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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO
 

 

CUARTA PARTE

EL ÁRBOL DE LA VIDA DE LAS NACIONES

19

Los Ojos de Dios

 

Llegaron a Betsaida, y le llevaron un ciego, rogándole que le tocara Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera de la aldea, y, poniendo saliva en sus ojos e imponiéndole las manos, le preguntó: ¿Ves algo? Mirando él, dijo: Veo hombres, algo así como árboles que andan.

 

.La historia de los Hechos no mienten. Creados a Imagen y semejanza del Hijo de Dios la revolución antropológica cumplida nos es imposible ser hombres y no ver la Realidad desde los ojos de nuestro Creador.  La Biografía Espiritual de Jesús es un  Discurso de Dios Padre en toda regla, cada paso, cada palabra, cada gesto, cada obra suya es un discurso de la Sabiduría de YAVÉ DIOS,  Creador del Universo. Somos árboles. Cada hombre es un árbol de vida. Todos juntos formamos el Árbol de la Vida del Género Humano. El árbol es alimentado por la misma Savia, recibe la misma Luz, respira el mismo Aliento. Y este es el Hombre que Dios creó en la Tierra. ¡Cómo a este Árbol se le inyectó un virus maligno, contra la Voluntad de nuestro Creador, causante de esta esquizofrenia fratricida global que llevamos viviendo durante los últimos seis milenios!, ya he entrado en la Historia Divina de Jesucristo, así que no me repetiré. ¡Cómo salir de ese infierno  y abrirnos camino hacia la Salud Plena de nuestro Ser,  reincorporarnos todos a este Árbol Universal cuya savia riega a todo el Árbol de las Naciones. Porque es evidente que el Primer Árbol, del que un Hombre fue su Cabeza, ese Árbol ha dado paso a uno Nuevo Árbol, el Árbol de las Naciones, cuya Cabeza es el Hijo de Dios, Rey del Árbol de la Vida de los Mundos del Reino de Dios, su Padre.

Desarrollando este tema entendemos que Dios es quien cultiva este Árbol de la Vida de los Mundos del Reino de su Hijo, tanto a nivel general como a nivel individual. Recordemos la Parábola de la Viña y el Viñador, el Hijo es la Viña, nosotros somos las cepas y su Padre es el Viñador, y Dueño de la Viña. Siendo nosotros Cepas, la savia que nos alimenta a todos es la Savia del Espíritu de quien siendo la Viña pues de su Naturaleza vivimos todos. Su elevamos esta Parábola a las Naciones, siendo cada Nación es una Cepa, lo mismo.  Esta Unidad en la Naturaleza es la que en  definitiva fue rota seis mil años atrás.

Ya sabemos que la todopoderosa Razón de la Ciencia Moderna, aupada a la Rebelión Anticristiana por la Reforma Protestante, tiró al suelo la Naturaleza de los Acontecimientos descritos por Dios en su Libro, de esa manera  desterrando al Creador de su Creación. Con las felices consecuencias de las Guerras Mundiales y la tragedia de la Edad Atómica. La felicidad tiene estas sorpresas; cuando ya se creyeron en el paraíso de la utopía del Ateísmo de la Ciencia vino el infierno a juzgarlos por sus palabras, pensamientos y obras. Y así, hasta el momento vivo actual, cuando una alianza entre hombres que han renunciado a la Humanidad, habiendo elegido la evolución sin vuelta de hoja hacia la Bestia, han apostado por la ultima guerra mundial si Cristo en nosotros no se pone de rodillas y adoramos la su gloria.

Somos árboles vivos, ramas de un mismo Tronco, y como tal damos fruto. En quienes él vive el Hijo de Dios, sea como Señor, sea como Rey, sea como Padre, sea como Hermano, sea como Ciudadano de su Reino, todos somos parte del Árbol de las Naciones del Género Humano.  Y como árboles vivos en quien vive el espíritu del Hijo de Dios, a cuya Imagen y Semejanza hemos sido engendrados, damos fruto, y este Fruto es acorde a la Naturaleza del Campo del que nuestras raíces se alimentan.

Quien ama la Guerra no es de Dios, y porque ama el Infierno su padre es Satanás.

Quien ama la Paz ama a Dios, y quien ama la Paz y no ama a Dios no ama la Paz, vive en la Mentira y miente cuando defiende la Paz, su Paz es la Puerta por la que entran libremente los adoradores de la Guerra como camino al Poder Mundial.

Quien divide a los Pueblos de una Nación no son de Dios, sirven a la Muerte, el fruto de su Odio es el Terror, semejantes bestias son abominables a los ojos de Dios. El Juicio del Rey sobre ellos es el que pesa sobre su padre Satanás.

