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QUINTA
PARTE |
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ISRAEL,
LIBRE DEL CAUTIVERIO BABILÓNICO |
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40 |
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La
Gloria de Yavé en la liberación de Israel |
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1 |
Consolad,
consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios; |
2 |
hablad
al corazón de Jerusalén y gritadle que se cumplió
su servidumbre, que está pagada su culpa, que ha recibido
de manos de Yavé el doble por todos sus pecados. |
3 |
Una
voz grita: Abrid camino a Yavé en el desierto, enderezad
en la estepa una calzada a vuestro Dios. |
4 |
Que
se alcen todos los valles y se rebajen todos los montes y collados;
que se allanen las cuestas y se nivelen los declives. |
5 |
Porque
va a mostrarse la gloria de Yavé, y a una la verá
toda carne, porque ha hablado la boca de Yavé. |
6 |
Una
voz dice: Grita. Y yo respondo: ¿Qué he de gritar?
Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. |
7 |
Sécase
la hierba, marchítase la flor cuando pasa sobre ellos el
soplo de Yavé. Ciertamente hierba es el pueblo. |
8 |
Sécase
la hierba, marchítase la flor, pero la palabra de nuestro
Dios permanece para siempre. |
9 |
Sube
a un alto monte, mensajera de buenas nuevas de Sión; alza
con fuerza, tu voz, mensajera de buenas nuevas de Jerusalén.
Álzala, no temas; di a las ciudades de Judá: He aquí
a vuestro Dios. |
10 |
He
aquí al Señor, Yavé de los ejércitos,
que viene con fortaleza, y su brazo dominará a favor suyo;
he aquí que El viene con su salario y va delante de El su
paga. |
11 |
El
apacentará su rebaño como pastor, El le reunirá
con su brazo, El llevará en su seno a los corderos y cuidará
a las paridas. |
12 |
¿Quién
midió las aguas con el hueco de su mano, y apalpó
los cielos, y determinó en un tercio todo el polvo de la
tierra, pesó en la romana las montañas, o en la balanza
los collados? |
13 |
¿Quién
ha determinado el espíritu de Yavé, quién fue
su consejero y le instruyó? |
14 |
¿Con
quién deliberó para recibir instrucciones, que le
enseñase el camino de la justicia, le adoctrinara en la ciencia
y le diera a conocer el camino del entendimiento? |
15 |
He
aquí que las naciones son como gotas de agua en el caldero
y son reputadas como polvillo en la balanza, y levantan las islas
como el polvillo el viento. |
16 |
El
Líbano no basta para combustible, |
17 |
ni sus animales para el holocausto. Todos los pueblos son delante
de El como nada, son reputados por El como nada y vanidad. |
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Vanidad
de los ídolos |
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18 |
¿A
quién, pues, compararéis a Dios y a qué imagen
haréis que se le asemeje? |
19 |
El
ídolo es fundido por el artífice, el orfebre la reviste
de oro y le adorna con cadenillas de plata. |
20 |
El
que es pobre para la ofrenda, escoge madera incorruptible y busca
un buen artífice para erigir un ídolo que no se tambalea. |
21 |
¿No
lo sabéis? ¿No lo habéis oído? ¿No
os lo han revelado desde el principio? ¿No lo habéis
entendido desde la fundación de la tierra? |
22 |
Está
El sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos habitantes
son como langostas. El tiene los cielos como un toldo y los despliega
como una tienda de morada. |
23 |
El
torna en nada a los príncipes, y en vanidad a los jueces
de la tierra. |
24 |
Apenas
plantados, apenas sembrados, apenas ha echado su tronco raíces
en la tierra, sopla sobre ellos y se secan, y como pajuela los arrastra
el huracán. |
25 |
¿A
quién me asemejaréis, de forma que se me iguale, dice
el Santo? |
26 |
Alzada
en lo alto vuestros ojos y mirada: ¿Quién los creó?
