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EL
LIBRO DE LOS SALMOS DEL REY DAVID
Libro
Primero. 1-10
1 |
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Las
dos Sendas: la del Justo y la del Impío |
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1 |
Bienaventurado
el varón que no anda en consejo de impíos, ni en las
sendas de los pecadores se detiene, ni se sienta en
tertulia de mofadores. |
2 |
Antes
bien, tiene en la Ley de Yavé su complacencia y en ella
medita día y noche. |
3 |
Será
como árbol plantado a la vera del arroyo, que a su tiempo
da su fruto, cuyas hojas no se marchitan. Cuanto emprenda
tendrá buen suceso. |
4 |
No
así los impíos, sino que son como paja que arrebata
el viento. |
5 |
Por
eso no prevalecerán los impíos en el juicio, ni los
pecadores en la congregación de los justos. |
6 |
Pues
conoce Yavé el camino de los justos, pero la senda de
los pecadores acaba mal. |
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2 |
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Rebelión
de las gentes contra Yavé y su Ungido y exaltación de
éste |
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1 |
¿Por
qué se amotinan las gentes y trazan los pueblos planes
vanos? |
2 |
Se
reúnen los reyes de la tierra, y a una se confabulan
los príncipes contra Yavé y contra su Ungido. |
3 |
¡Rompamos
sus coyundas, arrojemos de nosotros sus ataduras! |
4 |
El
que mora en los cielos se ríe, el Señor se burla de
ellos. |
5 |
A
su tiempo les hablará en su ira y los consternará en
su furor. |
6 |
Yo
he constituido mi rey sobre Sión, mi monte santo. |
7 |
Voy
a promulgar un decreto de Yavé. El
me ha dicho: |
8 |
“Tú
eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Pídeme, y haré
de las gentes tu heredad, te daré en posesión los confines
de la tierra. |
9 |
Los
regirás con cetro de hierro y los romperás como vasija
de alfarero.” |
10 |
Ahora,
pues, ¡oh reyes! obrad prudentemente; dejaos persuadir,
rectores todos de la tierra. |
11 |
Servid
a Yavé con temor, rendidle homenaje con temblor. |
12 |
No
se aire y caigáis en la ruina, pues se inflama de pronto
su ira. ¡Venturosos los que a él se confían! |
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3 |
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Oración
de un justo perseguido |
Salmo
de David al huir de Absalón, su hijo. |
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1 |
¡Oh
Yavé, cómo se han multiplicado mis enemigos! |
2 |
Muchos
son los que se alzan contra mí. |
3 |
Muchos
son los que de mi vida dicen: “¡No tiene ya en Dios
salvación!”. Selah |
4 |
Pero
tú, ¡oh Yavé!, eres escudo en torno mío, mi gloria,
el que me hace erguir la cabeza. |
5 |
Clamaba
con mi voz a Yavé, y El me respondió de su monte santo. Selah. |
6 |
Yo
me acostaba y yo me dormía, y despertaba, porque Yavé
me defendía. |
7 |
No
temo a los muchos millares del pueblo que en derredor
mío acampan contra mí. |
8 |
Álzate,
¡oh Yavé! Sálvame, ¡Dios mío! Tú hieres en la mejilla
a todos mis enemigos, tú rompes los dientes a los impíos. |
9 |
Tuya
es, ¡oh Yavé! la victoria. Venga sobre tu pueblo tu
bendición. Selah. |
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4 |
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Oración
de un justo perseguido |
Al
maestro de coro. Con instrumentos de cuerda. Salmo. De
David. |
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1 |
Cuando
yo grito, respóndeme, ¡Dios de mi, justicia! |
2 |
En
la apretura tú me diste holgura. Séme propicio y oye
mi súplica. |
3 |
¿Hasta
cuándo, hidalgos, (convertís) mi gloria en ignominia?¿Por
qué amáis la vanidad y buscáis la mentira? Selah. |
4 |
Pues
sabed que Dios distingue al que le es grato, que me
oye Yavé cuando le invoco. |
5 |
Temblad
y no pequéis. Meditad en vuestros corazones, en vuestros
lechos guardad silencio. |
6 |
Sacrificad
sacrificios de justicia y confiad en Yavé. |
7 |
Son
muchos los que dicen: “¿Quién nos hará ver la dicha?”
