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PRIMERA PARTE.
INFANCIA DE JESÚS
Capítulo
1 |
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Anunciación
del Precursor |
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5 |
Hubo
en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote de nombre
Zacarías, del turno de Abías, cuya mujer, de la descendencia
de Aarón, se llamaba Isabel. |
6 |
Ambos
eran justos en la presencia de Dios, e irreprensibles, caminaban
en los preceptos y observancias del Señor. |
7 |
No
tenían hijos, pues Isabel era estéril y los dos ya avanzados
en edad. |
8 |
Sucedió,
pues, que, ejerciendo él sus funciones sacerdotales delante
de Dios según el orden de su turno, |
9 |
conforme
al uso del servicio divino, le
tocó entrar en el santuario del Señor para ofrecerle el incienso, |
10 |
y
toda la muchedumbre del pueblo estaba orando fuera durante
la hora de la oblación del incienso. |
11 |
Apareciósele
un ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. |
12 |
Al
verle se turbó Zacarías y el temor se apoderó de él. |
13 |
Dijóle
el ángel: “No temas, Zacarías, porque tu plegaria ha sido
escuchada, e Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, al que
pondrás por nombre Juan. |
14 |
Será
para ti gozo y regocijo, y todos se alegrarán en su nacimiento, |
15 |
porque
será grande en la presencia del Señor. No beberá vino ni licores,
y desde el seno de su madre será lleno del Espíritu Santo; |
16 |
y
a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios, |
17 |
y
caminará delante del mismo en el espíritu y el poder de Elias
para reducir los corazones de los padres a los hijos, y los
rebeldes a la prudencia de los justos, a fin de preparar al
Señor un pueblo bien dispuesto,” |
18 |
Dijo
Zacarías al ángel: “¿De qué modo sabré yo esto? Porque yo
soy ya viejo y mi mujer muy avanzada en edad.” |
19 |
El
ángel le contestó, diciendo: “Yo soy Gabriel, que asisto ante
Dios y he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena
nueva. |
20 |
He
aquí que tú estarás mudo y no podrás hablar hasta el día en
que esto se cumpla, por cuanto no has creído en mis palabras,
que se cumplirán a su tiempo.” |
21 |
El
pueblo esperaba a Zacarías y se maravillaba de que se retardase
en el templo. |
22 |
Cuando
salió no podía hablar, por donde conocieron que había tenido
alguna visión en el templo. El les hacia señas, pues se había
quedado mudo. |
23 |
Cumplidos los días de su servicio, volvióse a casa. |
24 |
Y
después de algunos días concibió Isabel, su mujer, que se
ocultó durante cinco meses, diciendo: |
25 |
Porque
así ha obrado conmigo el Señor, al tiempo que le plugo quitar
mi oprobio entre los hombres. |
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La
anunciación de Jesús |
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26 |
En
el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios
a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, |
27 |
a
una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa
de David; el nombre de la virgen era María. |
28 |
Y
presentándose a ella, le dijo: Salve, llena de gracia, el
Señor es contigo. |
29 |
Ella
se turbó al oír estas palabras y discurría qué podría significar
aquella salutación. |
30 |
El
ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia
delante de Dios, |
31 |
y
concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás
por nombre Jesús. |
32 |
El
será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor
Dios el trono de David, su padre, |
33 |
y
reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no
tendrá fin. |
34 |
Dijo
María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón? |
35 |
EL
ángel le contestó y dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti,
y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto
el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios. |
36 |
E
Isabel, tu parienta, también ha concebido un hijo en su vejez,
y éste es ya el mes sexto de la que era estéril, |
37 |
porque
nada hay imposible para Dios. |
38 |
Dijo
María: He aquí a la sierva del Señor; hágase en mí según tu
palabra. Y se fue de ella el ángel. |
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La
visitación de Isabel |
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39 |
En
aquellos días se puso María en camino y con presteza fue a
la montaña, a una ciudad de Judá, |
40 |
y
entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. |
41 |
Así
que oyó Isabel el saludo de María, exultó el niño en su seno,
e Isabel se llenó del Espíritu Santo, |
42 |
y
clamó con fuerte voz: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu vientre! |
43 |
¿De
dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? |
