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EL
LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID
Libro
Segundo.51-60
51 |
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Confesión
de los pecados y súplica del perdón |
Al
maestro del coro. Salmo de David.Cuando fue a él el profeta
Natán después que pecó con Betsabé. |
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1 |
Apiádate
de mí, ¡oh Dios!, según tu benignidad. |
2 |
Por
vuestra gran misericordia borra mi iniquidad. |
3 |
Lávame
enteramente de mi iniquidad |
4 |
y limpíame de mi pecado, |
5 |
pues
reconozco mi transgresión, y mi pecado está siempre
delante de mí. |
6 |
Contra
ti, contra ti sólo he pecado; he hecho lo malo a tus
ojos, para que seas reconocido justo en tu sentencia
y seas irreprochable en tu juicio. |
7 |
He
aquí que en maldad fui formado y en pecado me concibió
mi madre. |
8 |
Puesto
que amas la verdad en lo íntimo, ¡instrúyeme en el secreto
de la sabiduría! |
9 |
¡Rocíame
con hisopo, y seré puro; lávame, y seré más blanco que
la nieve! |
10 |
¡Hazme
escuchar el gozo y la alegría, y saltarán de gozo los
huesos que trituraste! |
11 |
¡Aparta
tu faz de mis pecados y borra todas mis iniquidades! |
12 |
Crea
en mí, ¡oh Dios!, un corazón puro y renueva dentro de
mí un espíritu recto. |
13 |
No
me arrojes de tu presencia y no quites de mí tu santo
espíritu. |
14 |
Devuélveme
el gozo de tu salvación, sosténgame un espíritu generoso. |
15 |
Yo
enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores
se convertirán a ti. |
16 |
Líbrame
de la sangre, Elohim, Dios de mi salvación, y cantará
mi lengua tu justicia. |
17 |
Abre
tú, Señor, mis labios, y cantará mi boca tus alabanzas. |
18 |
Porque
no es sacrificio lo que tú quieres; si te ofreciera
un holocausto, no lo aceptarías. |
19 |
Mi
sacrificio, ¡oh Dios!, es un espíritu contrito. Un corazón
contrito y humillado, ¡oh Dios! no lo desprecias. |
20 |
Sé
benévolo en tu complacencia hacia Sión y edifica los
muros de Jerusalén. |
21 |
Entonces
te agradarás de los sacrificios legales, de los holocaustos
y oblaciones; entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.
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52 |
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Oración
contra un enemigo jactancioso |
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Al
maestro del coro. Maskil. De David. Cuando Doeg, idumeo,
fue a informar a Saúl, diciendo: |
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1 |
David
ha ido a casa de Abimelec. |
2 |
¿Por
qué te glorías en tu maldad, héroe de iniquidad? |
3 |
Todo
el día tu lengua maquina injusticias, |
4 |
como
afilada navaja, artífice de engaños. |
5 |
¡Amas
el mal más que el bien, la mentira más que la justicia; |
6 |
estimas
toda palabra perniciosa, lengua falaz! |
7 |
También
Dios te destruirá para siempre; te abatirá y te arrancará
de la tienda, te desarraigará de la tierra de los vivos. |
8 |
Verán
esto los justos y temerán, y se reirán de él: |
9 |
“He
ahí al hombre que no ha puesto a Dios por fortaleza
suya, confiando en sus muchas riquezas, haciéndose fuerte
en su maldad.” Selah. |
10 |
Mas yo, como olivo verde, moraré en la casa de Dios,
confiando en la piedad de Dios por siempre jamás. Yo
te alabaré Dios siempre por lo que has hecho, y esperaré
en tu nombre, porque es bueno en la presencia de tus
piadosos.
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53 |
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Castigo
de los enemigos de Israel |
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Al
maestro del coro. A la flauta. Maskil. De David. |
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1 |
Dice
en su corazón el necio: “No hay Dios.” |
2 |
Se han corrompido, hicieron cosas abominables, no hay
quien haga el bien. |
3 |
Se
inclina Dios desde los cielos hacia los hijos de los
hombres para ver si hay algún cuerdo que busque a Dios |
4 |
Todos
se han descarriado y a una se han corrompido, no hay
quien haga el bien; no hay ni uno solo. |
5 |
¿No
saben todos los obradores de iniquidad que comen mi
pueblo como comen el pan, que no invocan a Dios? |
6 |
Tiemblan
de miedo donde no hay que temer, porque Dios esparcirá
los huesos del que te asedia; y tú los cubrirás de ignominia,
porque Dios los rechazó. |
7 |
¿Quién
otorgará desde Sión la salvación de Israel? Al hacer
retornar Dios a su pueblo, se alegrará Jacob, se gozará
Israel.
