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EL
LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID
Libro
Cuarto.90-106
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90 |
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Deprecación
de misericordia |
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1 |
Señor, tú has sido refugio para nosotros de generación
en generación. |
2 |
Antes
de ser engendrados los montes y de ser formada la tierra
y el orbe eres tú, ¡oh Dios!, desde la eternidad y para
siempre. |
3 |
Haces
volver al hombre al polvo, diciendo: “¡Volved, hijos
de Adán!” |
4 |
Porque
mil años son a tus ojos como el día de ayer, que pasó;
como una vigilia de la noche. |
5 |
Los
arrebatas; son como un sueño mañanero, como hierba que
se marchita: |
6 |
a
la mañana florece y crece, a la tarde se corta y se
seca. |
7 |
Pues
nos consume tu ira y nos conturba tu indignación. |
8 |
Has
puesto nuestras iniquidades frente a ti, nuestros (pecados)
secretos a la luz de tu faz, |
9 |
Pues
todos nuestros días transcurren bajo tu ira, y acaban
nuestros años como un suspiro. |
10 |
La
duración de nuestros años es de setenta, y óchenla en
los más robustos; pero en su mayor parte no son más
que penas y vaciedad, porque pasan veloces, y volamos. |
11 |
¿Quién
conoce el poder de tu cólera y tu indignación en lo
que debes ser temido? |
12 |
Enséñanos,
pues, a contar nuestros días para que lleguemos a tener
un corazón sabio. |
13 |
Vuélvete,
¡oh Yavé!, ¿hasta cuándo?..., y ten compasión de tus
siervos. |
14 |
Sacianos,
desde la mañana, de tu gracia, para que exultemos y
nos alegremos todos los días. |
15 |
Alégranos
por tantos días que nos humillaste, por tantos años
como probamos la desgracia. |
16 |
Que
tu obra sea vista de tus siervos, y tu magnificencia
(brille) sobre sus hijos. |
17 |
Sea
sobre nosotros la suavidad de Yavé, nuestro Dios, y
confirma la obra de nuestras manos a nuestro favor.
Sí, afianza la labor de nuestras manos. |
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91 |
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Canto
a la providencia de Dios sobre el justo |
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1 |
El
que habita al amparo del Altísimo y mora a la sombra
del Todopoderoso, |
2 |
diga
a Dios: “Tú eres mi refugio y mi ciudadela, mi Dios,
en quien confío.” |
3 |
Pues
El te librará de la red del cazador y de la peste exterminadora; |
4 |
te
cubrirá con sus plumas, hallarás seguro bajo sus alas,
y su fidelidad te será escudo y adarga. |
5 |
No
tendrás que temer los espantos nocturnos, ni las saetas
que vuelan de día, |
6 |
ni
la pestilencia que vaga en las tinieblas, ni la mortandad
que devasta en pleno día. |
7 |
Caerán
a tu lado mil, y a tu derecha diez mil; a ti no te tocará. |
8 |
Con
tus mismos ojos mirarás, y verás el castigo de los impíos. |
9 |
Teniendo
a Yavé por refugio tuyo, al Altísimo por tu asilo, |
10 |
no
te llegará la calamidad ni se acercará la plaga a tu
tienda. |
11 |
Pues
te encomendará a sus ángeles para que te guarden en
todos tus caminos, |
12 |
y
ellos te levantarán en sus palmas para que tus pies
no tropiecen en las piedras; |
13 |
pisarás
sobre áspides y víboras y hollarás al leoncillo y al
dragón. |
14 |
“Porque
se adhirió a mí, yo le libertaré; yo le defenderé, porque
conoce mi nombre. |
15 |
Me
invocará él, y yo le responderé; estaré con él en la
tribulación, le libertaré y le glorificaré. |
16 |
Le
saciaré de días y le haré ver mi salvación.” |
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92 |
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Alabanza
de la Providencia Divina |
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|
Salmo.
