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CRISTO RAUL CONTRA EL ANTICRISTO

LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 
 

LA SAGRADA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO

ISAÍAS

 
CUARTE PARTE
 
JUICIO SOBRE SAMARIA Y JERUSALÉN
28
 
Contra Samaria y Jerusalén
   
1
¡Ay de la corona soberbia de los ebrios de Efraím y de la flor marchita de su esplendoroso ornato, que (se alza) sobre la cima del fértil valle, de los que se atracan de vino.
2
He aquí que el Señor dispone de un fuerte y poderoso, como turbonada de granizo, como huracán devastador, como chaparrón impetuoso de aguas torrenciales, que derriba a tierra con violencia.
3
Será hollada con los pies en la corona soberbia de los ebrios de Efraím,
4
y la flor marchita de su esplendoroso ornato, que (se alza) sobre la cima del fértil valle, será como breva tempranera que se adelanta a la cosecha, que, en viéndola, apenas se la tiene en la mano, se la traga.
5
En aquel día Yavé de los ejércitos será corona de gloria y diadema de hermosura para las reliquias de su pueblo,
6
espíritu de juicio para el que se sienta en juicio, y de valentía para los que rechazan la batalla hasta la puerta.
7
Y también ellos se tambalean por el vino y vacilan por los licores. Sacerdotes y profetas se tambalean por los licores, se ahogan en vino, titubean por los licores, vacilan por las bebidas fuertes, se tambalean en la visión, tropiezan en los juicios.
8
Porque todas las mesas están llenas de vómitos e inmundicias, no hay lugar para más.
9
¿A quién va a enseñar ciencia y a quién hará entender los oráculos? 3 ¿A los recién destetados, a los arrancados de los pechos?
10
Porque: tsaw latsaw, tsaw latsaw, qaw laqaw, qaw laqaw, zer sham, zer sham.
11
Pues por balbucientes de labios y con lengua extranjera hablará a este pueblo.
12
Aquel que les dijo: Este es el reposo, dad reposo al fatigado, y éste es el descanso; pero no quisieron escuchar,
13
y será para ellos palabra de Yahvé: tsaw latsaw, tsaw latsaw, qaw laqaw, qaw laqaw, zer sham, zer sham, para que anden y caigan de espaldas y sean quebrantados, tomados en el lazo y aprisionados.
14
Oíd, pues, burlones, la palabra de Yavé; dominadores de este pueblo que está en Jerusalén.
15
Porque dijisteis: Hemos hecho pacto con la muerte, nos hemos concertado con el seol; el azote desencadenado pasará sin llegar a nosotros, porque nos hemos hecho de la mentira abrigo, de la perfidia refugio.
16
Por eso dice el Señor, Yavé: He aquí que he puesto en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, piedra angular, de precio, sólidamente asentada; el que en ella se apoye no titubeará.
17
Y del derecho haré regla, y de la justicia haré nivel. Y la granizada echará abajo el abrigo de la mentira, y las aguas torrenciales inundarán el refugio.
18
Vuestro pacto con la muerte será roto, y vuestra convención con el seol no subsistirá; cuando el azote desencadenado pase, os aplastará;
19
siempre que pase, os tomará y pasará todas las mañanas, de día y de noche, y su espantoso terror os servirá de lección.
20
Porque la cama será corta para estirarse, y la manta demasiado estrecha para envolverse.
21
Porque se alzará Yavé como en el monte de Perasim, y rugirá la cólera como en el valle de Gabaón, para realizar su obra, obra extraordinaria; para hacer su obra, obra inaudita.
22
Y ahora no os burléis, no sea que se aprieten vuestras ataduras, pues decretada está la ruina sobre toda la tierra. Yo se lo he oído al Señor, Yavé de los ejércitos.
23
Atended y oíd mi voz, prestad atención y oíd mi palabra:
24
¿Acaso está el labrador arando todo el día para sembrar, abriendo y rastrillando su tierra?
25
Después de allanar la superficie, ¿no siembra la neguilla o esparce el comino, o echa el trigo en líneas o la cebada en su sitio y la avena en sus lindes?
26
Su Dios le instruye y le enseña cómo ha de hacer.
27
Pues no se trilla la neguilla con el trillo ni se hace pasar sobre el comino la rueda de la carreta, sino que la neguilla se bate con el palo, y el comino se bate con la vara.
28
Y el trigo, ¿se muele acaso? No, es pisado sin cesar, se hace pasar sobre él la rueda de su carro, pero no se muele.
29

También esto proviene de Yavé de los ejércitos, cuyo consejo es admirable y cuya sabiduría es grande.


