|   | 
            
                   EL 
                  LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID  
                  Libro 
                  Quinto.107-119 
                  
                    
                      
                        |   | 
                        107  | 
                       
                      
                        |   | 
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                        1  | 
                        ¡Alabad 
                          a Yavé, porque es bueno, porque es eterna su piedad!   | 
                       
                      
                        2  | 
                         Digan así los rescatados de Yavé, los que El redimió 
                          de manos del opresor.   | 
                       
                      
                        3   | 
                        Y 
                          los que reunió de entre las tierras: del oriente y del 
                          occidente, del aquilón y del austro.   | 
                       
                      
                        4  | 
                        Andaban 
                          errantes por el desierto solitario, sin hallar camino 
                          para ciudad habitada.  | 
                       
                      
                        5   | 
                        Hambrientos 
                          y sedientos, desfallecían en ellos sus almas.   | 
                       
                      
                        6   | 
                        Y 
                          clamaron a Yavé en su angustia, y los libró de sus apreturas.  | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        Y 
                          los llevó por camino derecho, para que llegaran a la 
                          ciudad habitada. 
                          | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        ¡Alaben 
                          a Dios por su piedad, por las maravillas hechas en favor 
                          de los hijos de los hombres!  | 
                       
                      
                        | 9 | 
                         Porque sació al famélico, y al hambriento le llenó de 
                          sus bienes.  | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Estaban 
                          sentados en tinieblas y sombras de muerte, cautivos 
                          en la miseria y en los hierros,   | 
                       
                      
                        | 11 | 
                        porque 
                          se habían rebelado contra los mandamientos de Dios, 
                          despreciando los consejos del Altísimo.   | 
                       
                      
                        | 12 | 
                        Su 
                          corazón estaba abatido por el infortunio, y sucumbían 
                          sin tener quien los socorriese  | 
                       
                      
                        | 13 | 
                        y 
                          clamaron a Yavé en su angustia, y los salvó de sus apreturas.  | 
                       
                      
                        | 14 | 
                        Y 
                          los sacó de las tinieblas y de las sombras de muerte, 
                          rompiendo sus cadenas.   | 
                       
                      
                        | 15 | 
                        Rindan 
                          homenaje a Yavé por su piedad y por los maravillosos 
                          favores que hizo a los hijos de los hombres:   | 
                       
                      
                        | 16 | 
                        por 
                          haber roto puertas de bronce y haber desmenuzado barras 
                          de hierro.  | 
                       
                      
                        | 17 | 
                        Dolientes 
                          por su conducta pecaminosa y enfermos por sus maldades  | 
                       
                      
                        | 18 | 
                        toda 
                          comida les producía náuseas, estando ya a las puertas 
                          de la muerte.  | 
                       
                      
                        | 19 | 
                        Y 
                          clamaron a Yavé en su angustia, y los libró de sus apreturas.   | 
                       
                      
                        | 20 | 
                        Mandó 
                          su palabra, y los sanó y los sacó de la perdición.  | 
                       
                      
                        | 21 | 
                        Den 
                          gracias a Dios por su piedad y por los maravillosos 
                          favores que hace a los hijos de los hombres.   | 
                       
                      
                        | 22 | 
                        Y 
                          ofrézcanle sacrificios de alabanza y, llenos de júbilo, 
                          publiquen sus obras.  | 
                       
                      
                        | 23 | 
                        Los 
                          que surcan el mar en las naves para hacer su negocio 
                          en la inmensidad de las aguas,  | 
                       
                      
                        | 24 | 
                        también 
                          éstos vieron las obras de Yavé y sus maravillas en el 
                          piélago.  | 
                       
                      
                        | 25 | 
                        El 
                          mandó surgir un viento huracanado, y levantó las olas.  | 
                       
                      
                        | 26 | 
                        Subían 
                          hasta los cielos y bajaban hasta los abismos. El alma 
                          de ellos se derretía por el mal.   | 
                       
                      
                        | 27 | 
                        Rodaban 
                          y vacilaban como ebrios, y toda su pericia se desvanecía.  | 
                       
                      
                        | 28 | 
                        Y 
                          clamaron a Yavé en su angustia, y los libró de sus apreturas.   | 
                       
                      
                        | 29 | 
                        Tornó 
                          el huracán en céfiro, y las olas se calmaron.  | 
                       
                      
                        | 30 | 
                        Alegráronse 
                          porque se habían encalmado, y los guió al deseado puerto.   | 
                       
                      
                        | 31 | 
                        Den 
                          gracias a Dios por su piedad y por los maravillosos 
                          favores que hace a los hijos de los hombres.  | 
                       
                      
                        | 32 | 
                        Y 
                          ensálcenle en la asamblea del pueblo y glorifíquenlo 
                          en el consejo de los ancianos.  | 
                       
                      
                        | 33 | 
                        El 
                          torna en desierto los ríos; las fuentes de aguas, en 
                          tierra árida;   | 
                       
                      
                        | 34 | 
                        hace 
                          de la tierra fértil un salobral por la maldad de sus 
                          habitantes.   | 
                       
                      
                        | 35 | 
                        Torna 
                          el páramo en laguna, y la tierra seca en manantiales 
                          de aguas.  | 
                       
                      
                        | 36 | 
                        Hace 
                          habitar allí a los hambrientos y funda allí ciudad de 
                          morada;  | 
                       
                      
                        | 37 | 
                        siembran 
                          campos y plantan viñas, que dan frutos abundantes.  | 
                       
                      
                        | 38 | 
                        Los 
                          bendice y se multiplican sobremanera, y sus ganados 
                          no disminuyen.  | 
                       
                      
                        | 39 | 
                        Y 
                          si vienen a ser pocos y oprimidos por el golpe del infortunio 
                          y de las fatigas,  | 
                       
                      
                        | 40 | 
                        El, 
                          que puede arrojar el oprobio sobre los príncipes y los 
                          hace errar por el desierto sin camino,   | 
                       
                      
                        | 41 | 
                        levanta 
                          al pobre de la miseria y multiplica como rebaños sus 
                          familias.  | 
                       
                      
                        | 42 | 
                        Lo 
                          ven los rectos y se regocijan, y todos los malvados 
                          tienen que cerrar la boca.  | 
                       
                      
                        | 43 | 
                        ¿Quién 
                          es sabio y guarde estas cosas y comprenda los favores 
                          de Yavé?  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        108  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Petición 
                          de auxilio divino contra 
                            los enemigos  | 
                       
                      
                        |  Cántico. 
                          Salmo de David.  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        Pronto 
                          está mi corazón, ¡oh Dios!  | 
                       
                      
                        2  | 
                         Quiero cantar y entonar salmos.   | 
                       
                      
                        3   | 
                        Despierta, 
                          gloria mía; despertad, salterio y cítara, y despertaré 
                          a la aurora.  | 
                       