El que saca numerado su ejército, y todos los llama por su
nombre, y por la gran fuerza y enorme potencia ninguno falta. |
27 |
¿Por
qué dices tú, Jacob; hablas tú, Israel: Mi
camino está oculto a Yavé, y mi derecho se escapa
a mi Dios? |
29 |
¿No
sabes tú, no has oído, que Yavé es Dios eterno,
creador de los confines de la tierra? No se fatiga ni se cansa,
insondable es su inteligencia. |
30 |
El
da vigor al fatigado y multiplica las fuerzas del débil. |
31 |
Y
se cansan los jóvenes y se fatigan, y los jóvenes
llegan a flaquear; |
32 |
pero
los que confían en Yavé renuevan las fuerzas, echan
alas como de águila, corren sin cansarse y caminan sin fatigarse. |
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41 |
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Yavé
suscita un Libertador |
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1 |
Enmudeced,
islas, ante mí, y renueven los pueblos su fuerza, acérquense
y hablen, entremos en juicio. |
2 |
¿Quién
ha suscitado desde el levante a aquel a quien la justicia le sale
al encuentro a su paso?¿(Quién) entrega ante él
las naciones y abate los reyes? Su espada los reduce a polvo, y
sus arcos los dispersa como brizna de paja. |
3 |
Los
persigue, pasa en pazpor senda en que sus pies no habían
entrado. |
4 |
¿Quién
lo ha hecho y realizado? El que desde el principio llamó
a las generaciones. Yo, Yavé, soy el primero y seré
en los últimos tiempos. |
5 |
Las
islas le ven y tiemblan, y se espantan los confines de la tierra.
Se acercan y juntos vienen (al juicio). |
6 |
Uno
a otro se ayudan, uno a otro se dicen: Ánimo. |
7 |
El
escultor anima al orfebre; el que pule con el martillo, al que golpea
el yunque, diciendo: Bien está esta soldadura. Y la afirma
con clavos para que no se mueva. |
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Promesa
de Liberación de Israel |
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8 |
Pero
tú, Israel, eres mi siervo. Yo te elegí, Jacob, progenie
de Abraham, mi amigo. |
9 |
Yo
te traje de los confines de la tierra y te llamé de las regiones
lejanas, diciéndote: Tú eres mi siervo. Yo te elegí
y no te he rechazado. |
10 |
No
temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios. Yo
te fortaleceré y vendré en tu ayuda, y con la diestra
victoriosa te sostendré. |
11 |
Confundidos
serán y cubiertos de ignominia todos los que se irritan contra
ti. Serán reducidos a nada, aniquilados, los que contienden
contigo. |
12 |
Buscarás
y no hallarás a los que te atacan; serán reducidos
a nada los que te combaten. |
13 |
Porque
yo, Yavé, tu Dios, fortaleceré tu diestra, y yo te
digo: No temas, yo voy en tu ayuda. |
14 |
No
temas, gusanillo de Jacob, coquito de Israel. Yo te ayudo, dice
Yavé, y tu redentor es el Santo de Israel. |
15 |
He
aquí que te pongo como agudo rastrillo, nuevo y armado de
dientes. Trillarás y pulverizarás los montes y desharás
en menuda paja los collados. |
16 |
Los
bieldarás, y el viento los levantará, y el huracán
los dispersará. Y te regocijarás en Yavé, y
en el Santo de Israel te gloriarás. |
17 |
Los
pobres, los menesterosos, buscan el agua y no la hallan; su lengua
está seca por la sed, pero yo, Yavé, los oiré;
yo, Dios de Israel, no los abandonaré. |
18 |
Yo
haré brotar manantiales en las alturas peladas, y fuentes
en medio de los valles. Tornaré el desierto en estanque,
y la tierra seca en corrientes de aguas. |
19 |
Yo
plantaré en el desierto cedros y acacias, mirtos y olivos.
Yo plantaré en la estepa cipreses, olmos y alerces juntamente. |
20 |
Para
que todos vean y comprendan y todos consideren y entiendan que es
la mano de Yahvé la que ha hecho esto, y el Santo de Israel
el que lo ha creado. |
21 |
Presentad
vuestro alegato, dice Yavé; presentad vuestras pruebas, dice
el Rey de Jacob: |
22 |
Que
se acerquen y anuncien lo que está por venir. Que manifiesten
las cosas pasadas, para que las tengamos en cuenta y conozcamos
el fin de ellas, o hacednos oír las cosas venideras. |
23 |
Anunciadnos
lo por venir, para que sepamos que sois dioses. Veamos: haced bien
o haced mal, para que nos admiremos y lo veamos de una vez. |
24 |
He
aquí que no sois nada, y vuestra obra nada. Abominable es
quien os elige. |
25 |
Yo
le he suscitado del septentrión, y ya llega, el que invoca
mi nombre del lado de levante, y pisa los príncipes como
se pisa el polvo, y como el alfarero pisa la arcilla. |
26 |
¿Quién
antes lo anunció para que le conociéramos de antemano,
para que pudiéramos decir: Justo? Nadie le anunció,
nadie lo ha hecho oír, nadie os oyó una palabra. |
27 |
Yo
el primero lo anuncié a Sión y di a Jerusalén
un mensajero de buena nueva. |
28 |
Miro,
y no hay nadie; no hay entre ellos ningún consejero, para
que yo les preguntara y me respondieran algo. |
29 |
He
aquí que todos son nada, y su obra es nada, y sus ídolos,
viento y vacuidad.
