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EL
LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID
Libro
Primero. 11-20
11 |
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Absoluta
confianza del justo en el Señor |
Al
maestro del coro. De David. |
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1 |
Yo confío en Yavé. ¿Cómo, pues, decís a mi alma: “Vuela
al monte (como) pájaro? |
2 |
Pues
he aquí que entesan los impíos (su) arco, ajustan a
la cuerda sus saetas, para tirar en las tinieblas sobre
los de recto corazón. |
3 |
Si
los fundamentos se destruyen, ¿qué podrá hacer el justo?” |
4 |
Está
Yavé en su santo palacio, tiene Yavé en los cielos su
trono; sus ojos contemplan (la tierra habitada), sus
párpados escudriñan a los hijos de los hombres. |
5 |
Yavé
prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que
ama la violencia. |
6 |
Lloverá
sobre los impíos carbones encendidos, fuego y azufre,
y huracanado torbellino será la parte de su cáliz. |
7 |
Porque
justo es Yavé y ama lo justo, y los rectos contemplarán
su faz. |
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12 |
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Deprecación
Contra los Impíos. |
Al
maestro del coro. A la octava. Salmo de David. |
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1 |
Salva
tú, ¡oh Yavé! porque no hay piadosos, |
2 |
ya
no hay fieles entre los hijos de los hombres. |
3 |
Engaña
cada uno a su prójimo, hablan con labios fraudulentos
y con doblado corazón. |
4 |
Extermine
Yavé todo labio fraudulento, toda lengua jactanciosa; |
5 |
a
los que dicen: “Con nuestra lengua dominaremos; nuestros
labios son con nosotros: ¿quién es nuestro amo?” |
6 |
Por
la opresión de los pobres, por los gemidos de los menesterosos,
ahora mismo voy a levantarme, dice Yavé, y les daré
la salvación por la que suspiran. |
7 |
Las
palabras de Yavé son palabras limpias, son plata depurada
en el crisol, siete veces purgada de tierra. |
8 |
Tú,
Yavé, nos guardarás, tú nos protegerás para siempre
de esta generación. |
9 |
Paséanse
en torno los impíos, prevalecen insolentes sobre los
hijos de los hombres. |
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13 |
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El
justo, en peligro, implora el auxilio |
Al
maestro del coro. Salmo de David. |
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1 |
¿Hasta
cuándo, por fin, te olvidarás, Yavé, de mí? |
2 |
¿Hasta
cuándo esconderás de mí tu rostro? |
3 |
¿Hasta
cuándo tendré yo preocupaciones en mi alma y pesares
diariamente en mi corazón? ¿Hasta cuándo mis enemigos
prevalecerán sobre mí? |
4 |
¡Mírame,
respóndeme, Yavé, Dios mío! Alumbra mis ojos, no me
duerma en la muerte. |
5 |
Que
no pueda decir mi enemigo: “Le vencí.” Mis enemigos
se regocijarían si yo cayese. |
6 |
Pero
yo espero en tu piedad. Mi corazón se alegrará en tu
salvación; cantaré a Yavé, que me colmó de bienes. |
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14 |
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Seguridad
del justo en el castigo de los impíos |
Al
maestro del coro. De David. |
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1 |
Dice
en su corazón el necio: “No hay Dios.” Se han corrompido,
hicieron cosas abominables, no hay quien haga el bien. |
2 |
Se
inclina Yavé desde los cielos hacia los hijos de los
hombres para ver si hay algún cuerdo que busque a Dios. |
3 |
Todos
se han descarriado y a una se han corrompido; no hay
quien haga el bien; no hay ni uno solo. |
4 |
¿No
saben todos los obradores de iniquidad que comen mi
pueblo como el pan, que no invocan a Yavé? |
5 |
Temblarán
con temor grande, pues Yavé está con la generación justa. |
6 |
Queréis
frustrar los consejos del desvalido, pero Yavé es su
refugio. |
7 |
¿Quién
otorgará desde Sión la salvación a Israel? Al hacer
retornar Yavé a su pueblo, se alegrará Jacob, se gozará
Israel. |
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15 |
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Condiciones
de pureza del que ha de estar ante el Señor |
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1 |
Yavé,
¿quién es el que puede ser huésped de tu tabernáculo,
quién podrá residir en tu monte santo? |
2 |
El
que anda en integridad y obra la justicia, el que en
su corazón habla verdad, |
3 |
el
que con su lengua no detrae, el que no hace mal a su
compañero ni a su prójimo infiere injuria. |
4 |
El
que menosprecia con sus ojos al reprobo, pero honra
a los temerosos de Yavé; el que, jurando en daño suyo,
no se retracta; |
5 |
el
que no da a usura su dinero y no admite cohecho para
condenar al inocente. Al que tal hace, nadie jamás le
hará vacilar. |
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16 |
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El
justo espera en el Señor aun para después de su muerte |
Miletam.
