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SEGUNDA PARTE
PASION Y RESURRECCION DE JESUCRISTO
Capítulo
13 |
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Lavatorio
de los pies |
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1 |
Antes
de la fiesta de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora
de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos
que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. |
2 |
Y
comenzada la cena, como el diablo hubiese ya puesto en el corazón
de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle;
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3 |
sabiendo
que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y que
había salido de Dios y a El se volvía, |
4 |
se
levantó de la mesa, se quitó los vestidos y, tomando una toalla,
se la ciñó; |
5 |
luego
echó agua en la jofaina y comenzó a lavar los pies de los discípulos
y a enjugárselos con la toalla que tenía ceñida. |
6 |
Llegó,
pues, a Simón Pedro, que le dijo: Señor, ¿tú lavarme a mí los
pies? |
7 |
Respondió
Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo sabes ahora; lo sabrás
después. |
8 |
Díjole
Pedro: Jamás me lavarás tú los pies. Le contestó Jesús: Si no
te los lavare, no tendrás parte conmigo. |
9 |
Simón
Pedro le dijo: Señor, entonces no sólo los pies, sino también
las manos y la cabeza. |
10 |
Jesús
le dijo: El que se ha bañado no necesita lavarse, está todo
limpio; y vosotros estáis limpios, pero no todos. |
11 |
Porque
sabía quién había de entregarle, y por eso dijo: No todos estáis
limpios. |
12 |
Cuando
les hubo lavado los pies, tomando sus vestidos y poniéndose
de nuevo a la mesa, les dijo: ¿Entendéis lo que he hecho con
vosotros? |
13 |
Vosotros
me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque de verdad lo
soy. |
14 |
Si
Yo, pues, os he lavado los pies, siendo vuestro Señor y Maestro,
también habéis de lavaros vosotros los pies unos a otros. |
15 |
Porque
yo os he dado el ejemplo, para que vosotros hagáis también como
yo he hecho. |
16 |
En
verdad, en verdad os digo: No es el siervo mayor que su señor,
ni el enviado mayor que quien le envía. |
17 |
Si
esto aprendéis, seréis dichosos si lo practicáis. |
18 |
No
lo digo de todos vosotros; yo sé a quiénes escogí, mas lo digo
para que se cumpla la Escritura: “El que come mi pan, levantó
contra mí su calcañal.” |
19 |
Desde
ahora os lo digo, antes de que suceda, para que, cuando suceda,
creáis que yo soy. |
20 |
En
verdad, en verdad os digo que quien recibe al que yo enviare,
a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a quien me ha
enviado. |
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Anuncio
de la traición de Judas |
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21 |
Dicho
esto, se turbó Jesús en su espíritu y, demostrándolo, dijo:
En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará. |
22 |
Se
miraban los discípulos unos a otros, sin saber de quién hablaba. |
23 |
Uno
de ellos, el amado de Jesús, estaba recostado en el seno de
Jesús. |
24 |
Simón
Pedro le hizo señal, diciéndole: Pregúntale de quién habla. |
25 |
El
que estaba recostado ante el pecho de Jesús le dijo: Señor,
¿quién es? |
26 |
Jesús
le contestó: Aquel a quien yo mojare y diere un bocado.
Y mojando un bocado, lo tomó y se lo dio a Judas, hijo de Simón
Iscariote. |
27 |
Después
del bocado, en el mismo instante, entró en él Satanás. Jesús
le dijo: Lo que has de hacer, hazlo pronto. |
28 |
Ninguno
de los que estaban a la mesa conoció a qué propósito decía aquello. |
29 |
Algunos
pensaron que, como Judas tenía la bolsa, le decía Jesús: Compra
lo que necesitamos para la fiesta, o que diese algo a los pobres.
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30 |
El,
tomando el bocado, se salió luego; era de noche. |
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Comienza
la despedida |
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31 |
Así
que salió, dijo Jesús: Ahora ha sido glorificado el Hijo del
hombre, y Dios ha sido glorificado en El. |
32 |
Si
Dios ha sido glorificado en El, Dios también le glorifícará
a El, y le glorificará en seguida. |
33 |
Hijitos
míos, un poco estaré todavía con vosotros: me buscaréis, y como
dije a los judíos: A donde yo voy vosotros no podéis venir,
también os lo digo a vosotros ahora. |
34 |
Un
precepto nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como
yo os he amado, así también amaos mutuamente. |
35 |
En
esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor
unos para con otros. |
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La
negación de Pedro |
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36 |
Díjole
Simón Pedro: Señor, ¿adónde vas? Respondió Jesús: A donde Yo
voy, no puedes tú seguirme ahora; me seguirás más tarde. |
37 |
Pedro
le dijo: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré por
ti mi vida. |
38 |
Respondió
Jesús: ¿Darás por mí tu vida? En verdad, en verdad te digo que
no cantará el gallo antes que tres veces me niegues. |
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Capítulo
14 |
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Volverán
a encontrarse cerca del Padre |
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1 |
No
se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. |
2 |
En
la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os
lo diría, porque voy a prepararos el lugar. |
3 |
Cuando
yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré
y os tomaré conmigo, para que donde Yo estoy estéis también
vosotros. |
4 |
Pues
para donde Yo voy, vosotros conocéis el camino.