Cántico. Para el día del sábado. |
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1 |
Bueno
es alabar a Yavé |
2 |
y
cantar a tu nombre, ¡oh Altísimo!; |
3 |
publicar
de mañana tu piedad, y de noche tu fidelidad, |
4 |
al
salterio decacordio y a la lira, con las melodías del
arpa. |
5 |
Pues
me has alegrado, ¡oh Yavé!, con tus hechos, y me gozo
en las obras de tus manos. |
6 |
¡Qué
magníficas son tus obras, oh Yavé! ¡Cuán profundos son
tus pensamientos! |
7 |
No
conoce esto el hombre necio, no entiende esto el insipiente. |
8 |
Si
germinan los impíos como la hierba y florecen todos
los obradores de iniquidad, es para ser destruidos por
siempre jamás. |
9 |
Pero
tú eres excelso por la eternidad, ¡oh Yavé! |
10 |
Pues
he aquí que tus enemigos, ¡oh Yavé!, perecerán, y serán
dispersados todos los que obran el mal. |
11 |
Pero
exaltarás mi cuerno como el del búfalo y me ungirás
de fresco óleo, |
12 |
y
mis ojos contemplarán a mis enemigos, y mis oídos oirán
a los malvados que se alzan contra mí. |
13 |
Florecerá
el justo como la palmera, crecerá como el cedro del
Líbano. |
14 |
Plantado
en la casa de Yavé, florecerá en los atrios de nuestro
Dios. |
15 |
Fructificarán
aun en la senectud, y estarán llenos de savia y verdor |
16 |
para
anunciar cuán recto es Yavé, mi Roca, en el que no hay
iniquidad. |
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93 |
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Grandeza
del dominio de Dios en la creación |
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1 |
Reina
Yavé, se vistió de majestad; vistióse de poder Yavé
y se ciñó; cimentó el orbe: no se conmoverá. |
2 |
Firme
tu trono desde el principio, desde la eternidad eres
tú. |
3 |
Alzan
los ríos, ¡oh Yavé!, elevan los ríos su voz, alzan los
ríos su estrépito. |
4 |
Más
que los bramidos de las aguas tumultuosas, más que los
furores del mar es magnífico Yavé en la alturas. |
5 |
Tus
testimonios son verídicos en grado sumo; conviene a
tu casa la santidad, ¡oh Yavé!, por el transcurso de
los días. |
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94 |
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Invocación
a Dios, que castiga a ls impíos y protege a los justos |
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1 |
¡Dios
de las venganzas, Yavé; Dios de las venganzas, muéstrate! |
2 |
Álzate,
Juez de la tierra; da a los soberbios su merecido. |
3 |
¿Hasta
cuándo los impíos, ¡oh Yavé!, hasta cuándo los impíos
triunfarán, |
4 |
hablarán
proterva y jactanciosamente y discursearán con arrogancia
todos los obradores de iniquidad? |
5 |
Aplastan,
Yavé, a tu pueblo, oprimen a tu heredad. |
6 |
Asesinan
a la viuda y al peregrino, y a los huérfanos dan muerte. |
7 |
Y
se dicen: “No ve Yavé, no entiende el Dios de Jacob”. |
8 |
Entended,
necios del pueblo; vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis
cuerdos? |
9 |
El
que hizo el oído, ¿no va a oír?; y el que formó el ojo,
¿no va a ver? |
10 |
El
que instruye a las gentes, ¿no va a reprender? El que
enseña al hombre la sabiduría... |
11 |
Conoce
Yavé los pensamientos de los hombres (y sabe) cuán vanos
son. |
12 |
Bienaventurado
el hombre a quien tú educas, ¡oh Yavé!, al que instruyes
por tu ley, |
13 |
para
que esté tranquilo en los días aciagos, en tanto que
se cava para el impío la fosa. |
14 |
Pues
no abandona Yavé a su pueblo, no desampara su heredad, |
15 |
sino
que devolverá la justicia al juicio, y en pos de ella
(irán) los rectos de corazón. |
16 |
¿Quién
se levantará por mí contra los malvados? ¿Quién estará
conmigo contra los obradores de iniquidad? |
17 |
Si
Yavé no me hubiera ayudado, por poco habitaría ya mi
alma en la morada del silencio. |
18 |
Apenas
decía yo: “Vacilan mis pies,” tu piedad, ¡oh Yavé!,
me sostenía. |
19 |
Y
en las muchas angustias de mi corazón, alegraban mi
alma tus consuelos. |
20 |
¿Puede
ser acaso aliado tuyo el tribunal de malvados que forja
la iniquidad bajo pretexto de ley? |
21 |
Conspiran
contra el alma del justo y condenan la sangre inocente. |
22 |
Pero
Yavé es para mí una ciudadela, y mi Dios es la Roca
de mi salvación. |