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42 |
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1 |
He
aquí a mi Siervo, a quien sostengo yo; mi elegido, en quien
se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él;
él dará el derecho a las naciones. |
2 |
No
gritará, no hablará recio ni hará oír
su voz en las plazas. |
3 |
No
romperá la caña cascada ni apagará la mecha
que se extingue. |
4 |
Expondrá
fielmente el derecho, sin cansarse ni desmayar, hasta que establezca
el derecho en la tierra; las islas están esperando su ley. |
5 |
Así
dice Dios, Yavé, que creó los cielos y los tendió,
el que extendió la tierra y sus brotes, el que da al pueblo
que (está) sobre ella el aliento, y el soplo a los que por
ella andan. |
6 |
Yo,
Yavé, te he llamado en la justicia y te he tomado de la mano.
Yo te he formado y te he puesto por alianza del pueblo y para luz
de las gentes, |
7 |
para
abrir los ojos de los ciegos, para sacar de la cárcel a los
presos, del calabozo a los que moran en las tinieblas. |
8 |
Yo
soy Yavé, tal es mi nombre; no doy mi gloria a ningún
otro ni a los ídolos mi alabanza. |
9 |
He
aquí que las cosas antiguas han llegado, y anuncio otras
nuevas; antes de que germinen las voy a hacer oír. |
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Canto
triunfal en honor de Yavé |
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10 |
Cantad
a Yavé un cántico nuevo, su alabanza desde los confines
de la tierra. Estremézcase el mar y cuanto en él se
contiene, las islas con sus habitantes. |
11 |
Alcen
su voz el desierto y sus ciudades y las aldeas que habita Cedar.
Lancen gritos de júbilo los habitantes de Sela y den gritos
de alegría en lo alto de los montes. |
12 |
Que
den gloria a Yavé, que expresen su alabanza en las islas. |
13 |
Yavé
saldrá como un héroe, como guerrero se excita en su
ardor. Lanzará gritos y alaridos y se portará como
un héroe contra sus enemigos. |
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Israel será vengado y liberado |
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14 |
Mucho
tiempo callé, estuve en silencio, me contuve; como mujer
en parto gemiré, suspiraré y jadearé a la vez. |
15 |
Devastaré
montes y collados y agostaré todo su verdor; convertiré
en islas las corrientes de las aguas y secaré los lagos. |
16 |
Llevaré
a los ciegos por un camino ignorado, los conduciré por senderos
desconocidos. Ante ellos tornaré en luz las tinieblas, y
en llano lo escarpado. Estas cosas haré yo y los dejaré. |
17 |
Retrocederán
cubiertos de ignominia los que confían en los ídolos,
los que dicen a las imágenes fundidas: Vosotros sois nuestros
dioses. |
18 |
¡Oíd,
sordos; mirad, ciegos, y ved! |
19 |
¿Quién
es ciego sino mi Siervo? ¿Quién sordo como el mensajero
que yo envío? ¿Quién es ciego como mi familiar,
y ciego como el siervo de Yavé? |
20 |
Muchas
cosas has visto sin poner en ellas atención; abiertos tenías
los oídos, pero no oíste. |
21 |
Habíase
complacido Yavé en su justicia, en hacer grande y magnífica
la ley, |
22 |
y
he ahí a este pueblo saqueado y hollado, puesto en cepos,
encerrado en mazmorras; destinado al pillaje, sin que nadie los
libre; despojados, sin que nadie diga: Restituid. |
23 |
¿Quién
de vosotros dará oído a estas cosas, quién
atento las escuchará para lo por venir? |
24 |
¿Quién
entregó Jacob a los saqueadores, Israel a los despojadores?
¿No fue Yavé contra quien hemos pecado, cuyos caminos
no quisimos seguir, cuya ley no obedecimos? |
25 |
Y
El derramó el fuego de su ira con los furores de la guerra,
que se encendieron en torno a él, pero no comprendió;
le quemaron, mas no hizo caso.
