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Esta es la Voluntad Presente de Dios:"Unifiquense todas las iglesias en una sola y única" |
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CRISTO RAÚL DE YAVÉ
Y SIÓN
ZWINGLIO, EL VENENO DE LA SERPIENTE
ANÁLISIS Y
REFUTACIÓN DE LAS 67 TESIS DE ULRICO ZWINGLIO
En el nombre de Jesucristo:
Con el fin de que todos los hombres conozcan a su Creador la inteligencia es el Poder con el que Dios ha vestido a su Creación, de manera que no pueda el Hombre volver a ser engañado ni la Tentación tenga Poder sobre la voluntad de sus hijos. Desgraciadamente este Poder Divino con el que el Creador ha vestido a su Creación es usado por muchos para hacer todo lo contrario; en lugar de rechazar la Mentira se sirven de este Poder para hacer de la Mentira el medio por excelencia para esclavizar la voluntad de sus congéneres. Siguen el camino de Satanás, quien conociendo las leyes de la Ciencia del Bien y el Mal usó su inteligencia para arrastrar al Género Humano lejos de su Creador; y lo que es más monstruoso, para hacer del Hombre un enemigo de Dios, y declararle la Guerra a su Reino. Arrastradas a este campo de
batalla las naciones de todas las épocas hemos estado luchando, desde la Caída
y Ruina del Primer Reino del Mundo, cuyo rey fue Adán, padre de Noé, padre de
Abraham, padre de David, padre de Jesús, hijo de María de Nazaret, hija de
Sara, hija de Eva, en el ejército equivocado.
El Poder Divino que nos fue dado para crear un Mundo
establecido sobre la Verdad, la Justicia y la Paz, por el Odio y la Envidia de
Satán hacia el Rey de los Cielos, cuyo Trono deseaba hacer suyo: ese Poder Divino
vino a transformarse en nuestros padres antiguos en lo que las garras y la fuerza bruta les son a las bestias. En nuestros padres la Inteligencia dejó de ser un Poder Creador para transformarse en un
Poder Destructor. El ser humano vino a emparentarse con las bestias, ente ellas
la más letal, la más peligrosa, para sí mismo, para todas ellas, y para la
propia Tierra.
A la altura del Segundo Milenio de nuestra Era, en
especial en el Siglo XVI, la Inteligencia buscó liberarse de la Ley por la que
ese Poder Creador había estado buscando su Camino hacia su verdadera Naturaleza. La Civilización
Cristiana, una vez descubierto el Nuevo Mundo, se halló al borde de dar un
gran salto cualitativo en la Historia. Así que no miento diciendo que a
principios del Siglo XVI el Mundo Cristiano Europeo se halló en la misma posición, aunque las circunstancias fuesen
distintas, en las que se halló el Reino Mesopotámico bajo Adán, su primer Rey,
el Alulim de la Lista Real Sumeria. Aquel Primer Rey de los hombres se halló al borde de dar un Salto Histórico Maravilloso: la Proyección
de las fronteras geográficas naturales de su Reino a las Cuatro Regiones de
la Tierra. Es decir, extender su Civilización a la plenitud de las familias del
mundo.
No pudo ser. Intervino en aquel Proyecto un factor antinatural, extraño, que se había mantenido en el alma de un Dios Oculto, quien manipulando las
circunstancias de la Adolescencia Ontogénica que vivía el Hombre se aprovechó de su Inocencia para conquistar su Pensamiento y emparentarlo con el del Príncipe de las Tinieblas, ese mismmo Dios Oculto que sobreviviendo a su propia decadencia hizo suya la Mente de otro hombre, Lutero por nombre.
Para conseguir ganarse la Voluntad de aquel Primer Rey, Satán se enfundó las vestiduras de un ángel Enviado por Dios para abrirle a al Reino de Adán la puerta de la Guerra Santa. No por el Amor sino por la Guerra el Primer Rey extendería las fronteras de su Reino a todas las familias de la Tierra. Acorde a aquel Dios Oculto que vive en Satanás tal era la Voluntad de Dios, y así debía cumplirse. Miles de años después, la Redención ya acometida, la Europa Cristiana ya afirmada,
aunque bajo ataque mortal, y habiendo puesto sus pies en la otra orilla del
Océano, cumplida la Profecía del Señor y Rey Jesucristo: sus piernas a
ambas orillas del Océano, Satanás volvió
a la carga, y vistiendo a su siervo de enviado de Dios sembró en el Reino
Cristiano Europeo la Semilla de la Guerra Civil Fratricida que, si todo le
saliera bien al Enemigo del Rey Divino y del Hombre, desde dentro le abriría al
enemigo la puerta a Roma. Una vez destruido el Reino de Jesucristo en Europa el
trabajo de miles de años sería reducido
a polvo y la Civilización, hundida para siempre
jamás en el bestialismo, ya nunca volvería a renacer. Dios, Creador del Género
Humano, habría perdido la Batalla por la Salvación del Hombre, y el Rey de los
Cielos, Jesucristo, tendría que arrodillarse delante de Satán, su Enemigo.
Sobra decir que un Plan de Destrucción de esa
magnitud no fue planeado de la noche a la mañana. Satanás llevaba siglos planeando
esa Batalla. El Sueño de los Obispos Católicos tras la Victoria sobre las
convulsiones medievales de los dos siglos precedentes relajó la Vigilancia de
los Cardenales y regalándose la confianza de la Invencibilidad se entregaron a
todos los vicios y perversiones contra los que Cristo entregó su Vida. La perversión del pensamiento en que se
establecieron, que mientras permaneciesen dentro de la sotana ni el mismo Juez
Todopoderoso podría pedirles cuentas de sus delitos, pensamiento que fue el
Origen de la Reforma cuando fue usado precisamente contra ellos, fue la
causa del grito de Guerra contra la
Iglesia que se oyó lo mismo en Alemania
que en Italia e Inglaterra.
Pero si los Siervos de la Iglesia fueron perversos y en el convencimiento de que ni aunque violaran a la Madre de Cristo podrían ser juzgados por Cristo mientras cometiesen sus crímenes ad maioren dei gloriam; la maldad en la que se establecieron los Rebeldes Protestantes fue confundir a los siervos con la Esposa del Señor. Los siervos del Señor son los siervos de
su Esposa. El Sacerdote es Siervo de la Iglesia; pero la Iglesia es la Esposa
del Señor. ¿Y desde cuándo el Señor y su Esposa pueden ser condenados por la
perversión de sus siervos?
Los siervos responderán ante su Señor de los delitos
por los que la Gloria de su Santa Esposa fue manchada. Los siervos, no la
Esposa, es la que se sentará ante el Tribunal del Señor para responder de sus
crímenes y delitos contra la Madre de su Descendencia.
Esta Realidad diferencial entre el sacerdote y la
Iglesia fue la que cegados por Satanás los Rebeldes Protestantes no supieron comprender.
Ya se lo dijo el Señor y Rey a su Pueblo: “Si tu brazo o tu ojo te escandaliza, sácatelo,
córtatelo, que mejor te será entrar en el Reino de Dios manco o tuerto que con el brazo y el ojo enfermo ser arrojado al
Infierno”.
Desde el Obispo de Roma al sacerdote más humilde todos son sacerdotes, y como tales sacerdotes todos son siervos de la Iglesia, y en cuanto tales forman parte de su Cuerpo, pero mientras que el Sacerdote está bajo la Ley del Señor, y si enfermo con malignidad debe ser amputado del Cuerpo, la Iglesia es la Esposa del Rey de los Cielos y como tal permanece por la Eternidad al lado de su Señor, de quien es su Cuerpo Visible delante de su Reino Universal Sempiterno. No decimos nada más. Ni digo nada menos. La Pornocracia maligna en la que los siervos de la Iglesia cayeron mientras el Rey de los Cielos le abría a su Reino en la Tierra las fronteras al Nuevo Mundo es conocida de todos. El historiador que pasa por alto la inmundicia que aquellos siervos arrojaron sobre la Gloria de la Esposa del Señor no es un historiador, es un miserable. Pretender anular la Ley del Señor sobre su Cuerpo en razón del servicio a siervos instalados en el delito, haciendo de la Sotana un Exorcismo contra el Propio Señor y Juez de toda su Casa, no es de historiadores, es de esclavos sin moral, sin ley, ni honor ni dignidad. El Dilema en que el Dios Oculto de la llamada Reforma Protestante encerró a unos y otros tiene su Reflejo Original en la Caída de Adán y Eva, y el consecuente Fratricidio entre sus hijos. Recuérdese la Guerra de los Treinta Años. Obviamente si los siervos fueron delincuentes y
sirvieron al Diablo en la creencia de servir a Cristo, los otros creyendo
servir a Cristo sirvieron al Diablo al ofrecerle la Cabeza de la Esposa de
Cristo en una bandeja a los príncipes de este mundo.
Ciertamente Dios Padre previno esta Contienda desde
antes de Liberar al Diablo de su Prisión a principios del Segundo Milenio de
nuestra Era. Su Hijo conoció esta Contienda interna y la profetizó en la
Parábola de la Siembra Maligna.
Dadas las circunstancias de la Liberación y estando
en el Horizonte la Bandera de la Salvación de la Plenitud de las naciones, era necesario recrear en el Siglo de Lutero
el acontecimiento que tuvo lugar en el Siglo de Adán, a fin de que el Futuro
pudiese liberarse y vestido del Poder de la Inteligencia Jesucristiana nuestro Siglo blindase la Voluntad del Género Humano con el Pensamiento de Dios.
Dios juzgará a todos. Nosotros no somos nadie para
juzgar a los hombres que protagonizaron los acontecimientos del Pasado. Pero la
Inteligencia nos ha sido dada para descubrir la Mentira y deshacer esas cadenas pintadas
de oro por el Diablo y la Muerte para atraer a todos los ignorantes a la misma prisión
en la que será encerrado por la
Eternidad el autor y Dios Oculto de la Reforma, Satanás por nombre.
Las 67 tesis de Zwinglio acompañaron a las de Lutero en el esquema general que el Diablo se hizo mirando
a la Destrucción de la Iglesia Católica y la Conquista de Roma por el Imperio
Otomano. Ya conocemos en qué quedó ese Plan Maligno. El Imperio Otomano ha
desaparecido de la Tierra. La Esposa del Señor y Madre de su Descendencia está
más viva que nunca, y, aunque en su Vejez, le ha engendrado Descendencia a su
Señor.
Lo que pasó, pasado está. No somos quienes para juzgar a nadie, pero sí que somos quienes para combatir las Mentiras que les han sido legadas a las naciones cristianas, a fin de que liberadas de ellas encuentren abierta la Puerta a la Fraternidad Universal perdida. Zwinglio, siervo del Diablo, aunque en su ignorancia,
pues tanto él como sus hermanos de armas contra la Iglesia creyeron estar
sirviendo a Dios; Zwinglio basó su Pensamiento
anticatólico (y por tanto anticristiano, como demostraré en el análisis de las
tesis que publicó y defendió pisando sobre el cadáver de todo el que se le
opuso) en las 67 frases lapidarias que siguen y que abriré en canal para que
arrancada la máscara se le vea el rostro al verdadero autor y productor de la
Rebelión Protestante contra la Esposa del Señor, su Esposo Jesucristo, y Dios,
Padre de ambos Esposos.
PRIMERA PARTE
1
Yerran y ofenden a Dios todos los que dicen que nada vale el Evangelio
si no es confirmado por la Iglesia.
Comenzamos. Y
preguntamos: ¿De qué evangelio está hablando el autor de esta tesis? ¿Ha
existido acaso algún otro evangelio fuera del que selló con su Sangre el
Espíritu Santo, y legado por Cristo a su
Esposa Católica en herencia sempiterna Ella defendió durante los XVI siglos que
transcurrieron desde el Nacimiento a la Reforma, y ha seguido defendiendo en su
Pureza Original desde el Siglo XVI a nuestros días?
¿Acaso no fue
confirmado el Evangelio que el Señor en su Testamento le legó a su Esposa, la
Iglesia Católica Romana, por el Espíritu
Santo en el Concilio de Nicea?
¿No quedó en ese
Concilio establecido por Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que el Evangelio
Verdadero y Único que descendió del Cielo y se hizo Carne: es el recibido
en Herencia por la Esposa de Cristo de
la mano de los Apóstoles?
¿Cómo entonces puede
existir otro evangelio que el confirmado por Dios en el Concilio de Nicea y en
propiedad exclusiva y sempiterna de la Santa Madre Iglesia Católica Romana y
Apostólica?
Pregunto: ¿Cuántos
evangelios conocieron su edad de oro desde que fue escrito el primero de todos
por el Espíritu Santo?
Los llamaron los
Apócrifos. Éstos fueron escritos por magos y judeocristianos que buscaron, unos
manipular a las masas, y los otros confundir a los verdaderos cristianos. La
lectura de tales panfletos
anticristianos no dio fruto más allá de permanecer en círculos gnósticos sin
futuro. En el Concilio de Nicea el
Espíritu Santo que vive en la Esposa del Señor echó al fuego esos evangelios de
la infancia y de los seudoapóstoles, confirmó como
Verdadero y Único Evangelio de Dios el Canon Bíblico Católico, Herencia de la
Iglesia, según el Testamento de su Esposo y Señor
Igualmente el
evangelio de Arrio fue echado al fuego por el Espíritu Santo. Y con
él lo fueron los distintos evangelios que envueltos en sotanas pretendieron
venir de Dios. De tal forma y manera que una vez entrada en su Herencia, “pues
donde hubo Testamento era necesaria la muerte del Testador”, la Iglesia recibió
de Dios la Confirmación del Evangelio que le fue legado por su Esposo, y nadie
puede venir con otro evangelio que el que posee en Herencia la Esposa del Señor
y Madre de su Descendencia: a no ser que venga del Diablo, el Enemigo de la Corona
de Jesucristo, Esposo de la Iglesia y su Cabeza Espiritual
sempiterna. De manera que cuando Ella
dice: “El Cuerpo de Cristo”, y el Pueblo responde “Amén,” el Pueblo cree y vive que Ella es ese Cuerpo,
del que el Sacerdote es parte viva.