29
 
Castigo de Jerusalén
   
1
¡Ay de Ariel, Ariel, ciudad donde acampó David! Añadid a un año otro año, sigan las fiestas su giro.
2
Yo oprimiré a Ariel, y habrá llantos y gemidos, y será para mí como un Ariel.
3
Y acamparé en círculo contra ti, te cercaré de trincheras y alzaré baluartes contra ti,
4
y, humillada, desde la tierra hablarás, y desde el polvo surgirá tu palabra. Y sucederá que de la tierra saldrá tu voz como la de un fantasma, y del polvo tu palabra como un murmullo.
5
Y será la muchedumbre de tus enemigos como fino polvo; la turba de tus tiranos, como paja que vuela, y vendrá esto de repente, en un momento.
6
Serás visitada de parte de Yavé de los ejércitos con truenos, estruendo y gran ruido, con huracán, tempestad y llama de fuego devorador.
7
Y será como un sueño, como visión nocturna, la muchedumbre de naciones que combaten a Ariel, que le atacan y embisten su fortaleza y la estrechan de cerca.
8
como el hambriento sueña que come, y despierta y está vacía su alma; como sueña que bebe el sediento, y se despierta desfallecido, y su alma sedienta, lo mismo sucederá a la muchedumbre de todas las naciones que pelean contra el monte de Sión.
 
 
Ceguera del pueblo
 
9
Espantaos, asombraos, ofuscaos y cegaos; embriagaos, pero no de vino; bamboleaos, pero no por los licores.
10
Porque derramó Yavé sobre vosotros un espíritu de letargo, y cierran vuestros ojos los profetas y velan vuestras cabezas los videntes.
11
Y toda revelación es para vosotros como palabras de libro sellado que se da a leer a quien sabe leer, diciéndole: “Lee, por favor, esto,” y responde: “No puedo, el libro está sellado.”
12
O se da el libro a quien no sabe leer, diciéndole: “Lee, por favor,” y responde: “No sé leer.”
13
Y el Señor dice: Pues este pueblo se me acerca sólo de palabra y me honra sólo con los labios, mientras que su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es sino un mandamiento humano aprendido.
14
Por eso he aquí que voy a hacer nuevamente con este pueblo extraordinarios prodigios, y la sabiduría de sus sabios perecerá, y la sagacidad de sus prudentes se eclipsará.
15
¡Ay de los que buscan lo profundo para encubrir sus designios! ¡Ay de los que se esconden de Yavé, queriendo encubrir sus pensamientos y para sus obras buscan las tinieblas! y dicen: ¿Quién nos ve? ¿Quién nos conoce?
16
¡Qué perversidad la vuestra! ¿Es que ha de considerarse como arcilla el alfarero, de suerte que diga la obra a su hacedor: No me has hecho tú, y la vasija al alfarero: No entiende?
 
 
Promesas de salud
 
17
¿Es que en breve tiempo el Líbano no se convertirá en vergel, y el vergel será tenido por bosque?
18
Y los sordos oirán aquel día las palabras del libro, y los ciegos verán sin oscuridad y sin tinieblas.
19
Y los humildes volverán a tener alegría en Yavé, y los pobres entre los hombres se gozarán en el Santo de Israel.
20
Porque se acabaron los tiranos, se terminaron los mofadores y fueron aniquilados los que se iban tras la iniquidad,
21
los que por una palabra culpaban a un hombre, y ponían asechanzas al que juzga en la puerta y daban de lado al justo por nada.
22
por eso el que redimió a Abraham, Yavé, dice a la casa de Jacob: Ahora no será confundido Jacob, ya no palidecerá su rostro.
23
Pues cuando vea a sus hijos, la obra de mis manos, en medio de él, santificarán mi nombre, y pregonarán santo al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel.
24

Y los de alma descarriada aprenderán la sabiduría, y los murmuradores aprenderán la doctrina.