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5 |
Díjole
Tomás: No sabemos adónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el
camino? |
6 |
Jesús
le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene
al Padre sino por mí. |
7 |
Si
me habéis conocido, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora
le conocéis y le habéis visto. |
8 |
Felipe
le dijo: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. |
9 |
Jesús
le dijo: Felipe, ¿tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no
me habéis conocido? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;
¿cómo dices tú: Muéstranos al Padre? |
10 |
¿No
crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras
que yo os digo no las hablo de mí mismo; el Padre, que mora
en mí, hace sus obras. |
11 |
Creedme,
que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; a lo menos creedlo
por las obras. |
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Promesas
hechas a los discípulos para la ausencia |
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12 |
En
verdad, en verdad os digo que el que cree en mí, ése hará también
las obras que yo hago, y las hará mayores que éstas, porque
yo voy al Padre; |
13 |
y
lo que pidiereis en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo; |
14 |
si
me pidiereis alguna cosa en mi nombre, yo la haré. |
15 |
Si
me amáis, guardaréis mis mandamientos; |
16 |
y
yo rogaré al Padre y os dará otro Abogado, que estará con vosotros
para siempre: |
17 |
el
Espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir, porque no
le ve ni le conoce; vosotros le conocéis, porque permanece con
vosotros y está en vosotros. |
18 |
No
os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. |
19 |
Todavía
un poco y el mundo ya no me verá; pero vosotros me veréis, porque
yo vivo y vosotros viviréis. |
20 |
En
aquel día conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en
mí y yo en vosotros. |
21 |
El
que recibe mis preceptos y los guarda, ése es el que me ama;
el que me ama a mí será amado de mi Padre y yo le amaré y me
manifestaré a el. |
22 |
Díjole
Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué ha sucedido para que hayas
de manifestarte a nosotros y no al mundo? |
23 |
Respondió
Jesús y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi
Padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada. |
24 |
El
que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra que oís no
es mía, sino del Padre, que me ha enviado. |
25 |
Os
he dicho estas cosas mientras permanezco entre vosotros; |
26 |
pero
el Abogado, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre,
ése os lo enseñará todo y os traerá a la memoria todo lo que
Yo os he dicho. |
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Despedida
y palabras de aliento |
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27 |
La
paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da os la doy
yo. No se turbe vuestro corazón ni se intimide. |
28 |
Habéis
oído que os dije: Me voy y vengo a vosotros. Si me amarais,
os alegraríais, pues voy al Padre, porque el Padre es mayor
que yo. |
29 |
Os
lo he dicho ahora, antes que suceda, para que, cuando suceda,
creáis. |
30 |
Ya
no hablaré muchas cosas con vosotros, porque viene el príncipe
de este mundo, que en mí no tiene nada; |
31 |
pero
conviene que el mundo conozca que Yo amo al Padre, y que, según
el mandato que me dio el Padre, así hago. Levantaos, vámonos
de aquí. |
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Capítulo
15 |
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La
alegoría de la vid |
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1 |
Yo
soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. |
2 |
Todo
sarmiento que en mí no lleve fruto, lo cortará; y todo el que
dé fruto, lo podará, para que dé más fruto. |
3 |
Vosotros
estáis ya limpios por la palabra que os he hablado; |
4 |
permaneced
en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto
de sí mismo si no permaneciese en la vid, tampoco vosotros si
no permaneciereis en mí. |
5 |
Yo
soy la vid. Vosotros los sarmientos. El que permanece en mí
y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer
nada. |
6 |
El
que no permanece en mí, es echado fuera, como el sarmiento,
y se seca, y los amontonan y los arrojan al fuego para que ardan. |
7 |
Si
permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid
lo que quisiereis, y se os dará. |
8 |
En
esto será glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así
seréis discípulos míos. |
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|
Los
discípulos, elevados a la categoría de amigos |
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9 |
Como
el Padre me amó, yo también os he amado; permaneced en mi amor.