ASÍ PUES: ¿Quién era
este ladrón que pretendió levantar a los hombres para desheredar a la Esposa de
quien al Señor Dios, nuestro Rey
Jesucristo, le debía Descendencia?
¿Acaso le dio Dios al
Hijo de su Corazón una Esposa con entrañas estériles como tierra seca que nunca
dará fruto? Entonces ¿por qué el Espíritu Santo dijo?: “La Creación entera
aguarda con el corazón en un puño el nacimiento de los hijos del Señor, la
Gloria de la Libertad de los hijos de Dios por Herencia”.
De nuevo: ¿De quiénes
fue la sangre que se vertió en Italia, España, Francia y Grecia durante los
tres siglos que fueron desde la Resurrección al Concilio de Nicea? ¿No fue ese
el precio que la Iglesia Católica y sus pueblos pagaron por el evangelio en
propiedad sempiterna? Pues aunque recibido en propiedad por el Testamento de su
Señor, el precio de conservarlo en sus manos y preservarlo hasta el fin de los
tiempos en su Poder fue pagado con la sangre italiana, española, francesa y
griega. Así que habiendo Confirmado el Evangelio al precio de la Sangre Católica
Romana, ¿quién era ese ladrón que vino a robarle a la Iglesia su Herencia?
No ofende quien dice
la verdad. La verdad ofende a quien ama la mentira. No yerra Dios, yerra quien
cree que puede enfrentarse a Dios y poner de rodillas al Creador del Universo.
En esta Primera
Tesis el ladrón de almas que la firmó descubrió sus cartas, sus intenciones, y
la magnitud de la hipocresía con la que firmó sus tesis se descubre en la que
sigue:
2
He aquí resumido el Evangelio: Nuestro Señor Cristo Jesús, el
verdadero Hijo de Dios, nos ha dado a conocer la voluntad de su Padre celestial
y con su muerte inocente nos ha redimido y reconciliado con Dios.
La hipocresía del lobo bajo la piel
del cordero no puede ser más transparente. La bestialidad de la inteligencia
del pueblo al que se dirige, no es menos cristalina.
El que escribe presenta la tesis como
si durante 16 siglos ninguna nación ni ningún hombre hubiesen escuchado
semejantes palabras, como si el Espíritu Santo en los Apóstoles no hubiese
regado las naciones de la Europa Romana con este evangelio.
El que escribe, Zwinglio,
tubo al que leía por un animal incapaz de comprender una sola letra, y que prefería
justificar su discapacidad intelectual sacándose voluntariamente los ojos. El
lector no quería ver que quien firmaba era un ladrón de almas que para bendecir
su robo se apropiaba del evangelio confirmado por la Iglesia Católica en el
Concilio de Nicea, recibido de las manos del Espíritu Santo, quien a su vez lo
recibió de las manos del Hijo de Dios, a quien le fue confiado por Dios, su
Padre, y por ambos, Hijo y Espíritu Santo sellado con Sangre y entregado en
heredad a la Esposa del Señor Jesús, de quien tendría su Descendencia, a la
espera de la cual la creación entera mantendría su corazón en un puño: el Puño
de Dios.
Así pues no sólo no hay evangelio otro
sino el Confirmado por Dios y por Él testado a la Esposa de su Hijo, nuestro
Rey Jesucristo, sino que quien predica otro evangelio viene del Diablo y su rey
y señor es Satanás, bajo cuya bandera, como se verá durante este análisis,
cabalgó el firmante de este evangelio anticatólico. Su anticristianismo es
flagrante cuando dice:
3
Por eso es Cristo el único camino de salvación para todos los
hombres que fueron, son y serán.
Y Cristo es la
Cabeza de la Iglesia, Su Cuerpo, según el Designio Omnisciente y Todopoderoso
de Dios Padre: “Serán los dos un solo Ser, una única Realidad: Cristo”.
¿Lo que Dios unió
con la Sangre del Espíritu Santo puede ser separado por el Diablo?
¿Una Criatura se
atreve a retar a su Creador a un duelo a muerte y cree en su demencia poder
vencer al Señor del Infinito y de la Eternidad, YAVÉ DIOS, Padre de Jesucristo?
La hipocresía del
firmante es la de aquella Serpiente Maligna que se acercó a Eva con palabras
envenenadas encerradas en una botella dorada. Zwinglio escribe : “Cristo es el único camino de
salvación”. ¡Aleluya! Palabras jamás oídas en las montañas de los cantones helvéticos, palabras que jamás
conocieron eco entre las grandes cimas de los Alpes suizos. “Señoras y señores:
El Camino es Cristo, ayer, hoy y siempre”, y el pueblo salvaje de las montañas
dobla sus rodillas y dice:
“Amén amén amén,
Cristo es Dios,
y Zwinglio su profeta”.
4
Cualquiera que busque o indique otra puerta yerra e incluso
es un asesino de las almas y un ladrón.
En efecto, el mismo Zwinglio al cerrar la Puerta de la Iglesia, que es Cristo, se denuncia a sí mismo como asesino de almas y un ladrón. Porque ¿de quién está hablando y a quién está denunciando al decir eso? ¿No está escrito en el Evangelio confirmado por la Iglesia que la Puerta es Jesús, y que Jesús es el Cristo de Dios? ¿Estaba acusando el ponente a la Iglesia por haberle mentido al mundo y decirle que la Puerta a Dios, y por consiguiente a la Vida eterna, era y es su Esposo, Jesucristo? ¿O lo que pretendía este Zwinglio era poner otra puerta a la vida eterna que no era ni podía ser otra que él mismo? Pues sabemos que la Puerta es la Doctrina, que bajó del Cielo y se hizo
Hombre, Obra Maravillosa de Dios, que en sus Profeta ya la anunciara diciendo
“Haré una Obra Maravillosa tal que si os la contara no os la creeríais”. En
efecto, la vieron y no la creyeron. En lugar de hablar Dios le dio a su
Doctrina un Cuerpo que se podía tocar, ver, hablar con Él. Cristo Jesús era esa Obra Maravillosa
anunciada en sus Profetas. La Doctrina era Él. Él era la Puerta. Una Puerta
Viva, Divina. Y quien trae otra doctrina y separa a la Esposa del Esposo, es un
asesino de almas, un ladrón al servicio del Infierno. Lógico por tanto que el
ladrón denuncie a su enemigo de lo que precisamente él es con el fin fin de confundir a quien lee y alejándole de la Puerta del Paraíso, que es Cristo Jesús, lo conduzca a la puerta del Infierno.
La fuente de la
astucia de aquel siervo del Sembrador Maligno se descubre en la siguiente tesis.
5
Por consiguiente, todos cuantos enseñan falsas doctrinas
diciendo que son iguales al Evangelio o que valen más que éste ignoran lo que es el Evangelio.
¿Y qué es lo que
estaba haciendo este siervo del Sembrador Maligno si no enseñar una falsa
doctrina según la cual Dios no le dio Esposa a su Hijo? ¿Acaso incluso en las
traducciones de estos siervos malignos no se lee que el Esposo estaba entre los
Invitados, sus Discípulos? ¿Quién era su Esposa? ¿No lo dijo el Espíritu Santo?
: “Cristo es la Cabeza de la Iglesia” Y si Cabeza, de la Iglesia, la Iglesia es
ese Cuerpo en el que se cumple la Palabra del Todopoderoso y Omnisciente Creador
del Cosmos: “Buscarás con ardor a tu Marido, que te dominará”, es decir, “será
tu Señor”. En cuya Unión se cumple cobra Vida la Palabra Todopoderosa Palabra
del Padre de la Eternidad, cuando dice: “Serán los dos, Esposa y Esposa, una
sola cosa: un Ser Único, una Realidad Indivisible Sempiterna”.
¿No fue ésta la
Doctrina del Espíritu Santo que haciéndose Apóstol a la Imagen y Semejanza del
Señor sembró la Semilla de la Vida eterna en las naciones romanas? ¿Qué
falsedad enseñó la Esposa de Cristo a las naciones europeas? ¿Qué Evangelio
distinto al que le fue Testado por su Esposo defendió Ella durante los 16
siglos transcurridos desde Su Resurrección? ¿De qué estaba acusando este siervo
del Sembrador Maligno a la Esposa del Señor? ¿Estaba manipulando la pornocracia de los
siervos para matar a la Esposa del Señor?
En verdad esos
siervos responderán de sus conductas, por cuyos actos fue blasfemado el Nombre
de la Esposa, y el Juicio del Señor será acorde a Justicia. Pero el Juicio
sobre quienes usaron esa perversión de los siervos para entrar en la Casa del
Señor buscando Matar a su Esposa, ¿cómo
será?
Que Dios los coja
confesados ese Día, porque es de justicia que el amo y sus siervos sean sujetos
de la misma condenación. ¿Quién es pues el que ignora lo que es el evangelio sino
quien no entiende que Cristo es la Doctrina de Dios Hecha Carne, cuya Carne es
la Iglesia Católica, su Santa Esposa y Madre de su Descendencia, según lo
dispuesto por Dios Padre desde antes de ser ambos concebidos, según lo escrito:
“Tu Descendencia se apoderará de las puertas de sus Enemigos”.
Evidentemente esa
Descendencia no se refería a la Casa de Abraham, pues su nación fue destruida
por sus enemigos. Pero Sí a la Casa de Cristo, a Cuya Descendencia Legó en su
Testamento la Victoria sobre los Enemigos de su Reino.
Este es el Evangelio
de Dios por el que su Hijo entregó su Vida. Y siendo Todopoderoso dobló sus
Rodillas ante la Sabiduría de su Padre y Dios, en cuyo Corazón la Esperanza de
Salvación de la plenitud del Género Humano le fue confiada en Testamento a su Esposa, la Iglesia, de quien le
vendría, como a Sara en su Vejez, esa Descendencia engendrada para Vencer.
Obra Maravillosa
desde el principio al Fin es la de Dios en su Hijo. Obra contra la que el
Sembrador Maligno se levantó y contratando a siervos, a los que escondió bajo
sotana, puso en sus bocas el veneno del Odio con el que conducirían a las
naciones cristianas a la Guerra Civil Fratricida en la que han vivido desde la
Rebelión Protestante hasta finales del
Siglo XX.
Si Zwinglio y sus hermanos en el Anticristo hubiesen conocido
la Sabiduría de Dios se hubiesen cortado la lengua antes de proferir un asola
palabra contra la Iglesia Católica, la Esposa del Señor, Cristo Jesús: el Verbo hecho carne, el Evangelio, la Doctrina
Viva de Dios en Cuerpo de Hombre.
6
Porque Cristo Jesús es el jefe y capitán por Dios prometido a
los hombres y por Dios enviado
Los siervos del
Sembrador Maligno hacían suya la Cristología de la Iglesia para lanzándola contra
la propia Iglesia levantarse como héroes delante de un pueblo de ignorante y
brutos, discapacitados intelectuales en las cosas del Cielo y de Dios.
La sotana fue la máscara que el Diablo les dio a sus siervos para Ocultar el origen de la luz que iluminaba sus rostros. Y aun así en sus palabras se descubre el desprecio al Hijo de Dios, cuya Gloria Divina reducen a ser un mero capitán y jefe de los ejércitos de Dios. La Gloria del Rey
Todopoderoso que Dios le ha dado a su Reino, a cuyos pies ha puesto Dios toda
su Creación y en cuyas Manos ha depositado su Padre la vida y la muerte de
todos los pueblos de la Creación, Jesucristo: Dios Hijo Unigénito, el Señor que
con su Omnipotente Palabra le ordenó a las infinita estrellas de los Cielos que ocupasen sus lugares en las
Constelaciones del Firmamento, la Gloria del Señor de todo lo que existe en la
Tierra reducida a la de un mero jefe y
capitán. La Gloria del Todopoderoso Hijo de Dios que con su Brazo le
aplastó la Cabeza al Príncipe de las Tinieblas y nos abrió el Camino al Árbol
de la Vida Eterna, cuyo Fruto es el AMOR, la Gloria del Hijo por el que el
Corazón de Dios Padre late, y su Espíritu vive en la Felicidad, reducida a la
mera gloria de un capitán y jefe.
He aquí el evangelio
del Zwinglio. A todo esto y a nada más que esto se
redujo el nuevo evangelio de este siervo del Sembrador Maligno. El orgullo de
los brutos y salvaje montañeses alpinos fue salvado, ensalzado, y glorificado
gracias a este apóstol de este nuevo evangelio que bajó de su Trono al Hijo de
Dios y lo rebajó a la altura de cualquier otro hombre, un mero capitán y jefe ... Eso sí, prometido
a los hombres y enviado por Dios …
7
… para que él fuese la salvación eterna y la cabeza de todos
los creyentes. Estos son su cuerpo que, sin Él, sería un cuerpo muerto, incapaz
de emprender nada.
