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EL
LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID
Libro
Tercero.81-89
81
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Exhortación
a celebrar dignamente la Pascua. |
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Al
maestro del coro. Sobre “la getea”. De Asaf. |
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1 |
Saltad
de júbilo en honor de Dios, nuestra fuerza; |
2 |
aclamad al Dios de Jacob. |
3 |
Entonad
un cántico, tocad los címbalos, la dulce cítara y el
arpa. |
4 |
Haced
resonar en el novilunio la trompeta, en el plenilunio,
en nuestra fiesta. |
5 |
Porque
ésta es la Ley de Israel, el precepto del Dios de Jacob; |
6 |
un
testimonio impuesto a José cuando salió de la tierra
de Egipto. Oí un lenguaje que no conocía: |
7 |
“Te
he quitado la carga de sobre el hombro; tus manos cesaron
de cargar con los cestos. |
8 |
Me
gritaste en la tribulación y te liberé, y te respondí
oculto entre los truenos, te probé en las aguas de Meribá. |
9 |
Oye,
pueblo mío, que quiero amonestarte. ¡Oh Israel, si tú
me escucharas! |
10 |
No
haya en ti dios ajeno, no adores a ningún dios extranjero. |
11 |
Yo
soy Yavé, tu Dios, que te hice subir de la tierra de
Egipto; ensancha tu boca, y yo la llenaré. |
12 |
Pero
no oyó mi pueblo mi voz, no me obedeció. |
13 |
Y
lo abandoné a su obstinado corazón que siguieran sus
consejos. |
14 |
¡Oh,
si mi pueblo me oyera y marchara Israel por mis caminos, |
15 |
presto
humillaría yo a sus enemigos y volvería mi mano contra
sus opresores! |
16 |
Le
adularían los que aborrecen a Dios, y su tiempo habría
pasado para siempre; |
17 |
los mantendría de la flor del trigo y de miel (salida)
de la roca los saciaría".
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82
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Increpación
contra los jueces injustos |
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1 |
Salmo
de Asaf. Está Dios en el consejo divino, en medio
de los dioses juzga: |
2 |
“¿Hasta
cuándo juzgaréis falsamente, haciendo con los impíos
acepción de personas?” Selah. |
3 |
Haced
justicia al débil y al huérfano; tratad justamente al
desvalido y al menesteroso; |
4 |
librad
al débil y al pobre, sacadlo de las garras del impío. |
5 |
Pero
no saben ni entienden, andan en tinieblas; vacilan todos
los cimientos de la tierra. |
6 |
Yo
dije: “Sois dioses, todos vosotros sois hijos del Altísimo; |
7 |
pero
moriréis como hombres, caeréis como cualquiera de los
príncipes.” |
8 |
Levántate,
¡oh Dios!, juzga la tierra, pues dominas sobre todas
las gentes. |
83
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Deprecación
contra los enemigos aliados contra Israel |
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Cántico.
Salmo de Asaf. |
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1 |
No
permanezcas silencioso, ¡oh Dios!, |
2 |
no
enmudezcas, no te aquietes, ¡oh Dios! |
3 |
Mira
que bravean tus enemigos y yerguen la cabeza los que
te aborrecen. |
4 |
Tienden
asechanzas a tu pueblo y se conjuran contra tus protegidos. |
5 |
Dicen:
“Venid y borrémoslos de entre las naciones; no haya
más memoria del nombre de Israel.” |
6 |
Pues
todos a una se han confabulado, se han ligado estrechamente
contra ti: |
7 |
las
tiendas de Edom y los ismaelitas, Moab y los agarenos, |
8 |
Gebal,
Ammón y Amalec, los filisteos con los habitantes de
Tiro. |
9 |
También
se ha unido a ellos Asur, dando su brazo a los hijos
de Lot. Selah. |
10 |
Hazles
como hiciste a Madián, a Sísara, a Yabín en el torrente
Cisón, |
11 |
que
fueron exterminados en Endor y vinieron a ser estiércol
de la tierra. |
12 |
Trata
a éstos y a sus jefes como a Oreb y a Zeb, corno a Zebaj
y a Salmaná y a todos sus príncipes, |
13 |
que
dijeron: “¡Apoderémonos de las moradas de Dios!” |
14 |
Trátalos,
Dios mío, como a hoja arrastrada por el torbellino,
como a pajuela llevada por el viento. |
15 |
Como
abrasa el fuego la selva y como quema la llama los montes, |
16 |
persíguelos
así con tu tormenta, atérralos con tu huracán. |
17 |
Cubre
su rostro de ignominia y busquen tu nombre, ¡oh Yavé! |
18 |
Sean
para siempre confundidos y aterrados, sean llenos de
vergüenza y perezcan, |
19 |
y reconozcan que tu nombre es Yavé y que sólo eres el
Altísimo sobre toda la tierra.
