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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

cristoraul.org

CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 

 
 

LA SAGRADA BIBLIA

EL LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID

 

 
120
 
Quejas contra los perturbadores de la paz
  Cántico gradual.
1
En la angustia clamé a Yavé, y El me respondió.
2
Libra, Yavé, mi alma del labio mendaz, de la lengua fraudulenta.
3
¿Qué se te dará y qué se te añadirá, oh lengua dolosa?
4
Saetas agudas de un fuerte con carbones de retama.
5
¡Ay de mí, peregrino en Mesej, que habito en las tiendas de Cedar!
6
Mucho lleva morando mi alma con los que odian la paz.
7
Yo soy todo paz, pero, así que les hablo, se disponen a la guerra.
   
 
121
 
Seguridad del Protegido de Dios
  Cántico gradual.
1
Alzo mis ojos a los montes, de donde me ha de venir mi socorro.
2
Mi protección (ha de venir) de Yavé, el Hacedor de los cielos y la tierra.
3
No consentirá que resbalen tus pies; no dormirá tu custodio.
4
He aquí que no dormirá, no dormitará el que guarda a Israel.
5
Yavé es tu custodio; Yavé es tu sombra a tu mano derecha.
6
De día no te molestará el sol, ni de noche la luna.
7
Yavé te guardará de todo mal; guardará tu alma;
8
guardará tus salidas y tus entradas desde ahora y por siempre.
   
 
122
 
Salutación a Jerusalén
  Cántico gradual.
1
De David. Alégreme cuando me dijeron: “Vamos a la casa de Yavé.”
2
Estuvieron nuestros pies en tus puertas, ¡oh Jerusalén!
3
Jerusalén, edificada como ciudad, bien unida y compacta;
4
adonde suben las tribus, las tribus de Yavé, según la norma (dada) a Israel para celebrar el nombre de Yavé.
5
Allí se alzan los tronos del juicio, los tronos de la casa de David.
6
¡Rogad por la paz de Jerusalén! ¡Vivan en paz los que te aman!
7 ¡Reine la seguridad dentro de tus muros, la tranquilidad en tus torres!
8 Por amor de mis hermanos y compañeros diré: “¡La paz contigo!”
9 Por amor de la casa de Yavé, nuestro Dios, te deseo todo bien.
   
 
123
 
Ferviente Petición de Auxilio Divino
   
1
Cántico gradual. A ti alzo yo mis ojos, a ti que habitas en los cielos.
2
Como (están atentos) los ojos del siervo a las manos de su señor, como los ojos de la esclava a la mano de su señora, así (se alzan) nuestros ojos a Yavé, nuestro Dios, para que se compadezca de nosotros.
3
Senos propicio, Yavé; senos propicio, porque estamos del todo hartos de menosprecios.
4
Muy harta está nuestra alma del escarnio de los pudientes y del desprecio de los soberbios.
   
 
124
 
Acción de Gracias por el Auxilio Recibido
   
1
Cántico gradual. De David. A no haber estado Yavé por nosotros, diga Israel.
2
A no haber estado Yavé por nosotros cuando se alzaron contra nosotros los hombres,
3
vivos nos habrían tragado entonces, cuando ardía su ira contra nosotros.
4
Ya entonces nos habrían sumergido las aguas, hubiera pasado sobre nuestra alma un torrente;
5
ya habrían pasado sobre nosotros las impetuosas aguas,
6
Bendito sea Yavé, que no nos dio por presa de sus dientes.
7
Escapó nuestra alma como avecilla del lazo del cazador; rompióse el lazo y fuimos librados.
8
Nuestro auxilio está en el nombre de Yavé, que hizo los cielos y la tierra.
   