En verdad únicamente quien jamás leyó a los Padres de la Iglesia podía asumir una sola palabra de este mensajero de las tinieblas como si este apóstol maligno estuviese predicando una doctrina jamás oída. Visto esto no es de extrañar que estos mensajeros cegasen a todos los pueblos que les siguieron cerrando la Puerta de los Padres de la Iglesia mediante el subterfugio de la Sola Biblia. Evidentemente la prensa apenas si se había inventado, y apenas un 1% de la población europea del momento sabía leer y escribir. Este detalle es ocultado por todos los historiadores del Siglo XVI. El analfabetismo de la población europea del siglo XVI era cuasi absoluto. Y no solo en las clases sociales bajas, sino que muchas de las casas pertenecientes a las clases aristocráticas firmaban con una X. El Renacimiento, hoy tan célebre, fue un fenómeno de élites. Hoy nos maravillamos de los Miguel Ángel, Rafael, Galileo, y congéneres, pero en aquellos días, sobre el terreno, el Renacimiento, como el Humanismo, fueron movimientos muy elitistas. La inmensa mayoría de la población europea era analfabeta, ignorante y, en consecuencia, bruta. La Rebelión Anticatólica le cerró las puertas al Renacimiento en las naciones que aplastadas por el Puritanismo Protestante cegaron las vías a la Difusión del Conocimiento de los Padres de la Iglesia de un sitio y del otro a la Herencia Filosófica y Científica Clásica. Tenían la Biblia, ya no necesitaban leer ningún libro otro. El Delito contra la Civilización que, una
vez la Imprenta descubierta, cometió la Rebelión Protestante cegando esas vías
y reduciéndolo todo a la Biblia, como si
la Biblia hubiese sido descubierta y nunca antes conocida, es un delito contra Humanidad que dando
por fruto la Guerra de los Treinta Años pesa sobre la Conciencia de las
naciones que cultivando en el futuro aquella ceguera y el odio correspondiente
pusieron las bases de las Guerras Mundiales del Siglo XX.
El Cultivo de las Lenguas Clásicas que el Renacimiento con tanto esmero entregó al Humanismo, cultivo del que se esperaba producir una elevación de la Inteligencia Europea mediante el acceso de las naciones a la Herencia de los Padres y Clásica, fue traicionado por una Rebelión Anticristiana que se sirvió de la inmoralidad de unos siervos blasfemos para seguir encerrando a los pueblos cristianos en la brutalidad que procede de la ignorancia. La manipulación contra Humanidad por
quien tiene por Guerra Santa la destrucción del enemigo que se crea en su
cabeza, y hace depender la vida de todo el universo de la suya propia, sembró
en el Odio a las Naciones Católicas aquel Fanatismo que andando el tiempo las conduciría
a todas al campo de batalla de Gog y Magog, en el que el Amo de tales Rebeldes confió destruir
la Civilización Cristiana bajo las botas de Stalin e Hitler.
Parece natural que unos listos se aprovechen de la ignorancia de tanto analfabeto para montarse un sistema de vida en el que ellos serán los nuevos dioses, vivirán como tales y como tales matarán a todo el que se levante para arruinarles el negocio. Esto ha sido siempre así. Los Elegidos del Dios Oculto de la Reforma Proptestante mataron a muchos, p murieron descansando enobre las olas
del mar de sangre que derramaron a la salud de sus egos psicópatas.
Psicopatología que no admitía que nadie les dijera qué es la verdad y qué es la
mentira. Psicopatología por la que ellos estaban en comunicación directa con
Dios y de Dios recibían la orden de
matar a todo el que se opusiera a sus designios de destruir a la Iglesia
Católica.
Del Diablo no se
podía esperar otra cosa, pero de hombres criados por esa Iglesia… El que nace
de un Traidor se convierte en traidor. El Amo traicionó a Dios, sus siervos
traicionaron a la Esposa del Señor. Como dijo el sabio: “Nada nuevo bajo el
sol”. Porque decir que sin Jesucristo todo hombre está muerto y pretender hacer creer
que se dice algo nuevo suena a imbecilidad tan enorme que derivando de ella comprendemos la
enormidad de la ignorancia en la que vivieron los pueblos del Siglo XVI.
En verdad Jesucristo es la Cabeza de toda la Creación por Disposición de su Padre. Él es Rey Sempiterno Todopoderoso, Juez Universal Omnisciente, Señor Omnipotente y Sumo Sacerdote Universal, Cabeza de la Casa de los hijos de Dios, de manera que todo lo que existe tiene vida por Amor a Él. En fin, esta es la Doctrina del
Espíritu Santo en los Padres de la Iglesia. Antes de que la Siembra Maligna
comenzara en Alemania esta Doctrina ya estaba escrita; era el Legado de los Padres
de la Iglesia.
Sin embargo esta
Tesis no está refiriéndose a esta Doctrina. Para nada. El ponente está
desafiando al Espíritu Santo. Zwinglio no se refiere
a la Gloria del Hijo de Dios, sino a la de Cristo, Cabeza de la Iglesia, a la
que aparta, y negando a Dios afirma que todos los hombres, siguiendo la
demencia de Lutero y de sus discípulos, todos los hombres son sacerdotes.
¿Perdone?, ¿quiere
decir que todos los Israelitas eran sacerdotes?
El Antiguo Templo de
Jerusalén da lugar a uno Nuevo, que baja del Cielo. Cristo es este Templo. El
Nuevo sigue recibiendo el Nombre del Antiguo porque este Antiguo es el
Prototipo del Nuevo.
El Antiguo Templo de
Jerusalén fue el Corazón y el Alma de una Religión. Dios lo erige a fin de que
el Prototipo sea el Original a cuya Imagen se levantará el Nuevo.
Y así se hace. El Servicio Aaronita pasa y cede su Lugar al
Sacerdocio Cristiano. En el Antiguo el Sumo Pontificado pasaba de padres a
hijos. En el Nuevo Sacerdocio Dios instaura un Sumo Sacerdote Divino, que no
pasando deviene Sumo Sacerdote Universal, Cabeza de todos los Sacerdotes
Cristianos, todos siervos de Dios, un Cuerpo Santo al Servicio del Nuevo
Templo, Templo Vivo, Eterno, en el que se adora a Dios y ante el cual
únicamente el Sumo Sacerdote Divino puede mantenerse de pie en su Presencia.
Era este Nuevo Templo del que Jesucristo es la Cabeza de todos los sacerdotes cristianos que suceden al sacerdocio aaronita por Disposición Divina: este era el Templo que el Sembrador Maligno se dispuso a echar abajo. Y contrató “al hijo de la perdición” a fin de que atacando su Edificio desde distintos puntos echaran abajo sus muros, abriesen puertas por donde entrar y acabaran con la Esposa de Cristo. Muerto al Cuerpo, acabada la Cabeza.
Muerto el Cuerpo,
Cristo quedaría impotente para seguir obrando en el mundo. En palabras de este
discípulo del hijo de la perdición: Dios,
sería un cuerpo muerto, incapaz de emprender nada.
La demencia consiste
en echarle un pulso a Dios. Retar a Dios fue la perdición de aquel quien un día
fue llamado hijo de Dios, por nombre Satán.
SEGUNDA PARTE
Es lo propio de las serpientes escupir su veneno. No en vano Dios llamó Serpiente a quien hasta entonces llamó hijo, y a quien vemos más tarde, aun habiendo soltado su veneno, presentándose ante Dios como si nada hubiese pasado. Los sabios de todos los tiempos en su infinita ignorancia tomaron la palabra al pie de la letra y donde Dios llamó “Serpiente” a Satán ellos vieron una serpiente. Y aun cuando está demostrado por los milenios vividos que las bestias no hablan, los sabios de todos los tiempos para salvar su infinita ignorancia afirmaron que todo fue una mentira, que jamás existió un sitio llamado el Edén, ni Dios existe. Es la condición natural de los elegidos según el mundo ponerse la máscara del Diablo para ocultando su verdadero rostro presentarse como ángeles que vienen en nombre de Dios. Incapaces para ver su verdadero rostro en el Espejo del Hijo de Dios, que el Diablo escondió tras la máscara de sabiduría bajo la que enterró sus infinitas ignorancias, los elegidos no reconocieron nunca más Verdad que la propia y por ella se juraron meterle fuego al mundo, siguiendo en todo el ejemplo de Satanás, su Maestro, Señor y Rey. Zwinglio fue otro de los muchos que por su conducta fueron la
antítesisde Cristo. Donde Cristo puso su vida antes que tomar la de sus enemigos, ellos
pisaron el cadáver de sus críticos; donde Cristo puso Misericordia con el
pecador, ellos pusieron la pena de muerte para todos los pecadores... Y basta: “Por
su obras los conoceréis”. Y por sus obras digo que fueron miembros del
Anticristo, su Señor y Amo. Y en obediencia a su Amo éste siervo del Diablo
escribió lo siguiente:
8.
De aquí se colige: Primero: Todos los que viven en Cristo
como cabeza son sus miembros e hijos de Dios, o sea, la Iglesia o comunión de
los santos, la esposa de Cristo, la «Ecclesia Catholica», es decir, universal.
La Doctrina del Dios
es esta: Su Hijo es la Cabeza de todos los Poderes de su Reino. Jesucristo es
la Cabeza de los ejércitos de YAVÉ Dios; Jesucristo es la Cabeza del Tribunal
de Justicia de Dios; Jesucristo es la Cabeza del Sacerdocio del Templo Universal
en el que se Adora a Dios. Jesucristo es
Rey, Juez y Señor. Unos son sacerdotes, otros son soldados, otros son
ministros, otros somos Ciudadanos de su Reino. Así que ¿de dónde procede este
veneno por el que cada hombre es un dios, a la vez soldado, ministro, sacerdote
y ciudadano del su Reino? ¿Cada hombre es rey, señor y sumo sacerdote de la
Casa de Dios? ¿Es esto lo que significa ser hijo de
Dios?
Necios, sabios de
infinita ignorancia a quienes vuestro Amo y Señor OS VISTIÓ DE ENVIADOS DE
DIOS, eso mismo que decís que sois es lo que pidió Satanás y le negó Dios, y en
rebelión, Satán, esa Serpiente Maligna,
le declaró la Guerra a su Reino. ¿En qué
cabeza cabe que Dios, el Creador del Universo, cuya Perfección supera la imaginación y la ciencia de todo
hombre, conciba un Edificio Social sobre las bases de un Individuo que al mismo
tiempo es rey, juez, sacerdote, ministro, pastor, y ciudadano? ¿Habéis perdido
el juicio? ¿Acaso merece la pena discutir semejante tesis?
Si estuviésemos
entre aquella masa de bestias brutas que llenaron los Alpes suizos en el siglo
XVI ciertamente la pena de muerte sería nuestra condena. Es el pago del Diablo
contra sus enemigos. Que pagaríamos con gusto, pues la gloria de los santos es
el Paraíso; pero el pago del Diablo a sus siervos es el Infierno. Así que si
aún hay algún demente que se crea rey, señor, juez, sacerdote, ministro y
ciudadano, es decir, un clon del Hijo de Dios en persona, que dé un paso
adelante.
Discutir esta tesis
es hablar con un loco. Sigamos leyendo su demencia:
9.
Segundo: Así como los miembros corporales nada pueden
si no son regidos por la cabeza, tampoco puede nadie nada si está en el cuerpo
de Cristo sin su cabeza, que es Cristo.
En efecto, por esto la Destrucción de
la Iglesia, del Sacerdocio Católico, del Cuerpo de Cristo: fue la prioridad del
Diablo, matando al Cuerpo hacía de su Cabeza, Dios Hijo Unigénito, un Poder sin
fuerza en la Tierra.
Y aquéllos enviados del Infierno cumplieron
a la perfección con su trabajo al servicio del Diablo, su Amo. Si no
consiguieran su objetivo no fue por las ganas que pusieron los esclavos de la
Serpiente, por cuyas bocas el Veneno se esparció en abundancia por toda Europa,
conducida como una bestia a la Guerra Fratricida de los Treinta Años.
¿Necios de infinita sabiduría, cuál
será sobre vosotros el Juicio del Todopoderoso y Omnisciente Jesucristo en el Día de vuestro
Juicio?
Necios enviados del Diablo que os
hicisteis pasar por Enviados del Señor Jesucristo, ese Enemigo al que
pretendisteis destruir destruyendo su Cuerpo en la Tierra. Queriendo salvar el
Honor de Cristo os comportasteis como el loco que para acabar con su dolor de
cabeza se corta el cuello.
Yo digo que temblareis de espanto cuando el Señor
cuya Esposa buscasteis destruir, y a cuyo pueblo condujisteis a la Guerra
Civil, os despierte de los muertos y os llame a responder de vuestro servicio
al Diablo.
Y ay de vosotros todos los que
acogisteis en vuestros pueblos el Veneno de la Serpiente como Miel bajada del
Cielo. Si a vuestros descendientes les queda aún un gramo de inteligencia os
arrancarán de la lista de sus ancestros.
Pero el delito de los siervos del
Sembrador Maligno, dando por muerto el Cuerpo y descolgada la cabeza, se
consumó cuando en su locura se
plantearon crear un nuevo cuerpo a la medida de cada uno, de los que ellos
serían sus cabezas... Y la cabeza de ellos sería Cristo, elevándose de esta
manera a la condición de los dioses a la manera que la Serpiente le dijo a
Adán: “Serás como los dioses”.