                      
                        4  | 
                        Quiero 
                          alabarte entre los pueblos, ¡oh Yavé!, y cantarte salmos 
                          entre las naciones.  | 
                       
                      
                        5   | 
                        Pues 
                          es más grande que los cielos tu misericordia y (llega) 
                          hasta las nubes tu fidelidad.  | 
                       
                      
                        6   | 
                        Álzate 
                          sobre los cielos, ¡oh Dios!, y resplandezca en toda 
                          la tierra tu gloria,   | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        para 
                          que sean libertados tus amados. Danos el auxilio de 
                          tu diestra y óyenos.   | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        Habló 
                          Dios por su santidad: “Yo triunfaré, dividiré a Siquem 
                          y mediré el valle de Sucot.   | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        Mío 
                          es Galaad, mío Manasés; Efraím es el yelmo de mi cabeza, Judá mi cetro.  | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Moab 
                          la bacía para lavarme; sobre Edom pondré mi calzado, 
                          por la Filistea daré gritos de triunfo.”  | 
                       
                      
                        | 11 | 
                        ¿Quién 
                          me guiará a la ciudad fortificada, quién me llevará 
                          hasta la Idumea?   | 
                       
                      
                        | 12 | 
                        ¿No 
                          eres por ventura tú, ¡oh Dios!, que nos has rechazado, 
                          y no sales ya, ¡oh Dios!, con nuestros ejércitos?  | 
                       
                      
                        | 13 | 
                        Danos 
                          tu auxilio contra el enemigo, porque vana es la salud 
                          que viene del hombre.   | 
                       
                      
                        | 14 | 
                        Con 
                          Dios haremos proezas; El quebrantará a nuestros enemigos.  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        109  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Oración 
                          imprecativa contra el enemigo  | 
                       
                      
                        |  Al 
                          maestro del coro. Salmo de David.   | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        Dios, 
                          alabanza mía, no calles.   | 
                       
                      
                        2  | 
                        Porque 
                          la boca del impío y del doloso se abre contra mí. Me 
                          hablan con lengua engañosa.   | 
                       
                      
                        3   | 
                        Rodéanme 
                          de palabras de odio y me combaten sin causa   | 
                       
                      
                        4  | 
                        En 
                          pago de mi amor me acusaban, y yo no hago más que orar.  | 
                       
                      
                        5   | 
                        Me 
                          vuelven mal por bien, y odio por amor.  | 
                       
                      
                        6   | 
                        Suscita 
                          contra él al malvado y esté a su diestra el acusador.  | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        Cuando 
                          se le juzgue, salga condenado, y por pecado sea tenida 
                          su plegaria.   | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        Sean 
                          pocos sus días y otro ocupe su empleo.  | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        Sean 
                          huérfanos sus hijos, y su mujer viuda.  | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Vaguen 
                          errantes sus hijos y mendiguen, sean arrojados de sus 
                          (casas) arruinadas.  
                                  | 
                       
                      
                        | 11 | 
                        Enrede 
                          el acreedor cuanto tiene y róbenle extraños (el fruto 
                          de) su trabajo.   | 
                       
                      
                        | 12 | 
                        No 
                          tenga nadie que le favorezca ni quien tenga compasión 
                          de sus huérfanos;   | 
                       
                      
                        | 13 | 
                        sea 
                          dada su posteridad al exterminio, bórrese su nombre 
                          en una generación.  | 
                       
                      
                        | 14 | 
                        ¡Venga 
                          en memoria ante Yavé la culpa de sus padres y no sea 
                          borrado el pecado de su madre!   | 
                       
                      
                        | 15 | 
                        Estén 
                          siempre presentes a Yavé, y extirpe de la tierra la 
                          memoria de ellos.   | 
                       
                      
                        | 16 | 
                        Porque 
                          no se acordó de hacer misericordia, sino que persiguió 
                          al mísero y al desvalido, y al de atribulado corazón 
                          para llevarle a la muerte.  | 
                       
                      
                        | 17 | 
                        Amó 
                          la maldición, venga sobre él; no quiso la bendición, 
                          aléjese de él.   | 
                       
                      
                        | 18 | 
                        Vista 
                          la maldición cual un vestido, penetre como agua en sus 
                          entrañas y como aceite en sus huesos.   | 
                       
                      
                        | 19 | 
                        Sea 
                          para él como vestido que le envuelva y como cinto que 
                          siempre le ciña.  | 
                       
                      
                        | 20 | 
                        Tal 
                          sea la recompensa de Yavé para los que me acusan y para 
                          los que hablan malamente contra mi alma.  | 
                       
                      
                        | 21 | 
                        Pero 
                          tú, Yavé, mi Señor, obra en mi favor por tu nombre, 
                          líbrame según la bondad de tu misericordia;   | 
                       
                      
                        | 22 | 
                        pues 
                          yo soy un mísero desvalido, y mi corazón está herido 
                          en mi interior.  | 
                       
                      
                        | 23 | 
                        Me 
                          voy como sombra que declina, soy sacudido como la langosta.  | 
                       
                      
                        | 24 | 
                        Mis 
                          rodillas se debilitan por el ayuno, y mi carne, enflaquecida, 
                          desfallece.  | 
                       
                      
                        | 25 | 
                        Soy 
                          el oprobio de ellos; me miran y mueven la cabeza.   | 
                       
                      
                        | 26 | 
                        ¡Ven 
                          en mi socorro, Yavé, Dios mío; sálvame en tu piedad!   | 
                       
                      
                        | 27 | 
                        Conozcan 
                          que en esto está tu mano, que eres tú, Yavé, quien lo 
                          ha hecho.  | 
                       
                      
                        | 28 | 
                        Maldicen 
                          ellos, pero tú bendices; ellos se yerguen, pero serán 
                          confundidos, y tu siervo se alegrará.  | 
                       
                      
                        | 29 | 
                        Se 
                          vestirán de ignominia los que me acusan y se cubrirán 
                          de vergüenza como con un manto.  | 
                       
                      
                        | 30 | 
                        Yo 
                          alabaré grandemente a Yavé con mi boca y le loaré en 
                          medio de la muchedumbre;   | 
                       
                      
                        | 31 | 
                        porque 
                          se pone a la derecha del pobre, para salvarle de los 
                          que le juzgan su alma.  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        110  | 
                       
                      
                        |   | 
                         El 
                          Mesías, Rey y Sacerdote según el orden de Melquisedec  | 
                       
                      
                        |   | 
                       
                      
                        |  Salmo 
                          de David.  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                         Oráculo de Yavé a mi Señor: “Siéntate a mi diestra en 
                          tanto que pongo a tus enemigos por escabel de tus pies.”  | 
                       
                      
                        2  | 
                        Extenderá 
                          Yavé desde Sión tu poderoso cetro: “Domina en medio 
                          de tus enemigos.”   | 
                       