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10 |
Si
guardareis mis preceptos, permaneceréis en mi amor, como yo
guardé los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor. |
11 |
Esto
os lo digo para que yo me goce en vosotros, y vuestro gozo sea
cumplido. |
12 |
Este
es mi precepto: que os améis unos a otros como yo os he amado. |
13 |
Nadie
tiene amor mayor que éste de dar uno la vida por sus amigos. |
14 |
Vosotros
sois mis amigos si hacéis lo que os mando. |
15 |
Ya
no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su
señor; pero os digo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre
os lo he dado a conocer. |
16 |
No
me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros,
y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto
permanezca, para que cuanto pidiereis al Padre en mi nombre
os lo dé. |
17 |
Esto
os mando, que os améis unos a otros. |
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|
|
Odio
del mundo contra Jesús y los suyos |
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18 |
Si
el mundo os aborrece, sabed que me aborreció a mí primero que
a vosotros. |
19 |
Si
fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois
del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por esto el mundo
os aborrece. |
20 |
Acordaos
de la palabra que yo os dije: No es el siervo mayor que su señor.
Si me persiguieron a mí, también a vosotros os perseguirán;
si guardaren mi palabra, también guardarán la vuestra. |
21 |
Pero
todas estas cosas las harán con vosotros por causa de mi nombre,
porque no conocen al que me ha enviado. |
22 |
Si
no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían pecado;
pero ahora no tienen excusa de su pecado. |
23 |
El
que a mí me aborrece, también aborrece a mi Padre. |
24 |
Si
no hubiera hecho entre ellos obras que ninguno otro hizo, no
tendrían pecado; pero ahora no sólo han visto, sino que me aborrecieron
a mí y a mi Padre. |
25 |
Pero
es para que se cumpla la palabra que en la Ley de ellos está
escrita: “Me aborrecieron sin motivo.” |
26 |
Cuando
venga el Abogado, que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu
de verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí, |
27 |
y
vosotros daréis también testimonio, porque desde el principio
estáis conmigo. |
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Capítulo
16 |
|
Anuncio
de la persecución judía |
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1 |
Esto
os he dicho para que no os escandalicéis. |
2 |
Os
echarán de la sinagoga; pues llega la hora en que todo el que
os quite la vida pensará prestar un servicio a Dios. |
3 |
Y
esto lo harán porque no conocieron al Padre ni a mí. |
4 |
Pero
yo os he dicho estas cosas para que, cuando llegue la hora,
os acordéis de ellas y de que yo os las he dicho; pero esto
no os lo dije desde el principio porque estaba con vosotros. |
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|
La
Promesa del Espíritu Santo |
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|
5 |
Mas
ahora voy al que me ha enviado, y nadie de vosotros me pregunta:
¿Adónde vas? |
6 |
Antes,
porque os hablé estas cosas, vuestro corazón se llenó de tristeza. |
7 |
Pero
os digo la verdad: os conviene que yo me vaya. Porque, si no
me fuere, el Abogado no vendrá a vosotros; pero, si me fuere,
os lo enviaré. |
8 |
Y
al venir éste, amonestará al mundo sobre el pecado, la
justicia y el juicio. |
9 |
De
pecado, porque no creyeron en mí; |
10 |
de
justicia, porque voy al Padre y no me veréis más; |
11 |
de
juicio, porque el príncipe de este mundo está ya juzgado. |
12 |
Muchas
cosas tengo aún que deciros, mas no podéis llevarlas ahora; |
13 |
cuando
viniere Aquél, el Espíritu de verdad, os guiará hacia la verdad
completa, porque no hablará de sí mismo, sino que hablará lo
que oyere y os comunicará las cosas venideras. |
14 |
El
me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo dará a conocer.
Todo cuanto tiene el Padre es mío; |
15 |
por
esto os he dicho que tomará de lo mío y os lo dará a conocer. |
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|
|
El
gozo tras la tristeza |
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16 |
Todavía
un poco, y ya no me veréis; y todavía otro poco, y me veréis.
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17 |
Dijéronse
entonces algunos de los discípulos: ¿Qué es esto que nos dice:
Todavía un poco, y no me veréis; y todavía otro poco, y me veréis?
Y: Porque voy al Padre. |
18 |
Decían,
pues: ¿Qué es esto que dice: Un poco? No sabemos lo que dice.
