo menos a éste le respetarán.
14
Pero, en viéndole los viñadores, se hablaron unos a otros, diciendo: Este es el heredero; matémosle y será nuestra la heredad.
15
Y, arrojándole fuera de la viña, le mataron. ¿Qué hará, pues, con ellos el amo de la viña?
16
Vendrá y hará perecer a esos viñadores y dará la viña a otros. Oyendo lo cual, dijeron: No ocurra tal.
I7
El, fijando en ellos su mirada, les dijo: Pues ¿qué significa aquello que está escrito: La piedra que reprobaron los edificadores, ésa ha venido a ser cabecera de esquina?
18
Todo el que cayere contra esa piedra se quebrantará, y aquel sobre quien ella cayere quedará aplastado.
   
 
El tributo al Cesar
   
19
Los escribas y príncipes de los sacerdotes quisieron echarle mano en aquella hora, porque conocieron que a ellos iba dirigida aquella parábola; pero temieron al pueblo.
20
Quedándose al acecho, enviaron espías, que se presentaron como hombres justos, para sorprenderle en su doctrina, de manera que pudieran entregarle a la autoridad y poder del gobernador.
21
Le preguntaron diciendo: Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud y no tienes miramientos, sino que enseñas según la verdad los caminos de Dios.
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¿Nos es lícito a nosotros pagar tributo al César?
23
Viendo El su malicia, les dijo:
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Mostradme un denario. ¿De quién es la efigie y la inscripción que tiene? Dijeron: Del César.
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Y El les respondió: Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
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No pudiendo sorprenderle en sus palabras delante del pueblo, y maravillados de su respuesta, callaron.
   
 
La resurrección de los muertos
   
27
Se acercaron algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron,
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diciendo: Maestro, Moisés nos ha prescrito que, si el hermano de uno viniere a morir con mujer, pero sin hijos, su hermano tome la mujer para dar descendencia a su hermano.
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Pues había siete hermanos, y el primero tomó mujer y murió sin dejar hijos.
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También el segundo
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y el tercero tomaron la mujer, e igualmente los siete, y no dejaron hijos y murieron.
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Por fin, murió también la mujer.
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En la resurrección, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer.
34
Díjoles Jesús: Los hijos de este siglo toman mujeres y maridos.
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Pero los juzgados dignos de tener parte en aquel siglo y en la resurrección de los muertos, ni tomarán mujeres ni maridos,
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porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.
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Pues que han de resucitar los muertos, el mismo Moisés lo da a entender en el pasaje de la zarza, cuando dice: El Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
38
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para El todos viven.
39
Tomaron entonces la palabra algunos escribas y dijeron: Maestro, muy bien has dicho.
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Porque ya no se atrevían a proponerle ninguna cuestión.
   
 
El origen del Mesías
   
41
Entonces les dijo El: ¿Cómo dicen que el Mesías es hijo de David?
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Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra
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hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies.”
44
Pues si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?
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Oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos:
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Guardaos de los escribas, que gustan de ir vestidos de largas túnicas, y buscan los saludos en las plazas, y los primeros asientos en las sinagogas,
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mientras devoran las casas de las viudas y hacen ostentación de largas oraciones. Estos tendrán un juicio más severo.
 
Capítulo 21
 
El óbolo de la viuda
 
1
Levantando la vista, vio ricos que echaban sus ofrendas en el gazofilacio,
2
y vio también a una viuda pobre que echaba dos ochavos,
3
y dijo: En verdad os digo que esta pobre viuda ha echado más que todos los otros,
4
porque los demás echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobraba, mientras que ésta echó de su indigencia todo lo que tenía para el sustento.
   
 
La hermosura del templo
   
5 Hablándole algunos del templo, que estaba edificado con hermosas piedras y adornado de exvotos, dijo:
6 De todo esto que veis, vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea demolida.
7 Le preguntaron diciendo: Maestro, ¿y cuándo sucederá y cuál es la señal de que estas cosas estén a punto de suceder?
   
 
Tiempos de angustia
   
8
El les dijo: Mirad que no os dejéis engañar, porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Soy yo” y “El tiempo está cerca.” No los sigáis.
9
Cuando oyereis hablar de guerras y revueltas, no os aterréis; porque es preciso que sucedan estas cosas primero, pero no vendrá luego el fin.
10
Entonces les decía: Se levantará nación contra nación y reino contra reino,
11

habrá grandes terremotos, y en diversos lugares, hambres, pestes, espantos y grandes señales del cielo.

   
 
Persecución de los discípulos
   
12
Pero antes de todas estas cosas pondrán sobre vosotros las manos y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y metiéndoos en prisión, conduciéndoos ante los reyes y gobernadores por amor de mi nombre.
13
Será para vosotros ocasión de dar testimonio.
14
Haced propósito de no preocuparos de vuestra defensa,
15
porque yo os daré un lenguaje y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.
16
Seréis entregados aun por los padres, por los hermanos, por los parientes y por los amigos, y harán morir a muchos de vosotros,
17
y seréis aborrecidos de todos a causa de mi nombre.
18
Pero no se perderá un solo cabello de vuestra cabeza.
19

Por vuestra paciencia compraréis la salvación de vuestras almas.

   
 

La ruina de Jerusalén

   
20
Cuando viereis a Jerusalén cercada por los ejércitos, entended que se aproxima su desolación.
21
Entonces los que estén en Judea huyan a los montes; los que estén en medio de la ciudad, retírense; quienes en los campos, no entren en ella,
22
porque días de venganza serán ésos, para que se cumpla todo lo que está escrito.
23
23 ¡Ay entonces de las encintas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre la tierra y gran cólera contra este pueblo.
24

Caerán al filo de la espada y serán llevados cautivos entre todas las naciones, y Jerusalén será hollada por los gentiles hasta que se cumplan los tiempos de las naciones.

   
 
La venida del Hijo del hombre
   
25
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra perturbación de las naciones, aterradas por los bramidos del mar y la agitación de las olas,
26
exhalando los hombres sus almas por el terror y el ansia de lo que viene sobre la tierra, pues los poderes celestes se conmoverán.
27

Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con poder y majestad grandes.

   
 
Señales de la proximidad del reino de Dios
   
28
Cuando estas cosas comenzaren a suceder, cobrad ánimo y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra redención.
29
Y les dijo una parábola: Ved la higuera y todos los árboles;
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cuando echan ya brotes, viéndolos, conocéis por ellos que se acerca el verano.
31
Así también vosotros, cuando veáis estas cosas, conoced que está cerca el reino de Dios.
32

En verdad os digo que no pasará esta generación antes que todo suceda.

33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
   
 
La vigilancia
   
34 Estad atentos, no sea que se emboten vuestros corazones por la crápula, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, y de repente venga sobre vosotros aquel día
35 como un lazo; porque vendrá sobre todos los moradores de la tierra.
36 Velad, pues, en todo tiempo y orad para que podáis evitar todo esto que ha de venir y comparecer ante el Hijo del hombre.
37 Enseñaba durante el día en el templo, y por la noche salía para pasarla en el monte llamado de los Olivos.
38 Todo el pueblo madrugaba para escucharle en el templo.

QUINTA PARTE

PASION Y RESURRECCION DEL SALVADOR

C.R.Y&S

EVANGELIO DE SAN LUCAS