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43 |
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1 |
Ahora,
pues, así dice Yavé, que te creó, Jacob; que
te formó, Israel: No temas, porque yo te he rescatado, yo
te llamé por tu nombre y tú me perteneces. |
2 |
Porque,
si atraviesas las aguas, yo seré contigo; si por ríos,
no te anegarás. Si pasas por el fuego, no te quemarás;
las llamas no te consumirán. |
3 |
Porque
yo soy Yavé, tu Dios, Santo de Israel, tu Salvador; yo doy
a Egipto por rescate tuyo, doy por ti a Etiopía y Seba. |
4 |
Porque
eres a mis ojos de muy gran estima, de gran precio y te amo, y entrego
por ti hombres y pueblos a cambio de tu vida. |
5 |
No
temas, porque yo soy contigo; yo traeré tu descendencia desde
oriente y te reuniré desde occidente. |
6 |
Diré
al septentrión: Entrega, y al mediodía: No retengas.
Trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde los confines de
la tierra, |
7 |
a
todos cuantos llevan mi nombre, que yo los creé, formé
e hice para mi gloria. |
8 |
Que
salga el pueblo ciego, aunque tiene ojos; los sordos, aunque tienen
oídos. |
9 |
Los
pueblos se han reunido a una y se congregaron las naciones. ¿Quién
de entre ellos anuncia esto y nos hace oír cosas antiguas?
Que presenten sus pruebas para justificarse, y, oyéndolas,
se diga: Verdad. |
10 |
Vosotros
sois mis pruebas, dice Yavé; mi siervo, a quien yo elegí
para que aprendáis y me creáis y comprendáis
que soy yo. Antes de mí no fue formado dios alguno, y ninguno
habrá después de mí. |
11 |
Yo,
yo soy Yavé, y fuera de mí no hay salvador. |
12 |
Soy
yo el que he anunciado, he salvado y he hecho oír, y no hay
otro entre vosotros; vosotros sois mis testigos, dice Yavé. |
13 |
13 Yo soy Dios (desde la eternidad), y también desde ahora
lo soy . Nadie puede librar de mis manos; lo que hago, ¿quién
lo volverá? |
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Salida
de Babilonia |
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14 |
Así
habla Yavé, vuestro redentor, el Santo de Israel: Por vosotros
envié yo a Babilonia, y rompí los cerrojos de vuestra
cárcel, y los caldeos sobre las naves de su jolgorio. |
15 |
Yo
soy Yavé, vuestro Santo; el creador de Israel, vuestro rey. |
16 |
Así
habla Yavé, el que abre caminos en el mar y senderos en la
muchedumbre de las aguas; |
17 |
el
que hace salir carros y caballos, a los ejércitos y los fuertes
guerreros; se echan a tierra juntamente, sin que se levanten, extinguidos
como mecha que se apaga. |
18 |
No
os acordéis de las cosas anteriores ni prestéis atención
a las cosas antiguas, |
19 |
pues
he aquí que voy hacer una obra nueva, que ya está
germinando; ¿no la conocéis? Ciertamente voy a poner
un camino en el desierto, y ríos en la estepa, |
20 |
y
me glorificarán las bestias del campo, los chacales y los
avestruces, porque di agua en el desierto, y torrentes en la estepa, |
21 |
para abrevar a mi pueblo, a mi elegido, al pueblo que hice para
mí, que cantará mis loores. |
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La
liberación es pura Misericordia de Yavé |
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22 |
Pero
tú, Jacob, no me invocaste, ni te has fatigado por mí,
Israel. |
23 |
No
me ofreciste ovejas en holocausto, no me honraste con tus sacrificios;
yo no te he abrumado con ofrendas ni te importuné con el
incienso. |
24 |
No
me compraste caña aromática con plata ni me saciaste
con la grosura de tus sacrificios, sino que me atormentaste con
tus pecados y me apenaste con tus iniquidades. |
25 |
Soy
yo, soy yo quien por amor de mí borro tus pecados y no me
acuerdo más de tus rebeldías. |
26 |
Hazme
recordar, entremos juntos en juicio, habla tú para justificarte. |
27 |
Pecó tu primer padre, y tus mediadores faltaron contra mí,
y tus príncipes profanaron mi santuario, y entregué
a Jacob al anatema, y a Israel al oprobio.
