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CRISTO RAUL CONTRA EL ANTICRISTO

LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

CREACION DEL UNIVERSO SEGUN EL GÉNESIS

 
 

LA SAGRADA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO

ISAÍAS

 
SEGUNDA PARTE
 
ORÁCULOS CONTRA LAS NACIONES GENTILES
13
 
Oráculo Contra Babilonia
 
1
Oráculo sobre Babilonia, que vio Isaías, hijo de Amós:
2
Alzad bandera sobre lo alto de un monte desnudo, gritadles, hacedles señas con las manos para que entren por las puertas de los príncipes.
3
Yo mando a mi ejército consagrado para la guerra, y llamo a mis valientes para ejecutar mi ira, a los que triunfan para mi gloria.
4
Murmullo de muchedumbres en los montes, ruido de muchas gentes, de reinos, de gentes reunidas. Yavé de los ejércitos revista al ejército que va a combatir.
5
Viene de tierra lejana, de los confines de los cielos, Yavé con los instrumentos de su furor para asolar la tierra toda.
6
Lamentaos, que se acerca el “día de Yavé,” que vendrá como azote del Todopoderoso,
7
y desfallecerán todos los brazos y se helarán todos los corazones de los hombres;
8
se llenarán de terror y de angustia, y de dolor se retorcerán como parturienta. Se mirarán con estupor unos a otros y se encenderán en llama sus rostros.
9
Ved que se acerca el día de Yavé, y cruel, con cólera y furor ardiente, para hacer de la tierra un desierto y exterminar a los pecadores.
10
Las estrellas del cielo y sus luceros no darán su luz; el sol se esconderá en naciendo, y la luna no hará brillar su luz.
11
Yo castigaré al mundo por sus crímenes, y a los malvados por sus iniquidades. Yo haré cesar la insolencia de los soberbios y abatiré la altivez de los opresores.
12
Yo haré que sean los hombres más escasos que el oro fino, más que el oro de Ofir.
13
Yo haré estremecer a los cielos, y temblará la tierra en su lugar ante la indignación de Yavé de los ejércitos, el día del furor de su ira.
14
Entonces, como cierva asustadiza, como ovejas sin pastor, se irá cada uno a su pueblo, huirá cada uno a su tierra.
15
Cuantos fueren habidos serán degollados, cuantos fueren tomados caerán a la espada.
16
Sus hijos serán estrellados a sus ojos, sus casas incendiadas, sus mujeres violadas.
17
Yo despertaré contra ellos a los medos, que no se cuidan de la plata, que no codician el oro.
18
Y los arcos aplastarán a los mancebos, y no harán gracia al fruto del vientre ni tendrán sus ojos piedad de los niños.
19
Entonces Babilonia, la flor de los reinos, ornamento de la soberbia de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, que Dios destruyó.
20
No volverá jamás a ser habitada, ni poblada en los siglos venideros. No alzará allí el árabe su tienda, ni se apacentarán allí los ganados.
21
Morarán allí las fieras, y los buhos llenarán sus casas. Habitarán allí los avestruces, y harán allí los sátiros sus danzas.
22
En sus palacios aullarán los chacales, y los lobos en sus casas de recreo. Está para llegar su tiempo, no se alargarán mucho sus días.

 

