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EL
LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID
Libro
Segundo.61-72
61 |
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Oración
después del triunfo |
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Al
maestro del coro. Sobre las cuerdas. Salmo de David. |
1 |
Oye,
¡oh Dios!, mi clamor, atiende a mi oración. |
2 |
Desde
el cabo de la tierra clamo a ti cuando se angustia mi
corazón. |
3 |
Elévame sobre la roca y dame el reposo, |
4 |
pues
tú eres mi refugio, la torre fortificada frente al enemigo. |
5 |
Sea
yo tu huésped por siempre en tu tabernáculo, me acogeré
al amparo de tus alas. Selah. |
6 |
Pues
tú, ¡oh Dios!, has escuchado mis votos y me diste la
heredad de los que temen tu nombre. |
7 |
Añade
días a los días del rey, y sus años duren de generación
en generación. |
8 |
Siéntese
siempre a la presencia de Dios y guárdenle la benevolencia
y la fidelidad. |
9 |
Así podré cantar siempre tu nombre, cumpliendo mis votos
cada día.
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62 |
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Solo
en Dios hay que esperar |
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Al
maestro el coro. Sobre Yedutún. Salmo de David. |
1 |
Sólo
en Dios se aquieta mi alma, |
2 |
pues de El viene mi salvación. |
3 |
El
sólo es mi Roca y mi salvación, mi ciudadela; no vacilaré
jamás. |
4 |
¿Hasta
cuándo habéis de ensañaros contra un hombre, golpeando
todos en brecha, contra pared inclinada, como contra
muro ruinoso? |
5 |
Sólo
buscan derribarle; se deleitan con la mentira; bendicen
con su boca, y en su corazón maldicen. Selah. |
6 |
Sólo
en Dios aquiétate, alma mía, porque de El viene lo que
espero. |
7 |
El
solo es mi Roca y mi salvación, mi ciudadela; no vacilaré. |
8 |
En
Dios está mi salvación y mi gloria; Dios es mi fuerte
roca y mi asilo. |
9 |
Confía
en El, ¡oh pueblo!, en todo tiempo. Derramad ante El
vuestros corazones, porque Dios es nuestro asilo. |
10 |
Como
un soplo son los hijos del vulgo, una mentira los de
abolengo. Puestos en balanza suben, juntos pesan menos
que un soplo. |
11 |
No
confiéis en la violencia, ni en la rapiña os gloriéis.
Si abundan las riquezas, no apeguéis vuestro corazón. |
12 |
Una
vez habló Dios, y estas dos cosas le oí: que sólo en
Dios está el poder. |
13 |
Y en ti, Señor, está la piedad, pues das a cada uno
segun sus obras.
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63 |
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Oración
de David fugitivo en el desierto |
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Salmo
de David. Cuando estaba en el desierto de Judá. |
1 |
Elohim,
tú eres mi Dios; a ti te busco solícito; sedienta de
ti está mi alma; |
2 |
mi carne languidece en pos de ti como tierra árida,
sedienta, sin aguas. |
3 |
¡Cómo
te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu
gloria! |
4 |
Porque
es tu piedad mejor que la vida. Te alabarán mis labios. |
5 |
Así
te bendeciré toda mi vida, y en tu nombre alzaré mis
manos. |
6 |
Como
de medula y de grosura se saciará mi alma, y mi boca
te cantará con labios jubilosos. |
7 |
Aun
en mi lecho me acuerdo de ti; en ti medito en las vigilias, |
8 |
pues
tú eres mi auxilio, y salto de gozo a la sombra de tus
alas. |
9 |
Mi
alma está apegada a ti, y tu diestra me sostiene. |
10 |
Pero
los que buscan perder mi alma irán a las profundidades
de la tierra. |
11 |
Serán
dados a la espada, serán pasto de chacales. |
12 |
Y el rey se gozará en Dios, se gloriarán los que juran
en El, pues la boca de los mentirosos se cerrará.