Adán lloró en gritos que subieron al
Cielo cuando comprendió el Engaño y la Traición de la que fue sujeto. Aquellos
siervos del Diablo no lloraron sino que bailaron el baile del Infierno sobre
los millones de cadáveres de Cristianos sobre los se edificaron cuerpos, y
sobre los que ellos serían sus cabezas ... y las cabezas de ellos serían Cristo, y
la Cabeza de Cristo es Dios... Ergo, ellos eran dioses y como tales tenían en
sus manos el Poder de la Vida y de la Muerte. Y en ejercicio de esta divinidad
alcanzada en vida este siervo de Satanás hablaba así:
10.
Si ya actúan los hombres neciamente cuando sus miembros obran
sin contar con la cabeza y en consecuencia se hieren entre sí y salen
perjudicados, igualmente obran neciamente los miembros de Cristo si intentan
emprender algo sin su cabeza: Cristo. Lo que hacen es herirse a sí mismos y
sobrecargarse con leyes imprudentes.
¿Quién es este que sujeta el
Comportamiento de quien es Dios Hijo Unigénito a la conducta de seres que no
somos más que un pedazo de barro cuya existencia depende de la Palabra de Dios?
¿Quién es este necio que habla de Dios como si fuese un simple mortal al que se
le puede encadenar y poner de rodilla? En lugar de seguir el ejemplo del Cristo
del que habla, en lugar de gritar VADE RETRO SATANÁS, este necio, como Lutero, como Enrique VIII, como
Calvino, se puso de rodillas al precio de ser dios por un día. En su vanidad
exenta del poder de la cabeza, escribió que:
11.
De aquí procede el que veamos cómo los preceptos promulgados
por gente que llamamos «clérigos», referentes a su boato, sus riquezas, su
rango, sus títulos y leyes son la causa de toda necedad; porque no concuerdan
con la cabeza.
De la serpiente el veneno en verdad.
TERCERA
PARTE
No
es un fenómeno de hoy el que la Fuerza de la Opinión Pública ejerza una
influencia decisiva en el comportamiento de los individuos, las naciones y el
mundo. A lo largo de los siglos propios de la Europa Moderna la Fuerza de la
Opinión Pública ha sido una realidad tan importante como para llegar a ser incluso determinante en
nuestros días.
Tiempo
atrás hubiera sido difícil descubrir la fuente dónde comenzó a surgir este
fenómeno, al día de hoy el mejor aliado de los Poderes Privados y Públicos. El
estudio de la psicología de los pueblos nos conduce a creer que la Opinión
Pública como Fuerza al servicio de los Individuos y Estados es un producto
peculiar inherente a la naturaleza de la génesis de la Sociedad. El sistema
social creado se ha basado de siempre en una expresión inmediata explicativa
de los movimientos internos y de las expectativas que nuestra inteligencia
levanta a raíz de nuestra comprensión de la naturaleza del Tiempo.
Podemos
creer, y no nos equivocaríamos, que la Opinión Pública brotó de fuentes
antisociales ligadas a los intereses ocultos de los Individuos y Grupos a cargo
de la Administración de los Poderes del Estado. Con el fin de identificar su
Gobierno con el Estado Creado por todos y ligar el Futuro de la Sociedad al
futuro de la relación con el Poder que se les ha confiado para su
Administración, los Partidos Políticos y Organizaciones Privadas sobre las que se sostienen esos
Partidos, en defensa de su status quo alimentan y siembran ideas que se
apoderan de los corazones, nublan el pensamiento, esclavizan a los espíritus y los transforman en medios
anónimos sobre cuyas cabezas alcanzar esos fines privados que los
Administradores escriben para ser su historia, su epopeya, su odisea, su
épica para la eternidad.
Creada
la semilla de la Opinión Pública sus propiedades y características tienen
relación exclusivamente con sus creadores, quienes sirviéndose de los Poderes
del Estado expanden su creación hasta alcanzar círculos cada vez mayores. La
magnificencia de su fuerza se medirá por su victoria sobre la oposición que
habrá de vencer la Opinión Pública hasta arrastrar a las masas al punto de
ponerse de rodilla ante la Imagen Artificial sobre la realidad creada en
beneficio de sus autores. La realidad de
la imagen que inyectan en los pueblos no necesita tener una concordancia con la
Realidad que esconden de nuestros ojos aquéllos que le dieron forma para de
conseguir por todos los medios el fin que buscan. Una vez la bomba desatada su
Fuerza se extiende sobre infinitos círculos hasta moldear el
comportamiento de un modo planificado y
exponencialmente teledirigido hasta alcanzar el fin deseado.
Aunque
el Poder se enriquece a medida que va creciendo y se alimenta constantemente de
la experiencia de mentes cada vez más libres y fuertes, que, si bien a su vez
son permeables al bombardeo de las transformaciones de los tiempos, la
existencia de espíritus independientes le permite a la Sociedad contar con
hombres que no sólo no se dejan influir por esas bombas sin núcleo natural, sino que además por la
propia fuerza de sus inteligencias reaccionan contra ellas con invencible
energía. Gracias a su batalla contra los intereses privados de esos grupos de
Poder que hacen de los Estados palancas a su servicio para alcanzar el olimpo
de sus utopías egocéntricas, la Civilización se mueve sobre un campo de acción
en metamorfosis incesante. Gracias a ellos lo que en un principio fue creado y
lanzado para moldear el comportamiento de pueblos y naciones aborta como
doctrina para convertirse en burbujas sin consistencia histórica.
Siendo
la Opinión la razón de los ignorantes el fenómeno de su manipulación, en lugar
de combatirla y elevar la razón al estadio de la Inteligencia, no puede suponer
ni deja de ser un delito de los Poderes Privados y Públicos contra el Futuro de
la Civilización y el Bienestar de la Sociedad.
Obviamente
la Fuerza de la Sociedad para enfrentarse a la deriva de la Civilización en
manos de Grupos de Poder estacionados en
egos ajenos al Tiempo Universal ha ido creciendo en la medida que lo ha ido
haciendo ese Poder. La Historia de la Civilización es un libro abierto del que
aprender cómo se ha ido formando este
Fenómeno que llamamos la Opinión Pública. Pero es en el Siglo XVI, con la ayuda
de la Imprenta, recién salida de la fragua de Prometeo, que con más potencia y claridad podemos detectar la influencia y el uso de
esta Fuerza.
Innecesario
es afirmar que la Imprenta fue el Motor sin el cual lo que hubiera podido
quedarse en la rabieta de un abogado frustrado metido a fraile se transformó en
una verdadera Rebelión de Masas. Y aunque personalmente yo dude mucho de la Opinión de las Universidades sobre haber
sido la rebelión Luterana el Principio de la Edad Moderna, que, pinchando esa
burbuja debe verse y veo en el Descubrimiento de América, no deja de ser cierto
que la Edad Moderna, centrada en el Nuevo Mundo, al enajenar de los
acontecimientos europeos la Plenitud de la Fuerza del Ejército y Estado más
Poderoso del momento, el Estado y Ejército Español, hizo posible lo imposible,
que una rebelión aislada se convirtiera en un maremoto de proporciones
fratricidas colosales.
El
Descubrimiento de la Imprenta al servicio de la Opinión Pública Europea, y el
Descubrimiento de las Américas al servicio de la Civilización, privando a
Europa de los mejores teólogos y capitanes del momento, fueron los brazos que
le abrieron las puertas de Europa a una Imagen sin Núcleo Divino del
Cristianismo y de la Fe de la Iglesia.
Ahora
bien, quien impone su idea, sea por las buenas o por las malas, es quien
escribe la Historia de los acontecimientos vividos. Y así fue que una Opinión Pública
basada en una reacción sangrienta contra la Curia Vaticana desencadenase un Mal
Mayor que el Mal que pretendió curar.
Pero independientemente de estas fuerzas naturales los historiadores de la Reforma cerraron los ojos a la Gran Verdad en juego. La Reforma Protestante se trataba de la Ruptura y Destrucción de una Civilización fundada sobre una Religión Universal que durante quince siglos moldeó el pensamiento de las naciones europeas. Éste y no otro fue el fin hacia el que fue puesto en movimiento la Rebelión Protestante del Siglo XVI. Y al cerrar los ojos a la
Gran Verdad, que el Movimiento teledirigido hacia la Guerra Fratricida de los 30 Años, tuvo al
Cristianismo por Castillo a derribar, los historiadores, tanto Católicos como
de las iglesias nacidas de aquella Rebelión contra la Civilización
Católico-Europea, se olvidan de un detalle fundamental, de primerísimo orden:
El Cristianismo fue fundado por Dios y su Hijo, así que la pregunta es de
Necesidad: ¿Cómo pudieron unos y otros alienar a Dios de la Contienda? ¿Cómo se
ha podido escribir una Historia del Siglo XVI sin comenzar su Viaje contando
con la Presencia del Dios Creador de la Civilización Cristiana, y tratar los
acontecimientos como si el Hijo de Dios estuviese muerto y su Resurrección
hubiese sido sólo eso, una leyenda?
Ergo, asumida como Realidad la Historia del Género Humano en cuanto que un Capítulo en la Historia de la Creación del Universo, y la Fundación del Cristianismo y de la Iglesia en tanto que un Capítulo en la Historia de la Vida del Hijo de Dios, ¿bajo qué presupuestos se puede penetrar en el misterio del Origen de la Reforma alienando de sus fuentes la existencia del Enemigo de Dios y de su Reino? ¿Después de la Resurrección dejó de existir el Enemigo contra quien se escribieron estas palabras? : “VADE RETRO SATANÁS”. Infiriendo: ¿Mintió el Hijo de Dios en su Revelación Final, ese librito apocalíptico con el que cerró Dios su Libro, profetizando la Liberación de ese Satanás en forma de Diablo Eterno? ¿Mintió antes de la Resurrección profetizando la Siembra Maligna?
Recuérdese
que “el espíritu de Jesús es el espíritu de la profecía? Y después de Él no ha conocido el mundo más profeta.
La Profecía es un Atributo del Ser de Dios. Ningún profeta habló jamás en nombre propio. Hablar en nombre propio hubiese sido una acción esquizofrénica egolatrizante maligna. El Profeta es Dios. Él es el Señor de los Profetas. Sea porque siendo Todopoderoso y Omnipotente puede anunciar lo futuro en presente, sea porque siendo Omnisciente e infinitamente Sabio conoce los efectos en el futuro de las causas presentes, no existe Profeta fuera de Dios. La profecía es un Atributo de su Espíritu. De aquí que cuando con toda Naturalidad el Siervo de Dios escriba: “El espíritu de Jesús es el espíritu de la profecía”, no esté hablando de un profeta por encargo, sino de un Profeta por Espíritu, es decir, de la misma Naturaleza de Dios, su Padre. Con “Jesús” los Profetas pasan a la Historia. No será la profecía lo que distinguirá a la Nueva Religión, sino el
espíritu de Inteligencia, que comienza inmediatamente a manifestarse y alcanza
su status natural cristiano con San Agustín. La propiedad, el atributo que le será la esencia y sustancia al Cristianismo
será el espíritu de inteligencia. No en vano todas las ciencias y las artes, el
derecho y la jurisprudencia encontraron en la Civilización cristiana campo
fertilísimo, hasta el punto que podemos decir, sin complejo de ningún tipo, que
sin el Cristianismo el mundo no hubiera superado la Caída y Destrucción de la
Civilización Romana. Sin la Iglesia el Viaje de la Civilización desde Egipto, Sumeria, Babilonia e Israel al Renacimiento Europeo nunca se
hubiese producido. Sin el Cristianismo aquella Carrera de Relevos en el que la República Romana recogiera de la Democracia Griega el Testigo de la Civilizacíon, sin la Intervención de la Iglesia Católica en la Historia del Mundo la Civilizacion nunca hubiese superado
la Caída del Imperio. El Género Humano hubiese sido enterrado definitivamente
bajo la piel de una bestia suicida que no dejaría de matar hasta devorarse a sí
misma.
Resulta
pues un fenómeno sorprendente que los actores de los acontecimientos religiosos
del Siglo XVI y sus historiadores, tanto de uno como de otro bando, dejasen de
lado, alienasen de la Contienda lo que hace del Cristianismo la Única Religión
Verdadera del Universo: La Presencia de Jesús a la Diestra de Dios, y el
Imperio de Dios sobre el desarrollo de los acontecimientos que el Diablo, el
Enemigo del Hombre y de Cristo, estaba dirigiendo hacia el fin en su cabeza
forjado : La destrucción de la Casa que el Hijo de Dios fundó en la Tierra y
sus Hermanos en el Espíritu edificaron, hablo de la Iglesia Católica.
Iglesia contra la que Ulrico Zwinglio se levantó, viniendo a sus paisanos con la misma astucia de aquella Serpiente que se acercó a Eva afirmando venir en nombre de Dios. Y que curiosamente venía para destruir lo que Dios creó. Porque en la cabeza de aquellos enviados del
Enemigo de Cristo estaba que Dios había decretado la destrucción de la Casa
Fundada por el Hijo de sus entrañas increadas, y elegía para que le edificaran
casa acorde a sus mentes y naciones a
estos nuevos apóstoles, quienes declaraban falso el Evangelio del Espíritu
Santo, según el cual la Iglesia Católica es la Esposa del Señor Jesús, ese
mismo Jesús del que se lee que su Espíritu es el de la Profecía, de manera que no hay Profeta después de Él, y
siendo el Hijo de Dios por su Palabra el Futuro deviene
Presente. De aquí que cuando se diga “Dijo Dios”, se escriba inmediatamente, “y
así se hizo”, sin importar el viaje de la Palabra a la Acción Consumada. Y aquí
es donde está la Fe: NO en el Conocimiento de cómo se hacen las cosas sino en
la Creencia todopoderosa de que la Palabra de Dios es Dios.