23 |
El
arrojará sobre ellos su misma perversidad, y con su
misma malicia los aniquilará; los hará perecer Yavé,
nuestro Dios. |
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95 |
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Exhortación
a la Alabanza y Obediencia de Dios |
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1 |
¡Venid,
cantemos jubiosamente a Yavé! Cantemos gozosos a la
Roca de nuestra salvación! |
2 |
Lleguémonos
a El con alabanzas, aclamémosle con salmos. |
3 |
Porque
Dios grande es Yavé, Rey grande sobre todos los dioses, |
4 |
que
tiene en sus manos las profundidades de la tierra y
suyas son también las cumbres de los montes. |
5 |
Suyo
es el mar, pues El lo hizo; suya la tierra, formada
por sus manos. |
6 |
Venid,
póstremenos en presencia de El, doblemos nuestra rodilla
ante Yavé, nuestro Hacedor. |
7 |
Porque
El es nuestro Dios, y nosotros el pueblo que El apacienta
y el rebaño que El guía. Si pudierais hoy oír su voz: |
8 |
“No
endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como el
día de Masá en el desierto, |
9 |
donde
me tentaron vuestros padres, me probaron a pesar de
haber visto mis obras. |
10 |
Cuarenta
años anduve desabrido de aquella generación, y tuve
que decirme: Este es un pueblo de extraviado corazón,
que desconoce mis caminos. |
11 |
Por
eso les juré en mi ira que no entrarían en mi reposo.” |
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96 |
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Alabanza
al Señor, Único Dios |
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|
1 |
Cantad
a Yavé un cántico nuevo, cantad a Yavé la tierra toda. |
2 |
Cantad
a Yavé y bendecid su nombre, anunciad de día en día
su salvación. |
3 |
Contad
su gloria entre las gentes, en todos los pueblos sus
maravillas. |
4 |
Porque
grande es Yavé y digno de toda alabanza, terrible sobre
todos los dioses, |
5 |
pues
todos los dioses de los pueblos son vanos ídolos; pero
Yavé hizo los cielos. |
6 |
Delante
de El la majestad y la magnificencia, en su santuario
la fortaleza y el esplendor. |
7 |
Dad
a Yavé, ¡oh familias de los pueblos!, dad a Yavé la
gloria y el poderío. |
8 |
Dad
a Yavé la gloria de su nombre, tomad ofrendas y venid
a sus atrios. |
9 |
Inclinaos
ante Yavé con ornamentos santos. ¡Tema ante El toda
la tierra! |
10 |
Decid
entre las gentes: “¡Reina Yavé!” Pues El afirmó el orbe
y no se conmueve. Juzga con equidad a los pueblos. |
11 |
Alégrense
los cielos, regocíjese la tierra, truene el mar y cuanto
en él se contiene. |
12 |
Salte
de júbilo el campo y cuanto hay en él, y exulten todos
los árboles de la selva |
13 |
ante
la presencia de Yavé, que viene, porque viene a juzgar
la tierra. Regirá el orbe con justicia, y a los pueblos
con equidad. |
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97 |
|
Gloria
de la venida de Dios a juzgar |
|
|
1 |
¡Yavé
reina! Gócese la tierra, alégrense las muchas islas. |
2 |
Hay
en torno de El nube y calígine; la justicia y el juicio
son la base de su trono. |
3 |
Precédele
fuego, que abrasa en derredor a todos sus adversarios; |
4 |
sus
rayos alumbran el mundo; tiembla la tierra al verle. |
5 |
Derrítense
como cera los montes ante Yavé, ante el Señor de toda
la tierra. |
6 |
Anuncian
los cielos su justicia, y todos los pueblos ven su gloria. |
7 |
Quedan
confundidos todos los adoradores de los simulacros,
los que se glorían de sus ídolos. Se postran ante El
todos los dioses. |
8 |
Oyó
Sión y se alegró; regocijáronse las hijas de Judá por
tus juicios, ¡oh Yavé! |
9 |
Porque
tú eres, Yavé, el Altísimo sobre toda la tierra, inmensamente
ensalzado sobre todos los dioses. |
10 |
Aborreced
el mal los que amáis a Yavé, que El guarda las almas
de los piadosos, librándolos de la mano de los impíos. |
11 |
Ya
alumbra la luz para el justo, y la alegría para los
rectos de corazón. |
12 |
Alegraos
en Yavé, ¡oh justos!, y alabad su santo recuerdo. |
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98 |
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Canto
de Alabanza a Dios después de la Victoria |