14
 
Promesa de liberación y canto triunfal
   
1
Porque Yavé se apiadará de Jacob, todavía escogerá a Israel, y los hará descansar en su tierra; a ellos se unirán los extranjeros, se unirán a la casa de Jacob.
2
Los tomarán los pueblos y los llevarán a su lugar,y la casa de Israel los tendrá en heredad, como siervos y siervas, en la tierra de Yavé. Cautivarán a los que los habían cautivado y dominarán a sus opresores.
3
Y sucederá que el día en que Yavé te dará el reposo de tus fatigas, de tus penas y de la dura servidumbre a que estuviste sometido,
4
entonarás esta sátira contra el rey de Babionia, y dirás. ¿Cómo se acabó el opresor y pasó la vejación?
5
Rompió Yavé la vara de los impíos, el cetro de los tiranos.
6
El que castigaba los pueblos con furor, sin cansarse de fustigar; el que en su cólera subyugaba las naciones bajo un yugo sin piedad.
7
Toda la tierra está en paz, toda en reposo, exulta de alegría.
8
Hasta los cipreses se alegraron de ti, los cedros del Líbano. Desde que yaces, no sube contra nosotros el leñador.
9
El seol se conmueve en sus profundidades a causa tuya, para ir al encuentro de tu llegada, y por ti despiertan las sombras, todos los grandes de la tierra; haces levantar de sus tronos a todos los reyes de las naciones.
10
Y todos a voces te dicen: ¿También tú te debilitaste como nosotros y has venido a ser semejante a nosotros?
11
Ha bajado al seol tu gloria al son de tus arpas; bajo ti se extienden los gusanos, y gusanos son tu cobertura.
12
¿Cómo caíste del cielo, lucero brillante, hijo de la aurora, echado por tierra el dominador de las naciones?
13
Y tú decías en tu corazón: Subiré a los cielos; en lo alto, sobre las estrellas del cielo, elevaré mi trono, y me asentaré en el monte de la asamblea, en las profundidades del aquilón.
14
Subiré sobre las cumbres de las nubes y seré igual al Altísimo.
15
Pues bien, al seol has bajado, a las profundidades del abismo.
16
Los que te ven te contemplan, sobre ti piensan: ¿Es éste el que hacía temblar la tierra, el que trastornaba los reinos,
17
el que hacía del mundo un desierto, devastaba las ciudades y no liberaba a sus cautivos?
18
Todos los reyes de las naciones reposan con honor, cada uno en su morada;
19
pero tú has sido arrojado de tu sepulcro como rama abominable; revestido de asesinados, los muertos por la espada, con lo que descienden a sepulcros de piedra; como cadáver pisoteado,
20
no tendrás con ellos sepultura, porque arruinaste tu tierra, asesinaste a tu pueblo. No se hablará jamás de la raza de los impíos.
21
Preparad un matadero para los hijos por la iniquidad de sus padres, no se levanten para conquistar la tierra y llenar el mundo de ruinas.
22
Yo me alzaré contra ellos, dice Yavé de los ejércitos. Yo aniquilaré de Babilonia su nombre y sus restos, su raza y su germen, dice Yavé de los ejércitos.
23
Yo la haré hura de erizos, fangosa charca, y la barreré con la escoba de la destrucción, dice Yavé de los ejércitos.
 
 
Oráculo contra Asiria
 
24
Yavé de los ejércitos lo ha jurado, diciendo: Sí, lo que yo he decidido llegará, lo que yo he resuelto se cumplirá:
25
destruiré al asirio en mi tierra, y le hollaré en mis montes, y les quitaré de encima su yugo, y arrojarán su carga de sobre sus espaldas.
26
He ahí la resolución tomada contra toda la tierra, he ahí la mano tendida contra todos los pueblos.
27
Porque Yavé de los ejércitos lo ha decidido, ¿quién se le opondrá? Tendida está su mano, ¿quién la apartará?
 
 
Oráculo contra Filistea
 
 
El año de la muerte del rey Ajaz se dio este oráculo:
29
No te alegres tú, Filistea toda, por haberse roto la vara que te hería, porque de la raza de la serpiente nacerá un basilisco, y su fruto será un dragón volador.
30
Los pobres se apacentarán en mis pastos y los indigentes reposarán seguros. Yo haré morir de hambre a tu posteridad y destruiré lo que de ti queda.
31
Gime, ¡oh puerta! grita, ¡oh ciudad!; cae desfallecida, Filistea toda, porque viene del aquilón una humareda y ninguno se separa de sus batallones;
32
y ¿qué responderá a los mensajeros del gentil? Yavé fundó a Sión, y a ella se acogerán los desvalidos del pueblo.