Quien se cree superior a sus vecinos en razón de las dimensiones de su territorio es abominable a los ojos de Dios.

Quienes dividen a los hombres y los pueblos por cuestiones religiosa o ideológicas son inmundos a los ojos de Dios; la sangre que derramaron será un diluvio que cayendo sobre ellos los arrastrará al Abismo donde mora Satán.

Todas las ramas del Árbol de las Naciones, cuyo frutos son generaciones, formamos un único Cuerpo delante de Dios, un Árbol por Él creado, cultivado y alimentado. Somos su fruto vivo, Seres Consumados, llenos de Inteligencia y de Fe. La Sabia que nos dio vida continúa dando su Fruto acorde a la Naturaleza de quien es Nuestro Rey, Señor, y Padre.  El Hombre que vemos en ÉL, en el Libro de Dios, es el Hombre que se manifiesta en nosotros y con el que Caminamos aquí en la Tierra durante el tiempo que nos ha sido dado y después en Su Reino por la Eternidad.

Como el Primer Hombre estamos limpios de todo Delito, en Cristo Jesús por el Conocimiento del Bien y del Mal en que hemos sido levantados del polvo al que fue nuestro Mundo condenado, asumimos la Responsabilidad sobre nuestros pensamientos, palabras y actos. Por estos pensamientos, palabras y actos serán juzgados quienes despreciando la Corona del Hijo de Dios se han dado a regirse por sus propias leyes, anulando la Justicia Divina, y desterrando del ser humano el espíritu que le da vida eterna. Pues que ellos han desterrado a Dios de su Criatura, el Creador los desterrará de su Creación; no hará diferencia entre hombre y demonio, pues el Diablo fue una vez un hijo de Dios, y eligió ser  una bestia salvaje asesina a seguir siendo Ciudadano del Reino del Hijo de Dios, libertad de elección que toda criatura formada a la Imagen y semejanza de su Creador disfruta. Quienes hacen la Guerra, expanden el Terror, siembran el Odio, abolen la Ley de Dios sobre la Naturaleza del Hombre y de la Mujer, ésos sirven al enemigo de la Creación  de Dios y todos serán desterrados. Sean de este mundo o de cualquiera de los otros mundos creados por Dios antes de nuestra Creación, así Ayer, como Hoy y Mañana la Sentencia sobre quien se aparta del Espíritu del Creador es Destierro eterno del Cosmos, su Creación.

Los ojos en los que la Realidad del Cosmos se refleja están en el Rostro de Dios, su Creador, cuya visión heredamos por el Hecho de haber sido  creados para  levantarnos hasta su Imagen y Semejanza. Y cualquiera que no ve la Realidad Universal con los Ojos de JESUCRISTO está ciego y como el ciego aquel al que le untó Jesús barro en los ojos.  Quien ve, se ve como un árbol, una Cepa de su Viña, un hijo de Dios engendrado a su Imagen y Semejanza para dar en nosotros fruto Suyo. Para ver cuál sea la naturaleza de este fruto basta leer su Vida.

Y sobra decir que la naturaleza abarca al Individuo y a la Nación ; no puede dar una Rama sino el fruto natural al Árbol, y de ser un fruto  distinto se deberá a que ha sido injertada una rama de otro árbol.

SI el fruto es maligno, y trae la Muerte, la Muerte es su Origen. El Viñador tala la Rama, y la arroja al fuego.

Engendrados en el espíritu de Inteligencia tenemos el Poder de distinguir la naturaleza por el fruto. Tonto decirlo, “por sus frutos los conoceréis”

15/03/

   

20

EL FIN DE LOS TIEMPOS

 

“Maldito el que llore la muerte de la Casa de Satán”.

 

Dice el Espíritu Santo que “tanto amó Dios al Hombre que nos dio A su Hijo Amado …” como Campeón de nuestra Causa. Pero nosotros leemos igualmente que “tanto amó ese Hijo a su Padre que puso su Vida en sus manos”, y esto a pesar de que, hablando a lo humano, pudiese decirse que un padre que envía su hijo a que lo masacren para salvar la vida de un extraño, interpretando lo escrito, pareciera legitimo deducir que amó más Dios al Hombre que a su propio Hijo.

Y sin embargo en JESÚS se encuentra la Verdadera Naturaleza de la Declaración del Espíritu Santo : “DIOS ES AMOR”. Porque, evidentemente, de no haber amado JESÚS al Hombre con la fuerza de su Padre : su diligencia y obediencia a la Necesidad de la Muerte de CRISTO hubiese sido puesta en jaque por su Inteligencia.