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. |
1 |
Cantad a Yavé un cántico nuevo, porque El ha hecho maravillas;
han vencido su diestra y su santo brazo. |
2 |
Ha
manifestado Yavé su salvación y ha revelado su justicia
a los ojos de las gentes. |
3 |
Se
ha acordado de su benignidad y de su fidelidad a la
casa de Israel; todos los confines de la tierra vieron
la victoria de nuestro Dios. |
4 |
Saltad
de júbilo ante Yavé toda la tierra, haced resonar los
gritos, las ovaciones y los salmos. |
5 |
Cantad
a Yavé con la cítara, con el arpa y con voces de cantos. |
6 |
Con
las trompetas y sones de bocina, saltad de júbilo ante
el rey Yavé. |
7 |
Resuene
el mar y cuanto él contiene, el mundo y todos sus habitantes. |
8 |
Batan
palmas los ríos, regocíjense a su vez los montes |
9 |
delante
de Yavé, que viene a juzgar la tierra, y juzgará el
mundo con justicia y a los pueblos con equidad. |
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99 |
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Gloria
del Señor en Su Santo Monte |
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1 |
¡Yavé
reina! ¡Tiemblen los pueblos! Se asienta entre los querubines;
la tierra vacila. |
2 |
Grande
es Dios en Sión y excelso sobre todos los pueblos. |
3 |
Que
alaben tu nombre, grande y temible: es el Santo. |
4 |
Y
tú eres el Rey poderoso que ama la justicia: tú estableciste
la rectitud y el derecho, tú hiciste en Jacob justicia. |
5 |
Ensalzad
a Yavé, nuestro Dios, y postraos ante el escabel de
sus pies: es el Santo |
6 |
Moisés
y Aarón (fueron) entre sus sacerdotes, y Samuel con
los que invocan su nombre; invocaban a Yavé, y El les
respondía. |
7 |
Les
hablaba en columna de nube, y guardaban sus testimonios
y la Ley que les dio. |
8 |
¡Oh
Yavé, Dios nuestro! Tú los escuchabas, y fuiste para
ellos un Dios indulgente, aunque castigaste sus pecados. |
9 |
Ensalzad
a Yavé, nuestro Dios, y postraos ante su monte santo,
porque Santo es Yavé, nuestro Dios. |
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100 |
|
Acción
de Gracias |
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1 |
Salmo
de acción de gracias. Aclamad
a Yavé la tierra toda, |
2 |
Servid
a Yavé con júbilo, venid gozosos a su presencia. |
3 |
Sabed
que Yavé es Dios, que El nos hizo, y suyos somos: su
pueblo y la grey de su pastizal. |
4 |
Entrad
por sus puertas dándole gracias, en sus atrios alabándole;
dadle gracias y bendecid su nombre. |
5 |
Porque
bueno es Yavé; es eterna su piedad, y perpetua por todas
las generaciones su fidelidad. |
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101 |
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Normas
de vida de un príncipe bueno |
Salmo
de David. |
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1 |
Quiero cantar tu piedad y justicia; a ti, ¡oh Yavé!,
voy a entonar salmos. |
2 |
Quiero
entender el camino de los íntegros. ¿Cuándo vendrás
a mí? Andaré yo en integridad de corazón en mi casa. |
3 |
No
pondré ante mis ojos cosa vil; aborrezco el proceder
de los apóstatas, no se me pegará. |
4 |
Lejos
de mí estará el corazón perverso; no conozco al malvado. |
5 |
Reduciré
al silencio al que en secreto detrae a su prójimo; no
toleraré al de altivos ojos y corazón soberbio. |
6 |
Pondré
mis ojos en los fieles de la tierra para hacerlos morar
conmigo. Los que andan por el camino de la rectitud
serán mis ministros. |
7 |
No
habitará en mi casa el que comete fraude; el que habla
mentirosamente no permanecerá ante mí. |
8 |
De
mañana haré perecer a todos los impíos de la tierra,
y exterminaré de la ciudad de Yavé a todos los obradores
de iniquidad. |
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102 |
|
Plegaria
de un afligido que desfallece y se lamenta ante Yavé |
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1 |
Escucha,
¡oh Yavé!, mi oración y llegue a ti mi clamor. |
2 |
No
escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; |
3 |
inclina
tus oídos a mí: cuando te invoco, apresúrate a oírme. |
4 |
Pues
se desvanecen como humo mis días y se tuestan mis huesos
como en horno. |
5 |
Marchitado