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54 |
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Oración
contra los enemigos |
Al
maestro del coro. A las cuerdas. Maskil. De David. Cuando
vinieron los de Zif a decir a Saúl: |
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1 |
“¿Es
que David no está escondido entre nosotros?” |
2 |
Sálvame,
¡oh Dios!, |
3 |
por
tu nombre, por tu poder hazme justicia. |
4 |
Oye,
¡oh Dios!, mi oración, da oídos a las palabras de mi
boca. |
5 |
Porque
los soberbios se han levantado contra mí y violentos
buscan mi vida. No ponen a Dios ante ellos. Selah. |
6 |
He
aquí que Dios viene en mi ayuda; es el Señor el sostén
de mi vida. |
7 |
Vuelve
el mal contra mis adversarios. ¡Por tu fidelidad, extermínalos! |
8 |
Gustoso
yo te ofreceré sacrificios; alabaré tu nombre, ¡oh Yavé!,
porque es bueno. |
9 |
Me libra de toda angustia, y mis ojos han visto a mis
enemigos humillados.
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55 |
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Oración contra los enemigos |
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|
Al
maestro del coro. A las cuerdas. Maskil. De David. |
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1 |
Da
oídos, ¡oh Dios!, a mi oración, |
2 |
no te escondas a mi súplica. |
3 |
Atiende
y respóndeme. Estoy abatido en mi tristeza y conturbado. |
4 |
Estoy
aturdido por los gritos del enemigo, ante la opresión
del malvado, pues me echan encima el infortunio y me
persiguen con furor. |
5 |
Me
tiembla el corazón dentro del pecho, asáltanme terrores
de muerte. |
6 |
Me
invade el temblor y el terror, me envuelve el espanto. |
7 |
Y yo digo: ¡Quién me diera alas como de paloma, y volaría
y descansaría! |
8 |
¡Ciertamente
huiría lejos y moraría en el desierto! Selah. |
9 |
¡Apresuraríame
a salvarme del viento impetuoso y de la tempestad! |
10 |
Confunde,
Señor, divide sus lenguas, porque veo en la ciudad la
violencia y la discordia. |
11 |
Día
y noche giran en torno a sus murallas, y en medio de
ella la iniquidad y la maldad. |
12 |
Dentro
de ella la insidia; de sus plazas no se apartan la mentira
y el fraude. |
13 |
Que
no es un enemigo quien me afrenta, pues lo soportaría.
No es uno de los que me aborrecen el que se insolenta
contra mí; me ocultaría de él. |
14 |
Pero
eres tú, un hombre como yo, mi familiar y mi conocido, |
15 |
con
quien gustaba de secretas confidencias; íbamos juntos
entre la turba en la casa de Dios. |
16 |
Los
sorprenderá la muerte, descenderán vivos al seol,
porque no hay sino maldad en sus moradas, dentro de
ellos. |
17 |
Yo,
empero, invocaré a Dios, y Yavé me salvará. |
18 |
A
la tarde, a la mañana, al mediodía, yo me quejo y conturbo,
y El oirá mi voz. |
19 |
Rescatará
mi alma en paz de los que me acosan, pues son muchos
contra mí. |
20 |
Dios
oirá y los humillará. El que está sentado desde la eternidad. Selah. Porque ellos no se enmiendan y no temen
a Dios. |
21 |
Tiende
sus manos contra los que con él están en paz, viola
su pacto. |
22 |
Es
blanda su boca más que la manteca, pero lleva la guerra
en su corazón. Son sus palabras más untuosas que el
aceite, pero son espadas desenvainadas. |
23 |
Encomienda
a Yavé tu destino, y El te sostendrá, pues no permitirá
jamás que el justo vacile. |
24 |
Pero
tú, ¡oh Dios!, los harás descender a la fosa de la corrupción.
Hombres sanguinarios y dolosos, no llegarán a la mitad
de sus días, mas yo confiaré en ti. |
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56 |
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Firme
confianza en Dios en medio de los peligros |
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Al
maestro del coro. Sobre “la paloma muda de las lejanías.”