De David. |
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1 |
Guárdame,
Yavé, pues a ti me acojo. |
2 |
Yo
dije a Yavé: “Mi Señor eres tú, no hay dicha para mí fuera
de ti”. |
3 |
Cuanto
a los santos que están en la tierra, “son mis príncipes
en los que tengo mi complacencia”. |
4 |
Multiplican
sus dolores los que siguen a otros dioses; no derramaré
yo sus libaciones de sangre y no pondré sus nombres en
mis labios. |
5 |
Yavé
es la parte de mi heredad y mi cáliz; tú eres quien me
garantiza mi lote. |
6 |
Cayeron
para mí las cuerdas en parajes amenos, y es mi heredad
muy agradable para mí. |
7 |
Bendeciré
a Yavé, que es quien me aconseja; aun de noche me reprenden
mis ríñones. |
8 |
Tengo
siempre a Yavé ante mí; porque está a mi diestra, no me
moveré. |
9 |
Por
eso se alegra mi corazón y jubila mi lengua, y aun mi
carne descansa segura, |
10 |
pues
no abandonarás mi alma al seol ni permitirás que
tu fiel vea la fosa. |
11 |
Tú
me enseñarás el sendero de la vida, la hartura de alegría
ante ti, las delicias a tu diestra para siempre. |
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17 |
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Confianza
del justo en el juicio del Señor |
Plegaria.
De David. |
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1 |
Oye,
Yavé, lo justo; atiende a mi grito suplicante; presta
oído a mi plegaria, (proveniente) no de labios dolosos. |
2 |
Que
mi juicio salga de tu presencia y vean tus ojos lo que
es recto. |
3 |
Tú
has sondeado mi corazón, lo visitaste de noche, me has
pasado por el crisol, sin encontrar en mí malicia. Mi
boca no ha cometido transgresión. |
4 |
Respecto
a las acciones humanas, conforme a las palabras de tus
labios, yo me he guardado de procedimientos de violencia. |
5 |
Afirma
mis pies en tus senderos, para que mis pasos no titubeen. |
6 |
Yo
clamo a ti, pues tú me responderás, ¡oh Dios! Inclina
hacia mí tu oído, escucha mis palabras. |
7 |
Haz
ostentación de tu magnífica piedad, tú que salvas a
los que a tu diestra se acogen de los adversarios. |
8 |
Guárdame
como la niña de tus ojos, escóndeme bajo la sombra de
tus alas. |
9 |
Ante
los malos, que pretenden oprimirme; ante mis enemigos,
que furiosos me rodean. |
10 |
Cierran
su duro corazón y hablan jactanciosamente con su boca. |
11 |
Ya
me cercan sus pasos, clavan sus ojos para echarme por
tierra. |
12 |
Parecen
leones ávidos de desgarrar, cachorros de león que acechan
en la madriguera. |
13 |
Álzate,
Yavé; vete a su encuentro; derríbalos; con tu espada
salva mi alma del impío, |
14 |
de
los mortales, por tu mano, Yavé; de los mortales que
tienen el mundo por lote en esta vida. Que tu tesoro
llene su vientre, que se sacien los hijos y dejen el
sobrante a sus pequeñuelos. |
15 |
Yo
en justicia contemplaré tu faz, y me saciaré, al despertar,
de tu imagen. |
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18 |
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Canto
Triunfal de David |
Para
el maestro del coro. Del siervo de Yavé, David, que dirigió
a Yavé las palabras de este cántico cuando le hubo librado
Yavé de las manos de todos sus enemigos y de la mano de
Saúl. |
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1 |
Dijo,
pues: |
2 |
Yo
te amo, Yavé, fortaleza mía. |
3 |
Yavé
es mi roca, mi ciudadela, mi libertador, mi Dios, mi
roca, a quien me acojo; mi escudo, mi fuerza salvadora,
mi asilo. |
4 |
Alabándole,
invoco a Yavé, y de mis enemigos seré salvo. |
5 |
Ya
me rodeaban las olas de la muerte y me aterrorizaban