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19 |
Conoció
Jesús que querían preguntarle, y les dijo: ¿De esto inquirís
entre vosotros, porque os he dicho: Todavía un poco, y no me
veréis; y todavía otro poco, y me veréis? |
20 |
En
verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y
el mundo se alegrará; vosotros os entristeceréis, pero vuestra
tristeza se volverá en gozo. |
21 |
La
mujer, cuando pare, siente tristeza, porque llega su hora; pero,
cuando ha dado a luz un hijo, ya no se acuerda de la tribulación,
por el gozo que tiene de haber venido al mundo un hombre. |
22 |
Vosotros,
pues, ahora tenéis tristeza; pero de nuevo os veré, y se alegrará
vuestro corazón, y nadie será capaz de quitaros vuestra alegría. |
23 |
En
aquel día no me preguntaréis nada; en verdad, en verdad os digo:
Cuanto pidiereis al Padre os lo dará en mi nombre. |
24 |
Hasta
ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis,
para que sea cumplido vuestro gozo. |
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|
Promesas
de una revelación más clara |
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25 |
Esto
os lo he dicho en parábolas; llega la hora en que ya no os hablaré
más en parábolas, antes os hablaré claramente del Padre. |
26 |
Aquel
día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre
por vosotros, |
27 |
pues
el mismo Padre os ama, porque vosotros me habéis amado y creído
que yo he salido de Dios. |
28 |
Salí
del Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el mundo y me voy al
Padre. |
29 |
Dijéronle
los discípulos: Ahora hablas claramente y no dices parábola
alguna. |
30 |
Ahora
sabemos que conoces todas las cosas y que no necesitas que nadie
te pregunte; en esto creemos que has salido de Dios. |
31 |
Respondióles
Jesús: ¿Ahora creéis? |
32 |
He
aquí que llega la hora, y ya es llegada, en que os dispersaréis
cada uno por su lado y a mí me dejaréis solo; pero no estoy
solo, porque el Padre está conmigo. |
33 |
Esto
os lo he dicho para que tengáis paz en mí; en el mundo habéis
de tener tribulación; pero confiad: yo he vencido al mundo. |
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Capítulo
17 |
|
Jesús
ora al Padre por sí mismo |
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1 |
Esto
dijo Jesús, y, levantando sus ojos al cielo, añadió: Padre,
llegó la hora; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique, |
2 |
según
el poder que le diste sobre toda carne, para que a todos los
que tú le diste les dé El la vida eterna. |
3 |
Esta
es la vida eterna, que te conozcan a ti, único Dios verdadero,
y a tu enviado Jesucristo. |
4 |
Yo
te he glorificado sobre la tierra, llevando a cabo la obra que
me encomendaste realizar. |
5 |
Ahora
tú, Padre, glorifícame cerca de ti mismo con la gloria que tuve
cerca de ti antes que el mundo existiese. |
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|
|
Ruega
por los discípulos |
|
|
6 |
He
manifestado tu nombre a los hombres que de este mundo me has
dado. Tuyos eran, y tú me los diste, y han guardado tu palabra. |
7 |
Ahora
saben que todo cuanto me diste viene de tí; |
8 |
porque
yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las
recibieron y conocieron verdaderamente que yo salí de tí, y
creyeron que tú me has enviado. |
9 |
Yo
ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que tú
me diste; porque son tuyos, |
10 |
y
todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío, y yo he sido glorificado
en ellos. |
11 |
Yo
ya no estoy en el mundo, pero éstos están en el mundo, mientras
yo voy a ti. Padre santo, guarda en tu nombre a éstos que me
has dado, para que sean uno como nosotros. |
12 |
Mientras
yo estaba con ellos, yo conservaba en tu nombre a éstos que
me has dado, y los guardé, y ninguno de ellos pereció, si no
es el hijo de la perdición, para que la Escritura se cumpliese.
|
13 |
Pero
ahora yo vengo a tí y hablo estas cosas en el mundo, para que
tengan mi gozo cumplido en sí mismos. |
14 |
Yo
les he dado tu palabra, y el mundo los aborreció, porque no
eran del mundo, como yo no soy del mundo. |
15 |
No
pido que los tomes del mundo, sino que los guardes del mal. |
16 |
Ellos
no son del mundo, como no soy del mundo yo. |
17 |
Santifícalos
en la verdad, pues tu palabra es verdad. |
18 |
Como
tú me enviaste al mundo, así yo los envié a ellos al mundo, |
19 |
y
yo por ellos me santifico, para que ellos sean santificados
en la verdad. |
|
|
|
Ruega
por todos los creyentes |
|
|
20 |
Pero
no ruego sólo por éstos, sino por cuantos crean en mí por su
palabra, |
21 |
para
que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti,
para que también ellos sean en nosotros, y el mundo crea que
tú me has enviado. |
22 |
Yo
les he dado la gloria que tú me diste, a fin de que sean uno,
como nosotros somos uno. |
23 |
Yo
en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno y conozca
el mundo que tú me enviaste y amaste a éstos como me amaste
a mí. |
24 |
Padre,
lo que tú me has dado, quiero que donde esté yo estén ellos
también conmigo, para que vean mi gloria, que tú me has dado,
porque me amaste antes de la creación del mundo. |
25 |
Padre
justo, si el mundo no te ha conocido, yo te conocí, y éstos
conocieron que tú me has enviado, |
26 |
y
yo les di a conocer tu nombre, y se lo haré conocer, para que
el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos. |
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Capítulo
18 |
|
La
prisión de Jesús |
|
|
1 |
Diciendo
esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente
Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos.