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44 |
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Efusión
del espíritu de Yavé y conversión de las gentes |
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1 |
Pero
ahora escucha, Jacob, mi siervo; Israel, a quien elegí yo. |
2 |
Así
habla Yavé, que te ha hecho, y en el seno materno te formó,
y te socorre: No temas, siervo mío, Jacob, y Yeshurum, a
quien yo elegí, |
3 |
porque
yo derramaré aguas sobre el (suelo) sediento, y arroyos sobre
la (tierra) seca, y efundiré mi espíritu sobre tu
simiente, y mi bendición sobre tus retoños, |
4 |
y germinarán
como la hierba entre agua, como álamos junto a las corrientes
de aguas. |
5 |
Este
dirá: Yo soy de Yavé; aquél tomará el
nombre de Jacob, y el otro escribirá en su mano: De Yavé,
y será apellidado con el nombre de Israel. |
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Vanidad
de los ídolos |
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6 |
Así
habla Yavé, el rey de Israel, su redentor, Yavé de
los ejércitos: Yo soy el primero y el último y no
hay otro Dios fuera de mí. |
7 |
¿Quién
como yo? Que venga y grite, que anuncie y se compare conmigo. ¿Quién
desde antiguo hizo oír lo por venir? Que nos anuncien lo
que ha de suceder. |
8 |
No
os atemoricéis, no temáis. ¿No lo anuncié
yo antes ya, y lo predije tomándoos por testigos? ¿Acaso
hay Dios fuera de mí? No hay Roca, yo no la conozco. |
9 |
Todos
los forjadores de ídolos son nada, y sus favoritos no sirven
de nada, y son testigos ellos mismos, no ven nada, no saben nada
para vergüenza suya. |
10 |
¿Quién
forja un dios, quién funde un ídolo para no servir
de nada? |
11 |
He
aquí que todos sus devotos serán confundidos; los
que los hacen son hombres. Que se junten, que vengan todos; temblarán
cubiertos de vergüenza. |
12 |
Un
herrero aguza el cincel, forja en la fragua su obra, hace la imagen
a golpe de martillo y la forja con su robusto brazo; incluso tiene
hambre y está sin fuerzas; no bebe agua, está desfallecido. |
13 |
Quien
trabaja en madera tira la cuerda de medir, lo marca con el lápiz,
lo ejecuta con los cinceles, lo marca con el compás. Hace
así como una semejanza de hombre, para que habite en una
casa. de un hombre bello. |
14 |
Córtanse
cedros, se toma un roble o una encina, se deja crecer fuerte entre
los árboles del bosque; se planta un pino, que la lluvia
hace crecer, |
15 |
y sirven
al hombre para el fuego; toma de ellos para calentarse, enciende
para cocer el pan. Además hace con ellos dioses, ante los
cuales se prosterna; hace estatuas, que adora. |
16 |
Ha
quemado el fuego la mitad, sobre sus brasas asa carne, y se sacia
comiendo el asado. Caliéntase luego diciendo: ¡Ea!
me caliento, veo la lumbre. |
17 |
Con
el resto se hace un dios, un ídolo, que adora prosternándose
ante él, y a quien suplica diciendo: Sálvame, porque
tú eres mi dios. |
18 |
No
saben, no entienden, porque están cerrados sus ojos y no
ven, están cerrados sus corazones y no entienden. |
19 |
No
reflexionan, no tienen conocimiento ni inteligencia para decir:
He quemado la mitad al fuego, sobre sus brasas he cocido el pan,
he asado la carne y me la he comido; lo que con el resto haga será
una abominación; me prosternaré ante un tronco de
madera. |
20 |
Se
alimenta de ceniza, un corazón engañado le extravía,
y no salva su alma, diciéndose: ¿No es mentira lo
que tengo en mi diestra? |
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Sólo
Yavé es grande |
|
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21 |
Ten
en la memoria estas cosas, Jacob e Israel, porque tú eres
mi siervo; yo te he formado, tú eres mi siervo, Israel; no
te olvidaré.