                      
                        3   | 
                        Tu 
                          pueblo (se ofrecerá) espontáneamente en el día de tu 
                          poder; sobre los montes sagrados será para ti como rocío 
                          del seno de la aurora tu juventud.”  | 
                       
                      
                        4  | 
                        Ha 
                          jurado Yavé y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote 
                          para siempre según el orden de Melquisedec.”   | 
                       
                      
                        5   | 
                        El 
                          Señor estará a tu diestra, quebrantando reyes el día 
                          de su ira.   | 
                       
                      
                        6   | 
                        Juzgará 
                          a las gentes, llenando (la región) de cadáveres; aplastará 
                          la cabeza sobre la vasta tierra.  | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        En 
                          el camino beberá del torrente, y por eso erguirá la 
                          cabeza  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        111  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Grandeza 
                          de las Obras de Dios  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        ¡Aleluya! Alef Quiero alabar a Yavé de todo corazón Bet: en compañía de los rectos y en la asamblea.   | 
                       
                      
                        2  | 
                        Guímel: Grandes son las obras de Yavé, Dalet: dignas 
                          de investigarse para los que en ellas se deleitan.  | 
                       
                      
                        3   | 
                        He: Su obra es esplendor y magnificencia, Wau: 
                          y su justicia permanece para siempre.   | 
                       
                      
                        4  | 
                        Zain: Hizo memorables sus maravillas; Jet: Yavé 
                          es clemente y compasivo.   | 
                       
                      
                        5   | 
                        Tet: Dio de comer a los que le temen, Yod: acordándose 
                          siempre de su alianza.   | 
                       
                      
                        6   | 
                        Kaf: Mostró a su pueblo el poderío de sus obras, Lamed: dándoles la heredad de las gentes.   | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        Mem: Verdad y justicia son las obras de sus manos; Nun son verídicos todos sus preceptos;  | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        Sdmec establecidos para siempre, eternamente, Ayin: instituidos en verdad y rectitud.   | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        Pe: Envió la redención a su pueblo, Sade: ratificó 
                          eternamente su alianza. Qof: Su nombre es santo 
                          y terrible.  | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Res: El principio de la sabiduría es el temor de Yavé. Sin: Son de buen juicio los que (la) practican. Tau: Su alabanza permanece por siempre.  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        112  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Bienandanzas 
                          del justo  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        ¡Aleluya! Alef: Bienaventurado el varón que teme a Yavé Bet: y se deleita en gran manera en sus mandamientos   | 
                       
                      
                        2  | 
                        Guímel: Su descendencia será poderosa sobre la tierra, Dalet: y la generación de los justos será bendecida.   | 
                       
                      
                        3   | 
                        He: Habrá en su casa hacienda y riquezas, Wau: 
                          y su justicia permanecerá por siempre.  | 
                       
                      
                        4  | 
                        Zain: En las tinieblas resplandece como luz para los 
                          rectos; Jet: es clemente, compasivo y justo.  | 
                       
                      
                        5   | 
                        Tet: Le va bien al varón que tiene piedad y presta, Yod: y lleva sus negocios conforme a derecho.  | 
                       
                      
                        6   | 
                        Kaf: Pues nunca titubeará; Lamed: el justo 
                          será para eterna memoria.  | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        Mem: No temerá la mala nueva; Nun: su corazón 
                          estará firme, confiado en Yavé.  | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        Samec: Constante será su corazón impávido, Ayin: en 
                          tanto que verá a sus enemigos (vencidos).   | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        Pe: Es generoso y distribuye a los pobres; Sade: su justicia permanece para siempre. Qof: 
                          Su poder se exaltará gloriosamente.   | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Res: 
                          Verá (esto) el impío y se irritará; Sin: rechinará 
                          sus dientes y se consumirá. Tau: Los deseos 
                          del impío se frustrarán.  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        113  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Benignidad 
                          De Dios con los Humildes  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        ¡Aleluya! 
                          Alabad, siervos de Yavé, alabad el nombre de Yavé.   | 
                       
                      
                        2  | 
                        Sea 
                          bendito el nombre de Yavé desde ahora y por siempre.  | 
                       
                      
                        3   | 
                        Desde 
                          el levante del sol hasta su ocaso sea ensalzado el nombre 
                          de Yavé.  | 
                       
                      
                        4  | 
                        Excelso 
                          sobre todas las gentes es Yavé; su gloria es más alta 
                          que los cielos.   | 
                       
                      
                        5   | 
                        ¿Quién 
                          semejante a nuestro Dios, que tan alto se sienta  | 
                       
                      
                        6   | 
                        y 
                          se abaja para mirar en el cielo y en la tierra;   | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        que 
                          levanta del polvo al desvalido y alza del estiércol 
                          al pobre   | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        para 
                          hacerle sentar entre los príncipes, entre los nobles 
                          de su pueblo;  | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        que 
                          hace habitar en casa a la estéril (como) madre gozosa 
                          de (numerosos) hijos? ¡Aleluya!  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        114  | 
                       
                      
                        |   | 
                         El 
                          Señor es el Dios único, protector de Israel  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        ¡Aleluya! Al 
                          salir Israel de Egipto, la casa de José de un pueblo 
                          bárbaro,   | 
                       
                      
                        2  | 
                        hizo 
                          de Judá su santuario, y de Israel su imperio.  | 
                       
                      
                        3   | 
                        Viole 
                          el mar, y huyó; el Jordán se echó para atrás;  | 
                       
                      
                        4  | 
                        dieron 
                          saltos los montes como carneros, y los collados como 
                          corderos.  | 
                       
                      
                        5   | 
                        ¿Qué 
                          tienes, ¡oh mar! que huyes; tú, Jordán, que te echas 
                          atrás?   | 
                       
                      
                        6   | 
                        Vosotros, 
                          montes, que retozáis como carneros, y vosotros, collados, 
                          como corderos.   | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        Ante 
                          la faz del Señor tiembla, ¡oh tierra!; ante la faz del 
                          Dios de Jacob,   | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        que 
                          cambia la roca en lago de aguas, y del sílex saca fuentes 
                          de aguas.  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        115  | 
                       
                      
                        |   | 
                         El 
                          Señor es el protector de Israel  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        No 
                          a nosotros, Yavé, no a nosotros, sino a tu nombre has 
                          de dar gloria, por tu piedad y tu fidelidad.   | 
                       
                      
                        2  | 
                        ¿Por 
                          qué han de decir las gentes: “Dónde está su Dios”?  | 
                       
                      
                        3   | 
                        Está 
                          nuestro Dios en los cielos, y puede hacer cuanto quiere.  | 
                       
                      
                        4  | 
                        Sus 
                          ídolos son plata y oro, obra de la mano de los hombres;  | 
                       
                      
                        5   | 
                        tienen 
                          boca, y no hablan; ojos, y no ven;   | 
                       