El
Conocimiento que conduce a la Vida Eterna es el Conocimiento perfecto del Hijo
de Dios. Que se hizo carne para que el Evangelio no fuese una doctrina religioso-filosófica y sí una
contemplación en vivo de sus fundamentos. Este es el Evangelio del Espíritu
Santo que el Testador legó a su Esposa y sin cuya firma no puede haber otro, ni
lo hubo ni lo habrá.
Saltándose
este Conocimiento tanto Lutero como Zwinglio y Calvino trajeron otros
evangelios en lo que ellos vinieron a ser la cabeza de sus iglesias, y quien
tuviese la propia, es decir, no pensase como ellos, eran ipso facto condenados a muerte.
La
inteligencia de las naciones europeas en aquel siglo no era precisamente muy
elevada. El Renacimiento fue un movimiento típico Latino que no llegó a
Alemania. De haber seguido la Historia su curso natural también hubiese
llegado. El Odio contra la Civilización Católica exorcizó esta influencia. La
Imprenta al servicio de la Reforma hizo de Fuerza creadora de una Opinión
Pública descarnadamente expuesta, en
razón del analfabetismo y la ignorancia de las masas, a los bulos contra el
Evangelio del Espíritu Santo que le sirvieron a Lutero y sus consiervos de
caballo de Troya.
Siguiendo con su ataque de separación de
Cristo con su Iglesia, habiendo visto en las tesis anteriores que el fin
buscado por los Reformadores no era otro que crearse una iglesia propia sobre
la que erigirse cabezas de ellas, sueño que Enrique VIII realizó, Zwinglio siguió
escribiendo:
12.
Por eso obran neciamente, aunque no por
causa de la cabeza (ya se realizan esfuerzos, mediante la gracia divina, para
restablecer el valor de la cabeza), sino que decimos del obrar necio porque ya
no estamos dispuestos a soportarlo, sino que deseamos escuchar solamente lo que
la cabeza dice.
La egolatría que
expone en esta tesis el Suizo no tiene desperdicio. La
intención subliminal oculta que descubre no lo tiene menos. Zwinglio sólo
quiere escuchar lo que la cabeza le dice, y todo el mundo debe escucharle a él, con quien Dios está en
comunicación directa. No sabemos por cuál línea, pero se entiende que Zwinglio
sólo quería escuchar lo que su cabeza
tenía que decirle.
El Suizo daba por
supuesto o bien que su cabeza era la de un dios, ergo: infalible y
omnisciente, o bien que alguien le hablaba a su cabeza y él escuchaba y seguía
la palabra de la Voz que le entraba por esa cabeza. Según su parecer el obrar neciamente de la Curia procedía de
no escuchar la voz de quien le hablaba a su cabeza y le decía lo que debía
hacer. Esa Voz era la única que él quería escuchar, y siendo él el mensajero de
esa Voz Oculta que a nadie más que a él le hablaba, todo el mundo debía
escucharle a él para obrar rectamente. Porque:
13.
Oyéndola, se aprende a conocer la
voluntad de Dios en forma clara y precisa, y gracias al Espíritu de Dios el hombre
es atraído hacia Dios y transformado en EL.
Observemos que no dice “leyéndola”. Zwinglio insiste: “oyéndola”.
Oyendo la Voz que le hablaba a su cabeza Zwinglio se sentía en comunicación directa y viva con Dios, quien le daba a conocer su voluntad, destruir la Fe Católica y el Evangelio de la Iglesia que durante 16 siglos, comenzando su Viaje desde y por el propio Jesucristo, se había extendido por todas las naciones del Viejo Mundo y en esos días ponía sus pies en el Nuevo. Señoras y señores, los pies de la Iglesia son los pies de Jesucristo, que en aquel Siglo por fin los ponía en el Nuevo Mundo, de cuyas plantas nacieron las iglesias de la América Latina. ¿Acaso estaban ciegos aquéllos Reformadores, o no querían ver el Milagro del Descubrimiento del Nuevo Mundo? ¿Pero de qué evangelio
estaban hablando aquéllos siervos del enemigo de Cristo? ¿De verdad creyeron
que mientras el Señor hacía suyo el Nuevo Mundo Dios entregaba a su destrucción el
Mundo que tanto trabajo le costara levantar de las ruinas del Imperio Romano?
La Voz que les hablaba directamente y los ponía en comunicación directa
con ese Dios Oculto del que recibían la Voluntad de Dios: destruir la Casa de
Cristo en la Tierra, era la Voz de aquella Serpiente que con su veneno
convenció a Eva a declararse por la Guerra una vez haber disfrutado del Amor.
14.
Por esta razón todos los cristianos deberían poner su
máxima atención en que en todo el mundo sea predicado únicamente el Evangelio.
En el Evangelio está
escrito que la Iglesia edificada por el Espíritu Santo de los Apóstoles es la
Esposa del Señor, Ese Jesús del que se dice que su Espíritu es el de la
Profecía y cerrando Dios su Libro una
vez revelado que el Hijo de Dios es Dios Verdadero de Dios Verdadero: se cerró la Edad de los Profetas. Ya nunca jamás
conocería el Mundo otro Profeta.
Este es el Evangelio
de los Apóstoles que la Iglesia heredó. Y vivió en el conocimiento de que los
Milagros y los Profetas pertenecían a la Biblia. En adelante era el espíritu de
inteligencia en el Hombre el que debía
luchar por la Civilización y la salvación del género humano. Lucha que no
estaría exenta de tensiones y revoluciones, que ya se manifestaron en la Edad
de los Apóstoles. San Pedro el primero en manifestarlo cuando dejó escrito “vuestra Fe probada, más preciosa que el oro,
que se corrompe aunque acrisolada por el fuego”. Corrupción de la que la
Historia de las Iglesias hace maravilla por su continuidad “para alabanza,
gloria y honor de Jesucristo” su Fundador, el mismo que abriendo su Fundación
profetizó que su Casa sería expuesta a la prueba de maremotos, terremotos,
tormentas, diluvios y toda suerte de tragedias, en cuya Victoria celebrarían en
alabanza su gloria y su honor.
¿Acaso no sabían
esto quienes tenían, como el Suizo, comunicación
directa con Dios?
15.
Porque nuestra salvación consiste en creer en el Evangelio y,
por el contrario, nuestra condenación consiste en la incredulidad. Y es que el
Evangelio contiene claramente toda la verdad.
Y Toda la Verdad es
ésta: Que el Señor es el Esposo de la Iglesia Católica. Y quien se alza contra
la Esposa se alza contra su Esposo. ¿Acaso no está esto escrito? ¿O será que el Suizo no sabía leer? Porque escrito está: “Donde hay
Testamento es necesario que suceda la muerte del Testador”. De donde la
pregunta siguiente: Quién no tiene Esposa ni Hijos ni familiares a los que
dejar Herencia ¿qué Testamento debiera firmar?
Luego si hay
Testamento y Muerte del Testador, hay Esposa y Descendencia. La segunda a la manera
que estaba Cristo en Eva, y la primera a la manera que lo estuvo Israel en
Abraham. Sobre la primera dice Dios ·”No prevalecerán contra Ella las puertas
del Infierno”, y sobre el segundo “Se adueñarán de las puertas de sus
enemigos”. Quien testa es Dios, y como desde el Principio existe el Fin, la
Esposa como la Descendencia estaba en Presente en su Ser aunque en el Tiempo
fuese Futuro.
Destruir a la Madre en la Esposa era destruir a su Descendencia. El fuego de la Voz que les hablaba en sus cabezas tenía ese destino. Matando a la Esposa mataría a esa Descendencia nacida para vencer a todos sus enemigos. Lejos estaban los Reformadores de este Evangelio del Espíritu Santo, “hablado
en privado entre los perfectos”.
16.
En el Evangelio y del Evangelio se aprende que las doctrinas
y los preceptos humanos no ayudan en absoluto para salvación.
Contra esta Voz del
Dios Oculto de los Reformadores basta traer al frente la Voz del Dios Visible, cuando dijo y dice: “Si no vierais las Obras que hago en
nombre de mi Padre no creeríais”.
¿Veis en
qué manera las obras son necesarias para la Salvación de las almas?
Cristo no vino a
salvarse a sí mismo, sino a salvar a los demás. Cristiano es aquel que sigue su
Ejemplo y acorde a su Evangelio realiza obras a Imagen y semejanza de las del hijo del Hombre en beneficio de la salvación de las almas de
quienes no lo han conocido o de quienes aún no creen. Quien niega el Valor de
las obras realizadas en Cristo para la Salvación del Género Humano niega a
Dios, rechaza a Cristo y se convierte en un Anticristo.
Cristo no necesitó
de obra alguna para ser salvado. El Cristiano no
necesita de las obras propias para ser salvado, ha sido salvado por las obras
de Cristo Jesús. Siendo Su proyección en la carne el Cristiano vive según el mismo Principio de la salvación por las obras realizadas por el Hijo de Dios en el Hombre. Este es el Evangelio del Espíritu Santo. Es el
Evangelio de la Iglesia desde su Nacimiento. Y será su Evangelio por la
eternidad.
Dicho esto: ¿Cómo
podía al anticristo sonarle a Palabra de Dios la Carta de Santiago Apóstol? “La
Fe sin las obras de Cristo es fe muerta”.
¿Qué obras son esas sino? : “Dad de comer al hambriento, vestid al desnudo, cuidad a los enfermos, socorred a los huérfanos y viudas, no matéis, no adulterareis, no envidiéis, no juzguéis a vuestro prójimo, perdonad, amad a vuestros enemigos, no robes, no testifiques en falso, ama la paz y la justicia, sed misericordiosos, amad a Dios sobre todas las cosas y a vuestro prójimo como a vosotros mismo, honra a tu padre y a tu madre, santifica el domingo, ama a tus hermanos, conduce a la Fe a tus hijos…” Este es el Evangelio de la Iglesia, heredado de su Esposo y defendido y expandido por las cuatro regiones de la Tierra. Cada cual responde de sus obras. Si por ellas se pierden las almas, por ese delito serán juzgados, sean papas, cardenales u obispos. Si por tus obras salvas el alma de tu prójimo, por su alma serás honrado y alabado delante de Dios. Y por la salvación de un alma son borrados los muchos pecados de un hombre. Así está escrito, y acorde a esta Palabra seremos juzgados todos los hombres. Siervos como pueblo de Dios. Y bienaventurado aquel
a quien el Señor no le imputa delito.
CUARTA PARTE
Zwinglio dixit:
a) son las
autoridades civiles y no el obispo quienes deben detentar el poder aun en materias
espirituales;
y b) la Biblia, y sola ella, ha de trazar la pauta
de la reorganización de toda la vida ciudadana.
Tras leer esta
programa lapidario contra la Libertad Social, el Crecimiento de la Civilización
y el derecho del Creador a dirigir su Creación en el Tiempo acorde a su Sabiduría y Amor por
la Vida que Él mismo crea, todo lo que queda es quemar las 67 Tesis de este autor
demente que quiso encerrar al Género Humano entre las pastas de un Libro
cuyo Fin Sagrado es levantarle la cabeza
al Hombre, dirigirlo a su Creador, y ahí cumple y consuma la Biblia su función Divina. Una vez el Creador y su Creación unidos por el Amor a
la Vida de ambos, la Biblia alcanza su Gloria, su Maravilla, su Divinidad. Porque
no es sólo Dios quien ama la Vida del Hombre, sino el Hombre quien ama la Vida
de Dios. El Amor del Creador a su Creación y de la Creación a su Creador es una
Fuerza Viva de Poder eterno e infinito. Quien ama al Creador y odia su Creación
es enemigo de ambos. Una persona que pretende levantar un Muro intraspasable
entre Creador y Creación, haciendo de la Biblia ese Muro, ese hombre no viene de
Dios, ni habla en nombre de nuestro Creador, ese hombre es un pobre diablo que
en alguna parte de su recorrido existencial perdió los papeles y para
compensarlo reclamó Poder Absoluto, pidiendo para él ese Poder que le
corresponde a la Iglesia en el terreno del Espíritu. “A las autoridades
civiles, dice, les corresponde la Autoridad sobre el Espíritu”. Este pobre
diablo, consciente de que nunca podría detentar ese Poder Espiritual que le pertenece
a Cristo y sólo a Cristo, siendo Jesús su Cabeza y la Iglesia Católica su
Cuerpo, quiere alzarse con ese Poder
mediante un golpe de estado religioso contra la Autoridad Civil. Y una vez
encumbrado en ella reclamar la Autoridad de Cristo para desde el Poder de la
espada condenar a muerte a todo el que se oponga a su Teocracia.
Esta es la Lectura del Programa del Reformador Suizo. No
hay otra. Lo dice letra por letra, su Intención era ser un dios, y conocedor
del bien y del mal, ser igual a los dioses a los que hablándole a Eva quiso la
Serpiente que Adán fuese.
El Suizo no se corta un pelo,
pero lo que más admira es ver la brutalidad de sus paisanos alpinos quienes
teniendo este programa anticristiano delante de sus ojos se pasaron a su bando
y se entregaron a la guerra civil, emulando a Caín.
Se entiende que para alcanzar este poder, ser un dios, el Suizo debiera lanzar un ataque frontal contra quien recibió
de Dios la Autoridad en el terreno religioso en el seno del mundo cristiano. Su
siguiente tesis lo confirma:
17.
Cristo es el eterno y único Sumo Sacerdote. De esto colegimos
que quienes se han proclamado «Sumos Sacerdotes» no solamente se oponen a la
gloria y el poder de Cristo, sino que incluso le desechan.