44 |
Porque
así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, exultó
de gozo el niño en mi seno. |
45 |
Dichosa
la que ha creído que se cumplirá lo que se le ha dicho de
parte del Señor. |
46 |
Dijo
María: Mi alma engrandece al Señor |
47 |
y
exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador, |
48 |
porque
ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones
me llamarán bienaventurada, |
49 |
porque
ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es
Santo. |
50 |
Su
misericordia se derrama de generación en generación sobre
los que le temen. |
51 |
Desplegó
el poder de su brazo y dispersó a los que se engríen con los
pensamientos de su corazón. |
52 |
Derribó
a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes. |
53 |
A
los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió
vacíos. |
54 |
Acogió
a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia. |
55 |
Según
lo que había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su
descendencia para siempre. |
56 |
María
permaneció con ella como unos tres meses, y se volvió a su
casa |
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Nacimiento
del Bautista |
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57 |
Le
llegó a Isabel el tiempo de dar a luz, y parió un hijo. |
58 |
Oyendo
sus vecinos y parientes que el Señor le había mostrado la
grandeza de su misericordia, se congratulaban con ella. |
59 |
Al
octavo día vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarle
con el nombre de su padre, Zacarías. |
60 |
Pero
la madre tomó la palabra y dijo: No, se llamará Juan. |
61 |
Le
decían: ¡Si no hay ninguno en tu parentela que se llame con
ese nombre! |
62 |
Entonces
preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamase; |
63 |
y
pidiendo unas tablillas, escribió: Juan es su nombre. Y todos
se maravillaron. |
64 |
Y
abrió al instante su boca (y se soltó) su lengua. y empezando
a hablar, bendecía a Dios. |
65 |
Se
apoderó el temor de todos los vecinos, y en toda la montaña
de Judea se contaban todas estas cosas, |
66 |
y
cuantos las oían, pensativos, se decían: ¿Qué vendrá a ser
este niño? Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con
él. |
67 |
Zacarías,
su padre, se llenó del Espíritu Santo y profetizó diciendo: |
68 |
Bendito
el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a
su pueblo, |
69 |
y
suscitó en favor nuestro un poder salvador en la casa de David,
su siervo, |
70 |
como
había prometido por la boca de sus santos profetas desde antiguo, |
71 |
salvándonos
de nuestros enemigos y del poder de todos los que nos aborrecen, |
72 |
para
hacer misericordia con nuestros padres y acordarse de su alianza
santa, |
73 |
del
juramento que juró a Abraham, nuestro padre, darnos, |
74 |
para
que, sin temor, libres del poder de los enemigos, le sirvamos |
75 |
en
santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. |
76 |
Y
tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues tú irás
delante del Señor para preparar sus caminos, |
77 |
para
dar a conocer la salvación a su pueblo, con la remisión de
sus pecados, |
78 |
por
las entrañas misericordiosas de nuestro Dios, en las que nos
visitará el astro que surge de lo alto, |
79 |
para
iluminar a los que están sentados en tinieblas y sombras de
muerte, para enderezar nuestros pies por el camino de la paz. |
80 |
El
niño crecía y se fortalecía en espíritu, y moraba en los desiertos
hasta el día de su manifestación a Israel. |
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Capítulo
2 |
|
Nacimiento
de Jesús |
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1 |
Aconteció,
pues, en los días aquellos, que salió un edicto de César Augusto
para que se empadronase todo el mundo. |
2 |
Este
empadronamiento primero tuvo lugar siendo Cirino gobernador
de Siria. |
3 |
E
iban todos a empadronarse, cada uno en su ciudad. |
4 |
José
subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad
de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y de la
familia de David, |
5 |
para
empadronarse, con María, su esposa, que estaba encinta. |
6 |
Estando
allí se cumplieron los días de su parto, |
7 |
y
dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales
y le acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en
el mesón. |
8 |
Había
en la región unos pastores que pernoctaban al raso, y de noche
se turnaban velando sobre su rebaño. |
9 |
Se
les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los
envolvía con su luz, quedando ellos sobrecogidos de gran temor. |
10 |
Díjoles
el ángel: No temáis, os traigo una buena nueva, una gran alegría,
que es para todo el pueblo; |
11 |
pues
os ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, Señor, en
