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          SEGUNDA  PARTE
          PASION Y RESURRECCION DE JESUCRISTO
       
          
        
          
             
              | Capítulo 
                13 | 
             
             
              |   | 
              Lavatorio 
                  de los pies  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              Antes 
                  de la fiesta de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora 
                  de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos 
                  que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.  | 
             
             
              | 2 | 
              Y 
                  comenzada la cena, como el diablo hubiese ya puesto en el corazón 
                  de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle; 
                    | 
             
             
              | 3 | 
              sabiendo 
                  que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y que 
                  había salido de Dios y a El se volvía,   | 
             
             
              | 4 | 
              se 
                  levantó de la mesa, se quitó los vestidos y, tomando una toalla, 
                  se la ciñó;   | 
             
             
              | 5 | 
              luego 
                  echó agua en la jofaina y comenzó a lavar los pies de los discípulos 
                  y a enjugárselos con la toalla que tenía ceñida.   | 
             
             
              | 6 | 
              Llegó, 
                  pues, a Simón Pedro, que le dijo: Señor, ¿tú lavarme a mí los 
                  pies?   | 
             
             
              | 7 | 
              Respondió 
                  Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo sabes ahora; lo sabrás 
                  después.  | 
             
             
              | 8 | 
              Díjole 
                  Pedro: Jamás me lavarás tú los pies. Le contestó Jesús: Si no 
                  te los lavare, no tendrás parte conmigo.   | 
             
             
              | 9 | 
              Simón 
                  Pedro le dijo: Señor, entonces no sólo los pies, sino también 
                  las manos y la cabeza.  | 
             
             
              | 10 | 
              Jesús 
                  le dijo: El que se ha bañado no necesita lavarse, está todo 
                  limpio; y vosotros estáis limpios, pero no todos.  | 
             
             
              | 11 | 
              Porque 
                  sabía quién había de entregarle, y por eso dijo: No todos estáis 
                  limpios.   | 
             
             
              | 12 | 
              Cuando 
                  les hubo lavado los pies,  tomando sus vestidos y poniéndose 
                  de nuevo a la mesa, les dijo: ¿Entendéis lo que he hecho con 
                  vosotros?   | 
             
             
              | 13 | 
              Vosotros 
                  me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque de verdad lo 
                  soy.   | 
             
             
              | 14 | 
              Si 
                  Yo, pues, os he lavado los pies, siendo vuestro Señor y Maestro, 
                  también habéis de lavaros vosotros los pies unos a otros.  | 
             
             
              | 15 | 
              Porque 
                yo os he dado el ejemplo, para que vosotros hagáis también como 
                yo he hecho.  | 
             
             
              | 16 | 
              En 
                  verdad, en verdad os digo: No es el siervo mayor que su señor, 
                  ni el enviado mayor que quien le envía.  | 
             
             
              | 17 | 
              Si 
                  esto aprendéis, seréis dichosos si lo practicáis.  | 
             
             
              | 18 | 
              No 
                  lo digo de todos vosotros; yo sé a quiénes escogí, mas lo digo 
                  para que se cumpla la Escritura: “El que come mi pan, levantó 
                  contra mí su calcañal.”  | 
             
             
              | 19 | 
              Desde 
                  ahora os lo digo, antes de que suceda, para que, cuando suceda, 
                  creáis que yo soy.  | 
             
             
              | 20 | 
              En 
                  verdad, en verdad os digo que quien recibe al que yo enviare, 
                  a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a quien me ha 
                  enviado.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Anuncio 
                  de la traición de Judas  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 21 | 
              Dicho 
                  esto, se turbó Jesús en su espíritu y, demostrándolo, dijo: 
                  En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará.  | 
             
             
              | 22 | 
              Se 
                  miraban los discípulos unos a otros, sin saber de quién hablaba.  | 
             
             
              | 23 | 
              Uno 
                  de ellos, el amado de Jesús, estaba recostado en el seno de 
                  Jesús.  | 
             
             
              | 24 | 
              Simón 
                  Pedro le hizo señal, diciéndole: Pregúntale de quién habla.  | 
             
             
              | 25 | 
              El 
                  que estaba recostado ante el pecho de Jesús le dijo: Señor, 
                  ¿quién es?  | 
             
             
              | 26 | 
              Jesús 
                  le contestó: Aquel a quien yo mojare y diere un  bocado. 
                  Y mojando un bocado, lo tomó y se lo dio a Judas, hijo de Simón 
                  Iscariote.   | 
             
             
              | 27 | 
              Después 
                  del bocado, en el mismo instante, entró en él Satanás. Jesús 
                  le dijo: Lo que has de hacer, hazlo pronto.  | 
             
             
              | 28 | 
              Ninguno 
                  de los que estaban a la mesa conoció a qué propósito decía aquello.  | 
             
             
              | 29 | 
              Algunos 
                  pensaron que, como Judas tenía la bolsa, le decía Jesús: Compra 
                  lo que necesitamos para la fiesta, o que diese algo a los pobres. 
                    | 
             
             
              | 30 | 
              El, 
                  tomando el bocado, se salió luego; era de noche.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Comienza 
                  la despedida  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 31 | 
              Así 
                  que salió, dijo Jesús: Ahora ha sido glorificado el Hijo del 
                  hombre, y Dios ha sido glorificado en El.  | 
             
             
              | 32 | 
              Si 
                  Dios ha sido glorificado en El, Dios también le glorifícará 
                  a El, y le glorificará en seguida.  | 
             
             
              | 33 | 
              Hijitos 
                  míos, un poco estaré todavía con vosotros: me buscaréis, y como 
                  dije a los judíos: A donde yo voy vosotros no podéis venir, 
                  también os lo digo a vosotros ahora.  | 
             
             
              | 34 | 
              Un 
                  precepto nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como 
                  yo os he amado, así también  amaos mutuamente.  | 
             
             
              | 35 | 
              En 
                  esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor 
                  unos para con otros.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              La 
                  negación de Pedro  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 36 | 
              Díjole 
                  Simón Pedro: Señor, ¿adónde vas? Respondió Jesús: A donde Yo 
                  voy, no puedes tú seguirme ahora; me seguirás más tarde.  | 
             
             
              | 37 | 
              Pedro 
                  le dijo: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré por 
                  ti mi vida.  | 
             