30
 
Contra la política humana
   
1
¡Ay de los hijos rebeldes, dice Yavé, que toman consejo, pero no de mí; que derraman libaciones, pero no según mi espíritu, añadiendo pecados a pecados!
2
Toman el camino para bajar a Egipto sin haber consultado a mi boca, para refugiarse al amparo del faraón, para abrigarse a la sombra de Egipto.
3
Pero el amparo del faraón será vuestra vergüenza, y el abrigo a la sombra de Egipto será vuestra confusión,
4
pues cuando estén sus príncipes en Zoán y lleguen sus embaj adores a Janes,
5
todos quedarán burlados por el pueblo, que de nada les servirá, ni podrá socorrerlos ni ayudarlos, mas será su vergüenza y su ignominia.
6
Oráculo de las bestias del Negueb: A través de una tierra de angustia y de tribulación, de donde salen el león y la leona, la víbora y el dragón volador. Llevan a lomo de asnos sus riquezas, y sobre la giba de los camellos sus tesoros, para un pueblo que de nada sirve.
7
Porque el socorro de Egipto no es más que vanidad y nada; por eso le llamo: Rahab que está tranquilo.
8
Ve, pues, y escribe en una tableta ante ellos, y consígnalo en un libro, para que sea en los tiempos venideros perpetuo y eterno testimonio.
9
Porque éste es un pueblo rebelde, hijos fementidos que no quieren escuchar la ley de Yavé.
10
Que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis cosas rectas; decidnos cosas halagüeñas, profetizadnos mentiras,
11
apartaos del camino, quitaos del sendero, dejad de poner a nuestra vista el Santo de Israel.
12
Por eso así dice el Santo de Israel: Ya que rechazáis esta palabra y confiáis en iniquidades y falsedades y en ellas os apoyáis,
13
por eso será para vosotros esta iniquidad como grieta que va a caerse, joroba en alto muro, cuyo derrumbamiento llega de repente, en un instante,
14
y se rompe como sin piedad se rompe una vasija de alfarero, hasta no quedar siquiera un tejón para sacar fuego del hogar o para sacar agua de la cisterna.
15
Porque así dice el Señor, Yavé, el Santo de Israel: En la conversión y la quietud está vuestra salvación, y la quietud y la confianza serán vuestra fuerza;
16
pero no habéis querido, y habéis dicho: No, huiremos en caballos (por eso huiréis), y sobre ligeros (corceles) cabalgaremos. Por eso correrán veloces vuestros perseguidores.
17
(Huirán) mil ante la amenaza de uno solo. Huiréis amenazados por cinco, hasta quedar como un mástil sobre la cumbre de un monte y como una bandera sobre una colina.
 
 
Bendiciones del Señor sobre Judá
 
18
Por eso os está esperando Yavé para haceros gracia, y se levanta para tener misericordia de vosotros, porque es Yavé Dios justo, y bienaventurados cuantos en El esperan.
19
Porque, pueblo de Sión, habitantes de Jerusalén, ya no llorarás más. Te hará gracia a la voz de tu clamor; al oírte te responderá.
20
Y el Señor os dará a comer el pan de la angustia y el agua de congoja. Ya no se ocultarán tus maestros, sino que con tus ojos los verás,
21
y oirás con tus oídos una palabra detrás de ti diciendo: Ese es el camino; anda por él cuando vayáis por la derecha o por la izquierda.
22
Tendréis entonces como inmundicia la plata que cubre vuestros ídolos y el oro que decora vuestras imágenes, y las tiraréis como cosa inmunda, diciendo: ¡Fuera!
23
Entonces te dará El la lluvia para la simiente que siembras en la tierra, y el pan que la tierra produzca será suculento y nutritivo. Entonces pacerán tus ganados en pastos pingües,
24

y los bueyes y los asnos que labran la tierra comerán forraje salado, aventado y bieldado.