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22 |
Yo
he borrado como nube tus culpas, como niebla tus pecados. Vuelve
a mí, que yo te he rescatado. |
23 |
Cantad,
cielos, porque Yavé lo ha hecho; resonad, profundidades de
la tierra; saltad de júbilo las montañas, cantad todos,
árboles de la selva, porque Yavé ha rescatado a Jacob
y en Israel se glorifica. |
24 |
Así
dice Yavé, tu redentor, el que en el seno te formó:
Yo soy Yavé, el que lo ha hecho todo, el que solo despliega
los cielos y afirma la tierra. ¿Quién conmigo? |
25 |
El
que deshace las señales de los embusteros y a los adivinos
enloquece; el que obliga a los sabios a retroceder y envuelve en
locura su sabiduría, |
26 |
pero
mantiene la palabra de sus siervos y cumple los designios de sus
mensajeros; el que dice a Jerusalén: Serás habitada,
y a las ciudades de Judá: Seréis reedificadas; yo
levantaré sus ruinas; |
27 |
aquel
que dice al abismo: ¡Sécate! y deseca sus corrientes; |
28 |
el
que dice a Ciro: Tú eres mi pastor, y él hará
lo que yo quiera; y dice a Jerusalén: ¡Serás
reedificada! y al templo: ¡Serás fundado de nuevo! |
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45 |
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Ciro,
el Libertador de Israel |
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1 |
Así
dice Yavé a su ungido, Ciro, a quien tomé de la diestra
para derribar ante él las naciones, y yo desceñiré
las cinturas de los reyes, para abrir ante él las puertas
y para que no se cierren las entradas. |
2 |
Yo
iré delante de ti y allanaré los ribazos. Yo romperé
las puertas de bronce y arrancaré los cerrojos de hierro. |
3 |
Yo
te entregaré los tesoros escondidos y las riquezas de los
escondrijos, para que sepas que yo soy Yavé, el Dios de Israel,
que te llamó por tu nombre. |
4 |
Por
amor de mi siervo Jacob, por amor de Israel, mi elegido, te he llamado
por tu nombre, te he dado un nombre glorioso, aunque tú no
me conocías. |
5 |
Soy
yo, Yavé, no es ningún otro; fuera de mí no
hay Dios. Yo te he ceñido, aunque no me conocías, |
6 |
para
que sepan desde el levante del sol y desde el poniente que no hay
ninguno fuera de mí. |
7 |
Yo
soy Yavé, no hay ningún otro; el que formó
la luz y creó las tinieblas, el que da la paz y crea la desdicha.
Yo soy, Yavé, quien hace todo esto. |
8 |
Gotead, cielos, desde arriba, y que las nubes destilen la justicia.
Abrase la tierra y produzca el fruto de la salvación, y germine
a la vez la justicia. Yo, Yavé, lo he creado. |
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Inutilidad
de toda oposición a Dios |
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9 |
¡Ay
del que contiende con su Hacedor! Es el tiesto de los tiestos de
la tierra. ¿Dice acaso el barro al alfarero: Qué es
lo que haces? Y su obra: ¿No tienes manos? |
10 |
¡Ay
del que al padre dice!: ¿Por qué engendraste?; y a
la mujer: ¿Por qué me pariste? |
11 |
Así
dice Yavé, el Santo de Israel y su hacedor: ¿Me vais
a interrogar sobre el futuro, sobre mis hijos; sobre la obra de
mis manos, me vais a dar órdenes? |
12 |
Yo
hice la tierra y creé sobre ella al hombre; mis manos desplegaron
los cielos y yo mando a todos su ejército. |
13 |
Y
yo le suscité para justicia y allané todos sus caminos.
El reedificará mi ciudad y libertará a mis desterrados,
no por precio ni por dones, dice Yavé de los ejércitos. |
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La
conversión de las gentes |
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14 |
Así
habla Yavé: La labor de Egipto, y la ganancia de Etiopía,
y los sabeos, hombres de elevada estatura, pasarán a ti y
serán tuyos, y te seguirán, y te servirán esposados,
y se postrarán ante ti, y suplicantes te dirán: Sólo
tú tienes un Dios, no hay ningún otro; los dioses
no existen ya. |
15 |
En
verdad que tienes contigo un Dios escondido, el Dios de Israel,
Salvador. |
16 |
Cubiertos
de confusión y de ignominia están todos a una, se
van avergonzados los forjadores de ídolos. |
17 |
Israel
es salvado por Yavé con salvación eterna; no seréis
avergonzados ni confundidos por toda la eternidad. |
18 |
Porque
así habla Yavé, el que creó los cielos, el
Dios que formó la tierra, la hizo y la afirmó. No
la creó para yermo, la formó para que fuese habitada.
Soy yo Yavé, y ningún otro. |
19 |
No
he hablado yo en secreto, en un oscuro rincón de la tierra.
No he dicho yo a la progenie de Jacob: Buscadme en vano. Soy yo
Yavé, que hablo justicia y proclamo lo recto. |
20 |
Reunios,
venid, acercaos juntamente los sobrevivientes de las naciones. No
tienen entendimiento los que llevan ídolos de madera y ruegan
a un dios incapaz de salvar. |
21 |
Hablad
y exponed, consultaos unos a otros: ¿Quién ha hecho
oír esto desde antiguo y lo anunció desde entonces?