como hierba se deseca mi corazón, pues me olvido de
comer mi pan. |
6 |
Por
la voz de mi gemido se pegan mis huesos a la piel. |
7 |
Me
asemejo al pelícano del desierto; soy como búho entre
las ruinas. |
8 |
Me
desvelo y sollozo como pájaro solitario sobre el tejado. |
9 |
Todo
el día se burlan de mí mis enemigos, se enfurecen contra
mí y me execran. |
10 |
Como
el pan como si fuera ceniza, y mi bebida se mezcla con
lágrimas. |
11 |
Por
tu indignación y tu ira, porque me cogiste y me lanzaste, |
12 |
mis
días son como sombra que se inclina, y me seco como
hierba. |
13 |
Pero
tú, Yavé, te sientas en tu trono por siempre, y tu memoria
permanece por generaciones y generaciones. |
14 |
Tú
te alzarás y tendrás misericordia de Sión, porque tiempo
es ya de que le seas propicio, pues ha llegado el plazo. |
15 |
Porque
aman tus siervos sus piedras y se compadecen de sus
ruinas. |
16 |
Entonces
temerán las gentes el nombre de Yavé, y todos los reyes
de la tierra tu gloria, |
17 |
Cuando
reedifique Yahvé a Sión, cuando aparezca en su gloria |
18 |
y,
volviéndose a la oración de los despojados, no desprecie
su plegaria, |
19 |
esto
se escribirá para la generación posterior, y un pueblo
nuevo alabará a Yavé. |
20 |
Pues
se ha inclinado desde su excelsa santa morada, mirando
Yavé desde los cielos a la tierra |
21 |
para
escuchar el gemido de los cautivos y librar a los destinados
a la muerte, |
22 |
para
que sea anunciado en Sión el nombre de Yavé y sus alabanzas
en Jerusalén, |
23 |
cuando
se congreguen juntos los pueblos y los reinos para servir
a Yavé. |
24 |
En
el camino quebrantó mis fuerzas y abrevió mis días. |
25 |
Yo
digo: “Dios mío, no me lleves en la mitad de mis días,
tú cuyos años son generaciones y generaciones. |
26 |
En
tiempos antiguos fundaste la tierra, y obra de tus manos
son los cielos; |
27 |
pero
éstos perecerán y tú permanecerás, mientras todos se
gastan como un vestido. Los mudas como un vestido, y
se cambian. |
28 |
Pero
tú siempre eres el mismo, y tus años no tienen fin. |
29 |
Habitarán
los hijos de tus siervos allí y permanecerá ante ti
su posteridad". |
|
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103 |
|
Alabanza
de la providencia de Dios |
|
De
David. |
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|
1 |
¡Bendice,
alma mía, a Yavé, y bendiga todo mi ser su santo nombre! |
2 |
¡Bendice,
alma mía, a Yavé y no olvides ninguno de sus favores! |
3 |
El
perdona todas tus faltas y sana todas tus dolencias; |
4 |
El
rescata tu vida del sepulcro y te corona de piedad y
de misericordia; |
5 |
El
sacia de bienes tus deseos, renueva tu juventud como
la del águila. |
6 |
Hace
Yavé justicia, y juicio a todos los oprimidos. |
7 |
Dio
a conocer a Moisés sus caminos, y sus proezas a los
hijos de Israel. |
8 |
Es
Yahvé misericordioso y benigno, tardo a la ira y muy
benevolente. |
9 |
No
está siempre acusando ni guarda rencor eternamente. |
10 |
No
nos trata a la medida de nuestros pecados ni nos paga
conforme a nuestras iniquidades. |
11 |
Sino
que cuanto sobre la tierra se alzan los cielos, tanto
prevalece su piedad sobre los que le temen; |
12 |
cuan
lejos está el oriente del occidente, tanto aleja de
nosotros nuestras culpas; |
13 |
cuan
benigno es un padre para sus hijos, tan compasivo es
Dios para con los que le temen; |
14 |
pues
El conoce de qué hemos sido hechos, se acuerda de que
no somos más que polvo. |
15 |
Los
días del hombre son como la hierba; como flor del campo
así florece, |
16 |
pero
sopla sobre ella el viento, y ya no es más; ni se sabe
siquiera su lugar. |
17 |
Pero
la piedad de Yavé es eterna para los que le temen, y
su justicia para los hijos de los hijos, |
18 |
para
los que guardan su alianza y recuerdan sus mandamientos
para ponerlos por obra. |
19 |
Ha
establecido Yavé en los cielos su trono, y su reino
domina todo (el universo). |
20 |
Bendecid
a Yavé vosotros sus ángeles, que sois poderosos y cumplís
sus órdenes, prontos a la voz de su palabra. |
21 |
Bendecid
a Yavé vosotros todas sus milicias, que le servís haciendo
su voluntad. |
22 |
Bendecid
a Yavé todas sus obras en cualquier lugar de su imperio.