15
 
Oráculo Contra Moab
   
1
Oráculo sobre Moab: Ved, asolada de noche, Ar-Moab está en ruinas; asolada de noche, está en ruinas Quir-Moab.
2
La hija de Dibón ha subido a los altos para llorar, y Moab se lamenta por Nebo y por Madaba. Todas las cabezas están rasuradas; todas las barbas, afeitadas.
3
Salen por las calles vestidos de saco, por los terrados, por las plazas. Todos dan alaridos, se deshacen en llanto.
4
Hesebón y Eleale lanzan gritos, cuyos ecos se oyen hasta Jahas. Por eso Moab siente desfallecer sus ríñones, y su alma desmaya.
5
Salen gritos del corazón de Moab, sus huidos llegan a Segor y a Eglat-Selisiya; ciertamente suben llorando la cuesta de Luhit, en verdad por el camino de Joronaím van dando gritos de angustia;
6
se han secado las aguas de Timrim, pues se ha secado el heno, se ha marchitado la hierba, no hay verdor.
7
Por eso llevan sus ahorros y sus provisiones al otro lado del torrente de los Sauces.
8
Pues el clamor rodea las fronteras de Moab, los lamentos llegan hasta Eglaím, y hasta Beer-Elim llegan sus alaridos,
9

porque las aguas de Dimón están llenas de sangre, y todavía mandaré sobre Dimón nuevos (males), leones para los escapados de Moab y para los supervivientes de la tierra.


16
 
1
Enviad la hija del señor de la tierra desde la Roca del desierto al monte de la hija de Sión,
2
y sucederá que como ave fugitiva, como nidada dispersa, serán las hijas de Moab por los vados del Arnón.
3
Resuelve, decide, haz a tu sombra como de noche en pleno mediodía, oculta a los desterrados, no descubras al fugitivo.
4
Hospédense en ti los desterrados de Moab, sé para ellos cobijo ante el devastador, hasta que acabe el opresor, cese el devastador y sea consumado fuera del país el pisoteador.
5
Y el trono se afirmará por la clemencia, y se sentará sobre él en fidelidad, en la tienda de David, un juez que buscará el derecho y será pronto a la justicia.
6
Hemos oído del orgullo de Moab, orgulloso en extremo; su arrogancia, su orgullo, su insolencia, su vana palabrería.
7
Por eso laméntese Moab por Moab, sean todos lamentos, suspiren profundamente conmovidos por las tortas de uvas pasas de QuirJareset,
8
porque las viñas de Hesebón están marchitas. Los señores de las naciones han pisoteado la viña de Sibma. Sus ramas se extendían hasta Jazer, sus sarmientos iban a perderse en el desierto, se expandían y pasaban el mar.
9
Por eso uno mis llantos a los llantos de Jazer por la viña de Sibma, y os riego con mis lágrimas, Hesebón y Eleale, sobre cuyos frutos y cosechas caía el grito del lagarero.
10
Ha desaparecido el gozo y la alegría del vergel, ya no hay cantos ni gritos de júbilo en las viñas, ya no se pisa el vino en los lagares, ya cesó el canto del lagarero.
11
Por eso mis entrañas vibran como un arpa por Moab, y mi corazón por Quir-Jareset.
12
Y sucederá que, cuando Moab se presente y se esfuerce sobre los lugares altos y entre en su santuario para orar, no podrá.
13
Esta es la palabra que sobre Moab pronunció Yavé en otro tiempo:
14
Y ahora habló Yavé diciendo: Dentro de tres años, como años de jornalero, será abatida la gloria de Moab con toda su turba, y quedará de ella bien poco, sin importancia.