los torrentes de Belial; |
6 |
me
aprisionaban las ataduras del seol, me habían sorprendido
las redes de la muerte. |
7 |
Y
en mi angustia invoqué a Yavé y lancé hacia mi Dios
el grito. El oyó mi voz desde su palacio, y mi clamor
llegó a sus oídos. |
8 |
Conmovióse
y tembló la tierra, vacilaron los fundamentos de los
montes, se estremecieron ante Yavé airado. |
9 |
Subía
de sus narices humo, y de su boca fuego abrasador, carbones
por El encendidos. |
10 |
Abajó
los cielos y descendió, negra nube tenía bajo sus pies. |
11 |
Subió
sobre los querubes y voló; voló sobre las alas de los
vientos. |
12 |
Hizo
de las tinieblas un velo, formando en torno a
sí su tienda: calígine acuosa, densas nubes. |
13 |
Ante
el resplandor de su faz, las nubes se deshicieron: granizo
y centellas de fuego. |
14 |
Tronó
Yavé desde los cielos, el Altísimo hizo sonar su voz. |
15 |
Lanzóles
sus saetas y los desbarató, fulminó rayos y los consternó. |
16 |
Y
aparecieron arroyos de aguas, y quedaron al descubierto
los fundamentos del orbe ante la ira increpadora de
Yavé, ante el soplo del huracán de su furor. |
17 |
Y
extendió desde lo alto su mano, y me cogió, me sacó
de la muchedumbre de las aguas. |
18 |
Me
arrancó de mi poderoso enemigo, de los que me aborrecían
y eran más fuertes que yo. |
19 |
Querían
asaltarme en día para mí fatal, pero fue Yavé mi fortaleza,
|
20 |
y
me sacó a lugar holgado, salvándome, porque se agradó
en mí. |
21 |
Me
ha remunerado Yavé según mi justicia, conforme a la
pureza de mis manos me ha pagado. |
22 |
Porque
yo he guardado los caminos de Yavé, y no me había impíamente
apartado de mi Dios, |
23 |
pues
tenía ante mí todos sus juicios y no apartaba de mí
sus estatutos, |
24 |
sino
que con El fui íntegro y me guardé de la iniquidad. |
25 |
Y
me retribuyó Yavé conforme a mi justicia y según la
limpieza de mis manos a sus ojos. |
26 |
Con
el piadoso muéstrase piadoso, íntegro con el íntegro, |
27 |
sincero
con el sincero, y sagaz con el perverso astuto. |
28 |
Pues
tú salvas al humilde y humillas los ojos altaneros. |
29 |
Pues
tú haces lucir mi lámpara, ¡oh Yavé! tú, mi Dios, que
iluminas mis tinieblas. |
30 |
Gracias
a ti puedo embestir a un tropel de enemigos; y con mi
Dios traspaso la muralla. |
31 |
Irreprochable
es el camino de Dios, acrisolada es la palabra de Yavé. |
32 |
Porque
¿qué Dios hay fuera de Yavé? ¿Qué roca fuera de nuestro
Dios? |
33 |
Es
el Dios que me ciñó de vigor e hizo irreprochable mi
camino; |
34 |
que
me igualó mis pies a los del ciervo y me ha reafirmado
sobre las alturas; |
35 |
que
adiestró mis manos para la batalla y mis brazos para
entesar el arco de bronce. |
36 |
Tú
me entregaste tu salvador escudo, tu diestra me fortaleció
y tu solicitud me engrandeció. |
37 |
Me
hacías correr a largos pasos, sin que se cansaran mis
rodillas. |
38 |
Perseguía
a mis enemigos, y los alcanzaba, y no volvía sin haberlos
desbaratado. |
39 |
Los
machacaba sin que pudieran resurgir; caían bajo mis
pies. |
40 |
Me
ceñiste de fortaleza para la guerra, sometiste a los
que se alzaban contra mí. |
41 |
Obligaste
a mis enemigos a darme la espalda, a los que me odian
los exterminaste. |
42 |
Vociferaban,
pero nadie los libraba; clamaban a Yavé, pero no los
oía, |
43 |
y
los dispersaba cual polvo cara al viento, y cual lodo
de las plazas los hollaba. |
44 |
Me
libraste de las sediciones del pueblo y me pusiste a
la cabeza de las gentes; pueblos que no conocía, me
servían. |
45 |
Al