                      
                        6   | 
                        orejas, 
                          y no oyen; narices, y no huelen;   | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        sus 
                          manos no palpan, sus pies no andan; no sale de su garganta 
                          un murmullo.  | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        Semejantes 
                          a ellos serán los que los hacen y todos los que en ellos 
                          confían.  | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        Casa 
                          de Israel, confía en Yavé: El es su ayuda y su escudo.  | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Casa 
                          de Aarón, confía en Yavé; El es su ayuda y su escudo.   | 
                       
                      
                        | 11 | 
                        Los 
                          temerosos de Yavé confiad en Yavé; El es su ayuda y 
                          su escudo.  | 
                       
                      
                        | 12 | 
                        Acuérdate, 
                          Yavé, de nosotros y bendícenos: bendice a la casa de 
                          Israel, bendice a la casa de Aarón;   | 
                       
                      
                        | 13 | 
                        bendice 
                          a los que temen a Yavé, a los pequeños y a los grandes.  | 
                       
                      
                        | 14 | 
                        Acrézcaos 
                          Yavé a vosotros, a vosotros y a vuestros hijos,   | 
                       
                      
                        | 15 | 
                        Benditos 
                          seáis de Yavé, que hizo el cielo y la tierra.   | 
                       
                      
                        | 16 | 
                        Los 
                          cielos son cielos para Yavé; la tierra se la dio a los 
                          hijos de los hombres.   | 
                       
                      
                        | 17 | 
                        No 
                          son los muertos los que alabarán a Yavé, ni cuantos 
                          bajaron a (la región del) silencio.   | 
                       
                      
                        | 18 | 
                        pero 
                          nosotros alabaremos a Yavé desde ahora y para siempre. 
                          ¡Aleluya!  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        116  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Acción 
                          de gracias por haber sido preservado de la muerte  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        Le 
                          amo, porque oye Yavé la voz de mis súplicas,  | 
                       
                      
                        2  | 
                        porque 
                          inclinó a mí sus oídos en el día en que le invoqué.  | 
                       
                      
                        3   | 
                        Prendido 
                          me habían los lazos de la muerte, me habían sorprendido 
                          las ansiedades del seol; yo había encontrado 
                          la angustia y la tristeza  | 
                       
                      
                        4  | 
                        E 
                          invoqué el nombre de Yavé: “¡Libra, oh Yavé, a mi alma!”  | 
                       
                      
                        5   | 
                        Yavé 
                          es compasivo y justo, y nuestro Dios es misericordioso.  | 
                       
                      
                        6   | 
                        Guarda 
                          Yavé a los sencillos; estaba yo debilitado y me salvó.   | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        Vuelve, 
                          alma mía, a tu quietud, porque Yavé te ha retribuido.   | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        Pues 
                          libró mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, 
                          mis pies de la vacilación.  | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        Andaré 
                          en presencia de Yavé en la tierra de los vivientes.  | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Lleno 
                          estaba de confianza, aun cuando decía: “Estoy en demasía 
                          afligido.”   | 
                       
                      
                        | 11 | 
                        Habíame 
                          dicho en mi abatimiento: “Todos los hombres son engañosos.”  | 
                       
                      
                        | 12 | 
                        ¿Qué 
                          podré yo dar a Yavé por todos los beneficios que me 
                          ha hecho?   | 
                       
                      
                        | 13 | 
                        Levantaré 
                          el cáliz de la salvación e invocaré el nombre de Yavé;   | 
                       
                      
                        | 14 | 
                        cumpliré 
                          los votos que he hecho a Yavé en la presencia de todo 
                          su pueblo.   | 
                       
                      
                        | 15 | 
                        Es 
                          cosa preciosa a los ojos de Yavé la muerte de sus piadosos.  | 
                       
                      
                        | 16 | 
                        ¡Oh 
                          Yavé! Siervo tuyo soy, siervo tuyo e hijo de una esclava 
                          tuya. Tú rompiste mis cadenas.   | 
                       
                      
                        | 17 | 
                        Te 
                          ofreceré sacrificio de alabanza e invocaré el nombre 
                          de Yavé.  | 
                       
                      
                        | 18 | 
                        Cumpliré 
                          mis votos hechos a Yavé, en la presencia de todo su 
                          pueblo,   | 
                       
                      
                        | 19 | 
                        en 
                          los atrios de la casa de Yavé, en medio de ti, Jerusalén. 
                          ¡Aleluya!  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        117  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Invitación 
                          a las gentes para que alabe al Señor  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        Alabad 
                          a Yavé las gentes todas, alabadle todos los pueblos; | 
                       
                      
                        2  | 
                        porque 
                          poderosamente (se ha manifestado) sobre nosotros su 
                          piedad y la verdad de Yavé (permanece) para siempre. 
                          ¡Aleluya!  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        118  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Canto 
                          triunfal  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                      
                        1  | 
                        Alabad 
                          a Yavé, porque es bueno, porque es eterna su piedad.   | 
                       
                      
                        2  | 
                        Diga 
                          la casa de Israel: porque es eterna su piedad.  | 
                       
                      
                        3   | 
                        Diga 
                          la casa de Aarón: que es eterna su piedad.   | 
                       
                      
                        4  | 
                        Digan 
                          los temerosos de Yavé: que es eterna su piedad.  | 
                       
                      
                        5   | 
                        En 
                          la angustia invoqué a Yavé, y me escuchó, poniéndome 
                          en salvo.   | 
                       
                      
                        6   | 
                        Está 
                          por mí Yavé: ¿Qué puedo temer? ¿Qué podrá hacerme el 
                          hombre?   | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        Está 
                          Yavé por mí como socorro mío; contemplaré (despectivamente) 
                          a los que me odian.  | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        Mejor 
                          es confiar en Yavé que confiar en los hombres;   | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        mejor 
                          acogerse a Yavé que fiar en los príncipes.   | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Todas 
                          las gentes me cercaban, y en nombre de Yavé las he descuartizado.   | 
                       
                      
                        | 11 | 
                        Me 
                          rodeaban, me cercaban, y en nombre de Yavé las trituraba.   | 
                       
                      
                        | 12 | 
                        Me 
                          rodeaban como (enjambre de) abejas, quemaban como fuego 
                          las espinas, pero en nombre de Yavé las trituraba.  | 
                       
                      
                        | 13 | 
                        Fui 
                          fuertemente empujado para que cayera, pero fue Yavé 
                          mi auxilio.  | 
                       
                      
                        | 14 | 
                        Yavé 
                          es mi fortaleza y a El le canto salmos; fue para, mí 
                          la salvación.  | 
                       
                      
                        | 15 | 
                        Voces 
                          de júbilo y de victoria (resuenan) en las tiendas de 
                          los justos; la diestra de Yavé ha hecho proezas;   | 
                       
                      
                        | 16 | 
                        la 
                          diestra de Yavé ha sido ensalzada; la diestra de Yavé 
                          ha hecho proezas.   | 
                       