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84
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Anhelo
de la presencia de Dios en el templo |
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|
Al
maestro del coro. Sobre la “getea.” Salmo de los hijos
de Coré. |
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1 |
¡Cuán
amables son tus moradas, oh Yavé de los ejércitos! |
2 |
Mi
alma ha suspirado hasta desfallecer por los atrios de
Yavé, |
3 |
mi corazón y mi carne saltan de júbilo por el Dios vivo. |
4 |
Halla
una casa el pájaro, y la golondrina donde poner sus
polluelos; cerca de tus altares, ¡oh Yavé de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío! |
5 |
Bienaventurados
los que moran en tu casa y continuamente te alaban. Selah. |
6 |
Bienaventurado
el hombre que tiene en ti su fortaleza y anhela tus
senderos. |
7 |
Aun
pasando por el valle de las balsameras, lo convertirán
en fuente, como cubierto de las bendiciones de la lluvia
otoñal; |
8 |
y
marcharán cada vez más animosos para ver al Dios de
los dioses en Sión. |
9 |
Oye
mi oración, ¡oh Yavé de los ejércitos!; apresta el oído,
¡oh Dios de Jacob! Selah. |
10 |
Escudo
nuestro, Dios, mira y contempla el rostro de tu ungido. |
11 |
Porque
más que mil vale un día en tus atrios, y prefiero estar
en el umbral de la casa de mi Dios a morar en las tiendas
del impío. |
12 |
Porque
sol y escudo es Yavé, Dios, y da Yavé la gracia y la
gloria y no niega los bienes a los que caminan en integridad. |
13 |
¡Oh
Yavé de los ejércitos! ¡Bienaventurado el hombre que
en ti confía! |
85
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Oración
pidiendo la salud del pueblo |
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|
Al
maestro de coro. Salmo de los hijos de Coré. |
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1 |
Has
sido complaciente con tu tierra, ¡oh Yavé! |
2 |
Has hecho volver a los cautivos de Jacob. |
3 |
Has
perdonado la iniquidad de tu pueblo y has ocultado todos
sus pecados. |
4 |
Has
apartado todo tu furor y has alejado el ardor de tu
cólera. |
5 |
Vuélvete
a nosotros, Dios de nuestra salvación, y haz cesar tu
resentimiento contra nosotros. |
6 |
¿Vas
a estar irritado siempre contra nosotros y vas a prolongar
tu cólera de generación en generación? |
7 |
¿No
vas a devolvernos la vida para que tu pueblo pueda gozarse
en ti? |
8 |
Haznos
ver, ¡oh Yavé!, tu piedad y danos tu ayuda salvadora. |
9 |
Yo
escucho lo que dice Dios, Yavé: que sus palabras son
paz para su pueblo y para sus piadosos y para cuantos
se vuelven a El de corazón. |
10 |
Sí,
su salvación está cercana de los que le temen, para
habitar la gloria en nuestra tierra. |
11 |
Se
han encontrado la piedad y la fidelidad, se han dado
el abrazo la justicia y la paz; |
12 |
brota
de la tierra la fidelidad y mira la justicia desde los
cielos. |
13 |
Yavé
mismo otorgará el bien, y nuestra tierra dará sus frutos. |
14 |
Va
delante de su faz la justicia, y la paz seguirá sus
pasos. |
|
Petición
del auxilio divino |
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|
Oración.