oír hablar me obedecían. Los extraños me lisonjeaban. |
46 |
Los
extranjeros palidecían y salían temblorosos de sus fuertes. |
47 |
¡Viva
Yavé y bendita sea mi Roca, sea ensalzado Dios, mi Salvador! |
48 |
E1
Dios que me otorga la venganza y me somete los pueblos. |
49 |
E1
que me libra de mis enemigos, el que me hace superar
a los que se alzan contra mí, el que me libra del hombre
violento. |
50 |
Por
eso te alabaré, ¡oh Yavé! entre las gentes, y cantaré
salmos en tu honor. |
51 |
El
que da grandes victorias a su rey, el que hace misericordia
a su ungido, a David, y a su descendencia por siempre. |
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19 |
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Los
cielos cantan la gloria del Señor, cuya Ley es perfectísima |
Al
maestro del coro. Salmo de David |
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1 |
Los
cielos pregonan la gloria de Dios, |
2 |
y el firmamento anuncia la obra de sus manos. |
3 |
El
día transmite el mensaje al día, y la noche a la noche
pasa la noticia. |
4 |
No
son discursos ni palabras cuya voz deje de oírse. |
5 |
Su
pregón sale por toda la tierra, y sus palabras llegan
hasta los confines del orbe. Puso en ellos una tienda
para el sol, |
6 |
el
cual, semejante al esposo que sale de su tálamo, se
lanza alegre, como valiente, a recorrer su camino. |
7 |
Sale
de un extremo de los cielos, y su curso llega hasta
sus confines, y nada se oculta a su calor. |
8 |
La
Ley de Yavé es perfecta: restaura el alma; el testimonio
de Yavé es fiel: hace sabio al simple. |
9 |
Los
preceptos de Yavé son rectos: alegran el corazón; los
mandatos de Yavé son limpios: esclarecen los ojos. |
10 |
El
temor de Yavé es puro: permanece por siempre; los juicios
de Yavé son verdad: del todo justos. |
11 |
Son
más estimables que el oro acrisolado, más dulces que
la miel, que el jugo de los panales. |
12 |
También
tu siervo es iluminado por ellos, y en guardarlos halla
gran provecho. |
13 |
¿Quién
será capaz de conocer los deslices? Limpíame de los
que se me ocultan. |
14 |
Retrae
también a tu siervo de los movimientos de soberbia,
no se adueñen de mí; entonces seré irreprochable y purificado
del gran pecado. |
15 |
Séante
gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi
corazón. ¡Yavé, mi Roca y mi Redentor! |
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20 |
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Deprecación
por el Rey que va a la Guerra |
Al
maestro del coro. Salmo de David. |
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1 |
¡Óigate
Yavé en el día de la angustia, |
2 |
protéjate
el nombre del Dios de Jacob! |
3 |
Envíete
su auxilio desde su santuario, sosténgate desde Sión! |
4 |
¡Acuérdese
de todas tus oblaciones y encuentre suculento tu holocausto! Selah. |
5 |
¡Que
El te otorgue según tu corazón y cumpla todos tus designios! |
6 |
¡Que
podamos cantar tu victoria, y en el nombre de nuestro
Dios enarbolemos la bandera! ¡Que Yavé cumpla todas
tus demandas! |
7 |
Ahora
sé que otorga Yavé la victoria a su ungido, que le responde
desde su santo cielo con las proezas salvadoras de su
diestra. |
8 |
Estos
en carros, aquéllos en caballos, pero nosotros nos acordamos
del nombre de Yavé, nuestro Dios. |
9 |
Ellos
vacilaron y cayeron, pero nosotros nos alzamos y resistimos. |
10 |
Salvad
al rey, ¡oh Yavé! ¡Respóndenos en el día que te invocamos! |
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C.R.Y&S |
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