Volvemos a lo mismo. ¿Si el Sumo Sacerdocio, su propiedad, cual se
ve en el Templo del Jerusalén Bíblico, se basa en ser
el único sacerdote que se acerca a Dios, a quién otro le podía corresponder
este Sumo Sacerdocio Eterno sino a quien está en Dios, su Hijo Amado? Por Naturaleza Divina Jesucristo es, en este
orden, Sumo Sacerdote Eterno. Pero los hombres, creemos, tal vez los Protestantes no lo son, somos mortales. No que nuestro espíritu
pueda morir, pues habiendo sido Creados a la Imagen y Semejanza del Hijo de
Dios participamos en su Inmortalidad
mediante la Vida Eterna. De haber sido Aarón de la misma Naturaleza Divina que Jesucristo
el sumo sacerdocio hubiese sido suyo forever. Pero, siendo la Religión una Adoración perpetua de
Dios, a sumo sacerdote muerto, sumo sacerdote puesto por el Templo. O en caso
contrario la Adoración Perpetua de la Creación a su Creador sería liquidada, y el
pueblo se hundiría en la condición de las bestias. Con el traspaso del Templo
de Jerusalén a Roma la Naturaleza Sagrada de la Religión permanece, y la Adoración
Perpetua, por la Naturaleza de su Primer Sumo Sacerdote, Jesucristo, adquiere
la propiedad de la Vida eterna.
Este Sucesión de Jesús a San Pedro y
de San Pedro al Obispo de Roma no anula ni le roba al Hijo de Dios su
Naturaleza de Sumo Sacerdote Eterno, porque esto sería afirmar que el Hijo de
Dios ya no podría presentarse ante su Padre, un argumento satánico en el que ni
siquiera me detendré. Siendo el Sumo
Sacerdote del Nuevo Templo su Naturaleza se abre al Sacerdocio Universal Cristiano, de manera
que todos los Obispos, lo mismo el de Roma que sus hermanos en el Templo, forman
parte de su Cuerpo, y en razón de la Visibilidad de esta Naturaleza Universal
de su Sumo Pontificado Eterno el hijo de Dios levanta a Pedro como Sucesor en
el Cargo que ostentó Aarón delante de Israel a fin de que la Renovación del Género
Humano sea Visible ante las naciones de la Tierra y del Cielo por la Redención
de Cristo.
Zwinglio habló mentira porque venía
del padre de todas las mentiras para hablar en su nombre y destruyendo la
Sucesión atacar el Templo de Dios al dejarlo sin Sumo Sacerdote de la Adoración
Perpetua del Hj0 de Dios. Pues en efecto, Aarón se presentaba delante de Dios
en persona, pero San Pedro su Sucesor en la Adoración de Dios se presenta
delante del Hijo de Dios, de donde se ve que la Gloria de Jesucristo no sólo no
es disminuida sino ensalzada delante de toda la Creación. Por eso todos los Poderes
del Cielo, como vemos en el Epílogo del Libro de Dios, la Biblia, proclaman la Gloria del Cordero de Dios, es
decir de su Hijo.
Cuando el Suizo dice que desechan la gloria de Cristo quienes son llamados sumos sacerdotes por
los Poderes de la Iglesia, el Suizo habló mentira, estaba mintiendo, y habló
mentira porque su fuente fue el padre de toda mentira.
San Pedro y sus sucesores responden
ante Jesucristo, y nadie sino Jesucristo se acerca a Dios Padre. La Adoración
del Hijo por el Padre deviene en el
Templo Católico: Adoración por el Hijo y el Padre. Como Jesucristo ama a Dios
con Amor de Hijo, la Iglesia ama a Jesucristo con Amor de Esposa, de esta forma
el Amor es el Vínculo Todopoderoso y Eterno que engendra el Misterio de la Trinidad,
donde el Padre es YAVÉ, Señor delos Profetas de Israel, el Hijo es Jesús, Señor
de la Iglesia, y el Espíritu Santo es Cristo, cuyo Cuerpo es la Iglesia. Y
siendo Jesús y Cristo la misma Persona, que todos conocemos como Dios Hijo Unigénito,
el Sacerdocio Católico se levanta en la Eternidad para la Adoración Perpetua del
Hijo de Dios, pues “quien no adora al Hijo no adora al Padre que le envió”.
Una mentira no puede sostenerse en pie sino es
apoyándose en oras mentiras. La siguiente lo demuestra:
18.
Cristo se sacrificó a sí mismo una vez y su sacrificio
vale eternamente como actuante y expiatorio y acontecido por los pecados de
todos los creyentes. Esto permite reconocer que la misma misa no es ningún
sacrificio, sino un memorial del sacrificio y, a la vez, la confirmación de la
redención que Cristo ha realizado en bien nuestro.
¡Mentira! Cristo no
se sacrificó a sí mismo, fue sacrificado por Dios, su Cordero Expiatorio: y fue ofrecido por los pecados del Mundo
cometidos en la Ignorancia de la Naturaleza Íntima de los Acontecimientos
anteriores a la Creación de nuestro Universo que desencadenaron, la Traición de
Satán mediante, la Caída del Primer Hombre.
¿Acaso un Cordero
puede sacrificarse a sí mismo? ¿No le corresponde a su Señor y Dueño realizar ese
Sacrificio?
Evidentemente,
siendo un Cordero Espiritual, Jesús hubiese podido negarse a ser ese Cordero
ofrecido por Dios en expiación de los pecados del Mundo cometidos en la
Ignorancia. Que tuvo este Poder de Libre Albedrío lo vemos en el Huerto de
Getsemaní, donde Jesús abre su Corazón y le pide a su Padre que si podía pasar
de aquella Copa, que se lo permitiese. Mas en su Adoración
Eterna de Dios se inclina delante de su Padre y ofrece su Sangre para que por su
Sangre sean consumada la Redención de la Transgresión de Adán, acometida en su
Ignorancia, pues de no haber habido Ignorancia no hablara el Espíritu Santo de Transgresión
sino de Traición a la manera de la de Satán.
No ofreció Cristo su
Sangre por los creyentes y sólo y únicamente POR LOS CREYENTES. Esto sí es “desechar la Gloria de Jesucristo”. Dios ofreció su Cordero por los
pecados de todo el mundo, pues todos los hombres fueron encerrados en el Pecado
por la Ignorancia, y en razón de esta Ignorancia todos son redimidos.
Así que miente el autor
suizo cuando afirma que Dios sacrificó Su Cordero en bien de los creyentes. Esta
mentira Desecha el Poder Universal de la redención de Dios, quien comprendió en
su Gloria a todo el mundo. El Espíritu Santo lo afirma a pecho descubierto: “Tanto
amo Dios al mundo que le dio a su Hijo Amado para que se salve”. El Espíritu
Santo no miente. El reformador sí miente cuando afirma que la redención por la
Sangre del Cordero de Dios se derramó exclusivamente a la salud de los elegidos
protestantes. Diciendo esto el Reformador desprecia a Dios, desecha la Gloria
de su Hijo y ataca frontalmente al Espíritu Santo.
Pero rápidamente la
serpiente oculta en el Reformador se pone la máscara, y dice:
19.
Cristo es el único
Mediador entre Dios y nosotros.
¡Aleluya! Europa descubría las Américas,
el Cuarto de los Nuevos Apóstoles encargados de sembrar el nuevo evangelio descubría
la piedra filosofal que le permitiría a su Dios Oculto destruir la Casa que Jesucristo
y sus Hermanos Edificaron. El Orgullo dice Dios es el principio del pecado. Los
reformadores eran dioses y se presentaban delante de Dios sin pedir permiso ni
llamar a la puerta. Según su doctrina Cristo es una Persona y Jesús es otra. Cristo
no es Jesús, afirman. Cristo no es Dios, dicen. Así que no siendo Jesús el Cristo
no necesitaban de Jesús para llegar a Dios. Así, afirmando a Cristo negaban a Jesús,
a quien apartan de en medio en su camino a Dios.
Mas por el Espíritu Santo sabemos esto:
El Hijo es Dios,
el Hijo es Jesús,
y Jesús es el Cristo.
Cristo es Dios.
¿En qué demencia argumentativa estaba
atrapando este siervo del Sembrador Maligno al pueblo suizo? ¿Acaso alguien
cree que la Semilla del Sembrador Maligno sería un grano se cizaña diferente a la Mentira?
Dios estableció a su Sumo Sacerdote,
primero Aarón, hasta que llegase Cristo, y después a Jesús, para permanecer por
la Eternidad en su Presencia, y éstos apóstoles del evangelio de la Mentira
dicen que no necesitan a nadie para presentarse delante de Dios. ¡¡Qué orgullo
infernal, tener en la sangre de Satán el corazón!!
Pretenden presentarse delante de Dios
de igual a igual, usar a Cristo como portero encargado de anunciar su entrada
en el Santuario Santísimo, en el Tabernáculo del Todopoderoso Señor del
Infinito y de la Eternidad, Creador del Cosmos y de todos los Mundos que llenan
su Reino del Cielo de los cielos. ¡Cómo se puede ser tan bruto!
En fin:
20.
Dios quiere concedernos todas las cosas en el nombre de
Cristo y de esto se deduce que tampoco necesitamos de otro Mediador en el Más
Allá.
Del bruto es la brutalidad. El Reino de Dios no está
basado en un Edificio Social cuya Núcleo de Poder Universal es la Corona de su
Hijo. Para nada, dice este cuarto apóstol del evangelio de la Mentira. El
Creyente Suizo y sus colegas protestantes entrarán en el Templo del Altísimo
delante de cuya Presencia el mismo Cosmos dobla rodillas, y charla que te
charla con el propio Dios Hijo Unigénito chocarán la mano del Creador del Universo
de las galaxias.
La demencia se seguía poniendo nombres. En esta ocasión
se dio el de Zwinglio. Y en con este nombre firma que “Cristo no vive en
Nosotros”, Cristo es un Mediador en cuyo Nombre nos es concedido absolutamente todo. Y si todo, que Jesús se quite de en medio, todos
a invadir Su Ciudad, y a bajarlo de su Trono. No hay más autoridad que la del
Pueblo.
Amén.
Co su aleluya:
21.
Si aquí, en este mundo, oramos los unos por los otros, lo
hacemos confiando en que solamente por Cristo todo nos será concedido.
No oréis por los enemigos, (están todos
predestinados a la hoguera del infierno), ni por los pecadores (y lo están
porque son unos pecadores), ni por los que no creen para que crean (no creen
porque así lo ha establecido Dios desde la eternidad y no vais a ir en contra del
decreto del Todopoderoso); orad por los unos por los otros, todos santos, todos
maravillosos, todos dioses. “Hipócritas, si no superáis la justicia de los
fariseos no entrareis en el reino de Dios”. La Sangre de Cristo no fue derramada
por todos los hombres, sólo por vosotros, los Creyentes, pues antes de que existiera
incluso el Pecador de Adán ya estaba predispuesta la Sangre del Cordero de Dios
para que en ella cocinaseis la carne de vuestros enemigos. ¡Esos papistas
inmundos!
¿No es verdad?
22.
Cristo es nuestra justicia y de ello colegimos que nuestras
obras, siempre que sean buenas, es decir, realizadas en Cristo, son buenas
obras; pero no lo son si las realizamos por cuenta propia.
¿Cristo es vuestra justicia?
¿Vosotros sacrificasteis al Cordero de Dios? ¿Vosotros lo enviasteis del Cielo
para que en su Sangre el amor de Dios por el Mundo entero se manifestase? ¿Y
cómo es que siendo vosotros ese Dios en vosotros se convirtió el Amor en Odio?
La Historia de los crímenes de los
Reformadores está escrita. Que Dios creó al Hombre a la imagen y semejanza de
su Hijo, también. ¿Quién fue el Original a cuya imagen y semejanza los
Reformadores cometieron sus matanzas, sus genocidios contra los campesinos, sus
crímenes contra sus oponentes? ¿Fue Jesucristo ese Original? ¿O lo fue Satán,
padre de toda mentira y de los Homicidios cometidos en la Tierra desde la Cada
a nuestros días?
La hipocresía de los reformadores fue
absoluta. Afirmaron que sus crímenes y homicidios estaban hechos en Cristo.
Afirmaron que Cristo asesinó a sus enemigos, mató a sus oponentes, derramó
sangre a raudales y siguiendo Su Ejemplo ellos fielmente le dieron gloria sobre
los cadáveres de sus enemigos papistas.
Pero en la tesis siguiente la
hipocresía se hace divina:
23.
Cristo dejó a un lado el provecho y las glorias de este
mundo y de ello deducimos que aquellos que en nombre de Cristo atesoran
riquezas, le perjudican sobremanera; porque le invocan como pretexto de su
avaricia y arbitrariedad.
No estaba hablando de Suiza.
Y a la hipocresía se le suja la imbecilidad total más patológica cuando
escribe:
24.
Como ningún cristiano está obligado a hacer obras no
ordenadas por Dios, puede tomar en cualquier tiempo los alimentos que le
plazcan. Y de esto deducimos que el permiso del gustar del queso y la mantequilla
son un engaño papista.
No sé por qué cuerno agarrar a este
toro. Si hubiese sido Minotauro, merecería la pena la aventura. Pero era cabra,
de las que dan queso y mantequilla. Hasta en la sopa veían al diablo, pero no
era el diablo, era el Papa.
¡Qué locura!
25.
El cristiano no depende de fechas o lugares determinados,
sino al contrario. Por consiguiente, quienes señalan fechas y lugares privan al
cristiano de su libertad.