De David. |
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1 |
Inclina,
Yavé, tus oídos y óyeme, porque estoy afligido y soy
un menesteroso. |
2 |
Guarda
mi alma, pues que soy tu devoto; salva, mi Dios, a tu
siervo, que en ti confía. |
3 |
Ten
piedad de mí, ¡oh Yavé!, pues te invoco todo el día. |
4 |
Alegra
el alma de tu siervo, porque a ti, ¡Señor!, alzo mi
alma. |
5 |
Pues
tú eres, Señor, indulgente y bueno y de gran piedad
para los que te invocan. |
6 |
Escucha,
¡oh Yavé!, mi oración y atiende a la voz de mi plegaria. |
7 |
En
el día de mi angustia te llamo, porque me has de escuchar. |
8 |
No
hay, Señor, en los dioses semejante a ti, y nada hay
que iguale tus obras. |
9 |
Todas
las gentes que tú hiciste, vengan, Señor, a postrarse
ante ti y honren tu nombre. |
10 |
Pues
que tú eres grande y obras maravillas, tú eres el solo
Dios. |
11 |
Enséñame,
¡oh Dios!, tus caminos, para que ande yo en tu fidelidad
y mi corazón únicamente tema tu nombre. |
12 |
Yo
te alabaré, Señor, Dios mío, con todo mi corazón, y
glorificaré tu nombre por siempre. |
13 |
Pues
tu piedad ha sido grande para mí por haber liberado
mi alma del fondo del averno. |
14 |
¡Oh
Dios!, gentes soberbias se alzan contra mí, una banda
de violentos buscan mi alma, y no te prestan ninguna
atención. |
15 |
Pero
tú, Señor, eres Dios clemente y compasivo, magnánimo
y de gran piedad y fidelidad. |
16 |
Vuélvete
hacia mí y ten piedad de mí; fortalece a tu siervo y
salva al hijo de tu esclava. |
17 |
Haz
conmigo un signo de bondad, y, viéndolo, confúndanse
los que me odian; pues tú eres Yavé, que me socorres
y me consuelas. |
87
|
La
gloria de la Jerusalén mesiánica |
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|
De
los hijos de Coré. Salmo-cántico. |
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1 |
Fundación suya sobre los santos montes. |
2 |
Ama
Yavé las puertas de Sión más que todas las moradas de
Jacob. |
3 |
Muy
gloriosas cosas se han dicho de ti, ciudad de Dios. Selah. |
4 |
Contaré
a Rahab y a Babilonia entre los que me conocen; he aquí
a la Filistea y a Tiro juntamente con Etiopía. ¡Estos
allí nacieron! |
5 |
Y
Sión dirá: “Este y el otro han nacido en ella, y es
el Altísimo el que la sostiene.” |
6 |
Inscribirá
Yavé en el libro de los pueblos: “Este nació allí.” Selah. |
7 |
Y
cantarán saltando de júbilo: “En ti están mis fuentes
todas.” |
88
|
Oración
de un afligido |
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|
Al
maestro del coro. Cántico de los hijos de Coré. Sobre
la “enfermedad.” Para la “aflicción.” Maskil. De Emán
ezraíta. |
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1 |
¡Oh
Yavé, Dios mi Salvador! |
2 |
Grito de día y gimo de noche ante ti. |
3 |
Llegue
mi oración a tu presencia, inclina tu oído a mi clamor. |
4 |
Pues
harta de males está mi alma, y mi vida al borde del
sepulcro. |
5 |
Ya
me cuentan entre los que bajan a la fosa; soy ya hombre
sin fuerzas. |
6 |
Abandonado
entre los muertos, como los traspasados que yacen en
el sepulcro, de quienes ya no te acuerdas, y que fueron
arrancados a tus manos. |
7 |
Hasme
puesto en lo profundo de la hoya, entre las tinieblas,
las sombras abismales. |
8 |
Pesa
tu ira sobre mí y has desencadenado contra mí todos
tus furores. |
9 |
Has
alejado de mí a mis conocidos, me has hecho para ellos
abominable; estoy encerrado y no tengo salida. |
10 |
Mis
ojos languidecen por la aflicción; te invoco, ¡oh Yavé!,
todo el día, y tiendo mis manos hacia ti. |
11 |
¿Harás
tú ya prodigio alguno para los muertos? ¿Se levantarán
las sombras para alabarte? |
12 |
¿Contará
alguno en el sepulcro tu piedad y en el averno tu fidelidad? |
13 |
¿Será
conocido prodigio alguno tuyo en las tinieblas, ni tu
justicia en la tierra del olvido? |
14 |
A
ti clamo, pues, ¡oh Yavé!, y mis plegarias van a ti
desde la mañana. |
15 |
¿Por
qué, ¡oh Yavé!, me rechazas y me escondes tu rostro? |
16 |
Soy
un mísero afligido y lánguido desde mi mocedad, soportando
tus terrores hasta desfallecer. |
17 |
Derrámanse
sobre mí tus furores y me aniquilan tus espantos. |
18 |
Todo
el día me rodean como aguas, y todas a una me envuelven. |
19 |
Has
alejado de mí amigos y compañeros, y son mis parientes
las tinieblas. |
89
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Quejas
por el abatimiento del rey a pesar de las promesas hechas
a David |
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Maskil.
De Etán, ezraíta. |
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1 |
Cantaré
siempre las piedades de Yavé |
2 |
y daré a conocer por mi boca de generación en generación
tu fidelidad. |
3 |
Porque
dijiste: “La piedad es eterna.” Cimentaste en los cielos
tu fidelidad. |
4 |
“He
hecho alianza con mi elegido, he jurado a David, mi
siervo: |
5 |
Afirmaré
por siempre tu prole y estableceré tu trono por generaciones.” Selah. |
6 |
Los
cielos cantan tus maravillas, ¡oh Yavé!, y tu fidelidad
en la asamblea de los santos. |
7 |
¿Quién
sobre las nubes comparable a Yavé, quién semejante a
Yavé entre los hijos de Dios? |
8 |
Terrible
es Dios en el consejo de los santos, grande y formidable
sobre todos los que le rodean. |
9 |
Yavé,
Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Eres poderoso,
oh Yavé!, ceñido de tu fidelidad. |
10 |
Tú
dominas la soberbia del mar; cuando se embravecen sus
olas, tú las contienes. |
11 |
Tú
hollaste a Rahab como a un traspasado, y con la fuerza
de tu brazo dispersaste a tus enemigos. |
12 |
Tuyos
son los cielos, tuya la tierra; el orbe y cuanto lo
llena tú lo formaste. |
13 |
Tú
creaste el aquilón y el austro; el Tabor y el Hermón
saltan (al oír) tu nombre. |
14 |
Tú
tienes un brazo lleno de vigor; fuerte es tu mano, y
excelsa tu diestra.