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64 |
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Los
consejos del impío, frustrados por Dios |
|
Al
maestro del coro. Salmo de David. |
1 |
Oye,
¡oh Dios!, la voz de mis quejas, defiende mi vida del
terrible enemigo. |
2 |
Protégeme
de la conjuración de los malvados, |
3 |
de
la conspiración de los obradores de iniquidad, |
4 |
que
afilan como espada su lengua y lanzan como flechas amargas
palabras |
5 |
para
tirar en secreto contra el inocente y asaetearle de
improviso sin temor. |
6 |
Obstínanse
en sus malvados designios, se conciertan para tender
ocultamente lazos, diciendo: “¿Quién los verá |
7 |
y
escrutará nuestros secretos?” Los escruta el que conoce
el interior del hombre, el corazón profundo. |
8 |
Pero
disparará Dios contra ellos una saeta, y de improviso
serán heridos. |
9 |
Su
lengua se volverá contra ellos, y cuantos los vean moverán
su cabeza, |
10 |
y
temerán todos los hombres, y proclamarán la obra de
Dios, y comprenderán su modo de obrar. |
11 |
Y el justto se regocijará en Yavé, y en El confiará,
y se felicitarán todos los rectos de corazón.
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65 |
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Acción
de gracias por una abundante cosecha |
|
Al
maestro del coro. Salmo de David. Cántico. |
1 |
A
ti, ¡oh Dios!, se te debe la alabanza en Sión, |
2 |
y
a ti el cumplimiento de los votos; |
3 |
a
ti, que escuchas las plegarias, a ti recurren todos
los hombres. |
4 |
Prevalecen
sobre nosotros las obras de iniquidad, y nuestras transgresiones
tú las perdonas. |
5 |
¡Bienaventurado
aquel a quien eliges para estar cerca de ti, habitando
en tus atrios! Nos saciaremos de los bienes de tu casa,
de la santidad de tu templo. |
6 |
Tú
nos respondes fielmente con portentos, ¡oh Dios de nuestra
salvación, esperanza de todos los confines de la tierra
y de las islas lejanas! |
7 |
Con
tu fuerza afirmas los montes, ceñido de tu poder; |
8 |
aplacas
el furor de los mares, y el estrépito de las olas, y
el tumulto de los pueblos. |
9 |
Temen
tus prodigios los habitantes de los confines y haces
exultar las salidas de la mañana y de la tarde. |
10 |
Tú
visitas la tierra y la colmas, en mil maneras la enriqueces.
Con grandes ríos y abundantes aguas preparas sus trigos.
Pues así lo dispones: |
11 |
regando
sus surcos, allanando sus terrones, temperándola con
la lluvia y bendiciendo sus gérmenes. |
12 |
La
coronas con toda suerte de bienes, y tus sendas destilan
abundancia. |
13 |
Chorrean
los pastizales del desierto, y los collados se ciñen
de alegría. |
14 |
Vístense las praderías de rebaños de ovejas, y los valles
se cubren de mieses. Se lanzan gritos de júbilo y se
canta.
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66 |
|
Acción
de gracias por una liberación |
|
|
Al
maestro del coro. Cántico. |
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1 |
¡Aclamad
a Dios la tierra toda! |
2 |
Salmodiad la gloria de su nombre, dadle la gloria de
alabanza. |
3 |
Decid
a Dios: ¡Cuán admirables son tus obras! Por la grandeza
de tu poder te lisonjearán tus enemigos. |
4 |
Póstrese
toda la tierra ante ti y entone salmos a tu nombre. Selah. |
5 |
Venid
y ved las maravillas de Dios, admirables gestas en favor
de los hijos del hombre. |
6 |
El
transformó el mar en tierra seca, atravesaron el río
a pie enjuto. Alegrémonos de ello. |
7 |
El
con su poder domina por la eternidad; sus ojos observan
a las gentes, a los rebeldes, para que no se levanten
contra El. Selah. |
8 |
Bendecid,
¡oh pueblos!, a nuestro Dios; haced oír la voz de sus
alabanzas. |
9 |
El
ha conservado en vida nuestra alma, no ha dejado que
vacilaran nuestros pies. |
10 |
Pues
tú, ¡oh Dios!, nos has probado, nos has probado como
se prueba la plata; |
11 |
nos
hiciste caer en la red, pusiste grave peso sobre nuestros
lomos. |
12 |
Hiciste
cabalgar hombres sobre nuestras cabezas. Pasamos por
el fuego y por el agua, pero nos sacaste a refrigerio. |
13 |
Entraré
en tu casa con holocaustos, te cumpliré mis votos, |
14 |
los
que pronunciaron mis labios y profirió mi boca en mi
angustia. |
15 |
Te
ofreceré en holocausto víctimas pingües con perfume
de carneros; te sacrificaré bueyes y machos cabríos. Selah. |
16 |
Vosotros
todos cuantos teméis a Dios, venid y escuchad, y os
contaré cuanto ha hecho por mí. |
17 |
Le
invocaré con mi boca, le cantaré himnos con mi lengua. |
18 |
Si
hubiera tenido iniquidad en mi corazón, no me hubiera
escuchado el Señor. |
19 |
Pero
me oyó Dios y atendió a la voz de mi plegaria. |
20 |
¡Bendito
sea Dios, que no desechó mi oración ni me negó su piedad!