¡Bendice, alma mía, a Yavé! |
|
|
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104 |
|
Gloria
de Dios en la Creación |
|
|
1 |
¡Bendice,
alma mía, a Yavé! ¡Yavé, Dios mío!, tú eres grande;
estás revestido de majestad y esplendor. |
2 |
Envuelto
de luz como de un manto, despliegas los cielos como
una tienda; |
3 |
edificas
sobre las aguas tus moradas superiores. Haces de las
nubes tu carro, avanzando sobre las alas del viento. |
4 |
Tienes
por mensajeros a los vientos, y por ministros llamas
de fuego. |
5 |
Has
establecido la tierra sobre sus bases, para que nunca
después vacilara. |
6 |
La
cubriste del océano abismal como de un vestido, y las
aguas se detuvieron sobre los montes. |
7 |
A
tu amenaza huyeron, al fragor de tu trueno huyeron asustados, |
8 |
y
se alzaron los montes y se abajaron los valles hasta
el lugar que les habías señalado. |
9 |
Pusísteles
un límite, que no traspasarán, no volverán a cubrir
la tierra.
|
10 |
Tú
haces brotar en los valles los manantiales, que corren
luego entre los montes. |
11 |
Ellos
abrevan a todos los animales del campo y en ellos matan
su sed los onagros. |
12 |
Junto
a ellos se posan las aves del cielo, que cantan en la
fronda. |
13 |
De
tus altas moradas riegas los montes, y del fruto de
tus obras se sacia la tierra. |
14 |
Hace
nacer la hierba para las bestias, y las plantas para
el servicio del hombre, para sacar de la tierra el pan; |
15 |
y
el vino, que alegra el corazón del hombre, y el aceite,
que hace lucir sus rostros, y el pan, que sustenta el
corazón del hombre. |
16 |
Se
sacian los árboles de Yavé, los cedros del Líbano que
plantó, |
17 |
en
los cuales anidan los pájaros, y los cipreses, domicilio
de las cigüeñas; |
18 |
los altos montes para las gamuzas, los riscos para madriguera
del damán. |
19 |
Tú
has hecho la luna para medir los tiempos; el sol conoce
(la hora de) su ocaso. |
20 |
Tú
extiendes las tinieblas, y es de noche, y en ella corretean
todas las bestias del bosque. |
21 |
Rugen
los leoncillos por la presa, pidiendo a Dios así su
alimento. |
22 |
Sale
el sol, y se retiran y se acurrucan en sus cuevas. |
23 |
Sale
el hombre a sus labores, a sus haciendas hasta la tarde. |
24 |
¡Cuántas
son tus obras, oh Yavé! ¡Todas las hiciste con sabiduría!
Está llena la tierra de tu riqueza: |
25 |
éste
es el mar, grande, inmenso; allí reptiles sin número,
animales pequeños y grandes. |
26 |
Allí
las naves se pasean, y ese Leviatán que hiciste para
ti. |
27 |
Todos
ellos esperan de ti que les des alimento a su tiempo. |
28 |
Tú
se lo das y ellos lo toman; abres tu mano, y se sacian
de bien. |
29 |
Si
tú escondes tu rostro, se conturban; si les quitas el
espíritu, expiran y vuelven al polvo. |
30 |
Si
mandas tu espíritu, se recrían, y así renuevas la faz
de la tierra. |
31 |
Sea
eterna la gloria de Yavé y gócese Yahé en sus obras. |
32 |
Mira
la tierra, y tiembla; toca los montes, y humean. |
33 |
Yo
cantaré a Yavé mientras viva; entonaré salmos a mi Dios
mientras subsista. |
34 |
Séale
grato mi hablar, y yo me gozaré en Yavé. |
35 |
¡Desaparezcan
de la tierra los pecadores y dejen de ser los impíos!