|
2 |
Judas,
el que había de traicionarle, conocía el sitio, porque muchas
veces concurría allí Jesús con sus discípulos. |
3 |
Judas,
pues, tomando la cohorte y los alguaciles de los pontífices
y fariseos, vino allí con linternas, y hachas, y armas. |
4 |
Conociendo
Jesús todo lo que iba a sucederle, salió y les dijo: ¿A quién
buscáis? |
5 |
Respondiéronle:
A Jesús Nazareno. El les dijo: Yo soy. Judas, el traidor, estaba
con ellos. |
6 |
Así
que les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron en tierra. |
7 |
Otra
vez les preguntó: ¿A quién buscáis? Ellos dijeron: A Jesús Nazareno. |
8 |
Respondió
Jesús: Ya os dije que Yo soy; si, pues, me buscáis a mí, dejad
ir a éstos. |
9 |
Para
que se cumpliese la palabra que había dicho: "De los que me
diste no se perdió ninguno". |
10 |
Simón
Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió a un siervo del
pontífice, cortándole la oreja derecha. Este siervo se llamaba
Malco. |
11 |
Pero
Jesús dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina; el cáliz que
me dio mi Padre, ¿no he de beberlo? |
|
|
|
Conducción
a casa de Anás |
|
|
12 |
La
cohorte, pues, y el tribuno, y los alguaciles de los judíos
se apoderaron de Jesús y le ataron, |
13 |
y
le condujeron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, pontífice
aquel año. |
14 |
Era
Caifás el que había aconsejado a los judíos: “Conviene que un
hombre muera por el pueblo.” |
|
|
|
Primera
negación de Pedro |
|
|
15 |
Seguían
a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido
del pontífice y entró al tiempo que Jesús en el atrio del pontífice, |
16 |
mientras
que Pedro se quedó fuera, a la puerta. Salió, pues, el otro
discípulo, conocido del pontífice, y habló a la portera e introdujo
a Pedro. |
17 |
La
portera dijo a Pedro: ¿Eres tú acaso de los discípulos de este
hombre? El dijo: No soy. |
18 |
Los
siervos del pontífice y alguaciles habían preparado un brasero,
porque hacía frío, y se calentaban, y Pedro estaba también con
ellos calentándose. |
|
|
|
Jesús
ante Caifás |
|
|
19 |
El
pontífice preguntó a Jesús sobre sus discípulos y sobre su doctrina. |
20 |
Respondióle
Jesús: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre enseñé en
las sinagogas y en el templo, adonde concurren todos los judíos;
nada hablé en secreto, |
21 |
¿Qué
me preguntas? Pregunta a los que me han oído qué es lo que yo
les he hablado; ellos deben saber lo que les he dicho. |
22 |
Habiendo
dicho esto Jesús, uno de los alguaciles, que estaba a su lado,
le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al pontífice? |
23 |
Jesús
le contestó: Si hablé mal, muéstrame en qué, y si bien, ¿por
qué me pegas? |
24 |
Anás
le envió atado a Caifás, el pontífice. |
|
|
|
Segunda
negación de Pedro |
|
|
25 |
Entre
tanto, Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron:
¿No eres tú también de sus discípulos? Negó él, y dijo: No soy. |
26 |
Díjole
uno de los siervos del pontífice, pariente de aquel a quien
Pedro había cortado la oreja: ¿No te he visto yo en el huerto
con El? |
27 |
Pedro
negó de nuevo, y al instante cantó el gallo. |
|
|
|
Jesús
ante Pilato |
|
|
28 |
Llevaron
a Jesús de casa de Caifás, al pretorio. Era muy de mañana. Ellos
no entraron en el pretorio por no contaminarse, para poder comer
la Pascua. |
29 |
Salió,
pues, Pilato fuera y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este
hombre? |
30 |
Ellos
respondieron, diciéndole: Si no fuera malhechor, no te lo traeríamos. |
31 |
Díjoles
Pilato: Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra ley. Le dijeron
entonces los judíos: Es que a nosotros no nos es permitido dar
muerte a nadie. |
32 |
Para
que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, significando
de qué muerte había de morir. |
33 |
Entró
Pilato de nuevo en el pretorio, y, llamando a Jesús, le dijo:
¿Eres tú el rey de los judíos? |
34 |
Respondió
Jesús: ¿Por tu cuenta dices eso o te lo han dicho otros de mí? |
35 |
Pilato
contestó: ¿Soy yo judío por ventura? Tu nación y los pontífices
te han entregado a mí, ¿qué has hecho? |
36 |
Jesús
respondió: Mi reino no es de este mundo; si de este mundo fuera
mi reino, mis ministros habrían luchado para que no fuese entregado
a los judíos; pero mi reino no es de aquí. |
37 |
Le
dijo entonces Pilato: ¿Luego tú eres rey? Respondió Jesús: Tú
dices que soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido
al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo el que es de
la verdad oye mi voz. |
38 |
Pilato
le dijo: ¿Y qué es la verdad? Y dicho esto, de nuevo salió a
los judíos y les dijo: Yo no hallo en éste ningún delito. |
