cristoraul.org//El Vencedor Ediciones |
|
|||
CAPÍTULO DUODÉCIMOLA MAGISTRATURA DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL
No
hay conclusiones. El Mundo sigue abierto al Futuro. Los retos de cada Siglo, de
cada Milenio son realidades que cada Generación debe afrontar desde la
Inteligencia que mira al Interés Universal acorde al espíritu jesucristiano en el que nuestro pensamiento político, histórico,
científico, religioso y moral ha sido formado.
El
Interés del Individuo está sometido al Universal. Somos semejantes de Dios;
somos el reflejo vivo de Su Alma Social. Desde esta Verdad Eterna comprendemos
que desde el momento que un hombre, un grupo de Poder, un Partido Político, una
Sociedad secreta, una institución religiosa, etcétera, pone el universo de las
Relaciones de la Sociedad a sus pies para satisfacción de sus propios instintos
y pasiones egocéntricas en pro de investirse de Privilegios que sitúen a ese
individuo, grupo, partido, secta, o institución, mas allá de la Justicia, desde este momento el letal Virus de la corrupción
comienza su andadura hacia su meta: La Dictadura, la Tiranía, la Teocracia y finalmente
la Guerra.
Seis
mil años viviendo en el infierno capacita al hombre para abstraer conclusiones
finales sobre la naturaleza de las leyes que rigen el comportamiento de los
vivientes bajo el imperio de la Ciencia del Bien y del Mal.
Seis
mil años de experiencia sufriendo este infierno que la corrupción de querer
situarse más allá de la justicia universal trajo sobre todos los habitantes de
la Tierra, seis mil años son suficientes para armarse de valor y alzarse contra
todo tirano, dictador, corrupto y ególatra demente que en nombre de una revolución
hecha a su medida únicamente pretende enmascarar su conquista satánica del
status de los dioses del infierno.
No
podemos permanecer viviendo de rodillas ante la Muerte. El Miedo a la Muerte es
el principio de todas las dictaduras, y tiranías. Tan malo es el Crimen del
Dictador como la Cobardía del Ciudadano.
Así
pues, no hay conclusiones sino en relación a los problemas del momento.
Cada
generación tiene los suyos y cada siglo debe responder a sus problemas de
acuerdo al espíritu que conduce a la Humanidad de Siglo en siglo hasta alcanzar
la Paz Mundial sobre las bases de la Verdad y la Justicia, nunca sobre los
pilares malignos de la dictadura de las leyes políticas y la tiranía de los intereses
individuales.
En
este orden bueno es afirmar que el Poder Político en un mundo regido por la ley
del Bien y del Mal tiene su Origen en el Crimen, y su Razón, teniendo por medio
el Asesinato, tiene por Fin la ruina del pueblo sobre el cadáver de quienes se
oponen a la ejecución del delito sin cuya consumación no se puede acceder al
Poder.
El
Episodio de Caín y Abel es la Lección Suprema Número Uno que Dios nos pone
delante de la cara para el que tenga ojos vea el Origen y Razón del Poder en su
naturaleza más sórdida y repugnante, el asesinato del propio hermano como
resultado de la oposición de éste a secundar los planes del aspirante a
salvador del mundo.
La
función y misión de todo hombre es, en consecuencia, deduciendo de seis mil
años de Fratricidio Universal Ininterrumpido es abolir el Poder fundado sobre
este Delito. Un Poder Político que no tiene por Principio y Fin la Fraternidad
Universal Divina sino que por desplazamiento criminal del Derecho Natural se
alza sobre la Ley de las Armas, ese Poder es Asesino, Parricida, Matricida,
Fratricida, Homicida, ese Poder es, en definitiva: un Delito contra la
Humanidad, ese es un Poder que nace en la corrupción para conducir al Mundo a
su destrucción total.
No
hay excusa, no hay justificación, no hay razonamiento ni discurso que valga en
defensa de ese Poder; el Poder en cuanto que justifica el Delito, y quiere
hacer del Delito el medio necesario para un fin que trasciende al propio
Delito, ese Poder es en sí un Delito contra la Naturaleza de la Vida.