Bendice, alma mía, a Yavé. Aleluya. |
|
|
|
105 |
|
Fidelidad
de Dios a la Alianza |
|
|
1 |
Alabad
a Yavé, invocad su nombre, dad a conocer entre los pueblos
sus proezas. |
2 |
Cantadle
y entonadle salmos, referid todas sus maravillas, |
3 |
Gloriaos
en su santo nombre, alégrese el corazón de los que buscan
a Yavé. |
4 |
Buscad
a Yavé y su poder, buscad siempre su rostro. |
5 |
Recordad
las maravillas que ha obrado, sus prodigios y las sentencias
de su boca. |
6 |
Vosotros,
descendencia de Abraham, su siervo; hijos de Jacob,
su elegido. |
7 |
El
es Yavé, nuestro Dios, y sus juicios (prevalecen) en
toda la tierra. |
8 |
Se
acordó siempre de su alianza y de la promesa decretada
por mil generaciones; |
9 |
el
pacto hecho con Abraham, y su juramento a Isaac; |
10 |
y
confirmó a Jacob como ley firme, y a Israel como alianza
eterna |
11 |
diciendo:
“Yo te daré la tierra de Canaán como lote de vuestra
heredad.” |
12 |
Aunque
eran pocos en número, casi como nada, y extranjeros
en ella, |
13 |
pasaron
de una a otra nación y de un reino a otro pueblo. |
14 |
No
dejó que nadie los oprimiera, y castigó por ellos a
reyes: |
15 |
“No
toquéis a mis ungidos, no hagáis mal a mis profetas.” |
16 |
Llamó
al hambre sobre aquella tierra, hizo que faltara todo
mantenimiento, |
17 |
y
mandó delante de ellos a un varón, a José, vendido como
esclavo. |
18 |
Fueron puestos en el cepo sus pies, y fue encadenado
con hierros; |
19 |
hasta
que se realizó su presagio y le acreditó la palabra
de Yavé. |
20 |
Mandó
el rey que lo soltasen; el dominador de pueblos le dejó
en libertad; |
21 |
y
le hizo señor de su casa y soberano de todas sus posesiones, |
22 |
para
instruir a su agrado a los príncipes y enseñar sabiduría
a los ancianos. |
23 |
Y
vino Israel a Egipto, habitó Jacob en la tierra de Cam; |
24 |
y
multiplicó grandemente su pueblo e hizo que fuesen más
fuertes que sus opresores. |
25 |
Cambió
su corazón para que odiaran a su pueblo y para vejar
dolosamente a sus siervos. |
26 |
Mandó
a Moisés, su siervo, y a Arón, su elegido. |
27 |
E
hizo por medio de ellos sus prodigios y sus portentos
en la tierra de Cam. |
28 |
Mandó
a las tinieblas, y se hizo oscuro; pero se rebelaban
contra sus órdenes; |
29 |
convirtió
en sangre sus aguas, y mató sus peces. |
30 |
Hormigueó
de ranas su tierra, hasta en las cámaras de sus reyes. |
31 |
Mandó,
y vinieron los tábanos y los mosquitos a todas sus regiones. |
32 |
Les
dio granizo en vez de lluvia, y llamas de fuego sobre
su tierra. |
33 |
Y
abatió sus viñas y sus higuerales, destrozando los árboles
de su territorio. |
34 |
Mandó,
y vino la langosta y el pulgón en gran número, |
35 |
que
royeron toda la hierba de su país y devoraron los frutos
del campo. |
36 |
E
hirió a todos los primogénitos en su tierra, las primicias
de su vigor viril. |
37 |
Y
sacólos con plata y oro, y no había entre sus tribus
ningún rezagado. |
38 |
Alegróse
Egipto de su partida, porque se había apoderado de ellos
su terror. |
39 |
Les
tendió como cubierta una nube, y un fuego para alumbrarlos
en la noche. |
40 |
A
su petición hizo venir las codornices, y los sació de
pan del cielo. |
41 |
Hendió
la roca y brotaron las aguas, que corrieron como un
río por el desierto. |
42 |
Porque
se acordó de su santa promesa y de Abraham, su siervo. |
43 |
Así
sacó a su pueblo en alegría y a sus elegidos llenos
de gozo. |
44 |
Y
les asignó las tierras de las gentes, y se posesionaron
de las haciendas de los pueblos, |
45 |
para que guardaran sus preceptos y observaran sus leyes. ¡Aleluya! |
|
|
|
106 |
|
Confesión
de las Rebeldías de Israel |
|
|
1 |
¡Aleluya!