17
 
Oráculo sobre Damasco
   
1
Oráculo sobre Damasco: Ved a Damasco borrada del número de las ciudades, no es más que un montón de ruinas.
2
Sus ciudades, abandonadas para siempre, serán para los ganados; se tumbarán y no habrá quien los despierte.
3
Cesará de Efraím la fortaleza, y de Damasco el reino, y del resto de Aram será lo que de la gloria de los hijos de Israel, dice Yavé de los ejércitos.
4
Será en aquel tiempo atenuada la gloria de Jacob, y enflaquecerá la grasa de su carne,
5
y será corno cuando el segador recoge la mies y su brazo siega las espigas, y será como cuando se espiga en el valle de Refaím.
6
Queda un rebusco como después de cosechada la aceituna, dos o tres olivas en la punta de la copa, cuatro o cinco en las ramas del árbol, dice Yavé, Dios de Israel.
7
Aquel día se volverá el hombre hacia su Hacedor, sus ojos mirarán al Santo de Israel.
8
Y no se volverá a los altares, obras de sus manos; no mirarán a lo que hicieron sus dedos, a las aseras ni a los cipos del sol.
9
Aquel día serán tus ciudades fuertes abandonadas como las ciudades de los amorreos y jeveos que dejaron ante los hijos de Israel, y habrá desolación.
10
Porque te olvidaste del Dios de tu salud y no te acordaste de la roca de tu fuerza. Por esto plantaste los jardines de Adonis y los sembraste de pámpanos extranjeros;
11
el día mismo que los plantaste, lo cercaste, y en la mañana hiciste florecer a tu semilla; se desvaneció la cosecha en el día de la angustia, y el dolor es irremediable.
 
 
Oráculo sobre Eiopía
 
12
¡Ay! estruendo de muchos pueblos; braman como el bramido del mar; estrépito de naciones, como el estrépito de aguas copiosísimas;
13
y le increpa, y huye lejos, aventado como el tamo de las montañas ante el viento, como el remolino de polvo por el huracán.
14
A la hora de la tarde será el espanto y antes de la mañana habrá desaparecido. Esta será la suerte de los que nos despojan, la suerte de los que nos saquean.


18
 
1
¡Ay de la tierra del zumbido de alas detrás de los ríos de Cus, la que envía mensajeros por el mar en naves de juncos sobre las aguas!
2
Id, veloces mensajeros, al pueblo de elevada talla y piel brillante, a la nación temible y lejana,
3
a la nación fuerte y pisoteadora, cuya tierra está surcada de ríos. Todos vosotros, los moradores del mundo, los habitantes de la tierra, cuando sobre el monte se alce la bandera, mirad; cuando oigáis sonar la trompeta, escuchad.
4
Porque he aquí lo que ha dicho Yavé: Yo miro tranquilo desde mi morada, como calienta sereno un sol brillante, como nube de rocío en el calor de la siega.
5
Porque antes de la vendimia, cuando se ha terminado la floración y la flor se convierte en maduros racimos, cortará los sarmientos con la podadera, y aun quitará y arrancará las cepas;
6
serán abandonados todos a los buitres de los montes y a las bestias del país; allí pasarán los buitres el verano, y las bestias del país el invierno.
7
En aquel tiempo traerán ofrendas a Yavé de los ejércitos, del pueblo de alta talla y piel brillante, del pueblo temible lejano, de la nación fuerte y pisoteadora, cuya tierra está surcada de ríos, a la morada del nombre de Yavé, al monte de Sión.


