https://www.cristoraul.org/ASTROMUSEO_DE-YAVE.htm

Cúmulos Globulares / Globular Clusters

GALAXIAS Y CÚMULOS DE GALAXIAS

El Infinito y la Eternidad son del dominio exclusivo de Dios. Eternidad e Infinito son a Dios los que a nosotros tierra y cielo. Intentar comprender es bueno, pero siempre permaneciendo en la naturaleza que al Hombre, como Creación, le corresponde. Y esto no sólo referido a nuestra naturaleza humana; esta verdad vale para todos los hijos de Dios, independientemente de su Mundo y de su Origen en el Universo.

La frustración que genera en quienes quieren y no pueden comprender esta Realidad es un síntioma patológico del que todo hombre debe liberarse. Y todo hombre hará bien en hacerlo. Nos ha sido dado, como Creación de Dios, entender la Unidad Ontológica Existencial entre Dios, el Infinito y la Eternidad; de esta Trilogía Ontológica Existencial ha surgido la Creación; y la Creación es el Origen del Cosmos de las Galaxias que actualmente se expanden hasta el Infinito por la Eternidad. El Creador surge en esta Unidad y vive en esta Unidad. Su Creación somos nosotros.

Porque Él ha querido extender su Espíritu de Inteligencia, a fin de que vivamos en crecimiento constante sempiterno en la dimensión de su Omnisciencia, que Él mantiene vivo por Amor al Creador en Él, nosotros podemos abrir nuestro Pensamiento a la Naturaleza de esta Unidad entre Dios, Infinito y Eternidad, mas lo que nadie puede, y yo no pretenderé, es sujetar la Naturaleza del Cosmos a los principios de nuestra Naturaleza.

No hay patología más suicida que la patología del intelecto. No nos pertenece a nosotros creernos Iguales a Dios en cuanto a Naturaleza. Mismamente como sería locura pretender que una bestia entendiese nuestra humanidad, mismamente es de enfernmedad intelectual aguda creernos, porque Dios nos ha elevado a la participación en Su Vida eterna, mediante el Amor a su Espíritu, creernos sus iguales en cuanto a Naturaleza. Únicamente Aquel que tiene en el Infinito y la Eternidad su Naturaleza puede vivir el Cosmos a la manera que para nosotros es natural vivir y movernos entre cielo y tierra. La pretensión de la Cosmología del Siglo XX y su heredera la CSXXI a la Omnisciencia Cosmológica, al hacer del Hombre, de nuestra naturaleza, la medida del Cosmos, es la expresión final, visible de la enfermedad que padece la Ciencia Universal desde su Alzamiento en Rebelión contra la Fe Cristiana en respuesta a la Frustración lógica que ha de sentir toda creación que quiere ponerse a la altura de su Creador.

En esta Sección dedicada a las Galaxias voy a seguir la ley universal del más vale una imagen que mil palabras. Al término de esta Sección, aunque las palabras escritas no superen el ciento, las que emergen de las imágenes harán elevar su número hasta el Infinito.

Y pues que por algún punto es necesario abrir la marcha, ¡qué más natural que partir hacia las Fronteras de la Creación que desde su Centro Cosmológico Universal: El Universo Andrómeda, la indiscutible reina de la Creación, rodeada de cúmulos globulares (Catálogo Bol/Bologna) y satélites galácticos, la Joya de la Corona del Creador de este Cosmos repleto de maravillas en constante crecimiento, su Mundo más preciado, la Galaxia Andrómeda, bella como una niña en sus años más tiernos, derrochando belleza y alegría por sus ojos inmaculados.

Aunque a una distancia de nosotros de entre unos 2 y 3 millones de años luz, el Corazón que Dios le ha dado a su Creación es visible a nuestros ojos desde el Sur de la Tierra. Mucho hay que hablar de este Mundo en el Corazón de un campo de Materia en expansión constante, creado por Dios en Persona para ser su Universo, su Morada, el Centro desde el que su Espíritu Creador siembra la Semilla de la Vida en los Campos astrofísicos celestes a su alrededor, nuestros Cielos, nuestra Vía Láctea el último trabajo de este Hércules de las Galaxias apasionadamente enamorado de la Vida, de cuya Creación ha hecho el Árbol Sagrado de su Paraíso.

Que de lo que la mente no ve, los ojos den testimonio

 

Y aquí algunos ejemplares del Bosque de las Galaxias, ese Bosque Vivo cuyos árboles se transforman, se mueven, se unen, se casan, paren, se agrupan, se separan para irse de viaje por los infinitos espacios abiertos, siempre en expansión constante, siempre reproduciéndose para la alegría del Creador del Big Bang en el Origen de su Creación.