Tanta estupidez puede conmigo, Baste
a cada día su afán. La moraleja de esta tesis: Todos a trabajar los siete días
de la semana, los 354 días del año, y maldito el que se mueva de su lugar y se
regale una peregrinación a Santiago, a Jerusalén, a Roma, a la China. Y maldito
el que descanse en Navidad, Semana Santa, y fiestas religiosas de guardar.
Todos esclavos, hasta la muerte.
Aleluya.
QUINTA PARTE
“LA ESPADA Y LA PALABRA”
El Pensamiento es la fuente de la que procede la
energía que mueve los labios para producir eso que llamamos Palabra. Todos los mamíferos
tienen boca y garganta, pero el único mamífero en el que se manifiesta este
Poder “la Palabra”, es en el ser humano.
Quiero decir, la existencia de la Palabra no tiene que ver tanto con el hecho
de tener boca y garganta, y sí tiene que verlo todo con el cerebro del Mamífero Sapiens, en el que
las cuerdas vocales se desarrollan con un solo fin, darle al Pensamiento del Hombre
“Poder de Manifestación”. Este Poder es “la Palabra”.
Este “hecho”, la Palabra como Poder Natural del Ser
Humano es el Verdadero Descubrimiento del Mundo Griego Clásico. Desde Solón a
Aristóteles la Historia de Grecia la Palabra experimenta una evolución maravillosa,
única en la Historia del Mundo Antiguo, en la que el Poder del Pensamiento se hace Realidad y conforma la estructura de
la Sociedad y del Estado. La base de aquel Acto Histórico que le marcó a la
Civilización su rumbo en dirección al Nacimiento del cristianismo basó su Potencia
en lo que hoy llamamos Real Politik. O lo que es lo mismo, el Pensamiento Individual
y del Cuerpo Social Clásico no estaba encajonado entre las los Muros de una Ideología.
Esta Potencia Viva les permitía a los pensadores abrirle horizonte a su
Pensamiento y desde el movimiento dentro
de ese escenario democrático que les pertenecía a todos, entre todos determinar
la dirección de los acontecimientos que a ellos les tocaba vivir y poner en
activo, fuese frente a una invasión externa de sus fronteras o a una proyección
de su acción hacia el exterior de los límites geográficos del Estado.
La República Romana hizo de la Palabra su Fuerza. En
el Mundo Romano el Pensamiento desarrolló su motor de transmisión al límite con
el objeto de imponer el Individuo su criterio sobre el de sus colegas.
El Mundo Griego fue una Sociedad creada por y para Filósofos,
en el que los propios Políticos se sirvieron de las herramientas creadas por la
Filosofía para darles la Palabra la
fuerza que el momento histórico precisaba para activar las fuerzas del Estado;
el Mundo Romano basó su Poder no tanto en el Pensamiento cuanto en la Fuerza de
la Espada. Donde el Mundo griego puso el Pensamiento el Mundo Romano puso la
Espada, y la Palabra debía servir a la Espada al Imperio del Derecho.
Observando la evolución desde la Roma Antiguas a la República
observamos que el Crecimiento del Estado Romano se basó en la lucha por el
Derecho. Todas las revoluciones de la Redad Medieval Romana se basaron en la
conquista de la Igualdad de Derechos entre las clases romanas. A la altura de
la Edad Moderna Romana la Espada sustituyó por completo al Pensamiento como
fuente de la Palabra. La Palabra debía servir al Imperium de la Espada. Esta fue
la filosofía de la Edad de Oro Romana.
Con el Cristianismo renace el Pensamiento como
fuente de la Palabra. “La Palabra es Dios”. Dios se hace la Fuente de la que procede el
Pensamiento que mueve la Palabra del Hombre. Se me dirá que este Renacimiento
fue de necesidad. La Espada en la mano
del César, que no estaba dispuesto a soltarla bajo ningún concepto, el Cristiano tuvo que hacer de la Palabra su “espada”.
Opinión falsa. Necesidad es decirlo. El Cristianismo
fue fundado por el Hijo de Dios, que goza de Poder infinito. Y aunque el Hijo de
Dios manifestó su Poder Infinito murió como Hombre de manera que el Hombre no
fuese identificado con el Poder sino con la Palabra. La Palabra es lo que hace
del Hombre ser lo que es. La Palabra es el Acto que marcó el principio de la Revolución
desde Homo Sapiens al Hombre.
La existencia
de la Palabra es la manifestación de una realidad diferencial en la Creación
del cerebro Sapiens, que observamos en vivo en el Período de Transición entre Paleolítico
y Neolítico en los templos de Altamira y Lascaux,
entre otros monumentos legados por el Homo Sapiens a nosotros. La fuente del
Pensamiento Sapiens fue la Naturaleza, de la que era hijo, su mundo.
La Revolución Final que condujo al Sapiens al Hombre vino a operarse
cuando esta Palabra: “DIOS”, fue sembrada en su Cerebro, y pasó a transformarse
en la Nueva Fuente de su Pensamiento. Con esta Palabra nociones como Tiempo, Civilización,
Universo, echaron raíces y se hicieron el Árbol cuyo Fruto fue el Hombre.
Esta Revolución fue la que reactivó el Hijo de Dios
al quitarle la Espada al Hombre creado por Dios a su Imagen y Semejanza. El
Poder del Hombre no está en la espada, está en su Palabra. La palabra es lo que
define al Hombre. Y fue por esto que los Padres de la Iglesia y los Historiadores del Cristianismo vieron en la
Victoria de la Civilización Clásica la Preparación al Advenimiento de Cristo. Nacido Jesús la Palabra se hace Hombre. Y la
Fuente de su Pensamiento, motor de la Palabra, pasa de ser la Naturaleza y se
levanta hasta Dios.
El Hombre a la Imagen y Semejanza de Dios, que una
vez cayó a los pies de Eva, se levantó en los brazos de María con un nombre
Nuevo: Cristo. En adelante en la Guerra entre el Paganismo y el Cristianismo
éste le opondría a la Fuerza de la Espada el Poder de la Palabra nacida de la Fuente
Divina. La Victoria Cristiana estaba servida. Los Padres de la Iglesia Católica
Romana bebieron de esa Fuente sin Medida y no cejaron hasta que el Paganismo cayó a sus pies, y Dios, como Fuente del Pensamiento Humano, fue reconocido por la Civilización como la
Fuente Única de que tocando el Infinito le abría al Pensamiento del Hombre un
Horizonte sin límites.
Esta fue la Esperanza que animó el espíritu Cristiano y en San Agustín
encontró la manifestación más visible del poder del Pensamiento Cristiano para
sin la espada vencer a todos los sistemas ideológicos que bajo una máscara
religiosa pretendieron encadenar el pensamiento de los hombres a los muros de sus
intereses privados. En términos literarios se conoce más las Confesiones y la
Ciudad de Dios que los escritos de guerra al paganismo en los que se basó la gloria
de esta Columna del Templo de Dios, Templo Vivo cuya Piedra Maestra es el
propio Hijo de Dios.
Vinieron las Invasiones y la Caída de la
Civilización a los pies del caballo de Atila. La Civilización encontró su
refugio en los brazos de la Santa Madre la Iglesia Católica Romana. El Derecho,
la Teología, el Estado, encontraron en la Esposa de Cristo su Cueva de Invierno
donde pasar la Larga Noche que se avecinaba hasta su Renacimiento. El advenimiento
de Santo Tomás fue el canto del Gallo de la Mañana que anuncia el nuevo Día. Desde
las cumbres del Cielo, Dios había abierto su Pensamiento con la Fuerza de un río
que bajando de altas cumbres al tocar el valle extiende majestuoso su caudal, vivificando
campos secos y baldíos. La Palabra y Dios se hicieron Hombre una vez y para siempre.
Había que seguir bebiendo de ese Río de la Vida de la Inteligencia Divina,
porque en sus aguas tiene el Pensamiento toda Ciencia y Sabiduría.
Ésta era la Doctrina de Cristo. Ésta es la Doctrina
de Jesús: “Dios es la Fuente, Principio y Origen del Pensamiento Cristiano”. “La
Palabra y sólo la Palabra es la esencia y la sustancia del Ser Humano”. “El
recurso a la espada es un acto de Negación de Dios, o el que se niega que el
Hombre haya sido creado a su Imagen y Semejanza, cuya Encarnación la vimos en
el hijo del Hombre, Cristo, para que nadie pueda defender sus crímenes aduciendo que Dios nos hizo a su Imagen y
Semejanza pero nos escondió su Espíritu”.
La cuestión que aquí nos llama a refutar las tesis
de este apóstol del Evangelio de la Mentira, que el Protestantismo hizo suyo, es
la siguiente: ¿Quién Dios fue la Fuente del Pensamiento Protestante? Pues desde
el principio el primero de los Cuatro Apóstoles del Evangelio de la Reforma le
reveló al mundo que su Fuente era un Dios Oculto. Ahora bien, vemos que Dios no se oculta jamás del Hombre
sino que se descubre en la Plenitud de
su Amor y Poder a quien le busca. ¿Quién fue ese “Dios
Oculto” de los Apóstoles del Evangelio de la Reforma? ¿En cuáles de los hijos
de Dios, tanto Apóstoles como Padres de la Iglesia, leemos que Dios Padre sea
un “Dios Oculto”? ¿En cuáles de los hijos de Dios en los que el Verdadero Espíritu
del Hijo de Dios vivió leemos que Ellos llamasen a la Espada para vencer al
anticristianismo en el que se encerró el Paganismo?
Si pues Dios engendra a todos sus hijos acorde a la
Imagen y Semejanza de su Unigénito ¿cómo es que los Apóstoles del Evangelio de
la Iglesia Católica Romana siguieron el Ejemplo de quien era su Modelo, prefiriendo
morir a matar, y en cambio los Apóstoles del Evangelio de la Reforma eligieron
matar a morir?
“Por sus Obras los conoceréis”. Y éstas se refieren
a la Palabra. Porque si la Palabra es la Manifestación mediata del Pensamiento,
las Obras son el resultado final de su existencia. De manera que quien no vive
como Cristo, no es de Cristo, y quien mata, como el Diablo mató a Adán, es de
Satán. En esto no hay términos medios. Entre morir o matar la elección Cristiana
es la de Cristo.
Como dije antes, la historia de los homicidios de
los Apóstoles del Evangelio de la Reforma están escritos. Sabemos que sus discípulos
usando las Universidades intentaron borrarlos y justificarlos en la identificación
de la Esposa del Señor Jesús con el Anticristo, la Babilonia del Apocalipsis,
etcétera, aguas muy propias de la palabra del Maligno, fuente de Odio sin
límites a Cristo, de cuyas aguas bebieron sus siervos como si leche fuese. Cada
cual cría a sus hijos con la leche que tiene y le sale del pecho. Criados que
jamás podría ser conseguido si no se derribaba primero el Templo Católico por
el Hijo de Dios y sus Apóstoles edificado. El Fin justificaba los medios; si
había que prenderle fuego al mundo, adelante.
Entrando ya en materia, observamos además que todos
los Apóstoles del Evangelio de la reforma fueron hijos de la burguesía del
momento. Sin ser la élite del Renacimiento, que ninguno de ellos conoció, ni
tampoco del Humanismo, aunque el Humanismo los jaleara, los Cuatro Apóstoles de
la Reforma Maligna se alimentaron de la inteligencia más actual del momento,
pan reservado exclusivamente a los poderosa naciente clase burguesa. Y engordados con ese pan manipularon a las
masas en conocimiento pleno de su analfabetismo. La ignorancia, en este caso de
los pueblos alpinos se nos descubre en su discapacidad intelectual para analizar
unas tesis en las que Zwinglio desplegó su
Odio contra la Iglesia fundada por Cristo, de cuyo análisis hubiesen podido
descubrir la identidad del Dios Oculto al que tanto el Suizo como el Alemán sirvieron.
Es de retórica acusar al enemigo de los males en los
que el acusador se gloría. La mejor defensa ha sido de siempre el contraataque acusando
al enemigo de padecer los males de los se le acusan. Puesto que nadie mejor que
el propio acusado conoce la intimidad de los males de los que se le acusa nadie
mejor que él para desplegar esos males en toda su virulencia contra quien se siente
escandalizado.
Zwinglio, lo mismo que Lutero, hizo de esta regla su
altar mayor. Leamos su Vigésimo Sexta Oración Sagrada:
26.
Lo que más desagrada a Dios es la hipocresía. Por lo tanto,
todo cuanto el hombre haga para aparentar ser mejor que los demás es pura
hipocresía y merece ser puesto en entredicho. En esto van incluidos los hábitos
o ropajes, los signos (cruces, etcétera) cosidos a la vestimenta, la tonsura,
etc.
¿Ser mejor que los demás es ser hipócrita? ¿El corredor que corre, en cualquier
rama de las ciencias, de las artes, del derecho, de la Religión, por ser el
mejor delante de los tribunales de los hombres y de Dios, es un hipócrita?
Ya con estas dos cuestiones no merece la pena siquiera seguir comentando
la hipocresía que extiende el hipócrita de Zwinglio. Pero concedamos. ¿Qué es la Creación y la Civilización sino un movimiento
de superación constante en el Tiempo y el Espacio? Ser mejor cuando lo que se
ve es malo o peor es un Deber Sagrado.
Nadie puede ser mejor que Dios pero todos tenemos el deber de ser mejor
que quienes nos precedieron porque todos estuvieron encadenados a la Mentira,
la Corrupción y la Ignorancia. “Ser mejor” en el campo del Bien es un Deber Cristiano.