Acorde
a esta Perversión de la Naturaleza Social del Estado, Caín mató a su hermano.
Abel se oponía, se opone y se opondrá por la Eternidad a todo Poder político establecido
sobre una Ley justificadora del Delito y Crimen de Estado.
Fue
contra esta sangre de Fidelidad al Derecho Natural Divino del Hombre que creció
el Estado Antiguo, ese Estado que se alzó contra el Nuevo Abel, quien venciendo
al otro Caín de la manera revolucionaria más increíble de creer nos llenó de su
espíritu de lucha, resistencia y victoria. Sobre estas nuevas bases vino a luz
el Mundo Cristiano que extendiendo sus ramas ha cubierto las cuatro esquinas de
la Tierra.
Sin
embargo, como la cabra vuelve al monte, el hombre vuelve a los campos de la
Guerra en la creencia de hallar en la Muerte la Respuesta a los problemas que
la Naturaleza le presenta a la hora de someterse en todo al Bien Universal. En
su ignorancia el Hombre Moderno no quiso ver que la Libertad sólo se realiza en
el Marco de la Ley implícita en la Naturaleza Divina del Universo, que la
Naturaleza Social del Hombre no es una conquista del Hombre sino la Victoria
del Creador sobre la Materia, a la que comunicándole su Alma la eleva a su
Espíritu para la transfiguración sempiterna de su Criatura en hijo de Dos.
Contra
su Origen Cristiano el Estado Moderno mantuvo la Razón de Estado Medieval como
Necesidad. En lugar de abolir el Crimen como Razón de Estado cubrió este Delito
Maligno inventando una Institución Secreta de Inteligencia al Servicio de la
Seguridad Nacional.
Esta
perversión de la Naturaleza del Estado nos pone delante la Necesidad de la
Separación de Gobierno y Estado a fin de que por el Gobierno sea abolida esa
Necesidad y por el Estado sea regulado el Gobierno a fin de que no pueda usar
los poderes del Estado para encubrir crímenes de ninguna naturaleza.
Aun
así observamos que incluso permaneciendo esta Razón delictiva las diferencias
estructurales entre los Estados se distancia acorde a su aproximación al
Derecho Cristiano.
En
las naciones de base histórica cristiana se ha luchado por una separación legal
de poderes entre Política y Religión, cada cual ocupándose de su esfera, la
Política de la materia y sus necesidades, y la Iglesia del espíritu y las
suyas, gracias a la cual el Estado ha sido amputado de toda Razón justificativa
del Crimen como necesidad estructural de Supervivencia.
Observamos
que en las Naciones donde Poder y Estado son una sola cosa, tipo Socialista, el
Crimen de Estado sigue siendo una Necesidad legal, aunque aplicada
selectivamente; y dentro de los Estados Socialistas tenemos el caso extremo de
China, Tiranía del Poder Absoluto ejercido contra la Aspiración Democrática de
un pueblo impotente para sacudirse el Yugo de la Dictadura Socialista, como ya
se viera en la Plaza de Tiananmen; desde la China
Absolutista Posmaoista hasta el Socialismo del XXI
hay un largo trecho, porque si en el caso chino se fue de una teocracia
infernal repugnante, legitimadora de la Revolución Maoísta, en el caso de
Venezuela, Bolivia y vecinos, tenemos la degeneración de Estados Democráticos
en Dictaduras Socialistas, así invirtiendo el camino de la evolución de lo
mejor a lo peor "en nombre del pueblo". Que una Democracia en vías de
evolución determine su lucha contra las fuerzas del Poder mediante el Poder
Absoluto es una demencia que conduce de lo imperfecto a la ruina tipo castrista.