Alza sobre nosotros, ¡oh Yavé!, la lumbre de tu rostro. |
8 |
Diste
a mi corazón más alegría que cuando abundan el trigo
y el mosto. |
9 |
En
paz me duermo luego en cuanto me acuesto, porque tú
solo, ¡oh Yavé!, me haces reposar confiadamente. |
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5 |
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Deprecación
de un Justo |
Al
maestro de coro. A la flauta. Salmo de David. |
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1 |
Apresta
el oído a mis palabras, |
2 |
¡oh
Yavé! atiende mis suspiros. |
3 |
Atiende
a las voces de mi súplica, Rey mío y Dios mío. |
4 |
Porque
a ti suplico, ¡oh Yavé! De
mañana tú escuchas mi voz; temprano me pongo ante ti
y espero. |
5 |
Pues
no eres tú Dios que se agrade del impío, ni será tu
huésped el perverso. |
6 |
No
pueden los insensatos estar ante tus ojos; odias a todos
los obradores de iniquidad. |
7 |
Das
a la perdición al mentiroso; al sanguinario, al fraudulento,
los abomina Dios. |
8 |
Mas
yo, fiado en la muchedumbre de tu piedad, entro en tu
morada y me prosterno ante tu santo templo, en tu temor, |
9 |
Guíame,
¡oh Yavé! en tu justicia, a causa de mis enemigos, y
allana tus caminos ante mí. |
10 |
Pues
no hay en su boca sinceridad; su interior no es más
que malicia; un sepulcro abierto es su garganta, halagan
con sus lenguas. |
11 |
Condénalos,
¡oh Yavé! que fracasen en sus maquinaciones. Por sus
muchos crímenes recházalos, ya que se rebelan contra
ti. |
12 |
Y
se alegrarán cuantos en ti confían, exultarán por siempre.
Tú los protegerás y en ti jubilarán los que aman tu
nombre. |
13 |
Pues
al justo, ¡oh Yavé! tú le bendices y le rodeas de tu
benevolencia como un escudo. |
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6 |
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Deprecación
de un Justo enfermo |
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1 |
Al
maestro de coro. A la cuerda. Sobre la octava. Salmo
de David. |
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2 |
¡Oh
Yavé! no me castigues en tu ira, no me aflijas en tu
indignación. |
3 |
Ten
piedad de mí, ¡oh Yavé! pues estoy desfallecido. Sáname,
Yavé, pues tiemblan mis huesos. |
4 |
Está
mi alma conturbada sobremanera. Pero tú, Yavé, ¿hasta cuándo? |
5 |
Vuélvete,
¡oh Yavé! y libra mi alma; sálvame en tu piedad. |
6 |
Pues
en la muerte no se hace memoria de ti, y en el seol,
¿quién te alabará? |
7 |
Consumido
estoy a fuerza de gemir, todas las noches inundo mi
lecho y con mis lágrimas riego mi estrado. |
8 |
Están
consumidos mis ojos por la tristeza, envejecieron en
medio de todos mis adversarios. |
9 |
Apartaos
de mí todos los obradores de la maldad, pues ha oído
Yavé la voz de mis llantos. |
10 |
Ha
escuchado Yavé mis oraciones, ha acogido mi deprecación. |
11 |
Se
avergonzarán y serán vehementemente conturbados todos
mis enemigos. Se volverán atrás confundidos súbitamente. |
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7 |
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Deprecación
del justo calumniado |
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1 |
Endecha
de David, que cantó a Yavé cuando lo de Cus, benjaminita. |
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2 |
Yavé,
mi Dios, a ti me acojo, sálvame de cuantos me persiguen,
líbrame. |
3 |
No
sea que como león desgarre alguno mi alma, arrebate