                      
                        | 17 | 
                        No 
                          moriré, sino que viviré para poder narrar las gestas 
                          de Yavé.  | 
                       
                      
                        | 18 | 
                        Castigóme 
                          rigurosamente Yavé, pero no me entregó a la muerte.  | 
                       
                      
                        | 19 | 
                        Abridme 
                          las puertas de la justicia, y entraré por ellas para 
                          alabar a Yavé.   | 
                       
                      
                        | 20 | 
                        Esta 
                          es la puerta de Yavé: entran por ella los justos.  | 
                       
                      
                        | 21 | 
                        Te 
                          alabo porque me oíste y fuiste para mí la salvación.  | 
                       
                      
                        | 22 | 
                        La 
                          piedra que rechazaron los constructores ha sido puesta 
                          por cabecera angular.   | 
                       
                      
                        | 23 | 
                        Obra 
                          de Yavé es ésta, y es admirable a nuestros ojos.  | 
                       
                      
                        | 24 | 
                        Este 
                          es el día que hizo Yavé. ¡Alegrémonos y jubilemos en 
                          El!  | 
                       
                      
                        | 25 | 
                        ¡Oh 
                          Yavé, sálvanos! ¡Oh Yavé, haznos prosperar!   | 
                       
                      
                        | 26 | 
                        ¡Bendito 
                          quien viene en el nombre de Yavé! Nosotros os bendecimos 
                          desde la casa de Yavé.   | 
                       
                      
                        | 27 | 
                        Yavé 
                          es Dios; El nos ilumina. Ordenad la procesión con frondas, 
                          (trayéndolas) hasta los cuernos del altar.  | 
                       
                      
                        | 28 | 
                        Tú 
                          eres mi Dios, yo te alabaré; mi Dios, yo te ensalzaré.  | 
                       
                      
                        | 29 | 
                        Alabad 
                          a Yavé, porque es bueno, porque es eterna su piedad.  | 
                       
                      
                        |   | 
                          | 
                       
                    
                   
                  
                    
                      
                        |   | 
                        119  | 
                       
                      
                        |   | 
                         Excelencias 
                          de la Ley de Dios  | 
                       
                      
                        |   | 
                        ALEF  | 
                       
                      
                        1  | 
                        Bienaventurados 
                          los de conducta íntegra, los que caminan en la ley de 
                          Yavé.   | 
                       
                      
                        2  | 
                        Bienaventurados 
                          los que guardan sus testimonios y con todo su corazón 
                          le buscan.   | 
                       
                      
                        3   | 
                        Los 
                          que no cometieron iniquidad alguna y marchan por sus 
                          caminos.  | 
                       
                      
                        4  | 
                        Tú 
                          has promulgado tus preceptos para que sean guardados 
                          con diligencia.  | 
                       
                      
                        5   | 
                        ¡Ojalá 
                          sean firmes mis caminos en la guarda de tus preceptos!   | 
                       
                      
                        6   | 
                        Entonces 
                          no seré confundido, cuando atienda a todos tus mandatos.  | 
                       
                      
                        | 7 | 
                        Te 
                          alabaré con rectitud de corazón, instruido en tus justos 
                          juicios.   | 
                       
                      
                        | 8 | 
                        Guardaré 
                          tus mandamientos; no me abandones del todo.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        BET  | 
                       
                      
                        | 9 | 
                        ¿Cómo 
                          mantendrá el joven la limpieza de su camino? Guardando 
                          tu palabra.   | 
                       
                      
                        | 10 | 
                        Yo 
                          te he buscado con todo mi corazón; no permitas que me 
                          aparte de tus preceptos.  | 
                       
                      
                        | 11 | 
                        He 
                          escondido en mi corazón tu oráculo para no pecar contra 
                          ti.  | 
                       
                      
                        | 12 | 
                        ¡Bendito 
                          seas, oh Yavé! Enséñame tus preceptos.  | 
                       
                      
                        | 13 | 
                        Con 
                          mis labios he pregonado todos los decretos de tu boca.  | 
                       
                      
                        | 14 | 
                        Me 
                          he alegrado por el camino de tus testimonios más que 
                          por todas las riquezas.   | 
                       
                      
                        | 15 | 
                        Quiero 
                          meditar tus preceptos, prestar atención a tus sendas.   | 
                       
                      
                        | 16 | 
                         Me deleitaré en tus estatutos, no olvidaré tu palabra.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        GUÍMEL  | 
                       
                      
                        | 17 | 
                        Concede 
                          a tu siervo vivir y que guarde tus preceptos.   | 
                       
                      
                        | 18 | 
                        Abre 
                          mis ojos para que contemple las maravillas de tu ley.  | 
                       
                      
                        | 19 | 
                        Soy 
                          peregrino en la tierra, no me encubras tus mandamientos.   | 
                       
                      
                        | 20 | 
                        Languidece 
                          mi alma, deseando en todo tiempo tus decisiones.  | 
                       
                      
                        | 21 | 
                        Tú 
                          increpas a los soberbios, y son malditos cuantos se 
                          desvían de tus mandamientos.  | 
                       
                      
                        | 22 | 
                        Aparta 
                          de mí el oprobio y el desprecio, pues he guardado tus 
                          testimonios.  | 
                       
                      
                        | 23 | 
                        Aunque 
                          se sienten príncipes hablando contra mí, tu siervo meditará 
                          tus estatutos.   | 
                       
                      
                        | 24 | 
                        Sí, 
                          tus testimonios son mis delicias, mis consejeros tus 
                          estatutos.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        DÁLET  | 
                       
                      
                        | 25 | 
                        Pegada 
                          al polvo está mi alma: conserva mi vida según tu palabra.   | 
                       
                      
                        | 26 | 
                        Te 
                          expuse mis andanzas, y me escuchaste; ¡enséñame tus 
                          estatutos!  | 
                       
                      
                        | 27 | 
                        Haz 
                          que entienda los caminos de tus mandamientos y pueda 
                          meditar sobre tus maravillas.   | 
                       
                      
                        | 28 | 
                        Se 
                          derrite mi alma de pesadumbre; levántame tú según tu 
                          palabra.   | 
                       
                      
                        | 29 | 
                        Aparta 
                          de mí el camino de la mentira y otórgame la gracia de 
                          tu ley.   | 
                       
                      
                        | 30 | 
                        Elegí 
                          la senda de la verdad y no olvidé tus juicios.   | 
                       
                      
                        | 31 | 
                        Estoy 
                          adherido a tus testimonios; ¡oh Yavé!, no permitas que 
                          sea confundido.  | 
                       
                      
                        | 32 | 
                         Correré por el camino de tus mandamientos, pues tú ensancharás 
                          mi corazón.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        HE  | 
                       
                      
                        | 33 | 
                        Instruyeme, 
                          ¡oh Yavé!. en el camino de tus mandatos, para que los 
                          guarde hasta el fin.  | 
                       