El Amor de Dios al Hombre y el Amor del Hombre a Dios se encontraron vivos y personificados en CRISTO JESÚS. Para finalmente el Amor de ambos, de Dios y del Hombre encontrarse en JESUCRISTO.

Así que, siguiendo la Sabiduría del Espíritu Santo, entendemos que  Dios perfeccionó a su Hijo Amado haciéndole sentarse como Rey Divino, asumiendo con la Corona la Responsabilidad Social en la Creación que hasta entonces, como Rey de y Señor de señores de esa misma Creación Universal había sido, podemos decir fue honorífica, alegórica, incluso metafísica.

La Responsabilidad  del Rey de reyes y Señor de señores, en tanto que Cabeza del Imperio de Dios reposaba en su Padre. Es esta Responsabilidad la que Dios hace finalmente reposar en el Trono de su Hijo, por lo que todos los miembros de la Casa DE YAVÉ dice : “Toda Gloria, Todo Poder, al Hijo de Dios”.

Como quien dice, en la Tierra entró un Niño en la Cuestión de la Sabiduría de su Padre,  en cuyo Manto de Sabiduría descansaba su Corona antes de la Encarnación. Mas en la Resurrección nace “el Rey, Cabeza de todos los Poderes de la Creación, JESUCRISTO”, y asume esta Responsabilidad en la Plenitud de su Ser como Dios Hijo Unigénito.

No obstante esto el Rey sigue estando sujeto a la Sabiduría de Dios, quien antes de sentarlo en su Trono  le dice: “Siéntate a mi Diestra hasta que ponga a mis enemigos a tus pies”.

La Obediencia del Rey a Dios es perfecta. Es la Obediencia debida de todo Ciudadano al propio Rey. Lo cual nos lleva a preguntarnos ¿por qué? ¿Por qué sentar a semejante Rey, Todopoderoso y Omnipotente, en lugar de bendecir la Gloria de su Libertad, y esta Gloria sobre nosotros?

EN lugar de esta bendición el Mundo quedó sujeto a la Ley de la Muerte que llevaba operando desde la Caída. El porqué ya lo sabemos. La Sentencia contra la Guerra siendo el Destierro del Cosmos, arrojados al Abismo Exterior cubierto por las Tinieblas, con Origen en el Cosmos Antiguo,  de aquí que Dios diga “YO creé la Luz y las Tinieblas”, sentencia de Destierro ad eternum, pudiendo parece algo  dura, quiso Dios  abrirnos a todos los ojos, primero a sus hijos del Cielo, a la Maldad Absoluta “de los divinos señores de la Guerra”, quienes dirigidos por Satán causaron la Caída y Tragedia del Hombre, y más tarde a nosotros, los hijos Dios de la Tierra. Esa Maldad del Maldito Satán es la que en nuestro día vive en su hijo y extiende su infierno delante de nuestros ojos, a fin de que al unísono nuestras bocas, del Cielo y de la Tierra, bendigamos sin miedo ni debilidad la Maldición de Dios contra todo el que hace la Guerra y encuentra en ella su gloria y divinización. La Maldición de Dios contra los señores de la Guerra vive en nosotros.

Así pues, era lógico que el Espíritu Santo, conociendo estas cosas, predijese el Dia de la Gloria de la Libertad del Hijo de Dios, quien abriendo su Brazos cubre con su Manto a toda su Casa, invistiéndola de su Invencibilidad, Inteligencia y Todopoder para  extender su Reino sobre la Plenitud de las naciones de la Tierra. Batalla que habría de celebrarse al Final de los tiempos, establecidos como consecuencia de la Caída y Redención, llamada Final porque finalmente la restauración del Hombre a su Creador se consumaría, y la Paz, establecida  sobre la Justicia que nace de la Verdad,  traerá al Mundo la Libertad, la Fraternidad y la Igualdad que no pudieron ser  establecidas en razón de haber sido sus cimientos la Necesidad de la Guerra. Es esta Batalla Final la que se ha abierto en el Norte y extiende su alianza a las naciones de antiguo anticristianas.

Este es el Fin del Mundo nacido de la Caída de Adán; este es el Principio del Mundo por el que CRISTO murió, a fin de legarnos en Testamento a nosotros, su Descendencia, su Espíritu de Inteligencia, sobre el que la Mentira no tiene Poder, y  siendo nosotros su Casa heredamos su Invencibilidad para el Bien de todas las naciones y pueblos del Género Humano.