             
              | 38 | 
              Respondió 
                  Jesús: ¿Darás por mí tu vida? En verdad, en verdad te digo que 
                  no cantará el gallo antes que tres veces me niegues.  | 
             
          
         
        
          
            
              |   | 
             
             
              | Capítulo 
                14 | 
             
             
              |   | 
              Volverán 
                  a encontrarse cerca del Padre  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              No 
                  se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.  | 
             
             
              | 2 | 
              En 
                  la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os 
                  lo diría, porque voy a prepararos el lugar.   | 
             
             
              | 3 | 
              Cuando 
                  yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré 
                  y os tomaré conmigo, para que donde Yo estoy estéis también 
                  vosotros.  | 
             
             
              | 4 | 
              Pues 
                  para donde Yo voy, vosotros conocéis el camino.  
                    | 
             
             
              | 5 | 
              Díjole 
                  Tomás: No sabemos adónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el 
                  camino?  | 
             
             
              | 6 | 
              Jesús 
                  le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene 
                  al Padre sino por mí.  | 
             
             
              | 7 | 
              Si 
                  me habéis conocido, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora 
                  le conocéis y le habéis visto.  | 
             
             
              | 8 | 
              Felipe 
                  le dijo: Señor, muéstranos al Padre y nos basta.  | 
             
             
              | 9 | 
              Jesús 
                  le dijo: Felipe, ¿tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no 
                  me habéis conocido? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; 
                  ¿cómo dices tú: Muéstranos al Padre?   | 
             
             
              | 10 | 
              ¿No 
                  crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras 
                  que yo os digo no las hablo de mí mismo; el Padre, que mora 
                  en mí, hace sus obras.   | 
             
             
              | 11 | 
              Creedme, 
                  que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; a lo menos creedlo 
                  por las obras.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Promesas 
                  hechas a los discípulos para la ausencia  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 12 | 
              En 
                  verdad, en verdad os digo que el que cree en mí, ése hará también 
                  las obras que yo hago, y las hará mayores que éstas, porque 
                  yo voy al Padre;  | 
             
             
              | 13 | 
              y 
                  lo que pidiereis en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea 
                  glorificado en el Hijo;   | 
             
             
              | 14 | 
              si 
                  me pidiereis alguna cosa en mi nombre, yo la haré.   | 
             
             
              | 15 | 
              Si 
                  me amáis, guardaréis mis mandamientos;   | 
             
             
              | 16 | 
              y 
                  yo rogaré al Padre y os dará otro Abogado, que estará con vosotros 
                  para siempre:   | 
             
             
              | 17 | 
              el 
                  Espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir, porque no 
                  le ve ni le conoce; vosotros le conocéis, porque permanece con 
                  vosotros y está en vosotros.   | 
             
             
              | 18 | 
              No 
                  os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.   | 
             
             
              | 19 | 
              Todavía 
                  un poco y el mundo ya no me verá; pero vosotros me veréis, porque 
                  yo vivo y vosotros viviréis.  | 
             
             
              | 20 | 
              En 
                  aquel día conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en 
                  mí y yo en vosotros.  | 
             
             
              | 21 | 
              El 
                  que recibe mis preceptos y los guarda, ése es el que me ama; 
                  el que me ama a mí será amado de mi Padre y yo le amaré y me 
                  manifestaré a el.   | 
             
             
              | 22 | 
              Díjole 
                  Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué ha sucedido para que hayas 
                  de manifestarte a nosotros y no al mundo?  | 
             
             
              | 23 | 
              Respondió 
                  Jesús y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi 
                  Padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada.   | 
             
             
              | 24 | 
              El 
                  que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra que oís no 
                  es mía, sino del Padre, que me ha enviado.   | 
             
             
              | 25 | 
              Os 
                  he dicho estas cosas mientras permanezco entre vosotros;  | 
             
             
              | 26 | 
              pero 
                  el Abogado, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, 
                  ése os lo enseñará todo y os traerá a la memoria todo lo que 
                  Yo os he dicho.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Despedida 
                  y palabras de aliento  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 27 | 
              La 
                  paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da os la doy 
                  yo. No se turbe vuestro corazón ni se intimide.  | 
             
             
              | 28 | 
              Habéis 
                  oído que os dije: Me voy y vengo a vosotros. Si me amarais, 
                  os alegraríais, pues voy al Padre, porque el Padre es mayor 
                  que yo.   | 
             
             
              | 29 | 
              Os 
                  lo he dicho ahora, antes que suceda, para que, cuando suceda, 
                  creáis.  | 
             
             
              | 30 | 
              Ya 
                  no hablaré muchas cosas con vosotros, porque viene el príncipe 
                  de este mundo, que en mí no tiene nada;   | 
             
             
              | 31 | 
              pero 
                  conviene que el mundo conozca que Yo amo al Padre, y que, según 
                  el mandato que me dio el Padre, así hago. Levantaos, vámonos 
                  de aquí.  | 
             
          
         
        
          
            
              |   | 
             
             
              | Capítulo 
                15 | 
             
             
              |   | 
              La 
                  alegoría de la vid  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              Yo 
                soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. | 
             
             
              | 2 | 
              Todo 
                  sarmiento que en mí no lleve fruto, lo cortará; y todo el que 
                  dé fruto, lo podará, para que dé más fruto.  | 
             
             
              | 3 | 
              Vosotros 
                  estáis ya limpios por la palabra que os he hablado;   | 
             
             
              | 4 | 
              permaneced 
                  en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto 
                  de sí mismo si no permaneciese en la vid, tampoco vosotros si 
                  no permaneciereis en mí.  | 
             
             
              | 5 | 
              Yo 
                  soy la vid. Vosotros los sarmientos. El que permanece en mí 
                  y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer 
                  nada.   | 
             
             
              | 6 | 
              El 
                  que no permanece en mí, es echado fuera, como el sarmiento, 
                  y se seca, y los amontonan y los arrojan al fuego para que ardan.  | 
             
             
              | 7 | 
              Si 
                  permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid 
                  lo que quisiereis, y se os dará.   | 
             
             
              | 8 | 
              En 
                  esto será glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así 
                  seréis discípulos míos.   | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Los 
                  discípulos, elevados a la categoría de amigos  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 9 | 
              Como 
                  el Padre me amó, yo también os he amado; permaneced en mi amor. 
                    | 
             
             
              | 10 | 
              Si 
                  guardareis mis preceptos, permaneceréis en mi amor, como yo 
                  guardé los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor.  | 
             