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67 |
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Conozcan
a Dios todos los pueblos |
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Al
maestro del coro. A las cuerdas. Salmo. Cántico |
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1 |
Apiádese
Dios de nosotros y bendíganos, |
2 |
haga
resplandecer su faz sobre nosotros. Selah. |
3 |
Para
que se conozcan en la tierra tus caminos y tu salvación
entre todas las gentes. |
4 |
Alábente,
¡oh Dios!, los pueblos, celébrente los pueblos todos. |
5 |
Alégrense
las naciones y salten de gozo, porque tú gobiernas a
los pueblos con equidad y riges a las naciones de la
tierra. Selah. |
6 |
Alábente,
¡oh Dios!, los pueblos, celébrente los pueblos todos. |
7 |
Dio
la tierra sus frutos. Que Elohim, nuestro Dios, nos
bendiga. |
8 |
Bendíganos Dios, y témanle todos los confines de la
tierra.
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68 |
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Canto
triunfal |
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|
Al
maestro del coro. Salmo de David. Cántico. |
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1 |
¡Alzase
Dios! Se dispersan sus enemigos y huyen a su vista los
que le odian. |
2 |
Se
desvanecen como se desvanece el humo; |
3 |
como
al fuego se funde la cera, perecen los impíos ante la
presencia de Dios. |
4 |
¡Alégrense,
por el contrario, los justos y exulten, salten de de
júbilo en presencia de Dios! |
5 |
Cantad
a Dios, ensalzad su nombre, allanad el camino al que
viene cabalgando por el desierto; Yavé es su nombre;
exultad ante El. |
6 |
El
padre de los huérfanos, el defensor de las viudas, es
Dios en su santo tabernáculo. |
7 |
Dios,
que da casa a los desamparados, que pone al libertad
a los cautivos. Sólo los rebeldes se quedarán al seco. |
8 |
¡Oh
Dios! Cuando tú salías a la cabeza de tu pueblo, cuando
avanzabas por el desierto. Selah. |
9 |
Tembló
la tierra, y los cielos se derritieron; tembló el Sinaí
ante Dios, el Dios de Israel. |
10 |
Tú
hacías llover, ¡oh Dios!, una lluvia generosa sobre
tu heredad, y cuando ésta desfallecía, tú la sostenías. |
11 |
Tu
familia habitó en ella; tú preparaste, ¡oh Dios!, tus
bienes a los menesterosos. |
12 |
Da
su voz de mando el Señor; vienen en tropel los portadores
de buenas nuevas: |
13 |
“Huyen
los reyes de los ejércitos, huyen; aun la mujer casera
participa en el botín.” |
14 |
Y
mientras vosotros reposáis entre los oviles, las alas
de la paloma se han cubierto de plata, y sus plumas,
de oro brillante. |
15 |
Al
dispersar el Omnipotente por ella a los reyes, cayó
la nieve sobre el Selmón. |
16 |
Monte
de Dios es el monte de Basán; montaña rica en cumbres
la montaña de Basán. |
17 |
¿Por
qué miráis con envidia, montes encumbrados, al monte
que eligió Dios para morada suya, en el que por siempre
habitará Yavé? |
18 |
Los
carros de Dios son millares de millares; viene entre
ellos Yavé del Sinaí a su santuario. |
19 |
Subiste
a lo alto, apresando cautivos, recibiendo hombres como