A aquéllos que en el Norte han levantado los brazos contra el Reino del Hijo de Dios sólo cabe decirles : Bajad las armas, regresad a vuestras casas, deponed a vuestros Gobernantes, haced justicia sobre la sangre vertida en suelo sagrado ucraniano, o dad cuentas delante de Dios de la sangre de vuestros hijos y de la sangre de los hijos de vuestros hermanos, que habéis derramado bajo la ley del terror al hijo de Satán y su Can de la Guerra, adoradores del horror.

Sobre ellos cae la Maldición : Maldito el que llore la muerte de la Casa de Satán.

16/03

17/03/2022

LA DANZA DE LA VICTORIA. CANTO DEL HIJO DEL REY

 

Ya está la hoguera encendida,

ya los guerreros dejan sus potros.

Ya los sabios se apostan en las colinas.

El viento trae desde las nubes la mano que mece el fuego

Que comienzo el baile, que las llamas devoren  corazones y almas

Tambores,  golpead el silencio.

Que hablen los pellejos con la voz del Epíritu

Oíd, guerreros alrededor de fuego y sabios sobre las colinas

El canto de la estrella que surge de las orillas del río de la vida.

 

“Bendito el brazo que levanta su espada

Bendito el puño que no tiembla

Benditos los ojos del que el golpe asesta

Contra la Bestia inmunda.”

Sedienta de sangre devora carne y huesos

Tiene demonio en la lengua

El infierno es su cuna,

Golpead sin miedo, guerreros,

Haced lucid vuestras estrellas,

Sean vuestros pechos como cielos

Brillantes en la noche,

alegría de ancianos, mujeres y niños.

 

¡Qué bellas son las piernas

Corriendo al encuentro del hermano

asediado por el Fantasma del enemigo!

Son sus músculos columnas sosteniendo del cielo el techo

El golpe de sus pies sobre la tierra es un canto que despierta al océano

¡qué rostro puede compararse al suyo!

¡qué luz podrá no sentirse avergonzada… no ser la cuna de su sombra!

Ya se acerca al enemigo, salta sobre el abismo.

Su grito es una canción única,

Todas las aves del firmamento levantan el vuelo

Ninguna criatura quiere dejar sola a su héroe.

Los tambores de guerra no cesan

Su canto tiene un nombre:

VICTORIA.

 

Pero manos a la boca, un sabio habla,

desde la colina del silencio su voz es tormenta.

 

“Maldito el guerrero que no baile,

la estrella que no brille,

la espada que descanse,

la voz que invoque la paz,

la oración que  pida clemencia,

la manos que no escriba en sus ojos

una Palabra, una sola

VICTORIA”

 

El fuego que me quema el alma

Es el fuego del espíritu que llena el cielo

Soy presa de sus llamas

Y no tengo quien me saque de la hoguera.

Mis piernas  están locas, saltan solas,

Mis brazos son leones en plena carrera

La lanza  que portan mis manos tiene una diana

¡El corazón del Enemigo de mi Pueblo!

 

Mientras corro oigo una voz , la voz de mi Rey:

“Sella la tumba,

 Levanta muro a su alrededor 

cava a su alrededor una fosa,

el agua sea fuego que nunca se consume,

escribe en el muro

¡Maldito el que cruce esta valla!

Y en la Puerta del que la guarda, graba una palabra:

VICTORIA”

 

¡Pero qué es eso que suena, ¿es la lluvia?!

Es el discurso de viejos decrépitos

Almas vagando en busca de gloria

Sus palabras son ecos de ultratumba

Se creen vivos, están muertos,

Apestan, sus alientos son delitos

Defienden su cobardía en nombre de la paz

Sus discursos son semillas de la siembra del Maligno.

 

Tú, hijo, baila, salta, grita,

ruge como león al sol

La Luna es tu hermana, no la avergüences,

Por las estrellas de los cielos grita

VICTORIA.

 

Guerreros, ya ha amanecido, es hora de vestirse de guerra

El fuego del infierno se ha desatado en los campos de la Mentira

Del Norte viene la Bestia, escupiendo fuego de destrucción absoluta

 

“¿Quién es ese perro que aúlla con voz de lobo

contra mis corderos?” Dice el Rey de los Ejércitos

“El Universo es mío, la Tierra es anillo en mi mano derecha,

Así haré : le arrancaré las cuerdas de la garganta

 Le arrancaré de los pies los dedos

 Las manos solo serán muñones

 Lo arrojaré a la Plaza en la que es adorado como dios

Y  lo sentaré sobre las ruinas del Templo que bendijo su fuego”.

