LA
BIBLIA DEL SIGLO XXI - LA
HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO CRISTO RAÚL EPÍLOGO UNIVERSAL
"YO SOY DIOS, YO SOLO HE SIDO FORMADO, Y DESPUÉS DE MÍ NO HABRA OTRO", dice Dios. Esta Declaración es para la Eternidad, delante de su Creación entera Dios Padre declara que: Dios Hijo no vivirá aquel Proceso de Formación en el que el Creador nació en Dios. "Yo soy Dios ... y después de mí no habrá Otro" afirma la Veracidad Divina del Hijo a la vez que le cierra la puerta al Proceso de Formación del Creador en Dios que vivió el Padre, y la consolidación de su la Personalidad de su Espíritu, del que dice: "YO SOY EL QUE SOY". Y es este DIOS PADRE quien da a conocer su Respuesta a la Rebelión de aquellos hijos perversos y rebeldes que en la Alianza de la Serpiente causó la el Acontecimiento que llamamos la Caida de Adán. La Ley era y es Todopoderosa en su Santo Juicio, por la Eternidad: "Todo el que coma del fruto, la Guerra, del árbol de la ciencia de bien y del Mal, morirá, será desterrado del Paraíso de la vida eterna". El horizonte que quisieron alcanzar los Rebeldes, Satán la cabeza de la Serpiente, sus hermanos, aquella generación malvada de la que habló Moisés en su Cántico, el cuerpo y la cola de la Bestia, fue la transformación progresista del Reino de Dios en un olimpo de dioses sin ley, más allá del bien y del mal, con libertad, la bendición del Dios de los dioses asumida, para hacer de la Guerra el juego de los hijos de Dios. La Respuesta del Señor y Creador YAVÉ Dios Padre fue firme: "La Ley es Dios". Invocar al Padre contra el Juez le pareció a la Serpiente satánica el argumento que les daría la Victoria. En la mesa de los Rebeldes estaba la Sentencia del Padre, que caería sobre ellos de no abolir Dios la Ley. ¿Pero qué sucedería si el Hijo fuese tentado y encontrase en la Guerra su pasión? El Hombre sería, y así fue, un instrumento, el hacha de guerra sangrienta con la que le declararían la Guerra al Espíritu Santo de la Ley. Una vez la Trompeta de la Transgresión sonase ya no habria marcha atrás, o ganaban al Rey de reyes y Señor de señores del Imperio del Cielo, JESÚS, a su Causa, o serían desterrados del Paraíso de la vida eterna. Vencer a Dios, obligarle a abolir la Ley en nombre del amor de Dios a sus hijos, reyes de su Imperio, únicamente podría ser alcanzada esa Victoria conquistando al Hijo para su causa. La Respuesta de Dios había sido pronunciada, escuchada y escrita antes de declararle la Guerra al Espíritu Santo de la Ley,, ¿qué diría su Hijo?, ¿cuál sería la Respuesta de Jesús, el Hijo Amado, al Cambio Progesista de la transformación de su Gobierno Universal en una Corte de dioses más allá del Bien y del Mal? ¿Qué tenía que decir el Hijo?, ¿no tiene vida en sí mismo?, ¿no tiene palabra propia? El Padre había dado su última palabra; era la Hora de la última palabra del Hijo. En verdad el Padre no albergó nunca duda sobre la Respuesta del Hijo. "TÚ ERES DIOS VERDADERO DE DIOS VERDADERO, MI HIJO", fue la Primera Palabra con la que YAVÉ DIOS PADRE le dio a conoce a su Casa la Naturaleza de JESÚS DIOS HIJO. El mismo JESÚS lo dijo delante del Cielo y de la Tierra: "Como el Padre tiene vida en sí mismo así tiene vida en sí mismo el Hijo". Así pues, ¿cuál sería la Respuesta del Hijo a la Guerra contra el Espíritu Santo del Padre que la Serpiente acababa de declararle? YAVÉ DIOS PADRE no necesitaba escuchar la Respuesta