presentes, aun a los rebeldes contra la morada de Yavé
Dios. |
20 |
Bendito
sea todos los días el Señor; El lleva nuestra carga,
es el Dios de nuestra salvación. Selah. |
21 |
Dios
es Dios nuestro para salvar, y a Yavé, nuestro Señor,
pertenecen las salidas de la muerte, |
22 |
pues
Dios rompe la cabeza a sus enemigos, y el cráneo cabelludo
al que persiste en su maldad. |
23 |
Dijo
el Señor: “Haré volver de Basán, yo haré volver de las
profundidades del mar, |
24 |
para
que puedas lavar tus pies en la sangre, y que la lengua
de tus perros tenga parte en los enemigos.” |
25 |
Aparece
tu cortejo, ¡oh Dios!, el cortejo de mi Dios, de mi
Rey, en el santuario. |
26 |
Preceden
los cantores, detrás los músicos, en medio las vírgenes
con címbalos. |
27 |
Bendecid
a Dios en las asambleas, al Señor de la fuente de Israel. |
28 |
Allí
está Benjamín, el más joven, a la cabeza; allí los príncipes
de Judá en muchedumbre, allí los príncipes de Zabulón
y los de Neftalí. |
29 |
Manda,
¡oh Dios!, conforme a tu poder; confirma, ¡oh Dios!,
lo que has hecho por nosotros. |
30 |
Por
tu templo en Jerusalén, te ofrecerán dones los reyes. |
31 |
Espanta
a las fieras del cañaveral, la manada de los toros con
los novillos de los pueblos; prostérnense con barras
de plata; dispersa a los pueblos que se deleitan en
la guerra. |
32 |
Vendrán
príncipes de Egipto, y Etiopía se apresurará a presentar
sus manos a Dios. |
33 |
Reinos
de la tierra, cantad a Dios, entonad salmos al Señor. Selah. |
34 |
Al
que cabalga sobre los cielos eternos, al que hace oír
su voz, su voz potente. |
35 |
Dad
a Dios el poder; su majestad está sobre Israel, y su
poder sobre las nubes. |
36 |
Eres
terrible, ¡oh Dios!, en tu santuario. Es el Dios de
Israel, el que da a su pueblo poder y fuerza. ¡Bendito
sea Dios! |
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69 |
|
Oración
del pueblo vejado |
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|
Al
maestro del coro. Sobre “Los lirios.” De David. |
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|
1 |
Sálvame,
¡oh Dios!, porque las aguas han entrado hasta el alma. |
2 |
Húndome
en profundo cieno, donde no puedo hacer pie; |
3 |
me sumerjo en aguas profundas, y me arrastra la corriente. |
4 |
Cansado
estoy de clamar, se abrasa mi garganta y desfallecen
mis ojos en espera de mi Dios. |
5 |
Son
más que los cabellos de mi cabeza los que sin causa
me aborrecen; más fuertes que mis huesos los que injustamente
me combaten, y tengo que pagar lo que nunca robé. |
6 |
Tú,
¡oh Dios!, conoces mi estulticia y no se te ocultan
mis pecados. |
7 |
No
sean confundidos por mi causa los que en ti esperan,
¡oh Señor, Yavé de los ejércitos! No sean por mí contundidos
los que a ti te buscan, ¡oh Dios de Israel! |
8 |
Pues
por ti sufro afrentas y cubre mi rostro la vergüenza. |
9 |
He
venido a ser extraño para mis hermanos, y extranjero
para los hijos de mi madre. |
10 |
Porque
me consume el celo de tu casa; los denuestos de los
que te vituperan caen sobre mí. |
11 |
Cuando