 

Es un dragón que ha subido de los campos del infierno

Fue alimentado con carne de jóvenes en su  primavera virginal

La leche que bebió de su madre fue sangre de mujeres y niños

Fue su delicia presidir genocidios,

Su banquete preferido devorar gusanos

Todos rollizos, ministros del oro, enloquecidos por la plata

Dioses por un día, demonios por la eternidad.

 

El Fantasma de Moscú sale de la tumba

Es un prodigio obra de la ramera de Bizancio

El Nuevo Pantocrator de la Adúltera de Constantinopla.

 

Qué bella fue en su juventud, la señora de la Ortodoxia.

Ni la gloria del rostro de Helena de Troya

Ni la gracia de Diana la cazadora, la hija de las estrellas

 

Atenas fue su madre, hija de perdición

Lo llevaba escrito en sus pechos,

Con los que amamantó a la Segunda Roma

 

El Pacto fue entre el Diablo y Satanás

Escucha Justiniano:

Dios ha jurado por su gloria que mis puertas no caerán

Dios juró que echará las tuyas abajo,

Ven, amado mío, disfruta de mis carnes,

Devórame delante de los ojos del Rey de los cielos

Sepa el Rey que tú eres mi señor, mi amor de Bizancio.

 

La Adúltera se fue al Norte a buscar nuevo señor,

nuevos amantes, Nueva Roma.

Adoradora del oro, lengua de plata

bípeda cabeza, fuente de odio, veneno letal

despreciaste a tu Señor y buscando,

fiel a la Palabra de Dios

“el que busca encuentra”

Has encontrado a tu nuevo señor, el hijo de Satán,

 

Por esto yo hijo, el hijo del Rey al que has despreciado

bailo alrededor del fuego la Danza de la Victoria

que mi Padre encenderá sobre los escombros de la Plaza Roja,

convertida en lago de sangre

y te dijo:

te ahogarás en sus aguas con tu amante.

 

Guerreros, esta no es hora de sueños

Todos a las armas, todos al combate

El monstruo del Norte ha vuelto a golpear

El Fantasma ha vuelto a levantarse

No quiere la Paz,

la Libertad le es abominable

La Alegría de los jóvenes le es insoportable

La risa de los niños es maldición a sus oídos,

La poesía de los árboles en flor arruina sus noches, 

Las olas que se mecen sobre los mares son pesadilla de sus días

NO es un hombre, es un monstruo que surge del abismo

Tiene hambre que no cesa nunca

¡Ahora su vecino

Después su enemigo,

Más tarde tú,

Tus hermanos, tus hijos, tus padres!

Todos de rodillas delante del heredero de Satán.

Está el nombre de su padre escrito en su frente.

 

Mi Rey nos mira

Como padre que retoca los vestidos de guerra de sus hijos

Las palabras ya dichas

Abraza a su león,

lo bendice con bendiciones del Creador Divino

“Sean vuestros brazos un océano devorando tierra firme

Sean vuestras piernas volcanes en los campos de Marte

Vuestra voz llene las llanuras

y  se aparten ante vuestras palabra las altas montañas

sean ríos de vida vuestros pies, regando la semilla doblada

la caña partida, el árbol caído.

No tendéis miedo al oír el rugido de la Bestia

La Bestia temblará al sonido de vuestro grito

VICTORIA”.

 

Ya ha amanecido, Oh Dios, tantos siglos,

cuántos milenios esperando esta aurora

¿Qué haces Europa?

¿Ves a tu hermana y no corres a su encuentro?

¿La devoran lobos cainitas

Y tu salvación es echar carne en la parrilla?

¿Dónde están tus hijos, aquellos orgullosos guerreros

Que le plantaron cara a los Ejércitos de la Muerte ?

Te has apostado detrás de la corona del Anticristo,

 te escondes detrás del pellejo corrompido del Americano Feliz.

¿NO sabes que entregaron pueblos a genocidios,

sirvieron carne en abundancia a sus criados

y se enriquecieron traficando con órganos y sangre de pueblos?

Cuando te llegue el turno, tu carne rolliza, tu sangre rica,

¿serán respetadas?

 

El Diablo ha pactado con el Anticristo,

Entre cincuenta estrellas ambos se han acostado

Juntos sueñan con repartirse el botín

Berlín para ti, dice Washington

París para mí, dice Londres,

Roma para él, dice Moscú.

Él es el Infierno.

Y yo dijo:

“Con este signo Venceré”


QUINTA PARTE

LA GUERRA DEL REINO DE DIOS

 

CRYS

 

 

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