             
              | 11 | 
              Esto 
                  os lo digo para que yo me goce en vosotros, y vuestro gozo sea 
                  cumplido.  | 
             
             
              | 12 | 
              Este 
                  es mi precepto: que os améis unos a otros como yo os he amado.  | 
             
             
              | 13 | 
              Nadie 
                  tiene amor mayor que éste de dar uno la vida por sus amigos.  | 
             
             
              | 14 | 
              Vosotros 
                  sois mis amigos si hacéis lo que os mando.   | 
             
             
              | 15 | 
              Ya 
                  no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su 
                  señor; pero os digo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre 
                  os lo he dado a conocer.  | 
             
             
              | 16 | 
              No 
                  me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, 
                  y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto 
                  permanezca, para que cuanto pidiereis al Padre en mi nombre 
                  os lo dé.  | 
             
             
              | 17 | 
              Esto 
                  os mando, que os améis unos a otros.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Odio 
                  del mundo contra Jesús y los suyos  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 18 | 
              Si 
                  el mundo os aborrece, sabed que me aborreció a mí primero que 
                  a vosotros.  | 
             
             
              | 19 | 
              Si 
                  fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois 
                  del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por esto el mundo 
                  os aborrece.  | 
             
             
              | 20 | 
              Acordaos 
                  de la palabra que yo os dije: No es el siervo mayor que su señor. 
                  Si me persiguieron a mí, también a vosotros os perseguirán; 
                  si guardaren mi palabra, también guardarán la vuestra.  | 
             
             
              | 21 | 
              Pero 
                  todas estas cosas las harán con vosotros por causa de mi nombre, 
                  porque no conocen al que me ha enviado.  | 
             
             
              | 22 | 
              Si 
                  no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían pecado; 
                  pero ahora no tienen excusa de su pecado.   | 
             
             
              | 23 | 
              El 
                  que a mí me aborrece, también aborrece a mi Padre.  | 
             
             
              | 24 | 
              Si 
                  no hubiera hecho entre ellos obras que ninguno otro hizo, no 
                  tendrían pecado; pero ahora no sólo han visto, sino que me aborrecieron 
                  a mí y a mi Padre.  | 
             
             
              | 25 | 
              Pero 
                  es para que se cumpla la palabra que en la Ley de ellos está 
                  escrita: “Me aborrecieron sin motivo.”  | 
             
             
              | 26 | 
              Cuando 
                  venga el Abogado, que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu 
                  de verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí,  | 
             
             
              | 27 | 
              y 
                  vosotros daréis también testimonio, porque desde el principio 
                  estáis conmigo.  | 
             
          
         
        
          
            
              |   | 
             
             
              | Capítulo 
                16 | 
             
             
              |   | 
              Anuncio 
                  de la persecución judía  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              Esto 
                  os he dicho para que no os escandalicéis.  | 
             
             
              | 2 | 
              Os 
                  echarán de la sinagoga; pues llega la hora en que todo el que 
                  os quite la vida pensará prestar un servicio a Dios.  | 
             
             
              | 3 | 
              Y 
                  esto lo harán porque no conocieron al Padre ni a mí.  | 
             
             
              | 4 | 
              Pero 
                  yo os he dicho estas cosas para que, cuando llegue la hora, 
                  os acordéis de ellas y de que yo os las he dicho; pero esto 
                  no os lo dije desde el principio porque estaba con vosotros.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              La 
                  Promesa del Espíritu Santo  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 5 | 
              Mas 
                  ahora voy al que me ha enviado, y nadie de vosotros me pregunta: 
                  ¿Adónde vas?  | 
             
             
              | 6 | 
              Antes, 
                  porque os hablé estas cosas, vuestro corazón se llenó de tristeza.  | 
             
             
              | 7 | 
              Pero 
                  os digo la verdad: os conviene que yo me vaya. Porque, si no 
                  me fuere, el Abogado no vendrá a vosotros; pero, si me fuere, 
                  os lo enviaré.  | 
             
             
              | 8 | 
              Y 
                  al venir  éste, amonestará al mundo sobre el pecado, la 
                  justicia y el juicio.  | 
             
             
              | 9 | 
              De 
                  pecado, porque no creyeron en mí;   | 
             
             
              | 10 | 
              de 
                  justicia, porque voy al Padre y no me veréis más;  | 
             
             
              | 11 | 
              de 
                  juicio, porque el príncipe de este mundo está ya juzgado.  | 
             
             
              | 12 | 
              Muchas 
                  cosas tengo aún que deciros, mas no podéis llevarlas ahora;  | 
             
             
              | 13 | 
              cuando 
                  viniere Aquél, el Espíritu de verdad, os guiará hacia la verdad 
                  completa, porque no hablará de sí mismo, sino que hablará lo 
                  que oyere y os comunicará las cosas venideras.  | 
             
             
              | 14 | 
              El 
                  me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo dará a conocer. 
                  Todo cuanto tiene el Padre es mío;  | 
             
             
              | 15 | 
              por 
                  esto os he dicho que tomará de lo mío y os lo dará a conocer.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              El 
                  gozo tras la tristeza  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 16 | 
              Todavía 
                  un poco, y ya no me veréis; y todavía otro poco, y me veréis. 
                    | 
             
             
              | 17 | 
              Dijéronse 
                  entonces algunos de los discípulos: ¿Qué es esto que nos dice: 
                  Todavía un poco, y no me veréis; y todavía otro poco, y me veréis? 
                  Y: Porque voy al Padre.  | 
             
             
              | 18 | 
              Decían, 
                  pues: ¿Qué es esto que dice: Un poco? No sabemos lo que dice. 
                    | 
             
             
              | 19 | 
              Conoció 
                  Jesús que querían preguntarle, y les dijo: ¿De esto inquirís 
                  entre vosotros, porque os he dicho: Todavía un poco, y no me 
                  veréis; y todavía otro poco, y me veréis?  | 
             
             
              | 20 | 
              En 
                  verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y 
                  el mundo se alegrará; vosotros os entristeceréis, pero vuestra 
                  tristeza se volverá en gozo.  | 
             
             
              | 21 | 
              La 
                  mujer, cuando pare, siente tristeza, porque llega su hora; pero, 
                  cuando ha dado a luz un hijo, ya no se acuerda de la tribulación, 
                  por el gozo que tiene de haber venido al mundo un hombre.   | 
             