lloro y ayuno, toman pretexto para insultarme. |
12 |
Por
vestido me cubro de saco, y he venido a ser fábula para
ellos. |
13 |
Cuchichean
contra mí los que se sientan en las puertas; soy la
cantilena de los bebedores de licores. |
14 |
Yo
por eso oro a ti, ¡oh Yavé!, en tiempo oportuno, joh
Dios! Por tu inmensa piedad, escúchame, por la verdad
de tu salvación. |
15 |
Sácame
del lodo para que no me sumerja, y sea librado de los
que me aborrecen y de lo profundo de las aguas. |
16 |
No
me anegue el ímpetu de las aguas, no me trague la hondura,
no cierre el pozo su boca sobre mí. |
17 |
Óyeme,
Yavé, que es benigna tu piedad; mírame según la muchedumbre
de tus misericordias. |
18 |
No
escondas de tu siervo tu rostro, porque estoy en angustia:
apresúrate a oírme. |
19 |
Acércate
a mi alma y redímela; líbrame por causa de mis enemigos. |
20 |
Tú
conoces el oprobio, el vituperio, la afrenta que se
me hace; todos mis opresores los tienes a tu vista. |
21 |
El
oprobio me destroza el corazón y desfallezco; esperé
que alguien se compadeciese, y no hubo nadie; alguien
que me consolase, y no lo hallé. |
22 |
Diéronme
a comer veneno, y en mi sed me dieron a beber vinagre. |
23 |
Sea
para ellos su mesa lazo, y tropiezo para sus amigos. |
24 |
Oscurézcanse
sus ojos y no vean, y que sus lomos vacilen siempre. |
25 |
Derrama
sobre ellos tu ira; alcáncelos el furor de tu cólera; |
26 |
asoladas
sean sus moradas, y no haya quien habite sus tiendas. |
27 |
Porque
persiguieron al que tú habías herido y acrecentaron
el dolor del que tú llagaste. |
28 |
Añade
esta iniquidad a sus iniquidades, y no tengan parte
en tu justicia. |
29 |
Que
sean borrados del libro de la vida y no sean inscritos
con los justos. |
30 |
En
verdad que estoy afligido y dolorido; sosténgame, ¡oh
Dios!, tu ayuda, |
31 |
y
cantaré cánticos al nombre de Dios y le ensalzaré con
alabanzas. |
32 |
Más
gratas a Dios que un becerro, más que un toro de cuernos
y uñas. |
33 |
Lo
verán los afligidos y se alegrarán, y que viva vuestro
corazón, los que buscáis a Dios. |
34 |
Porque
oye Yavé a los indigentes y no desdeña a sus cautivos. |
35 |
Alábenle
los cielos y la tierra, los mares y cuanto en ellos
se mueve, |
36 |
pues salvará Dios a Sión y reedificará las ciudades
de Judá, y habitarán allí y la poseerán.
|
37 |
Y
la heredará la descendencia de tus siervos, y morarán
en ella los que aman su nombre. |
|
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70 |
|
Ardiente
petición desocorro |
|
|
Al
maestro del coro. De David. Para memoria. |
|
|
1 |
Ven,
¡oh Dios!, a librarme; apresúrate, ¡oh Yavé!, a socorrerme. |
2 |
Sean
confundidos y avergonzados los que buscan mi vida, |
3 |
puestos en huida y cubiertos de ignominia los que se
alegran de mi mal. |
4 |
Vuelvan
avergonzados la espalda los que gritan: “¡Ea! ¡Ea!” |
5 |
Alégrense
y regocíjense en ti cuantos te buscan, y sin cesar repitan:
“Sea Dios engrandecido,” los que aman tu salvación. |
6 |
Yo soy un pobre menesteroso. Apresúrate, ¡oh Dios!,
a prestarme auxilio; tú eres mi ayuda y mi libertador;
¡oh Yavé!, no tardes.