De David, Miktam: cuando los filisteos le prendieron en
Gat. |
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1 |
Apiádate
de mí, ¡oh Dios!, porque me persiguen los hombres, |
2 |
me oprimen y combaten constantemente. |
3 |
Sin
cesar me persiguen mis enemigos, pues son muchos los
que me combaten. |
4 |
¡Oh
Altísimo! Cuando yo temo, en ti confío. |
5 |
Con
el favor de Dios celebraré su promesa, en Dios me confío
y nada temo, ¿Qué podrá hacer un hombre contra mí? |
6 |
Todo
el día abominan mis palabras, contra mí sus maquinaciones
van al mal. |
7 |
Se
conjuran, están al acecho, espían mis pasos, como esperando
acabar con mi vida. |
8 |
Pésalos,
¡oh Dios!, en la medida de su iniquidad, tú que abates
a los pueblos en tu cólera. |
9 |
Tú
que tienes cuenta de mi vida errante, pon mis lágrimas
en tu redoma. ¿No están escritas en tu libro? |
10 |
Entonces
volverán la espalda mis enemigos, en el día en que te
invoque; así sabré que Dios está en mi favor. |
11 |
Con
el favor de Dios celebraré su promesa, con la ayuda
de Yavé alabaré su palabra. |
12 |
En
Dios me confío y nada temo. ¿Qué podrá hacer un hombre
contra mí? |
13 |
Yo
te debo, ¡oh Dios!, mis ofrendas votivas, te ofreceré
ofrendas de alabanza. |
14 |
Porque
libraste mi vida de la muerte, y mis pies de la caída,
para que pueda andar en la presencia de Dios, en la
luz de los vivientes.
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57 |
|
Oración
Confiada en el peligro |
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|
Al
maestro del canto. Sobre “No destruyas.” Miktam. De David,
cuando huyó delante de Saúl en la caverna. |
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1 |
Ten
piedad de mí, ¡oh Dios!, ten piedad de mí, porque a
ti he confiado mi alma |
2 |
y
me ampararé a la sombra de tus alas mientras pasa la
desgracia. |
3 |
Yo
invocaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece. |
4 |
El
mandará de los cielos y me salvará, y confundirá a los
que me acosan. Selah. Mandará Dios su gracia
y verdad. |
5 |
Mi
alma está en medio de leones, yazgo entre hombres encendidos
en furor, cuyos dientes son lanzas y saetas, cuya lengua
es tajante espada. |
6 |
Álzate
¡oh Dios!, allá en lo alto de los cielos y haz esplender
sobre toda la tierra tu gloria. |
7 |
Tendieron
una red a mis pies para que sucumbiera; cavaron ante
mí una fosa; fueron ellos los que cayeron en ella. Selah. |
8 |
Pronto
está mi corazón, ¡oh Dios!; está mi corazón dispuesto
a cantar y entonar salmos. |
9 |
¡Despierta,
gloria mía; despierta, salterio y cítara, y despertaré
a la aurora! |
10 |
Te
alabaré entre los pueblos, ¡oh Señor!; te cantaré salmos
entre las naciones. |
11 |
Porque
sobrepasa a los cielos tu benignidad, y a las nubes
tu fidelidad. |
12 |
Álzate,
¡oh Dios!, en lo alto de los cielos; haz esplender en
toda la tierra tu gloria.
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58 |
|
Imprecación
Contra los Jueces Injustos |
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|
Al
maestro del coro. Sobre: “No destruyas.” Miktam. De David. |
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1 |
¿Hacéis
justicia en verdad, oh jueces? |
2 |
¿Juzgáis
rectamente a los hijos de los hombres? |
3 |
Más
bien a sabiendas obráis la iniquidad; vuestras manos
hacen que en la tierra domine la violencia. |
4 |
Los
impíos se han desviado desde el seno materno; los mentirosos
se han extraviado desde el vientre. |
5 |
Tienen
veneno como de serpientes, cual áspid sordo, que cierra
su oído. |
6 |
Para
no oír la voz de los encantadores, del encantador hábil
en encantaciones. |
7 |
Quiébrales,
¡oh Dios!, los dientes en la boca; rompe, ¡oh Yavé!,
las quijadas de estos leoncillos. |
8 |
Desaparezcan
como agua que se va, que se marchiten como musgo que
se pisa. |
9 |
Sean
como el caracol, que se deslíe caminando; como aborto
de mujer, que no ve el sol. |
10 |
Antes
que vuestras calderas sientan el fuego de las espinas,
verdes o secas, lléveselas el torbellino. |
11 |
Se
alegrará el justo al ver el castigo, bañará sus pies
en la sangre del impío. |
12 |
Y dirá cada uno: “¡Hay premio para el justo, hay un
Dios que hace justicia sobre la tierra!”