                      
                        | 34 | 
                        Dame 
                          entendimiento para que guarde tu ley, y la guarde de 
                          todo corazón.   | 
                       
                      
                        | 35 | 
                        Haz 
                          que vaya por la senda de tus mandamientos, pues en ella 
                          me complazco.  | 
                       
                      
                        | 36 | 
                        Inclina 
                          mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia.   | 
                       
                      
                        | 37 | 
                        Haz 
                          que pasen sin ver la vanidad mis ojos, dame la vida 
                          con tu palabra.  | 
                       
                      
                        | 38 | 
                        Mantén 
                          para con tu siervo tu oráculo, que (prometiste) a los 
                          que te temen.   | 
                       
                      
                        | 39 | 
                        Aparta 
                          de mí el oprobio que temo, pues tus juicios son para 
                          bien.  | 
                       
                      
                        | 40 | 
                        Mira 
                          que he anhelado tus preceptos; guarda mi vida en tu 
                          justicia.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        WAU  | 
                       
                      
                        | 41 | 
                        Venga, 
                          pues, sobre mí tu piedad, ¡oh Yavé!, tu salvación según 
                          tu palabra,  | 
                       
                      
                        | 42 | 
                        para 
                          que pueda responder a los que me increpan que he esperado 
                          en tu palabra.  | 
                       
                      
                        | 43 | 
                        No 
                          quites jamás de mi boca las palabras de verdad, pues 
                          esperé en tus juicios.   | 
                       
                      
                        | 44 | 
                        Que 
                          guarde constantemente tu ley por siempre jamás.  | 
                       
                      
                        | 45 | 
                        Que 
                          marche con holgura, porque he buscado tus preceptos.   | 
                       
                      
                        | 46 | 
                        De 
                          tus testimonios hablaré ante los reyes, no me avergonzaré.  | 
                       
                      
                        | 47 | 
                        Me 
                          deleitaré en tus mandamientos, que es lo que amo.   | 
                       
                      
                        | 48 | 
                         Alzaré mis manos a tus mandatos y meditaré en tus decretos.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        ZAIN  | 
                       
                      
                        | 49 | 
                        Acuérdate 
                          de la palabra dada a tu siervo, en la cual me hiciste 
                          esperar.   | 
                       
                      
                        | 50 | 
                        Este 
                          es mi consuelo en mi aflicción: que tu palabra me da 
                          la vida.  | 
                       
                      
                        | 51 | 
                        Los 
                          orgullosos mucho se han burlado de mí, pero no me he 
                          apartado de tu ley.  | 
                       
                      
                        | 52 | 
                        Me 
                          acuerdo de tus juicios de tiempo antiguo, ¡oh Yavé!, 
                          y me consuelo.  | 
                       
                      
                        | 53 | 
                        Se 
                          apodera de mí la indignación porque los impíos abandonan 
                          tu ley.  | 
                       
                      
                        | 54 | 
                        Fueron 
                          mis cantos tus estatutos en la casa de mi peregrinación.   | 
                       
                      
                        | 55 | 
                        De 
                          noche me acuerdo de tu nombre, ¡oh Yavé!, y guardo tu 
                          ley.   | 
                       
                      
                        | 56 | 
                         Esta ha sido mi suerte: guardar tus preceptos.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        JET  | 
                       
                      
                        | 57 | 
                        Mi 
                          porción es Yavé; he resuelto guardar tu palabra.   | 
                       
                      
                        | 58 | 
                        De 
                          todo corazón te imploro que me seas propicio según tu 
                          práculo.   | 
                       
                      
                        | 59 | 
                        He 
                          considerado mis caminos, y vuelvo mis pies a tus testimonios.   | 
                       
                      
                        | 60 | 
                        Me 
                          apresuro y no me retraso en guardar tus mandamientos.  | 
                       
                      
                        | 61 | 
                        Las 
                          ligaduras de los impíos me estrecharon, pero yo no me 
                          olvidé de tu ley.  | 
                       
                      
                        | 62 | 
                        Me 
                          levanto a media noche para alabarte por tus justos juicios.   | 
                       
                      
                        | 63 | 
                        Compañero 
                          soy de cuantos te temen y guardan tus preceptos.  | 
                       
                      
                        | 64 | 
                         La tierra está llena, ¡oh Yavé!, de tu piedad; enséñame 
                          tus estatutos.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        TET  | 
                       
                      
                        | 65  | 
                        Obraste 
                          benignamente con tu siervo, ¡oh Yavé!, según tu palabra.   | 
                       
                      
                        | 66 | 
                        Enséñame 
                          el buen sentido y la ciencia, pues creo en tus mandamientos.   | 
                       
                      
                        | 67 | 
                        Antes 
                          de ser afligido andaba descarriado, pero ahora guardo 
                          tu oráculo.  | 
                       
                      
                        | 68 | 
                        Tú 
                          eres bueno y bienhechor: enséñame tus estatutos.  | 
                       
                      
                        | 69 | 
                        Traman 
                          engaños contra mí los soberbios, pero yo guardo con 
                          todo corazón tus preceptos.   | 
                       
                      
                        | 70 | 
                        Craso 
                          está como sebo su corazón, pero yo tengo en tu ley mis 
                          delicias.  | 
                       
                      
                        | 71 | 
                        Bien 
                          me ha estado ser humillado para aprender tus estatutos.   | 
                       
                      
                        | 72 | 
                        Mejor 
                          me es la ley de tu boca que miles (de monedas) de oro 
                          y de plata.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        YOD  | 
                       
                      
                        | 73 | 
                        Tus 
                          manos me hicieron y me formaron; dame entendimiento 
                          para aprender tus mandamientos.  | 
                       
                      
                        | 74 | 
                        Los 
                          que te temen, me ven y se alegran porque he esperado 
                          en tu palabra.  | 
                       
                      
                        | 75 | 
                        Conozco, 
                          ¡oh Yavé!, que son justos tus juicios, y que con razón 
                          me afligiste.   | 
                       
                      
                        | 76 | 
                        Sírvame 
                          tu piedad de consuelo, según tu oráculo a tu siervo.   | 
                       
                      
                        | 77 | 
                        Venga 
                          a mí tu misericordia y reviviré, porque tu ley es mi 
                          delicia.   | 
                       
                      
                        | 78 | 
                        Confundidos 
                          sean los soberbios, que sin razón me afligen; pero yo 
                          meditaré en tus mandamientos.  | 
                       
                      
                        | 79 | 
                        Vuelvan 
                          a mí los que te temen, y los que conocen tus testimonios.   | 
                       
                      
                        | 80 | 
                        Sea 
                          íntegro mi corazón en tus estatutos para no ser confundido.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        KAF  | 
                       
                      
                        | 81 | 
                        Desfallece 
                          mi alma (ansiosa) de tu salvación, confío en tu palabra   | 
                       