             
              | 22 | 
              Vosotros, 
                  pues, ahora tenéis tristeza; pero de nuevo os veré, y se alegrará 
                  vuestro corazón, y nadie será capaz de quitaros vuestra alegría.  | 
             
             
              | 23 | 
              En 
                  aquel día no me preguntaréis nada; en verdad, en verdad os digo: 
                  Cuanto pidiereis al Padre os lo dará en mi nombre.  | 
             
             
              | 24 | 
              Hasta 
                  ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis, 
                  para que sea cumplido vuestro gozo.   | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Promesas 
                  de una revelación más clara  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 25 | 
              Esto 
                  os lo he dicho en parábolas; llega la hora en que ya no os hablaré 
                  más en parábolas, antes os hablaré claramente del Padre.  | 
             
             
              | 26 | 
              Aquel 
                  día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre 
                  por vosotros,  | 
             
             
              | 27 | 
              pues 
                  el mismo Padre os ama, porque vosotros me habéis amado y creído 
                  que yo he salido de Dios.  | 
             
             
              | 28 | 
              Salí 
                  del Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el mundo y me voy al 
                  Padre.  | 
             
             
              | 29 | 
              Dijéronle 
                  los discípulos: Ahora hablas claramente y no dices parábola 
                  alguna.  | 
             
             
              | 30 | 
              Ahora 
                  sabemos que conoces todas las cosas y que no necesitas que nadie 
                  te pregunte; en esto creemos que has salido de Dios.  | 
             
             
              | 31 | 
              Respondióles 
                  Jesús: ¿Ahora creéis?  | 
             
             
              | 32 | 
              He 
                  aquí que llega la hora, y ya es llegada, en que os dispersaréis 
                  cada uno por su lado y a mí me dejaréis solo; pero no estoy 
                  solo, porque el Padre está conmigo.  | 
             
             
              | 33 | 
              Esto 
                  os lo he dicho para que tengáis paz en mí; en el mundo habéis 
                  de tener tribulación; pero confiad: yo he vencido al mundo.  | 
             
          
         
        
          
            
              |   | 
             
             
              | Capítulo 
                17 | 
             
             
              |   | 
              Jesús 
                  ora al Padre por sí mismo  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              Esto 
                  dijo Jesús, y, levantando sus ojos al cielo, añadió: Padre, 
                  llegó la hora; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique,  | 
             
             
              | 2 | 
              según 
                  el poder que le diste sobre toda carne, para que a todos los 
                  que tú le diste les dé El la vida eterna.   | 
             
             
              | 3 | 
              Esta 
                  es la vida eterna, que te conozcan a ti, único Dios verdadero, 
                  y a tu enviado Jesucristo.   | 
             
             
              | 4 | 
              Yo 
                  te he glorificado sobre la tierra, llevando a cabo la obra que 
                  me encomendaste realizar.  | 
             
             
              | 5 | 
              Ahora 
                  tú, Padre, glorifícame cerca de ti mismo con la gloria que tuve 
                  cerca de ti antes que el mundo existiese.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Ruega 
                  por los discípulos  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 6 | 
              He 
                  manifestado tu nombre a los hombres que de este mundo me has 
                  dado. Tuyos eran, y tú me los diste, y han guardado tu palabra.  | 
             
             
              | 7 | 
              Ahora 
                  saben que todo cuanto me diste viene de tí;  | 
             
             
              | 8 | 
              porque 
                  yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las 
                  recibieron y conocieron verdaderamente que yo salí de tí, y 
                  creyeron que tú me has enviado.  | 
             
             
              | 9 | 
              Yo 
                  ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que tú 
                  me diste; porque son tuyos,  | 
             
             
              | 10 | 
              y 
                  todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío, y yo he sido glorificado 
                  en ellos.  | 
             
             
              | 11 | 
              Yo 
                  ya no estoy en el mundo, pero éstos están en el mundo, mientras 
                  yo voy a ti. Padre santo, guarda en tu nombre a éstos que me 
                  has dado, para que sean uno como nosotros.   | 
             
             
              | 12 | 
              Mientras 
                  yo estaba con ellos, yo conservaba en tu nombre a éstos que 
                  me has dado, y los guardé, y ninguno de ellos pereció, si no 
                  es el hijo de la perdición, para que la Escritura se cumpliese. 
                    | 
             
             
              | 13 | 
              Pero 
                  ahora yo vengo a tí y hablo estas cosas en el mundo, para que 
                  tengan mi gozo cumplido en sí mismos.   | 
             
             
              | 14 | 
              Yo 
                  les he dado tu palabra, y el mundo los aborreció, porque no 
                  eran del mundo, como yo no soy del mundo.  | 
             
             
              | 15 | 
              No 
                  pido que los tomes del mundo, sino que los guardes del mal.  | 
             
             
              | 16 | 
              Ellos 
                  no son del mundo, como no soy del mundo yo.  | 
             
             
              | 17 | 
              Santifícalos 
                  en la verdad, pues tu palabra es verdad.   | 
             
             
              | 18 | 
              Como 
                  tú me enviaste al mundo, así yo los envié a ellos al mundo,  | 
             
             
              | 19 | 
              y 
                  yo por ellos me santifico, para que ellos sean santificados 
                  en la verdad.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Ruega 
                  por todos los creyentes  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 20 | 
              Pero 
                  no ruego sólo por éstos, sino por cuantos crean en mí por su 
                  palabra,  | 
             
             
              | 21 | 
              para 
                  que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, 
                  para que también ellos sean en nosotros, y el mundo crea que 
                  tú me has enviado.  | 
             
             
              | 22 | 
              Yo 
                  les he dado la gloria que tú me diste, a fin de que sean uno, 
                  como nosotros somos uno.  | 
             
             
              | 23 | 
              Yo 
                  en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno y conozca 
                  el mundo que tú me enviaste y amaste a éstos como me amaste 
                  a mí.  | 
             
             
              | 24 | 
              Padre, 
                  lo que tú me has dado, quiero que donde esté yo estén ellos 
                  también conmigo, para que vean mi gloria, que tú me has dado, 
                  porque me amaste antes de la creación del mundo.   | 
             
             
              | 25 | 
              Padre 
                  justo, si el mundo no te ha conocido, yo te conocí, y éstos 
                  conocieron que tú me has enviado,  | 
             