 
125
 
Invocación del auxilio divino sobre Israel
   
1
Cántico gradual. Los que confían en Yavé son como el monte de Sión, que es inconmovible y está asentado para siempre.
2
Está Jerusalén rodeada de montes, y así circunda Yavé a su pueblo desde ahora y por siempre.
3
De cierto no permanecerá el cetro de los impíos sobre el lote de los justos, para que no tiendan los justos sus manos a la iniquidad.
4
Colma, ¡oh Yavé!, de bienes a los buenos, a los rectos de corazón.
5
Mas a los que van por sendas tortuosas, remuévalos Yavé juntamente con los impíos. ¡Paz sobre Israel!
   
 
126
 
Petición de la plena Restauración
  Cántico gradual.
   
1
Cuando Yavé hizo volver a los cautivos de Sión, estábamos como quien sueña.
2
Llenóse entonces de risa nuestra boca y de exultación nuestra lengua. Decían entonces las gentes: “¡Magníficamente ha obrado con éstos Yavé!”
3
Realmente ha estado con nosotros magnífico Yavé, nos sentimos gozosos.
4
Restaura, Yavé, nuestra suerte, como a los torrentes del Negueb.
5
Los que con llanto siembran, en júbilo cosechan.
6
Van y andan llorando los que llevan y esparcen la semilla, pero vendrán alegres trayendo sus gavillas.
   
 
127
 
Todo éxito depende de la divina protección
  Cántico gradual. De Salomón. 
   
1
Si Yavé no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. Si no guarda Yavé la ciudad, en vano vigilan sus centinelas.
2
Vano os será madrugar, acostaros tarde y que comáis el pan del dolor, pues lo da a sus amados aunque duerman.
3
Don de Yavé son los hijos; es merced (suya) el fruto del vientre.
4
Lo que las saetas en la mano del guerrero, eso son los hijos de los años mozos.
5
¡Dichoso el que llenó de ellos su aljaba! No serán confundidos cuando hayan de litigar en la puerta con sus adversarios.
   
 
128
 
Felicidad del Justo
  Cántico gradual.  
   
1
Bienaventurado todo el que teme a Yavé y anda por sus caminos.
2
Porque comerás del trabajo de tus manos, serás feliz y bienaventurado.
3
Tu mujer será como fructífera parra en el interior de tu casa. Tus hijos, como renuevos de olivo en derredor de tu mesa.
4
Así ciertamente será bendecido el varón que teme a Yavé.
5
Bendígate Yavé desde Sión y veas próspera a Jerusalén todos los días de tu vida.
6
Y veas los hijos de tus hijos: la paz sobre Israel.
   
 
129
 
Oraciones contra los Enemigos de Israel
  Cántico gradual.
   
1
“Mucho me han atribulado desde mi juventud”; diga Israel:
2
"Mucho me han atribulado desde mi adolescencia, pero no prevalecieron contra mí.”
3
Aradores araron sobre mis espaldas, trazando largos surcos.
4
Pero es justo Yavé, y rompió las coyundas de los impíos.
5
Sean confundidos y vuélvanse atrás todos los que aborrecen a Sión.
6
Sean como la hierba de los tejados, que se seca antes de granar;
7
de la que no llena su mano el segador, ni su regazo el que recoge las gavillas,
8
ni dicen de ella los transeúntes: “La bendición de Yavé sobre vosotros; os bendecimos en el nombre de Yavé.”
   
 
130
 
 Imploración de la Divina Misericordia
  Cántico gradual.  
   
1
De lo profundo te invoco, ¡oh Yavé!
2
Oye, Señor, mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.
3
Si guardas, Yavé, los delitos, ¿quién, ¡oh Señor!, podrá subsistir?
4
Pero eres indulgente para que seas temido.
5
Yo espero en Yavé, mi alma espera en su palabra.
6
(Ansia) mi alma al Señor más que los centinelas por la aurora. Más que los centinelas por la aurora
7
espera Israel a Yavé, porque con Yavé está la piedad y en El está abundante redención.
8
El, pues, redimirá a Israel de todas sus iniquidades.
   

 

C.R.Y&S