En
las naciones donde el Islam tiene el Poder el Crimen es parte del Estado y el
asesinato selectivo, por razones religiosas o políticas, es condición natural a
cumplir en orden a su supervivencia. De manera que si en los Estados
Socialistas, sin renunciar el Poder al Crimen como Razón Política, el Crimen de
Estado está compungido porque no puede manifestarse en la plenitud de su
sentido en orden a la repugnancia que se va operando en el seno del Pueblo,
cuya aspiración a la Democracia crece imparable, aunque reprimida; observamos
que en las Naciones Islámicas, siendo la Democracia contraria al Crimen de
Estado, el Estado es Criminal por Naturaleza Religiosa; y siendo la Democracia
el Estado en que el Crimen Político y Religiosa es un delito, es sólo natural que
la Democracia y el Estado Islámico se hallen siempre y eternamente atrapados en
el Episodio de Caín y Abel. Mientras Abel, el pueblo, se mantenga de rodillas
ante Caín, el Poder, el Crimen de Estado es innecesario, pero desde el momento
que Abel intenta levantarse: Caín no duda en coger el hueso del asno y partirle
la cabeza a Abel, como se ha visto últimamente en la Revolución Verde de Irán y
en la revolución del Pueblo contra el Poder en Indonesia.
La
Revolución de la Primavera Árabe habla mejor que escribo.
así
pues, la misma Ley que puso en escena el Crimen como condición necesaria para
el acceso al Poder, sigue operativa en las naciones donde el Poder, alcanzado
mediante crimen, necesita del Crimen como Razón de Supervivencia.
No
es en vano que habiendo el Cristianismo alcanzado su posición en la
Civilización sin haber utilizado el Crimen como Medio, allí donde crece el
Cristianismo haya crecido la Democracia, y una vez nacida, conviviendo con el
Cristianismo, el Pueblo por propia inercia evolutiva tienda a la Supresión del
Crimen como Razón de Estado.
Y
viceversa, habiendo sido el Estado Cristiano el campo donde el árbol de la
Democracia echó raíces y creciera hasta alcanzar la evolución que se observa en
los Estados Europeos, la batalla por la extinción del Cristianismo por parte
del Poder Socialista, condición necesaria para su perpetuación en el Poder,
denuncia la existencia de una Razón Dictatorial que, no pudiendo simplemente
asesinar a Abel, busca su muerte mediante medios más sutiles.
Observamos
que Socialismo es igual a ruina.
Esta
Ley, que causó la Caída de la famosa Unión Soviética, y siguiendo su obra, fue
la Ley que condujo a la ruina a Hungría, Yugoslavia, Checoslovaquia, Rumanía,
Bulgaria... es la Ley que ha conducido a las naciones del Socialismo del Siglo
XXI a su actual miseria. Después de 30 años de Poder Socialista ¿qué se podía
esperar en el futuro de Grecia sino la ruina? Exceptuando un paréntesis
democrático, lo mismo podemos decir de España, ¿qué se podía esperar en el
futuro de España tras treinta años de Socialismo si no la ruina?
La
Ley es obvia, allá donde se implanta el Socialismo crece la ruina; allá donde
se implanta el Islam, la Democracia aborta.
Así
pues, seis mil años de vivencia en el infierno es todo un curso en la Ciencia
del Bien y del Mal que, siguiendo la inteligencia natural, debiera haber hecho
de todo hombre, varón o fémina, un verdadero catedrático en la materia.
Lamentablemente observamos todo lo contrario, es decir, que cada persona actúa
como si el mundo hubiera nacido con él y la Historia no tuviera nada que ver
con su presente y su futuro.
En
otro contexto a esta desconexión de la Memoria con la Consciencia se le llama
esquizofrenia.
No
en vano toda organización que busca el Poder tiende a provocar este proceso
esquizoide durante el Periodo de Crecimiento de la Inteligencia Natural, que
provoca mediante la supresión de la Ciencia Histórica de la Educación Escolar,
y cuando semejante supresión acusa al Poder, reduciéndola a su mínima
expresión.
Del
otro lado, creando este abismo entre Presente e Historia Universal, el Poder
intensifica la implantación de la Memoria Histórica, levantando entre el
Presente y el Futuro un Muro contra cuya dureza se rompe la cabeza la
Democracia. En este juego de intereses individuales el hombre se queda, como
dice el proverbio, bailando en la cuerda floja.