             
              | 26 | 
              y 
                  yo les di a conocer tu nombre, y se lo haré conocer, para que 
                  el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.  | 
             
          
         
        
          
            
              |   | 
             
             
              | Capítulo 
                18 | 
             
             
              |   | 
              La 
                  prisión de Jesús  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              Diciendo 
                  esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente 
                  Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos. 
                    | 
             
             
              | 2 | 
              Judas, 
                  el que había de traicionarle, conocía el sitio, porque muchas 
                  veces concurría allí Jesús con sus discípulos.   | 
             
             
              | 3 | 
              Judas, 
                  pues, tomando la cohorte y los alguaciles de los pontífices 
                  y fariseos, vino allí con linternas, y hachas, y armas.  | 
             
             
              | 4 | 
              Conociendo 
                  Jesús todo lo que iba a sucederle, salió y les dijo: ¿A quién 
                  buscáis?  | 
             
             
              | 5 | 
              Respondiéronle: 
                  A Jesús Nazareno. El les dijo: Yo soy. Judas, el traidor, estaba 
                  con ellos.  | 
             
             
              | 6 | 
              Así 
                  que les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron en tierra.   | 
             
             
              | 7 | 
              Otra 
                  vez les preguntó: ¿A quién buscáis? Ellos dijeron: A Jesús Nazareno.  | 
             
             
              | 8 | 
              Respondió 
                  Jesús: Ya os dije que Yo soy; si, pues, me buscáis a mí, dejad 
                  ir a éstos.   | 
             
             
              | 9 | 
              Para 
                  que se cumpliese la palabra que había dicho: "De los que me 
                  diste no se perdió ninguno".  | 
             
             
              | 10 | 
              Simón 
                  Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió a un siervo del 
                  pontífice, cortándole la oreja derecha. Este siervo se llamaba 
                  Malco.  | 
             
             
              | 11 | 
              Pero 
                  Jesús dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina; el cáliz que 
                  me dio mi Padre, ¿no he de beberlo?  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Conducción 
                  a casa de Anás  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 12 | 
              La 
                  cohorte, pues, y el tribuno, y los alguaciles de los judíos 
                  se apoderaron de Jesús y le ataron,  | 
             
             
              | 13 | 
              y 
                  le condujeron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, pontífice 
                  aquel año.   | 
             
             
              | 14 | 
              Era 
                  Caifás el que había aconsejado a los judíos: “Conviene que un 
                  hombre muera por el pueblo.”  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Primera 
                  negación de Pedro  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 15 | 
              Seguían 
                  a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido 
                  del pontífice y entró al tiempo que Jesús en el atrio del pontífice,  | 
             
             
              | 16 | 
              mientras 
                  que Pedro se quedó fuera, a la puerta. Salió, pues, el otro 
                  discípulo, conocido del pontífice, y habló a la portera e introdujo 
                  a Pedro.   | 
             
             
              | 17 | 
              La 
                  portera dijo a Pedro: ¿Eres tú acaso de los discípulos de este 
                  hombre? El dijo: No soy.   | 
             
             
              | 18 | 
              Los 
                  siervos del pontífice y alguaciles habían preparado un brasero, 
                  porque hacía frío, y se calentaban, y Pedro estaba también con 
                  ellos calentándose.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Jesús 
                  ante Caifás  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 19 | 
              El 
                  pontífice preguntó a Jesús sobre sus discípulos y sobre su doctrina.  | 
             
             
              | 20 | 
              Respondióle 
                  Jesús: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre enseñé en 
                  las sinagogas y en el templo, adonde concurren todos los judíos; 
                  nada hablé en secreto,  | 
             
             
              | 21 | 
              ¿Qué 
                  me preguntas? Pregunta a los que me han oído qué es lo que yo 
                  les he hablado; ellos deben saber lo que les he dicho.  | 
             
             
              | 22 | 
              Habiendo 
                  dicho esto Jesús, uno de los alguaciles, que estaba a su lado, 
                  le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al pontífice?  | 
             
             
              | 23 | 
              Jesús 
                  le contestó: Si hablé mal, muéstrame en qué, y si bien, ¿por 
                  qué me pegas?   | 
             
             
              | 24 | 
              Anás 
                  le envió atado a Caifás, el pontífice.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Segunda 
                  negación de Pedro  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 25 | 
              Entre 
                  tanto, Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron: 
                  ¿No eres tú también de sus discípulos? Negó él, y dijo: No soy.  | 
             
             
              | 26 | 
              Díjole 
                  uno de los siervos del pontífice, pariente de aquel a quien 
                  Pedro había cortado la oreja: ¿No te he visto yo en el huerto 
                  con El?  | 
             
             
              | 27 | 
              Pedro 
                negó de nuevo, y al instante cantó el gallo. | 
             
             
               | 
                | 
             
             
               | 
              Jesús 
                  ante Pilato  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 28 | 
              Llevaron 
                  a Jesús de casa de Caifás, al pretorio. Era muy de mañana. Ellos 
                  no entraron en el pretorio por no contaminarse, para poder comer 
                  la Pascua.  | 
             
             
              | 29 | 
              Salió, 
                  pues, Pilato fuera y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este 
                  hombre?  | 
             
             
              | 30 | 
              Ellos 
                  respondieron, diciéndole: Si no fuera malhechor, no te lo traeríamos.  | 
             
             
              | 31 | 
              Díjoles 
                  Pilato: Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra ley. Le dijeron 
                  entonces los judíos: Es que a nosotros no nos es permitido dar 
                  muerte a nadie.  | 
             
             
              | 32 | 
              Para 
                  que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, significando 
                  de qué muerte había de morir.  | 
             
             
              | 33 | 
              Entró 
                  Pilato de nuevo en el pretorio, y, llamando a Jesús, le dijo: 
                  ¿Eres tú el rey de los judíos?  | 
             
             
              | 34 | 
              Respondió 
                  Jesús: ¿Por tu cuenta dices eso o te lo han dicho otros de mí?  | 
             
             
              | 35 | 
              Pilato 
                  contestó: ¿Soy yo judío por ventura? Tu nación y los pontífices 
                  te han entregado a mí, ¿qué has hecho?  | 
             
             
              | 36 | 
              Jesús 
                  respondió: Mi reino no es de este mundo; si de este mundo fuera 
                  mi reino, mis ministros habrían luchado para que no fuese entregado 
                  a los judíos; pero mi reino no es de aquí.  | 
             