de Su Hijo JESÚS. DIOS, el Espíritu Santo del Creador, vive en el Padre y en el Hijo: "Dos Personas, un Único Dios". Pero la Creación entera Sí necesitaba conocer la Respuesta del Hijo Amado de DIOS. De Su Respuesta dependería la Salvación o la Condenación Universal de todos los Pueblos que tienen sus Moradas en el Paraíso creado por Dios para ser su Mundo. Ciertamente, así como el Hombre fue un hacha de guerra en las manos de la Serpiente satánica, a su vez la Serpiente fue un instrumento en las manos de la Muerte, el Enemigo de la Creación de Vida a imagen y semejanza de Dios. El horizonte buscado por la Muerte fue la división irreconciliable entre el Padre y el Hijo: Dios Verdadero contra Dios Verdadero, de cuya Guerra se obtendría el Destierro del Espíritu Santo en Dios, con la consecuente Destrucción de todo lo creado, regresando así el Cosmos al estado increado original. Porque o bien el Padre cedía ante el Hijo, aboliendo la Ley, con el consiguiente destierro de su Ser del Espiritu Santo del Creador; o la Creación se hundía en el Abismo de la Destrucción bajo el peso de la Guerra a muerte entre Padre e Hijo. Ni uno ni lo otro sucedería. "DIOS VERDADERO DE DIOS VERDADERO; DOS PERSONAS, UN ÚNICO ESPÍRITU". YAVÉ DIOS no necesitaba oir la palabra de su Hijo para conocer su Respuesta a la Tentación que la Muerte le hacía, la Traicion de la Serpiente mediante. El Espíritu que vive en el Padre vive en el Hijo. Sin embargo la Creación entera Sí tenia la Necesidad de conocer por la boca del propio Rey del Paraíso su Respuesta. La Expectación se hizo. La Salvación o la Condenación de todos los Pueblos de la Creación dependía de los labios de JESÚS DIOS HIJO. Sabemos que YAVÉ DIOS mantuvo a su HIJO al margen de las Guerras que asolaron su Mundo durante los días de la Creación. Este desconocimiento de la Ley de la Ciencia del Bien y del Mal fue el caballo de Troya con el que pretendieron asaltar la voluntad de DIOS HIJO, comunicarle su pasión por la Guerra y ganarse la Bendición de Dios ante el hecho consumado de la adhesión de su Hijo Amado a la Causa Satánica Rebelde. La Encarnación del Hijo de Dios, a fin de que la Casa entera del Cielo escuchase desde la Tierra la respuesta de quien vino a depender la Salvación de la creacion entera, era de Necesidad. No que el Padre necesitase oir la Respuesta del Hijo. "YO Y EL PADRE SOMOS UNA SOLA COSA": un único Dios, un único Espíritu. La Casa de YAVÉ Y SIÓN, la Familia de los Hermanos y de los hijos de Dios, Sí necesitaban oir la Respuesta de DIOS HIJO. El Cielo y la Tierra escucharon la Respuesta de su Salvador: "PADRE MÍO, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU". YAVÉ DIOS PADRE y JESUCRISTO DIOS HIJO: DOS PERSONAS, UN ÚNICO DIOS ESPÍRITU SANTO. Por esto dice el Espíritu Santo: "No hay Salvación sino en el Nombre de Jesús, el Salvador"; y: "¿Adónde iremos si Tú tienes la Palabra de la Vida eterna, Señor y Dios... Padre Nuestro, que estás en los cielos Santificado sea tu Nombre, Venga a nosotros tu Reino, Hágase tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo. Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a nuestras ofensores, Líbranos de todo mal Y no nos dejes caer en la Tentacion. Amen..
FIN DE LA BIBLIA DEL SIGLO XXI, HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO
Editada por Raúl Palma Gallardo "El
Vencedor Ediciones"
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