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59 |
|
Oración
contra los enemigos |
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|
Al
maestro del coro. Sobre “No destruyas.” Miktam. De David
cuando mandó Saúl vigilar la casa para matarle. |
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1 |
¡Líbrame
de mis enemigos, Dios mío! |
2 |
¡Protégeme
contra los que se alzan contra mí! |
3 |
¡Líbrame
de los que obran iniquidad, sálvame de los hombres sanguinarios! |
4 |
Porque
he aquí que ponen asechanzas a mi vida y se conjuran
contra mí los poderosos. |
5 |
Sin
crimen ni pecado de parte mía, ¡oh Yavé!, sin culpa
mía corren y se preparan. ¡Despierta, ven a mi encuentro
y mira! |
6 |
Porque
tú, ¡oh Yavé de los ejércitos!, eres Dios de Israel.
Despierta para castigar a todas las gentes, no tengas
piedad de los que obran pérfidamente. Selah. |
7 |
Vuelven
por la tarde ladrando como perros y dan vueltas en torno
a la ciudad. |
8 |
He
aquí que están barbotando a boca llena, y en sus labios
tienen espadas: “¿Quién oye?” |
9 |
Pero
tú, ¡oh Yavé!, te ríes de ellos, haces burla de todas
las gentes. |
10 |
A
ti recurro, fortaleza mía, porque tú, Dios, eres mi
refugio. |
11 |
La
merced de mi Dios me precederá; Dios me hará ver a mis
enemigos humillados. |
12 |
No
los mates, para que mi pueblo no olvide; hazlos andar
vagabundos por tu poder y abátelos, ¡oh Señor, escudo
nuestro! |
13 |
Cada
palabra de sus labios es un pecado en su boca. Pero
quedarán presos en su arrogancia y en las maldiciones
y mentiras que profieren. |
14 |
Acábalos
en tu furor, acábalos y dejen de ser, y sepan que hay
un Dios que domina en Jacob hasta los confines de la
tierra. Selah. |
15 |
Vuelven
por la tarde, ladrando como perros, y dan vueltas en
torno a la ciudad. |
16 |
Andan
errantes aquí y allá en busca de comida; si no se sacian,
aúllan. |
17 |
Mas
yo cantaré tu poder y de mañana alabaré tu benevolencia,
porque fuiste mi refugio y mi amparo en el día de la
angustia. |
18 |
A
ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, porque eres, ¡oh
Dios!, mi refugio. Dios mío, todo benevolencia para
mí. |
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60 |
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Petición
de la victoria después de una derrota |
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Al
maestro del coro. Sobre “los lirios del testimonio.”
Miktam de David. Para ser aprendido. Cuando venció a
Aram Naharayim y a Aram de Soba, y se volvió Joab, y
derrotó en el Valle de la Sal a doce mil edomitas. |
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1 |
Tú,
¡oh Dios!, nos rechazaste y nos destrozaste. |
2 |
Te
airaste. ¡Restitúyenos! |
3 |
Hiciste
temblar nuestra tierra y la quebraste. |
4 |
Sana sus quiebras, porque vacila. |
5 |
Hiciste
ver a tu pueblo cosas duras, nos diste a beber el vino
del vértigo. |
6 |
Has
dado una señal a los que te temen para que se recojan
ante el arco, |
7 |
para
que sean liberados tus dilectos, sálvanos con tu diestra
y óyenos. |
8 |
Dijo
Dios por su santidad: “Yo exultaré a Siquem y mediré
el valle de Sucot. |
9 |
Mío
es Galaad y mío es Manasés, y Efraím es el yelmo de
mi cabeza; Judá, mi cetro. |
10 |
Moab
es la bacía para lavarme; sobre Edom arrojaré mi calzado,
y sobre Filistea cantaré yo victoria.” |
11 |
¿Quién
me conducirá a la ciudad fortificada? ¿Quién me llevará
a Edom? |
12 |
¿No
serás tú, oh Dios! que nos has rechazado, tú que no
sales con nuestros ejércitos? |
13 |
Danos
tu auxilio contra el enemigo, pues vano es el auxilio
del hombre. |
14 |
Con Dios haremos proezas, y El aplastará a nuestros
enemigos.
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C.R.Y&S |
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