             
              | 37 | 
              Le 
                  dijo entonces Pilato: ¿Luego tú eres rey? Respondió Jesús: Tú 
                  dices que soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido 
                  al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo el que es de 
                  la verdad oye mi voz.  | 
             
             
              | 38 | 
              Pilato 
                  le dijo: ¿Y qué es la verdad? Y dicho esto, de nuevo salió a 
                  los judíos y les dijo: Yo no hallo en éste ningún delito.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Expediente 
                  para librarle  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 39 | 
              Hay 
                  entre vosotros costumbre de que os suelte a uno en la Pascua 
                  ¿Queréis, pues, que os suelte al rey de los judíos?  | 
             
             
              | 40 | 
              Entonces 
                  de nuevo gritaron diciendo: ¡No a éste, sino a Barrabás! Era 
                  Barrabás un bandolero.  | 
             
          
         
        
          
            
              |   | 
             
             
              | Capítulo 
                19: | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              Tomó 
                  entonces Pilato a Jesús y mandó azotarle.   | 
             
             
              | 2 | 
              Y 
                  los soldados, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron 
                  en la cabeza, le vistieron un manto de púrpura  | 
             
             
              | 3 | 
              y, 
                  acercándose a El, le decían: ¡Salve, rey de los judíos!, y le 
                  daban de bofetadas.   | 
             
             
              | 4 | 
              Otra 
                  vez salió fuera Pilato y les dijo: Aquí os lo traigo para que 
                  veáis que no hallo en El ningún crimen.  | 
             
             
              | 5 | 
              Salió, 
                  pues, Jesús fuera con la corona de espinas y el manto de púrpura, 
                  y Pilato les dijo: Ahí tenéis al Hombre.  | 
             
             
              | 6 | 
              Cuando 
                  le vieron los príncipes de los sacerdotes y sus servidores, 
                  gritaron diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Díjoles Pilato: 
                  Tomadlo vosotros y crucificadlo, pues yo no hallo delito en 
                  El.  | 
             
             
              | 7 | 
              Respondieron 
                  los judíos: Nosotros tenemos una ley, y, según la ley, debe 
                  morir, porque se ha hecho Hijo de Dios.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Tercer 
                   interrogatorio   | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 8 | 
              Cuando 
                  Pilato oyó estas palabras, temió más,   | 
             
             
              | 9 | 
              y, 
                  entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús: ¿De dónde eres 
                  tú? Jesús no le dio respuesta ninguna.  | 
             
             
              | 10 | 
              Díjole 
                  entonces Pilato: ¿A mí no me respondes? ¿No sabes que tengo 
                  poder para soltarte y poder para crucificarte?  | 
             
             
              | 11 | 
              Respondióle 
                  Jesús: No tendrías ningún poder sobre mí si no te hubiera sido 
                  dado de lo alto; por esto los que me han entregado a ti tienen 
                  mayor pecado.  | 
             
             
              | 12 | 
              Desde 
                  entonces Pilato buscaba librarle; pero los judíos gritaron diciéndole: 
                  Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace 
                  rey va contra el César.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              La 
                  condenación  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 13 | 
              Cuando 
                  oyó Pilato estas palabras sacó a Jesús fuera y se sentó en el 
                  tribunal, en el sitio llamado lithóstrotos, en hebreo 
                  gabbatha.  | 
             
             
              | 14 | 
              Era 
                  el día de la preparación de la Pascua, alrededor de la hora 
                  sexta. Dijo a los judíos: Ahí tenéis a vuestro rey.  | 
             
             
              | 15 | 
              Pero 
                  ellos gritaron: ¡Quita, quita! ¡Crucifícale! Díjoles Pilato: 
                  ¿A vuestro rey voy a crucificar? Contestaron los príncipes de 
                  los sacerdotes: Nosotros no tenemos más rey que al César.  | 
             
             
              | 16 | 
              Entonces 
                  se lo entregó para que le crucificasen.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Camino 
                  del Calvario  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 17 | 
              Tomaron, 
                  pues, a Jesús, que, llevando su cruz, salió al sitio llamado 
                  Calvario, que en hebreo se dice Gólgota,  | 
             
             
              | 18 | 
              donde 
                  le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado y Jesús 
                  en medio.  | 
             
             
              | 19 | 
              Escribió 
                  Pilato un título y lo puso sobre la cruz; estaba escrito: Jesús 
                  Nazareno, rey de los judíos.   | 
             
             
              | 20 | 
              Muchos 
                  de los judíos leyeron ese título, porque estaba cerca de la 
                  ciudad el sitio donde fue crucificado Jesús, y estaba escrito 
                  en hebreo, en latín y en griego.   | 
             
             
              | 21 | 
              Dijeron, 
                  pues, a Pilato los príncipes de los sacerdotes de los judíos: 
                  No escribas "rey de los judíos", sino que El ha dicho: "Soy 
                  rey de los judíos".  | 
             
             
              | 22 | 
              Respondió 
                  Pilato: Lo escrito, escrito está.   | 
             
             
              | 23 | 
              Los 
                  soldados, una vez que hubieron crucificado a Jesús, tomaron 
                  sus vestidos, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, 
                  y la túnica. La túnica era sin costura, tejida toda desde arriba.  | 
             
             
              | 24 | 
              Dijéronse, 
                  pues, unos a otros: "No la rasguemos, sino echemos suertes sobre 
                  ella para ver a quién le toca", a fin de que se cumpliese la 
                  Escritura: “Dividiéronse mis vestidos y sobre mi túnica echaron 
                  suertes.” Es lo que hicieron los soldados.  | 
             
             
              | 25 | 
              Estaban 
                  junto a la cruz de Jesús su Madre y la hermana de su madre, 
                  María de Cleofás y María Magdalena.   | 
             
             
              | 26 | 
              Jesús, 
                  viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaban 
                  allí, dijo a la Madre y al discípulo: Mujer, he ahí a tu hijo.  | 
             
             
              | 27 | 
              Luego 
                  dijo al discípulo: He ahí a tu Madre. Y desde aquella hora el 
                  discípulo la recibió en su casa.  | 
             
             
              | 28 | 
              Después 
                  de esto, sabiendo Jesús que todo estaba ya consumado, para que 
                  se cumpliera la Escritura dijo: Tengo sed.   | 
             