¿No soy yo Yavé, y no hay más que yo? No hay
Dios justo ni salvador fuera de mí. |
22 |
Volveos
a mí y seréis salvos, confines todos de la tierra.
Porque yo soy Dios, y no hay otro. |
23 |
Por
mí he jurado, salió la justicia de mi boca, una palabra
irrevocable. Porque doblaráse ante mí toda rodilla
y jurará toda lengua, |
24 |
diciendo:
Ciertamente en Yavé tengo justicia y fuerza, a El vendrán
cubiertos de ignominia todos los inflamados contra El. |
25 |
En Yavé será justificada y glorificada toda la progenie
de Israel.
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46 |
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Caída
de los ídolos |
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1 |
Postrado
Bel, abatido Nebo, sus simulacros son puestos sobre animales y bestias
de carga; las cosas que llevabais han sido un peso, una carga para
el fatigado (animal). |
2 |
Están
encorvados, doblegados a la vez; no pudieron salvar la carga, y
ellos mismos van al cautiverio. |
3 |
Oídme,
casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, que habéis
sido cargados (sobre mí) desde el vientre, llevados desde
el seno. |
4 |
Yo
mismo hasta la vejez y hasta la canicie (os) portaré. Como
ya hice, (os) llevaré, (os) portaré y os preservaré. |
5 |
¿A
quién queréis compararme, y equipararme, y asemejarme,
de forma que fuésemos iguales? |
6 |
Aquéllos
sacan oro de la bolsa, pesan la plata en la balanza, pagan al orfebre
y hacen un dios, se postran y le adoran, |
7 |
le
cargan a hombros, le llevan, le ponen en un lugar, y allí
se está, no se mueve de su sitio. Claman a él, pero
no responde, no les libra de sus tribulaciones. |
8 |
Acordados
de esto y entendedlo, reflexionada de nuevo, transgresores. |
9 |
Recordad
los tiempos pasados desde antiguo, porque yo soy Dios, y no hay
más Dios fuera de mí. |
10 |
Yo
anuncio desde el principio lo último, y de antemano lo que
no se ha hecho. Yo digo: Mis designios subsistirán, y cumplo
toda mi voluntad. |
11 |
Yo
llamo del levante al ave de presa, de lejana tierra al hombre de
mi consejo. Como lo he dicho, así lo llevaré a cabo;
corno lo he planeado, así lo realizaré. |
12 |
Oídme, hombres de duro corazón, que estáis
lejos de la justicia.
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13 |
Yo haré que se os acerque mí justicia; ya no está
lejos, y no tardará mi salvación. Yo pondré
en Sión la salud, y mi gloria en Israel. |
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47 |
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Caída
de Babilonia |
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1 |
Desciende
y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. No más
trono, siéntate en la tierra, hija de los caldeos. Ya no
te llamarán más la delicada y tierna. |
2 |
Toma
la muela y ve a moler la harina; quítate el velo, pon haldas
en cinta, descubre tus pantorrillas y pasa los ríos. |
3 |
Descubierta
será tu desnudez y se verán tus vergüenzas. |
4 |
Yo
tomaré venganza implacable, dice nuestro redentor; Yavé
de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel. |
5 |
Siéntate
en silencio, súmete en tinieblas, ¡hija de los caldeos!
Ya nunca más te llamarán soberana de los reinos. |
6 |
Estaba
yo airado contra mi pueblo, y dejé profanar mi heredad y
la entregué en tus manos. Tú no tuviste piedad e hiciste
pesar tu yugo sobre los ancianos. |
7 |
Tú
decías: Yo seré siempre, por siempre señora,
y no reflexionaste, no pensaste en tu fin. |
8 |
Escucha,
pues, esto, voluptuosa, que te sientas tan segura, que dices en
tu corazón: Yo, y nadie más que yo; no enviudaré
ni conoceré la orfandad. |
9 |
Ambas
cosas te vendrán de repente, en un mismo día: la orfandad
y la viudez en toda su plenitud vendrán sobre ti a pesar
de tus numerosos agüeros y de tus poderosos encantamientos. |
10 |
Tú
estabas fiada en tu maldad, y decías: No me ve nadie. Tu
sabiduría y tu ciencia te engañaron, y decías
en tu corazón: Yo y no más que yo. |
11 |
Pero
va a caer sobre ti un mal que no sabrás conjurar, y caerá
sobre ti una ruina que no podrás borrar; vendrá de
repente sobre ti una devastación, sin que lo sepas. |
12 |
Acude,
pues, con tus encantamientos, con tus muchas hechicerías,
con que te fatigas desde la niñez; quizá puedan servirte,
quizá puedan hacerte terrible. |
13 |
Estás
cansada de tanto consultar. Que se presenten, pues; que te salven
los que dividen los cielos, y observan las estrellas, y hacen la
cuenta de los meses, de lo que ha de venir sobre ti. |
14 |
Helos
aquí como briznas de paja que ha consumido el fuego; no podrán
salvar sus vidas del poder de las llamas; brasas, pero no para calentarse
a ellas, ni hoguera para sentarse ante ella. |
15 |
Eso serán para ti aquellos por quienes te afanaste, tus mercaderes
desde tu juventud. Cada cual vagará por su camino, y no habrá
quien te salve.