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Expediente
para librarle |
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39 |
Hay
entre vosotros costumbre de que os suelte a uno en la Pascua
¿Queréis, pues, que os suelte al rey de los judíos? |
40 |
Entonces
de nuevo gritaron diciendo: ¡No a éste, sino a Barrabás! Era
Barrabás un bandolero. |
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Capítulo
19: |
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1 |
Tomó
entonces Pilato a Jesús y mandó azotarle. |
2 |
Y
los soldados, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron
en la cabeza, le vistieron un manto de púrpura |
3 |
y,
acercándose a El, le decían: ¡Salve, rey de los judíos!, y le
daban de bofetadas. |
4 |
Otra
vez salió fuera Pilato y les dijo: Aquí os lo traigo para que
veáis que no hallo en El ningún crimen. |
5 |
Salió,
pues, Jesús fuera con la corona de espinas y el manto de púrpura,
y Pilato les dijo: Ahí tenéis al Hombre. |
6 |
Cuando
le vieron los príncipes de los sacerdotes y sus servidores,
gritaron diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Díjoles Pilato:
Tomadlo vosotros y crucificadlo, pues yo no hallo delito en
El. |
7 |
Respondieron
los judíos: Nosotros tenemos una ley, y, según la ley, debe
morir, porque se ha hecho Hijo de Dios. |
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Tercer
interrogatorio |
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8 |
Cuando
Pilato oyó estas palabras, temió más, |
9 |
y,
entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús: ¿De dónde eres
tú? Jesús no le dio respuesta ninguna. |
10 |
Díjole
entonces Pilato: ¿A mí no me respondes? ¿No sabes que tengo
poder para soltarte y poder para crucificarte? |
11 |
Respondióle
Jesús: No tendrías ningún poder sobre mí si no te hubiera sido
dado de lo alto; por esto los que me han entregado a ti tienen
mayor pecado. |
12 |
Desde
entonces Pilato buscaba librarle; pero los judíos gritaron diciéndole:
Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace
rey va contra el César. |
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La
condenación |
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13 |
Cuando
oyó Pilato estas palabras sacó a Jesús fuera y se sentó en el
tribunal, en el sitio llamado lithóstrotos, en hebreo
gabbatha. |
14 |
Era
el día de la preparación de la Pascua, alrededor de la hora
sexta. Dijo a los judíos: Ahí tenéis a vuestro rey. |
15 |
Pero
ellos gritaron: ¡Quita, quita! ¡Crucifícale! Díjoles Pilato:
¿A vuestro rey voy a crucificar? Contestaron los príncipes de
los sacerdotes: Nosotros no tenemos más rey que al César. |
16 |
Entonces
se lo entregó para que le crucificasen. |
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Camino
del Calvario |
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17 |
Tomaron,
pues, a Jesús, que, llevando su cruz, salió al sitio llamado
Calvario, que en hebreo se dice Gólgota, |
18 |
donde
le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado y Jesús
en medio. |
19 |
Escribió
Pilato un título y lo puso sobre la cruz; estaba escrito: Jesús
Nazareno, rey de los judíos. |
20 |
Muchos
de los judíos leyeron ese título, porque estaba cerca de la
ciudad el sitio donde fue crucificado Jesús, y estaba escrito
en hebreo, en latín y en griego. |
21 |
Dijeron,
pues, a Pilato los príncipes de los sacerdotes de los judíos:
No escribas "rey de los judíos", sino que El ha dicho: "Soy
rey de los judíos". |
22 |
Respondió
Pilato: Lo escrito, escrito está. |
23 |
Los
soldados, una vez que hubieron crucificado a Jesús, tomaron
sus vestidos, haciendo cuatro partes, una para cada soldado,
y la túnica. La túnica era sin costura, tejida toda desde arriba. |
24 |
Dijéronse,
pues, unos a otros: "No la rasguemos, sino echemos suertes sobre
ella para ver a quién le toca", a fin de que se cumpliese la
Escritura: “Dividiéronse mis vestidos y sobre mi túnica echaron
suertes.” Es lo que hicieron los soldados. |
25 |
Estaban
junto a la cruz de Jesús su Madre y la hermana de su madre,
María de Cleofás y María Magdalena. |
26 |
Jesús,
viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaban
allí, dijo a la Madre y al discípulo: Mujer, he ahí a tu hijo. |
27 |
Luego
dijo al discípulo: He ahí a tu Madre. Y desde aquella hora el
discípulo la recibió en su casa. |
28 |
Después
de esto, sabiendo Jesús que todo estaba ya consumado, para que
se cumpliera la Escritura dijo: Tengo sed. |
29 |
Había
allí un botijo lleno de vinagre. Fijaron en una rama de hisopo
una esponja empapada en vinagre y se la llevaron a la boca. |
30 |
Cuando