19
 
Oráculo Sobre Egipto
   
1
Oráculo sobre Egipto: Ved cómo Yavé, montado sobre ligera nube, llega a Egipto; ante El tiemblan todos los ídolos de Egipto, y el corazón de Egipto se derrite en su interior.
2
“Armaré a Egipto contra Egipto, y lucharán hermanos contra hermanos, amigos contra amigos, ciudad contra ciudad, reino contra reino.
3
Y el espíritu de Egipto será vaciado en su interior, y desbarataré sus consejos, y preguntarán a los ídolos y a los hechiceros, a los evocadores y adivinos.
4
Y entregaré a Egipto en manos de duro dueño, y un rey fuerte se adueñará de ellos, dice el Señor, Yavé de los ejércitos.”
5
Las aguas del mar se agotarán, y el río se consumirá, se secará,
6
y apestarán los canales, bajarán y se secarán los ríos de Egipto; juncos y cañas se mustiarán.
7
Las praderas sobre el Nilo, a las riberas del Nilo, cuanto el Nilo hace brotar, se secará, se disipará y dejará de ser.
8
Y gemirán los pescadores, y se lamentarán cuantos echan en el Nilo el anzuelo, y cuantos extienden la red en las aguas languidecerán.
9
Y se avergonzarán los que trabajan en lino; peinadoras y tejedores palidecerán.
10
Sus tejedores serán oprimidos, y todos los obreros apesadumbrados.
11
Los príncipes de Zoán son del todo locos; los sabios consejeros del faraón son de necio consejo. ¿Corno decís al faraón: Somos hijos de sabios, hijos de antiguos reyes?
12
¿Dónde están, pues, tus sabios? Infórmente y dente a saber lo que Yavé de los ejércitos ha determinado sobre Egipto.
13
Los príncipes de Zoán son del todo locos, los príncipes de Menfis van errados, los jefes de sus tribus engañan a Egipto.
14
Yavé ha derramado en su interior un espíritu de vértigo, y descarrían a Egipto en cuanto hacen, como se tambalea un borracho al vomitar.
15
Y no habrá para Egipto obra alguna, háganlo cabeza y cola, palmera y junco.
16
Aquel día serán los egipcios como mujeres, se aterrarán y temblarán ante la mano agitada de Yavé de los ejércitos, que hace blandir sobre ellos.
17
Y será la tierra de Judá motivo de espanto para Egipto; quienquiera que la oiga nombrar, temblará ante los designios de Yavé de los ejércitos que decidió sobre él.
18
En aquel día habrá en tierra de Egipto cinco ciudades que hablarán la lengua de Canaán y jurarán por Yavé de los ejércitos, y de ellas una se llamará la Ciudad del Sol.
19
Aquel día habrá en medio de la tierra de Egipto altar para Yavé,y en sus fronteras estelas de Yavé.
20
Esto será para Yavé de los ejércitos señal y testimonio en la tierra de Egipto, y cuando llamen a Yavé en sus tribulaciones, Yavé les mandará un salvador, que luchará y los salvará.
21
Yavé hará que los egipcios le conozcan, y Egipto conocerá aquel día a Yavé, y le ofrecerán sacrificios y oblaciones, y harán votos a Yavé, y los cumplirán.
22
Y Yavé castigará a Egipto hiriendo y sanando, y se convertirán a Yavé, que se dejará mover a compasión y lo curará.
23
Aquel día habrá un camino de Egipto a Asiria, y Asiria irá a Egipto, y Egipto a Asiria, y Egipto juntamente con Asiria servirán a Yavé.
24
Aquel día Israel será tercero con Egipto y Asiria, como bendición en medio de la tierra.
25

Bendición de Yavé de los ejércitos, que dice: Bendito mi pueblo de Egipto, y Asiria, obra de mis manos, e Israel, mi heredad.


20
 
Oráculo sobre Egipto y Etiopía
   
1
El año en que el Tartán vino a Azoto mandado por Sargón, rey de Asiria, y combatió Azoto y la tomó,
2
en aquel tiempo habló Yavé por Isaías, hijo de Amós, diciendo: Ve, quítate de tus lomos el saco y descálzate los pies. Hízolo así Isaías, andando desnudo y descalzo,
3
y dijo Yavé: Como anduvo Isaías, mi siervo, desnudo y descalzo tres años, señal y pronóstico sobre Egipto y Etiopía,
4
así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Etiopía, mozos y viejos, desnudos y descalzos, al aire las nalgas, la desnudez de Egipto.
5
Y los que contaban con Etiopía y se enorgullecían de Egipto, quedarán consternados y confusos,
6
y los moradores de esta tierra dirán: Mirad a los que eran nuestra esperanza, a los que pensábamos acogernos para que nos sirvieran de refugio y protección contra el rey de Asiría. ¿Cómo escaparemos nosotros ?