Alabad a Yavé porque es bueno, porque es eterna su piedad. |
2 |
¿Quién
podrá contar las gestas de Yavé y pregonar todos sus
loores? |
3 |
Bienaventurados
los que observan el derecho, los que obran justicia
en todo tiempo. |
4 |
Acuérdate
de mí, ¡oh Yavé!, en tu benevolencia hacia tu pueblo;
visítame con tu auxilio |
5 |
para
que vea la dicha de tus elegidos, y me alegre en el
gozo de tu gente, y me gloríe con tu heredad. |
6 |
Hemos
pecado como nuestros padres; hemos sido malos y perversos. |
7 |
Nuestros
padres en Egipto no entendieron tus maravillas, no recordaron
tus muchos favores y se rebelaron contra el Altísimo
en el mar Rojo. |
8 |
Pero
los salvó por amor de su nombre, para hacer muestra
de su poder. |
9 |
Increpó
al mar Rojo, y quedó seco, y los hizo andar por los
abismos como por el desierto; |
10 |
los
salvó de las manos del que los aborrecía, y los redimió
del poder del enemigo. |
11 |
Y
las aguas sumergieron a sus opresores, no escapando
ni uno solo. |
12 |
Entonces
dieron fe a sus palabras y cantaron sus alabanzas. |
13 |
Pero
bien pronto se olvidaron de sus obras, no confiaron
en sus designios. |
14 |
Dejáronse
llevar de su concupiscencia en el desierto y tentaron
a Dios en la soledad. |
15 |
Y
les dio lo que pedían, pero mandó la consunción a sus
almas. |
16 |
Envidiaron
a Moisés en el campamento y a Arón, el santo de Yavé. |
17 |
Y
se abrió la tierra y se tragó a Datán, y cubrió a los
secuaces de Abirón. |
18 |
Y
el fuego devoró a su banda; las llamas consumieron a
los impíos. |
19 |
Se
hicieron un becerro en Horeb y adoraron a un simulacro
fundido, |
20 |
y
trocaron su gloria por la imagen de un buey que come
hierba. |
21 |
Se
olvidaron de Dios, su Salvador, que tan grandes cosas
había hecho en Egipto, |
22 |
maravillas
en la tierra de Cam, cosas terribles junto al mar Rojo. |
23 |
Y ya hubiera decretado exterminarlos si Moisés, su elegido,
no se hubiese puesto en la brecha ante El para desviar
su indignación del exterminio. |
24 |
Despreciaron
una tierra deleitosa, no tuvieron confianza en sus palabras. |
25 |
Y
murmuraron en sus tiendas y no escucharon la voz de
Yavé. |
26 |
Por
eso alzó su mano contra ellos, para postrarlos en el
desierto |
27 |
y
dispersar a su descendencia entre las gentes y diseminarlos
por la tierra. |
28 |
Y
se adhirieron a Baalfegor y comieron los sacrificios
de los muertos. |
29 |
Y
le provocaron a ira con sus obras; y se difundió entre
ellos una mortandad. |
30 |
Levantóse
Finés e hizo justicia, y la plaga cesó. |
31 |
Y
le fue contado esto a justicia, de generación en generación
para siempre. |
32 |
Le
irritaron también a propósito de las aguas de Meribá,
y le sobrevino mal a Moisés por culpa de ellos, |
33 |
porque
exacerbaron su espíritu y habló temerariamente con sus
labios. |
34 |
No
exterminaron a los pueblos, como se lo había mandado
Yavé; |
35 |
antes
se mezclaron con las gentes y adoptaron sus costumbres. |
36 |
Y
sirvieron a sus ídolos, que fueron para ellos un lazo. |
37 |
Sacrificaron
sus hijos y sus hijas a los demonios; |
38 |
derramaron
sangre inocente: la sangre de sus hijos y de sus hijas,
sacrificándolos a los ídolos de Canaán, y quedó la tierra
contaminada por su sangre. |
39 |
Se
contaminaron por sus obras y se prostituyeron con sus
acciones. |
40 |
Y
se encendió la ira de Yavé contra su pueblo, y abominó
de su heredad. |
41 |
Y
los entregó en manos de las gentes, quedando sometidos
a los que los odiaban. |
42 |
Y
fueron vejados por sus enemigos y doblegados bajo su
mano. |
43 |
Muchas
veces los libraba, pero ellos le exasperaban con sus
veleidades, y eran humillados por sus iniquidades. |
44 |
Mas
él vio sus tribulaciones y oyó sus lamentos. |
45 |
Y
se acordó de su alianza con ellos, y por su mucha bondad
se apiadó de ellos. |
46 |
Y
les hizo objeto de sus misericordias en presencia de
cuantos los tenían en cautiverio. |
47 |
¡Sálvanos,
Yavé, Dios nuestro, y reúnenos de entre las gentes para
celebrar tu santo nombre y gloriarnos en tus alabanzas! |
|
|
|
Doxología
final del libro |
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48 |
Bendito
sea Yavé, Dios de Israel, de eternidades en eternidades,
y diga todo el pueblo: ¡Amén! ¡Aleluya! |
C.R.Y&S |
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