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48 |
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Israel
sale de Babilonia por pura gracia |
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1 |
Oíd
esto, casa de Jacob, los que llevan el nombre de Israel, los salidos
de las entrañas de Judá, los que juran por el nombre
de Yavé y celebran el Dios de Israel, pero sin verdad y sin
justicia, |
2 |
porque
llevan el nombre de la ciudad santa y se apoyan en el Dios de Israel,
cuyo nombre es Yavé de los ejércitos. |
3 |
Lo
que ha pasado, ya ha tiempo lo predije, de mi boca salió.
Yo lo hice oír, y de improviso obré, y todo se ha
cumplido. |
4 |
Porque
sabía que eres duro y es tu cerviz una barra de hierro, que
tienes una frente de bronce. |
5 |
Yo
te predije esto hace tiempo, antes de que sucediera te lo di a saber,
para que no dijeras: Lo ha hecho mi ídolo; mi estatua, mi
simulacro lo mandó. |
6 |
Ya
lo has oído, míralo todo ello, y ahora vosotros, ¿no
lo anunciaréis? Yo te he hecho oír cosas nuevas desde
ahora, cosas ocultas que no conocías. |
7 |
Ahora
han sido creadas y no hace tiempo, antes de hoy no las habías
oído, para que no dijeras: Ya lo sabía yo. |
8 |
No
lo habías oído ni lo conocías, ni desde antiguo
se había abierto tu oído. Porque sabía que
eres pérfido, y tu nombre es rebelde desde el seno materno. |
9 |
Yo
por mi nombre difiero mi ira, y por amor de mi gloria me contengo
frente a ti, para no exterminarte. |
10 |
He
aquí que te probé al fuego, y no había plata;
te he pasado por la hornaza de la aflicción. |
11 |
Es
por mí, por amor de mí lo hago, porque ¿cómo
(mi nombre) sería profanado?, y mi gloria a nadie se la doy. |
12 |
Óyeme,
Jacob, e Israel, a quien he llamado; soy yo, yo el primero, y aun
también el postrero. |
13 |
Mi
mano cimentó la tierra, mi diestra desplegó los cielos,
y los llamé y luego aparecieron. |
14 |
Reunios
todos y oíd: ¿Quién de entre ellos anunció
estas cosas? Aquel a quien ama Yavé, cumplirá su voluntad
contra Babilonia y contra la raza de los caldeos. |
15 |
Yo,
yo he hablado, yo le he llamado, yo le guío y hago prosperar
sus caminos. |
16 |
Acercaos
a mí y oíd esto: Desde el principio no os he hablado
en secreto; cuando las cosas se hacían, allí estaba
yo. Y ahora Yavé me ha enviado con su espíritu. |
17 |
Así
habla Yavé, tu redentor, el Santo de Israel: Yo soy Yavé,
tu Dios, que para utilidad tuya te enseña y te pone en el
camino que has de seguir. |
18 |
¡Ahí,
si hubieses atendido a mis mandamientos, tu paz sería como
un río, y tu justicia como las olas del mar. |
19 |
Y
sería como arena tu simiente, y los frutos de tus entrañas
como sus granos, y no sería extirpado ni exterminado tu nombre
delante de mí. |
20 |
Salid
de Babilonia, huid de entre los caldeos, con gritos de exultación
anunciad, proclamad esto, publicadlo hasta los confines de la tierra;
decid: Rescató Yavé a su siervo Jacob. |
21 |
No
tendrán sed en el desierto por el cual los guía; hará
que broten para ellos aguas de la roca, abrirá la peña
y brotarán las aguas. |
22 |
Pero no hay paz para los malvados, dice Yavé.
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