|
15 |
La
justicia y el juicio son el sostén de tu trono, y la
piedad y la verdad tus heraldos. |
16 |
Bienaventurado
el pueblo que sabe exclamar: andará, ¡oh Yavé!, a la
luz de tu faz. |
17 |
Se
alegrarán cada día en tu nombre y se enorgullecerán
en tu justicia. |
18 |
Porque
tú eres el esplendor de nuestra fuerza, y por tu benevolencia
se acrecienta nuestro poderío. |
19 |
Pues
de Yavé es nuestro escudo, y nuestro rey del Santo de
Israel. |
20 |
Tú
en otro tiempo hablaste en visión a tus piadosos, y
dijiste: “He dado mi ayuda a un valiente, he exaltado
a un elegido del pueblo; |
21 |
he
hallado a David, mi siervo; le he ungido con mi óleo
consagrado, |
22 |
al
que mi mano sostendrá constantemente y mi brazo fortalecerá. |
23 |
No
le sorprenderá enemigo ni le abatirá el inicuo. |
24 |
Exterminará
ante él a sus opresores y quebrantará a los que le aborrecen. |
25 |
Serán
con él mi fidelidad y mi piedad, y en mi nombre se alzara
su poder. |
26 |
Pondré
su mano en el mar, y su diestra en los ríos. |
27 |
El me invocará, diciendo: “Tú eres mi padre, mi Dios
y la Roca de mi salvación.” |
28 |
Y
yo le haré mi primogénito, el más excelso de los reyes
de la tierra. |
29 |
Yo
guardaré con él eternamente mi piedad, y mi alianza
con él será fiel. |
30 |
Haré
subsistir por siempre su descendencia, y su trono como
los días del cielo. |
31 |
Si
traspasan sus hijos mi Ley y no caminan según mis juicios, |
32 |
si
violan mis preceptos y no guardan mis mandamientos, |
33 |
castigaré
con la vara sus transgresiones y con azotes sus iniquidades. |
34 |
Pero
no apartaré de él mi piedad ni faltaré a mi fidelidad. |
35 |
No
quebrantaré mi alianza y no retractaré cuanto ha salido
de mis labios. |
36 |
Una
cosa he jurado por mi santidad, no engañaré a David. |
37 |
Su
descendencia durará eternamente, y su trono (permanecerá)
ante mí cuanto el sol, |
38 |
y
como la luna subsistirá eternamente, y será testigo
fiel en la nube.” |
39 |
Pero,
con todo, has rechazado, despreciado, y te has irritado
contra tu ungido. |
40 |
Has
roto la alianza con tu siervo, has profanado, (echando)
a tierra, su diadema. |
41 |
Has
abierto brechas en todas las murallas, has reducido
a escombros sus fortalezas. |
42 |
Cuantos
pasan por el camino la saquean; es el oprobio de sus
vecinos. |
43 |
Has
robustecido la diestra de sus opresores, has alegrado
a todos sus adversarios. |
44 |
Has
embotado el filo de su espada y no le has socorrido
en el combate. |
45 |
Has
hecho desvanecer su brillo, echando por tierra su trono. |
46 |
Has
acortado los días de su juventud y le has cubierto de
oprobio. |
47 |
¿Hasta
cuándo, Yavé, estarás siempre escondido y arderá tu
ira como fuego? |
48 |
Acuérdate
de cuan breve es la vida y de cuan para poco hiciste
a todos los hijos de los hombres. |
49 |
¿Quién
es el hombre que viva y no haya de ver la muerte? ¿Quién
puede librar su alma del poder del “seol”? |
50 |
¿Dónde
están tus antiguas piedades, ¡oh Señor!, las que por
tu fidelidad juraste a David? |
51 |
Acuérdate,
Señor, del oprobio de tus siervos y de cómo llevo yo
en mi seno las afrentas de los pueblos, |
52 |
las
que arrojan tus enemigos, ¡oh Yavé!, sobre los pasos
de tu ungido. |
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Doxología
final del libro |
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53 |
Bendito
sea Yavé por siempre. Amén. Amén. |
C.R.Y&S |
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