25
Entonces, en todo monte alto y en todo collado elevado, habrá arroyos y corrientes de aguas al tiempo de la gran matanza, de la caída de las torres.
26
Y será entonces la luz de la luna como la luz del sol, y la luz del sol siete veces (mayor), como la luz de siete días, el día en que Yahvé vendará la herida de su pueblo y sanará la llaga de sus azotes.
27
He aquí el nombre de Yavé, que viene de lejos. Arde su cólera y es pesado el humo que sube; sus labios están llenos de furor, su lengua es como luego devorador.
28
Su aliento es como torrente desbordado, que sube hasta el cuello para cribar a las naciones en la criba de la destrucción y poner bozal de engaño a las mandíbulas de los pueblos.
29
Entonces vosotros cantaréis como en noche en que se santifica una fiesta, tendréis alegre el corazón, como quien marcha al son de la flauta, para ir al monte de Yavé, a la Roca de Israel.
30
Y hará oír Yavé su voz majestuosa, y mostrará el descenso de su brazo, en el ardor de su ira, en medio de un fuego devorador, en tempestad, en aguacero y en granizo.
31
A la voz de Yavé temblará Asur y será herido con el palo.
32
Y sucederá que cada golpe de palo correctivo que Yavé descargue sobre él, se (dará) al son de tambores y arpas, y en luchas agitadas les combatirá.
33
Está desde hace mucho tiempo preparado un tofet, está también destinado al rey . Honda y ancha es la hoguera, fuego y leña hay en abundancia, que el soplo de Yavé va a encender como torrente de azufre.


31
 
Condenación de la política humana
   
1
Ay de los que bajan a Egipto en busca de socorro, y confían en los caballos, y en la multitud de carros ponen su esperanza, y en la fuerza de los jinetes! Pero no miran al Santo de Israel y no buscan a Yavé.
2
Pero también El es diestro en traer males y no retira su palabra. Y se levantará contra la casa de los malvados, contra el socorro de los que obran la iniquidad.
3
El egipcio es un hombre, no es un dios, y sus caballos son carne, no son espíritu. Y en tendiendo Yavé su mano, caerá el protector y caerá el protegido, ambos juntamente perecerán.
4
Porque así me ha dicho Yavé: Como león que ruge o como cachorro de león sobre su presa, contra el cual se reúne toda la turba de pastores, pero no se acobarda de sus gritos ni se turba ante el ruido de ellos, así Yavé de los ejércitos descenderá a la lucha en el monte de Sión, en su collado.
5
Como aves que levantan el vuelo protegerá Yavé de los ejércitos a Jerusalén; protegiendo salvará, perdonando dejará escapar.
6
Volveos, hijos de Israel, a aquel de quien tan profundamente os habéis separado.
7
Porque, en aquel día, cada cual tirará sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que vosotros os hicisteis con vuestras manos pecadoras.
8
Asur caerá a la espada, que no es espada de hombre, y espada de uno que no es hombre le devorará. Huirá ante la espada, y sus jóvenes (guerreros) serán cautivados,
9
y de terror desaparecerá su roca, y sus príncipes, espantados, abandonarán la bandera. Así dice Yavé, que tiene su fuego en Sión, y su horno en Jerusalén.


32
 
Nueva era de Judá
   
1
He aquí que reinará un rey en justicia y gobernarán príncipes en juicio.
2
Cada uno será como abrigo contra el viento, corno refugio contra la tempestad, como corriente de agua en tierra sedienta, como sombra de una gran roca en tierra desértica.
3
No se ofuscarán los ojos de los que ven, y estarán atentos los oídos de los que oyen.
4
Y el corazón de los precipitados entenderá sabiamente, y la lengua de los tartamudos hablará claro y expedito.
5
No se llamará ya noble al loco, ni magnánimo al bellaco.
6
Porque el insensato dice insensateces, y su corazón maquina la maldad: comete iniquidades, hablando erróneamente de Yavé; deja vacía el alma del hambriento y quita al sediento la bebida.
7
Las armas del malvado son perniciosas: traza planes malignos para perder al desvalido con palabras mentirosas, aunque sea justa la causa del pobre,
8
mientras que el noble tiene nobles designios, y en sus nobles designios persevera.
9
Mujeres descuidadas, levantaos, oíd mi voz; mujeres confiadas, prestad oído a mi palabra.
10
Dentro de un año habréis de temblar, ¡oh confiadas! porque se habrá acabado la vendimia, la cosecha no vendrá.
11
Temblad, descuidadas; estremeceos, confiadas; despojaos, desnudaos, ceñios los lomos.
12
Se dan golpes de pecho, (llorando) por los hermosos campos y las fértiles viñas.
13
En la tierra de mi pueblo crecen los cardos y las espinas, y aun en las casas de placer de la ciudad alegre.
14
Porque los palacios están desiertos, abandonada la ciudad ruidosa; el Ofel y la torre de guardia para siempre convertidas en cuevas, lugar de delicia para los asnos salvajes y de pasto para los ganados.
15
Hasta que sea derramado sobre nosotros espíritu de lo alto, y el desierto se trueque en vergel, y el vergel sea tenido por selva,
16
y el derecho more en el desierto, y la justicia en el vergel.
17
La paz será obra de la justicia; y el fruto de la justicia, el reposo y la seguridad para siempre.
18
Mi pueblo habitará en mansión de paz, en moradas seguras, en asilo de reposo,
19
y la selva caerá a los golpes del granizo, y la ciudad será del todo abatida.
20