La
Ley es lógica: donde no existe cultivo de la Inteligencia se produce por fuerza
la cosecha del Votante Basura, que es aquel incapaz de relacionar las leyes de
la Historia, que son las conclusiones de la experiencia, con el Presente y sus
circunstancias. ¿Existe una sola nación islámica donde gobernando el Corán
reine la Ley de la Democracia? ¿Existe una sola nación que tras treinta años de
Poder Socialista no haya sucumbido en la ruina? La Ruina o la Dictadura
Criminal, es la salida a la que conduce todo Estado sometido al Socialismo;
ejemplos de ruina, Grecia, y de Dictadura, Cuba.
Luego
volviendo a la magistratura que concede seis mil años de vivencia en el
infierno de la Ciencia del Bien y del Mal, el hombre, varón o fémina, que busca
un mundo para sus hijos donde la Ley sea la de la Vida, tiene por tarea no
tocar jamás ninguna de las ramas del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal,
sea Socialista o Islámica, a la vez que tiene por trabajo perfeccionar el
Estado Democrático mediante la evolución de toda su estructura hasta la
supresión total y definitiva del Estado como Razón de Gobierno.
El
Estado no tiene por naturaleza su uso para el aplastamiento de las fuerzas opositoras
por parte del Gobierno de turno; el Estado tiene la función histórica de
impedir que el Gobierno de cambio pise las Leyes, y los gobernantes perviertan
las Leyes en orden a la Involución de la Civilización de lo mejor a lo peor; es
decir, el Futuro de la Civilización pasa por la Separación de Estado y
Gobierno, dos dimensiones paralelas que coexisten pero no deben mezclarse.
Observamos,
hablando para la Civilización Cristiana, que donde el Estado queda esclavizado
al Gobierno por Ley, la Corrupción Política y la Perversión de los Gobiernos
por los poderes económicos internacionales y nacionales conduce al Estado a una
intensificación de sus capacidades represoras, justificando el Gobierno el
abandono de la Herencia Democrática conseguida durante decenios en la necesidad
de salir de la ruina, a que el Pueblo fue conducido por ese mismo Poder que se
quiere ahora alzar como salvador de la Nación sobre la que trajera semejante
ruina.
Es,
por tanto, un "fenómeno" leer las declaraciones de los gobernantes ruineros, proclamando querer erigirse en los salvadores de
la ruina que ellos mismos provocaron, caso Griego-Español. Pegan la puñalada y
exigen ser el médico que cure y cierre la herida, y quien le niegue el deber
que les asiste de curar al moribundo es un enemigo de la Democracia.
Si
el "fenómeno" es este tipo de gobernante, no menos “fenómeno” es un
votante incapaz de relacionar puñal con herida, Judas con treinta monedas de
plata.
Difícil
se hace, por consiguiente, para quien ama la Historia como fuente de la Memoria
Universal, asimilar la esquizofrenia intelectual que pregona el Poder,
Socialista o Islámico, como condición necesaria para la preservación del Orden
y el Progreso del Estado. No es el Estado el que debe progresar, es la Nación
la que debe evolucionar desde un estado salvaje, bárbaro, racional, a uno
intelectual, en lo material y en lo espiritual, donde el Poder no existe como
Medio ni como Fin sino como Principio del Ser Humano, y este Principio basado
en la Palabra, que se hace Ley para hacer de cada hombre ley en sí mismo; y
acorde a esta Evolución crece el Estado para mantener siempre el Gobierno
dentro de las Leyes. De donde lo contrario, la Corrupción y la ruina de los
Estados procede de la creación de leyes por parte de los Gobiernos que miran
exclusivamente a la legalización de las actitudes y comportamientos delictivos
de los Poderes, sean Políticos, Religiosos o Económicos.
Ya
vemos, siguiendo el Curso sobre Ciencia del Bien y del Mal que Dios tuvo que
abrir contra su Voluntad, haciendo de nuestro mundo el libro donde leer,
escrito con nuestra sangre, por qué Dios abolió todo Poder y declaró el Fin de
toda Corona y Señorío, estableciendo un Estado Universal, Único y Todopoderoso,
es decir, Incorruptible, permaneciendo el Gobierno de cada Nación distinto de
este Estado y a la vez sujeto a la Ley de dicho Estado.