                      
                        | 82 | 
                        Consúmense 
                          mis ojos por tu oráculo, diciendo: “¿Cuándo me consolarás?”  | 
                       
                      
                        | 83 | 
                        Porque 
                          estoy como odre puesto al humo, pero no olvido tus estatutos.   | 
                       
                      
                        | 84 | 
                        ¿Cuántos 
                          serán los días de tu siervo? ¿Cuándo harás justicia 
                          con los que me persiguen?   | 
                       
                      
                        | 85 | 
                         Cavaron los soberbios hoyas para mí, los que no son 
                          según tu ley.  | 
                       
                      
                        | 86 | 
                         Todos tus mandamientos son verdad, sin causa me persiguen. 
                          ¡Socórreme!   | 
                       
                      
                        | 87 | 
                        Casi 
                          me han echado por tierra, pero yo no he abandonado tus 
                          preceptos.  | 
                       
                      
                        | 88 | 
                        Vivifícame 
                          según tu piedad para guardar el testimonio de tu boca.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        LÁMED  | 
                       
                      
                        | 89 | 
                         Tu palabra, ¡oh Yavé!, es eterna, es estable como los 
                          cielos.   | 
                       
                      
                        | 90 | 
                         Es por generaciones y generaciones tu fidelidad; formaste 
                          la tierra, y perdura.   | 
                       
                      
                        | 91 | 
                         Por tu ordenación aún subsisten hasta hoy, pues todas 
                          las cosas están a tu servicio.  | 
                       
                      
                        | 92 | 
                         Si tu ley no fuera mi delicia, ya habría perecido en 
                          mi aflicción.   | 
                       
                      
                        | 93 | 
                         No me olvidaré jamás de tus preceptos, pues con ellos 
                          me has dado la vida.   | 
                       
                      
                        | 94 | 
                        Tuyo 
                          soy, ¡sálvame!, pues busco tus preceptos.  | 
                       
                      
                        | 95 | 
                         Me acechan los impíos para perderme, pero yo pongo mi 
                          atención a tus testimonios.   | 
                       
                      
                        | 96 | 
                         A todo lo perfecto veo un límite, pero tus mandamientos 
                          son amplios sobremanera.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        MEM  | 
                       
                      
                        | 97 | 
                        ¡Cuánto 
                          amo tu ley! En ella medito todo el día.  | 
                       
                      
                        | 98 | 
                        Tus 
                          mandamientos me hacen más sabio que a mis enemigos, 
                          porque siempre están conmigo.  | 
                       
                      
                        | 99 | 
                        Me 
                          hacen más prudente que cuantos me enseñan, pues tus 
                          testimonios constituyen mi meditación.   | 
                       
                      
                        | 100 | 
                        Soy 
                          más entendido que los ancianos, porque guardo tus preceptos.   | 
                       
                      
                        | 101 | 
                        Retraje 
                          mis pies de todo mal camino para guardar tu palabra.   | 
                       
                      
                        | 102 | 
                        No 
                          me he apartado de tus juicios, porque me has instruido.  | 
                       
                      
                        | 103 | 
                        ¡Cuán 
                          dulces son a mi paladar tus oráculos, más que la miel 
                          para mi boca!   | 
                       
                      
                        | 104 | 
                        De 
                          tus preceptos saco inteligencia; por eso detesto toda 
                          falsa senda.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        NUN  | 
                       
                      
                        | 105 | 
                        Su 
                          palabra es para mis pies una lámpara, la luz de mi sendero.   | 
                       
                      
                        | 106 | 
                        He 
                          jurado, y quiero cumplirlo, guardar tus juicios justos.   | 
                       
                      
                        | 107 | 
                        Estoy 
                          sobremanera afligido; ¡oh Yavé!, vivifícame según tu 
                          palabra.   | 
                       
                      
                        | 108 | 
                        Acepta 
                          complacido, ¡oh Yavé!, las ofrendas voluntarias de mi 
                          boca y enséñame tus juicios.  | 
                       
                      
                        | 109 | 
                        Mi 
                          alma está en mis palmas; pero no he dado al olvido tu 
                          ley.   | 
                       
                      
                        | 110 | 
                        Me 
                          pusieron los impíos una trampa, pero no me desvié de 
                          tus preceptos.   | 
                       
                      
                        | 111 | 
                        Son 
                          mi heredad para siempre tus testimonios, pues constituyen 
                          el gozo de mi corazón.   | 
                       
                      
                        | 112 | 
                        Inclino 
                          mi corazón a cumplir tus estatutos por siempre jamás.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        SÁMEC  | 
                       
                      
                        | 113 | 
                        Detesto 
                          la doblez de corazón y amo tu ley.   | 
                       
                      
                        | 114 | 
                        Tú 
                          eres mi defensa y mi broquel, y espero en tu palabra.   | 
                       
                      
                        | 115 | 
                        Apartaos 
                          de mí los malvados, que quiero guardar los mandamientos 
                          de mi Dios.   | 
                       
                      
                        | 116 | 
                        Sosténme 
                          según tu oráculo y viviré, y no me avergüences en mi 
                          esperanza.   | 
                       
                      
                        | 117 | 
                        Susténtame 
                          para que sea salvo, y me deleitaré siempre en tus estatutos.   | 
                       
                      
                        | 118 | 
                        Tú 
                          desprecias a cuantos se apartan de tus preceptos, porque 
                          sus designios son engañosos.  | 
                       
                      
                        | 119 | 
                        Escorias 
                          son para ti todos los impíos de la tierra; por eso yo 
                          amo tus testimonios.   | 
                       
                      
                        | 120 | 
                        Se 
                          estremece mi carne por temor a ti, y temo tus juicios.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        AYIN  | 
                       
                      
                        | 121 | 
                        Practico 
                          el juicio y la justicia; no me abandones a mis opresores.   | 
                       
                      
                        | 122 | 
                        Responde 
                          por tu siervo para bien; no me opriman los soberbios.  | 
                       
                      
                        | 123 | 
                        Consúmense 
                          mis ojos por tu salvación y por el edicto de tu justicia.  | 
                       
                      
                        | 124 | 
                        Haz 
                          con tu siervo según tu piedad, y enséñame tus estatutos.   | 
                       
                      
                        | 125 | 
                        Siervo 
                          tuyo soy; dame entendimiento para conocer tus testimonios.  | 
                       
                      
                        | 126 | 
                        Tiempo 
                          es de obrar por Yavé, pues han violado tu ley.  | 
                       
                      
                        | 127 | 
                        Por 
                          eso yo amo tus mandamientos más que el oro, que el oro 
                          purísimo.  | 
                       
                      
                        | 128 | 
                        He 
                          procedido rectamente conforme a tus preceptos y he odiado 
                          todo camino falso.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        PE  | 
                       
                      
                        | 129 | 
                        Son 
                          admirables tus testimonios; por eso los guarda mi alma.  | 
                       