hubo gustado el vinagre, dijo Jesús: Todo está acabado, e inclinando
la cabeza, entregó el espíritu. |
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|
La
lanzada |
|
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31 |
Los
judíos, como era el día de la Parasceve, para que no quedasen
los cuerpos en la cruz el día de sábado, por ser día grande
aquel sábado, rogaron a Pilato que les rompiesen las piernas
y los quitasen. |
32 |
Vinieron,
pues, los soldados y rompieron las piernas al primero y al otro
que estaba crucificado con El; |
33 |
pero
llegando a Jesús, como le vieron ya muerto, no le rompieron
las piernas, |
34 |
sino
que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado,
y al instante salió sangre y agua. |
35 |
El
que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; él sabe
que dice verdad, para que vosotros creáis; |
36 |
porque
esto sucedió para que se cumpliese la Escritura: “No romperéis
ni uno de sus huesos.” |
37 |
Y
otra Escritura dice también: “Mirarán al que traspasaron.” |
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|
La
Sepultura |
|
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38 |
Después
de esto rogó a Pilato José de Árimatea, que era discípulo de
Jesús, aunque en secreto por temor de los judíos, que le permitiese
tomar el cuerpo de Jesús, y Pilato se lo permitió. Vino, pues,
y tomó su cuerpo. |
39 |
Llegó
Nicodemo, el mismo que había venido a El de noche al principio,
y trajo una mezcla de mirra y áloe, como unas cien libras. |
40 |
Tomaron,
pues, el cuerpo de Jesús y lo fajaron con bandas y aromas, según
es costumbre sepultar entre los judíos. |
41 |
Había
cerca del sitio donde fue crucificado un huerto, y en el huerto
un sepulcro nuevo, en el cual nadie aún había sido depositado. |
42 |
Allí,
a causa de la Parasceve de los judíos, por estar cerca el monumento,
pusieron a Jesús. |
|
Capítulo
20 |
|
La
Magdalena encuentra removida la piedra |
|
|
1 |
El
día primero de la semana, María Magdalena vino muy de madrugada,
cuando aún era de noche, al monumento, y vio quitada la piedra
del monumento. |
2 |
Corrió
y vino a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba,
y les dijo: Han tomado al Señor del monumento y no sabemos dónde
lo han puesto. |
|
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|
Comprobación
por Pedro y Juan |
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|
3 |
Salió,
pues, Pedro y el otro discípulo y fueron al monumento. |
4 |
Ambos
corrían; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro,
y llegó primero al monumento, |
5 |
e
inclinándose, vio las bandas; pero no entró. |
6 |
Llegó
Simón Pedro después de él, y entró en el monumento y vio los
las fajas allí colocadas, |
7 |
y
el sudario que había estado sobre su cabeza, no puesto con los
lienzos, sino envuelto aparte. |
8 |
Entonces
entró también el otro discípulo que vino primero al monumento,
y vio y creyó; |
9 |
porque
aún no se habían dado cuenta de la Escritura, según la cual
era preciso que Él resucitase de entre los muertos. |
10 |
Los
discípulos se fueron de nuevo a casa. |
|
|
|
Aparición
a María Magdalena |
|
|
11 |
María
se quedó junto al monumento, fuera, llorando. Mientras lloraba
se inclinó hacia el monumento, |
12 |
y
vio a dos ángeles vestidos de blanco, uno a la cabecera y otro
a los pies de donde había estado el cuerpo de Jesús. |
13 |
Le
dijeron: ¿Por que lloras, mujer? Ella les dijo: Porque han tomado
a mi Señor y no sé dónde lo han puesto. |
14 |
Diciendo
esto, se volvió para atrás y vio a Jesús que estaba allí, pero
no conoció que fuese Jesús. |
15 |
Díjole
Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, creyendo
que era el hortelano, le dijo: Señor, si le has llevado tú,
dime dónde le has puesto, y yo le tomaré. |
16 |
Díjole
Jesús: ¡María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo: ¡Rabboni!,
que quiere decir Maestro. |
17 |
Jesús
le dijo: No me toques, porque aún no he subido al Padre; pero
ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre,
a mi Dios y a vuestro Dios. |
18 |
María
Magdalena fue a anunciar a los discípulos: “He visto al Señor,”
y las cosas que le había dicho. |
|
|
|
Primera
aparición a los discípulos |
|
|
19 |
La
tarde del primer día de la semana, estando cerradas las puertas
del lugar donde se hallaban reunidos los discípulos por temor
de los judíos, vino Jesús y, puesto en medio de ellos, les dijo:
La paz sea con vosotros. |
20 |
Y
diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos
se alegraron viendo al Señor. |
21 |
Díjoles
otra vez: La paz sea con vosotros. Como me envió mi Padre, así
os envío yo. |
22 |
Diciendo
esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; |
23 |
a
quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes
se los retuviereis, les serán retenidos. |
24 |
Tomás,
uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando
vino Jesús. Dijéronle, pues, los otros discípulos: Hemos visto
al Señor. |
25 |
El
les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto
mi dedo en el lugar de los clavos y mi mano en su costado, no
creeré. |
|
|
|
Segunda
aparición |
|
|
26 |
Pasados
ocho días, otra vez estaban dentro los discípulos, y Tomás con
ellos. Vino Jesús, cerradas las puertas y, puesto en medio de
ellos, dijo: La paz sea con vosotros. |
27 |
Luego
dijo a Tomás: Alarga acá tu dedo y mira mis manos, y tiende
tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel. |
28 |
Respondió
Tomás y dijo: ¡Señor mío y Dios mío! |
29 |
Jesús
le dijo: Porque me has visto has creído; dichosos los que sin
ver creyeron. |
30 |
Muchas
otras señales hizo Jesús en presencia de los discípulos que
no están escritas en este libro; |
31 |
y
éstas fueron escritas para que creáis que Jesús es el Mesías,
Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre. |
|
Capítulo 21 |
|
APENDICE |
|
|
1 |
Después
de esto, se apareció Jesús a los discípulos junto al mar de
Tiberíades, y se apareció así: |
2 |
Estaban
juntos Simón Pedro y Tomás, llamado Dídimo; Natanael, el de
Caná de Galilea, y los de Zebedeo, y otros dos discípulos. |
3 |
Díjoles
Simón Pedro: Voy a pescar. Los otros le dijeron: Vamos también
nosotros contigo. Salieron y entraron en la barca, y en aquella
noche no pescaron nada. |
4 |
Llegada
la mañana, se hallaba Jesús en la playa; pero los discípulos
no se dieron cuenta de que era Jesús. |
5 |
Díjoles
Jesús: Muchachos, ¿no tenéis a la mano nada que comer? Le respondieron:
No. |
6 |
El
les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis.
La echaron, pues, y ya no podían arrastrar la red por la muchedumbre
de los peces. |
7 |
Dijo
entonces aquel discípulo a quien amaba Jesús: ¡Es el Señor!
Así que oyó Simón Pedro que era el Señor, se ciñó la sobretúnica,
pues estaba desnudo, y se arrojó al mar. |
8 |
Los
otros discípulos vinieron en la barca, pues no estaban lejos
de tierra sino como unos doscientos codos, tirando de la red
con los peces. |
9 |
Así
que bajaron a tierra, vieron unas brasas encendidas y un pez
puesto sobre ellas, y pan. |
10 |
Díjoles
Jesús: Traed de los peces que habéis pescado ahora. |
11 |
Subió
Simón Pedro y arrastró la red a tierra, llena de ciento cincuenta
y tres peces grandes, y, con ser tantos, no se rompió la red.
|
12 |
Jesús
les dijo: Venid y comed. Ninguno de los discípulos se atrevió
a preguntarle: ¿Tú quién eres? sabiendo que era el Señor. |
13 |
Se
acercó Jesús, tomó el pan y se lo dio, e igualmente el pez.
|
14 |
Esta
fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después
de resucitar de entre los muertos. |
|
|
|
La
triple confesión de Pedro |
|
|
15 |
Cuando
hubieron comido, dijo Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan,
¿me amas más que éstos? El le dijo: Sí, Señor, tú sabes que
te amo. Díjole: Apacienta mis corderos. |
16 |
Por
segunda vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le
respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta
mis ovejas. |
17 |
Por
tercera vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se
entristeció de que por tercera vez le preguntase: ¿Me amas?
Y le dijo: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Díjole
Jesús: Apacienta mis ovejas. |
18 |
En
verdad, en verdad te digo: Cuando eras joven, tú te ceñías e
ibas donde querías; cuando envejezcas, extenderás tus manos,
y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras. |
19 |
Esto
lo dijo indicando con qué muerte había de glorificar a Dios.
Después añadió: Sígueme. |
|
|
|
El
discípulo amado |
|
|
20 |
Se
volvió Pedro y vio que seguía detrás el discípulo a quien amaba
Jesús, el que en la cena se había recostado en su pecho y le
había preguntado: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
|
21 |
Viéndole,
pues, Pedro, dijo a Jesús: Señor, ¿y éste, qué? Jesús le dijo:
Si yo quisiera que éste permaneciese hasta que yo venga, ¿a
ti qué? Tú sígueme. |
22 |
Se
divulgó entre los hermanos la voz de que aquel discípulo no
moriría; mas no dijo Jesús que no moriría, sino: Si yo quisiera
que éste permaneciese hasta que venga, ¿a ti qué? |
23 |
Este
es el discípulo que da testimonio de esto, que lo escribió,
y sabemos que su testimonio es verdadero. |
24 |
Muchas
otras cosas hizo Jesús que, si se escribiesen una por una, creo
no podrían contener los libros. |
|
|