Hay que ser mejor Papa, mejor Obispo, mejor Creyente, mejor Pensador, mejor Político,
mejor Científico, mejor Defensor de los derechos del Hombre, de la Vida. ¿Es
esto ser hipócrita?
El hipócrita de Zwinglio blinda su hipocresía tras la máscara de las
vestimentas. Bien sabemos que a nadie le deseamos la suerte del Diablo, pero no
podemos permitir que la Semilla de los Apóstoles del Evangelio de la Reforma
cuya Fuente fue Satán siga en activo. Este es el Día en el que se hará Viva la
Profecía: “El Señor le dirá a sus siervos: Recoged la Cizaña y reunidlas en
haces para quemarla”.
Ser mejor “en el campo del Bien” es el Motor de la Civilización. Esta
Tesis no sólo va contra Cristo y la Iglesia
sino que ataca a la propia Civilización. No menos que la siguiente proclama
anticristiana:
27.
Todos los cristianos son hermanos de Cristo y hermanos entre
sí y ninguno debe considerarse superior a otros delante de Dios. Esto quiere
decir que las Órdenes Religiosas, las sectas y los movimientos revolucionarios
cristianos no tienen razón de ser.
Mentira. El Evangelio del Espíritu
Santo es que todos los Cristianos somos hijos de Dios en Cristo, de donde la
segunda parte de la primera frase no
tiene sentido, pues Dios ama a todos sus hijos con amor de Padre. Pero Dios a
unos los engendró para ser los Hermanos de Cristo en Dios, (sus Apóstoles) y a
Ellos los sentó a su lado como Ministros Todopoderosos de su Reino; a otros los
hace sacerdotes y les da el espíritu de Esposa para que vivan sempiternamente en
la Adoración a Dios, a otros nos hace hijos del Rey para trabajar en su Casa en
la Libertad que viene del Amor a su Padre, y a todos nos hace Ciudadanos de su Reino
para disfrutar y gozar de la Libertad sin límites de quienes vivimos por el Hijo
de Dios para disfrutar de la vida de los hijos de Dios.
En cuanto a la segunda frase, el
ataque contra la Civilización vuelve a repetirse. El Cristianismo es Revolución
en esencia y sustancia. En el seno de la Historia de la Civilización Jesucristo
es la Revolución. Condenados a vivir por la Espada el ser humano fue rescatado
para la Palabra que viene del Pensamiento de Dios. La Inteligencia Divina se
derrama en el Hombre y lo dirige hacia las Ciencias, las Artes, el Derecho, siempre
en avance, siempre en lucha, siempre victorioso. Es en la Era de Cristo donde
tienen lugar todas las revoluciones que han hecho del Mundo Contemporáneo el
que es y es en este Campo donde sigue viviendo el Espíritu de la Revolución Cristiana
que marcó un Antes y un Después. Todos, incluso los enemigos, han sido vencidos
por la Era de Cristo. ¿De qué estaba hablando entonces este Apóstol de la Mentira?
¿Innecesarias dice que fueron las Órdenes religiosas Medievales en las que el
Tesoro de las Letras encontró Refugio? ¿No fueron ellas las que recogieron el
testigo del Apostolado y llevaron el Evangelio a las regiones europeas aún salvajes? Los Anskar,
Bonifacio, Francisco de Asís, etcétera, fueron innecesarios? ¿Lo serían las que le sucedieron y llevaron el Evangelio a las Américas y al
Lejano Oriente?
¿Quién se creyó ser este Zwinglio para
decirle a Dios lo que era o no era innecesario para el Bien de la Salvación del
Género Humano?
Y sin embargo, en su siguiente oración,
diciendo “justo
es todo lo que Dios ha permitido y no ha prohibido”, el hipòcrita se niega a sí
mismo, niega enseguida lo que acaba de negar.
28.
Justo es todo lo que Dios ha permitido y no ha prohibido. Por
consiguiente, el matrimonio es cosa lícita para todos los hombres.
Pues si Dios permitió la creación y existencia
de las órdenes religiosas, de las que se sirvió para expandir su Evangelio, Hechos
escritos en los libros de Historia, ¿quién es quién, llámese como se llame,
para abolir lo que Dios bendijo? Y es que cuando la Hipocresía y el Orgullo van
de la mano juntos no se puede esperar nada bueno. A quien bendice le toca dar
por finalizada la ocasión, y quien quita a Dios y maldice lo que Él bendijo, lo hace a nombre
propio y deberá responder delante de Dios de su maldición contra lo que Dios
puso en Movimiento. En el Cristianismo dos son las Fuerzas Motoras que actúan
en su seno, Dios y el Diablo. Quien ama a Dios, ama su Creación; quien odia su Creación,
ama al Diablo. No hay otra regla, “con Dios o contra Dios”.
En cuanto al Matrimonio de los Sacerdotes
la controversia vino de un alma hipócrita: Dios bendijo la Procreación y la Multiplicación
de las familias humanas antes de llamar a Adán y Eva. Primero Bendice y luego Produce.
Adán fue el Primer Hombre que llamó Padre a Dios, el Primer Hombre al que Dios
llamó “hijo mío”. Su Nacimiento no se produjo por Encarnación sino por la Bendición.
Por ésta el Sexo Reproductor fue la bendición para todas las familias humanas. Así
que el Primer Hombre, contrariamente al Evangelio de la Reforma, que recogió del
Judaísmo contra el que Jesucristo se levantó, no cayó
por la Concupiscencia. Estando bendito el Acto Sexual reproductor no podía ser
la Carne bajo la Ley de la bendición la causante de la Maldición. Hacer de la
Concupiscencia, que surge tras la Caída, la raíz del Pecado que se mereció la Maldición, doctrina judía que la Reforma hizo suya, es
Negar a Cristo y rechazar a Jesús.
Observamos que siendo la Muerte de
Jesucristo Prototipo de la Muerte de Adán, por proyección divina vemos en la Virginidad
del Hijo de María el Discurso de Dios sobre la Causa de la Caída de Adán, su
hijo menor, que en nada y para nada tuvo que ver con esa Concupiscencia que
hallando campo en los Reformadores los arrastró en este terreno a resucitar de
su tumba la doctrina judía sobre el Origen del Pecado de Adán. Si el Amor era y
es el fruto del Árbol dela Vida, la Guerra es y era el fruto del Árbol de la
ciencia del bien y del mal, del que comiendo, siendo natural a la Guerra la
Muerte, moriría el que comiese; hecho que el Hijo de Dios dejó claro cuando le
dice a Pedro “El que a hierro mata a hierro muere”.
El matrimonio le es cosa lícita a
todos los hombres y mujeres en razón de la Bendición de Dios: “Procread y multiplicaos
y henchid la Tierra”. Si alguno sabe cómo podía operarse esta Multiplicación
sin el concurso de Acto Sexual reproductor, que levante la mano. Nacidos Adán y
Eva de sus padres vivieron bajo la Ley de la Bendición, no de la
Concupiscencia. Ésta entra en el mundo como efecto de la Caída.
Ahora bien, ¿condenaban los Reformadores
a Jesucristo por su Virginidad Sagrada y lo despreciaban por no acogerse a la
Ley de la Bendición?
Parece más que evidente que en
Jesucristo tiene el Género Humano ese Modelo Original Divino en el que se cumple
“Hagamos al Hombre a nuestra Imagen y a nuestra Semejanza”: Sin embargo en
Jesucristo tenemos al Todopoderoso Dios Hijo Unigénito. Únicamente a un demente
puede ocurrírsele ser en Uno quien ÉL es: Hijo de Dios, Sacerdote, Rey, Señor,
Creador y Juez Universal. Y es por esto que desde el principio el Espíritu
Santo dijo que en ÉL levanta Dios sacerdotes, maestros, sabios, etcétera. Y
cada cual es encuentra en ÉL su Modelo Original en cuya Imagen y Semejanza encuentra
su felicidad. EL Sacerdote tiene en la Virginidad de Cristo su Modelo. El Sacerdocio
Católico es un Pueblo aparte, como lo fuera la Casa de Aarón entre las Tribus
de Israel, que Dios aparta y reserva para la Adoración de su Hijo Amado, a
quien une como esposa, de manera que la Bendición se cumple en el Sacerdote en
Espíritu, y por este deviene Inmaculado a la Imagen y Semejanza de su Señor.
No menos verdad es que el Espíritu
Santo dijo: “Quien se abrase, que se case”. Mas hacer de esta Ley de Misericordia
una Ley de Maldición contra el Sacerdocio Católico es Maldecir al Señor que tomó
para sí el Sacerdocio Divino Sempiterno a cuya Imagen y semejanza engendró Dios
a la Iglesia Sacerdotal. Ergo, los Apóstoles del evangelio de la reforma odiaron
a Cristo y amaron al Diablo, su verdadero señor, cuya única meta es la destrucción
de la Casa de quien le aplastó la cabeza, nuestro Rey y Padre Jesucristo.
29.
y de aquí colegimos que
aquellos que se denominan «clérigos» pecan si habiendo advertido que Dios no
admite su continencia no la remedian casándose.
El hipócrita tiene en la hipocresía
su gloria, y habla del Dios al que no ama, y porque no LE ama descubre que no LE
conoce, pues quien conoce a Dios le ama por razón natural de su alma. Y desde
su maldad, (pues nadie que se llame cristiano puede justificar sus pecados en la ignorancia
una vez producida la redención), y
pretendiendo darse de sabio da por maligno a Dios al acusarle de llamar al
Sacerdocio para después despreciar a quien llama en razón de la Virgi9nidad a que
fue llamado.
Incontinencia se refiere al estado
civil o casado del que teniendo libre acceso a la acción natural se mantiene
por voluntad o por circunstancias ajeno al contacto con el otro sexo. Llamar a
la Virginidad Consagrada de Cristo “incontinencia” es poner en boca propia las palabras del Diablo
y maldecir a Dios por haberle dado al Hombre el Poder y la Fuerza de ser Semejantes a Cristo
en el Sacerdocio Divino al que se consagró voluntariamente y libremente y en
uso de la plenitud de sus facultades físicas
y mentales el Hijo de María.
Llamar Continencia a la Virginidad
Sagrada de Jesucristo es despreciar el Poder de Dios para hacer de su Espíritu Santo
las entrañas de las que le naciera a su
Hijo una Esposa, sobre la que EL reina como Señor.
Mas quien no es nacido de este Espíritu
y se declara sacerdote opera como aquel maldito hijo de Dios que haciéndose pasar
por Enviado de Dios Padre arrastró al
Primer Hombre a la Muerte.
La Virginidad de Cristo es de sus
Sacerdotes, pues siendo ÉL su Cabeza y Ellos su Cuerpo, en todo son Una sola
cosa, la Esposa y el Esposa, unidos en Santo Matrimonio sempiterno por Dios. Tal
fue la Doctrina del Espíritu Santo, tal es. Así que ¿de qué estaba hablando este
necio? cuando escribía:
30.
Quienes hacen voto de castidad realizan una promesa ingenua o
neciamente. Y por eso los que tales votos hacen obran alevosamente para con los
hombres piadosos.
¿Quién se creía ser este necio para
entrar en el reino de Dios, callar al Rey y a Dios su Padre y decirles a la
cara lo que debe ser y lo que no debe ser, lo que es bueno o lo que es malo, lo
que es pecado o lo que es cristiano? ¿Cómo aquella nación de guerreros
admirados en toda Europa pudieron llegar a ser tan
cobardes como para dejar ponerse de rodillas delante de un hipócrita de esta especie?
Todos los historiadores que merecieron
ser llamados maestros en esta Ciencia han observado la Incontinencia Concupiscente
de los Reformadores. Todos, Lutero, Enrique VIII, Calvino, Zwinglio, fueron invenciblemente
dominados por la fuerza sexual natural a todos los hombres; una fuerza natural
que ellos levantaron hasta el extremo de convertirla en la razón de sus vidas, la
causa por la que prenderle fuego al mundo europeo entero.
El Voto de Castidad es un acto de
renuncia temporal que puede ser terminado a voluntad en bien de la salvación
del alma. Cualquiera puede hacer un Voto de Castidad en razón de una causa
humana o sagrada. Nada hay de malo en ello. Ni por contraerlo ni por superarlo, cum laude o sin cum laude. “El que se abrase,
que se case”, que su miedo a reconocer su debilidad no se lleve su alma por
delante. Dios ama a todos sus criaturas, unas son más fuertes y otras más débiles, lo que cuenta es su Amor de Padre.
El Voto de Castidad es un Acto que se
contrae voluntariamente y queda sujeto a la razón natural. La Virginidad del
Sacerdote es un Acto de Llamada de Dios por el que el Hombre nace del Espíritu
de Santidad de su Señor para vencer y
ser invencible.
Desgraciadamente el Sacerdocio
Medieval arrastró a la Aristocracia a apoderarse de la Casa del Señor, encerrar
a la Esposa de Cristo en las mazmorras de sus maldades, y no pararon hasta
expulsarlas de su Casa y expropiarla de sus bienes. Los Apóstoles del Evangelio
de la Reforma se unieron a aquella Aristocracia Malvada y sirviendo al Enemigo de
Cristo les abrieron la puerta a aquella banda de ladrones que no dudaron en
levantar el hacha de Guerra y sacrificar en el campo de batalla los millones de
seres sepultados a sus Credos Malignos desde aquel 1517 al 1647.
La fama de violador que persiguió a Zwinglio se merecía
bien la muerte de todos los testigos que pudieran levantar su voz contra su
conducta perversa y malvada.
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