Su número ¿quien podrá darlo?

Sus límites ¿quién le pintará fronteras al Cosmos? ¿Tiene límites el Infinito? ¿Tiene fronteras la Eternidad? ¿Tiene fin la Materia? ¿Hay un tiempo de consumo para la Energía que despliega un Cosmos que tiene en el Ser Divino su Fuente de Abastecimiento continuo?

Se levanta en Dios el Espíritu del Infinito y de la Eternidad, su Brazo se transforma en un Generador Creador de energía transformadora de energía cósmica en materia astrofísica; por cada galaxia que transforma en energía cósmica, reduciendo su tiempo de vida de trillones de años a millones de segundos, de cada galaxia transformada en luz de estrellas rompiendo la barrera de la luz surgen en el Espacio docenas de nuevas galaxias, cientos de ellas naciendo al otro lado del túnel del campo del tiempo creador del cosmos, un cosmos que como un océano flotante se derrama por todas sus costas cual tsunami arrolladora convirtiendo el polvo cósmico en estrellas, planetas, cúmulos globulares, universos con sus nebulosas.

¿En quién sino en Dios puede el Bosque de las Galaxias encontrar su rey, su habitante, su causa y su razón de ser? ¿Qué Cosmos nacido al otro lado de la Barrera de la Luz podría contener la Fuerza del Espíritu Creador del Señor del Infinito y de la Eternidad?

Y nosotros, polvo del polvo cósmico, barro animado de vida, y vida a imagen y semejanza, vida inteligente, en nuestra ignorancia, madre del orgullo, nos atrevemos a ponerle limites a Dios y su Creación. ¡Santo Dios, qué paciencia la Tuya! No hemos salido de esta perla llamada la Tierra y ya nos creemos omniscientes hasta el punto de darles años a las galaxias más remotas, y hasta nos atrevemos a darle al Cosmos una nueva naturaleza.

¿Entre ciencia, ciencia-ficción y locura dónde reside el límite? Pero dejemos que esta generación de astrónomos y astrofísicos omniscientes pasen sin pena ni gloria; es hora de abrir los ojos y ver con nuestros propios ojos lo que otros quisieron que viéramos con los ojos de sus mentes cegadas por el orgullo: en verdad, es duro haber sido creados para vivir la Inteligencia a la imagen de la Divina y verse reducidos a la condición de una bestia racional, incapaz de adivinar qué va a pasar mañana pero todopoderosa para predecir el futuro del cosmos entero.

Que los ojos nos digan quien miente y quien dice la verdad.

 

 

Por el amor del Creador de vida a su Imagen y Semejanza le abre Dios las puertas de su Universo, de su Mundo, de su Creación Cosmológica a todas sus criaturas, no para que superemos una naturaleza que está más allá de toda imaginación nuestra elevación a la Condición Increada, el solo pensamiento de querer hacer propio lo que es dominio del Creador una locura, sino a fin de que habiendo sido creados inteligentes tengamos consciencia de la Naturaleza de la Relación del Creador con el Cosmos y Su Relaciónn con Nosotros, sus Criaturas.

Es lógico que habiéndonos hecho partícipes de la vida eterna que sólo al Creador le es Natural, por esta misma Sobrenaturaleza que se nos ha infundido aspiremos a querer comprender la Naturaleza de la Creación y su Relación con su Creador. Esta Apertura no se realiza para reducirnos a polvo, sino para que comprendamos nuestra naturaleza y la de nuestro Creador.

Formamos parte de su Mundo, no somos quienes para regular Su Mundo, ni para convertirnos en la medida de la Creación.

Las imágenes a las que ÉL nos abre los ojos son un discurso de Creador a Criatura, de Dios a Hombre: "no queramos ser lo que no somos". Sólo para Dios , cuya Existencia viene de la Eternidad, el Infinito es su medio natural cosmológico, y puede caminar por las galaxias de un confín al otro del Cosmos sin sentirse perdido en el Espacio ni verse sorprendido por el Tiempo en un laberinto sin salida.

Todo lo demás, todo pensamiento que la Ciencia se fabrique para intentar reducir a escala humana el Campo de las Galaxias en el que Dios tiene su medio natural, procede de una patología del intelecto que se niega a creer que la inteligencia científica pueda enfermar. El hecho es que la Ciencia está enferma y amenaza, en su ignorancia, con destruir toda vida sobre la Tierra.

Pero sigamos.