Venturosos los que sembráis a orillas de todas las aguas y soltáis el pie del buey y del asno.


33
 
Liberación de Jerusalén
   
1
¡Ay de ti, devastador que no has sido devastado, saqueador que no has sido saqueado! Cuando acabes de devastar, serás tú devastado; cuando acabes de saquear, serás tú saqueado.
2
Ten, ¡oh Yavé! piedad de nosotros; en ti esperamos. Sé tú nuestro brazo cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.
3
A la voz del estruendo huyen los pueblos; cuando te alzas tú, las naciones se dispersan.
4
Se recoge el botín (como) cuando se recogen las langostas, y se precipitan sobre él como se precipita la langosta.
5
Excelso es Yavé, porque mora en la altura y llena a Sión de derecho y de justicia.
6
La seguridad de tus tiempos será tesoro de salvación, de sabiduría y de ciencia; el temor de Yavé será su tesoro.
7
Ved: los de Ariel lanzan gritos fuera, los mensajeros de paz lloran amargamente.
8
Los caminos están desiertos, dejaron de pasar los caminantes. Ha roto la alianza, ha aborrecido las ciudades, no hace cuenta de nadie.
9
La tierra está en luto, mustia; el Líbano, confuso, desfallecido. Sarón es un desierto, el Basán y el Carmelo han perdido su follaje.
10
Ahora voy a levantarme, dice Yavé; ahora surgiré y me alzaré.
11
Concebiréis heno y pariréis paja, y vuestro soplo será fuego, que os devorará
12
Los pueblos serán reducidos a ceniza, como zarzas cortadas y consumidas por el fuego.
13
Vosotros, los que habitáis lejos, oíd lo que he hecho, y los que estáis cerca conoced mi poder.
14
Los pecadores en Sión se espantan, el temblor ha sobrecogido a los impíos. ¿Quién de nosotros podrá morar en el fuego devorador? ¿Quién habitará en los eternos ardores?
15
El que camina en justicia y habla rectitud, el que rechaza ganancias, frutos de violencias; el que sacude sus manos para no tomar soborno, el que cierra sus oídos para no oír (proposiciones) sanguinarias y se tapa sus ojos para no ver el mal,
16
ése habitará en las alturas y tendrá su refugio en firmes rocas; se le dará pan, y tendrá el agua asegurada.
17
Tus ojos verán al rey en su belleza, y verán la tierra que se extiende hasta muy lejos.
18
Tu corazón meditará sobre (los días) de terror: ¿Dónde está el que contaba? ¿Dónde el que pesaba? ¿Dónde el que contaba las torres?
19
A esa gente insolente no verás más, a ese pueblo de lengua oscura que no se entiende, de lengua tartamudeante, que no se comprende.
20
Mira a Sión, la ciudad de nuestras festividades; verán tus ojos a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no emigra, cuyas estacas no serán arrancadas ni rota cuerda alguna,
21
sino que allí está Yavé, magnífico para nosotros, lugar de ríos y Nilos anchurosos, por donde no irán barcas de remos ni pasará ningún majestuoso navio.
22
Porque Yavé es nuestro Juez, Yavé es nuestro Jefe, Yavé es nuestro Rey, El nos salva.
23
Tus cuerdas se aflojaron, ya no sostienen el mástil, ya despliegan la bandera.
24

Entonces la presa que se repartirá será muy grande; hasta los cojos tomarán parte en el saqueo.