                      
                        | 130 | 
                        La 
                          explicación de tus palabras ilumina y da inteligencia 
                          a los sencillos.   | 
                       
                      
                        | 131 | 
                        Abro 
                          mi boca y suspiro, pues anhelo tus mandamientos.   | 
                       
                      
                        | 132 | 
                        Vuélvete 
                          a mí y séme propicio, como haces con los que aman tu 
                          nombre.  | 
                       
                      
                        | 133 | 
                        Afirma 
                          mis pasos con tu oráculo y no dejes que me domine iniquidad 
                          alguna.   | 
                       
                      
                        | 134 | 
                        Rescátame 
                          de la opresión de los hombres para que pueda guardar 
                          tus preceptos.  | 
                       
                      
                        | 135 | 
                        Haz 
                          resplandecer tu faz sobie tu siervo y enséñame tus estatutos.   | 
                       
                      
                        | 136 | 
                        Arroyos 
                          de agua caen de mis ojos porque no guardan tu ley.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        SADE  | 
                       
                      
                        | 137 | 
                        Justo 
                          eres, ¡oh Yavé!, y rectos tus juicios.   | 
                       
                      
                        | 138 | 
                        Has 
                          impuesto justamente tus testimonios y con suma fidelidad   | 
                       
                      
                        | 139 | 
                        Mi 
                          celo me consume, porque dan al olvido tus palabras mis 
                          enemigos.   | 
                       
                      
                        | 140 | 
                        Acendrado 
                          del todo es tu oráculo, y tu siervo lo ama.   | 
                       
                      
                        | 141 | 
                        Pequeño 
                          y despreciable soy, pero no olvido tus preceptos.   | 
                       
                      
                        | 142 | 
                        Tu 
                          justicia es eterna y tu ley es verdad.   | 
                       
                      
                        | 143 | 
                        La 
                          angustia y la opresión han hecho presa sobre mí, pero 
                          tus mandamientos son mis delicias.   | 
                       
                      
                        | 144 | 
                        Justos 
                          son por la eternidad tus testimonios; haz que los entienda 
                          y viva.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        QOF  | 
                       
                      
                        | 145 | 
                        Clamo 
                          con todo mi corazón; escúchame, ¡oh Yavé!, quiero guardar 
                          tus estatutos.  | 
                       
                      
                        | 156 | 
                        Clamo 
                          a ti, sálvame para que guarde tus testimonios.   | 
                       
                      
                        | 147 | 
                        Me 
                          adelanto al alba para implorar auxilio y espero en tu 
                          palabra.  | 
                       
                      
                        | 148 | 
                        Se 
                          anticipan a las vigilias mis ojos para meditar tu oráculo.   | 
                       
                      
                        | 149 | 
                        Oye 
                          mi voz según tu piedad, ¡oh Yavé!, y haz que viva conforme 
                          a tus juicios.  | 
                       
                      
                        | 150 | 
                        Acercáronse 
                          los que malignamente (me) persiguen, los que se alejaron 
                          de tu ley.   | 
                       
                      
                        | 151 | 
                        Pero 
                          cercano estás tú, ¡oh Yavé!, y todos tus mandamientos 
                          son verdad.   | 
                       
                      
                        | 152 | 
                        Mucho 
                          ha que entendí que tus mandamientos los estableciste 
                          para la eternidad.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        RES  | 
                       
                      
                        | 153 | 
                        Ve 
                          mi aflicción y líbrame, pues que no he olvidado tu ley.   | 
                       
                      
                        | 154 | 
                        Defiende 
                          mi causa y protégeme; según tu oráculo, dame vida.   | 
                       
                      
                        | 155 | 
                        Lejos 
                          está de los impíos la salvación, porque no buscan tus 
                          estatutos.   | 
                       
                      
                        | 156 | 
                        Muchas 
                          son, ¡oh Yavé!, tus misericordias: haz que viva según 
                          tus juicios.   | 
                       
                      
                        | 157 | 
                        Muchos 
                          son mis perseguidores y adversarios, pero no me aparté 
                          de tus testimonios.   | 
                       
                      
                        | 158 | 
                        Veo 
                          a los traidores y me dan fastidio, porque no guardan 
                          tu palabra.   | 
                       
                      
                        | 159 | 
                        Mira 
                          que amo tus preceptos. ¡Oh Yavé!, dame vida según tu 
                          piedad.   | 
                       
                      
                        | 160 | 
                        La 
                          suma de tu palabra es la verdad, y eternos son todos 
                          tus equitativos juicios.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        SIN  | 
                       
                      
                        | 161 | 
                        Persiguiéronme 
                          sin causa los príncipes, pero mi corazón temía tus palabras.   | 
                       
                      
                        | 162 | 
                        Tan 
                          contento estoy con tu oráculo como quien halla abundante 
                          botín.   | 
                       
                      
                        | 163 | 
                        Odio 
                          y abomino la falsedad y amo tu ley.   | 
                       
                      
                        | 164 | 
                        Siete 
                          veces te alabo en el día por tus justos juicios.   | 
                       
                      
                        | 165 | 
                        Mucha 
                          paz tienen los que aman tu ley; no hay para ellos tropiezo.   | 
                       
                      
                        | 166 | 
                        He 
                          esperado, Yavé, en tu salvación y he cumplido tus mandamientos.  | 
                       
                      
                        | 167 | 
                        Ha 
                          guardado mi alma tus testimonios, y los amo sobremanera.   | 
                       
                      
                        | 168 | 
                        Guardo 
                          tus preceptos y tus testimonios, porque todos mis caminos 
                          están ante ti.  | 
                       
                      
                        |   | 
                        TAU  | 
                       
                      
                        | 169 | 
                        Acerqúese 
                          mi grito a tu presencia, ¡oh Yavé!, y, según tu palabra, 
                          dame inteligencia.   | 
                       
                      
                        | 170 | 
                        Llegue 
                          mi deprecación ante tu faz, y, conforme a tu oráculo, 
                          sálvame.   | 
                       
                      
                        | 171 | 
                        Mis 
                          labios musitarán alabanzas porque me enseñas tus estatutos.   | 
                       
                      
                        | 172 | 
                        Cantará 
                          mi lengua tu oráculo, porque justos son todos tus mandamientos.  | 
                       
                      
                        | 173 | 
                        Sea 
                          conmigo tu mano para ayudarme, pues he elegido tus preceptos.   | 
                       
                      
                        | 174 | 
                        Anhelo 
                          tu salvación, ¡oh Yavé!, pues tu ley es mi deleite.   | 
                       
                      
                        | 175 | 
                        Viva 
                          mi alma para alabarte, y dénme ayuda tus juicios.   | 
                       
                      
                        | 176 | 
                        Si 
                          errare como oveja perdida, busca a tu siervo, pues no 
                          me he olvidado de tus mandamientos.  | 
                       
                    
                   
                    
              C.R.Y&S  | 
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