y no haya quien (la) libre. |
4 |
Yavé,
mi Dios, si hice yo esto, si hay injusticia en mis manos, |
5 |
si
pagué con mal al que estaba en paz conmigo, si aun al
enemigo le despojé sin razón, |
6 |
persiga
el enemigo mi alma, alcáncela y échela por tierra y
haga habitar mi gloria en el polvo. |
7 |
Álzate,
Yavé, en tu ira, yérguete contra la rabia de mis enemigos
y despierta en mi favor, pues has decretado el juicio, |
8 |
Rodéate
del consejo de las naciones y siéntate en alto sobre
él. |
9 |
Es
Yavé quien juzga a los pueblos. Defiende, Yavé, mi causa
según la justicia y según la inocencia que hay en mí. |
10 |
Acabe
de una vez la malicia del impío, y confirma al justo,
tú que escudriñas los corazones y los riñones, Dios
justo. |
11 |
Mi
escudo es Dios, que salva a los rectos de corazón. |
12 |
Dios
es justo Juez; cada día los amenaza con su ira. |
13 |
Si
no se convierten, afila su espada, tiende su arco y
apunta; |
14 |
apareja
los instrumentos de muerte, hace encendidas sus saetas |
15 |
El
que concibió maldad, se preñó de iniquidad y pare el
fraude. |
16 |
El
que cava y ahonda la cisterna, caerá en la hoya que
él mismo hizo. |
17 |
Recaerá
sobre su cabeza su malicia, y su crimen sobre su mollera. |
18 |
Yo
alabaré a Yavé por su justicia y cantaré el nombre del
Señor. |
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8 |
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Bondad
de Dios al someter al hombre toda la creación |
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1 |
Al
maestro del coro. A
la “getea”. Salmo de David |
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2 |
Yavé,
Señor nuestro, ¡cuan magnífico es tu nombre en toda la
tierra! ¡Tú, cuya majestad es celebrada sobre los cielos! |
3 |
Por
la boca de los niños y de los que maman has dado argumento
contra tus adversarios, para reducir al silencio al
enemigo y al rebelde. |
4 |
Cuando
contemplo los cielos, obra de tus manos; la luna y las
estrellas, que tú has establecido... |
5 |
¿Qué
es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del
hombre para que de él te cuides? |
6 |
Y
lo has hecho poco menor que Dios, le has coronado de
gloria y honor. |
7 |
Le
diste el señorío sobre las obras de tus manos, todo
lo has puesto debajo de sus pies. |
8 |
Las
ovejas, los bueyes, todo juntamente, y todas las bestias
del campo; |
9 |
las
aves del cielo, los peces del mar, todo cuanto corre
por los senderos del mar. |
10 |
Yavé,
Señor nuestro, ¡cuan magnífico es tu nombre en toda
la tierra! |
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9 |
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Dios,
Juez Supremo, que juzga y castiga a las gentes y a los
impíos de su pueblo |
1 |
Al
maestro del coro. Al “Mutlaben.” Salmo de David. |
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2 |
Alef.
Yo te alabaré, Yavé, con todo mi corazón y cantaré todas
tus maravillas. |
3 |
Yo
me alegraré y exultaré en ti y cantaré salmos a tu nombre,
¡oh Altísimo! |
4 |
Bet.
Por haber retrocedido mis enemigos, por haber caído
y perecido ante tu faz, |
5 |
por
haber tú defendido mi causa y mi derecho, sentándote
en tu trono (como) justo juez. |
6 |
Guímel.
Reprimiste a las gentes, hiciste perecer al impío, borrando
para siempre jamás su nombre. |
7 |
Los
enemigos han sido destruidos; son perpetuas ruinas;
destruíste las ciudades; pereció la memoria de ellos. |
8 |
He.