21
 
Oráculo sobre Babilonia
 
1
Oráculo sobre el desierto del mar. Como huracán del Negeb desencadenado, viene del desierto, de la tierra espantosa.
2
Me ha sido mostrada una dura visión: saqueadores saqueando, aseladores asolando. Sube Elam, asedia Media. Yo hago cesar todo gemido.
3
Por eso mis riñones se han llenado de espasmo; soy presa de dolores como de parturienta; y aturdido, ya no oigo; espantado, ya no veo.
4
Pasmóse mi corazón, el terror me invadió; la hora del crepúsculo, por mí deseada, se trocó para mí en espanto.
5
Han puesto la mesa, han tendido el mantel, se come, se bebe. ¡Arriba, príncipes, a engrasar el escudo!
6
Porque así me ha dicho el Señor: Ve, pon un atalaya que comunique lo que vea,
7
y si ve un tropel de caballos, de dos en dos, tiros de asnos, tiros de camellos,
8
que mire atentamente, muy atentamente, y que grite: “Ya veo.” Así estoy yo, Señor, en atalaya, sin cesar todo el día, y me quedo en mi puesto toda la noche.
9
Y he aquí que llegan tropeles de gente, tiros de caballos, y comenzaron a hablar, diciendo: ¡Cayó, Babilonia ha caído, y todas las estatuas de sus dioses yacen por tierra destrozadas!
10
¡Oh mi (pueblo) trillado e hijo mío de la era! lo que he oído de parte de Yavé de los ejércitos, del Dios de Israel, yo te lo he hecho saber.
 
 
Oráculo sobre Edom
 
11
Oráculo sobre Edom. Danme voces desde Seir: Centinela, ¿qué hora es de la noche? Centinela, ¿qué hora es de la noche?
12
El centinela dice: Viene la mañana y también la noche. Preguntad si queréis, volved a venir.
 
 
Oráculo sobre Arabia
 
13
Oráculo sobre Arabia. Pasad la noche en el bosque, en la estepa, caravanas de Dedán.
14
Al encuentro de los sedientos traed agua; habitantes de la tierra de Tema, con su pan id al encuentro de los fugitivos.
15
Porque van huyendo de la espada, de la espada desenvainada, ante los tensos arcos y ante la violencia de la batalla.
16
Porque así me ha dicho Yavé: Dentro de un año, como año de jornalero, se acabará toda la gloria de Cedar,
17

y el resto del número de arcos de los valientes hijos de Cedar será reducido, porque Yavé, Dios de Israel, ha hablado.


22
 
Oráculo Sobre Jerusalén
   
1
Oráculo sobre el valle de la Visión. ¿Qué tienes para subirte así, toda, a los terrados,
2
ciudad turbulenta, llena de tumulto, ciudad alegre? Tus heridos no son heridos a la espada y no han muerto en el combate.
3
Tus caudillos huyeron todos a la vez, han sido apresados sin arco; y todos tus valientes han sido tomados en masa, huían lejos.
4
Por eso os digo: Apartad la mirada de mí; lloraré amargamente; no os esforcéis en consolarme por la devastación de la hija de mi pueblo.
5
Porque es día de alboroto, de conculcación y de consternación de parte del Señor, Yavé de los ejércitos. En el valle de la Visión, derrumbamiento de murallas, griterío en la montaña.
6
Y Elam ha tomado la aljaba, Aram ha montado a caballo, Quir ha desenfundado el escudo.
7
Tus valles mejores están llenos de carros, acampan los jinetes junto a la puerta.
8
Y descubrirá el velo de Judá, y miraréis aquel día al arsenal de la casa del bosque,
9
y veréis que las brechas de la ciudad de David son numerosas, y recogeréis las aguas del estanque inferior.
10
Contaréis las casas de Jerusalén, y derribaréis las casas para fortalecer las murallas.
11
Y haréis depósito entre los dos muros para las aguas de la piscina vieja, pero no miraréis al que ha hecho esto, no veréis al que de mucho ha las preparó.
12
El Señor, Yavé de los ejércitos, os invita en ese día a llorar, a gemir, a rasurar la cabeza, a ceñir el saco.
13
Mas he aquí que hay júbilo y alegría, matanza de bueyes y de ovejas, comida de carne y bebida de vino. “¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!”
14
Pero se ha revelado Yavé de los ejércitos a mis oídos: Ciertamente no será perdonado este pecado hasta que muráis.
 