             
              | 29 | 
              Había 
                  allí un botijo lleno de vinagre. Fijaron en una rama de hisopo 
                  una esponja empapada en vinagre y se la llevaron a la boca.  | 
             
             
              | 30 | 
              Cuando 
                  hubo gustado el vinagre, dijo Jesús: Todo está acabado, e inclinando 
                  la cabeza, entregó el espíritu.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              La 
                  lanzada  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 31 | 
              Los 
                  judíos, como era el día de la Parasceve, para que no quedasen 
                  los cuerpos en la cruz el día de sábado, por ser día grande 
                  aquel sábado, rogaron a Pilato que les rompiesen las piernas 
                  y los quitasen.  | 
             
             
              | 32 | 
              Vinieron, 
                  pues, los soldados y rompieron las piernas al primero y al otro 
                  que estaba crucificado con El;   | 
             
             
              | 33 | 
              pero 
                  llegando a Jesús, como le vieron ya muerto, no le rompieron 
                  las piernas,  | 
             
             
              | 34 | 
              sino 
                  que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado, 
                  y al instante salió sangre y agua.  | 
             
             
              | 35 | 
              El 
                  que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; él sabe 
                  que dice verdad, para que vosotros creáis;  | 
             
             
              | 36 | 
              porque 
                  esto sucedió para que se cumpliese la Escritura: “No romperéis 
                  ni uno de sus huesos.”  | 
             
             
              | 37 | 
              Y 
                  otra Escritura dice también: “Mirarán al que traspasaron.”  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              La 
                  Sepultura   | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 38 | 
              Después 
                  de esto rogó a Pilato José de Árimatea, que era discípulo de 
                  Jesús, aunque en secreto por temor de los judíos, que le permitiese 
                  tomar el cuerpo de Jesús, y Pilato se lo permitió. Vino, pues, 
                  y tomó su cuerpo.   | 
             
             
              | 39 | 
              Llegó 
                  Nicodemo, el mismo que había venido a El de noche al principio, 
                  y trajo una mezcla de mirra y áloe, como unas cien libras.   | 
             
             
              | 40 | 
              Tomaron, 
                  pues, el cuerpo de Jesús y lo fajaron con bandas y aromas, según 
                  es costumbre sepultar entre los judíos.  | 
             
             
              | 41 | 
              Había 
                  cerca del sitio donde fue crucificado un huerto, y en el huerto 
                  un sepulcro nuevo, en el cual nadie aún había sido depositado.  | 
             
             
              | 42 | 
              Allí, 
                  a causa de la Parasceve de los judíos, por estar cerca el monumento, 
                  pusieron a Jesús.  | 
             
          
         
        
          
            
              |   | 
             
             
              | Capítulo 
                20 | 
             
             
              |   | 
              La 
                  Magdalena encuentra removida la piedra  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              El 
                  día primero de la semana, María Magdalena vino muy de madrugada, 
                  cuando aún era de noche, al monumento, y vio quitada la piedra 
                  del monumento.  | 
             
             
              | 2 | 
              Corrió 
                  y vino a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba, 
                  y les dijo: Han tomado al Señor del monumento y no sabemos dónde 
                  lo han puesto.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Comprobación 
                  por Pedro y Juan   | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 3 | 
              Salió, 
                pues, Pedro y el otro discípulo y fueron al monumento. | 
             
             
              | 4 | 
              Ambos 
                  corrían; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, 
                  y llegó primero al monumento,  | 
             
             
              | 5 | 
              e 
                  inclinándose, vio las bandas; pero no entró.  | 
             
             
              | 6 | 
              Llegó 
                  Simón Pedro después de él, y entró en el monumento y vio los 
                  las fajas allí colocadas,  | 
             
             
              | 7 | 
              y 
                  el sudario que había estado sobre su cabeza, no puesto con los 
                  lienzos, sino envuelto aparte.  | 
             
             
              | 8 | 
              Entonces 
                  entró también el otro discípulo que vino primero al monumento, 
                  y vio y creyó;  | 
             
             
              | 9 | 
              porque 
                  aún no se habían dado cuenta de la Escritura, según la cual 
                  era preciso que Él resucitase de entre los muertos.  | 
             
             
              | 10 | 
              Los 
                  discípulos se fueron de nuevo a casa.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Aparición 
                  a María Magdalena   | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 11 | 
              María 
                  se quedó junto al monumento, fuera, llorando. Mientras lloraba 
                  se inclinó hacia el monumento,  | 
             
             
              | 12 | 
              y 
                  vio a dos ángeles vestidos de blanco, uno a la cabecera y otro 
                  a los pies de donde había estado el cuerpo de Jesús.  | 
             
             
              | 13 | 
              Le 
                  dijeron: ¿Por que lloras, mujer? Ella les dijo: Porque han tomado 
                  a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.  | 
             
             
              | 14 | 
              Diciendo 
                  esto, se volvió para atrás y vio a Jesús que estaba allí, pero 
                  no conoció que fuese Jesús.  | 
             
             
              | 15 | 
              Díjole 
                  Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, creyendo 
                  que era el hortelano, le dijo: Señor, si le has llevado tú, 
                  dime dónde le has puesto, y yo le tomaré.   | 
             
             
              | 16 | 
              Díjole 
                  Jesús: ¡María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo: ¡Rabboni!, 
                  que quiere decir Maestro.  | 
             
             
              | 17 | 
              Jesús 
                  le dijo: No me toques, porque aún no he subido al Padre; pero 
                  ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, 
                  a mi Dios y a vuestro Dios.   | 
             
             
              | 18 | 
              María 
                  Magdalena fue a anunciar a los discípulos: “He visto al Señor,” 
                  y las cosas que le había dicho.  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Primera 
                  aparición a los discípulos  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 19 | 
              La 
                  tarde del primer día de la semana, estando cerradas las puertas 
                  del lugar donde se hallaban reunidos los discípulos por temor 
                  de los judíos, vino Jesús y, puesto en medio de ellos, les dijo: 
                  La paz sea con vosotros.  | 
             
             
              | 20 | 
              Y 
                  diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos 
                  se alegraron viendo al Señor.  | 
             
             
              | 21 | 
              Díjoles 
                  otra vez: La paz sea con vosotros. Como me envió mi Padre, así 
                  os envío yo.  | 
             
             
              | 22 | 
              Diciendo 
                  esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo;  | 
             
             
              | 23 | 
              a 
                  quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes 
                  se los retuviereis, les serán retenidos.  | 
             