la ciudad de David. |
12 |
Esto
tendréis por señal: encontraréis un niño envuelto en pañales
y reclinado en un pesebre. |
13 |
Al
instante se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial,
que alababa a Dios, diciendo: |
14 |
“Gloria
a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de
buena voluntad.” |
15 |
Así
que los ángeles se fueron al cielo, se dijeron los pastores
unos a otros: Vamos a Belén a ver esto que el Señor nos ha
anunciado. |
16 |
Fueron
con presteza y encontraron a María, a José y al Niño acostado
en un pesebre, |
17 |
y
viéndole, contaron lo que se les había dicho acerca del Niño. |
18 |
Y
cuantos les oían se maravillaban de lo que les decían los
pastores. |
19 |
María
guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón. |
20 |
Los
pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo
lo que habían oído y visto, según se les había dicho. |
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|
Circuncisión del Niño |
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21 |
Cuando
se hubieron cumplido los ocho días para circuncidar al Niño,
le dieron por nombre Jesús, impuesto por el ángel antes de
ser concebido en el seno. |
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|
La
presentación en el templo |
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22 |
Así
que se cumplieron los días de la purificación conforme a la
ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarlo al
Señor, |
23 |
según
está escrito en la ley del Señor que “todo varón primogénito
sea consagrado al Señor,” |
24 |
y
para ofrecer en sacrificio, según lo prescrito en la ley del
Señor, un par de tórtolas o dos pichones. |
25 |
Había
en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que
esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba
en él. |
26 |
Le
había sido revelado por el Espíritu
Santo que no vería la muerte antes de ver al Cristo del Señor. |
27 |
Movido
del Espíritu, vino al templo, y al entrar los padres con el
Niño Jesús para cumplir lo que prescribe la ley sobre El, |
28 |
Simeón
le tomó en sus brazos, y, bendiciendo a Dios, dijo: |
29 |
Ahora,
Señor, puedes ya dejar ir a tu siervo en paz, según tu palabra; |
30 |
porque
han visto mis ojos tu salud, |
31 |
la
que has preparado ante la faz de todos los pueblos, |
32 |
luz
para iluminación de las gentes y gloria de tu pueblo, Israel. |
33 |
Su
padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se
decían de El. |
34 |
Simeón
los bendijo y dijo a María, su Madre: Puesto está para caída
y levantamiento de muchos en Israel y para signo de contradicción; |
35 |
y
una espada atravesará tu alma para que se descubran los pensamientos
de muchos corazones. |
36 |
Había
una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, muy
avanzada en días, que había vivido con su marido siete años
desde su virginidad, |
37 |
y
permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro. No se apartaba del templo, sirviendo con ayunos
y oraciones noche y día. |
38 |
Como
viniese en aquella misma hora, alabó también a Dios y hablaba
de El a cuantos esperaban la redención de Jerusalén. |
39 |
Cumplidas
todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron a Galilea,
a la ciudad de Nazaret. |
|
|
|
El
niño Jesús en el templo |
|
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40 |
El
Niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, y la gracia
de Dios estaba en El. |
41 |
Sus
padres iban cada año a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. |
42 |
Cuando
era ya de doce años, al subir sus padres, según el rito festivo, |
43 |
y
volverse ellos, acabados los días, el niño Jesús se quedó
en Jerusalén, sin que sus padres lo echasen de ver. |
44 |
Pensando
que estaba en la caravana, anduvieron camino de un día. Buscáronle
entre parientes y conocidos, |
45 |
y
al no hallarle, se volvieron a Jerusalén en busca suya. |
46 |
Y
al cabo de tres días le hallaron en el templo, sentado en
medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles. |
47 |
Cuantos
le oían quedaban estupefactos de su inteligencia y de sus
respuestas. |
48 |
Cuando
sus padres le vieron, quedaron sorprendidos, y le dijo su
madre: Hijo, ¿por qué has obrado así con nosotros? Mira que
tu padre y yo, apenados, andábamos buscándote. |
49 |
Y EL les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es preciso
que me ocupe en las cosas de mi Padre? |
50 |
Ellos
no entendieron lo que les decía. |
51 |
Bajó
con ellos y vino a Nazaret, y les estaba sujeto, y su madre
guardaba todo esto en su corazón. |
52 |
Jesús
crecía en sabiduría y edad y gracia ante Dios y ante los hombres. |
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