|
|
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71 |
|
Oración
de un Justo en su ancianidad |
|
|
1 |
A
ti, Yavé, me acojo; no sea jamás confundido. |
2 |
en
tu justicia líbrame y sálvame, inclina a mí tus oídos
y sálvame. |
3 |
Sé
para mí roca de refugio donde pueda ampararme. Tú has
resuelto mi salvación, porque eres mi baluarte y mi
fortaleza. |
4 |
Sálvame,
Dios mío, de las manos del malvado, de las manos del
perverso y del violento. |
5 |
Porque
tú, ¡oh Señor!, eres mi esperanza, mi confianza desde
mi juventud. |
6 |
Sobre
ti me apoyé desde el seno, desde las entrañas de mi
madre tú fuiste mi apoyo; yo siempre te alabaré. |
7 |
He
sido para muchos objeto de asombro, pero tú fuiste mi
poderoso asilo. |
8 |
Llénese
mi boca de tus alabanzas, de tu gloria continuamente. |
9 |
No
me rechaces en el tiempo de la vejez; cuando se debiliten
mis fuerzas, no me abandones. |
10 |
Porque
hablan contra mí mis enemigos, y los que me espían se
conjuran entre sí, |
11 |
diciendo:
“Dios le ha dejado; perseguidle y cogedle, que no habrá
quien le libre.” |
12 |
¡Oh
Dios!, no te alejes de mí; acude presto, ¡Dios mío!,
en mi socorro. |
13 |
Sean
confundidos y exterminados mis enemigos; cúbranse de
vergüenza y de ignominia los que buscan mi mal. |
14 |
Yo
siempre esperaré, y a tus alabanzas añadiré nuevas alabanzas. |
15 |
Proclamará
mi boca tu justicia, todos los días tu salvación, porque
no conozco su número. |
16 |
Entraré
en las proezas del Señor; recordaré, ¡oh Yavé!, sólo
tu justicia. |
17 |
Tú,
¡oh Dios!, me adoctrinaste desde mi juventud, y hasta
ahora he pregonado tus prodigios. |
18 |
No
me abandones, pues, ¡oh Dios!, en la vejez y en la canicie
hasta que anuncie tu poderío a esta generación y tus
proezas a la venidera. |
19 |
Y
tu justicia, ¡oh Dios!, tan excelsa, porque tú haces
grandes cosas. ¿Quién, ¡oh Dios!, como tú? |
20 |
Tú
me has hecho probar muchas angustias y calamidades,
pero de nuevo me darás vida y de nuevo me harás subir
de los abismos de la tierra. |
21 |
Acrecienta
mi magnificencia y vuelve a consolarme. |
22 |
Y
yo alabaré, ¡Dios mío!, al sonido del arpa, tu fidelidad;
te salmodiaré a la cítara, ¡oh Santo de Israel! |
23 |
Te
cantarán mis labios entonando salmos, y mi alma, por
ti rescatada. |
24 |
Mi
lengua ensalzará tu justicia todo el día por haber confundido
y avergonzado a los que buscan mi mal.
|
|
|
72 |
|
El
rey Mesías |
|
|
1 |
De
Salomón. Otorga, ¡oh Dios!, al rey tu juicio, y tu justicia
al hijo del rey, |
2 |
para
que juzgue a tu pueblo con justicia, y a tus oprimidos
con equidad. |
3 |
Aporten
los montes la paz para el pueblo, y los collados la
justicia. |
4 |
Haga
justicia a los oprimidos del pueblo, salve a los hijos
del menesteroso y quebrante a los opresores. |
5 |
Que
dure tanto como el sol y permanezca ante la luna de
generación en generación. |
6 |
Que
descienda como la lluvia sobre el césped, como aguaceros
que riegan la tierra. |
7 |
Florezca
en sus días la justicia y haya mucha paz mientras dure
la luna. |
8 |
Que
domine de mar a mar, del río hasta los confines de la
tierra. |
9 |
Ante
El se inclinarán los habitantes del desierto y sus enemigos
morderán el polvo. |
10 |
Los
reyes de Tarsis y de las islas le ofrecerán sus dones,
y los soberanos de Seba y de Saba le pagarán tributo. |
11 |
Postraránse
ante él todos los reyes y le servirán todos los pueblos. |
12 |
Porque
salvará al indigente que implora y al pobre que no tiene
quien le ayude. |
13 |
Tendrá
piedad del débil y del menesteroso y salvará las almas
de los pobres. |
14 |
Rescatará
sus almas de la opresión y de la violencia, y será preciosa
su sangre a los ojos de él. |
15 |
Que
viva, pues, y désele oro de Seba; que se ore por él
continuamente y que se le bendiga todo el día. |
16 |
Habrá
abundancia de trigo en el país; en las cimas de los
montes ondularán las mieses como árboles del Líbano
y florecerán en las ciudades como la hierba de la tierra. |
17 |
Será
su nombre bendito por siempre; durará mientras dure
el sol, y se bendecirán en él todas las familias de
la tierra, y todas las naciones le aclamarán bienaventurado. |
|
|
|
Doxología
final del libro segundo |
|
|
18 |
Sea
bendito el nombre de Yavé, Dios de Israel, el único
que hace maravillas. |
19 |
Y
bendito sea por siempre su glorioso nombre, y llénese
de su gloria toda la tierra. Amén. Amén. |
20 |
Aquí
acaban las preces de David, hijo de Jesé. |
|
|
C.R.Y&S |
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