             
              | 24 | 
              Tomás, 
                  uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando 
                  vino Jesús. Dijéronle, pues, los otros discípulos: Hemos visto 
                  al Señor.  | 
             
             
              | 25 | 
              El 
                  les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto 
                  mi dedo en el lugar de los clavos y mi mano en su costado, no 
                  creeré.   | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              |   | 
              Segunda 
                  aparición  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 26 | 
              Pasados 
                  ocho días, otra vez estaban dentro los discípulos, y Tomás con 
                  ellos. Vino Jesús, cerradas las puertas y, puesto en medio de 
                  ellos, dijo: La paz sea con vosotros.  | 
             
             
              | 27 | 
              Luego 
                  dijo a Tomás: Alarga acá tu dedo y mira mis manos, y tiende 
                  tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel.  | 
             
             
              | 28 | 
              Respondió 
                  Tomás y dijo: ¡Señor mío y Dios mío!   | 
             
             
              | 29 | 
              Jesús 
                  le dijo: Porque me has visto has creído; dichosos los que sin 
                  ver creyeron.  | 
             
             
              | 30 | 
              Muchas 
                  otras señales hizo Jesús en presencia de los discípulos que 
                  no están escritas en este libro;  | 
             
             
              | 31 | 
              y 
                  éstas fueron escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, 
                  Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.  | 
             
          
         
        
          
            
              |   | 
             
             
              |  
                Capítulo 21  | 
             
             
              |   | 
              APENDICE  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 1 | 
              Después 
                  de esto, se apareció Jesús a los discípulos junto al mar de 
                  Tiberíades, y se apareció así:  | 
             
             
              | 2 | 
              Estaban 
                  juntos Simón Pedro y Tomás, llamado Dídimo; Natanael, el de 
                  Caná de Galilea, y los de Zebedeo, y otros dos discípulos.  | 
             
             
              | 3 | 
              Díjoles 
                  Simón Pedro: Voy a pescar. Los otros le dijeron: Vamos también 
                  nosotros contigo. Salieron y entraron en la barca, y en aquella 
                  noche no pescaron nada.  | 
             
             
              | 4 | 
              Llegada 
                  la mañana, se hallaba Jesús en la playa; pero los discípulos 
                  no se dieron cuenta de que era Jesús.   | 
             
             
              | 5 | 
              Díjoles 
                  Jesús: Muchachos, ¿no tenéis a la mano nada que comer? Le respondieron: 
                  No.  | 
             
             
              | 6 | 
              El 
                  les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. 
                  La echaron, pues, y ya no podían arrastrar la red por la muchedumbre 
                  de los peces.  | 
             
             
              | 7 | 
              Dijo 
                  entonces  aquel discípulo a quien amaba Jesús: ¡Es el Señor! 
                  Así que oyó Simón Pedro que era el Señor, se ciñó la sobretúnica, 
                  pues estaba desnudo, y se arrojó al mar.  | 
             
             
              | 8 | 
              Los 
                  otros discípulos vinieron en la barca, pues no estaban lejos 
                  de tierra sino como unos doscientos codos, tirando de la red 
                  con los peces.   | 
             
             
              | 9 | 
              Así 
                  que bajaron a tierra, vieron unas brasas encendidas y un pez 
                  puesto sobre ellas, y pan.   | 
             
             
              | 10 | 
              Díjoles 
                  Jesús: Traed de los peces que habéis pescado ahora.  | 
             
             
              | 11 | 
              Subió 
                  Simón Pedro y arrastró la red a tierra, llena de ciento cincuenta 
                  y tres peces grandes, y, con ser tantos, no se rompió la red. 
                    | 
             
             
              | 12 | 
              Jesús 
                  les dijo: Venid y comed. Ninguno de los discípulos se atrevió 
                  a preguntarle: ¿Tú quién eres? sabiendo que era el Señor.  | 
             
             
              | 13 | 
              Se 
                  acercó Jesús, tomó el pan y se lo dio, e igualmente el pez. 
                    | 
             
             
              | 14 | 
              Esta 
                  fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después 
                  de resucitar de entre los muertos.  | 
             
             
              |   | 
               | 
             
             
              |   | 
              La 
                  triple confesión de  Pedro  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 15 | 
              Cuando 
                  hubieron comido, dijo Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, 
                  ¿me amas más que éstos? El le dijo: Sí, Señor, tú sabes que 
                  te amo. Díjole: Apacienta mis corderos.   | 
             
             
              | 16 | 
              Por 
                  segunda vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le 
                  respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta 
                  mis ovejas.  | 
             
             
              | 17 | 
              Por 
                  tercera vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se 
                  entristeció de que por tercera vez le preguntase: ¿Me amas? 
                  Y le dijo: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Díjole 
                  Jesús: Apacienta mis ovejas.  | 
             
             
              | 18 | 
              En 
                  verdad, en verdad te digo: Cuando eras joven, tú te ceñías e 
                  ibas donde querías; cuando envejezcas, extenderás tus manos, 
                  y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras.   | 
             
             
              | 19 | 
              Esto 
                  lo dijo indicando con qué muerte había de glorificar a Dios. 
                  Después añadió: Sígueme.  | 
             
             
              |   | 
               | 
             
             
              |   | 
              El 
                  discípulo amado  | 
             
             
              |   | 
                | 
             
             
              | 20 | 
              Se 
                  volvió Pedro y vio que seguía detrás el discípulo a quien amaba 
                  Jesús, el que en la cena se había recostado en su pecho y le 
                  había preguntado: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? 
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              Viéndole, 
                  pues, Pedro, dijo a Jesús: Señor, ¿y éste, qué? Jesús le dijo: 
                  Si yo quisiera que éste permaneciese hasta que yo venga, ¿a 
                  ti qué? Tú sígueme.  | 
             
             
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              Se 
                  divulgó entre los hermanos la voz de que aquel discípulo no 
                  moriría; mas no dijo Jesús que no moriría, sino: Si yo quisiera 
                  que éste permaneciese hasta que venga, ¿a ti qué?  | 
             
             
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              Este 
                  es el discípulo que da testimonio de esto, que lo escribió, 
                  y sabemos que su testimonio es verdadero.  | 
             
             
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              Muchas 
                  otras cosas hizo Jesús que, si se escribiesen una por una, creo 
                  no podrían contener los libros.  | 
             
          
         
         
        
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