Asiéntase Yavé para siempre, estableciendo su trono
para juzgar, |
9 |
para
juzgar el orbe en justicia, para gobernar los pueblos
con equidad. |
10 |
Wau. Y será Yavé un refugio para los oprimidos, un asio en
los tiempos de angustia. |
11 |
Y
se confiarán en El cuantos conocen su nombre, pues no
abandonas, Yavé, a los que te buscan. |
12 |
Zain. Cantad a Yavé, que mora en Sión; anunciad a los pueblos
sus proezas. |
13 |
Porque
— como vengador de sangre — se acordó de ellos y no
se olvidó de los clamores de los oprimidos. |
14 |
Jet.
Yavé tuvo piedad de mí y ha visto mi miseria; El me
ha elevado de las puertas de la muerte. |
15 |
Para
cantar todas sus alabanzas en las puertas de la hija
de Sión y regocijarme por tu salvador auxilio. |
16 |
Tet.
Cayeron las gentes en la hoya que ellos mismos excavaron,
enredáronse sus pies en la red que ocultamente tendieron. |
17 |
Mostróse
Yavé; dio su juicio, quedó preso el impío en la obra
de sus manos. Higayon. Selah. |
18 |
Yod.
¡Que se vuelvan los impíos al seol, todas las
gentes que se olvidan de Dios |
19 |
Kaf.
Que no ha de ser dado el indigente a perpetuo olvido,
no ha de ser por siempre fallida la esperanza de los
pobres. |
20 |
Qof. Álzate, ¡oh Yavé!, no prevalezca el hombre; sean juzgadas
ante ti todas las gentes. |
21 |
Arroja,
¡oh Yavé!, sobre ellos el terror: sepan las gentes que
son hombres. |
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10 |
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1 |
Lam. ¿Por qué, ¡oh Yavé!, te mantienes tan alejado y te escondes
al tiempo de la angustia? |
2 |
Por
la soberbia del impío son consumidos los infelices,
sorprendidos en las intrigas que ellos tienden. |
3 |
Mem. Pues se gloría el malvado en la ambición de su alma,
y el avaro se felicita, con desprecio de Yavé. |
4 |
Nun.
Y (dice) el impío en su fatuidad: “¡No atiende, no hay
Dios!” Estas son sus cavilaciones. |
5 |
Sus
caminos en todo tiempo son asegurados; tus juicios son
demasiado altos para él. A cuantos se le oponen, los
aparta de un soplo. |
6 |
Y
se dice en su corazón: “¡No me moveré de generación
en generación!” El que no esté sujeto al mal, maldice. |
7 |
Fe. Su boca está llena de fraude y de violencia, bajo su
lengua está la malicia y la perversidad. |
8 |
Siéntase
al acecho en las aldeas, en los lugares ocultos asesina
al inocente, sus ojos espían al desgraciado. |
9 |
Ayin. Se pone al acecho como el león en la madriguera, se
pone al acecho para apoderarse del miserable; arrebata
al indigente, arrastrándolo a su red. |
10 |
Sade. Le espía y se arroja sobre él, y cae el infeliz
en su poder. |
11 |
Y
dice en su corazón: “No se acuerda Dios; ha escondido
su rostro, no ve nada.” |
12 |
Qof.
¡Álzate, Señor Dios! ¡Alza tu mano! ¡No te olvides de
los desvalidos! |
13 |
¿Cómo
puede el impío despreciar a Dios, y dice en su corazón:
“El no se preocupa”? |
14 |
Resh. Tú lo ves, porque miras las penas y los trabajos para
retribuir con tu mano. A ti se te confía el miserable,
tú eres el auxilio del huérfano. |
15 |
Sin. Quebranta el brazo del impío y del malvado; buscarás
su impiedad; no la encontrarás. |
16 |
Es
Yavé Rey por los siglos eternos; las gentes han sido
borradas de su tierra. |
17 |
Tau. Tú, ¡oh Yavé!, oyes los gritos de los humildes,
fortaleces su corazón, les das oídos; |
18 |
para
hacer justicia al huérfano y al oprimido, para que no
vuelva a aterrorizar el hombre de la tierra. |
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C.R.Y&S |
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