 
Oráculo sobre Sobna, mayordomo de palacio
 
15
Así dice el Señor, Yavé de los ejércitos: Anda y ve a ese cortesano, a Sobna, el superintendente de palacio:
16
¿Qué tienes tú aquí o a quién tienes tú aquí para labrarte aquí un sepulcro? Se está labrando su sepulcro en la altura, se talla una morada en la roca.
17
He aquí que Yavé te lanzará con ímpetu varonil, te echará a rodar, ¡oh gran señor! como una bola; con ímpetu te lanzará como una bola sobre la vasta tierra. Allí morirás y allí serán tus carros gloriosos, ¡oh vergüenza de la casa de tu señor!
18
Te depondré de tu cargo y te arrancaré de tu lugar.
19
Y aquel día llamaré yo a mi siervo Eliaquim, hijo de Helcías,
20
y le revestiré de tu túnica y le ceñiré de tu cinturón, y pondré en sus manos tu poder. Y él será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá.
21
Y pondré sobre su hombro la llave de la casa de David; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.
22
Y le hincaré como clavo en lugar seguro, y será trono glorioso de la casa de su padre.
23
Y le colgarán toda la gloria de la casa de su padre, los vástagos y descendientes, todos los utensilios pequeños, desde las copas hasta los odres.
24
Aquel día, dice Yavé de los ejércitos, el clavo que estuvo hincado en lugar seguro será arrancado y caerá, y se romperá el peso que de él pendía, pues así lo dice Yavé.


23
 
Oráculo Sobre Tiro
   
1
Oráculo sobre Tiro. Gemid, naves de Tarsis; vuestro puerto está destruido; a la vuelta de la tierra de Quittim les dieron la noticia;
2
los habitantes de la costa del mar han enmudecido; el mercader de Sidón que atraviesa los mares,
3
cuyas mensajeros van sobre la muchedumbre de las aguas, cuya ganancia eran la simiente de Sijor, la cosecha del Nilo, y se convirtió en el emporio de los pueblos.
4
Avergüénzate, Sidón, pues el mar habla, la fortaleza del mar, el baluarte del mar, dice: No he concebido y no he parido, no he criado muchachos ni he educado doncellas.
5
Cuando Egipto sepa la noticia, temblarán al conocer la nueva de Tiro.
6
Pasad a Tarsis, lamentaos, moradores de la costa.
7
¿Es ésta vuestra ciudad alegre, la de antiguo origen, que iba por sus pies a lejanas regiones para morar en ellas?
8
¿Quién decretó tal cosa contra Tiro la coronada, cuyos mercaderes eran príncipes, cuyos negociantes eran grandes de la tierra?
9
Yavé de los ejércitos lo decretó para profanar el orgullo de toda gloria, para humillar a todos los grandes de la tierra.
10
Pasa a tu tierra, como el Nilo, hija de Tarsis; ya no hay ceñidor.
11
Yavé tendió su mano sobre el mar e hizo temblar a los reinos; Yavé ordenó la destrucción de las fortalezas de Canaán.
12
Y dijo: No te volverás a regocijar, violada doncella, hija de Sidón. Levántate y vete a la tierra de Quittim, que ni aún allí habrá reposo para ti.
13
He aquí la tierra de los caldeos; tal pueblo no existía; Asur lo fundó para los animales del desierto; alzaron sus torres, arrasaron sus palacios, han reducido a ruinas.
14
Gemid, naves de Tarsis, que vuestro puerto ha dejado de existir.
15
Y sucederá aquel día que Tiro será olvidada setenta años, los años de la vida de un rey, y al cabo de setenta años le ocurrirá a Tiro como dice el canto de la ramera:
16
“Toma la cítara, y recorre la ciudad, ramera olvidada; toca lo mejor que puedas, multiplica las canciones, a ver si se acuerdan de ti.”
17
Y sucederá que al cabo de setenta años visitará Yavé a Tiro, y volverá a su salario, y se prostituirá a todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra,
18

pero su ganancia y su salario serán consagrados a Yavé; no serán guardados ni atesorados, sino que serán para los que habitan ante Yavé, para nutrirlos hasta la saciedad y vestirlos con esplendor.