De
aquí que la Democracia Perfecta es aquella que se rige por la Ley del Estado
Divino, cuya Ley es Incorruptible, y mira a la Paz y la Libertad de todas las
Naciones, dejando en las manos de cada Gobierno la proclamación de las leyes
que surgen a raíz de las circunstancias que la evolución de la propia
Civilización sugiere. Separando Dios de esta manera Estado y Gobierno ha creado
una Dimensión de Comportamiento donde el Estado Divino, al mirar exclusivamente
a la Paz y la Libertad, y no cediendo estas competencias a ningún Gobierno
Local, todo movimiento hacia la Guerra y la Dictadura es eliminado de raíz.
En
una superficie de referencia más cercana, por hablar a lo humano, el Estado es
al Gobierno lo que el esqueleto al cuerpo humano. La persona tiene la libertad
de movimiento para dirigir su existencia hacia aquello que le sugiera su deseo
de vida; y sin embargo la persona no tiene ningún dominio ni poder sobre su
esqueleto. El Estado, (esqueleto), siguiendo esta ley de vida, no tiene la
misión de reprimir o imponerle al Gobierno (el cuerpo) la dirección de su
movimiento; y viceversa, el Gobierno no puede manipular la estructura del
Estado, y cuando lo hace entra en la Nación la Corrupción y la Ruina que
conduce a la Dictadura, y por la Dictadura, a la Guerra Civil.
La
actuación biohistórica de Gobierno y Estado en
coexistencia "inseparable" pero "separada" es lo que
determina la Inmunización de la Sociedad, la Nación y la Civilización contra la
Corrupción, la Dictadura y la Guerra. Y siguiendo esta Ley ha querido Dios
disponer que su Reino se rija por esta "separación-inseparable" entre
Estado y Gobierno. Lo que a toda criatura le compete es asimilar lo que Dios dispone
a las estructuras que le son propias.
Obviamente
todo Poder Político o Religioso que busque su propio Interés, no otro que su
Supervivencia en el Privilegio, ha de levantarse contra esta Separación de
Estado y Gobierno; ahora bien, si Abel era santo y prefirió, como Cristo,
dejarse matar antes que responderle a la violencia con violencia, el Derecho a
la defensa de la Vida es superior al martirio cuando no existe causa de
crucifixión y el que está dispuesto al crimen se ha puesto más allá de toda
capacidad de redención; o como reconoce la Carta Fundacional de la Democracia:
la Nación, el Pueblo y el Estado tienen el Deber de levantarse contra el
Gobierno cuando quiere usar el Poder como plataforma hacia la Dictadura
mediante la ruina de la Economía Nacional.
Observamos
en el comportamiento de las clases políticas cómo la Crisis Económica Global
está siendo usada para la creación de Figuras Totipotentes, cuyos poderes
especiales atentan contra la evolución de la Civilización. La respuesta de la
alianza entre los poderes políticos y económicos a los problemas urgentes que
la propia evolución promueve no es sino la necesidad de dotar a la Democracia
de “poderes especiales”, a la salud de los cuales la Libertad de expresión y de
Movimiento son sacrificadas en aras “de la Libertad, el Orden y la Paz”.
Pero
los tiempos nos están para brevas, en el horizonte se arremolinan nubes, bajo
nuestros pies la tierra tiembla, y todo lo que se le ocurre a los poderes de
este mundo es que miremos a los cielos, adonde van a enviar escuadrones
suicidas a Marte, del que bajan sondas fantasmas tipo Hayabusa;
mientras tanto se reparten entre ellos el tesoro de las naciones, y por dinero
destruyen la Naturaleza con la impunidad del que puede callar al hombre más
poderoso del planeta con un cheque de 20 Mil Billones de dólares sobre la mesa
y otro en blanco bajo cuerda.
EL VENCEDOR EDICIONES
|
|||
|