25

Y ningún habitante dirá: Estoy enfermo, el pueblo que mora en ella obtendrá el perdón de los pecados.


34
 
Juicio contra las gentes
   
1
Acercaos, pueblos, y oíd; prestad atención, naciones; oiga la tierra y cuantos la llenan, el mundo y cuanto en él se produce.
2
Porque está irritado Yavé contra todas las naciones, airado contra todo el ejército de ellas.
3
Los destina al exterminio, los entrega a la matanza, y sus muertos quedarán abandonados, exhalarán sus cadáveres un olor fétido, y se derretirán los montes por la sangre de ellos.
4
La milicia de los cielos se disuelve, se enrollan los cielos como se enrolla un libro, y todo su ejército caerá como caen las hojas de la vid, como caen las hojas de la higuera.
5
Porque mi espada se empapó en los cielos, he aquí que va a descender sobre Edom, sobre el pueblo que he destinado al exterminio, al juicio.
6
La espada de Yavé está llena de sangre, está encebada en grasa, en sangre de corderos y machos cabríos, en grasa de los ríñones de los carneros, porque hace Yavé un sacrificio en Bosra y una gran matanza en la tierra de Edom.
7
Y caerán con ellos los búfalos, y los novillos con los toros. Su tierra está borracha de sangre, y su polvo engordado con grasa.
8
Porque es para Yavé un día de venganza, un año de desquite para la causa de Sión.
9
Y sus torrentes se convertirán en pez, y su polvo en azufre, y será su tierra como pez que arde día y noche;
10
nunca se extinguirá, subirá su humo perpetuamente. Será asolada de generación en generación, y nadie pasará más por ella.
11
Se adueñarán de ella el pelícano y el mochuelo, la habitarán la lechuza y el cuervo, y echará Yavé sobre ella las cuerdas de la confusión y la plomada de la desolación;
12
y habitarán en ella los sátiros, y todos sus nobles dejarán de existir. Allí ya no habrá reino, y desaparecerán todos sus príncipes.
13
Y en sus palacios crecerán las zarzas, en sus fortalezas las ortigas y los cardos, y serán morada de chacales y refugio de avestruces.
14
Perros y gatos salvajes se reunirán allí, y se juntarán allí los sátiros. También allí Lilit descansará y hallará su lugar de reposo.
15
Allí hará su nido la serpiente y pondrá, incubará y sacará sus huevos; allí se reunirán también los buitres y se encontrarán unos con otros.
 
 
Liberación y gloria de Israel
 
16
Buscad en el libro de Yavé y leed: No faltará ninguno de ellos, porque lo ha mandado la boca de Yavé, y su soplo los ha reunido.
17

El mismo ha echado a suertes entre ellos, y su mano la ha repartido con la cuerda de medir; la poseerán por siempre y la habitarán de generación en generación.


35
 
1
Exultará el desierto y la tierra árida, se regocijará la estepa como un narciso.
2
Florecerá y exultará y dará cantos de triunfo; le será dada la gloria del Líbano, la magnificencia del Carmelo y del Sarón; ellos verán la gloria de Yavé y la magnificencia de nuestro Dios.
3
Fortaleced las manos desfallecidas y afianzad las rodillas vacilantes.
4
Decid a los apocados de corazón: ¡Valor! No temáis, he ahí nuestro Dios. Viene la venganza, viene la retribución de Dios, viene El mismo, y os salvará.
5
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, se abrirán los oídos de los sordos.
6
Entonces saltará el cojo como un ciervo, y la lengua de los mudos cantará gozosa. Porque brotarán aguas en el desierto, y torrentes en la estepa.
7
Y la tierra abrasada se convertirá en estanque, y el suelo árido en fuentes. Lo que fue morada y cubil de chacales, se cubrirá de cañas y juncos.
8
Y habrá allí una calzada y camino, que se llamará la vía santa; nada impuro pasará por ella. El mismo guiará al caminante, y los simples no se descarriarán.
9
No habrá allí leones, ni fiera alguna subirá. Por ella marcharán los redimidos
10
y volverán los rescatados de Yavé. Vendrán a Sión con gritos de júbilo, y alegría eterna será sobre sus cabezas. Gozo y alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y los llantos.